SILVIA Y BRUNO – Lewis Carroll, Ou o Ovídio moderno. (trad. esp. Axel Alonso Valle)

¿Cuántos aficionados a la lectura (no digamos ya un ciudadano tristemente típico de los que únicamente lee la prensa deportiva o las revistas «del corazón») son capaces de mencionar hoy en día algún otro libro de Carroll aparte de las dos «Alicias»? Muy pocos. Y de esos pocos, la gran mayoría nombraría su otra obra magna, el extenso poema precursor de la literatura del absurdo La caza del snark. No obstante, como en el caso de todos los autores referidos, y de cualquier otro escritor que merezca ser calificado como tal, la producción de Carroll fue muchísimo más abundante.

Podríamos hablar de las decenas de miles de cartas que escribió a lo largo de su vida, muchas de ellas a los cientos de «amiguitas» cuya amistad siempre se esforzó por ganar y cultivar, y que constituían la mayor alegría de su, en ocasiones solitaria, existencia de soltero. (…) una selección de ellas ha merecido publicación en diversas ocasiones. También debemos mencionar sus obras matemáticas, la mayoría de ellas firmadas con su nombre real, Charles Lutwidge Dodgson. (Este siempre deseó mantener separado su alter ego literario de su yo real frente a los desconocidos, pues temía que su faceta de autor de libros infantiles le restara crédito cuando quisiera tratar temas más serios….) Al margen de sus escritos puramente especializados, dirigidos a colegas de profesión y expertos, compuso otros tantos en los que insertaba los problemas matemáticos en relatos o escenas noveladas, mediante los cuales buscaba acercar y popularizar estas materias entre el gran público, mostrar lo divertidas e interesantes que podían llegar a ser si se les daba una presentación lúdica.”

No obstante, como poeta «puro» o serio, Carroll nunca pasó de la segunda fila. Admirador de Blake, Coleridge, Wordsworth o el «poeta laureado» Tennyson, trató de plasmar sus preocupaciones e inquietudes emocionales y espirituales a la manera de estos, pero nunca logró estar a su altura en este ámbito.”

Los dos libros de Silvia y Bruno supusieron el mayor fracaso comercial y de crítica de su autor, pero con la perspectiva que dan los más de 100 años transcurridos desde que viesen la luz, resulta posible valorarlos en su contexto social y temporal, y atendiendo a la influencia que tendrían en escritores posteriores.

Silvia y Bruno y La conclusión de Silvia y Bruno fueron publicados en 1889 y 1893 respectivamente, y se gestaron durante más de 20 años partiendo de un relato breve escrito en 1867 para la revista Aunt Judy’s Magazine, «La venganza de Bruno», en el que el autor conoce a un par de hadas (los hermanos que posteriormente cederían sus nombres para el título de los libros) mientras da un paseo por un bosque en un día muy caluroso.”

Curiosamente, según cuenta el ilustrador de La caza del snark, Henry Holiday, en su

artículo «The Snark’s Significance» [La relevancia del snark], el famoso poema iba en un principio a figurar en Silvia y Bruno, [perfeito paralelo com Jabberwocky] pero la extensión que finalmente alcanzó la composición hizo cambiar de idea a Carroll y que este lo publicase de manera independiente.”

«¡Usted me crea una serie de problemas adicionales al ignorar tanto el texto! He tenido que reescribir varios pasajes, para que esté de acuerdo con la ilustración…», decía Carroll en una de sus cartas.”

De hecho, la imagen de la pequeña Silvia fue una de las cuestiones que más preocupó a Carroll, y que motivó las primeras discusiones. Harry Furniss, en su autobiografía Confessions of a caricaturist [Confesiones de un caricaturista], publicada en 1902, afirmaba haber recibido por carta instrucciones como estas por parte del escritor:

[Silvia y Bruno] no son hadas a lo largo de todo el libro, sino niños. Todas estas condiciones hacen que su vestimenta constituya hasta cierto punto un rompecabezas. No deben tener alas; eso está claro. Y ha de tratarse de ropa completamente normal para la vida londinense. Debería ser lo más extravagante posible, al límite de lo que se considera presentable en sociedad. Tal vez las amistades pudieran decir: «¡Qué ropa más rara llevan estos niños!», pero no deberían poder afirmar: «¡No son humanos!»…”

Ojalá me atreviera a prescindir de toda ropa: los niños desnudos resultan tan perfectamente puros y adorables, pero la Sra. Grundy(*) se pondría furiosa; no es una opción. Entonces la pregunta es: ¿qué cantidad mínima de ropa le satisfaría? (…) Detesto de un modo tan absoluto esa moda monstruosa de los tacones altos (y, de hecho, he planeado atacarla en este mismo libro), que me resultaría seguramente imposible permitir que mi dulce y pequeña heroína fuera víctima de ella.”

(*) Personaje de ficción de la obra Speed the plough («Ara más rápido», 1798) del dramaturgo inglés Thomas Morton (1764-1838), que desde su aparición pasó al imaginario colectivo anglosajón como encarnación del decoro.

¿Podría eliminar esas hombreras de sus mangas? ¿Por qué deberíamos observar deferencia alguna a una moda espantosa que quedará extinta de aquí a un año? Después de la fealdad sin parangón de la «crinolina», pienso que esas mangas de hombros altos son la peor cosa inventada para las damas en nuestra época. ¡Imagínese lo horrorizadas que estarían si una de sus hijas tuviera realmente esa forma!” “también creo que podríamos arriesgarnos a hacer su vestido de hada transparente. ¿No le parece que podríamos enfrentarnos a la Sra. Grundy hasta ese punto?”

Cada una de sus dos partes se abre con un poema acróstico dedicado a una de sus amiguitas; en el tono nostálgico y sombrío de ambos se puede percibir nítidamente el pesar que le produce al escritor verse viejo y solitario, abandonado una y otra vez por sus amiguitas a medida que estas crecían y se casaban, frustrados ya sin solución los anhelos de un lejano en el tiempo ‘mediodía de ensueño’

El primero de los poemas está dedicado a Isa Bowman, quien fuera una de las amiguitas favoritas de Carroll de cualquier época. La conoció en 1886 durante los ensayos del primer musical que se hizo de Alicia en el País de las Maravillas, obra en la que tenía un pequeño papel. Por aquel entonces ella contaba 12 años, y era la mayor de varias hermanas actrices. Carroll quedó muy impresionado por la niña, pero no comenzó a entablar amistad con ella, llevarla de excursión y recibirla como invitada hasta septiembre de 1887. Durante los 8 años siguientes mantuvieron una estrecha relación, por carta y en diversas y frecuentes visitas. Gracias a su intermediación, Isa logró el papel protagonista en la primera reposición del musical de Alicia en 1888, y el escritor consiguió del mismo modo muchos otros trabajos para ella y sus hermanas. Su feliz amistad terminó en 1895 cuando Isa le anunció sus planes de boda, a lo cual él respondió de manera ofendida y agresiva, destrozando unas rosas que la joven, ya veinteañera, llevaba en el cinturón. Aunque Carroll se disculparía enseguida, no tardarían en romper el contacto. El poema que le dedicó en Silvia y Bruno es un doble acróstico: su nombre puede formarse uniendo la primera letra de cada uno de sus nueve versos, agrupados en tercetos monorrimos, o las tres primeras letras de cada uno de estos últimos; una muestra más del desbordante ingenio creativo del autor.”

El segundo poema, el que introduce La conclusión de Silvia y Bruno, es asimismo un acróstico, aunque mucho más sutil: uniendo la tercera letra de cada verso se forma el nombre de Enid Stevens, a la que conoció en 1891 en la casa familiar de esta en Oxford. Enid era la «bella hermana» de 8 años de una de sus alumnas de lógica en la Oxford High School, también amiguita suya. Cohen [mau biógrafo] nos cuenta en su biografía de Carroll: «Su amistad con Enid se fue afianzando poco a poco. La ‘pidió prestada’ a menudo, la llevó a pasear, imprimió tarjetas de visita para ella, la recibió en sus habitaciones, sola o con su madre, para tomar el té, y consiguió que Gertrude Thomson pintase un retrato de ella, que colgó encima de la repisa de su chimenea». Carroll dedicó mucho tiempo y esfuerzo a su amistad con la pequeña Enid, y esta siempre recordó con alegría los años que compartieron entre juegos, meriendas y excursiones. Fue una de sus últimas amiguitas: durante los años finales de vida, invirtió cada vez más tiempo en trabajar y menos en sus relaciones sociales, obsesionado con escribir antes de morir una lista de trabajos que tenía en mente (algunos de los cuales menciona en el prefacio de Silvia y Bruno).”

uno de los poemas, la divertida y descabellada «Canción del jardinero», se extiende a lo largo de todo el libro (con 8 estrofas en el primer volumen, y una última en el segundo). Los críticos coinciden en señalar que esta es posiblemente la composición más conseguida de la obra.”

Hablemos ahora del argumento y los personajes: Silvia y Bruno son una pareja de jóvenes hermanos, de unos 10 y 5 años aproximadamente, hijos del rector o gobernante de Exotilandia, un país fantástico habitado por duendes y vecino de Hadalandia, el país de las hadas, cuyos soberanos son los Titania y Oberón shakespearianos (el propio Bruno, que junto con su hermana experimentará una transformación en hada durante el relato, posee una personalidad traviesa y bulliciosa muy similar a la del Puck de El sueño de una noche de verano).”

el subrector ha urdido una conspiración con el lord canciller para sustituir a su hermano como dirigente vitalicio de Exotilandia aprovechando una ausencia de éste en un viaje al extranjero. Mediante argucias consiguen que el rector firme antes de partir un edicto que nombra a Sibimet emperador de Exotilandia, consiguiendo así su propósito.”

La trama de los pequeños Silvia y Bruno se entrelaza desde el principio con otra que se desarrolla de manera paralela en el mundo real del autor, la Inglaterra del siglo XIX, al cual pertenece el propio narrador de la historia, un anciano heptagenario que, salvo por la diferencia de edad, podría ser perfectamente el propio Carroll.”

Por esta razón, una primera lectura de la obra suele resultar muy confusa, dado que la narración salta frecuentemente de Exotilandia a Inglaterra sin previo aviso –muchas veces en un simple cambio de párrafo, o incluso dentro de uno– con las entradas y salidas en trance del narrador. La historia comienza, por ejemplo, en mitad de una frase y sin poner en situación al lector, lo cual resulta tremendamente desconcertante: el narrador acaba de experimentar bruscamente su primer «viaje astral» a Exotilandia y está observando lo que allí sucede sin que nadie repare en su presencia. Pero no es hasta el segundo capítulo cuando averiguamos que en realidad se encuentra en el interior de un vagón de tren camino a Elveston. Dada la naturaleza «narcoléptica» del narrador, capaz de quedarse «dormido» (esto es, de entrar en trance) en mitad de cualquier conversación, el lector se verá acompañándolo en sus constantes escapadas extracorporales a Exotilandia a lo largo de buena parte del relato, mas debido a la brusquedad de dichas excursiones a veces se sentirá un tanto desubicado.”

Aparte de estos claros paralelismos entre los personajes de uno y otro mundo, sus propios nombres remiten al mundo campestre en que viven duendes y hadas: Silvia, para empezar, significa «habitante del bosque» en su latín originario; el apellido de lady Muriel, Orme, es «olmo» en francés; el de Arthur, Forester, deriva claramente del inglés forest («bosque»); y el de Eric Lindon se parece sospechosamente al también inglés linden («tilo»). El pueblo de pescadores en el que se desarrolla la trama amorosa de Muriel, Eric y Arthur se llama además Elveston, que suena curiosamente parecido a elves-town, «pueblo de los elfos».”

La lengua de trapo de Bruno puede llegar a resultar cargante (¡díganselo a este traductor!), y el exceso de almíbar hace desear en algunos momentos que aparezca en escena la Reina de Corazones gritando «¡que les corten la cabeza!» para ponerle un poco de emoción al asunto.”

Silvia y Bruno, además, constituye la obra de Carroll que mejor nos permite conocer a la persona, Charles L. Dodgson, que hay detrás de la máscara del pseudónimo: sus preocupaciones, anhelos, frustraciones y debilidades. Este libro no es seguramente el más idóneo para alguien que nunca haya pisado el País de las Maravillas, o viajado a bordo del barco que persigue al snark, pero para los que ya se hallan irremediablemente fascinados por ese mundo fantástico y desean conocer en lo más íntimo a su creador (llevándose de propina una buena ración de su genio), Silvia y Bruno es una obra imprescindible.”

Las composiciones originales de Carroll son siempre muy musicales, con una métrica estricta y una rima muy marcada precisamente a tal objeto.”

BLUNO OU BDUNO: “Por último, quisiera explicar brevemente cómo he decidido adaptar el lenguaje infantil de Bruno, cuyas características en inglés no pueden trasladarse directamente a nuestro idioma. En líneas generales, se expresa como una persona adulta, pero he adjudicado a su forma de hablar una serie de particularidades que espero transmitan la sensación de que se trata de un niño de unos cuatro o cinco años: primero, un defecto de rotacismo (dificultad para pronunciar el fonema /r/ –la «r fuerte»–, el cual sustituye continuamente por los fonemas /d/ o /ſ/ –la «r suave»–), muy habitual en los niños que están aprendiendo a hablar; segundo, una tendencia a regularizar formas verbales irregulares y a inventar palabras extrapolando ciertas reglas lingüísticas generales, como las que rigen la formación de los distintos grados del adjetivo, incurriendo en ocasiones en sobrecorrección; tercero, simplificación de grupos consonánticos complejos; y cuarto, desórdenes y otros errores de pronunciación en palabras largas, complicadas o poco comunes. Para facilitar la comprensión de la manera de expresarse del personaje, he señalado en cursiva todas las palabras «alteradas» según el criterio anterior, [mas não tive a paciência de replicá-lo aquí; conquanto é bem óbvio quando acontece!] de manera que el lector pueda localizarlas e interpretarlas con facilidad. Soy consciente de que esto quizá dé gráficamente una impresión de recargamiento al texto, pero he querido destacar la claridad del diálogo por encima de consideraciones estéticas.”

Axel Alonso Valle

* * *

Encorvados con amarga aflicción

o divertidos por alguna escena,

revoloteamos de sol a sol.

La jornada bebemos con sed fiera

y, desde su mediodía de ensueño,

ignoramos el fin que nos espera.”

Y así fue que al final me vi en posesión de una indigesta ensalada de papeles –si el lector tiene la bondad de disculpar el doble sentido– que solamente necesitaba un hilvanado, sobre el hilo conductor de una historia ordenada, para constituir el libro que esperaba escribir. ¡Solamente! La tarea, al principio, parecía completamente irrealizable, y me dio una idea, mucho más clara de lo que nunca había tenido, del significado de la palabra «caos»; y creo que debieron de transcurrir 10 años, o más, antes de que lograra organizar lo suficiente dichos retazos como para ver a qué tipo de historia apuntaban, ya que esta tenía que surgir de los episodios, y no al revés. § No cuento todo esto por un ánimo egotista, sino porque creo de veras que algunos de mis lectores estarán interesados en estos detalles de la «génesis» de un libro, cuestión que, una vez finalizada, parece tan simple y directa que podrían suponer que fue escrito de corrido, página a página, como uno escribiría una carta, comenzando por el principio y terminando por el final.”

No sé si Alicia en el País de las Maravillas era una historia original –yo, al menos, no fui un imitador consciente al escribirla–, mas lo que sí sé es que, desde su publicación, han aparecido alrededor de una docena de libros de cuentos similares, cortados exactamente por el mismo patrón. El camino que yo exploré de forma tímida –creyendo ser «el primero que se había adentrado en ese océano silente»– es ahora una calzada más que transitada: hace tiempo que todas las flores de sus márgenes fueron pisoteadas hasta enterrarlas en el polvo; y estaría exponiéndome al desastre si hiciera una nueva tentativa en ese estilo.”

En primer lugar, una Biblia para niños. Esta obra tendría como única base verdaderamente fundamental pasajes y dibujos cuidadosamente escogidos, apropiados para la lectura de un niño. Un principio de selección, que yo adoptaría, sería que la religión se presentara al niño como una revelación de amor, sin que exista necesidad de angustiar y confundir su mente juvenil con la historia del crimen y el castigo. (Sobre dicho principio omitiría, por ejemplo, la historia del Diluvio Universal.)“El libro debería poseer un tamaño manejable, una cubierta bastante vistosa, un tipo de letra claro y legible y, sobre todo, ¡gran cantidad de dibujos, dibujos y más dibujos!” Por crer que este livro é para adultos… talvez eu seja um adulto que conseguiu ainda conservar ser criança (o mais difícil dos milagres).

Los pensamientos más tristes de todos deben de haber pertenecido a aquellos que imaginaban realmente una existencia de ultratumba, pero una mucho más terrible que la aniquilación: una existencia como espectros vaporosos, intangibles, prácticamente invisibles, errantes, durante interminables eras, en un mundo de sombras, sin nada que hacer, nada por lo que tener esperanza, ¡nada que amar!¹ En mitad de los alegres versos de Horacio, ese genial bon vivant, destaca una pavorosa palabra cuya tristeza absoluta le llega a uno al corazón. Es la palabra exilium en el famoso pasaje:

[¹ Não compreendeu o helenismo!]

Omnes eodem cogimur, omnium

Versatur urna serius ocius

Sors exitura et nos in aeternum

Exilium impositura cymbae.”

Y muchos en estos días, me temo, aun cuando creen en una existencia tras la muerte mucho más real que la que Horacio jamás soñó, la ven pese a todo como una especie de «exilio» de todos los placeres de la vida, por lo que adoptan la teoría de Horacio, y dicen: «comamos y bebamos, pues mañana moriremos».

Asistimos a espectáculos, como el teatro –y digo «asistimos» porque yo también voy a representaciones, siempre que tengo oportunidad de ver una realmente buena–, y mantenemos alejado, si nos es posible, el pensamiento de que quizá no regresemos vivos. ¿Pero cómo sabe usted –querido amigo, cuya paciencia le ha ayudado a soportar este prolijo prefacio– que no será quizá su suerte, cuando la dicha se halle en su punto más álgido, experimentar la afilada punzada, o el mortífero desvanecimiento, que anuncia la crisis final; ver, con vago asombro, a amigos que se inclinan con inquietud sobre usted; escuchar sus susurros cargados de preocupación; tal vez formular usted mismo, con labios temblorosos, la pregunta: «¿Es grave?», y que le digan: «Sí, el fin está cerca» (y ¡oh, qué distinta parecerá la vida cuando se pronuncien esas palabras!)?; ¿cómo sabe usted, digo, que todo eso no le sucederá acaso esta misma noche?”

¡Mañana, y mañana, y mañana!”

Si la idea de una muerte súbita se le presenta, a usted, como algo especialmente aterrador al imaginar que le sucediera en un teatro, entonces no le quepa la menor duda de que este último es pernicioso para usted, por muy inofensivo que pueda ser para otros, y que está corriendo un peligro mortal al ir. Tenga la certeza de que la regla más segura es que no deberíamos atrevernos a vivir en ningún sitio en que no nos atrevamos a morir.” Não morrer na CAPES.

Pero no puedo sino contemplar con profundo asombro y pesar al cazador que, de manera completamente cómoda y segura, puede hallar placer en algo que supone, para una criatura indefensa, un terror extremo y una muerte agónica; más profundo aún, si el cazador es alguien que ha jurado predicar a los hombres la Religión del Amor universal; y más profundo que nada, si resulta ser uno de esos seres «sensibles y delicados», cuyo mismo nombre sirve como símbolo del Amor –«tu amor hacia mí fue maravilloso, superior al de las mujeres»–, ¡y cuya misión en este mundo es sin duda ayudar y consolar a todos los afligidos!

¡Adiós, adiós, invitado!

Mas escucha mis palabras:

plegarias eleva a Dios

quien a hombre y bestia ama.

Más se elevan si se ama

al ratón como al león,

pues nuestro Dios bienamado

ama toda la creación(*).

(*) Los versos pertenecen al final de The rime of the ancient mariner

* * *

algunos vociferaban «¡Pan!» y otros «¡Impuestos!», mas nadie parecía saber

qué era lo que querían en realidad.”

Nunca antes había oído tal clamor… ¡y a esta hora de la mañana, además! ¡Y tan unánime! ¿No le parece algo realmente sorprendente?

Yo apunté, de manera discreta, que mi impresión era que pedían distintas cosas, pero el canciller no escuchó ni por un segundo mi sugerencia.”

¿Es que no puedes mantenerlos juntos? El rector llegará enseguida. ¡Dales la señal para que comiencen la marcha! –Se suponía obviamente que yo no debía oír todo aquello, pero apenas pude evitarlo, teniendo en cuenta que mi barbilla se hallaba prácticamente sobre el hombro del canciller.”

¡Hurra! ¡Abajo! ¡La! ¡Consti! ¡Tución! ¡Menos! ¡Pan! ¡Más! ¡Impuestos!”

¡Buenos días! –saludó el muchachito, dirigiéndose, de un modo más o menos general, al canciller y los camareros–. ¿Sabéis dónde está Silvia? ¡La estoy buscando!

¡Está con el rector, según creo, æ’l! –contestó el canciller con una profunda reverencia. [earl?]

¿Ha venido también el otdo pdofesod? –preguntó Bruno con voz temerosa.

Sí, llegaron juntos. El otro profesor es… bueno, es posible que él no os caiga tan bien. Es algo más «soñador», ¿sabéis?

Ojalá Silvia fuera algo más soñadora –comentó Bruno.

¿A qué te refieres, Bruno? –dijo Silvia.

Dice que no puede, ¿sabes? Pero yo cdeo que no es que no pueda, es que no quiere.

¡Que no puede soñar! –repitió el perplejo rector.

Eso dice –insistió Bruno–. Cuando le digo: «¡Dejemos ya las leciones!», ella dice: «Oh, ¡eso ni soñadlo!».

Siempre quiere dejar las lecciones –explicó Silvia– a los 5 minutos de haber empezado.

¡Cinco minutos de lecciones al día! –dijo el rector–. ¡A ese ritmo no aprenderás mucho, jovencito!

Eso es justo lo que dice Silvia –replicó Bruno–. Dice que no quiero apdended mis leciones. Y yo le digo, una y otda vez, que no puedo hacedlo. ¿Y qué cdees que dice ella? Dice: «No es que no puedas, ¡es que no quieres!».

Vayamos a ver al profesor –dijo el rector, evitando sabiamente continuar con la discusión. Los niños se bajaron de sus rodillas, cada uno de ellos agarró una mano, y el feliz trío echó a andar hacia la biblioteca, conmigo detrás. Para entonces, yo había llegado ya a la conclusión de que nadie (a excepción, durante unos breves momentos, del lord canciller) era capaz en absoluto de verme.

¿Y qué le pasa? –preguntó Silvia, caminando de manera un poco más tranquila de lo normal, con idea de servir de ejemplo a Bruno, el cual no paraba de brincar al otro lado.

Lo que le pasaba, aunque espero que ya esté recuperado, era lumbago, reumatismo y esa clase de cosas. Ha estado tratándose a sí mismo, ¿sabéis?: es un doctor muy sabio. De hecho, ha inventado 3 nuevas enfermedades, ¡además de una nueva forma de romperse la clavícula!

Un hombre regordete y de aspecto jovial, ataviado con una toga floreada y con un libro de gran tamaño debajo de cada brazo, entró con paso presto por el extremo contrario de la sala, y empezó a cruzarla en línea recta sin reparar en los niños.

Estoy buscando el tercer volumen –dijo–. ¿Por un casual no lo habrá visto?”

¡Es a mis hijos a quienes no está viendo usted, profesor! –exclamó el rector, agarrándolo por los hombros y dándole la vuelta para que los mirara.

El profesor se carcajeó con fuerza: después los observó atentamente a través de sus grandes anteojos, durante unos instantes, sin decir nada.

Finalmente, se dirigió a Bruno:

Espero que hayas pasado una buena noche, hijo.

Bruno puso cara de desconcierto.

He pasado la misma noche que usted –contestó–. ¡Sólo ha habido una desde ayed!

¿Son pupilos de alguien? –preguntó.

No, no lo somos –saltó Bruno, el cual creía estar perfectamente capacitado para responder aquella pregunta él mismo.

El profesor meneó la cabeza apenado.

¿Ni siquiera a media jornada?

¿Pod qué íbamos a sedlo a media jodnada? –repuso Bruno–. ¡No somos ojos!

Ah, ¿y en qué dirección? –contestó el rector, añadiendo hacia los niños–: Tampoco es que me importe. Lo que pasa es que él cree que afecta al tiempo. Es un hombre maravillosamente listo, ¿sabéis? A veces dice cosas que sólo es capaz de entender el otro profesor. ¡Y a veces dice cosas que nadie es capaz de entender! ¿Cuál es la dirección, profesor? ¿Arriba o abajo?

¡Ninguna de las dos! –dijo el profesor, dando una suave palmada–. Se está poniendo de lado, si es que puede expresarse así.

¿Y qué clase de tiempo produce eso? –indagó el rector–. ¡Atended, niños! ¡Vais a oír algo que vale la pena saber!

Tiempo horizontal –señaló el profesor, y luego salió directo hacia la puerta, de tal modo que a puntísimo estuvo de pasarle por encima a Bruno, el cual logró apartarse de su camino por los pelos.

¿Verdad que es sabio? –dijo el rector, siguiéndolo con la mirada, una llena de admiración–. Decididamente, ¡su nivel de conocimientos resulta arrollador!

¿Pero de qué sirve llevar paraguas alrededor de las rodillas?

Con lluvia normal –admitió el profesor– no servirían de mucho. Pero si alguna vez lloviera en horizontal, no tendrían precio, ¿sabéis?… ¡sencillamente no tendrían precio!

Y esta es, por supuesto, la escena inicial del primer volumen. Ella es la heroína. Y yo soy uno de esos personajes secundarios que únicamente hacen acto de presencia cuando el desarrollo de su destino lo requiere, y cuya última aparición se da en el exterior de la iglesia, ¡mientras esperan para felicitar a la feliz pareja!.”

«¡… no podía presentárseme mejor ocasión para un experimento telepático! Imaginaré su rostro y luego compararé el retrato con el original»

Al principio, ningún resultado coronó mis esfuerzos, aunque «dividí mi ágil mente» por aquí y por allá, de un modo que estaba seguro habría hecho a Eneas ponerse verde de envidia: pero el óvalo vislumbrado seguía tan provocadoramente vacío como siempre; una simple elipse, como de algún diagrama matemático, sin ni siquiera los focos a los que podría habérseles asignado los papeles de nariz y boca.”

Con cada una de aquellas visiones fugaces, el rostro parecía tornarse más infantil e inocente y, cuando por fin logré eliminar por completo el velo con mi mente, se trataba, inconfundiblemente, ¡de la preciosa cara de la pequeña Silvia!

«¡De modo que, o bien he estado soñando con Silvia –me dije– y esta es la realidad, o he estado realmente con ella, y esto es un sueño! ¡Me pregunto si no será la propia vida un sueño!»

«¡Oh, la noche del viernes! ¡Cuán lejos queda aún!»

«Es un hombre demasiado sensible –pensé– para haberse vuelto un fatalista. ¿Mas qué otra cosa puede querer decir con eso?»

¿Crees en el destino?

La hermosa desconocida giró la cabeza enseguida ante la súbita pregunta.

¡No, no creo! –dijo sonriendo–. ¿Y usted?

¡No… no era mi intención hacerle esa pregunta! –tartamudeé, sorprendido por haber iniciado una conversación de un modo tan poco convencional.

La sonrisa de la dama mudó en risa: no una de burla, sino la risa de una niña feliz que se siente totalmente cómoda.

¿Ah, no? –dijo–. ¿Entonces ha sido un caso de lo que ustedes los médicos llaman «cerebración inconsciente»?

No soy médico –repuse–. ¿Acaso lo parezco? ¿O qué le hace pensar eso?

Ella señaló el libro que yo había estado leyendo, el cual descansaba de tal modo que su título, Enfermedades cardiacas, quedaba claramente a la vista.

¡Existe tanta ciencia escrita que nadie ha leído jamás; y hay tanta ciencia pensada que aún no ha sido escrita! Mas, si se refiere a toda la raza humana, entonces pienso que ganan las mentes: todo lo registrado en los libros debe haber estado antes en la mente de alguien, ya sabe.”

¡Me temo que algunos libros quedarían reducidos a papel en blanco! –observó.

Así es. La mayoría de las bibliotecas se verían terriblemente menguadas en volumen. ¡Pero considere tan sólo lo que ganarían en calidad!

* * *

Uggug, cielo, ¡ven y siéntate conmigo!”

¡El golfo siempre se las arregla para tirar su café!”

milady era la esposa del subrector (…) Uggug (un niño gordo y feísimo, aproximadamente de la misma edad que Silvia, con la expresión de un cerdo campeón de un concurso de peso) era el hijo de ambos. Silvia y Bruno, junto con el lord canciller, completaban un grupo de 7 personas.”

Se trata, de hecho, de un problema muy simple de hidrodinámica. (Lo cual quiere decir una combinación de agua y fuerzas.) Si consideramos una piscina, y un hombre de gran fuerza (como es mi caso) que se dispone a zambullirse en ella, tenemos un ejemplo perfecto de esta ciencia. He de admitir –continuó el profesor, en tono más bajo y con la mirada gacha– que necesitamos un hombre de fuerza excepcional. Debe ser capaz de elevarse desde el suelo de un salto hasta aproximadamente el doble de su propia altura, girando en el aire a medida que asciende, para así caer de cabeza.”

Supongamos –prosiguió, doblando su servilleta en un elegante festón– que esto representa lo que quizá sea la gran necesidad de nuestra era: la Piscina Portátil del Turista Activo. Uno puede referirse a ella de manera abreviada, si lo desea –añadió mirando al canciller–, mediante la sigla PPTA.”

Una gran ventaja de esta piscina –retomó el profesor su explicación– es que requiere solamente unos 2 litros de agua…

¡Yo no llamaría a eso piscina –observó su subexcelencia– a menos que su Turista Activo se sumerja por completo!

Y en ese instante la sala se vio invadida por un clamor áspero y confuso, en el que las únicas palabras audibles eran: «¡Menos… pan! ¡Más… impuestos!». El anciano estalló en carcajadas.” “Y esta vez las palabras se oyeron con absoluta claridad, y con la precisión del tictac de un reloj: «¡Más… pan! ¡Menos… impuestos!».”

— …Pero ¿qué quieren decir con «menos impuestos»? ¿Cómo pueden bajar más? ¡Abolí el último de ellos hace un mes!

¡Ha sido restablecido, æ’l, y por propia orden de su æ’l! –dicho lo cual, presentó otros edictos para que los examinara.

¡Todo está resuelto! –anunció el rector, sin perder el tiempo en preliminares–. La subrectoría ha sido suprimida, y mi hermano designado para actuar como vicerrector siempre que me halle ausente. De modo que, como voy a estar de viaje en el extranjero durante una temporada, asumirá sus nuevas funciones de inmediato.

Milady sonrió en aprobación de la opinión de su esposo, y continuó:

¿Soy entonces yo obicerrectora?

Si decides emplear ese título… –asintió el rector–, pero el tratamiento apropiado será «excelencia». Y confío en que «sus excelencias» respetarán el acuerdo que he preparado. La disposición que más me preocupa es la siguiente –desenrolló un pergamino de gran tamaño y leyó en voz alta–: «Ítem: que trataremos con amabilidad a los pobres». El canciller lo redactó por mí –añadió, mirando al alto funcionario–. Supongo que la palabra «ítem» tiene un profundo

significado legal, ¿no?”

¿No habría que leerlo antes en alto? –inquirió milady.

¡No hace falta, no hace falta! –exclamaron al mismo tiempo el subrector y el canciller, con febril entusiasmo.

En absoluto –convino el rector en tono suave–. Tu esposo y yo lo hemos revisado juntos. Establece que él ejercerá la total autoridad de rector, y que podrá disponer de la renta anual adscrita al cargo, hasta mi regreso o, de no producirse, hasta que Bruno alcance la mayoría de edad; y que entonces deberá ceder, a Bruno o a mí según sea el caso, la rectoría, la renta no gastada y el contenido del Tesoro, el cual ha de conservarse, intacto, bajo su cuidado.

Las despedidas, mejores cuanto más cortas –dijo el rector–. Todo está listo para mi viaje. Mis hijos están esperando abajo para decirme adiós. –Besó de forma solemne a milady, estrechó las manos de su hermano y del canciller, y se fue de la sala.

Los 3 aguardaron en silencio hasta que el sonido de unas ruedas anunció que el rector se encontraba ya lo suficientemente lejos; entonces, para mi sorpresa, empezaron a carcajearse de manera incontrolable.

¡Qué gran ardid, oh, qué gran ardid! –exclamó el canciller. Tras lo cual el vicerrector y él unieron sus manos y se pusieron a dar grandes brincos por la sala. Milady era demasiado digna para brincar, pero emitió una risa parecida al relincho de un caballo, y agitó su pañuelo sobre su cabeza: estaba claro para su muy limitado entendimiento que se había hecho algo muy inteligente, pero aún no sabía el qué.

Este es el que leyó pero no firmó, ¡y este el que firmó pero no leyó! Ya has visto que estaba todo tapado, salvo el espacio donde había que firmar…”

“…«Ítem: que ejercerá la autoridad de rector, en ausencia de este». ¡Oh!, eso ha sido cambiado a «que será gobernador vitalicio absoluto, con el título de emperador, si es elegido por el pueblo para tal cargo». ¿¡Qué!? ¿Eres emperador, cielo?”

Aún no, querida –contestó el vicerrector–. Por el momento, no basta con enseñar este papel. Todo a su debido tiempo.”

«Ítem: que trataremos con amabilidad a los pobres». ¡Eso se ha omitido por completo!

¡Pues claro! –dijo su esposo–. ¡No vamos a preocuparnos por los miserables!

Estupendo –contestó milady, con gran énfasis, y retomó de nuevo la lectura–: «Ítem: que el contenido del Tesoro sea conservado intacto». ¡Caramba, eso se ha cambiado a «estará a la absoluta disposición del vicerrector»! ¡Oh, Sibi, qué truco más astuto! ¡Sólo imagínatelo: todas las joyas! ¿Puedo ir a ponérmelas directamente?

Esto… todavía no, amorcito –repuso de manera incómoda su esposo–. Entiende que la opinión pública aún no está del todo lista para ello. Debemos ir con tiento. Por supuesto tendremos el carruaje para nosotros de inmediato. Y yo tomaré el título de emperador tan pronto como podamos celebrar elecciones. Pero será difícil que toleren que usemos las joyas mientras sepan que el rector sigue vivo. Debemos extender el rumor de que ha muerto. Una pequeña conspiración…

¡Una conspiración! –gritó contentísima la dama, dando palmas–. ¡Qué sorpresa, me encantan las conspiraciones! ¡Con lo interesantes que son!

¡Comed, y no lloréis! –fueron sus escuetas y sencillas órdenes, y los pobres niños se sentaron uno junto al otro, pero no parecían tener ganas de comer.”

¡Aquí tienes agua, bébetela! –bramó Uggug, vertiendo una jarra de agua sobre la cabeza del viejo.

¡Bien hecho, hijo! –gritó el vicerrector–. ¡Así es como hay que tratar a esa gente, para que aprenda!

¡Qué niño más listo! –convino la vicerrectora–. ¿Verdad que es muy alegre?

¡Que lo muelan a palos! –voceó el vicerrector, mientras el viejo pordiosero sacudía el agua de su capa raída y volvía a levantar la vista en actitud sumisa.

Por cierto, el viejo acuerdo decía algo sobre que Bruno heredaría la rectoría –recordó milady–. ¿Cómo queda eso en el nuevo? El canciller soltó una risita.

Exactamente igual, palabra por palabra –dijo–, con una salvedad, milady. En vez de «Bruno», me he tomado la libertad de poner… –bajó la voz hasta un susurro– ¡de poner «Uggug», ya sabe!

¡Uggug, cómo no! –exclamé, en un arranque de indignación que no pude seguir conteniendo. Pronunciar incluso aquella única palabra me resultó un esfuerzo titánico; mas, una vez proferido aquel grito, todo esfuerzo cesó de inmediato: la escena entera desapareció barrida por una ráfaga de viento y me vi incorporado en mi asiento, con la mirada fija en la joven dama del rincón opuesto del vagón, la cual se había levantado el velo del rostro, y me observaba con una expresión de divertida sorpresa.

Si hubiera tenido una novela de terror en las manos –continuó ella–, algo sobre fantasmas o dinamita, o asesinatos a medianoche, resultaría comprensible: esas historias no valen el chelín que cuestan a menos que le causen a uno pesadillas.

aparentaba ser, prácticamente, una chiquilla: imaginé que apenas habría cumplido los 20 años (…) «No obstante –cavilé–, en otros 10 años, Silvia tendrá su aspecto, y hablará como ella.»

“…Los fantasmas de tren corrientes… quiero decir, los fantasmas de la literatura de trenes corriente, son algo lamentable. Me siento inclinada a decir, con Alexander Selkirk(*): «¡Su mansedumbre resulta pasmosa!». Y nunca llevan a cabo ningún asesinato a medianoche. ¡No podrían «revolcarse en sangre» para salvar sus vidas!

(*) Marinero escocés (1676-1721) famoso por haber vivido solo durante 4 años y 4 meses (de 1704 a 1709) en una isla entonces deshabitada del archipiélago de Juan Férnandez, en Chile. Se cree que Daniel Defoe se inspiró en parte en su historia para la creación de su novela Robinson Crusoe. El verso mencionado por la dama no es en realidad de Selkirk, sino del poeta inglés William Cowper (1731-1800), autor de The solitude of Alexander Selkirk («La soledad de Alexander Selkirk»), obra también inspirada en las experiencias del marinero. [N. del T.]

«Revolcarse en sangre» es una frase muy expresiva, ciertamente. Me pregunto si es aplicable a cualquier fluido.

Creo que no –contestó enseguida la dama, como si ya hubiera reflexionado sobre ello, hacía largo tiempo–. Ha de ser algo espeso. Por ejemplo, podría revolcarse en salsa de pan. Esta, al ser blanca, resultaría más apropiada para un fantasma, ¡suponiendo que quisiera revolcarse!”

«¡Ser un septuagenario, calvo y con anteojos tiene sus ventajas después de todo! –me dije–. En vez de un joven tímido y una doncella, intercambiando monosílabos con voz entrecortada entre terribles silencios, nos encontramos aquí con un anciano y una chiquilla, totalmente a sus anchas, ¡charlando como si se conociesen desde hace años!»

¿Cree usted entonces –proseguí en voz alta– que en ocasiones deberíamos pedirle a un fantasma que se sentase? ¿Acaso poseemos autoridad alguna para ello? En Shakespeare, por ejemplo… ahí aparecen muchos… ¿hace Shakespeare alguna vez la acotación: «Cede una silla al fantasma»?

La dama adoptó una expresión intrigada y pensativa durante un instante: luego hizo un ademán de aplauso.

¡Sí, así es! –gritó–. Le hace decir a Hamlet: «¡Descansa, descansa, espíritu turbado!».”

calló entre risas argentinas.”

Shakespeare debió de viajar en tren, aunque fuera únicamente en sueños: «espíritu turbado» es una frase realmente acertada. —«Turbado» en referencia, sin duda –se reincorporó ella a la charla–, a los sensacionales libritos que suelen leerse principalmente en los trenes. El vapor, cuando menos, ¡ha servido para generar un tipo completamente nuevo de literatura inglesa!

Sin duda –repetí yo–. El verdadero origen de todos nuestros libros de medicina… y de cocina…

¡No, no! –interrumpió ella de manera jovial–. ¡No hablaba de nuestra literatura! Nosotros somos bastante atípicos. Pero las emocionantes novelitas románticas, en las que el asesinato aparece en la página 15, y la boda en la 40, se deben con seguridad al vapor, ¿no le parece?

Y cuando viajemos por medio de la electricidad, si me permite desarrollar su teoría, tendremos folletos en vez de libritos, y el asesinato y la boda se producirán en la misma página.

¡Un desarrollo digno de Darwin! –exclamó la dama con entusiasmo–. Sólo que usted invierte su teoría. En vez de convertir un ratón en un elefante, ¡usted haría lo contrario! –Mas entonces nos metimos en un túnel, y yo me retrepé en mi asiento y cerré los ojos por un momento, tratando de recordar algunos de los incidentes de mi reciente sueño.

Creyó ver un elefante

que alto un pífano tocaba;

mas luego advirtió que era,

de su esposa, una carta.

Por fin me doy cuenta –dijo–:

¡esta vida es bien amarga!

¡Y menudo personaje disparatado cantaba tales disparates! Parecía tratarse de un jardinero; aunque uno loco, sin duda, por el modo en que blandía su rastrillo; más loco, por cómo, de tanto en tanto, rompía a bailar con frenesí; ¡más loco que nadie, por el alarido con el que profirió los últimos versos de la estrofa!

Hasta cierto punto estaba describiéndose a sí mismo, pues tenía los pies de un elefante: pero el resto de él era piel y hueso; y las briznas de paja suelta que le sobresalían por todas partes parecían indicar que en un principio llevaba esta metida bajo la ropa, y que prácticamente toda ella se le había salido ya.

Silvia y Bruno esperaron pacientemente hasta el final de la primera estrofa. Entonces Silvia se aproximó sola (dado que a Bruno le había entrado una repentina vergüenza) y se presentó tímidamente diciendo:

Disculpe, ¡me llamo Silvia!

¿Y quién es esa otra cosa? –preguntó el jardinero.

¿Qué cosa? –dijo Silvia, girándose–. Oh, ese es Bruno. Es mi hermano.

¿Era tu hermano ayer? –inquirió el jardinero ansiosamente.

¡Pues claro! –exclamó Bruno, que se había acercado poquito a poco, y al que no le gustaba nada que se hablara de él sin tomar parte en la conversación.

¡Ah, bien! –dijo el jardinero con una especie de gruñido–. Aquí las cosas cambian así. ¡Cada vez que miro se ha transformado por fuerza en algo distinto! Pero a pesar de ello, ¡hago mi tarea! Me levanto a las 5 con el canto del gallo…”

¡Recuerda que pájaro durmiente, tarde hincha el vientre!”

“…A mí no me gustan nada los gusanos. ¡Siempde me quedo en la cama hasta que el gallo se los ha comido todos!

¡Qué cara tienes para contarme un cuento como ese! –exclamó el jardinero.

A lo cual Bruno contestó sabiamente:

No hace falta tened cara para contad un cuento: sólo boca.”

El viejo pordiosero debía de estar muy sordo, ya que hizo caso totalmente omiso a los vehementes gritos de Bruno, y continuó andando con gran esfuerzo y agotamiento, sin detenerse ni un instante hasta que los niños se colocaron delante de él y le ofrecieron el trozo de bizcocho. El pobre chiquillo estaba completamente sofocado, y sólo pudo articular la palabra: «¡Bicicocho!», no con la sombría decisión con la que la había pronunciado su excelencia de forma tan reciente, sino con una encantadora timidez infantil, levantando la vista hacia el rostro del anciano con ojos que amaban «al ratón como al león».

El anciano le quitó el bizcocho de las manos y lo devoró ansiosamente, como habría hecho una hambrienta bestia salvaje, mas no correspondió a su pequeño benefactor con ninguna palabra de agradecimiento; únicamente gruñó: «¡Más, más!», y clavó una mirada feroz en los niños, que se asustaron un poco.

¡No hay más! –dijo Silvia con lágrimas en los ojos–. Yo me he comido el mío. Fue vergonzoso dejar que lo echaran de ese modo. Lo siento mucho…

No escuché el resto de la frase, pues mis pensamientos habían regresado, con gran sorpresa, a lady Muriel Orme, quien había pronunciado hacía nada aquellas mismas palabras de Silvia; así es, y con la misma voz de esta, ¡y con sus ojos amables y suplicantes!”

Cuando el arbusto desapareció por completo de nuestra vista, se reveló una escalera de mármol que descendía en la negrura. El anciano abrió la marcha, y nosotros lo seguimos expectantes.” “un extraño resplandor argénteo, que parecía darse en el aire, ya que no había lámparas a la vista, y, cuando por fin llegamos a una zona de suelo llano, la sala en la que nos encontramos estaba iluminada casi como a plena luz del día.”

En otro lugar, tal vez, me habría maravillado ver frutas y flores creciendo juntas; allí, mi mayor asombro era que jamás había contemplado antes frutas o flores como aquellas. Por encima de ellas, cada muro albergaba una vidriera circular, y rematando todo había una cúpula que parecía estar cubierta por entero de joyas.

Con asombro escasamente menor, me giré hacia un lado y a otro, tratando de averiguar cómo habíamos logrado entrar en la sala, pues no había ninguna puerta y todas las paredes se hallaban cubiertas por las preciosas y tupidas enredaderas.”

¡Padre, padre! –repitió Bruno, y, mientras los felices niños recibían abrazos y besos, yo no pude hacer otra cosa que frotarme los ojos y decir: «¿Adónde han ido los harapos?», pues el anciano estaba vestido ahora con ropajes reales que centelleaban con joyas y bordados de oro, y llevaba ceñida en torno a la cabeza una corona del mismo metal precioso.

¿Dónde estamos, padre? –susurró Silvia, abrazando con fuerza el cuello del anciano, y con su mejilla sonrosada apretada afectuosamente contra la de él.

En Elfolandia, cariño. Es una de las provincias de Hadalandia.

Pero yo creía que Elfolandia estaba lejísimos de Exotilandia, ¡y hemos recorrido una distancia ridícula!

Vinisteis por el Camino Real, cielo. Sólo aquellos de sangre real pueden viajar por él, pero tú lo eres desde que me nombraron rey de Elfolandia, lo cual fue hace casi un mes. Enviaron 2 embajadores para asegurarse de que su invitación, para ser su nuevo soberano, me llegara. Uno era un príncipe, de modo que pudo venir por el Camino Real, y hacerlo sin que nadie salvo yo lo viera; el otro era un barón, así que tuvo que viajar por el camino normal, y me imagino que aún no ha llegado.

¿Entonces cuánto hemos viajado? –inquirió Silvia.

Sólo unas mil millas, cielo, desde que el jardinero os abrió la puerta.

¡Mil millas! –repitió Bruno–. ¿Puedo comedme una?

¿Comerte una milla, pequeño granuja?

No –corrigió Bruno–. Me defiero a si puedo comedme una de esas fdutas.

Bruno corrió entusiasmado a la pared y cogió una fruta cuya forma era similar a la de un plátano, pero que tenía el color de una fresa.

Se la comió con una sonrisa de felicidad que fue decayendo gradualmente, hasta convertirse, cuando se la hubo terminado, en un rostro verdaderamente apático.”

Lo son para vosotros, cariño, porque no pertenecéis a Elfolandia, todavía. Pero para mí son reales.

Bruno puso cara de extrañeza.

Yo mismo intenté coger unas cuantas, pero era como tratar de asir el aire, así que me rendí al poco tiempo y regresé junto a Silvia.”

un guardapelo en forma de corazón, tallado aparentemente a partir de una única gema, de un vivo color azul, con una fina cadenita de oro unida a él.”

Ahora, Silvia, mira esto. –Y le mostró, sobre la palma de su mano, un guardapelo de un intenso color carmesí, con la misma forma que el azul y, como este último, unido a una delicada cadenita de oro.”

¡Y este también tiene unas palabdas! –señaló Bruno–. Silvia… querá… a… todos.

Ahora ves la diferencia –dijo el anciano–: colores y palabras diferentes. Escoge uno de ellos, tesoro. Te daré el que más te guste.

Es muy agradable que te quieran –apuntó–, ¡pero más aún querer a otras personas! ¿Puedo quedarme el rojo, padre?

El anciano no respondió, pero pude ver que sus ojos se llenaban de lágrimas cuando bajó la cabeza y apretó sus labios contra la frente de Silvia en un largo y cariñoso beso.

Me asaltó nuevamente una sensación de desconcierto respecto a cómo íbamos a lograr regresar –pues daba por sentado que adonde quiera que fueran los niños, yo los acompañaría–, pero por sus mentes no pareció pasar ni la más mínima sombra de duda, mientras abrazaban y besaban a su padre, susurrando, una y otra vez: «¡Adiós, querido padre!». Y entonces, de forma veloz y repentina, la oscuridad de la medianoche pareció caer sobre nosotros, y a través de ella resonó de manera estridente una extraña y alocada canción:

Creyó ver a la repisa

un búfalo encaramado:

mas luego advirtió que era

sobrina de su cuñado.

«¡Si no te largas ya –dijo–

la poli vendrá volando!»

¿Quiénes son tus allegados? –preguntó Bruno.

¡Pues sea quien sea el que ha llegado, por supuesto! –respondió el jardinero–. Ya podéis pasar, si queréis.

Pequeña, como ves, pero más que suficiente para los dos. Siéntate en el sillón, viejo amigo, ¡y deja que te eche otro vistazo! Pues, ciertamente, ¡sí se te ve un poco abatido! –dijo, y adoptó un solemne aire profesional–. Prescribo ozono, quantum sufficit; disipación social, fiant pilulae quam plurimae(*): ¡tómense, en banquetes, 3 veces al día!

(*) «háganse píldoras en abundancia».

* * *

¡Pero doctor! –protesté–. ¡La alta sociedad no «recibe» 3 veces al día!

¡Eso es lo que usted se cree! –contestó alegremente el joven médico–. En casa, tenis sobre hierba, 3 de la tarde. En casa, piscolabis, 5 de la tarde. En casa, música (en Elveston no se invita a cenar), 8 de la tarde. Carruajes a las 10. ¡Ahí lo tiene!

Sí… la conozco. –Y el serio doctor se ruborizó ligeramente al añadir–: Sí, coincido contigo. Es realmente hermosa.

¡Casi me enamoro perdidamente de ella! –Proseguí con picardía–. Hablamos…

¡Cena algo! –Interrumpió Arthur¹ con aire de alivio, cuando la criada entró con la bandeja. Y resistió firmemente todos mis intentos de volver al tema de lady Muriel hasta que la tarde prácticamente se hubo agotado. Entonces, cuando nos hallábamos sentados contemplando el fuego y la conversación derivaba en silencio, realizó una apresurada confesión.

No tenía intención de contarte nada sobre ella –dijo (sin dar ningún nombre, ¡como si no hubiera más que una «ella» en el mundo!)– hasta que la hubieras visto algo más y te hubieras formado una opinión propia; pero de algún modo me lo sonsacaste. Y no he dicho una palabra de esto a nadie más. ¡Pero a ti sí puedo confiarte un secreto, viejo amigo! ¡Así es! Lo que supongo dijiste en broma, ¡es cierto en mi caso!

¡No fue nada más que eso, créeme! –dije con sinceridad–. ¡Cielo santo, hombre, si le triplico la edad! Pero si es tu elegida, entonces no me cabe duda de que no hay persona más buena…

…ni dulce –continuó Arthur–, ni pura, ni abnegada, ni sincera, ni… –y calló bruscamente, como si no pudiera confiar en sí mismo para seguir hablando sobre una cuestión tan sagrada y preciosa.

¹ Curiosamente Arthur & Sylvia são os nomes dos pais do garoto (o terceiro de 5 filhos homens) que inspirou outro ícone das novelas infantis, ao lado das de Carroll: Peter Llewelyn Davies, depois transfigurado por James Barrie em Peter Pan (1904)! Outra coincidência: Peter Davies serviu – e foi condecorado – na I Guerra; já dois filhos de Alice Liddell, a “Alice do mundo real”, foram mortos no confronto – não que filhos de europeus famosos morrendo ou se destacando com bravura numa guerra européia em grande escala fosse uma ‘ocorrência rara’, mas só ao não serem plebeus já se torna algo pitoresco… Curiosamente, enquanto Alice Liddell nunca sofreu por ser protagonista de um livro (e, ademais, suas semelhanças com a heroína ficcional são esparsas), ao contrário, rendendo-lhe fama e dinheiro até o fim dos dias, Peter Davies terminou se suicidando por nunca conseguir se livrar da associação ao “menino que nunca amadurece” (os tablóides ingleses estamparam, no início dos 1960: Morre Peter Pan atropelado por um trem…)! Peter Davies, uma casa editorial, foi fundada por ele.

Me los imaginé paseando juntos, tranquila y amorosamente, bajo un dosel de árboles, en un precioso jardín de su propiedad, y recibiendo la bienvenida de su fiel jardinero, a su vuelta de alguna breve excursión.

Parecía bastante natural que este último se sintiera desbordado de gozo ante el regreso de un señor y una señora tan encantadores –¡y qué aspecto más extrañamente infantil tenían! Podría haberlos confundido con Silvia y Bruno–; ¡pero menos natural que lo expresara con bailes tan alocados y canciones tan delirantes!

Creyó ver una serpiente

que en griego lo interrogaba;

mas luego advirtió que era

un jueves de otra semana.

«¡Lo que sí lamento –dijo–

es que ahora ya no habla!»

…y menos natural que nada que el vicerrector y milady se encontraran a mi lado, hablando acerca de una carta abierta que el profesor, quien aguardaba en actitud dócil a pocos metros, acababa de entregarle.”

«…y por ello le rogamos gentilmente que acepte la corona, para la cual ha sido elegido de manera unánime por el Consejo de Elfolandia; y que permita que su hijo Bruno (cuya bondad, inteligencia y belleza han llegado a nuestros oídos) sea considerado príncipe heredero»

¡No seas tonta, y deja de decir sandeces! Nuestra única oportunidad es que no vea a esos 2 mocosos. Si eres capaz de lograrlo, puedes dejarme el resto a mí. Yo le haré creer que Uggug es un dechado de inteligencia y todo eso.

Está claro que tenemos que cambiarle el nombre por el de Bruno, ¿no? –aventuró milady.

El vicerrector se frotó la barbilla.

¡Hum! ¡No! –dijo cavilante–. No serviría. El niño es tan rematadamente idiota que jamás aprendería a contestar a él.

¡Cómo que idiota! –gritó milady–. ¡No es más idiota que yo!

Tienes razón, querida –contestó en tono sedante el vicerrector–. ¡Desde luego que no!

Milady se quedó contenta.

Su adiposidad el barón Doppelgeist.

¿Por qué se presenta con un nombre tan raro? –dijo milady.

Le fue imposible cambiárselo durante el viaje –respondió mansamente el profesor– porque venía cargado.

Ve tú a recibirlo –le indicó milady al vicerrector– y yo me ocuparé de los niños.

Bueno, así es –respondió, agachando modestamente la mirada–. Mis ancestros fueron todos célebres por su genio militar.

Milady sonrió gentilmente.

Se trata a menudo de algo hereditario –comentó–; igual que el amor por la repostería. [confeitaria]

El barón pareció ofenderse ligeramente, y el vicerrector cambió de tema de manera sutil.

La cena estará pronto lista –dijo–. ¿Me concede el honor de acompañar a su adiposidad a la habitación de invitados?

¡Desde luego, desde luego! –asintió con entusiasmo el barón–. ¡Nunca se debe hacer esperar a la cena! –Dicho lo cual, salió de la sala casi al trote siguiendo al vicerrector.

Cierto –asintió el barón–. El enemigo, como iba diciendo, nos superaba ampliamente en número, pero yo marché con mis hombres directamente al corazón de… ¿qué es eso? –exclamó el héroe bélico en tono agitado, colocándose detrás del vicerrector, cuando una extraña criatura se lanzó como loca hacia ellos, blandiendo una pala.

Sólo es el jardinero –respondió el vicerrector en tono alentador–. Es totalmente inofensivo, se lo aseguro. ¡Escuche, está cantando! Es su pasatiempo favorito. Y una vez más volvieron a oírse aquellas agudas notas discordantes:

Creyó ver bajar de un bus

a un empleado de banca;

mas luego advirtió que era

un hipopótamo: «¡Hala!

Si a cenar viniese –dijo–

¡no dejaría migaja!».

El barón pareció de nuevo ligeramente ofendido, pero el vicerrector se apresuró a explicar que la canción no se refería a él, y que, de hecho, no tenía ningún sentido.”

Permítame presentarle a mi hijo –dijo el vicerrector; añadiendo, en un susurro–, ¡uno de los muchachos más sobresalientes y listos que jamás ha habido! Trataré de que le demuestre parte de su inteligencia. Sabe todo lo que los demás muchachos desconocen, y en tiro con arco, pesca, pintura y música, sus dotes son… pero júzguelo usted mismo. ¿Ve aquella diana de allí? Va a dispararle una flecha. Querido muchacho —dijo a continuación en voz alta–, a su adiposidad le complacería verte disparar. ¡Traed el arco y las flechas de su alteza!

Uggug puso una cara de gran enfurruñamiento cuando le entregaron el arco y la flecha, y se preparó para el disparo. Nada más salir volando el proyectil, el vicerrector propinó un fuerte pisotón en la punta del pie al barón, que profirió un grito de dolor.

¡Sostenía el arco con tamaña torpeza que parecía imposible!–musitó. Pero no cabía ninguna duda: allí estaba la flecha, ¡justo en el centro de la diana!

El lago está ahí al lado –dijo a continuación el vicerrector–. ¡Traed la caña de pescar de su alteza! –Y Uggug sujetó la caña de malísima gana, y dejó colgando la mosca sobre el agua.

¡Tiene un escarabajo en el brazo! –chilló milady, pellizcando el brazo del pobre barón más fuerte que si 10 langostas se lo hubieran atenazado a la vez con sus pinzas–. Esa variedad es venenosa –explicó–. ¡Pero qué lástima! ¡Se ha perdido cómo sacaba el pez del agua!

Un enorme bacalao muerto yacía en la orilla, con el anzuelo en la boca.

Siempre había creído –comentó el barón entre titubeos– que los bacalaos eran peces de agua salada.

No en este país –señaló el vicerrector–. ¿Vamos adentro? Hágale alguna pregunta a mi hijo de camino… ¡sobre cualquier tema que guste! –Y el malhumorado muchacho recibió un violento empujón al frente para que caminara al lado del barón.

Podría decirme su alteza –empezó cautelosamente el barón– ¿cuál sería el total de 7 por 9?

¡Tuerza a la izquierda! –chilló el vicerrector, adelantándose con aspereza para indicar el camino, de forma tan brusca que chocó con su desafortunado invitado, el cual cayó pesadamente de bruces al suelo.

¡Cuánto lo lamento! –exclamó milady, mientras su esposo y ella lo ayudaban a ponerse de nuevo en pie–. ¡Mi hijo se disponía a decir «63» cuando se ha caído!

La cena se sirvió a su debida hora, y cada nuevo plato parecía acrecentar el buen humor del barón, mas todos los esfuerzos para que expresase su opinión sobre la inteligencia de Uggug fueron vanos, hasta que el interesante muchacho abandonó la sala, y se le vio por la ventana abierta rondando el jardín con un cestillo, el cual estaba llenando de ranas.”

Ug… quiero decir, ¡muchacho! Ven un segundo, ¡y trae al maestro de música contigo! Para pasarle las páginas de la partitura –agregó como explicación.”

¿Qué mútsica fa a quegueg?

La sonata que su alteza toca tan deliciosamente –dijo el vicerrector.

Tsu altesa no tiene… –empezó a decir el maestro de música, pero fue bruscamente interrumpido por el vicerrector.

¡Silencio, señor! Vaya a pasarle las hojas de la partitura a su alteza. Querida –a la vicerrectora–, ¿le mostrarás qué hacer? Y mientras tanto, barón, yo le enseñaré un mapa sumamente interesante que tenemos… ¡de Exotilandia, Hadalandia y ese tipo de cosas!

—…¡Come como un tiburón! ¡Que yo lo mencionara resultaría escasamente apropiado!

Su esposa captó la idea, y al momento empezó a soltar indirectas de lo más sutiles y delicadas.

¡Pero mire qué corta es la vuelta a Hadalandia! ¡Si saliera mañana por la mañana, llegaría allí en poco más de una semana!

Puede volver 5 veces en el tiempo que le llevó venir una sola… ¡si sale mañana por la mañana!

Mientras ocurría todo aquello, la sonata resonaba por la sala. El barón no pudo evitar admitir para sí que la interpretación estaba siendo magnífica, pero sus intentos de captar el más mínimo atisbo del joven músico fueron inútiles. Cada vez que estaba a punto de lograr verlo, el vicerrector o su esposa se colocaban inevitablemente en medio, señalando algún nuevo punto del mapa, y ensordeciéndolo con algún nuevo nombre.

En aquel momento la puerta se abrió: un rostro gordo y furioso se asomó por ella; una voz, ronca por la ira, bramó:

¡Mi habitación está llena de ranas; me marcho! –La puerta volvió a cerrarse.

Y la noble composición seguía todavía sonando en la sala, pero era la magistral ejecución de Arthur la que originaba los ecos y me conmovía la misma alma con la delicada música de la inmortal Sonata Pathetique;¹ y no fue hasta que hubo expirado la última nota que el cansado pero feliz viajero fue capaz de pronunciar las palabras «¡Buenas noches!» e ir en busca de su muy necesitada almohada.”

¹ Sonata nº 8 de Beethoven, Opus 13.

Al dar las 5, Arthur propuso –esta vez sin vergüenza alguna– que lo acompañara hasta el Hall a fin de que pudiera conocer al earl de Ainslie, quien lo había alquilado para pasar la estación, y me reencontrara con su hija lady Muriel.”

Advertí, no obstante, y lo hice con agrado, indicios de un sentimiento que iba mucho más allá de un mero aprecio cordial en su encuentro con Arthur –aunque esto sucedía, según colegí, prácticamente a diario–, y la conversación que mantuvieron, en la que el earl y yo participamos sólo de manera ocasional, tuvo lugar con una comodidad y una espontaneidad difícil de encontrar salvo entre amigos que han mantenido una relación muy larga”

No resulta difícil imaginar una situación –dijo Arthur– en la que las cosas necesariamente no tendrían peso, en relación unas con otras, aun manteniendo cada una de ellas su peso usual, si se la considerase de manera aislada.

¡Qué terrible paradoja! –exclamó el earl–. Díganos cómo sería posible. Nunca lo adivinaremos.

Bien, imagine esta casa, tal cual, situada a unos cuantos miles de millones de millas por encima de un planeta, y con ninguna otra cosa lo bastante cerca como para perturbarla; no hay duda de que cae hacia el planeta, ¿cierto?

El earl asintió con la cabeza.

Desde luego… aunque tardaría varios siglos en hacerlo.

¿Y habría té de las 5 mientras tanto? –dijo lady Muriel.

Eso y otras cosas –señaló Arthur–. Los ocupantes vivirían sus vidas, crecerían y morirían, ¡y la casa seguiría cayendo, cayendo, cayendo! Pero en cuanto al peso relativo de las cosas: nada puede ser pesado, ya saben, salvo si intenta caer, y algo se lo impide. ¿Están todos de acuerdo?

Todos lo estábamos.

Entonces, si cojo este libro y lo sostengo con el brazo extendido, está claro que siento su peso. Está tratando de caer y yo se lo impido. Y, si lo suelto, cae al suelo. Pero si estuviéramos todos cayendo a la vez, no podría tratar de caer más rápido, ¿comprenden?, ya que, si lo suelto, ¿qué otra cosa podría hacer sino caer? Y, como mi mano estaría cayendo también, a la misma velocidad, nunca la abandonaría, pues eso supondría adelantarla en la carrera. ¡Y jamás podría rebasar el suelo, también en caída!

Lo entiendo con claridad –dijo lady Muriel–, ¡pero resulta mareante pensar en cosas así! ¿Cómo puede obligarnos a ello?

Hay una idea más curiosa todavía –me atreví a decir–. Supongamos un cordel atado a la casa, desde abajo, y del que tira alguien en el planeta. Entonces, por supuesto, la propia casa va más deprisa que su ritmo natural de caída, pero los muebles, junto con nuestros nobles cuerpos, seguirían cayendo a su antigua velocidad, ¡por lo que se quedarían atrás!

Subiríamos hasta el techo, prácticamente –apuntó el earl–. Lo cual acarrearía de manera inevitable una conmoción cerebral.

Para evitar eso –dijo Arthur–, habría que fijar los muebles al suelo, y atarnos nosotros a ellos. Entonces el té de las cinco podría tener lugar tranquilamente.

¡Con un pequeño inconveniente! –interrumpió lady Muriel de modo alegre–. Tendríamos que agarrar las tazas para que bajaran con nosotros, pero ¿qué hay del té?

Me había olvidado del té –confesó Arthur–. Eso, sin duda, subiría hasta el techo… ¡a no ser que decidiera bebérselo en mitad de la ascensión!

E tudo isso o danado do Carroll imaginou antes de poder conhecer uma estação da Nasa!

La canción de los pescadores se escuchaba cada vez más cerca y clara, a medida que su barca se aproximaba a la playa, y habría bajado para verlos descargar su flete de pescado si el microcosmos a mis pies no hubiera excitado aún más mi curiosidad.

Un viejo cangrejo, que no cesaba de moverse frenéticamente de un lado a otro de la charca, me tenía particularmente fascinado: existía una cierta vacuidad en sus ojos fijos y una violencia sin sentido en su comportamiento que recordaba, de manera irresistible, al jardinero que se había hecho amigo de Silvia y Bruno; mientras lo miraba, llegaron a mis oídos las notas con que concluía la melodía de su alocada canción.

El silencio que se produjo a continuación se vio roto por la dulce voz de Silvia:

¿Podría dejarnos salir al camino, por favor?

¡¿Qué?! ¿Para ir otra vez tras ese viejo pordiosero? –gritó el jardinero, que se puso a cantar:

Creyó ver un gran canguro¹

que molía en molinillo:

mas luego advirtió que era

un tónico en comprimidos.

«Si lo tomara –saltó–

¡me pondría muy malito!»

¹ De caranguejo a canguru num átimo!

—…Así que, ¿sería tan amable de…?

¡Pues claro! –respondió de inmediato el jardinero–. Yo siempre soy amable. Nunca soy desagradable con nadie. ¡Ya está! –Y abrió la puerta de un tirón, dejándonos salir al polvoriento y amplio camino.

¿Qué era lo que teníamos que hacer con él, Bruno? ¡Se me ha olvidado por completo!

¡Bésalo! –era la invariable receta de Bruno en casos de duda y dificultad. Silvia lo besó, pero no dio ningún resultado–. Fdótalo al devés –fue su siguiente sugerencia.

“…varios árboles, en la ladera de la colina vecina, estaban subiendo lentamente por ella, en solemne procesión, al tiempo que un apacible arroyuelo, que había estado fluyendo a nuestros pies un momento antes, formando pequeñas ondas, comenzó a crecer, a espumar, a silbar y a burbujear, de un modo verdaderamente alarmante.

¡Fdótalo de otda manera! –chilló Bruno–. ¡Pdueba de ariba abajo! ¡Core!

Fue una feliz idea. Frotarlo de arriba a abajo surtió efecto, y el paisaje, que había estado mostrando signos de enajenación mental en diversas direcciones, regresó a su estado normal de sobriedad; a excepción de un ratoncillo de color pardoamarillento, que seguía correteando como loco por el camino, en una y otra dirección, meneando enérgicamente la cola como un pequeño león.”

El ratón se puso en el acto a trotar con un paso ceremonioso, cuyo ritmo podíamos seguir sin dificultad. El único fenómeno que me produjo un cierto desasosiego fue el rápido aumento de tamaño de la pequeña criatura que estábamos siguiendo, que se parecía más y más a un verdadero león a cada momento que pasaba.”

Ningún miedo pareció pasar por la mente de los niños, que le dieron suaves palmadas y lo acariciaron como si se tratase de un poni de las islas Shetland.

¡Ayúdame a subid! –gritó Bruno. Y un momento después Silvia lo levantó hasta el ancho lomo de la mansa bestia, y ella se sentó detrás de él, de lado. Bruno llenó ambas manos de melena y simuló guiar a aquel nuevo tipo de corcel–. ¡Are! –aquello pareció bastar a modo de indicación verbal: el león inició al instante un medio galope tranquilo y pronto nos vimos en el corazón del bosque. Y digo «nos vimos», pues tengo la seguridad de que yo los acompañaba, aunque me siento totalmente incapaz de explicar cómo me las arreglé para mantener el ritmo de un león a dicho aire. Pero ciertamente yo era parte del grupo cuando nos topamos con un viejo pordiosero que estaba cortando leña, y a cuyos pies el león hizo una profunda reverencia, momento en el cual los niños desmontaron y se lanzaron a los brazos de su padre.

¡De mal en peor! –dijo el anciano para sí en tono caviloso cuando los niños hubieron terminado su relato, algo confuso, de la visita del embajador, construido sin duda a partir del rumor general, pues ellos no lo habían visto en persona–. ¡De mal en peor! Ese es su destino. Lo veo, pero no puedo alterarlo. El egoísmo de un hombre mezquino y artero, de una mujer ambiciosa y necia, de un niño lleno de rencor y falto de amor… todos llevan en una dirección: ¡de mal en peor! Y vosotros, queridos míos, debéis sufrirlo por algún tiempo, me temo. Empero cuando las cosas estén peor que nunca, podéis acudir a mí. Es poco lo que puedo hacer de momento…”

Que el engaño, el rencor, la ambición

duerman en la noche de la razón,

¡hasta que la flaqueza sea fuerza;

las tinieblas, fulgor;

y todo mal se invierta!

La nube de polvo se extendió por el aire, como si estuviera viva, adoptando formas curiosas que cambiaban sin cesar.

¡Está fodmando letdas! ¡Y palabdas! –susurró Bruno, agarrándose, un poco asustado, a Silvia–. ¡Pero no consigo leedlas! ¡Hazlo tú, Silvia!”

—…Primero, ¿por qué me llamas Benjamín?

¡Es parte de la conspiración, amor! Uno debe tener un alias, ¿sabes?…

¡Oh, así que un alias! ¡Vaya! Y segundo, ¿con qué objeto compraste esta daga? Venga, ¡nada de evasivas! ¡No puedes engañarme!

¡Oh, no hables tú de conspiraciones! –la cortó violentamente su esposo, tirando la daga al interior del armario–. Sabes tanto de dirigir una conspiración como una gallina. Lo primero que hay que hacer es conseguir un disfraz. ¡Mira esto!

Y con comprensible orgullo se ciñó el gorro y los cascabeles, y el resto del disfraz de bufón, le guiñó un ojo a su esposa y preguntó con ironía:

¿Doy el pego o no?

Los ojos de milady brillaron con absoluto entusiasmo conspirativo.

¡Totalmente! –exclamó, dando palmadas–. ¡Tienes todo el aspecto de un payaso!

El «payaso» sonrió con recelo. No estaba completamente seguro de si aquello era un halago o no.

¿Quieres decir un bufón? Sí, esa era mi intención. ¿A que no te imaginas cuál es tu disfraz? –Y procedió a deshacer el paquete, mientras la dama lo observaba extasiada.

¡Oh, qué maravilla! –gritó, cuando el disfraz estuvo por fin extendido–. ¡Un disfraz espléndido! ¡De mujer esquimal!

¡Cómo que de esquimal! –bramó el otro–. Toma, póntelo, y mírate en el espejo. ¿Pero es que no ves que es un oso? –El vicerrector calló de repente, al oírse una áspera voz que aullaba:

«Mas luego advirtió, no obstante,

que era un oso sin cabeza».

Tendré que practicar un poco la forma de andar –dijo milady, mirando a través de la boca del oso–: ya sabes que al principio es imposible no comportarse un poco como un humano. Y por supuesto dirás: «¡Arriba, Bruin!»,¹ ¿a que sí?

¡Por supuesto que sí! –contestó el cuidador, agarrando la cadena que colgaba del collar del oso con una mano, mientras con la otra hacía restallar un pequeño látigo–. Ahora da una vuelta a la habitación bailando un poco. Muy bien, querida, muy bien. ¡Arriba, Bruin! ¡Arriba te digo!

[¹ Diz-se dos ursos marrons.]

¡Deja que te tome el pulso, hijo mío! –solicitó el preocupado padre–. Ahora saca la lengua. ¡Ah, lo que pensaba! Tiene un poco de fiebre, profesor, y ha sufrido una pesadilla. Métalo en la cama inmediatamente y dele un jarabe que le baje la temperatura.

El motivo por el que lo he mencionado, profesor, era pedirle que tuviera la amabilidad de presidir las elecciones. Como entenderá, ello conferiría respetabilidad al asunto para que no hubiera sospechas de nada turbio…

¡Me temo que no puedo, excelencia! –balbuceó el anciano–. ¿Y si el rector…?

¡Cierto, cierto! –interrumpió el vicerrector–. Su posición, como profesor de la corte, no lo vuelve oportuno, lo admito. ¡Pues nada! Entonces las elecciones se llevarán a cabo sin su intervención.

¡Es siempde tan desagadable! –añadió Bruno lastimeramente–. Ahora que padde ya no está, todos lo son con nosotdos. ¡El león se podtó mucho mejod!

Pero tenéis que hacer el favor de aclararme –contestó el profesor con gesto de preocupación– cuál es el león, y cuál el jardinero. Es sumamente importante no confundir 2 animales así uno con otro. Y en su caso, es muy probable que ocurra, dado que ambos tienen boca, ¿sabéis?…

¿Siempde confunde unos animales con otdos? –preguntó Bruno.

Bastante a menudo, me temo –confesó con franqueza el profesor–. Por ejemplo, están la conejera y el reloj del salón –señaló–.

Uno los confunde un poco… porque los dos tienen puertas, como sabéis. Ayer mismo, ¿os lo podéis creer?, metí unas lechugas en el reloj, ¡y traté de dar cuerda al conejo!

¿Y el conejo madchaba, después de habedle dado cuedda? –inquirió Bruno.

El profesor se llevó las manos a la cabeza, y gimió:

¿Que si marchaba? ¡Me parece que sí! ¡De hecho, se ha marchado! Y a dónde… ¡eso es lo que no puedo averiguar! Lo he intentado todo… me he leído entero el artículo «Conejo» en la enciclopedia…

Bueno, verá, la cifra lleva doblándose muchos años –respondió el sastre, de forma un poco desabrida– y creo que me gustaría que me pagara ya. ¡Son 2 mil libras!

¡Oh, eso no es nada! –observó el profesor con despreocupación, hurgando en su bolsillo, como si siempre llevara por lo menos dicha cantidad consigo–. ¿Pero no preferiría esperar 1 añito más y que pasen a ser 4 mil? ¡Piense tan sólo en lo rico que sería! ¡Podría ser rey, si quisiera!

No sé si querría ser rey –dijo el hombre, pensativo–. ¡Pero desde luego parece un buen montón de dinero! Está bien, creo que esperaré…

¡Claro que sí! –asintió el profesor–. Veo que es usted muy sensato. ¡Que tenga un buen día!

¿Tendrá algún día que pagarle esas 4 mil libras? –preguntó Silvia cuando la puerta se cerró tras el acreedor.

¡Nunca, mi niña! –contestó enfáticamente el profesor–. Seguirá doblándola, hasta que muera. ¡Entenderéis que siempre merece la pena esperar 1 año más para conseguir el doble de dinero! Y ahora, ¿qué os gustaría hacer, amiguitos míos? ¿Os parece bien que os lleve a ver al otro profesor? Es una ocasión excelente para una visita –dijo para sí, echando un vistazo a su reloj–: normalmente se toma un breve descanso, de 14 minutos y ½, sobre esta hora.

A CREATURE OF CHAOS: “iba descubriendo a cada momento nuevas habitaciones y corredores en aquel misterioso palacio, y con escasa frecuencia lograba encontrar de nuevo los ya visitados.”

¡Nos estás gastando una broma, anciano encantador! –dijo–. ¡Aquí no hay ninguna puerta!

La habitación no tiene puertas –explicó el profesor–. Tendremos que entrar por la ventana.

De modo que fuimos hasta el jardín y no tardamos en hallar la ventana de la habitación del otro profesor. Era una ventana en la planta baja, y se encontraba invitadoramente abierta; el profesor aupó primero a los 2 niños para que entraran, y después él y yo trepamos al alféizar para seguirlos.

El otro profesor estaba sentado frente a una mesa, con un gran libro abierto delante, sobre el cual tenía la frente apoyada; abrazaba el libro con ambos brazos, y roncaba con fuerza.

Lee así, por lo general –comentó el profesor–, cuando el libro es muy interesante, ¡y entonces a veces cuesta mucho conseguir que atienda!

¡Qué ensimismado está! –exclamó el profesor–. ¡Debe de haber llegado a una parte del libro interesantísima! –Y descargó una buena lluvia de golpes sobre la espalda del otro profesor, mientras gritaba sin parar–: ¡Eh! ¡Eh! –Luego le dijo a Bruno–: ¿No es asombroso que esté tan abstraído?

¡Eso es! –exclamó el profesor, encantado–. ¡Eso servirá, no hay duda! –Y cerró el libro con tanta brusquedad que pilló con fuerza la nariz del otro profesor entre las hojas.

Este se levantó al instante y llevó el libro al fondo de la habitación, donde lo devolvió a su sitio en la librería.

He estado leyendo 18 horas y ¾ –dijo–, y ahora me tomaré un descanso de 14min30. ¿La charla está lista?

—…La gente nunca disfruta de la ciencia abstracta, ya sabe, cuando le ruge el estómago. Y también está el baile de disfraces. ¡Oh, será de lo más entretenido!

¿En qué momento será el baile? –preguntó el otro profesor.

En mi opinión debería celebrarse al principio del banquete… viene muy bien para que la gente rompa el hielo, ya sabe.¹

Sí, ese es el orden correcto. Primero el conocer; luego el comer; y después el placer… ¡pues estoy seguro de que cualquier charla que imparta será un placer para nosotros! –dijo el otro profesor, el cual no había dejado de darnos la espalda en ningún momento, ocupado como estaba en sacar los libros, uno por uno, y colocarlos cabeza abajo. Un caballete, que sostenía una pizarra, se hallaba cerca de él, y, cada vez que le daba la vuelta a un libro, hacía una marca en el encerado con un trozo de tiza.

¹ Todos esses eventos demorarão centenas de páginas para acontecer!

Deje que lo intente –dijo el otro profesor, sentándose al pianoforte–. Supongamos, por ejemplo, que comienza en la bemol –añadió, tocando la nota en cuestión–. ¡La, la, la! Creo que estoy dentro de la octava. –Volvió a tocar la nota y apeló a Bruno, que se encontraba a su lado–: ¿La he cantado como es debido, hijo?

No, no lo ha hecho –respondió Bruno con gran decisión–. La ha cantado como bebido.

Había una vez un cerdo sentado a solas

junto a una fuente rota,

que día y noche se lamentaba;

a un corazón de piedra habría conmovido

verlo retorcerse las pezuñas y soltar gemidos

porque era incapaz de saltar.”¹

¹ Também esta música-estorieta demorará a concluir, na boca de Bruno, no epílogo!

Los extremos son siempre malos –comentó el profesor, con gran seriedad–. Por ejemplo, la sobriedad es algo muy bueno, cuando se practica con moderación: pero incluso esta, cuando se lleva al extremo, tiene desventajas.

«¿Qué desventajas?» fue la cuestión que me vino a la cabeza; y, como de costumbre, Bruno la formuló por mí:

¿Qué debe en cajas?

Esta es una de ellas –continuó el profesor–: cuando un hombre está achispado (ese es un extremo, sabéis), ve una sola cosa como si fueran 2. Pero cuando está extremadamente sobrio (ese es el otro extremo), ve 2 cosas como si fueran una sola. En ambos casos, se trata de algo igual de inconveniente.

¿Qué significa «inconviniente»? –susurró Bruno a Silvia.

La diferencia entre «conveniente» e «inconveniente» se ilustra mejor por medio de un ejemplo –dijo el otro profesor, que había oído la pregunta–. Si sencillamente piensas en cualquier poema que contenga las 2 palabras… como…

El profesor se tapó las orejas con las manos y adoptó una expresión consternada.

Si se le deja empezar un poema –informó a Silvia–, ¡no parará de recitar! ¡Nunca lo hace!

¿Alguna vez se ha puesto a recitar un poema y nunca ha parado? –indagó Silvia.

En 3 ocasiones –dijo el profesor.

Bruno se puso de puntillas hasta que sus labios estuvieron a la altura del oído de Silvia.

¿Y qué paso con esos tdes poemas? –susurró–. ¿Los está deciendo ahora?

¡Calla! –le instó Silvia–. ¡El otro profesor está hablando!

Adelante, entonces –dijo el profesor–. Lo que tiene que ser, será.

¡Recuerda eso! –le susurró Silvia a Bruno–. Es una regla muy buena para las veces en que te haces daño.

¡Y también para cuando hago duido! –contestó el descarado jovenzuelo–. ¡Así que decuéddelo usted también, señorita.

Sus palabras fueron bastante severas, pero soy de la opinión de que, cuando uno desea realmente despertar en el criminal una conciencia de su culpabilidad, no debería pronunciar la frase con los labios muy cerca de su mejilla, dado que concluirla con un beso, por muy accidental que sea, debilita terriblemente el efecto.”

«Pedro es pobre –dijo el noble Pablo–

mas su amigo fiel siempre yo he sido;

y, aunque mis medios son escasos,

ya que dar no, prestar me permito.

¡Qué pocos, salvo por interés,

ayudan al que lo necesita!

¡Pero a Pedro yo le prestaré,

pues sensible soy, 50 libras!».

¡Cuán inmenso fue el gozo de Pedro

al ver a su amigo tan solidario!

¡Con qué alegría firmó el acuerdo

por el cual quedaría endeudado!

Y dijo Pablo: «No está de más

que fijemos del retorno el día.

Siguiendo un buen consejo, será

de mayo el cuarto, al mediodía».

«¡Pero si ya es abril! Día uno,

si no me equivoco –dijo Pedro–.

Cinco semanas se irán al punto:

¡apenas duran un pestañeo!

Dame, para montar una empresa

y especular, al menos un año.»

«Es imposible cambiar la fecha.

Ha de pagarse el 4 de mayo.»

«¡Qué remedio! –suspiró el deudor–.

Me marcho: abóname el importe.

Ganaré 1 libra honesta o 2

con una sociedad por acciones.»

«Si parezco insensible, lo siento:

te haré el préstamo, naturalmente;

mas, por unas semanas, encuentro

que no será… en fin, conveniente.»

Cada semana, Pedro volvía,

para marcharse apesadumbrado;

la respuesta siempre era la misma:

«Hoy no te puedo dar lo que hablamos».

Y pasaron las lluvias de abril

cinco semanas, prácticamente–

y aún Pablo replicaba así:

«Por el momento, ¡no es conveniente!».

Llegó el 4, y Pablo, puntual,

se presentó allí con un letrado.

«Creí mejor venir a tu hogar,

y dejar ya todo esto zanjado.»

¡Qué desesperación la de Pedro!

Mechones se arrancaba frenético,

y muy pronto sus rubios cabellos

formaron en el suelo gran séquito.

El letrado quieto lo observaba

con lástima medio contenida:

una lágrima en su ojo temblaba;

su mano el acuerdo sostenía.

Pero cuando al fin la profesión

de nuevo en su corazón se impuso,

dijo: «La Ley no tiene señor;

si no pagas seguirá su curso».

Y habló Pablo: «¡Cómo me arrepiento

de mi visita aquel día aciago!

¡Considera lo que haces, Pedro!

¡No serás más rico al estar calvo!

¿Crees que arrancándote los rizos

lograrás que mengüen tus problemas?

Frena esta violencia, te lo pido:

¡pues sólo más disgusto me creas!».

«Nunca a sabiendas infligiría

en tan buen corazón –Pedro dijo–

innecesario dolor o herida.

Mas, ¿por qué tan estricto, ‘amigo’?

Por muy legal que a lo mejor sea

pagar un préstamo inexistente,

¡yo creo que resulta un sistema

en extremo grado inconveniente!

«¡Tanta nobleza en mi alma no existe

como en la de algunos de estos tiempos!

Pablo se sonrojó, pues humilde

era, y bajó la vista al suelo–.

¡La deuda me dejará pelado

y me atribulará para siempre!»

«¡No, no, Pedrito! –repuso Pablo–.

¡No te quejes así de tu suerte!

«No te falta en casa el alimento;

eres respetado en todo el mundo,

y en la barbería, según creo,

rizas tus patillas a menudo.

Aunque la nobleza nunca alcances

te quedarás corto, ni lo intentes–,

la vía honesta tienes delante

¡aunque sea muy inconveniente!»

«Cierto es –dijo Pedro–, vivo estoy;

el mundo todavía me admira,

y una vez a la semana voy

a rizar y aceitar mis patillas.

Pero un activo insignificante

e ingresos nulos son mi presente:

abusar del capital, ya sabes,

¡es en cualquier caso inconveniente!»

«¡Pero paga! –exclamó su amigo–.

Mi buen Pedrito, ¡paga tus deudas!

¿Qué importa si al completo tu ‘activo’

resulta devorado por ellas?

Ya tardas una hora en pagar;

aunque ser generoso procuro.

Me irrita, pero bueno, ¡da igual!

¡NO TE APLICARÉ INTERÉS NINGUNO!»

«¡Cuánta bondad! –gritó el pobre Pedro–.

Empero ¡deberé mi alfiler

de corbata, mi piano, mi cerdo

e incluso mi peluca vender!»

Al poco todo aquello echó alas,

y, con cada vuelo, diariamente,

él se veía (y suspiraba)

en situación menos conveniente.

Pasaron semanas, meses, años:

Pedro quedó hecho un saco de huesos.

Y una vez hasta rogó, llorando:

«¿Te acuerdas, Pablo, de aquel dinero…?».

El cual contestó: «¡Te prestaré,

cuando pueda, todos mis ahorros!

¡Ah, Pedro, qué dicha obra en tu haber!

¡Decir que te envidio es decir poco!

«Estoy engordando, como ves,

y mi salud no es del todo buena.

Ya no siento el júbilo de ayer

al oír la llamada a la cena.

Pero tu figura es leve y fina,

y retozas igual que un muchacho:

¡el rancho es una diaria alegría

para apetitos así, tan sanos!».

«De veras que sé –Pedro repuso–

en qué feliz estado me veo.

Mas podría prescindir con gusto

de parte de esos lujos que tengo.

Lo que tú llamas sano apetito

supone del hambre mordedura.

Y, cuando no hay qué llevarse al pico,

¡el toque a fagina es cruel tortura!

«Ni un espantapájaros querría

este abrigo, o botas así.

¡Ah, Pablo, 5 míseras libras

harían otro hombre de mí!»

«Pedrito, me llena de sorpresa

escucharte hablar en ese tono.

¡Temo que no eres consciente apenas

de tus muchos motivos de gozo!

«No corres riesgo de criar manteca;

resultas pintoresco en harapos;

te salvas de sufrir las jaquecas

que el dinero trae bajo el brazo.

Y tienes tiempo de cultivar

el contento, virtud muy decente,

en pro de lo cual tu estado actual

¡te será de lo más conveniente!»

«Aunque penetrar –contestó Pedro–

tus hondos pensamientos no pueda,

no obstante, en tu carácter encuentro

alguna pequeña inconsistencia.

Tomártelo pareces con calma

cuando una promesa has de cumplir;

pero ¡ay, si de cobrar se trata!:

¡persona tan puntual jamás vi!»

Su amigo: «Toda cautela es poca

en lo que concierne a soltar ‘plata’;

para los cobros, como bien notas,

soy la puntualidad encarnada.

Uno ha de reclamar lo que es suyo;

mas, al prestar dinero a la gente,

¡se le debe permitir –propugno–

escoger ocasión conveniente!».

Un cierto día, mientras roía

Pedro un mendrugo –su dieta usual–,

se presentó Pablo de visita

y estrechó su mano con afán.

«Tus frugales costumbres conozco:

como herir tu orgullo no quisiera

por entrar con extraños curiosos,

¡he dejado a mi abogado fuera!

«Bien recuerdas, no me cabe duda,

con qué desdén todos te miraban

cuando empezó a irse tu fortuna.

¡Yo nunca te puse mala cara!

Y cuando tus pocas posesiones

perdiste y te viste marginado,

no he de recordarte cómo entonces

de ti me apiadé cual un hermano.

«Así pues, te ofrecí mi consejo

rebosante de sabiduría,

a cambio de nada, aunque es cierto

¡que haber cobrado por él podría!

Pero me abstengo de mencionar

mis buenas acciones: larga estela.

Ya que alardear, como sabrás,

es una cosa que odio de veras.

«¡Qué extensa parece ser la lista

de todos los favores que he hecho,

desde aquellos vagos, mozos días,

al préstamo de abril el primero!

El cual secó mis escasos fondos,

aunque de ello no hubieses sospecha;

pero tengo un corazón de oro

¡Y VOY A PRESTARTE OTRAS CINCUENTA!»

«No será así –Pedro contestó,

lágrimas de gratitud llorando–.

Nadie recuerda, mejor que yo,

tus servicios en años pasados;

y he de admitir que esta nueva oferta

es generosísimo presente.

Con todo, hacer uso de ella

¡no me parece muy conveniente!»

…enseguida veréis la diferencia entre «conveniente» e «inconveniente». Ahora la entendéis del todo, ¿a que sí? –añadió, mirando con gesto amable a Bruno, el cual se encontraba sentado, junto a Silvia, en el suelo.

Sí –dijo Bruno, en voz muy baja. Una respuesta tan sucinta era algo muy inusual, tratándose de él, pero en aquel momento me pareció verlo un tanto agotado. De hecho, se subió al regazo de Silvia mientras hablaba, y apoyó la cabeza en su hombro–. ¡Cuántos vedsos tenía el poema! –susurró.”

El otro profesor observó a Bruno con cierta preocupación.

La criaturita debería irse a la cama de una vez –dijo con aire autoritario.

¿Por qué de una vez? –preguntó el profesor.

Porque no puede irse de dos veces –respondió el otro profesor.

El profesor aplaudió con suavidad.”

La acción de los nervios –empezó a decir con entusiasmo– es curiosamente lenta en algunas personas. Una vez, ¡tuve un amigo que tardaba años y años en sentir una quemadura hecha con un atizador al rojo!

¿Y si simplemente se le pellizcaba? –inquirió Silvia.

Entonces tardaría mucho más en sentirlo, naturalmente. De hecho, dudo que el hombre llegara a hacerlo jamás. Quizá sus nietos sí.

No me gustaría sed nieto de un abuelo al que habieran pellizcado, ¿y usted, hombde señod? –susurró Bruno–. ¡Podería llegadle justo cuando quisiera estad contento! [o etéreo professor idoso da realidade alternativa começa a interagir com as crianças élficas]

¿Pero es que acaso no quieres estar siempre contento, Bruno?

No siempde –dijo Bruno con aire pensativo–. A veces, cuando estoy demasiado contento, quiero estad un poquito tdiste. Entonces se lo cuento a Silvia, ¿sabe?, y ella me pone algunas leciones. Y todo se aregla.

Siento que no te gusten las lecciones –dije yo–. Deberías hacer como Silvia. ¡Ella siempre está ocupada a lo largo del día!

¡Yo también! –señaló Bruno.

¡No, no! –lo corrigió Silvia–. ¡Tú estás ocupado a lo corto del día!

¿Y cuál es la diferencia? –preguntó Bruno–. Hombde señod, ¿no es el día tan codto como ladgo? Quiero decid, ¿no dura siempde lo mismo?

Dado que nunca había considerado la cuestión desde ese punto de vista, sugerí que lo mejor era que le preguntaran al profesor, y al instante salieron corriendo para solicitar la ayuda de su anciano amigo. El profesor paró de limpiar sus anteojos para pensar sobre aquello.

Los niños volvieron, con paso lento y cavilante, para comunicar su respuesta.

¿A que es sabio? –preguntó Silvia en un reverente susurro–. Si yo fuera así de sabia, me dolería la cabeza el día entero, ¡estoy segura!

Parecéis estar hablando con alguien… que no está ahí –observó el profesor, girándose hacia los niños–. ¿Quién es?

Bruno puso cara de extrañeza.

¡Yo nunca hablo con nadie cuando no está aquí! –respondió–. No es de buena educación. ¡Uno debería siempde esperad a que llegue antes de hablad con él!

El profesor miró con inquietud en mi dirección, y dio la impresión de estar atravesándome una y otra vez con la mirada sin verme.

¿Con quién habláis entonces? –dijo–. Aquí no hay nadie, ¿sabéis?, excepto el otro profesor… ¡que tampoco está aquí! –agregó frenético, dando vueltas y vueltas sobre sí mismo como una perinola–. ¡Niños! ¡Ayudadme a buscarlo! ¡Rápido! ¡Se ha perdido otra vez! Los niños se pusieron en pie al momento.”

Bruno cogió un librito muy pequeño de la librería, y lo abrió y sacudió imitando al profesor.

Aquí no está –dijo.

¡Ahí no puede estar, Bruno! –señaló Silvia con indignación.

¡Pues claro que no! –contestó su hermano–. ¡Si estuviera aquí, se habdía caído del libdo al sacudidlo!

¿Ha llegado a perderse en alguna ocasión anterior? –inquirió Silvia, levantando una esquina de la alfombra frente a la chimenea y echando un vistazo debajo.

Lo hizo una vez –explicó el profesor–: se perdió en un bosque…

¿Es que no era capaz de encontdadse otda vez? –preguntó Bruno–. ¿Pod qué no gditó? Está claro que se habdía oído a sí mismo, podque no podía andad muy lejos, ¿sabéis?

Probemos a llamarlo a voces –propuso el profesor.

¿Y qué gritamos? –dijo Silvia.

Pensándolo bien, no lo hagáis –contestó el profesor–. El vicerrector podría oíros. ¡Se está volviendo terriblemente estricto!

Aquello recordó a los pobres niños todos los problemas que les habían hecho acudir a su viejo amigo. Bruno se sentó en el suelo y comenzó a llorar.

¡Es tan cduel! –sollozó–. ¡Y deja que Uggug me quite todos mis juguetes! ¡Y la comida es una podquedía!

¿Qué has tenido hoy para cenar? –preguntó el profesor.

Un tdocito de cuedvo muedto –fue la amarga contestación de Bruno.

Quiere decir pastel de grajo –explicó Silvia.”

¿No le parece una pedsona amable, hombde señod?

Desde luego que sí –dije yo. Pero el profesor no se percató de mi comentario. Se había puesto un bonito gorro con una larga borla, y se encontraba eligiendo uno de los bastones del otro profesor de una bastonera en una esquina de la habitación.

iniciará la conversación (no se puede beber una botella de vino sin abrirla antes)” Hoje na padaria (4/6/23) um garoto de 3 ou 4 anos recebeu uma água mineral de sua mãe na fila do caixa e pôs-se a virar a garrafa, entornada na boca… Para sua surpresa o líquido não desceu nem molhou sua garganta sedenta, pois a garrafa ainda estava fechada… Tem razão, como se há de beber o vinho sem sacar a rolha?! Parte tão importante quanto ficar bêbado!

Creyó ver volando en torno

a la lámpara un albatros:

mas luego advirtió que era

un sello postal barato.

«Mejor vete a casa –dijo–

¡o acabarás empapado!»

Para entonces habíamos llegado ya hasta el jardinero, quien se hallaba a la pata coja, como de costumbre, regando afanosamente un macizo de flores con una regadera vacía.

¡Pero si no tiene agua! –le explicó Bruno, tirándole de la manga para llamar su atención.

Así pesa menos –repuso el jardinero–. Si está muy llena, el brazo acaba doliendo. –Y siguió con su trabajo, al tiempo que canturreaba para sí:

¡O acabarás empapado!”

No me importaría dejarle salir a usted –dijo el jardinero–. Pero no debo abrir la puerta a los niños. ¿Se cree que desobedecería las reglas? ¡Ni por un chelín y medio!

El profesor extrajo cuidadosamente un par de chelines.

¡Con eso valdrá! –gritó el jardinero, mientras tiraba la regadera por encima del macizo de flores, y sacaba un puñado de llaves: una grande, y varias otras de menor tamaño.

He observado a menudo que una puerta se abre mucho mejor con su propia llave.

La llave grande resultó ser la correcta al primer intento; el jardinero abrió la puerta y extendió la mano para recibir el dinero.

El profesor meneó negativamente la cabeza.”

El jardinero puso cara de no entender nada, y permitió que saliésemos; pero mientras cerraba la puerta detrás de nosotros, lo oímos cantar para sí con aire meditabundo:

Creyó ver una cancela

que con una llave abría,

mas luego advirtió que eran

2 reglas de 3 seguidas.

«¡Y este gran misterio –dijo–

pa mí es claro como el día!»

¡Vaya, vaya! –dijo el bondadoso anciano–. Tal vez os siga, uno de estos días. Pero debo volver, ahora mismo. Veréis, dejé la lectura en una coma, ¡y es un fastidio no saber cómo acaba la frase! Además, el primer sitio por el que tenéis que pasar es Canilandia, y los perros siempre me han puesto un pelín nervioso. Pero viajar será muy sencillo en cuanto haya acabado mi nuevo invento: sirve para transportarse, ¿sabéis? Le falta únicamente un poquitín más de trabajo.

¿No será eso muy cansado, transportarse uno mismo? –inquirió Silvia.

Ah, no, mi niña. Verás, cualquier cansancio que uno sufra por transportar, ¡se lo ahorra siendo transportado! ¡Adiós, preciosos! ¡Adiós, señor! –añadió para mi gran sorpresa, y me estrechó la mano de manera afectuosa.

¡Adiós, profesor! –contesté, mas mi voz sonaba extraña y distante, y los niños no se percataron en lo más mínimo de nuestra despedida. Era evidente que ni me veían ni me oían cuando, abrazados tiernamente el uno al otro, continuaron la marcha con paso audaz.”

¡Ubuf, uof bufuofhau! –gruñó por fin–. ¡Guofbau hauguau ubuf! ¿Bou guaubau guofbufhau? ¿Bou guou? –interpeló a Bruno, con severidad.

Naturalmente Bruno entendió todo aquello, sin excesivos problemas. Todas las hadas entienden el perruno –esto es, la lengua de los perros–. Pero como puede que vosotros lo encontréis un poco difícil, sólo al principio, mejor será que os lo traduzca: «¡Humanos, en verdad lo creo! ¡Un par de humanos perdidos! ¿Qué perro es vuestro amo? ¿Qué queréis?».

Los cortesanos no se fijaron para nada en mí, pero Silvia y Bruno fueron el blanco de muchas miradas inquisitivas, y de numerosos comentarios susurrados, de los cuales sólo alcancé a oír con claridad uno –realizado por un perro salchicha a un amigo suyo–: «Bau guof guauhau uofbau ubuf, ¿au bau?» («Pues no es demasiado fea para ser una humana, ¿no crees?»)”

Ouvi rumores de que Barkhtin é o maior lingüista desta sociedade!

A continuación el centinela rascó violentamente la puerta y profirió un agudo y fuerte ladrido que hizo estremecerse a Bruno de la cabeza a los pies.

¡Uofhau guau! –dijo una voz profunda desde el interior. (Lo que significa «¡Adelante!» en perruno.)”

¿Bou guou? –fue lo primero que preguntó.

¡Cuando su majestad se dirija a vosotros –corrió a susurrarle el centinela a Bruno– deberíais levantar las orejas!

Bruno miró a Silvia con actitud vacilante.

Pdeferiría no hacedlo, pod favod –contestó–. Me dolería.

¡Pero si no duele nada! –dijo el centinela con cierta indignación–. ¡Mira! ¡Se hace así! –Y levantó las orejas como 2 señales ferroviarias.

¡Cuál fue el asombro –por no decir el horror– de todos los allí reunidos, cuando Silvia no hizo otra cosa que acariciarle la cabeza a su majestad, mientras Bruno le agarraba las largas orejas y simulaba atárselas bajo el mentón!

El centinela dejó escapar un fuerte gemido; un hermoso galgo –que al parecer era una de las damas de honor– sufrió un desvanecimiento, y el resto de los cortesanos se apartó a toda prisa, y dejó un amplio espacio para que el enorme terranova se abalanzara sobre los audaces extraños y los despedazara.

Sólo que… no lo hizo. Al contrario, su majestad incluso sonrió –hasta donde puede hacerlo un perro– y (los demás perros no dieron crédito a lo que vieron, pero así ocurrió, de todos modos) ¡meneó la cola!

¡Hau uof auguof! –(Esto es: «¡Jamás vi cosa igual!») fue el grito unánime.

Su majestad echó una mirada severa a su alrededor, y soltó un leve gruñido, que produjo un silencio instantáneo.

¡Conducid a mis amigos a la sala de banquetes! –ordenó, poniendo tanto énfasis en «mis amigos» que varios de los perros no pudieron evitar rodar sobre sus lomos y ponerse a lamer los pies de Bruno.”

Pero era obvio que los niños no tenían mucha práctica en modales palaciegos. Silvia únicamente estrechó la gran pata; Bruno se abrazó a ella; el maestro de ceremonias parecía estupefacto.”

Bueno, un sueñecito no le hará daño –dijo el maestro, que acto seguido se marchó. Apenas pude oír sus palabras, lo cual no es de extrañar: se encontraba apoyado en la borda de un navío, a muchas millas del muelle donde yo estaba. El barco se perdió tras el horizonte, y yo me hundí de nuevo en el sillón.

¡Es un modo de proceder tremendamente inusual, majestad! –exclamó el gruñidor mayor, a punto de ahogarse por el disgusto de ser dejado al margen, dado que se había puesto su mejor traje de gala, confeccionado enteramente con pieles de gato, para la ocasión.

Los escoltaré yo mismo –repitió su majestad, suave pero firmemente, despojándose de las vestiduras reales, y cambiando su corona por otra más pequeña–, y tú puedes permanecer en palacio.

¡Me alegdo! –le susurró Bruno a Silvia cuando estuvieron lo bastante lejos como para que el gruñidor no pudiera oírlos–. ¡Estaba muy enfadadísimo! –Y no sólo acarició a su escolta real, sino que incluso lo abrazó por el cuello exultante de gozo.

¡Es todo un alivio –dijo– alejarse del palacio de cuando en cuando! La realeza perruna lleva una vida insulsa, ¡os lo aseguro! ¿Te supondría…? –y esto se lo dijo a Silvia, en voz baja, y con aspecto de sentirse un poco tímido y avergonzado–. ¿Te supondría mucha molestia lanzar simplemente ese palo para que te lo traiga?

Silvia se quedó por un instante demasiado atónita como para hacer nada: le parecía una imposibilidad monstruosa que un rey quisiera correr detrás de un palo. Pero Bruno estaba a la altura de la ocasión, y con el alegre grito de «¡Venga! ¡Tdáelo, perito bueno!» lo arrojó por encima de un matorral. Un instante después el monarca de Canilandia había saltado las matas, recogido el palo y vuelto al galope con él en la boca a donde estaban los niños. Bruno se lo quitó de manera muy decidida.

¡Pero el trabajo es el trabajo! –dijo el rey canino por fin–. Y yo debo retornar al mío. No podría ir más lejos –agregó, consultando un reloj para perros que colgaba de una cadena alrededor de su cuello–, ¡ni aunque hubiera un gato a la vista!

Se despidieron afectuosamente de su majestad y continuaron adelante, con paso cansado.

¡Estoy casi segura de que son las puertas de Hadalandia! Sé que son totalmente doradas, padre me lo dijo, ¡y brillan tanto, tanto! –agregó en tono soñador.”

Yo sabía, por alguna extraña iluminación mental, que un gran cambio estaba produciéndose en mi dulce amiguita (pues tal me gustaba considerarla) y que estaba trascendiendo la simple condición de duende de Exotilandia para pasar a ser una verdadera hada.

El cambio tardó más en llegar en el caso de Bruno, pero se completó en ambos antes de su llegada a las puertas doradas, a través de las cuales sabía que me sería imposible seguirlos. No pude hacer otra cosa que permanecer fuera y echar una última mirada a los 2 encantadores niños antes de que desapareciesen en su interior y las puertas doradas se cerraran con un potente estruendo.

¡Y menudo estruendo!

¡Nunca se cerrará como una puerta de armario normal! –explicó Arthur–.”

¡Así que ahora debes irte realmente a la cama, anciano! No estás para nada más. Da fe oficial el Dr. Arthur Forester.”

“…La primera vez que te hablé de… –empezó a decir Arthur, tras un largo e incómodo silencio–, es decir, cuando hablamos por primera vez de ella, ya que creo que fuiste tú quien sacó el tema, mi propia situación en la vida me impedía cualquier otra cosa que no fuera adorarla a distancia, y me encontraba dándole vueltas al plan de dejar finalmente este lugar e instalarme en alguna otra parte lejos de cualquier posibilidad de reencontrarme con ella. Esto parecía ser lo único provechoso que podía hacer con mi vida.

¿Y crees que eso habría sido juicioso? –dije yo–. ¿No permitirte esperanza alguna?”

Lo que quería contarte es lo siguiente –continuó su relato–: Esta tarde me han llegado noticias de mi abogado. No puedo entrar en los detalles del asunto, pero el resultado es que mi fortuna material es mucho mayor de lo que pensaba, y me encuentro (o pronto me encontraré) en posición de ofrecerle matrimonio, sin que ello resulte imprudente, a cualquier dama, incluso en el caso de que esta no aportara nada. Y hablando de ella, dudo que lo hiciera: el earl es pobre, según creo. Pero yo dispondría de suficiente para los 2, incluso si nos fallase la salud.

Y en cuanto a… a lady Muriel, a pesar de mis esfuerzos, no logro adivinar sus sentimientos hacia mí. Si hay amor, ¡lo oculta! ¡No, debo esperar, debo esperar!”

Arthur me escribió 1 o 2 veces durante el mes, pero en ninguna de sus cartas había mención alguna a lady Muriel. No obstante, su silencio no era un mal augurio: a mi modo de ver se trataba del comportamiento natural de un enamorado, el cual, aun cuando su corazón estuviese cantando «Es mía», temía plasmar su felicidad en las frías frases de una carta, prefiriendo en cambio esperar a contarlo de palabra. «Sí –pensé–; ¡escucharé su canción victoriosa de sus propios labios!»

¡No esperes demasiado! –contesté en tono alegre–. ¡Un corazón apocado nunca conquistó mujer hermosa!

Quizá sea ese mi problema. Pero de verdad que todavía no me atrevo a decirle nada.

No –replicó Arthur con firmeza–. No ha entregado su corazón a nadie: eso lo sé. Dicho lo cual, si ama a alguien mejor que yo, ¡que así sea! No estropearé su felicidad. El secreto morirá conmigo. Pero ella es mi primer… ¡y mi único amor!

Teme excesivamente su destino

o posee un pequeño desierto,

quien no se atreve a saltar al vacío

aun pudiendo así ganar el cielo.(*)

(*) James Graham (1612-1650), primer marqués de Montrose [tradução adaptada].”

¡No me atrevo a preguntarle si hay otro! –dijo de forma apasionada–. ¡Saberlo me rompería el corazón!

¿Y te parece sensato vivir con la duda? ¡No debes desperdiciar tu vida por un «y si…»!

¡Te digo que no me atrevo!

¿Quieres que lo averigüe yo por ti? –pregunté, con la libertad de un viejo amigo.

¡No, no! –respondió con expresión afligida–. Te ruego que no digas nada. Mejor esperar.

Uno no puede mantener que las hadas nunca son codiciosas, ni egoístas, ni enfadadizas, ni embusteras, porque eso sería absurdo, ¿sabes? Por tanto, ¿no crees que a lo mejor no les vendría mal recibir alguna pequeña reprimenda y castigo de vez en cuando?

De verdad que no veo por qué no debería intentarse, y estoy prácticamente seguro de que, si tan sólo uno pudiese atrapar un hada, y ponerla contra el rincón, y tenerla a pan y agua durante un día o dos, ello descubriría un carácter totalmente mejorado; o le bajaría un poco los humos, en cualquier caso.

La siguiente cuestión es: ¿cuál es la mejor época para ver hadas? Creo que puedo contarte todo lo que hay que saber al respecto.

La primera regla es que debe tratarse de un día realmente caluroso, uno que podamos considerar estable, y tienes que sentirte un poquito somnoliento, pero no tanto como para no poder mantener los ojos abiertos, atención. Deberías sentirte además ligeramente… «feérico», podríamos llamarlo, o «inquieto»; los escoceses dicen eerie, y quizá sea una palabra más bonita; si no sabes lo que significa, me temo que me resulta prácticamente imposible de explicar; habrás de esperar a encontrarte con un hada, y entonces lo sabrás.

Y la última regla es que los grillos no deberían estar cantando. No puedo detenerme a explicarlo; tendrás que fiarte por el momento.

De modo que, si todas estas cosas se dan al mismo tiempo, tienes muchas posibilidades de ver un hada, o, al menos, bastantes más que si no fuera así.

Lo primero que advertí, mientras paseaba ociosamente por un claro en el bosque, fue que había un escarabajo de gran tamaño, tendido boca arriba en el suelo, que luchaba por darse la vuelta, y me agaché sobre una rodilla para ayudar a la pobre criatura. Con algunas cosas, ¿sabes?, uno nunca puede estar totalmente seguro de lo qué le gustaría a un insecto: por ejemplo, me vería incapaz de decidir, suponiendo que yo fuera una polilla, si preferiría que me mantuviesen apartado de la vela o que me dejaran volar directamente hasta ella y quemarme; (…) pero sí guardo la absoluta certeza de que si fuera un escarabajo y hubiese rodado sobre mi caparazón hasta quedar panza arriba, estaría siempre encantado de que me ayudasen a levantarme.”

Puedo decirte, además, que no tenía alas (no creo en las hadas aladas) y que poseía un abundante cabello largo y castaño y unos grandes y sinceros ojos del mismo color, y con esto he hecho todo lo que he podido para darte una idea de cómo era.

Silvia (averigüé su nombre más tarde) se había arrodillado, como estaba haciendo yo, para ayudar al escarabajo, pero a ella le hizo falta algo más que un palito para ponerlo de nuevo sobre sus patas; no pudo hacer otra cosa que, con ambos brazos, empujar al pesado insecto sobre su costado, y mientras lo hacía no paró de hablarle, medio regañándolo y medio consolándolo, como haría una niñera con un niño que se hubiese caído al suelo.”

Silvia miniatura

…¿Y de qué sirve tener 6 patas, querido, si cuando quedas panza arriba sólo puedes agitarlas en el aire? Las piernas están pensadas para caminar con ellas, ¿sabes? No empieces ya a sacar las alas; aún no he acabado. Ve a ver a la rana que vive detrás de ese ranúnculo y dale saludos de mi parte, de Silvia… ¿puedes decir «saludos»?

Y ahora tengo tiempo para hablarte de la regla sobre los grillos. Siempre cesan de cantar cuando pasa un hada, porque un hada es una especie de reina para ellos, supongo –en cualquier caso es un ser mucho más grande que un grillo–; así que siempre que estés dando un paseo y los grillos dejen repentinamente de cantar, puedes estar seguro de que están viendo un hada.”

“–soy todo un erudito en historia natural, ¿sabes? (por ejemplo, siempre puedo diferenciar a los gatos de los patos de un solo vistazo)–”

A la sazón, en un instante, un destello de luz interior pareció iluminar una parte de mi vida que prácticamente había quedado en el olvido: las extrañas visiones que había experimentado durante mi viaje a Elveston, y pensé, súbitamente dichoso: «¡Aquellas visiones están destinadas a tener relación con mi vida real!».

Para entonces, aquella sensación de «inquietud» había regresado, y de pronto observé que no había ningún grillo cantando, así que me entró la completa certeza de que «Bruno» andaba muy cerca, por alguna parte.

Y así era: tan cerca que a punto había estado de pisarlo sin darme cuenta; lo cual habría sido terrible, suponiendo claro está que resulte posible pisar un hada: mi creencia es que su naturaleza es similar a la de los fuegos fatuos, y a estos no hay forma de pisarlos.

Piensa en algún niño de gran hermosura que conozcas, con mejillas sonrosadas, grandes ojos oscuros y pelo castaño y revuelto, e imagina después que es lo bastante pequeño como para caber sin dificultad en una taza de café, y tendrás una imagen muy atinada de él.

¿Cómo te llamas, pequeño? –fue lo primero que dije, con voz tan suave como pude. Y, por cierto, ¿por qué razón iniciamos siempre las conversaciones con niños pequeños preguntándoles sus nombres? ¿Es porque pensamos que un nombre ayudará a hacerlos un poco mayores? Nunca se te ha ocurrido preguntárselo a un hombre adulto real, ¿eh?, ¿a que no? Empero fuese cual fuese el motivo, sentí la absoluta necesidad de saber su nombre; de modo que, como no respondió a mi pregunta, la repetí un poco más fuerte–: ¿Cómo te llamas, jovencito?

¿Y usted? –contestó, sin alzar la vista.

Le dije mi nombre con modales muy delicados, ya que era demasiado pequeño como para enfadarme con él.

¿Duque de Algo? –preguntó, mirándome durante sólo un instante, para luego seguir con lo que estaba haciendo.

De nada –dije, levemente avergonzado por tener que confesarlo.

Es usted lo bastante gdande para sed 2 duques –comentó la criaturita–. Supongo que entonces será sid algo, ¿no?

No –respondí, con creciente vergüenza–. No poseo ningún título.

(…)

Dime cómo te llamas, por favor.

Bduno –contestó en el acto el pequeñín–. ¿Pod qué no lo pdeguntó antes «pod favod»?

(…)

¿Eres una de las hadas que enseñan a los niños a ser buenos?

Bueno, a veces tenemos que hacedlo –dijo Bruno–, y es un fastidio enodme. –Al decir esto, partió salvajemente por la mitad un pensamiento silvestre y pisoteó los trozos.

¿Qué es lo que estás haciendo, Bruno? –pregunté.

Estdopead el jaddín de Silvia –fue su única respuesta en un principio. Pero a medida que seguía rompiendo las flores, refunfuñó para sí–: Esa gduñona mala… no quiso dejadme id a jugad esta mañana… dijo que tenía que acabad antes mis leciones… ¡cómo no! ¡Pero voy a chinchadla bien!

¡Oh, Bruno, no deberías hacer eso! –exclamé–. ¿No sabes que eso es vengarse? ¡Y la venganza es algo malvado, cruel y peligroso!

¿Ven-gansa? –dijo Bruno–. ¡Qué palabda más divedtida! Supongo que dice que es cduel y peligorosa podque si la gansa se acedcara demasiado, ¡podería acabad en la olla!

Se cayó –repitió Bruno, muy serio–, y si alguna vez viera a una oruga caedse, sabdía que es una cosa muy seriísima, y no estaría ahí sentado sondiendo… ¡y ya no le voy a contad nada más!

Tienes toda la razón, Bruno, he sonreído sin querer. ¿Ves?, ya vuelvo a estar totalmente serio.

Me lavo la cara de vez en cuando, ¿sabes, Bruno? La luna nunca lo hace.

¡Oh, ya lo sé! –exclamó Bruno, y se inclinó hacia delante y añadió en un susurro cargado de solemnidad–. La cara de la luna se ensucia más y más cada noche, hasta que se pone totalmente negda. Y entonces, cuando está sucia del todo, así –se pasó la mano por sus propias mejillas sonrosadas mientras hablaba–, se la lava.

Eres prácticamente la primera hada que he visto en mi vida. ¿Alguna vez has visto a otra persona aparte de mí?

¡Un montón! –dijo Bruno–. Las vemos cuando vamos andando pod el camino.

Pero ellas no pueden veros a vosotras. ¿Cómo es que nunca os pisan?

No pueden pisadnos –explicó Bruno, con cara de estar divirtiéndose con mi ignorancia–. Mire, imagínese que está caminando pod aquí… así –dijo haciendo unas pequeñas marcas en el suelo–, y que hay un hada, que soy yo, caminando pod aquí. Muy bien, entonces pone un pie aquí, y otdo pie aquí, así que no pisa al hada.

La explicación no parecía mala del todo, pero no me convenció.

¿Y por qué no iba a poner el pie donde está el hada?

No sé pod qué –contestó el pequeñajo en tono pensativo–, pero sí sé que no lo haría. Nunca nadie ha pisado un hada.

Me invitaron una vez, la semana pasada –asintió Bruno, con gran circunspección–. Fue para lavad las fuentes de sopa… digo, las fuentes de queso…. me hizo sentid bastante impodtante. Y sedví en la mesa. Y cometí apenas un solo fallo.

¿Cuál fue? –dije–. No te dé vergüenza contármelo.

Sólo que llevé unas tijeras para codtad la tednera –reveló Bruno con despreocupación–. Pero lo que me hizo sentid más impodtante fue que ¡le llevé al dey una vaso de sidda!

¡Qué importante! –exclamé, mordiéndome el labio para contener la risa.

¡A que sí! –añadió Bruno con mucha seriedad–. ¡No todo el mundo ha tenido un honod como ese!, ¿sabe?

Aquello hizo que me pusiera a pensar en las diversas excentricidades que calificamos de «un honor» en este mundo, pero que, después de todo, no poseen ni un ápice más de honor que del que disfrutó Bruno cuando le llevó al rey un vaso de sidra.

¿Qué hace con un zoro cuando lo tiene? –replicó Bruno–. Sé que vosotdos los gdandullones cazáis zoros.

Traté de pensar en alguna buena razón por la que los «grandullones» debiéramos cazar zorros y él no cazara caracoles, pero no se me ocurrió ninguna; de manera que dije, finalmente:

Bueno, supongo que tanto dan unos como otros. Iré a cazar caracoles algún día.

Cdeía que no sería tan tonto –soltó Bruno– como para id usted solo a cazad caracoles. Sin alguien que lo sujetase del otdo cuedno, ¡nunca conseguiría atdapad a uno!

Pues claro que no iré solo –contesté, totalmente serio–. Por cierto, ¿son los caracoles de ese tipo los mejores para la caza, o recomiendas los que no tienen concha?

Oh, no, nunca cazamos los que no tienen concha –explicó Bruno, estremeciéndose ligeramente ante la idea–. Siempde se enfadan un montón cuando lo haces y, además, si te caes encima, ¡están muy pejagosísimos!

Adelante –contesté yo–; me encantan las canciones.

¿Qué canción quiere? –inquirió Bruno, a la vez que tiraba del ratón hasta un sitio desde el que pudiera verme bien–. La más bonita es «Dan, dan». Era imposible resistirse a una indirecta tan clara como aquella; no obstante, fingí reflexionar durante un momento, y luego dije:

Pues esa es mi favorita.

Eso demuestda que entiende de música –comentó Bruno, con un gesto de agrado–. ¿Cuántas campanillas le gustaría escuchad? –Y se metió el pulgar en la boca para ayudarme a pensarlo.

Bduno” no “sofá-de-rato”

Nunca antes había escuchado música floral –no creo que resulte posible, a no ser que se esté en el estado de «inquietud»– y no sé muy bien de qué modo darte una idea de cómo era, salvo diciendo que sonaba como un repique de campanas a mil millas de distancia.”

¡Levanta! Muere el día.

Los búhos ululan, ¡dan, dan!

¡Despierta! En el lago,

los elfos ya tocan, ¡dan, dan!

Saludando a nuestro rey,

¡cantan, tan, tan!”

El dey de las hadas es Oberón, y vive al otdo lado del lago, y a veces lo cduza en una pequeña badca, y nosotdos vamos a decibidlo; y entonces cantamos esta canción, ¿sabe?

¿Y luego cenáis con él? –dije yo, de manera pícara.

No debería hablad –replicó Bruno con irritación–; interumpe la canción.

Le dije que no volvería a hacerlo.

Yo nunca hablo cuando estoy cantando –continuó, muy serio–, así que usted tampoco debería. –Después afinó las campanillas una vez más, y entonó:

¡Escucha! Por aquí y allá

las notas convocan, ¡dan, dan!

En los rápidos alegres

las campanas doblan, ¡dan, dan!

Saludando a nuestro rey,

¡trinan, nan, nan!

¡Contempla! En las ramas

qué faroles brillan, ¡dan, dan!

Son ojos de moscones

que la cena alumbran, ¡dan, dan!

Saludando a nuestro rey,

¡bailan, lan, lan!

¡Deprisa! Prueba y gusta

las viandas que esperan, ¡dan, dan!

La melaza se guarda…

¡Silencio, Bruno! –interrumpí con un susurro de alerta–. ¡Viene Silvia!

Aunque por qué estos dos niños que nunca antes habían sido tan felices debían estar llorando me resultaba un misterio.

Yo me encontraba muy feliz igualmente, pero naturalmente no lloré: los «grandullones» nunca lo hacen, ya sabes –les dejamos todo eso a las hadas–. Aunque creo que debía de estar lloviendo un poco justo en ese momento, pues descubrí unas pocas gotas sobre mis mejillas.”

Entonces se alejaron de allí juntos con paso tranquilo y en actitud cariñosa, internándose entre los ranúnculos, cada uno rodeando al otro con el brazo, susurrando y riendo por el camino, y sin volver la mirada hacia este pobre narrador ni una sola vez. Bueno sí, una: justo antes de que los perdiera totalmente de vista, Bruno giró un poco la cabeza y se despidió descaradamente con un leve movimiento de la misma. Y ese fue el único agradecimiento que recibí por las molestias que me había tomado. Lo último que vi de ellos fue esto: Silvia estaba inclinándose abrazada al cuello de su hermano, diciéndole al oído en tono persuasivo: «¿Sabes, Bruno? He olvidado por completo esa palabra tan difícil. Dila otra vez. ¡Vamos! ¡Sólo una vez, cariño!».

Pero Bruno no quiso volver a intentarlo.”

la «hora bruja» de las 5 ya había llegado, y sabía que los encontraría preparados para tomar una taza de té y charlar tranquilamente.

Lady Muriel y su padre me brindaron una bienvenida deliciosamente cálida. No eran del tipo de gente que lo recibe a uno en salones decorados a la última moda, que ocultan cualquier sentimiento de esa clase que por un casual pudieran albergar bajo la impenetrable máscara de una placidez convencional. El hombre de la máscara de hierro¹ era, no cabe duda, una rareza y una maravilla en su propia época: ¡en el Londres moderno nadie volvería la cabeza para cerciorarse de lo que había visto! No, estas eran personas auténticas. Cuando parecían estar contentos, era porque realmente lo estaban”

¹ Dumas

¡…y traiga con usted, si es posible, al doctor Forester! Estoy segura de que le sentaría bien un día en el campo. Me temo que estudia demasiado…

Tuve «en la punta de la lengua» el decirle: «¡La belleza de usted es su única materia de estudio!», pero me la mordí justo a tiempo, con una sensación similar a la de alguien que, al cruzar la calle, ha estado a punto de verse arrollado por un cabriolé.

…y pienso que lleva una vida muy solitaria –continuó diciendo ella, con una dulce seriedad que no permitía sospecha alguna de un doble sentido–. ¡Convénzalo para que venga! Y no olvide el día: el martes siguiente al que viene. Podemos llevarlos nosotros. Sería una pena que fueran en tren: ¡el paisaje del camino es tan bonito! Y en nuestro carruaje descubierto caben justamente 4 personas.

¡Oh, le convenceré! –dije con confianza, pensando que, en caso de querer evitar que fuera, ¡habría de recurrir a toda mi capacidad de persuasión!

El picnic tendría lugar en 10 días, y aunque Arthur aceptó de inmediato la invitación que le llevé, nada de lo que yo pudiera decirle lo animaría a hacer una visita –ni solo ni con mi compañía– al earl y su hija en el ínterin. No; temía «desgastar su hospitalidad», dijo; que ya «lo habían visto suficiente por el momento» y, cuando al fin llegó el día de la excursión, se encontraba tan puerilmente nervioso e incómodo que creí conveniente organizarnos de manera que fuésemos a la casa cada uno por nuestra cuenta, siendo mi intención llegar algo más tarde que él, con objeto de darle tiempo para recuperarse del encuentro.

«Y este claro –me dije– parece traer a mi memoria algo que no puedo recordar con claridad: ¡tiene que ser el lugar donde vi a aquellos niños-hada!»

Me faltan palabras para describir la belleza del pequeño grupo, acostado en una zona musgosa sobre el tronco del árbol caído, con el que tropezó mi mirada ansiosa: Silvia reclinada con el codo hundido en el musgo, y su carrillo sonrosado descansando sobre la palma de su mano, mientras Bruno yacía a sus pies con la cabeza en el regazo de su hermana.”

No es que les tenga manía –dijo Bruno en tono despreocupado–, pero pdefiero los animales dectos.

Pero bien que te gustan los perros cuando agitan la cola –lo interrumpió Silvia–. ¡No lo niegues, Bruno!

Un pero tiene más cosas, ¿veddad que sí, hombde señod? –recurrió Bruno a mí–. ¿A que no le gustaría tened un pero con sólo cabeza y cola?

Reconocí que un perro de ese tipo resultaría poco interesante.

No hay ningún perro así –apuntó Silvia con gesto pensativo.

¡Pero lo habdía –exclamó Bruno– si el pdofesod lo acodtara para nosotdos!

¿Acortarlo? –dije yo–. Eso es nuevo. ¿Cómo lo hace?

Tiene una curiosa máquina… –empezó a explicar Silvia.

Una máquina muy curiosísima –la cortó Bruno, que no estaba en absoluto dispuesto a dejar que le robaran la historia–, y si mete unacosaoloquesea pod un extdemo, ¿sabe?, y el pdofesod le da a la manivela, ¡sale supedcodto pod el otdo lado!

Y un día, cuando estábamos en Exotilandia, ¿sabe?, antes de venid a Hadalandia, Silvia y yo le llevamos un gdan cocoddilo. Y él lo acodtó para nosotdos. ¡Qué pinta más gdaciosa tenía! No dejaba de mirad a su aldededod, diciendo: «¿Adónde ha ido el desto de mí?». Y entonces puso unos ojos tdistes…

Los 2 ojos no –interrumpió Silvia.

¡Claro que no! –dijo el pequeñín–. Sólo el que no podía ved adónde había ido el desto de él. Pero el ojo que sí podía…

¿Cómo de corto era el cocodrilo? –pregunté, pues la historia se estaba enrevesando un poco.

La mitad que cuando lo cogimos; así –indicó Bruno, extendiendo sus brazos al máximo.

Traté de realizar el cálculo de cuánto era aquello, pero me resultaba demasiado difícil. ¡Por favor, querido y pequeño lector, hazlo tú por mí!

Pero no dejaríais a la pobre criatura así de corta, ¿no?

No. Silvia y yo lo hicimos pasad otda vez pod la máquina y lo estiramos hasta… hasta… ¿cuánto fue, Silvia?

Dos veces y media su longitud, y un poquitín más –señaló Silvia.

Imagino que no preferiría estar así a de la otra forma, ¿me equivoco?

¡Oh, sí que lo hacía! –interpuso Bruno–. ¡Estaba odgulloso de su nueva cola! ¡Jamás vio un cocoddilo más odgulloso! Era capaz de girad sobde sí mismo y subid andando pod su cola, y pod su lomo, ¡hasta llegad a su cabeza!

Hasta la misma cabeza no –dijo Silvia–. Eso es imposible, ¿sabes?

¡Oh, pero una vez lo hizo! –exclamó Bruno en tono triunfante–. Tú no lo viste, ¡pero yo sí! Caminaba de puntillas, para no despedtadse a sí mismo, podque cdeía que estaba dodmido. Y se subió con las 2 patas a su cola. Y andó y andó pod su lomo, y luego pod su fdente. ¡Y una pizquitina pod su nariz! ¡Ahí lo tienes!

Aquello era mucho peor que el rompecabezas anterior. ¡Por favor, querido niño, ayúdame otra vez!

¡Pues yo no me creo que ningún cocodrilo haya caminado nunca sobre su propia frente! –gritó Silvia, demasiado alterada por la controversia como para limitar el número de sus negaciones.

¡No sabes pod qué lo hizo! –replicó desdeñoso su hermano–. Tenía un muy buen motivo. Oí que dijo: «¿Qué me impide caminad sobde mi pdopia fdente?». Así que naturalmente lo hizo, ¿sabes?

Si ese es buen motivo, Bruno –tercié yo–, ¿qué te impide a ti trepar a ese árbol?

“…¡Es que 2 pedsonas no pueden hablad cómodamente, cuando una está tdepando a un ádbol, y la otda no!

A mí me parecía que una conversación difícilmente podía resultar «cómoda» en mitad de una escalada a un árbol, incluso si ambas personas estaban haciéndolo; pero oponerse a cualquier teoría de Bruno entrañaba un claro peligro, así que pensé que era mejor dejar pasar la cuestión, y pedir que me hablaran de la máquina que alargaba cosas.”

¡Escrito! –susurró Silvia.

Hum…, habíamos escdibidito una canción infantil, y el pdofesod la espachoró para nosotdos para que fuera más ladga. Decía: «Había un hombdecito, que tenía un tdabuquito, y las balas…».

Sé cómo sigue –interrumpí–. ¿Pero os importaría recitármela alargada?… quiero decir, tal como salió del rodillo.

Le pediremos al profesor que se la cante –dijo Silvia–. Recitársela sería estropearla.

Me gustaría conocer al profesor –apunté yo–. Y que todos vinierais conmigo para ver a unos amigos míos que viven cerca de aquí. ¿Os gustaría?

No creo que al profesor le apetezca –contestó Silvia–. Es muy tímido. Pero a nosotros nos encantaría. Aunque sería mejor que no fuésemos con este tamaño, ¿sabe?

La dificultad ya se me había pasado por la cabeza, y tenía la sensación de que quizá resultaría ligeramente embarazoso presentar en sociedad a 2 amigos tan diminutos.

¿Y qué tamaño tendréis? –inquirí.

Lo mejor es que vayamos como… niños normales –contestó Silvia con aire pensativo–. Es el tamaño más fácil de lograr.

¿Sería posible que vinieseis hoy? –dije, pensando: «¡Entonces podríais estar presentes en el picnic!».

Silvia lo meditó unos instantes.

Hoy no –contestó–. No hemos preparado las cosas. Iremos… el próximo martes, si quiere. Y ahora, Bruno, ya es hora de que vayas a estudiar tus lecciones.

¡Ah, pero eso ya lo has hecho! –exclamó Silvia de manera alegremente triunfante.

¡Pues entonces te «desbesaré»! –Y se colgó del cuello de su hermana con ambos brazos para esta novedosa, pero aparentemente no muy dolorosa, operación.

¡Se parece mucho a besar! –observó Silvia, tan pronto como sus labios se vieron otra vez libres para el habla.

¡No tienes ni idea! ¡Te he quitado un beso con otdo! –respondió Bruno de forma muy severa, mientras se alejaba.

Muy bien –asentí yo–, que sea el martes que viene. ¿Pero dónde está el profesor? ¿Fue con vosotros a Hadalandia?

No –dijo Silvia–. Pero prometió que vendría a vernos, algún día. Está preparando su charla. Así que tiene que quedarse en casa.

¿En casa? –repetí yo como si me hallara en un sueño, sin estar del todo seguro de qué había dicho ella.

Sí, señor. El lord y lady Muriel están en casa. Haga el favor de seguirme.

No hubo necesidad de que yo mantuviera viva la conversación. Lady Muriel y Arthur se hallaban claramente en ese estado sumamente placentero en el que uno no ha de ponderar cada pensamiento, al acudir este a los labios, con el miedo de que «esto no será bien recibido… esto ofenderá… esto dará una impresión demasiado seria… esto parecerá frívolo»; como amigos que se conociesen de toda la vida, en total sintonía, su charla se desgranaba sin interrupción.”

“—«¿Qué nos impide?» ¡Qué argumento más auténticamente femenino! –rio Arthur–. ¡Una dama nunca sabe sobre qué lado recae el onus probandi… la carga de la prueba!”

¿Por qué debería despojar a mi vecino

de sus bienes contra su voluntad?”

(*) “Isaac Watts (1674-1748): poeta, teólogo, pedagogo y lógico inglés, considerado el padre de la composición de himnos litúrgicos en su lengua. Los versos presentados forman parte de un grupo de canciones moralizantes dirigidas a niños, una de sus temáticas predilectas como escritor. Carroll parodió en Alicia en el País de las Maravillas uno de sus poemas más conocidos durante la era victoriana: «Contra la holgazanería y las pillerías». [N. del T.]

«Despojo a mi vecino de sus bienes porque los quiero para mí. ¡Y lo hago contra su voluntad porque no hay ninguna posibilidad de que consienta a ello!»

«¿Qué me impide caminar sobre mi propia frente?»

Quienquiera que fuese, ¡espero que lo conozcamos en el picnic! –dijo lady Muriel–. Es una cuestión mucho más interesante que: «¿No resultan pintorescas estas ruinas?», «¿No son adorables esos tonos otoñales?». ¡Tendré que responder a esas 2 preguntas 10 veces, como mínimo, esta tarde!

¡Ese es uno de los suplicios de la sociedad! –apuntó Arthur–. ¿Por qué no puede la gente dejarle a uno disfrutar de las maravillas de la naturaleza sin tener que decirlo a cada momento? ¿Por qué debería ser la vida un largo catecismo?

Culpa de los poetas!

Pues en una galería de arte resulta igual de horrible –observó el earl–. Visité la Real Academia de las Artes el pasado mayo, con un joven artista presuntuoso: ¡y a qué tormento me sometió! No me habría molestado que criticara los cuadros él solo, pero tenía que mostrarme de acuerdo con él… o de lo contrario haber discutido, ¡lo cual habría sido peor!

¿Es que alguna vez ha conocido a un hombre presuntuoso que alabara un cuadro? Aparte de pasar desapercibido, ¡lo que más teme es ver demostrada su falibilidad! Si elogias un cuadro una vez, tu reputación de infalible pende de un hilo. Supongamos que se trata de un cuadro figurativo y te atreves a decir que «dibuja bien». Alguien le toma las medidas y descubre que una de las proporciones es incorrecta en 3 milímetros. ¡Estás acabado como crítico! «¿No dijiste que dibujaba bien?», preguntan tus amigos con sarcasmo, mientras agachas la cabeza y te sonrojas. No. El único camino seguro, en caso de que alguien diga que «dibuja bien», es encogerse de hombros. «¿Que si dibuja bien?», repites con aire pensativo. «¡Ja!». ¡Esa es la manera de convertirse en un gran crítico!

El orador era un hombre corpulento, cuyo rostro amplio, chato y pálido quedaba delimitado al norte por un flequillito, al este y al oeste por unas patillitas, y al sur por una barbita, que en conjunto componían un halo uniforme de pequeñas cerdas color marrón claro. Sus facciones estaban tan desprovistas de expresión que no pude evitar decir para mis adentros –de manera irreprimible, como atrapado en una pesadilla–: «sólo están esbozadas, ¡aún no han recibido los toques finales!».

¡Oh, qué arquitecto más talentoso! –murmuró Arthur de forma inaudible, salvo para mí y lady Muriel–. ¡Capaz de predecir el efecto exacto que tendría su obra, una vez en ruinas, siglos después de su muerte!”

¡pero un fondo sin neblina, ya saben, resulta sencillamente burdo! Sí, ¡necesitamos la indefinición!”

PROGRAMA ESTÉTICO DE ÍNDIO

Desde su punto de vista, es una aserción correcta. Pero para cualquiera con alma para el arte, una visión así es ridícula. La naturaleza es una cosa. El arte, otra. La naturaleza nos muestra el mundo tal cual es. Pero el arte, como nos dice un autor latino… el arte, sabe usted… he olvidado las palabras…

Ars est celare Naturam –interpuso Arthur con deliciosa prontitud.

¡Qué ruinas más encantadoras! –dijo a voz en grito una joven dama con anteojos, la personificación misma del progreso de la razón, mirando a lady Muriel, como adecuada destinataria de todos los comentarios realmente originales–. ¿Y no le parecen admirables esos tonos otoñales de los árboles? ¡A mí sí, profundamente!

¿Y no es sorprendente –continuó la joven dama, pasando con asombrosa celeridad del sentimiento a la ciencia– que el simple impacto de ciertos rayos de colores en la retina nos proporcione un placer tan exquisito?

¿Ha estudiado usted entonces fisiología? –inquirió cortésmente cierto médico de joven edad.

Arthur esbozó una sonrisa.

Entonces, ¿nunca ha oído la teoría de que el cerebro también está invertido?

¡Desde luego que no! ¡Qué hecho más hermoso! ¿Pero cómo puede demostrarse?

Así –contestó Arthur, con toda la seriedad de 10 profesores fundidos en uno–: lo que llamamos «vértice» del cerebro es en realidad su «base», y viceversa; es una simple cuestión de nomenclatura. Este último polisílabo zanjó la cuestión.

Nos «servimos» nosotros mismos, ya que la bárbara costumbre moderna (que combina 2 cosas buenas de tal modo que asegura las incomodidades de ambas y las ventajas de ninguna) de ir de picnic con sirvientes que lo atiendan a uno, no había llegado aún a aquella apartada región, y naturalmente los caballeros ni siquiera ocuparon sus sitios hasta que las damas estuvieron debidamente provistas de todas las comodidades imaginables. Entonces me aprovisioné de un plato de algo sólido y un vaso de algo líquido y encontré un hueco para sentarme al lado de lady Muriel.

Lo habían dejado libre, al parecer, para Arthur, en su calidad de extraño distinguido, pero a este le había entrado la timidez y se había colocado junto a la joven dama con anteojos, cuya voz chirriante ya había desatado sobre la sociedad frases de tal ominosidad como «¡el hombre es un conjunto de rasgos de personalidad!» o «¡lo objetivo es alcanzable únicamente a través de lo subjetivo!», las cuales Arthur estaba soportando con coraje; pero varios de los rostros presentaban expresiones alarmantes, por lo que consideré que era hora de introducir algún tema menos metafísico.”

No hay nada que un niño bien regulado odie tanto como la regularidad. Pienso que un muchacho realmente sano disfrutaría enormemente de la gramática griega… ¡si tan sólo pudiera aprenderla cabeza abajo!”

«A cada uno sus sufrimientos, todos son hombres»

—…¡Imagínese, no gustarle una criatura tan adorable y tan persuasiva y asfixiantemente cariñosa como una serpiente!

¡Que no le gustan las serpientes! –exclamé–. ¿Acaso es algo así posible?

No, no le gustan –repitió con una fingida seriedad que realzaba su atractivo–. No les tiene miedo, ¿sabe? Pero no le gustan. ¡Dice que se agitan demasiado!

Me encontraba más sorprendido de lo que quería admitir. Había algo tan asombroso en este eco de las mismas palabras que había oído escasas horas antes de labios de aquel duendecillo del bosque, que sólo por medio de un gran esfuerzo logré decir, en tono despreocupado:

Muriel, que no era una de esas cantantes que consideran de rigueur negarse a cantar hasta que no se lo han pedido 3 o 4 veces, y han alegado falta de memoria, pérdida de voz y otras razones conclusivas para su silencio, comenzó de inmediato:

Tres tejones hay sobre un pedrusco musgoso

junto a una oscura vereda:

cada uno sueña que es un monarca en su trono,

por lo que no hay quien los mueva.

Aunque su viejo padre languidezca solo,

no hay forma de que se muevan.

Tres sardinas que rondan en torno a la roca

anhelan sentarse arriba:

cada una intenta plasmar en trémulas notas

su hallazgo, que endulzaría,

piensan, su vida. Así pues, con voces rotas,

gimen y se desgañitan.

«¡Tejón, sus hijos se han extraviado, me temo.

¡Y las mías me han dejado!»

«Pues sí –respondió aquel–; está usted en lo cierto.

Muy poco los vigilamos.»

Y así los pobres padres mataron el tiempo,

llorando desconsolados.

En ese momento, Bruno paró súbitamente de cantar. —La canción de las saddinas necesita otda melodía, Silvia –dijo–. Y yo no puedo cantadla ¡si no la tocas para mí!

Silvia se sentó al momento sobre un champiñón diminuto que crecía casualmente frente a una margarita, como si esta fuese el instrumento musical más corriente del mundo, y se puso a tocar los pétalos a la manera de teclas de órgano. ¡Y qué música tan deliciosa y diminuta producían!”

Y si, en una ocasión diferente

de escenario florido e intrascendente,

pudiera elegir qué quiero cenar,

«¡Pide por esa boca tu manjar!».

Oh, veo enseguida

qué vida tendría:

¡del pudin de Ipergis probar ración

con una copa de suave Acigón!

Ya puedes dejad de tocad, Silvia. Puedo haced la otda melodía mucho mejod sin acompasamiento.

Quiere decir «sin acompañamiento» –susurró Silvia, sonriendo ante mi cara de perplejidad; luego simuló cerrar los registros del órgano.

(y era su deseo): «¡Oh, las colas prenderles

con pincitas a montones!»

Debería mencionar que señaló los paréntesis, en el aire, con el dedo. Me pareció un plan estupendo. Ya sabes que no hay sonido que los represente, como tampoco lo hay para una pregunta.

Imagina que le has dicho a tu amigo: «Hoy estás mejor», y que quieres que entienda que le estás haciendo una pregunta; ¿qué puede ser más sencillo que dibujar simplemente un «?» en el aire con el dedo? ¡Te entendería enseguida

«¡Oh, sardinillas traviesas –gritó el menor–, con aletas vagabundas!»

Y los tejones trotaron hasta la playa

que bordeaba la bahía.

Cada uno en la boca una sardina llevaba

exultante de alegría,

cuyas voces sobre las olas resonaban:

«¡Hurra, hurra! ¡Viva, viva!».”

Y yo no pude evitar desear que existiese una regla tal en la sociedad que estableciera que, al finalizar una canción, el propio cantante debía decir lo que se esperaba y no dejárselo al público. Supongamos que una joven dama acaba de gorgoritear («con voces rotas») la exquisita letra de Shelley «I arise from dreams of thee»: ¡cuánto más agradable sería que, en vez de tener que decir uno «¡Oh, gracias, gracias!», que fuera la joven dama la que hiciese el comentario, mientras se pone los guantes y las apasionadas palabras «¡Oh, apriétalo contra el tuyo o terminará por romperse!» aún resuenan en los oídos!”

¡Sabía que pasaría! –añadió ella en voz baja, a la vez que yo daba un respingo por el repentino estrépito del cristal roto–. Ha estado usted el último minuto sujetando la copa de lado, ¡y dejando que se derramara todo el champán! ¿Se había dormido? ¡Siento muchísimo que mi canción haya tenido un efecto tan narcótico!

«Primero reunir un conjunto de hechos y después elaborar una teoría.» Ese, según creo, es el auténtico método científico. Me incorporé, froté mis ojos y empecé a reunir hechos.”

Y ahora, ¿qué teoría de profundo y largo alcance había de elaborar a partir de ellos? El investigador se sintió confundido. ¡Un momento! Un hecho había escapado a su atención. En tanto que todos los demás se encontraban en grupos de 2 y 3 personas, Arthur se hallaba solo; mientras todas las lenguas estaban hablando, la suya en cambio permanecía en silencio; todos los rostros mostraban alegría, pero el suyo estaba sombrío y apesadumbrado. ¡Eso sí que era un hecho! El investigador pensó que debía elaborarse una teoría sin demora.

Lady Muriel se había levantado y dejado el grupo hacía unos instantes. ¿Podía ser esa la causa de su abatimiento? La teoría apenas alcanzaba la categoría de hipótesis de trabajo. Claramente, se requerían más hechos.”

Pues lady Muriel había ido a recibir a un extraño caballero, apenas visible en la distancia; y luego regresó con él, hablando ambos de manera entregada y gozosa, como viejos amigos largo tiempo separados; y después fue de un grupo a otro, presentando al nuevo héroe del momento; y él, joven, alto y apuesto, se movía a su lado con gracia, y el porte erguido y el paso firme de un soldado. Ciertamente, ¡la teoría no auguraba nada bueno para Arthur! Su mirada se cruzó con la mía, y vino hasta donde me encontraba.

Es muy apuesto –opiné.

¡Odiosamente apuesto! –murmuró Arthur; luego sus propias palabras de amargura le hicieron sonreír–. ¡Suerte que sólo me has oído tú!

Doctor Forester –dijo lady Muriel, que acababa de unírsenos–, permita que le presente a mi primo Eric Lindon… el capitán Lindon, debería decir.

Arthur se deshizo de su malhumor de forma total e inmediata al levantarse para ofrecer su mano al joven soldado.

He oído hablar de usted –dijo–. Me alegro mucho de conocer al primo de lady Muriel.”

El semblante de Arthur volvió a ensombrecerse, y pude adivinar que fue únicamente para distraer sus pensamientos que ocupó de nuevo su sitio junto a la joven dama metafísica, y retomó su interrumpida conversación.”

Hablando de Herbert Spencer –empezó–, ¿de veras no encuentra ninguna dificultad lógica en considerar la naturaleza como un proceso de involución, que va de la homogeneidad coherente definida a la heterogeneidad incoherente indefinida?

«las cosas que son mayores que una misma cosa son mayores entre sí»(*)

(*) Carroll recoge aquí (según explica en el prefacio de La conclusión de Silvia y Bruno) una perversión estudiantil de la primera noción común o primer axioma de los Elementos de Euclides, que afirma que «las cosas que son iguales a una misma cosa son iguales entre sí». [N. del T.]

Pero otras mentes quizá necesiten algún no-sé-qué lógico… se me olvidan los términos técnicos.

Para un argumento lógico completo –empezó Arthur con admirable solemnidad–, necesitamos 2 prememas

(…)

¿Pero qué nombre recibe el argumento en su conjunto?

Un silogilismo.(*)

¡Ah, claro! Ya me acuerdo. Pero no necesito un silogilismo, sabe usted, para demostrar el axioma matemático que ha mencionado.

Ni para demostrar que «todos los ángulos son iguales», supongo.

¡Oh, por supuesto que no! ¡Una da una verdad sencilla como esa por sentada!

(*) “En su «explicación» de la estructura de un argumento lógico, el personaje de Arthur realiza varios juegos de palabras con la intención de tomar el pelo y poner en evidencia a su resabida interlocutora. «Prememas» (nótese el uso de la cursiva) sustituye a «premisas», «confusión» a «conclusión» y «silogilismo» a «silogismo». Naturalmente, los juegos de palabras eran distintos (y más claros, me temo) en el original inglés. [N. del T.]

Pasando igualmente desapercibido para la mujer, Arthur se encogió ligeramente de hombros y separó ampliamente las manos, como diciendo: «¿Qué más puedo decirle?», y se alejó de allí, dejando a la dama hablar de sus fresas por «involución», o como las prefiriera.”

el problema de cómo llevar a 5 personas a Elveston, con un carruaje en el que sólo cabían 4, debía ser resuelto de algún modo.”

La mejor alternativa, tal como yo lo veía, era que quien volviese andando a casa fuera yo, y así lo propuse sin tardanza.

¿Seguro que no le importa? –respondió el earl–. Me temo que no cabemos todos en el carruaje, y no quiero decirle a Eric que abandone a su prima tan pronto.

Lejos de importarme –aseguré–, lo preferiría. Así tendré tiempo de hacer un bosquejo de estas hermosas y antiguas ruinas.

Te haré compañía –interpuso de pronto Arthur. Y, en respuesta a lo que supongo fue una expresión de sorpresa por mi parte, agregó en voz baja–: De verdad que me parece una opción más apetecible. Estaría realmente de más en el carruaje.

Creo que yo también iré a pie –dijo el earl–. Tendrás que contentarte con Eric como escolta –añadió hacia lady Muriel, que se nos había unido mientras hablábamos.

Deberás ser tan entretenido como Cerbero: «tres caballeros en uno» –se dirigió lady Muriel a su acompañante–. ¡Será una gran hazaña militar!

¿Cuánto tardarás en hacer tu boceto? –preguntó Arthur.

Bueno –contesté–, me gustaría dedicarle una hora. ¿No consideráis mejor marchar sin mí? Regresaré en tren. Sé que pasa uno dentro de una hora más o menos.

De manera que dejaron que me las arreglara solo, y no tardé en hallar un sitio confortable donde sentarme, al pie de un árbol, desde el cual tenía una buena vista de las ruinas.”

He vuelto para recordarte –dijo Arthur– que pasa un tren cada 10 minutos…

¡Tonterías! –repuse–. ¡No es el metro de Londres!

¡Sí que lo es! –insistió el earl–. Esto forma parte de Kensington.

¿Por qué hablas con los ojos cerrados? –inquirió Arthur–. ¡Despierta!

Creo que es este calor el que me está dando sueño –aduje, con la esperanza, pero sin la seguridad completa, de estar diciendo algo con sentido–. ¿Estoy despierto ahora?

Me parece que no –dictó el earl–. ¿Qué piensa usted, doctor? ¡Sólo tiene un ojo abierto!

¡Y donca como un oso! –gritó Bruno–. ¡Despiedte, querido anciano! –Y Silvia y él se pusieron manos a la obra, girándole la pesada cabeza de un lado a otro, como si su unión con los hombros fuera algo carente de cualquier importancia.

El profesor abrió finalmente los ojos y se incorporó, parpadeando hacia nosotros con absoluta perplejidad. [dissociação]

¿Tendría la amabilidad de decir –se dirigió a mí con su acostumbrada y añeja cortesía– dónde nos encontramos ahora mismo… y quiénes somos, empezando por mí?

Creí conveniente empezar por los niños.

Esta es Silvia, señor, y este es Bruno.

¡Ah, sí! ¡A ellos los conozco muy bien! –murmuró el anciano–. Soy yo el que más preocupado me tiene. Y quizá tendría la bondad de mencionar, al mismo tiempo, cómo he llegado aquí.

Se me ocurre un problema más serio –me atreví a indicar–, y es cómo va a volver.

Visto como un problema ajeno, resulta de lo más interesante. Visto como una parte de la biografía de uno mismo, es, debo admitir, ¡muy angustioso!”

¡Cierto, cierto! –respondió el profesor–. (…) En cuanto a mí, creo que dijo que era…

¡Usted es el pdofesod! –chilló Bruno en su oído–. ¿No lo sabía?

¡Ha venido desde Exotilandia! ¡Y queda muy lejísimos de aquí! El profesor se puso en pie de un brinco con la agilidad de un muchacho.

Le preguntaré a ese inocente campesino, con ese par de cubos que contienen (aparentemente) agua, si sería tan amable de indicarnos el camino. ¡Inocente campesino! –continuó alzando la voz–. ¿Podría decirnos por dónde se va a Exotilandia?

El inocente campesino se giró con una sonrisa avergonzada.

¿Eh? –fue toda su respuesta.

¡Por-dónde-se-va-a-Exotilandia! –repitió el profesor.

El inocente campesino dejó sus cubos en el suelo y se puso a pensar.

Ah, yo no…

Debería mencionar –lo interrumpió precipitadamente el profesor– que cualquier cosa que diga podrá utilizarse como prueba en su contra.

El inocente campesino recogió al instante sus cubos.

¡Tonces no diré na! –contestó con brusquedad, y se alejó a paso rápido.

¡Camina muy deprisa! –comentó el profesor con un suspiro–. Pero sé que era lo que había que decir. He estudiado vuestras leyes inglesas. En cualquier caso, preguntémosle a ese otro hombre que viene. No es inocente, ni un campesino…, pero no sé si alguno de los 2 puntos posee una importancia vital.

Se trataba, de hecho, del honorable Eric Lindon, el cual, al parecer, había cumplido con su tarea de acompañar a lady Muriel a casa y se encontraba ahora paseando tranquilamente frente a esta última, subiendo y bajando por el camino, y disfrutando de un solitario cigarro.

As viagens estão ficando mais freqüentes e mais curtas, Desmond, cuidado!

Si no le es molestia, señor, ¿podría decirnos el camino más corto a Exotilandia? –Pese a su apariencia extravagante, el profesor era, por esa naturaleza esencial que ningún disfraz sería capaz de ocultar, un caballero de los pies a la cabeza.

El nombre no me suena –dijo–. No estoy seguro de poder ayudarle.

No está muy lejos de Hadalandia –indicó el profesor.

Las cejas de Eric Lindon se elevaron un poco al escuchar estas palabras, y una sonrisa divertida, que educadamente trató de reprimir, se dibujó fugazmente en su apuesto semblante.

¡Está un pelín chiflado! –murmuró para sí–. ¡Pero es un anciano bien alegre! –Después se volvió hacia los niños–: ¿Y no podéis ayudarle vosotros, pequeños? –dijo con un tono de amabilidad que pareció ganárselos en el acto–. ¡Seguro que vosotros lo sabéis!

¿A cuántas millas está Babilonia?

Tres veces veinte más diez.

¿Puedo llegar sin más luz que una vela?

Así es, ¡y hasta volver!(*)

(*) Los versos forman parte de una canción infantil popular en Inglaterra durante el s. XIX. [N. del T.]

A esas alturas estaba claro para mí que Eric Lindon no era consciente en absoluto de mi presencia. Incluso el profesor y los niños parecían haber dejado de verme, y yo permanecía en mitad del grupo, tranquilo como un fantasma, observando sin ser visto.

¡Qué perfectamente isócrono! –exclamó el profesor con entusiasmo. Tenía su reloj en la mano, y estaba contando con atención las oscilaciones de Bruno–. ¡Mide el tiempo de manera tan precisa como un péndulo!

Pero hasta los péndulos –apuntó el bondadoso y joven soldado, mientras liberaba su mano con cuidado del agarre de Bruno– ¡dejan de ser divertidos en algún momento! Vamos, ¡ya está bien, jovencito! La próxima vez que nos veamos, podrás repetir. Entretanto, más vale que llevéis a este anciano caballero a la calle Estrafalaria, número…

¡La encontdaremos! –gritó Bruno entusiásticamente, mientras se llevaban al profesor, tirando de él.

¡Cuarenta! –gritó de manera estentórea–. ¡Aunque no le he cantado las 40, sí se las he gritado! –agregó para sí–. ¡El mundo está loco, señores míos, loco de remate! –Encendió otro cigarro y siguió paseando hacia su hotel. [A resposta era 70.]

¿Quiere un cigarro?

Gracias, no fumo.

¿Hay algún manicomio en las inmediaciones?

No, que yo sepa.

Pensé que a lo mejor sí. Acabo de encontrarme con un lunático. ¡El viejo más estrafalario que jamás he visto!

Y así, charlando amistosamente, pusimos rumbo a casa y nos deseamos mutuamente «buenas noches» en la puerta de su hotel. Ya a solas, noté cómo la sensación de «inquietud» me asaltaba de nuevo, y vi, frente a la puerta del número 40, las 3 figuras que tan bien conocía.

¡No, no! Es la casa correcta –respondió de manera jovial el profesor–, pero es la calle equivocada. ¡Ahí es donde hemos cometido el fallo! Lo mejor ahora será…

Todo terminó. La calle se encontraba desierta. La vida ordinaria me rodeaba y la sensación de «inquietud» había desaparecido.

¿Nos acompaña a la iglesia? –pregunté.

No, gracias –repuso cortésmente–. No es… exactamente… lo mío, sabe usted. Es una institución magnífica… para los pobres. Cuando estoy con mi gente, voy; sólo por dar ejemplo. Pero aquí no me conocen, conque creo que me dispensaré de aguantar un sermón. ¡Los predicadores de los pueblos son siempre tan aburridos!

Cualquier devoto esteticista –o esteta religioso, ¿cómo he de llamarlo?– moderno habría calificado el servicio de burdo y frío; para mí, recién llegado de una iglesia londinense cada vez más cambiada bajo la batuta de un supuesto párroco «católico», fue indescriptiblemente refrescante.

No hubo ningún desfile teatral de recatados niños de coro esforzándose al máximo para no sonreír como bobos bajo la mirada admirada de la congregación; la parte de la gente en el servicio la realizó esta misma, sin ayuda, salvo por un puñado de buenas voces, situadas juiciosamente aquí y allá entre ellos, que evitaron que el canto se descarriara demasiado.

No se asesinó la noble música contenida en la Biblia y la liturgia, por medio de su recitación en un apagado tono monocorde, sin más expresividad que una muñeca parlante.

No, las oraciones se rezaron, las lecturas se leyeron y –lo mejor de todo– el sermón se hizo hablado; y me vi repitiendo, cuando salíamos de la iglesia, las palabras de Jacob cuando «despertó de su sueño»: «¡No hay duda de que el Señor se encuentra aquí! ‘Esta no es sino la casa del Señor, y esta la puerta del Cielo’».

Sí –asintió Arthur, aparentemente en respuesta a mis pensamientos–, esos servicios de la «Iglesia alta» se están convirtiendo rápidamente en puro formalismo. La gente está empezando a verlos cada vez más como «espectáculos», a los cuales únicamente «asisten» en el sentido francés. Y resulta especialmente perjudicial para los niños. Se sentirían mucho menos cohibidos disfrazados de hadas en un musical navideño. Con todas esas vestiduras y entradas y salidas a escena, y hallándose siempre en évidence, ¡no me sorprende que la vanidad consuma a esos petimetres descarados!”

(*) “William Paley (1743-1805), filósofo y teólogo utilitarista inglés. Es conocido sobre todo por su exposición del argumento teleológico de la existencia de Dios en su obra Natural Theology («Teología natural») [oximoro]. Fue un influyente defensor de la teoría del «diseño inteligente» del universo. La idea central de su pensamiento es que dicho diseño queda demostrado por la felicidad o bienestar general evidente en el orden físico y social de las cosas. [N. del T.]Teoria com que teve de lidar Darwin em suas contínuas autocensuras.

el modo de sacar a la luz los pensamientos más profundos de Arthur no era asentir ni disentir, sino simplemente escuchar.”

El Bien y el Mal habían sido transformados de alguna manera en Ganancia y Pérdida, y la religión se había convertido en una especie de transacción comercial. Demos gracias por que nuestros pastores estén empezando a adoptar una visión más noble de la vida.” Que bom que começaram, faltava terminar…

En el Antiguo Testamento, sin duda, se apela constantemente a recompensas y castigos como motivos para las acciones. Esa enseñanza funciona mejor con los niños, y los israelitas parecen haber sido, mentalmente, completos niños. Guiamos así a nuestros hijos, al principio, pero apelamos, lo antes posible, a su sentido innato del Bien y el Mal; y, cuando esa etapa ha quedado firmemente atrás, recurrimos al motivo más elevado de todos: el deseo de semejanza, y unión, con el Bien Supremo.”

Mirad la letra de los himnos litúrgicos. ¡Qué corrompida está, hasta la médula, por el egoísmo! ¡Pocas composiciones humanas hay más totalmente degradadas que algunos himnos modernos!

Yo cité la estrofa:

Cuanto te demos, Señor,

mil veces será recompensado.

¡Daremos pues siempre con agrado,

generoso Creador!(*)

(*) Este fragmento pertenece al himnario The holy year del religioso y literato inglés Christopher Wordsworth (1807-1885), sobrino del famoso poeta William Wordsworth. [N. del T.]

Tras dar muchas razones positivas para ser caritativo, el pastor concluyó con: «y, por todo lo que deis, ¡recibiréis una recompensa mil veces mayor!». Oh, que la absoluta mezquindad de un motivo tal sea expuesta ante hombres que conocen bien lo que es el autosacrificio, ¡que son capaces de apreciar la generosidad y el heroísmo!”

¿Acaso existe prueba más sólida de la Bondad Original que debe haber en esta nación que el hecho de que la religión nos haya sido predicada como una especulación comercial, durante un siglo, y que todavía creamos en Dios?”

Eso espero –contestó Arthur–, y, aunque no quiero ver legalizadas las «disputas en la iglesia», debo decir que nuestros pastores disfrutan de un enorme privilegio, que malamente merecen, y del cual abusan de manera terrible. Ponemos a nuestro hombre en un púlpito y prácticamente le decimos: «Ahora puedes hablarnos desde ahí durante media hora. ¡No abriremos la boca siquiera para interrumpirte! ¡Todo se hará a tu gusto!». ¿Y qué nos da él a cambio? Palabrería estúpida, que, de serte dirigida durante una cena, pensarías: «¿Es que me toma por idiota?».

Cuando me aproximaba al extremo del andén, del cual surgía una empinada e irregular escalera de madera que conducía al mundo superior, vi a dos pasajeros que, obviamente, habían llegado en el tren, pero en los cuales, por extraño que parezca, yo no había reparado en absoluto, a pesar del escaso número de viajeros que se habían apeado. Se trataba de una mujer joven y de una niña; la primera, hasta donde podía juzgarse por las apariencias, era una niñera, o posiblemente una niñera-institutriz, al cuidado de la chiquilla, cuyo rostro refinado, más aún que su vestido, la distinguía como de una clase superior a la de su acompañante.

El semblante de la niña mostraba finura, pero también agotamiento y tristeza, y contaba una historia (o eso fue lo que me pareció leer) de gran enfermedad y sufrimiento, sobrellevada con dulzura y paciencia. Portaba una pequeña muleta con la que ayudarse al andar; y ahora se encontraba plantada frente a larga escalera, mirándola con gesto taciturno, esperando aparentemente a poder reunir el coraje suficiente para emprender el penoso ascenso.”

(*) Lucus a non lucendo es una frase latina del gramático del siglo IV Mario Servio Honorato que afirma, con intención irónica, que la palabra «arboleda» en latín –lucus– procede del verbo lucere («resplandecer») supuestamente porque el ramaje de los árboles impide el paso de la luz del sol. La frase se usa generalmente como ilustración del peligro de emparentar etimológicamente dos palabras sólo porque se parecen. [N. del T.]

Cerrar los párpados, cuando algo parece volar hacia el ojo, es uno de tales actos, y decir: «¿Puedo ayudar a la niña a subir las escaleras?» constituyó otro. No fue que se me ocurriera pensamiento alguno de ofrecer ayuda, y que después hablara; el primer indicio que tuve de la probabilidad de dicho ofrecimiento fue el sonido de mi propia voz, y descubrir que había sido realizado. La criada calló por unos momentos, paseando dubitativamente su mirada de la niña a su cargo hasta mí, y luego de nuevo a ella.”

¡Por favor! –fue todo lo que dijo, mientras una leve sonrisa se dibujaba fugazmente en el cansado y pequeño rostro. La levanté con escrupuloso cuidado, y su bracito se aferró al instante de manera confiada alrededor de mi cuello.

La niña pesaba muy poco –tan poco, de hecho, que se me pasó por la cabeza la ridícula idea de que me estaba resultando bastante más fácil subir con ella en brazos que si no la llevase–, y, cuando alcanzamos el camino en lo alto, con sus surcos producidos por carros y sus piedras sueltas –obstáculos formidables todos ellos para una niña coja–, descubrí que de mis labios había salido: «Más vale que cargue con ella durante este tramo tan accidentado», antes de haber establecido ninguna conexión mental entre su escabrosidad y mi pequeña y mansa carga.

¡Ya se ha tomado demasiadas molestias, señor! –exclamó la criada–. Ella puede caminar perfectamente en llano. –Pero al oírse la sugerencia, el brazo ceñido a mi cuello se cerró apenas un poquitín más en torno a él, e hizo que me decidiera a contestar:

De veras que no pasa nada. La llevaré un poco más. Voy en su misma dirección.

La niñera no planteó más objeciones, y el siguiente en hablar fue un niño andrajoso, descalzo y con una escoba al hombro, que cruzó el camino y simuló barrerlo frente a nosotros, aunque se encontraba perfectamente seco:

¡Denos medio penique! –suplicó el golfillo, con una sonrisa de oreja a oreja en su sucia cara.

¡No se lo dé! –advirtió la damita en mis brazos. Las palabras parecían duras, pero su tono era la ternura personificada–. ¡Es un pequeño gandul! –Y emitió una dulce risa argentina que jamás había oído de otros labios que no fueran los de Silvia. Para mi asombro, el muchacho, de hecho, comenzó igualmente a reír, como si existiera una cierta complicidad sutil entre los 2, cuando echó a correr por el camino y desapareció por un agujero en el seto.

Pero regresó enseguida, tras haberse deshecho de la escoba y provisto de un exquisito buqué de flores de misterioso origen.

¡Compre un ramillete, compre un ramillete! ¡Sólo medio penique! –salmodió, arrastrando melancólicamente las palabras como un mendigo profesional.

¡No se lo compre! –fue el edicto de Su Majestad, mientras observaba la harapienta criatura a sus pies con una altanería que parecía curiosamente mezclada con un tierno interés por ella. Pero esta vez me rebelé, e ignoré el mandato real. No renunciaría a unas flores tan preciosas, y con unas formas tan completamente nuevas para mí, por orden de ninguna jovencita, por muy imperiosa que esta fuese. Compré el buqué, y el chiquillo, tras meterse el medio penique en la boca, hizo el pino, como si quisiera determinar si la boca humana está realmente adaptada para servir de hucha.

Con un asombro que crecía por momentos, dirigí mi atención a las flores, y las examiné una por una: no había ni una sola entre ellas que pudiese recordar haber visto con anterioridad. Finalmente me volví hacia la niñera.

¿Crecen estas flores por aquí de manera silvestre? Jamás he visto… –pero las palabras murieron en mis labios. ¡La niñera se había volatilizado!

Ya puede bajarme, si quiere –señaló Silvia suavemente.

Yo obedecí sin decir nada, y no pude hacer otra cosa que preguntarme: «¿Estoy soñando?», al descubrir a Silvia y Bruno caminando uno a cada lado de mí, cogidos de mis manos con la pronta confianza de la niñez.

¡Ahora sois más grandes que la última vez! –empecé por decir–. ¡Creo de veras que deberíamos presentarnos de nuevo! Hay mucho de vosotros que nunca he visto antes, ¿sabéis?

¡Está bien! –respondió alegremente Silvia–. Este es Bruno. No se tarda nada. ¡Sólo tiene un nombre!

¡Tengo otdo nombde! –protestó Bruno, con una mirada de reproche a la maestra de ceremonias–. Y es… ¡señod!

¿Habéis venido a verme a mí, niños? –pregunté yo.

Recuerde que le dijimos que vendríamos el martes –explicó Silvia–. ¿Tenemos el tamaño adecuado para ser niños normales?

Totalmente adecuado para ser niños –contesté, añadiendo mentalmente: «¡Aunque no seáis niños «normales», en modo alguno!»–. ¿Pero qué le ha pasado a la niñera?

¿Entonces no era sólida, como Silvia y tú?

No. No podería tocadla, ¿sabe? Si caminara hacia ella, ¡la atdavesaría!

De veras que pensé que se daría cuenta –dijo Silvia– cuando Bruno la hizo pasar accidentalmente por un poste de telégrafo. Acabó partida por la mitad. Pero usted estaba mirando en la dirección contraria.

Sentí que realmente había dejado pasar una oportunidad: ¡ser testigo de un acontecimiento como que una niñera acabe «partida por la mitad» no le ocurre a uno 2 veces en la vida!

Lo hizo Bruno –señaló Silvia–. Es lo que se llama un «flizz».

¿Y cómo haces un flizz, Bruno?

El pdofesod me enseñó –dijo este–. Pdimero coges mucho aire…

¡Oh, Bruno! –interpuso su hermana–. ¡El profesor dijo que no lo contaras!

¡Ya se ha tomado demasiadas molestias, señor! Ella puede caminar perfectamente en llano.

Bruno rio de forma jovial cuando me giré precipitadamente hacia un lado y otro, buscando por todas partes a quien había hablado.

¡Fui yo! –proclamó lleno de regocijo, con su propia voz.

Para entonces nos encontrábamos ya cerca del Hall.

Aquí es donde viven mis amigos –indiqué–. ¿Entraréis a tomar el té con ellos?

Bruno dio un pequeño brinco de júbilo, y Silvia dijo:

Sí, por favor. Te apetece un poco de té, ¿a que sí, Bruno? No lo ha probado – me explicó– desde que salimos de Exotilandia.

¡Y no era buen té! –añadió su hermano–. ¡Era muy flojísimo!”

La sonrisa de bienvenida de lady Muriel no logró disimular del todo la expresión de sorpresa con que contempló a mis nuevos acompañantes.

Los presenté como era debido.

Esta es Silvia, lady Muriel. Y este es Bruno.

¿Algún apellido? –inquirió ella, con ojos que chispeaban de diversión.

No –contesté yo con gravedad–. Ninguno.

Ella se rio, pensando obviamente que hablaba en broma, y se inclinó para besar a los niños; un saludo al que Bruno se sometió de manera reluctante; Silvia lo devolvió con creces.

Mientras Arthur (que había llegado antes que yo) y ella proporcionaban a los niños té y bizcocho, yo traté de entablar conversación con el earl; pero este se hallaba inquieto y distrait, por lo que apenas logramos avanzar. Al fin, con una súbita pregunta, reveló la causa de su intranquilidad.

¿Me permite echar un vistazo a esas flores que tiene en la mano?

¡Con mucho gusto! –dije, pasándole el buqué. Yo sabía que la botánica era una de sus disciplinas favoritas, y estas flores me eran tan completamente desconocidas y misteriosas que sentía genuina curiosidad por ver qué diría un botánico de ellas.

Las flores no disminuyeron su desasosiego. Por el contrario, se fue poniendo más y más nervioso a medida que las examinaba.

¡Estas son todas de la India central! –exclamó, dejando a un lado parte del buqué–. Son raras, incluso allí, y nunca las he visto en ningún otro punto del mundo. Estas 2 son mexicanas… Esta… –Se levantó apresuradamente y la llevó a la ventana para examinarla con más luz, mientras el rubor producido por la emoción se le subía hasta la misma frente–… es, estoy casi seguro… pero tengo aquí un libro de plantas de la India… –Cogió un volumen de la librería y se puso a pasar las páginas con dedos temblorosos–. ¡Sí! ¡Compárela con este dibujo! ¡Es idéntica! Esta es la flor del upas, un árbol que crece por lo general sólo en el corazón de la selva; y la flor se marchita tan rápido una vez cortada, ¡que resulta prácticamente imposible conservar su forma o color más allá siquiera de sus contornos! Y, aun así, ¡esta está en plena floración! ¿Dónde ha conseguido estas flores? –añadió con jadeante ansiedad.

Yo le eché una mirada a Silvia, quien, silenciosa y solemnemente, se llevó un dedo a los labios, y luego le hizo una seña a Bruno para que la siguiera, y corrió afuera al jardín; y me vi en la situación de un acusado en un juicio cuyos dos principales testigos han sido conducidos repentinamente fuera de la sala.

¡Permítame regalarle las flores! –balbuceé finalmente, sin idea alguna de cómo salir del atolladero–. ¡Usted sabe mucho más que yo sobre ellas!

¡Las acepto con sumo agradecimiento! Pero todavía no me ha dicho… –había comenzado a decir el earl, cuando fuimos interrumpidos, para mi gran alivio, por la llegada de Eric Lindon.”

El navío partió rumbo a occidente:

su albatros emprendió el vuelo;

una punzada en el pecho ella siente,

pues queda sola y en duelo.

Mas una reveladora sonrisa

se dibuja en su semblante:

«¡Pensará en mí… ¡oh, sí, pensará en mí

en tanto se halle distante!

»Aunque tú, océano, te interpones,

su unión dos vidas proclaman:

no hay distancia entre fieles corazones

que con tal pasión se aman.

Y confío en que mi buen marinero,

por siempre, y a cada instante,

pensará en mí… ¡oh, sí, pensará en mí

mientras se encuentre distante!».”

Con objeto de ahorrarle más sufrimiento a mi amigo, me levanté para marcharme justo en el momento en que el earl se disponía a repetir su particularmente embarazosa pregunta acerca de las flores.

Todavía no me ha…

¡Sí, ya he probado el té, gracias! –corrí a atajarlo–. Y ya es más que hora de que nos vayamos. ¡Buenas noches, lady Muriel!”

Sí, ya no hay remedio –terció Silvia–, ¡pero les dará lástima cuando descubran que han desaparecido!

¿Cómo van a desaparecer?

Bueno, el cómo, no lo sé. Pero se esfumarán. El ramillete no era más que un flizz, ¿sabe? Bruno lo creó.

El buqué se desvaneció, como Silvia había augurado, y 1 o 2 días después, al realizar Arthur y yo una nueva visita al Hall, encontramos al earl y a su hija, junto con la anciana ama de llaves, fuera en el jardín, examinando los cierres de la ventana del salón.

Estamos llevando a cabo una investigación –explicó lady Muriel, acercándose para recibirnos–, y los admitimos en ella, como inductores del suceso, para que nos cuenten todo lo que saben acerca de esas flores.”

—…Las flores han desaparecido durante la noche –continuó, volviéndose hacia Arthur–, y tenemos la completa seguridad de que nadie de la casa las ha tocado. Alguien ha debido de entrar por la ventana…

Pero los cierres no han sido forzados –informó el earl.

Tuvo que ser mientras usted se hallaba cenando, milady –dijo el ama de llaves.

Eso es –asintió el earl–. El ladrón debió de verle traer las flores –se dirigió a mí–, y advertiría que no las llevaba consigo al marcharse. Y debía de estar al tanto de su gran valor, ¡el cual es sencillamente inestimable! –exclamó, preso súbitamente de la excitación.

¡Y usted no llegó a decirnos cómo las consiguió! –afirmó lady Muriel.

Tal vez algún día –balbuceé yo– me sea posible decírselo. Pero por el momento, ¿me dispensarían de ello?

El earl puso cara de decepción, pero contestó de forma amable:

Está bien, no haremos preguntas.

Aunque le consideraremos un pésimo testigo de la acusación –añadió lady Muriel en tono pícaro, al tiempo que accedíamos al cenador–. Lo declaramos a usted cómplice del robo, y lo sentenciamos a reclusión en aislamiento y a ser alimentado con agua, pan y… mantequilla. ¿Quiere azúcar?

—…Si, al menos, las flores hubieran sido comestibles, uno podría haber sospechado de un ladrón de muy distinto tipo…

¿Se refiere a esa explicación universal para todas las desapariciones misteriosas: que el culpable fue el gato? –dijo Arthur.

Así es –respondió ella–. ¡Qué conveniente sería que todos los ladrones fueran del mismo tipo! ¡Resulta tan confuso que unos sean cuadrúpedos y otros bípedos!

A ARTE DA TELEOLOGIA OU A TELEOLOGIA DA ARTE: “¿Le vale así?: el último suceso es un efecto del primero, pero la necesidad de ese suceso es una causa de la necesidad del primero.”

ZERO PATHOS, INFINITAS PATAS…FÍSICAS: “Por ejemplo, la raza humana posee un tipo de forma: bípeda. Otro conjunto, que va del león al ratón, es cuadrúpedo. Baje 1 peldaño o 2 más y llegará a los insectos de 6 patas: hexápodos; un nombre precioso, ¿no es cierto? Pero la belleza, en nuestro sentido de la palabra, parece disminuir a medida que descendemos: la criatura se vuelve más… yo no calificaría de «fea» a ninguna de las criaturas de Dios… más tosca. Y, cuando cogemos el microscopio, y seguimos bajando, nos topamos con animálculos, terriblemente toscos, ¡y con un número de patas inmenso!”

“…las ranas y las arañas no nos son exactamente necesarias, ¿verdad, Muriel?

Lady Muriel se estremeció perceptiblemente: saltaba a la vista que era un tema desagradable.”

¡La grandiosidad del paisaje, cuál si no! Está claro que la grandiosidad de una montaña, según mi percepción, depende de su tamaño relativo con el mío. Doble la altura de la montaña, y naturalmente se vuelve 2 veces más grandiosa. Reduzca la mía a la mitad, y producirá el mismo efecto.

A solução está no advento dos pigmeus nesta hercúlea Terra, que uma vez já derrubou os desdenhosos gigantes!

Pero déjeme proseguir –pidió el earl–. Tendremos una 3ª raza de hombres, de 10 centímetros de altura; una 4ª, de 2 centímetros…

¡No podrían comer ternera y carnero normal, estoy segura! –interpuso lady Muriel.

Cierto, hija mía, se me olvidaba. Cada grupo debe tener sus propias vacas y ovejas.

Y su propia vegetación –añadí yo–. ¿Qué podría hacer una vaca de 2 centímetros de altura con una hierba que se mece con el viento muy por encima de su cabeza?

Es cierto. Hemos de contar con un pasto dentro del pasto, por así decirlo. La hierba corriente haría las veces de un verde palmeral para nuestras vacas de 2 centímetros, a la vez que en torno a la raíz de cada alto tallo se extendería una diminuta alfombra de hierba microscópica. Sí, creo que nuestro esquema funcionará relativamente bien. Y resultaría muy interesante entrar en contacto con las razas por debajo de nosotros. ¡Los bulldogs de 2 centímetros serían unas criaturitas preciosas! ¡Dudo que nadie pudiera echar a correr al verlos, ni siquiera Muriel!

¿No crees que deberíamos tener igualmente una serie in crescendo? –planteó lady Muriel–. ¡Imagínate medir 100 metros de alto! ¡Uno podría utilizar un elefante como pisapapeles y un cocodrilo como tijeras!

[Pero entonces la Inglaterra destruiría el mundo!]

¿Y haría usted que las razas de diferentes tamaños se comunicasen entre sí? –inquirí–. ¿Entrarían en guerra unas con otras, por ejemplo, o firmarían tratados?

Pienso que hemos de descartar la guerra. Cuando uno es capaz de aplastar una nación entera de un solo puñetazo, no puede llevar a cabo una guerra en igualdad de condiciones. Pero cualquier cosa que involucrara únicamente un choque de intelectos sería posible en nuestro mundo ideal, pues, naturalmente, debemos conceder capacidades mentales a todos, independientemente del tamaño. Quizá la regla más justa sería que, cuanto más pequeña fuese la raza, ¡mayor debería ser su desarrollo intelectual!

¿Estás diciendo –intervino lady Muriel– que esos hombrecillos de 2 centímetros discutirán conmigo?

¡Desde luego, desde luego! –afirmó el earl–. ¡La fuerza lógica de un argumento no depende del tamaño de la criatura que lo expone!

Ella sacudió la cabeza con indignación.

¡Yo no discutiría con ningún hombre que midiera menos de 15 centímetros! –exclamó–. ¡Lo pondría a trabajar!

¿En qué? –quiso saber Arthur, que escuchaba todos aquellos disparates con una sonrisa divertida.

¡Bordando! –respondió ella al instante–. ¡Qué bordados más bonitos haría!

No obstante, si hicieran un mal trabajo –apunté yo– no podrías discutir la cuestión. No sé por qué, pero convengo en que no podría hacerse.

La razón es –explicó lady Muriel– que uno no podría sacrificar hasta tal punto su dignidad.

¡Por supuesto que no! –se mostró Arthur inmediatamente de acuerdo–. Sería como discutir con una patata. Disculpen el juego de palabras, ¡pero eso enterraría por completo la propia dignidad!

Con Bduno no se discute!

el persistente zumbido de las abejas me confundía, y el aire transmitía una somnolencia que interrumpía y mandaba a la cama cada pensamiento antes de haber sido completamente formado; así que lo único que pude decir fue:

Eso depende por fuerza del peso de la patata.”

«¡Qué extraño! Estaba seguro de encontrarme hablando con lady Muriel. ¡Pero se trataba de Silvia desde el principio!». E hice otro gran esfuerzo por decir algo que tuviera algún sentido:

¿Es por la patata?”

Y puse todo mi empeño en dar unos pocos pasos, pero el suelo se deslizó hacia atrás, exactamente a la misma velocidad que yo era capaz de imprimir a mis piernas, de modo que no avancé ni un ápice. Silvia se echó a reír otra vez.”

¡Es usted un anciano adorable! –exclamó, poniéndose de puntillas para darle un beso, mientras él se inclinaba con solemnidad para recibir el saludo–. ¡Consigue dejarme perpleja! ¡Son varios los niños a los que no he estado chinchando!

El profesor regresó junto a su amigo, y en esta ocasión la voz dijo:

Dile que los traiga aquí… ¡a todos!

O mais provável é que no mundo exótico o professor se veja em terceira pessoa (como idoso) e esteja reencarnado espiritualmente como criança,¹ agora que a transformação em fada dos dois irmãos foi completada. (Assim foi, efetivamente, por um tempo.)

¹ Já essa teoria não pôde se confirmar.

Es Bruno quien llora, y es mi hermano, y, por favor, los 2 queremos irnos; él no puede caminar, ¿sabe?; está… soñando, ¿ve usted? –Esto lo dijo en un susurro, por miedo a herir mis sentimientos–. ¡Permítanos atravesar la Puerta de Marfil!”

Será que o professor se transformou no próprio Bruno? Sabemos quem é Sílvia no mundo real, mas não havia a contraparte “brunífera”. Deveria ser Arthur, conquanto… um casal romântico incestuoso não é recomendável para um romance infantil! No fim, Bruno não era ninguém…

Resultaba muy difícil estirar las piernas lo suficiente como para tocar el suelo, mientras Silvia me guiaba a través del estudio.”

Apenas tuve tiempo de echar una ojeada al otro profesor, el cual se encontraba sentado leyendo, de espaldas a nosotros, antes de que el profesor nos hiciera pasar por la puerta, y la cerrara después. Bruno se encontraba allí, cubriéndose el rostro con las manos y llorando amargamente.” A segunda hipótese foi descartada (observação já da 1ª leitura)!

¿Pod qué existen las pieddas? Hombde señod, ¿lo sabe usted?

Tienen una utilidad –dije yo–, aunque no sepamos cuál. ¿Para qué sirven los dientes de león, por ejemplo?

¡Bruno! –murmuró Silvia en tono reprobatorio–. ¡No debes decir «hombre» y «señor» a la vez! ¡Recuerda lo que te expliqué!

¡Nunca ha habido niño más impertinentísimo! –se exasperó Silvia, frunciendo el ceño hasta que sus resplandecientes ojos dejaron prácticamente de verse.

¡Y nunca ha habido niña más ignorantísima! –replicó Bruno–.

¿Pero por qué dices «dieleontes», Bruno? La palabra correcta es «dientes de león».

Es por ir dando tantos brincos –dijo Silvia, riendo.

Sí, así es –asintió Bruno–. Silvia me dice las palabdas, y entonces, cuando doy saltos, se baten todas en mi cabeza… ¡hasta que hacen espuma!

Entonces, ¿no encontró usted el camino de regreso a Exotilandia? –le pregunté al profesor.

¡Oh, sí que lo hice! –contestó–. No dimos con la calle Estrafalaria, pero hallé otro camino. He ido y vuelto varias veces desde entonces. Tenía que estar presente en las elecciones, ¿sabe?, como autor de la nueva Ley Monetaria. El emperador exhibió tal amabilidad que deseó que yo conservase el mérito de la misma. «¡Ocurra lo que ocurra (recuerdo perfectamente las palabras del discurso imperial), si resultara estar vivo el rector, vosotros daréis fe de que el cambio de moneda es obra del profesor, y no mía!» ¡Nunca antes en mi vida me habían ensalzado tanto! –Unas lágrimas resbalaron por sus mejillas con el recuerdo, el cual al parecer no era agradable en su totalidad.

¿Se ha dado al rector por muerto?

Un bufón itinerante, que iba con un oso bailarín (los cuales se las arreglaron para entrar en palacio, un día), ha estado diciéndole a la gente que viene de Hadalandia, y que el rector murió allí. Yo quería que el vicerrector lo interrogara pero, por desgracia, milady y él siempre se encontraban fuera dando un paseo cuando aparecía el bufón. Sí, ¡se ha dado por muerto al rector! –Y las mejillas del anciano se vieron surcadas por más lágrimas.”

Quería hacer que todos los habitantes de Exotilandia fuesen el doble de ricos que antes para así aumentar la popularidad del nuevo Gobierno. El problema era que casi no había dinero en el tesoro público para hacerlo. De modo que yo sugerí que podía conseguirlo doblando el valor de cada moneda y billete de Exotilandia. Es la solución más sencilla posible. ¡Me extraña que a nadie se le ocurriese antes! Nunca se vio un alborozo tan generalizado. Las tiendas están repletas de gente de sol a sol. ¡Todo el mundo compra de todo!”

¿Cómo de lejos queda Exotilandia? –inquirí, para cambiar de tema.

A unos 5 días de marcha, pero uno debe regresar cada cierto tiempo. Como profesor de la corte, he de estar en todo momento con el príncipe Uggug, ¿comprende? La emperatriz se pondría furiosa si lo dejara solo, aunque fuera únicamente por una hora.

Pero, sin duda, cada vez que viene aquí se ausenta durante 10 días como mínimo, ¿no es cierto?

¡Oh, más aún! –exclamó el profesor–. Una quincena, en ocasiones. Pero, naturalmente, tomo nota de la hora exacta de mi salida ¡para poder hacer retroceder el tiempo de la corte a ese mismo instante!

Perdone –dije yo–. No comprendo.

Sin contestar, el profesor extrajo de su bolsillo un reloj de oro cuadrado, con 6 u 8 manecillas, y lo sostuvo en el aire para que yo lo inspeccionara.

Esto –empezó– es un reloj exotilandés…

Debí haberlo supuesto.

…que posee la peculiar propiedad de que, en vez de marchar con el tiempo, es este el que marcha con el reloj. Confío en que ahora me haya entendido.

Apenas –admití.

Permita que le explique. Si no se manipula, sigue su propio ritmo. El tiempo no le afecta.

He conocido relojes así –observé.

Hacerlo hacia delante, sobrepasando la hora real, es imposible, pero puedo moverlas hasta un mes para atrás: ese es el límite. Y entonces uno encuentra que todos los acontecimientos se repiten de nuevo, con cualquier alteración que la experiencia pueda sugerir.”

No lo pruebe ahora. Le prestaré el reloj unos cuantos días para que pueda divertirse haciendo experimentos.”

«¡Ángel adorable! –pensé–. ¿Cómo voy a conseguir que tu mente inocente comprenda la idea del ‘deporte’ de la caza?» Y mientras observábamos, cogidos de la mano, la liebre muerta, de pie frente a ella, traté de explicar el concepto con palabras que ella pudiese entender.”

Pero si a los hombres les gustan las liebres, ¿por qué… por qué…? –la voz le temblaba y sus preciosos ojos estaban inundados de lágrimas.

Mucho me temo que no les gustan, querida niña.

A todos los niños les encantan –señaló Silvia–. Y a todas las damas.

Siento decirlo, pero incluso algunas damas van en ocasiones de cacería.

Silvia se estremeció.

¡Oh, no, las damas no! –suplicó de corazón–. ¡Lady Muriel no!

No, ella nunca lo hace, estoy convencido… pero esta es una visión demasiado triste para ti, querida. Probemos a buscar alguna…

Pero Silvia aún no estaba satisfecha. En un tono solemne y apagado, con la cabeza inclinada y las manos unidas, formuló su pregunta final:

¿Ama Dios a las liebres?

¡Sí! –respondí yo–. ¡De eso no me cabe duda! Ama a todas las criaturas vivientes. Hasta a los hombres que cometen pecados. ¡Cómo no va a amar a los animales, que son incapaces de ello!

No sé qué significa «pecado» –declaró Silvia. Y yo no traté de explicárselo.

Ven, mi niña –dije, intentando alejarla de allí–. Dile adiós a la pobre liebre y vayamos a buscar moras.

En tal caso –observó Silvia–, creo que la patata tendría todo el derecho a preguntarle a usted su peso. ¡Puedo imaginarme sin problemas una patata Jersey Royal de calidad verdaderamente superior rehusando discutir con alguien que pese menos de 95 kilos!

Con un gran esfuerzo recuperé el hilo de mis pensamientos.

¡Qué rápido empezamos a desvariar! –observé.

«¡Y toda esa extraña aventura –pensé– ha ocupado el espacio de una sola coma en el discurso de lady Muriel! ¡Una única coma, para la cual los gramáticos nos dicen que ‘contemos uno’ (Tuve la certeza de que el profesor había hecho retroceder amablemente el tiempo para mí hasta el punto exacto en que me había quedado dormido.)

Cuando, unos minutos después, abandonamos la casa, el primer comentario de Arthur fue sin duda uno extraño.

Hemos pasado ahí sólo 20 minutos –señaló– y no he hecho otra cosa que escuchar tu conversación con lady Muriel, y sin embargo, de algún modo, ¡me siento exactamente como si hubiese estado hablando con ella durante por lo menos 1 hora!”

Pero tenía demasiado aprecio por mi propia reputación de persona cuerda como para atreverme a explicar lo que había sucedido.”

Llegará en el último tren –anunció en el tono de quien está continuando una conversación en vez de empezando otra.

¿Te refieres al capitán Lindon?

Sí, el capitán Lindon –asintió Arthur–. Obvié su nombre porque me pareció que estábamos hablando de él. El earl me dijo que llega esta noche, aunque mañana es el día en que sabrá si le conceden el ascenso que está esperando. Me extraña que no se quede un día más en la ciudad para enterarse del resultado, si es que realmente le preocupa tanto como piensa el earl.

Es un hombre magnífico –reconoció Arthur–, pero confieso que las noticias serían buenas, para mí, ¡si recibiera su ascenso y su orden de incorporación a filas al mismo tiempo! Le deseo toda la felicidad del mundo… con una excepción. ¡Buenas noches! –Habíamos llegado a casa para entonces–. Esta noche no soy una buena compañía… es mejor que esté solo.

¿Quiere unírsenos? –me propuso el earl, después de un intercambio de saludos con él, lady Muriel y el capitán Lindon–. Este joven inquieto está esperando un telegrama y vamos a la estación para recogerlo.

También hay una mujer inquieta implicada –añadió lady Muriel.

Eso se sobreentiende, hija mía –contestó su padre–. ¡Las mujeres nunca están tranquilas!

Para una generosa apreciación de las mejores cualidades de uno mismo –apuntó excelentemente la hija–, no hay nada como un padre, ¿no es cierto, Eric?

Los primos no participan en ello –comentó este, y entonces, de algún modo, la conversación pasó a dos «duólogos», tomando los jóvenes la delantera, con los 2 hombres de mayor edad siguiéndolos a un paso menos ansioso.

¿Y cuándo volveremos a ver a sus pequeños amigos? –preguntó el earl–. Son unos niños singularmente cautivadores.

Estaré encantado de traerlos, cuando pueda –respondí–. Pero yo mismo desconozco cuándo tendré ocasión de verlos otra vez.

No voy a interrogarle –declaró el earl–, pero no hay nada de malo en mencionar que ¡a Muriel sencillamente le atormenta la curiosidad! Conocemos a la mayor parte de la gente de los alrededores y ella ha estado tratando de adivinar sin éxito en qué casa podrían estar alojándose.

Tal vez algún día pueda arrojar un poco de luz al respecto, pero de momento…

Gracias. Tendrá que sobrellevarlo lo mejor que pueda. Le diré que es una gran oportunidad para practicar la paciencia. Pero le cuesta verlo desde ese punto de vista. ¡Vaya, ahí están los niños!

Sí que lo estaban; esperaban (-nos, al parecer) en unas escaleras que permitían salvar una cerca, lo cual no podían haber hecho más que escasos momentos antes, pues lady Muriel y su primo habían pasado por delante de ella sin verlos.

La visión que alberga inicialmente un niño de la vida –comentó el earl, con esa encantadora y triste sonrisa tan suya– es que es un periodo que ha de dedicarse a la acumulación de posesiones que puedan llevar encima. Esa visión se modifica con los años.

Pero el amable anciano no era alguien con quien un niño, ya fuera humano o feérico, pudiera estar cohibido durante mucho tiempo, y al poco ella ya había cambiado mi mano por la suya, permaneciendo únicamente Bruno fiel a su primer amigo. Alcanzamos a la otra pareja justo cuando llegaba a la estación, y tanto lady Muriel como Eric saludaron a los niños como si los conocieran de toda la vida, este último diciendo:

¿Así que llegasteis a Babilonia alumbrándoos sólo con velas, después de todo?”

¿Qué? ¿Los conoces, Eric? –exclamó–. ¡Este misterio crece cada día más!

Entonces debemos andar por el tercer acto –observó Eric–. No esperarás que el misterio se resuelva antes de que llegue el quinto, ¿no?

“…Escenario: un andén del ferrocarril. Se apagan las luces. Entra el príncipe (disfrazado, por supuesto) y su fiel criado. Este es el príncipe… –dijo cogiendo la mano de Bruno–. ¡Y aquí está su humilde sirviente! ¿Qué es lo que ordena a continuación su alteza real? –Y dedicó una reverencia de aires profundamente cortesanos a su desconcertado amiguito.

¡Tú no eres un sidviente! –exclamó Bruno desdeñoso–. ¡Eres un cabellero!”

¡Cuarto acto! –proclamó, con un repentino cambio de tono–. Se encienden las luces. Luces rojas y verdes. Se escucha un lejano retumbar. ¡Entra un tren de pasajeros!”

¿Alguna vez ha convertido la vida real en una obra dramática? –dijo el earl–. Pruebe a hacerlo ahora. A menudo me entretengo así. Considere este andén nuestro escenario. Hay buenas entradas y salidas a ambos lados, ¿ve? Un excelente decorado de fondo: una locomotora real que se desplaza arriba y abajo. Todo este bullicio, y la gente que va de acá para allá, ¡han tenido que requerir un cuidadoso ensayo! ¡Con qué naturalidad actúan! ¡Sin mirar ni un instante al público! Y los grupos son siempre totalmente nuevos, ¿se da cuenta? ¡Nada de repeticiones!

Tan pronto como empecé a asimilar aquel punto de vista, me pareció realmente admirable. Incluso un mozo que pasaba, con una carretilla llena de equipaje, daba tal impresión de realismo que uno sentía la tentación de aplaudir. Tras él apareció una madre enfadada, con el rostro encendido, arrastrando a 2 niños que chillaban, y llamando a alguien que iba detrás: «¡John! ¡Venga!». Entra John, muy sumiso, muy callado, y cargado de paquetes. Y detrás de él, a su vez, venía una asustada y joven niñera, la cual llevaba en brazos a un rechoncho bebé, que también chillaba. Todos los niños lo hacían.

¡Un estupendo detalle de la interpretación! –dijo el anciano en un aparte–. ¿Se ha percatado de la expresión aterrorizada de la niñera? ¡Era sencillamente perfecta!

Ha dado usted con un filón completamente nuevo –aseguré–. Para la mayoría de nosotros la vida y sus placeres se asemejan a una mina que se halla prácticamente agotada.

¡Ya lo ve! –exclamó el earl–. Para cualquiera con verdadero instinto dramático, ¡sólo ha acabado el preludio! Lo bueno aún está por venir. Uno va al teatro, paga los 10 chelines de una butaca, ¿y qué recibe por su dinero? Quizá se trate de un diálogo entre un par de granjeros, poco naturales con sus exageradamente caricaturescos atuendos de granjeros, menos naturales aún en sus forzados gestos y poses, y nada naturales en absoluto en sus intentos por transmitir jovialidad y espontaneidad al hablar. Vaya en cambio a sentarse a un vagón de tren de 3ª clase, ¡y tendrá el mismo diálogo, pero real como la vida misma! Asientos de 1ª fila, sin orquesta que obstruya la visión… ¡y gratis!

Me pregunto si Shakespeare tenía eso en mente –cavilé en voz alta– cuando escribió: «El mundo entero es un escenario».

La vida es, desde luego, un drama; uno con pocos bises… ¡y ningún buqué! –añadió en tono soñador–. ¡Nos pasamos media vida lamentándonos de las cosas que hicimos en la otra mitad!

»Y el secreto para disfrutar de ella –prosiguió, recuperando el tono alegre– ¡es la intensidad!

Pero no en el sentido esteticista moderno, imagino. Como esa joven dama, en Punch,¹ que abre una conversación diciendo:

«¿Es usted intenso?».”

¹ “Punch, or The London Charivari was a British weekly magazine of humour and satire established in 1841 by Henry Mayhew and wood-engraver Ebenezer Landells. Historically, it was most influential in the 1840s and 1850s, when it helped to coin the term “cartoon” in its modern sense as a humorous illustration. From 1850, John Tenniel [ilustrador de Alice no País…] was the chief cartoon artist at the magazine for over 50 years. § After the 1940s, when its circulation peaked, it went into a long decline, closing in 1992. It was revived in 1996, but closed again in 2002.” “the term ‘cartoon’ then meant a finished preliminary sketch on a large piece of cardboard, or cartone in Italian. Punch humorously appropriated the term to refer to its political cartoons, and the popularity of the Punch cartoons led to the term’s widespread use.” “Punch enjoyed an audience including Elizabeth Barrett, Robert Browning, Thomas Carlyle, Edward FitzGerald, Charlotte Brontë, Queen Victoria, Prince Albert, Ralph Waldo Emerson, Emily Dickinson, Herman Melville, Henry Wadsworth Longfellow, and James Russell Lowell.”

Supongamos que A y B están leyendo la misma novela mediocre, sacada de una biblioteca pública. A nunca se preocupa por comprender al cien por cien las relaciones entre los personajes, de las que tal vez dependa todo el interés de la historia; se «salta» todas las descripciones del escenario y todos los pasajes que le parecen relativamente aburridos; a los que sí lee, ni siquiera les dedica una atención somera; sigue con el libro –por el simple deseo de terminar y encontrar otra ocupación– horas después de cuando debería haberlo dejado; ¡y llega al «finis» en un estado de completo hastío y depresión! B se entrega en cuerpo y alma al acto, siguiendo el principio de que «cualquier cosa digna de hacerse, es digna de hacerse bien»; domina las genealogías; evoca imágenes en su mente al tiempo que lee sobre el escenario; lo mejor de todo, cierra con resolución el libro al final de algún capítulo, mientras su interés se halla aún en su punto álgido, y traslada su atención a otras cuestiones; de modo que, la próxima vez que se permite una hora de lectura, es como si un hombre hambriento se sentase a cenar; y, cuando acaba el libro, ¡regresa a su quehacer cotidiano como «un gigante renovado»!”

nunca descubre que es basura, sino que se deja llevar hasta el final, intentando creerse que está disfrutando. B cierra el libro con suavidad, tras haber leído una docena de páginas, se dirige a la biblioteca ¡y lo cambia por uno mejor! Dispongo aún de otra teoría para aumentar el goce vital… es decir, si no he agotado su paciencia. Temo que me considere una vieja cotorra.”

La teoría es que deberíamos experimentar nuestros placeres con rapidez, y nuestros dolores con lentitud.

Pero ¿por qué? Yo lo habría dicho al revés.

Al experimentar el dolor artificial, el cual puede ser tan banal como desee, de manera lenta, el resultado es que, cuando sobreviene un dolor real, por muy severo que este sea, lo único que necesita hacer es dejar que avance a su ritmo normal, ¡y cesará en un momento!

Muy cierto –convine–, pero ¿qué pasa con el placer?

Pues que, al experimentarlo rápidamente, puede introducir una cantidad mucho mayor en la vida. Se requieren 3 horas y media para escuchar y disfrutar de una ópera. Imagine que fuera capaz de asimilarla, y gozar de ella, en media hora. ¡Entonces puedo disfrutar de 7 óperas en el tiempo que usted tarda en escuchar una!

He oído tocar un aire –declaró–, en modo alguno corto, de principio a fin, con variaciones y todo, ¡en 3 segundos!

¿Cuándo? ¿Y cómo? –inquirí ansiosamente, con cierta sensación de estar soñando otra vez.

Lo hizo una pequeña caja de música –respondió con voz suave–. Tras haberle dado cuerda, el regulador, o alguna cosa, se rompió, y la canción entera sonó, como he dicho, en unos 3 segundos. ¡Pero tuvo necesariamente que tocar todas las notas, ya sabe!

¿Y le gustó? –pregunté, con toda la severidad de un abogado en el turno de repreguntas.

¡Pues no! –confesó de forma sincera–. ¡Pero en aquel momento, sabe usted, no tenía el oído educado para apreciar ese tipo de música!

un improvisado drama teatral creado especialmente para mí.”

Hasta donde uno podía tomar nota del tiempo en un momento de horror como aquel, disponía de unos 10 claros segundos, antes de que el expreso llegara a su altura, para cruzar las vías y coger a Bruno. Si lo logró o no, fue algo totalmente imposible de adivinar; lo siguiente que se supo fue que el expreso había pasado, y que, con resultado de vida o muerte, todo había acabado. Cuando la nube de polvo se hubo despejado, y la vía se aclaró de nuevo a nuestros ojos, vimos con el corazón agradecido que el niño y su salvador estaban ilesos.

¡Todo bien! –nos dijo Eric en voz alta y alegre, mientras cruzaba otra vez la vía–. ¡Está más asustado que lastimado!”

No había llegado ningún telegrama.”

¿No sería mejor que os devolviera el reloj del profesor? Cuando seáis hadas os resultará demasiado grande para cargar con él; ya sabéis.”

¡Oh, qué va! –dijo–. Cuando nos hagamos pequeños, ¡el deloj también lo hará!

E irá directamente a las manos del profesor –agregó Silvia– y usted ya no podrá usarlo más, así que más vale que lo haga ahora cuanto pueda. Debemos menguar cuando se ponga el sol. ¡Adiós!

¡Y sólo faltan 2 horas para el crepúsculo! –dije mientras reanudaba mi paseo–. ¡He de aprovechar el tiempo!

Y por fin se fue cada una por su lado. Esperé hasta que se hubieron alejado unos 20 metros la una de la otra, y entonces atrasé el reloj 1 minuto. El instantáneo cambio fue asombroso: las 2 figuras parecieron regresar al momento a donde se encontraban antes.”

y así el diálogo entero se repitió, y, cuando se separaron por 2ª vez, las dejé seguir sus diversos caminos, y continué con mi paseo por el pueblo.”

justo cuando el pensamiento me pasaba por la mente, el accidente que estaba imaginando se produjo. Había una pequeña carreta parada en la puerta del «Gran Almacén de Sombreros de Señora» de Elveston, cargada de cajas de cartón que el carretero estaba transportando al interior de la tienda, una a una. Una de las cajas se había caído al suelo, pero casi no parecía que mereciera la pena acercarse a recogerla, ya que el hombre regresaría en un momento. Sin embargo, en aquel instante, un joven montado en bicicleta dobló bruscamente la esquina de la calle y, al tratar de esquivar la caja, volcó su máquina, y resultó arrojado de cabeza contra la rueda de la carreta. El carretero corrió a socorrerlo, y él y yo levantamos al infortunado ciclista y lo llevamos adentro. Tenía un corte en la cabeza por el que sangraba, y una de sus rodillas parecía herida de gravedad; se decidió, pues, sin demora que lo mejor era trasladarlo de inmediato a la consulta del único traumatólogo del lugar. Ayudé a vaciar la carreta y a colocar en ella unas cuantas almohadas que sirvieran de lecho al herido, y fue únicamente cuando el carretero hubo subido a su asiento en el vehículo, y se disponía a salir para la consulta, que me acordé del extraño poder que poseía para deshacer todo aquel daño.

«¡Mi momento ha llegado!», me dije, mientras hacía retroceder la manecilla del reloj, y vi, casi sin sorprenderme esta vez, que todo regresaba al lugar que ocupaba en el instante crítico en que me percaté inicialmente de la caja caída.

Sin perder 1 segundo, salí a la calle, recogí la caja y la devolví a la carreta; un momento después la bicicleta había torcido la esquina, pasado la carreta sin impedimento ni obstáculo, y desaparecido al poco en la distancia, en una nube de polvo.

«¡El delicioso poder de la magia! –pensé–. ¡Qué cantidad de sufrimiento humano he… no sólo aliviado, sino aniquilado, en realidad!» Y me quedé observando la descarga de la carreta, con una agradable sensación de virtud consciente y el reloj mágico aún abierto en mi mano, pues albergaba curiosidad por saber qué pasaría cuando llegáramos nuevamente al momento exacto en que había hecho retroceder la manecilla.

El resultado fue uno que, de haber meditado la cuestión con detenimiento, podría haber previsto: al alcanzar la marca la manecilla del reloj, la carreta –que ya se había alejado y se encontraba para entonces a media calle de distancia– reapareció de nuevo frente a la puerta, y en el momento de echar a rodar, a la vez que –¡oh, desdichado sueño dorado de universal benevolencia que había deslumbrado mi fantasiosa imaginación!– el joven lesionado retornó a su abultado lecho de almohadas, con su pálida faz contraída en una rígida expresión que revelaba un dolor soportado con entereza.

«¡Oh, reloj mágico, te burlas de mí! –dije para mis adentros, en tanto salía del pueblo y enfilaba el camino hacia la costa que conducía a mi alojamiento–. El bien que creí poder hacer se ha desvanecido como un sueño; ¡el mal de este mundo problemático es la única realidad duradera!»”

Se preguntarían inicialmente quién era yo, después me verían, luego bajarían la cabeza y dejarían de pensar en mí. Y en cuanto a echarme de manera violenta, tal suceso habría de tener lugar necesariamente al principio, en este caso. «De modo que si al final logro entrar –me dije–, ¡todo riesgo de expulsión habrá desaparecido!»

El carlino se sentó sobre sus cuartos traseros, como medida de precaución, a mi paso; pero como no presté atención alguna al tesoro que estaba guardando, me dejó ir sin lanzar siquiera un ladrido de amonestación. «Quien se adueña de mi vida –parecía estar diciéndose, entre sibilantes resuellos– empuña la correa. ¡Pero quien se adueña del Daily Telegraph…!» Mas no me enfrenté a esta espantosa contingencia.” Jornal ainda em operação.

Los presentes en el salón –entré directamente, ¿entiendes?, sin llamar al timbre ni dar aviso alguno de mi acercamiento– eran 4 niñas sonrosadas y risueñas, de edades comprendidas entre los 14 y los 10 años, que aparentemente venían hacia la puerta (mas descubrí que, en realidad, estaban caminando hacia atrás), al tiempo que su madre, sentada junto al fuego con labores de aguja en el regazo, decía, justo en el momento de entrar yo en la habitación: «Ahora, niñas, podéis ir a abrigaros para salir de paseo».

Para mi total asombro –pues no me encontraba todavía acostumbrado a la acción del reloj– «todas las sonrisas cesaron» (utilizando las palabras de Browning) en las 4 bonitas caras, y las niñas sacaron piezas de labor, y se sentaron. Ninguna se percató en lo más mínimo de mi presencia, mientras yo acercaba una silla sin hacer ruido y me sentaba a observarlas.

Una vez desdobladas las costuras, y listas las 4 para empezar, su madre dijo: «¡Por fin habéis terminado! Podéis guardar vuestras labores, niñas». Pero estas hicieron caso omiso del comentario; por el contrario, se pusieron de inmediato a coser, si es que esa es la palabra apropiada para describir una operación que jamás antes había contemplado. Cada una de ellas enhebró su aguja con un corto cabo de hilo, unido a la labor, del que una fuerza invisible comenzó al instante a tirar, haciendo que atravesara la trama y arrastrara la aguja tras de sí; los hábiles dedos de la pequeña costurera cogieron esta en el otro lado, pero sólo para soltarla enseguida, una vez más.” As 4 Moiras & Penélope

Y de este modo procedió el trabajo, deshaciéndose a un ritmo constante, y con los vestiditos cuidadosamente cosidos, o lo que quiera que fuesen, apedazándose sin parar. De tanto en tanto, una de las niñas hacía un alto cuando el hilo recuperado se volvía incómodamente largo, lo enrollaba en un carrete y recomenzaba con otro pequeño cabo.

Finalmente la labor quedó reducida por completo a retazos, que guardaron, y la dama se dirigió en primer lugar a la habitación de al lado, caminando de espaldas, y haciendo el siguiente comentario descabellado: «Todavía no, queridas: primero debemos terminar con la costura».” Pero por que no hablaba al revés??

Tras lo cual, no me sorprendió ver a las niñas brincando de espaldas tras ella, a la vez que exclamaban: «¡Oh, madre, hace un día precioso para salir a pasear!».” Quadro lynchiano.

¿Has visto a gente comer tarta de cerezas, y dejar cada cierto tiempo de manera cuidadosa un hueso del fruto en los platos desde sus labios? Pues algo parecido tuvo lugar durante aquel terrorífico –¿o debería decir tal vez «fantasmagórico»?– banquete. Un tenedor vacío se eleva a los labios, donde recibe una pieza bien cortada de carnero, y rápidamente la lleva hasta el plato, donde se une en el acto y por sí sola a la carne que ya se encuentra allí. Al poco pasaron uno de los platos, provisto de una tajada entera de carnero y dos patatas, al caballero que presidía la mesa, que restituyó en silencio la tajada a la pata, y las patatas a la fuente.

Su conversación resultó ser, si es que ello era posible, más desconcertante que su forma de cenar. Comenzó cuando la muchacha más joven se dirigió, repentinamente y sin provocación previa, a su hermana mayor:

¡Oh, qué cuentista eres! –dijo.

Yo esperaba una contestación desabrida por parte de la hermana pero, en cambio, esta se giró riendo hacia su padre, y dijo, en un estentóreo susurro teatral:

¡Ser ella la novia!

El padre, para cumplir con su parte en una conversación que parecía propia únicamente de lunáticos, contestó:

Susúrramelo al oído, cariño.

Pero ella, en vez de susurrar (aquellas niñas no hacían nunca lo que se les decía), repuso, en voz muy alta:

¡Claro que no! ¡Todo el mundo sabe lo que quiere Dolly!

Y la pequeña Dolly se encogió de hombros, y dijo, terriblemente malhumorada:

¡Vamos, padre, no te metas conmigo! ¡Ya sabes que no quiero ser dama de honor de nadie!

Y la cuarta será Dolly –fue la estúpida respuesta de su padre.

Aquí metió baza la número tres:

¡Oh, pero ya lo han decidido, querida madre, en serio! Mary nos lo contó todo. Será 4 semanas después del próximo martes… y vendrán 3 de sus primas para hacer de damas de honor… y…

¡A ella no se le olvida, Minnie! –contestó la madre entre risas–. ¡Ojalá decidieran casarse de una vez! No me gustan los noviazgos largos.

Y Minnie cerró la conversación –si es que una serie tan caótica de comentarios merece tal nombre– con:

¡Imagínate! Esta mañana pasamos por delante de Cedars, justo cuando Mary Davenant se estaba despidiendo desde la verja del señor… no recuerdo su nombre. Nosotras por supuesto miramos hacia otro lado.

Para entonces me encontraba tan desesperadamente confuso que dejé de escuchar y seguí la cena hasta la cocina. ¿Pero qué necesidad, oh, lector hipercrítico, decidido a no creer ni un punto de esta rara aventura, hay de relatarte cómo el carnero se colocó en el asador, y se desasó lentamente; cómo las patatas se envolvieron en sus pieles, y se entregaron al jardinero para que las

enterrara; cómo, cuando el carnero llegó finalmente a estar crudo, el fuego, que había pasado gradualmente de un infierno al rojo a una simple llama, se extinguió tan bruscamente que el cocinero tuvo apenas el tiempo justo para atrapar su última chispa en el extremo de una cerilla; o cómo la criada, tras haber retirado el carnero del asador, se lo llevó (caminando de espaldas, por supuesto) fuera de la casa, al encuentro del carnicero, el cual venía (también de espaldas) por el camino?

Cuanto más vueltas le daba a aquella extraña aventura, más se enredaba sin solución el misterio, y supuso un verdadero alivio encontrar a Arthur en el camino y convencerlo de que me acompañara al Hall para averiguar qué noticias había traído el telégrafo.”

¡Entonces el telegrama ha llegado! –afirmé.

¿No lo sabía? Oh, lo había olvidado: llegó después de abandonar usted la estación. Sí, todo ha salido bien; Eric ha recibido su ascenso y, como ya ha hablado con Muriel de sus planes, tiene asuntos en la ciudad que debe atender sin demora.

He decidido aceptar un empleo en la India que me han ofrecido. Allí, en el extranjero, supongo que encontraré un motivo por el que vivir; ahora mismo soy incapaz de ver ninguno.”

¿Cuánto lo siente exactamente? –pregunté, con picardía.

Tdes cuadtos de metdo –respondió Bruno con absoluta solemnidad–. Y yo también lo sento un poquitín –agregó, cerrando los ojos para no ver su propia sonrisa.

No se dice «lo ponimos» –apuntó Silvia con gran seriedad.

Bueno, entonces «le ponimos» –saltó su hermano–. ¡Nunca logdo decoddad cuándo hay que usad «lo» y cuándo «le»!

Dejad que os ayude a buscarlo –me ofrecí. De modo que Silvia y yo iniciamos una «expedición» entre todas las flores, pero no dimos con ningún bebé.

¿Y qué tendrá lugar en el teatro? –indagué yo.

Primero celebran su banquete de cumpleaños –explicó Silvia–; después Bruno

representa unos fragmentos de Shakespeare, y luego les cuenta una historia.

No, sólo los interpretará –aclaró Silvia–. No se sabe prácticamente el texto de ninguno. Cuando veo cómo va vestido, tengo que decirles a las ranas de qué personaje se trata. ¡Siempre están impacientes por adivinarlo! ¿No oye cómo preguntan todas «¿Cuál? ¿Cuál?»? –Y así era: hasta que Silvia lo explicó, parecía que únicamente croaban, pero ahora era capaz de distinguir el «¿Cuad? ¿Cuad?» con total claridad.

¿Pero por qué tratan de adivinarlo antes de verlo?

No lo sé –confesó Silvia–, pero siempre lo hacen. ¡A veces empiezan a hacer conjeturas semanas y semanas antes del día!

O relógio do protagonista ainda estará invertendo o tempo?!

Y no tenía sentido, según Bruno, representar un «fragmento» de Shakespeare cuando no había nadie que lo viera (como ves, no me contó a mí como alguien).”

¡Hamlet! –anunció de pronto la voz clara y dulce que yo tan bien conocía. El croar cesó por completo y al instante, y yo me giré hacia el escenario, con cierta curiosidad por ver cuáles eran las ideas de Bruno respecto al comportamiento del personaje más importante de Shakespeare.

Según este eminente intérprete del drama, Hamlet vestía una corta capa negra (que empleaba principalmente para taparse el rostro, como si sufriera un fuerte dolor de muelas), y caminaba separando mucho hacia fuera las puntas de los pies.

¡Sed o no sed! –comentó Hamlet en tono alegre, y después hizo el pino varias veces, provocando la caída de la capa en plena actuación.

Me sentí un poco decepcionado; la concepción que tenía Bruno del papel me parecía falta de solemnidad.

¿No recitará más del soliloquio? –le susurré a Silvia.

Creo que no –me contestó esta de igual forma–. Suele hacer el pino cuando no se sabe más partes del texto.

Bruno había resuelto entretanto la cuestión desapareciendo del escenario, y las ranas se pusieron inmediatamente a preguntar el nombre del próximo personaje.

¡Lo sabréis cuando lo veáis! –gritó Silvia, al tiempo que recolocaba a 2 o 3 ranitas que se las habían arreglado para ponerse de espaldas al escenario–. ¡Macbeth! –añadió, al reaparecer Bruno.

Macbeth se había envuelto en algo que le pasaba por encima de un hombro y bajo el brazo contrario, y que se suponía que era, creo, un plaid(*) escocés. Sujetaba una espina de planta en la mano, con el brazo totalmente extendido, como si le diera un poco de miedo.

(*) Prenda tradicional escocesa, usada especialmente como uniforme de gala por militares y gaiteros, consistente en una pieza alargada de tartán que se envuelve alrededor del cuerpo. Se lleva por lo general en combinación con el conocido kilt, con el cual debe ir siempre a juego. [N. del T.]

¿Es esto una daga? –inquirió Macbeth, con tono de cierta perplejidad, y al momento las ranas elevaron un coro de respuesta: «¡No! ¡No!» (a esas alturas yo ya había aprendido a entender perfectamente su croar).

¡Es una daga! –proclamó Silvia con voz autoritaria–. ¡Callad! –El croar cesó en el acto.

Shakespeare no nos ha dicho, hasta donde yo sé, que Macbeth presentara en su vida privada ningún hábito de tal excentricidad como hacer el pino, pero Bruno lo consideraba claramente una parte absolutamente esencial del personaje, y abandonó el escenario realizando una serie de volteretas. No obstante, regresó otra vez momentos después, con el extremo de un mechón de lana (dejado probablemente en la espina por una oveja que pasaba) bajo el mentón, el cual constituía una magnífica barba, que le llegaba prácticamente hasta los pies.

¡Shylock! –anunció Silvia–. ¡No, disculpad! –rectificó a toda prisa–. ¡El rey Lear! No me había fijado en la corona. (Bruno se había provisto ingeniosamente de una, que le quedaba perfectamente, cortando la parte central de un diente de león a fin de dejar hueco para su cabeza.)

El rey Lear se cruzó de brazos (poniendo su barba en peligro inminente) y dijo, en un suave tono explicativo:

¡Sí, un dey de los pies a la cabeza! –Y a continuación calló, como si se hallara considerando cuál podía ser el mejor modo de demostrar esto. Y aquí, con todo el respeto posible a Bruno como crítico shakespeariano, debo expresar mi opinión de que no era intención del poeta que sus 3 grandes héroes trágicos tuviesen unos hábitos personales tan extrañamente parecidos; al igual que tampoco creo que hubiera aceptado la facultad de hacer el pino como prueba alguna de pertenencia a una casta real. Mas, al parecer, el rey Lear, tras una profunda reflexión, fue incapaz de dar con ningún otro argumento con el que probar su realeza, y, como aquel era el último de los «fragmentos» de Shakespeare («Nunca hacemos más de tres», explicó Silvia en susurros), Bruno ofreció al público una larguísima serie de piruetas antes de retirarse por fin, dejando a las extasiadas ranas en un clamor conjunto de «¡Otro! ¡Otro!» que supongo constituía su modo de pedir un bis. Pero Bruno no resurgió en escena hasta que llegó el momento de contar la historia.

Cuando al fin apareció caracterizado de sí mismo, noté un sensible cambio en su comportamiento. No ejecutó más volteretas. Obviamente opinaba que, por muy apropiado que pudiera ser el hábito de hacer el pino para don nadies como Hamlet y el rey Lear, Bruno jamás sacrificaría su dignidad hasta tal punto.

Había una vez un datón y un cocoddilo y un hombde y una cabda y un león. –Nunca antes había escuchado introducir el dramatis personae en una avalancha tan temerariamente atropellada, y esta me dejó sin aliento alguno. Hasta Silvia se quedó boquiabierta, y dejó que 3 de las ranas, que parecían haber empezado a cansarse del espectáculo, se metieran de un brinco en la zanja sin realizar ningún intento de detenerlas.

»Y el datón encontdó un zapato, y cdeyó que era una tdampa para datones. Así que se metió dentdo, y se quedó allí muchósimo tiempo. —¿Y por qué se quedó? –preguntó Silvia. Su función parecía ser muy similar a la del coro en una obra griega: tenía que espolear al orador, y hacerlo hablar mediante una serie de preguntas inteligentes.

Podque cdeía que no podía salid de allí –explicó Bruno–. Era un datón listo. ¡Sabía que no podía escapad de las tdampas!

Al parecer, tenían los niños su tamaño “normal” de hada en esta escena… Pues, ¿qué diente-de-león va a ser corona para una cabeza, no fuera una microcabeza, mismo la de un niñito?

Pero ¿por qué entró en un principio? –insistió Silvia.

…y saltó y saltó –continuó Bruno, ignorando la pregunta–, y pod fin logdó salid. Entonces miró la etiqueta del zapato. Y en ella aparecía el nombde del hombde, pod lo que supo que no era su zapato.

¿Había pensado que lo era? –atacó de nuevo Silvia.

¿No te he dicho ya que cdeía que era una tdampa para datones? –replicó el indignado orador–. Pod favod, hombde señod, ¿podería haced que Silvia pdestase atención? –Esto hizo callar a su hermana, que pasó a ser toda oídos; de hecho, ella y yo habíamos pasado a ser la práctica totalidad de la audiencia, pues las ranas no paraban de marcharse dando saltos, y apenas quedaban ya allí unas pocas.

»Así que el datón le dio al hombde su zapato. Y el hombde se puso a dad botes, podque sólo tenía uno, y tenía muchas ganas de encontdad el otdo.

En ese momento aventuré una pregunta:

¿Te refieres a botes de alegría o a que iba a la pata coja?

A las 2 cosas –dijo Bruno–. Y el hombde sacó a la cabda del saco. –«Pero no habías mencionado el saco antes», dije yo. «Ni lo volveré a haced», contestó Bruno–. Y le dijo a la cabda: «Te quedarás pod aquí hasta que yo vuelva». Y el hombde se fue y cayó en un pdofundo hoyo. Y la cabda dio vueltas y más vueltas. Y pasó bajo el ádbol. Y meneó la cola. Y levantó la vista hacia el ádbol. Y cantó una tdiste cancioncilla. ¡Nunca habéis oído una igual!

¿Puedes cantarla, Bruno? –le pedí.

Sí, puedo –respondió Bruno en el acto–. Pero no lo haré. Haría llorad a Silvia…

¡No es cierto! –lo cortó Silvia con gran indignación–. ¡Y no me creo para nada que la cabra la cantara!

¡Sí que lo hizo! –aseguró Bruno–. La cantó entera. Yo vi cómo la cantaba con su ladga badba…

No pudo cantarla con su barba –interpuse yo, esperando pillar al pequeñajo–: una barba no es una voz.

¡Pues entonces no poderías pasead con Silvia! –exclamó Bruno en tono triunfal–. ¡Ella no es un pie!

Decidí que lo mejor era seguir el ejemplo de Silvia y guardar silencio por un rato. Bruno era demasiado listo para nosotros.

Y cuando tedminó de cantad la canción, salió coriendo: en busca del hombde, ya sabéis. Y el cocoddilo fue detdás de ella, para moddedla, ¿entendéis? Y el datón siguió al cocoddilo.

¿No iba corriendo el cocodrilo? –inquirió Silvia, que luego se dirigió a mí–: Los cocodrilos corren, ¿no?

Yo sugerí que lo correcto era decir que «se arrastran».

No coría –aclaró Bruno– y no se arastdaba. Se movía con dificultad como un baúl de viaje. Y levantaba tantósimo la badbilla al caminad…

¿Por qué lo hacía? –lo interrumpió Silvia nuevamente.

¡Podque no le dolían las muelas! –espetó Bruno–. ¿Es que necesitas que lo esplique todo? Si le habieran dolido las muelas, naturalmente habdía ido con la cabeza baja, así, ¡y se la habdía envuelto en un montón de mantas calientes!

Si hubiera tenido alguna –arguyó Silvia.

¡Claro que tenía! –replicó su hermano–. ¿Acaso piensas que los cocoddilos salen a pasead sin mantas? Y fdunció el entdecejo. ¡Y a la cabda sus cejas le dieron muchósimo miedo!

Así que el hombde saltó, y saltó, y finalmente consiguió salid del hoyo.”

Silvia se quedó otra vez ligeramente boquiabierta por el asombro: aquel rápido salto de un personaje a otro de la historia la había dejado sin aliento.

Y salió coriendo… en busca de la cabda, ya sabéis. Y oyó gduñid al león…”

Los leones no gruñen –dijo Silvia.

Este sí –afirmó Bruno–. Y tenía la boca gdande como un admario. Y en ella cabían un montón de cosas. Y el león pedsiguió al hombde… para comédselo, ¿sabéis? Y el datón coría detdás del león.

Pero el ratón corría tras el cocodrilo –recordé yo–; ¡no podía perseguir a los dos!

Bruno dejó escapar un suspiro ante la falta de luces de su público, pero explicó de manera muy paciente:

Sí que pedseguía a los dos: ¡podque iban en la misma dirección! Cogió pdimero al cocoddilo, y después no alcanzó al león. Y cuando cogió al cocoddilo, como tenía unas tenazas en el bolsillo, ¿qué cdeéis que hizo?

No se me ocurre nada –reconoció Silvia.

¡Nadie podería adivinadlo! –gritó Bruno con gran regocijo–. ¡Pues que le sacó el diente al cocoddilo!

¿Qué diente? –me atreví a preguntar.

Pero no había manera de poner en apuros a Bruno.

¡El diente con el que iba a modded a la cabda, pod supuesto!

No podía estar seguro de que no lo iba a hacer –sostuve–, a no ser que le sacara todos los dientes.”

¡Le… sacó… todos… los dientes!

¿Y por qué se quedó esperando el cocodrilo a que se los sacaran? –planteó Silvia.

No le quedó más demedio –sentenció Bruno.

Yo aventuré otra pregunta:

¿Pero qué pasó con el hombre que dijo: «Puedes quedarte por aquí hasta que yo vuelva»?

No dijo «puedes quedadte» –explicó Bruno–. Dijo «te quedarás». Igual que me dice Silvia: «Estudiarás tus leciones hasta las 12». ¡Oh, ojalá –añadió con un leve suspiro– Silvia dijera: «Puedes estudiad tus leciones»!

¿Pero qué pasó con el hombre?

Bueno, el león se alabanzó sobde él. Pero taddó tanto en caed que estuvo tdes semanas en el aire…

¿Y se quedó el hombre esperando todo ese tiempo? –inquirí.

¡Claro que no! –repuso Bruno, deslizándose de cabeza por el tallo de la dedalera hasta el suelo, pues la historia se acercaba claramente a su fin–. Vendió su casa e hizo las maletas, mientdas el león caía. Y se mudó a otda ciudad. Así que el león se comió al hombde equivocado.

Aquello era obviamente la moraleja; de manera que Silvia realizó su último anuncio a las ranas:

¡La historia ha acabado! ¡Y de veras que no sé –agregó, en un aparte hacia mí– qué es lo que hemos de aprender de ella!

Yo tampoco lo tenía del todo claro, así que no sugerí nada, pero las ranas parecían bastante contentas, con moraleja o sin ella, y se limitaron a elevar en ronco coro «¡Adiós! ¡Adiós!» mientras se alejaban dando brincos.

Lady Muriel se encontraba absolutamente radiante de felicidad: a la luz de aquella sonrisa, la tristeza no podía existir, e incluso Arthur recobró el buen ánimo ante ella, y, cuando lady Muriel comentó: «Como ve, estoy regando mis flores, aun cuando hoy es el día del sabbat», su voz casi mostró el viejo tono de alegría en su respuesta:

Las obras piadosas se permiten incluso en sabbat. Pero hoy no lo es. El día del sabbat ya no existe.”

¿Entonces usted permitiría a los niños jugar en domingo?

Sin duda. ¿Por qué convertirlo en un día fastidioso para sus naturalezas inquietas?

«¡Los domingos no debo jugar con mi muñeca! ¡Los domingos no debo cavar en el jardín!». ¡Pobre niña! ¡Desde luego tenía abundantes motivos para odiar el domingo!”

Cuando, siendo niña, abría por primera vez los ojos en una mañana de domingo, una deprimente sensación de anticipación, que aparecía como muy tarde el viernes, culminaba. Sabía lo que me aguardaba, y mi deseo interior, por no decir expreso, era: «¡Ojalá fuera ya por la tarde!». No se trataba de un día de descanso, sino de lecturas, catecismos (el de Watts) y tratados sobre conversos, criadas piadosas y muertes edificantes de pecadores que salvaron su alma.

Desde primera hora debíamos aprender de memoria himnos y pasajes de las Escrituras hasta las 8 en punto, momento en que orábamos en familia, para después desayunar, de lo cual nunca me era posible disfrutar, en parte por el ayuno previo, y en parte por el terror a lo que aún me esperaba.

A las 9 comenzaba la escuela dominical, y me indignaba que me pusieran en clase con los niños del pueblo, además de preocuparme que, en caso de cometer alguna equivocación, me humillaran delante de ellos.

El servicio religioso era un verdadero desierto de Zin [Israel]. Yo deambulaba por él, e instalaba el tabernáculo de mis pensamientos en el forro del cuadrado banco de la familia, los revoltosos movimientos de mis hermanos pequeños y el horror de saber que, el lunes, tendría que escribir, de memoria, una recapitulación del improvisado e inconexo sermón, el cual podía tratar de cualquier cosa menos de lo que se le suponía, y que sería juzgada por el resultado.

A continuación teníamos un almuerzo frío a la 1 (los criados no trabajaban ese día), escuela dominical otra vez de 2 a 4, y oficio de tarde a las 6. Los tiempos muertos entre una cosa y otra eran quizá la prueba más dura de todas, debido a los esfuerzos que tenía que hacer para pecar menos de lo habitual, leyendo libros y sermones tan estériles como el mar Muerto. Tan sólo había un horizonte de esperanza durante todo el día, y ese era la «hora de dormir», ¡la cual nunca llegaba demasiado pronto!”

El de que toda la naturaleza sigue unas leyes inmutables y ordenadas… la ciencia lo ha demostrado. De modo que pedirle a Dios que haga cualquier cosa (excepto cuando rezamos por bendiciones espirituales, por supuesto) es esperar un milagro, y no tenemos ningún derecho a hacer eso.

Sí, pero ahí entra en juego el libre albedrío; puedo elegir esto o aquello, y Dios puede influir en mi decisión.

¿De modo que no es usted fatalista?

¡Oh, no! –exclamó ella con franqueza.

—…¿Está de acuerdo entonces con que puedo, por un acto de libre voluntad, mover esta taza –continuó, acompañando la palabra con la acción– en esta o esta otra dirección?

Así es.

Mi mano se mueve debido a que ciertas fuerzas (eléctricas, magnéticas o de cualquier tipo que la «fuerza nerviosa» pruebe ser) actúan sobre ella por medio de mi cerebro. El origen de esa fuerza nerviosa, almacenada en este órgano, podría atribuirse probablemente, en caso de que la ciencia estuviese completa, a fuerzas químicas con que la sangre provee al cerebro, y que en última instancia derivan de la comida que ingiero y del aire que respiro.

¿Pero no sería eso fatalismo? ¿Dónde participa ahí el libre albedrío?

En la elección de los nervios –contestó Arthur–. La fuerza nerviosa del cerebro puede fluir de forma igualmente natural por un nervio que por otro. Hace falta algo más que una ley natural inmutable para decidir qué nervio la transmitirá. Ese «algo» es el libre albedrío.

Los ojos de lady Muriel brillaron.

«¿Instruirá al Todopoderoso quien con Él contiende?». ¿Negaremos nosotros, «el enjambre que nació al sol del mediodía», sintiendo en nuestro interior el poder de dirigir, hacia un sitio u otro, las fuerzas de la naturaleza (de la cual constituimos una parte tan insignificante), negaremos, en nuestra arrogancia sin límites, ese poder al Anciano de los Días? Diciendo a nuestro creador: «No pases de ahí. Fuiste el creador, ¡pero no puedes gobernar!»?

«Pues ¿cómo sabes tú, mujer, si salvarás a tu marido?»

I Corintios 7,16

Oh, nunca una estrella

se perdió aquí: ¡se alzaba en la lejanía!

¡Mira al este, donde miles más habitan!

¿Qué avatar en su tierra Visnú tendría?”

Robert Browning

El oeste es la tumba apropiada para todo el pesar y los suspiros, para todos los errores y las insensateces del pasado; ¡para todas sus esperanzas marchitas y sus amores enterrados! ¡Del este llega una fuerza, una ambición, una esperanza, una vida y un amor renovados! ¡Mira al este! ¡Sí, mira al este!

Mira al este!

» ¡Que desaparezcan, con la noche, el recuerdo de un amor difunto, las hojas marchitas de una esperanza malograda y las enfermizas tribulaciones y los sombríos remordimientos que aturden las mejores energías del alma, y que surjan, creciendo, ascendiendo como una riada viviente, la determinación viril, la voluntad tenaz y la mirada a los cielos de la fe: el fundamento de toda esperanza, la evidencia de lo invisible! »

Sueños, que eluden la comprensión del soñador;

manos rígidas, sobre el pecho de una difunta

madre, que nunca más devolverán con amor

los abrazos, ni tornarán ante el llanto en cuna;

de tales formas es mi deseo presentar

el relato que aquí acaba. ¡Deliciosa hada

que velas por aquel que vive para chincharte;

que quieres de corazón, que de broma regañas

al alegre y revoltoso Bruno! ¿Quién, al verte,

puede no amarte, preciosa, como lo hago yo?

¡Mi dulce Silvia, debemos decirnos adiós!”

* * *

[¡] Prefacio [!]

Permítanme expresar aquí mi sincera gratitud hacia los muchos críticos que han reseñado, ya sea de manera favorable o desfavorable, el volumen anterior.” “Ambos han servido sin duda para que el libro fuese más conocido y han ayudado a que el público lector se formara sus opiniones de él. Permítanme asimismo asegurarles aquí que el que me haya abstenido prudentemente de leer cualquiera de sus críticas no se debe a que no sienta respeto alguno por ellas. Soy de la sólida opinión de que un autor haría muy bien en no leer recensiones de sus libros: las desfavorables casi con toda seguridad le harán enfadarse, y las favorables, engreírse; y ninguno de estos resultados es deseable.” El Dostoievski inglés!

Me han llegado críticas, no obstante, de fuentes privadas, y mi intención es dar contestación a algunas de ellas. Una de tales críticas protesta por la censura excesivamente severa que hace Arthur sobre la cuestión de los sermones y los niños de los coros. Déjenme decirles, en respuesta, que no me responsabilizo personalmente de ninguna de las opiniones vertidas por los personajes de mi libro. Son tan sólo opiniones que, a mi juicio, podrían probablemente sostener las personas en cuyas bocas las pongo, y que eran dignas de tomarse en consideración.”

Respecto a ca’n’t, no se discutirá que, en todas las demás palabras terminadas en «n’t», estas letras son una abreviación de not; ¡y resulta sin duda absurdo suponer que, en este caso aislado, not queda representado por «’t»! De hecho, can’t es la abreviación adecuada de can it, del mismo modo que is’t lo es de is it. De nuevo, en wo’n’t, el primer apóstrofo es necesario porque la palabra would queda acortada aquí a wo’; pero considero correcto escribir don’t con un solo apóstrofo, porque la palabra do está aquí completa. En cuanto a palabras como traveler, sostengo que el principio correcto es doblar la consonante cuando el acento cae en esa sílaba, y dejar sólo una en caso contrario. Esta regla se observa en la mayoría de los casos (p.e., doblamos la «r» en preferred, pero dejamos una en offered), de manera que sólo estoy extendiendo a otros una regla ya existente. Admito, sin embargo, que no escribo parallel, como esta exigiría; pero es la etimología quien nos obliga a insertar la doble «l» en dicha palabra.”

Fue en 1873, creo ahora, cuando se me ocurrió por primera vez la idea de que un pequeño cuento de hadas (escrito, en 1867, para Aunt Judy’s Magazine, bajo el título de La venganza de Bruno) podría servir como núcleo de una historia más larga.” “De manera que este párrafo ha estado esperando veinte años su oportunidad de salir a imprenta: ¡más del doble del periodo que Horacio, de forma tan prudente, recomendaba «reprimir» las creaciones literarias!”

Y no fue hasta marzo de 1889 cuando, tras haber calculado el número de páginas que ocuparía el relato, decidí dividirlo en 2 partes y publicarlas por separado. Esto hacía necesario escribir una especie de conclusión para el primer volumen, y la mayoría de mis lectores, presumo, consideró esta la conclusión real cuando dicho volumen apareció en diciembre de 1889.”

MELHOR RATOS DO QUE PÉS: “El uso tremendamente peculiar que aquí se hace de un ratón muerto se ha extraído de la vida real. Una vez me encontré con un par de niños muy pequeños, en un jardín, que estaban echando un partido microscópico de críquet para 2. El bate tenía, me parece, más o menos el tamaño de una cuchara de servir, y la mayor distancia alcanzada por la pelota, en sus vuelos más audaces, era de unos 4 o 5 metros. La longitud exacta era por supuesto una cuestión de suprema importancia, y siempre se medía cuidadosamente (compartiendo amigablemente el bateador y el lanzador el duro trabajo) ¡con un ratón muerto!”

Los 2 axiomas cuasimatemáticos citados por Arthur en la p. 209 del vol. I («las cosas que son mayores que una misma cosa son mayores entre sí» y «todos los ángulos son iguales») fueron realmente enunciados, con toda seriedad, por estudiantes de una universidad situada a menos de 100 millas de Ely.”

Vol. II, p. 445. ¡El discurso en torno a la «obstrucción» no es un mero producto de mi imaginación! Está copiado palabra por palabra de las columnas del Standard, y fue pronunciado por sir William Harcourt, quien era, en aquel momento, miembro de la «oposición», en el National Liberal Club, el 16 de julio de 1890.”

Vol. II, p. 529. El comentario del profesor sobre una cola de perro («por ese lado no muerde») lo hizo en realidad un niño cuando lo avisaron del peligro que estaba corriendo por tirar de la cola del perro.”

ya fuese mi audiencia una docena de niñas de una escuela rural, una treintena o cuarentena en un salón londinense, o un centenar en un instituto, siempre las he encontrado francamente interesadas en atender, y profundamente apreciativas de la diversión que el relato proporcionaba.”

SAI PRA LÁ, CAC! “Mi intención era discutir, en este prefacio, de manera más exhaustiva de lo que lo hice en el volumen anterior, la «moralidad de la caza», en relación con las cartas que he recibido de amantes de esta última, en las que señalan los muchos y grandes beneficios que los hombres obtienen de ella, e intentan probar que el sufrimiento que inflige a los animales es demasiado insignificante para ser tenido en cuenta.” “Este es que Dios ha concedido al hombre un derecho absoluto a tomar las vidas de otros animales por cualquier causa que sea razonable, como la de proveerse de alimento, pero que no ha otorgado al hombre el derecho a infligir dolor, salvo en caso de necesidad; que el mero placer, o beneficio, no constituye una de dichos casos, y que, por consiguiente, ese dolor, infligido por esparcimiento, es cruel, luego no está bien.”

El lector de este párrafo probablemente asistió a un sermón la mañana del domingo pasado. Pues bien: que mencione, si es capaz, el nombre del texto, ¡y que exponga el tratamiento que le dio el pastor!” As aulas chatas e obrigatórias tomaram o lugar dos “sermões”… Não sabemos nem de onde vêm, só sabemos que elas existem!

Iglesias y chanzas

el Ejército de Salvación, con la mejor de las intenciones, me temo, ha contribuido en gran medida a que esto sea así, debido a la ordinaria familiaridad con la que tratan las cuestiones sagradas, y está claro que todo aquel que desee vivir con el espíritu de la oración «santificado sea tu nombre» debería hacer lo que esté en su mano, por poco que sea, para frenar eso.”

Navidad de 1893

* * *

Durante el siguiente mes, o 2, mi solitaria vida en la ciudad me pareció, en comparación, desacostumbradamente monótona y tediosa. Extrañaba a los agradables amigos que había dejado en Elveston, el cálido intercambio intelectual, la afinidad que otorgaba a las propias ideas una realidad nueva y vívida, pero quizá, más que nada, echaba en falta la compañía de las 2 hadas –o niños de los sueños, pues todavía no había logrado resolver la cuestión de quiénes o qué eran– cuyas encantadoras travesuras habían iluminado mi vida con su magia.

En horas de oficina –las cuales, me figuro, reducen a la mayoría de los hombres al estado mental de un molinillo de café o un rodillo escurridor–, el tiempo transcurría a toda velocidad como suele ser habitual; era en los recesos de la vida, las desoladas horas en que los libros y los periódicos eran incapaces de seguir satisfaciendo el hastiado apetito, y en que uno, devuelto a sus terribles cavilaciones, trataba –completamente en vano– de poblar el aire vacío con los queridos rostros de los amigos ausentes, cuando la verdadera amargura de la soledad se hacía sentir.

Una tarde, en que la vida me parecía un poco más pesada que de costumbre, fui paseando hasta mi club, no tanto con la esperanza de encontrar allí a algún amigo, pues Londres se hallaba ahora «fuera de la ciudad», sino con la sensación de que allí, al menos, escucharía «dulces palabras pronunciadas por el ser humano», y contactaría con su pensamiento.”

No –contestó Eric, con una voz firme que apenas dejó entrever un atisbo de emoción–; ese compromiso terminó. Sigo siendo «Benedick el hombre no desposado»

¹ Celibatário azedo de uma comédia de Shakespeare. Havia escrito essa curta nota semanas antes de ler Much Ado About NothingBenedick é divertidíssimo, retifico, e o azedume é uma fachada, mas serve como estereótipo-mor do “solteiro convicto” em toda a obra shakespeareana, demonstrando o bom gosto de Eric Lindon!

Aunque mis experiencias con los duendes parecían haber desaparecido de manera tan absoluta de mi vida que nada se encontraba más lejos de mi mente que la idea de volver a ver a mis amigos féericos, reparé entonces por casualidad en una pequeña criatura que se movía entre el césped que bordeaba el camino, y que no daba impresión de ser un insecto, ni una rana, ni ninguna otra criatura viva que pudiera concebir. Arrodillándome con cuidado, y creando una jaula improvisada con mis dos manos, atrapé al pequeño andarín, y me asaltó una súbita sensación de sorpresa y placer al descubrir que mi prisionero no era otro que ¡el mismísimo Bruno!”

Los conocimientos gramaticales de Bruno ciertamente no habían mejorado desde nuestro último encuentro.”

Cdeo que tienes derecho a comedme –dijo el pequeñajo, mirándome a la cara con una sonrisa encantadora–. Pero no estoy asolutamente seguro. Mejod espera a pdeguntadle a alguien antes de hacedlo.

Desde luego parecía razonable no dar un paso tan irrevocable como ese sin la debida consulta previa.

Definitivamente me informaré primero –dije–. Además, ¡todavía no sé si merecería la pena comerte!

Me imagino que soy un bocado muy deliciosísimo –señaló Bruno con tono de satisfacción, como si fuese algo de lo que estar bastante orgulloso.

¿Y qué estás haciendo aquí, Bruno?

¡No me llamo así! –replicó mi avispado amiguito–. ¿Es que no sabes que mi nombde es «¡Oh, Bduno!»? Así es como me llama siempde Silvia cuando decito mis leciones.

Bien, pues ¿qué estás haciendo aquí, oh, Bruno?

¡Estudiando mis leciones, pod supuesto! –aseguró con ese brillo pícaro en la mirada que siempre aparecía cuando sabía que estaba soltando algún disparate.

Yo siempde me apdendo mis leciones –dijo Bruno–. ¡Son las de Silvia las que me cuestan horores! –Frunció el entrecejo, como si estuviese realizando un terrible esfuerzo mental, y se dio unos golpecitos en la frente con los nudillos–. ¡Mi coco no me pedmite entededlas! –explicó con desesperación–. ¡Cdeo que me hacerían falta 2 cocos!

¿Pero a dónde ha ido Silvia?

¡Eso es justo lo que yo quiero sabed! –señaló desconsolado–. ¿De qué sidve que me ponga leciones, si luego no está aquí para esplicad las padtes difíciles?

Para mí eran solamente unos cuantos pasos, pero una gran cantidad para Silvia; de modo que tuve que poner mucha atención en caminar despacio, a fin de no dejar a la criaturita tan atrás como para perderla de vista.”

«Primero el placer y luego el trabajo» parecía ser el lema de estos diminutos seres, en vista de la cantidad de abrazos y besos que hubieron de intercambiar antes de poder pasar a otra cosa.

Y bien, Bruno –empezó Silvia en tono de reproche–, ¿no te dije que debías continuar con tus lecciones, a menos que oyeras lo contrario?

¡Es que oí lo contdario! –sostuvo Bruno, con un brillo travieso en la mirada.

¿Qué fue lo que oíste, diablillo?

Una especie de duido en el aire –señaló Bruno–, como si algo se moviera. ¿No lo oyó usted, hombde señod?”

Silvia tenía una forma –que no me resultaba excesivamente admirable– de evitar las paradojas lógicas de Bruno consistente en pasar súbitamente a otro orden de cosas, estratagema maestra que adoptó en esta ocasión.

Bueno, hay una cosa que debo decir…

¿Sabía usted, hombde señod –comentó Bruno con aire contemplativo–, que Silvia no puede contad? Cada vez que suelta: «hay una cosa que debo decid», ¡sé pedfectamente que dirá 2! Y siempde lo hace.

Dos cabezas piensan mejor que una, Bruno –respondí yo, sin tener una idea muy clara de adónde quería llegar con ello.

No me impodtaría tened 2 cabezas –se dijo Bruno en voz baja–: una para tomad la cena y otda para discutid con Silvia… ¿cdee usted que me vería más guapo si teniera 2 cabezas, hombde señod?

La cuestión, le aseguré, no admitía dudas.”

Sólo quedan 3 lecciones –señaló Silvia–: Ortografía, Geografía y Canto.

¿Aritmética no? –pregunté.

No, no tiene cabeza para la Aritmética…

¡Pues claro que no! –saltó Bruno–. Mi cabeza es para el pelo. ¡No tengo un montón de ellas!

… y es incapaz de aprenderse la tabla de multiplicación…

Pdefiero mil veces la Historia –apuntó Bruno–. Tú tienes que depetid esa tabla de multicomplicación

Y tú tienes que repetir…

¡No! –interrumpió Bruno–. La Historia se depite a sí misma. ¡Eso dijo el pdofesod!

Silvia estaba colocando unas letras sobre una pizarra: R-O-M-A.

A ver, Bruno –dijo–, ¿qué pone ahí?

Bruno miró las letras, en solemne silencio, durante un momento.

¡Sé lo que no pone! –contestó finalmente.

Eso no me vale –declaró su hermana–. ¿Qué pone?

Bruno miró de nuevo las misteriosas letras.

¡Oh, es «A-M-O-R» al devés! –exclamó. (Yo convine en que así era, desde luego.)

¿Cómo has hecho para ver eso? –preguntó Silvia.

He ponido los ojos bizcos –dijo Bruno–, y entonces lo he veído enseguida. ¿Puedo cantad ya la Canción del madtín pescadod ?”

Y ahí estaba, un gran mapamundi, extendido sobre el suelo. Era tan grande que Bruno tuvo que moverse por encima de él a gatas para señalar los lugares nombrados en la «lección del martín pescador».

Cuando un madtín pescadod ve una mariquita que se aleja volando, dice: «No sientas Timor, que soy muy Pacífico». Y cuando la atdapa, dice: «¡Deja de moverte para todos Laos, que me Kansas!». Cuando la tiene entde sus garas, dice: «¡Se te acabaron los Buenos Aires!». Cuando se la mete en el pico, dice: «Ahora te voy a Catar». Y cuando se la ha tdagado, dice: «Vas a conocer mis Honduras». Ya está.” Tradução genial.

Era una canción muy peculiar, por lo siguiente: el estribillo de cada estrofa aparecía en mitad de ella, en vez de al final. No obstante, la melodía era tan sencilla que no tardé en cogerla, y también logré hacer el estribillo coral; bueno, tal vez, hasta donde ello le es posible a una sola persona. Mis gestos hacia Silvia para que me ayudase fueron en vano; se limitó a sonreír con dulzura mientras negaba con la cabeza.”

No se dice «veído» –lo corrigió Silvia–; deberías decir siempre «visto».

Entonces tú no deberías pdeguntad: «¿Te has “leído” ya la lección?», ¡sino que deberías decid siempde que soy muy «listo»! Esta vez Silvia eludió la discusión dándose la vuelta y poniéndose a enrollar el mapamundi.

¡Las lecciones han terminado! –proclamó con una voz de lo más melodiosa.

¿Nada de lloros? –inquirí–. ¿No lloran siempre los niños pequeños cuando han de estudiar sus lecciones?

Yo nunca lloro después de las 12 –dijo Bruno–, podque entonces queda poco para la hora de la cena.

A veces, por la mañana –apuntó Silvia en voz baja–, los días que toca lección de Geografía, cuando ha sido desobe…

Sobre la mesa, aguardando mi regreso, había un sobre de ese peculiar tono amarillo que siempre anuncia un telegrama, y que debe de estar, en la memoria de tantos de nosotros, inseparablemente unido a algún súbito y gran pesar, algo que ha arrojado una sombra, que nunca será completamente retirada mientras estemos en este mundo, sobre la claridad de la vida.” Eu, brasileiro nascido em 1988, sempre associei telegrama a boas novas: foste aprovado no concurso!, etc.

la vida humana parece, en su conjunto, contener más penas que alegrías. Y, aun así, el mundo sigue girando. ¿Quién sabe por qué?”

“…y de inmediato me puse a hacer los preparativos necesarios para el viaje.”

Cierto, había emprendido este mismo viaje, y a la misma hora del día, 6 meses antes, pero muchas cosas habían sucedido desde entonces, y la memoria de un anciano no posee más que una leve retentiva de los acontecimientos recientes: busqué «el eslabón perdido» en vano. De repente mi mirada se topó con un banco –el único existente en el desangelado andén– en el cual había una dama sentada, y entonces toda la escena que había olvidado me asaltó de manera tan vívida como si estuviese teniendo lugar otra vez.”

La escena al completo retornó entonces vívidamente a mi memoria y, para acrecentar aún más la extrañeza de esta repetición, allí estaba el mismo anciano al que yo recordaba haber visto echado con tan malos modos por el jefe de estación a fin de hacerle sitio a su noble pasajera. El mismo, pero «con una diferencia»: ya no caminaba tambaleándose frágilmente por el andén, sino que de hecho se encontraba sentado al lado de lady Muriel, ¡y hablando con ella!”

Tal vez sea su aire –declaré–, o el trabajo duro… o mi vida relativamente solitaria; en cualquier caso, no me vengo sintiendo muy bien últimamente. Pero Elveston no tardará en reanimarme otra vez. ¡La prescripción de Arthur (es mi médico, ya sabe, y tuve noticias suyas esta mañana) es «abundante ozono, leche fresca y compañía agradable»!

¿Compañía agradable? –repitió lady Muriel, fingiendo meditar la cuestión en una bonita pose–. ¡Pues en serio que no sé dónde podemos encontrarle eso! Tenemos muy pocos vecinos. Pero lo de la leche fresca podemos arreglarlo. Cómpresela a mi vieja amiga la Sra. Hunter, allá, subiendo la colina. Puede confiar en su calidad. Y su pequeña Bessie va a la escuela a diario pasando por delante de donde se hospeda. Así que sería muy sencillo hacérsela llegar.

Verá que es un paseo nada duro: menos de 3 millas, me parece.

Bien, ahora que hemos zanjado ese asunto, deje que le devuelva el comentario. ¡No creo que tenga usted muy buen aspecto!

Me imagino que no –contestó en voz baja, y su semblante pareció ensombrecerse de repente–. He tenido algunos problemas últimamente. Es un tema que llevo queriendo consultarle mucho tiempo, pero me costaba escribirle al respecto. ¡Me alegra tanto disponer de esta oportunidad!

»¿Cree usted –comenzó nuevamente, tras un instante de silencio, de un modo visiblemente avergonzado, algo nada común en ella– que una promesa, hecha de manera voluntaria y solemne, es siempre vinculante… salvo, por supuesto, en caso de que su cumplimiento acarreara un verdadero pecado?

No se me ocurre ninguna otra excepción en este momento –respondí–. Esa rama de la casuística se trata normalmente, creo, como un problema de verdad o falsedad…

¿Seguro que el principio es ese? –interrumpió ella con ansiedad–. Siempre había creído que la enseñanza de la Biblia al respecto consistía en textos como «no os mintáis los unos a los otros», ¿me equivoco?

He considerado esa cuestión –contesté– y, a mi modo de ver, la esencia de mentir es la intención de engañar. Si uno hace una promesa, pensando totalmente en cumplirla, entonces en ese momento está sin duda actuando con sinceridad, y si posteriormente la rompe, ello no implica ningún engaño. No puedo calificarlo de falsedad.

Me ha aliviado usted un gran miedo –dijo–, pero es algo que por supuesto está mal, de algún modo. ¿Qué textos citaría usted para probarlo?

Cualquiera que hiciera hincapié en el pago de las deudas. Si A le promete algo a B, B tiene derecho a reclamárselo a A. Y el pecado de A, en caso de romper su promesa, me parece más análogo a robar que a mentir.

¿Sabe que pienso que fuimos viejos amigos desde el principio? –añadió con un tono divertido en total disonancia con las lágrimas que relucían en sus ojos.”

Yo era consciente desde hacía tiempo de que no estábamos en sintonía en lo relativo a la fe religiosa. Sus ideas sobre el cristianismo son muy sombrías; e incluso en lo que concierne a la existencia de un Dios, vive como en un estado de letargo. ¡Pero ello no ha afectado su vida! Ahora estoy convencida de que el ateo más absoluto puede llevar, aunque camine a ciegas, una vida noble y pura. Y si supiera la mitad de las buenas acciones… –Calló repentinamente, y volvió la cabeza.”

“…¡Dios no puede aprobar unos motivos tan bajos como esos! Aun así, no fui yo la que lo rompió. Yo sabía que me amaba y había realizado una promesa, y…

¿Entonces fue él quien lo hizo?

Me liberó de ella sin condiciones. –Ahora volvía a mirarme, habiendo recuperado del todo su calma habitual.

En ese caso, ¿cuál es el problema?

Es el siguiente: que no creo que lo hiciera libre y voluntariamente. Ahora, suponiendo que lo hiciera en contra de su voluntad, simplemente para satisfacer mis escrúpulos, ¿no conservaría su derecho sobre mí toda su fuerza? ¿Y no seguiría siendo vinculante mi promesa? Mi padre dice que no, pero no puedo evitar temer que su amor por mí haya influido en su decisión. Y no lo he consultado con nadie más. Tengo muchos amigos, pero para los días de sol radiante, no para los nubarrones y las tormentas de la vida; ¡no viejos amigos como usted!”

Si usted todavía lo ama de verdad…

¡No! –se apresuró a interrumpir ella–. Al menos… no de ese modo. Creo que lo amaba cuando me prometí, pero yo era muy joven; es difícil de decir. Pero fuera cual fuese el sentimiento, ahora ha desaparecido. El motivo por su parte es el amor; por el mío es… ¡el deber!

“…¿Es que esperas que la propuesta te la haga ella?

A Arthur se le escapó una sonrisa.”

El tipo más común de «boca holgazana» –procedió a explicar Arthur– es sin lugar a dudas la producida por el dinero que los padres dejan en herencia a sus propios hijos. Por consiguiente, imaginé un hombre (excepcionalmente inteligente, o excepcionalmente fuerte y trabajador) que había contribuido con tal cantidad de trabajo útil a las necesidades de la comunidad que su equivalente, en ropa, etc., era (pongamos) 5 veces lo que necesitaba para sí mismo. No podemos negar su derecho absoluto a repartir la riqueza sobrante tal como elija. De modo que, si deja 4 hijos a su muerte (dos hijos y dos hijas, por ejemplo), junto con recursos suficientes como para cubrir sus necesidades básicas durante toda una vida, no me parece que se esté cometiendo injusticia alguna con la comunidad si los hijos deciden no hacer otra cosa en ella que «comer, beber y ser felices». Estoy absolutamente convencido de que la comunidad no podría decir con justicia, en referencia a ellos: «Si algún hombre no quiere trabajar, que tampoco coma». Su respuesta sería aplastante: «El trabajo ya ha sido hecho, el cual es un justo equivalente de la comida que estamos tomando, y vosotros ya os habéis beneficiado de él. ¿En base a qué principio de la justicia podéis exigir 2 cuotas de trabajo por una de alimento?».

Estoy seguro, no obstante –dije yo–, de que hay algo de algún modo incorrecto si esas 4 personas son perfectamente capaces de realizar un trabajo útil, que la comunidad realmente necesita, y deciden sentarse y no hacerlo, ¿no?

El oro es en sí una forma de riqueza material, pero un billete de banco es sencillamente una promesa de ceder una cierta cantidad de ella cuando se solicite. Digamos que el padre de estas 4 «bocas holgazanas» había realizado 5 mil libras de trabajo útil para la comunidad. A cambio, esta le había entregado el equivalente a una promesa escrita de darle, cuando se le solicitase, 5 mil libras de comida, etc. Entonces, si él usa únicamente mil libras y deja el resto de los billetes a sus hijos, no cabe duda de que estos poseen todo el derecho a presentar estas promesas escritas y decir: «Danos la comida cuyo trabajo equivalente ya ha sido hecho». Ahora considero que merece la pena exponer este caso, pública y claramente. Me gustaría metérselo en la cabeza a esos socialistas que aleccionan a nuestros indigentes carentes de cultura con opiniones como: «¡Mira a esos aristócratas hinchados! Sin dar ni un palo al agua por sí mismos, ¡y viviendo del sudor de nuestras frentes!». Me gustaría obligarlos a que vieran que el dinero que esos aristócratas se gastan representa una cantidad de trabajo ya realizada para la comunidad, y cuyo equivalente, en riqueza material, se lo debe esta a ellos.” Hmm. Trabalho de quem? E por quanto tempo? Mil anos? Mais-valia acumulada de bilhões de pessoas? Então essa é sua justificativa para a manutenção da miséria para muitos e do luxo para pouquíssimos? Espero que Arthur não seja seu alter ego, sr. Carroll!

¿Y no podrían responder los socialistas: «Gran parte de ese dinero no representa en modo alguno trabajo honesto»? Si se pudiera rastrear su origen, yendo de poseedor en poseedor, aunque uno comenzase tal vez por varios pasos legítimos, como regalos, o legados, o «valores recibidos», pronto llegaría a un poseedor desprovisto de derecho moral a tenerlo, que lo obtuvo mediante fraude u otros delitos, y por supuesto sus descendientes no poseerían mayor derecho a recibir ese dinero que él.

Si empezamos a remontarnos más allá del hecho de que el poseedor actual de una cierta propiedad la obtuvo de manera honesta, y a preguntar si alguno anterior, en tiempos pasados, la consiguió por medio de un fraude, ¿quedaría a salvo propiedad alguna?” Óbvio que não. E do que tens medo, animal?

Mi conclusión general –continuó Arthur– desde el mero punto de vista de los derechos humanos, de un hombre frente a otro, fue esta: que si alguna «boca holgazana» y rica, que haya conseguido su dinero de manera legal, aunque no haya realizado por sí mismo ni una sola pizca del trabajo que representa, elige gastarlo en sus propias necesidades, sin contribuir con ningún trabajo a la comunidad a la que compra su comida y ropa, esa comunidad no tiene derecho a interponerse. Pero si consideramos la ley divina, la cosa cambia sensiblemente. Juzgado según ese criterio, un hombre así está indudablemente actuando mal si no utiliza, en beneficio de aquellos que lo necesitan, la fuerza o la habilidad que Dios le ha otorgado. Esa fuerza y habilidad no pertenecen a la comunidad, para satisfacer ninguna deuda; no pertenecen al hombre en sí, para su disfrute personal; pertenecen a Dios, para ser usadas de acuerdo a su voluntad, y se nos ha dejado meridianamente clara cuál es dicha voluntad: «haced bien, y prestad, sin esperar nada a cambio». Hoje Deus é a sociedade, e a sociedade se tornou Deus (não tem direito a nada, nem a qualquer apito moral, na verdade eram uns poucos filisteus e fariseus malditos).

Pero yo diría, hablando en general, que un hombre que se permite cualquier capricho que se le ocurre, sin privarse de nada, y simplemente da a los pobres parte de, o incluso toda, la riqueza que le sobra, sólo se está engañando a sí mismo si llama a eso «caridad».”

Pero incluso si gasta su dinero en sí mismo –insistí–, nuestro típico hombre rico muchas veces hace el bien, al emplear a gente que de otro modo carecería de trabajo, y eso resulta a menudo mejor que pauperizarlos dándoles el dinero.

¡Me alegro de que hayas hecho ese comentario! –contestó Arthur–. No querría abandonar el tema sin poner de manifiesto las 2 falacias contenidas en esa afirmación, ¡las cuales llevan tanto tiempo sin rebatirse que la sociedad las acepta ya como un axioma!

¿Cuáles son? –dije–. Yo ni siquiera veo una sola.

Una es simplemente la falacia de la ambigüedad: el supuesto de que «hacer el bien» (es decir, beneficiar a alguien) es necesariamente algo bueno (es decir, una cosa correcta). La otra es el supuesto de que, si una de 2 acciones determinadas es mejor que la otra, la 1ª es necesariamente una buena acción en sí misma. Me gustaría llamar a esta última la «falacia de la comparación», la cual da por hecho que lo que es bueno de manera relativa lo es, por ello, de manera absoluta.

Que sea la mejor que somos capaces de dar –respondió Arthur con confianza–. E incluso en ese caso «siervos inútiles somos». Pero permíteme que ponga un ejemplo de las 2 falacias. Nada ilustra mejor una falacia que un caso extremo, al cual incluye claramente. Suponte que encuentro 2 niños que se están ahogando en un estanque. Me lanzo corriendo a él y salvo a uno de los 2, para luego marcharme, dejando que el otro se ahogue. Está claro que «he hecho el bien» al salvarle la vida a un niño, ¿no? Pero… De nuevo, suponte que me cruzo con un extraño inofensivo, lo tumbo de un golpe y sigo mi camino. Obviamente eso es «mejor» que si a continuación hubiese saltado sobre él y le hubiera roto las costillas, ¿no? Pero…

Esos «peros» son completamente irrebatibles –apunté–. Mas me gustaría un caso extraído de la vida «real».

Bien, cojamos una de esas abominaciones de la sociedad moderna: un mercadillo benéfico. Es una interesante cuestión para considerar qué parte del dinero que llega al objetivo proyectado es auténtica caridad, y si esta se gasta incluso del mejor modo posible. Pero el tema requiere una clasificación ordenada, y un análisis, para una adecuada comprensión.

Tal análisis me complacería mucho –señalé–; es algo que muchas veces me ha intrigado.

De acuerdo, siempre que no te esté aburriendo. Pongamos que nuestro mercadillo benéfico haya sido organizado con objeto de proporcionar fondos a algún hospital, y que A, B y C ofrecen sus servicios elaborando artículos para la venta y ejerciendo de vendedores, mientras que X, Y y Z compran los artículos, y el dinero así pagado va al hospital.

»Hay 2 tipos distintos de tales mercadillos: uno donde el pago exigido es simplemente el valor de mercado de los productos proporcionados, [E o valor de custo, não?! Mas que mercadinhos muquiranas esses!] es decir, exactamente lo que uno tendría que pagar por ellos en una tienda; el otro, aquel en que se pide pagar unos precios exorbitantes. Debemos considerar cada uno por separado.

»Primero, el caso del «valor de mercado». Aquí A, B y C se hallan exactamente en la misma posición como comerciantes corrientes; la única diferencia es que donan lo recaudado al hospital. Prácticamente, están ofreciendo su trabajo especializado en beneficio del hospital. Esto en mi opinión es caridad genuina. Y no veo de qué otro modo mejor podrían ejercitarla. Pero X, Y y Z se encuentran exactamente en la misma posición que cualquier comprador corriente de productos. Hablar de «caridad» en relación con su parte en la transacción es un puro despropósito. Aunque es muy probable que ellos lo hagan.

»Segundo, el caso de los «precios exorbitantes». Aquí creo que lo más sencillo es dividir el pago en 2 partes: el «valor de mercado» y el excedente. La parte del «valor de mercado» se encuentra en la misma situación que en el primer caso; el excedente es lo único que hemos de considerar. Veamos: A, B y C no lo ganan, de modo que podemos dejarlos al margen de la cuestión; es un regalo de X, Y y Z al hospital. Y mi opinión es que no es la mejor manera de darlo; es mucho mejor comprar lo que quieran comprar, y dar lo que quieran dar, como 2 transacciones separadas; entonces se deja alguna posibilidad de que su motivación al dar pueda ser caridad real, en vez de tratarse de una motivación mixta: mitad caridad, mitad autocomplacencia. «La huella de la serpiente está sobre todo esto.» ¡Y es por ello que abomino completamente de actividades «benéficas» espurias como esas! –concluyó con inusual vehemencia, y decapitó salvajemente, con su bastón, un alto cardo al borde del camino, detrás del cual vi con sorpresa a Silvia y Bruno, allí de pie. Traté de detener el brazo de Arthur, pero era demasiado tarde. No estaba seguro de si el bastón los había alcanzado o no; sea como fuere, no le hicieron el más mínimo caso y, en cambio, sonrieron alegremente, y me saludaron con la cabeza; y de inmediato advertí que sólo eran visibles para mí; la influencia «inquietante» no había alcanzado a Arthur.

¿Sabe que ese bastón me ha atdavesado la cabeza? –dijo Bruno. (Para entonces habían rodeado a Arthur corriendo hasta llegar a mí, y cada uno me tenía cogido de una mano.)– ¡Justo pod debajo de la badbilla! ¡Menos mal que no soy un caddo!

Bueno, ¡de todos modos ya hemos terminado con el tema! –agregó Arthur–. Me temo que he estado hablando demasiado, para tu paciencia y mis fuerzas. Pronto deberé dar media vuelta. Estoy al borde del agotamiento.

«Cóbrate 3 pasajes, barquero.

Ten, te los pago de buen grado,

¡ya que conmigo (invisibles, empero)

un par de espíritus han cruzado!(*)»,

cité, involuntariamente.

(*) Estrofa final del poema Auf der Überfahrt («El pasaje») del autor alemán Johann Ludwig Uhland (1787-1862). Mi traducción ha sido realizada a partir de la versión inglesa que aparece en el original de este mismo volumen, obra de la traductora Sarah Austin (1793-1867). [N. del T.]

Para citas totalmente inapropiadas e irrelevantes –rio Arthur–, ¡«pocos hay que te igualen, y ninguno que te supere»! –Tras lo cual, retomamos nuestro paseo.

Se quedó plantado, vacilante, mirando primero un camino y después el otro; ¡una penosa imagen de absoluta indecisión!”

Arthur era totalmente inconsciente de que había otra voluntad distinta a la suya actuando sobre el bastón, y al parecer pensó que había adoptado una posición horizontal simplemente porque estaba apuntando con él.

Eso que hay bajo aquel seto, ¿no son Orchis? –observó–. Creo que eso me decide. Recogeré algunas de camino.

Entretanto, Bruno había corrido tras lady Muriel, y, dando numerosos saltos y gritos (audibles únicamente para Silvia y para mí mismo), de manera muy parecida a como si estuviera guiando ovejas, consiguió que diera media vuelta y caminase, con la vista recatadamente clavada en el suelo, en nuestra dirección.

¡La victoria era nuestra! Y, dado que era evidente que los enamorados, exhortados a reunirse de tal modo, debían encontrarse enseguida, yo me di la vuelta y me marché, esperando que Silvia y Bruno siguieran mi ejemplo, pues tenía el convencimiento de que cuantos menos espectadores hubiese, mejor sería para Arthur y su bondadoso ángel.

«¿Y cómo sería el encuentro?», me pregunté ensimismado mientras caminaba con resueltas zancadas.”

¡Se dieron la mano! –dijo Bruno, que trotaba a mi lado, en respuesta a la tácita pregunta.

¡Y se los veía contentísimos! –añadió Silvia desde el otro lado.

Pues entonces debemos continuar, al paso más rápido que podamos –señalé–. ¡Ojalá supiese cuál es el mejor camino a la granja de Hunter!

Seguro que en esta casita lo conocen –indicó Silvia.

Me imagino que sí. Bruno, ¿te importa acercarte corriendo a preguntar?

Silvia lo frenó, riendo, cuando su hermano ya se iba.

Espera un segundo –dijo–. Antes tengo que hacerte visible; ya sabes.

Y también audible, ¿me equivoco? –agregué yo, al tiempo que ella cogía la joya que le pendía del cuello, se la pasaba por encima de la cabeza de Bruno y le tocaba con ella los ojos y los labios.

Sí –asintió Silvia–, y una vez, ¿sabe?, le hice audible, ¡y olvidé volverlo visible! Y fue a comprar unos caramelos a una tienda. ¡El dueño se asustó tanto! Una voz pareció surgir del aire: «Pod favod, ¡quiero 50 gdamos de caramelos de cebada(*)!». ¡Y sobre el mostrador apareció un chelín, con un golpetazo! Y el hombre dijo:

«¡No puedo verte!». Y Bruno contestó: «¡Da igual que me veas o no, mientdas puedas ved el chelín!». Pero el hombre dijo que nunca vendía caramelos de cebada a personas que no fuera capaz de ver. Así que tuvimos que… ¡Bruno, ya estás listo! –Y este se alejó corriendo.

(*) Barley sugar drops en el original: caramelos de color ámbar que se elaboran hirviendo azúcar de caña en agua en la que se ha cocido cebada. [N. del T.]

No hubió espacio para pdeguntas –se excusó Bruno–. El cuadto estaba lleno de gente.

Estoy seguro de que es posible tirar al suelo a cualquiera –sostuve–, sin importar si es grueso o delgado.

No poderías tiradlo al suelo –repitió Bruno–. Es más ancho que alto, así que cuando está tumbado es más alto que cuando está de pie; ¡está claro entonces que no poderías tiradlo «al suelo»!

¿Podría usted decirme dónde se halla la granja de Hunter?–le pregunté al hombre, cuando se alejaba de la casa.

¡Sí que puedo, señó! –contestó con una sonrisa–. Soy John Hunter en persona, a su servicio. Está a no ma de media milla, l’única casa que se ve, pasá la curva del camino d’allá. Mi buena mujé está’n casa, si su asunto é con ella. ¿O a lo mejó le valgo yo?

Gracias –dije–. Quiero encargar algo de leche. Quizá lo mejor es que lo arregle con su esposa, ¿no?

Sí –asintió el hombre–. Ella s’ocupa de to eso. Que tenga buen día, señó… ¡y también sus querubines! –Y siguió su camino con paso trabajoso.

¡Los árboles equivocados! –se rio Silvia–. ¡Los árboles no pueden equivocarse! ¡No hay árboles equivocados!

¡Entonces tampoco puede habed ádboles corectos! –exclamó Bruno, y Silvia dejó la cuestión.

“…¿Alguna vez probaste un caballo, hombrecito?

¡Nunca! –negó Bruno con gran decisión–. Los caballos no son para comed. ¿Usted se los come?”

“…¿Sabes lo que dice el libro de poemas acerca de desperdiciar cosas adrede?

No –dijo Bruno–. ¿El qué?”

Podque despeddiciad… nosequenosecuántos… –empezó a repetir Bruno, bastante dispuesto, y a continuación se paró en seco–. ¡Ya no me acueddo de más!

Siempde… –repitió Bruno en voz baja, y entonces, súbitamente inspirado, añadió–: ¡siempde mirad adónde va!

¿Adónde va qué, precioso?

¡Pues la codteza, claro! –aclaró Bruno–. Entonces, si viviera para decid: «Ojalá tuviera esa codteza…» y todo eso, ¡sabdía dónde la tiré!

Esta nueva interpretación dejó completamente boquiabierta a la buena mujer, que regresó al tema de «Bessie».

¿No os gustaría ver la muñeca de Bessie, cielitos? Bessie, ¡lleva a la señorita y al caballerete a ver a Matilda Jane!

Es la nueva taberna –explicó la mujer–. Se encuentra justo de camino, a mano para los obreros, cuando vuelven del ladrillal, los días como hoy, con su salario semanal. Un buen montón de dinero se va de ese modo. Y algunos de ellos se emborrachan.

Entonces le conté la vieja historia de un cierto hombre de pueblo que se compró un pequeño barril de cerveza y puso a su esposa al cuidado del mismo, y de cómo, cada vez que quería tomarse su jarra, se la pagaba siempre directamente a ella, y ella nunca le «fiaba», y era una camarera totalmente inflexible que jamás le permitía excederse más de lo debido; cada vez que había que rellenar el barril, la mujer disponía de dinero en abundancia para ello, y lo que sobraba, lo metía en la hucha. Al terminar el año, él no sólo poseía una salud y un ánimo de primera, con ese aire indefinible pero inconfundible que siempre distingue al hombre sobrio del que «se pasa un poquitín», sino que además tenía una hucha llena de dinero, ¡ahorrado enteramente de su propio bolsillo!”

Cualquiera de los dones de Dios puede convertirse en una maldición, si no lo utilizamos con sabiduría. Pero debemos volver ya a casa. ¿Le importaría llamar a las niñas? ¡Estoy seguro de que Matilda Jane ha tenido compañía suficiente, por un día!”

Yo soy su mamá, y Silvia la niñera principal –explicó Bessie–; y Silvia me ha enseñado una canción de lo más bonita, ¡para que se la cante a Matilda Jane!

Oigámosla otra vez, Silvia –pedí, encantado de tener la oportunidad, que tanto tiempo llevaba deseando, de oírla cantar. Pero a Silvia le entró vergüenza y se acobardó al momento.

¡Oh, no, por favor! –me dijo, en un serio «aparte»–. Bessie se la sabe ya a la perfección. ¡Puede cantarla ella!

¡Eso, eso! ¡Que la cante Bessie! –animó la orgullosa madre–. Bessie también tiene una voz bonita –este fue otro «aparte» para mí–, ¡aunque esté mal que yo lo diga!

Matilda Jane, nunca miras

de mis libros los dibujos

que enseñarte yo procuro.

¡Has de estar ciega, Matilda!

Te cuento historias y enigmas,

mas no podemos hablar

pues no respondes jamás.

¡Te creo muda, Matilda!

Cielo, por mucho que insista,

nunca pareces oír

mis llamadas hacia ti.

¡Estás tan sorda, Matilda!

Matilda Jane, tú tranquila:

aunque seas muda, sorda

y ciega, alguien te adora,

¡y ese alguien soy yo, Matilda!”

¡Qué canción más bonita! –exclamó la mujer del granjero–. ¿Quién se inventó la letra, cielito?

Cr-creo que iré a buscar a Bruno –se excusó Silvia de forma pudorosa, y nos dejó a toda prisa. La curiosa niña parecía siempre temerosa de recibir elogios, o incluso simple atención.

Fue Silvia –nos informó Bessie, orgullosa de su información superior–; y Bruno creó la música… ¡y yo la canté! –circunstancia esta última, por cierto, que no hacía falta que nos notificara.

Seguimos, pues, a Silvia, y todos entramos juntos al salón. Bruno seguía aún en la ventana, con los codos apoyados en el alféizar. Aparentemente ya había terminado de contarle la historia a la mosca y encontrado una nueva ocupación.

¡No me imperumpáis! –dijo a nuestra llegada–. ¡Estoy contando los ceddos en el campo!

¿Cuántos hay? –inquirí.

Unos mil y cuatdo –señaló Bruno.

Querrás decir «unos mil» –lo corrigió Silvia–. No sirve de nada que añadas «y cuatro»: ¡no puedes estar seguro de esos 4!

¡Y tú te equivocas como siempde! –exclamó Bruno con triunfalismo–. Es sólo de los cuatdo de los que puedo estad seguro ¡podque están aquí, hocicando debajo de la ventana! ¡Los «mil» son los que he contado de manera apdoximada!

Tenemos que irnos, niños –anuncié–. Despedíos de Bessie. –Silvia rodeó con sus brazos el cuello de la muchachita y le dio un beso, pero Bruno guardó las distancias, con gesto desacostumbradamente tímido. («¡Yo sólo doy besos a Silvia!», me explicó más tarde.) La mujer del granjero nos acompañó a la puerta, y poco después habíamos emprendido ya el regreso a Elveston.

No voy a entrá –dijo–; hoy no.

¡Una jarra cerveza no t’hará daño! –le gritaron a coro sus amigos–. ¡Ni dos jarras! ¡Ni una docena!

No –se plantó Willie–. Me voy pa casa.

¿Qué? ¿Sin bebé na, Willie, compadre? –vocearon los demás. Pero el «compadre» no estaba por la labor de discutir y se dio media vuelta porfiado, mientras los niños lo flanqueaban para protegerlo de cualquier cambio en su súbita resolución.

¡Bien pronto llegas hoy, chacho! ¡Bien pronto! –Las palabras podrían haber sido una bienvenida, pero ¡oh, con qué tono de resentimiento las pronunció!–. ¿Qué t’ha hecho abandoná a tus alegres amigos, y los bailes y las tonterías? Imagino que traes los bolsillos vacíos, ¿eh? ¿O a lo mejó vienes pa vé morí a tu chiquilla? El bebé’stá muerto d’hambre, y no tengo bocao ni sorbo que darle. ¿Pero a ti qué ma te da? –Abrió el portillo con violencia y lo recibió con ojos encendidos por la furia.

Nos pareció totalmente natural entrar con ellos; en una ocasión distinta uno habría pedido permiso, pero yo tenía la sensación, no sabía por qué, de que éramos invisibles de algún modo misterioso, y tan libres de ir y venir como espíritus incorpóreos.”

No he bebío –le respondió él, en un tono más triste que airado–. Este bendito día no he probao una gota. ¡No! –vociferó, golpeando fuertemente la mesa con su puño cerrado y levantando la cabeza hacia su mujer con ojos brillantes–, ni jamá probaré otra gota de la maldita bebía… hasta que me muera… ¡con la ayúa de Dios mi creadó! –Su voz, que se había elevado súbitamente en un grito ronco, descendió de nuevo con la misma rapidez; luego volvió a bajar la cabeza y enterró el rostro entre sus brazos cruzados.

La mujer había caído de rodillas junto a la cuna, mientras su esposo hablaba. Ni lo miró ni pareció oírlo. Con las manos unidas sobre la cabeza, se balanceaba violentamente adelante y atrás.

¡Polly! –dijo con suavidad; y luego, más fuerte–: ¡Mi quería Poll!

Entonces ella se puso en pie y fue hasta él, con expresión aturdida, como si estuviera caminando en sueños.

¿Quién m’ha llamao «quería Poll»? –preguntó; su voz adoptó al hablar un tono de tierna picardía; sus ojos centelleaban, y la sonrosada luz de la juventud inundó sus pálidas mejillas hasta que pareció más una alegre chica de 17 que una ajada mujer de 40–. ¿Ha sío mi muchacho, mi Willie, que m’espera en el paso de la cerca?

También el rostro de él experimentó una transformación, bajo la acción de la misma luz mágica, hasta asemejar el de un tímido joven, y unos mozuelos aparentaban ser cuando él la rodeó con el brazo y la atrajo hacia sí, mientras con el otro arrojaba lejos el montón de dinero, como si su contacto le resultase odioso.

¡Cógelo, muchacha! –dijo–. ¡Llévatelo to! Y tráenos algo que comé, pero compra primero un poco leche pa’l bebé.

A mí me parecían nubes de lo más corrientes, ¡pero claro que yo no me había alimentado «de ambrosía celestial, y bebido la leche del Paraíso»(*)!

(*) Versos finales del poema Kubla Khan, de Coleridge. [N. del T.]”

…Querido amigo –se interrumpió de improviso–; ¿cree que el Cielo da comienzo en la tierra, para alguno de nosotros?

Para algunos –opiné–. Para algunas personas, tal vez, sencillas e inocentes como niños. Sabe que él dijo: «de ellos es el Reino de los Cielos».

Lady Muriel entrelazó sus manos y levantó la vista al cielo despejado con una expresión que había visto muchas veces en los ojos de Silvia.”

¿Qué había de hacerse? ¿Se había fundido la vida del mundo de las hadas con la real? ¿O acaso compartía lady Muriel el estado de «inquietud», y poseía por tanto la capacidad de adentrarse conmigo en el mundo feérico? Me disponía a decir algo («Estoy viendo a un viejo amigo mío en el camino; si no lo conoce, ¿quiere que se lo presente?») cuando ocurrió algo extrañísimo: lady Muriel habló.

Estoy viendo a un viejo amigo mío en el camino –dijo ella–: si no lo conoce, ¿quiere que se lo presente?

Me pareció despertar de un sueño, ya que aún notaba con fuerza la sensación de «inquietud», y la figura ante mis ojos parecía cambiar a cada instante, como una de las imágenes de un caleidoscopio: en un momento era el profesor, ¡y al siguiente era alguien distinto! Para cuando llegó a la cancela, no cabía duda de que era otra persona, y sentí que el proceder correcto era que lady Muriel, y no yo, lo presentara. Ella lo saludó amablemente y, tras abrir la cancela, invitó a pasar al venerable anciano –un alemán, a todas luces– que miraba a su alrededor con expresión confundida, ¡como si él también acabase de despertar de un sueño!

No, ¡claramente no se trataba del profesor! Mi viejo amigo no podría haberse dejado crecer una barba tan magnífica desde la última vez que nos vimos; además, me habría reconocido, pues yo albergaba la seguridad de no haber cambiado tanto durante ese tiempo.”

sus amplios anteojos (uno de los complementos que le conferían un aspecto tan incómodamente similar al del profesor)”

¡La riqueza ilimitada sólo puede conseguirse haciendo las cosas al revés!”

MOEBIUS:

¿Alguna vez ha visto el rompecabezas del anillo de papel?–prosiguió Mein Herr, dirigiéndose al earl–, ¿en el que coge un pedazo de papel, y une sus extremos, retorciendo antes uno, como si quisiera juntar la esquina superior de un extremo con la esquina inferior del otro?

Sí, conozco ese rompecabezas –afirmó lady Muriel–. El anillo tiene una sola superficie y un solo borde. Es muy misterioso. —La bolsa es exactamente igual, ¿no es cierto? –sugerí yo–. ¿No es la superficie externa de uno de sus lados continua con la superficie interna del otro lado?

Su aspecto recordaba de un modo tan extraño al de una niña, confusa ante una lección difícil, y Mein Herr se comportaba, por el momento, de forma tan parecida al viejo profesor, que me invadió un total desconcierto; la sensación de «inquietud» era profundamente intensa en mí, y me sentí casi impelido a decir: «¿Lo entiendes, Silvia?». No obstante, logré guardar silencio con gran esfuerzo, y dejé que el sueño (si es que lo era, en realidad) se desarrollase hasta el final.”

“…¿Pero por qué la llama la «bolsa de Fortunatus», Mein Herr?

El adorable anciano le sonrió jovialmente de oreja a oreja, exhibiendo un parecido más fiel al profesor que nunca.

¿Es que no lo ve, mi niña… quiero decir, milady? Todo lo que está dentro de la bolsa, también está fuera, y viceversa. ¡Así que tiene toda la riqueza del mundo en esa pequeña bolsa! Su pupila aplaudió, con desaforado placer.”

O CAVALO HAMSTER

En su país –comenzó a decir Mein Herr sin previo aviso, sorprendiendo a todos–, ¿dónde acaba todo el tiempo que se pierde?

Lady Muriel puso un gesto serio.

¿Quién sabe? –susurró medio para sus adentros–. Todo lo que uno sabe es que se ha ido… ¡para no volver!

Bueno, en mi… quiero decir, en un país que visité –rectificó el anciano–, lo guardan; ¡y resulta de lo más útil, años después! Por ejemplo, imagine que tiene una tarde larga y tediosa por delante; nadie con quien hablar; nada interesante que hacer, y aún quedan horas para irse a la cama. ¿Qué hace entonces?

Me pongo de muy mal humor –admitió ella con franqueza– ¡y me entran ganas de lanzar cosas por la habitación!

Cuando eso le sucede a… a la gente que visité, nunca actúan así. Mediante un breve y sencillo proceso, que no puedo explicarle, guardan las horas inútiles y, en alguna otra ocasión, cuando por un casual necesitan tiempo adicional, lo vuelven a sacar.

El earl escuchaba con una sonrisa ligeramente incrédula.

¿Por qué no puede explicar el proceso? –inquirió.

Mein Herr tenía preparada una razón a prueba totalmente de réplicas.

Porque no tienen palabras, en su lengua, para trasmitir las ideas necesarias. Podría explicárselo en… en… ¡pero no lo entendería!

¡Claro que no! –dijo lady Muriel, dispensando generosamente a Mein Herr de tener que dar el nombre del idioma desconocido–. Yo nunca lo he aprendido… al menos, no para hablar con fluidez, ya sabe. Por favor, ¡cuéntenos más cosas maravillosas!

Conducen sus trenes sin motores de ningún tipo: lo único que se necesita es maquinaria para detenerlos. ¿Le parece eso suficientemente maravilloso, milady?

¿Pero de dónde extraen su fuerza motriz? –me atreví a preguntar.

Mein Herr se giró al momento, para mirar al nuevo interlocutor. Después se quitó los anteojos, los limpió y me volvió a mirar, con evidente perplejidad. Pude ver que estaba pensando, de hecho, al igual que yo, que debíamos de habernos visto antes.

Utilizan la fuerza de la gravedad –dijo–. Es una fuerza que también se conoce en su país, ¿me equivoco?

Pero para eso haría falta una vía que bajara en pendiente –señaló el earl–. No se pueden tener todas las vías de tren cuesta abajo, ¿cierto?

Son todas así – reveló Mein Herr.

Pero no por ambos extremos.

Por ambos extremos.

¡Entonces me doy por vencido! – exclamó el earl.

¿Puede explicar el proceso? –pidió lady Muriel–. ¿Sin usar esa lengua que soy incapaz de hablar con fluidez?

No hay problema –contestó Mein Herr–. Cada vía ferroviaria se halla en un largo túnel, perfectamente recto; de modo que, como es lógico, el punto medio del mismo está más próximo al centro del planeta que los dos extremos; con lo cual todos los trenes recorren la mitad del camino cuesta abajo, y eso les proporciona impulso suficiente para recorrer la otra mitad cuesta arriba.

Gracias. Lo he entendido a la perfección –dijo lady Muriel–. Pero la velocidad, en el punto medio del túnel, ¡debe de ser terrible! Mein Herr estaba evidentemente muy complacido por el perspicaz interés que lady Muriel ponía en sus comentarios. A cada momento que pasaba, el anciano parecía más hablador y desenvuelto.

¿Le gustaría conocer nuestros métodos de conducción? –inquirió sonriente–. Para nosotros, ¡un caballo desbocado no supone problema alguno!

Lady Muriel sufrió un leve estremecimiento.

Para nosotros es un peligro muy serio –explicó.

Ello se debe a que su carruaje se encuentra totalmente detrás del caballo. Su caballo echa a correr, y el carruaje lo sigue. Quizá el animal tenga el bocado entre los dientes. ¿Quién lo va a detener? Y usted sale disparada, ¡cada vez a mayor velocidad! ¡Y finalmente se produce el inevitable disgusto!

¿Pero y si el caballo de usted se las arregla para que el bocado se le quede entre los dientes?

¡No importa! No nos preocuparía. Los arreos de nuestro caballo están unidos al mismo centro de nuestro carruaje. Hay dos ruedas delante de él, y dos detrás. Se fija al techo un extremo de un amplio cinturón, que se hace pasar por debajo del caballo, y cuyo otro extremo se sujeta a un pequeño… lo que ustedes llaman «cabrestante», creo. El caballo coge el bocado con los dientes. Echa a correr. ¡Nos movemos a 10 millas por hora, como un rayo! Hacemos girar nuestro pequeño cabrestante: 5 vueltas, 6, 7 y… ¡puf! ¡Nuestro caballo se levanta del suelo! Que galope en el aire cuanto le apetezca: nuestro carruaje permanece quieto. Nos sentamos alrededor de él, y lo observamos hasta que se cansa. Entonces lo bajamos. ¡Nuestro caballo se alegra mucho, muchísimo, cuando sus pezuñas vuelven a pisar el suelo!

Porque no van a la par, milord. El extremo de una rueda se corresponde con el lateral de la rueda contraria. De modo que primero un costado del carruaje se eleva, y luego el otro. Y durante todo el proceso, no para de balancearse. ¡Ah, uno ha de ser un buen marinero para conducir nuestros carruajes-barco!

¿Dónde lo conoció? –le pregunté a lady Muriel, una vez que Mein Herr se hubo marchado–. ¿Y dónde vive? ¿Y cuál es su verdadero nombre?

Lo… conocí… –respondió en actitud pensativa–, ¡no puedo recordar dónde, en realidad! ¡Y no tengo idea de dónde vive! ¡Ni he oído nunca que tuviera otro nombre! Es muy curioso. ¡Nunca antes me había dado por pensar en lo misterioso que es!

Espero que nos volvamos a encontrar –comenté–; despierta en mí un gran interés.

Estará en nuestra fiesta de despedida, dentro de 2 semanas –señaló el earl–. Usted naturalmente vendrá, ¿no es así? Muriel tiene muchas ganas de reunir a todos nuestros amigos una vez más, antes de que nos vayamos del pueblo.

Y entonces me explicó, pues lady Muriel nos había dejado solos, que estaba tan ansioso por alejar a su hija de un lugar con tal cantidad de recuerdos dolorosos relacionados con el compromiso con el comandante Lindon, ya cancelado, que habían acordado celebrar la boda dentro de un mes, después de la cual Arthur y su esposa se irían de viaje al extranjero.

¡No olvide venir el martes siguiente al próximo! –me recordó cuando nos despedíamos con un apretón de manos–. Ojalá pudiese traer consigo a esos encantadores niños que nos presentó en verano. ¡Y hablamos del misterio de Mein Herr! ¡No es nada comparado con el misterio que parece rodearlos a ellos! ¡Nunca olvidaré esas maravillosas flores!

Los traeré si me es posible – dije yo. Pero cómo cumplir una promesa como aquella, cavilé durante mi camino de regreso a nuestro alojamiento, ¡era un problema que se me escapaba completamente!

Me encanta leer cartas, pero sé muy bien lo cansado que es escribirlas.”

Pero la persona más tímida y que se atasca más a menudo en una conversación dará necesariamente la impresión contraria al escribir una carta. Quizás haya necesitado media hora para redactar su segunda frase, pero ahí está, ¡justo después de la primera!”

Ello se debe simplemente a que nuestro sistema de escritura de cartas está incompleto. Un escritor tímido debería poder mostrar que lo es. ¿Por qué no debería hacer pausas al escribir, al igual que haría hablando?

Me refiero a que uno debería poder ser capaz, cuando no quiere que alguna cosa sea tomada en serio, de expresar ese deseo, ya que la naturaleza humana está constituida de tal modo que cualquier cosa que uno escribe en serio se interpreta como una broma, ¡y al revés! En cualquier caso, ¡eso es lo que ocurre al escribir a una dama!

El primer pensamiento que acude a la mente –procedió Arthur– al leer cualquier cosa particularmente vil o brutal, llevada a cabo por un congénere, suele ser la percepción de un nuevo nivel de profundidad pecaminosa revelado debajo de nosotros, y nos parece contemplar ese abismo desde alguna posición superior, muy distante de él.

Las causas que actúan desde fuera son su entorno: lo que el Sr. Herbert Spencer llama su «medio». El punto que quiero dejar claro ahora es este: que un hombre es responsable de su acto de elección, pero no de su medio. Por consiguiente, si estos dos hombres realizan, en una ocasión determinada, cuando se ven expuestos a una tentación igual, esfuerzos iguales por resistir y elegir lo correcto, su condición, a ojos de Dios, debe ser la misma. Si Él está complacido en uno de los casos, también lo estará en el otro, y al contrario.

Aun así, debido a sus diferentes medios, uno puede lograr una gran victoria sobre la tentación, mientras el otro cae en algún negro abismo criminal.

Lo lamento muchísimo –me disculpé–; fue realmente imposible que vinieran conmigo… –En aquel momento mi intención era ciertamente acabar la frase, y fue con una sensación de absoluto asombro que no soy capaz de describir de manera adecuada, que me oí añadir–: pero se reunirán aquí conmigo durante la tarde. – Esas fueron las palabras, pronunciadas con mi voz, y que al parecer salieron de mis labios.

Me refugié en el silencio. La única respuesta honesta habría sido: «El comentario no era mío. Yo no lo dije, ¡y es completamente falso!». Pero no tuve el valor moral de hacer tal confesión. No resulta muy difícil, creo, adquirir reputación de «lunático», pero es asombrosamente complicado deshacerse de ella, y me pareció completamente seguro que una declaración como esa justificaría del todo la expedición de una orden de lunatico inquirendo(*).

(*) En el antiguo sistema legal inglés, una orden judicial para que las autoridades indagasen si una persona estaba cuerda o no. [N. del T.]

Cuando las cosas a mi alrededor me parecieron nuevamente reales, Arthur se encontraba diciendo:

Me temo que es irremediable: su número ha de ser finito.”

Cuando la gente habla de «la última novedad musical», ¡esta siempre me recuerda a alguna melodía que escuché de niña!”

Llegará un día (si el mundo dura lo suficiente) –dijo Arthur– en el que cada melodía posible habrá sido compuesta, cada juego de palabras posible, realizado… –lady Muriel se retorció las manos como una reina de la tragedia– y, algo aún peor, ¡cada libro posible, escrito!, ya que el número de palabras es finito.

MACHADIANO

Pero sin duda los locos siempre escribirían libros nuevos, ¿no? –agregó–. ¡No podrían escribir los libros cuerdos otra vez!

Cierto –asintió Arthur–. Pero sus libros también se acabarían. El número de libros locos está limitado por el número de locos.

Y dicho número crece cada año –terció un hombre pomposo, al cual reconocí como el autodesignado animador del día del picnic.

Eso dicen –contestó Arthur–. Y cuando el 90% de nosotros lo seamos –parecía tener muchas ganas de soltar disparates–, a los manicomios se les dará el uso que les corresponde.

¿Que es…? – inquirió el hombre pomposo.

¡Acoger a los cuerdos! – exclamó Arthur–.

“…Los locos dominarán el mundo, fuera. Lo harán de un modo un tanto extraño, no cabe duda. Los choques de trenes serán cosa habitual; no pararán de estallar buques de vapor; la mayoría de las ciudades arderán hasta los cimientos; la mayor parte de los barcos acabarán hundidos…

¡Y casi todos los hombres morirán! –murmuró el hombre pomposo, que se hallaba clara y completamente turbado.

Ciertamente –asintió Arthur–. Hasta que finalmente habrá menos locos que hombres cuerdos. Entonces saldremos del manicomio, ellos entrarán, ¡y las cosas volverán a su estado normal!

¡Está bromeando! –masculló al final para sí, en un avergonzado tono de desdén, mientras se alejaba a grandes zancadas.

¿Cuándo diría usted que comienza la propiedad de un plato de sopa?

Esta es mi sopa –replicó ella en actitud severa–, y la que tiene delante de usted, la suya.

No cabe duda –dijo Arthur–, ¿pero cuándo comencé a poseerla? Hasta el momento de servirla en el plato, era propiedad de nuestro anfitrión; mientras era ofrecida a la mesa, el camarero, podríamos decir, la guardaba en fideicomiso; ¿pasó a ser mía cuando la acepté? ¿O cuando se me colocó delante? ¿O cuando tomé la primera cucharada?

¡Cómo le encanta discutir! – fue todo lo que dijo la anciana señora, pero lo dijo en voz alta, esta vez, sintiendo que los presentes tenían derecho a saberlo.

Arthur sonrió pícaramente.

¡Me apostaría gustoso con usted un chelín –continuó diciendo– a que el Eminente Abogado a su lado –¡ciertamente, es posible decir algunas cosas de modo que requieran mayúsculas iniciales!– no es capaz de responderme!

Yo nunca apuesto – replicó la señora con desabrimiento.

¿Ni siquiera puntos de 6peniques al whist(*)?

¡Nunca! –repitió–. El whist es bastante inocente… ¡pero apostando…! – La señora se estremeció.

(*) Un popular juego de naipes victoriano. [N. del T.]

Me temo que no puedo aceptar esa visión –dijo–. Considero que la introducción de pequeñas apuestas en los juegos de cartas fue uno de los actos más morales que la sociedad, como tal, ha llevado jamás a cabo.

[A opinião do mais britânico dos britânicos, Carroll!]

¿Y cómo es eso? –preguntó lady Muriel.

Porque sacó los naipes, de una vez por todas, de la categoría de juegos en los que es posible hacer trampas. Miren el modo en que el cróquet está desmoralizando a la sociedad. Las damas están empezando a hacer trampas en él, de manera terrible y, si se las descubre, se limitan a reírse, y dicen que es divertido. Pero cuando hay dinero en juego, eso es imposible. No se acepta al tramposo como alguien ocurrente. Cuando un hombre se sienta a jugar a las cartas y les estafa dinero a sus amigos, no se divierte mucho con ello… ¡a no ser que considere divertido que lo tiren a patadas por las escaleras!

Si todos los caballeros pensaran tan mal de las damas como usted –comentó mi vecina con cierto resentimiento–, habría muy pocas… muy pocas… –Pareció vacilar sobre cómo concluir la frase, pero finalmente eligió «lunas de miel» como palabras seguras.

Al contrario –repuso Arthur, al tiempo que la sonrisa traviesa regresaba a su faz–: si la gente adoptara mi teoría, el número de lunas de miel… de una clase totalmente nueva… ¡aumentaría muchísimo!

¿Y podemos conocer esa nueva clase de lunas de miel? –pidió lady Muriel.

Llamemos X al caballero –comenzó a explicar Arthur, elevando un poco el tono de voz, ya que ahora se veía con una audiencia de 6 personas, incluyendo a Mein Herr, el cual estaba sentado al otro lado de mi pareja polinominal– e Y a la dama a la que piensa proponerle matrimonio. Él solicita una «luna de miel de prueba». Se le concede. De inmediato, la joven pareja, acompañada por la tía abuela de Y como carabina, parte para un viaje de un mes, durante el cual dan muchos paseos a la luz de la luna, y tienen muchas conversaciones a solas, y cada uno puede formarse una idea más correcta del carácter del otro, en 4 semanas, de lo que habría sido posible en una cantidad igual de años, cuando se ven bajo las restricciones normales de la sociedad. ¡Y es únicamente tras su regreso que X decide si al final le planteará o no la trascendental pregunta a Y!

En 9 casos de cada 10 –proclamó el hombre pomposo–, ¡decidiría romper el compromiso!

Entonces, en 9 casos de cada 10 –replicó Arthur– se evitaría una unión poco idónea, ¡y se salvaría a las 2 partes del sufrimiento!

Las únicas uniones realmente poco idóneas –apuntó la señora mayor– son las efectuadas sin el suficiente dinero. El amor puede llegar después. ¡Pero se necesita dinero para empezar!

Esta observación se lanzó a la concurrencia como una especie de desafío general y, como tal, varios de los que lo oyeron lo aceptaron inmediatamente. El dinero pasó a ser la tónica de la conversación durante cierto rato, y un eco intermitente de la misma volvió a escucharse cuando colocaron el postre sobre la mesa, los criados abandonaron la habitación y el earl inauguró el vino en su bien recibida vuelta en torno a la mesa.

“…Es una verdadera delicia experimentar, una vez más, la sensación de tranquilidad que lo invade a uno cuando los camareros abandonan la habitación… cuando uno puede conversar sin la sensación de estar siendo espiado, y sin que constantemente le pasen platos a uno por encima del hombro. ¡Cuánto más sociable resulta ser capaz de servirle el vino a las damas y de pasar los platos a aquellos que desean servirse!

En ese caso, tenga la amabilidad de mandar esos melocotones para acá –dijo un gordo de tez colorada, que estaba sentado más allá de nuestro pomposo amigo–. ¡Llevo deseando que lleguen, diagonalmente, cierto tiempo!

Sí, se trata de una innovación espantosa –contestó lady Muriel–, dejar que los camareros vayan sirviendo el vino alrededor de la mesa durante el postre. Para empezar, siempre dan la vuelta con él en el sentido equivocado… ¡lo cual, por supuesto, siempre trae mala suerte a todos los presentes!

¡Mejor ir en el sentido equivocado que no ir en absoluto! –interpuso nuestro anfitrión–. ¿Le importaría servirse? –dijo hacia el gordo de tez colorada–. Creo que usted no es abstemio, ¿o sí?

¡Por supuesto que sí! –replicó este, pasando las botellas–. En Inglaterra se gasta casi el doble de dinero en bebida que en cualquier otro producto alimenticio. Lea esta tarjeta. –¿Qué persona con tendencia a abrazar cualquier moda pasajera no lleva siempre los bolsillos llenos de literatura apropiada?–. Las columnas de distinto color representan las cantidades gastadas en diversos productos alimenticios. Observe las 3 más altas. Dinero gastado en mantequilla y leche: 35 millones; en pan: 70 millones; en bebidas alcohólicas: ¡136 millones! Si por mí fuera, ¡cerraría todas las tabernas del país! Examine esa tarjeta, y lea el lema: «¡Ahí es donde va a parar todo el dinero!».

¿Ha visto la tarjeta probebidas alcohólicas? –inquirió Arthur en tono inocente.

¡No, señor! –repuso el orador de forma violenta–. ¿Cómo es?

Prácticamente idéntica a esta. Las columnas de colores son las mismas. La única diferencia es que, en vez de las palabras «Dinero gastado en», pone: «Ingresos derivados de la venta de»; y, en vez de «¡Ahí es donde va a parar todo el dinero!», su lema es: «¡De ahí viene todo el dinero!».

El hombre de tez colorada frunció el ceño, pero obviamente consideraba que Arthur no merecía su atención. De modo que lady Muriel rompió una lanza a su favor.

¿Sostiene usted –inquirió– que las personas pueden promover de manera más efectiva la abstención del consumo de bebidas alcohólicas si ellas mismas son abstemias?”

Ninguno de nosotros se atrevió a reír, pues el hombre de tez colorada estaba claramente furioso.”

Lo que causa principalmente el fracaso de una cena de gala es la escasez… no de carne, ni de bebida, siquiera, sino de conversación.

¡Nunca he visto una cena de gala inglesa –apunté yo– en la que se acabara la charla!

Disculpe –contestó respetuosamente Mein Herr–; yo no he hablado de «charla». He dicho «conversación». Todos esos temas como el tiempo, la política o los chismorreos locales son algo desconocido entre nosotros. Resultan o insulsos o controvertidos. Lo que nosotros necesitamos para conversar es un tema original y de interés. Para asegurarnos de ello, hemos probado diversas estrategias: pinturas en movimiento, criaturas salvajes, invitados en movimiento y un humorista giratorio. Pero este último es adecuado únicamente en fiestas pequeñas.

»¡Capítulo uno! ¡Pinturas en movimiento! –proclamó la voz argentina de nuestra anfitriona.

La mesa de comedor tiene la forma de un anillo circular –comenzó a explicar Mein Herr en tono suave y soñoliento, el cual, no obstante, podía oírse perfectamente en el silencio–. Los invitados están sentados en el lado interior además de en el exterior, habiendo accedido a sus sitios por una escalera de caracol desde la habitación situada en el piso de abajo. A lo largo de la parte central de la mesa discurren unos pequeños raíles, y hay un tren con una interminable cola de vagones que da vueltas por ella impulsado mecánicamente; en cada vagón hay 2 pinturas, apoyadas una contra otra de cara a los comensales. El tren da 2 vueltas durante la cena y, tras la primera, los camareros giran las pinturas de cada vagón, haciendo que miren en la dirección opuesta. Así, ¡cada invitado ve todas las pinturas!

¡Capítulo dos! ¡Criaturas salvajes! …

Encontrábamos las pinturas en movimiento ligeramente monótonas –continuó Mein Herr–. La gente no quería hablar de arte de principio a fin de una cena; de modo que probamos con criaturas salvajes. Entre las flores que repartíamos por la mesa (igual que hacen ustedes), aparecía por acá un ratón, por allá un escarabajo; por acá una araña –lady Muriel se estremeció–, por allá una avispa; por acá un sapo, por allá una serpiente –«¡Padre!», saltó lady Muriel con desazón. «¿Has oído eso?»–; ¡así que teníamos mucha materia de conversación!

Esta vez no siguió silencio alguno.

¡Tercer capítulo! –proclamó lady Muriel de inmediato–. ¡Invitados en movimiento!

Incluso las criaturas salvajes resultaban monótonas –prosiguió el orador–. De manera que dejamos que los invitados eligieran sus propios temas y, para evitar el aburrimiento, los cambiábamos de sitio a ellos. Hicimos una mesa de dos anillos, y el interior giraba lentamente en círculo, sin parar, junto con el suelo del centro de la habitación y la línea interior de invitados. Así, se iba situando a cada uno de estos frente a todos los invitados exteriores. Era un poco confuso, en ocasiones, tener que empezar una historia con un amigo y acabarla con otro, ¡pero todas las estrategias tienen sus fallos, ya saben!

¡Capítulo cuarto! –corrió a anunciar lady Muriel–. ¡El humorista giratorio!

Descubrimos que, para grupos pequeños, una estrategia excelente era tener una mesa redonda con un hueco en el centro lo suficientemente grande como para que cupiese un invitado. En él colocábamos a nuestro mejor conversador. Giraba despacio sobre sí mismo, poniéndose de cara sucesivamente a cada uno de los demás invitados, ¡sin parar ni un segundo de contar entretenidas anécdotas!

¡No creo que me gustara! –murmuró el hombre pomposo–. ¡Me marearía dar vueltas de ese modo! Declinaría la… – Pareció caer en la cuenta en ese instante de que tal vez el supuesto que había hecho no quedaba garantizado por las circunstancias; dio un apresurado trago de vino, que se le atragantó.

Pero Mein Herr había recaído en su estado de ensimismamiento, y no añadió nada más. Lady Muriel dio la señal, y las damas abandonaron la sala.”

¡Resultan encantadoras, no cabe duda! Encantadoras, pero muy frívolas. Nos arrastran, por así decirlo, a un nivel inferior. Ellas…

¿No requieren todos los pronombres un nombre que los anteceda? –inquirió con suavidad el earl.

“…El pensamiento es libre. Con ellas, nos vemos limitados a temas banales: arte, literatura, política y otros así. Uno puede soportar discutir de materias sin importancia como esas con una dama. Pero no hay hombre, en sus cabales… –paseó una severa mirada por la mesa, como si estuviese desafiando a los invitados a que lo contradijeran– ¡que haya hablado de vino con una dama! –Probó su copa de oporto, se reclinó en su silla y levantó el vino a la altura de su ojo, como para verlo al trasluz de la lámpara–. ¿La añada, milord? –inquirió, dirigiendo una mirada a su anfitrión.”

No –siguió diciendo… ¿y por qué sucede, me detengo a preguntar, que, al retomar el hilo interrumpido de un diálogo, uno siempre comienza con este monosílabo desprovisto de alegría? Tras meditarlo angustiosamente, he llegado a la conclusión de que el propósito es el mismo que el del colegial, cuando la suma en la que está trabajando se ha convertido en un embrollo sin solución, y cuando desesperado coge la esponja, lo borra todo y empieza de nuevo. Exactamente del mismo modo, el orador apabullado, mediante el simple proceso de negar todo lo que se ha afirmado hasta entonces, descarta de un plumazo la discusión entera, y puede «empezar como es debido» con una nueva teoría–. No –siguió diciendo–; no hay nada como la mermelada de cereza, después de todo. ¡Eso es lo que yo digo!

¡No en todas sus cualidades! –interpuso un hombrecillo de manera entusiasta y estridente–. En lo que respecta a la riqueza del tono general, no digo que tenga rival. Pero en cuanto a la delicadeza de la modulación… lo que podría llamarse los «armónicos» del sabor… ¡a mí deme una buena mermelada de frambuesa!

Yo mismo lo he visto fijar la edad de una mermelada de fresa con un margen de error de un día (y todos sabemos lo difícil que es poner fechas a esa mermelada) ¡probándola una sola vez!”

«La mermelada de cereza es la mejor para un mero claroscuro de sabor; la de frambuesa se presta mejor a esas discordancias resueltas que persisten de manera tan encantadora en la lengua, pero para un absoluto arrebato de perfección azucarada, ¡las demás mermeladas no tienen nada que hacer frente a la de albaricoque!». ¿No les parece muy bien dicho?”

La discusión pasó entonces a ser general, y sus palabras se perdieron en una mezcolanza de nombres, en la que cada invitado pronunciaba alabanzas a su propia mermelada favorita. Finalmente, a través del barullo, la voz de nuestro anfitrión consiguió hacerse oír:

¡Reunámonos con las damas! –Estas palabras parecieron traerme de vuelta a la realidad, y tuve la seguridad de que, durante los últimos minutos, había caído otra vez en el estado de «inquietud».

«¡Un extraño sueño! –me dije mientras desfilábamos escaleras arriba–. ¡Hombres adultos discutiendo, con tanta seriedad como si fuesen cuestiones de vida o muerte, los irremediablemente triviales detalles de meras exquisiteces culinarias, que no estimulan más funciones superiores humanas que los nervios de la lengua y el paladar! ¡Qué espectáculo más humillante sería una discusión así en la realidad!»

En ese momento, de camino al salón, recibí de manos del ama de llaves a mis pequeños amigos, vestidos con unos trajes de noche de lo más exquisitos, y más radiantes en su aspecto, arrebolado por la expectativa de goce, de lo que nunca antes los había visto. Aquello no me sorprendió, sino que acepté el hecho con la misma apatía irracional con que uno recibe los sucesos de un sueño, y apenas era consciente de una vaga ansiedad respecto a cómo iban a desenvolverse en una situación tan nueva para ellos… olvidando que la vida cortesana de Exotilandia era un entrenamiento más que suficiente para alternar en el mundo más sustancial.”

¿Cuánto habéis viajado, bonita? –insistió la joven dama.

Silvia puso cara de confundida.

Una milla o 2, creo –dijo con aire dubitativo.

Una milla o tdes –terció Bruno.

No se dice «1 milla o 3» –lo corrigió Silvia.

La joven dama mostró su aprobación con un asentimiento de cabeza.

Silvia tiene toda la razón. No es habitual decir «1 milla o 3».

Lo sería… si lo diciéramos lo bastante a menudo –apuntó Bruno.

Ahora quien puso cara de confundida fue la joven dama.

¡Es muy ingenioso, para su edad! –musitó–. No eres mayor de 7, ¿verdad, precioso? –añadió en voz alta.

No soy tantos –contestó Bruno–. Soy uno. Silvia es una. Silvia y yo somos 2. Ella me enseñó a contad.

¡Oh, no te estaba contando!, ¿sabes? –aclaró la joven dama entre risas.

¿Es que no has apdendido a hacedlo? –dijo el niño.

La joven se mordió el labio.

Sólo tengo una edad –contestó Bruno–. Nadie tiene 7 edades.

¿Y eres el hermano de esta jovencita? –dijo a continuación la dama, evitando hábilmente el problema.

¡Yo no soy «su» hedmano! –saltó Bruno–. ¡Silvia es «mi» hedmana!

Y la estrechó con ambos brazos mientras añadía–: ¡Es compeletamente mía!

Era una de esas intérpretes a las que la sociedad califica de «brillantes», y se lanzó a ejecutar la más hermosa de las sinfonías de Haydn con un estilo que era claramente el producto de años de paciente estudio con los mejores maestros. Al principio parecía ser la perfección de la música a piano, pero tras unos cuantos minutos empecé a preguntarme, con hastío: «¿Qué es lo que le falta? ¿Por qué no se extrae placer de ello?».

Entonces me puse a escuchar con gran atención cada una de las notas, y el misterio se aclaró por sí solo. Existía una corrección mecánica casi perfecta… ¡pero eso era todo! No estaban sonando notas equivocadas, naturalmente: la pianista se sabía la pieza demasiado bien como para que eso ocurriera, pero se daba la irregularidad justa del compás para dejar al descubierto que ella no poseía verdadero «oído» para la música; la falta justa de fluidez en los pasajes más elaborados para revelar que no creía que su audiencia mereciera un auténtico esfuerzo; la monotonía mecánica justa en la acentuación para despojar de alma todas las modulaciones celestiales que estaba profanando; en resumen, resultaba simplemente irritante, y, cuando hubo tocado el final del tirón y ejecutado el último acorde como si, ahora que había terminado con el instrumento, le diese igual cuántas cuerdas rompía, ni siquiera me vi capaz de fingir unirme al estereotipado «¡Oh, gracias!» que fue pronunciado a coro a mi alrededor.”

Es lo que ella merece –replicó Arthur, en sus trece–, pero la gente alberga tantos prejuicios en contra de la pena capital que…

¡Ya empiezas con las tonterías! –exclamó su prometida–. Pero a ti te gusta la música, ¿no? Eso dijiste hace un momento.

¿Que si me gusta la música? –repitió para sí el doctor en voz baja–. Mi querida lady Muriel, hay música y música. Tu pregunta es dolorosamente vaga. También podrías preguntarme, para el caso: «¿Te gusta la gente?».

Lady Muriel se mordió el labio, frunció el ceño y dio una patadita en el suelo. Como representación dramática de mal humor, resultó un claro fracaso. Sin embargo, logró engañar a uno de sus espectadores, y Bruno corrió a interponerse, como pacificador de una riña en gestación, con el siguiente comentario:

¡A mí me gusta la gente!

Arthur plantó una cariñosa mano en la cabecita de ensortijados cabellos.

¿Qué? ¿Toda la gente? –inquirió.

No toda –explicó Bruno–. Sólo Silvia… y lady Muriel… y él… –dijo, señalando al earl– y tú… ¡y tú!

No deberías señalar a la gente –le recriminó Silvia–. Es de muy mala educación.

En el mundo de Bruno –observé yo– sólo hay 4 personas… ¡dignas de mención!

¡En el mundo de Bruno! –repitió lady Muriel con gesto pensativo–. Un mundo luminoso y florido, en el que la hierba siempre es verde, la brisa siempre sopla con suavidad y nunca se juntan nubarrones; donde no hay bestias salvajes, ni desiertos…

Desiertos tiene que haber –apuntó Arthur de manera firme–, al menos si se tratara de mi mundo ideal.

¿Pero qué utilidad puede tener un desierto? –planteó lady Muriel–. No me creo que quisieras un páramo en tu mundo ideal.

Arthur sonrió.

¡Pues claro que sí! –aseguró–. Un páramo resultaría más necesario que un ferrocarril, ¡y muchísimo más propicio para la felicidad general que unas campanas de iglesia!

¿Pero para qué lo querrías?

Para practicar música en él –respondió él–. Todas las damas jóvenes sin oído musical, pero que aun así insisten en aprender, deberían ser conducidas, cada mañana, 2 o 2 millas al interior del páramo. Allí cada una encontraría un cómodo cuarto habilitado para ellas, y también un piano barato de 2ª mano, en el que podría tocar durante horas, ¡sin añadir ni una sola punzada de innecesario dolor al conjunto del sufrimiento humano!

Lady Muriel miró alarmada en derredor suyo, no fuese a ser que alguien oyera de pasada aquella atroz opinión. Pero la hermosa pianista se encontraba a una distancia segura.

Has de admitir al menos que es una joven dulcísima, ¿no te parece? –dijo a continuación.

Oh, sin duda. Tan dulce como el agua con azúcar, si quieres… ¡y casi igual de interesante!

¡Eres incorregible! –dijo lady Muriel, quien luego se giró hacia mí–: Espero que la Sra. Mills le haya parecido una pareja interesante para la cena.

¡Oh, así que ese es su nombre! –repuse–. Pensaba que sería más largo.

Y así es y será «bajo su propia cuenta y riesgo» (signifique lo que signifique eso) si alguna vez se atreve a dirigirse a ella de ese modo. ¡Es la «Sra. Ernest-Atkinson-Mills»!

Es una de esas advenedizas –intervino Arthur– que piensan que, por añadir a su apellido todos sus nombres de pila sobrantes, con guiones entre medias, pueden darle al mismo un toque aristocrático. ¡Como si no fuera ya bastante difícil recordar un solo apellido!

¡Es un señor muy mayor! –comentó Silvia, observando con admiración a Mein Herr, quien se había instalado en un rincón, desde el cual sus afables ojos nos sonreían a través de un gigantesco par de lentes–. ¡Y qué barba más adorable!

¿Cómo se llama? –susurró Bruno.

Se llama Mein Herr –le respondió Silvia, del mismo modo.

Bruno meneó la cabeza con impaciencia.

¡«Manjad» es como llama a la comida que le gusta, no a él mismo, tonta! –Recurrió entonces a mí–: ¿Cómo se llama, hombde señod?

Ese es el único nombre del que tengo constancia –dije yo–. Pero parece encontrarse muy solo. ¿No os da lástima su cabello gris?

Me da lástima él –matizó Bruno–, pero su pelo no, ni una pizca. ¡Su pelo no puede sentid!

Bien, vayamos a hablar con él y animémoslo un poco –sugerí–; quizá descubramos cómo se llama a sí mismo.

«¡La hosca vejez y la juventud no pueden vivir juntas!… ¡Ahora miradme bien, niños! Vosotros diríais que soy un hombre mayor, ¿no?»

No sé si es usted un hombde mayod –repuso Bruno, mientras su hermana y él, ganados por la suave voz, se acercaban al hombre un poco más, con pasitos cortos–. Cdeo que tiene ochenta y tdes años.

¡Qué exactitud! –exclamó Mein Herr.

Hay razones –contestó Mein Herr apaciblemente–, que no puedo explicar con libertad, para no mencionar explícitamente personas, lugares o fechas. Sólo voy a permitirme un comentario: que el periodo de vida comprendido entre los 165 y los 175 años resulta especialmente seguro.

Del siguiente modo: uno consideraría que nadar es un entretenimiento muy seguro, si apenas le llegasen noticias de que alguien muriese por ello. ¿Me equivoco al pensar que jamás ha oído que nadie se haya muerto entre esas 2 edades?

Entiendo lo que quiere decir –asentí–, pero me temo que no puede demostrar que la natación es segura, basándose en el mismo principio. No resulta raro oír que alguien se ha ahogado.

En mi país –dijo Mein Herr– nadie se ahoga nunca.

¿No hay aguas lo suficientemente profundas?

¡En abundancia! Pero no podemos hundirnos. Todos somos más ligeros que el agua. Dejen que se lo explique –añadió, al ver mi gesto de sorpresa–: imagine que desean obtener una raza de palomas de una forma o un color concretos; ¿no seleccionan, año tras año, aquellas que se aproximan más a la forma o el color que quieren, y se quedan con esas, deshaciéndose de las demás?

Así es –respondí–. Lo llamamos «selección artificial».

Exacto –dijo Mein Herr–. Pues bien, nosotros la hemos practicado durante algunos siglos, seleccionando sin cesar a la gente más ligera; de modo que, ahora, todo el mundo es más ligero que el agua.

Entonces, ¿nunca pueden ahogarse en el mar?

¡Nunca! Sólo en tierra (por ejemplo, cuando asistimos a una representación en un teatro) nos vemos en una situación de peligro como esa.

¿Cómo es posible eso en un teatro?

Todos nuestros teatros son subterráneos. Sobre ellos se colocan grandes tanques de agua. En caso de que se declare un incendio, los grifos se abren, y un minuto después el teatro se halla inundado ¡hasta el mismísimo techo! De ese modo se acaba con el fuego.

Y con la audiencia, supongo.

Eso es secundario –repuso Mein Herr con despreocupación–. Pero tienen el consuelo de saber que, ahogados o no, son todos más ligeros que el agua. Aún no hemos llegado a que la gente sea más ligera que el aire, pero estamos en ello; quizá en otros mil años o así…

¿Qué hacen con la gente que pesa demasiado? –inquirió Bruno con gravedad.

Hemos aplicado el mismo proceso –continuó Mein Herr, sin percatarse de la pregunta de Bruno– a muchos otros propósitos. Hemos seleccionado sin cesar bastones de paseo, conservando siempre aquellos que permitían andar mejor, ¡hasta que hemos obtenido algunos que caminan solos! Lo mismo hemos hecho con el algodón hidrófilo, ¡hasta conseguir algodón más ligero que el aire! ¡No tiene ni idea de lo útil que es como material! Lo llamamos «imponderal».

¿Para qué lo emplean?

Pues principalmente para empaquetar objetos que han de enviarse por correo. Hace que pesen menos que nada, ¿sabe?

¿Y cómo saben los empleados de la oficina postal cuánto ha de pagar usted?

¡Eso es lo hermoso del nuevo sistema! –exclamó Mein Herr de forma exultante–. Ellos nos pagan a nosotros, ¡no al revés! A veces me dan hasta 5 chelines por enviar un paquete.

¿Y su Gobierno no se opone?

Bueno, sí que plantea algunas objeciones. Dice que sale muy caro, a la larga. Pero la cuestión está meridianamente clara, según sus propias normas. Si yo envío un paquete que pesa medio kilo más que nada, pago 3 peniques; de modo que, naturalmente, si pesa medio kilo menos que nada, yo debería recibir 3 peniques.

¡Sí que es un artículo útil! –dije.

¡Qué cosa más útil es un mapa de bolsillo! –comenté.

Eso también es algo que hemos aprendido de su nación –dijo Mein Herr–: la cartografía. Pero lo hemos llevado mucho más lejos. ¿Cuál considera que es el mapa más grande que poseería verdadera utilidad?

Uno de en torno a 15 centímetros por milla.

¡Sólo eso! –exclamó Mein Herr–. Nosotros no tardamos en llegar a los 6 metros por milla. Luego probamos con cien metros por milla. ¡Y después vino la idea más grandiosa de todas! Hicimos un mapa del país, en serio, ¡a una escala de una milla por milla! —¿Y lo han usado mucho? –inquirí.

Tanto falam do escritor espanhol que utilizou essa anedota… Mas veja só!

O que é sempre péssimo para um vôo e excelente para um mapa? Que tenha escala!

Todavía no ha sido desplegado nunca –apuntó Mein Herr–; los granjeros se opusieron: decían que cubriría todo el campo, ¡bloqueando la luz del sol! De modo que en la actualidad usamos el propio campo como mapa, y le aseguro que funciona casi igual de bien. Deje que le haga yo ahora otra pregunta. ¿Cuál es el mundo más pequeño en el que le gustaría vivir?

PAINTBALL XIX

Pero un científico amigo mío, que ha realizado varios viajes en globo, me asegura que ha visitado un planeta tan pequeño que ¡fue capaz de recorrer una vuelta entera a pie alrededor de él en 20 minutos! Se había producido una gran batalla, justo antes de su visita, que terminó de un modo bastante curioso: el ejército derrotado huyó a toda velocidad, y a los poquísimos minutos se encontró cara a cara con el ejército vencedor, el cual marchaba de regreso a casa, ¡y este se asustó tanto al verse entre dos ejércitos, que se rindió en el acto! Naturalmente eso le hizo perder la batalla, aunque, de hecho, había matado a todos los soldados del bando contrario.

Los soldados muedtos no pueden huid –apuntó Bruno con expresión pensativa.

«Matado» es un tecnicismo –repuso Mein Herr–. En el pequeño planeta del que hablo, las balas estaban hechas de una suave sustancia negra que dejaba una marca en todo lo que tocaba. De manera que, tras una batalla, lo único que había que hacer era contar cuántos soldados de cada bando estaban «muertos», lo cual quiere decir «marcados por detrás», ya que las marcas por delante no contaban.

¿Entonces no se podía matar a nadie, a no ser que saliera corriendo? –planteé yo.

Mi amigo científico descubrió un procedimiento mejor que ese. Advirtió que, si las balas se disparaban en dirección contraria alrededor del mundo, alcanzarían al enemigo por la espalda. Después de eso, los peores tiradores pasaron a ser considerados los mejores, y el peor de todos siempre conseguía el primer premio.

¿Y cómo decidían cuál era el peor tirador de todos?

En este planeta, [la Tierra] según me han contado, una nación está formada por varios súbditos, y un rey, pero en el pequeño planeta del que hablo, lo estaba por varios reyes, ¡y un súbdito!

Dice usted que le han «contado» lo que sucede en este, nuestro planeta –observé–. ¿Sería mucho suponer que usted mismo es un visitante de otro planeta? Bruno aplaudió preso de la emoción.

¿Es usted el hombde en la luna(*)? –exclamó. Mein Herr pareció incomodarse.

No estoy en la luna, querido –dijo evasivamente–. Volviendo a lo que estaba diciendo, creo que ese método de gobierno debería ser satisfactorio. Verán, los reyes, sin duda, crearían leyes contradictorias unas con otras, por lo que el súbdito nunca podría ser castigado, porque, hiciese lo que hiciese, siempre estaría obedeciendo alguna de ellas.

(*) Un personaje que, en diversas leyendas y mitos de todo el mundo y en una canción infantil inglesa, se dice, habita en la luna. Cada una de las fuentes otorga distintas características y aspecto a dicha figura. [N. del T.]

¡Oh, bueno! Somos viejos ahora y, sin embargo, yo mismo fui niño, una vez… al menos eso creo.

No pude evitar reconocer para mis adentros que parecía desde luego una suposición bastante improbable, viendo su enmarañado cabello cano y la larga barba, que hubiera sido niño alguna vez.

¿Le gusta la gente joven? –pregunté.

Los jóvenes –respondió–. No exactamente los niños. Solía enseñar a jóvenes, hace muchos años, en mi querida y antigua universidad.”

Dígame una cosa –rogó, posando su mano de manera imponente sobre mi brazo–. Pues soy forastero en su tierra, y apenas sé de sus modos de educación, aunque algo me dice que estamos más adelantados que ustedes en el ciclo eterno del cambio, y que muchas de las teorías que hemos probado y encontrado ineficaces, ustedes también las probarán, con un entusiasmo más exacerbado, y también encontrarán el fracaso, ¡con una desesperación más amarga!

Fue extraño ver cómo, a medida que hablaba, y sus palabras fluían de forma cada vez más libre, con una cierta elocuencia rítmica, sus facciones parecían resplandecer con una luz interior, y todo su cuerpo dio la impresión de transformarse, como si hubiera rejuvenecido 50 años en un instante.”

No sé lo que es una ópera –contestó Silvia medio susurrando.

¿Cómo entonces llamas el aire?

No conozco ningún nombre para él –repuso Silvia, levantándose del instrumento.

¡Pero esto es maravilloso! –exclamó el conde, siguiendo a la niña, y dirigiéndose a mí, como si yo fuese el dueño de este prodigio musical y debiera conocer por tanto la fuente de su música–. ¿Usted la ha oído tocar esto, más pronto… digo «antes de esta ocasión»? ¿Cómo llama el aire?

Yo negué con la cabeza, pero me vi salvado de más preguntas por lady Muriel, que se acercó a pedirle una canción al conde.

Este separó las manos excusándose, y agachó la cabeza.

Pero milady, ya he revisionado… digo revisado… todas sus canciones; ¡y no habrá ninguna apropiada para mi voz! ¡No son para voces de bajo!

¡Pues claro que no puede, si es farancés! ¡Los faranceses nunca pueden hablad un inglés tan buenósimo como nosotdos! –Y Silvia se llevó consigo al voluntario cautivo.

¿A cuáles de sus profesores valoran ustedes más, a los que se entiende con facilidad o a los que hacen sentirse a uno confundido cada vez que hablan?

Me sentí obligado a admitir que por lo general admirábamos más a los profesores a quienes no entendíamos del todo.

Justamente –dijo Mein Herr–. Así es al principio. Bien, nosotros estábamos en esa fase hace unos 80 años… ¿o eran 90? Nuestro profesor predilecto se expresaba peor cada año, y cada año lo teníamos en mayor admiración… ¡del mismo modo que sus aficionados al arte denominan «neblina» al más hermoso elemento paisajístico, y admiran una vista con desaforado placer cuando no pueden ver nada! Ahora le voy a decir cómo acabó la cosa. Nuestro ídolo impartía clases de Filosofía Moral. Pues bien, sus pupilos no entendían ni jota, pero se lo aprendieron todo de memoria, y cuando llegó el momento de los exámenes, respondieron con ello, y los examinadores dijeron: «¡Magnífico! ¡Qué profundidad!».

¿Pero de qué sirvió eso a los jóvenes después?

¿Acaso no lo ve? –repuso Mein Herr–. Ellos se convirtieron a su vez en maestros, y repitieron de nuevo todas esas cosas, y sus alumnos las pusieron en el examen, y los examinadores las aceptaron, ¡y nadie tenía la más mínima idea de qué quería decir todo aquello!

¿Y cómo acabó?

Del siguiente modo: nos levantamos un buen día y descubrimos que no había nadie allí que supiera nada de Filosofía Moral. De forma que la abolimos; profesores, clases, examinadores y todo lo demás. Y si alguien quería aprender algo al respecto, tenía que descubrirlo por sí mismo, ¡y pasados otros 20 años o así ya había varios hombres que realmente sabían algo de la materia! Ahora dígame otra cosa. ¿Cuántos años de aprendizaje pasa un joven antes de que lo examinen, en sus universidades?

Le dije que 3 o 4 años.

¡Exactamente lo mismo que hacíamos nosotros! –exclamó–. Les enseñábamos un poquito y, justo cuando empezaban a asimilarlo, ¡se lo sacábamos todo de nuevo! Vaciábamos nuestros pozos antes de que estuviesen a ¼ de su capacidad; cosechábamos nuestras huertas con las manzanas todavía en flor; ¡aplicábamos la severa lógica de la aritmética a nuestros pollos, mientras dormían pacíficamente en sus cascarones! No cabe duda de que pájaro durmiente, tarde hincha el vientre, pero si el pájaro se levanta tan escandalosamente temprano que el gusano está todavía bien bajo tierra, ¿cuáles son entonces sus posibilidades de desayunar? No muchas, reconocí.

¡Vea pues cómo funciona eso! –prosiguió de manera ansiosa–. Si quieren vaciar sus pozos tan pronto… porque supongo que me dirá que es lo que deben hacer, ¿no?

Así es –dije–. En un país superpoblado con este, únicamente las oposiciones…

Mein Herr alzó las manos como si estuviese fuera de sí.

¿Qué, otra vez? –gritó–. ¡Creía que desaparecieron hace 50 años! ¡Oh, este upas de las oposiciones! ¡Bajo cuya mortífera sombra todo el genio original, todo el estudio exhaustivo, toda la incansable diligencia de una vida mediante los cuales nuestros antepasados tanto hicieron avanzar el conocimiento humano, deben lenta pero inevitablemente marchitarse para verse reemplazados por un sistema de cocina, en el que la mente humana es una salchicha, y lo único que nos preguntamos es cuánta materia indigerible puede embutirse en su interior!

Siempre, después de estos arranques de elocuencia, parecía perder el control durante un momento y mantenerse asido al hilo de sus pensamientos por alguna palabra aislada.

Embutirse, sí –repitió–. Sufrimos toda esa fase de la enfermedad; ¡fue horrible, se lo garantizo! Naturalmente, como la oposición era una prueba general, intentábamos incluir en ella exactamente lo que se quería, ¡y el gran objetivo a alcanzar era que el candidato no necesitase saber nada que no entrara en el examen! No digo que alguna vez se consiguiera del todo, pero uno de mis propios alumnos (perdone el egotismo de un anciano) estuvo muy cerca de ello. Tras el examen, me expuso los escasos datos que sabía pero no había sido capaz de incluir en su respuesta, ¡y puedo asegurarle que eran nimios, señor, absolutamente nimios!”

En aquella época, nadie había dado con la estrategia mucho más racional de esperar los destellos individuales de genio y recompensarlos a medida que apareciesen. Por tanto, metíamos a nuestro desafortunado alumno en una botella de Leyden, lo cargábamos hasta las cejas, luego aplicábamos el electrodo de una oposición y extraíamos una magnífica chispa, ¡que muy a menudo rompía la botella! Pero ¿qué más daba eso? Le poníamos una etiqueta de «chispa de sobresaliente», ¡y la dejábamos en la repisa!

¿Pero el sistema más racional…? –sugerí.

¡Ah, sí!, ese vino después. En vez de dar toda la recompensa por aprender de una sola vez, solíamos pagar por cada buena respuesta a medida que se producían. ¡Qué bien me acuerdo de mis clases de aquellos días, con una pila de moneditas a mi lado! Era: «¡Una respuesta excelente, Sr. Jones!» (eso se traducía en un chelín, la mayoría de las veces). «¡Bravo, Sr. Robinson!» (lo cual valía media corona). Le voy a decir qué tal funcionó. ¡Ningún alumno aprendía un solo dato que no tuviera su premio! Y cuando llegaba de la escuela un muchacho inteligente, ¡recibía más dinero por aprender de lo que nos pagaban a nosotros por enseñarle! Entonces surgió la moda más disparatada de todas.

¿Qué, otra moda? –dije.

Es la última –dijo el anciano–. Debo de haberle cansado con mi largo relato. Cada college(*) quería para sí a los muchachos inteligentes; de manera que adoptamos un sistema que habíamos oído que resultaba muy popular en Inglaterra: los colleges competían entre sí por los jóvenes, ¡que se subastaban al mejor postor! ¡Qué idiotas éramos! De un modo u otro, estaban obligados a venir a la universidad. ¡No hacía falta que les pagáramos! ¡Y todo nuestro dinero se iba en conseguir que los más listos fueran a un college en vez de a otro! La competencia era tan fuerte que al final los simples pagos monetarios no bastaron. Cualquier college que quisiera conseguir a algún joven especialmente brillante tenía que abordarlo en la estación y perseguirlo por las calles. El primero que lo alcanzase tenía derecho a llevárselo.

(*) En el Reino Unido, las universidades tradicionales como Oxford y Cambridge son federaciones de colleges: instituciones autónomas de enseñanza superior que ofertan distintas carreras académicas y que poseen órganos de dirección independientes. [N. del T.]

Ocho o 9 directores de college se habían reunido a las puertas (no se permitía la entrada a ninguno), y el jefe de estación había dibujado una línea en la acera, e insistía en que todos permanecieran detrás de la misma. ¡Las puertas se abrieron de golpe! El joven salió disparado a través de ellas y enfiló como un relámpago calle abajo, ¡mientras los directores proferían verdaderos gritos de emoción al verlo! El supervisor dio la salida, mediante la vieja fórmula establecida: «¡Semel! ¡Bis! ¡Ter! ¡Currite!»(*), ¡y la caza dio comienzo! ¡Oh, era algo digno de verse, créame! En la primera esquina el alumno tiró su lexicón de griego; más adelante, su manta de viaje; después varios objetos pequeños; a continuación su paraguas; por último, lo que supongo más apreciaba, su pequeña maleta, pero el juego había acabado: el esférico director de… de…

¿De qué college? –pregunté.

… de uno de ellos –reanudó su relato– había puesto en práctica la teoría (su propio descubrimiento) de la velocidad acelerada, y atrapó al joven justo enfrente de donde yo me encontraba. ¡Nunca olvidaré aquel frenético y emocionante forcejeo! Pero pronto llegó a su fin. ¡Era imposible escapar de aquellas manazas huesudas!

¿Puedo preguntarle por qué se refiere a él como el «esférico» director? –dije.

El epíteto aludía a su forma, que era una esfera perfecta. ¿Usted es consciente de que una bala, otro ejemplo de esfera perfecta, cuando cae en línea totalmente recta, se mueve con velocidad acelerada?

Yo asentí en silencio.

Pues bien, mi esférico amigo (como me enorgullezco en llamarlo) se entregó a la investigación de las causas de ello. Descubrió que eran 3. Uno: que es una esfera perfecta. Dos: que se mueve en línea recta. Tres: que su movimiento no es ascendente. Cuando estas 3 condiciones se cumplen, uno obtiene velocidad acelerada.

Me parece que no –dije–, si me permite discrepar. Imagine que aplicamos la teoría al movimiento horizontal. Si una bala se dispara horizontalmente, esta…

… no se mueve en línea recta –terminó tranquilamente mi frase.

Tiene usted razón –reconocí–. ¿Qué hizo su amigo a continuación?

Lo siguiente era aplicar la teoría, como usted correctamente sugiere, al movimiento horizontal. Pero el cuerpo que se desplaza, que tiende siempre a caer, necesita un apoyo constante, si ha de moverse en una verdadera línea horizontal. «Entonces», se preguntó, «¿qué proporcionará apoyo constante a un cuerpo en movimiento?». Y su respuesta fue: «¡Las piernas humanas!». ¡Ese fue el descubrimiento que inmortalizó su nombre!

¿Que era…? –dije a modo de indirecta.

No lo he mencionado –fue la delicada contestación de mi sumamente insatisfactorio informador–.

(*) Versión latina de «¡A la de una! ¡A la de dos! ¡A la de tres! ¡Ya!».”

Ahora le voy a decir cómo nos curamos de esa moda absurda de pujar unos contra otros por los estudiantes más listos, ¡igual que si fueran artículos de una subasta! Justo cuando la moda había alcanzado su punto álgido, y uno de los colleges había anunciado una beca de mil libras anuales, uno de nuestros turistas nos trajo el manuscrito de una antigua leyenda africana… casualmente llevo una copia de la misma en mi bolsillo. ¿Quiere que se la traduzca?”

Entonces, con uno de esos convulsivos sobresaltos que le despiertan a uno en el momento exacto en que va a quedarse dormido, me di cuenta de que los profundos tonos musicales que me emocionaban no pertenecían a Mein Herr, sino al conde francés. El anciano seguía aún estudiando el manuscrito.”

Era una necesidad política (o eso nos aseguró y nosotros le creímos, aunque jamás lo hubiéramos sabido hasta ese momento) que existiesen 2 partidos para cada cuestión y sobre cualquier tema. En política, los 2 partidos, que ustedes habían encontrado necesario instituir, se llamaban, según nos contó, Whigs y Tories.(*)

(*) Whigs y Tories eran los nombres que recibían respectivamente las facciones liberal y conservadora del Parlamento inglés hasta mediados del s. XIX.”

“…estos 2 partidos, que siempre mostraban una hostilidad crónica mutua, se turnaban en la dirección del Gobierno, y, según creo, el partido que resultaba no estar en el poder recibía el nombre de «oposición», ¿cierto?

Ese es el nombre –asentí–. Desde el principio ha habido, siempre que hemos tenido Parlamento, 2 partidos, uno en el poder y otro en la oposición.

Bien, la función de los «gobernantes» (si puedo llamarlos así) era hacer todo lo posible por el bienestar de la nación, en cuestiones tales como declarar guerras y paces, tratados comerciales, etc., ¿no es así?

Sin duda –dije.

Y la función de los «opositores» era (según nos aseguró nuestro viajero, aunque en un principio nos costase mucho creerlo) impedir que los «gobernantes» tuvieran éxito en cualquiera de esas cosas, ¿cierto?

Criticar y enmendar sus medidas –lo corregí–. ¡Sería antipatriótico obstaculizar al Gobierno en sus acciones por el bien de la nación! Siempre hemos considerado al patriota el mayor de los héroes, ¡y que un espíritu antipatriótico es uno de los peores males humanos!”

Le puedo asegurar –escribe– que, por antipatriótico que tal vez le parezca, la función reconocida de la «oposición» es obstaculizar, de cualquier modo no prohibido por la ley, la acción del Gobierno. Este proceso se denomina «obstrucción legítima»; y el mayor triunfo que la «oposición» puede llegar a disfrutar es el de tener la oportunidad de señalar que, debido a su «obstrucción», ¡el Gobierno ha fracasado en todas las acciones que emprendió por el bien de la nación!

Su amigo no lo ha expresado correctamente del todo –comenté–. La oposición se alegraría sin duda de señalar que el Gobierno ha fracasado por su propia culpa, ¡pero no que lo ha hecho a causa de la «obstrucción»!

¿Usted cree? –contestó él apaciblemente–. Permita que le lea ahora este recorte de periódico que mi amigo adjuntó en su carta. Es parte de la crónica de un discurso público, realizado por un hombre de Estado que era por aquel entonces miembro de la oposición:

Al cierre de la sesión, pensaba que no tenían razón ninguna para estar descontentos con la suerte de la campaña. Habían derrotado al enemigo en todos los puntos. Pero la persecución debía continuar. Tan sólo tenían que presionar a un enemigo desorganizado y falto de moral.

Y bien, ¿a qué etapa de su historia nacional cree usted que se estaba refiriendo el orador?

En realidad, el número de guerras victoriosas que hemos librado durante el último siglo –contesté, con un cálido sentimiento de orgullo británico– es demasiado elevado para que adivine, con alguna posibilidad de éxito, en cuál nos encontrábamos inmersos en ese momento. Sin embargo, nombraré la India como la más probable. El Motín(*) había sido sin duda prácticamente aplastado en el momento en que se pronunció ese discurso. ¡Qué alocución más hermosa, viril y patriótica debió de ser! –exclamé en un arranque de entusiasmo.

(*) El Motín de la India o Rebelión de la India de 1857 fue un levantamiento del ejército cipayo de la Compañía de las Indias Orientales inglesa, que desembocó en otras sublevaciones populares y en un intento de restauración de los regímenes mogol y maratha en el subcontinente. La revuelta fue completamente sofocada un año después, con una durísima represión.”

Nos pareció extraño, al principio –prosiguió, tras esperar educadamente mi respuesta unos momentos–, pero nuestro respeto por su nación era tan grande que, cuando nos hicimos a la idea, ¡lo aplicamos en todos los aspectos de la vida! Fue «el principio del fin» para nosotros. ¡Mi país nunca más volvió a levantar cabeza! –Y el pobre y anciano caballero emitió un hondo suspiro.

El siguiente paso (tras reducir a nuestro Gobierno a la impotencia y poner freno a toda nuestra legislación útil, lo cual no nos llevó excesivo tiempo) fue introducir lo que llamábamos «el glorioso principio británico de la dicotomía» en la agricultura. Convencimos a muchos de los terratenientes de que dividieran a sus trabajadores en 2 partidos y les asignaran posturas enfrentadas. Se los llamaba, al igual que a nuestros partidos políticos, «gobernantes» y «opositores»; el trabajo de los gobernantes era arar, sembrar, o cualquier otra cosa que se necesitara, tanto como pudieran en un día, y al llegar la noche se les pagaba de acuerdo a la cantidad realizada; el trabajo de los opositores era obstaculizar el de los primeros, y se les pagaba del mismo modo proporcional. Los terratenientes descubrieron que tenían que pagar únicamente la mitad de dinero que antes en salarios, y no advirtieron que la cantidad de trabajo realizada era de tan sólo una cuarta parte de la que se hacía previamente; de manera que, en un primer momento, acogieron la medida con gran entusiasmo.”

En un breve espacio de tiempo, las cosas se acomodaron a una rutina regular. No se realizaba ningún trabajo en absoluto. De manera que los gobernantes no obtenían dinero, y los opositores recibían la paga completa. Y los terratenientes nunca descubrieron, hasta que la mayoría de ellos estuvieron arruinados, que los granujas habían acordado esa situación, ¡y se repartían la paga entre ellos! Mientras aquello duró, ¡se producían visiones curiosas! No son pocas las veces que he visto a un labrador, con 2 caballos enganchados al arado, esforzándose al máximo por hacerlo avanzar, al tiempo que el labrador de la oposición, con 3 burros sujetos al extremo contrario, ¡se afanaba con todas sus fuerzas en hacerlo retroceder! ¡Y el arado no se movía ni un ápice en ninguna de las 2 direcciones!”

«Como el daño ya está hecho, quizá sea

usted tan amable de hacer las maletas,

pues 2 (su hija y su yerno) son compañía,

mas 3 no entran en dicha categoría.

Iniciaremos un programa de ahorro;

para obtener efectivo hallaré el medio.

¡Y no crea, suegra, que meterá el morro

en todo ello», bramó Tottles (e iba en serio).

La música pareció desvanecerse. Mein Herr estaba hablando de nuevo con su voz normal.

Dígame una cosa más –pidió–. ¿Estoy en lo cierto al pensar que en sus universidades, aunque un hombre permanezca en una tal vez 30 o 40 años, lo examinan, una vez y no más, al final de los primeros 3 o 4?

Así es, sin duda –admití.

Entonces, ¡prácticamente examinan a un hombre al comienzo de su carrera! –dijo para sí mismo el anciano, más que para mí–. ¿Y qué garantías tienen de que retiene el conocimiento por el cual lo han recompensado… por adelantado, podríamos decir?

Ninguna –reconocí, sintiéndome un poco desconcertado ante la deriva de sus comentarios–. ¿Cómo logran ustedes ese objetivo?

Examinándolo al final de sus 30 o 40 años, no al principio –respondió con tranquilidad–. De media, el conocimiento que se halla entonces es de 1/5 aproximadamente del que había inicialmente, produciéndose el olvido a un ritmo muy constante, y aquel que olvida menos, se lleva el mayor honor y la mayor recompensa.”

“…Cuando un hombre parece estar volviéndose ignorante, o estúpido, de un modo alarmante, algunas veces se niegan a seguir sirviéndole. ¡No tiene usted ni idea de con qué entusiasmo comienza a refrescar un hombre los conocimientos de ciencias o idiomas que había olvidado cuando su carnicero le ha cortado el suministro de ternera y carnero!

¿Y quiénes hacen de examinadores?

Los jóvenes que acaban de llegar, rebosantes de saber. Le resultaría curioso –prosiguió– ver a unos simples muchachos examinando a tales ancianos. Conocí a un hombre al que pusieron a examinar a su propio abuelo. Fue un poco doloroso para ambos, sin duda. El añoso caballero estaba calvo como una bola de billar…

¿Cuán calvo sería eso? –No tenía ni idea de por qué había hecho esa pregunta. Me dio la sensación de que se me estaba reblandeciendo el cerebro.”

Había una vez un datón… un datón muy pequeño… ¡un datón muy diminutísimo! ¡Jamás se vio datón tan enano!…”

¿Y nunca le pasó nada, Bruno? –pregunté yo–. ¿No tienes ninguna otra cosa que contarnos de él, aparte de que era tan diminuto?

Nunca le sucedió nada –repuso Bruno con solemnidad.

¿Y por qué? –planteó Silvia, la cual estaba sentada con la cabeza sobre el hombro de su hermano, esperando pacientemente una oportunidad para comenzar su propia historia.

Podque era demasiado diminuto –explicó Bruno.

¡Esa no es excusa! –dije–. Por minúsculo que fuese, le podría haber pasado alguna cosa.

Bruno me dirigió una mirada compasiva, como si considerase que yo era muy estúpido.

Era demasiado diminuto –repitió–. Si le pasara algo, moriría… ¡era de lo más diminutísimo!

¡Ya basta de hablar de su tamaño! –interpuso Silvia–. ¿Aún no has inventado nada más sobre él?

Todavía no.
—Pues, entonces, ¡no deberías empezar una historia hasta que sepas cómo seguir! Ahora calla, sé bueno y escucha la historia que he pensado yo.

Y Bruno, que había agotado ya prácticamente toda su inventiva, por haber empezado de manera demasiado precipitada, se resignó en silencio a prestar atención.

El viento susurraba entre los árboles –«¡Menudos modales!», interrumpió Bruno. «Eso da igual», le contestó Silvia– y había caído la noche… una hermosa noche con luna, y los búhos ululaban… —¡Haz como que no eran búhos! –rogó Bruno, acariciando la mejilla de su hermana con su manita regordeta–. No me gustan los búhos. Tienen unos ojos muy gdandísimos. ¡Haz como que eran pollos!

¿Te asustan sus enormes ojos, Bruno? –pregunté.

A mí no me asusta nada –contestó Bruno en el tono más despreocupado que pudo poner–; son feos con esos ojazos. Cdeo que si lloraran, las lágdimas serían tan gdandes… ¡como la luna! –Se echó a reír de manera alegre–. ¿Alguna vez lloran los búhos, hombde señod?

Ninguna vez lloran –respondí en actitud seria, tratando de emular la forma de hablar de Bruno–; no tienen nada de qué lamentarse, ¿sabes?

¡Oh, eso no es veddad! –exclamó Bruno–. ¡Les da muchósima pena cuando matan a los pobdes datones!
—Pero me figuro que no será así si tienen hambre.

¡Usted no sabe nada de búhos! –apuntó Bruno desdeñoso–. Cuando tienen hambde, les da mucha, mucha pena habed matado a los datoncitos, podque si no lo habiesen hecho tenerían algo para cenad, ¿sabe usted?

¡No hablaba de gazapo de equivocación, tonta! –respondió Bruno con un alegre brillo en los ojos–. ¡Gazapos de los que coren pod el campo!

¡No digas que «picó»! –suplicó Bruno–. Sólo las cosas pequeñas pican… cositas finas y codtantes, con filo…

Háblanos pod favod del picnic de Bduno, ¡y no de leones moddisqueantes”

No se pueden consedvad pdomesas si no hay sal, podque se echan a pedded. Y consedvaba su cumpleaños en el segundo estante.”

¿Cuánto tiempo lo tuvo? –pregunté yo–. Nunca puedo conservar el mío más de veinticuatro horas.

¡Pero si un cumpleaños ya dura eso pod sí solo! –exclamó Bruno–. ¡Usted no sabe consedvadlos! ¡Este niño tuvo el suyo un año entero!

Ser bueno ya es una especie de regalo, ¿no crees? –declaré.

¡Una especie de degalo! –repitió Bruno–. ¡A mí me parece una especie de castigo!

¡Oh, Bruno! –terció Silvia, casi con tristeza–. ¿Cómo puedes decir eso?

Acto seguido, se sentó muy derecho y puso una cara ridículamente solemne–. Pdimero uno debe sentadse más tieso que velas…

«¿Pod qué no te has cepillado el pelo? ¡Ve a cepilládtelo ahora mismo!». Luego: «¡Oh, Bduno, no debes doblad las hojas de las madgaritas!». ¿Apdendió usted a deletdead con madgaritas, hombde señod?”

los niños que se aprenden sus lecciones a la perfección, siempre conservan sus cumpleaños, ¿sabe? De modo que, como no podía ser de otro modo, ¡ese niño mantuvo el suyo!”

Puedes llamadlo Bduno, si quieres –comentó el pequeñín con aire indiferente–. No era yo, pero hace más interesante la historia.

Y la vaca dijo: «¡Muuu! ¿Qué vas a hacer con toda esa leche?». A lo que Bruno contestó: «Por favor, señora, la quiero para mi picnic». La vaca contestó a su vez: «¡Muuu! ¡Pero espero que no la vayas a hervir!». Y Bruno dijo: «¡Claro que no! ¡La leche recién ordeñada está tan buena y calentita que no hace falta hervirla!»

No era un glotón, sabe usted, pod celebdad el picnic totalmente solo –quiso aclarar Bruno, tocándome el moflete para llamar mi atención–. Lo que pasa es que no tenía hedmanos ni hedmanas.

¡Pero Bduno no estaba asustado! –aclaró el propietario del nombre–. ¡Así que siguió siendo negdo!

¡No, qué va! ¡Siguió siendo rosa! –rio Silvia–. Si fueras negro, no te daría besos como este, ¿sabes?

«… si se acercaba un niño regordete y jugoso, ¡solía abalanzarme sobre él y zampármelo! ¡Oh, no tenéis ni idea de lo delicioso que resulta… un niño suculento!»

«¡Oh, hubo un desayuno nupcial de lo más encantador! En un extremo de la mesa había un pudin de pasas. ¡Y en el otro un hermoso cordero asado! ¡Oh, no os imagináis lo delicioso que resulta… un buen cordero asado!» El cordero dijo entonces: «¡Oh, señor, le ruego que no hable sobre comerse corderos! ¡Hace que me entren escalofríos!». A lo que el león contestó: «Oh, bueno, ¡no hablaremos de eso, pues!».

Lo que dijo el león: «Ahora, corderito tonto, vete a casa con tu madre y nunca vuelvas a hacer caso a viejos zorros. Y sé muy bueno y obediente».

»Lo que el león le dijo a Bruno: «Ahora, Bruno, lleváte esos zorritos a casa contigo y enséñalos a ser buenos y obedientes. ¡No como ese viejo malvado sin cabeza!»«Sin ninguna cabeza», remachó Bruno.

»Lo que Bruno le dijo a los pequeños zorros: «A ver, zorritos, vais a recibir vuestra primera lección de buen comportamiento. Voy a meteros en la cesta, junto con las manzanas y el pan, y no debéis comeros ni las unas ni lo otro, ni nada de nada, hasta que lleguemos a mi casa, y entonces os daré de cenar».

»Lo que los zorritos le dijeron a Bruno: nada.

«Zorrito mayor, ¿te has comido tú las manzanas?». Y el zorrito mayor respondió: «¡No, no, no!». –Resulta imposible describir el tono con el que Silvia repitió este veloz y conciso «¡no, no, no!». Alcanzo como mucho a decir que fue como si un patito excitado hubiese tratado de emitir las palabras: demasiado rápido para ser un graznido de pato y, sin embargo, demasiado áspero para tratarse de ninguna otra cosa–. Bruno dijo entonces: «Zorrito mediano, ¿te has comido tú las manzanas?». Y el zorrito mediano contestó: «¡No, no, no!». Luego Bruno dijo: «Zorrito menor, ¿te has comido tú las manzanas?». Y el zorrito menor intentó articular: «¡No, no, no!», pero tenía la boca tan llena que le fue imposible, y sólo pudo decir: «¡Uac, uac, uac!»;

“–«¿Qué significa ‘hete aquí’?», preguntó Bruno. «¡Silencio!», contestó Silvia–.”

«Zorrito mayor –continuó Silvia, abandonando la forma narrativa en su entusiasmo–, tú has sido tan bueno que apenas puedo creer que me hayas desobedecido, pero me estoy temiendo que te has comido a tu hermana pequeña.» Y el zorrito mayor dijo: «¡Uauac, uauac!», y entonces algo hizo que se atragantara. Bruno miró dentro de su boca, ¡y estaba llena! –Silvia paró de hablar para tomar aliento; Bruno se tumbó entre las margaritas y me lanzó una mirada de triunfo. «¿No es fabuloso, hombde señod?», dijo. Yo me esforcé por adoptar un tono crítico: «Es fabuloso», contesté, «¡aunque aterrador!». «Puede sentadse un poquitín más cedca de mí, si lo desea», ofreció Bruno.

Así, Bruno dijo: «Zorrito mayor, ¿te has comido a ti mismo, granuja?». Y este dijo: «¡Uauac!». Y Bruno vio entonces que lo único que quedaba en la cesta era ¡la boca del zorrito! Así que la cogió, la abrió y ¡sacudió y sacudió! Y, por fin, ¡consiguió sacar al zorrito de su propia boca! Y luego dijo: «¡Abre otra vez la boca, pequeño malvado!». ¡Y sacudió y sacudió, hasta que logró sacar al zorrito mediano! Y a continuación ordenó a este último: «¡Ahora abre tú la boca!». ¡Y sacudió y sacudió, hasta que logró sacar al zorrito menor, junto con todas las manzanas, y todo el pan!

Y aprendieron sus lecciones del derecho y del revés, y cabeza abajo. Y Bruno por fin hizo sonar otra vez la gran campanilla. «¡Tin, tin, tin! ¡A cenar, a cenar, a cenar!» Y cuando los zorritos bajaron… –«¿Llevaban delantales limpios?», interrogó Bruno. «¡Por supuesto!», respondió Silvia. «¿Y cucharas?» «¡Sabes que sí!» «No estaba seguro», dijo Bruno– ¡lo hicieron más lentos que un caracol! Y dijeron: «¡Oh! ¡No habrá cena! ¡Sólo el gran vergajo!». Pero cuando entraron en la habitación, ¡vieron una cena magnífica! –«¿Con bollos?», preguntó Bruno a gritos y dando palmas–. Con bollos y bizcocho y… –«¿… y mermelada?», sugirió Bruno–. Sí, mermelada… y sopa… y… –«¡… y confites!», intervino Bruno nuevamente, y Silvia pareció satisfecha.”

“…y jamás volvieron a comerse unos a otros… ¡ni a sí mismos!”

Y, en el silencio subsiguiente, la última estrofa de la canción de Tottles resonó por la habitación.

Ved qué tranquila reside la pareja

en su nuevo nidito de las afueras.

La mujer, entre lágrimas, resignada,

acepta llevar una vida más llana.

Pero de rodillas pide una merced:

«¡Tesorito, no te enfades, te lo ruego:

puede que mamá venga por 2 o 3…».

«¡Ni pensarlo!», aulló Tottles (e iba en serio).”

¡Pues claro! –profirió en voz alta lady Muriel–. ¡Bruno! ¿Dónde estás, bonito?

Pero no contestó ningún Bruno; aparentemente, los 2 niños habían desaparecido de forma tan súbita, y misteriosa, como la canción.

Quedaban únicamente unos 8 o 9 –a los que el conde les estaba explicando, por vigésima vez, cómo había estado mirando a los niños durante la última estrofa de la canción; cómo había echado entonces una ojeada por la habitación, para ver qué efecto había tenido «la gran nota de pecho» sobre su audiencia, y cómo, al mirar otra vez, ambos habían desaparecido– cuando empezaron a oírse exclamaciones de consternación por todas partes, momento en que el conde finalizó bruscamente su relato para unirse al clamor.”

Los invitados que aún quedaban allí dieron la impresión de estar más que contentos de irse, dejándonos solos al conde y a nosotros 4.”

¿Quién son, entonces, estos adorables niños, le ruego me diga? –preguntó–. ¿Por qué vienen, por qué van, en este modo tan poco ordinario?

El conde pareció disponerse a hacer más preguntas, pero se contuvo.

La hora se vuelve tarde –señaló–. Le deseo una muy buena noche, milady. Me traslado a mi cama, para soñar… ¡si es que, en realidad, no soy soñando ya! –Dicho lo cual, abandonó presto la habitación.

¡No se vaya todavía, no se vaya! –rogó el earl cuando me preparaba para seguir al conde–. ¡Usted no es un invitado!, ¿sabe? ¡Los amigos de Arthur están aquí en su casa!”

La majestad del pensamiento reemplaza el trabajo manual. El intenso esfuerzo intelectual de un hombre, más los golpecitos a un puro, equivalen a las ideas banales, añadiendo la labor de bordado más elaborada, de una mujer. ¿Esa es tu opinión, no es cierto, sólo que mejor expresada?”

Descanso del cuerpo y actividad de la mente –interpuse–. Hay algún escritor que dice que ese es el summum de la felicidad humana.

Não seria ao revés?

resulta imposible imaginar cualquier forma de vida, o raza de seres inteligentes, en la que la verdad matemática perdiese su razón de ser.”

Suponga que descubre un remedio para alguna enfermedad que hasta la fecha se creía incurable. Bien, es algo delicioso en el momento, sin duda; tremendamente interesante; tal vez le reporte fama y fortuna. Pero ¿luego qué? Centre su mirada en el futuro, unos pocos años después, en una vida en la que no existen las enfermedades. ¿De qué vale, entonces, su descubrimiento? Milton hace prometer demasiado a Jove.

El caso de la ciencia militar resulta aún más evidente –señaló el earl–. Sin pecado, la guerra sería sin duda imposible. Aun así, cualquier mente que haya tenido en esta vida algún interés profundo, no pecaminoso en sí, encontrará por sí sola con seguridad alguna línea de trabajo posterior que le agrade. Puede que Wellington no tuviera más batallas que librar y, con todo,

No dudamos que, para alguien tan leal,

otras tareas más nobles debe haber

que la batalla que libró en Waterloo,

¡y la victoria siempre suya ha de ser!(*)

(*) Tennyson, Ode on the death of the Duke of Wellington

Tomad el caso de la matemática pura, por ejemplo: una ciencia independiente de nuestro presente entorno. Yo mismo la he estudiado un poco. Considerad el tema de las circunferencias y elipses: lo que llamamos las «curvas de segundo grado». En una vida futura, que un hombre descubriera absolutamente todas sus propiedades sería únicamente cuestión de unos años (o de cientos de años,…) (…) podría pasar a las curvas de tercer grado. Pongamos que con ellas tardara 10 veces más (como veis, disponemos de tiempo ilimitado). Me resulta difícil imaginar que su interés en la materia durara siquiera tanto, y, aunque no existe límite al grado de las curvas que podría estudiar, ciertamente el tiempo necesario para agotar toda la novedad y el interés del tema sería completamente finito, ¿no? E igual con todas las demás ramas de la ciencia.”

«¿Y ahora qué? Con nada más por aprender, puede uno descansar satisfecho de conocimientos, con toda la eternidad aún por delante?» (…) A veces he pensado que uno podría, en esa situación, decir: «Es mejor no ser», y rezar por la aniquilación personal: el nirvana de los budistas.”

Pero con el paso de los eones, todas las razones creadas alcanzarían finalmente y sin duda alguna el mismo nivel límite de saciedad. Y, llegados a ese punto, ¿qué ilusión queda?”

GISNO 16/17: “Me he imaginado a un niño pequeño, que juega con juguetes en el suelo de su cuarto, y que es capaz, no obstante, de razonar y de pensar sobre cómo será su vida 30 años más tarde. [2035 é logo ali] ¿No podría ocurrir que se dijera a sí mismo: «Para entonces me habré cansado ya de juegos de cubos y bolos. ¡Qué aburrida será la vida!»? Sin embargo, si avanzamos esos 30 años, descubrimos que es un gran estadista, lleno de intereses y que experimenta placeres mucho más intensos de lo que su vida como bebé podía ofrecerle; placeres totalmente inconcebibles para su mente infantil y que ningún lenguaje acorde sería capaz de describir en absoluto.”

La música del Cielo puede ser algo que esté más allá del poder de nuestra imaginación. ¡Pero aun así, la música terrenal es hermosa! Muriel, hija mía, ¡cántanos algo antes de que nos vayamos a la cama!”

¡Y nuestra breve vida aquí –dijo el earl a continuación– es, respecto a esa hora grandiosa, como un día de verano para un niño! El cansancio se va apoderando de uno a medida que la noche avanza –añadió, con un deje de tristeza en su voz– ¡y empieza a desear irse a la cama! Y escuchar esas gratas palabras: «¡Vamos, pequeño, es hora de dormir!».

¡Oh, Bruno! –exclamó Silvia–. ¿Es que no sabes que los búhos acaban de despertarse? Pero las ranas se fueron a la cama hace un siglo.

Entonces comprendí cómo uno en ocasiones, al cruzar un bosque una tarde en calma, ve una hoja de helecho que se mece sin parar, totalmente por sí sola. ¿Te ha pasado a ti alguna vez? La próxima, trata de ver al hada que duerme sobre ella, si puedes, pero hagas lo que hagas, no cojas la hoja; ¡deja dormir a la criaturita!”

¡Ya puede usted dar las buenas noches! –rio lady Muriel, levantándose y cerrando la tapa del piano mientras hablaba–. ¡Cuando no ha parado de cabecear todo el tiempo que he estado cantando para usted! A ver, ¿de qué trataba la canción? –demandó imperiosamente.

Lady Muriel abrió la marcha hasta el salón de fumar, donde, ignorando todas las costumbres de la sociedad e instintos caballerosos, los 3 Señores de la Creación nos acomodamos en unas mecedoras bajas y dejamos que la única dama presente se moviera grácilmente entre nosotros para satisfacer nuestras necesidades en forma de refrescos, cigarrillos y lumbre. No es cierto: fue uno de los 3, únicamente, el que tuvo la caballerosidad de ir más allá del habitual «gracias» y de citar la exquisita descripción del poeta de cómo Geraint se sintió conmovido, al ser servido por Enid(*)

(*) De Idylls of the king, de Tennyson”

¡Qué delgadas parecen ser las barreras que separan a un cristiano de otro cuando uno ha de enfrentarse con los grandes acontecimientos de la vida y la realidad de la muerte!”

(*) “El wesleyanismo es una rama del protestantismo cristiano que se fundamenta en las creencias y obras teológicas de los hermanos y reformistas evangélicos del s. XVIII John y Charles Wesley.”

«¿Pero hay un médico allí?», escuchamos decir a Arthur, y una voz profunda, que no habíamos oído hasta entonces, contestó: «Muerto, señor. Falleció hace 3 horas».

Lady Muriel se estremeció y ocultó el rostro entre las manos, pero en ese momento cerraron con cuidado la puerta principal, y no oímos nada más.”

Muriel… amor mío… –Dejó de hablar y los labios le temblaron, pero enseguida continuó con más seguridad.

»Muriel… cariño… me… requieren… en la ensenada.

¿Es imprescindible que vayas? –suplicó ella; acto seguido se levantó de su asiento y apoyó las manos en los hombros de su prometido, con sus grandes ojos cuajados de lágrimas fijos en el rostro de él–. ¿Es imprescindible, Arthur? Quizá suponga… ¡la muerte!

Él la miró a los ojos sin acobardarse.

Supone la muerte –dijo, en un ronco susurro–, pero… cariño… me llaman. Y ni siquiera mi vida misma… –Le falló la voz, y no añadió más.

Durante un instante ella permaneció totalmente en silencio, con los ojos alzados en una mirada de impotencia, como si incluso las oraciones fueran ahora inútiles, al tiempo que sus facciones se agitaban y estremecían con la gran agonía que estaba soportando. Entonces pareció llegarle una súbita inspiración que iluminó su semblante con una dulce y extraña sonrisa.

¿Tu vida? –repitió ella–. ¡No puedes darla, pues no te pertenece!

Arthur se había recuperado para entonces, y pudo responder con absoluta firmeza:

Eso es cierto –dijo–. Ya no me pertenece a mí, sino a ti, mi… ¡futura esposa! Y tú me… ¿me prohíbes que vaya? ¿No me dejarás marchar, querida mía?

Sin soltar las manos, lady Muriel apoyó suavemente su cabeza sobre el pecho de él. Nunca antes había hecho tal cosa en mi presencia, por lo que me di cuenta entonces de lo profundamente emocionada que debía de estar.

Sí te dejaré –afirmó, en voz baja y tranquila–, con Dios.

Y con los pobres de Dios –susurró él.

Y con los pobres de Dios –agregó ella–. ¿Cuándo ha de ser, amor mío?

Mañana por la mañana –respondió él–. Y tengo mucho que hacer hasta entonces.

A las 8 de la mañana estábamos de vuelta en el Hall, y encontramos a lady Muriel, al earl y al viejo párroco esperándonos. Fue una procesión extrañamente triste y silenciosa la que llegó hasta la pequeña iglesia, y regresó de allí; y no pude evitar sentir que aquello se parecía mucho más a un funeral que a una boda; y eso era, de hecho, para lady Muriel: un funeral en vez de una boda; tal era el peso del presentimiento (como más tarde nos dijo) que albergaba de que su flamante marido se dirigía a su muerte.”

Llevo todo lo que voy a necesitar como médico, ciertamente. Y mis propias necesidades personales son pocas: ni siquiera llevaré nada de mi guardarropa; hay un traje de pescador, de confección, esperándome en mi alojamiento. Iré únicamente con mi reloj, unos cuantos libros y… espera: hay un libro que me gustaría incluir, un Nuevo Testamento de bolsillo, para usarlo junto a los lechos de los enfermos y los moribundos…

¡Llévate el mío! –pidió lady Muriel, que salió corriendo escaleras arriba para cogerlo–. No tiene nada escrito salvo «Muriel» –dijo al regresar con él–. ¿Quieres que ponga…?

¿Acaso no eres tú mía? ¿Acaso –dijo recuperando su característica actitud pícara–, como diría Bruno, no me «pedteneces»?”

«¿Estamos destinados, nosotros 4, a volver a encontrarnos alguna vez a este lado de la tumba?», me pregunté, mientras regresaba a casa. Y el repicar de una campana distante pareció responderme: «¡No! ¡No! ¡No!».”

Nuestros lectores habrán seguido con doloroso interés las crónicas que hemos venido publicando cada cierto tiempo sobre la terrible epidemia que, en los últimos dos meses, se ha llevado a la mayoría de los habitantes de la aldea de pescadores colindante con el pueblo de Elveston. Los últimos supervivientes, que ascienden únicamente a 23 personas, de una población que, hace apenas 3 meses, superaba las 120, fueron desalojados el pasado miércoles, bajo la autoridad de la Junta Local, e instalados de manera segura en el Hospital del Condado: de modo que el lugar es ahora una auténtica «ciudad de los muertos», sin una sola voz humana que rompa su silencio.

El grupo de rescate consistió en 6 recios hombres, pescadores de los contornos, dirigidos por el médico residente del hospital, el cual acudió con dicho propósito, encabezando un convoy de ambulancias. Los 6 hombres habían sido seleccionados –de entre un número mucho mayor que se había ofrecido para esta «misión desesperada»– por su fuerza y robusta salud, pues la expedición se consideraba, incluso ahora, cuando la enfermedad ha pasado su pico de virulencia, no desprovista de peligro.”

Nueve hombres, 6 mujeres y 8 niños componían los 23 pacientes. No ha sido posible identificarlos a todos, ya que algunos de los niños –sin familiares supervivientes– son bebés, y 2 hombres y una mujer no han sido capaces hasta el momento de ofrecer contestaciones racionales, al estar sus capacidades cerebrales completamente en suspenso.”

Aparte de los pobres pescadores y sus familias, había sólo 5 personas a tener en cuenta, y se determinó, más allá de cualquier duda, que todas ellas figuraban entre los fallecidos. Es un triste placer hacer constar aquí los nombres de estos auténticos mártires que, sin duda, ¡merecen como el que más figurar en la gloriosa lista de los héroes de Inglaterra! Son los siguientes:

El Rvdo. James Burgess, magíster en Humanidades, y su mujer Emma. Era el párroco de la ensenada, cuya edad no alcanzaba los 30 años, y con únicamente 2 de matrimonio. En su casa se encontró un documento en el que constaban las fechas de sus muertes.

Junto a los suyos situaremos el honorable nombre del Dr. Arthur Forester, el cual, a la muerte del médico local, afrontó noblemente el inminente peligro de muerte, en vez de dejar a esa pobre gente abandonada en su hora de máxima necesidad. No se halló ningún registro de su nombre, ni de la fecha de su defunción, pero el cadáver fue fácilmente identificado, pese a ir vestido con un traje corriente de pescador (el cual se había procurado a su llegada a la aldea, según se sabe), por una copia del Nuevo Testamento, regalo de su esposa, que fue hallada sobre su pecho, cerca del corazón, y bajo sus manos cruzadas. No se consideró prudente retirar el cuerpo para su traslado a otro lugar de entierro, y, de acuerdo a ello, fue inhumado sin demora in situ, junto con otros 4 encontrados en distintas casas, con toda la debida reverencia. Su esposa, cuyo nombre de soltera era lady Muriel Orme, contrajo matrimonio con él la misma mañana en la que emprendió su misión de sacrificio.”

Desde su ingreso en el hospital, 2 de los hombres y 1 de los niños han muerto. Se albergan esperanzas para todos los demás, aunque hay 2 o 3 casos en que las fuerzas vitales parecen encontrarse tan completamente agotadas que una recuperación final está en contra de todo pronóstico.”

Me entristecía regresar al lugar y sentir que nunca jamás volvería a ver la jovial sonrisa de bienvenida que había aguardado mi llegada hacía tan pocos meses. «Y, con todo, si lo encontrase aquí –susurré, mientras seguía con ensimismamiento al mozo que llevaba mi equipaje en una carretilla–, y si ‘de pronto estrechara mi mano y preguntase mil cosas sobre mi hogar’, ello no… ‘ello no me resultaría extraño’(*)

(*) Versos extraídos del poema In memoriam de Tennyson, compuesto justamente en recuerdo de un amigo fallecido.”

mis viejos y queridos amigos –pues así los consideraba, realmente, aunque casi no hacía ni medio año desde que los había conocido–: el earl y su hija enviudada.”

Ella se retiró el velo de la cara al ver que me aproximaba y avanzó a mi encuentro con una sonrisa tranquila y una serenidad mucho mayor de la que habría podido esperar.

¡Verle por aquí otra vez es casi como volver a los viejos tiempos! –dijo, en tono de verdadero agrado–. ¿Se ha pasado ya a ver a mi padre?”

Sentémonos un rato y charlemos tranquilamente –sugirió ella. La calma, rayante en la indiferencia, con que se comportaba me sorprendió un poco. Apenas podía sospechar yo la férrea contención que se estaba imponiendo a sí misma.

¿Recibió mi carta?

Sí, pero fui posponiendo mi respuesta. Resulta tan difícil decir… por carta…

Las compuertas habían cedido finalmente, y la ola de dolor fue la más terrible que jamás hube presenciado hasta el momento. Haciendo caso totalmente omiso de mi presencia, se arrojó sobre la hierba, enterrando el rostro en ella, y aferrándose con las manos a la pequeña cruz de mármol–. ¡Oh, precioso, precioso mío! –sollozó–. ¡Dios te tenía reservada una vida tan hermosa!

Me sobresaltó oír, de tal forma repetidas por lady Muriel, las mismas palabras de la adorable niña a la que había visto lamentarse con tanta amargura por la liebre muerta. ¿Se había transferido algún misterioso influjo del espíritu de aquella dulce hada, antes de su regreso a Hadalandia, al espíritu de la mujer que tanto cariño le tenía? La idea parecía demasiado descabellada para creerla.”

El anciano se levantó de la silla, con una sonrisa, para darme la bienvenida, pero su autodominio era muy inferior al de su hija, y las lágrimas le surcaron el rostro cuando cogió mis manos entre las suyas, y las estrechó cálidamente.”

¡Sé que usted toma el té de las 5 –me dijo, con la encantadora actitud vivaracha que tan bien recordaba–, incluso aunque le sea imposible imponer su traviesa voluntad a la ley de la gravedad, y hacer que las tazas desciendan por el espacio infinito un poco más rápido que el té!

Este comentario marcó el tono de nuestra conversación. Por tácito consenso, evitamos, durante aquel primer encuentro de los 2 tras su inmensa desgracia, los dolorosos temas que llenaban nuestros pensamientos, y charlamos como niños alegres que jamás hubieran conocido preocupaciones.

…y mi padre intentó darle explicación por medio de un chiste espantoso relacionado con la expresión ad «naóseam». Pues bien, el perro soltó la pieza ósea, no porque le hubiera disgustado el juego de palabras, lo cual habría probado que era un perro con gusto, sino simplemente para descansar las mandíbulas, ¡pobrecillo! ¡Me dio tanta pena! ¿No quiere unirse a mi asociación benéfica para la dotación de bolsillos a los perros? ¿Qué le parecería a usted tener que llevar su bastón en la boca?

Estoy totalmente de acuerdo –dijo lady Muriel–, pero ¿no condenan los autores ortodoxos esa opinión, porque sitúa al hombre al mismo nivel de los animales inferiores? ¿No marcan ellos una clara frontera entre la razón y el instinto?

Esa era, ciertamente, la visión ortodoxa, hace una generación –explicó el earl–. La veracidad de la religión parecía sustentarse por completo en la afirmación de que el hombre era el único animal racional. Pero ya no es así. El hombre aún puede afirmar su derecho a ciertos monopolios, tales, por ejemplo, como el uso de un lenguaje que nos permite aprovechar el trabajo de muchos mediante la «división del trabajo». Pero la creencia de que disponemos del monopolio de la razón hace tiempo que fue desterrada. Y ello no se vio seguido, aun así, de ninguna catástrofe. Como dice un viejo poeta: «Dios sigue en su sitio».

Não tivesse pressa, sr. Carroll! Onde há divisão do trabalho e “razão” há crise e catástrofe!

(*) “Joseph Butler (1692-1752) fue un filósofo y teólogo inglés, obispo primero de Bristol y luego de Durham, autor de diversas obras de gran influencia en pensadores posteriores. En una de las más importantes, The analogy of religion, natural and revealed («Analogía de la religión, natural y revelada»), expone su visión de que no existen pruebas que demuestren que la «fuerza vital» de los animales desaparece a su muerte. [N. del T.]”

A veces he pensado que lo único que podría llegar alguna vez a hacer que dejara de creer en un Dios perfectamente justo es el sufrimiento de los caballos…”

Los sufrimientos de los caballos –planteé– están causados principalmente por la crueldad del hombre. De modo que es tan sólo uno de los muchos casos en los que el pecado hace sufrir a otros que no son el propio pecador. ¿Pero no encuentra mayores dificultades cuando el sufrimiento lo inflige un animal sobre otro? Pongamos, el de un gato que juega con un ratón. Suponiendo que no tuviese responsabilidad moral, ¿no es un misterio más oscuro que el de un hombre que fuerza a un caballo más allá del límite?

Mencionó usted la «división del trabajo», hace un momento –dije–. Sin duda, es algo que alcanza una maravillosa perfección en una colmena de abejas, ¿no cree?

Tan maravillosa, tan completamente sobrehumana –contestó el earl– y tan enteramente inconsistente con la inteligencia que muestran en otras cuestiones, que no me cabe ninguna duda de que es puro instinto, y no, como algunos sostienen, una razón de un nivel muy elevado. ¡Fíjese en la absoluta estupidez de una abeja cuando trata de pasar por una ventana abierta! No «intenta» pasar, en ningún sentido razonable de la palabra: ¡simplemente se va chocando aquí y allá hasta dar con la salida! De un cachorrito que se comportase así, diríamos que es imbécil. Y, sin embargo, ¡se nos pide que creamos que su nivel intelectual excede el de sir Isaac Newton!

¡Trampa, trampa! –prorrumpió lady Muriel, en un tono triunfante de lo menos filial–. ¡Pero si tú mismo acabas de decir: «la mente de la abeja»!

Pero no he dicho «mentes», hija mía –repuso el earl con suavidad–. Se me ha ocurrido, como solución más probable al «misterio de la abeja», que un enjambre posee una sola mente común. Estamos acostumbrados a ver una sola mente que anima un conjunto sumamente complejo de miembros y órganos, cuando estos se hallan unidos. ¿Cómo sabemos que es imprescindible una conexión material? ¿No podría bastar la mera proximidad? De ser así, ¡un enjambre de abejas no es más que un único animal cuyos muchos miembros no están ligados!

Es una idea sorprendente –admití– que requiere una noche de descanso para su correcto entendimiento. Tanto la razón como el instinto me dicen que debería marcharme a casa. ¡Buenas noches, pues!

Abandonamos el camino para internarnos bajo el sombrío dosel de la enramada, la cual formaba una estructura de una simetría casi perfecta, agrupada en encantadoras bóvedas de arista, o que se prolongaba, hasta donde alcanzaba la visión, en interminables naves centrales y laterales, coros y presbiterios, como si se tratara de una catedral fantasmal, erigida en sueños por un poeta trastornado.” Um matemático bêbado ou poeta (o que dá no mesmo) é mesmo coisa de outro mundo…

Siempre, en este bosque –comenzó a decir lady Muriel tras un breve silencio (silencio que resultaba natural en aquella solitaria penumbra)–, ¡me da por pensar en las hadas! ¿Puedo hacerle una pregunta? –agregó de manera titubeante–. ¿Cree usted en las hadas?

El momentáneo impulso que sentí de hablarle de mis experiencias en aquel mismo bosque fue tan fuerte que tuve que hacer un verdadero esfuerzo por contener las palabras que acudían en tropel a mis labios.

Si por «creer» se está refiriendo a «creer en su posible existencia», le digo que sí. Ya que en lo que respecta a su existencia real, naturalmente, se necesitarían pruebas.

Decía usted, el otro día –continuó ella–, que aceptaría cualquier cosa, para la que hubiera indicios suficientes, que no fuese a priori imposible. Y me parece que mencionó los fantasmas como ejemplo de un fenómeno probable. ¿Serían las hadas otro caso?

Así lo creo. –Me costó reprimir nuevamente el deseo de añadir más, pero aún no estaba seguro de que mi interlocutora fuese a aceptar mi confesión.

¿Y tiene usted alguna teoría sobre qué tipo de lugar ocuparían en la Creación? ¡Dígame qué piensa acerca de ellas! ¿Tendrían, por ejemplo, suponiendo que tales seres existieran, responsabilidad moral de alguna clase? Quiero decir –su tono jocoso y despreocupado cambió de súbito a uno profundamente serio–, ¿serían capaces de pecar?

Pueden razonar, quizás a un nivel inferior al de los hombres y las mujeres; nunca por encima, pienso yo, de las facultades de un niño; y, con absoluta seguridad, poseen sentido de la moral. Sería absurdo que existiera un ser así sin libre albedrío. De manera que ello me induce a concluir que tienen la capacidad de pecar.

¿Cree, pues, en las hadas? –exclamó encantada, haciendo un repentino ademán, como si fuese a batir palmas–. Entonces, dígame, ¿qué razones tiene para ello?

Yo me resistía todavía a llevar a cabo la revelación que, estaba convencido, se acercaba.

Creo que hay vida en todas partes, no únicamente material, no sólo aquella palpable a nuestros sentidos, sino también inmaterial e invisible. Creemos en nuestra propia esencia inmaterial, llámela «alma», o «espíritu», o como prefiera. ¿Por qué no iban a existir otras esencias similares a nuestro alrededor, no ligadas a un cuerpo visible y material? ¿No creó Dios este enjambre de alegres abejas para que danzaran bajo este sol durante una hora de gozo, sin otro objeto, que podamos concebir, que el de aumentar la felicidad general que sentimos?

A burrice de todo metafísico é sempre esta palavra: fim.

Lady Muriel no hizo más preguntas. Continuó andando en silencio a mi lado, con la cabeza baja y las manos fuertemente entrelazadas. Se limitó, en tanto progresaba mi relato, a realizar alguna que otra inspiración brusca y superficial, como una niña que jadeara de gozo. Y le dije que nunca antes le había revelado a nadie ni en susurros mi doble vida, y mucho menos (pues la mía podría haber pasado por una ensoñación diurna) la doble vida de esos 2 adorables niños.

Y cuando le hablé de las locas travesuras de Bruno, se echó a reír de manera alegre; y cuando le hablé de la dulzura de Silvia, de su generosidad absoluta y su amor sin reservas, inspiró hondo, como alguien que recibe al fin unas preciosas noticias por las que el corazón ha suspirado largo tiempo; y por sus mejillas resbalaron lágrimas de felicidad, que se perseguían unas a otras.” O estágio da filha, princesa fada, pelo mundo humano terminou, teria dito seu pai e rei.

He sentido muchas veces el intenso deseo de encontrarme con un ángel –susurró, en voz tan baja que apenas alcanzaba a oírla–. ¡Me alegro tanto de haber conocido a Silvia! Quedé prendada de esa niña desde el primer momento en que la vi… ¡Escuche! –se interrumpió bruscamente–. ¡Es Silvia cantando! ¡Estoy segura! ¿No reconoce su voz?

He oído cantar a Bruno, más de una vez –dije–, pero nunca a Silvia.

Yo sólo la he oído en una ocasión –repuso lady Muriel–. Fue el día que usted nos trajo aquellas misteriosas flores. Los niños habían salido corriendo al jardín, y yo vi a Eric venir en esa dirección, y me acerqué a la ventana para saludarlo; Silvia estaba cantando, bajo los árboles, una canción que jamás había oído. La letra era algo así: «Creo que es amor, siento que es amor». Su voz sonaba muy lejana, como en un sueño, pero era tan hermosa que no podía expresarse con palabras… tan dulce como la primera sonrisa de un bebé, o el primer destello de los blancos acantilados de Dover cuando uno regresa al hogar tras años llenos de tedio… una voz que parecía inundarlo a uno de paz y pensamientos divinos… ¡Escuche! –exclamó, interrumpiéndose otra vez por la emoción–. ¡Esa es su voz, y se trata de la misma canción!

Nos quedamos totalmente callados, y un instante después los 2 niños aparecieron, dirigiéndose directamente hacia nosotros a través de un paso con forma de arco entre los árboles. Cada uno rodeaba al otro con un brazo, y el sol poniente dibujaba un halo dorado en torno a sus cabezas, como los que uno ve en las imágenes de los santos. Estaban mirando en nuestra dirección, pero era evidente que no nos veían, y no tardé en percatarme de que lady Muriel había entrado por una vez en un estado bien conocido por mí, y en el que ahora los 2 nos encontrábamos, el de «inquietud»; y de que, aunque nosotros pudiésemos ver perfectamente a los niños, éramos totalmente invisibles para ellos.”

Dime: ¿cuál es el hechizo, cuando sus polluelos pían,

que incita al ave a volver a su nido?

¿O despierta a la cansada madre, cuyo bebé se desgañita,

para acunarlo hasta que se ha dormido?

¿Qué magia actúa sobre el infante, radiante de alegría,

que lo mueve a emitir gorgoritos?

Acto seguido tuvo lugar la más extraña de todas las experiencias extrañas que marcaron el maravilloso año cuya historia estoy escribiendo: la experiencia de oír cantar a Silvia por primera vez. Su parte era muy breve –apenas unas pocas palabras–, la cual entonó de una forma tímida, y realmente bajísima, casi inaudible, pero la dulzura de su voz resultaba simplemente indescriptible; nunca había oído sobre la faz de la tierra una música como aquella.”

Es un secreto; nadie sabe cómo vino, ni cómo marchó:

¡pero el nombre del secreto es amor!”

¡Qué bonitósimo! –exclamó el pequeñín, al pasar los 2 por nuestro lado, tan cerca que nos retiramos un poco para dejarles sitio, y parecía que sólo teníamos que extender una mano para tocarlos, pero no hicimos el intento.

¡Es inútil que tratemos de detenerlos! –dije yo, mientras desaparecían en las sombras–. ¡Ni siquiera podían vernos!

¡Han salido de nuestras vidas! –Exhaló otro suspiro; y los 2 guardamos silencio hasta que salimos al camino principal, en un punto cercano a mi alojamiento.”

¡Buenas noches, querido amigo! Que nos veamos pronto… ¡y a menudo! –añadió con una afectuosa calidez que me llegó al corazón–. ¡«Pues pocos son aquellos a los que estimamos!»

¡Buenas noches! –repuse–. Tennyson dijo eso de un amigo más digno que yo(*).

¡Tennyson no tenía ni idea! –replicó ella descaradamente, con un toque de su antigua jovialidad infantil; después nos separamos.

(*) En su poema To the Rev. F. D. Maurice («Al reverendo F. D. Maurice»). [N. del T.]”

* * *

¿Estará Uggug en el banquete? –preguntó Bruno. Ambos niños parecieron intranquilizarse ante la sombría alusión.

¡Pues claro! –rio el profesor suavemente–. ¿Acaso no sabéis que es su cumpleaños? Se brindará a su salud y todo eso. ¿Qué sería el banquete sin él?

Muchósimo más agdadable –dijo Bruno. Pero lo dijo apenas en un susurro, y nadie excepto Silvia lo oyó.

El profesor volvió a reír.

Primero tendrá lugar la charla –explicó–. Es algo en lo que insiste la emperatriz. Dice que la gente comerá tanto en el banquete que tendrá demasiado sueño para atender en caso de que fuese después, y quizá tenga razón. Habrá un pequeño refrigerio, nada más llegar la gente; una especie de sorpresa para la emperatriz, ¿sabéis? Desde que ya no es… bueno, tan inteligente como antes… hemos creído aconsejable preparar pequeñas sorpresas para ella. Luego viene la charla…”

¡Hoy es el día de la medicina! Sólo administramos medicamentos una vez por semana. ¡Si empezásemos a hacerlo a diario, los frascos no tardarían en quedar vacíos!”

¿Qué?, ¡enfermar el día equivocado! –exclamó el profesor–. ¡Oh, eso sería inaceptable! ¡Un criado que se pusiera enfermo el día equivocado sería despedido fulminantemente! Esta es la medicina para hoy –prosiguió, bajando un gran frasco de un estante–. Yo mismo hice el preparado esta mañana temprano. ¡Pruébalo! –dijo, tendiéndole el frasco a Bruno–. ¡Moja el dedo y pruébalo!

¿Que está asqueroso? –repuso el profesor–. ¡Naturalmente! ¿Qué sería la medicina, si no estuviese asquerosa?

Agdadable –apuntó Bruno.

Me disponía a decir… –dijo el profesor de manera titubeante, bastante sorprendido por la pronta réplica de Bruno– ¡que eso sería inaceptable! La medicina ha de saber mal, ¿sabes? Tenga la bondad de llevar este frasco al comedor de la servidumbre –le dijo al lacayo que contestó a la campanilla–, y dígales que es su medicina para hoy.

¿Quién debe tomarla? –preguntó el lacayo, mientras se llevaba el frasco.

¡Oh, aún no lo he decidido! –respondió el profesor con energía–. Iré enseguida a resolverlo. En cualquier caso, ¡dígales que esperen hasta que yo llegue! ¡Es realmente maravilloso –dijo, girándose hacia los niños– el éxito que he tenido en la cura de enfermedades! Estas son algunas de mis notas. –Cogió del estante una pila de papelitos, sujetos en grupos de 2 y 3–. Mirad, por ejemplo, este caso: «Pinche número 13 recuperado de fiebre común, febris communis». Y ved lo que pone en la nota adjunta: «Administré al pinche número 13 una dosis doble de medicina». ¿No es algo de lo que enorgullecerse?

Uno puede conservar un medicamento durante años y años, ¡pero nadie quiere conservar jamás una enfermedad! Por cierto, venid a ver el estrado. El jardinero me pidió que fuera a comprobar si servía. Más vale que vayamos antes de que oscurezca.”

¡Un anciano! –gritó el profesor, en tanto cruzaba rápidamente la habitación con gran entusiasmo–. ¡Debe de ser el otro profesor, que se perdió hace muchísimo tiempo!

¡El banquete! –gritó el otro profesor, levantándose como un resorte y llenando la habitación con una nube de polvo–. En tal caso, más vale que vaya a… a pasarme un poco el cepillo. ¡Hay que ver cómo estoy!

¡Y ahí sigue todavía ese simpático jaddinero! –exclamó Bruno encantado cuando salíamos al jardín–. ¡Seguro que lleva cantando esa misma canción desde que nos fuimos!

¡Por supuesto que sí! –repuso el profesor–. Si dejara de hacerlo, no sería él, ¿sabes?

¿Y quién sería? –quiso saber Bruno, pero el profesor pensó que lo mejor era hacer oídos sordos a la pregunta–.

Es que quería saber qué comen los erizos, así que estoy reteniendo a este para ver si come patatas…

Sería mucho mejor que retuviera una patata –sugirió el profesor–, ¡y que viera si el erizo se la come!

¡Esa sería la forma correcta, sin duda! –exclamó el encantado jardinero–. ¿Vienen a ver el estrado?

…mas luego advirtió que eran

2 reglas de 3 seguidas.

«¡Y este gran misterio –dijo–

pa mí es claro como el día!»

Lleva meses enteros con esa canción –observó el profesor–. ¿Aún no ha terminado?

Sólo queda una estrofa –contestó el jardinero apenado. Y, con lágrimas resbalándole por las mejillas, cantó la estrofa final:

Creyó ver un argumento

que en papa lo convertía:

mas luego advirtió que era

de jabón una pastilla.

«¡Algo tan horrendo –dijo–

mis esperanzas fulmina!»

Ahogándose en sollozos, el jardinero corrió a adelantarse unos metros respecto a los demás, con objeto de ocultar su emoción.”

¡Oh, desde luego! –dijo el profesor–. Esa canción es la historia de su vida, ¿sabes?

Lágrimas provocadas por una compasión siempre a flor de piel relucieron en los ojos de Bruno.

¡Me da muchósima pena que no sea el papa! –dijo–. ¿A ti no, Silvia?

Bueno… no estoy segura –repuso Silvia de manera muy vaga–. ¿Eso le alegraría? –preguntó al profesor.

El que no se alegraría sería el papa –observó este–. ¿No es precioso el estrado? –inquirió, cuando entramos en el pabellón.

Bueno, no es exactamente una charla sobre magia –dijo el profesor, a la vez que colocaba unas cuantas máquinas de aspecto curioso sobre la mesa–. De todos modos, ¿qué sabes hacer? ¿Alguna vez has traspasado una tabla, por ejemplo?

¡Muchas veces! –respondió Bruno–. ¿No es ciedto, Silvia?

El profesor se sorprendió claramente, aunque trató de disimularlo.

Eso debe ser estudiado –murmuró para sí, mientras sacaba una libreta de notas–. Lo primero… ¿qué tipo de tabla?

¡Díselo! –le susurró Bruno a Silvia, abrazándose a su cuello.

Díselo tú –contestó Silvia.

No puedo –dijo Bruno–. Es una palabda espinosa.

¡Tonterías! –rio Silvia–. Eres capaz de decirla sin problemas, si haces el esfuerzo. ¡Vamos!

Multi… –lo intentó Bruno–. Empieza así.

¿De qué habla? –exclamó el confundido profesor.

Se refiere a que ha repasado muchas veces la tabla de multiplicación –explicó Silvia.

El profesor puso cara de indignación y volvió a cerrar su libreta.

Oh, pero eso es otra cosa totalmente distinta –dijo.

Es un montón muy gdandísimo de otdas cosas –matizó Bruno–. ¿A que sí, Silvia?

Un estrepitoso toque de trompetas interrumpió aquella conversación.

Me sorprendió enormemente el gran cambio que unos pocos meses habían obrado en los rostros de la pareja imperial. Una mirada perdida constituía ahora la expresión usual del emperador, mientras que en el rostro de la emperatriz aparecía y desaparecía, de manera intermitente, una sonrisa sin sentido.”

¡Una mesa corriente de caoba! –gruñó, señalándola desdeñosamente con el pulgar–. ¿Por qué no se fabricó de oro, me gustaría saber?”

¡Y luego está el bizcocho! ¡De pasas corrientes y molientes! ¡Por qué no se elaboró de… de… –Se produjo otra interrupción–. ¡Y el vino! ¡Un simple madeira de toda la vida! ¿Por qué no…? ¡Y esta silla! Eso es lo peor de todo. ¿Por qué no fue un trono? Las otras omisiones podrían disculparse, ¡pero lo de la silla es inaceptable!

¡Lo que yo no puedo aceptar –terció la emperatriz, en exaltada sintonía con su furioso marido– es la mesa!

¡Bah! –soltó el emperador.

¡Es algo muy lamentable! –repuso con suavidad el profesor, en cuanto tuvo ocasión de hablar. Tras pensarlo un momento, reforzó el comentario–: ¡Todo –añadió, dirigiéndose a la concurrencia en general– es muy lamentable!

¡Cuente unos chistes, profesor, ya sabe… sólo para que la gente se relaje y se sienta cómoda!

¡Cierto, cierto, señora! –contestó con docilidad el profesor–. Este muchachito…

¡No haga ningún chiste sobde mí, pod favod! –exclamó Bruno, al tiempo que los ojos se le llenaban de lágrimas.

No lo haré si no quieres –dijo el bondadoso profesor–. Era sólo algo sobre una misión de infante-ría: un juego de palabras inofensivo… pero es igual. –Entonces se volvió hacia la multitud y se dirigió a ellos en voz alta–: ¡Siéntanse como 6! –voceó–. ¡Como 5! ¡Como 4! ¡Y como 3! ¡Entonces se sentirán como 2!

Hubo una sonora carcajada por parte de todos los asistentes, y después un gran número de susurros confundidos: «¿Qué ha dicho? Algo sobre comer, me parece…».

Que traigan unas espinacas, profesor, ya sabe, para sorprender a los invitados.

Si quiere sodpdended a la gente –apuntó Bruno–, debería ponedles danas vivas en la espalda.

Pero la emperatriz ya había comido bastante y, de algún modo –no pude percatarme del proceso exacto–, todos nos vimos entonces en el pabellón, cuando el profesor se disponía a dar comienzo a la largamente esperada charla.

En ciencia… de hecho, en la mayoría de las cosas… normalmente es mejor empezar por el principio. En algunas, por supuesto, es mejor empezar por el otro extremo. Por ejemplo, si uno quisiera pintar un perro de verde, lo más conveniente sería quizá empezar por la cola, ya que por ese lado no muerde. De modo que…

¿Puedo ayudadle? –interrumpió Bruno.

¡A pintad un pero de vedde! –exclamó Bruno–. ¡Usted puede empezad con la boca, y yo…!

Un axioma, como saben, es algo que uno acepta sin contradicción. Por ejemplo, si yo dijese: «¡Aquí estamos!», sería aceptado sin oposición alguna, y es una buena forma de empezar una conversación. De manera que eso sería un axioma. O, de nuevo, suponiendo que yo dijese: «¡Aquí no estamos!», eso sería…

¡… una bola! –gritó Bruno.

¡Oh, Bruno! –dijo Silvia, en un susurro de amonestación–. ¡Pues claro que sería un axioma, si el profesor lo dijera!

Tal vez fuese un «aquí-asoma» –replicó Bruno–, ¡pero no sería veddad!”

Por ejemplo, tomen el axioma: «Nada es mayor que sí mismo»; esto es, «Nada puede contenerse a sí mismo». Cuántas veces se oye decir a la gente: «Estaba tan alterado, que era absolutamente incapaz de contenerse». ¡Pues claro que era incapaz! ¡El que estuviera alterado no tenía nada que ver en ello!

¡Escuche una cosa! –saltó el emperador, que estaba empezando a ponerse un poco nervioso–. ¿Cuántos axiomas nos va a enunciar? A este ritmo, ¡no llegaremos a los experimentos hasta dentro de una semana!”

Sólo hay –consultó nuevamente sus notas– 2 más que sean realmente necesarios.

Pues léalos y pasemos a los especímenes –refunfuñó el emperador.

El primer axioma –leyó en voz alta el profesor con gran premura– consta de las siguientes palabras: «Lo que es, es». Y el segundo, de estas otras: «Lo que no es, no es». Ahora vamos a pasar a los especímenes. La primera bandeja contiene cristales y otras cosas. –Acercó esta hacia sí y volvió a consultar su libreta–. Algunas de las etiquetas, debido a una adhesión insuficiente… –Entonces calló otra vez, y examinó cuidadosamente la página con sus gemelos–. No puedo leer el resto de la frase –dijo finalmente–, pero lo que dice es que las etiquetas se han despegado, y las cosas, mezclado…

¡Deje que yo las vuelva a pegad! –gritó Bruno con entusiasmo, el cual empezó a lamer las etiquetas como si fuesen sellos postales y a colocarlas en los cristales y las demás cosas. Pero el profesor corrió a apartar la bandeja lejos de su alcance.

¡Podrían acabar pegadas en los especímenes equivocados!, ¿sabes?”

Nuestro primer espécimen –anunció, mientras colocaba el frasco delante del resto de cosas– es… es decir, se llama… –entonces lo levantó, y volvió a examinar la etiqueta, como si pensara que a lo mejor había cambiado desde la última vez que la miró– se llama aqua pura, agua corriente, el fluido que anima…

¡Hip, hip…! –empezó a entonar el jefe de cocina entusiásticamente.

¡… pero no embriaga! –se apresuró en continuar el profesor, a tiempo de detener por poco el «¡Hurra!» que estaba iniciándose.

En aquel momento le hizo una seña al jardinero para que subiera al estrado, y con su ayuda empezó a montar lo que parecía una enorme caseta para perros, de la que salían proyectados por ambos lados unos tubos cortos.

Pero ya hemos visto elefantes con anterioridad –refunfuñó el emperador.

Sí, ¡pero no a través de un megaloscopio! –repuso el profesor exaltado–. Ustedes saben que no pueden ver una pulga, como es debido, sin una lente de aumentos… lo que llamamos un «microscopio». Pues bien, exactamente del mismo modo, uno no puede ver un elefante como es debido sin una lente de reducción. Hay una en cada uno de estos pequeños tubos. ¡Y esto es un megaloscopio! El jardinero traerá a continuación el siguiente espécimen. Retiren por favor ambas cortinas, en aquel extremo de allí, ¡y abran paso al elefante!

«¡Creyó ver un elefante, que alto un pífano tocaba!». Hubo un momentáneo silencio, y entonces su áspera voz volvió a oírse en la distancia: «’Mas luego…’, ¡venga, arriba! ‘Mas luego advirtió que era…’, ¡so!, ‘que era, de su esposa, una…’ ¡abran paso, que viene!».

Y entró marchando o bamboleándose –difícil decir qué palabra es la correcta– un elefante, sobre sus patas traseras, mientras tocaba y sujetaba con las delanteras un pífano gigantesco.”

¡El espécimen está ahora listo para su observación! –proclamó–. ¡Es exactamente del tamaño de un ratón común: Mus communis!

Es muy pequeño –dijo con voz grave–. Más de lo que suelen serlo los elefantes, ¿me equivoco?

El profesor dio un brinco de gozosa sorpresa.

¡Su alteza imperial ha hecho una observación perfectamente lógica!”

¡Mantengan cerrada la puerta del microscopio! –gritó–. ¡Si la criatura escapase, con este tamaño…! –Pero el daño ya estaba hecho. La puerta se había abierto de golpe, y un momento después el monstruo andaba suelto, pisoteando a los aterrorizados espectadores, que no paraban de lanzar chillidos.

Pero el profesor no perdió su aplomo.

¡Descorred esas cortinas! –gritó. Y así se hizo. El monstruo juntó sus patas, y de un tremendo salto desapareció en el cielo.

¿Dónde está? –inquirió el emperador, frotándose los ojos.

En la provincia de al lado, me imagino –respondió el profesor–. ¡Habrá salvado como mínimo 5 millas con ese salto! Lo siguiente es explicar uno o 2 procesos. Pero veo que apenas tengo sitio para maniobrar… la criaturita está relativamente en medio…

Nuestro segundo experimento –anunció el profesor, mientras Bruno regresaba a su asiento, frotándose aún los codos ensimismado– es la producción de ese fenómeno apenas-visto-pero-que-seráenormemente- admirado: ¡la luz negra! Ustedes han contemplado la luz blanca, la roja, la verde, etcétera, ¡pero nunca, hasta este día maravilloso, han contemplado ojos distintos a los míos la luz negra! Esta caja –indicó, levantando el objeto con cuidado de la mesa, tras lo cual lo cubrió con un montón de mantas– está totalmente repleta de ella. Lo logré de la siguiente manera: metí una vela encendida en un armario a oscuras y cerré la puerta. Naturalmente, este estaba en ese momento lleno de luz amarilla. Luego cogí un bote de tinta negra y lo vertí sobre la vela y, para mi deleite, ¡cada chispa de luz amarilla pasó a ser negra! ¡Ese fue sin duda el momento de mayor orgullo de mi vida! Entonces llené una caja con ella. Y ahora… ¿querría alguien asomarse debajo de las mantas para verla?

¿Qué has visto en la caja? –lo interrogó Silvia.

¡Nada! –respondió Bruno con pesar–. ¡Estaba demasiado oscuro!

¡Ha descrito a la perfección el aspecto de la luz negra! –exclamó el profesor con entusiasmo–. Esta y la nada resultan tan extremadamente similares, a primera vista, ¡que no me extraña que no haya logrado distinguirlas! Procederemos ahora al tercer experimento.

¿Cuánto hemos de esperar? –gruñó el emperador.

El profesor miró su reloj.

Bueno, creo que bastarán mil años para empezar –dijo–. Entonces liberaremos cuidadosamente la pesa y, si todavía muestra (como quizá sea el caso) una ligera tendencia a caer, la engancharemos otra vez a la cadena, y la dejaremos durante 8 mil años.

La emperatriz experimentó entonces uno de esos destellos de sentido común que sorprendían a todos los que la rodeaban.

Entretanto habrá tiempo para otro experimento –señaló.

¡Desde luego! –exclamó el encantado profesor–. Volvamos al estrado y pasemos al cuarto experimento.

»Para este último experimento, tomaré un cierto álcali, o ácido, no recuerdo qué. Ahora verán lo que ocurre cuando lo mezclo con un poco de… –cogió en ese momento un frasco y lo miró con aire dubitativo– cuando lo mezclo con… con algo…

El emperador interrumpió entonces:

¿Cuál es el nombre de la sustancia? –preguntó.

No me acuerdo –se disculpó el profesor– y se le ha caído la etiqueta. –Vació rápidamente el frasco en el otro y, con una tremenda explosión, ambos volaron en pedazos, perturbando todos los aparatos, e inundando el pabellón con un denso humo negro. Yo me levanté al instante, aterrado, y… y me vi de pie frente a mi solitaria chimenea, donde el atizador, tras caer finalmente de la mano del durmiente, había tirado las tenazas y el recogedor, y sacudido la tetera, lo cual había llenado el aire de nubes de vapor. Con un suspiro de cansancio, me encaminé hacia la cama.

Me alegro de verlo tan animado –comencé por decir–. La última vez, recuerdo, pasaba casualmente por aquí justo cuando lady Muriel salía de la casa. ¿Sigue ella viniendo a visitarlo?

Sí –repuso de forma pausada–. No s’ha olvidao de mí. No pierdo de vista su guapa cara muchos días seguíos. Bien m’acuerdo de la primera ve que vino, despué de vernos en la’stación de tren. Me dijo que vendría pa compensarme. ¡Dulce chiquilla! ¡Imagínese! ¡Pa compensarme!

Péssima tradução de um “sotaque” rural.

Pasó lo siguiente, ¿sabe? Tábamos los dos esperando’l tren en la’stación. Y yo m’había sentao n’el banco. Y el jefe’stación vie y me manda a paseo… pa que la dama puea sentarse, ¿entiende?

Lo recuerdo todo –asentí–. Yo estaba allí ese día.

Minnie era mi nieta, señó, que vivía conmigo. Murió hace cosa d’un par de mese, quizá 3. Era una linda chiquilla, y buena, también. ¡Ah, pero la vía s’hace rara y solitaria sin ella!”

Así que dice: «¡Haga como que soy su Minnie!», dice. «¿No le preparaba Minnie el té?» «Sí», le digo yo. Y prepara el té. «¿Y no l’encendía Minnie la pipa?», dice luego. «Sí», contesto. Y me enciende la pipa. «¿Y no le sacaba Minnie el té al porche?» Y yo digo: «Bonita», le digo, «¡me parece qu’eres ella!». Y s’echa a llorá un poco. Los dos lloramo un poco…

«El resultado de esa combinación, tal vez se hayan dado cuenta, ¡ha sido una explosión! ¿Quieren que repita el experimento?»

El otro profesor entró leyendo un gran libro que sujetaba justo frente a sus ojos. Un resultado de que no fuese mirando por dónde iba fue que tropezó, mientras cruzaba el salón, salió por los aires, y cayó pesadamente de bruces en mitad de la mesa.”

Si no me tropezara, no sería yo –dijo el otro profesor.

El profesor puso cara de gran horror.

¡Oh, Bruno! –Esto era un susurro por parte de Silvia–. ¡No es de buena educación pedir un plato antes de que esté servido! Su hermano le respondió de la misma forma.

Pero a lo mejod me olvido de pedidlo, cuando llegue, ¿sabes?; a veces sí que me olvido de cosas –agregó, al ver que Silvia se disponía a susurrarle algo más.

Y esta última no osó contradecir aquella afirmación.

Para entonces, un camarero le había servido a Bruno un plato lleno de algo, lo cual hizo que se olvidara del pudin de pasas.

Otra ventaja de las cenas de gala –explicó el profesor alegremente, para quien quisiera escucharle– es que lo ayuda a uno a ver a sus amigos. Si quieres ver a un hombre, ofrécele algo de comer. Con los ratones pasa lo mismo.”

Hace mucho calor en la sala, con toda esta gente –le comentó el profesor a Silvia–. Me pregunto por qué no ponen algunos bloques de hielo en la chimenea. Uno la llena de carbón en el invierno, ya sabes, y se sienta en torno a ella para disfrutar del calor. ¡Qué agradable sería llenarla de hielo y hacer lo mismo con el fresquito!

A pesar del calor que hacía, la idea le provocó un ligero escalofrío a Silvia.

Hace mucho frío fuera –señaló–. Hoy casi se me congelan los pies.

¡Eso es culpa del zapatero! –repuso con jovialidad el profesor–. ¡Cuántas veces habré tenido que explicarle que debería hacer botas con pequeños soportes de hierro bajo las suelas, para instalar candiles! Pero nunca piensa. Nadie tendría frío, si tan sólo atendieran a esos pequeños detalles. Yo mismo siempre utilizo tinta caliente en invierno. ¡A poca gente se le ocurre alguna vez! ¡Con lo simple que es!

¡Qué gato más gordo! –exclamó el lord canciller, inclinándose por delante del profesor para dirigirse a su pequeño vecino de asiento–. ¡Es totalmente asombroso!

Era tdemendamente goddo al entdad –dijo Bruno–, así que sería muchósimo más asombdoso que adelgazara en un momento.

¿Y esa fue la razón, supongo –planteó el lord canciller–, de que no le dieras el resto de la leche?

No –negó Bruno–. Fue pod una dazón mejod. ¡Le quité el platito podque no le estaba gustando nada!

A mí no me lo parece –apuntó el lord canciller–. ¿Qué te hizo pensar eso?

Podque gduñía con la gadganta.

¡Oh, Bruno! –exclamó Silvia–. ¡Así es como expresan los gatos que están contentos!

Bruno no parecía convencido.

No es buen modo –objetó–. ¡Tú no decirías que estoy contento, si hiciera ese duido con la gadganta!

¡Qué niño más singular! –musitó para sí mismo el lord canciller, pero Bruno lo había oído.

¿Qué significa «un niño singulad»? –le susurró a Silvia.

Significa «un» niño –le contestó Silvia, también susurrando–. Y «plural» significa 2 o 3.

Entonces me alegdo muy muchósimo de sed un niño singulad –declaró Bruno con gran énfasis–. ¡Sería horible sed 2 o tdes niños! ¿Y si no jugaran conmigo?

¿Por qué deberían hacerlo? –planteó el otro profesor, despertando repentinamente de un profundo ensimismamiento–. Es posible que estuviesen dormidos, ¿sabes?¹

¹ Possível influencia sobre Blackbeard em One Piece?!

Los niños no se van a dormir todos a la vez, ¿sabes? Con lo que estos muchachos… ¿pero de quién estás hablando?”

Ya no queda nada por hacer, ¿verdad?

Bueno, la cena aún no ha terminado –recordó el profesor con una sonrisa de desconcierto–, ni el calor que hemos de soportar. Espero que disfrute de la cena, aunque sepa a poco, y que no le importe el calor, aunque sepa a mucho.

¡Oh, eso pasa por acidente, en dealidad! –empezó a argumentar Bruno, con tanta vehemencia, que era obvio que ya le había planteado aquella misma dificultad al gato–. Me lo ha esplicado todo, mientdas se bebía la leche. Dijo: «Les enseño a los datones juegos nuevos, y a ellos les encanta». Y luego: «A veces pasan acidentes, y los datones se matan a sí mismos». Y luego: «Siempde me da muchósima pena, cuando sucede». Y luego…

Si le diera tantísima pena –terció Silvia, con cierto desdén–, ¡no se comería a los ratones después de haberse matado a sí mismos!

Pero era obvio que también esta dificultad había sido tenida en cuenta en la exhaustiva discusión ética que acababa de tener lugar.

«Los datones muedtos nunca ponen ojeciones a que se los coman»

«No tiene sentido despeddiciad unos buenos datones»

¡No ha tenido tiempo de decir tantas cosas! –interrumpió Silvia en tono indignado.

¡No sabes cómo hablan los gatos! –replicó Bruno desdeñosamente–. ¡Lo hacen muy dapidísimo!

¡Caramba, casi me olvido de la parte más importante del acto! El otro profesor ha de recitar un cerdo de un cuento… quiero decir, un cuento de un cerdo –se corrigió a sí mismo–. Tiene unas estrofas introductorias al principio, y al final.

No puede tener estrofas introductorias al final, ¿o sí? –dijo Silvia.

Espera a escucharlo –la instó el profesor–, entonces lo entenderás. No estoy seguro de que no tenga también alguna por la mitad. –Se puso en pie en ese momento, y se produjo un silencio instantáneo en todo el salón de banquetes; evidentemente, esperaban un discurso.

Los pajarillos enseñan

a sonreír a unos tigres,

de cualquier malicia libres;

sonreír sin doblez, digo,

con la boca en semicírculo:

esa es la forma admisible.”

Jamás conocí a un cerdo tan grueso,

que se bamboleara tanto al andar,

y que pudiese, por mucho que lo intentara,

¡hacer algo semejante a saltar!”

Cuando el otro profesor terminó de recitar esta última estrofa, cruzó el salón hasta la chimenea y metió la cabeza por el conducto. Al hacerlo, perdió el equilibrio, cayó de cráneo en la parrilla vacía y quedó tan firmemente atascado en ella que llevó cierto tiempo conseguir sacarlo de allí. —Cdeí que quería ved cuánta gente había dentdo de la chibenea –había tenido tiempo de decir Bruno.”

¡Se le debe de haber quedado la cara negra! –señaló la emperatriz con preocupación–. ¿Quiere que mande traer un poco de jabón?

No, gracias –rechazó el ofrecimiento el otro profesor, manteniendo la cara girada hacia otro lado–. El negro es un color totalmente respetable. Además, el jabón sería inútil sin agua…

Los pajarillos escriben

libros de gran interés,

lectura para los chefs;

lectura, digo, no asados:

el texto, si está tostado,

deja de verse tan bien.”

¡Qué historia más tdiste! –dijo Bruno–. Empieza tdiste, y acaba más tdiste aún. Cdeo que voy a llorad. Silvia, déjame tu pañuelo, pod favod.

No lo tengo aquí –susurró Silvia.

Entonces, no lloraré –declaró Bruno valientemente.

¡Bueno, bueno! –dijo–. ¡Prueba un poco de vino de primavera! –Llenó un vaso y se lo dio a Bruno–. ¡Bebe esto, bonito, y ya no serás el mismo!

¿Quién seré? –preguntó Bruno, deteniéndose cuando se lo llevaba a los labios.

¿Por qué has de meter siempre criaturas en las historias? –preguntó el profesor–. ¿Por qué no introduces acontecimientos, o circunstancias?

Había una vez una coincidencia dando un paseo con un pequeño accidente, y se encontraron con una explicación, una explicación viejísima, tan vieja que iba completamente doblada sobre sí misma, y parecía más un enigma… –Cesó repentinamente su relato.

¡Por favor, siga! –exclamaron ambos niños. El profesor se sinceró:

Me resulta muy difícil inventar una historia de ese tipo. ¿Qué tal si Bruno cuenta una primero?

Los pajarillos ocultan

sus crímenes en carteras,

y de ciervos connivencia;

connivencia y luego palos,

pues acaban devorados

si la memoria flaquea.”

¡Beban a la salud del emperador! –Un gorgoteo generalizado resonó por todo el salón–. ¡Tres hurras por el emperador! –Este anuncio se vio seguido por el murmullo más débil posible, y el canciller, con una presencia de ánimo admirable, proclamó inmediatamente–: ¡El emperador va a hablar!”

Pese a mi escasa disposición a ser el emperador… dado que todos así lo deseáis… ya sabéis lo mal que el difunto rector manejaba las cosas… con semejante entusiasmo como habéis mostrado… él os perseguía… os cobraba demasiados impuestos… sabéis quién es el más indicado para ser emperador… mi hermano carecía de sentido común…

Cuánto podría haber durado aquel curioso discurso resulta imposible de decir, pues justo en ese momento un huracán sacudió el palacio hasta los cimientos, abriendo de golpe las ventanas, apagando algunas de las lámparas y llenando el aire de nubes de polvo, las cuales adoptaban formas extrañas y parecían formar palabras.

Pero la tormenta amainó tan súbitamente como se había levantado: las ventanas volvieron a cerrarse; el polvo desapareció; todo estaba como un instante antes… a excepción del emperador y la emperatriz, en los cuales se había producido un cambio maravilloso. La mirada perdida y la sonrisa sin sentido se habían esfumado: todos podían ver que estos dos extraños seres habían recobrado el juicio.

Y nos hemos comportado, mi esposa y yo, como dos bellacos redomados. No merecemos mejor calificativo. Cuando mi hermano se marchó, perdisteis al mejor rector que habéis tenido jamás. Y yo he hecho todo lo posible, pues soy un maldito hipócrita, para lograr con argucias que me convirtierais en emperador. ¡A mí! ¡Alguien que apenas tiene cerebro para ser limpiabotas!

El lord canciller se retorció las manos con desesperación.

¡Está loco, buenos señores! –había empezado a decir. Pero el emperador y él dejaron repentinamente de hablar… y, en mitad del silencio absoluto que siguió, se oyó que alguien llamaba a la puerta principal.

Se trataba desde luego de una visión lastimosa: los harapos que colgaban de su cuerpo estaban totalmente salpicados de barro; su cabello cano y su larga barba se encontraban salvajemente revueltos. Aun así, caminaba erguido, con paso majestuoso, como si estuviese acostumbrado a impartir órdenes, y, lo que resultaba más extraño de todo, Silvia y Bruno lo acompañaban, aferrados a sus manos y mirándolo con mudas expresiones de amor.”

Para su completo asombro, el emperador se arrodilló al acercarse el pordiosero, y con la cabeza inclinada murmuró:

¡Perdónanos!

¡Perdónanos! –repitió de manera dócil la emperatriz, al tiempo que se arrodillaba al lado de su esposo.

El paria sonrió.

¡Levantaos! –dijo–. ¡Os perdono! –Y la gente vio maravillada que se había producido un cambio en el viejo pordiosero, a la vez que hablaba. Lo que hasta entonces habían parecido mugrientos andrajos y manchas de barro resultaron ser en realidad atavíos reales, con bordados de oro y centelleantes gemas. Todos lo reconocieron entonces, e hicieron una reverencia ante el hermano mayor, y auténtico rector.

»¡Hermano mío y cuñada mía! –empezó a decir este último, con una voz clara que se escuchó en todo el vasto salón–. No vengo a molestaros. Sigue gobernando, como emperador, y hazlo sabiamente. Pues he sido elegido rey de Elfolandia. Mañana regreso allí, y no abandonaré el reino, salvo para… para… –Le tembló la voz y, con una expresión de inefable ternura, colocó sus manos en silencio sobre las cabezas de los 2 niños que lo flanqueaban, agarrados a él.”

¡Dios santo! ¡Todo el mundo se había olvidado del príncipe Uggug!”

Permitid que os lo explique. Sin-cuidado y Cuidados eran dos hermanos gemelos. Cuidados, como sabéis por el refrán, mató al asno. Y detuvieron por equivocación a Sin-cuidado, y fue a él a quien colgaron. De manera que Cuidados sigue vivo todavía. Pero vivir sin su hermano ha hecho de él alguien muy taciturno. Esa es la razón de que la gente diga: «¡Allá penas y Cuidados!».”

¡Gracias! –dijo Silvia efusivamente–. Es extremadamente interesantísimo. Tal como yo lo veo, ¡eso lo explica todo!

Bueno, todo todo no –replicó el profesor de manera modesta–. Hay 2 o 3 problemas científicos…

¿Qué impresión general te dio su obesidad imperial? –preguntó el emperador al jefe de su guardia.

Mi impresión fue que su obesidad imperial tiene cada vez más tendencia a…

¿A qué?

Todos aguardaron la siguiente palabra con el aliento contenido.

¡A pinchar!

¡Como desee su alteza! Su obesidad imperial es… –No logró articular ni una palabra más.

La emperatriz se levantó presa de una súbita preocupación.

¡Vayamos a buscarlo! –gritó. Y todo el mundo se dirigió en tromba hacia la puerta.

¡Preocupadín, majestad! –estaba diciendo–. ¡Eso es lo que está, no cabe duda!”

Puercoespín –dijo Silvia.

Nos levantamos con gran apremio y seguimos a los niños escaleras arriba. Nadie se percató en lo más mínimo de mi presencia, pero esto no me sorprendió en absoluto, ya que hacía largo rato que me había dado cuenta de que era totalmente invisible para todos ellos, hasta para Silvia y Bruno.”

Su voz era una especie de mezcla: había rugidos de león y bramidos de toro, y de vez en cuando un chillido como el de un loro gigante.”

¡Un puercoespín! ¡El príncipe Uggug se ha convertido en un puercoespín!

¡Un nuevo espécimen! –exclamó el encantado profesor–. Déjenme pasar, se lo ruego. ¡Debería ser catalogado de inmediato! Pero lo único que hicieron los hombres musculosos fue hacerle retroceder de un empujón.

¡Cómo que catalogarlo! ¿Es que quiere que lo devore? –gritaron.

¡Olvídese de especímenes, profesor! –dijo el emperador, abriéndose camino entre la multitud–. ¡Díganos cómo ponerlo a salvo!

¡Una jaula grande! –repuso de inmediato el profesor–. ¡Traed una jaula grande –indicó en general hacia la gente– con fuertes barrotes de acero y una reja levadiza como la de una trampa para ratones! ¿Alguien tiene a mano algo así, por un casual?

No parecía algo que nadie fuese a tener a mano y, sin embargo, le trajeron una en el acto; curiosamente, resultó que había una en mitad de la galería.

¡Colocadla de cara a la puerta, y subid la reja! –Esto se hizo en un momento.

»¡Ahora unas mantas! –voceó el profesor–. ¡Este es un experimento de lo más interesante!

¡El experimento ha sido un éxito! –proclamó–. Todo lo que hace falta ahora es darle de comer 3 veces al día, a base de zanahorias picadas y…

¡Olvídese por el momento de su comida! –lo interrumpió el emperador–. Volvamos al banquete. Hermano, tú primero, por favor. –Y el anciano, acompañado de sus hijos, encabezó el desfile de gente escaleras abajo.

¡Ahí tienes el destino de una vida sin amor! –le dijo a Bruno, mientras regresaban a sus sitios. A lo cual este contestó:

¡Yo siempde he querido a Silvia, así que nunca pincharé como lo hace él!

Ahora el príncipe Uggug pincha mucho, ciertamente –comentó el profesor, que había oído las últimas palabras–, pero por muy puercoespín que sea, ¡sigue teniendo sangre real! Una vez que acabe el festín, voy a llevarle un pequeño regalo… sólo para que se calme, ya sabéis; no es agradable vivir en una jaula.

¡Mi viejo enemigo! –gimió el profesor–. Lumbago, reumatismo, esas cosas. Creo que iré a tumbarme un rato. –Y salió renqueando del salón, bajo la compasiva mirada de los 2 niños.

¡No tardará en ponerse mejor! –dijo en tono jovial el rey elfo–. ¡Hermano! –agregó, girándose hacia el emperador–. Tengo algunos asuntos que discutir contigo esta noche. La emperatriz cuidará de los niños. –Y los 2 hermanos se marcharon juntos, cogidos del brazo.

A la emperatriz los niños le parecieron una compañía bastante triste. No sabían hablar de otra cosa que no fuera «el querido profesor» y «qué pena que esté tan malito», hasta que acabó por hacer la bien recibida propuesta: «¡Vayamos a verlo!».

Tenemos que llevarlo a pasar una temporada en la playa –dijo Silvia de manera tierna–. ¡Le hará muchísimo bien! ¡Y el océano es tan grandioso!

¡Pero una montaña lo es más! –opinó Bruno.

¿Qué tiene el mar de grandioso? –repuso el profesor–. ¡Pero si cabría dentro de una taza de té!

Sólo parte de él –lo corrigió Silvia.

Bueno, únicamente se necesitaría un cierto número de tazas de té para contenerlo todo. ¿Y dónde estaría entonces la grandiosidad? En cuanto a la montaña… ¡uno podría trasladarla entera en una carretilla, si se dispusiera de unos cuantos años!

Reducida a pedazos en la carretilla… no tendría un aspecto grandioso –admitió Silvia con franqueza.

Pero cuando los juntas otda vez… –empezó a decir Bruno.

Cuando seas mayor –saltó el profesor–, ¡sabrás que uno no puede recomponer montañas así como así! Uno vive y aprende, ¿sabes?

Pero no tiene pod qué hacedlo la misma pedsona, ¿no? –planteó Bruno–. ¿No vale con que yo viva y Silvia apdenda?

¡Yo no puedo aprender sin vivir! –protestó Silvia.

¡Pero yo puedo vivid sin apdended! –replicó Bruno–. ¡Sólo tienes que ponedme a pdueba!

¡Pero yo sé todo lo que sé! –insistió el pequeñín–. ¡Sé muchósimas cosas! Todo, escepto las cosas que no sé. Y Silvia sabe todo lo demás.

El profesor emitió un suspiro y se dio por vencido.

¿Sabes lo que es un boojum?

¡Sí lo sé! –gritó Bruno–. ¡Es eso que se come y se puede haced en el hodno o fuera de él!

Se refiere a un «bollo» –explicó Silvia en un susurro.

No puedes hacer un bollo fuera del horno –observó el profesor en tono suave.

Bruno rio con desvergüenza.

¡Seré yo quien le cuente una fáluba! –se lanzó Bruno a toda prisa–. Érase una vez una langosta, una uraca y un maquinista. Y la moraleja es que hay que acostumbdadse a maddugad…

¿Cuándo inventaste esa fábula? –quiso saber el profesor–. ¿La semana pasada?

¡No! –contestó Bruno–. ¡Hace muchósimo menos! ¡Pdueba otda vez!

No se me ocurre –se rindió el profesor–. ¿Hace cuánto?

¡Todavía no lo he hecho! –exclamó Bruno en actitud triunfante–. ¡Pero sí he inventado una genial! ¿Se la cuento?

Que o livro não possua uma moraleja para Bduno, isso me deixará aterradoramente triste! Um Uggug mais fofinho…

¿Pero cómo regresó a la repisa de la chimenea tras su primera caída? –preguntó la emperatriz. (Era la primera pregunta lógica que había formulado en toda su vida.)

* * *

Soy tan alegre como largo es el día, salvo cuando hay que meditar sobre alguna cuestión sumamente difícil.”

La nota contenía únicamente 5 palabras: «Venga inmediatamente, por favor. Muriel».”

«¡Se trata sólo de Eric Lindon, después de todo! –pensé, en parte aliviado y en parte irritado–. ¡Desde luego, no es razón para haberme hecho venir!»

«Los pasteles del funeral se sirvieron fríos en el banquete de bodas»

(Hamlet)

Sobraban más preguntas. La seguí al interior de la casa con expectación. Allí en la cama yacía –pálido y agotado, una simple sombra de su antiguo yo– ¡mi viejo amigo, regresado de entre los muertos!”

¡Arthur! –exclamé. Me vi incapaz de decir nada más.

¡Sí, he vuelto, viejo amigo! –dijo con un hilo de voz, y sonrió al cogerle yo la mano–. Él –añadió, señalando a Eric, que se encontraba allí al lado– me salvó la vida. Me trajo de regreso. ¡Después de a Dios, Muriel, esposa mía, es a él a quien debemos estar agradecidos!

Le estreché la mano a Eric en silencio, y luego al earl, y de común acuerdo nos trasladamos todos a la zona más oscura de la habitación, donde podíamos hablar sin molestar al inválido, que yacía, callado y feliz, sosteniendo la mano de su mujer y contemplándola con ojos que resplandecían con la firme e intensa luz del amor.”

«¡Y este era su rival! –pensé–. ¡El hombre que le había arrebatado el corazón de la mujer que amaba!»

pero no, aquello no eran en absoluto incoherencias producto del delirio.”

Aquella me pareció una buena oportunidad para escabullirme sin tener que hacerla pasar a ella por ninguna clase de despedida; de modo que, tras saludar al earl y a Eric con la cabeza, abandoné en silencio la habitación. Este último me siguió escaleras abajo y afuera, a la noche.

¿Vivirá? –le pregunté, tan pronto estuvimos lo bastante lejos de la casa como para poder hablar en un tono normal.

¡Vivirá! –respondió con un énfasis cargado de entusiasmo–. Los médicos están totalmente de acuerdo al respecto. Todo lo que necesita ahora, dicen, es reposo, tranquilidad absoluta y buenos cuidados. Para nada le faltarán reposo y tranquilidad aquí; y, en cuanto a los cuidados, ¡vaya!, creo más que posible… –se esforzó por hacer que su temblorosa voz asumiera un tono de picardía– que, en su actual alojamiento, ¡reciba un trato bastante bueno.”

Final decepcionantemente carola.

Ni el propio Bruno podría haber subido las escaleras con paso tan ligero al tiempo que avanzaba a tientas en la oscuridad, sin que me hubiese detenido a prender una cerilla en la entrada dado que sabía que había dejado la lámpara encendida en mi sala de estar.

Pero no fue ninguna luz de lámpara corriente lo que me bañó cuando entré en la habitación, con una extraña, nueva y vaga sensación de que el lugar se encontraba bajo el efecto de algún encantamiento sutil.”

un anciano circunspecto con vestiduras reales, reclinado en una butaca, y 2 chiquillos, una niña y un niño, de pie junto a él.” Santíssima trindade, três reis magos e blá-blá-blá…

¿Todavía tienes la joya, hija mía? –estaba diciendo el anciano.

¡Oh, sí! –exclamó Silvia con inusitado entusiasmo.

»¿Acaso crees que sería capaz de perderla u olvidarla? –Deshizo el lazo que rodeaba su cuello, mientras hablaba, y puso la joya en la mano de su padre.

Bruno la observaba admirado.

¡Qué bdillo más bonito! –dijo–. ¡Es igual que una estdellita doja! ¿Puedo cogedla?

¡Silvia! ¡Mira! –exclamó–. Puedo ved a tdaves de ella cuando la levanto hacia el cielo.

»Y no es doja para nada: ¡oh, es de un azul de lo más pdecioso! ¡Y las palabdas son totalmente distintas! ¡Mírala!

Silvia estaba ya también bastante excitada a estas alturas, y los 2 niños sostuvieron la joya al trasluz y entre los 2 leyeron letra por letra la inscripción: «Todos querrán a Silvia».

¡Caramba, [Cadamba] esta es la otda joya! –exclamó Bruno–. ¿No te acueddas, Silvia? ¡La que no escogiste!

Silvia se la quitó, con expresión confundida, y la sostuvo primero a contraluz y luego abajo.

¡Es azul, de una manera –dijo suavemente para sí misma–, y roja, de la otra! Pero yo creía que había 2 joyas… ¡Padre! –exclamó de pronto, depositando el guardapelo otra vez en la mano de este. ¡Ahora creo que era la misma joya todo el rato!

Entonces la elegiste en vez de ella misma –apuntó Bruno con aire cavilante–. Padde, ¿es eso posible?

Sí, mi niña –le respondió el anciano a Silvia, sin advertir la embarazosa pregunta de su hermano–, era la misma joya, pero elegiste de manera totalmente correcta. –A continuación volvió a anudar el lazo en torno al cuello de su hija.

Silvia querá a todos… todos querán a Silvia –susurró Bruno, que luego se puso de puntillas para besar la «estrellita roja»–. Cuando uno la mira, es doja y addiente como el sol… y cuando uno mira a tdavés de ella, ¡es delicada y azul como el cielo.

Pero oh, Silvia, ¿qué es lo que hace que el cielo sea de un azul tan bonito?

Los dulces labios de Silvia formaron las palabras de su respuesta, pero su voz se escuchó débil y muy distante. La visión estaba desvaneciéndose rápidamente ante mi ansiosa mirada, pero tuve la impresión, en ese último momento de desconcierto, de que quien se asomaba a través de esos confiados ojos castaños no era Silvia…”

GLOSSÁRIO HISPÂNICO (suplemento):

albaricoque: damasco

álgido (= PT): culminante, máximo; frio (o português só carrega esta segunda conotação).

almíbar: caramelo

alternar (= PT): revezar

apuesto: galante

arista: aresta

arrebolado: corado, cor do arrebol (nuvens durante o nascer ou pôr do sol)

berrinche: pirraça

bisagra: dobradiça

bote: quique (el bote de la pelota)

búho: coruja

butaca: cadeira

cerciorarse: assegurar-se, certificar-se

chanza: gracejo

chaparrón: aguaceiro

chinchar: chatear, atentar

columpio: balança, gangorra

conejera: gaiola do coelho

cormorón: corvo-marinho

cotorra: tagarela

cuerdo: lúcido

daga: adaga

desangelado: sem-graça

espachurrar: amassar, achatar

espinaca: espinafre

estrafalario (= PT): extravagante

fajina: o toque para refeições, no exército

flequillito: franjinha

fresa: morango

galimatias (sing.) (= PT): abobrinha

gandul: fanfarrão, traste (= PT gandulo)

gazapo: coelho jovem; mancada. Carroll (ou o tradutor de Carroll) utiliza a expressão em duplo sentido.

golfo: pivete

grajo: gralha, urubu

granuja: vigarista, patife

guardapelo: medalhão

guión: hífen

hucha: cofrinho

jarabe: xarope

lumbre: lume

melocotón: pêssego

mendrugo: pão dormido, esmola reles

moflete: bochecha

mora: amora

oporto: vinho do porto, vinho forte

oruga: lagarta ou verdura

páramo (= PT): charneca, brejo, lugar parado no tempo ou entediante, fim de mundo

patillitas: pequenas hastes de óculos

penique: péni ou centavo

perinola: ventoinha (brinquedo)

polilla: sinônimo de mariposa, que também existe em espanhol

pordiosero: mendicante

respingo: salto

riada: enchente

salvar: no sentido de transpor.

seto: cerca-viva

subasta: leilão

tejón: texugo

tiza: giz

zanja: vala

zoquete: pateta

LATINĬTAS: Uma introdução à língua latina através dos textos

LATINĬTAS: Uma introdução à língua latina através dos textos: VOLUME ÚNICO: Fábulas mitológicas e esópicas, epigramas, epístolas, elegias, poesia épica, odes, 2ª ed. revista – José Amarante, Salvador, EDUFBA, 2018.

Livro vencedor do PRÊMIO CAPES DE TESE LETRAS E LINGUÍSTICA 2014.

Material didático de uso público. Eu selecionei apenas trechos que me auxiliaram a desenvolver meu LATIM (neste momento me considero de nível intermediário). Recomendo aos interessados em aulas inaugurais acessar o site da iniciativa do Prof. Amarante, discriminado mais abaixo.

PREFÁCIO – VOL. 1 – 1ª ed. (Milton Marques Júnior)

AINDA SE ENSINA LATIM? Eis aí uma pergunta frequente quando alguém sabe que ensino latim. Depois de séculos mostrando sua pujança, o latim é ainda visto com admiração, sendo recorrentes as perguntas mais descabidas com relação a essa língua, cuja importância, muitas vezes, por enfadonho, evitamos explicar. O assunto aqui se impõe – latim, não necessariamente a explicação de sua importância –, tendo em vista a minha participação em uma banca sobre a língua latina.”

Sabemos que nem sempre há uma relação exata e estreita entre ser professor e preocupar-se com a aprendizagem. Amarante demonstra ser esse professor. Esta preocupação revela-se através do método de latim que ele apresenta como um dos produtos de sua tese de doutoramento.

A palavra método me é muito cara por expressar que algo se faz através de um caminho, evidência que nos indica a sua etimologia, proveniente do grego meta, através, entre, conforme, e odos, caminho.”

O desafio do professor é duplo [triplo!]: percorrer um caminho, em seguida ensinar como se percorrer e, por último, mas não por fim, ir além.”

Na vida, em geral, e na do professor, em particular, o que existe é sempre infectum. É sempre aprendizagem.”

Trabalho alentado, digno realmente de um doutorado, tanto que foi aprovado com distinção, mas se alguém tinha alguma dúvida quanto a sua importância, elas foram dirimidas, desde o momento em que ganhou o prêmio CAPES de teses 2014.”

O primeiro volume [da tese] faz a revisitação da história do latim no Brasil, passando pelos métodos empregados, chegando à elaboração de um método próprio; os dois outros volumes são o próprio método em si, a partir de textos, com a gramática fluindo do contato direto com a língua. Dentre os dois volumes que compõem o método, o primeiro aborda fábulas mitológicas e esópicas, epigramas e epístolas; o segundo, elegias, poesia épica e odes.

Como se pode ver, o professor Amarante tomou o cuidado de abarcar o maior número possível de gêneros do latim clássico, incluindo outros latins, não só o costumeiro dos cursos de graduação, fazendo um escalonamento, a partir de textos considerados mais fáceis e, sobretudo, mais palatáveis, até chegar aos mais difíceis, no volume dois, como a atípica épica das Metamorfoses ovidianas e as odes horacianas. O resultado é que, tendo caminhado de acordo com o método, o estudante não terá grandes problemas com Horácio, Virgílio ou Ovídio, tendo em vista que, ao longo do processo, ele foi internalizando a estrutura essencial da língua latina, o que é importante ressaltar. Não se trata de repetir a velha cantilena das declinações ou de verbos decorados, mas de um método cuja base se erige na estrutura do vocábulo e na sua internalização, sem o sacrifício inútil de tentar memorizar listas enormes de casos e flexões verbais. A preocupação sempre deve ser outra. A preocupação com a estilística, pois cada autor tem o seu estilo próprio e, embora na sua estrutura o latim seja o mesmo, cada autor impõe a sua marca pessoal, com determinados usos, que lhes são próprios.”

Conhecendo perfeitamente bem a dificuldade de se aprender uma língua com uma infinidade de documentos escritos, mas sem um registro falado que acompanhe a quantidade e a qualidade, sobretudo, dos documentos escritos, o professor Amarante começa o seu estudo com Higino, esse maravilhoso bibliotecário de Augusto que escreveu o Liber Fabularum e De Astronomia. [único livro completo de Higino que temos – ver mais adiante] Desse modo, o estudante é seduzido pelos textos menos dados a torneios linguísticos e com um assunto sempre envolvente. Após esse início, que reputamos essencial e inteligente, Amarante faz suas incursões no mundo das fábulas de Fedro, terreno não menos atraente para os iniciantes na língua.

Com uma boa quantidade de exercícios e de vocabulário, cuja apresentação vai diminuindo à medida que se avança no estudo da língua, um outro mérito de seu método é o fato de que alguém que resolva estudar sozinho conseguirá ter êxito, caso se aplique.

Com uma tese que deságua num método de latim, o professor Amarante reabre a discussão do ensino de Latim, reabre a reflexão sobre essa língua e evidentemente sobre a sua importância para nós. Muitos há que são professores de latim e seus cultores, poucos há que se interessam verdadeiramente pela discussão de como e por que ela deve ser ensinada. (sic)”

PREFÁCIO – VOL. 2 – 1ª ed. (Patrícia Prata)

Parece, num primeiro momento, inusitado o lançamento de um método de ensino de latim em pleno século XXI e em terras brasileiras: poderíamos nos indagar se ainda se estuda essa língua em nosso país e por que ainda se estuda, já que ela não aparece como disciplina do currículo do ensino fundamental e médio e, nas Universidades, só consta do currículo de alguns cursos, em especial o de Letras. Contudo, observamos hoje no Brasil um avivamento do interesse pelo estudo do latim (diga-se de passagem, das línguas clássicas em geral), e o mais curioso é o que o tem motivado: a possibilidade de ter acesso aos textos latinos no original e, por meio deles, à cultura literária romana que tanto influenciou a nossa ocidental e, em muitos casos, de poder desenvolver pesquisas na área. A motivação não se dá mais apenas, como se poderia pensar, porque o conhecimento do latim auxiliaria o aprendizado da língua portuguesa (o que poderia assegurar um uso mais ‘correto’ de nossa língua)¹ e de sua história, já que o português proveio do latim.”

¹ Motivação mesquinha típica de um Pasquale.

procedeu-se a um levantamento dos textos latinos que circulavam em terras brasileiras, em especial nos primeiros séculos após o descobrimento, tornando-nos possível conhecer o rol das obras e autores latinos costumeiramente lidos e estudados no Brasil e entender o porquê de sua escolha”

o conhecimento gramatical está a serviço do ensino do texto, de sua leitura e tradução, e, consequentemente, também da literatura.”

Interessante que, mesmo recorrendo a autores canônicos, os textos escolhidos, ao contrário, muitas vezes não são considerados canônicos no que diz respeito à representatividade do gênero em livros didáticos, em especial no Brasil. Como é o caso da escolha de passagens do livro Metamorfoses do autor Ovídio como representante do gênero épico, e não, p. ex., a Eneida de Virgílio – essa escolha demonstra coragem de ousar frente a uma tradição já consolidada de textos utilizados em métodos produzidos no Brasil, e possibilita que outros textos sejam lidos e estudados, ampliando, assim, o repertório de autores e obras da Antiguidade romana a que temos acesso e pesquisamos. O gênero elegíaco também é representado por Ovídio, fato também não muito comum, (sic) esperaríamos encontrar elegias de Propércio, ou mesmo de Tibulo. Também chama a atenção a escolha das obras ovidianas, os Amores e os Tristĭa, esta última não muito conhecida e divulgada no Brasil.”

Não podemos deixar de retomar e destacar a importância da feliz escolha metodológica de se trabalhar com textos originais. Esse procedimento faz com que o aluno entre em contato o mais cedo possível com textos não adaptados dos autores latinos, capacitando-o a ler, interpretar e traduzir os textos com maior rigor, e, consequentemente, tornando-o mais habilitado a realizar pesquisas na área.”

O autor teve a possibilidade de aplicar sua proposta metodológica a um privilegiado grupo de professores da UFBA, bem como a algumas turmas regulares de alunos dessa mesma Universidade. Simultaneamente a sua aplicação, o autor procedia a alterações no material.

INTRODUÇÃO: Concebendo uma abordagem para o ensino e a aprendizagem do Latim

Mantivemos exercícios que, à primeira vista, teriam objetivos que não se direcionam à aquisição da competência leitora. Embora as atividades de falar latim ou de escrever em latim possam parecer úteis apenas para um período em que se utilizava a língua em contexto pragmático, essas atividades se mostram oportunas também para o desenvolvimento da leitura. Exercícios dessa natureza, contudo, se em quantidade excessiva, exigem uma quantidade razoável de horas-aula, um luxo de que as diretrizes curriculares atuais nos privam, razão pela qual aparecem em menor número. Os principais exercícios propostos, então, são exercícios de leitura, interpretação e versão para o português.”

Na primeira unidade textual, ainda que os alunos não tenham conhecimento de elementos gramaticais do latim, a eles é indicado um texto para leitura, antes mesmo de qualquer discussão de noções gramaticais. O vocabulário tem, então e inicialmente, a função de, além de atribuir sentidos, explicitar aspectos gramaticais que permitam a leitura. Nas demais lições, cada texto traz elementos gramaticais já conhecidos pelos alunos e novos elementos que se converterão em objeto de estudo na própria unidade ou nas unidades subsequentes. Assim, ao iniciar o trabalho com um texto novo de uma unidade, o aluno deve ter a noção do funcionamento da proposta, pois cada unidade traz um conjunto de aspectos gramaticais já conhecidos, vistos nas unidades anteriores, e introduz novos conteúdos, todos devidamente didatizados no vocabulário, de acordo com as características especiais do vocabulário de que tratamos.”

É importante que os alunos percebam que os textos antigos vêm de uma tradição de edições diversas, umas mais outras menos confiáveis.”

Não se conserva nenhum texto antigo autógrafo; subsistem muito poucos textos tardo-antigos; de muitos autores, alguns assaz importantes, não subsistem manuscritos anteriores ao século XIV, ou até o século XV. Para alguns textos, por vezes importantes, só se conservou um manuscrito, ao passo que, para outros, subsistem centenas deles. Muitos textos de extrema importância estão totalmente perdidos.”

Citroni et al. 2006

os manuscritos que chegaram até nós derivam-se dos originais através de um número desconhecido de cópias intermediárias, e, consequentemente, são de integridade questionável.”

Maas 1958

Em materiais didáticos de latim, é comum que os textos apresentados (quando é o caso) não venham com a indicação da fonte utilizada que restabeleceu o texto. O estudante precisa entender que aquele texto que irá ler foi estabelecido a partir de manuscritos diversos, num trabalho de crítica textual que busca ‘localizar os erros dos copistas, as interpolações posteriores, o estabelecimento das cópias disponíveis, a crítica da proveniência, fixação da data, identificação da origem, busca das fontes’ (FUNARI, 2003, p. 27).”

A seção ‘Salvar como’ apresenta uma lista de palavras, por classe gramatical, que devem ser memorizadas, arquivadas, guardadas. As palavras registradas na seção não aparecem na lista do vocabulário da unidade. Em geral, são palavras com mais de um significado ou com especificidades de uso. Nas unidades subsequentes, certamente elas aparecerão registradas com novos significados. Aqui, o aluno ‘salva a palavra como’, ou seja, guarda o significado adequado ao contexto do texto lido.”

O LATIM E O PORTUGUÊS § Atendendo a demandas de muitos estudantes pela discussão de elementos latinos interessantes para o entendimento de determinados aspectos do português, apresentam-se, nesta seção, elementos comparativos, de diferentes ordens, entre o latim e o português.”

Registro, nesta segunda edição, os meus agradecimentos aos professores de todo o Brasil que nos enviaram suas considerações e propostas de aprimoramento do material. Certamente, esta versão que agora vem publicada revê alguns problemas da primeira edição. Contudo, dada a complexidade de um material didático, não o consideraremos nunca acabado”

UNIDADE A. ASPECTOS HISTÓRICOS DA LÍNGUA E DA LITERATURA LATINAS

Estabelecemos as distinções entre latim clássico e latim vulgar e definimos a modalidade da língua com que iremos trabalhar. Também iremos conhecer as diferentes fases históricas do latim e sobre a formação dos gêneros na Antiguidade.”

embora declarado morto, o latim recusou-se a ser enterrado” Peter Burke, 1993

O caminho: indo-europeu — ítalo-céltico — itálico — latim — línguas românicas

Da mesma forma, podemos chegar a uma outra unidade linguística anterior ao latim, se analisarmos as semelhanças existentes entre o latim e os dois antigos idiomas falados na Península Itálica, o osco e o umbro. Trata-se do que se convencionou chamar de ‘itálico’.”

o latim (…) não se prende diretamente ao primitivo indo-europeu, mas dele está separado por outras unidades linguísticas subsequentes, como o itálico e o ítalo-céltico.”

Para Faria (1970, p. 14-17), em relação à unidade ítalo-céltica, como também não há documentação, a probabilidade de sua existência se deve às comparações e à observação de particularidades comuns à gramática das línguas itálicas (como o latim, o osco e o umbro) e à gramática das línguas célticas (como o bretão, irlandês e o gaulês). Da unidade itálica, ao que se pode concluir, há, apesar de curtos, numerosos textos epigráficos dos seus dialetos: o latim, que nos legou uma vasta literatura; o osco, conhecido através de inscrições, sendo a mais extensa a chamada Tabula Bantina (encontrada em Bântia, na Apúlia); e o umbro, através de moedas e curtas inscrições supérstites, [sobreviventes] além de uma longa epígrafe: as tábuas eguvinas, nas quais há a gravação do ‘ritual dos chamados frates Atiedii, colégio sacerdotal de Igúvio, hoje Gubbio (idem, ibidem).”

Descrição da “Fig. 1 – Árvore genealógica das línguas indo-europeias”: O hipotético indo-europeu deu origem a três grandes famílias que conhecemos também por inferência (o indo-iraniano, o balto-eslávico e aquele que daqui se trata, o ítalo-céltico). Além disso, deu origem às famílias germânica e helênica. Do helênico, só conhecemos uma língua: o grego. Do germânico, três: alemão, holandês e inglês. Do indo-iraniano, derivam o persa e o sânscrito. Do balto-eslávico, o polonês e o russo. Do ÍTALO-CÉLTICO, diretamente duas famílias: o ITÁLICO e o CÉLTICO. O Céltico deu origem ao bretão, ao gaulês e ao irlandês. O ITÁLICO teria originado mais uma família, a latina; além dos idiomas osco e umbro comentados. Do latim, nosso objeto de estudo, nós conhecemos o latim clássico, aquele que ‘morreu’ na Antiguidade; e o latim vulgar, que deu origem a todos os idiomas românicos. Para o romeno, o italiano, o francês e o espanhol a derivação é direta. Para o Português, curiosamente, ainda há mais uma mediação: nossa língua, bem como a galega, vem de uma família ou dialeto prévio que reunia a medula espinhal destas duas: o GALEGO—PORTUGUÊS. Defendo que o termo “idade média” só existe por deficiência de conhecimentos sobre a cultura da Europa após a queda do Império do Ocidente, ignorância essa que se reflete na dificuldade de apurar as mudanças regionais das falas românicas que foram brotando até nascerem os idiomas contemporâneos a nós.

Mas o latim que dará origem às línguas românicas não será o latim clássico, uma língua literária, trabalhada artisticamente pelos grandes escritores que nos legaram uma literatura que até hoje influencia o mundo ocidental. O latim que deu origem às línguas românicas é o chamado latim vulgar, ou o latim falado pelos diversos estratos sociais, em diferentes situações, tempos, lugares, e que não deve ser pensado como uma língua uniforme.” Somos o substrato do substrato do substrato do substrato!

Certamente o latim levado à península ibérica, por ocasião da segunda guerra púnica (contra os cartagineses, de 219 a 201 a.C), não será o mesmo latim das conquistas tardias, como a da Dácia, na atual Romênia, em 106 d.C.”

A designação de latim vulgar (DIEZ, 1836-1844), no singular, é apenas uma convenção para se referir às diferentes formas de latim, opondo-se ao latim literário (e – pensando com Maurer Jr. (O problema do latim vulgar, 1962), talvez pudéssemos afirmar – aos usos extremamente monitorados da língua em situações mais formais).

As fontes de que dispomos para o conhecimento do latim vulgar são as comédias de Plauto (séc. III–II a.C.), os poemas de circunstância de Catulo (séc. I a.C.), algumas cartas de Cícero dirigidas a familiares (séc. I a.C.), inscrições cristãs, feitas sem preocupações literárias, ou outros tipos de inscrições, bilhetes jocosos, o Appendix Probi, uma lista de correções explicitando as formas que poderiam ser consideradas corretas: socrus non socra, speculum non speclum, auris non oricla, por exemplo (CARDOSO, 1997).”

LATIM PRÉ-HISTÓRICO: Falado entre os séculos XI e VII ou VI a.C. A fase é anterior ao aparecimento de documentos escritos. Em meados do século VIII a.C., Roma é fundada.

LATIM PROTO-HISTÓRICO: Aparece nos primeiros documentos escritos. Inscrições: fibula prenestina (séc. VII ou VI a.C.), Vaso de Duenos (séc. IV a.C.)

LATIM ARCAICO: Utilizado entre o séc. III a.C. e o início do séc. I a.C., está presente em antigos textos literários (Névio, Plauto, Ênio, Catão), em epitáfios e textos legais. Inicialmente pobre, de vocabulário reduzido, enriquece-se com o desenvolvimento da literatura e com a influência da cultura helênica. É do início do período uma compilação do código do Direito Romano por uma comissão composta por dez cidadãos (decemviri). Publicada em 451-450 a.C., a lei das Doze Tábuas,¹ de que se conservam fragmentos, era utilizada nas escolas romanas até o período de Cícero e sua influência se estende sobre o pensamento e o estilo literário dos romanos (HARVEY, 1987).

LATIM CLÁSSICO: Séc. I a.C. a I d.C. (…)

LATIM PÓS-CLÁSSICO: Sécs. I a V d.C. A língua começa a perder a pureza e a perfeição do período clássico. Diminui a distância entre a língua literária e a falada. Já se prenuncia a dialetação que dará origem às línguas românicas.

USOS DO LATIM POSTERIORES (…): Os tabeliães utilizaram o latim até o século XII em documentos oficiais; a Igreja toma o latim como sua língua oficial e, até 1961, o uso do idioma era obrigatório na redação dos documentos eclesiásticos e na realização de cultos e cerimônias religiosas;(*) a ciência, até o início do séc. XX, vê no latim uma linguagem universal e na língua foram escritos tratados filosóficos e científicos.(**)

(*) No Vaticano, até nossos dias, os documentos oficiais são emitidos principalmente em latim. Ao que se pode depreender dos documentos disponíveis no site do Vaticano, a língua oficial ainda é o latim, embora só seja utilizada nos documentos oficiais e nos rituais cerimoniais. Até mesmo os caixas eletrônicos do Vaticano oferecem o latim como opção de língua. Em 2003, o Vaticano public[ou] um dicionário com traduções de 13 mil expressões inexistentes no tempo dos romanos da Antiguidade. O seu próprio site pode ser lido completamente em latim (http://www.vatican.va/latin/latin_index.html), além de existir a possibilidade de leitura nas línguas modernas. [https://www.vatican.va/roman_curia/institutions_connected/latinitas/documents/rc_latinitas_20040601_lexicon_it.html]

(**) Como em boa parte da Europa a língua ainda é estudada nas escolas, há traduções de textos modernos para o latim, como os volumes da série Harry Potter: Harrius Potter et Philosophi Lapis (‘Harry Potter e a pedra filosofal’), Harrius Potter et camera secretorum (‘Harry Potter e a câmara secreta’); ou Regulus (O pequeno príncipe), ou, entre tantas outras, Arbor alma (do original em inglês The giving tree, de Shel Silverstein, traduzido para o português, por Fernando Sabino, com o título A árvore generosa). Totalmente na língua são, também, sites com jornais que noticiam em latim (veja, por exemplo, http://ephemeris.alcuinus.net/ ou http://www.scorpiomartianus.com/, com arquivos em áudio de notícias na língua latina) ou sites que proporcionam espaços de interação entre seus membros, interessados em treinar o uso da língua. Veja-se, por exemplo, http://schola.ning.com/. Até mesmo existe uma Wikipedia em latim, a Vicipaedia: http://la.wikipedia.org/wiki/Pagina_prima. No Facebook, a língua latina é uma das opções de língua para a configuração da página.”

¹ Veja meu post de 19/1/21 para fragmentos (dos fragmentos!) em Inglês, https://seclusao.art.blog/2021/01/19/the-12-tables-com-comentarios-de-coleman-norton/.

* * *

Em geral há divergências na definição do período clássico e do período pós-clássico. Quando nos referimos ao fato de que estudaremos o latim ‘clássico’, estamos adotando o mesmo conceito de ‘clássico’ que se registra na abrangência sugerida por Aulo Gélio (Noites Áticas, XIX, 15)

A poesia (carmen para os latinos, com o sentido de composição em verso; o mesmo sentido tinha em latim a palavra poema, tomada do grego) é dividida de acordo com a imitação que se propõe de homens melhores, de homens piores, ou de homens nem melhores nem piores. Em sua divisão, estabelecem-se 3 grandes gêneros: o épico, o lírico e o dramático. No gênero épico, imitam-se as ações dos homens considerados melhores. É o gênero dos grandes heróis e das grandes ações. O gênero dramático, por sua vez, pode apresentar bons caracteres (a tragédia) ou maus caracteres (a comédia). O gênero lírico comporta a imitação de homens iguais a nós, nem melhores, nem piores.”

Entre os romanos, temos a Arte poética de Horácio (conhecida como Epistula ad Pisones), um tratado sobre a poesia. Dirigida aos irmãos Pisões, apresenta alguns preceitos que refletem a Poética aristotélica: ‘Eu o aconselharei a, como imitador ensinado, observar o modelo da vida e dos caracteres e daí colher uma linguagem viva.’

Plauto, por exemplo, seria cronologicamente do período arcaico, mas pensando a partir do critério permanência é um autor clássico; basta observar a influência do teatro plautino na posteridade.”

Os autores da literatura romana irão se dedicar a boa parte dos gêneros desenvolvidos pelos gregos (alguns surgidos antes mesmo dos gregos; a própria fábula, por exemplo, tem origem anterior, provavelmente oriental). Dos clássicos gêneros descritos por Aristóteles, escrevem-se e desenvolvem-se subgêneros. Em alguns casos, o espírito romano trará vieses novos a gêneros já conhecidos. Como criação romana, Quintiliano (séc. I d.C.) cita a sátira: ‘Satura quidem tota nostra est’.”

A partir de 81 a.C., quando ocorre o primeiro pronunciamento de Cícero como orador, começa a chamada fase clássica, com duas épocas distintas: a chamada época de Cícero ou de César, com grandes prosadores num momento de grandes lutas políticas, nos momentos finais do sistema republicano; a outra época é a chamada época de Augusto, com grande desenvolvimento da poesia latina através do surgimento de seus mais expressivos poetas, em momento de apoio oficial à arte poética (CARDOSO, 2003).

Após a morte de Augusto, a literatura começa a dar sinais de perda de sua força. É a época dos imperadores júlio-claudianos (Tibério, Calígula, Cláudio e Nero), que conta ainda com autores que se destacam em sua produção literária. Mas os maiores sinais da pouca vitalidade da literatura ocorrerão no chamado período pos-clássico, a partir da morte de Nero (68 d.C.). Essa época conta com dois períodos: o neo-clássico (de 68 até final do século II) e a época cristã (do final do século II até o século V).”

Segundo Cardoso, a obra Metamorfoses de Apuleio (conhecida como O asno de ouro) é ‘mais um curioso exemplo de narrativa novelística’, também de difícil classificação.”

UNIDADE B. ALFABETO E PRONÚNCIA DO LATIM

Segundo McMurtrie,(*) é consenso entre os especialistas a origem grega do alfabeto adotado pelos povos antigos que habitaram a península da Itália.

(*) McMURTRIE, Douglas. O livro: impressão e fabrico. Trad. Maria Luísa Saavedra Machado. 2 ed. Lisboa: Fundação Calouste Gulbenkian, 1982.

O primitivo alfabeto latino não era formado pelas 23 letras utilizadas no período clássico. Não possuía o G, nem o Y e o Z. Nos primeiros documentos escritos, empregava-se o C tanto para representar a oclusiva velar surda /k/ quanto a sua homorgânica sonora /g/. O surgimento do G, para diferenciar as duas oclusivas velares, se dá em função de, posteriormente, acrescentar-se uma pequena barra horizontal à haste inferior do C.” “Como o Z era pouco utilizado, passou a ocupar a última posição no alfabeto.”

O uso da letra K, primitivamente, restringia-se a sua posição antes de A e de consoantes. Praticamente em desuso depois, se manteve utilizada em poucas situações: geralmente em palavras estrangeiras e, especialmente, em abreviaturas, como se sugere para os nomes Caeso abreviado em K. [É nome próprio! Antes eu achava que era queijo!], ou para a palavra calendae ou kalendae (‘calendas’, o 1º dia do mês entre os romanos) abreviada em kal., ou ainda para termos como castra (‘acampamento’), abreviado em KK. Quanto ao Q, manteve-se em latim em antigas inscrições, no contexto antes das vogais o e u, mas o C viria a assumir generalizadamente todas as posições, no lugar do K e do Q, sendo que este último se manteve no grupo qu [que inclusive é a pronúncia de Q].”

Como vimos, o Y e o Z não eram propriamente letras latinas. Usadas para a transcrição de palavras gregas em latim, dada a influência do helenismo em Roma (…)”

As minúsculas surgirão mais tarde com alterações operadas paulatinamente nas maiúsculas, como resultado da tendência, bem natural, dos escribas para escreverem mais fácil e rapidamente do que se poderia fazer com as formas convencionais das letras monumentais.” MAIÚSCULAS não são o Partido dos Trabalhadores mas DÃO TRABALHO!

É no Renascimento que ocorrerá a incorporação dessas letras [J e V] ao alfabeto latino por Pierre de la Ramée (Ramus), daí serem conhecidas por letras ramistas.”

Para se estabelecer as características da pronúncia reconstituída do latim, utilizam-se os seguintes tipos de fontes: as informações diretas dos gramáticos latinos e escritores romanos, como Cícero, Quintiliano, Aulo Gélio, e muitos outros; a grafia das inscrições e dos manuscritos latinos; a métrica latina, principalmente para o estudo da quantidade; a transcrição de palavras latinas em línguas estrangeiras e vice-versa; a pronúncia do latim vulgar e das línguas românicas; o estudo da fonética histórica do latim, antigas etimologias, etc.; a gramática comparada das línguas indo-européias.”

Como ao estudante iniciante é difícil perceber quais vogais são longas ou quais são breves, é costume o uso dos sinais mácron (como em vidēre, indicando que se trata de uma vogal longa) e braquia (como em legĕre, indicando que se trata de uma vogal breve).”

incĭdo, eu caio

incīdo, eu golpeio”

cără, cara, face, rosto

cāră, nome de uma planta”

mălŭm, perigo, risco, desventura

mālŭm, maçã” A mais do que provável razão para se atribuir à maçã a fama de ‘fruto do pecado original’, já que isso não é dito ora alguma no Gênese.

ăvě é um adjunto circunstancial: com a ave, pela ave

ăvē é uma forma verbal do imperativo de avere (estar com boa saúde) e funciona como fórmula de saudação: Bom dia! Passe bem! Até mais!

Conforme veremos, uma vogal pode ser originariamente breve, mas a sílaba onde se encontra pode ser longa.” A verdade é que a visão geral do latim é desencorajante para qualquer um!

Considerando a intensidade, o acento em latim só ocorre até a antepenúltima sílaba, assim como no português. Entretanto, em latim o acento não ocorre na última, como o faz o português. Assim sendo, serão paroxítonos todos os dissílabos.”

Segundo a regra da penúltima sílaba, se a vogal da penúltima sílaba for longa, o acento recairá sobre essa sílaba (vidēre, Neptūnus); se ela for breve, o acento recuará para a antepenúltima (prodĭgus, legěre).

Como não há nenhum sinal para marcar o acento em latim, costumamos marcar a penúltima sílaba quando for breve. Não havendo nenhuma marcação na vogal de penúltima devemos considerá-la longa. É com o tempo e com o contato sistemático com a língua que teremos segurança na definição do acento em uma palavra.”

É sempre breve a sílaba constituída por uma vogal breve, ou por uma vogal breve precedida de uma ou mais consoantes. Ex.: a-la-crĭ-tas (alegria, entusiasmo), re-plĭ-co. Se a sílaba, contudo, terminar por consoante e for seguida imediatamente de outra consoante na sílaba seguinte, embora a vogal seja breve, a sílaba será longa. Ex.:

agěr (campo) e a-gel-lus (campo pequeno)

Nesse caso, embora o ě seja breve em ager e em agellus, a penúltima sílaba em agellus será longa. [mas não no a de ager, isto é, a enquanto sílaba?]”

Há raras exceções de palavras oxítonas, em função de alterações fonéticas, como, por exemplo, palavras que perderam um fonema em seu final: illuc(e) (ali), istac(e) (por aí).”

AUXÍLIO NAS PRONÚNCIAS

VOGAIS

ă: [a] como em “pato”

ē: como em musée (fr.)

ĕ: como em “teto”

ī: como em sheep (ing.)

ĭ: [i] como em “mico”

ō: como em niveau (fr.)

ŏ: como em “toca”

ū: como em goose (ing.)

ŭ: como em “mula”

SEMIVOGAIS

i: [y]

ocorre em: iacěo, jacěo

pronunciar como: praia

u: [w]

ocorre em: pauĭdus, pavĭdus

pronunciar como: quatro

ou como v mesmo, pois ninguém merece – somos ramistas!

CONSOANTES

pronunciam-se da mesma forma que no português as consoantes b, d, f, k, p, q, t

Se for verdade, o sujeitinho cuja vídeo-aula (uídeo-aŭla!) vi no youtube falou merda (em sua aula introdutória, citou BÉ, DÉ, ÉF, QU, TÉ! Se é que ainda não mandou um PÉ (não me recordo) – nota zero! Porém, não sei se confio mesmo nesse LATINĬTAS, pois não avisam das dentais como em deep e titillation, e não como em dia e tio em grande parte das regiões centro-oeste e sudeste do país, como aqui em Brasília entre os não-nordestinos e nem nortistas.

As consoantes geminadas (mm, pp, ll, etc.) devem ser pronunciadas alongadas. Veja que o fato de uma consoante ser simples ou geminada é um traço distintivo no latim:

[se não tiver tato, digo, palato, acaba se complicando!]

ānnŭs (ano) e ānŭs (ânus)”

Os gringos estão ainda mais fŭdīdŭs, já que falam ênnãs!

ATENÇÃO!

No caso das palavras ānŭs (ânus) e ănŭs (mulher velha) a distinção é feita pela duração da vogal /a/.” ã-nus; ános.

Em cŏ (cabeleira) e cōmmă (vírgula), além da distinção pela consoante geminada /mm/, temos a duração da vogal /o/.”

Estou em ,

, of souls

n: [n] como em cone “Em Quintus, deve ser pronunciada com seu valor consonantal, não apenas nazalizando (sic – erro horroroso [rōrōrōso]!) a vogal anterior.”

você está ss? pois eu já estou gritando!

ch: só o c, como em “coca”.

deus eks má quina

assim como no ph = p.

metápora

pilozópia

pilipe

FÁBULAS MITOLÓGICAS

A fábula, ainda tão presente no mundo de hoje, principalmente em edições escolares, tem suas origens remotas na Mesopotâmia, e sua transmissão se dá por testemunhos em textos de uma civilização geralmente considerada a mais antiga da humanidade: a civilização suméria. Como forma de sabedoria popular, portanto distante na forma e no conteúdo das poesias mais elevadas gregas, terá a atribuição de sua invenção justamente a um escravo estrangeiro, Esopo (séc. VI a. C.). O gênero é, pois, de tradição humilde.”

É fato que a narrativa mítica se presentifica na literatura grega desde suas origens, seja em micronarrativas, como encontramos nos poemas homéricos; seja como explicação da origem do cosmos grego, como o fez Hesíodo em sua Teogonia; seja como elemento essencial para a elaboração de peças dramáticas, do qual se serviram os 3 grandes tragediógrafos (Ésquilo, Sófocles e Eurípides). Acrescente-se a isso o papel que o mito desempenhou nas artes plásticas gregas através das cenas mitológicas que foram esculpidas nos frontões e métopas dos templos ou nas inúmeras pinturas em cerâmica.

Com o objetivo de instruir estudantes de Humanidades do mundo antigo, além de poetas e tratadistas, surgem as compilações de mitos, sendo a chamada Biblioteca de Apolodoro, a única que chegou praticamente completa até nossos dias.”

Nesse sentido, veremos, por exemplo, em Higino, alguns aspectos do mito de Hércules que só existem na sua versão, ou ainda ausências de elementos do mito que aparecem em outros mitógrafos.”

UNIDADE UM:

Alcmena (Fabŭlae, XXIX)

HIGINO

Basicamente, o que nos chegou sobre o suposto autor das Fabŭlae nos foi transmitido por Suetônio (De grammatĭcis et rhetorĭbus, XX, 1)

Foi amigo íntimo do poeta Ovídio e de Clódio Licínio, o antigo cônsul e também historiador; este informa que Higino morreu muito pobre e que foi sustentado por sua própria bondade enquanto estava vivo.”

Para Hoyo e Ruiz (2009), não há consenso sobre a veracidade dos dados apresentados por Suetônio. Afirmam, contudo, como certo, o fato da obra ter sido traduzida para o grego em 207 d.C., um fato peculiar na história da literatura latina, uma vez que se trata de um dos poucos exemplos de tradução ao grego de um texto latino; o inverso seria o mais comum.”

Se dessas obras temos apenas notícia ou pequenos fragmentos, chegou completa até nós uma obra de caráter mítico-científico: De astronomĭa. Fato ainda em discussão, a atribuição de uma mesma autoria às Fabŭlae e ao tratado De astronomĭa se dá devido ao fato de se observarem certas semelhanças entre as obras.”

* * *

O BOM ANFITRIÃO QUE À CASA TORNA…

obs: Não estou transcrevendo todos os mácrons e braquias!

Amphitryon maritus erat Alcmenae et suo a domo abĕrat [estava ausente] cum expugnabat Oechalĭam. Iupĭter Amphitryonem simulavit, quia dormire cum Alcmena volebat. Tunc Alcmena Iovem thalămis recepit, quia dolum nesciebat.

Iupĭter, cum in thalamos venit, Alcmenae retulit res gestas quas in Oechalĭa gessit. [realizado] Ea, credens Iovem coniugem esse, cum eo concubuit. Deus tam delectatus cum ea concubuit ut unum diem usurparet, duas noctes congeminaret. Ita Alcmena tam longam noctem admirata est. Ita Alcmenam tam longa nox tetĭgit. [?]

Postea cum verus venit maritus ad domum, minĭme [quase nada] eum curavit [se preocupava] Alcmena, quod iam putabat se coniugem suum vidisse. [ver] Amphitryon in regĭam [palácio] intravit et eam vidit securam. [indiferente] Tunc mirari coepit [começou a estranhar] et queri, [queixou-se] quia uxor eum comĭter [amavelmente] non excepit. [não o recebeu] Marito Alcmena respondit: ‘Iam pridem [antes] venisti et mecum concubuisti et mihi narrasti res gestas in Oechalĭa tuas’.

Alcmena omnes res domi factas dixit. Tunc factum sensit dolum maritus: deus alĭqui fuit pro se. [em seu lugar] Ex qua die cum ea non concubuit. [Nesse dia não consumaram relação] Alcmena, ex Iove compressa, [violentada] pepĕrit [pariu] Herculem.”

(*) “Alcmena, então, ficaria grávida de dois homens: do deus Júpiter, que será o pai de Hércules, e de seu marido, que será o pai de Íficles. Como Hércules será gerado primeiro, ele será chamado, inclusive em Higino, conforme veremos na Unidade II, de primogênito.”

Minha tradução completa:

Anfitrião, marido de Alcmena, deixou seu lar para lutar em Ecália.¹ Zeus se metamorfoseou em Anfitrião para satisfazer oportunamente seu anseio libidinoso de dormir com Alcmena. Alcmena, enganada pela artimanha do deus, recebeu Zeus de bom grado em sua cama e em seus braços, pensando que procedia apenas à virtuosa união do tálamo conjugal.

¹ [Futura Cálcis. Curiosamente, seria destruída por Hércules quando adulto.]

Zeus tanto gozou dessa união que, não só uma, mas duas noites inteiras tomou no ato de a possuir. Isso ele fez com artifício sobrenatural, para que a longa noite não fosse interrompida, transformando a duração normal em seu dobro. Alcmena bem se admirou da longa duração de suas núpcias de boas-vindas a seu esposo guerreiro.

Quando o verdadeiro Anfitrião enfim vitorioso da guerra regressou, vendo que Alcmena não o recebeu da forma apropriada, dando a sua chegacda somenos importância, questionou a indiferença de sua amada. Alcmena assim respondeu, com naturalidade e certo enfado categórico: ‘Ora, se viestes mais cedo e me enlaçaste, celebrando a vitória em Ecália!… Que esperavas agora? O mesmo entusiasmo?’.

Alcmena disse apenas a verdade que vivera. Constatou-se então a verdade maior, para ela e Anfitrião, até então oculta: um deus com ela jazeu na cama, fazendo-se passar por quem não era. Estuprada pelo Rei do Olimpo, o produto da semente daquela dupla noite capciosa seria parido nove meses mais tarde, sendo esta a estória de como o bebê Hércules nasceu.”

GLOSSÁRIO

concubuit: deitar-se

dixit: narrar (além de narrar, contar, o verbo significa cantar, celebrar, recitar, predizer; chamar, designar, apelidar, nomear, eleger; fixar, estabelecer; ordenar, avisar)

LEMBRETES DO PORTUGUÊS

congeminar: multiplicar

congeminar-se: cismar, matutar

Este é o lugar oportuno para citar as 3 principais recomendações com que me deparei em pesquisas que exorbitam este livro do LATINITAS para dicionários, seja para iniciantes ou usuários avançados, com o idioma de partida seja em português ou inglês:

FARIA. Dicionário Escolar Latino-Português (para usuários novatos e avançados)

GLARE. Oxford Latin Dictionary (melhor opção para quem já domina o inglês)

REZENDE & BIANCHET. Dicionário do latim essencial (para consultas breves)

SANTOS SARAIVA. Dicionário latino-português (para usuários avançados)

factum sensit dolum maritus

permutabilidade plena das palavras na frase sem perda de sentido:

factum sensit dolum maritus

maritus factum sensit dolum

factum maritus dolum sensit

dolum sensit factum maritus

maritus sensit factum dolum (melhor para perceber a concordância de sujeito e verbo conector)

Daqui por diante, ao verificar no vocabulário ou no dicionário uma palavra, observe que ela virá no nominativo e no genitivo singular, separados por vírgula:

ALCMENA , ALCMENAE ou ALCMENA , -AE” (detector da declinação)

ATENÇÃO: A palavra nox tem genitivo noctis. Assim, o seu genitivo simplificado não será formado apenas com a terminação –is (nox, -is), pois daríamos a impressão que o genitivo é noxis. Os dicionários costumam enunciar a palavra assim: nox, -ctis.”

QUAL A UTILIDADE DE COLOCAR NOMES PRÓPRIOS EM DICIONÁRIOS? NENHUMA, A NÃO SER QUE A LÍNGUA OS DECLINE! “Percebemos que a palavra Amphitryon é nominativo não por sua terminação, mas por sabermos que é uma palavra da 3ª declinação e, ao conferirmos sua entrada em dicionários, como se vê abaixo, nos certificarmos de que Amphitryon é a forma que antecede a vírgula. Veja:

Amphitryon, Amphitrionis”

MNEMÔNICO ETIMOLOGIA(?) “Puella est secura.” Curiosamente, as pessoas mais secas no tratamento com as outras são-no às vezes por serem mais seguras. Stultus? Sed utilis!

Tempos do infectum são aqueles que exprimem ações não concluídas, não acabadas (presente – eu julgo, pretérito imperfeito – eu julgava e futuro imperfeito – eu julgarei). Os tempos do perfectum, por sua vez, são aqueles que exprimem ações concluídas, acabadas (pretérito perfeito – eu julguei, pretérito mais-que-perfeito – eu julgara ou tinha julgado, futuro perfeito – eu terei julgado).”

Em geral, os dicionários costumam mostrar 5 formas do verbo, conhecidas como tempos primitivos. Por enquanto, vamos nos concentrar em 4 dessas cinco formas.” a terceira posição no dicionário, ou seja, a 2ª terminação à direita da palavra (do verbo) é o infinitivo.

puto, -as, -are, putavi

1. (ego) puto 1ª pessoa do presente do indicativo ou infectum (imperfectivo)

2. 2ª pessoa

3. declinação (1ª) – infinitivo – PUTARE

4. 1ª pessoa do pretérito perfeito (perfectivo)

O 1 e o 4 se fazem necessários pois dão origem a conjugações um tanto diferenciadas. Os verbos do imperfectivo se estruturarão pela partícula –ba–.

humani nihil a me alienum puto

nada humano julgo estranho

Há verbos que são irregulares e que são reconhecidos pela sua forma de infinitivo, não apresentando as terminações em -are, -ere, –ĕre e -ire. É o caso, por exemplo, de verbos como referre, esse e posse.”

Chamamos o verbo no latim pelo seu infinitivo (esse – ser, estar) ou pela primeira pessoa do presente do indicativo (sum – sou, estou). Assim, quando dizemos verbo sum, entendemos tratar-se do verbo ser; da mesma forma ocorre quando dizemos verbo esse. No dicionário, esse verbo aparece assim: sum, es, esse, fui.”

ego sum

tu es

ea est

nos sumus

vos estis

illo(*) sunt

eram

eras

erat

eramus

erātis

erant

fui

fuisti

fuit

fuĭmus

fuistis

fuērunt ou fuēre

possum, potes, posse, potŭi

possum

potes

potest

possumus

potestis

possunt

poteram

poteras

poterat

poterāmus

poterātis

poterant

potui

potuisti

potuit

potuimus

potuistis

potuerunt ou potuēre

(*) CURIOSIDADE

O elo perdido entre a preposição latina e o artigo português:

ĭllu > elo > lo > o

Se observarmos bem algumas palavras de nossa língua em determinados registros, vamos perceber que há ainda certas alternâncias, umas mais outras menos formais, entre pronúncias com b ou v: sobaco/sovaco, vassoura/bassoura, travesseiro/trabesseiro

UNIDADE DOIS:

Hercŭlis athla duodĕcim ab Eurysthĕo imperata (Fabŭlae, XXX)

HIGINO

In infantĭa, dracones duos duabus manĭbus necavit, quos dea Iuno misĕrat, unde poetae primigenĭum dixerunt puĕrum.

1. Leonem Nemeae, quem Luna nutriĕrat in antro amphistŏmo, [caverna de duas entradas] atrotum [invencível] necavit. Postea Hercŭles pellem leonis pro tegumento [capa] habŭit.

2. Hydram Lernae – Typhonis filĭam cum capitĭbus novem [nove cabeças] – ad fontem Lernaeum interfecit [matou]. Hydra tantam vim veneni habŭit. Ea afflatu [bafo] potĕrat homĭnes necare et si persona eam dormientem transiĕrat, vestigĭa personae afflabat [bafejava] et maiori cruciatu [maior sofrimento] interibat [matava]. Postquam hydram Hercŭles interfecit et exinteravit [estripou] et eius felle [em veneno] sagittas suas tinxit. Ităque sagittae Hercŭlis letales erant.

3. Aprum [javali] Erymanthi occidit. [matou]

4. Cervum ferocem in Arcadĭa cum cornĭbus aureis [áureo] vivum in conspectum [em presença] Eurysthei regis adduxit.

5. Aves Stymphalĭdes in insŭla Martis, quae emissis pennis [penas] suis sauciabant, sagittis interfecit.

6. Augeae regis stercus bovile uno die purgavit, maiorem partem Iove adiutore [ajudante]; Iupĭter flumen immisit et totum stercus ablŭit. »

GLOSSÁRIO

necavit: matar

propter : perto, por causa

in + subst. => uso do ablativo

Tendo a crer que esse método não levará a nada – veja só o caráter abstrato e distante do aprendiz: “Acusativo antecedido por preposição § Ao estudarmos as funções dos casos, constatamos que o acusativo é o caso do objeto direto. Observe estes dois exemplos do texto em que as palavras no acusativo exercem funções diferentes”…

O caso ablativo é o caso por excelência do adjunto ou complemento circunstancial, já que, mesmo não regido por preposição, pode assumir essas funções. Mas nem sempre o ablativo sozinho será suficiente para marcar todos os tipos de circunstâncias”

As palavras da 1ª declinação são, em sua grande maioria, femininas. Algumas, contudo, são masculinas: nomes de profissões comuns a pessoas do sexo masculino: nauta, -ae (marinheiro), poeta, -ae (poeta); nomes de pessoas do sexo masculino, como Galba, -ae (Galba); nomes de rios: matrŏna, -ae (Mátrona, rio da Gália, hoje Marne); e os substantivos formados com o auxílio dos sufixos -cola e -gena: agricŏla, -ae (agricultor), incŏla, -ae (habitante), indigěna, -ae (indígena).”

Há, assim, no latim, algumas palavras utilizadas somente no plural (chamadas pluralia tantum).”

Assim como divitiae, são pluralia tantum da 1ª declinação, além de outras, as seguintes palavras: feriae (férias), nuptiae (núpcias), Athenae (Atenas). Veja que, no português, algumas dessas palavras só são, também, utilizadas no plural. Em outras declinações, há também palavras só utilizadas no plural. Elas serão vistas nas lições em que detalharmos cada uma das declinações.”

Palavras especiais em –er da 2ª declinação

Observe a seguinte oração do texto:

Aprum Erymanthi occidit.

(Matou o javali de Erimanto)

A palavra em destaque na oração aparece assim dicionarizada: aper, -pri. Observe que, no exemplo acima, com a palavra no caso acusativo, ocorre a síncope da vogal ‘e’: aprum e não aperum. Veja, agora, duas palavras que têm nominativo em –er e que se comportam de maneira diferente ao serem declinadas.

PUER / APER

(…)

Podemos conferir que, na palavra puer, a vogal e se mantém em todos os casos do singular e do plural. Na palavra aper, por outro lado, ocorre a síncope do e em todos os casos do singular e do plural (exceto no nominativo singular). Em função dessas diferenças na declinação das palavras em –er, os dicionários e vocabulários costumam mostrar no genitivo, além da terminação, uma parte da palavra, indicando que ocorre síncope ali”

É o caso de lenha, no português, que é uma forma singular (oriunda de um neutro plural latino) e mantém uma ideia de plural: uma porção de gravetos ou pedaços de madeira para ser queimada.”

(cont.)

7. Taurum, cum quo Pasiphaa concubuit, ex Creta insula Mycenas vivum adduxit.

8. Diomedem, Thracĭae regem, et equos quattuor eius, qui carnem humanam edebant, cum Abdero famulo interfecit; equorum autem nomĭna: Podargus, Lampon, Xanthus, Dinus.

9. Hippolytam Amazonam, Martis et Otrerae reginae filĭam, cui reginae Amazonis baltĕum detraxit; [arrancou o cinturão] tum Antiopam captivam Thesĕo donavit.

10. Geryonem, Chrysaoris filĭum trimembrem, uno telo interfecit. [matou com uma flecha]

11. Draconem immanem [inumano] Typhonis filĭum, qui mala aurĕa [maçã de ouro] Hesperĭdum servare solĭtus erat, [soía guardar] ad montem Atlantem interfecit, et Eurystheo regi mala attŭlit.

12. Canem Cerbĕrum, Typhonis filĭum, ab infĕris regi in conspectum adduxit.”

(*) “As Hespérides eram as filhas de Héspero que habitavam perto do monte Átlas, num jardim com árvores de pomos de ouro e guardado por um dragão”

UNIDADE TRÊS:

Nessus (Fabŭlae, XXXIV);

Iŏle (Fabŭlae, XXXV)

HIGINO

Quando Hércules foi enviado pelo rei Euristeu até o cão de três cabeças, e Lico, filho de Netuno, acreditou que aquele tinha morrido, quis matar sua esposa Mégara, filha de Creonte, e seus filhos Terímaco e Ofites, e apoderar-se do trono. Hércules aparece e mata Lico, mas, mais tarde, vítima de um ataque de loucura provocado por Juno, matou Mégara e seus próprios filhos. Quando recobrou o seu juízo, solicitou de Apolo que lhe desse uma resposta sobre como devia expiar o crime. Como Apolo não quis oferecer-lhe resposta alguma, Hércules, irado, arrebatou de seu templo o trípode, que depois teve que devolver por ordem de Júpiter. Júpiter também ordenou a Apolo que lhe concedesse a resposta, ainda que não quisesse. Por isso, Hércules foi entregue como escravo por Mercúrio a Ônfale, rainha da Lídia.

Em algumas versões, como em Apolodoro (Bibl., II 5, 5), a morte de Mégara ocorre antes dos 12 trabalhos e teria sido o motivo de Euristeu ter ordenado a Hércules as suas provas. Na versão de Higino e também na de Eurípides (Hérc., 359-435), a matança é posterior às provas.”

Deianira Nessum – Ixionis et Nubis filium – Centaurum rogavit ut se flumen Euhenum transferret. Deianiram sublatam [nas costas, no dorso do minotauro] in flumine ipso violare volŭit. Hercŭles cum intervenisset et Deianira cum fidem eius implorasset, Nessum sagittis confixit. Hercules sagittas hydrae Lernaeae felle tinxerat, itaque quantam vim habebant veneni. Cum Centaurus hoc sciret, [saber] moriens sanguinem suum exceptum Deianirae dedit. Postea Deianirae dixit: ‘Sanguis philtrum [loção] est. Vestem eius perungere sanguinis debes, si maritum ardentem amore vis’ [força]. Centauri verba Deianira credidit et conditum diligenter servavit sanguinem.”

As fake news matam os velhos brochas desde o começo dos tempos…

Hercŭles cum Iŏlen Euryti filiam in coniugium petiisset, virginis pater eum repudiasset, Oechaliam expugnavit. Hercŭles – ut virgo rogaret – parentes eius coram ea interficere velle coepit. Illa animo pertinacior [ânimo firme] videre parentum suorum mortem ante se sustinuit. Postea, Hercŭles Iŏlen captivam ad Deianiram praemisit.”

GLOSSÁRIO

conditum: escondido

coram: em frente de

Júpiter, sabendo por Juno das investidas de Ixião, formou uma nuvem com o aspecto e a forma de Juno. Ixião possuiu a nuvem, acreditando estar com Juno. Daí vem a expressão ‘tomar a nuvem por Juno’. Dessa ‘união’, nasceram os Centauros. O castigo na roda a girar eternamente deveu-se ao fato de que Ixião, mandado de volta à Terra, tinha se gabado de ter dormido com a esposa de Júpiter.”

* * *

Observando as terminações da 3ª declinação, perceberemos que a palavra felle está no caso ablativo singular (com o fel), que a palavra vim está no acusativo singular, assim como a palavra sanguinem.”

Em geral, para sabermos se uma palavra da 3ª declinação é de tema em –i (ou tema sonântico), isolamos, do genitivo plural, o seu radical. Assim, se a palavra é volpes, volpis (raposa), detectamos seu radical (volp-) a partir do genitivo singular. Ao tomarmos o genitivo plural, volpium, e retirarmos o radical, observamos que a palavra é de tema em –i. Num outro caso, princeps, principis, detectamos o radical pelo genitivo singular. Com o genitivo plural sendo principum, retirando o radical, vemos que a palavra não é de tema em –i, mas é de tema consonântico.

Para a leitura dos textos latinos, não é necessário saber se o genitivo plural de uma palavra é em –um ou –ium”

O acusativo plural em –is das palavras masculinas e femininas (substantivos e adjetivos) de temas sonânticos ocorre até o século de Augusto, embora, segundo Faria (1958), a forma em –es já ocorresse desde os fins do século II a.C. Em Virgílio, a palavra feminina puppis apresenta o acusativo singular puppim e o plural puppis.

Algumas palavras que aparentemente não apresentam tema sonântico, como urbs (cidade), mors (morte), gens (família), dos (dote), são fruto de perda da sonante –i– quando precedida de uma consoante oclusiva: urb(i)s; mort(i)s > morts > mors; gent(i)s > gents > gens; dot(i)s > dots > dos. Essas palavras farão, pois, o genitivo plural em –ium (FARIA, 1958).”

Em latim, os tempos imperfectivos do subjuntivo são o presente e o pretérito imperfeito. Quanto ao futuro imperfeito, utilizam-se as mesmas formas tanto para o indicativo quanto para o subjuntivo”

O pretérito imperfeito do subjuntivo terá a raiz dos tempos imperfeitos e é marcado com o morfema –re–(*) em todas as pessoas do singular e do plural. Poderíamos também raciocinar assim: para fazermos o pretérito imperfeito do subjuntivo, consideramos o infinitivo do verbo e a ele acrescentamos os morfemas de pessoa: amarem (amare + m) = se eu amasse.

(*) Aqui também um fenômeno de rotacismo do sufixo –se-. No mais-que-perfeito do subjuntivo, esse sufixo, como veremos, é mantido.”

Observe aqui o uso das formas sincopadas: petiisset por petiviisset e repudiasset por repudiavisset.”

Deianira

(Fabŭlae, XXXVI)

(continuação da unidade III)

Deianira – Oenĕi filia et Hercŭlis uxor – cum vidit Iŏlen – virginem captivam eximiae formae – accedere, timŭit ne se coniugio privaret. Itaque, memor Nessi praecepti – vestem tinctam Centauri sanguine Hercŭli qui ferret – nomine Licham famŭlum misit. Inde paulum, quod in terra decidĕrat et sol attiigit, [vizinho, contíguo] ardere coepit. Quod Deianira ut vidit, dolum sensit: Nessus eam fefellĕrat. Et qui revocaret eum, cui vestem dedĕrat, misit. Vestem Hercŭles iam induĕrat, statimque flagrare coepit. Iovis filius cum se in flumen coniecisset ut ardorem extingueret, maior flamma exibat. Vestem demere autem cum vellet, viscĕra veniebant. Tunc Hercŭles Licham, qui vestem attulĕrat, rotatum in mare iecit. Servus quo loco cecidit, petra surrexit, quam Licham appellamus. Tunc Philoctetes, Poeantis filius, pyram in monte Oetaeo construxit Hercŭli, qui ascendit immortalitatem. Ob beneficium Philocteti Hercŭles arcus et sagittas donavit. Deianira autem ob fa(c)tum Herculis ipsa se interfecit.”

GLOSSÁRIO

affero: trazer // fero: levar

coniicio: lançar

fallo: enganar

flagro: arder, estar em chamas

forma, formae: “pode significar forma, molde, moldura, mas também significa moeda cunhada, moeda, além de significar figura, imagem, representação. No texto desta unidade, o significado é beleza, formosura)”

Lichas: escravo de Hércules

paulum: pequena quantidade

FÁBULAS ESÓPICAS

A conservação da obra de Fedro [compilador de Esopo] é parcial. Dos 5 livros que conhecemos, alguns têm um número muito menor de fábulas que outros. Enquanto os livros II e V têm, respectivamente 8 e 10 fábulas, os livros I, III e IV têm, por sua vez, 31, 19 e 25. Ainda são atribuídas a Fedro, hoje fato já aceito, 32 fábulas de uma compilação do humanista italiano Nicollò Perotti.(*) Essas fábulas, colocadas após o Livro V, aparecem reunidas no Appendix Perottina.

(*) Perotti (1429–1480) escreveu uma das primeiras gramáticas escolares modernas de latim (1473).”

De extensão variada, as fábulas de Fedro podem apresentar a lição de moral ora nos dois primeiros versos (promitio) ora nos dois últimos (epimitio).”

Quanto à forma, Fedro escreve suas fábulas com o mesmo metro utilizado pelos cômicos, o senário jâmbico, formado por 6 pés. Os pés são medidas ou grupos de sílabas de vários tempos.”

fīctīs | iŏcā | rī …… nōs | měmĭně | rīt fā|bŭlīs”

é bom lembrar que nós usamos o gracejo nestas fábulas fictícias”

UNIDADE QUATRO:

Serpens ad fabrum ferrarĭum (IV, 8);

Rana rupta et bos (I, 24);

Canes familĭci (I, 20)

FEDRO

A cidade mais importante da Trácia é Istambul, antiga Constantinopla, capital do Império Romano do Oriente.”

Alguns dos assuntos das fábulas de Fedro eram já conhecidos e muitos já tinham sido apresentados por Esopo. Mas há também composições originais em sua obra. Apesar de sua inspiração em fábulas gregas e de sua adaptação delas para o latim, Fedro imprime sua originalidade, escrevendo em versos, diferentemente de Esopo, que escreveu suas fábulas em prosa.”

Apesar de publicar num tempo do ‘gosto novo’ que caracteriza esse período (artificialismos na linguagem, exageros), Fedro escreve com a concisão e precisão dos clássicos, num estilo limpo e elegante.”

Na fábula ‘Ranae ad Solem’, as rãs questionam o fato de o Sol querer casar-se, preocupando-se com a possibilidade de o Sol vir a ter filhos e sua morada, o lago, ficar ainda mais seca. Em ‘Lupus et Agnus’, a moral evidencia a crítica ao opressor: ‘Haec propter illos scripta est homĭnes fabŭla / qui fictis causis innocentes opprimunt’

A partir desta unidade do curso, os textos não mais se encontram adaptados. Todas as fábulas de Fedro utilizadas seguem a edição de Les Belles Lettres, cujos textos foram estabelecidos por Alice Brenot. (PHÈDRE. Fables. Texte établi et traduit par Alice Brenot. Sixième tirage. Paris: Les Belles Lettres, 2009baixar e ler 1º se a compreensão do latim estiver difícil!).”

Serpens ad fabrum ferrarium (IV, 8)

Mordaciorem qui inprŏbo dente adpětit,

hoc argumento se describi sentĭat.

In officinam fabri vēnīt vipěra.

Haec cum temtaret si ecqua [alguma] res esset cibi,

limam momordit. Illa contra contŭmax: [orgulhosa]

<Quid me> inquit <stulta, dente captas laeděre

omne adsuevi ferrum quae conroděre

………………………………………………………..?>

Rana rupta et bos (I, 24)

Inops, potentem dum vult imitari, perit.

In prato quondam rana conspexit bovem,

et, tacta invidĭa tantae magnitudinis,

rugosam inflavit pellem. Tum natos suos

interrogavit an bove esset latĭor.

Illi negarunt. Rursus intendit cutem

maiore nisu, et simĭli quaesivit modo

quis maĭor esset. Illi dixerunt bovem.

Novissĭme indignata, dum vult validĭus

inflare sese, rupto iacŭit corpŏre. »

Canes familici [famélico] (I, 20)

Stultum consilĭum non modo effectu caret,

sed ad pernicĭem quoque mortalis devocat. [arrasta]

Corĭum depressum in fluvĭo viderunt canes.

Id ut comesse extractum possent facilĭus,

aquam coepere ebibĕre, sed rupti prius

periere quam, quod petiĕrant, contingĕrent.”

GLOSSÁRIO:

pratum: prado

três prados cheios de trigo em que rondam três tigres felizes…

a preposição in com acusativo dá idéia de movimento em direção a algum lugar, com a idéia de lá ficar; a preposição ad dá ideia de direção a algum lugar”

coepere: começaram

(o verbo é defectivo e aparece dicionarizado apenas com as formas de perfeito: coepi, coepisti, coepisse. Conforme veremos nesta unidade, coepere não é infinitivo, mas uma forma da 3ª pessoa do plural do pretérito perfeito equivalente a coeperunt. No período clássico, usam-se apenas as formas dos tempos perfeitos e supino, conforme veremos, diferentemente do que ocorre no período arcaico)”

depressus: submerso, mergulhado

(também aparece dicionarizada como um adjetivo de 1ª classe – depressus, -a, -um –, mas se trata de um particípio passado do verbo deprĭmo, -is, -ěre, -pressi)”

rupta: arrebentada

(dicionarizada como um adjetivo de 1ª classe – ruptus, -a, -um – arrebentado(a), trata de um particípio passado do verbo rumpo, -is, -ěre, rupi)”

* * *

poderemos ter problemas ao encontrar num texto a palavra itiněris, pois seu nominativo (caso no qual os substantivos aparecem no vocabulário) é iter

SOBRE DECLINAÇÕES E COMO ACHAR CERTAS PALAVRAS IRREGULARES DE TERCEIRA DECLINAÇÃO NO DICIONÁRIO:

radical terminado em: genitivo: resultado: nominativo:

consoante dental dentis -ti desaparece no nom. dens

consoante labial hiemis -i desaparece no nom. hiems

consoante gutural ducis converte-se em –x dux

regis rex

Há um outro grupo de adjetivos em latim que segue a 3ª declinação. São os chamados adjetivos de 2ª classe. Diferentemente dos adjetivos de 1ª classe, que são sempre triformes, os de 2ª classe podem ser triformes, biformes ou uniformes (classificação que se baseia pelo nominativo singular).”

Inops, potentem dum vult imitari, perit.”

(O fraco, querendo imitar o forte, perece.)

Ex 1: acer, acris, acre (masc., fem., neut.)

áspero, cruel

Ex 2: atrox (m, f, n)

GLOSSÁRIO:

fleo: chorar

COMPARATIVO & SUPERLATIVO

Assim como no português, em latim, o adjetivo tem 3 graus: o positivo, o comparativo e o superlativo. No grau positivo, estudado anteriormente, menciona-se uma qualidade sem outra idéia complementar qualquer: bonus (‘bom’); fortis (‘forte’); celer (‘célere’).”

Conforme veremos, o comparativo de igualdade e de inferioridade só se faz em latim analiticamente, por meio de perífrases com advérbios (minus ou tam) mais o adjetivo. Já o comparativo de superioridade pode ser feito analiticamente, com o advérbio magis seguido do adjetivo, e pode ser feito sinteticamente, com os morfemas –ĭor e –ĭus.”

Ex 1: mordaciorem – mais mordaz que. Lembrar que ainda há o sufixo das declinações!

raiz mordax

Ex 2: altioris

Rana lata non erat magis quam bos.”

(A rã não era maior que o boi.)

ABLATIVO DE COMPARAÇÃO: “Rana latior non erat bove (abl. 3ª).”

a. Fons purĭor quam flumen est.

b. Fons purĭor flumine est.”

« Se se usar a partícula de comparação —quam—, o termo comparado fica no mesmo caso do outro termo a que se está comparando. »

Para a formação do grau superlativo dos adjetivos, temos como regra geral o acréscimo do morfema –issim- à raiz do adjetivo. Em seguida, ele se declina como um adjetivo de 1ª classe do tipo bonus, -a, -um. Altus, por exemplo, no grau superlativo, fica altissimus, altissima, altissimum.

Já para os adjetivos terminados em -er, como pauper, a regra será acrescentar o morfema -rim- e decliná-los como um adjetivo de 1ª classe. Assim: pauper ficará pauperrimus, pauperrima, pauperrimum.

Alguns adjetivos terminados em –ĭlis (como facilis, facile: biforme da 3ª declinação) terão como regra o acréscimo do morfema -lim- à raiz da palavra, declinando-se, a partir daí, como um adjetivo de 1ª classe. São os seguintes: facilis, dificilis, similis, dissimilis, gracilis, humilis, a cujos radicais acrescentamos –lĭmus. Facĭlis, por exemplo, ficará assim: facillimus, facillima, facillimum. Os demais adjetivos terminados em –ĭlis seguirão a regra geral: nobilis será nobilissimus, -a, -um; utilis será utilissimus, -a, -um assim como os demais.”

Alguns adjetivos só são utilizados nos graus comparativo e superlativo. Veja alguns deles:

inferĭor, inferius (inferior) infĭmus, -a, -um (ínfimo)

superĭor, superĭus (superior) supremus, -a, -um (supremo)

interĭor, interĭus (interior) intĭmus, -a, -um (íntimo)

prĭor, prĭus (anterior) primus, -a, -um (o primeiro)”

bonus, -a, -um melĭor, melĭus optĭmus, -a, -um

malus, -a, -um peior, peius pessĭmus, -a, -um

magnus, -a, -um maior, maius maximus, -a, -um

parvus, -a, -um minor, minus minĭmus, -a, -um

magnifĭcus magnificentior magnificentissimus, -a, -um

Adjetivos em cujo tema a vogal final vem precedida de outra vogal, como os terminados em -eus, -ius, -uus (idoneus, exiguus, regius), não possuem formas comparativas nem superlativas sintéticas. Usamos, nesses casos, os advérbios magis ou plus para o comparativo; e maxime (maximamente), multum, valde (muito), e outros de significação semelhante, para o superlativo.”

Perfeito sincopado

É comum alguns verbos apresentarem síncopes no tema do perfeito, razão pela qual os dicionários costumam registrar duas formas de perfeito entre os tempos primitivos de certos verbos. Reveja um trecho de uma fábula de Fedro e observe atentamente os pretéritos perfeitos dos verbos interrogare e negare

(…)

Veja como os verbos destacados aparecem dicionarizados: interrogo, -as, -are, interrogavi e nego, -as, -are, negavi.”

VERBO ESSE NO PRESENTE DO MODO SUBJUNTIVO

Analisaremos o verbo esse (sum, -es, esse, fui) separadamente, já que não seguirá a lógica de uso dos sufixos de subjuntivo dos verbos regulares.”

Presente do subjuntivo

sim

sis

sit

simus

sitis

sint

* * *

Da forma datum formamos, pois, o particípio passado datus, data, datum, que se declina como um adjetivo de 1ª classe (tipo bonus, bona, bonum).” isto-não-está-datum

o rrato arrombou a rrã do rrei de rroma

De vitĭis homĭnum (IV, 10) (A ORIGEM DA COLUNA VERTEBRAL!)

Peras [alforje/alforge¹] imposŭit [impôs] Iuppĭter nobis duas;

proprĭis repletam vitĭis post tergum [costas] dedit,

alienis ante pectus suspendit gravem.

Hac re videre nostra mala [dessa vez não é maçã, mas mal mesmo!] non possŭmus;

alĭi simul [assim que os outros] delinquunt, [erram] censores sumus.”

¹ “Etimologia (origem da palavra alforje). Do árabe al-khur, saco levado junto à sela, ao lado.”

GLOSSÁRIO:

cogo: forçar

vulpes: raposa

UNIDADE CINCO:

De vulpe et uva (IV, 3);

Cornu fractum (App. Per., 22);

Vulpes et simius (App. Per., 1).

FEDRO

De vulpe et uva (IV, 3)

Fame coacta vulpes alta in vinĕa

uvam adpetebat, summis saliens virĭbus.

Quam tangĕre ut non potŭit, discedens ait:

<Nondum matura es; nolo acerbam sumĕre.>

Qui facĕre quae non possunt verbis elĕvant [desdenhar no sentido abstrato – grande exemplo de falso cognato! / porém, em outros sentidos pode ser realmente elevar/tirar, física, concretamente.]

adscribĕre hoc debebunt exemplum sibi. »

MORAL DA HISTÓRIA: Ah, nem queria mesmo!

Cornu fractum (Appendix Perotina, 22)

Pastor capellae [de pequenas cabras] cornu bacŭlo fregĕrat;

rogare coepit ne se domĭno proderet.

<Quamuis indigne laesa reticebo tamen; [contudo, embora]

sed res clamabit (ipsa) quid deliquĕris.> »

Embora indignamente ofendida, guardarei silêncio, já que os fatos dirão em alta voz e por si mesmos que delinquiste.

Vulpes et simĭus (Appendix Perotina, 1)

Vulpem rogabat partem caudae simĕus,

contegĕre honeste [cobrir, ocultar dignamente] posset ut nudas nates. [nádegas nuas]

Cui sic maligna: <Longĭor fiat licet, [embora, apesar de]

tamen illam citĕus [de preferência a] per lutum [lodo] et spinas [espinhos] traham

quam tibi particŭlam quamuis [sem dúvida] parvam impartiar.>

Embora longa ela seja, (minha cauda) arrastá-la-ei pelo lodo e por espinhos, antes de compartilhá-la contigo!

GLOSSÁRIO:

adpeto: desejar

clamo: clamar (dizer em voz alta)

cras: amanhã

heri: ontem

Futuro imperfeito (indicativo e subjuntivo) de esse e seus compostos

ego ero

eris

erit

erĭmus

erĭtis

erunt

Certos verbos, em sua conjugação, não apresentam determinadas pessoas, tempos ou modos. São os chamados verbos defectivos.”

amarei: amabo ou amare habeo

Lupus et Agnus [cordeiro] (I, 1)

Ad rivum eundem lupus et agnus venerant

siti compulsi [impelidos pela sede]; superĭor stabat lupus

longeque inferĭor agnus. Tunc fauce [goela] improba

latro [ladrão] incitatus iurgĭi causam intulit.

<Quare>, inquit, <turbulentam fecisti mihi [tornou turva a água que bebo]

aquam bibenti?> Lanĭger contra timens: [temeroso respondeu]

<Qui possum, quaeso, [por favor] facere quod quereris, [de que te queixas] lupe?

A te decurrit [descem] ad meos haustos [goles] liquor.>

Repulsus ille veritatis virĭbus:

<Ante hos sex menses male>, ait, <dixisti mihi.>

Respondit agnus: <Equĭdem [decerto] natus non eram.>

<Pater hercle tuus>, ille inquit, <male dixit mihi>;

atque ita correptum [arrebatar] lacerat [devorar], iniusta nece. [usando uma desculpa]

Haec propter illos scripta est homĭnes fabŭla,

Qui fictis causis innocentes opprimunt.”

UNIDADE SEIS:

Ovis, cervus et lupus (I, 6);

De capris barbatis (IV, 17).

FEDRO

Ovis, cervus et lupus

Fraudator homĭnes cum advocat sponsum imprŏbos,

non rem expedire, sed nos induere expetit.

Ovem rogabat cervus modĭum tritĭci, [beneficiar-se]

lupo sponsore. At illa, praemetŭens dolum:

<Rapĕre atque abire semper adsuevit lupus;

tu de conspectu fugĕre veloci impĕtu.

Ubi vos requĭram, cum dies advenĕrit?>.”

De capris barbatis

Barbam capellae [de capri] cum impetrassent ab Iove,

hirci maerentes indignari coeperunt

quod dignitatem femĭnae aequassent suam.

<Sinĭte,> [concordância, sim] inqŭit, <illas glorĭa vana frui

et usurpare vestri ornatum munĕris,

pares dum non sint vestrum fortitudĭne.>

Hoc argumentum monet ut sustinĕas tibi

habĭtu esse simĭles qui sint virtute impăres.”

GLOSSÁRIO:

aequo: igualar

assuesco: habituar-se

dum: desde que/enquanto durar/até que

habitus: aparência

maerens: triste (lembrar de mareado)

modius: alqueire

múnus: cargo, função

ovis: ovelha; homem estúpido, simplório.

triticum: trigo

(A raiz de usurpação não denota ou conota crime, mas mero uso, diferente de rapio, rapto, p.ex.)

o latim mantém alguns verbos com duplo acusativo: um acusativo que funciona como o que conhecemos como objeto direto e outro acusativo como objeto indireto.”

CUIDADO COM QUEM É SUJEITO ATIVO E PASSIVO!

pueros docere grammaticam

Ovem rogabat cervus modium tritici (quem pede trigo é o veado)

parentes pretium poscere (não são os pais que exigem o preço ou paga; exige-se-lhes)

livrum flagitavi magistrum (solicitei o livro ao professor)

Careo virtute

Auxilio egeo (mar Egeu: o mar sempre necessitado!)

Vescor lacte (bebo leite; mas pode ser usado para comida, nutrição em geral)

Abundo pecunia.

Verbos que em português necessitam em geral “de” ou outro complemento, pelo menos na norma culta.

Hoc argumentum monet ut sustineas tibi habitu esse similes qui sint virtute impares.

Tal argumento demonstra o quanto deves sustentar uma aparência igual à daqueles de que

Este lembra como de quem …

que

és diferente em qualidades invisíveis

… virtudes.

caráter

Basicamente o provérbio da mulher de César.

Luminibus orbus

Privado da vista

Dives templum donis

Templo rico em oferendas

Parvo contentus.

Contente com pouco – e não: Tolo contente!! Nesse caso seria parvus contentum.

Verbos no presente do modo imperativo

sine: consinta

sine qua non – consinta que não…?

O sine qua non da filosofia n. é o eterno retorno – consinta que não existe filosofia nietzschiana sem o eterno retorno. = AQUILO SEM O QUE NÃO

Mons parturiens (IV, 24) [Montanha parturiente]

Mons parturibat, gemitus inmanes [espantoso] ciens,

eratque in terris maxĭma expectatĭo.

At ille murem [rato] pepĕrit. Hoc scriptum est tibi,

qui, magna cum minaris, [prometes] extricas nihil.”

prometes grandes coisas mas nada entrega /

Às vezes terremotos anunciam grandes coisas, mas nada sucede de relevo (tum dum!).

Tanto barulho por nada! etc.

Como grandes montanhas cujo parto ou tremor não era hecatombe, mas sim apenas obra dum rato em suas entranhas… tu, ladras e não mordes!

Vulpes ad personam [máscara] tragĭcam (I, 7)

Personam tragĭcam forte vulpes vidĕrat:

<O quanta specĭes> [beleza] inqŭit <cerĕbrum non habet!>

Hoc illis dictum est quibus honorem et glorĭam

fortuna tribŭit, sensum communem abstŭlit.”

A raposa viu casualmente uma máscara de tragédia

Quão bela, e no entanto nada carrega! Inanimada.

O que a sorte dá, o senso comum tira.

Particípio presente

Já que, em português, o particípio presente latino formou adjetivos e substantivos (amante, ouvinte, falante, parturiente, etc.), podemos muitas vezes traduzir o particípio presente como um gerúndio, como no verso acima.”

A voz passiva sintética

Personam tragicam vulpes videt

A raposa vê a máscara da tragédia

Persona tragica a vulpe(*) videtur

A máscara da tragédia é vista pela raposa

(*) Caso ablativo – “A função que tradicionalmente conhecemos como agente da passiva aparece, na oração em latim, no caso ablativo, antecedido por preposição, por se tratar de um ser animado (a raposa).” Caso sem preposição: Iniuriis non moveor tuis (Suas injúrias não me comovem – em português também caberia dizer não comovem a mim). Iniuriis tuis é o ‘agente da passiva’.

Em latim a voz passiva pode ser escrita de forma mais lacônica do que no português, cuja praxe é o contrário (alonga a voz ativa!).

Os verbos depoentes

Chamam-se verbos depoentes aqueles verbos que apresentam terminações de voz passiva, mas que têm sentido ativo.”

verbo depono: abandonar (mesma coisa do port. de-pôr)

No dicionário:

Tempos primitivos do verbo dare (não-depoente):

do, -as, -are, dedi, datum

Tempos primitivos do verbo minari (depoente):

minor, -aris, minari, minatus sum (eu prometi, eu ameacei) – não existe o supino (correlato a datum)

Lembrando que normalmente os infinitivos apresentam sufixo:

-re (voz ativa) dare (dar)

-ri (voz passiva) dari (ser dado)

GLOSSÁRIO:

abdo: esconder

abdômen: provavelmente porque o ventre está destinado a esconder nossas feias tripas.

EPIGRAMAS

O termo epigramma, em grego, significa inscrição. Originariamente, designava qualquer tipo de inscrição, ou seja, referia-se a textos escritos gravados ou pintados sobre objetos votivos, monumentos, estátuas, medalhas, moedas e também sobre monumentos celebrativos ou funerários, com o objetivo de fazer lembrar um acontecimento memorável, uma vida de destaque.” “o epigrama nasce com a característica da brevidade, da concisão. E essa característica se mantém quando adquire status de texto literário.”

Entre os latinos, mantém inicialmente a característica de uma poesia sentimental, subjetiva, herdada da influência helenística, e o tom de poema de ocasião, tendo, entre seus temas, o erotismo, a jocosidade, a polêmica, desenvolvendo-se como um instrumento para a difamação pessoal e a crítica social e até mesmo política.

Utilizado por Ênio (239 a.C–169 a.C) em monumento celebrativo, terá, com Catulo (87 a.C?–54 a.C?), repercussão e status literário e será identificado com o nome de Marcial (38/41 d.C–102/104 d.C).”

Após o Renascimento, contudo, volta a ser apreciado, inicialmente na Europa e depois nas Américas. Seu auge ocorrerá no século XVII, e ainda encontramos poetas que mantêm acesa a chama do gênero”

UNIDADE SETE: EPIGRAMAS – PARTE I – MARCIAL

Nasce Marcial por volta dos anos 38 e 41 d.C, na região conhecida por Hispânia Tarraconense, em um povoado chamado Bílbilis. De família provavelmente não muito modesta, deve ter recebido formação de ótimo nível na própria região da Hispânia (certamente não em Bílbilis, por se tratar de um pequeno povoado). Muda-se para Roma por volta do ano de 64 e aí desenvolverá sua atividade literária em boa parte dos 34 anos em que permaneceu longe de sua terra natal. Será acolhido por Sêneca e, renunciando à possibilidade de carreira no Foro, irá se dedicar à carreira poética. É na Hispânia também que ocorrerá o seu falecimento entre os anos de 102 e 104.”

Da obra de Marcial, chegou até nós uma coletânea que se abre com o Liber de spectaculis, tendo na sequência os livros de epigramas do I ao XII e os livros XIII e XIV (Xenĭa e Apophoreta), apesar de estes dois últimos terem surgido anteriormente ao livro I. Os epigramas apresentam, em sua maioria, entre 2 e 10 versos, sendo encontrados muitos outros que ultrapassam os 20 versos.”

Marcial influenciará autores como Quevedo (Espanha), Bocage (Portugal) e Gregório de Mattos (Brasil).”

Por ocasião da inauguração dos espetáculos no Anfiteatro Flávio, o Coliseu, no ano de 80, sob o domínio de Tito, Marcial publicará o Epigrammăton liber, conhecido por Liber de spectacŭlis. A partir dessa obra, que celebra um acontecimento público de tal dimensão, Marcial receberá de Tito o benefício ius trium liberorum, passando a contar com amparos legais destinados originalmente a progenitores de no mínimo três filhos, o que não era o caso de Marcial.”

Escritos em dísticos elegíacos, serviam para acompanhar os presentes aos amigos (xenĭa, presente em latim) ou para acompanhar os presentes que os convivas levavam para casa (apophoreta, presentes oferecidos aos convivas nos dias das Saturnais).”

Os epigramas utilizados nesta unidade foram os estabelecidos por H.-J. Izaac, conforme edição consultada: MARTIAL. Épigrammes. Tome I. Livres I-VII. Texte établi et traduit par H.-J. Izaac. Quatrième tirage. Paris: Les Belles Lettres, 2003.”

(I, 19)

Si memĭni, [se me lembro] fuěrant tibi quattŭor, Aelia, [Élia, Hélia] dentes:

expŭlit una duos tussis et una duos.

Iam secura potes totis tussire diebus:

nil istic [aí] quod agat tertia tussis habet.”

Agora pode tossir, não tem mais dente pra cair!

(I, 91)

Cum [Já que] tua non edas, carpis mea carmĭna, Laeli. [sobrenome]

Carpěre vel [ou] noli nostra vel ede tua.”

(III, 8)

<Thaida Quintus amat.> <Quam Thaida?> <Thaida luscam.> [Qual Thaís? A Thaís caolha.]

Unum ocŭlum Thais non habet, ille duos.”

(III, 13)

Dum non vis pisces, dum non vis carpěre [não quis destrinchar as escamas] pullos

et plus quam putri, Naevia, parcis apro,

accusas rumpisque cocum, [não quis incomodar nem acusar o cozinheiro] tamquam omnĭa cruda [como se a comida estivesse crua…]

attulěrit.¹ Numquam sic ego crudus ero.” […pois grosso não sou!]

¹ Se ele houvera trazido, verbo affero. Como se ele tivesse trazido uma comida crua da cozinha.

Minha primeira interpretação estava errada: o tanquam muda tudo: “Acusaste e quiseste bater no cozinheiro COMO SE ele tivesse trazido uma comida crua, porém a verdade é que és um grosseirão!”

GLOSSÁRIO:

Taís/Thaida: “Não tem a terminação -em de acusativo singular da 3ª declinação por ser uma palavra grega e seguir as formas gregas de declinação”

crudus: cru (comida) ou grosso(a) (pessoa!)

edas: tornar conhecido

numquam: “Não confundir com nunc, que quer dizer agora, e com nusquam, que quer dizer em nenhuma parte, em nenhuma ocasião, em nada, para nada”

tribus: alerta – 3 declinado!

Numerais

(cont.)

As centenas declinam-se como adjetivos de 1ª classe, no plural. Os ordinais declinam-se todos como adjetivos de primeira classe (primus, -a, -um; secundus, -a, -um; duodevicesĭmus, -a, -um)”

O verbo memĭni

Alguns verbos não apresentam tempos do infectum e/ou a forma do supino. Deixarão de apresentar também as formas derivadas desses tempos. São os verbos defectivos, que já havíamos começado a estudar.”

Comparação com dare no dicionário:

GLOSSÁRIO:

licet = quamuis: ainda que

Introdução ao imperativo negativo

ede: publique

Para dizer no negativo…

A forma em negrito (carpere noli) é uma forma perifrástica de se construir o imperativo negativo dos verbos. Nesse tipo de construção, coloca-se o verbo nolo (não querer) no imperativo (noli) e o verbo principal no infinitivo presente (carpere):

noli carpere: não queira você censurar (não censure)

nolite carpere: não censurem

Frase do epigrama acima:

Carpěre vel noli nostra [carmina] vel ede tua.

(Não censure nossa canção nem publique a tua.)

Vel… …vel…

* * *

I, 32

Non amo te, Sabidi, [Sabidius, nome próprio masculino] nec possum dicere quare:

hoc tantum possum dicere, non amo te.”

IV, 58

In tenebris luges amissum, Galla, maritum [Nas sombras chora teu falecido, Gala]

nam plorare pudet te, puto, Galla, virum. [O chorar viril não devia te envergonhar, Gala]

I, 63

Ut recĭtem tibi nostra rogas epigrammata. Nolo:

non audire, Celer, sed recitare cupis.”

I, 64

Bella es, novĭmus, [conhecemos] et puella, verum est,

et dives, quis enim potest negare?

Sed cum te nimĭum, [excessivamente] Fabulla, laudas,

nec dives neque bella nec puella es.”

II, 7

Declamas belle, causas agis, Attĭce, belle;

historĭas bellas, carmĭna bella facis;

componis belle mimos, epigrammata belle;

bellus grammatĭcus, bellus es astrologus,

et belle cantas et saltas, Attĭce, belle;

bellus es arte lyrae, [lírica, da lira] bellus es arte pilae [de bola – baile?].

Nil bene cum facĭas, facĭas tamen omnĭa belle,

vis dicam quid sis? Magnus es ardalĭo. [intrometido]

Verbos impessoais

São considerados verbos impessoais aqueles cuja ação não é propriamente atribuída a um sujeito animado ou inanimado. Apenas são conjugados na 3ª pessoa do singular e na 3ª do plural. Em função disso, esses verbos aparecem dicionarizados com as formas de 3ª pessoa (-t) e infinitivo. Veja os tempos primitivos do verbo pudere (ter vergonha de)…”

plorare pudet te: tu tens vergonha de chorar / chorar te envergonha

me pudet tui: tenho vergonha de ti

eos infamĭae suae non pudet: eles não têm vergonha de sua infâmia

Os verbos impessoais podem apresentar algumas especificidades, daí a necessidade de, sempre que necessário, consultar um bom dicionário ou uma boa gramática, até que o contato com eles nos textos nos dê segurança em sua leitura.Os famosos verbos de tempo ou de ocorrências naturais (sem sujeito) do português, mas não só (diria que sem dúvida os verbos mais religiosos têm essa tendência): fulget (relampejar), ningit (nevar), pluit (chover), tonat (trovejar), lucescit (amanhecer), vesperascit (entardecer), libet/lubet (agradar, ter vontade de), misĕret (ter compaixão de, compadecer-se de/por), piget (lamentar), paenitet (arrepender-se), licet (ser lícito, ser permitido, caber a), oportet (convir, ser preciso).

UNIDADE OITO: EPIGRAMAS – PARTE II – MARCIAL

(I, 75)

Dimidĭum [metade] donare Lino quam credĕre totum

qui mavolt, [prefere, magis+volo] mavolt perdĕre dimidĭum.

(III, 63)

Cotĭle, bellus homo es: dicunt hoc, Cotĭle, multi.

Audĭo: sed quid sit, dic mihi, bellus homo?

[…]”

(IV, 36)

Cana [branca, grisalha] est barba tibi, nigra est coma: [cabeleira] tinguĕre barbam

non potes – haec causa est – et potes, Ole, comam.

(I, 33)

Amissum non flet [chora] cum sola est Gellĭa patrem,

si quis adest [está presente] iussae [ordenar] prosilĭunt [jorrar] lacrĭmae.

[Não se chora só, pois quem está presente ordena que jorrem as lágrimas…]

Non luget quisquis laudari, Gellĭa, quaerit, [Gélia, não está de luto quem quer que procure ser louvado]

ille dolet vere qui sine teste dolet.[a dor verdadeira é aquela que dói sem testemunhas]

Os elogios precisam de testemunhas, a dor não?! Ou o contrário?

(III, 28)

Auriculam Mario gravĭter miraris olere.

Tu facis hoc: garris, Nestor, in auriculam.

Mário sabe sentir o odor das orelhas; é assim que se faz: Nestor, tagarele muito para elas.

(I, 110)

Scribĕre me querĕris, Velox, epigrammata longa.

Ipse nihil scribis: tu breviora facis.

[Tu, Véloce, te queixas de que eu escrevo epigramas compridos.

Tu mesmo, Véloce, nada escreves: e com isso fazes rápido.] ???

(VI, 90)

Moechum [Devasso] Gellĭa non habet nisi unum.

Turpe [feio, sujo, indecente, vergonhoso] est hoc magis: uxor est duorum.”

1 Quod potĭus est: dimidĭum donare Lino aut credere totum?

O que é melhor: Lino dar metade ou emprestar tudo?

2 Quid de Cotilo dicunt multi?

3 Cur cana est barba Olo?

4 Quid non flet cum sola est Gellia?

5 Quis non luget? Quis dolet vere?

6 Cur iussae prosiliunt lacrimae si quis adest? si quis = …?

7 Cur auricula Mario gravĭter olet?

8 Cur Velox epigrammăta breviora facit?

9 Quot moechos Gellia habet? Quid turpe est magis?

10 Verte epigrammăta lusitane.

  1. Quem prefere dar metade a emprestar tudo prefere perder essa metade.

  2. Porque barba não se pinta.

  3. O que dói de verdade?

  4. Unum. …

  5. Difícil!

LEMBRETE:

amare: amar

amari: ser amado

amavisse: ter amado

ATENÇÃO:

Apesar de o infinitivo perfeito apresentar a desinência –isse, que também ocorre no mais-que-perfeito do subjuntivo (por exemplo, amavissem = se eu tivesse amado), o fato não é motivo de confusão, já que o infinitivo não apresenta desinências pessoais:

amavisse: ter amado

amavissem: se eu tivesse amado”

Derivados de sum

Absum, abes, abesse, afui: estar ausente

Desum, dees, deesse, defui: faltar

Supersum, superes, superesse, superfui: sobreviver, subsistir

Possum, potes, posse, potui: poder

Prosum, prodes, prodesse, profui: ser útil

Subsum, subes, subesse, subfui: estar abaixo

Intersum, interes, interesse, interfui: participar

Insum, ines, inesse, infui: estar dentro

VOLO, NOLO, MALO

Mavolt ou mavult é a 3ª pessoa do presente do indicativo.”

Nos tempos de ação completa (os tempos do perfectum) esses verbos são formados regularmente, a partir do tema do perfeito e as desinências já estudadas.

volo, vis, velle, volui

nolo, non vis, nolle, nolui

malo, mavis, malle, malui

³ “Lembre-se de que utilizamos o imperativo presente de nolo para fazer o imperativo negativo dos outros verbos: noli amare = não queira amar ou não ame.”

VII, 77

Exigis ut nostros donem tibi, Tucca, libellos.

Non facĭam: nam vis vendĕre, non legĕre.

II, 49

Uxorem nolo Telesinam ducĕre: quare?

Moecha [puta] est. Sed puĕris dat Telesina: volo.

Nenhuma esposa agrada Telesina. Por quê?

Porque ela é uma puta. São os solteiros (moços, escravos) que a dão prazer!

I, 57

Qualem, Flacce, velim quaeris nolimque puellam?

nolo nimis facĭlem difficilemque nimis.

Illud quod medĭum est atque inter utrumque probamus:

nec volo quod crucĭat [atormenta] nec volo quod satĭat.

I, 23

Invitas nullum nisi cum quo, Cotta, lavaris

et dant convivam balnĕa [balneário] sola tibi.

Mirabar, quare numquam me, Cotta, vocasses:

Iam scio, me nudum displicuisse tibi.

Só convida para tua casa aqueles com quem te sentirias à vontade nua.

I, 77

Pulchre valet Charinus, et tamen pallet. = Tem valor Carino, tem medo.

Parce bibit Charinus, et tamen pallet. = Bebe pouco Carino, mas tem medo.

Bene concoquit [digere] Charinus, et tamen pallet. = Digere bem Carino, mas tem medo.

Sole utĭtur Charinus, et tamen pallet. =

Tingit cutem Charinus, et tamen pallet. = pinta a pele?…

Cunnum Charinus lingit, et tamen pallet. = Carino chupa bocetas, e também empalidece (tem medo).

I, 83

Os et labra tibi lingit, Manneia, catellus: [filhote, cachorrinho]

Non miror, merdas si libet esse cani.

Teu cãozinho lambee tua boca e teus lábios, Manéia:

Não te admires, cães até merda comem.

II, 88

Nil recĭtas et vis, Mamerce, poeta videri:

quidquid vis esto, dummodo nil recĭtes.

III, 71

Mentula [membro] cum dolĕat puĕro, tibi, Naevole, culus,

non sum divinus, sed scĭo quid facĭas.

Já que (o homem) tem um pênis que coça e tu, Névolo, um cu que dói,

Não tenho dons divinos, mas sei o que fazes.

O imperativo futuro dos verbos

O imperativo futuro se faz em latim morfologicamente. Muitas vezes é de difícil tradução e uma das opções é se traduzir pelo imperativo presente. Observe um exemplo retirado de um dos epigramas:

…quidquid vis esto, dummodo nil recites.

Seja (lá) o que quiser, contanto que nada recite.

IMPERATIVO PRESENTE (esse, ser)

2ª pessoa: es, este

IMPERATIVO FUTURO

2ª p: esto, estote

3ª p: esto, sunto

IMPERATIVOS DIVERSOS

Ex1: dare, datum

IMP. PRESENTE

2ª pessoa: da, date

IMP. FUTURO

2ª pessoa: dato, datote

3ª pessoa: dato, danto

Ex2: tenere (sempre 2ª pessoa para presente, 2ª e 3ª para futuro)

PRESENTE tene, tenete

FUTURO teneto, tenetote / teneto, tenento

Ex3: dicere

PRESENTE dic, dicite

FUTURO dicito, dicitote / dicito, dicunto

Ex4: facere

PRESENTE cape, capite

FUTURO capito, capitote / capito, capiunto

Ex5: audire

PRESENTE audi, audite

FUTURO audito, auditote / audito, audiunto

Concentrar-se em memorizar os significados dos termos abaixo:

atque: e

audio: ouço

breviora: menor que…

causa: —

credere: crer

cum: com

dat: dá

dicunt: dizer

donare: dar

ducere: agradar

duorum: dobro, dois

es: é

et: e

facis: fazes

facilem: fácil

graviter: gravemente, severamente, seriamente

habet: tem (ele/ela)

homo: homem

iam: agora

in: em

legere: ler

longa: larga, comprida

magis: mais

mihi: meu, pronome me.

nam: nem

nihil: nada

nil: não

nisi: só

nolo: não quero

non: não

nostros: os nossos (idéia de coletividade)

nudum: nu, nudez

nullum: nenhum

os: boca

patrem: pai

perdere: perder

potes: podes

probamus: aprovamos

puellam: meninas

pueris: meninos

quaerit: quer saber, pergunta

qualem: de que tipo ou qualidade

quam: como = quomodo

quare: por quê

quereris: queixas-te

scio: sei

scribere: escrever

sed: vós sois

si: se

sine: sem o que não / sem o qual

sola: só, sozinha

tamen: porém, mas

tibi: teu, te, a ti.

totum: tudo

turpe: torpe

valet: vale, valor

vis: queres

unum: um

vocasses: convidaste-me

volo: quero

ut: assim como

utor: uso

uxor: esposa

EPÍSTOLAS

O termo epístola vem do grego epistole, pelo latim epistula. Entre os antigos romanos, significava uma composição poética que se dirigia aos amigos e também aos mecenas. Tratando de variados assuntos (filosóficos, literários, morais, políticos, amorosos, sentimentais), as cartas podem apresentar uma linguagem mais cotidiana, diferentemente dos gêneros poéticos, erigidos em uma linguagem mais trabalhada, mais artística, portanto (MOISÉS, 2004, p. 160). Há, contudo, alguns textos do gênero que, escritos à maneira de epístolas, mantêm elementos da poesia. Na Antiguidade romana, destaca-se a figura de Horácio, com sua Epistula ad Pisones, com os conselhos sobre a arte de fazer poesia a um certo Pisão e a seus filhos, mais tarde traduzida como Ars Poetica, termo que já aparece em

Quintiliano e nos manuscritos horacianos (CITRONI et al., 2006, p. 543).

No gênero epistolar, também na Roma antiga, se aventura Ovídio com Tristia e Ex Ponto, além das Heroides. Entre outros autores do gênero, registram-se: Plínio, o jovem e Sêneca (Epistulae ad Lucilium).

Em Cícero, conhecemos muito da vida política romana do final da República, com suas quase 900 cartas. Segundo Citroni, em relação à Antiguidade são conhecidas as publicações de cartas privadas reais, como as de Cícero, e textos destinados ao público, como os breves tratados filosóficos, científicos ou as composições poéticas. Nas próximas unidades, analisaremos cartas cotidianas de Cícero e cartas filosóficas de Sêneca.”

De Plínio, temos uma coletânea de 10 livros. A partir de sua obra, muito se conhece dos comportamentos, das atitudes, dos valores e excessos da elite social do Império (finais do século I e inícios do século II). Para saber mais, conferir Citroni et al. (2006)”

UNIDADE NOVE: EPÍSTOLAS

Fam. XVI, 13 e XIV, 14

CÍCERO

O primeiro pronunciamento judiciário de Cícero ocorre em 81 a.C, quando ele estava com 25 anos, numa defesa de Quíncio (Pro Quinctio) num processo de espoliação, tendo como opositor Hortênsio, o maior advogado da época (HARVEY, 1987, p. 113).

Filósofo, orador, escritor, advogado e político romano, Cícero nos legou uma obra de considerável extensão e importância documental. Deixa também um acervo considerável de cartas, organizadas em 4 coleções:

Ad Atticum, 68-44 a.C. Publicadas pelo próprio Ático, amigo íntimo de Cícero / 16 livros

Ad Familiares, 62-43 a.C. Provavelmente publicadas por Tirão, liberto de Cícero / 16 livros¹

Ad Quintum Fratrem, 60-54 a.C. / 3 livros

Ad Brutum, 43 a.C. É controversa a autenticidade dessas cartas. Atualmente se aceita a autenticidade da maior parte delas. / 2 livros

¹ CICERÓN. Cartas III – Cartas a los familiares (cartas 1 – 173). Introducción, traducción y notas de José A. Beltrán. Madrid: Editorial Gredos, 2008; ou

CICÉRON. Correspondance. Tome III – Lettres CXXII-CCIV. (55-51 avant J.-C.). Texte établi et traduit par L.-A. Constans. 7e tirage. Paris: Les Belles Lettres, 2002.

Das 864 cartas, 744 foram escritas por Cícero e 90 foram a ele dirigidas. O valor histórico e documental do epistolário de Cícero é inestimável.” “É graças, sobretudo a estas cartas que a última fase da República constitui o período da História da Antiguidade de que possuímos um conhecimento mais aprofundado” Citroni

Tirão foi muito mais que um escravo. A liberdade a Tirão é concedida por Cícero em 54 a.C e, em sinal de gratidão ao seu senhor, adota o seu praenomen e nomen gentile, conforme costume romano, e mantém o próprio nome como cognomen: Marcus Tullius Tiro.”

M. TVLLI CICERONIS EPISTVLARVM AD FAMILIARES

LIBER SEXTVS DECIMVS

Ad Tironem

(Fam., XVI, 13)

Scr. in Cumano IV. Id. a.(u. c.) 701/53

Omnia a te data mihi putabo, si te valentem videro. Summa cura exspectabam adventum Menandri, quem ad te miseram. Cura, si me diligis, ut valeas et, cum te bene confirmaris, ad nos venias. Vale.

A carta que se segue foi escrita no dia 11 de abril de 53 a.C. Nela, Cícero elogia a atividade literária de Tirão.

(Fam., XVI, 14)

Scr. in Cumano III. Id. Apr. a.(u.c.) 701/53.

TVLLIVS TIRONI SAL.

Andricus postridie ad me venit quam exspectaram; itaque habui noctem plenam timoris ac miseriae. Tuis litteris nihilo sum factus certior quomodo te haberes, sed tamen sum recreatus. [Suas cartas não traziam fatos verossímeis, mas serviram para entreter-me] Ego omni delectatione litterisque omnibus careo, quas antequam te videro, attingere non possum. Medico mercedis quantum poscet promitti iubeto: id scripsi ad Ummium.

Audio te animo angi et medicum dicere ex eo te laborare. [Seu médico me falou do seu sofrimento presente] Si me diligis, excita ex somno tuas litteras humanitatemque, propter quam mihi es carissimus. Nunc opus est te animo valere, ut corpore possis. Id cum tua, tum mea causa facias a te peto. Acastum retine, quo commodius tibi ministretur. [Mantenha Acasto por perto para que ele possa lhe servir.] Conserva te mihi. [Não se aflija por mim] Dies promissorum adest, quem etiam repraesentabo, si adveneris. [Melhores dias virão, se você se empenhar em trazê-los] Etiam atque etiam vale.”

GLOSSÁRIO

adest: esta-aí

attingo: ocupar-se

careo: perder ou não ter

confirmo: venço a doença (com+firmar, eNFeRMidade de mnemônico)

cura: metafisicamente relevante (vd. Ser e Tempo): inquietação, ansiedade

curo: idem port.

diligo: estimo

excito: acordo!

III Idus h. VI = 10 de abril

III Idus (III Idus = 3 dias antes dos idos do mês correspondente – no caso de abril, os idos são em 13); nesta carta o remetente não informa o mês, convicto de que não será necessário.

h. VI = hora sexta ou meio-dia. “(o dia romano era dividido em 12 horas, contadas do nascer do sol até o crepúsculo. Para medir as horas, podiam utilizar relógios de sol e, não muito comum, relógios de água. Referiam-se às horas por numerais ordinais: hora prima, hora sexta. A hora sexta marcava o meio-dia. A noite era dividida em 4 partes, que se chamavam vigilia e que tinham duração diferente, a depender da época do ano)”

laboro: sofro

merces: salário (mnemônico: mercês… sua senhoria, vossa mercê… os outros que tratamos com respeito são ou o patrão ou aqueles de quem podemos auferir $lucros$)

ministro: servir

opus est: é necessário

repraesento: realizo imediatamente

sal. = salutat

Scr. a.u.c. 701. = scripta ab urbe conditia 701, ou seja, escrita no ano 701 depois de fundada a cidade. A data mais aceita para a fundação de Roma é 753 a.C.

si: QUANDO (! LEMBRETE !)

Vale: Adeus (imperativo do verbo valeo – estar bem de saúde, passar bem – utilizado como interjeição nas despedidas ou nos finais de cartas)

4ª DECLINAÇÃO

Pertencem à 4ª declinação nomes masculinos e femininos que terminam em -us no nominativo (fructus, -us) e alguns nomes neutros que terminam, no nominativo, em -u (genu, -us). Os neutros do plural têm os três casos iguais em –ua (nom. voc. e acus.).”

São neutras (raríssimas) as palavras genu (joelho), cornu (chifre), gelu (gelo, geada).”

ATENÇÃO:

Lembre-se de que não devemos nos basear na terminação do nominativo para sabermos a declinação a que pertence uma palavra. Veja, por exemplo, o nominativo em –us, que pode ser da 2ª, 3ª ou 4ª declinações.”

GLOSSÁRIO:

frango: quebrar

5ª DECLINAÇÃO

Ex: dies (praticamente todas as outras palavras da 5ª são femininas, ao contrário desta – MAS ATENÇÃO: dies só é masculino quando significar 24h, o dia cheio, e não o dia claro ou dia figurado, p.ex., ‘tal dia está chegando’! Além disso, o dia de 24h se feminiza quando a palavra é composta de uma preposição+die: antedie(m), postdie(m), addie(m) nom/gen)

dies diei

nominativo genitivo

Res e dies são os dois únicos nomes de flexões completas na 5ª declinação; os outros nomes, geralmente, não possuem plural”

ATENÇÃO:

Assim como a 4ª declinação se assemelha, em alguns casos, à 2ª declinação, o mesmo ocorre com a 5ª declinação em relação à 3ª.”

VOZ PASSIVA SINTÉTICA

Confira o quadro com as desinências de pessoa e de número (DPN) da voz ativa e da voz passiva:”

Acastum retine, quo commodius tibi ministretur. – ministretur, voz passiva da 3ª.

Para a formação do que conhecemos como agente da passiva, o caso latino mais adequado é o ablativo, antecedido ou não por preposição”

GLOSSÁRIO:

cinis: defunto

in: até

medicina: remédio

scelus: crime

A coordenação dos tempos (consecutĭo tempŏrum)

Em latim, o tempo de uma subordinada no subjuntivo será determinado pelo tempo do verbo da oração principal. Chamamos a isso de consecutiio temporum (ligação apropriada dos tempos ou coordenação dos tempos). A regra geral indicada abaixo pode ser considerada para se entender o uso do subjuntivo na coordenação dos tempos, embora uma ou outra especificidade possa ocorrer, fazendo com que recorramos a alguma gramática para entender um ou outro uso específico.

Opto ut scribat, ut scripserit. : Desejo que ele escreva ou tenha escrito.

Optabo ut scribat, ut scripserit. : Desejarei que ele escreva ou tenha escrito.

Optaveram ut scriberet. : Tinha desejado que ele escrevesse.

Optaveram ut scripsisset. : Tinha desejado que ele tivesse escrito.

Philosophi ignorabant quam pulchra esset [era] virtus : Os filósofos não sabiam quão bela é a virtude.

Cura, si me diligis, ut valeas… : Se gostas de mim, cuida para que estejas bem… ???

Observe que a forma verbal cura é presente do imperativo.” CUIDA, MENINO!

É só pensar na forma de condicional aceita em espanhol: Creo que estuviese/estuviera bien.

O calendário romano

Numa carta da Antiguidade, nos deparamos com algumas marcações temporais que exigem uma certa atenção para que consigamos associá-las aos marcos temporais atuais. No início da carta de Cícero vista nesta unidade, observamos a abreviatura “Scr. a.u.c 701” (scripta ab urbe condĭta 701, ou seja, escrita no ano 701 depois de fundada a cidade). Nesse caso, considera-se, como vimos, a data mais aceita para a fundação de Roma: 753 a.C.”

Kalendae (calendas) – é o primeiro dia do mês (daí a palavra calendário)

Nonae – (nonos) podia ser o 5º ou o 7º dia, a depender do mês (o dia que correspondia, tradicionalmente, à fase lunar de quarto crescente)

Idus – (idos) dependendo do mês, podia ser o 13º ou o 15º dia (tradicionalmente, o dia de lua cheia)

Nonos no 5º dia e Idos ao 13º dia – Janeiro, fevereiro, abril, junho, agosto, setembro, novembro e dezembro.

Nonos no 7º dia e Idos ao 15º dia – Março, maio, julho e outubro.”

Convenção romana dos nomes

Catarina Gaspar (2010, p. 153-178), analisa obras dos gramáticos latinos (grammatici latini) e, a partir delas, estabelece algumas notas sobre a onomástica romana. Eis as suas conclusões:

O praenomen é quase sempre definido como o elemento onomástico que precede o nomen. A sua representação sob a forma de abreviaturas também é transmitida pela maioria dos gramáticos. É interessante verificarmos que algumas das abreviaturas indicadas, para os praenomina mais comuns, são bem conhecidas nos textos epigráficos; contudo, outras não são comuns nos textos epigráficos que hoje conhecemos, como por exemplo, a abreviatura de PM para Pompeius (esta forma aparece quase sempre abreviada como POMP).

Quanto ao nomen, é ponto comum na sua definição a sua ligação à família. Nos séculos I a.C. e I d.C., encontramos uma noção de família genética: pertencem à mesma família todos os que partilham o sangue de um antepassado comum […]. A palavra familia era utilizada em alguns casos com um significado mais alargado, como equivalente a gens (…) [h]á a partilha de espaço e de cargos importantes na estrutura social, política e religiosa da cidade.”

(*) “Para uma visão e discussão do conceito de gens romana veja-se C.J. Smith, The Roman Clan. The Gens form Ancient Ideology to Modern Anthropology, Cambridge, 2006.”

Os cognomina são definidos pela maioria dos autores como os nomes que individualizavam a pessoa, isto é, de acordo com o seu uso clássico, que implicava que a sua transmissão de pai para filhos não fosse regular e a sua escolha fosse bastante variável.” “Kajanto (Onomastic Studies in the Early Christian Inscriptions of Rome and Carthage, 1963) refere a tendência para a transmissão dos cognomes de pais para filhos como um traço característico da onomástica na epigrafia cristã.”

O uso do agnomen tem raízes no Oriente, tendo começado a ser utilizado no Ocidente a partir da época imperial. Inicialmente, não terá existido muita diferença entre o uso do agnomen e o uso de dois nomes ou cognomes, segundo Kajanto. Os gramáticos latinos referem-no sempre como um nome que é adicionado ao cognomen, extrinsecus. Muitos autores realçam ainda o facto de este não ser um elemento tão comum como os outros três, nos antropônimos romanos, pois era geralmente indicado por causa de um feito relevante — notável ou vergonhoso.”

* * *

Senta que lá vem história…

No início de 58, Clódio apresenta aos comícios populares um projeto de lei que condena ao exílio os responsáveis pela execução de cidadãos romanos sem julgamento. A proposta visa claramente a Cícero, mentor do combate à conjura de Catilina e da punição dos seus cúmplices.

Cícero procura apoio junto dos cidadãos mais influentes, mas todos o aconselham a deixar Roma voluntariamente, para evitar o derramamento de sangue. Nestas circunstâncias, parte para o exílio. Na seqüência da aprovação da lei, a sua mansão no Palatino é saqueada e destruída. Clódio manifesta o desejo de erigir, no seu lugar, um templo à Liberdade. Para transformar o exílio voluntário de Cícero num ato de força jurídica, leva à aprovação outra lei que considera ilegal a decisão do senado, proíbe, sob pena de morte, a concessão de asilo ao exilado num raio de 400 milhas de Roma e, finalmente, inibe a revisão e a revogação destas deliberações.

Cícero parte de Brundísio, no extremo sul da península itálica, para a Macedônia e de lá, em finais de novembro, para Dirráquio. As cartas desta altura mostram o desgosto do afastamento da pátria, da família e dos amigos (Att. 3.4).”

Durante a ausência de Cícero, são várias as tentativas dos seus aliados para o fazerem voltar a Roma. Na sessão de 1º de junho de 58, a que Clódio não assiste, o senado aprova o seu regresso, por proposta de Nínio, um tribuno da plebe, mas o decreto é vetado por outro tribuno chamado Élio Liga. Em outubro, o tribuno Séstio prepara um novo projeto de lei, logo vetado por outro tribuno. Na primeira sessão de 57, a 1º de janeiro portanto, o cônsul Lêntulo fala do regresso de Cícero e é apoiado pelo colega Metelo.”

LXXXVII – AD ATTICVM.

(Att., III, 26).

Scr. Dyrrachi medio fere Ian. a. 697/57.

Litterae mihi a Q. [de Quinto] fratre cum s. c. [senatus-consultum] quod de me est factum allatae sunt [foi trazida – allatae ganha a declinação singular de litterae, mas o verbo da passiva permanece no plural]. Mihi in animo est legum lationem [de uma lei] expectare et, si obtrectabitur, utar auctoritate senatus [recorrerei à autoridade do senado] et potius [de preferência] vita quam patria carebo. Tu, quaeso, festina [se apressar] ad nos venire.

LXXXIX – AD ATTICVM.

(Att., III, 27).

Scr. Dyrrachi in. m. Febr. 697/57.

Ex tuis litteris, ex re ipsa nos funditus [inteiramente] perisse [ter perdido] video. Te oro [te oro, te rogo] ut quibus in rebus tui mei indigebunt [indigente] nostris miseriis ne desis [não abandonasse]. Ego te, ut scribis, cito [rápido] videbo.

A voz passiva analítica

A voz passiva analítica (aplicada aos verbos nos tempos do perfectum: pretérito perfeito, pretérito mais-que-perfeito e futuro perfeito) é feita através do particípio passado do verbo principal acompanhado do verbo auxiliar sum.

scripta est

Ao falante do português parece evidente escrita está, afinal é essa a tradução letra a letra. Porém dada a característica da voz passiva analítica, significa foi escrita. O francês constrói alguns de seus passados com base nesse sistema de regras.

Litterae … allatae sunt.

Uma carta … foi trazida (para mim)

cum s.c. quod de me est factum.

com um decreto do senado que foi emitido sobre mim ou sobre mim que fôra emitido

Recapitulação do subjuntivo do verbo ser:

amatus sum: eu fui amado

amati sumus: nós fomos amados

amatus eram: eu fôra amado / eu tinha sido amado

amatus ero: eu terei sido amado

Lembre-se:

Sou amado em latim diz-se amor, com a terminação -or da passiva sintética.”

Ou nunca use na passiva – mais fácil! Me amam.

GLOSSÁRIO

alea: jogo de dados

clarus: dentre outros, possui o sentido de famoso. clarus poeta

deleo, deletum: destruir

VOCABULÁRIO RELEVANTE DA UNIDADE 9:

a

ad

animo

atque

audio

bene

careo

causa

certior

cito

corpore

cum

cura

dicere

dies

ego

et

ex

exspecto

facias

haberes

habui

ipsa

itaque

legum

mihi

miseram

noctem

non

nunc

omni

omnia

opus est

patria

perisse

plenam

poscet

possum

potius

promitti

propter

quam

quem

re

retine

scripsi

sed

senatus

si

tamen

timor

valentem

venias

videro

ut

utar (?)

UNIDADE DEZ:

Epistulae ad Lucilium (I, 1)

SÊNECA

Lúcio Aneu Sêneca, o Filósofo, era filho de Sêneca, o Antigo, ou Sêneca, o Retórico. Nasceu em Córdova, na Espanha, provavelmente entre os anos de 4 e 1 a.C. Foi um intelectual de grande prestígio por ocasião dos principados de Calígula e de Cláudio. Tendo sido preceptor de Nero, foi uma das principais figuras intelectuais também em seu governo.

Sabemos de sua vida tanto através de suas próprias obras, quanto a partir das obras de seu pai, além dos relatos sobre sua atividade pública em Tácito e em Suetônio e Cássio Díon.

Ainda pequeno, Sêneca se dirige a Roma, como era de costume, para continuar seus estudos gramaticais e retóricos, mas seu interesse maior foi a Filosofia. Conta-se que Sêneca, já autor de obras filosóficas e científicas, teria atraído a inveja de Calígula, por seus dotes como orador no senado. Sêneca, então, se afasta da advocacia.

Por acusação de adultério com Livila, irmã mais nova de Nero, já com Cláudio no poder, o senado o condena à morte, mas o imperador o obriga a se exilar. Sêneca, tendo perdido um filho, se dirige à Córsega, em 41 d.C. e por lá fica por oito anos. Durante o exílio, escreve a Consolatĭo ad Helvĭam matrem, com o objetivo de confortar sua mãe pela dor da separação. Escreve também a Consolatĭo ad Polibĭum, numa tentativa de conseguir de Políbio, um liberto poderoso da côrte de Cláudio, o apoio para que ele regressasse do exílio. Com a morte de uma irmã de Políbio, a escrita de uma obra consolatória dedicada a ele se convertia num excelente momento para o pedido de apoio.

Retorna do exílio em 49 d.C., por insistência de Agripina, para ser preceptor de Nero. Mais tarde, em 65, o imperador o obrigará a se matar por conta de ser considerado cúmplice na conspiração de Pisão. O fracasso da revolta fará com que sejam condenados à morte tanto Sêneca quanto o seu sobrinho Lucano, o autor do poema épico De bello civili, conhecido como Farsália, sobre a guerra civil entre César e Pompeu.”

Obras sobreviventes:

De providentia

Dedicada a Lucílio, é um tratado que desfaz a ideia de que a providência divina é a causa das desventuras que atingem o homem bom.

De constantia sapientis

Obra filosófica dedicada a um funcionário equestre chamado Aneu Sereno, caracterizado como simpatizante do epicurismo.

De tranquilitate animi

Também dedicada a Sereno, aqui já mais conhecedor do estoicismo.

De otio

Uma defesa do direito do sábio de viver uma vida retirada das obrigações civis e a dedicar-se à pura contemplação.

De ira

Dedicada a seu irmão Novato, foi escrita logo após a morte de Calígula. Trata sobre a ira e seus efeitos e sobre educar os jovens para evitála.

(…)

De consolatione ad Marciam

Dirige-se à filha do historiador Cremúcio Cordo, consolando-a pela perda de um filho.

(…)

De clementia

Obra de filosofia política, relacionada à sua função como conselheiro de Nero, a quem dedica a obra.

De beneficiis

Tratado dedicado a seu amigo Ebúcio Liberal que apresenta duras críticas ao comportamento tirânico dos monarcas.

(…)

Epistulae ad Lucilium (extratos à frente)

Considerada a obra-prima de Sêneca enquanto filósofo. É composta por 124 cartas dirigidas a seu amigo Lucílio, a quem Sêneca vai ensinando elementos da filosofia estóica. Discute-se, ainda, se seriam cartas autênticas e que deveriam ser adaptadas para publicação ou se se trata de um uso do gênero para a escrita de tratados literários e filosóficos.

Tragédias Hercules furens, Troades, Medea, Phaedra, Oedipus, Phoenissae, Agamemnon, Thyestes; Hercules Oetaeus Octavia (Pseudo-Sêneca)

(…)

Apokolokyntosis

Escrita em prosa e verso, numa espécie de satyra anippeae, trata-se de um panfleto político mordaz, ironizando a morte e a divinização de Cláudio, a quem Sêneca bajulou em De consolatione ad Polybium.

(…)

Como veremos, algumas das sentenças famosas de Sêneca direcionadas a Lucílio são conhecidas e bem-difundidas até hoje.”

L. ANNAEI SENECAE AD LVCILIVM EPISTVLAE, I, 1

I. SENECA LVCILIO SVO SALVTEM

[1] Ita fac, mi Lucili: vindica te tibi, et tempus, quod adhuc [até aqui] aut auferebatur aut subripiebatur aut excidebat, collige et serva [lembre-se e atente-se]. Persuade tibi hoc sic esse ut scribo: quaedam tempora [algum tempo] eripiuntur nobis, quaedam subducuntur, quaedam effluunt. [se esvai] Turpissima tamen est iactura, [gasto, dispêndio – fatura, hehe!] quae per neglegentiam fit. Et si volveris attendere, magna pars vitae elabitur male agentibus, maxima nihil agentibus, tota vita aliud agentibus. [toda a vida regido por outros]

[2] Quem mihi dabis, qui aliquod pretium [algum preço] tempori ponat, qui diem aestimet, qui intellegat se cotidie mori? In hoc [Sobre isso] enim fallimur, quod mortem prospicimus; magna pars eius [grande parte dela] iam praeterit. [Excede] Quicquid aetatis [tempo de vida] retro est mors tenet. Fac ergo, mi Lucili, quod facere te scribis, omnes horas complectere [apodere-se de todas as horas – carpe diem]. Sic fiet ut minus ex crastino pendeas, si hodierno manum inieceris.

[3] Dum differtur, vita transcurrit. Omnia, Lucili, aliena sunt, tempus tantum nostrum est. In huius [genitivo de hic] rei unius fugacis ac lubricae [escorregadio – lubricidade – coisa de gente molhadinha!] possessionem natura nos misit, ex qua [da qual] expellit quicumque vult. Et tanta stultitia mortalium est ut quae minima et vilissima sunt, certe reparabilia, imputari sibi, cum impetravere, patiantur; nemo se iudicet quicquam [algo] debere, qui tempus accepit, cum interim [no entanto] hoc unum est quod ne gratus quidem [seguramente] potest reddere. [citar, replicar]

[4] Interrogabis fortasse [talvez, por acaso] quid ego faciam qui tibi ista praecipio. Fatebor ingenue: [Declarado com sinceridade] quod apud luxuriosum sed diligentem evenit, ratio mihi constat [concorda] impensae. Non possum me dicere nihil perdere, sed quid perdam et quare et quemadmodum [como – palavra grande só pra meter medo, mesmo que ut] dicam; causas paupertatis meae reddam, sed evenit mihi quod plerisque, non suo vitio, ad inopiam [miserável] redactis: omnes ignoscunt, nemo succurrit.

[5] Quid ergo est? Non puto pauperem cui, quantulumcumque [por menor que, tão pequeno que…] superest, sat est [é bastante]. Tu tamen malo serves tua, et bono tempore incipies. Nam, ut visum est maioribus nostris, ‘sera parsimonia in fundo est’.(*) Non enim tantum minimum in imo, sed pessimum remanet. Vale.

(*) Hesíodo [parcimônia do que há no fundo é coisa vã – o ébrio que economiza a borra do vinho não engana nem a si mesmo]Não faz cera, vai ficar tarde. Sera = tarde

Não é engraçado que o agente seja aquele que sofre a ação?

GLOSSÁRIO:

ignotum: tanto desculpado quanto a raiz de ignorado. Aquele que se desculpa não nos pode mais fazer mal?

mi: “o pronome possessivo meus, mea, meum, além de significar meu, minha significa, junto a nomes de pessoas e a pronomes pessoais, querido, amigo, que me é caro”

Amigo, …” qualquer estranho na rua

Meu amigo, …” Aí sim tem meu carinho!

O paulista é muito afetuoso: Fala, meu! Fala, querido!

plerusque: abundante

O GENITIVO PARTITIVO

Na epístola desta unidade, Sêneca faz uso da seguinte construção:

magna pars vitae elabitur male agentibus…

(…grande parte da vida escapa aos que agem mal…)”

grande parte” como subconjunto de “vida”.

O VERBO FIO (TORNAR-SE, SER FEITO)

Turpissima tamen est iactura quae per neglegentiam fit.” (se produz)

Sic fiet ut minus ex crastino pendeas…

Fiat!

fio, fis, fiěri, factus sum: (passiva de facio) ser feito, ser criado, fazer-se, dar-se; ser nomeado, ser considerado; (com significação própria) tornar-se, acontecer, dar-se, resultar”

(lembrete: o infinitivo é o terceiro termo dicionarizado.)

(cont.)

neque = nec

neve = neu = et ne

velim nolim…: queira ou não…

Com verbos no indicativo, uma conjunção pode ter um valor diferente do que ela tem com verbos no subjuntivo: ut, por exemplo, com indicativo é conjunção temporal (logo que) ou explicativa (como); com subjuntivo pode ser: uma conjunção integrante (que, que não), ou final (para que), ou consecutiva (que, de tal maneira que), ou ainda concessiva (ainda que).

Algumas conjunções são também advérbios, por exemplo, ut, ne, ubi.”

QUE LÍNGUA DES(GRAM)ENT(A)[TICA]]! “Sempre que preciso, você poderá consultar a seção Apêndice deste material, em que sistematizamos os aspectos gramaticais mais complexos que estamos estudando.” É, meu amigo, vou precisar bastante!

L. ANNAEI SENECAE AD LVCILIVM EPISTVLAE, I, VI

VI. SENECA LVCILIO SVO SALVTEM

[1] Intellego, Lucili, non emendari me tantum sed transfigurari. Nec hoc promitto iam aut spero, [ao menos espero] nihil in me superesse, quod mutandum sit. Quidni multa habeam, quae debeant colligi, quae extenuari, quae attolli? [elevar] [Por que eu não teria muitas coisas em mim, tanto dignas de censura quanto de elogio?] Et hoc ipsum argumentum est in melius translati animi, quod vitia sua, quae adhuc ignorabat, videt. Quibusdam aegris gratulatio fit, cum ipsi aegros se esse senserunt.

[2] Cuperem [Eu desejaria] itaque tecum [contigo] communicare tam subitam mutationem mei; tunc amicitiae nostrae certiorem fiduciam habere coepissem, [nossa firme amizade começaria] illius verae, quam non spes, [esperança] non timor, non utilitatis suae cura [busca] divellit, [dilacera] illius, cum qua homines moriuntur, pro qua moriuntur.

[3] Multos tibi dabo, qui non amico, sed amicitia caruerint. [carecer] Hoc non potest accidere, cum animos in societatem honesta cupiendi par voluntas trahit. Quidni non possit? [E por que não?] Sciunt enim ipsos omnia habere communia, et quidem magis adversa.

[4] Concipere animo non potes, quantum momenti adferre mihi singulos dies videam. ‘Mitte’ inquis ‘et nobis ista’ quae tam efficacia expertus es. Ego vero omnia in te cupio transfundere, [transmitir] et in hoc aliquid gaudeo discere, ut doceam. Nec me ulla res delectabit, licet sit eximia et salutaris, quam mihi uni sciturus sum. Si cum hac exceptione detur sapientia, ut illam inclusam [naquela limitação] teneam nec enuntiem, reiciam. Nullius boni sine socio iucunda possessio est.

[5] Mittam itaque ipsos tibi libros et ne multum operae inpendas, dum passim profutura sectaris, imponam notas, ut ad ipsa protinus, [desde já] quae probo et miror, accedas. Plus tamen tibi et viva vox et convictus [não é convicto, mas convivência!] quam oratio proderit. In rem praesentem [Pessoalmente,] venias oportet, primum, quia homines amplius oculis quam auribus credunt; deinde, quia longum iter est per praecepta, breve et efficax per exempla.

[6] Zenonem Cleanthes [estóico, discípulo de Zenão] non expressisset, si tantummodo audisset; [se apenas escutasse] vitae eius interfuit, [participei, compartilhei] secreta perspexit, observavit illum, an ex formula sua viveret. Platon et Aristoteles et omnis in diversum itura [e todos os que vieram e ainda virão depois deles] sapientium turba plus ex moribus quam ex verbis Socratis traxit;¹ Metrodorum et Hermarchum et Polyaenum [Metrodoro, Hermarco e Polieno] magnos viros non schola Epicuri sed contubernium [camaradagem] fecit. Nec in hoc te accerso [chamar] tantum, ut proficias, sed ut prosis; plurimum enim alter alteri [um ao outro] conferemus.²

¹ [Até ou já Platão e Aristóteles interpretaram e discordaram entre si acerca de muitos dos ensinamentos de Sócrates, pois se atinham a seus modos, não a suas palavras, o que não está mal.]

² [Não é preciso ser epicurista para seguir certos preceitos do epicurismo, nem ser estóico para seguir preceitos corretos do estoicismo; tudo tem sua medida, etc.]

[7] Interim quoniam diurnam tibi mercedulam debeo, quid me hodie apud Hecatonem [Hecatão, estóico] delectaverit dicam. ‘Quaeris’ inquit ‘vid profecerim? Amicus esse mihi coepi.’ Multum profecit; numquam erit solus. Scito hunc amicum omnibus esse. Vale.”

esperança espezinhada

à procura do que procurar

agora vejo que estava cego!

Conservação de raízes gerúndias no português:

morituro (homem morituro = homem que está para morrer);

nascituro (bebê nascituro = bebê que está para nascer).”

Essa turba e essa caterva maldita de filósofos!

VOCABULÁRIO BÁSICO DA UNIDADE:

accedas

accepit

adhuc

aetatis

aliena

aliquod

animos

apud

audisset

auferebatur

aut

causas

certe

certiorem

coepi/coepissem

constat

credunt

cum

cuperem [desejar]

cura

dabis/dabo

debeo

deinde [depois]

dicere

diem/dies

discěre [aprender] DISCENTE

doceam/doceo [ensinar] DOCENTE

eripiuntur [jogado fora, desperdiçado]

fac/faciam

fit [fazer-se]

habeam

homines

horas

iam

impetravere

interim

ita [então] = itaque

iter

iudicet [judiciar, julgar; adjudicar: atribuir publicamente, dizer a justiça…]

longum

manus

mi

mihi

minus

misit [(ele) enviou]

mitte

mori

mortem

nam

nobis

oportet [(ele) deve]

oratio

par

pars

patiantur [sofrer]

per

perděre

plus

potest

pro

probo

puto

quaeris

quare

quia

ratio

reddere

rei

sciunt [(eles) sabem]

scribo

senserunt [sentido]

serva [ministra, ministrar]

si

sibi

sic

socius [companhia]

spero

spes

tam

tamen

tantum

te

teneam/tenet

tibi

timor

tota

turpissima

vale

venias

verae

vero

videt [ver no sentido de compreender]

viros [os homens, os machos, os varões]

vitio

volueris

voluntas

vox

ut

vult

ELEGIAS

A elegia é uma forma literária do gênero lírico e tem origem controversa. Acredita-se que tenha surgido no Oriente, uma vez que era cantada com acompanhamento do som da flauta, um instrumento que deve ter sido proveniente da Ásia (CARDOSO, 2003, p. 69).

Apesar de seu longo percurso literário na Grécia, chegou até nós muito pouco da elegia helenística. O que conhecemos dela é por meio de fragmentos e por via indireta. Propércio, por exemplo, um dos cultivadores da elegia em Roma, credita parte de sua inspiração aos gregos Filetas de Cós e Calímaco (séc. III a.C.)”

Para os gregos e romanos antigos, a característica maior da elegia era a sua composição formal, em versos que chamamos de dísticos elegíacos. Segundo Oliva Neto (1996, p. 34), ‘a designação era formal, sem vínculo necessário entre gênero e assunto, que, assim como no epigrama, era variado’.”

Pouco conhecemos da produção dos primeiros autores elegíacos (Licínio Calvo, Varrão de Átax e Cornélio Galo). De Catulo, chegaram até nós algumas elegias, muitas das quais se situam entre epigrama e elegia. Como nos diz Oliva Neto, ‘não é sempre fácil saber se é um longo epigrama ou uma elegia breve’. Os nomes de Tibulo e de Propércio, autores dos quais nos chegou um número significativo de elegias, nos remetem imediatamente ao gênero. Ainda se destaca o nome de Ovídio, que se aventurou em diversos tipos de composição poética.

Segundo Massaud Moisés (1974/2004, p. 138), ‘após um interregno milenar, ao fim da Idade Média, a poesia elegíaca é ressuscitada por Villon, Jorge Manrique e Petrarca, tendo retornado à circulação, no século XVI, devido ao classicismo, influenciando poetas de diversas línguas.”

UNIDADE ONZE:

Elegia (I, 7)

PROPÉRCIO

PROPERTIUS. Elegies. Edited and translated by G.P. Goold. Cambridge/Massachusetts/ London/England: Harvard University Press, 2006.

Escreveu 4 livros de elegias, cuja cronologia é desconhecida: i) uma coletânea dedicada a Cíntia, um nome fictício provavelmente decorrente de uma experiência amorosa. Cíntia é, nas elegias de Propércio, como uma das jovens mulheres inteligentes, elegantes e de espírito independente que atraem a atenção dos possíveis amantes nas altas-rodas de Roma; ii) uma coletânea já mais extensa, sob a influência de Mecenas; iii) uma coletânea que apresenta, além da despedida de Cíntia, temas cívicos, discussões sobre poesia e aspectos morais de natureza diversa; iv) um quarto livro com composições de tema religioso e sobre a história romana, além de novas elegias amorosas.”

[A] influência de Calímaco se faz presente, numa aceitação dos gêneros menores, sem a rigidez da grande poesia (a épica). No texto que vamos ler nesta unidade, Propércio estabelece sua meta em relação às escolhas poéticas, dirigindo-se ao autor da Tebaida, um poema épico anterior à Eneida de Virgílio, e explicitando suas preferências.”

Dum tibi Cadmeae [Cadméia, povoado tebaido] dicuntur, Pontĭce, Thebae

armaque fraternae tristia militĭae,

atque, ita sim felix, primo contendis Homero

(sint modo fata tuis mollia [favorável, flexível] carminĭbus),

nos, ut consuemus, [consuetudinário – estar acostumado a] nostros agitamus [dedicamo-nos a] amores,

atque alĭquid [algo] duram [duro, a se queixar] quaerĭmus in domĭnam; [dona, amante]

nec tantum ingenĭo quantum servire dolori

cogor [premido, obrigado] et aetatis tempora dura queri.

hic mihi conterĭtur vitae modus, haec mea famast

hinc cupio [querer] nomen carmĭnis ire mei.”

¹ “Em textos em verso, o e- da forma verbal est pode ser elidido, por questões de métrica (fama est).

GLOSSÁRIO:

eo, is, ire, ivi ou ĭi, itum: caminhar, andar, marchar, espalhar-se.

! peguinha abaixo !

quaerĭmus: buscamos (do verbo quaero, -is, -ere, quaesivi ou quaesii, quaesitum ou quaestum, que significa procurar, buscar): outro sinônimo de cura – etimologia do quest saxão

queri: lamentar (do verbo depoente queror, -eris, queri, questus sum, que significa lastimar, lamentar, queixar-se judicialmente, daí querela: queixa, reclamação, acusação)

mnemônico: mulher: procuramos e depois nos lamentamos.

Tecnicamente, existe sim, sim! Ita.

TABELA DE DECLINAÇÃO PRONOMINAL

MAIS GLOSSÁRIO:

calamus: pena de escrever, do cálamo.

deridere: ser escarnecido

disparare : partior (depoente) : dividir

rima: fenda, racha

soleo, -es, -ere, solitus sum: ter por costume, estar habituado

Família do ALIQUIS:

RETORNO AO TEXTO:

nec tantum ingenĭo quantum servire dolori

cogor et aetatis tempora dura queri”

(sou obrigado a servir não tanto à minha inspiração

como à minha dor, e a lamentar os dias penosos de minha juventude)

…cupio nomen carmĭnis ire mei”

(…desejo de meus versos a fama espalhar-se) ou

(…desejo que a fama de meus versos se espalhe)

Oração principal: cupio

Oração infinitiva: nomen carminis ire mei”

REVISÃO DA UNIDADE

Os pronomes em geral apresentam formas especiais de declinação em alguns casos, principalmente no nominativo singular. Veja o caso de hic, haec, hoc, sem as habituais terminações –us, –a, –um de nominativo masculino, nominativo feminino e nominativo neutro. O mesmo ocorre com o pronome aliquis, aliqua, aliquid.”

Dos 6 casos latinos, um deles é considerado o caso lexicogênico do português, ou seja, o caso que deu origem aos nomes de nossa língua. Trata-se do caso acusativo.” “Vimos, por exemplo, o pronome aliquis, que está na forma masculina do caso nominativo. Seu acusativo masculino é aliquem. Qual das 2 formas você acredita que nos deu o pronome indefinido alguém?”

Na passagem do latim para o português, observamos duas regras que podem auxiliar numa busca de resposta: as consoantes surdas simples intervocálicas passam a suas sonoras equivalentes (-q- -g-) e a vogal postônica não-final cai (aliquem aliguem alguém).”

O acusativo sujeito da oração infinitiva é uma construção muito empregada no latim. Em português, embora ocorra com maior freqüência uma oração desenvolvida, temos também esse tipo de construção: Eu vi Sônia fazer o exercício, em que Sônia fazer o exercício é uma oração que funciona como objeto direto do verbo ver (eu vi algo), no infinitivo (equivale a Eu vi que Sônia fez o exercício). Alguns verbos permitem essa dupla construção em português (os causativos: mandar, deixar, fazer,…; e os sensitivos: ver, ouvir,…), outros, não.”

Propércio, I, 7, 21-26

[…]

tum me non humilem [humilde, não humilhar – falso cognato] mirabere [admirar, depoente]¹ saepe poetam, [= a imodéstia é admirável no poeta?]

tunc ego Romanis praeferar ingeniis.

nec poterunt iuvenes nostro reticere sepulcro [silenciar/silêncio sepulcral]

ardoris nostri magne poeta, iaces.’

tu cave nostra tuo contemnas [acautela-te de desprezar ou de teu desprezo pela nossa…] carmina fastu: [por orgulho]

saepe venit magno faenore [juro, -n] tardus Amor.”

¹ Macete: mir- de mirror, admirar-se no espelho.

Vocabulário importante da unidade:

aetatis

agitamus

alĭquid

atque

cogor : coagido

cupio : mnemônico: cupido

dicuntur : cantado

haec

hic

hinc

mollia : mole, FLEXÍVEL

nec

nomen

poterunt

quaerĭmus

queri

saepe : freqüentemente

sim/sint : deixar

tum : então

tunc

UNIDADE DOZE:

Elegia (III, 18 | = IV 12)

SULPÍCIA

(Corpus Tibullianum)

Pouco sabemos sobre a vida do poeta oriundo do Lácio, Álbio Tibulo. Deve ter nascido entre os anos de 55 a 50 a.C., e a data provável de sua morte se situa em 19 a.C. (pouco depois de Virgílio).

Consegue-se acompanhar alguns fatos de sua vida através da relação que manteve com M. Valério Messala Corvino,(*) um nobre e poderoso amigo e seu protetor.

(*) Messala participou como combatente da causa republicana em Filipos, embora tenha se aliado, posteriomente, a Marco Antônio e, em seguida, a Otávio, o futuro Augusto. A batalha de Filipos (42 a.C) ocorreu entre as forças do triunvirato formado por Otávio, Marco Antônio e Lépido e as forças republicanas, que tinham como líderes os principais envolvidos no assassinato de Júlio César. Nessa batalha, Bruto e Cássio perdem a vida, e suas tropas perdem a batalha.”

Acredita-se serem de sua autoria dois livros de elegias, havendo um terceiro que, na época do Humanismo, recebeu uma divisão em Livro III e Livro IV, com composições heterogêneas em uma coletânea que se conhece por Corpus Tibullianum.

É praticamente consensual que as curtas elegias em que a voz feminina de Sulpícia fala (el. 13-18 do livro III) sejam da autoria da própria Sulpícia, uma sobrinha de Messala, que, tendo ficado órfã, foi por ele acolhida e protegida. Sulpícia era neta de Sérvio Sulpício Rufo, um jurista famoso, amigo e correspondente de Cícero.”

Elegia (III, 18)

Ne tibi sim, mea lux, aeque [justamente] iam fervĭda [ardente] cura [nesse contexto, tormentos do amor]

ac viděor paucos ante fuisse dies,

si quicquam tota commisi [conmitto, committo, começar] stulta iuventa,

se eu, insensata que sou, cometi alguma burrice…

cuius me fatěar [confesso, vb. depoente] paenituisse magis,

da qual confesso ter me arrependido (mais que de qualquer outra fase da vida)…

hesterna quam te solum quod nocte [na noite passada] reliqui, [abandonada]

ardorem cupiens dissimulare meum.”

GLOSSÁRIO:

amasius: tanto amante quanto amado (que confusão!)

amata: sempre a amada (e pelo que entendi feminino, já que a mulher era uma ‘coisa’ na antiguidade e não se concebia o masculino também como objeto)

poetria: poetisa

Pronome indefinido (quisquam, quaequam, quidquam e quicquam ou quodquam)

O pronome quisquam deriva-se, como veremos mais à frente, do interrogativo-indefinido quis. Significa alguém, alguma coisa, algum, com valor de substantivo. É geralmente usado em frases negativas. Declina-se quis, e a forma enclítica –quam permanece invariável.”

Pronome relativo (qui, quae, quod)

Esse pronome aparece dicionarizado como um adjetivo de primeira classe, com o nominativo masculino (qui), o nominativo feminino (quae) e o nominativo neutro (quod).”

GLOSSÁRIO:

opertus: escondido (falso cognato do caralho!)

opertet: é preciso

Pronome anafórico (is, ea, id)

O pronome is, ea, id tem valor anafórico (ele, ela, o, a, lhe) e também antecede o relativo: o, a, aquele, aquela, aquilo (que).”

DIC (português!)

tugúrio: cabana

Visita vineam.

Vinde visitar a vinha (Salmos)

Amittit merito proprium [is] qui alienum adpetit.

(Phaed.)

Perde merecidamente o próprio [aquele] que cobiça o alheio

amitto: perder sua metade

GLOSSÁRIO:

vetus: antigo, arcaico

sinus: peito

sino dourado BLÉM-BLÉM

sinusite deveria ser inflamação no peito!

Infinitivo perfeito ativo

A partir do radical do perfeito (amav-), formamos o infinitivo perfeito ativo com a desinência –isse. Assim: amavisse (ter amado). No texto desta unidade, a partir do verbo sum, es, esse, fui, temos o infinitivo perfeito fuisse:

…ac viděor paucos ante fuisse dies…

(…como parecia ter sido há poucos dias…)

No mesmo texto, vimos, a partir do verbo impessoal paenitet, paenitui, o infinitivo perfeito paenituisse:

…me fatěar paenituisse magis…”

* * *

Do pronome relativo qui, quae, quod (que, o qual, quem), temos em português uma forma derivada do genitivo cuius. Trata-se do relativo cujo, que praticamente desapareceu da língua oral, permanecendo em textos escritos formais.”

Elegia 20, III

(Corpus Tibullianum)

Rumor ait [afirma] crebro [amiúde] nostram peccare puellam:

nunc ego me surdis auribus esse velim [volo]. [gostaria de pôr-me surdo às maledicências]

Crimina [injúria] non haec sunt nostro sine facta dolore:

quid miserum torques, [atormenta] rumor acerbe [cruel]? Tace. [Cala]

Moral da história: fica caladinho, irmão!

UNIDADE TREZE:

Amores (III, 14)

OVÍDIO

Sabemos sobre a vida de Ovídio através de seus próprios textos, especialmente através de uma elegia dos Tristia (Cantos Tristes), escrita durante seu exílio.(*) Na elegia IV, 10, Ovídio, numa espécie de autobiografia, busca se defender e nos deixa registros sobre sua própria vida.

(*) … Apesar de não supor a confiscação dos bens, esta relegatio tornava-se um duro castigo, porquanto obrigava o poeta a residir num lugar de clima rigoroso, quase incivilizado, habitado por bárbaros que de romanos só tinham o nome, banhado por águas insalubres. [atual Romênia]

Como muitos outros escritores contemporâneos seus, Ovídio, apesar de ter iniciado a magistratura, irá se dedicar ao ofício da poesia, desiludindo seu pai.”

Segundo Citroni, é admitido no círculo dos literatos que se reuniam em torno de Messala Corvino, podendo, dessa forma, entrar em contato e se relacionar com muitos poetas de seu tempo, como Horácio, Tibulo e Propércio. Virgílio, segundo nos conta o próprio Ovídio, só o conhecera de vista (Vergilium vidi tantum).”

O caráter multifacetado de Ovídio é demonstrado pela produção das seguintes obras:

Amores: coletânea de elegias em 3 livros (a primeira edição, não-conservada, teve 5 livros). O poeta-amante, nessas elegias, canta a paixão por Corina, uma antiga poetisa lírica grega.

Heroides: 21 epístolas poéticas, escritas em dísticos elegíacos, de heroínas famosas que escrevem a seus amados após terem sido, por eles, abandonadas: de Dido a Enéias, de Medéia a Jasão, de Ariadne a Teseu, e assim por diante, incluindo até mesmo uma figura não-retirada de mitos, a poetisa Safo, que escreve a Faón.

Ars amatoria: um tratado em dísticos elegíacos, <construído espirituosamente sobre os módulos do poema didascálico ‘sério’> (CITRONI et al., 2006, p. 592), em que a relação de amor se converte em objeto de ensino técnico (ars). Provavelmente por conta dessa obra Ovídio será exilado por Augusto para a longínqua cidade de Tomos (atual Constança, na Romênia).

Medicamina faciei feminae (Cosméticos da beleza feminina): trata-se de um livro de didática elegíaca com o ensinamento de truques para disfarçar qualquer tipo de defeito ou para melhorar o aspecto exterior. Desse poema, são supérstites apenas os cem primeiros versos.

Remedia amoris (Remédios contra o amor): trata-se de um pequeno poema que objetiva ensinar a pessoa amada a curar-se da paixão.

Metamorfoses: buscando um novo rumo para a épica, Ovídio compõe um poema de difícil classificação. Escrito em hexâmetros e com feições épicas (com invocação, proposição e narração), as Metamorfoses são um longo poema de 15 livros em que são narradas cerca de 250 histórias mitológicas que envolvem algum tipo de transformação. Segundo o próprio Ovídio, nos Tristia (Cantos Tristes), seu poema, por conta do exílio em Tomos, ficou sem a revisão que gostaria de fazer.

Fastos: escrito em dísticos elegíacos, trata-se da explicação da origem das festividades religiosas, um calendário do ano litúrgico romano. Nos Tristia (II, 549-552), Ovídio diz ter escrito 6 livros e outros tantos dos Fastos.

Tristia (Cantos Tristes): 5 livros de poesia elegíaca da época do exílio, enviados a Roma. Seus destinatários, evidentemente, não são identificados, exceto a sua esposa, que pode ser reconhecida claramente. (…)

Epistulae ex Ponto (Cartas do Ponto): obra composta de 3 livros (e um 4º, póstumo) de cartas poéticas (epístolas elegíacas), com a explicitação do nome do destinatário, numa tentativa de persuadir seus amigos a intercederem por ele. [Algo extremamente comum entre os poetas antigos, por sinal.]

Ovídio ainda escreveu Ibis (uma espécie de poesia como arma, em tom agressivo), Halieutica (pequeno poema didático sobre peixes e a pesca) e, provavelmente, uma Medea (de que nos restam apenas 2 versos).

OVID. Heroides – Amores. Translated by Grant Showerman and revised by G.P. Goold. Cambridge, Massachusetts, London: Harvard University Press, 1977.

Non ego, ne pecces, cum sis formosa, recuso,

sed ne sit misero scire necesse mihi;

nec te nostra iubet fieri censura pudicam,

sed tamen, ut temptes [tentar] dissimulare, rogat.

Non peccat, quaecumque potest peccasse negare,

solaque famosam culpa professa facit.

Quis furor est, quae nocte latent, in luce fateri,

et quae clam [ocultamente] facias facta referre palam? [publicamente]

Ignoto meretrix corpus iunctura Quiriti

opposĭta popŭlum summovet ante sera; [fechadura]

tu tua prostitues [exposta] famae peccata sinistrae

commissi [crime] perăges indiciumque tui?

Sit tibi mens melior, saltem[-]ve [ue: ou; saltem: ao menos] imitare pudicas,

teque probam, quamuis [quando muito] non eris, esse putem.”

GLOSSÁRIO:

iunctura: que está para unir (do verbo iungo, -is, -ere, iunxi, iunctum: unir. Do tema do supino se forma o particípio futuro: iuncturus, -a, -um: que está para unir) [juntura, conjuntura]

opposita: colocada (diante) (particípio passado do verbo oppono, -is, –ere, posŭi, -positum: colocar diante, formado pela preposição ob, diante de, e pelo verbo pono)

submovet: afasta (do verbo submoveo ou summoveo, -es, -ere, -movi, -motum: afastar, formado pela preposição de acusativo e ablativo sub + verbo moveo)

Dupla negação

No início da elegia que traduzimos nesta unidade, ocorre uma dupla negação. Veja:

Non ego, ne pecces, cum sis formosa, recuso”

(Já que és formosa, não me oponho a que me traias) CUCK!

Em eu não me oponho a que não me traias, entende-se, em latim, eu não me oponho a que me traias, de forma que a dupla negação, aqui, se lê como uma afirmação.(*)

(*) Paulo Sérgio de Vasconcellos, em sua Sintaxe do Período Subordinado Latino (2013), apresenta exemplos, a partir de Plauto, Ovídio, Cícero, Catulo e Petrônio, de dupla negação que continua negando. Para ele, ‘a presença, na língua popular, desde Plauto, da dupla negação que continua negando mostra que a dupla negação das línguas românicas não é uma criação nova: estava no latim desde muito cedo e, de quando em quando, aparece nos textos que a nós nos chegaram.’ (p. 57)”

Verbo sum

No texto desta unidade, em alguns versos, o verbo sum aparece nos tempos do subjuntivo:

Non ego, ne pecces, cum sis formosa, recuso,

sed ne sit misero scire necesse mihi;

(Já que sejas formosa, eu não me oponho a que me traias

mas que não seja necessário a mim, desgraçado, ter conhecimento)

…sit tibi mens melior, saltemue imitare pudicas,

teque probam, quamuis non eris, esse putem.

(A ti seja uma mente melhor, ou ao menos imita as pudicas

e logo, ainda que não fores, que eu te repute virtuosa)

quando muito não o sejas, tenha a aparência.

A enclítica –ve (ou)

A enclítica –ve é uma conjunção coordenativa, unindo termos equivalentes. Também é coordenativa a conjunção vel (‘ou’). Outra conjunção coordenativa já muito vista por nós é a conjunção et (‘e’). Devemos ter atenção ao analisar textos, verificando se essas conjunções (vel e et) unem termos equivalentes. Quando isso não ocorre, trata-se na verdade de advérbios: et (‘até’, ‘também’) e vel (‘até’, ‘também’, ‘talvez’).”

Pronome interrogativo

Origem do nosso ‘né’? De qualquer modo, até o japonês possui um mecanismo muito similar em sua gramática ou oralidade.

Verbos semidepoentes

Já estudamos e aprendemos a reconhecer um verbo depoente: verbo que apresenta terminações de voz passiva, mas que tem sentido ativo. Conforme vimos, são verbos que originalmente apresentavam terminações de ativa e de passiva e que abandonaram as formas ativas, passando as formas passivas a assumir o sentido ativo. Um verbo depoente é reconhecido nos vocabulários e dicionários por apresentar as terminações de passiva, diferentemente dos demais verbos, que apresentam as terminações de ativa. Os semidepoentes são verbos que têm, nos tempos de ação inacabada (infectum), as formas ativas, seguindo, nos tempos de ação acabada (perfectum), a conjugação dos depoentes.”

Diferentemente dos depoentes, que são em maior número, os semidepoentes são poucos, mas podem também ser identificados em dicionários: audĕo, -es, -ere, ausus sum (ousar); fido, fidis, fidĕre, fisus sum (fiar-se); gaudĕo, -es, -ere, gavisus sum (regozijar-se); solĕo, -es, -ere, solitus sum (estar habituado).

O verbo fieri (‘tornar-se’), apesar de se apresentar à maneira dos semidepoentes, possui algumas particularidades, funcionando, por exemplo, como passiva de facere (‘ser feito’, ‘ser criado’), razão pela qual costuma ser incluído entre os irregulares.

nec te nostra iubet fiĕri censura pudicam

(nem a nossa censura ordena tu te tornares pudica/que tu te tornes pudica)”

Particípio futuro

.. ignoto meretrix corpus iunctura Quiriti

(… a meretriz que está para unir o corpo ao desconhecido cidadão romano…)

Concordando com meretrix (feminina da 3ª) está a forma iunctura (forma feminina do particípio futuro iuncturus, -a, -um, do verbo iungo, -is, –ere, iunxi, iunctum, que significa unir, daí o particípio futuro ser traduzido por que está para unir).”

Elegia III, 14 (Ovídio, Amores)

Tunc amo, tunc odi frustra quod amare necesse est;

tunc ego, sed tecum, mortuus esse velim!

Nil equĭdem inquiram, nec quae celare [calar] parabis

insequar, et falli muneris instar [como; analogamente a] erit.

Si tamen in media [meio ou duvidoso] deprensa tenebere culpa,

et fuerint oculis probra [traição] videnda [que será vista] meis,

quae bene visa mihi fuerint, bene visa negato

concedent verbis lumina nostra tuis.

Prona tibi vinci cupientem vincere palma est,

sit modo [contanto que (neste contexto)] ‘non feci!’ dicere lingua memor.

Cum tibi contingat verbis superare duobus,

etsi [ainda que] non causa, iudice [julgar, julgamento] vince tuo!”

GLOSSÁRIO:

moecha: mulher adúltera

VOCABULÁRIO ESSENCIAL

-que

amo

ante

bene

causa

concedent

contingat

cum

cupientem

dicere

duobus

facit/facias/feci

famae

fateri

fiĕri : a ser feito, a se tornar

furor

ignoto

in

iubet : ordena

latent

luce

lumina

media

mens

mihi

misĕro

modo

munĕris

nec

necesse

negare

nocte

ocŭlis

parabis

popŭlum

potest

putem

quis

rogat

scire : saber

sed

si

sis/fuĕrint/sit/esse/eris – sis sit fui, foi

sola

superare

tamen

tunc

velim : volo, subj.

verbis

vince

ut

UNIDADE CATORZE:

Tristĭa (I, 7)

OVÍDIO

Na elegia escolhida para esta unidade, Ovídio lamenta não ter podido revisar as suas Metamorfoses (Carmina mutatas hominum dicentia formas) e sugere alguns versos que podem ser colocados no frontispício do primeiro livro da obra, advertindo o leitor quanto a [seu] caráter inacabado.”

OVIDE. Tristes. Texte établi et traduit par Jacques André. Quatrième tirage. Paris: Les Belles Lettres, 2008.

Tristia (I, 7)

Grata tua est pietas, sed carmina maior imago [memória]

Sunt mea quae mando qualiacumque legas,

Carmina mutatas hominum dicentia formas,

Infelix domini [autor] quod fuga rupit opus.

Haec ego discedens, sicut bene multa meorum,

Ipse mea posui maestus [muito aflito] in igne manu;

Utque cremasse suum fertur sub stipite [tição] natum

Thestias, et melior matre fuisse soror,

Sic ego non meritos, mecum peritura, libellos

Imposui [impor] rapidis, viscera nostra [vísceras ou nossas criações], rogis, [piras ou túmulos]

Vel quod eram Musas, ut crimina [pretextos, neste contexto] nostra, perosus, [avesso a]

Vel quod adhuc crescens et rude carmen erat.

Quae quoniam non sunt penitus [completamente] sublata, [removido, destruído, tollo] sed extant

Pluribus exemplis scripta fuisse reor [eu acho] –,

Nunc precor ut vivant et non ignava [preguiçosa, insegura] legentem [leitor]

Otia delectent admoneantque mei.

Nec tamen illa legi poterunt patienter ab ullo,

Nesciet his summam si quis abesse manum;

Ablatum [arrancar à força] mediis opus est incudibus [bigornas, peso] illud

Defuit [Falta] et scriptis ultima lima [retoque] meis,

Et veniam pro laude peto, laudatus abunde, [suficientemente]

Non fastiditus si tibi, lector, ero. [Fazer o possível para não desprezar o leitor]

Hos quoque sex versus, in prima fronte libelli

Si praeponendos esse putabis, habe:

Orba parente suo quicumque volumina tangis,

His saltem vestra detur [dado] in urbe locus;

Quoque magis faveas, haec non sunt edita ab ipso,

Sed quasi de domini funere rapta sui.

Quicquid in his igitur [portanto] vitii rude carmen habebit,

Emendaturus, si licuisset, eram.’

Tudo falsa modéstia.

GLOSSÁRIO:

perĭto, -as, -are: (freq. de pereo) morrer

reor, -eris, -eri, ratus sum: (depoente) pensar, julgar, crer (constrói-se com proposição infinitiva, com dois acusativos e é usado em frases parentéticas)

autem: além disso, outrossim

spiro: soprar spyro the dragon, quão original!

ascia: enxada

crus, cruris: perna

fingo: imaginar (finGir), formar, vencer, dominar… que gradação!

impingo: espetar (impingir)

lectum: escolhido (de lego, legere) se eu delego, eu também lego (escolho)

olla: panela

necnon, nec non ou neque non: (adv.): e também

nunc…nunc…: ora… ora… (ora isso, ora aquilo) ag-ora

Danai, -orum ou –um: os gregos

ter: 3x

quater: 4x

Altéia é uma Testíade. Diz-se Testíade por ser filha de Téstio. Altéia era esposa de Eneu, rei de Cálidon, e mãe de Dejanira e Meleagro. Passados 7 dias do nascimento de seu filho, as Moiras a visitaram e fizeram uma predição sobre o seu futuro, dizendo que a criança morreria se o tição que queimava na lareira se consumisse inteiramente.”

carmina dicentia = os versos que cantam”

dicência

mando : recomendo

ILLE, ILLA, ILLUD (cont.)

At ille murem peperit.

(Mas aquela pariu um rato.)

O pronome ille, no nominativo masculino singular, é sujeito de peperit. Veja que ille é masculino e nós o traduzimos por feminino. É que ille, na fábula Mons parturiens, de Fedro, retoma a palavra mons, que é masculina em latim. Em português, a palavra montanha é feminina.”

O pronome ille, illa, illud também antecede o relativo (ille qui = aquele que) e também pode ser empregado em construção com hic, em que hic se refere à última pessoa citada e ille, à primeira”

Galli et Romani pugnant; hi vincunt; illi vincuntur.

(Gauleses e romanos lutam; estes vencem, aqueles são vencidos)

Os pronomes hic e ille também se empregam juntos, significando um e outro:

Laborant; hic legit, ille scribit

(Trabalham; um lê, o outro escreve)”

Verbos derivados

Conforme vimos na unidade 8, em latim, do verbo sum se derivam outros tantos verbos, mediante a junção de um prevérbio (um prefixo) ao verbo.”

(recapitulação!)

absum: estar ausente, faltar = desum

possum: poder

prosum: ser útil, somar

intersum: participar (etimologia de interesse)

insum: estar dentro

ex+stare

Quae quoniam non sunt penitus sublata, sed extant

(Porque estes não foram destruídos completamente, mas subsistem)

É como se survive no Inglês tivesse um sinônimo ex-stand. Ficar-para-além, permanecer mais…

Gerundivo

O gerundivo é uma forma nominal do verbo latino que corresponde a um adjetivo. Ele se diferencia do gerúndio por ser passivo. Além disso, tem todos os casos, além de ter os 3 gêneros e os 2 números. Apresenta dois valores: exprime a idéia de destinação, quer ativa, quer passiva, e exprime a idéia de obrigação.”

magister discipulo libros legendos dedit [legere*]

os livros foram dados pelo professor, COM O EXPRESSO FIM DE QUE ELE LESSE

= PARA SEREM LIDOS

delenda est Carthago [delere*]

Cartago deve ser destruída

(*) “A partir do radical do infectum dele- ou lege-, acrescenta-se o morfema –(e)nd- mais as terminações -us, -a, -um, de adjetivos de 1ª classe.”

No texto desta unidade, observamos o uso de um gerundivo do verbo praeponěre (colocar à frente). Como a construção é de gerundivo, a tradução indica uma obrigação na ação, ou melhor, uma destinação, já que, nesse caso, o verbo putabis (julgares) retira a ideia de obrigação:

…in prima fronte libelli

Si praeponendos esse putabis…

(…se julgares (que) eles devem ser postos no frontispício do livro…)”

Na unidade seguinte, observaremos algumas particularidades do uso do gerúndio e do gerundivo.”

Voz passiva analítica (cont.)

Quae quoniam non sunt penitus sublata, sed extant

(Porque estes não foram destruídos completamente, mas subsistem…)

…ablatum mediis opus est incudibus illud…

(…aquela obra foi arrancada do(s) meio(s) da(s) correção(ões)…)

Olhando muito rapidamente essas construções, somos inclinados a traduzi-las por são destruídas e é arrancada, respectivamente. Trata-se, contudo, da voz passiva analítica do latim, que se faz para os tempos do perfectum.”

amatus, -a, um sum: eu fui amado (a)

amati, -ae, -a sumus: nós fomos amados (as)

amatus eram: eu fora amado (ou tinha sido amado)

amatus ero: eu terei sido amado

amatus sim: eu tenha sido amado

amatus essem: eu tivesse sido amado

Lembre-se: Sou amado em latim diz-se amor, com a terminação -r da passiva sintética.”

O gerundivo não passa ao português com forma morfológica. A idéia de destinação e de obrigação é feita em português com perífrases verbais. Algumas formas de gerundivo passaram, contudo, ao português como substantivos: agenda (as coisas que devem ser feitas); Amanda (a que deve ser amada); corrigenda (as coisas que devem ser corrigidas); legenda > lenda (as coisas que devem ser lidas).”

Elegia I, 7 (Ovídio, Tristia)

vv. 35-40

Orba parente [autor, pai da obra] suo quicumque volumina tangis, [mexer na obra]

His saltem vestra detur in urbe locus;

Quoque magis faveas, [E para que fosse mais favorável] haec non sunt edita ab ipso, [publicadas sem mim]

Sed quasi de domini funere rapta sui. [morte inesperada, morte/vida ‘raptada’]

Quicquid in his igitur vitii rude carmen habebit,

Emendaturus, si licuisset, [se é lícito… foram corrigidas] eram.”

POESIA ÉPICA

UNIDADE QUINZE:

Metamorfoses, I, 1-14

O proêmio e a narração sobre o caos

OVÍDIO

In nova fert anĭmus mutatas dicěre formas

corpora; Di, [deuses no vocativo] coeptis, [empreendeis, cooptais] nam [de fato] vos mutastis et illas, [transformastes aquelas]

adspirate meis primaque ab origĭne mundi

ad mea perpetuum deducĭte tempora carmen.

Ante mare et terras et, quod tegit omnia, caelum

unus erat toto naturae vultus in orbe,

quem dixere chaos, rudis indigestaque moles [massa]

nec quicquam nisi pondus iners [inerente] congestaque eodem

non bene iunctarum discordia semĭna rerum.

Nullus adhuc mundo praebebat lumĭna Titan,

nec nova crescendo reparabat cornua Phoebe,

nec circumfuso pendebat in aere tellus [terra]

ponderĭbus librata suis, nec bracchia [braço] longo

margĭne terrarum porrexerat [atingira, dera, apresentara] Amphitrite.

[…]”

a palavra deus apresenta o mesmo radical que origina a forma divos ou divus, que quer dizer ‘deus’, ‘divindade’ e também é utilizada como adjetivo, com o sentido de ‘divino’. Em sua declinação veremos algumas particularidades.”

As Titânides eram: Febe, a da coroa de ouro, Titânide da lua (…) Phoebe: Febe (Diana ou a Lua, irmã de Febo, Phoebus, que é Apolo, o Sol)” Mas Diana não era filha de Zeus? Bom, no Olimpo tem de tudo mesmo… Pode ser irmã e tia de Apolo ao mesmo tempo…

o verbo dico, -is, dicere, dixi, dictum, além de significar dizer, consagrar, proferir, também quer dizer cantar; cantar como trabalho do poeta, daí os livros serem chamados também de cantos (…) o verbo dico, -is, dicere, dixi, dictum tem [ainda] o sentido de chamar, designar. Traduz-se dixere da mesma forma que dixerunt, ou seja, pela 3ª pessoa do plural do pretérito perfeito”

Os cantos são diferentes do centro, que é silencioso.

Como mudou? Ora, mudou mudando!

Declinação de deus, dei

A palavra deus, da 2ª declinação, apresenta algumas particularidades de declinação.”

O vocativo singular de deus se registra após a época cristã, e a sua forma no chamado período da decadência é igual ao nominativo (deus). No período clássico, o vocativo utilizado é dive (de divus).” Fora com deus daqui!

As palavras em –ĭus da 2ª declinação terão geralmente vocativo em –i. Isso ocorre com nomes próprios (à exceção daqueles de origem grega, como Darīus, com o ī, que fará o vocativo em –e: Darie) e com palavras como filius (voc. fili), genius (voc. geni). Também fará vocativo em –i o pronome meus.”

GLOSSÁRIO

alvus: ventre

publĭce: (adv.) às custas do Estado

satis: (adv.) satisfatoriamente

tueri: defender – em francês tuer é praticamente a antonomásia!

Síncopes verbais

A 3ª pessoa do plural do pretérito perfeito, além da terminação em –erunt, pode também ser em -ere:

… quem dixere chaos

(… a qual chamaram caos)

X vs. C: Aparentemente, imaginamos se tratar de um infinitivo, pela terminação -ere, mas o infinitivo do verbo é dicere.

dico, -is, dicěre, dixi, dictum

dixerunt = dixere”

(espécie de síncope ainda mais elaborada)

Gerúndio

O gerúndio pode se construir com um objeto direto, em função da sua regência:

a) Cupidus legendi fabulam (desejoso de ler a fábula)

Nesse tipo de construção, o gerúndio pode ser substituído pelo gerundivo e não haverá alteração de sentido:

b) Cupidus fabulae legendae (desejoso de ler a fábula)

Nesse caso, o gerundivo não indica uma idéia de obrigação.”

desejoso de ver a cidade:

cupidus videndi urbem

cupidus urbis videndae

A substituição não deve ocorrer quando o complemento do gerúndio é um adjetivo ou pronome neutro:

Cupidĭtas discendi alĭquid (Desejo de aprender algo)

Em algumas situações, torna-se obrigatória a substituição do gerúndio pelo gerundivo:

1. Quando o gerúndio deveria estar no dativo: Impar fami ferendae (incapaz de suportar a fome), e não impar ferendo famem. Nesse caso, o adjetivo impar se constrói com dativo, de forma que o gerundivo e seu complemento vão para esse caso, em concordância de gênero e número.

2. Quando o gerúndio está no acusativo com ad: Magister tacuit ad voces audiendas (O professor se calou para ouvir as vozes) e não ad audiendum voces.

3. Quando o gerúndio está no ablativo com preposição: deterruit eum a bello faciendo (dissuadiu-o de travar a guerra) e não a faciendum bellum.”

Heranças do português

Em português, em certos registros lingüísticos, também ocorrem síncopes de toda ordem: paralepípedo [dessa eu ainda não tinha ouvido falar] por paralelepípedo; bebo por bêbado; cosca por cócega; chacra por chácara.”

O gerúndio no português manteve apenas sua forma de ablativo, como um adverbial. Os usos dos demais casos foram substituídos por preposições seguidas do verbo na sua forma de infinitivo.” O que é, convenhamos, 300x mais conveniente!

A separação dos elementos (I, vv. 15-27)

Utque erat et tellus illic et pontus [oceano] et aer,

Sic erat instabilis tellus, innabilis unda,

Lucis egens [extraindo] aer; nulli sua forma manebat

Obstabatque aliis aliud, quia corpore in uno

Frigida pugnabant calidis, umentia siccis,

mollia cum duris, sine pondere habentia pondus.

Hanc deus et melior litem natura diremit;

Nam caelo terras et terris abscidit undas

Et liquidum spisso [denso] secrevit ab aere caelum.

Quae postquam evoluit caecoque exemit acervo,

Dissociata locis concordi pace ligavit.

Ignea convexi vis et sine pondere caeli

Emicuit [irrompeu] summaque locum sibi fecit in arce. [de arx, nas alturas]

GLOSSÁRIO:

coeptis: começar

cornua: corno ou meia-lua, dependendo do contexto

eodem: igualmente

habentia: tendo

vultus: rosto (LEMBRE-SE!)

Deuses brigando:

– Foi você que começou!

– Não, foi você!

– Parem de brigar, meninos! (Essa é Gaia.)

A que pontus chegamos!

UNIDADE DEZESSEIS:

Metamorfoses, I, 69-81

A criação dos animais e o surgimento do homem

OVÍDIO

Vix [Mal, no sentido de logo que] ita limitĭbus dissaepserat [separada] omnia certis

cum, [neste contexto, quando] quae pressa [comprimido] diu [de dia] massa latuere [escondida] sub illa,

[Mal havia o caos sido separado e a terra e os céus organizados distintamente, quando…]

siděra [constelação] coeperunt toto effervescěre caelo.

[as constelações começaram a se espalhar, criando novas coisas]

Neu [E não] regio foret [estivesse, do sum, fuisse] ulla suis animalibus orba, [privado de]

astra tenent caeleste solum formaeque deorum,

[O céu se espalhou/estendeu para que a terra não estivesse privada de animais]

cesserunt nitidis [abundantes] habitandae piscibus undae,

terra feras cepit, volucres [alado(s)] agitabilis aer.

[e se viram peixes sem conta no mar, feras começaram a rumar pela terra, pássaros surgiram no ar…]

Sanctius his animal mentisque [discernimento, mente provida de razão] capacius altae

deerat adhuc et quod dominari in cetera posset.

[Afora aquela criatura que por suas capacidades dominaria todas as outras]

Natus homo est; sive [quer…] hunc divino semine fecit

[O homem, feito e compartilhando da semente divina]

ille opĭfex [criador, autor] rerum, mundi melioris origo,

[da melhor parte de deus]

sive […quer] recens tellus seductaque [afastada, retirada] nuper [ainda há pouco] ab alto

aethere cognati [aparentado] retinebat semina caeli.”

[quer seja fortuito que a terra, recentemente separada do céu, tenha mantido o germe divino ou seja: casual ou voluntariamente, o fato é que o homem, animal superior, existe.]

GLOSSÁRIO:

aether, -ěris ou ěros: “(m) éter, região superior do ar que envolve a atmosfera; parte do céu, sede do fogo; fogo; o céu, a mansão dos deuses; o ar; o mundo dos vivos (por oposição aos infernos)”

evenio: evento

tenent: “do verbo teneo, -es, -ere, tenui, tentum, que quer dizer ter, segurar, atingir, obter, dirigir, compreender, perceber, adquirir, saber, manter, perseverar, conter. Também significa governar, comandar”

Palavras compostas

As palavras compostas são formadas por mais de um elemento sendo o primeiro uma partícula ou um tema nominal. Nos compostos nominais, o primeiro elemento é um tema nominal que se apresenta geralmente sem desinências, tomando um –i final. Veja uma palavra que apareceu no texto desta unidade:

opĭfex, -ĭcis: (m e f)

Do substantivo opus (obra) + -fex (do verbo facio, fazer, criar) significando: criador, autor, artista

fazedor de obra, aquele que faz obra

pontifex: aquele que possui autoridade, aquele que faz a ligação (espiritual)

O primeiro elemento de um composto nominal pode tomar um –u final se o segundo elemento começar por uma consoante labial:

locuples, -etis:

Do substantivo locu (terras) + -ples (do verbo pleo, encher) significando: rico em terras”

me locupleto. repleto.

Os compostos verbais são formados quase que exclusivamente por meio de partículas prepositivas, originando verbos derivados:

abest:

partícula prepositiva ab- (ideia de afastamento) + est (estar) significando: está ausente

adest:

partícula prepositiva ad- (ideia de aproximação) + est (estar) significando: está presente

Alguns prefixos ou partículas podem sofrer alterações por conta de assimilações fonéticas:

affero:

partícula prepositiva ad- (ideia de aproximação) + fero (levar, trazer) significando: trago, levo para ou contra, anuncio

oppono:

partícula prepositiva ob- (em face de) + pono (pôr) significando: oponho”

Estruturas correlativas

sive…sive

AB-HORTO & AD-OPÇÃO: “Muitos dos compostos latinos passam ao português com a perda do sentido dos elementos da composição. Assim, um falante do português dificilmente percebe em uma palavra como aborto a formação a partir da partícula prepositiva ab- (negação, afastamento) e do substantivo ortus (nascimento), significando negação do nascimento. O contrário também ocorre com adoção, em que os elementos da composição (ad-, idéia de aproximação, e optio, significando opção) não são mais percebidos.”

Quam satus [gerado, plantado] Iapěto [pai de Prometeu, portanto praticamente nosso pai também] mixtam pluvialĭbus undis

finxit [modelou, esculpiu] in effigĭem moderantum cuncta deorum;

pronăque [inclinado] cum spectent animalĭa cetěra terram,

os [boca, rosto, fisionomia…] homĭni sublime dedit caelumque tueri

iussit [ordenasse] et erectos ad siděra tollěre vultus. [levantar o rosto]

Sic, modo quae fuěrat rudis et sine imagĭne, tellus

induit ignotas homĭnum conversa [transformada] figuras.”

1 Quid dedit deus homini?

2 Quid iussit deus homini?

3 Quomŏdo fuěrat tellus?

4 Qui fit terra?

5 Verte versus lusitane.”

UNIDADE DEZESSETE:

Metamorfoses, I, 89-107

A idade de ouro

OVÍDIO

No exercício, ao final desta unidade, analisaremos os versos de 113 a 124, que tratam da idade de prata, momento em que reina Júpiter, após a expulsão de Saturno para os tártaros tenebrosos.”

Ida de dela tá

Metamorfoses (I, 89-107)

Aurěa prima sata est aetas, quae vindĭce nullo,

sponte sua, sine lege fidem rectumque colebat.

Poena metusque aberant nec verba minantia fixo

aere legebantur, nec supplex turba timebat

iudicis ora sui, sed erant sine vindice tuti.

Nondum caesa [esverdeada] suis, peregrinum ut viseret orbem,

montĭbus in [contra] liquĭdas pinus descenděrat undas

nullaque mortales praeter sua litora norant.

Nondum praecipĭtes cingebant oppĭda fossae; [nenhuma cidade precisava de muros]

non tuba directi non aeris cornua flexi,

non galeae, non ensis erat; sine militis usu

mollia securae peragebant otĭa gentes.

Ipsa quoque immunis rastroque intacta nec ullis

saucia vomerĭbus per se dabat omnia tellus;

contentique cibis nullo cogente creatis [a terra dava de comer a todos os homens]

arbuteos fetus montanaque fraga legebant

cornaque et in duris haerentia mora rubetis

et quae deciderant patula [abundante] Iovis arbore glandes.

ver erat aeternum…”

Uso do dicionário

A partir deste momento, trabalharemos na direção do uso mais freqüente do dicionário, razão pela qual os vocabulários passarão a contar com um número cada vez mais reduzido de palavras.” Já estava na hora, amiguinho… Você vinha repetindo o léxico sem dó!

GLOSSÁRIO:

aes, aeris: (n) bronze, dinheiro, moeda, fortuna” “Não confundir com aer, aĕris, palavra masculina também da 3ª declinação que significa ar, ar atmosférico)”

na idade de ouro não se pagava com o bronze

na era do estanho tudo começou a ficar estranho

muita gente doente, expectorando ranho

deuses se vendendo como putas aos fiéis

ah, meus brônzeos pulmões de aço!

caedo, -is, -ěre, cecidi, caesum: bater, abater, cortar, matar, massacrar, partir, decepar”

caedo ou tarde todo mundo vai pra vala

cornum, -i: pilrito (fruta avermelhada)”

directus: também rígido

flexus: curvado

fraga, -orum: morangos (n. pl.)

haereo, -es, -ere, haesi, haestum: estar ou ficar ligado a”

lego, -is, -ěre, legi, lectum: colher, reunir”

as lendas reúnem tudo sobre um povo, eu mito mas não minto

« minans (gen. minantis): part. pres. de minor minor, -aris, -ari, -atus sum: (dep.) ameaçar”

ameaçado, minou minha confiança, então subi à superfície varonil da indiferença

menace, the golden age, and axe, X from Hera, Y from Zeus

men-race

logo se vê que a rigidez era a manutenção do respeito no reino do trovão

norant: forma sincopada de nouěrant. (ver nosco)

nosco, -is, -ěre, novi, notum: começar a conhecer.”

noras são pessoas muito espertas

ignoto, não noto s’ich bin Weisser. mnemônico saber ôntico

os, oris: (n) face, olhar, fisionomia, expressão fisionômica”

uma cara assim assaz dourada

na churrasqueira do hades

cerveja ósculo: caracu

praeceps (gen.: praecipĭtis): que se inclina, precipitado, íngreme, maléfico, perigoso, temerário”

o que é mau não tem princípio, me parece, cai no precipício da precipitação

panteão dos folgados

pente dos folguedos

satus, -a, -um: part. pass. de sero

sero, -is, -ěre, seui, satum: plantar, semear, criar, gerar”

fazer serão é passar a madrugada plantando na horta, semeando a vagem, mamando a glande do jardim profícuo, até ficar, sensata, saciada.

spontis: vontade, desejo, voluntariamente, por si mesmo, por sua própria vontade (sponte sua); sponte (abl.)”

desponta um feto um fato um novo dia de livre volição

vindex, -ĭcis: (m e f) fiador, vingador, protetor”

glande do carvalho – mostrando como a natureza era viril na idade de ouro!

Poderia ser uma palavra de difícil localização no dicionário, já que em seu nominativo ocorre a perda da consoante dental <t>. Em casos de palavras como essas, para localizá-las no dicionário, consideramos seu genitivo spontis e levamos em conta que a dental que antecede a terminação -is do genitivo não aparece no nominativo (spons, spontis). O mesmo ocorre com dens, dentis ou cupiens, cupientis.”

Os tradutores disponíveis hoje em português, mesmo os sumos, são horrendos. Nenhum sentido de beleza, nenhuma harmonia com o vernáculo!

Os dicionários costumam informar se se trata de um verbo depoente.”

!recordar é viver! “Os verbos semidepoentes são aqueles – poucos – que apresentam, nos tempos do infectum, as formas ativas, e, para os tempos do perfectum, seguem a conjugação dos depoentes. audĕo, -es, -ere, ausus sum: ousar”

o usar da língua

o ousar da língua

levanto o braço e mostro a ingua

em alguns verbos, ocorrem síncopes, algumas das quais são registradas”

Atenção aos pluralia tantum

Palavras que só são utilizadas no plural (ou que no plural podem ter outro significado) aparecem registradas no nominativo e genitivo plural: fraga, -orum

Fragrâncias do Nordeste

Atenção a palavras com particularidades morfológicas

Algumas palavras em latim apresentam diferenças temáticas significativas entre o nominativo e o genitivo, o que pode ocasionar alguma dificuldade para sua localização no dicionário.

iter, itiněris: (n) viagem

Iuppĭter, Iovis: (m) Júpiter

os, ossis: (n) osso [afirmativo, mestre Wing!]

cor, cordis: (n) coração [Pelé tricordiano – violão de 7 cordas tem muita emoção – coração de escorpião cordissimulado]

caro, carnis: (f) carne [no Brasil 2016-2022, muito fácil associar!]

bos, bovis: (m) boi [chefe é tudo gado – Madame Vacary; Simone de Boo Vwa]

sus, suis: (m) porco [je suis suíno suinócuo suicídio que emporcalhou tudo, era neurônio espalhado que nem merda pra todo lado! Among us, no sistema único de saúde mais próximo…]

iusiurandum, iurisiurandi: (n) juramento

respublica, reipublicae: (f) o Estado”

quero colônia de exploração, vou fugir de casa

* * *

FINALMENTE TERCEIRO (JÁ ESTAVA DANDO TRABALHO FICAR NO ALTO DO PÓDIO)

Postquam, Saturno tenebrosa in Tartara misso,

sub Iove mundus erat, subiit argentea proles, [BICAMPEÃ DO MUNDO!]

auro deterior, fulvo pretiosior aere.

Iuppiter antiqui contraxit tempora veris

perque hiemes aestusque et inaequalis autumnos

et breve ver spatiis exegit quattuor annum.

tum primum siccis aer fervoribus ustus [incendiar, urânio]

canduit, et ventis glacĭes adstricta pependit;

tum primum subiere domos; domus antra fuerunt

et densi frutices et vinctae [vincular] cortice virgae. [com vara curta]

semina tum primum longis Cerealia sulcis

obruta sunt, pressique iugo gemuere iuvenci.”

ACABOU A GENEROSIDADE! VEM O GENERAL, NEM DA TERRA NEM DOS MARES!

O ablativo absoluto

Tomando a estrutura em destaque nos versos abaixo, perceberemos uma construção especial em latim, o ablativo absoluto, formado por um nome no ablativo acompanhado por um particípio também no ablativo. Como resulta numa oração completamente independente sintaticamente da oração principal a construção é chamada de ablativo absoluto:

Postquam, Saturno tenebrosa in Tartara misso,

sub Iove mundus erat, subiit argentea proles…”

Exatamente como se fosse um epíteto, fixado, solidificado. Quer algo mais absoluto que o tempo que eu te dedico?

a província cis-platina é –a mas é transfóbica!

Caesar, dux, Rubiconem flumen transit

VERTA: “Hostibus victis, civibus salvis, re placida, pacibus perfectis, bello exstincto, re bene gesta, integro exercitu et praesidiis, cum bene nos, Iuppiter, iuvisti, dique alii omnes caelipotentes, eas vobis habeo gratis atque ago, quia probe sum ultus meum inimicum.”

Após os inimigos vencidos, os cidadãos salvos, tudo em paz, a paz consumada, a guerra terminada, as coisas bem-conduzidas, todos do exército em de suas guarnições vivos, com a bênção de Júpiter, e sabeis ó vós outros deuses onipotentes do firmamento, tenho vossa graça, e por isso realizei minha vingança.”

Plauto, Persas, vv. 753-56

GLOSSÁRIO:

eo, is, ire, ivi ou ĭi, itum: ir (futuro imperfeito, ibo)

proelium: batalha

UNIDADE DEZOITO:

Metamorfoses, I, 125-136

A idade de bronze e a idade de ferro

OVÍDIO

Nesta unidade, analisaremos os versos de 125 a 136, que tratarão sobre a idade de bronze (cruel, mas não criminosa) e a idade de ferro (atroz e criminosa). Ao final desta unidade, analisaremos os versos de 141 a 150, continuando a leitura sobre a idade de ferro, com o surgimento das guerras e das traições de toda ordem.” Que beleza!

Metamorfoses (I, 125-36)

Tertĭa post illam successit aeněa proles,

saevĭor [mais indomáveis, revoltosos] ingenĭis et ad horrĭda promptĭor arma, [a qualquer hora prontos para pegar em armas]

non scelereta tamen. [mesmo os que não eram criminosos] De duro est ultĭma ferro;

Protĭnus [De súbito] inrupit venae peioris in aevum [age]

omne nefas; fugere pudor verumque fidesque,

in quorum subiere [sucederam-se] locum fraudesque dolique

insidiaeque et vis et amor sceleratus habendi. [a vontade criminosa de tudo possuir, a sede insaciável de se apoderar das coisas – cobiça, sanha]

Vela dabat ventis neque adhuc bene nověrat illos

navĭta quaeque diu stetěrant in montĭbus altis

fluctĭbus ignotis insultavere carinae [fez saltar a quilha, i.e., deixou todas as embarcações ‘morais’ de ponta-cabeça]

communemque prius, ceu lumĭna solis et auras,

cautus humum [terreno] longo signavit limĭte mensor.”

GLOSSÁRIO:

armas: “Com o sentido de armas defensivas, pode ser oposto a tela (telum,–i), armas ofensivas. Também pode significar guerra, combate, homens armados, exército)”

promptior: “mais disposta (do adjetivo promptus, -a, -um, no grau comparativo de superioridade. Pode significar tirado para fora, exposto, que está à mão. Próximo a esse último sentido, também significa disposto, inclinado a, pronto, ativo)”

nefas: “atrocidade (palavra indeclinável, que pode significar o que é proibido pela lei divina, o que é ímpio, injusto ou criminoso. (…) Nefas é uma palavra formada pela negação ne + fas, que quer dizer expressão da vontade divina, o que é lícito, o destino. A expressão fas est traduz-se por é permitido, é lícito)”

steterant: “estiveram imóveis (o verbo stare em latim significa estar de pé, estar levantado; é o contrário de iacere, jazer, estar deitado. O sentido estar, como temos no português, é dito pelo verbo esse. No contexto trabalhado, pode-se traduzir o verbo stare por estar imóvel)”

noverat: “conhecera (o verbo do texto é o verbo nosco, -is, -ere, novi, notum, que quer dizer conhecer, saber; em latim, há também o verbo novo, -as, -are, novavi, novatum, com o sentido de renovar)”

diu: “aqui deve ser traduzido por há muito tempo, durante muito tempo”

em alguns verbos, como o verbo subire, o perfeito pode ter uma outra forma, com uma síncope do –v–subivi subii

Quando o verbo é de 1ª conjugação a síncope é da partícula –ra–: amaravi amavi

subiveram subieram

subivero subiero

subiverim subierim

subivissem subiissem

Ernesto Faria (1958) divide o tema do perfectum em 3 tipos distintos: perfectum de tipo em –v–, de tipo radical e de tipo sigmático.”

Ex:

1.

subeo

insulto: saltar sobre ou contra, saltar, pular, dançar (mais genérico impossível)

isto é um insulto!” = aí você saltou longe demais!

novo

signo: marcar, assinalar, designar

2.

do, das, dare, dedi, datum: oferecer, consagrar, provocar, pôr, colocar, produzir…

sto, -as, -are, steti, statum: estar de pé, estar levantado, estar imóvel, ficar firme, fixar-se, persistir estoicismo: filosofia da persistência, do manter-se incólume

fugio, -is, -ere, -fūgi, -fugitum

irrumpo, -is, -ere, -rupi, -ruptum

3.

succedo, -is, -ere, -cessi, -cessum = SUBEO na conotação

tuxedo

Protĭnus inrupit venae peioris in aevum

omne nefas

(Imediatamente irrompeu tudo o que é atrocidade na idade do pior filão…)”

Nesta atividade, trabalharemos com os versos de 141 a 150 do Livro I das Metamorfoses, que tratam sobre a idade de ferro, com a narração do surgimento das guerras e a indicação dos diversos tipos de traições.” (Ainda não estávamos nela???)

A idade de ferro (continuação)

Iamque nocens ferrum ferroque nocentius(*) aurum

prodiěrat; prodit bellum, quod pugnat utroque,

sanguineaque manu crepitantia concutit [tremer, vibrar] arma.

Vivitur ex rapto; non hospes ab hospĭte tutus,

non socer a geněro; fratrum quoque gratia rara est.

Imminet exitio vir coniugis, illa mariti; [dissolvera-se a força dos laços conjugais]

lurĭda [pálida, lívida, escura] terribĭles miscent aconita [veneno, substância química aconitina, C34H47NO11] novercae;

filius ante diem patrios inquirit in annos:

Victa iacet pietas [vencida jazeu a piedade; a piedade jaz vencida] et virgo caede madentis [úmidos, mas também cheios, repletos, como aqueles que se enchem de tanto beber],

ultima caelestum, terras Astraea reliquit. [os deuses abandonaram a terra e os mares aos homens, confinando-se nos céus]

(*) Preste atenção ao morfema ius de grau comparativo de superioridade para palavras neutras. Comparam-se aqui os neutros aurum e ferrum.”

Ironia das ironias, quando enferruja o coração humano produz muito mais ouro!

Acusativo plural em -is

Observando os últimos versos trabalhados nesta unidade, nos deparamos com a palavra madentis, um adjetivo que segue a 3ª declinação (madens, gen.: madentis). A princípio, poderíamos pensar que se trata de uma palavra no genitivo singular, mas a terminação –is é também de acusativo plural (–is ou –es) (…) Assim, o adjetivo madentis concorda com o substantivo terras, também no acusativo plural (1ª declinação).”

tradução mais perfeita que a minha tentativa acima:

…e a virgem Astréia, última dos deuses, abandonou

as terras umedecidas (pelo sangue)”

UNIDADE DEZENOVE:

Metamorfoses, I, 318-55

Deucalião e Pirra após o dilúvio

OVÍDIO

Depois do dilúvio, restam apenas um homem, Deucalião, e uma mulher, Pirra.”

Nos versos que iremos ler ao final desta unidade, Deucalião e Pirra resolvem consultar o oráculo para saber sobre como repovoar a terra.” O oráculo não tem genitais? Se for Tirésias, poderá engravidar Pirra e ao mesmo tempo engravidar de Deucalião!

Metamorfoses (I, 318-355)

Hic ubi Deucalĭon, nam cetěra texerat aequor,

cum consorte tori parva rate vectus adhaesit,

Corycĭdas nymphas et numĭna montis adorant

fatidĭcamque Themin, quae tunc oracla tenebat.

Non illo melĭor quisquam nec amantĭor aequi

vir fuit, aut illa metuentĭor ulla deorum.

[…]

Reddĭtus orbis erat; quem postquam vidit inanem

et desolatas agěre alta silentĭa terras,

Deucalĭon lacrĭmis ita Pyrrham adfatur [fala a Pirra – quem fala, fala algo a alguém] obortis:

O soror,(*) o coniunx, o femĭna sola superstes,

quam commune mihi genus et patruelis origo,

deinde torus iunxit, nunc ipsa pericŭla iungunt,

terrarum, quascumque vident occasus et ortus,

nos duo turba sumus; possedit cetěra pontus.

[…]”

(*) “Como Prometeu e Epimeteu eram irmãos, Deucalião e Pirra eram primos. Todos eles descendem de Jápeto, filho de Urano e Gaia.”

GLOSSÁRIO:

alta: “profundos, elevados (do adjetivo altus, -a, -um – alto, profundo, elevado. Acusativo plural neutro, alta concorda com silentia: altos silêncios ou profundos silêncios)”

Eu sou alto, em todos os sentidos.

ortus: “nascente (do substantivo masculino ortus, -us: nascimento, origem, o nascer dos astros; antônimo de occasus)” Ortus e occasus também podem ser usados para se referir a sol nascente e poente.

Caiu no horto, nasceu.

tenebat: “presidia (o verbo teneo, -es, -ere, tenŭi, tentum, além de significar ter, segurar, também significa dirigir, comandar, presidir, governar)”

Acusativo de pessoa e acusativo de coisa (duplo acusativo)

No texto que lemos nesta unidade, encontramos uma construção com o verbo adfatur (affatur), do verbo depoente affor

Certos verbos latinos que em português se estruturam com argumentos internos objeto direto e objeto indireto são construídos em latim com acusativo de pessoa e acusativo de coisa. Em geral, resultariam de construções com duas frases nas quais o mesmo verbo teria objetos diretos distintos, do tipo:

Hoc rogo [Rock Howard] (peço isto)

Te rogo (te peço)

Hoc te rogo (peço-te isto) (acc.+acc.)

O duplo acusativo ocorre com verbos que apresentam o sentido geral de:

a) pedir e rogar:

poscere (pedir, exigir, reclamar): parentes testamentum poposcit”

quem exige, exige algo a alguém, etc.

orare (pedir, rogar, solicitar, implorar): aliquem rogare libertatem

flagitare (solicitar, rogar, implorar): me cibum flagitabat

rogare (perguntar, interrogar; pedir, rogar): te pauca rogabo

inter-rogar

b) “ensinar (docere) e ocultar (celare):

docŭi discipŭlos eam [aquela] artem

Celabo te res Romanas”

Bassus me de hoc libro celavit

(Basso não me deu notícia deste livro, não deu notícias deste livro a mim)”

c) “aconselhar, exortar (hortor, cohortor, exhortor),¹ advertir (monĕo, admonĕo):

Eos pacem hortabatur.

Milĭtes ad ultionem exhortatur”

¹ Daí o sentido original de côrte ou conselho dos sábios governantes.

A consulta ao oráculo

[…] ‘O utĭnam possim popŭlos reparare paternis

artĭbus atque anĭmas formatae infunděre terrae!

Nunc genus in nobis restat mortale duobus,

sic visum supěris: homĭnumque exempla manemus.’

Dixěrat et flebant. Placŭit caeleste precari

numen et auxilĭum per sacras quaerěre sortes.

Ut templi tetigere gradus, procumbit uterque

pronus humi gelĭdoque pavens dedit oscŭla saxo

atque ita: ‘Si precibus’ dixerunt ‘numina iustis

victa remollescunt, si flectitur ira deorum,

dic, Themi, qua generis damnum reparabĭle nostri

arte sit et mersis fer [consentir] opem, mitissima, rebus!’

Mota dea est sortemque dedit: ‘Discedite templo

et velate caput cinctasque resolvite vestes

ossaque post tergum [voltar] magnae iactate parentis!’

[voltarão já como contentes pais]

Verbos impessoais

Conforme o que já estudamos, os verbos impessoais são empregados na 3ª pessoa do singular de todos os tempos e no infinitivo. É comum esses verbos serem construídos tendo um infinitivo ou uma oração infinitiva como sujeito. Veja o uso do verbo placere (parecer bem, agradar) no texto lido na atividade:

placuit caeleste precari

numen et auxilĭum per sacras quaerěre sortes.

verbos de clima;

decet, decere, decuit: convir, ser conveniente, ficar bem;

libet ou lubet, -ere, libuit ou libĭtum est: agradar, dar prazer, achar bem;

licet, -ere, licuit ou licĭtum est: ser permitido, ser lícito, poder, ter o direito;

oportet, -ere, oportuit: é preciso, é bom, convém, é necessário, é útil.”

Eos infamiae suae non pudet.

(Eles não têm vergonha de sua infâmia)”

miseret, miserere, miseruit: compadecer-se

paenitet, paenitere, paenituit

constat, -are, constĭtit: é certo, é evidente, é reconhecido;

patet, -ere, patuit: estar patente, estar evidente;

expedit, -ire, expedivit: ser útil; rapaz expedito!

iuvat, -are, iuvit: agradar; agradar a Jove

praestat, -are, praestitit: ser melhor, valer mais, ser preferível. em suma, prestar!

além de construções com proposição infinitiva, há construções com subjuntivos, com ou sem conjunção: ad me redeas oportet (Cíc.: convém que venhas para junto de mim / …vir para…).”

GLOSSÁRIO:

compono, -is, -ere, -posui, -posĭtum: acalmar

no fio da navalha feita e afiada

fluctus, -us: (m) onda

prosum, prodes, prodesse, profui: ser útil (profuisse é o infinitivo perfeito)

utor, -eris, uti, usus sum: (dep.) empregar, utilizar (com ablativo)

O locativo

O locativo é um antigo caso do indo-europeu que servia para indicar o lugar em que se está e, por extensão, o tempo. Em latim, ficaram alguns vestígios, especialmente no singular da 1ª e da 2ª declinação. Segundo Ernesto Faria, foi, de modo geral, substituído pelo ablativo. No texto que lemos, ocorre o locativo da palavra humus (chão, terra). Veja:

pronus humi

(inclinado no chão)

Terminações do locativo:

1ª declinação (-ae): conserva-se nos nomes de cidades do singular.

Romae: em Roma

2ª declinação (-i): conserva-se também no singular em nomes de cidades e de pequenas ilhas.

Lugduni: em Lião; humi: no chão; domi: em casa (2ª e 4ª declinações)

3ª declinação (-i): conserva-se apenas em ruri (do substantivo rus, ruris, campo) e em alguns nomes de cidades.

Ruri: no campo

UNIDADE VINTE:

Metamorfoses, I, 388-402

Ponderações sobre o oráculo e o lançamento das pedras

OVÍDIO

Metamorfoses (I, 388-402)

Ponderações sobre o oráculo e o lançamento das pedras

Interěa repětunt caecis obscura latebris

verba datae sortis secum inter seque volutant.

Inde Promethiădes [Prométida ou Prometíade, i.e., Deucalião, filho de Prometeu] placĭdis Epimethĭda [Pirra, filha de Epimeteu]¹ dictis

mulcet [acalmar] et: ‘Aut fallax’ ait ‘est sollertĭa nobis,

aut pia sunt nullumque nefas oracŭla suadent.

Magna parens terra est; lapĭdes in corpŏre terrae

ossa reor dici; iacĕre hos post terga iubemur.’

[¹ Ou seja: derivamos dos titãs, e não nos deuses. Derivamos dos deuses primevos que geraram os deuses; os deuses são apenas nossos irmãos. Somos de uma hierarquia até pré-celestial, vindos diretos do caos e do primeiro relógio organizador do movimento dos astros e da matéria. Perto dos imortais que reinam, somos, quem podê-lo-ia dizer?, gigantes.]

O raciocínio de Deucalião agrada a Pirra.

Entre esperanças e dúvidas, decidem seguir a predição

Discedunt velantque caput tunĭcasque recingunt [circundam]

et iussos lapĭdes sua post vestigĭa mittunt.

Saxa [Os seixos] (quis hoc credat, nisi sit pro teste vetustas?)

poněre duritiem coepere suumque rigorem

mollirique mora mollităque ducěre formam.”

Ora, o homem não é pedra, senão barro, i.e., terra molhada.

Palavras de mais de uma declinação

Algumas palavras em latim podem ser flexionadas por mais de uma declinação. Nesta unidade, por exemplo, observamos a palavra duritiem, pela 5ª declinação. Trata-se de uma palavra que pode ser declinada pela 1ª (duritia, -ae) ou pela 5ª (durities, -ei). Muitas palavras da 5ª declinação apresentam esses doublets na 1ª (materia, -ae ou materies, -ei; mollitia, -ae ou mollities, -ei; laetitia, -ae ou laetities, -ei).

poněre duritiem coepere suumque [bem como] rigorem

(começaram a deixar sua dureza e sua rigidez)”

Os dicionários costumam mostrar essas especificidades. Veja-se, por exemplo, o caso da palavra vas:

vas, vasis: (n) no plural vasa, -orum (o sing. vasum caiu em desuso).

1. Vaso, vasilha, recipiente, pote;

2. Utensílios de cozinha, móveis;

3. (Pl.) bagagens, equipamento (dos soldados).”

Verbos freqüentativos

volvo, -is, -ěre, volui, volutum: rolar, fazer rolar, fazer dar voltas, revolver; revolver no espírito, refletir, meditar.

voluto, -as, -are, -avi, -atum: (freq. de volvo) rolar por várias vezes; revolver no espírito, meditar, discutir, examinar, debater.”

Freqüentativos são verbos que se derivam do particípio (vide supino sublinhado) e indicam uma ação repetida, podendo ser puramente intensivos.”

Herança portuguesa: resoluto, resolvido…

Interěa¹ repětunt caecis obscura latěbris²

verba datae sortis secum³ inter seque volutant.4

(Nesse meio tempo,¹ repetem consigo as palavras obscuras,² com significados ocultos, da predição concedida,³ e entre si meditam)4voltam-se para dentro de si mesmos

Aqui, o uso do freqüentativo voluto indica a intensidade da meditação de Deucalião e Pirra, tentando, a qualquer custo e repetidamente, entender a predição oracular.”

Verbos incoativos

O latim também tem verbos conhecidos como incoativos. São verbos que indicam o início da ação e apresentam o sufixo –sco, como cresco, crescer, aumentar, engrandecer-se (incoativo de creo, criar, fazer crescer, produzir). Outra forma de fazer construções incoativas é através de uma perífrase verbal.”

NO PORTUGUÊS:

Há também casos, poucos, em que palavras de um determinado grupo, por razões externas à língua, passam a assumir características de outro grupo: presidente (do grupo de palavras em –e), presidenta (assumindo terminação do grupo de palavras em –a).”

A metamorfose das pedras

Uma Pirra e um Deucalião muito mais formosos…

Mox, ubi creverunt naturăque mitĭor illis

contigit, ut quaedam, sic non manifesta, videri

forma potest homĭnis, sed uti de marmŏre coepta

non exacta satis rudibusque simillima signis. [signo, figura, estátua neste contexto]

[…] saxa

missa viri manĭbus facĭem traxere virorum

et de feminěo reparata est femĭna iactu.

Inde genus durum sumus experiensque laborum

et documenta damus qua simus origĭne nati. »

Genitivo complemento de adjetivo

Inde genus durum sumus experiensque laborum.

(Por essa razão, somos uma natureza dura e experiente dos esforços/habituada aos esforços.)

ODES

A palavra ode, de origem grega (canto), nos chega pelo latim tardio. Entre os romanos, a palavra carmen era o seu equivalente, com o sentido de canto, som de voz ou dos instrumentos, composição em verso, poesia e, ainda, divisão dum poema, canto.

Para os antigos, o termo ‘lírica’, do gênero a que pertence a ode, tem um caráter técnico, referindo-se a uma composição para ser cantada com o acompanhamento da lira ou de outros instrumentos de corda.”

Estariam, assim, fora dos limites da lírica, diferentemente do que se concebe como lírica nos dias de hoje e no período helenístico, conforme veremos, a poesia elegíaca e a iâmbica (executadas com acompanhamento de instrumento de sopro) e o epigrama (cuja origem remonta a inscrições, vinculada à materialidade do escrito, não sendo, portanto, destinada ao acompanhamento musical).”

na época helenística, à excepção da lírica coral destinada às festas e ao culto, todos estes géneros deixaram de ser executados com acompanhamento musical e passaram a ser poesia destinada à leitura.”

CITRONI

Ou seja, na sua origem, era nas diversas modalidades de execução musical que se dava a distinção entre os gêneros, e essa distinção, a partir do período helenístico, se circunscreve exclusivamente à diversidade dos metros.

Apresentando composições líricas de tom normalmente solene e entusiasta, as odes podem tratar de temas variados.”

Segundo Martins (2009), se as ações superiores (heróicas e divinas) estariam ligadas à tragédia e à épica e as ações inferiores (pautadas pelo vício), à comédia, à sátira ou à inventiva jâmbica:

por sua vez, as ações do homem comum são aquelas que nos diferem por não serem unicamente viciosas ou virtuosas, então elas não teriam outro lugar para serem representadas senão a poesia da subjetividade lírica…” Eis o nascimento da poesia moderna. O coração doído e machucado de gente como a gente.

A ode seria, pois, um subgênero do gênero lírico, podendo apresentar, como se pode ver em Horácio, uma diversidade de temas e esquemas métricos. Horácio se inspira nos efeitos impressivos especiais dos metros eólicos e, em suas Odes, busca a compatibilidade entre forma e conteúdo (PENNA, 2007). Basicamente, estão, pois, entre suas fontes de inspiração os líricos eólicos de Lesbos, do séc. VI a.C.: Alceu, Safo e Anacreonte.”

A ode, após ter ficado praticamente abandonada durante a Idade Média, irá reflorescer a partir do Humanismo, no séc. XV. Continuará a ser cultivada, ainda que sem o mesmo fascínio, durante o período do Romantismo, mas com novos matizes, mais subjetivista (MASSAUD MOISÉS).”

No Brasil, surge no séc. XVIII, tendo sido experimentada, em períodos distintos, por poetas como Cláudio Manuel da Costa, Castro Alves, Mário de Andrade e Carlos Drummond de Andrade, para ficar com os principais nomes.”

UNIDADE VINTE E UM:

Carmen I, 11

HORÁCIO

Apesar de ter origem humilde, Horácio é enviado por seu pai a Roma para continuar seus estudos, tendo sido aluno de um certo Orbilius, descrito por ele como plagosus (aquele que gosta de bater) [!]. Conseguiu até mesmo ir se aperfeiçoar na Grécia, um privilégio para poucos. Por lá, se dedicava à filosofia e tomava conhecimento da poesia grega, dois aspectos fundamentais em sua obra.

Horácio é apresentado a Mecenas pelos consagrados poetas Virgílio e Vário. Mas recusa-se a escrever a poesia épica encomendada por Mecenas, tendo ficado Virgílio com a incumbência de fazer a epopéia latina.”

Horácio escreveu 4 livros de odes, 1 livro de epodos, 2 livros de sátiras, 2 livros de epístolas, a Epístola aos Pisões (com 476 versos, conhecida como Arte Poética), o Canto secular, com 76 versos.”

(*) “Todos os textos de Horácio utilizados no Latinitas seguem a edição de Les Belles Lettres: HORACE. Odes. Texte établi et traduit par François Villeneuve. Introduction et notes d’Odile Ricoux. Deuxième tirage. Paris: Les Belles Lettres, 2002.

Carmen (I, 11)

Tu ne quaesiěris (scire nefas [sabe mal]) quem mihi, quem tibi

finem di deděrint, Leuconŏe, nec Babylonĭos

temptaris numěros. Ut melĭus quicquid erit pati!

Seu pluris hĭemes seu tribŭit Iuppĭter ultĭmam,

quae nunc opposĭtis debilĭtat pumicĭbus mare

Tyrrhenum, sapĭas, vina liques et spatĭo brevi

spem longam resěces. Dum loquĭmur, fugěrit invĭda

aetas: carpe diem, quam minĭmum credŭla postěro.”

Metro utilizado:

Asclepiadeu maior:

Formado por: um espondeu ( ¯ ¯ ), um coriambo ( ¯ ˘ ˘ ¯ ), uma cesura, um coriambo ( ¯ ˘ ˘ ¯ ), outra cesura, um coriambo ( ¯ ˘ ˘ ¯ ) e um jambo ( ˘ ˘ ) com uma sílaba ancípite (que pode ser breve ou longa).”

GLOSSÁRIO:

sapias: “tenhas discernimento (o verbo sapio, -is, -ěre, -ivi, -ii ou -ui significa ter gosto, ter sabor de, exalar um perfume, ter gosto, mas também significa ter discernimento, ter inteligência, ser prudente, ser sensato, saber, conhecer, compreender)”

fugěrit invĭda aetas

(o invejoso tempo terá fugido)”

A palavra aetas poderia ser, conforme já estudamos, uma palavra de difícil localização no dicionário, já que em seu nominativo ocorre a perda da consoante dental <t>. Como a palavra já aparece no texto no caso nominativo, não temos problema em localizá-la no dicionário. Em casos de palavras como essas, estando no texto em outros casos (aetate, abl., por exemplo), para localizá-las no dicionário, consideramos seu genitivo (aetatis) e levamos em conta que a dental que antecede a terminação -is do genitivo não aparece no nominativo (aetas, aetatis).”

quae nunc opposĭtis debilĭtat pumicĭbus [pumex no dicionário] mare Tyrrhenum

(…que agora quebra o mar Tirreno nos opostos rochedos…)”

Seu pluris hiemes …. tribŭit Iuppĭter…

(quer Júpiter nos dê numerosos invernos…)”

Em palavras da 3ª declinação que fecham seu tema com consoante labial, essa consoante é mantida no nominativo (hiems).”

Palavras gregas em latim

1ª declinação

As palavras de origem grega seguem, praticamente em todos os casos, a declinação latina. Algumas formas gregas, contudo, são conservadas pelos poetas. No texto lido, ocorre uma palavra que, pela forma como aparece dicionarizada, não se assemelha a nenhuma forma de enunciar uma palavra de declinação latina, cujos genitivos são: -ae, -i, -is, -us, -ei. A palavra Leucônoe aparece dicionarizada com o genitivo em –es.”

Leuconŏē , -ēs: Leucônoe (nome de mulher)

A palavra cometa, -ae, por exemplo, pode aparecer dicionarizada assim: cometes, -ae. Vemos que se trata de uma palavra da 1ª declinação (genitivo em –ae), mas que, sendo tomada ao grego, se declina com algumas particularidades.” cometes uma injúria olhando tanto para o céu

Outros exemplos: epitŏme, Aeneas, Anchises

O plural, quando existe, segue regularmente a 1ª declinação latina. O genitivo plural pode apresentar, em nomes terminados em –ădes e –ĭdes, ao lado da terminação -arum, a terminação -um.”

2ª declinação

Seguem a 2ª declinação os nomes gregos (geralmente nomes próprios) terminados em –os, -on (ou –um) e em –eus (ou –eos), como mythos (m), Ilion, palavra neutra que quer dizer Ílio (Tróia) e Androgeus (ou Androgeos), Androgeu, filho de Minos.”

3ª declinação

Algumas palavras gregas da 3ª declinação não foram incorporadas à 3ª declinação latina, tendo algumas passado para a 1ª e outras, para a 2ª.”

basis – bases, tigris – tigres, herōs – herōēs [vemos que o português utilizou a declinação do plural para construir seus próprios vocábulos – plurais ou singulares. I.e., caiu o “i” em base, o “i” em tigre e o “e” em herói]

lampas – lampades, crater – crateres (daí ser cratera e não crátera para nós), poēma – poemăta

Socrătēs, Paris (como o genitivo é Parĭdes, decidiu-se por Páris em pt.)

Didō, Simoīs, Orpheus (o vocativo é Orpheǖ)

Resquícios do sentido dual de saber na língua:

O licor tinha a mais bela cor de topázio, fina e transparente. E sabia gostosamente a frutos e a doce.” (Maria Archer, Fauno Sovina, p. 98)

Era uma infusão descorada que sabia a malva e a formiga.” (Eça de Queirós, A Cidade e as Serras, p. 162)

Livros como vinhos: quanto mais velhos mais sabem.” (Guilherme Figueiredo, Despropósitos, p. 37)

Nesta unidade, nossa atividade se centrará em comparação de traduções. Até este momento, vínhamos trabalhando com propostas da chamada tradução de estudo, uma espécie de versão do texto latino para a língua portuguesa com o objetivo de conhecermos o latim empregado em cada gênero. Num curso de leitura de textos em língua latina, que é o que se propõe neste material, o foco dado manteve-se mesmo nas estratégias de leitura do texto latino. Em estudos mais avançados do latim, que têm a tradução como meta, há que se debruçar sobre teorias e concepções de tradução. Assim, entre o texto de partida, em nosso caso, o texto em latim, e o texto de chegada, em português, há uma série de reflexões que devem ser feitas.”

Apresentamos a seguir 3 traduções da ode de Horácio lida nesta unidade, uma de Filinto Elísio, do séc. XVIII, outra de Ariovaldo Augusto Peterlini, de 1992, e uma outra, mais recente, de Paulo Henriques Britto. Ao comparar essas traduções com a tradução de estudo que você fez no início desta unidade, você observará que os tradutores que apresentamos a seguir fizeram determinadas escolhas, certas adaptações, permitindo que o texto de Horácio viva de outras formas para outros leitores de outros tempos.”

Horácio: ode I, 11 por Filinto Elísio (séc. XVIII)

Tu não trates (que é mau) saber, Leucônoe,

Que fim darão a mim, a ti os Deuses;

Nem inquiras as cifras Babilônias,

Por que melhor (qual for) sofrê-lo apures.

Ou já te outorgue Jove invernos largos,

Ou seja o derradeiro o que espedaça

Agora o mar Tirreno nos fronteiros

Carcomidos penhascos. Vinhos coa:

Encurta em trato breve ampla’sperança.

Foge, enquanto falamos, a invejosa

Idade. O dia de hoje colhe, e a mínima

No dia de amanhã confiança escores.

(FONTE: TREVIZAM, Matheus. Camena entre Brasil e Portugal. Belo Horizonte: FALE/UFMG, 2008)”

Mais arcanos que dois tucanos.

Horácio: ode I, 11 por Ariovaldo Augusto Peterlini (1992)

Não buscarás, saber é proibido [fica mal, eu traduziria agora – ou: não inventes de…], ó Leucônoe,

que fim reservarão a mim, a ti os deuses;

nem mesmo os babilônios números perscrutes…

Seja lá o que for, melhor é suportar!

Quer Júpiter nos dê ainda mil invernos,

quer venha a conceder apenas este último,

que agora estilhaça o mar Tirreno nos penhascos,

tem siso, os vinhos vai bebendo, e a esperança,

de muito longa, faz caber em curta vida.

Foge invejoso o tempo, enquanto conversamos.

Colhe o dia de hoje e não te fies nunca,

um momento sequer, no dia de amanhã…

(FONTE: NOVAK, Maria da Gloria; NERI, Maria Luiza (org.). Poesia lírica latina. 2 ed. São Paulo: Martins Fontes, 1992)”

A regra nº 1 da boa tradução foi respeitada: há mais versos em português. Vejamos na 3ª!

Horácio no Baixo (Odes I, 11), por Paulo Henriques Britto

Tentar prever o que o futuro te reserva

não leva a nada. Mãe de santo, mapa astral

e livro de autoajuda é tudo a mesma merda. [Hahaha, sensacional!]

O melhor é aceitar o que de bom ou mau

acontecer. O verão que agora inicia

pode ser só mais um, ou pode ser o último

vá saber. Toma o teu chope, aproveita o dia,

e quanto ao amanhã, o que vier é lucro.

Fonte: Guilherme Gontijo Flores

(https://escamandro.wordpress.com/2012/06/08/horacios-na-ode-1-11-a-leuconoe/”

A terceira tradução, embora a mais enxuta, sem dúvida é a melhor. Infelizmente sofro da doença e preconceito chamados espírito do tempo!

UNIDADE VINTE E DOIS:

Carmen III, 30

HORÁCIO

Exegi monumentum aere perennius

regalique situ pyramidum altius,

quod non imber* edax, [voraz] non Aquilo impotens

possit dirvere [dirigir] aut innumerabilis

annorum series et fuga temporum.

Non omnis moriar multaque pars mei

vitabit Libitinam; usque ego postera

crescam laude recens, dum Capitolium

scandet cum tacita virgine pontifex.

Dicar, qua violens obstrepit Aufidus

et qua pauper aquae Daunus agrestium

regnavit populorum, ex humili potens

princeps Aeolium carmen ad Italos

deduxisse modos. Sume superbiam

quaesitam meritis et mihi Delphica

lauro cinge volens, Melpomene, comam.”

GLOSSÁRIO:

imber: “(a chuva que cai) (do substantivo masculino imber, imbris, que quer dizer aguaceiro, nuvem de chuva, chuva, água ou líquido em geral. Uma outra palavra, pluvia, tem o sentido de chuva, água da chuva. Imber tem o sentido mais próximo de a chuva que cai)”

Aquilo: “Aquilão (do substantivo Aquĭlo,-onis, Aquilão, vento do norte, filho de Éolo e da Aurora. É possível que seu nome derive de aquila, águia, por se tratar de um vento rápido, ou de aquilus, escuro, por escurecer o céu quando soprava¹)

¹ Cf. Spalding, Tassilo Orpheu. Dicionário da mitologia latina. São Paulo: Cultrix, 1999.”

Libitinam: “Deusa Libitina (do substantivo Libitina, -ae, deusa dos mortos e da morte, que presidia os funerais. Em seu templo, depositava-se tudo o que fosse necessário para as pompas fúnebres, a fim de que pudesse ser vendido ou alugado nessa situação.)

Aufidus: “Áufido (do substantivo Aufidus, -i, rio da Apúlia)”

Daunus: “Dauno (do substantivo Daunus, -i, Dauno, avô de Turno, rei da Apúlia)”

Ver ainda GRIMAL, Pierre. Dicionário da mitologia grega e romana. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil, 1997.

Genitivo partitivo (cont.)

Non omnis moriar multaque pars mei vitabit Libitinam…

(Não morrerei de todo e boa parte de mim há de escapar à deusa Libitina…)

O genitivo mei representa a totalidade (de mim) da qual se considera uma parte (multa pars).”

Genitivo partitivo para:

a) substantivos: una pars eorum (uma parte deles)

b) adjetivos (em grau superlativo): miserrŭmus homĭnum vivum (viverei como o mais

infeliz dos homens)

c) pronomes: quem nostrum ignorare arbitraris? (quem dentre nós julgas que ignora?)

d) advérbios (quantidade, lugar e tempo): ubi terrarum esses? (em que terras estavas?)

e) certos verbos: eos infamiae suae non pudet (eles não se envergonham de sua infâmia)

Figuras de linguagem

elipse

quod non imber edax, non Aquilo impotens

possit dirvere aut innumerabilis

annorum series et fuga temporum.

(…nem possa destruí-lo o Aquilão desenfreado, nem a chuva voraz, ou a série inumerável dos anos e a fuga rápida dos tempos.)

Observe que a locução verbal possit dirvere está no singular, concordando com o núcleo do sujeito mais próximo (Aquilo impotens), mas outros núcleos funcionam como sujeito para a mesma locução, sem a necessidade de sua repetição.”

aliteração

Non omnis moriar multaque pars mei

assonância

et qua [por onde] pauper aquae Daunus agrestium

superbiam … quaesitam meritis et mihi Delphica

A poesia e a ordem de substantivos, adjetivos e verbos

Adjetivos > substantivos

O mais comum, numa construção poética latina, é que se coloque um termo entre o adjetivo e o substantivo com o qual concorda, com o adjetivo aparecendo primeiro para efeito de ênfase:

Dicar, qua violens obstrepit Aufidus (serei celebrado, por onde o impetuoso Álfido estrondeia)”

et qua … Daunus agrestium

regnavit populorum

(e por onde … Dauno foi o senhor de agrestes povos)

princeps Aeolium carmen ad Italos

deduxisse modos.

(o primeiro a ter levado aos italianos costumes o eólio canto/canto eólio)

Verbos > sujeitos

Os verbos em relação a seus sujeitos costumam vir antes, podendo haver vários elementos entre eles:

scandet cum tacita virgine pontifex.

(…subirá, com a silenciosa virgem, o pontífice)”

Análise de traduções

Continuaremos, nesta unidade, nos centrando em comparações de traduções. Conforme dissemos, consideramos as atividades que se seguem como uma etapa preparatória para o desenvolvimento posterior de estratégias tradutórias em momentos mais avançados de estudo do latim.”

Apresentamos a seguir duas traduções da ode de Horácio lida nesta unidade, uma de Elpino Duriene, de 1807, e outra de Ariovaldo Augusto Peterlini, de 1992.”

Horácio, Ode III, 30 – Tradução 1 por Elpino Duriene (1807)

O poeta a si mesmo

Hum monumento mais que o bronze eterno,

E que as Reaes Pyramides mais alto

Arrematei; que nem voraz diluvio,

Áquilo iroso, ou serie immensa d’annos

Nem dos tempos a fuga estragar possa.

Eu não morrerei todo; grande parte

De mim se salvará da morte: sempre

Crescerei novo co’louvor vindouro,

Em quanto ao Capitolio o grão Pontifice

Subir co’ a virgem taciturna, Aonde

Sôa o violento Aufído, e aonde o Dauno

Pobre de aguas regeo agrestes póvos,

Dir-se-há, que eu de humilde poderoso

Fui o primeiro, que o Eolio carme

Trouxe á Italica cithara. Melpómene,

Com soberba por meritos ganhada,

Eleva-te, e de boamente cinge

Co’ Delphico laurel os meus cabellos.”

Tradução 2: por Ariovaldo Augusto Peterlini (1992)

Um monumento ergui mais perene que o bronze,

mais alto que o real colosso das pirâmides.

Nem a chuva voraz vingará destruí-lo,

nem o fero Aquilão, nem a série sem número

dos anos que se vão fugindo pelos tempos…

[Achei que ousou muito pouco. Estou decepcionado…]

Não morrerei de todo e boa parte de mim

há de escapar, por certo, à Deusa Libitina.

Crescerei sempre mais, remoçando-me sempre,

No aplauso do futuro, enquanto ao Capitólio

silenciosa ascender a virgem e o pontífice.

[Enquanto houver Estados e religiões

pontífice e virgem são duas palavras inócuas para nós – e já o eram em 1992…]

Celebrado serei, lá onde estrondeia

o impetuoso Áufido e onde Dauno reinou

sobre rústicos povos, em áridas terras,

como o primeiro que, de humilde feito ilustre,

o canto eólio trouxe às cadências da Itália.

O justo orgulho por teu mérito alcançado,

ó Melpômene, assume e, propícia, dispõe-te

a cingir-me os cabelos com délficos louros.”

A tradução 1 é mais competente por larga margem!

LENDO…

Repositórios literários

poesiaitaliana.it

Vozes do mundo antigo

mqdq.it

Musisque Deoque. Un archivio digitale di poesia latina, dalle origini al Rinascimento italiano

bcs.fltr.ucl.ac.be

Bibliotheca Classica Selecta muito bom!

https://cgl.hypotheses.org/ (endereço atualizado em relação ao livro)

Corpus Grammaticorum Latinorum

mlat.uzh.ch/mls

Corpus corporum

intratext.com/lat

Bibliotheca Latina IntraText

library.theoi.com

Theoi – Texts Library – EXCELENTE COLEÇÃO DE MITOS – pasta Literatura > Literatura internacional > Helenismo

hs-augsburg.de/~harsch/a_chron.html

Bibliotheca Augustanapossui textos medievais e quase contemporâneos! Ex: Schopenhauer e Marx chegaram, ainda, a escrever em Latim.

latinitasbrasil.org

Site do Latinitas

http://www.filologia.org.br/ivjnf/

Filologia – USP

thelatinlibrary.com/classics.html

The Classics Page (serve mais ou menos como um índice do tipo de páginas elencadas acima)

Dicionários online

lexica.linguax.com/forc.php

Forcellini Latim – Latim

lexilogos.com/latin/gaffiot.php, prima-elementa.fr/dic.htm

Gaffiot

Latim – Francês

perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus:text:1999.04.0059

Charlton T. Lewis, Charles Short, A Latin Dictionary

APÊNDICE (PARA CONSULTA RÁPIDA)

P. 523

[+]

Tuus, tua, tuum (não tem vocativo)

Suus, sua, suum (não tem vocativo)

OBS.: Declinam-se como o adjetivo de 1ª classe bonus, bona, bonum

Noster, nostra, nostrum

(Não confundir nostri e vestri (de nós, de vós), genitivo singular ou nominativo plural dos pronomes pessoais nos e vos, com nostri e vestri, genitivo singular ou nominativo plural dos possessivos noster e vestri (de nosso, de vosso ou os nossos, os vossos). O mesmo vale para tui (gen. de tu) e tui (de tuus, tua, tuum), sui (gen. da 3ª pessoa) e sui (de suus, sua, suum); a própria oração indica se essas formas são de pronomes pessoais ou de possessivos.”

Vester, vestra, vestrum (não tem vocativo)

OBS.: Noster e vester declinam-se como o adjetivo de 1ª classe pulcher, -chra, -chrum

Repare na similitude das duas tabelas.

Conjugações verbais a partir da p. 527, incluindo principais irregulares e depoentes.

VOCABULÁRIO GERAL p. 547

Por ordem de freqüência, 591 (fonte: Dictionnnaire fréquentiel et Index inverse de la langue latine)

Amostra das 20 palavras mais comuns nos textos latinos:

e, sou, que, em, que (id.), não, este, é, aquilo, até, és, tu, seja, tudo/todos, ser, qual, se, eu, de, como/assim.

REFERÊNCIAS

Gramáticas, manuais literários, estudos

(Seleção pessoal)

ARAÚJO, Sônia Regina Rebel de; ROSA, Cláudia Beltrão da; JOLY, Fábio Duarte (orgs.), Intelectuais e política na Roma Antiga. RJ: NAU/FAPERJ, 2010.

BRUNA, Jaime. A poética clássica. SP: Cultrix, 2005.

CAIO VALÉRIO CATULO, Livro de Catulo (trad. João Angelo Oliva Neto), SP: USP, 1996.

ERNOUT, Morphologie historique du Latin, Lille, Taffin-Lefort, 1953.

FARIA, Fonética histórica do latim, RJ: Livraria Acadêmica, 1970.

FURLAN, Língua e Literatura latina e sua derivação portuguesa. Petrópolis, Vozes, 2006.

HOYO & RUIZ, Higino: Fábulas, Madrid, Gredos, 2009.

MAURER JR., O problema do Latim Vulgar, RJ, Livraria Acadêmica, 1962.

VIEIRA, THAMOS (orgs.), Permanência Clássica: visões contemporâneas da Antiguidade greco-romana. Sp: Escrituras, 2011.

SUPERGLOSSÁRIO LATIM

Tendi a negritar ou “avermelhar” os verbetes mais relevantes, mais difíceis (distintos do Português) ou os mais polissêmicos e complexos. Mas já a presença do próprio verbete nessa seleção muito limitada indica sua relativa importância, uma vez que foi necessário em algum ponto deste livro.

Adjetivos

ater, atra, atrum. Negro, preto, atro, escuro. Obscuro, tenebroso, tempestuoso. Sombrio, funesto, horrível. Cruel, infeliz, maligno.

attigŭus,-a,-um. (ad-tango). Contíguo, próximo. Adjacente, vizinho.

caesĭus,-a,-um. Esverdeado, de cor verde.

crudus,-a,-um. (cruor). Sangrento, ensanguentado. Cru, não processado. Não digerido, que digere mal. Que faz sangrar, violento, cruel, áspero. Vigoroso, impiedoso. Novo, recente, imaturo, inexperiente.

edax, edacis. (edo). Voraz, devorador. Consumidor.

humĭlis, humĭle. (humus). Que está no chão. Baixo, pequeno. Humilde, modesto. Fraco, sem importância, de baixa condição. Abatido, humilhado.

ignauus,-a,-um. (in-gnauus). Ignavo, indolente, inativo, preguiçoso. Covarde. Sem energia, improdutivo, inerte, inútil. Que entorpece, torna ocioso.

ignotus,-a,-um. (in-nosco). Desconhecido, ignorado. Que não conhece, ignorante.

latus,-a,-um. Largo. Extenso, espaçoso. Abundante, rico. Duradouro.

maestus,-a,-um. (maerĕo). Triste, abatido, aflito. Fúnebre, sinistro. Severo, sombrio.

mollis, molle. Mole, tenro, delicado, macio. Flexível. Brando. Fraco, tímido, sensível. Afeminado. Suave, agradável, doce. Ameno, aprazível. Favorável, propício.

opertum,-i, (n.). (opertus/operĭo). Lugar secreto. Segredo. Resposta ambígua, oráculo obscuro.

perosus,-a,-um. (perodi). Que detesta, que odeia intensamente. Muito odiado, odioso.

praeceps, praecipĭtis. (prae-caput). Que coloca a cabeça na frente. Rápido, veloz, violento, arrebatador. Impetuoso, apressado, precipitado, impaciente, ansioso, abrupto. Íngreme, muito inclinado, em declive. Perigoso, crítico.

praestans, praestantis. (praesto). Que se destaca, superior, excelso, excelente, extraordinário, preeminente.

Advérbios

aegre. (aeger). De modo aflitivo, com dificuldade, penosamente, de má vontade.

aeque. Igualmente, da mesma maneira. Justamente, equitativamente.

cito. Depressa, rapidamente. Facilmente.

clam, prep./acus. e abl., também advérbio. Às escondidas, secretamente, às ocultas.

crebro. (creber). Frequentemente, sempre, sem interrupção. = PROTINUS

diu. Durante muito tempo, há muito tempo. Também usado como antigo locativo de dies: durante o dia, de dia. = PRIDEM

eo. I – Adv.: Para lá, para aquele lugar. A este ponto, a tal estado. II – Por causa disto, a fim de que, para que. Tanto que, tanto mais que, tanto menos que. De tal modo, assim, a tal ponto. obs: ver eo como verbo “vou lá assim” do português coloquial em latim poderia ser traduzido como “eo eo eo”.

fortasse também fortassis. (forte). Talvez, acaso. Possivelmente, provavelmente. Aproximadamente, mais ou menos, quase.

fundĭtus. (fundus). Desde os alicerces, radicalmente, inteiramente. No fundo, nas profundezas. = PENITUS

hesternus,-a,-um. (heri). De ontem, de véspera.

hic. Ver PRONOMES.

interĕa. (inter-ea). Durante este tempo, enquanto isso, no intervalo.

nimĭum. (nimis). Muito, demasiadamente, excessivamente, enormemente.

nitĭde. (nitĭdus). Claramente, nitidamente. Com brilho, em esplendor, magnificamente.

numquam. Nunca, jamais. De modo algum.

palam. I- Em público, publicamente, abertamente, claramente. De domínio público. II- Diante de, perante. = CORAM

paulo. (paulus). Pouco. De alguma maneira.

penĭtus. No fundo, até o fundo, profundamente. Internamente. = FUNDITUS

potĭus. (potis). Antes, melhor, preferivelmente, de preferência.

pridem. (prae). Há muito tempo, de longa data. Antes, antigamente, outrora. = DIU

protĭnus. (pro-tenus). Para frente, para diante, avante. Diretamente, constantemente, continuamente, sem parar, ininterruptamente. Logo em seguida, sem demora, imediatamente. = CREBRO

quantuluscumque,-tulacumque,-tulum-cumque. (quantŭlus-cumque). Por menor que, independentemente do tamanho que.

quidem. De fato, realmente, na verdade. Também, igualmente. Mas, contudo, ainda mais. Pelo menos, mas ao menos. Por exemplo, tal como. (ne…quidem = nem mesmo, nem sequer. Et/ac…quidem = e ainda por cima, e o que é melhor).

saepe. Muitas vezes, frequentemente, com frequência. (saepe numĕro = repetidas vezes).

secure. (securus). De modo despreocupado, com tranquilidade, sem cuidado. Em segurança.

simul. Ao mesmo tempo, de uma só vez, juntamente, simultaneamente. (simul et = e também, assim que, tão logo; simul…simul… = de uma parte… de outra parte, não só…mas também…; simul ac/atque/ut/ubi = assim que, tão logo).

Conjunções:

(Para outras conjunções, ver tabela nas pp. 77-8.)

atque, conj. E por outro lado, e o que é mais. E entretanto, e contudo. E.

autem, conj. (adversativa atenuada que não vem no início de frase). Por outro lado, ora, no entanto.

donec. I – com indicativo: enquanto, durante todo o tempo que. Até o momento que. II – com subjuntivo: Até que, até que finalmente, até o momento que.

ergo. I – Conj.: Pois, portanto, por conseguinte, logo. II – posposto a um genitivo = por causa de, graças a, em honra de.

ita. Assim, desta maneira, como dizes, nestas condições. Tal, do mesmo modo. Pois, portanto, por consequência. Sim (como resposta).

itaque. (ita-que). E assim, desta maneira. Pois, assim pois, por consequência. Por exemplo.

neque/nec. E não, nem.

neue/neu. E que não, e não, nem.

si. Se, se por acaso. Já que, visto que, uma vez que. (si modo = se pelo menos; si… tamen…= ainda que, mesmo se, embora).

sicut/sicŭti. (sic-ut/uti). Assim como, exatamente como. Visto que, já que. Como se fosse, tal qual. Como por exemplo, assim como. (sicut est/erat = Como é/era de fato, como realmente é/era)

tamen. Todavia, contudo, entretanto, ainda que. (claro caso de falso homônimo)

ue (-ue). Partícula aglutinante: I – como prefixo: indica privação – uesanus. II – como enclítica: corresponde a ou, nas expressões alternativas. = VEL

ut. I – Adv.: como, de modo que, de que maneira. Assim como, do mesmo modo que. II – conj.: que, a fim de que, para que. Quando, como.

uel. Ou, ou se, ou mesmo, ou então. Talvez, mesmo. = UE

Numerais

quater. (quattŭor). Quatro vezes.

ter. Três vezes. É utilizado ainda como elemento de ênfase, de indicação de que algo se repete.

Preposições

coram, prep./abl., também advérbio. Perante, em presença de, diante. Face a face, defronte. Publicamente, abertamente. = PALAM

deinde. Depois, em seguida, a seguir (no tempo e no espaço).

dum. I – com indicativo: Enquanto, durante o tempo em que. Até que, até o momento em que. II – com subjuntivo: até que, contanto que, desde que.

iam. Já, agora, neste momento. Desde agora, deste momento em diante. Ora, daí, então.

igĭtur. Portanto, pois, nestas circunstâncias. Em resumo, em suma. Então, sendo assim, por conseguinte.

licet. Embora, ainda que.

nisi. Se não. Exceto se, senão, somente se. (nisi ut = a menos que).

propter. (prope). prep./acus. Perto (de), ao lado (de), junto (a/de), ao alcance (de). Por causa de, em função de. Através de, por meio de.

rursus/rursum. (reuerto). Para trás. Pelo contrário, por outro lado, por sua vez. Novamente, pela segunda vez.

saltem/saltim. Pelo menos, ao menos, de qualquer maneira.

uix. Com custo, com dificuldade, dificilmente. Mal, apenas. Enfim, em suma.

Pronomes

(flexões às pp. 90-1 / explicação dos interrogativos à p. 97.)

an ou anne. Partícula interrogativa que traduz grande dúvida ou uma restrição. Será possível que…? Por ventura? Acaso?

eodem. (idem). Para o mesmo lugar, ao mesmo ponto. Ao mesmo fim.

hic, haec, hoc. Este, esta, isto.

hic. Aqui, neste lugar. Neste momento, agora.

ille, illa, illud. Aquele, aquela, aquilo. Usado enfaticamente: o famoso, “aquele”, célebre; para caracterizar desprezo, distanciamento: aquele, aquela.

is, ea, id. Elemento de valor anafórico: Ele, ela. O, a. Este, esta.

iste, ista, istud. Pronome demonstrativo de segunda pessoa: Esse, essa, isso. Tal, semelhante. Às vezes se emprega com sentido pejorativo.

qua. (qui). De que lado, em que lugar, em que direção, por onde. Até o ponto em que, o máximo que, pelo meio que, do lado que. Como, de que maneira, através de que meio. De qualquer maneira. (qua…qua = tanto…quanto, por um lado…por outro).

quisquam, quaequam, quicquam/quidquam. (quis-quam). Qualquer um, qualquer coisa, alguém, alguma coisa

ubi. No lugar em que, onde. Onde, em que lugar? Quando, em tal momento. Quando? Em que momento?

uter, utra, utrum. Um dos dois, não importa qual dos dois. Qual dos dois? (obs. também há um adjetivo e um substantivo uter). Provavelmente a origem ou correlacionado com other do inglês.

Substantivos

adiutor, adiutoris, (m.). (ad-iuuo). O que ajuda. Auxiliar, assistente, ajudante. Substituto.

adiutorĭum,-i, (n.). (ad-iuuo). Ajuda, socorro, auxílio. Adjutório.

adiutrix, adiutricis, (f.). (ad-iuuo). A que ajuda. Auxiliar, assistente, ajudante.

aes, aeris. (n) bronze, dinheiro, moeda, fortuna.

aestas, aestatis, (f.). Verão, estio. Calor do verão.

aetas, aetatis, (f.). Idade. Duração de uma vida. Geração, século.

aether, -ěris ou ěros. (m) éter, região superior do ar que envolve a atmosfera; parte do céu, sede do fogo; fogo; o céu, a mansão dos deuses; o ar; o mundo dos vivos (por oposição aos infernos).

afflatus,-us, (m.). (ad-flo). Sopro, vento, respiração. Inspiração.

agna,-ae, (f.). Cordeira, ovelha. Vítima oferecida em sacrifício.

agnatus,-us, (m.). (ad-gnascor). Parente pelo lado paterno. Criança nascida após estabelecidos os herdeiros.

agnina,-ae, (f.). (agnus). Carne de cordeiro.

agnitĭo, agnitionis, (f.). (ad-gnosco). Conhecimento, reconhecimento.

agnus,-i, (m.). Cordeiro, carneiro.

alĕa,-ae, (f.). Jogo de dados, jogo de sorte. Sorte. Risco, perigo, azar.

aluus,-i, (f.). Cavidade intestinal, ventre. Útero. Cortiço de abelhas.

amasiuncŭla,-ae, (f.). (amo). Amante, namorada. Namoradinha.

amasĭus,-i, (m.). (amo). Amante, namorado.

aprugnus ou aprunus,-a,-um. (aper). De javali.

aquĭlo, aquilonis, (m.). O Aquilão (vento norte).

arx, arcis, (f.). Cidadela. Altura, o ponto mais elevado. Lugar fortificado, forte, baluarte. Refúgio, proteção. O Capitólio.

ascĭa,-ae, (f.). Enxó, machadinha.

bos, bovis: (m) [seu pai tem… ] boi

brachĭum,-i (n.). Braço, antebraço. Membro anterior de animais. Braço de mar.

caecĭtas, caecitatis, (f.). (caecus). Cegueira, falta de vista.

calămus,-i, (m.). Cana, haste de plantas. Objeto feito de ou em formato de cana. Caniço, flauta, flecha. Caneta, pena de escrever. Colmo de plantas.

compressĭo, compressionis, (f.). (cum-premo). Compressão, ato de comprimir. Concisão, precisão de estilo. Abraço.

contubernĭum,-i, (n.). (cum-taberna). Camaradagem. Relações de amizade, intimidade. Habitação comum. Morada.

caro, carnis. (f) carne.

cibus,-i, (m.). Alimento, comida. Seiva. Estimulante. Isca.

cinis, cinĕris, (m.). Cinza. Cinzas dos mortos, restos mortais. Ruínas. Morte.

comĭtas, comitatis (f.). (comes). Afabilidade, cortesia, bondade. Liberalidade, generosidade. Magnificência de mesa, luxo.

corĭum,-i, (n.). Couro, pele curtida de animais. Pele, casca. Correia, chicote.

cornu,-us, (n.). Chifre, corno. Objeto feito de ou em forma de chifre. Casco do pé de animais. Bico de aves. Dente de elefante. Antena de insetos. Cornos da lua. Braço de rio. Arco. Penacho, cumeeira de capacete. Formação do exército. Vasilha de guardar azeite. Funil. Coragem, energia. Corno como símbolo da resistência e da hostilidade.

cornum, -i. Pilrito (fruta avermelhada)

cras. Amanhã.

crastĭnus,-a,-um. (cras). De amanhã. Posterior, futuro.

crus, cruris, (n.). Pernas. Pilastras. Parte inferior de um tronco.

cura,-ae, (f.). Cuidado, zelo, preocupação amorosa. Direção, administração, encargo. Tratamento (= atenção, cuidado). Guarda, vigia, protetor.

decor, decoris, (m.). (decet). Beleza física, formosura, encanto, graça. O que fica bem, o que convém. Ornamento, elegância. (Opõe-se a DECUS = beleza moral).

disciplina,-ae, (f.). (disco). Ensino, instrução, educação, ciência, disciplina. Disciplina militar. Matéria ensinada. Método, sistema, doutrina. Organização política. Princípios de moral.

dolus, -i, (m.). Manha, astúcia, sagacidade. Engano, ardil, dolo. Insídia, traição, trapaça, fraude. Erro, falta, ato censurável, negligência.

domĭna,-ae, (f.). (domus). Dona da casa, esposa. Senhora, soberana. Amiga, amante. A imperatriz.

dos, dotis, (f.). (do). Dote. Bens, talento, qualidades.

fastus,-us, (m.). Orgulho, soberba, altivez, desdém.

fauces, faucĭum, (f.). Garganta, desfiladeiro. Entrada de uma caverna, de um porto. Boca, cratera. Goela.

fel, fellis, (n.). Bílis, fel. Amargor. Cólera, inveja, veneno.

forma, formae: Pode significar forma, molde, moldura, beleza, formosura, mas também significa moeda cunhada, moeda, além de significar figura, imagem, representação. Ver VULTUS.

fraga, -orum (n. pl.). morangos

habĭtus,-us, (m.). (habĕo). Condição, estado, aspecto exterior, conformação física. Aparência, postura, situação, posição, atitude. Maneira de ser ou de agir, hábito. Veste, traje (= roupas características).

herctum,-i, (n.) Herança.

hereditarĭus,-a,-um. (heres). Relativo a uma herança, de herança. Recebido por herança, hereditário.

heredĭtas, hereditatis, (f.). (heres). Herança, ação de herdar. Sucessão.

heredĭum,-i, (n.). (heres). Herança, bens herdados, patrimônio.

heres, heredis, (m.). Herdeiro, herdeira. Proprietário, dono.

heri ou here. Ontem.

hircinus,-a,-um. (hircus). De bode, de pele de bode.

hircosus,-a,-um. (hircus). De bode, peludo como um bode, que cheira a bode.

hircus,-i, (m.). também hirquus. Bode. Cheiro de bode. Devasso.

iactura,-ae, (f.). (iacĭo). Alijamento, lançamento de uma carga ao mar, perda. Dano, prejuízo, sacrifício. Despesa, gasto, prodigalidade. ~FATURA

imber, imbris, (m.). Aguaceiro, chuva, temporal. Nuvem de chuva, chuva de pedras.

incus, incudis, (f.). (in-cudo). Bigorna.

inopĭa,-ae, (f.). (in-ops). Falta, carência, privação. Necessidade, pobreza, miséria, indigência. Abandono. Abstinência. Secura.

instar, (n.) – indeclinável. Peso que se colocava num dos pratos da balança. O equivalente, o valor de, mais ou menos, do tamanho de. Valor igual, imagem, semelhança.

interfatĭo, interfationis, (f.). (inter-for). Interrupção, interpelação.

iter, itinĕris, (n.). Caminho percorrido, trajeto, viagem, marcha. Via, meio, maneira. Curso.

iurgĭum,-i, (n.). (ius-ago). Querela, disputa, contenda. Contestação, separação (de casal).

iusiurandum, iurisiurandi. (n) Juramento.

iussum,-i, (n.). (iubĕo). Ordem, mandado, preceitos. Vontade (do povo), lei.

mentŭla,-ae, (f.). Membro viril, pênis.

mercedŭla,-ae, (f.). (merces). Pequeno salário, pequena renda. Rendimento fraco.

modĭus,-i, (m.). Módio, alqueire.

modo. Só, somente, apenas. Neste momento, imediatamente. Ainda há pouco, ainda agora. Pouco depois. (modo + subjuntivo/ut = contanto que, sob a condição de; modo…modo… = ora…ora…, sucessivamente).

moecha,-ae, (f.). Mulher adúltera, cortesã.

moechas, moechadis, (f.). Mulher adúltera, cortesã.

moechia,-ae, (f.). Adultério.

moechus,-i, (m.). Homem adúltero.

munus, munĕris, (n.). Cargo, função, ocupação, ofício público. Obrigação, serviço, tarefa. Presente, brinde. Graça, favor, benefício. Exéquias, funeral. Espetáculo público, combate de gladiadores.

occidĭo, occidionis, (f.). (occido). Massacre, extermínio, carnificina, matança.

occidŭus,-a,-um. (occĭdo). Poente, ocidental, localizado no ocidente. Decadente, declinante. Perecível, que caminha para o fim.

occipitĭum,-i, (n.). (ob-caput). A parte de trás da cabeça, occipício.

officina,-ae, (f.). (opĭfex). Oficina, fábrica, laboratório, loja. Escola.

olla,-ae, (f.). Panela, caldeirão. Urna cinerária.

opĭfex, opifĭcis, (m./f.). (opus-facĭo). Autor(a), fabricante, produtor(a). Trabalhador(a), artista.

os, oris, (n.). Boca. Voz, linguagem, palavra. Expressão facial, rosto, fisionomia. Ar, aspecto. Entrada, abertura, orifício. = VULTUS. Fonte, princípio. Embocadura. Proa de Navio. (pleno ore = zelosamente, com carinho).

os, ossis, (n.). Osso, ossada. Parte interior, cerne, caroço. Esqueleto. Coração, entranhas.

ouilis, ouile. (ouis). De ovelha, lanígero.

ouis, ouis, (f.). Ovelha, carneiro. Lã. Simplório, bobo, imbecil.

plaga,-ae, (f.). Golpe, pancada, soco. Surra, açoite. Ferida, lesão, cicatriz. Desgraça, calamidade. Praga, peste. Aflição, aborrecimento. Região, setor, área delimitada, zona. Distrito, comarca. Rede de caça. Armadilha, emboscada. Cortina.

poetrĭa,-ae, (f.). Poetisa.

pontĭfex, pontifĭcis, (m.). (pons-facĭo). Pontífice, sacerdote que ocupa alto cargo. (pontĭfex maxĭmus = presidente do Colégio dos pontífices).

pontus,-i, (m.). Mar, alto mar, mar profundo. Onda, vaga.

probrum,-i, (n.). Ato vergonhoso, conduta ignóbil. Indecência, lascívia, adultério. Vergonha, desgraça, desonra, infâmia. Abuso, insulto, difamação.

proelĭum,-i, (n.). Combate, batalha, luta. Rivalidade.

puella,-ae, (f.). (puellus). Menina, garota, criança (do sexo feminino). Moça. Amada, querida. Mulher nova, esposa jovem.

puer,-ĕri, (m.). Criança (do sexo masculino ou feminino). Menino, garoto. Rapaz, jovem solteiro. Filho. Servo novo, escravo jovem, pajem.

puerpĕra,-ae, (f.). (puer-parĭo). Parturiente.

pumex, pumĭcis, (m./f.). Pedra-pomes. Pedra porosa. Pedra, rocha, rochedo.

rapĭdus,-a,-um. (rapĭo). Que arrebata, que toma à força, que arrasta violentamente. Rápido, veloz, ligeiro. Impetuoso, precipitado, impaciente.

regĭa,-ae, (f.). (rex). Residência do rei, palácio real. Tenda do rei. Trono, corte real. Reino, realeza. Cidade real, capital. Salão, varanda, pórtico. Basílica.

reticentĭa,-ae, (f.). (reticĕo). Silêncio, ação de silenciar. Pausa no meio do discurso.

rima,-ae, (f.). Fenda, rachadura, fissura, greta. Sulco. Órgão sexual feminino.

riuus,-i, (m.). Pequeno fluxo de água, córrego, riacho, ribeirão. Canal de irrigação, vala. Rego, calha. Corrente, torrente, fluxo. (e riuo flumĭna magna facĕre = supervalorizar uma situação, fazer tempestade em copo d’água).

rogus,-i, (m.). Pira, fogueira funerária. Túmulo, sepultura.

scelus, scelĕris, (n.). Crime, atitude abominável, ato infame. Má qualidade, natureza viciosa. Vilania, atitude de salafrário. Velhaco, patife (adj.). Azar, infelicidade, calamidade, infortúnio. Catástrofe natural.

sera,-ae, (f.). (sero). Barra de madeira (usada para trancar portas). Fechadura, ferrolho.

sidus, sidĕris, (n.). Grupo de estrelas, constelação. Céu, firmamento. Noite. Estrela, astro. Brilho, beleza, ornamento. Orgulho, glória. Estação do ano. Clima, tempo. Tempestade, temporal, tormenta.

sinus,-us, (m.). Curva, cavidade, sinuosidade, concavidade. Rosca, espiral. Prega da parte superior da toga, parte superior de uma vestimenta. Bolso, porta-moeda. Roupa, vestimenta. Seio, peito. Regaço, colo. Esconderijo, asilo. Parte mais íntima, interior, cerne, centro. Baía, enseada, golfo. Ponta de terra que avança sobre o mar. Terreno recurvado, vale. (sinu laxo ferre = ser descuidado, não prestar atenção).

spes,-ei, (f.). Esperança, expectativa, perspectiva. Temor, mau pressentimento, receio.

spissus,-a,-um. Denso, compacto, espesso, consistente. Lento, vagaroso. Difícil, penoso.

spontis. Vontade, desejo, voluntariamente, por si mesmo, por sua própria vontade (sponte sua); sponte (abl.)

stabŭlum,-i, (n.). (sto). Residência, domicílio, morada, habitação. Estábulo, estrebaria, cercado. Rebanho, bando, manada. Cabana, albergue, hospedaria, taberna. Lupanar, bordel.

stipes, stipĭtis, (m.). Tronco de árvore, tora, talo, haste. Árvore. Galho, ramo. Imbecil.

sus, suis. (m) Porco.

tergum,-i, (n.). Pele (das costas), dorso, costas. Lombo. Pele, couro, objetos feitos de couro. Face posterior das coisas, retaguarda. Superfície (de águas, por exemplo).

tergus, tergŏris, (n.). Pele, costas. Couro de um tambor, couraça, escudo de couro.

tribus,-us, (m.). Tribo (divisão inicial do povo romano). Povo, classe pobre, multidão, massa. Classe, categoria.

tritĭcum,-i, (n.). Trigo (beneficiado).

usurpatĭo, usurpationis, (f.). (usus-rapĭo). Uso, emprego. Uso ilícito, abuso, usurpação.

vindex, -ĭcis. (m e f) fiador, vingador, protetor.

uir, uiri, (m.). Homem. Marido, esposo. Macho. Indivíduo, pessoa, companheiro, colega. Virilidade. família importante de palavras, com desinências abaixo.

uirga,-ae, (f.). Ramo flexível e delgado, rebento, vergôntea. Vara, chibata. Vara mágica. Caduceu (de Mercúrio). Vara com visgo para apanhar pássaros. Raios.

uirginĭtas, uirginitatis, (f.). (uirgo). Virgindade.

uirgiuendonĭdes. (uirgo-uendo). Vendedor de mulheres jovens.

uirgo, uirgĭnis, (f.). Mulher jovem. Virgem, novo. As Vestais. Diana. A constelação de Virgem.

uirgŭla,-ae, (f.). (uirga). Pequena vara, pequeno traço ou linha.

uiridĭa,-ĭum, (n.). (uirĕo). As plantas (o verde). Jardim, vergel.

uirilĭtas, uirilitatis, (f.). (uir). Virilidade, idade viril. Caráter masculino, sexo masculino.

uirtus, uirtutis, (f.). (uir). Força física do homem, vigor do homem. Coragem, vigor, energia. Qualidades morais: virtude, perfeição, mérito, valor.

uirus,-i, (n.). Suco de plantas. Humor venenoso, veneno, peçonha. Amargor, mau cheiro.

uisceratĭo, uiscerationis, (f.). (uiscus). Distribuição pública de carne. Refeição de carne.

uiscum,-i, (n.). Visco (planta). Visgo.

uulpes, uulpis, (f.). Raposa. Manha, astúcia, dissimulação.

uultus,-us, (m.). Expressão do rosto, fisionomia, rosto, semblante, olhar. Figura, aspecto, aparência. = FORMA, OS.

Verbos

abdo,-is,-ĕre,-dĭdi,-dĭtum. (ab-do). Retirar, afastar. Encobrir, ocultar.

adduco,-is,-ĕre,-duxi,-ductum. (ad-duco). Puxar para si, fazer vir a si, levar consigo. Conduzir, levar a. Contrair, enrugar.

adiuvo,-as,-are,-iuvi,-iutum. (ad-iuuo). Vir em auxílio de, auxiliar, ajudar, favorecer. Sustentar, manter. Animar. Realçar.

aequo,-as,-are,-aui,-atum. Aplainar, igualar, nivelar. Atingir, chegar a.

affĕro, affers,-ferre, attŭli, allatum. (ad-fero). Trazer ou levar. Anunciar, comunicar. Alegar, referir, dizer.

agĭto,-as,-are,-aui,-atum. (ago). Impelir com força, fazer avançar. Agitar. Perseguir, atormentar, censurar. Pensar, refletir.

agnascor,-ĕris,-nasci,-natus sum. (ad-gnascor). Nascer junto, ao lado de. Nascer depois do testamento.

ago,-is,-ĕre, egi, actum. Empurrar para frente, impelir, conduzir à frente. Dirigir-se para. Fazer sair, expulsar. Agir, fazer, ocupar-se de, tratar. Viver, passar a vida. Cumprir um ritual, interpretar, representar um papel.

aio, ais (defectivo). Dizer sim, afirmar. Dizer.

amitto,-is,-ĕre, amisi, amissum. (a-mitto). Deixar escapar ou afastar-se, deixar partir. Perder, abandonar, renunciar.

appeto,-is,-ĕre,-petiui,-petitum. (ad-peto). Procurar aproximar-se de, procurar alcançar. Atacar, assaltar. Desejar pretender. Aproximar-se, chegar.

assuesco,-is,-ĕre,-sueui,-suetum. (ad-suesco). Habituar-se a, acostumar a.

attingo,-is,-ĕre,-tĭgi,-tactum. (ad-tango). Tocar em, alcançar, atingir. Confinar com, estar contíguo.

caedo, -is, -ěre, cecidi, caesum. bater, abater, cortar, matar, massacrar, partir, decepar.

carpo,-is,-ĕre, carpsi, carptum. Colher, arrancar. Desenredar, desfiar, separar. Recolher, fruir, gozar, consumir. Censurar, atacar. Percorrer, seguir.

cedo,-is,-ĕre, cessi, cessum. Ir, andar, dar um passo adiante. Tocar a, caber a. Retirar-se, ir-se embora. Ceder a, não resistir. Entrar em acordo. Passar, decorrer. Conceder, entregar.

celo,-as,-are,-aui,-atum. Esconder, ocultar.

coepi, coepisse, coeptum – somente perfectum. Ter começado, principiado. Estabelecer. Começar.

coepto,-as,-are,-aui,-atum. (coepi). Começar, empreender, tentar. Estar no início.

cogo,-is,-ĕre, coegi, coactum. (cum-ago). Levar junto, conduzir juntamente. Reunir em um mesmo lugar, congregar. Condensar, resumir. Conduzir à força, obrigar a reunir. Coagir, forçar, obrigar. Coagular. Fechar a marcha. Concluir, inferir.

committo,-is,-ĕre,-misi,-missum. (cum-mitto). Pôr juntamente, juntar, reunir. Comparar, confrontar. Confiar, entregar. Começar, empreender, travar combate. Cometer uma falta, infringir uma lei. Merecer um castigo, ser culpado.

comprĭmo,-is,-ĕre,-pressi,-pressum. (cum-premo). Comprimir, apertar, contrair. Reter, suspender, conter, reprimir. Guardar, ocultar. Forçar, violentar. Ter prisão de ventre.

concumbo, -is, -ere, -cubui, cubitura: deitar-se

confirmo,-as,-are,-aui,-atum. (cum-firmo). Consolidar, firmar. Restabelecer-se, convalescer, curar-se. Confirmar, ratificar, provar, garantir. Animar, encorajar, persuadir.

coniicĭo,-is,-ĕre,-ieci,-iectum, ou conicĭo, também coicĭo. (cum-iacĭo). Lançar juntamente, lançar em massa, reunir. Lançar, arremessar, atirar. Presumir, calcular, conjeturar, concluir, inferir.

consto,-as,-are,-stĭti,-statum. (cum-sto). Estar seguro, estar firmemente estabelecido. Ser evidente, ser composto de, consistir em. Custar, ser posto à venda, ter o valor de. Existir, subsistir, permanecer, durar. Estar de acordo, em harmonia. Constar.

constupro,-as,-are,-aui,-atum. (cum-stupro). Desonrar, atentar contra o pudor, violar. Manchar, poluir, sujar.

consuesco,-is,-ĕre,-sueui,-suetum. (cum-suesco). Acostumar, habituar. Acostumar-se. Ter relações com. = SOLEO, ASSUESCO

contĕgo,-is,-ĕre,-texi,-tectum. (cum-tego). Cobrir, proteger. Esconder, encobrir, dissimular.

contingo,-is,-ĕre,-tĭgi,-tactum. (cum-tango). Tocar, tocar em, atingir. Chegar, alcançar. Ter relações. Contaminar.

contingo,-is,-ĕre,-tinxi,-tinctum, ou contingŭo. (cum-tingo). Tingir completamente, cobrir de tinta, untar, impregnar.

cupĭo,-is,-ĕre,-iui/-ĭi,-ítum. Desejar, ter vontade de, desejar ardentemente, cobiçar. Ter desejos, paixão.

curo,-as,-are,-aui,-atum. (cura). Cuidar, olhar por, tratar, velar. Curar. Governar, dirigir, administrar. Comandar. Fazer por, ter em conta. Vigiar, zelar, proteger.

debĕo,-es,-ere, debŭi, debĭtum. (de-habĕo). Dever (dinheiro ou qualquer outra coisa), ser devedor. Ter obrigação de. Ser forçado a. Estar obrigado a. Ser destinado a.

delinquo,-is,-ĕre,-liqui,-lictum. (de-linquo). Faltar, ausentar-se. Cometer uma falta, delinquir, pecar.

depono,-is,-ĕre,-posŭi,-posĭtum. (de-pono). Pôr no chão, pousar. Depor. Guardar em segurança, depositar, confiar a. Abandonar, largar, renunciar, deixar de lado.

deprĭmo,-is,-ĕre,-pressi,-pressum. (de-premo). Abaixar, fazer descer, enterrar. Submergir. Abater, deprimir, rebaixar. Humilhar, depreciar, restringir.

deridĕo,-es,-ere,-risi,-risum. (de-ridĕo). Rir de, zombar, ridicularizar.

deuŏco,-as,-are,-aui,-atum. (de-uoco). Chamar, fazer descer, fazer vir, atrair, convidar. Conduzir, levar a.

dico, -is, -ere, dixi, dictum: narrar; cantar, celebrar, recitar, predizer; chamar, designar, apelidar; nomear, eleger; fixar, estabelecer; ordenar, avisar.

dilĭgo,-is,-ĕre,-lexi,-lectum. (dis-lego). Amar (por escolha), gostar, distinguir, honrar, considerar.

disco,-is,-ĕre, didĭci. Aprender, estudar. Aprender a conhecer, conhecer, ser informado.

dispăro,-as,-are,-aui,-atum. (dis-par). Separar, dividir.

diuello,-is,-ĕre,-uelli/-uulsi,-uulsum. (dis-uello). Puxar em sentidos diversos, separar à força, rasgar, arrancar, dilacerar. Perturbar. Afastar, separar. (parece não ter o sentido de desvelar.)

do, das, dare, dedi, datum. Dar. Oferecer, apresentar, consagrar, fornecer. Permitir, concordar, admitir, ceder. Provocar, ocasionar. Pôr, colocar. Produzir, emitir. Dizer, expor, proferir. Fixar, representar.

duro,-as,-are,-aui,-atum. (durus). Tornar duro, endurecer, fortificar.Tornar-se insensível, ser cruel. Tornar forte, durar, resistir.

edo, edis, edĕre, edĭdi, edĭtum. (e-do). Fazer sair, publicar, dar à luz. Produzir, causar. Expor, fazer ver. Escolher, nomear, declarar, fazer conhecer oficialmente.

egĕo,-es,-ere, egŭi. Estar na pobreza, na indigência, ser pobre, carecer de. Estar privado de. Procurar, desejar.

emĭco,-as,-are,-micŭi,-atum. (e-mico). Lançar-se para fora, atirar-se para fora, sair com força, romper, brotar. Aparecer, surgir, irromper, manifestar-se.

eo, is, ire, iui/ĭi, itum. Ir. Dirigir-se, caminhar para, andar. Recorrer, procurar, Passar, transformar-se, correr de, espalhar-se. obs: ver EO como advérbio.

excepto, -as, -are. (ex-capĭo). Retirar a todo instante, recolher habitualmente, recolher, apanhar.

excĭto,-as,-are,-aui,-atum. (ex-cito). Mandar sair, chamar para fora, expulsar. Excitar, provocar, despertar, estimular, animar. Dar, apresentar (testemunhas). Construir, edificar. Fazer brotar, crescer. Assinar, encorajar.

fallo,-is,-ĕre, fefelli, falsum. Enganar, induzir em erro, trair, faltar, falsear. Escapar a, ignorar.

fatĕor,-eris,-eri, fassus sum. (for). Confessar, reconhecer o erro. Manifestar, declarar, proclamar, publicar.

fingo,-is,-ĕre, finxi, fictum. Modelar em barro, modelar, moldar, esculpir. Imaginar, inventar, produzir, criar, fingir. Ajustar, adaptar.

fio, fis, fiěri, factus sum. (passiva de facio) ser feito, ser criado, fazer-se, dar-se; ser nomeado, ser considerado; (com significação própria) tornar-se, acontecer, dar-se, resultar.

flagro,-as,-are,-aui,-atum. Arder, estar em chamas, estar abrasado. Estar dominado por, ser devastado, destruído. Arder de amor.

fleo,-es,-ere, fleui, fletum. Ato físico de chorar, derramar lágrimas. Lamentar, deplorar.

frango,-is,-ĕre, fregi, fractum. Partir, quebrar, romper, rasgar, dilacerar. Violar, infringir. Abater, debilitar. Refrear, reprimir, destruir, arruinar.

gestio, gestionis, (m.). (gero). Ação de dirigir, gestão, administração, gerenciamento.

gestĭo,-is,-ire,-iui/-ĭi,-itum. (gero). Fazer gestos expansivos, emocionados. Desejar ardentemente, estar ansioso por.

gesto,-as,-are,-aui,-atum. (gero). Levar daqui e dali, levar, trazer, transportar em liteira. Estar grávida, trazer consigo. Denunciar, delatar.

impingo,-is,-ĕre,-pegi,-pactum. (in-pango). Enterrar, plantar, pregar. Impingir. Lançar, impelir, atirar.

impono,-is,-ĕre,-posŭi,-posĭtum. (in-pono). Pôr em, dentro, colocar, depositar, sobrepor. Pôr à frente, infligir, impor. Encarregar, confiar. Enganar, iludir.

insĕquor,-ĕris,-sequi,-secutus sum. (in-sequor). Seguir, perseguir. Vir depois, sobrevir, suceder. Atacar, acometer, ferir.

nouo,-as,-are,-aui,-atum. (nouus). Tornar novo, renovar, inovar. Mudar, alterar, inventar.

interficĭo,-is,-ĕre,-feci,-fectum. (inter-facĭo). Privar de, privar da vida, matar, assassinar, massacrar. Aniquilar, destruir, fazer desaparecer.

iudĭco,-as,-are,-aui,-atum. (ius-dico). Julgar, proferir uma sentença. Processar, reclamar, demandar. Declarar, proclamar. Avaliar, estimar, apreciar.

iubĕo,-es,-ere, iussi, iussum. Ordenar, mandar. Sancionar, autorizar, decidir. Convidar a, desejar, levar a. saudar.

iungo,-is,-ĕre, iunxi, iunctum. (iugum). Atrelar, unir aos pares, jungir. Reunir. Continuar, prosseguir, fazer suceder. Acrescentar.

laboro,-as,-are,-aui,-atum. (labor). Trabalhar, esforçar-se. Sofrer, inquietar-se, preocupar-se, estar em dificuldade. Desaparecer, sucumbir. Elaborar, executar. Cultivar.

laedo,-is,-ĕre, laesi, laesum. Bater, ferir. Prejudicar, danificar, ultrajar. Tocar, causar impressão.

lego, -is, -ěre, legi, lectum. Colher, reunir.

licet,-ere, licŭit/licĭtum est. Ser permitido, poder, ter o direito de.

maerĕo,-es,-ere. Estar triste/aflito, afligir-se. Deplorar, lamentar. Dizer com tristeza.

mando,-as,-are,-aui,-atum. Confiar, entregar, encarregar. Mandar, ordenar. Mandar comunicar.

mando,-is,-ĕre, mandi, mansum. Mascar, mastigar. Devorar, comer com voracidade.

minor,-aris,-ari,-atus sum. Ameaçar, fazer ameaças. Declarar, prometer.

miror,-aris,-ari,-atus sum. Espantar-se, assombrar-se. Admirar, contemplar, olhar com espanto/admiração.

moechor,-aris,-ari. (moechus). Cometer adultério.

monĕo,-es,-ere, monŭi, monĭtum. Fazer pensar, lembrar. Chamar a atenção, advertir. Aconselhar, esclarecer. Instruir, ensinar. Predizer, anunciar, profetizar.

mulcĕo,-es,-ere, mulsi, mulsum. Tocar levemente, acariciar, apalpar, lamber. Abrandar, apaziguar, suavizar, acalmar.

mulco,-as,-are,-aui,-atum. Bater, maltratar. Estragar, deteriorar, danificar.

nescĭo, -is, -ire, -iui/-ĭi, -itum. (ne-scio). Desconhecer, ignorar, não saber.

nouo,-as,-are,-aui,-atum. (nouus). Tornar novo, renovar, inovar. Mudar, alterar, inventar.

obĕo,-is,-ire,-iui/-ĭi,-itum. (ob-eo). Ir ao encontro de, encontrar. Opor-se (ir de encontro a!), ir contra, afrontar. Percorrer, rodear. Empreender, executar. Pôr-se, acabar, perecer, morrer.

occĭdo,-is,-ĕre, occĭdi, occasum. (ob-cado). Cair, desmoronar-se. Pôr-se. Sucumbir, perecer.

occido,-is,-ĕre, occidi, occisum. (ob-caedo). Cortar, fazer em pedaços. Matar, fazer perecer, levar à morte, torturar. Importunar, atormentar.

oportet,-ere, oportŭit. (opus). Ser necessário/preciso, ser apropriado/bom, ser razoável, convir. ~OPORTUNIDADE

porricĭo,-is,-ĕre, porreci/porrexi, porrectum. Estender sobre o altar, oferecer sacrifícios aos deuses. Trazer diante de, apresentar.

posco,-is,-ĕre, poposci. Pedir prementemente, rogar, implorar. Demandar, solicitar, requisitar, precisar. Exigir punição, pedir a rendição. Mendigar. Chamar, exigir a presença. Invocar. Pedir a mão, pedir em casamento.

praemetŭo,-is,-ĕre. (prae-metŭor). Recear antes, temer antecipadamente.

prodo, -is, -ĕre, -dĭdi, -dĭtum. (pro-do). Dar, entregar, pôr à disposição. Produzir, fazer sair, dar à luz, parir. Publicar, relatar, tornar público, propagar. Indicar, eleger, criar. Trair, denunciar, delatar. Desistir, abandonar. Estender, prolongar. Transmitir, legar.

prosilĭo,-is,-ire,-silŭi/-silĭi/-siliui. (pro-salĭo). Saltar para frente, lançar-se, pular adiante, arremessar-se. Estourar, explodir, quebrar, romper. Correr, acelerar, apressar.

quaero, -is ,-ĕre, quaesiui/quaesĭi, quaesitum/quaestum. Procurar obter, buscar, visar. Obter, adquirir. Notar a ausência de, sentir a falta de. Perguntar, interrogar, desejar saber, informar-se, inquirir. Planejar, estabelecer como meta. Esforçar-se, empenhar-se. Meditar, refletir, ponderar. Exigir, demandar, necessitar. Desejar. Preferir. Investigar judicialmente. = quaeso

quaeso,-is,-ĕre, quaesiui/quaesĭi. (quaero). Procurar obter, buscar ardentemente, visar. Implorar, suplicar, rogar, pedir suplicantemente. (quaeso/quaesumus = por favor, por gentileza). = quaero

queror,-ĕris, queri, questus sum. Queixar-se, reclamar, lastimar-se, lamentar-se, deplorar, gemer, suspirar. Apresentar uma reclamação diante de um tribunal.

reddo,-is,-ĕre, reddĭdi, reddĭtum. (re-do). Dar de volta, devolver, restabelecer, restituir. Consentir, conferir, conceder, entregar, recompensar, gratificar. Desistir, ceder, abandonar, entregar-se, resignar-se, renunciar. Vomitar, expelir. Decretar, estabelecer, pronunciar. Vingar-se, punir, fazer justiça. Traduzir, verter. Repetir, declarar, relatar, narrar, recitar, ensaiar, exercitar. Responder, replicar. Representar, imitar, expressar, assemelhar-se, refletir.

reor, reris, reri, ratus sum. Contar, calcular. Acreditar, pensar, julgar, supor, imaginar, avaliar.

repraesento,-as,-are,-aui,-atum. (re-praesento). Mostrar, exibir, colocar diante de, manifestar. Retratar, representar. Pagar imediatamente, pagar à vista. Fazer imediatamente, executar sem demora.

retundo,-is,-ĕre, re(t)tŭdi, retu(n)sum. (re-tundo). Embotar, tirar o fio de uma faca. Mitigar, enfraquecer, atenuar. Restringir, reprimir, fazer parar.

rumpo,-is,-ĕre, rupi, ruptum. Quebrar, romper, estourar. Lacerar, rasgar, despedaçar, forçar a abertura. Violar, destruir, anular, interromper, suspender. Lançar, soltar.

sapĭo,-is,-ĕre,-ĭi/-iui. Saborear, provar. Ter o gosto/sabor de. Cheirar a, ter o mesmo odor de. Ser inspirado por, imitar. Ser discreto/prudente/sábio, ter discernimento. Saber, conhecer, compreender, entender

saucĭo,-as,-are,-aui,-atum. (saucĭus). Ferir, machucar. Ferir mortalmente, matar. Cavar, escavar, fender, abrir. Podar, cortar, aparar. Ofender, magoar.

secludo,-is,-ĕre,-clusi,-clusum. (se-claudo). Trancar em local separado, isolar. Separar, remover, romper, partir. Excluir, segregar.

sino,-is,-ĕre, siui/sĭi, situm. Pôr, colocar, depositar, estender. Deixar, permitir, conceder, admitir. Desistir, interromper, deixar de fazer. (Sine! = Muito bem! De acordo!; sine modo = se pelo menos).

solĕo,-es,-ere, solĭtus sum. Estar acostumado/habituado, costumar. Ter relações sexuais. = CONSUESCO

spiro,-as,-are,-aui,-atum. Soprar, exalar. Respirar, inalar. Viver, estar vivo. Ser favorável a, favorecer. Estar inspirado poeticamente. Mostrar, expressar, manifestar. Aspirar, estar ávido por.

stabilĭo,-is,-ire,-iui,-itum. (stabĭlis). Tornar firme/constante/estável. Fixar, estabelecer. Fortalecer, apoiar, sustentar.

tenĕo,-es,-ere, tenŭi, tentum. Segurar, reter, manter, ter. Possuir, ocupar, ser senhor de, obter. Alcançar, atingir. Conservar, guardar, preservar. Durar, persistir.

tempto,-as,-are,-aui,-atum. Tocar, apalpar. Tentar, experimentar, ensaiar. Agitar, atacar, inquietar. Tentar corromper, seduzir.

tollo,-is,-ĕre, sustŭli, sublatum. Erguer, levantar, elevar, apanhar. Levar, transportar, embarcar. Tirar, tomar. Destruir, suprimir, abolir. Lançar, impelir. Exaltar, celebrar. Suportar, sofrer. Tollĕre filĭum: gesto simbólico de “tomar o filho” em reconhecimento da paternidade.

torquĕo,-es,-ere, torsi, tortum. Torcer, fazer o movimento de torção, dar volta. Revolver, fazer rolar. Torcer os membros, torturar, atormentar. Fazer o giro que antecede ao lançamento de uma arma. Experimentar, sondar. Sustentar, suportar.

tuĕor,-eris,-eri, tuĭtus sum/tutus sum. Ver, olhar, examinar, observar. Guardar, proteger, defender, honrar, respeitar. Perceber, descobrir. Alimentar, sustentar.

ualĕo,-es,-ere, ualŭi, ualĭtum. Ser forte, ser vigoroso, ter boa saúde, estar fisicamente bem. Prevalecer, exceder, ser influente. Ter a força, o poder. Valer, ter o valor de.

uescor,-ĕris, uesci. Alimentar-se, nutrir-se, comer. Fartar-se.

uidĕo,-es,-ere, uidi, uisum. Olhar, presenciar, testemunhar. Perceber, compreender. Examinar, meditar. Cuidar, tomar conta, ocupar-se de, reparar.

uincĭo,-is,-ire, uinxi, uinctum. Ligar, atar prender, amarrar, vincular, conter. Prender, aprisionar. Tolher, paralisar. Cativar, seduzir, encantar.

uinco,-is,-ĕre, uici, uictum. Sair vencedor, vencer. Ganhar, triunfar, superar. Convencer, provar, demonstrar.

voluto, -as, -are, -avi, -atum. (freq. de volvo) rolar por várias vezes; revolver no espírito, meditar, discutir, examinar, debater.

volvo, -is, -ěre, volui, volutum. rolar, fazer rolar, fazer dar voltas, revolver; revolver no espírito, refletir, meditar.

usurpo,-as,-are,-aui,-atum. (usus-rapĭo). Tomar posse pelo uso. Apropriar-se de, tomar posse ou conhecimento, usurpar. Fazer uso, empregar, usar, praticar. Designar, denominar.

A CURIOSA ETIMOLOGIA LATINA DE ALGUMAS PALAVRAS DE NOSSO IDIOMA

agenda: de agenda, forma verbal que denota o que temos obrigação de fazer.

bêbado: é comum se pensar que as palavras apenas encolhem com o tempo, mas muitas do português são maiores que as originais do latim. Bêbado vem de bebo. Há mais casos de “síncopes aditivas” abaixo.

calar: do verbo celo.

chácara: de chacra, que pouco tem a ver com ninjutsu ou atributo hindu!

cócega: de cosca. No diminutivo informal usamos cosquinha.

consuetudinário: termo que sói-se encontrar prefixado por “direito”, sua raiz é consuemus, estar habituado a, daí o direito consuetudinário ser o direito dos costumes, da tradição, i.e., direito ou lei avant la lettre.

côrte: de cohortor, aconselhar ou exaltar.

cujo: do pronome quod, que flexiona para cuius, quase caído em desuso entre nós.

derrisão: de deridere, ridicularizar.

insumo: aquilo que compõe uma substância composta, de insum, prevérbio in+sum, dentro estar.

interesse: de interesse, préverbio inter+verbo esse (ser), estar entre, participar, estar envolvido.

legenda: de legenda, forma verbal que denota obrigação de ler.

nefasto: o que não se faz, o que não deveria ser permitido pelo destino (ne+fas). Fas também aportuguesado com o tempo para fado.

o (e demais flexões, artigo): de illo (eles)

ocidente: aquilo que declina, occĭdo.

paralelepípedo: por alguma razão, cresceu com cacofonia do –le– de paralepipedo.

público: o que hoje chamamos de público, principalmente com referência ao Estado, advém do advérbio publice, “às custas do Estado”. É como se publicamente, ao longo de muitas gerações, tivesse se contraído e se transformado num substantivo/adjetivo.

pueril: de puer, infantil.

querela: de queror, reclamar.

racha (lésbica) (inf.): de rima, tanto rachadura quanto vagina, clitóris. // o “racha” no sentido de disputa não tem correlação.

sinusite: “Etimologia (origem da palavra sinusite). Do latim sinus+ite.” Sinus é polissêmico, mas pode querer dizer peito ou centro, por exemplo.

suíno: de suis, que significa porcos.

tutela: de tueri, proteger, defender.

vídeo: de vejo, conjugação da 1ª pessoa do presente de ver, videre.

vulto: de vultus, rosto, aspecto, aparência, se tornou para nós uma aparência desconhecida ou impossível de determinar (sentido mais restrito).

ELOGIO DE LA ANCIANIDAD O DEL ARTE DE CONSERVARSE BUENO (Epístolas morales a Lucilio) – Séneca, trad. Jaime Bofill. Folio ed., 2007 (Colección Grandes Ideas).

Anotações e transcrições feitas entre 15/07/2016 e 19/10/2016. Da Ciudad de México e Brasília.

Elogio de la Ancianidad corresponde a los cap. I-III de Cartas Morales a Lucilio (tomo I)”

* * *

Como que uma autojustificação oportuna desse meu AquiAgora: “Créeme Lucilio, resérvate para ti mismo y el tempo que hasta hoy te han estado tomando, te han estado robando o que te ha huido, recógelo y aprovéchalo.”

trabalho vaidades doenças trânsito maquiagem

a maior parte da vida a passamos entregados ao mal; outra parte, e não minguada, sem fazer nada, e toda a vida fazendo o que não devêramos fazer.”

Quem sabe um dia chega o hoje.

deixa só eu pagar esse bolsista

perder esta conta

ser um herói-dos-outros e não de-mim-mesmo!

CAPESlocksista o CANTO MACROSCÓPICO DO MICROCHIP.

Toda a porção de nossa vida que fica para trás de nós pertence ao domínio da morte.”

Frankenstein esculpidor de relógios.

Quiçá perguntes-me que faço eu que ando repartindo conselhos.”

radiopejorativo

Los hippies imbéciles; no tienen un cuerpo

Mesmero sempre o mesmo

peso sempre um peso desconto %

a raiva do caixa longe dólar perto rima com inferno

aperto 1 desperto 2 A.M.

O Wikipedianesco pé-dantesco

Às vezes algumas culturas não sentem o mau hálito

não há nem B nem sê

A uruca de Pachuca

Os bem-intencionados e suas risadas pouco produtivas

O EternO DesobedIente nO Vácuo Preenchido pelo Frio desta época

quando eu era mais burro eu era mais (inteli)gente

meu amigo dick cionário

por lo tanto, ergo sum

para lo poco, no sé aun

bajo doom barroom

3,14URO mais de 10 reais menos de 9 Stephen Hawkings

a cura épica do anti-estróina boina &u,Demonista e Irene

Já passou o tempo contado dos reis

eu não tenho nenhuma vaca, sou um pobre

nada que ver con viejos, ahn?

* * *

não andas vagando e não te empenhas em mudar de lugar. Estas mutações são de alma enferma.”

quem se afana se rouba, roubado não é achado então é desesperado, não-aguardado, não-guardado, muito exposto às vicissitudes. Quem não espera sempre se(ba)lança.

muito af8 muito assí2 mucho ha sido ácido com amigos

esta é a base do sentimentir

Atenção, porém, para que esta leitura de muitos volumes e muitos autores não tenha algo de caprichoso e inconstante. Precisas se demorar em certas mentalidades, e nutrir-se delas, se queres alcançar proveito que possa permanecer assentado em tua alma. Quem está em todo lugar não está em parte alguma.

não é assimilado pelo corpo o alimento que se vomita logo que penetra no estômago. Nada tão nocivo à saúde quanto sempre trocar os remédios.”

S

EL

O C

ILA D

E QUAL

IDADE

NOTÍ

VAG

A

Fumar não é o Rubinho mas desacelera…

basta que tenhas o que podes ler” So, so!

Lês sempre autores consagrados, e se alguma vez te vier a vontade de te distraíres em outro, volta aos primeiros.”

depois de ter percorrido um sem-número de pensamentos, escolhe um a fim de comandá-lo aquele dia.”

THE GAME IS ON: ETERNAL RECURRENCE OF THE MOST TRAGIC UNCONSCIOUS

Spock, a Cerveja Universal

Observa-me do passado ou eu te devoro.

Perfeições virtuais letra&jogabilidade redondas como um homo-e-lette.

Te pone un desafio hermoso, vamos muchacho

Amar la gente judía y mercadera, por ejemplo.

Usar a camisa da Argentina na Avenida Paulista – level Hard.

Aquele familiar imbecil que pode te parar, o Tio T. TILT

oh mon lit(etature)

A ARTE DE TUITAR FORA DA INTERNET

piupiupiu purple-urina

o fan roda o ídolo age culposo.

afiliação ao partido da aflição

* * *

encontrei em Epicuro – já que costumo passar também para os campos inimigos, não como desertor, mas como explorador –” Richinhas d’época.

Se tens alguém por amigo e nele não confias tanto como em ti mesmo, te equivocas gravemente e não alcanças o conhecimento necessário da força da verdadeira amizade.”

o [recomendável] preceito de Teofrasto”: só julgar depois de amar, e amar depois de julgar também.

alguns ensinaram a enganar temendo ser enganados e com suas suspeitas acabam por dar azo à infidelidade.”

(I) Alguns contam ao primeiro que encontrarem aquilo que só a um amigo se deve confiar, e descarregam sobre qualquer amigo o que puderem fisgar de seus âmagos; (II) outros, pelo contrário, afogariam qualquer segredo em si, desconfiados até da própria sombra.” “ambas são posturas viciosas: tanto confiar em todo mundo quanto não confiar em ninguém, ainda que eu diga que a primeira é algo mais nobre e a segunda mais segura.”

Sempre que eu esvazio o copo, encho de novo. Punição grega?

Alguns se refugiam de tal maneira em rincões sombrios que têm por turvo tudo o que está à luz.” Pompônio

Enfim, na 4ª carta, a revelação de que Lucílio é um velho, como Sêneca: “temos o autoritarismo dos anciãos e os defeitos dos rapazes, e não só dos rapazes, mas até dos meninos: aqueles se assustam com coisas leves; estes, com coisas falsas; nós, com umas e com outras.”

A maioria flutua miseravelmente entre o temor da morte e os tormentos da vida, sem querer viver nem saber morrer.”

e de coisa alguma é tão fácil sofrer a perda como daquela que, uma vez perdida não pode ser recuperada.”

Vinde a MIM Muriçocas in Mexico

Não confie na calma de hoje: o mar se revira e engole os navios no mesmo lugar em que eles tinham folgado naquela mesma manhã.”

todo aquele que menospreza sua vida é senhor da tua. Lembra-te dos exemplos daqueles que foram mortos em insídias domésticas…” A insígnia da insigne insídia.

Por que te enganas a ti mesmo e não te dás conta até agora do perigo que sempre estiveste correndo? Eu te digo que desde que nasceste caminhas para a morte.”

Através daquela janela tá faltando ele, e a saudade da queda tá doendo em mim…

Para nos livrarmos da fome e da sede não precisamos andar assediando o umbral do poderoso, não é mister suportar grandes desdéns, nem desonrosas proteções, nem se aventurar pelos mares, nem matraquear por aí. O que a Natureza reclama é acessível e fácil de achar.” Este (dito!) aqui envelheceu um tanto…

P. 18: “Foge do rústico desasseio, dos cabelos em desordem, da barba mal-cuidada, de declarar teu ódio às jóias, de fazer-te a cama no chão, e de qualquer outra coisa que persiga o prestígio por falsos caminhos” ?!

O filósofo como o babaca que se importa demais com o juízo alheio: “Qué acontecería si comenzásemos a separarnos de las usanzas corrientes en los hombres? Bien que sea distinto nuestro interior, pero nuestro exterior tiene que mostrarse concorde con el del pueblo. Que no sea manchada nuestra toga, pero que no resplandezca; no debemos poseer platería incrustada con cinceladas de oro macizo, aunque no debemos tener por cierto indicio de frugalidad la carencia de oro y plata.”

O ponto que torna Sêneca e eu irreconciliáveis: “A filosofia exige frugalidade, mas não castigo.” Quem é você para dizer isso, seu Aloísio de Outros Tempos?

he encontrado en nuestro Hecatón que el fin de los deseos significa igualmente el fin de los temores.” Y de la vida.

Viajamos já querendo estar de volta.

o temor segue à esperança. Não me maravilha que seja deste modo, já que ambos são próprios a uma alma carente de resolução, angustiada ante o porvir.”

As feras fogem dos perigos que vêem, e quando já fugiram estão tranquilas: nós nos atormentamos pelo futuro e pelo passado.” “Não há ninguém que seja desgraçado só pelas coisas presentes.”

O próprio fato de enxergar os próprios defeitos, antes ignorados, já é uma amostra de que a alma melhorou.”

e me gozo aprendendo para poder logo ensinar.”

Hecato de Rodes: <Me perguntas que progresso realizei? Comecei a ser amigo de mim mesmo.>

pronto te confessarei minha fraqueza: nunca da turba volto com o mesmo temperamento com o que a ela havia acudido.”

Mas nada existe de tão prejudicial aos bons costumes que o comparecimento a espetáculos, já que aí, por meio dos prazeres, os vícios penetram mais facilmente em nós.”

agora já não são jogos, antes verdadeiros homicídios”

Pela manhã os homens são colocados ante ossos e leões; ao meio-dia, ante os espectadores.”

O espetáculo é interrompido: <Enquanto isso, para não ficarmos sem fazer nada, que afoguem homens.>

Guarda-te que a vanglória de fazer notório o teu talento não te decida a te apresentares ante o público a fim de ler ou dissertar; coisa que te deixaria fazer se pudesses oferecer uma mercadoria adequada a esta gente, nas ninguém pode entender-te. Talvez só poderás ganhar um ou dois, e terás que formá-los para que te entendam.”

CONSELHO SAÍDO DO FORNO: Age como se sempre fôra este o teu último ano na CAPES. E, como foi no Gisno, tu só queres uma coisa: fechar com chave de ouro. Ah, sim, claro: teus nervos têm limite, não te forces tanto! não-professor e não-efetivo… muita coisa ainda pode mudar na sua esquematizada existência…

Quando não estou pesado, os outros estão, então que diferença faz? Eu nunca terei essa ataraxia cotidiana típica do advogado boêmio e bom filho e namorado Miguel Jesús Rodriguez, então só posso tentar ajeitar meu pé para não ser arrancado pela próxima mina – meu trabalho e meu ócio são ambos batalhas campais. Aqui, em Fortaleza, Rio, Brasília, França ou Belém, estaria sempre igual… No hiatus!

Poderia escrever um livro sobre como conviver com cada um: Pablo, João, Ione, Graça, Davi, Renato, Diogo, crente 1, crente 2, moralista 3, porra-louca 4… D.E. Deixa estar. Ou Deus explodiu, escapou, evadiu? Com quem mais tenho que conviver: médicos, farmacêuticos, ar condicionados, anti-tabagistas, revistas de corredores de elite, Bolsonaros marombados… Conselheiros que dirão: “nossa, como seu último texto está reclamão!”… Laughing and coughing and sleeping… let’s see how life fucks me within my own superiority dreams…

Assinado O Homem de um Leitor Só

Sou dolente

Saiba que o homem tão a coberto se acha sob palha como sob o ouro.”

É necessário servir à filosofia se queremos alcançar nossa verdadeira liberdade. Não será retardado por ela quem se submeta em doação total, será liberado sem tardança, já que o próprio servir à filosofia significa ser livre.”

o sábio não sente necessidade de nada, mas lhe fazem falta muitas coisas; enquanto que o néscio, ao contrário, não sente necessidade de nada, afinal não sabe servir-se de coisa nenhuma, mas lhe fazem falta todas as coisas.”

Crisipo

Se uma enfermidade, ou um inimigo, lhe corta uma mão; se um azar lhe arranca um olho, ou dois olhos, sentir-se-á satisfeito com os membros que lhe fiquem, e com um corpo amputado e diminuído se sentirá tão gozoso como havia se sentido com um corpo íntegro; mas os membros pelos quais não suspira que lhe faltam, preferiria, em verdade, que não lhe faltassem.”

sofre pacientemente a perda do amigo. O sábio, em verdade, jamais carecerá de amigo, já que tem em seu poder o podê-lo substituir.”

Em nossos filhos rende maiores frutos a adolescência, mas possui mais encantos a infância.”

O sábio basta a si mesmo para viver feliz, mas não para sobreviver.”

por muito que se baste a si mesmo, deseja ter um amigo, um vizinho, um camarada.”

Gera grande prazer não só o costume de uma amizade antiga e firme, como também o começo e a aquisição de outra nova.”

Qual será a vida do sábio se, falto de amigos, se encontra sozinho em uma nação estrangeira? Fica em companhia de si mesmo.”

Toda nescidade sofre do fastio de si mesma.”

o amor pode ser definido como uma amizade enlouquecida”

Para o artista, é mais doce pintar que haver pintado” Atalo

Com o escrever parece ser o exato contrário…

É coisa de outros quanto possam obter teus desejos”

Não é teu o que fez teu a fortuna” Lucílio

<Não pode ser venturoso quem não crê sê-lo.> Epicuro

Que te importa qual seja em realidade tua situação, se a ti te parece má?” Solução: apenas te creias venturoso.

por que transmito tão belas palavras de Epicuro com preferência às dos nossos? Mas por que razão crês que estas frases são de Epicuro e não de domínio público? Quantos poetas não disseram coisas que deveriam ter sido ditas pelos filósofos? Não me referirei aos trágicos nem a nossos dramas, uma vez que estes últimos importam alguma gravidade e ocupam um lugar intermediário entre as comédias e as tragédias. Quantos versos eloqüentíssimos dormem em nós mesmos! Quantas palavras mais dignas de ser declamadas com coturno que de pés descalços!”

Caída sua pátria, perdidos os olhos e a esposa, tendo escapado dos apuros com vida só ele, e apesar de tudo contente, do incêndio generalizado, Estilbão foi perguntado por Demétrio, aquele a quem chamaram Poliorcetes, devido ao número de cidades que destruiu, se havia perdido algo [Ou: Necessitas algo? – O imperador a Diógenes O Cínico]; e o filósofo contestou: Todos os meus bens estão em mim.”

Enquanto o homem buscar uma parte dele fora de si mesmo, cairá sob a escravidão da fortuna.”

a amizade tem para nós uma doçura inata.”

Já que nenhuma sabedoria pode apagar nossas imperfeições naturais, o que aparece congenitamente inscrito em nós, a arte pode suavizar, mas não extirpar. Alguns, e mesmo dentre os mais firmes, não podem comparecer ante o povo sem suar; tal qual sói acontecer aos que estão fatigados e aos acalorados; a outros, do ponto em que tomam a palavra seus joelhos tremem; a outros, batem os dentes, trava-se-lhes a língua, não podem separar os lábios. Dessas coisas não nos podem proteger nem as lições nem a prática, pois nelas a Natureza nos revela seu império; elas se manifestam mesmo nos de ânimo mais resolvido. Entre elas devemos contar também o rubor, que se difunde pelo rosto até dos mais veneráveis varões. É certo que resulta mais perceptível nos jovens, que possuem mais calor natural e um rosto mais delicado.”

Certos dentre a massa nunca são tão temíveis senão quando ruborizam, como se com o rubor tivessem se livrado de toda a vergonha. Sila, quando o sangue lhe subia à cabeça, mostrava-se sempre mais violento. Ninguém, nesse sentido, foi mais impressionável que Pompeu, que nunca pôde ver-se ante vários sem ruborizar, especialmente numa assembléia. Recordo que Fabiano, introduzido no Senado como testemunha, ruborizou, e este rubor lhe caía admiravelmente. Ele não advém da timidez de caráter, mas da novidade da coisa, que aos não-acostumados, quando não os faz vacilar, comove-os se são a isso inclinados por compleição natural, pois enquanto alguns têm o sangue calmo, outros o têm excitável e movediço de forma que facilmente aflui ao rosto.”

Os atores, imitadores das paixões, que expressam o medo e o temor, que representam a tristeza, na hora de simular a vergonha acodem ao procedimento de baixar a cabeça, falar em voz baixa, fixar os olhos deprimidos no chão. Mas não podem fazer nascer o rubor, já que ele nem se evita nem se provoca.”

É mister escolher e ter sempre diante de nossos olhos algum homem virtuoso, a fim de viver como se nos vira e de olhar como se ele nos contemplasse.”

Epicuro

Mas quem? Pedro Jabur, Antonádia? Anti-exemplos (Gegenbeispiele): Aloísio, Thomas Edson, Igor, Bruce, Judeuzinho – o norte, sul, leste e oeste dos perdidos – Os 5 pecam por insipidez e excesso simultaneamente, seja em caráter político, moral, religioso, científico ou até mesmo artístico (ALERTAS VIVOS PARA MIM MESMO, AINDA QUE MUITOS DESTES, EM MEU COTIDIANO, JÁ ESTEJAM MORTOS).¹

¹ [Nota de 2022] Todos, agora, efetivamente. Mesmo de vista só corro o risco de me deparar com um, que não abre a boca nem para piar, entretanto.

Uma grande parte dos pecados se evitaria se os pecadores tivessem testemunhas.” (Davi)

Ó, tão feliz é aquele que nos faz melhorar, não só com sua presença, mas também com sua mera recordação!” “Quem de tal sorte possa venerar, de tal sorte será venerado. Escolhe Catão; mas se te parece muito rígido, fica com Lilio (?) [p. 41], varão de espírito benigno.”

(?) Provavelmente Lílio em Português. O mais célebre personagem histórico com este nome no Wikipédia é posterior a Sêneca, e não há desambiguação. É difícil encontrar qualquer informação sobre este Lílio na internet.

Nunca é tão valorosa a fruta como quando amadureceu; o maior encanto da infância está no seu fim”

O mais voluptuoso em todo prazer se guarda para o final.”

ninguém é tão velho que não possa aguardar mais um dia.”

a vida, o conjunto da qual consta de círculos, os menores encerrados nos maiores.” “eis aqui por que Heráclito, a quem por seu estilo se concedeu o apelido de ‘o Obscuro’, disse que ‘um dia se parece com todos’.”

A SABEDORIA É DE DOMÍNIO PÚBLICO, MAS NINGUÉM QUER “COMPRAR”: “Ora, que temos a ver com um estranho? Sinto como meu aquilo que for verdadeiro. Persisto em infiltrar-te idéias de Epicuro, a fim de que todos que juram seguir as palavras do mestre, sem atendê-las na verdade, mas somente pensando no nome do mestre, saibam que as grandes sentenças pertencem a todos.”

Más numerosas son, Lucilio, las cosas que nos asustan que las que verdaderamente nos atormentan, pues a menudo nos hace sufrir más la aprensión que la realidad.”

nós, os estóicos, andamos dizendo que todas aquelas coisas que nos arrancam gemidos e lamentos são leves e depreciáveis”

O que te recomendo é que não te faças desgraçado antes do tempo, já que talvez não cheguem nunca aqueles males que tiveste por iminentes”

Ou exageramos nossa dor, ou no-la forjamos, ou no0la antecipamos.”

Estou careca de saber que há quem ria debaixo de açoites e há quem gema por um simples bofetão.”

Outorga-me apenas que, cada vez que te rodeiem para te persuadir que és desgraçado, não faças tu caso do que escutas” Fora o Gardenismo! Tu não podes merecer o que nem os mais dignos que tu obtiveram! Essa é tua culpa!

Por que tem de compadecer-se de mim essa gente? Que é tanto que os faz tremer, que os faz temer até entrar em contato comigo, como se a tribulação fosse contagiosa? Há em minha tribulação algum mal, ou pode essa coisa ser mais mal-vista que má em si mesma? (…) quando minhas angústias têm um fundamento real ou são fantásticas? (…) ou nos atormentamos pelas coisas presentes, ou pelas futuras, ou por umas e por outras. (…) se teu corpo goza de liberdade e de saúde e não sentes o aguilhão de injúria alguma, veremos o que acontece amanhã, já que por hoje não sentimos nenhuma inquietude.”

nunca pomos em discussão as coisas que nos inspiram temor, não as submetemos a exame algum”

alarme falso” “os males quiméricos alarmam mais”

não existem temores tão perniciosos e irremediáveis como os terrores pânicos, já que os outros nos arrebatam a reflexão, mas os primeiros a própria razão.” Razão e reflexão para Sêneca:

DILEMA DO ANSIOSO: “Quantos males caíram sobre nós, sem que os aguardássemos! Quantos que eram esperados e jamais chegaram! E ainda que deva vir um mal, não vejo por que precisamos sair a seu encontro!”

Às vezes o espírito se forja imagens falsas; ou empresta o pior sentido a uma palavra duvidosa, ou converte em mais grave do que realmente era uma ofensa recebida, enquanto medita, não sobre a ira que dominava o ofensor, mas em até onde alcançava seu poder.”

Pondera, então, a esperança e o medo, e sempre que o resultado for duvidoso inclina-te ao mais favorável.”

a cicuta fez grande a Sócrates”

a fealdade que significa a prontidão dos homens em a cvada dia se erigirem novos fundamentos, em conceber a cada vez novas e inéditas esperanças, mesmo na hora da morte. (…) tu verás anciãos ainda dispostos à intriga política (…) Haveria algo mais vergonhoso que um ancião que começa a viver?”

É mister que nos comportemos, não como aquele que tem que viver para o corpo, mas como aquele que não pode viver sem o corpo. Um amor excessivo a este nos inquieta com temores, nos carrega de afãs, nos expõe a afrontas.”

os motivos de temor, os quais podem ser de 3 sortes: [orgulho ferido; saúde depredada; pança vazia]”

Os males naturais, a miséria e a doença, entram silenciosamente, sem nos infundir terror algum aos olhos e ouvidos; mas a outra calamidade mostra um aparato bem pomposo”

Imagina agora o pau que atravessa o homem, saindo-lhe pela boca, e os membros esquartejados por carros que arrancam em direções distintas, e aquela túnica impregnada e tecida de materiais inflamáveis (…) das coisas que subjugam e dominam nossas almas, as mais eficazes são as que chegam com maior espetáculo”

Quando foste à Sicília, cruzaste o mar. Um piloto temerário menosprezou as ameaças do Austro, o vento que alvoroça ou revolve o mar da Sicília, e no lugar de singrar até a margem esquerda, se dirigiu àquela na qual a vizinhança de Caribdis agita o mar. (…) aquela região tristemente famosa por seus abismos vorazes.”

Quando fugimos de algo, de fato o acusamos.”

ante o que anda desnudo de riquezas o bandido passa ao largo, e mesmo o caminho infestado de ladrões é tranqüilo para o pobre.”

é de se temer que o receio à inveja nos faça cair em menosprezo; que não querendo pisar, façamo-nos bons para sermos pisados.”

Que outra coisa fez Catão senão vociderar e lançar gritos inúteis quando, arrastado pelas mãos do povo, coberto de cusparadas, foi expulso do Fórum, ou quando foi conduzido do Senado à prisão?”

esta é de Epicuro, ou de Metrodoro, ou de qualquer outro daquela fornada. Que importa quem a disse?”

Já que é coisa néscia, querido Lucílio, e, no todo, bem pouco adequada a um homem instruído ocupar-se em exercitar os músculos e alargar o pescoço e reforçar o peito; por muita fortuna que possas ter na empresa de engordar-te, nunca poderás igualar as forças de um boi corpulento nem chegarás a ter seu peso.”

Primeiramente os exercícios, que pelo esforço que exigem esgotam o espírito e tornam-no inábil para a atenção e os estudos sérios; depois, uma alimentação abundante faz da inteligência obtusa.”

homens que repartem seu tempo entre o óleo e o vinho e têm o dia por bem-aplicado quando suaram o suficiente, e para reparar o líquido que desta forma perderam haviam ingerido, previamente, em jejum, muita bebida para que penetrasse no fundo. [???] Beber e suar constitui a vida dos que padecem de mal de coração. [?] Há exercícios breves e fáceis que cansam o corpo com presteza e nos economizam tempo, que é o que se precisa ter em conta: corridas, o movimento das mãos com algum peso, o salto, seja de altura, seja de extensão, seja aquele que podemos chamar <salio> [sacerdote de Marte] ou, menos decorosamente, <salto del fulón> [intraduzível]; adota de quaisquer destes exercícios um uso simples e fácil. Faça o que fizeres, volta logo do corpo à alma; exercita-a de dia e de noite; um trabalho modesto basta para alimentá-la. Nem o frio nem o calor, nem a velhice, podem te impedir este exercício; cultiva, pois então, esta riqueza que os anos vão melhorando. Não te peço que estejas sempre com a cara nos livros ou nas lutas; é mister dar à alma algum descanso que sem dissipá-la a distenda. O estar deitado tranqüiliza o corpo, mas não impede o estudo; permite ler, ditar, falar, escutar, coisas que nem o caminhar a pé nos impede.” Sentar mesmo é que é ruim.

não faltará quem te meça os passos e regule o movimento de tua boca ao comer, e chegarão tão longe quanto permitam sua paciência e tua credulidade.”

Quem disse essas palavras? O mesmo de antes.”

Que vida crês tu que é tida por néscia? (…) a nossa, a quem se algo pudesse satisfazer já estaria satisfeita.”

Quem vai por um caminho encontra um termo; o andar fora do caminho não conhece acabamento.”

A frugalidade não é mais que uma pobreza voluntária. Abandona semelhantes desculpas: <Ainda não tenho o suficiente; assim que alcançar tal soma me entregarei por inteiro à filosofia.>

Quebrar a tela do celular pode ser difícil justamente para aquele que o tenta com afinco…

À Gardene: “Preferirias, pois, à pobreza que sacia, a riqueza que nos faz famintos?”

Mas como sair desse ciclo vicioso? Por onde quiseres. Pensa em quantas temeridades incoerreste por amor ao dinheiro, quantos trabalhos suportaste por amor às honras! Bem podes tentar algo pelo ócio; por outro lado, em meio aos afãs do governo das províncias e das magistraturas, envelhecerás entre o tumulto e a agitação sempre renovados, que nenhuma temperança poderá evitar, nem suavidade alguma no viver. E que acontecerá se lhe permites a ela crescer ainda mais? Quanto mais se avizinha aos êxitos, tanto mais se avizinha aos temores.”

<A própria altura aturde os topos.> Se queres saber em que livro se o disse, te comunicarei que foi no que leva por título Prometeu. Com esta frase, quis significar que os saguões estão expostos às tempestades.” “Mecenas foi homem de gênio, que teria podido oferecer a Roma um grande modelo de eloqüência se não tivesse sido enervado pela felicidade, que pode-se dizer que o castrou.”

Primeiro, antes de considerar o quê comes e bebes, deves considerar com quem comos e bebes, pois comer e beber sem um amigo é viver como os leões e os lobos.”

Epicuro

O homem atarefado e agoniado por seus bens não achará mal pior do que crer seus amigos aqueles de quem de fato não é um amigo; do que crer que suas boas ações lhe servem para ganhar os corações, quando, na verdade, muitos o odeiam mais à medida que mais lhe devem. Uma dívida pequena faz um devedor; uma dívida importante faz um inimigo.”

a constante igualdade do homem consigo mesmo”

ninguém tem formado um propósito; e se o tem, nele não persevera, antes o renega, e não para mudar de meta, mas para voltar, depois à mesma de antes, à mesma que havia abandonado e espinafrado. (…) Os homens não sabem o que querem, só o momento em que querem.”

Oh, quando chegará o dia em que ninguém mentirá para lisonjeá-lo!”

Quem conheceria hoje a Idomeneu se Epicuro não houvesse tratado dele em suas cartas? O mais profundo esquecimento apagou o nome de todos aqueles magnatas e sátrapas, e ainda o do mesmo rei do qual Idomeneu recebera o poder.” “Profundamente nos cobrirá o alto-mar dos séculos, poucos gênios assomarão a cabeça por cima das águas” Para anotações pessoais consultar Os Segredos da Mosca em data próxima.

A diferença entre professores de educação básica de uma escolinha no cafundó e austeros analistas, assistentes, técnicos e auxiliares em C&T uma ilustre autarquia federal é que os primeiros sabem que “não fazem nada de importante, i.e., talvez algo de suma importância, que não passa, não obstante, de sua obrigação.”

Qual é a diferença entre alguém que ama um idioma e alguém que ama idiomas? Agora que estão na mesma sala aprendendo, nenhuma.

eu te prometo, Lucílio: eu gozarei do favor da posteridade, terei o privilégio de remover da deriva, junto com o meu nome, o de outros.”

deseos deoses

Eu creio que na filosofia tem-se que tentar aquilo que se fez no Senado: se alguém expõe um parecer que me agrada parcialmente, faço com que a proposição seja dividida em partes e sigo a que me parece mais aceitável.”

O ventre não escuta ordens: reclama, exige. Mas não é um credor molesto; com pouca coisa se o despacha enquanto se o dá o que é devido, não aquilo que poderias dar.”

tens de desatar, antes que romper, o nó que desgraçadamente enredaste, porém, se não houver maneira, rompa-o.”

Não existe ninguém tão covarde que não prefira cair de uma vez a estar sempre frustrado.”

Contenta-te com os negócios em que te embaraçaste. Não te enredes em outros novos.” Estou precisando muito seguir este aforismo.

amam os frutos das misérias enquanto que detestam as misérias.”

Todo mundo sai da vida como se acabasse de entrar nela.”

Epicuro

Que coisa pode existir de mais vergonhosa do que sentir-se inquieto no próprio umbral da maior segurança?”

As minas dos metais pobres são superficiais; as dos metais mais ricos são aquelas cujas veias se escondem no mais profundo, mas recompensam com mais generosidade aos que as escavam com constância.”

o prazer é um declive pelo qual deslizamos até a dor se não nos armamos de comedimento.”

É mister proceder como se sempre se tivesse vivido já bastante.”

náusea da náusea, náusea de não ter náusea

Sócrates dissertou no cárcere, e havendo-lhe alguém oferecido a fuga, não quis sair, preferiu permanecer ali para fazer os homens perderem o temor a 2 coisas gravíssimas: a morte e o cárcere.”

Repara na nossa época, de cuja moleza e languidez nos lamentamos.” Parece que não há limite para o nível de languidez de uma época.

Me atarão. E daí? É que porventura ando desatado? Eis que a Natureza nos ata à pesadez do corpo.”

Não sou tão torpe como para seguir agora a música de Epicuro, acrescentando que são vãos os temores do Inferno, que nem Íxion gira com sua roda, nem Sísifo empurra a pedra com seus ombros, nem é possível que umas entranhas renasçam continuamente para ser devoradas. Não há alguém tão menino que tema o Cérbero, as trevas e os fantasmas que só consistem de ossos descarnados.” Não se trata somente de aproveitar o dia, mas saber que o ajuste de contas inexiste.

É desonroso dizer uma coisa e sentir outra. E ainda mais escrever uma coisa e sentir outra!”

até quando crescemos, nossa vida decresce. Perdemos a infância, depois a mocidade, depois a juventude. Até o dia de ontem, todo o tempo passado está morto e mesmo o próprio dia de hoje nós repartimos com a morte.”

A morte não vem toda de uma vez: aquela que nos leva é a última morte.”

Lucílio

É tanta a imprudência e a loucura dos homens que alguns deles se vêem forçados a morrer por temor à morte.”

O homem sábio e forte não tem que fugir da vida, e sim saber sair dela.”

Alguns sentem o desânimo por terem de ver e fazer sempre as mesmas coisas; não é um ódio, antes um aborrecimento da vida, no qual caímos empurrados pela própria filosofia quando andamos dizendo: <Até quando as mesmas coisas? Despertar e dormir, ter apetite e saciar-se, ter frio, ter calor. Não há nada que acabe, antes pode-se dizer que todas as coisas da Natureza ficam enlaçadas, fogem, perseguem-se. A noite empurra o dia, o dia a noite, o verão termina no outono, o outono é espoliado pelo inverno, o qual é empurrado pela primavera (…) Nem faço nada novo nem vejo nada novo, isto também produz náuseas.> Existem homens que não encontram a vida amarga, mas supérflua.”

não somente os atos de amanhã nos podem causar dano, como também os de ontem.”

o [desmemoriado] rico Calvino Sabino (…) tramou este expeditivo¹ procedimento: empregou uma grande quantidade na compra de escravos, um que soubesse Homero de cabeça; outro, Hesíodo, e outros 9, um para cada poeta lírico.”

¹ Ora, nada há de eficaz nisso: será que na época o escravo era mais barato que a própria obra? De toda maneira, que adianta que um saiba Homero, se é ele que sabe e não quem quer saber, considerando o problema da perspectiva de quem quer saber?

Santílio Quadrato, um mordaz crítico de ricos néscios e, é escusado acrescentar, grande adulador deles, e, coisa que sói ir junta também, um belo companheiro para contar piadas, persuadiu este mesmo Calvino Sabino aprocurar gramáticas e dicionários. Sabino, havendo-o contestado que cada um de seus escravos lhe custava 100 mil sestércios, aquele respondeu: <Por menos, teria comprado eu outros tantos manuscritos.>”¹

¹ Eis a resposta à dúvida acima: mesmo que o valor do escravo fosse tão baixo, o dos textos não era tampouco nada alto!

O mesmo Santílio o aconselhou a se dedicar à luta, apesar de ser o rico um homem pálido, enfermiço e débil. Depois da resposta de Sabino: <E poderia eu fazê-lo, se mal me sustento de pé?>, disse-lhe: <Não o digas! Não vês quantos escravos robustíssimos possuis?> O bom senso não se compra nem se toma emprestado, e se se vendesse, creio que não acharia comprador. Em compensação, a insensatez encontra todo dia partidários.”

nunca se disse o bastante aquilo que nunca seria o bastante compreendido. A alguns basta mostrar-lhes remédios, a outros é mister impor-lhes à força.”

GLOSSÁRIO:

afrenta: afronta = AGRAVIO

desgana: tédio; inapetência; falta de aplicação.

pellejo: odre; casca; pele.

pendiente: rampa, declive; calha; brinco; que não foi resolvido.

poner hitos: demarcar; compactar.

postreto: último, final

rastrojo: palha

HISTÓRIA DAS IDÉIAS 3: SCHOPENHAUER: MULTIFACETAS

As citações e comentários a seguir são baseados exclusivamente na obra O Mundo como Vontade e como Representação. O post com mais aspas e comentários deste livro está em data mais remota no Seclusão. Todas as citações do 2º e 3º volume, que não existem em Português, foram traduzidas por mim para esta compilação.

ÍNDICE (usar CTRL+F para pular para o tópico desejado)

Em negrito, o capítulo (tópico de capítulo) mais importante.

1. O PRIMEIRO GRANDE FILÓSOFO A ENTENDER KANT, O PRIMEIRO FENOMENÓLOGO DA IDADE MODERNA

1.1 COISA-EM-SI = VONTADE

2. O PRIMEIRO GRANDE FILÓSOFO NÃO-SOCIALISTA A DENUNCIAR E REFUTAR O IDEALISMO HEGELIANO: COMO DESCONTAMINAR-SE DE HEGEL, O CHARLATÃO

3. CRÍTICA DA RELIGIÃO: A ESCOLÁSTICA DUROU ATÉ KANT, MAS FOI CONTINUADA PELO HEGELIANISMO: A verdadeira filosofia deve compreender que nunca estará dissociada das religiões e se situar honestamente no campo

3.1 CRISTIANISMO, FIGURA AMBIVALENTE PARA SCHOPENHAUER

3.1.1 CRISTIANISMO PRIMITIVO, NOVO TESTAMENTO & DOGMAS

3.1.2 O PODER SECULAR DO CATOLICISMO

3.1.3 REFORMA PROTESTANTE

3.2 PRECURSOR ORIENTALISTA: EXALTAÇÃO DO HINDUÍSMO E DO BUDISMO

3.3 POLITEÍSMO, PANTEÍSMO, GNOSTICISMO, RELIGIÕES MENORES

3.4 ÉTICA: O DILEMA DE CILA OU CARIBDE: ACEITAÇÃO DO FENÔMENO OU ASCETISMO

3.4.1 A VIDA DO HOMEM SANTO

4. O FILÓSOFO QUE COMPREENDEU PLATÃO A MEIAS: POR QUE A IDÉIA DE PLATÃO DEVE SER LIDA COMO A ANTI-IDÉIA POR EXCELÊNCIA, I.E., COMO VONTADE, ASSIM ENUNCIADA DESDE A ANTIGUIDADE

5. O ANTI-ARISTÓTELES: CONSEQÜÊNCIA DA HIPER-VALORIZAÇÃO ARISTOTÉLICA PROMOVIDA PELO(A) HEGELIANISMO/ESCOLÁSTICA: O Aristotelismo deve ser superado

6. POR QUE SCHOPENHAUER E NIETZSCHE ESTÃO, ESSENCIALMENTE, EM PÓLOS OPOSTOS NA FILOSOFIA – E NÃO O CONTRÁRIO – MESMO QUE AQUELE SEJA O PRINCIPAL PRECURSOR DESTE

7. DESPROPÓSITO DA VIDA HUMANA CONSCIENTE: A EXISTÊNCIA É SÓ UM SONHO

8. SOBRE O SUICÍDIO

9. EPISTEMOLOGIA DAS CIÊNCIAS NATURAIS

9.1 A MATEMÁTICA E A LÓGICA: ARISTÓTELES E NIILISMO

9.2 A ASTRONOMIA

9.3 A FÍSICA

9.4 A BIOLOGIA

10. A MEDICINA

10.1 CONTRIBUIÇÕES À PSIQUIATRIA (FISIOLOGIA DO GÊNIO)

11. EPISTEMOLOGIA DAS CIÊNCIAS HUMANAS

11.1 A HISTÓRIA

11.2 O DIREITO

11.3 SOBRE A EVOLUÇÃO E A IMPORTÂNCIA DAS LÍNGUAS: SUMA DEPRECIAÇÃO DO HOMEM ALEMÃO

12. SCHOPENHAUER E A ESTÉTICA: APERFEIÇOADOR DE KANT

12.1 ARQUITETURA

12.2 ESCULTURA

12.3 PINTURA

12.4 POESIA E TEATRO

12.5 METAFÍSICA DO GÊNIO

12.6 MÚSICA, O PALIATIVO FINAL

13. A FAMOSA MISOGINIA SCHOPENHAUERIANA

14. RESÍDUOS: AFORISMOS, PASSAGENS DIFÍCEIS DE CLASSIFICAR, CONSOLAÇÕES OU INVECTIVAS CONTRA FILÓSOFOS OU PERSONALIDADES MENORES

1. O PRIMEIRO GRANDE FILÓSOFO A ENTENDER KANT, O PRIMEIRO FENOMENÓLOGO DA IDADE MODERNA

Com Locke a coisa-em-si é sem cor, som, cheiro, gosto, não é nem quente nem fria, nem mole nem rígida, nem macia nem áspera; e no entanto ela conserva extensão e forma, é impenetrável, está em repouso ou movimento, possui massa e número. Com Kant, a coisa-em-si já se despiu de todas essas últimas qualidades, porque elas só são possíveis por intermédio do tempo, espaço e da causalidade, e este trio emana do intelecto (cérebro), assim como as cores, os tons, os aromas, etc., se originam dos nervos dos órgãos dos sentidos.”

Em geral, este é o ponto em que a filosofia de Kant conduz à minha, ou em que esta brota daquela como um galho do tronco. Os leitores se convencerão disso quando lerem com atenção na Crítica da razão pura p. 536 e 537 (V, 564), e depois ainda compararem com esta passagem a introdução à Crítica da faculdade de juízo, p. XVIII e XIX da 3ªed., ou p. 13 da edição Rosenkranz, em que é até mesmo dito: ‘O conceito de liberdade pode tornar representável uma coisa-em-si (que é de fato a vontade) em seu objeto (Objekt), mas não na intuição; ao contrário, o conceito de natureza pode tornar de fato representável seu objeto (Gegenstand) na intuição, mas não como coisa-em-si.’Resumo: o sentido da vida não está dado! Por isso existe o mundo: para o Ser ser!

Queremos conhecer a significação dessas representações. Perguntamos se este mundo não é nada além de representação, caso em que teria de desfilar diante de nós como um sonho inessencial ou um fantasma vaporoso, sem merecer nossa atenção.” Será a conclusão nas últimas linhas do primeiro tomo, mesmo que inadvertida. Em resumo, este momento é o pulo do gato ainda-kantiano-demais da filosofia schopenhaueriana…

Já na audição se dá algo completamente diferente. Tons podem provocar dores imediatamente e, sem referência à harmonia ou à melodia, podem ser também de imediato sensualmente agradáveis. O tato, enquanto uno com o sentimento do corpo inteiro, está ainda mais submetido a esse influxo imediato sobre a vontade, embora também haja tato destituído de dor ou agrado. O odor, entretanto, é sempre agradável ou desagradável; o paladar ainda mais. Portanto, estes 2 últimos sentidos são os mais intimamente ligados à vontade. Eis por que sempre foram chamados de sentidos menos nobres e, por Kant, de sentidos subjetivos.”

O excelente livro de Thomas Reid,¹ Inquiry into the Human Mind on the Principles of Common Sense [o livro não tem tradução ao português, mas se uma houvesse, seria Investigação da mente humana segundo os princípios do senso comum; em breve, tradução completa minha no Seclusão], serve de prova negativa das verdades kantianas, e nos convence piamente da inadequação dos sentidos para produzirem a percepção objetiva das coisas, e nos convence também da origem não-empírica da percepção do espaço e do tempo. (…) O livro de Thomas Reid é, enfim, muito instrutivo e digno de nosso tempo – dez vezes mais digno do que a soma de toda a filosofia que vem sendo escrita desde Kant.”

¹ 1710-1796, adversário de David Hume.

O intelecto deve, primeiro de tudo, unir em um ponto todas as impressões, ao tempo em que gera suas implicações de acordo com suas respectivas funções, seja se resumindo a meras percepções ou atingindo concepções, um ponto que será, por assim dizer, o foco de todas as suas ramificações, tudo a fim de que a unidade da consciência se apresente como idêntica ao eu volitivo, cuja mera função do conhecimento ela é. Esse ponto de convergência da consciência, ou o eu teórico, é simplesmente a unidade sintética da apercepção kantiana, a partir da qual todas as idéias se estendem, como num colar de contas ou ramo de árvore, e com base no que o <eu penso>, como o fio condutor de tudo que é derivado, <deve ser capaz de acompanhar todas as idéias que formulamos>.”

1.1 COISA-EM-SI = VONTADE

a palavra do enigma é dada ao sujeito do conhecimento que aparece como indivíduo. Tal palavra se chama VONTADE.” “Isso que se furta a toda fundamentação, contudo, é justamente a coisa-em-si, aquilo que essencialmente não é representação, não é objeto do conhecimento e só se torna cognoscível quando entra naquela forma.”

a vontade é o conhecimento a priori do corpo, e o corpo é o conhecimento a posteriori da vontade. – Decisões da vontade referentes ao futuro são simples ponderações da razão sobre o que se vai querer um dia (…) apenas a execução estampa a decisão, que até então não passa de propósito cambiável, existente apenas in abstracto na razão. Só na reflexão o querer e o agir se diferenciam; na efetividade são uma única e mesma coisa.” “No entanto, é totalmente incorreto denominar a dor e o prazer representações, o que de modo algum são, mas afecções imediatas da vontade em seu fenômeno, o corpo, vale dizer, um querer ou não-querer impositivo e instantâneo sofrido por ele.” Grande erro de Schopenhauer: frase responsável pela hedionda vitória da psicanálise (fracasso da humanidade) no século XX.

Fenômeno se chama representação, e nada mais.” Este “…e nada mais”, até este e nada mais!, Freud copiou de Sch., em seu Projeto para uma Psicologia [Pseudo]científica (1895). Também no Seclusão: https://seclusao.art.blog/2021/02/27/escritos-precoces-de-freud-incluindo-o-projeto/.

COISA-EM-SI, entretanto, é apenas a VONTADE. (…) Aparece em cada força da natureza que faz efeito cegamente, na ação ponderada do ser humano: se ambas diferem, isso concerne tão-somente ao grau da aparição, não à essência do que aparece.” Erro fundamental reparado por Nietzsche.

Também me compreenderá mal quem pensar que é indiferente se indico a essência em si de cada fenômeno por vontade ou qualquer outra palavra. Este seria o caso se a coisa-em-si fosse algo cuja existência pudéssemos simplesmente DEDUZIR e, assim, conhecê-la apenas mediatamente, in abstracto. Então se poderia denominá-la como bem se quisesse. O nome seria um mero sinal de uma grandeza desconhecida. (…) Até os dias atuais subsumiu-se o conceito de VONTADE sob o conceito de FORÇA.” “renunciamos ao único conhecimento imediato que temos da essência íntima do mundo: fazemos tal conhecimento se dissipar num conceito abstraído do fenômeno, com o qual nunca poderemos ir além deste último.Ao mesmo tempo que sentimos a segurança e verdade por trás destas palavras, ou nestas palavras, sentimos também a hesitação, dúvida e autocontradição do sistema schopenhaueriano (mas somente quem já chegou ao final do livro quarto e voltou a comparar algumas afirmações clássicas do autor pode reparar nesta segunda parte).

SÍNTESE IMPECÁVEL DA OBRA: “A totalidade do processo é o auto-conhecimento da Vontade; começa nisso e retorna a isso, e constitui o que Kant chamara de fenômeno em oposição à coisa-em-si.” “Assim sendo, a totalidade é, em última instância, a Vontade, que de e por si mesma se converte em representação, e é essa unidade fenomenal que chamamos com letra maiúscula de a Representação.”

Kant assumira afoitamente que, aparte o conhecimento objetivo, quer seja, aparte o mundo como representação, nada nos é dado salvo a consciência, a partir da qual ele elaborou aquele mínimo que ainda lhe restava de propriamente metafísico, i.e., sua teologia moral, à qual ele atribuiu, não obstante, e de forma conseqüente, por um lado, validade exclusivamente prática, e absolutamente nenhuma validade teórica para existir. Ele pecou ao não ver que (…) nossa própria natureza fenomênica deve também estar enquadrada no mundo da coisa-em-si, isto é, na raiz das representações, a Vontade [que é imoral].”

A polêmica de Lucrécio (IV, pp. 824-58) contra a teleologia é tão crua e desajeitada que refuta a si mesma e nos convence do oposto. Agora quanto à de Bacon (De augm. scient., III, 4), ele não faz, em 1º lugar, distinção no tocante ao uso de causas finais entre naturezas organizadas e não-organizadas (o que seria o ponto focal); em seus exemplos de causas finais, mistura a ambas. A partir daí, Bacon bane as causas finais da física e da metafísica, de uma só vez; mas esta última é, de acordo consigo, o que é a metafísica para muitos ainda hoje, idêntica à teologia especulativa. (…) Por fim, Spinoza (Ética, I, proposição 36, apêndice) torna bastante claro que ele identifica a teleologia com a físico-teologia – contra a qual se expressa com amargura – de tal maneira que chega a enunciar Natura nihil frustra agere: hoc est, quod in usum hominum non sit [A natureza não age em vão, i.e., nunca faz nada que não seja de proveito para o homem], bem como que Deus fez tudo para dirigir o homem,¹ etc.” “Seu propósito era meramente bloquear a passagem ao teísmo; e, confessemos, ele reconheceu de maneira acertada que a prova físico-teológica² é o maior adversário do teísmo. Mas estava reservado a Kant o encargo de refutar esta prova, e a mim o de fornecer a correta exposição da filosofia kantiana, de modo que satisfiz à velha máxima: Est enim verum index sui et falsi [Há uma medida verdadeira do que é verdadeiro e do que é falso], ou seja, há um critério avaliador das aparências, que supera o ceticismo.”

¹ E que, portanto, existindo o homem, deus se retira de todo do mundo e não é mais necessário.

² Aquilo que os escolásticos tanto buscaram e desenvolveram até seus últimos limites. Mais detalhes em uma das notas de rodapé das próximas aspas.

Com efeito, toda mente sã e funcional deve, considerando a natureza organizada, no mínimo chegar à teleologia spinozista, a não ser que esta mente seja deturpada por opiniões preconcebidas, ou físico-teológicas¹ ou antropo-teleológicas,² as primeiras absorvidas por Spinoza em seu argumento teleológico panteísta, as segundas condenadas, pela mesma razão, no spinozismo.”

¹ Neste trecho se torna ainda mais claro o que Sch. entende por físico-teologia, i.e., uma física com primado do último termo, da teologia: um saber das causas finais aplicado aos mandamentos da religião, como se assim se pudesse extrair os desígnios morais últimos de qualquer credo, monoteísta ou politeísta.

² A antropo-teleologia é a ciência dos fins aplicada ao homem, considerando-o “emancipado” da natureza. Em Spinoza, dizer que a natureza tem seus fins últimos é o mesmo que dizer: o Deus que criou as religiões e o homem tem seus fins últimos; com efeito, ele é a própria natureza. Chega-se a uma espécie de determinismo ou finalismo ateu absoluto. Já em Hegel encontramos a contraposição a Spinoza, porém de uma forma simetricamente deficiente: em vez de considerar que não há finalidades últimas, nossos destinos estando em aberto, por termos “dominado a natureza”, respondemos, segundo o hegelianismo, à História, que é a forma de manifestação da Razão ou do Espírito, da Essência Absoluta. Ou seja, a História é o desenrolar das causas finais de acordo com os próprios parâmetros do Espírito em sua jornada temporal de auto-reconhecimento. Mas sabemos o quanto Hegel é desprezado por Sch. (vide 2., em instantes). Mais valeria dizer: o homem não tem um sentido a cumprir na História; se ele é joguete ou escravo de alguma coisa, se há algo a que sua liberdade empírica e ética responde, este algo se chama Vontade e faz parte de nós e de nossos corpos, por mais que dela não possamos conhecer em sua totalidade, ao contrário da ciência hegeliana que dá todos os instrumentos para concluir sobre as causas últimas do Espírito na Fenomenologia do Espírito, Ciência da Lógica e Enciclopédia Filosófica. Resumindo em 2 frases a tese (anti-)teleológica schopenhaueriana: Temos olhos para ver, ouvidos para escutar, dentes para triturar a comida… Não temos um projeto de humanidade realizável através de um Estado-nação nem pretendemos encontrar a (re)conciliação com o Deus cristão neste, o único mundo.

Toda observação do mundo com o fito de explicar qual é a tarefa do filósofo confirma e comprova que vontade de vida, longe de ser uma invenção arbitrária ou uma expressão vazia, é a única expressão genuína acerca da natureza mais íntima do mundo.”

2. O PRIMEIRO GRANDE FILÓSOFO NÃO-SOCIALISTA A DENUNCIAR E REFUTAR O IDEALISMO HEGELIANO: COMO DESCONTAMINAR-SE DE HEGEL, O CHARLATÃO

Com exceção de Feuerbach, Marx e Engels (falamos apenas de figuras proeminentes de livros-textos de filosofia), Arthur Schopenhauer foi o primeiro a compreender a fragilidade do sistema hegeliano, contrapô-lo como um todo e descrever de forma límpida e facilmente compreensível os erros e absurdos do Hegelianismo. É, portanto, o primeiro filósofo fora do movimento dos jovens hegelianos de esquerda e socialistas que romperiam posteriormente com seu mentor ideológico, chegando ou não a uma teoria completa pós-hegeliana (Feuerbach ficou no meio do caminho, paralisado criativamente após a crítica a Hegel; Marx & Engels fundaram o materialismo histórico). Schopenhauer é o primeiro filósofo independente de correntes sócio-políticas amplas a ser um Anti-Hegel de envergadura.

A filosofia [hegeliana] da identidade, nascida em nosso tempo e de todos conhecida, poderia não ser compreendida sob a citada oposição, [sujeito e objeto] na medida em que não torna o sujeito nem o objeto o ponto de partida propriamente dito, mas um terceiro, o absoluto cognoscível por intuição-racional, que não é sujeito nem objeto, mas o indiferenciado. Embora a ausência completa de qualquer intuição-racional me impeça de falar da mencionada indiferenciação e do absoluto, todavia, na medida em que tenho acesso a todos os protocolos dos contempladores-racionais, [o deboche!…] também abertos a nós profanos, tenho de observar que a dita filosofia não pode ser excluída da oposição anteriormente estabelecida entre os 2 erros, já que, apesar da identidade entre sujeito e objeto (não-pensável, e intuível apenas intelectualmente, ou experienciada por imersão nela), a referida filosofia une em si os 2 erros quando os decompõe em 2 disciplinas, a citar: o idealismo transcendental, que é a doutrina-do-eu de Fichte e, por conseqüência, em conformidade com o princípio de razão, faz o objeto ser produzido ou tecido fio a fio a partir do sujeito; e a filosofia da natureza, que, semelhantemente, faz o sujeito surgir aos poucos a partir do objeto mediante o uso de um método denominado construção, que me é pouco claro, mas o suficiente para bem notar que se trata de um progresso conforme o princípio de razão em várias figuras. Renuncio à profunda sabedoria contida nesta construção.HAHAHA!

pobreza espiritual, confusão, perversidade vão vestir-se a si mesmas com os termos mais rebuscados, as expressões mais obscuras, para assim, em frases difíceis e pomposas, mascararem pensamentos miúdos, triviais, insossos, cotidianos”

CRÍTICA DO IDEALISMO ALEMÃO, MAIS CONHECIDO COMO HISTORICISMO: “Semelhante FORMA HISTÓRICA DE FILOSOFAR fornece na maioria das vezes uma cosmogonia, a qual admite muitas variedades, ou então um sistema da emanação, doutrina da queda; ou ainda, por parte da dúvida desesperadora advinda dessas tentativas estéreis, é-se levado a um último caminho, oferecendo-se uma doutrina do constante vir-a-ser, brotar, nascer, vir a lume a partir da escuridão, do fundamento obscuro, do fundamento originário, do fundamento infundado e outros semelhantes disparates.” “toda uma eternidade (…) já transcorreu até o momento presente, pelo que tudo o que pode e deve vir-a-ser já teve de vir a ser. Todas essas filosofias históricas, não importa seus ares, fazem de conta que Kant nunca existiu e tomam O TEMPO por uma determinação da coisa-em-si

O autêntico modo de consideração filosófico do mundo, ou seja, aquele que nos ensina a conhecer a sua essência íntima e, dessa maneira, nos conduz para além do fenômeno, é exatamente aquele que não pergunta ‘de onde’, ‘para onde’, ‘por quê’, mas sempre em toda parte pergunta apenas pelo QUÊ do mundo” Antes não seria pelo ‘que’ (conjunção conectiva)?

OS LIMITES DA FILOSOFIA CONTINENTAL (Ponto de concordância com H.): “Repetir abstratamente toda natureza íntima do mundo de maneira distinta e universal, por conceitos, e assim depositá-la como imagem refletida nos conceitos permanentes, sempre disponíveis, da razão, isso, e nada mais, é filosofia.” Trecho mal-redigido ou traduzido?! Seria como escrever: “Repetir conceitual, distinta e universalmente toda natureza íntima do mundo, e assim depositá-la como imagem¹ da razão: apenas isso é filosofia.”

¹ Pois toda reflexão é abstrata, conceitual – ou seja: o autor repete 4x a mesma terminologia inútil. Além disso, o próprio “razão” já é quase uma quinta referência ao mesmo arcabouço de idéias (conceitos!), em menos de 3 linhas completas! Um pot-pourri de pleonasmos… Mas o pior é que acho que nenhum filósofo negaria sua afirmação, que foi feita para ser polêmica

A despeito de tudo que possa ser dito, nada é tão persistentemente e tão reiteradamente incompreendido como o Idealismo, porque ele é interpretado como significando que se nega a realidade empírica do mundo exterior.” Memento: o idealismo hegeliano é somente uma forma de idealismo.

Gradativamente essas amplas e desnecessárias concepções passam a ser usadas quase que como símbolos algébricos, e são manipuladas a torto e a direito como estes últimos na matemática; assim, a filosofia fica reduzida a um mero processo combinatório, um tipo de ajuste de contas que (como todo cálculo) nada emprega nem demanda senão as faculdades inferiores. Disso finalmente resulta um mero malabarismo de palavras, do qual o exemplo mais chocante nos é apresentado pelo acéfalo Hegelianismo, em que dito malabarismo é levado ao extremo do puro nonsense.”

O nobre escolástico Pico de Mirandula já havia percebido que a razão é a faculdade das idéias abstratas, e o entendimento a faculdade das idéias da percepção, como se vê pelo seu livro De Imaginatione, cap. 11 (…) Spinoza também caracteriza a razão de modo sumamente correto como a faculdade de elaborar concepções gerais (Ética, 2, proposição 40, escólio 2). Essas filigranas nem precisariam ser citadas se não fossem as artimanhas lançadas nos últimos 50 anos pela totalidade dos filosofastros da Alemanha para descrever o conceito de razão.”

Pode-se verificar o quanto a escolha das palavras em filosofia é importante diante do fato de que aquela expressão inepta – a Idéia –, e todos os mal-entendidos dela decorrentes, tornaram-se o solo e fundação de toda a pseudofilosofia hegeliana, que ocupou os alemães por 25 longos anos.”

ressalto, de passagem, que meu antípoda direto entre os filósofos é Anaxágoras [o queridinho de Hegel entre os pré-socráticos]. Ele assume arbitrariamente como aquilo que é primigênio e originário, aquilo de que tudo o mais procede, o nous, uma inteligência, um sujeito de representações, e é considerado o primeiro a promulgar tal visão racionalista.” “de acordo comigo, os pensamentos, pelo contrário, são a última aparição.” “Toda essa teologia física (ou física teológica) é uma insistência e persistência no erro, o exato oposto da verdade expressa no início deste capítulo. O erro que consiste em afirmar que a forma mais perfeita da origem das coisas é unicamente aquela pensada, racionalizada por um intelecto. § Desde o tempo de Sócrates até o tempo vigente nós vemos que a principal questão das disputas intermináveis dos filósofos foi e é o ens rationis, a alma.”

o velho dogmatismo construiu uma ontologia quando só tinha material para uma dianoiologia [ciência das faculdades intelectuais ou do pensamento – em outras palavras, seu cume é a filosofia hegeliana].”

Os hegelianos, fanáticos que vêem a filosofia da história como o fim último de toda filosofia, fariam melhor em ler Platão, que infatigavelmente repete que objeto da filosofia é aquilo que é inalterável e que sempre permanece, e não aquilo que agora é assim, depois assado.”

Todos os filósofos cometeram o mesmo erro: eles situam o elemento eterno, metafísico e indestrutível do homem invairavelmente no intelecto.”

A contradição é que do ponto de vista do conhecimento ou intelecto (ou ainda da representação, ou ainda: dos fenômenos) os filósofos sempre tentaram provar com persuasivas razões que a morte não é um mal; e não obstante o medo da morte permanece inevitável para todos, porque está enraizado não no conhecimento, mas na vontade.”

GROSSO MODO, ASSIM SCH. RESUME A PROBLEMÁTICA HISTÓRICO-FILOSÓFICA:

politeísmo (onde se subscreve a moral socrática) monoteísmo (infantilização/regressão) panteísmo (antítese completa do estágio anterior, e por isso, no extremo da amoralidade ou imoralidade, tão daninha quanto a hipermoralidade beata) recuperação com Spinoza (resgate parcial da discussão ética SECULAR do indivíduo) + menção honrosa para o ceticismo ou exposição ético-negativa de Hume e Voltaire. Filisteísmo (interpretação ainda mais espúria e materialista da ‘fraca’ Ética spinozista) Hegel (uma queda abrupta, posto que fetichizando a Santíssima Trindade, como seria fácil de imaginar) (Sabidamente, Schopenhauer diz que não só ele mesmo ainda não podia ser compreendido, como nem mesmo Kant o tinha sido em sua época.) Discípulos de Hegel (o fundo do poço, relativização de todos os valores e a neura do Estado-nação como ‘indivíduo’, como se se pudesse falar de ética nessa esfera da pura aparência). |Schopenhauer| (síntese final).

Quem quer que tenha compreendido minha filosofia da ascese não mais encarará como além de todas as medidas da extravagância que faquires se sentem e, contemplando a ponta de seus narizes, busquem banir todo pensamento e percepção; e que em muitas passagens dos Upanishads encontrem-se prescrições para o indivíduo mergulhar silenciosamente em si mesmo pronunciando o misterioso mantra Om, até acessar o imo do ser, onde sujeito e objeto e conhecimento desaparecem.” Parágrafo feito de encomenda para polemizar com Hegel. Ver também 3.2.

3. CRÍTICA DA RELIGIÃO: A ESCOLÁSTICA DUROU ATÉ KANT, MAS FOI CONTINUADA PELO HEGELIANISMO: A verdadeira filosofia deve compreender que nunca estará dissociada das religiões e se situar honestamente no campo

3.1 CRISTIANISMO, FIGURA AMBIVALENTE PARA SCHOPENHAUER

aquela doutrina considera cada indivíduo de um lado como idêntico a Adão, o representante da afirmação da vida e, nesse sentido, entregue ao pecado (original),¹ ao sofrimento e à morte; de outro, o conhecimento da Idéia mostra cada indivíduo como idêntico ao redentor,² ao representante da negação da Vontade de vida e, nesse sentido, partícipe de seu auto-sacrifício, redimido por seu mérito, salvo das amarras do pecado e da morte, i.e., do mundo. (Romanos 5:12-21³)”

¹ Não diria isso: aquele constringido pelo pecado original nega esta vida (efeito involuntário da fé cristã).

² Este, também, é claro, nega esta vida (cristão idôneo que verdadeiramente entendeu sua fé). No fim de contas, nenhum dos dois é capaz de afirmar a vida, a não ser no além, o que é o mesmo que negar absolutamente a vida (o fenômeno, mas também a Vontade subjacente).

³ A propósito, um dos trechos mais mal-escritos da Bíblia inteira!

o sublime fundador do cristianismo teve necessariamente de adaptar-se em parte consciente, em parte inconscientemente, ao judaísmo, de modo que o cristianismo é composto de 2 elementos bastante heterogêneos, dentre os quais prefiro o puramente ético, nomeando-o exclusivamente cristão, para distingui-lo do dogmatismo judeu com o qual é confundido. Se – como amiúde se temeu, em especial nos dias atuais – essa religião excelente e salutar entrar definitivamente no ocaso, eu procuraria a razão disso apenas no fato de ela consistir não de um elemento simples, mas de 2 elementos originariamente heterogêneos postos em combinação pelo curso mundano dos eventos. Ora, daí só poderia resultar a dissolução, devido à degeneração provocada por parentesco desigual e pela reação ao espírito avançado do tempo. (…) o lado puramente ético (…) é indestrutível.”

Recorri aqui aos dogmas da religião cristã (eles mesmos estranhos à filosofia) tão-somente para mostrar que a ética oriunda de toda a nossa consideração – a 1ª sendo no todo coerente e concordante com as partes da 2ª –, embora nova e surpreendente em sua expressão, de modo algum o é em sua essência; ao contrário, concorda totalmente com todos os dogmas propriamente cristãos, e no essencial já se achava nestes.” E é o terrível aspecto derivado disso que torna suas conclusões completamente equivocados, Schopenhauer! – diria Nietzsche!

ensinar que alguém que veio recentemente do nada, e conseqüentemente por toda uma eternidade foi um nada, e que esse alguém, no entanto, será imperecível é o mesmo que ensinar a alguém que, embora ele seja produto do trabalho de um pai e uma mãe, num devido tempo e local, assim mesmo ele terá de se responsabilizar por suas ações por toda a eternidade.”

o tempo em que eu não mais serei chegará objetivamente; mas subjetivamente nunca pode chegar. Deve ser perguntado, então, a que ponto cada qual, em seu coração, estende sua crença numa coisa que é absolutamente inconcebível” “Nisso o Antigo Testamento é perfeitamente consistente; porque nenhuma doutrina da imortalidade é cabível partindo-se duma criação do nada. O cristianismo do Novo Testamento possui tal doutrina por ser hindu em espírito, muito provavelmente também indiano de origem, muito embora apenas indiretamente, através do Egito. Mas com o talo judeu, sobre o qual essa sabedoria indiana teve de ser enxertada na Terra Sagrada, esta doutrina é tão pouco compatível como é o livre-arbítrio com seu determinismo”

Eu admiro as origens orientais do cristianismo, mas não sua própria roupagem.”

Embora o cristianismo, em todas as partes essenciais, tenha pregado somente o que a Ásia sempre soube muito antes, e de forma até melhor, reconheço que para a Europa ele foi uma coisa nova e uma grande revelação, elevando em muito a tendência espiritual das bárbaras nações européias.”

3.1.1 CRISTIANISMO PRIMITIVO, NOVO TESTAMENTO & DOGMAS

não é mais necessária liberdade alguma no operari, [agir] pois ela se encontra no esse, [essência] e justamente aqui reside também o pecado, enquanto pecado original. (…) rejeita-se o que é genuinamente cristão e retorna-se ao judaísmo. (…) todo dogma arruína a teologia, bem como qualquer ciência. De fato, se se estuda a teologia de Agostinho nos livros De civitate Dei (especialmente no 14º livro), experienciamos algo análogo ao caso em que tentamos manter em pé um corpo cujo centro gravitacional está fora dele: não importa como se o gire ou se o mude de lugar, sempre cairá novamente.” Schopenhauer ofereceu as armas para a própria tréplica “neo-pelaginiana”, pelo visto… Porém, comentando o trecho em vermelho, o dogma é o sine qua non da teologia ou crença, enquanto que ele define um campo científico, mas não seu teor, dentro de amplos limites (ex: o dogma da Física são algumas leis fundamentais, mas tudo o que se inscrever nelas e for debatível entre os físicos não será dogmático – o dia em que os dogmas da Física qua Física forem insustentáveis, acabará esta disciplina).

Onde é que já houve verdadeira liberdade no pensar? Já foi muito gabada e alardeada, mas sempre que essa liberdade quer se exceder um milímetro além das convenções dos mais precários dogmas da religião de um país, um sagrado estremecimento parece se apoderar dos tão tolerantes profetas, e eles acabam por dizer: <Nenhum passo adiante!>. Que progresso da metafísica seria possível sob tamanha opressão?” “em metafísica os antigos ainda são nossos professores.” “Considere-se a que pico de arrogância o sacerdócio de qualquer religião não chegaria se a crença em suas doutrinas fosse tão firme e cega quanto eles realmente desejam. Dê-se uma olhada também nas guerras do passado, nos distúrbios, rebeliões e revoluções da Europa do oitavo ao décimo oitavo século; quão poucas não encontraremos que não possuíam como sua essência ou pretexto alguma controvérsia sobre credos, i.e., um problema metafísico, que se tornara ocasião de suscitar nações contra nações. (…) Eu gostaria de ter uma lista autêntica de todos os crimes que a cristandade realmente evitara, e de todas as boas ações que ela realmente praticou, para assim poder colocar ambas como contrapeso, no outro lado da balança.” “A filosofia não passa essencialmente de sabedoria mundana: seu problema é o mundo. A ela concerne isso e somente isso, deixando os deuses em paz – mas ela espera, em troca, ser também deixada em paz pelos deuses.”

a conexão entre o Novo e o Velho Testamento é no fundo apenas externa, acidental e forçada. A única conexão visível entre o cristianismo e o judaísmo está na estória da Queda, que, de toda forma, encontra-se isolada dentro da estrutura do próprio Velho Testamento; diria até que esquecida pelos últimos profetas, pois desse mito fundador não se deriva nenhum dogma após os primeiros livros. De acordo com as próprias palavras das Escrituras, referendando meu entendimento, só os adeptos mais ortodoxos do Velho Testamento é que insistem na questão da crucificação de Cristo, porque consideram seus ensinamentos em conflito com os dos judeus.”

É interessante ver como Clemente mistura o Novo e o Velho Testamento, tentando estabelecer uma coesão entre ambos; mas, no afã de realizar seus esforços, só o que ele conseguiu, em grande parte, foi preterir o Novo Testamento em prol dos dogmas do Antigo. No começo do terceiro capítulo de sua obra ele objeta ao marcianismo que eles derivem para o paganismo de Platão e Pitágoras ao considerar a criação uma falha ou erro. Marcião, com efeito, ensina que a natureza é má, feita de um material imperfeito, ou seja, invariavelmente má desde a raiz. Para Marcião, não se deve povoar este mundo, mas se abster do casamento.” Schopenhauer, famoso anti-natalista, teve, obviamente, muitos precursores, cristãos ou não.

3.1.2 O PODER SECULAR DO CATOLICISMO

entre os povos monoteístas, ateísmo, ou a falta de Deus, tornou-se sinônimo de ausência de moralidade. Aos padres tais confusões conceituais são bem-vindas e apenas em conseqüência delas pôde originar-se aquele monstro assombroso, o fanatismo, imperando não só sobre indivíduos isolados, perversos e maus além de toda medida, mas também sobre povos inteiros, e, finalmente, o que para a honra da humanidade só aconteceu uma vez em sua história, corporificando-se neste Ocidente como Inquisição, a qual, segundo as mais novas informações finalmente autênticas, somente em Madri (no resto da Espanha havia muito mais desses queimadouros religiosos) em 300 anos matou de modo torturante na fogueira 300 mil pessoas por questões de fé. Convém lembrar tudo isso a todos os fanáticos, sempre que eles queiram levantar a sua voz.”

Por que uma religião necessitaria do sufrágio de uma filosofia? Ela já tem tudo a seu lado – a revelação, a tradição, os milagres, as profecias, o governo, a aristocracia, o consentimento e a reverência da massa, mil templos onde é pregada e praticada, um séquito de vocacionados sob a alcunha de padres e, o que é ainda mais importante que todo o resto, o privilégio nunca superestimado de contar com a liberdade de imprensa para suas doutrinas e o direito de inculcar-se seus dogmas aos novos rebentos por toda parte, o que os converte praticamente em idéias inatas.” “Teria sido mutuamente benéfico se a metafísica cristã ou teologia se tivesse mantido aparte da metafísica laica. Ambas se desenvolveriam a contento em suas próprias potencialidades. Ao invés disso vemos, durante toda a era cristã, o esforço de se engendrar uma fusão de ambas, porque os conceitos e dogmas de uma são aplicados à outra, de forma que as duas se deterioraram.”

Spinoza tinha seus motivos para nomear o que sobrara de Deus em seu sistema substância; assim, se não a coisa, a palavra estava preservada. As estacas de Giordano Bruno e de Vanini estavam ainda frescas na memória; ambos também foram sacrificados por esse Deus em nome de quem um número incomparavelmente maior de homens serviu de bode expiatório no altar consagrado, altar do qual jorrou mais sangue do que os de todos os deuses pagãos dos dois hemisférios somados. Se, considerando esse histórico, Spinoza, nas entrelinhas, chama o mundo de Deus, isso não passa de um subterfúgio para escapar de sua época, e é como se fosse Rousseau, no seu Contrat social, denominando a massa, o conjunto dos homens e cidadãos, de o soberano.”

quando vejo com que cuidado essa época incrédula finaliza as igrejas góticas deixadas inacabadas na crédula Idade Média, me parece que o que desejam é embalsamar uma cristandade morta.”

3.1.3 REFORMA PROTESTANTE

[Que nossas ações são predeterminadas] é uma doutrina cristã original dos evangelhos, defendida por Agostinho, em acordo com os mestres da Igreja, contra as rasteirices dos pelagianos¹ e cuja purificação dos erros e restabelecimento foi o objetivo principal dos esforços de LUTERO, como este o declara expressamente em seu livro De servo arbitrio: a tese de que a VONTADE NÃO É LIVRE² mas está originariamente propensa ao que é mau.”

¹ Cristãos contra a doutrina do pecado original e a favor do livre-arbítrio e de certa faculdade de auto-divinização no homem. Me pergunto como tal seita sobrevive no cristianismo a ponto de ter um verbete no Wikipédia – certamente os primeiros pelagianos foram todos queimados na fogueira; mas imaginar que ainda se organizem!… Parecem mais um braço do paganismo que agride a crença cristã a partir de seu interior! Atenção para a pérola: John Rawls era um crítico do pelagianismo, uma atitude que ele manteve mesmo depois de se converter em ateu. Suas idéias anti-pelagianas influenciaram seu livro A Theory of Justice [mantive no original por não saber qual a tradução oficial – Uma Teoria de Justiça é minha tradução literal], onde ele argumenta que diferenças na produtividade entre os seres humanos são um resultado de ‘arbítrios morais’ e que, em conseqüência, níveis de renda desiguais são imerecidos.” Será uma crítica ao pelagianismo algo central num livro de Direito/Economia?!? Disso eu jamais ouvira falar! Além disso, por mais que eu seja um “justiceiro social”, essa tese é prática e barata como uma mula manca adornada de ouro!

² Não entender este trecho no sentido da Vontade de potência livre/não-livre (diferença traçável entre Sch./Nietzsche num nível metafísico, cf. 6.), mas apenas como negação do livre-arbítrio na discussão te(le)ológica sobre o determinismo (liberdade X necessidade) nas ações e nos assuntos humanos (muito em voga, na religião, na época da reforma protestante e, nas ciências humanas, no século XIX, embora, claro, seja uma discussão infindável).

a contradição entre a bondade de Deus e a miséria do mundo, e entre a liberdade da vontade e a presciência divina, é o tema inesgotável de uma controvérsia quase secular entre cartesianos, Malebranche, Leibniz, Bayle, Klarke, Arnauld (…) todos eles giram incessantemente em círculos (…) i.e., tentam resolver uma soma aritmética que nunca chega a um bom resultado (…) Apenas Bayle mostra que percebeu este problema.” Ainda não tive a felicidade de ler nada “autoral” deste “enciclopedista” avant la lettre! (O Dicionário histórico e crítico é sua obra mais famosa, contendo sinopses das vidas dos maiores pensadores e personalidades – em breve no Seclusão.)

Não se compreende Hume sem antes ler sua História da Religião Natural nem seus Diálogos sobre a Religião Natural. Ali vê-se-o no seu máximo, e ambas as obras, perfiladas com o Ensaio n. 21, ‘Dos caráteres nacionais’, são os escritos que fazem deste homem – e não conheço nenhum outro livro ou ensaio que justifique tanto sua fama – tão odiado pelo clero anglicano até os dias atuais.”

O protestantismo, desde que eliminou o ascetismo e seu ponto central, a santidade do celibato, abandonou, portanto, o que restava do núcleo mais profundo da religião cristã, de modo que chegará o tempo em que reconhecerão que o protestantismo é uma nova religião, separada do cristianismo. Em nossos dias essa tendência se tornou aparente através da lenta transformação dos dogmas protestantes em racionalismo barato, um pelagianismo moderno, que por fim degenera na doutrina do Pai amoroso, quem teria criado o mundo a fim de que as coisas se dessem sempre em felicidade e harmonia (sinal evidente de que ele falhou no processo!), quem também, caso se interprete de forma diferente e se aceitem apenas algumas palavras da Bíblia, promete um mundo futuro ainda mais belo (é uma pena que a entrada para este mundo seja tão sofrida!). Essa pode ser uma boa religião para pastores letrados, casados e bem-estabelecidos economicamente; mas isso nada tem que ver com cristianismo. Cristianismo é a doutrina da profunda culpa da raça humana condenada a viver só, e da esperança de libertação deste estado de miséria, que, porém, só pode ser obtida via os maiores sacrifícios e a negação de si mesmo, ou seja, via uma completa inversão da natureza humana. Lutero pode estar repleto de razão do ponto de vista prático, i.e., quanto aos escândalos da Igreja de seu tempo, que ele queria purificar, mas, quanto à teoria, se engana cabalmente. Quão mais sublime uma doutrina é, mais está exposta a abusos nas mãos da natureza humana, que, como um todo, é de disposição mesquinha e má: natural que o catolicismo se tornasse muito mais vilipendiado que o protestantismo. Em suma, Lutero foi demasiado longe na sua interpretação da Palavra, longe o bastante para aniquilar a nobreza da crença em questão.”

3.2 PRECURSOR ORIENTALISTA: EXALTAÇÃO DO HINDUÍSMO E DO BUDISMO

A mais sábia de todas as mitologias, a indiana, exprime isso dando ao Deus que simboliza a destruição e a morte (como Brama, o deus mais pecaminoso e menos elevado do Trimurti, simboliza a geração e o nascimento, e Vishnu a conservação), Shiva, o atributo do colar de caveiras e, ao mesmo tempo, o linga, símbolo da geração, que aparece como contrapartida da morte.” “Eis por que os sábios ancestrais do povo da Índia expressaram diretamente esse conhecimento nos Vedas, permitido somente às 3 castas regeneradas, ou nas doutrinas sapienciais esotéricas, e isso até onde o conceito e a linguagem o podem apreender e até onde era possível a suas formas de exposição pictórica e rapsódica; na religião popular, todavia, ou doutrina exotérica, isso foi comunicado apenas de maneira mítica.” “Esta [mitologia hindu] é o fim de todas as doutrinas religiosas, na medida em que são roupagens míticas completas da verdade inacessível à tosca inteligência comum.”

Nunca as nossas religiões deitaram ou irão deitar raízes na Índia; a sabedoria ancestral da raça humana não será reprimida pelos acontecimentos na Galiléia. Ao contrário, a sabedoria indiana avança sobre a Europa e produzirá uma mudança fundamental em nosso saber e pensamento.”

Propriamente falando, aquela justiça exacerbada do hindu é mais que justiça, a saber, é já efetiva renúncia, negação da Vontade de vida, ascese (…) Por outro lado, viver sem fazer nada, servindo-se das forças de outrem em meio à riqueza herdada e sem realizar coisa alguma, já pode ser visto como algo moralmente injusto, embora, segundo as leis positivas, tenha de permanecer algo justo.”

Parece-me que, assim como as línguas mais antigas são as mais perfeitas, assim também com as mais antigas religiões. Se eu tomasse os resultados da minha filosofia como o padrão da verdade, seria obrigado a conceder a preeminência ao budismo contra todo o resto.” “Até 1818, quando primeiro apareceu meu trabalho, havia muito pouca informação, excessivamente incompleta e minguada, sobre o budismo na Europa, limitada inteiramente a uns quantos ensaios nos primeiros volumes das Asiatic Researches [Pesquisas Asiáticas, série enciclopédica de várias tendências e autores, segmentada em muitos livros-compilações – mas não superestimar sua relevância contemporânea, já que se trata de pré-antropologia bastante etnocêntrica], focados no budismo dos burmese. Só a partir de então mais dados sobre essa religião nos chegaram, principalmente através dos instrutivos e profundos ensaios do meritório membro da Academia de São Petersburgo J.J. Schmidt, nos relatórios e anuários daquela academia; de pouco em pouco também estudiosos britânicos e franceses enriqueceram o material, a ponto de que eu finalmente pude fornecer uma copiosa lista dos melhores trabalhos em religião, o que fiz em Sobre a Vontade na Natureza, na portada Sinologia. Desafortunadamente Csoma Körösi,¹ húngaro perseverante, que, para estudar a língua e os escritos sagrados do budismo, permaneceu tantos anos no Tibete, e quase sempre em monastérios budistas, morreu justo quando começava a pôr no papel os resultados de suas vastas pesquisas.”

¹ Livros do autor, apesar de sua morte precoce:

Essay towards a Dictionary, Tibetan and English. Prepared, with assistance of Bandé Sangs-rgyas Phuntshogs, Calcutta: Baptist Mission Press, 1834. (parcial ou totalmente disponibilizado pelo Google Books – ainda preciso checar): https://books.google.com/books?id=a78IAAAAQAAJ&printsec=frontcover&dq=csoma&redir_esc=y#v=onepage&q=csoma&f=false;

Analysis of the Dulva, part of the Kangyur, Asiatic Researches, Calcutta, 1836, vol. 20-1, pp. 41-93;

A Grammar of the Tibetan Language in English. Prepared under the patronage of the Government and the auspices of the Asiatic Society of Bengal, Calcutta: Baptist Mission Press, 1834;

Collected works of Alexander Csoma de Körös, Budapest: Akadémiai Kiadó, 1984.

Todos conhecem apenas um ser na imediatez – sua própria vontade autoconsciente. Tudo o mais sabe-se apenas indiretamente, e é julgado em analogia com a própria vontade. Este processo o homem leva adiante na proporção do grau de seus poderes reflexivos. Mesmo estes só emanam em última instância em virtude do fato de que na realidade há apenas um ser; a ilusão do múltiplo (Maja), que provém das formas da compreensão objetiva do exterior, não poderia penetrar a consciência interior, simples e una” Alta relação com 6.

Os ditos filósofos e glorificadores da história são meros realistas, e também otimistas e eudemonistas, conseqüentemente cabeças ocas e o tipo ideal do filisteu. Por fim, são a escória do cristianismo, já que o espírito autêntico, o cerne do cristianismo, como outrossim o do bramanismo e do budismo, é o conhecimento da vaidade da felicidade terrena, o completo desprezo por ela, e o virar o rosto para as aparências, preferindo uma existência de outro tipo, digo, de um tipo oposto. (…) mesmo o budismo ateísta está muito mais relacionado ao cristianismo que o judaísmo otimista ou sua cria, o islamismo.”

os deuses hindus são conhecidos por não piscar os olhos quando aparecem em forma humana.”

Encontramos a doutrina da metempsicose, florescendo nos tempos mais nobres e antanhos da raça humana, espalhada e com efeito sendo a crença sincera da maioria da humanidade; no fundo, até de todas as religiões, com exceção do credo judeu e dos 2 que dele descenderam. Na forma mais sutil de todas, entretanto, esta verdade está exposta na doutrina esotérica do budismo. Enquanto os cristãos se consolam com a idéia de se reencontrarem no outro mundo, no qual o indivíduo recuperaria todos os seus traços de personalidade e reconheceria qualquer face familiar da Terra instantaneamente, nas outras religiões o reencontro com os outros está se dando exatamente agora, só que sem o conhecimento das partes.” O Espiritismo é a terceira e última subreligião monoteísta da decadência. Claro, na outra mão, que se o budismo “tomasse conta da terra”, no sentido nietzschiano, qualquer progresso estaria comprometido, ou ao menos hibernado…

a resignação perfeita, que é o espírito mais íntimo tanto do cristianismo quanto da sabedoria indiana, a renúncia a todo querer, a viragem, a supressão da Vontade e, com esta, da essência inteira do mundo, portanto a redenção.”

No Veda (…) diz-se que quando um homem morre, sua faculdade de ver se torna una com o sol, seu olfato com a terra, seu paladar com a água, sua audição com o ar, sua fala com o fogo, e assim por diante (Upanixade, I, p. 249-ss.); e ainda pelo fato de que, em cerimônia especial, a pessoa moribunda transfere um por um seus sentidos e faculdades inteiras ao filho, como se fosse continuar a viver nele (ibid., II, p. 82-ss.).”

3.3 POLITEÍSMO, PANTEÍSMO, GNOSTICISMO, RELIGIÕES MENORES

Consideremos, por exemplo, o Alcorão. Esse livro deplorável foi o bastante para fundar uma religião ecumênica, de proporções globais, satisfazendo as necessidades metafísicas de inúmeros milhões de homens por 1200 anos, tornando-se o fundamento de sua moral, uma que, aliás, não nutre pouco desprezo pela morte, capaz de inspirar os fiéis a guerras sangrentas e a grandes campanhas militares. O islamismo é a forma mais triste e pobre de teísmo. Decerto que muito pode ter-se perdido nas traduções; mas nunca descobri um só pensamento de valor neste credo. Esse exemplo demonstra que capacidade metafísica não anda de mãos dadas com necessidade metafísica.”

esse estranho hermafrodita ou centauro, a assim chamada filosofia da religião, que, como uma espécie de gnose, tenta interpretar as religiões estabelecidas e explicar o que é o verdadeiro sensu allegorico [sentido alegórico – das Escrituras] mediante algo que seria um verdadeiro sensu proprio [sentido próprio, verdade absoluta – em suma a fil. da rel. tenta interpretar a mensagem espiritual contida nos símbolos, recorrendo à própria mensagem, um absurdo]. Mas para isso teríamos de possuir a verdade em seu sensu proprio desde o início; e neste caso uma interpretação seria supérflua.”

Os judeus decerto foram exitosos, com o fogo e a espada, em expulsar da Europa e de parte da Ásia aquela crença consoladora primitiva da humanidade; mas resta duvidoso por quanto tempo. Quão árdua foi essa tarefa é bem-exposto nas mais antigas histórias da igreja. Maior parte dos hereges era perseguida em virtude da crença na metempsicose neste mundo mesmo; p.ex. os simonistas, os basilidianos, os valentinianos, os marcionistas, os gnósticos e os maniqueus ou maniqueístas. Os judeus mesmo caíram, em parte, nessa heresia, como Tertuliano e Justino (em seus diálogos) nos informam. No Talmud é dito que a alma de Abel migrou para o corpo de Seth, e depois para o de Moisés.”

o que no Novo Testamento nos é, por assim dizer, visivelmente envolto em véu e névoa, aparece-nos desvelado nas obras dos místicos com total clareza e distinção.”

O místico se encontra em oposição ao filósofo por ser aquele que começa pela interioridade, enquanto o filósofo começa pelo mundo exterior.” “O filósofo deve, sendo assim, guardar-se do perigo de cair na senda mística e, p.ex., seguindo intuições intelectuais ou pretensas apreensões imediatas da razão, enveredar pela vã exposição de um conhecimento positivo sobre aquilo que está perpetuamente inacessível a toda modalidade do conhecimento, ou no máximo pode ser filosoficamente obtido pela via indireta do conhecimento negativo facultado ao filósofo.” “Eis que o que se acaba de dizer explica por que meu sistema, quando atinge o ponto culminante, assume um caráter de negação. Meu sistema só pode falar daquilo que é negado, daquilo de que desistimos: o que, com isso, se ganha, o que se torna patrimônio humano, é minha obrigação moral dizer: nada [corroborando as famosas últimas palavras de seu primeiro tomo]. Tudo que se pode acrescentar, ademais, é a consolação de que esse nada é meramente relativo, não um absoluto. Porque se algo é nada, este algo representando tudo aquilo que sabemos, essa conclusão serve para nós, falando em termos gerais. Isso é nada, para o homem. Não segue necessariamente dessa premissa que de qualquer ponto de vista imaginável e em todo sentido possível o que se ganha deva ser nada, mas somente que nós estamos limitados a um conhecimento completamente negativo do que excede o fenômeno, o que justifica a asserção óbvia de que a perspectiva humana é em si mesma imperfeita, errática, insuficiente. Aqui é onde o místico procede de forma positiva, então não recaio em contradição se digo que, a partir desse ponto, só resta a experiência mística. Para aqueles que desejam esse tipo de suplemento ao conhecimento negativo que é o ponto culminante da filosofia ocidental, recomendo escritos místicos os mais ricos e belos que conheço, o Oupnekhat [este nome é o da 1ª tradução européia dos Upanishads, livros sagrados do hinduísmo]. Para além disso, prescrevo as Enéadas (ννεάδες) de Plotino, [o motivo do nome é porque cada capítulo está dividido em 9 partes] os escritos de João Escoto Erígena, certas passagens de Jakob Böhm; e em especial o maravilhoso livro da Madame de Guion, Les Torrens, e o autor Angelus Silesius. Finalmente, não poderia deixar de fora os poemas dos sufistas, [místicos islâmicos] que podem ser encontrados em latim vertidos por Tholuk, além de já existir também em alemão. Os sufistas são o mesmo para o Islã que os gnósticos representam no Ocidente. O teísmo, calculado com referência à capacidade do múltiplo, coloca a fonte da existência fora de nós, como um objeto. Todo misticismo, logo também o sufismo, de acordo com os vários graus de sua iniciação, reposiciona essa fonte gradualmente de volta em nós, como sujeitos, de forma que o adepto reconhece com espanto e deleite que ele mesmo é essa fonte. Esse procedimento, comum a todo misticismo, achamos expresso não só pelo Mestre Eckhart, o pai do misticismo teutônico, na forma de um preceito para o ascetismo perfeito, <o homem não deve procurar Deus fora de si> (edição de Pfeiffer, volume 1), mas também de forma muito ingênua pela própria ‘filha espiritual’ de Eckhart, que procurava Deus no exterior até experimentar a conversão em seu imo. Contando desta etapa de sua vida, ela escreve: <Senhor, rejubila-te comigo, eu me tornei Deus>. O misticismo dos sufistas também se expressa através de uma concórdia análoga com esse espírito, apoiado principalmente na revelação que desperta na consciência de que cada um é o cerne do mundo e a fonte de toda a existência, a quem tudo retorna.” “Correspondendo a essa diferença de concepção, o misticismo maometano apresenta um caráter muito sereno; o misticismo cristão, um melancólico e sombrio; ao passo que o hindu, posando sobre todos os demais, é como que um meio-termo destes extremos.” “A seita quietista, o ascetismo e o misticismo estão inextricavelmente entrelaçados. Todo aquele que prega um deles, ao tomar conhecimento dos ensinamentos dos outros 2 deve necessariamente aceitá-los, mesmo contra seus próprios desígnios.” “Mas a palavra seita, usada em virtude da influência da Igreja no julgamento destas minorias, não deve ser encarada a sério. O membro de uma seita adere, defende e propaga um dogma favorito assim que a ela se converte. Os místicos indianos, cristãos e muçulmanos, os quietistas e os ascéticos são, contudo, diferentes dessa caracterização, salvo na significância interior e espiritual de seus ensinamentos.”

Quem quer que tenha lido tais escritos, comparando seu estilo ao do ascetismo e do quietismo, vendo como este mesmo estilo percorre todas as obras do bramanismo e do budismo, onde se fala, a cada página, das mesmas noções gerais, admitirá, ao cabo, que toda filosofia, que deve, para ser coerente e consistente, rejeitar todo esse modo de pensar, coisa que ela só pode fazer denominando os representantes místicos de impostores ou loucos, deve com toda probabilidade ser falsa. Todos os sistemas europeus, com exceção do meu, são abarcados por esta crítica.” “Nenhuma filosofia pode deixar o tema do quietismo e do ascetismo isento de resolução. Esse tema é, em seu conteúdo, idêntico ao de todas as metafísicas e éticas já elaboradas. Eu espero e desejo que toda filosofia otimista declare-se como tal. Se, no julgamento dos contemporâneos, a coincidência paradóxica e sem precedentes encontrada entre minha filosofia e o ascetismo e o quietismo, se parece com uma enorme rocha que obstrui o caminho, eu, ao contrário, vejo nessa circunstância a prova de sua corretude e de sua verdade, e também um fundamento explicativo de por que minha filosofia é ignorada e na verdade mantida o mais escondida possível pelas universidades protestantes. Porque não somente as religiões do Oriente, mas o próprio cristinismo autêntico estão permeados deste caráter ascético fundamental que minha filosofia explica como a negação da vontade de vida. Vejo que o protestantismo vigente quer a todo custo ocultar essa verdade.” “a cabeça desses homens, infelizmente, bem como a cabeça de milhares de outros na Alemanha do tempo presente, encontra-se distorcida e corrompida pelo hegelianismo miserável, essa escola de tédio, esse centro da incompreensão e ignorância, esse destruidor de mentes, sabedoria espúria, que, ao menos, e já demasiado tarde, começa a ser reconhecido por aquilo que é; logo a veneração de Hegel será relegada à Academia dinamarquesa, para quem até um grosseiro charlatão como ele é um summus philosophus [é o mestre de todos os outros filósofos]HAHAHAHAAHA! O destino de Hegel lembra um pouco o de Wagner: esculhambado por Schopenhauer/Nietzsche, vive até hoje entre nós, bastante arranhado, é verdade, mas ainda ‘recomendado’.

O maniqueísmo é de certo modo um meio-termo entre o otimismo e o pessimismo, uma ponte entre o judaísmo e o cristianismo, como o significado de seu próprio nome já aduz. No Zend-Avesta, Ormuzd, o bom deus, é antagonizado pelo pessimismo de Ahriman. E foi do maniqueísmo que o judaísmo proveio, como J.G. Rhode comprovou extensivamente em seu livro Die heilige Sage des Zendvolks [A palavra sagada dos povos Zend]. Ormuzd é o protótipo de Jeová, e Ahriman o de Satã, que, no entanto, passa a exercer um papel demasiado secundário no credo semita (…) destarte, o mito da queda é o único que permanece como elemento pessimista do Antigo Testamento, e isto ainda assim por mera derivação do maniqueísmo.”

Ocorre que Ormuzd é derivado do bramanismo, embora de uma vertente mais vulgar do bramanismo primitivo. Ele é o avatar de Indra, o deus subordinado do firmamento e da atmosfera, que é representado freqüentemente em rivalidade com os homens. Esta identidade foi muito claramente estabelecida por J.J. Schmidt em seu livro sobre a relação das doutrinas gnóstico-teosóficas com as religiões do Oriente. Indra-Ormuzd-Jeová viria a assumir a figura da divindade cristã, porque essa última religião nasceu na Judéia. No entanto, devido ao caráter cosmopolita do Cristianismo, seu nome foi esquecido e passou-se a denotá-lo pela palavra de cada língua para seres supra-humanos, i.e., TEOS, Deus, que vem do sânscrito Deva (a origem mútua de deus e demônio), ou ainda, entre os gótico-germânicos, God, Gott, que vém de Odin Wodan, Guodan, Godan. Da mesma forma foi que o Islã batizou seu deus de Allah, que também era um nome de divindade na antiga Arábia.” “Na China, a 1ª dificuldade dos missionários proveio do fato de que em Mandarim não há apelação do tipo, nem mesmo palavra que equivalha a ‘criação’; as 3 principais religiões chinesas desconhecem deuses, no plural ou no singular.”

A singular seita dos shakers dos Estados Unidos [desconheço o termo em português para se referir a eles], fundada por uma britânica, Anne Lee, em 1774, possui cerca de 6 mil praticantes, divididos em 15 comunidades. Eles povoam diversos vilarejos dos estados de Nova York e Kentucky, sobretudo no distrito de New Lebanon, perto da cidade de Nassau. A característica fundamental desta vertente cristã é o celibato absoluto e a completa abstenção de qualquer prazer sexual. É unanimemente admito, mesmo pelos ingleses e americanos que os visitam, que deles troçam em qualquer outro respeito, que essa regra é estrita e perfeitamente observada, apesar de que irmãos e irmãs [no sentido lato, i.e., homens e mulheres] ocupem comumemnte as mesmas casas, comam na mesma mesa, até dancem juntos nas cerimônias religiosas da igreja. Quem se abstém honestamente levando adiante o maior autosacrifício instintual pode e deve dançar diante do Senhor, é a idéia central da seita.” O problema de uma seita rara em que ninguém se reproduz (ninguém faz sexo!) é que ela está destinada do começo à mais lenta e morosa das extinções. Veja o Wikipedia dos shakers (link acima para artigo completo), com números um pouco diferentes dos apresentados por Sch. para o séc. XIX (mais comunidades, mas menos membros). “Em 2019, só um vilarejo shaker resta: Sabbathday Lake Shaker Village [a Cidade Shaker do Lago de Sábado], no Maine. Conseqüentemente, muitos dos acampamentos e vilas Shakers antigos, hoje despovoados, se transformaram em museus.” (tradução do Wikipedia English)

Não há famílias e, destarte, não há propriedade privada. Todos se vestem igual, à moda quaker, com grande asseio. São industriosos e diligentes: preguiça e indolência são repudiados. Outra regra da seita é proibir qualquer barulho desnecessário, como gritos, batidas de porta, estalar de chicotes [o terror de Schopenhauer, que já escreveu longamente a respeito dessa prática na Alemanha!], batidas fortes, etc. (…) Eles têm a política de jamais pregar em busca de novos adeptos, mas testam rigorosamente aqueles que se apresentam voluntariamente ao noviciado, durante vários anos. Além disso, todos são livres para deixar a comunidade; o índice de excomunhões por mau comportamento é baixíssimo. Crianças adotadas são educadas muito de perto, mas de modo leigo, sem os dogmas mais severos da crença, e quando se tornam maiores é que podem escolher se juntar à seita. Dizem que nas controvérsias entre os ministros shakers e o clero anglicano, o último costuma levar a pior, porque os shakers argumentam solidamente com base em passagens do Novo Testamento. Mais informações sobre a seita podem ser obtidas em Run through the United States de Maxwell (1841) e em History of all Religions de Benecit (1830)”

Os antigos, embora tão mais avançados quanto a tudo o mais, continuaram crianças com respeito ao principal, e foram superados nesse quesito até mesmo pelos druidas, que ao menos ensinavam a metempsicose. Que um ou dois filósofos, como Pitágoras e Platão, pensassem diferente do resto dos gregos não muda nada.” Enigma: quem é mais burro, aquele que só entende alegorias ou aquele que só entende a mensagem direta? Ao contrário do que Schopenhauer pensa, creio que tanto a religião quanto a filosofia sejam um híbrido destas duas (para ele a filosofia é uma vocação seleta por lidar com a mensagem direta, a bíblia, p.ex., apenas conta estórias morais, etc.). Nada mais ilusório. Nesse sentido, Platão seria um superfilósofo inacessível até para os prosaicos filósofos… E o que dizer da simplicidade com que a massa abraça um culto tão ‘esotérico’? Talvez porque ele não o seja (tanto).

3.4 ÉTICA: O DILEMA DE CILA OU CARIBDE: ACEITAÇÃO DO FENÔMENO OU ASCETISMO

remanesce sempre a forma do tempo, e o ser objeto e sujeito do conhecimento em geral. Nessa sabedoria inerente a coisa-em-si despiu, em grande medida, seu véu, mas não está ainda de todo nua. Em virtude da forma que o tempo possui, sempre aderido a esta coisa-em-si, todo mundo conhece sua vontade somente em seus atos sucessivos, e nunca como um todo, em e para si: por conseguinte, ninguém conhece seu caráter a priori, senão que aprende a conhecê-lo através da experiência, e sempre de modo incompleto.”

OLAVO DE CARVALHO IN A NUTSHELL: “Nada é mais exasperante, quando debatemos contra um homem sem razões e muito menos argumentos, de modo que nós tentamos de tudo para convencê-lo de nossa perspectiva, sob a impressão de que tudo que importa no problema é seu entendimento, nada é mais exasperante, eu dizia –– que descobrir de súbito que ele não quer entender, ou antes que ele quer não-entender; que nossa única maneira de vencer o debate seria apelando para sua vontade e disposição, que se encontra fechada contra a verdade. E quando esta disposição fechada se torna pública, essa circunstância só estimula seu dono a invectivar contra os outros ainda mais, utilizando-se de barafundas deliberadas, chicanas e sofismas, a fim de se entrincheirar detrás de seu falto entendimento e de sua falta de insight, crendo-se, através desse método agressivo, refugiar em lugar seguro. Logo, enquanto assim for, esse homem não será enleado e manterá suas convicções, porque bons argumentos e provas aplicadas contra a vontade (o temperamento) são como os golpes de um fantasma desferidos contra um corpo sólido.”

Não posso estabelecer, como é sempre estabelecida, a diferença fundamental entre todas as religiões sobre a questão de se são monoteístas, politeístas, panteístas ou ateístas, mas unicamente sobre a questão de se elas são otimistas ou pessimistas, quer seja, se apresentam a existência do mundo como justificada em si mesma, e destarte a louvam e valorizam, ou se entendem a existência como mera conseqüência de nossa culpa, e destarte concluem que não deveríamos ser, pois reconhecem que a dor e a morte nada têm que ver com a ordem eterna, original e imutável de todas as coisas, como o mundo devera ser. O poder que permitiu ao cristianismo superar o judaísmo, e depois todo o paganismo greco-romano, subjaz tão-só em seu pessimismo, na confissão de que nossa condição é igualmente pecaminosa e amaldiçoada, ao passo que o judaísmo e o helenismo eram otimistas.”

maldade extraordinária (…) exemplos desse tipo são: Ricardo III, Iago em Otelo, Shylok em O mercador de Veneza, Franz Moor [Schiller], Fedra de Eurípides, Creonte em Antígona“Shakespeare nos apresenta na figura do Cardeal de Beaufort (Henrique VI Parte II) o terrível fim de um facínora que morre cheio de desespero, pois nem sofrimento nem morte podem quebrar sua vontade veemente, que ia até o extremo da crueldade.”

seria tão tolo esperar que nossos sistemas morais e éticos criassem caracteres virtuosos, nobres e santos quanto que nossas estéticas produzissem poetas, artistas plásticos e músicos.”

neste livro de ética não se devem esperar prescrições nem doutrinas do dever, muito menos o estabelecimento de um princípio moral absoluto parecido a uma receita universal para a produção de todas as virtudes. Também não falaremos de ‘DEVER INCONDICIONADO’, porque este (…) contém uma contradição, nem tampouco falaremos de uma ‘lei para a liberdade’Clara oposição a Kant.

A filosofia de Bruno não possui uma ética propriamente dita, e a ética da filosofia de Spinoza não procede absolutamente da essência de sua doutrina, mas, apesar de bela e louvável, é adicionada a ela simplesmente por meio de fracos e palpáveis sofismas.”

Meu único fim, pois, só pode ser expor a afirmação e a negação, [da vontade de vida] trazendo-as ao conhecimento distinto da faculdade racional, sem prescrever nem recomendar uma ou outra”

toda pessoa tosca, seguindo seu sentimento, defende ardorosamente a plena liberdade das ações individuais, embora os grandes pensadores de todas as épocas, inclusive os doutrinadores religiosos mais profundos, a tenham negado.”

Ponderemos pelo que decidiremos no momento da aparição das circunstâncias, que nos permitiriam atividade e decisão livres. Na maioria das vezes a ponderação racional, que vê longe, fala antes em favor de uma decisão; já a inclinação imediata, por sua vez, fala em favor de outra. Enquanto, compelidos, permanecemos passivos, o lado da razão aparentemente tende a ganhar a preponderância; entretanto, já antevemos fortemente o quanto o outro lado irá nos atrair quando a oportunidade para agir se fizer presente. Porém, até lá nos esforçaremos zelosamente, por fria meditação dos pro et contra, em alumiar o mais claramente os motivos dos 2 lados, a fim de que cada um possa com toda a sua força fazer efeitos sobre a vontade quando o momento preciso se apresentar, e, com isso, nenhum erro da parte do intelecto desvie a vontade para decidir-se de modo diferente do que faria se tudo fizesse efeito equanimemente. Semelhante desdobrar distinto dos motivos em dois lados é, no entanto, tudo o que o intelecto pode fazer em relação à escolha. A decisão propriamente dita é por ele esperada de modo tão passivo e com a mesma curiosidade tensa como se fosse a de uma vontade alheia. De seu ponto de vista, entretanto, as duas decisões têm de parecer igualmente possíveis: isso justamente é o engano da liberdade empírica da vontade. (…) O intelecto nada pode fazer senão clarear a natureza dos motivos em todos os seus aspectos, porém sem ter condições de ele mesmo determinar a vontade, pois esta lhe é completamente inacessível, sim, até mesmo, como vimos, insondável.”

como Kant ensina, e toda a minha exposição torna necessário, se a coisa-em-si reside fora do tempo e de toda forma do princípio de razão, segue-se que não apenas o indivíduo tem de agir de maneira igual em situação igual e que cada ação má tem de ser a garantia segura de inumeráveis outras que ele TEM DE levar a cabo, e não PODE deixar de fazê-lo, mas também que, como Kant ainda diz, caso apenas fossem dados, de maneira completa, o caráter empírico e os motivos, a conduta futura do homem poderia ser calculada como um eclipse do sol ou da lua. (…) A Vontade, cujo fenômeno é toda a existência e vida do homem, não pode mentir no caso particular. O que o homem quer em geral sempre quererá no particular.

A defesa de uma liberdade empírica da vontade, vale dizer, do liberi arbitrii indifferentiae, está intimamente ligada ao fato de se ter colocado a essência íntima do homem numa ALMA, a qual seria originariamente uma entidade QUE CONHECE, sim, propriamente dizendo, uma entidade abstrata QUE PENSA, e só em conseqüência disto algo QUE QUER. Considerou-se, assim, a Vontade como de natureza secundária, quando em realidade o conhecimento o é. A Vontade foi até mesmo considerada como um ato de pensamento e identificada com o juízo, especialmente por Descartes e Spinoza. De acordo com isso, todo homem teria se tornado o que é somente em conseqüência de seu CONHECIMENTO. Chegaria ao mundo como um zero moral

Seu caráter é originário, pois querer é a base de seu ser. Pelo conhecimento adicionado ele aprende no decorrer da experiência o QUÊ ele é, ou seja, chega a conhecer seu caráter. [e não mudar]

o homem é sua própria obra antes de todo conhecimento, e este é meramente adicionado para iluminá-la. Daí não poder decidir ser isto ou aquilo, nem tornar-se outrem, mas É de uma vez por todas, e sucessivamente conhece o QUÊ é. Pela citada tradição, ele QUER o que conhece; em mim ele CONHECE o que quer.” Em última instância, como será aprofundado em 6., conhecer-se a si mesmo (Sócrates) e tornar-se aquilo que se é (Nietzsche) são uma e a mesma coisa.

o dogma da predestinação (…) Romanos 9:11-24, o qual é manifestamente derivado da intelecção do homem como imutável, de tal maneira que sua vida e conduta, o seu caráter empírico, são apenas o desdobramento do caráter inteligível, são apenas o desenvolvimento de decididas e imutáveis disposições já reconhecíveis na criança.”

a conduta de um homem pode variar notavelmente sem que com isso se deva concluir sobre a mudança em seu caráter. O que o homem realmente e em geral quer, a tendência de seu ser mais íntimo e o fim que persegue em conformidade a ela, nunca pode mudar por ação exterior sobre ele, via instrução, do contrário, poderíamos recriá-lo.”

a uma juventude arrebatada, selvagem, pode seguir-se uma idade madura, ordenada e judiciosa.”

no começo somos todos inocentes, e isto apenas significa que nem nós, nem os outros, conhecemos o mal de nossa própria natureza (…) Ao fim, nos conhecemos de maneira completamente diferente do que a priori nos considerávamos, e então amiúde nos espantamos conosco mesmos.

ARREPENDIMENTO nunca se origina da Vontade ter mudado (algo impossível), mas de o conhecimento ter mudado.”

para enganar a si mesmas, as pessoas fingem precipitações aparentes, que em realidade são ações secretamente ponderadas. Porém mediante tais truques sutis não enganamos nem adulamos ninguém, senão a nós mesmos.”

O peso de consciência em relação a atos já cometidos não é arrependimento, mas dor sobre o conhecimento de nosso si mesmo

pensamentos abstratos. São estes que amiúde nos são insuportáveis, criam tormentos, em comparação com os quais o sofrimento do mundo animal é bastante pequeno.”

seria esforço vão trabalhar numa melhora do próprio caráter (…) sendo preferível submeter-se ao fatídico, entregando-se a toda inclinação, mesmo as más.”

Ao lado do caráter inteligível e do empírico, deve-se ainda mencionar um terceiro, diferente dos dois anteriores, a saber, o CARÁTER ADQUIRIDO, o qual se obtém na vida pelo comércio com o mundo e ao qual é feita referência quando se elogia uma pessoa por ter caráter, ou se a censura por não o ter.” Schopenhauer só se complica tentando aperfeiçoar seu sistema e acrescentar cada vez mais coisas. Se ele tivesse feito uma obra bem menor, seria um clássico imortal da filosofia, coisa que quase já é, sem reparos a acrescentar! Não existem 2 caráteres, muito menos 3!

Ora, se a pessoa segue apenas as aspirações que são conformes ao seu caráter, sente, em certos momentos e disposições particulares, estímulo para aspirações exatamente contrárias e incompatíveis entre si: nesse sentido, se quiser seguir aquelas primeiras sem incômodo, estas últimas têm de ser completamente refreadas.” “assim como, de acordo com a doutrina do direito de Hobbes, cada um de nós tem originariamente o direito a todas as coisas, mas não o exclusivo a cada uma delas, e no entanto se pode obter o direito exclusivo a coisas individuais renunciando-se ao direito a todas as demais, enquanto os outros fazem o mesmo em relação ao que escolheram; exatamente assim também se passa na vida, quando só podemos seguir com seriedade e sucesso alguma aspiração determinada, seja por prazer, honra, riqueza, ciência, arte ou virtude, após descartarmos todas as aspirações que lhe são estranhas, renunciando a tudo o mais.”

embora (…) siga o próprio caminho guiado por seu demônio interior (…) a muitos invejará em virtude de posição e condição que, no entanto, convêm exclusivamente ao caráter deles, não ao seu, e nas quais se sentiria antes infeliz, até mesmo sem as conseguir suportar. Pois assim como o peixe só se sente bem na água, o pássaro no ar, a toupeira debaixo da terra, todo homem só se sente bem na sua atmosfera apropriada.”

muitos fazem os mais diversos e fracassados tipos de tentativa, violam o próprio caráter no particular e ainda têm de se render novamente a ele no todo: aquilo que conseguem tão penosamente contra a própria natureza não lhes dá prazer algum. O que assim aprendem permanece morto. Até mesmo do ponto de vista ético, um ato demasiado nobre para o seu caráter e nascido não de um impulso puro, imediato, mas de um concerto, de um dogma, perderá todo o mérito até mesmo aos seus olhos num posterior arrependimento egoístico.”

Assim como só pela experiência nos tornamos cônscios da inflexibilidade do caráter alheio e até então acreditávamos de modo pueril poder através de representações abstratas, pedidos e súplicas, exemplos e nobreza de caráter fazê-lo abandonar seu caminho, mudar seu modo de agir, despedir-se de seu modo de pensar, ou até mesmo ampliar suas capacidades; assim também se passa conosco.” “Conhecemos, portanto, o gênero e a medida de nossos poderes e fraquezas, economizando assim muita dor.” Guardaremo-nos de tentar aquilo que não nos permitirá ser bem-sucedidos.” “Amiúde alguém assim partilhará a alegria em sentir seus poderes e raramente experimentará a dor em ser lembrado de suas fraquezas, o que se chama humilhação” “Eis por que nada é mais salutar para nossa tranqüilidade de ânimo que a consideração do já-acontecido a partir do ponto de vista da necessidade, de onde todos os acasos aparecem como instrumentos de um destino soberano.”

A ESTAGNAÇÃO SCHOPENHAUER-CAMUS: “O desenvolvimento mais claro de tudo isso, o tema capital deste último livro, foi-nos preparado e facilitado pelas considerações entrementes expostas sobre liberdade, necessidade e caráter. Porém, tais considerações se tornarão ainda mais claras após as termos colocado novamente e dirigirmos nosso olhar para a vida mesma, cujo querer ou não-querer é a grande questão” A vida só quer.

De modo algum o tédio é um mal a ser desprezado; por fim ele pinta verdadeiro desespero no rosto.” “Também em toda parte, por meio da prudência estatal, são implementadas medidas públicas contra o tédio, como contra outras calamidades universais; porque esse mal, tanto quanto seu extremo oposto, a fome, pode impulsionar o homem aos maiores excessos: o povo precisa panem et circenses. O rígido sistema penitenciário da Filadélfia torna, pela solidão e inatividade, o mero tédio um instrumento de punição (…) Na vida civil, o tédio é representado pelo domingo, e a necessidade pelos 6 dias da semana.” “Quando desejo e satisfação se alternam em intervalos não muito curtos nem muito longos, o sofrimento ocasionado por eles é diminuído ao mais baixo grau, fazendo o decurso de vida o mais feliz possível.”

os obtusos: (…) para a maioria dos homens, as fruições intelectuais são inacessíveis. Eles são quase incapazes de alegria no puro conhecimento: estão completamente entregues ao querer.”

os jogos de carta, que, no sentido mais próprio do termo, são a expressão do lado deplorável da humanidade.” Entender como nossos jogos de azar.

Os esforços infindáveis para acabar com o sofrimento só conseguem a simples mudança da sua figura, que é originariamente carência, necessidade, preocupação com a conservação da vida. Se, o que é muito difícil, obtém-se sucesso ao reprimir a dor nesta figura, logo ela ressurge em cena, em milhares de outras formas (variando de acordo com a idade e as circunstâncias), como impulso sexual, amor apaixonado, ciúme, inveja, ódio, angústia, ambição, avareza, doença, etc. Finalmente, caso não ache a entrada em nenhuma outra figura, assume a roupagem triste, cinza do fastio e do tédio, contra os quais todos os meios são tentados. Mesmo se em última instância se consegue afugentar a estes, dificilmente isso ocorrerá sem que a dor assuma uma das figuras anteriores, e assim a dança recomeça do início, pois entre dor e tédio, daqui para acolá, é atirada a vida do homem.”

uma convicção viva produzirá um grau significativo de equanimidade estóica, e reduzirá consideravelmente a preocupação angustiada acerca do próprio bem-estar. Contudo, em realidade um tal controle tão poderoso da razão sobre o sofrimento imediatamente sentido raramente ou nunca é encontrado.”

a paradoxal mas não absurda hipótese de que em cada indivíduo a medida da dor que lhe é essencial se encontraria para sempre determinada através de sua natureza

grandes sofrimentos tornam todos os pequenos totalmente insensíveis e, ao inverso, na ausência de grandes sofrimentos até mesmo as menores contrariedades nos irritam e atormentam (…) quando uma grande infelicidade, cujo mero pensamento antes nos estremecia, de fato ocorre, nossa disposição permanece no todo inalterável após a imediata superação da primeira dor; por outro lado, logo após o aparecimento de uma felicidade longamente ansiada, não nos sentimos no todo e duradouramente muito melhores ou mais contentes do que antes.”

CONCORDE COM GRODDECK, O PAI DA PSICOSSOMÁTICA: “o motivo externo de tristeza não passa daquilo que para o corpo é um vesicatório,¹ o qual atrai para si todos os humores ruins que, do contrário, espalhar-se-iam pelo organismo. A dor encontrada em nosso ser nesse período de tempo, e portanto inevitável, seria, sem as causas exteriores determinadas do sofrimento, repartida em centenas de pontos, aparecendo na figura de centenas de outras contrariedades ou caprichos sobre coisas que agora ignoramos inteiramente”

¹ “Que faz nascer bolhas na pele” (para combater um mal maior).

tanto o júbilo quanto a dor excessivos se fundam sempre sobre um erro ou um engano: conseqüentemente, essas duas tensões excessivas da mente podem ser evitadas por intelecção.” “A ética estóica empenhava-se sobretudo por livrar a mente de todo esse engano e suas conseqüências”

E assim se passam as coisas, ao infinito, ou, o que é mais raro e pressupõe uma certa força de caráter, até que encontremos um desejo que não pode ser satisfeito nem suprimido: então, por assim dizer, temos aquilo que procurávamos, a saber, algo que a todo momento poderíamos acusar, em vez do nosso próprio ser, como a fonte dos sofrimentos, que nos divorcia de nossa sorte, porém nos reconcilia com a nossa existência, na medida em que novamente temos conhecimento de que, a ela mesma, o sofrimento é essencial e a satisfação verdadeira é impossível. A conseqüência dessa última forma de desenvolvimento é uma certa disposição melancólica, o sustento contínuo de uma única, grande dor, que faz desdenhar todos os sofrimentos ou alegrias pequenos; por conseguinte um fenômeno muito mais digno que a frenética correria por sempre novas formas de ilusão, coisa muito mais usual.”

É sempre uma exceção se um semelhante decurso de vida sofre uma interferência e, devido a um conhecer independente do serviço da vontade e direcionado à essência do mundo em geral, conduz à demanda pela contemplação estética ou à demanda pela renúncia ética.” Schopenahuer confunde: onde advém a contemplação, não é certo que deva haver renúncia ética (à ação). Nem onde há participação coletiva há necessariamente sua presença. Além disso, aquilo que é independente da Vontade, e portanto se escora exclusivamente no fenômeno, certamente se interessa pelas coisas do mundo, de forma ativa, não-contemplativa. Um estóico que descobrisse a Vontade antes de Sch. estaria além do envolvimento ou contemplação (gozo) estético, e, aí sim, sem dúvida, seria o perfeito indiferente ético. Porém essa figura é utópica.

A justiça eterna furta-se ao olhar turvado pelo conhecimento que segue o princípio de razão, o principium individuationis. (…) Vê o homem mau, após perfídias e crueldades de todo tipo, viver em alegria e deixar o mundo sem ser incomodado. Vê o oprimido arrastar-se numa vida cheia de sofrimento, até o seu fim, sem que apareça um vingador ou retaliador. Mas só conceberá e aprenderá a justiça eterna quem se elevar por sobre o conhecimento que segue o fio condutor do princípio de razão, atado às coisas particulares; assim fazendo, conhece as Idéias [a Vontade; vide 4.], vê através do principium individuationis e percebe que as formas do fenômeno não concernem à coisa-em-si. É só uma pessoa assim que, em virtude desse mesmo conhecimento, pode compreender a essência verdadeira da virtude

EXPLICITAÇÃO DA FÓRMULA DO NIILISMO NEGATIVO: “podemos, metafórica e figurativamente, chamar a total auto-supressão e negação da Vontade, sua verdadeira ausência, unicamente o que acalma e cessa o ímpeto da Vontade para todo o sempre” “podemos chamar essa total auto-supressão e negação da Vontade de bem absoluto, summum bonum, e vê-la como o único e radical meio de cura da doença [a existência mesma] contra a qual todos os outros meios são anódinos, meros paliativos.”

mediante a moral e o conhecimento abstrato em geral, nenhuma virtude autêntica pode fazer efeito, mas esta tem de brotar do conhecimento intuitivo, [temperamento, caráter] o qual reconhece no outro indivíduo a mesma essência que a própria.” “pode-se tão pouco formar um virtuoso por meio de discursos morais e sermões quanto formar um único poeta com todas as estéticas desde Aristóteles.”

Seria em realidade muito funesto se a principal coisa da vida humana, o seu valor ético, válido pela eternidade, dependesse de algo cuja obtenção está submetida tão ao acaso quanto os dogmas, as crenças religiosas, os filosofemas.”¹ “Decerto os dogmas podem ter uma forte influência sobre a CONDUTA, sobre os atos exteriores, assim como o têm o hábito e o exemplo (neste último caso porque o homem ordinário não confia em seu juízo, de cuja fraqueza está consciente, seguindo apenas a experiência própria ou de outrem); mas com isso a disposição de caráter não mudou. (…) Todo conhecimento comunicável só pode fazer efeito sobre a vontade exclusivamente como motivo. (…) o que o homem verdadeiramente e em geral quer sempre permanece o mesmo. Se adquirir outros pensamentos, foi meramente sobre as vias para alcançar esse fim; motivos imaginários podem guiá-lo como se fossem reais.”

¹ Aqui vale lembrar: Gustave Le Bon tampouco foi um pioneiro.

Eis por que quase nunca podemos julgar com acerto moral os atos de outrem e raras vezes os nossos. – Os atos e as maneiras de agir de um indivíduo e de um povo podem ser bastante modificados por dogmas, pelo exemplo e pelo hábito. Porém, em si, todos os atos (opera operata) são meras imagens vazias; só a disposição de caráter que conduz a eles fornece-lhes sentido moral. Este, por sua vez, pode em realidade ser o mesmo, apesar da diversidade exterior dos fenômenos. Com grau igual de maldade um homem pode morrer na guilhotina e outro pacificamente no regaço de seus parentes. Pode ser o mesmo grau de maldade o que se expressa em UM povo nos traços crus do assassino e do canibalismo, e em OUTRO fina e delicadamente in miniature nas intrigas da côrte.”

O homem nobre nota que a diferença entre si e outrem, que para o mau é um grande abismo, pertence apenas a um fenômeno passageiro e ilusório, reconhece imediatamente, sem cálculos, que o Em-si do seu fenômeno é também o Em-si do fenômeno alheio, a saber, aquela Vontade de vida constitutiva da essência de qualquer coisa, que vive em tudo”

O direito do homem à vida e à força dos animais baseia-se no fato de que, com o aumento da clareza de consciência, cresce em igual medida o sofrimento, e a dor, que o animal sofre através da morte e do trabalho, não é tão grande quanto aquela que o homem sofreria com a privação de carne ou de força do animal. O homem, pois, na afirmação de sua existência, pode ir até a negação da existência do animal, e a Vontade de vida no todo suporta aí menos sofrimento que no caso inverso. Isso ao mesmo tempo determina o grau de uso que se pode fazer das forças animais sem cometer injustiça, o que, entretanto, é freqüentemente desrespeitado, particularmente em relação aos animais de carga e aos cães de caça; contra o quê, portanto, a sociedade protetora dos animais em especial orienta sua atividade. Aquele direito do homem, na minha opinião, não se estende à vivissecção, sobretudo em animais superiores. Já o inseto não sofre tanto através da sua morte quanto o homem sofre com a sua picada. – Isto os hindus não o perceberam.” “Parece até mesmo que a difícil passagem da Bíblia, Romanos 8:21-24, pode ser interpretada nesse sentido.”

o estado de voluntária renúncia, resignação, verdadeira serenidade (…) [E seu oposto:] As promessas da esperança, as adulações do tempo presente, a doçura dos gozos, o bem-estar que fazem a nossa pessoa partícipe da penúria de um mundo sofrente sob o império do acaso e do erro atraem-nos novamente ao mundo e reforçam os nossos laços de ligação com ele.”

Sua Vontade se vira; ela não mais afirma a própria essência espelhada no fenômeno, mas a nega. (…) a transição da virtude à ASCESE.”

Quem atingiu o 2º patamar ainda sempre sente – como corpo animado pela vida, fenômeno concreto da Vontade – uma tendência natural à volição de todo tipo, porém a refreia intencionalmente, ao compelir a si mesmo a nada fazer do que em realidade gostaria de fazer: ao contrário, faz tudo o que não gostaria de fazer, mesmo se isto não tiver nenhum outro fim senão justamente o de servir à mortificação da Vontade.” Nesse ‘estágio’ “o lado doce da vida” fica eternamente trancado – porém reavivado com persistência – dentro dos sonhos.

ISSO ESTÁ PARA ALÉM DO ESTÓICO (UTÓPICO ALÉM DO UTÓPICO): “todo sofrimento exterior trazido por acaso ou maldade, cada injúria, cada ignomínia, cada dano são-lhe bem-vindos. Recebe-os alegremente como ocasião para dar a si mesmo a certeza de que não mais afirma a Vontade, mas alegremente toma partido de cada inimigo fenomênico da Vontade, inimigo esse que é a sua própria pessoa.” Talvez, portanto, quando diz “dar a outra face”, o Evangelho seja mais impraticável que o próprio estoicismo, tido tantas vezes como um Sermão da Montanha exagerado…

SUPERVALORIZAÇÃO? “sua obra-prima imortal Fausto, exposição essa ao meu ver inigualável poeticamente, na história do sofrimento de Gretchen. Esta é um perfeito modelo do segundo caminho que conduz à negação da Vontade, não, como o primeiro, pelo mero conhecimento adquirido livremente do sofrer de um mundo inteiro, mas através da dor excessiva sentida na própria pessoa.” Schopenhauer às vezes parece um garoto que tudo vê pelas lentes de sua idéia fixa. Mas todos os filósofos devem ser crianças, em grau menor ou maior!

Um caráter deveras nobre é sempre pensado por nós com um certo traço de tristeza silenciosa, que de modo algum se deve ao constante desgosto ligado às contrariedades cotidianas (este seria antes um traço ignóbil e faria temer uma disposição má de caráter mau).”

a negação da Vontade de vida, ou – é o mesmo – a resignação completa

Ora, como em conseqüência de tal efeito da graça toda a essência do homem é radicalmente mudada e revertida, de tal forma que ele nada quer do que até então veementemente queria, logo, em conseqüência do efeito da graça, RENASCIMENTO. Pois o que ela chama de HOMEM NATURAL, a quem nega toda capacidade para o bem, é justamente a Vontade de vida – que tem de ser negada, caso a redenção de uma existência como a nossa deva ser alcançada. Em realidade, por trás da nossa existência encrava-se algo outro, só acessível caso nos livremos do mundo.” Um papel lamentável de carrasco, senhor Último Homem! Essencialmente, um Platão insatisfeito… Em seguida seu “trunfo” é citar Romanos 8:3, como se ainda estivéssemos na idade média e não no século XIX!

CIRCUNSTÂNCIA X CONSTÂNCIA, CARÁTER X APARÊNCIA, ESSÊNCIA X SUPERFÍCIE, DOR E PRAZER CONTRA O INCONSCIENTE OU GÊNIO PESSOAL: “Se, por exemplo, sozinhos conosco mesmos, pensamos sobre nossas circunstâncias mais pessoais e, eventualmente, representamos vivamente e no nosso presente imediato a ameaça de um perigo verossímil e a possibilidade de um desfecho trágico após sua ocorrência, logo a ansiedade se produz, comprimindo nosso coração, diminuindo a circulação do sangue nas veias. Mas se, logo em seguida, nosso intelecto passa de uma possibilidade indesejada para seu oposto, dando asas à imaginação e livre curso a esperanças e alegrias longamente cultivadas, nosso pulso se acelera novamente, o sangue corre impetuoso e o coração se sente leve como uma pluma, pelo menos até o intelecto acordar de seu devaneio. Suponha então que uma ocasião suscite à memória insultos e agravos sofridos muito tempo atrás: de supetão, a raiva e o amargor encherão nosso peito, que há um segundo estava imerso em tranqüilidade. Imagine também que venha à tona, por acidente, a imagem de um antigo amor, agora perdido, carregando consigo toda a cadeia de pensamentos a ele atrelada: todas as nuances do romance uma vez vivido, seus momentos mais mágicos em relevo; essa raiva que havia brotado de súbito dará lugar instantaneamente a um profundo pesar e à melancolia. E, finalmente, se nos ocorre algum incidente humilhante e vexatório, afundamos e desmilingüimos de pronto. Gostaríamos de desaparecer da vista de todos, e da nossa mesma. Ruborizamos, acanhados. Nossa reação mais natural é tentar distrair o espírito emitindo alguma exclamação, como se fosse para espantar um espírito mau. Vê-se que o intelecto joga, brinca, manipula: a Vontade apenas dança conforme a música. Sim, o intelecto é o maestro dessa composição,¹ e faz a Vontade representar o papel duma criança jogada de um lado para outro em cenários de dor e prazer, de exuberância e de pavor alternados, conforme uma babá que conta uma estória bem variada, multifacetada e envolvente. Isso só é possível porque a Vontade existe por si mesma sem conhecimento, e nossa faculdade do entendimento, [o a priori kantiano] uma vez aplicada a ela, não dispõe, por si mesma, de uma <Vontade>. Assim, parece que a primeira é uma eterna marionete, a última um titereiro, único canal para a manifestação dos motivos dos movimentos do boneco.

[¹ Talvez apenas no homem fraco, vencido?]

Em que pese esse esquema desalentador, a primazia última da Vontade se torna uma certeza absoluta no juízo do analista perspicaz e insistente, isto é, do homem que conquista um certo autodomínio e procede à reversão desta Vontade: [autodomínio: subjugação do intelecto, pois ele é naturalmente incontrolável, e a Vontade é que deve sobrepujá-lo por completo, deixar de ser só a carroça!] de joguete do intelecto, a Vontade passa em última instância a exercer importantes proibições ao intelecto (à imaginação). [Mas esta disciplina schopenhaueriana parece ainda muito fraca diante do que tenho em mente quando falo da verdadeira supremacia da Vontade sobre a cognição!] Associações inteiras de idéias são em última instância bloqueadas. É um aprendizado derivado do próprio intelecto, [e por isso tão limitado] utilizável pela Vontade. O sujeito, após repetidas teatralizações e recorrências do mesmo vendaval de sentimentos, chega à conclusão de que, deixado desimpedido, o intelecto despertaria emoções nem sempre interessantes à Vontade, como as circunstâncias debilitantes descritas mais acima. Neste ponto – e só neste ponto –, ocorre uma inflexão, análoga ao do cavaleiro sobre a cavalgadura. É bem esse o vocabulário: a Vontade toma as rédeas, e dirige o intelecto a fim de evitar, doravante, certas estradas e paisagens já conhecidas e indesejadas. A princípio essa reviravolta de marionete em cavaleiro parece fantástica, mas todo aquele que já sentiu o vigor do impulso inicial da Vontade decidida em empreender essa torção sabe que a continuidade do processo ocorre mais por inércia do que por esforço continuado: o essencial é a decisão original da Vontade em virar o jogo e inverter os papéis.² A resistência nesse novo jogo de jóquei não provém do intelecto, como se poderia pensar, pois a imaginação do sujeito se conserva eternamente indiferente às emoções – a resistência vem da própria Vontade, quando não decidida o suficiente. A Vontade é sempre instável e oscilante, [não seria o intelecto? e o intelecto que deixa a Vontade assim?] e terá, ora mais ora menos, certa inclinação ou propensão a uma determinada variante de representações coerentes entre si. Jamais as inclinações da Vontade deixarão de ser ambíguas num certo grau, porque a Vontade em si mesma, impossível de ser ‘flagrada’ diretamente, se apresentará ao sujeito (a Si mesmo, à Vontade mesma, por intermédio do intelecto, que a interpreta) ora sob um aspecto em que exalta e endeusa uma idéia, ora sob um outro aspecto em que abomina e odeia esta mesma idéia – como que por capricho. O que move a Vontade é um interesse não-valorativo, i.e., tal coisa instiga, excita a Vontade – não interessa o prazer ou o desprazer desta excitação em si mesma. O conhecimento abstrato – o intelecto – do sujeito é que revelará, com o passar do tempo, que determinada representação ou idéia seguirá ‘atormentando’ o sujeito, sem meta clara nem qualquer lógica.³ Então por que um teatro tão exaustivo? Em conformidade com o aprendizado do conhecimento abstrato, a Vontade dirigirá sua propensão a evitar ao máximo a sensação do tormento, [mas deveria apenas ignorá-lo!] de modo a dirigir com mais sentido sua ‘busca’ ou ‘atuação’. É assim, mediante as próprias descobertas, que o intelecto abstrato acaba sendo compelido a colaborar mais e mais com a Vontade, que antes submetia por completo. Na linguagem das ruas, a aquisição desta sabedoria e desta capacidade de torná-la prática e configuradora do caráter individual é o que se chamaria <tornar-se o senhor de si mesmo>. [ou tornar-se o que se é] Não há dúvida de que o senhor desta frase é a Vontade, e o servo (o si mesmo) é o intelecto. É sempre a Vontade que prevalece[ria] no homem que se desenvolve até a última instância, [o homem redimido, transvalorado] sendo seu verdadeiro núcleo, o íntimo do Ser mesmo.”

² Isso é o mesmo que o salto da fé de Kierkegaard.

³ Cf. o protagonista de O Eterno marido, de Dostoievski.

Eu não acredito que Baltasar Gracián estava correto quando disse (Discreto, p. 406), <Não há simplório que não seja malicioso>, embora ele tenha o provérbio espanhol em seu favor: <Nunca a necedade caminhou sem malícia>. Porém, pode acontecer de muitas pessoas estúpidas se tornarem maliciosas pela mesma razão de muitos corcundas, por amargor diante da negligência sofrida em face da natureza, e porque elas pensam poder, eventualmente, compensar aquilo de que prescindem (entendimento) através da esperteza e astúcia, procurando assim ligeiros triunfos. Sob essa luz, a propósito, torna-se compreensível porque quase todo mundo se torna malicioso na presença de uma natureza muito superior.” “Grande superioridade intelectual isola mais do que qualquer outra coisa, e faz do homem em questão, nem que apenas veladamente, odiado. É o contrário disso que faz pessoas estúpidas tão queridas no geral; especialmente quando muitos só conseguem ver nelas aquilo que tanto procuram (distanciar-se de grandes espíritos).”

Se um homem é tolo, perdoamo-lo alegando que ele não tem culpa; mas, na hora de desculpar um homem maligno, recorrer à falta de culpa seria o mesmo que se tornar objeto do riso geral. E ainda assim tanto uma coisa quanto a outra, a tolice e a maldade, são inatas. Mas isso serve para provar mais uma vez que a Vontade é o homem propriamente falando, e que o intelecto é uma mera ferramenta.”

Se, olhando para fora de nós, refletimos que há vita brevis, ars longa, [vida breve, arte¹ longa] e consideramos como as mais belas e maiores mentes, o mais das vezes antes mesmo ou logo após atingirem seu platô, e os maiores mestres, não muito tempo após chegarem ao domínio pleno de sua ciência, são logo varridos da existência, recebemos essa confirmação: que o sentido e o propósito da vida não é intelectual, mas moral.”

¹ Trabalho ou desempenho de alguma atividade, i.e., em latim esta palavra assume uma conotação bem mais ampla. No final, a frase quer dizer: pouco tempo para muito o que fazer e aprimorar.

o intelecto sofre mudanças muito consideráveis com o tempo, enquanto que a vontade e o caráter remanescem intocados por ele.”

O avanço da idade, que gradualmente consome os poderes do intelecto, deixa as qualidades morais intocadas. (…) malícia, despeito, avareza, dureza de coração, infidelidade, egoísmo e vilezas de todo tipo se mantêm, e justamente pelo novo contraste se tornam muito mais aparentes.”

Um enigma é resolvido, um enigma tão velho quanto o próprio mundo, simplesmente porque esse tempo todo ele estava sendo analisado de cabeça para baixo. A liberdade persistentemente buscada no Operari, [ação, por extensão fenômeno] a necessidade no Esse. [ser] (…) [no meu sistema,] a liberdade é transferida para o Esse, e a necessidade limitada ao Operari.” “Para salvar a liberdade do destino e da sorte, ela teve de ser transferida da ação para a existência.” Nasce aqui formalmente o existencialismo, pois todas as condições já estão postas para Nietzsche, Husserl, Heidegger e Sartre o desenvolverem posteriormente.

Inclinação é toda forte suscetibilidade da vontade a motivos de certo jaez. Paixão é uma inclinação tão poderosa que os motivos que a excitam exercem um poder sobre a vontade, que é mais forte que o poder de qualquer motivo possível que poderia se opor ao primeiro; destarte, seu domínio sobre a vontade se torna absoluto, [confuuuuuuuuso – isto é a própria vontade! e pior: a vontade desintelectualizada, ou seja, nua e crua] e conseqüentemente, com referência à paixão, a vontade é passiva ou sofrimento.¹ Deve ser ressalvado, entretanto, que é raro que as paixões atinjam tal grau em que se as possa chamar conforme meu conceito. O mais das vezes afetos ganham o nome de paixões meramente por aproximação nuançada: nesse estágio mais assíduo das paixões, há ainda contra-motivos atuantes para, ao menos, restringir o efeito passional, que às vezes não pode mesmo ser distinguido pela consciência (paixão fraca).”

¹ Eis que Schopenhauer involuntariamente descobriu a fuga final, desta vez uma que funciona: viver apaixonado!

O TUDO É PERMITIDO (DOSTOIEVSKI) AVANT LA LETTRE E SUA SUPERAÇÃO: “Depois de ser desmerecidamente negligenciado por mais de um século, Spinoza foi, em geral, superestimado neste século pela reação causada pelo efeito do vaivém do pêndulo da opinião. Todo panteísmo deve necessariamente ser descartado em prol das demandas inevitáveis da ética, e depois pelo mal e sofrimento do mundo. Se o mundo é uma teofania, então tudo que o homem, ou mesmo o animal, faz é igualmente divino e excelente; nada pode ser censurável, e nada pode ser mais enaltecido que o restante: destarte, inexiste ética.

Um homem que assimilasse firmemente em seu modo de pensar as verdades até agora referidas e, ao mesmo tempo, não tivesse chegado a conhecer por experiência própria ou por uma intelecção mais ampla que o sofrimento contínuo é essencial a toda a vida; e na vida encontrasse satisfação e de bom grado nela se deleitasse, e, ainda, por calma ponderação, desejasse que o decurso de sua vida, tal qual até então foi experimentado, devesse ser de duração infinda ou de retorno sempre novo; cujo ânimo vital fosse tão grande que, no retorno dos gozos da vida, de boa vontade e com prazer assumisse as suas deficiências e tormentos aos quais está submetido; um tal homem, ia dizer, se situaria ‘com firmes, resistentes ossos sobre o arredondado e duradouro solo da terra’ e nada teria a temer. Armado com o conhecimento que lhe conferimos, veria com indiferença a morte voando em sua direção nas asas do tempo, considerando-a como uma falsa aparência, um fantasma impotente, amedrontador para os fracos, mas sem poder algum sobre si, que sabe: ele mesmo é a Vontade, da qual o mundo inteiro é objetivação ou cópia; ele, assim, tem não só uma vida certa mas também o presente por todo o tempo, presente que é propriamente a forma única do fenômeno da Vontade; portanto, nenhum passado ou futuro infinitos, no qual não existiria, pode lhe amedrontar, pois considera a estes como uma miragem vazia e um Véu de Maia. Por conseguinte, teria tão pouco temor da morte quanto o sol tem da noite. – No Bhagavad-Gita Krishna coloca seu noviço Arjuna nesse ponto de vista, quando este, cheio de desgosto (parecido a Xerxes) pela visão dos exércitos prontos para o combate, perde a coragem e quer evitar a luta, a fim de evitar o sucumbir de tantos milhares. É quando Krishna o conduz a esse ponto de vista, e, assim, a morte daqueles milhares não o pode mais deter: dá então o sinal para a batalha.”

3.4.1 A VIDA DO HOMEM SANTO

Portanto, aqui talvez tenhamos pela 1ª vez expresso abstratamente e purificado de todo elemento mítico a essência íntima da santidade, da auto-abnegação, da mortificação da vontade própria, da ascese como NEGAÇÃO DA VONTADE DE VIDA que entra em cena após o conhecimento acabado de sua essência ter-se tornado o quietivo de todo querer.”

Desenvolvem escrúpulos de consciência em cada prazer inocente ou em cada pequena agitação da própria vaidade, a qual também morre por último, e, entre todas as inclinações do homem, é a mais difícil de destruir, a mais ativa e a mais tola. – Sob o termo, por mim já amiúde empregado, de ASCESE, entendo no seu sentido estrito essa quebra PROPOSITAL da Vontade pela recusa do agradável e a procura do desagradável, mediante o modo de vida penitente voluntariamente escolhido e a autocastidade, tendo em vista a mortificação contínua da Vontade.”

O grau supremo dessa justiça de disposição – sempre associada à autêntica bondade, sendo que o caráter desta não é mais meramente negativo – vai tão longe que a pessoa pode até questionar o próprio direito à propriedade herdada e assim desejar manter o seu corpo apenas com as próprias forças, espirituais ou físicas, sentindo todo serviço prestado por outros, todo luxo, como uma repreenda, inclusive podendo entregar-se por fim à pobreza voluntária. Desse modo, vemos PASCAL, após assumir orientação ascética, não mais querer serviços de ninguém, apesar dos seus vários serviçais; e, em que pesasse sua doença crônica, fazia a própria cama e buscava a refeição na cozinha, etc. (Vie de Pascal par sa soeur, p. 19).” Uau, que independente esse Pascal!

Um santo pode estar convencido das mais absurdas superstições, ou, ao contrário, ser um filósofo; é indiferente. Apenas a sua conduta o evidencia como santo.”

A literatura indiana, a julgar pelo pouco que podemos conhecer do até agora traduzido, é bastante rica em descrições da vida dos santos e penitentes, chamados samanas, saniasis, etc.” “Também entre os cristãos não faltam casos em favor das elucidações aqui intentadas. Leiam-se as, na maioria das vezes, pessimamente escritas biografias daquelas pessoas denominadas almas santas ou pietistas, quietistas, entusiastas pios, etc. Coleções dessas biografias foram feitas em várias épocas, como a Vida das almas santas de Tersteegen, a História dos renascidos de Reiz. Em nossos dias confira-se a coleção de Kanne que, misturada ao muito de ruim, contém várias coisas boas, entre as quais a Vida da Beata Sturmin. A essa categoria pertence por inteiro a vida de São Francisco de Assis, verdadeira personificação da ascese e modelo de todos os monges mendicantes. (…) Vita S. Francisci a S. Bonaventura concinnata (Soest, 1847). (…) Histoire de S. François d’Assise, par Chavin de Mallan (1845). (…) Spence Hardy: Eastern monachism, an account of the order of mendicants, founded by Gotama Budha (1850) (…) recomendo a autobiografia de Madame de Guion, esta bela e grandiosa alma, cuja lembrança sempre me enche de reverência, que deve ser gratificante a todo espírito nobre conhecer, e fazer justiça à excelência de sua disposição de caráter, vendo com indulgência as superstições de sua razão, apesar de saber que, às pessoas de espírito comum, i.e., a maioria, aquele livro sempre terá um péssimo crédito, pois em geral e em toda parte cada um só pode apreciar aquilo que lhe é de algum modo análogo (…) a conhecida biografia de Spinoza, se usarmos como chave para ela a sua excelente introdução ao deficiente ensaio De emendatione intellectus; pois se trata do intróito mais eficiente que conheço como calmante para a tempestade das paixões (…) inclusive Goethe, por mais grego que fosse, não considerou indigno de sua pena mostrar-nos esse lado mais belo da humanidade, em límpido espelho da poesia, quando expôs de forma idealizada a vida da senhorita Klettenberg, em Confissões de uma bela alma.”

as descrições da vida dos homens santos e auto-abnegados são para o filósofo – apesar de na maioria das vezes serem muito mal-escritas e narradas com uma mescla de superstição e absurdo –, devido ao significado de seu estofo, incomparavelmente mais instrutivas e importantes até mesmo que Plutarco e Lívio.”

Mateus 16:24-25; Marcos 8:34-35; Lucas 9:23-24, 14:26-27 e 14:33. Essa tendência foi gradativamente desenvolvida e deu origem aos penitentes, aos anacoretas, aos monges”

Teologia alemã, da qual Lutero diz, no prefácio a ela aditado, que de nenhum livro, excetuando-se a Bíblia e Agostinho, mais aprendeu o que seja Deus, Cristo e o homem.” Prequel da Ideologia alemã? Hahaha.

Entretanto, esta consideração é a única que nos pode consolar duradouramente, quando, de um lado, reconhecemos que sofrimento incurável e tormento sem fim são essenciais ao fenômeno da Vontade, ao mundo e, de outro, vemos, pela Vontade suprimida, o mundo desaparecer e pairar diante de nós apenas o nada.” C0nstrução linguística infeliz, porque insuficiente, porque demonstrativa do não-resultado ou do resultado aquém do esperado que a filosofia da representação e da Vontade de Schopenhauer manejou conquistar: quietivo tímido da vontade, mesmo para indivíduos santos, nada de supressão, a não ser de maneira hiper-figurada. Qual é a utilidade da filosofia schopenhaueriana, pois? Não epistemológica, sem dúvida; apenas ética, como espécie de prolegômenos para a vida prática (nem se pode chamar de ‘guia’ o que não contem senão uma base precária em direção a uma). Uma ética de não levar a existência demasiado a sério e, portanto, bastante limitada, em que pese realista. Com efeito, limitada porque realista. Esta citação também é a frase final do livro.

O próprio tradutor achou necessário acrescentar em nota de rodapé ao último parágrafo: “a linguagem fracassa nesse momento final de sua filosofia”. Por que outro motivo haveria de fazê-lo senão porque o empreendimento schopenhaueriano deixou a desejar?

Ressalva: nada destas minhas críticas incisivas e mordazes diminui a importância do autor no panorama filosófico ocidental, pois ele foi continuado por outros pensadores e sua noção de Vontade segue tendo uma repercussão tremenda.

4. O FILÓSOFO QUE COMPREENDEU PLATÃO A MEIAS: POR QUE A IDÉIA DE PLATÃO DEVE SER LIDA COMO A ANTI-IDÉIA POR EXCELÊNCIA, I.E., COMO VONTADE, ASSIM ENUNCIADA DESDE A ANTIGUIDADE

os GRAUS DE OBJETIVAÇÃO DA VONTADE, ia dizer, não são outra coisa senão as IDÉIAS DE PLATÃO.” “Se para nós a Vontade é a COISA-EM-SI e as IDÉIAS a sua objetidade imediata num grau determinado, encontramos, todavia, a coisa-em-si de Kant e a Idéia de Platão – único que verdadeiramente é –, estes dois grandes e obscuros paradoxos dos dois maiores filósofos do Ocidente, de fato não como idênticas, mas como intimamente aparentadas e diferentes apenas em uma única determinação.”

Platão diz o seguinte:

(…) Sim, cada um veria inclusive a si mesmo e aos outros apenas como sombras na parede à frente. Sua sabedoria, então, consistiria em predizer aquela sucessão de sombras apreendida na experiência. Ao contrário, apenas as imagens arquetípicas reais daquelas sombras, as Idéias eternas, formas arquetípicas de todas as coisas, é que podem ser ditas verdadeiras, pois elas SEMPRE SÃO, MAS NUNCA VÊM-A-SER. [Aqui parou Kant] A elas não convém PLURALIDADE, pois cada uma, conforme sua essência, é una, já que é a imagem arquetípica mesma, cujas cópias ou sombras são as coisas efêmeras isoladas da mesma espécie e de igual nome.”

Platão não chegou a essa expressão superior e só indiretamente pôde isentar as Idéias dessas formas, na medida em que nega às Idéias o que só é possível por elas, a saber, pluralidade do igual, nascer e perecer.”

só a Idéia é a mais ADEQUADA OBJETIDADE possível da Vontade ou coisa-em-si; é a própria coisa-em-si, apenas sob a forma da representação” Interpretação platônica desautorizada!

O tempo é meramente a visão esparsa e fragmentada que um ser individual tem das Idéias, as quais estão fora do tempo, [Como representação? Por isso o grifo verde acima em ‘sob a forma’!] portanto são ETERNAS.” Acaba de contradizer o precedente. Se ao menos aqui fosse IDÉIA, e à p. 242 (página da citação anterior) IDÉIAS, no plural, poderíamos ceder a palmatória a Sch…. O problema é que o autor inverteu os termos. A representação nunca é Una. E o que está fora do tempo é sempre, no autor, o Um, “a” Vontade.

Antes, muitos dos exemplos platônicos de Idéia e as elucidações de Platão sobre as mesmas são aplicáveis apenas aos conceitos.”

PLATÃO, O INFINITO: “Não podemos admitir que uma obra artística seja intencional e deliberadamente a expressão de um conceito, como é o caso da ALEGORIA. Uma alegoria é uma obra de arte que significa algo outro que o exposto nela.” “Com a POESIA, a alegoria tem uma relação completamente diferente do que com a arte plástica. Se nesta é repreensível, naquela é admissível (…) aqui o que é dado imediatamente em palavras é o conceito, e o próximo passo é sempre ir deste ao intuitivo, cuja exposição tem de ser executada pela fantasia do ouvinte.”

Visto que, como já dito, toda esta obra é apenas o desdobramento de um pensamento único (…) é requerida a lembrança do leitor não apenas de coisas há pouco ditas, como também das precedentes, para assim poder conectá-las com o lido a todo momento, por mais que já tenha sido dito de outro modo. Exigência esta também feita por Platão aos seus leitores nas digressões complexas e tortuosas de seus diálogos, os quais só depois de longos episódios retomam o pensamento principal; contudo, exatamente por isso, o pensamento se torna mais claro.” “Daqui a necessidade de um estudo repetido do livro, unicamente por meio do qual a conexão de todas as suas partes se torna distinta” Ok, Sch., não precisa dizer de novo!

Nunca houve, nem nunca haverá, um mito tão intimamente ligado à verdade filosófica, no entanto acessível a tão poucos, quanto esta doutrina ancestral [a transmigração das almas] do povo mais nobre e antigo (…) no entanto, já Pitágoras e Platão apreenderam com admiração aquele non plus ultra da exposição mítica, adquirida da Índia, ou do Egito, e a respeitaram, aplicaram-na e, embora não saibamos em que extensão, até mesmo nela acreditaram. – Nós, por outro lado, agora a enviamos aos brames, [?] clergymen ingleses e tecelões da confraria morávia, [??] a fim de por compaixão doutriná-los melhor, fazendo-lhes entender [na seqüência, i.e., em separado à doutrina da transmigração tentar catequizar os outros, supondo que o cristianismo é melhor ou superior] que foram criados do nada e devem agradecer e alegrar-se com isso.” HAHAHA!

[?] O mesmo que brâmane no português de Portugal. Porém, neste caso, seria um reenvio, já que a doutrina veio de lá (da Índia, da Ásia)!

[??] A Morávia é atualmente uma região da República Tcheca. No geral, essas aspas são complicadas de entender, provavelmente devido à tradução ruim.

Platão encetou pela geometria. [Ele começou a vida com outros estudos prévios à filosofia, e entendeu que seus discípulos, ou os filósofos d’A República, também o deveriam, para não cometer o tipo de erro metafísico dos jovens…] Da mesma maneira, somos incitados a tomar a geometria, em Platão, como um exercício preliminar através do qual a mente do pupilo se acostumará a lidar com objetos incorpóreos, tendo até ali, em sua vida prática, travado relações somente com coisas corpóreas.” Porém, círculos imaginados ou desenhos no papel tem muito mais a ver com rodas e távolas perfeitamente redondas que com a Idéia do círculo.

A Idéia de Platão é o pináculo: pura representação, zero vontade. (…) Sendo assim, em Platão, o gênio poderia ser definido como o mais alto grau de objetividade do conhecimento.” Terrível salada! A Idéia de Platão já encerra a consideração do subjacente no mundo das aparências, portanto é um conceito-mestre entre os conceitos que já espelha a resolução nietzschiana da metafísica ocidental, em seu portentoso início antigo. Apenas no século XX, mas lentamente, num processo ascendente ainda não-finalizado, os filósofos começaram a compreender Platão em toda a sua magnitude ontológica. Além disso, na frase em negrito Sch. contraria tudo que dissera até então sobre a Idéia de Platão. As Idéias são tudo, menos representação! Quanto à tipificação do gênio como aquele que dominou a objetividade, a razão em detrimento da vontade, temos os maiores motivos para inverter a equação: o gênio é aquele que coloca as rédeas da razão nas mãos da Vontade, como na metáfora já utilizada mais acima. Mas são acima de tudo um debate e uma dicotomia tolas: se o gênio se funde com o universo no momento da criação da obra-prima, ele só está sendo ele mesmo – e ele é o universo – ou o universo está sendo ele? Irrelevante jogo de palavras. Mas observador imparcial ele não é, e se Sch. usa o termo objetividade nesse sentido mais bem-compreendido por nós na filosofia e no mundo técnico-acadêmico, digamos que é um uso bastante infeliz do termo, onde subjetividade caberia mil vezes melhor. De todo modo, o artista e o filósofo – há, não por acidente, uma completa identidade neste aspecto – não são aqueles capazes de verem a Verdade, mas de sê-la ou produzi-la. A visão está ligada à contemplação passiva, ao objeto; o ser e produzir à atividade, ao sujeito.

5. O ANTI-ARISTÓTELES: CONSEQÜÊNCIA DA HIPER-VALORIZAÇÃO ARISTOTÉLICA PROMOVIDA PELO(A) HEGELIANISMO/ESCOLÁSTICA: O Aristotelismo deve ser superado

a forma substantialis de Aristóteles designa exatamente Aquilo que aqui nomeio o grau de objetivação da Vontade em uma coisa.” Ou seja: substância em Aristóteles e Idéia em Platão são – PARA SCHOPENHAUER – um e o mesmo.

o horror íntimo do malvado em relação aos seus próprios atos, o qual ele tenta ocultar de si, contém ao mesmo tempo, junto ao pressentimento da nulidade e mera aparência do principium individuationis [esta terminologia é aristotélica: é um ataque direto a sua filosofia] e da diferença por este posta entre si e outrem, também o conhecimento da veemência da própria vontade, da violência com a qual se entregou e apegou à vida, precisamente esta vida observada diante de si em seu lado terrível no tormento provocado em alguém por ele oprimido, e com quem, entretanto, é tão firmemente enlaçado que, exatamente dessa forma, o que há de mais horrível sai de si mesmo como um meio para a afirmação completa da sua vontade.” “Eis por que coisas que aconteceram há muito tempo ainda continuam a pesar na consciência.” “o mau (…) [v]ê a extensão em que pertence ao mundo e quão firmemente está ligado a ele.” “Fica em aberto se isto alguma vez irá quebrar e suplantar a veemência de sua vontade.” “quem reconhece e aceita voluntariamente o limite moral entre o injusto e o justo, mesmo ali onde o Estado ou outro poder não se imponha, quem, conseqüentemente, de acordo com a nossa explanação, jamais, na afirmação da própria vontade, vai até a negação da vontade que se expõe em outro indivíduo – é JUSTO.” “vê através do Véu de Maia [além do princípio de individuação] e iguala a si o ser que lhe é exterior, sem injuriá-lo.”

Quase insiro estas passagens no capítulo sobre ética, mas me contive.

O que há de mais proveitoso em Aristóteles são as opiniões dos filósofos mais arcaicos, que ele cita. (…) Aristóteles (…) fiel a seu método costumeiro, desliza pela superfície das coisas, confina-se a características isoladas e concepções fixadas por expressões correntes [a-filosóficas, vulgares] e afirma que sem sensação não pode haver desejo, e que plantas não possuem sensação. Ele se põe, entretanto, em considerável embaraço, como demonstra sua linguagem confusa, quando ele mesmo afirma: <ali onde falha a compreensão, uma palavra toma o lugar como deputada de tudo que ela quer dizer>, isto é, vira uma nutriz do saber. Plantas o possuiriam, segundo o autor, então fariam jus ao que se chama de alma. (…) [Esse termo, saber,] é, portanto, um mau substituto para toda a investigação realmente profunda de seus antecessores, que ele não perde tempo em criticar de forma rasteira (Empédocles, Anaxágoras, Platão).”

DA BOTÂNICA AOS ASTROS: “Vemos ainda, no segundo capítulo [do livro Das Plantas], que Empédocles chegou mesmo a reconhecer a [bis]sexualidade das plantas; o que Aristóteles também rejeita, e oculta sua falta de conhecimento específico atrás de proposições gerais, como essa: as plantas não poderiam ter ambos os sexos combinados, pois isso significaria que elas são mais completas que os animais. Por um procedimento praticamente análogo ele rejeita o correto sistema astronômico de Pitágoras, e graças a seus absurdos princípios fundamentais, que Aristóteles expõe detalhadamente nos seus livros intitulados Do céu, valida no seu lugar o sistema de Ptolomeu, procedimento que fez a humanidade retroagir em 2 mil anos. [!]Pitágoras havia de fato formulado um sistema heliocêntrico? A resposta, conforme a Wikipédia, abaixo, é: mais que heliocêntrico – de alguma forma, Filolau, pitagórico (a fonte é Estobeu), intuiu que o sistema solar não representava o centro do universo! Segue minha tradução dos trechos relevantes da enciclopédia pública em sua página inglesa: “Um sistema astronômico posicionando a Terra, a Lua, o Sol e outros planetas revolvendo ao redor de um <Fogo Central> invisível foi desenvolvido já no quinto século antes de Cristo e fôra atribuído ao filósofo pitagórico Filolau. O sistema foi chamado de <o primeiro coerente em que corpos celestiais se movem em círculos>, antecipando Copérnico em 2 mil anos ao deslocar <a Terra do centro do cosmo, (e) fazendo dela um planeta como os outros>. Embora seus conceitos de um Fogo Central distinto do Sol e de uma <Anti-Terra>¹ fossem errôneos, o sistema continha o insight de que <o movimento aparente dos corpos celestes> se dava (em grande medida) devido ao <próprio observador encontrar-se em movimento>.”

¹ Conhecida invenção teórica dos pitagóricos para que o sistema solar conhecido, contando com a Terra, a lua e o sol, apresentasse 10 e não 9 corpos celestes, sendo o 10 um número <divino> no pitagorismo.

Quanto a Aristóteles de forma geral, gostaria de chamar a atenção ao fato de que seus ensinamentos, enquanto referentes à natureza não-organizada, são muito deficitários e hoje inutilizáveis, tanto mais que, nas concepções mecânicas e físicas fundamentais ele admite os erros mais grosseiros, o que é tanto menos perdoável quanto, antes dele, os pitagóricos e Empédocles já haviam ensinado, na matéria, o caminho das pedras, chegando a conhecimentos superiores.¹ Empédocles, como lemos no próprio Aristóteles, Do céu, 2º livro, capítulo I, p. 284, já havia exprimido a concepção de uma força tangencial decorrente da rotação da Terra, servindo de contraparte à gravidade, o que Aristóteles cita, porém rejeita. Quanto à investigação aristotélica da natureza organizada, entretanto, podemos dizer que esse é seu campo por excelência. Aqui, a riqueza de seu conhecimento, a agudeza de suas observações, a profundidade de seus insights, nos assombram.” Aristóteles, o Biólogo Vocacionado.

¹ Isto representa uma grande rocha demolidora de toda a exegese hegeliana na História da Filosofia, muito calcada no aristotelismo, inclusive na Física aristotélica. E não devemos nos esquecer, ainda que Schopenhauer não o cite, de Epicuro, que interpretou os pré-socráticos (principalmente os atomistas) no sentido correto, evitando os enganos de Aristóteles neste setor de sua filosofia.

6. POR QUE SCHOPENHAUER E NIETZSCHE ESTÃO, ESSENCIALMENTE, EM PÓLOS OPOSTOS NA FILOSOFIA – E NÃO O CONTRÁRIO – MESMO QUE AQUELE SEJA O PRINCIPAL PRECURSOR DESTE

A Vontade é, pois, livre de toda PLURALIDADE, apesar de seus fenômenos no espaço e no tempo serem inumeráveis.” A vontade de potência, em Nietzsche, é múltipla e autocontraditória, jamais unitária. Um homem que cavou tão fundo só não viu que um jogo não é jogado com apenas peças brancas, ou com apenas peças pretas, sem adversário e nada mais. O jogo do universo exige vários jogadores, vontades colidindo, competindo para ver qual vai mais longe e perdura mais na humanidade.

O QUANTIFICADOR DO NADA: “Se a coisa-em-si, como acredito ter demonstrado de modo claro e suficiente, é a VONTADE, então esta, considerada nela mesma e apartada de seu fenômeno, permanece exterior ao tempo e ao espaço; por conseguinte não conhece pluralidade alguma, portanto é UNA [só porque está-se tratando da Vontade enquanto coisa-em-si, o que ela não é]. Mas, como já disse, uma não no sentido de que um indivíduo ou um conceito é uno, mas como algo alheio àquilo que possibilita a pluralidade, o principium individuationis.” Se acrescentasse que é autocontraditória, não obstante, até poderíamos aceitá-la como a versão definitiva da vontade. “Por conseqüência, a pluralidade das coisas no espaço e no tempo, que em conjunto são uma OBJETIDADE, não lhe concerne, e ela, apesar dessa pluralidade, permanece indivisa.” Desnecessário dizer que, em Nietzsche, a Vontade é a verdadeira encarnação de “objetividade”, inapurável diretamente pelo ser humano (como as Idéias de Platão).

Assim, em toda parte na natureza vemos conflito, luta e alternância da vitória, e aí reconhecemos com distinção a discórdia essencial da Vontade consigo mesma. [autocontraditória – CHECK – Will leveled up!] Cada grau de objetivação da Vontade combate com outros por matéria, espaço e tempo. Constantemente o que subsiste tem de mudar de forma, na medida em que, pelo fio condutor da causalidade, fenômenos mecânicos, químicos, orgânicos anseiam avidamente por entrar em cena e assim arrebatam uns aos outros a matéria, pois cada um quer manifestar a própria Idéia.¹ Esse conflito pode ser observado em toda a natureza.”

¹ Na medida em que Sch. emprega o verbo “manifestar”, ou seja “evidenciar”, ou seja representar, para sua concepção de Idéia (que por colocar em letra maiúscula deve equiparar à platônica, o que como já bem-mostrado é exatamente seu oposto, uma ANTI-IDÉIA), além de depois comentar que o “conflito pode ser observado” na natureza, ele fala aqui da Vontade aplicada ao reino dos sentidos, da sua Representação (PARTES 1&3 do TOMO 1). Ou ele interpreta mal a Idéia de Platão, no que não acredito neste contexto, ou o sentido da frase seria: manifestar o imanifestável (o que se esconde por trás do fenômeno). Obviamente, uma vez que a Idéia seja aplicada ao reino das aparências, não são mais as Idéias platônicas aquilo de que se fala. Essa nota de rodapé se justifica devido à péssima escolha de título para a tradução inglesa dos TOMOS 2&3, “WILL & IDEA”, que, obviamente, eu retifiquei em todos os momentos para “WILL & REPRESENTATION”, que é o que quis dizer o tradutor atrapalhado. “Manifestar a própria representação” seria contraditório no trecho acima, e não partiria da boca de Schopenhauer (felizmente é um trecho em português). O que pode confundir o leitor é que a noção de manifestar algo oculto foi conjugada com a observação direta dos fenômenos naturais, logo à frase seguinte! Mas quando assim aparecesse na versão inglesa (to manifest the representation itself) significaria que Sch. sem dúvida quisera denominar o fenômeno, e não a Vontade. Se o tradutor quisesse manter algum tipo de fidelidade simétrica e ao mesmo tempo o trambolho-palavra IDEA, deveria ter pensado em “World as IDEA & REPRESENTATION”. Representação fenomênica não poderia em caso algum ter ficado de fora do título desta obra que é, essencialmente, bipartida (torna-se quadripartida por uma espécie de chacota schopenhaueriana misturada com homenagem a Kant). Para fechar o raciocínio: supondo que Sch. se expressa corretamente no original e que o tradutor inglês quisesse efetuar ‘o melhor trabalho’, como Jair o fez pelo menos nesse trecho, podemos admitir ainda que “quer manifestar” não é o mesmo que “manifestar”, e aí sim usar “(platonic) Idea”, algo que os múltiplos fenômenos gostariam de manifestar embora não possam (would wish/aim/long/yearn/crave/urge to manifest its own Will/Idea).

No fundo, tudo isso se assenta no fato de a Vontade ter de devorar a si mesma, já que nada existe de exterior a ela, e ela é uma Vontade faminta. Daí a caça, a angústia, o sofrimento.” “Cada vontade é vontade de alguma coisa. Tem um objeto, um fim de seu querer.”

Por diversos momentos Schopenhauer parece poder desembocar numa filosofia que seria perfeitamente precursora do nietzschianismo, da transvaloração de todos os valores, do enunciado de um Übermensch, da morte de Deus ou de um eterno retorno, porém, na prática, Schopenhauer sempre retroage dessa ousadia teórica e recai no que podemos chamar, da ótica de Nietzsche, de um niilismo passivo, conforme fica claro no título sobre a relação de Schopenhauer com o cristianismo e o próprio budismo. Nietzsche soube utilizar os elementos vanguardistas de Sch. e seperar o joio do trigo em sua filosofia, i.e., evitar o caráter reacionário da falta de vontade de viver, problema do agravamento do niilismo cultural que Sch. tão engenhosamente nos revelou, mas ao qual não deu uma resposta positiva e fenomênica. Podemos dizer que o conceito schopenhaueriano de vontade é estático; em Nie. ele é dinâmico.

a translação dos planetas, a obliqüidade da elíptica, a rotação da terra, a separação entre terra firme e oceanos, a atmosfera, a luz, o calor e todos os fenômenos semelhantes, que na natureza são aquilo que o baixo fundamental é na harmonia, acomodam-se plenos de pressentimento à geração futura de seres vivos, dos quais serão o sustentáculo mantenedor. Do mesmo modo, o solo se adapta à alimentação das plantas, estas à alimentação dos animais, estes à alimentação dos predadores, e todos estes àquele primeiro.” Inconciliável: Vontade UNA / Idéias MÚLTIPLAS. Inconciliável dum ponto de vista lógico, anyway… Chutando para o espaço sideral o princípio de não-contradição, tudo isto é lícito, legítimo, coerente, irretocável.

O autoconhecimento da Vontade e, daí, a sua decidida afirmação ou negação é o único evento em si.” Parágrafo 35 in a nutshell: #EternoRetorno ; e depois retrocesso a #Camus. Nem infinito, nem retorno, nem negação: só afirmação-nova-no-tempo.

Resta apenas o mundo como representação; o mundo como Vontade desapareceu.” Resumo do objetivo de Sch. no livro 3.

Vontade livre” O alvo de ataque do Nietzsche maduro – porém, não se pode chamar a Vontade não-livre deste de “ressurreição” do imperativo categórico. Até porque não é universal nem voluntária: faz parte do caráter de poucos escolhidos, que não podem ser auto-escolhidos. Uma casta-diretriz dos valores da humanidade, os avaliadores de valores. Dizer que a vontade é livre para devorar a si mesma é negar que ela tenha outra escolha ou que a parte devorada da vontade (no final, sempre a vontade como um todo) seja parte desse mesmo destino de uma vontade una.

Que a Vontade enquanto tal seja LIVRE segue-se naturalmente de nossa visão, que a considera como a coisa-em-si, o conteúdo de qualquer fenômeno.” Novamente, é correto, do ponto de vista schopenhaueriano, pois para ele a Vontade = COISA-EM-SI (1.1).

A necessidade do agir individual foi suficientemente demonstrada por Priestley em sua Doctrine of philosophical necessity. Foi Kant, todavia, cujo mérito a este respeito é em especial magnânimo, o primeiro a demonstrar a coexistência dessa necessidade com a liberdade da Vontade-em-si (…) estabelecendo a diferença entre caráter inteligível e empírico, a qual conservo por inteiro,¹ conquanto o primeiro é a Vontade como coisa-em-si a manifestar-se em fenômenos num determinado indivíduo e num determinado grau, [neste caso o nome ‘caráter inteligível’ está pessimamente auferido – melhor seria dizer caráter metafísico ou, respeitando a própria nomenclatura do autor, caráter-em-si] já o segundo é este fenômeno mesmo tal qual ele se expõe no modo de ação segundo o tempo,¹ e já na corporização segundo o espaço. A fim de tornar mais clara a relação entre ambos, a melhor expressão a ser empregada é aquela presente no meu ensaio introdutório sobre o princípio de razão, ou seja, que o caráter inteligível de cada homem deve ser considerado como um ato extratemporal, [?] indivisível e imutável da Vontade,² cujo fenômeno, desenvolvido e espraiado em tempo, espaço e em todas as formas do princípio de razão, é o caráter empírico como este se expõe conforme a experiência, vale dizer, no modo de ação e no decurso de vida do homem.”

¹ Eis a procurada refutação de que as Vontades de Nie. e Sch. sejam sinonímias, in loco.

² Esse remendo só é necessário ao sistema schopenhaueriano porque ele não abria mão de uma Vontade una, ao invés de múltiplas Vontades em eterno conflito. Não existe unidade na natureza, apenas a aparência conceitual de tal (i.e., a palavra fenômeno quando aplicada a todo fenômeno ao mesmo tempo).

O mito aqui aludido é o da transmigração das almas. Ele ensina que todos os sofrimentos infligidos em vida pelo homem a outros seres têm de ser expiados numa vida posterior neste mundo e precisamente pelos mesmos sofrimentos. [ou em outros mundos renascidos após a destruição do atual, como prega o budismo] Tal ensinamento vai tão longe que quem apenas mata um animal nascerá no tempo infinito exatamente como este animal, sofrendo a mesma morte.” Esse quadro é muito mais horripilante que o eterno retorno da sua própria vida, Sch. – como conciliar tal contradição?

BOM (…) BELO e VERDADEIRO (…) Dentre as pessoas familiarizadas com os escritos de nossos tempos, quem não se enfastiou com aquelas 3 palavras, por mais que elas apontem coisas originariamente admiráveis? Quem não se enfastiou após ver milhares de vezes como os mais incapazes de pensamento acreditam, com boca escancarada e ares de bronco inspirado, poder apenas com a pronúncia das mencionadas palavras transmitir grande sabedoria?” “tudo o que é favorável à Vontade em alguma de suas exteriorizações e satisfaz seus fins é pensado pelo conceito BOM, por mais diferentes que essas coisas possam ser noutros aspectos. (…) tudo o que é exatamente como queremos que seja.” “felicidade (…) como sendo idêntica ou conseqüência da virtude, e isso sempre de maneira sofística (…) Ao contrário, em (…) nossa consideração, a essência íntima da virtude resultará de um esforço em direção totalmente oposta à da felicidade, ou seja, oposta à direção do bem-estar e da vida.” Estes trechos estão nesta seção porque cremos que, quando Schopenhauer se põe como adversário do cristianismo (o que ele não faz senão de modo hesitante), pode muito bem ser considerado o verdadeiro precursor de livros póstumos como O Anticristo e Muito Além do Bem e do Mal. Aliás, às vezes penso que, em contundência, e até por ter vindo primeiro, Sch. paradoxalmente aparece como o maior dentre os detratores do cristianismo. Hoje mesmo, 4/7/22, lia o personagem canastrão Fomá Fomitch, de A aldeia de Stepantchikovo de Dostoievski, declarar, em capítulos sucessivos, 1º que a virtude é o mesmo que a felicidade, para logo no seguinte, bufão que é, em 2º, dizer que a virtude é o contrário da felicidade, e que por isso se comprazeria em sofrer virtuosamente. Ao contrário de um asceta ou do próprio Sch., entretanto, este personagem dostoievskiano é incapaz de viver sem os luxos da vida nobre um dia sequer.

O BOM (sic) ABSOLUTO é uma contradição.” Reitera-se: o núcleo nietzschiano já estava bem-preparado. 1. Não há absoluto; 2. A existência do bem exige que ele seja relativo a um mal. Ambos os conceitos são relativos, posto que criados, convencionados.

o homem bom de modo algum deve ser considerado como um fenômeno da Vontade originariamente mais fraco em comparação ao homem mau.” Comentário nitidamente antitético com tomos anteriores. Porque aqui Sch. parece duvidar de si mesmo, enquanto que Nietzsche diria isso de peito aberto e muito mais convicção. Em Nietzsche, o mau, o pior, o terrível – no sentido não-depreciativo – é aquilo que tem força para transformar a si mesmo em parâmetro ou valor dos valores do que é bom e excelente. Daí a controvérsia sobre o sentido de sua vontade de poder, que é entendida por leitores incautos como alguma espécie de apologia à supremacia do mais forte, como alguma defesa do caos da natureza puro e simples ou do emprego da força bruta, em forma física ou na forma ampliada e estatal (política), o que não passa de mau uso da palavra “forte” em Nie., alguém claramente anti-darwinista e anti-Estado, antifascista avant la lettre.

O ANTI-HEGEL, O PRÉ-NIETZSCHE: “essa doutrina tão repetida de que o homem caminha progressivamente para um nível de perfeição cada vez maior, ou qualquer fé que deposita no devir o processo de desenvolvimento mundial, está em completa oposição ao conhecimento a priori de que em qualquer ponto do tempo um tempo infinito já correu, e, em conseqüência, de que tudo aquilo que deveria advir com o tempo já deve necessariamente ter existido; dessa forma abre-se uma lista interminável das contradições de assunções dogmáticas sobre a realidade dada das coisas. Por outro lado, devo veementemente recusar que qualquer doutrina de minha filosofia poderia ser adicionada a essa mesma lista, porque cada uma de minhas premissas foi pensada em presença da realidade perceptível, e nenhum pensamento importante meu tem sua raiz puramente em abstrações conceituais. Há, ainda, na minha filosofia, um pensamento fundamental aplicado a todos os fenômenos do mundo como chave; [fala da descoberta da invisível Vontade] mas esse raciocínio se prova o alfabeto correto mediante o qual todos os mundos e sentenças adquirem sentido e significado. [!] (…) Sendo assim, até agora minha filosofia é como uma soma que produz o resultado absolutamente esperado, porém não no sentido de que ela soluciona todos os problemas ou responde todas as perguntas. Afirmar qualquer coisa do gênero seria uma negação presunçosa dos limites do conhecimento humano em geral. Qualquer que seja a tocha que conduzamos à frente, e qualquer que seja o terreno iluminado por ela, nosso horizonte sempre remanescerá envolto em profunda noite. A solução definitiva do enigma do mundo está necessariamente ligada às coisas-em-si-mesmas, jamais aos fenômenos.”

O conhecimento condicionado deve repousar na fundação de toda obra de arte genuína. A mudança objetiva requerida para isso não pode proceder da vontade, justamente por tal mudança consistir na eliminação de todas as volições; a arte não pode ser ato da vontade, i.e., não pode repousar em nossa escolha.” Mas é justamente a liberdade (do intelecto) que pressuporia a negação da Vontade; o artista é o oposto da figura que Sch. descreve: um hiper-concentrador de Vontade! Significa que Schopenhauer erra duplamente no aforismo: 1) não é o intelecto o mecanismo que explica o dom (irracional); 2) ainda que o fosse, ele implicaria que o artista poderia escolher seus meios, sua forma de expressão da obra de arte, e Sch. termina a passagem contradizendo-se! Em suma, é verdade que nada disso depende de nossa escolha, mas isso depõe a favor da Vontade como protagonista do processo artístico. Como Nietzsche é muito insistente nesse ponto (o que eu defendi, contra Sch.), incluí estas aspas aqui, mas há comentários mais extensos na seção 12.5.

Não há contraste maior do que aquele entre o incessante devir do tempo, que leva todos os conteúdos consigo, e a rígida imobilidade do que é atual e presente, o que em todos os tempos é um e o mesmo. Se desse ponto de vista observamos os eventos da vida, i.e., de um ponto de vista puramente objetivo, o Nunc stans [eternidade] se torna claro e visível para nós no centro da roda do tempo. Aos olhos de um ser de vida incomparavelmente mais longa, que de um só vistaço compreendesse a raça humana em todo seu percurso, incluindo a alternação constante de nascimento e morte, nossa existência assemelhar-se-ia a uma vibração contínua. Não ocorreria a este ser interpretar nossa condição como o emergir de algo novo ou o retorno ao nada em momento algum. Assim como para nós a faísca revolvendo em círculo em alta velocidade parece um círculo contínuo, para os olhos desta criatura privilegiada em relação a nós a morte e a vida como um todo não apareceriam como mais do que vibrações daquilo que tem um Ser e permanência indiscutíveis.”

Aquele que refletir que até o agora, quando se existe, um tempo infinito já decorreu, e com ele uma infinidade de mudanças, reconhecerá sua existência como uma necessidade. Toda a extensão dos estados possíveis já se exauriu sem que com isso a existência tivesse logrado a autodestruição. Se fosse possível que o indivíduo não fosse, ele já não seria agora. A infinitude do tempo já decorrido, com a exaustão das possibilidades de eventos dela decorrente, garante que o que existe deve existir.” Veraz a acusação de Wagner de que Nietzsche apenas reproduzia Schopenhauer em seus livros mais polêmicos? [1/3] – Gaia é mais forte que bombas de hidrogênio: uma espécie de paradoxo do avô se instala no presente: no futuro ninguém apertará o botão vermelho.

Mas o grande equívoco reside de fato na palavra eu“Mas o ‘eu’ é um ponto escuro na consciência, como na retina o ponto exato em que o nervo da visão entra é cego, como o próprio cérebro, que concede ao corpo a faculdade da sensação, é inteiramente desprovido de sensação, como o corpo do sol é negro, e como o olho tudo vê, exceto a si mesmo.” [2/3] Tudo isso também foi repetido e ruminado por Nietzsche.

Porém, o seguinte aspecto deve ainda ser levado em consideração: a individualidade da imensa maioria dos homens é tão miserável e destituída de valor que com sua perda o sujeito em questão na verdade nada perde. Só naqueles em que ainda pode residir algum valor está o elemento humano universal” Imensa maioria dos homens: substrato do último homem, eterno como qualquer Um. Aqueles em que ainda pode residir algum valor: substrato do além-homem nietzschiano. [3/3!]

a mais excitante das questões metafísicas. Começo, fim e continuação são concepções que derivam simples e tão-somente do tempo, e são válidas, portanto, exclusivamente com ele em vista. Mas o tempo não tem uma existência absoluta; não é o modo de dizer da coisa-em-si, mas meramente o modo de nosso conhecimento de nossa existência e natureza, conhecimento que é aliás um tanto imperfeito e limitado aos fenômenos. Uma resposta às perguntas nascidas das nossas concepções do tempo é impossível,¹ e toda asserção nesse sentido, num ou noutro sentido, está sempre aberta a objeções convincentes.” “Tudo isso apenas quer dizer: o problema é transcendente. A morte permanece um mistério.”

¹ O que invalida qualquer possibilidade de conclusão do projeto heideggeriano de Ser e Tempo: livro que, não à toa, Heidegger jamais veio a terminar. Provavelmente porque soubesse que qualquer continuação dos dois primeiros volumes estaria aquém do projeto inicialmente traçado, que era ter essa visão ‘extra-humana’ do tempo para assim compreender o sentido do ser.

O sujeito atua na vida como executando um serviço compulsório que lhe cabe. Mas quem contraiu a dívida? – Seu progenitor, na fruição dos prazeres sensuais. Logo, porque um aproveitou, o outro deve viver, sofrer e morrer. (…) Mas minha filosofia é a única que confere à ética seus direitos totais; porque só se a verdadeira natureza do homem é sua própria vontade, e conseqüentemente ele é, no sentido mais estrito, sua própria obra, suas dívidas ou faltas pertencem de fato e inteiramente a ele próprio e devem ser pagas por ele mesmo e não por outrem. Sempre que o homem tem uma outra origem, que é obra de seres diferentes dele mesmo, [nas outras filosofias e religiões] sua culpa volta à origem.” É importante assinalar esse parágrafo nesta seção porque a tomada de responsabilidade do indivíduo pela própria vida e existência é o imperativo ético essencial implicado no eterno retorno. E o único imperativo ético que pode dar certo é anticristão, pois não temos culpa de nada; Adão não tem culpa de nada; a existência não tem culpa de nada.

Dessa forma, o problema discutido na época socrática é agora, pela 1ª vez, finalmente resolvido, e a demanda por pensar a razão enquanto moral é satisfeita.” “Minha doutrina atinge esse limite na vontade de vida, que em sua própria manifestação afirma ou nega a si mesma. (…) Devemos interromper nossa reflexão aqui” Nietzsche seguiu todos os passos de Schopenhauer, mas não parou ou se interrompeu ‘aqui’.

Um homem, ao fim de sua vida, se fosse igualmente sincero e clarividente, talvez jamais a desejasse de novo, porém, antes, preferiria a total não-existência. O conteúdo essencial do célebre monólogo em Hamlet, quando resumido, é este: nossa condição é tão miserável que o decididamente preferível seria a completa não-existência.¹ Se o suicídio efetivamente nos oferecesse esta última, de tal modo que a alternativa ‘ser ou não ser’ fosse posta no sentido pleno da palavra, então aquele seria incondicionalmente escolhido como um desenlace altamente desejável (a consumation devoutly to be wish’d). No entanto, algo em nós diz que não é bem assim”

¹ Formulação do odium fati. Mas não é essa a questão: o passado não é aniquilado. O cadáver de Hamlet não quer ter vergonhas nem arrependimentos…

7. DESPROPÓSITO DA VIDA HUMANA CONSCIENTE: A EXISTÊNCIA É SÓ UM SONHO

Eis por que de bom grado nunca ficam sozinhos com a natureza; precisam de sociedade, ao menos de um livro. Seu conhecer permanece servil à Vontade. Procuram, por conseguinte, só por aqueles objetos que têm alguma relação com o seu querer e, de tudo que não possua uma tal relação, ecoa em seu interior, semelhante a um baixo fundamental, um repetitivo e inconsolável ‘de nada serve’. Assim, na solidão, até mesmo a mais bela cercania assume para eles um aspecto desolado, cinza, estranho, hostil.”

a supressão do caráter da espécie mediante o caráter do indivíduo é caricatura, e a supressão do caráter individual mediante o caráter da espécie é ausência de significação.”

Esses indivíduos que aparecem sucessivamente estão por inteiro sozinhos, visto que a massa e a multidão da posteridade sempre será e permanecerá tão perversa e obtusa quanto a massa e a multidão de todos os tempos. – Que se leiam os lamentos dos grandes espíritos em todos os séculos sobre os seus contemporâneos: soam sem exceção como hoje, porque o gênero humano sempre foi o mesmo.”

Dom Quixote (…) alegorizava a vida de um homem que, diferentemente dos demais, não tem em vista apenas cuidar do próprio bem-estar mas persegue um fim objetivo, ideal, que se apossou de seu pensamento e querer, com o que se sente, obviamente, isolado neste mundo.”

Hamlet, a quem Horácio gostaria de seguir voluntariamente; porém, aquele pede que permaneça e respire por mais algum tempo neste ingrato mundo de dores, a fim de esclarecer o destino de Hamlet e zelar por sua memória.” “A palavra final no Maomé de Voltaire expressa isso literalmente, quando a agonizante Palmira diz a Maomé: ‘O mundo é para tiranos, vive!’

as críticas obtusas (…) que o Dr. Samuel Johnson dirige a peças isoladas de Shakespeare, censurando a sua licenciosidade: qual fato levou as Ofélias, as Desdêmonas, as Cordélias a serem culpáveis? – Só a visão de mundo rasa, otimista, racional-protestante, ou, melhor dizendo, judaica, fará a exigência de justiça poética para, com a satisfação desta, encontrar a sua própria. O sentido verdadeiro da tragédia reside na profunda intelecção de que os heróis não expiam os seus pecados individuais, mas o pecado original, i.e., a culpa da existência mesma

ADEUS, QUERIDO COCÔ (ESCREVI-O COM (C)ALMA)! “Ora, assim como estamos a todo momento contentes em conservar a forma, sem lamentar a matéria perdida, também temos de nos comportar do mesmo modo quando na morte ocorre o mesmo, porém numa potência mais elevada” “Do mesmo modo que somos indiferentes num caso, não devemos tremer no outro.” “parece tão tolo embalsamar cadáveres como o seria conservar nossos excrementos.”

Naturalmente, se pensarmos retrospectivamente nos milênios transcorridos, nos milhões de pessoas que neles viveram, perguntaremos: que foram elas? Que se fez delas? Por outro lado, precisamos só evocar o passado de nossas vidas e vìvidamente renovar suas cenas na fantasia para de novo perguntar: que foi tudo isso? Que foi feito deles? Como no caso de nossa vida, assim também no caso da vida daqueles muitos milhões. Ou deveríamos supor que o passado alcançou uma nova existência ao receber o selo da morte? Nosso próprio passado, inclusive o dia mais recente e o anterior, é tão-somente um sonho nulo da fantasia; o mesmo é o passado de todos aqueles milhões. Que foi? Que é? A Vontade, cujo espelho é a vida, e o conhecer destituído de volição, que mira claramente a Vontade nesse espelho. Quem ainda não reconheceu isso ou não o quer reconhecer pode acrescentar à questão anterior, sobre o destino das gerações passadas, ainda esta: Por que precisamente ele, o questionador, é tão feliz em possuir este tempo presente precioso e fugidio, único real, enquanto aquelas centenas de gerações de homens, sim, os heróis e os sábios daqueles tempos, naufragaram na noite do passado e assim se tornaram nada, enquanto ele, seu insignificante eu, existe realmente? Ou, de maneira mais sucinta, embora estranha: Por que este agora, seu agora, é precisamente agora, e não FOI há muito tempo?”

quem está satisfeito com a vida como ela é, quem a afirma em todas as suas maneiras, pode confiantemente considerá-la como sem fim e banir o medo da morte como uma ilusão a infundir-lhe o tolo temor de que poderia ser despojado do presente, ludibriando-o sobre um tempo destituído de presente, parecido com aquela ilusão relativa ao espaço, em virtude da qual alguém fantasia a exata posição ocupada por si no globo terrestre como a de cima, e as restantes como a de baixo.” “temer a morte porque ela nos arrebata o presente não é mais sábio do que temer deslizar para baixo no globo terrestre redondo, a partir do topo, onde felizmente nos encontramos agora.” “meio-dia sempiterno”¹ “se um homem teme a morte como seu aniquilamento, é simplesmente como se pudesse pensar que o sol se lamentaria diante da noite(*) (…) Contrariamente, quem está oprimido pelo peso da vida e ainda assim a deseja e afirma (…) não pode esperar da morte a libertação, nem pode salvar a si mesmo pelo suicídio. Apenas com aparências falsas lhe seduz o frio e tenebroso Orco, como se fôra o porto da paz.

[¹ Nietzsche puro!]

(*) Eckermann, Conversas com Goethe: (…) Goethe diz: ‘Nosso espírito é um ser de natureza totalmente indestrutível: ele faz efeito continuamente de eternidade a eternidade. É comparável ao sol, que parece se pôr apenas aos nossos olhos terrenos, mas que em realidade nunca se põe, brilhando incessantemente.’ – Goethe tomou a comparação de mim, não eu dele. [!] Sem dúvida ele a utilizou nessa conversa de 1824, em virtude de uma reminiscência, talvez inconsciente, da passagem acima escrita, pois esta aparece, com os mesmos termos aqui empregados, na 1ª ed. de minha obra, p. 401, e também ocorre novamente na p. 528, bem como na conclusão do §65. Aquela 1ª ed. lhe foi enviada em dezembro de 1818, e em março de 1819 ele mandou, por minha irmã, uma carta de congratulação para Nápoles, onde então me encontrava. À carta adicionava uma papeleta, onde assinalava os números de algumas páginas que especialmente lhe agradaram. Logo, ele lera o meu livro.”

Os males imediatamente necessários e absolutamente universais, p.ex., a necessidade no avanço da idade e a morte, bem como os muitos incômodos cotidianos, normalmente não nos entristecem.”

É realmente inacreditável o quanto a vida da maioria dos homens, quando vista do exterior, decorre insignificante, vazia de sentido e, quando percebida no seu interior, decorre de maneira tosca e irrefletida. Trata-se de um anseio e tormento obscuro, um vaguear sonolento pelas 4 idades da vida em direção à morte, acompanhado por uma série de pensamentos triviais. Assemelham-se a relógios aos quais se deu corda e funcionam sem saber por quê. Todas as vezes que um homem é gerado e nasce, o relógio da vida humana novamente tece a corda, para mais uma vez repetir o seu estribilho inúmeras vezes tocado: frase por frase, medida por medida, com insignificantes variações. – Todo indivíduo, todo rosto humano e seu decurso de vida é apenas um sonho curto a mais do espírito infinito da natureza, da permanente Vontade de vida; é apenas um esboço fugidio a mais traçado por ela em sua folha de desenho infinito, ou seja, espaço e tempo, esboço que existe ali por um mero instante se for comparado a ela, e depois é apagado, cedendo lugar a outros. Contudo, e aqui reside o lado sério da vida, cada um desses esboços fugidios, desses contornos vazios, tem de ser pago com toda a Vontade de vida em sua plena veemência, mediante muitas e profundas dores e, ao fim, com uma amarga morte, longamente temida e que finalmente entra em cena. Eis por que a visão de um cadáver nos torna de súbito graves.

A vida do indivíduo, quando vista no seu todo e em geral, quando apenas seus traços mais significativos são enfatizados, é realmente uma tragédia; porém, percorrida em detalhes, possui o caráter de comédia, pois as labutas e vicissitudes do dia, os incômodos incessantes dos momentos, os desejos e temores da semana, os acidentes de cada hora, sempre produzidos por diatribes do acaso brincalhão, são puras cenas de comédia.”

Se se conduzisse o mais obstinado otimista através dos hospitais, enfermarias, mesas cirúrgicas, prisões, câmaras de tortura e senzalas, pelos campos de batalha e praças de execução, e depois lhe abríssemos todas as moradas sombrias onde a miséria se esconde do olhar frio do curioso; se, ao fim, lhe fosse permitida uma mirada na torre da fome de Ungolino, ele certamente também veria de que tipo é este meilleur des mondes possibles.”

Cada um mira a própria morte como o fim do mundo; já a morte dos seus conhecidos é de fato ouvida com indiferença” “O lado terrível disso se encontra na vida dos grandes tiranos e facínoras, nas guerras que devastam o mundo, enquanto o seu lado hilariante é objeto da comédia, e aparece sobretudo na presunção e na vaidade, o que Rochefoucauld, melhor que qualquer outro escritor, conseguiu apreender e expor in abstracto.”

Éris (…) expulsa do conflito dos indivíduos por meio da instituição estatal, retorna de fora como guerra entre os povos e então exige, no seu total e numa só parcela, como débito acumulado, sacrifícios sangrentos, os quais se lhe haviam evitado ao recorrer-se à astuta precaução. Sim, supondo-se que tudo isso fosse, ao cabo, ultrapassado e posto de lado por uma prudência acumulada pela experiência de milênios, o resultado seria a efetiva superpopulação de todo o planeta, cujo horrível mal só uma imaginação audaciosa poderia agora tornar presente.”

Os dias passam cada vez mais rápido, os eventos perdem sua significância, tudo se torna lívido. O homem avançado em idade tateia ao redor mancando ou permanece num canto como uma sombra, um fantasma de seu antigo eu. O que restaria acaso para a morte destruir?”

Que uma mosca que zumbe agora em meus ouvidos vá dormir esta noite, e zumba de novo amanhã, ou morra nessa mesma noite, e então na primavera seguinte outra mosca que nasceu dos ovos daquela antiga zumba novamente: tudo isso em si mesmo é a mesma coisa

Repare em seu cachorro. Quão despreocupado e pacificamente ele vive! Muitos milhares de cães tiveram de perecer até que chegasse a vez desse exemplar viver. Mas a morte dessa infinidade de antepassados não afetou em nada a Representação do cachorro. O cão de hoje existe tão fresco e dotado com força vital quanto os indivíduos mais primitivos da espécie. Todo dia ele vive como se fosse seu primeiro dia e como se nunca um dia pudesse ser seu último. Nos seus olhos brilha o princípio indestrutível dessa vida cíclica e inexaurível, o archaeus [arquétipo].”

FILOSOFIA VAMPÍRICA AVANT LA LETTRE: “Desejar que a individualidade fôra imortal não significa nada mais que desejar a perpetuação de um erro infinitamente. Pois no fundo toda individualidade é apenas um erro singular, um passo em falso, algo que era melhor jamais ter sido”

Eis o ponto em que a filosofia transcendental se conecta à ética. (…) o medo de que, com a morte, tudo terminará se iguala ao caso daquele que imagina, num sonho, que há apenas sonhos sem um sonhador.”

Os terrores da morte dependem em maioria da falsa impressão de que se o ego desaparece agora, o mundo continua. Mas na verdade é o oposto” O rio Lethe da Vontade é a morte de um indivíduo. Com o esquecimento, a Vontade está livre e inexausta novamente para poder desejar, noutro invólucro.

8. SOBRE O SUICÍDIO

o suicídio já se nos apresenta aqui como um ato inútil e, por conseguinte, tolo. Quando tivermos avançado ainda mais em nossa consideração, ele aparecerá numa luz menos favorável ainda.” Nem para o moribundo incurável que já sentiu o doce mel da vida entre os lábios?

Eis por que nas maiores dores espirituais a pessoa arranca os cabelos, golpeia-se no peito, arranha o rosto, atira-se ao chão: tudo sendo propriamente apenas meios violentos de distração em face de um pensamento de fato insuportável. E justamente porque a dor espiritual, como a mais aguda de todas, torna alguém insensível à dor física, o suicídio é bastante fácil para quem se encontra desesperado ou imerso em desânimo crônico, embora antes, em estado confortável, tremesse com tal pensamento. De maneira semelhante, preocupações e paixões, portanto o jogo do pensamento, abalam o corpo muito mais freqüente e intensamente que deficiências físicas.”

o suicídio não fornece salvação alguma: o que cada um QUER em seu íntimo, isto ele deve SER; e o que cada um É, precisamente isto ele QUER.”

terrível e lenta autopunição para a completa mortificação da Vontade: o que ao fim pode conduzir à morte voluntária mediante jejum, atirar-se aos crocodilos ou precipitar-se do pico sagrado do alto do Himalaia ou ser sepultado vivo, e também mediante o lançar-se sob as rodas do carro colossal que passeia as imagens de deuses entre o canto, o júbilo e a dança das bailadeiras (apsaras). [hinduísmo]” “Tanta concordância em épocas e povos tão diferentes é uma prova factual de que aqui se expressa não uma excentricidade ou distúrbio mental, como a visão otimista rasteira de bom grado o afirma, mas um lado essencial da natureza humana, e que, se raramente aparece, é tão-só em virtude de sua qualidade superior.”

O suicídio, em realidade, é a obra-prima de Maia na forma do mais gritante índice de contradição da Vontade de vida consigo mesma.”

o suicida se assemelha a um doente que, após ter começado uma dolorosa operação de cura radical, não permite o seu término, preferindo permanecer doente. (…) Eis por que todas as éticas, tanto filosóficas quanto religiosas, condenam o suicídio, embora elas mesmas nada possam fornecer senão estranhos argumentos sofísticos.” “quietivo final”

Reconhecidamente, de tempos em tempos repetem-se casos nos quais o suicídio é estendido às crianças. O pai mata os filhos que tanto ama e em seguida a si próprio. Se tivermos em mente que a consciência moral, a religião e todos os conceitos tradicionais fazem reconhecer no assassinato o pior crime; e que, porém, o pai o comete na hora da própria morte e em verdade sem ter nessa ocasião motivo egoístico algum, então o ato só pode ser explanado como se segue. A vontade do indivíduo se reconhece imediatamente nas crianças, enredada na ilusão que envolve o fenômeno como se fosse a essência-em-si e, ademais, profundamento abalado pelo conhecimento da miséria de toda vida, acredita que, ao suprimir o fenômeno, também suprime a essência mesma; portanto, deseja resgatar a si e aos filhos da existência e de suas penúrias.”

Entre esta morte voluntária resultante do extremo da ascese e aquela comum resultante do desespero, deve haver muitos graus intermediários e combinações, sem dúvida difíceis de explanar. Contudo, a mente humana tem profundezas, obscuridades e complicações cuja elucidação e detalhamento são de extrema dificuldade.”

A tendência ao suicídio é especialmente hereditária.”

9. EPISTEMOLOGIA DAS CIÊNCIAS NATURAIS

o fim e ideal de qualquer ciência da natureza é, no fundo, um materialismo desenvolvido até as suas últimas consequências.”

o fim da ciência não é a certeza máxima, pois esta pode ser igualmente encontrada até mesmo no conhecimento singular, mais desconexo, mas a facilitação do saber mediante a sua forma (…) dizer (…) que a cientificidade do conhecimento reside na sua maior certeza é uma opinião equivocada, como também é falsa a afirmação daí proveniente de que só a matemática e a lógica seriam ciências no sentido estrito do termo, visto que somente nestas, devido a sua completa aprioridade, tem-se certeza irrefutável do conhecimento.” “o velho erro de que somente aquilo que é demonstrado é completamente verdadeiro (…) Antes, ao contrário, cada demonstração precisa de uma verdade indemonstrável que em última instância sustenta a ela ou a sua demonstração.” Heidegger plagiará essas aspas em Ser e Tempo, sem dar o crédito.

Ora, como todas as demonstrações são silogísticas, não é preciso primeiro procurar demonstração para uma nova verdade, mas uma evidência imediata. Só pelo tempo em que esta se encontra ausente é que a demonstração pode ser provisoriamente fornecida. Nenhuma ciência pode ser absolutamente demonstrável, tampouco quanto um edifício pode sustentar-se no ar. Todas as suas demonstrações têm de ser remetidas a algo intuitivo, por conseguinte não mais demonstrável. (…) Toda evidência última, i.e., originária, é INTUITIVA, o que a palavra já o indica.”

DEBATEDORES E REFUTADORES DE REDES SOCIAIS: “Demonstrações são destinadas não tanto aos que estudam mas antes aos que querem disputar. Estes negam obstinadamente a intelecção imediatamente fundamentada.”

nenhum ramo das ciências naturais, p.ex., a física, a astronomia, a fisiologia, pode ser descoberto de uma só vez, como foi possível com a matemática e a lógica, mas precisaram e precisam de experiências completas e comparadas de muitos séculos.”

Ciências “quantitativas” para o autor: história natural, fisiologia, mineralogia, geologia, mecânica, físico-química…

Chamaríamos, no lugar do “quantitativo” de Sch., de ciências meramente descritivas. Poderia incluir a própria psicologia se fosse uma disciplina formada em sua época.

9.1 A MATEMÁTICA E A LÓGICA: ARISTÓTELES E NIILISMO

De nossa parte exigimos a remissão de cada fundamentação lógica a uma intuitiva. A matemática euclidiana, ao contrário, empenha-se com grande afinco, em todo lugar, em descartar deliberadamente a evidência intuitiva sempre ao alcance da mão, substituindo-a por uma evidência lógica.” “Euclides (…) em vez (…) de nos dar uma intelecção fundamental da essência do triângulo, simplesmente formula algumas proposições desconectadas e escolhidas arbitrariamente acerca dessa figura, fornecendo dela um fundamento de conhecimento lógico por meio de uma demonstração laboriosa conduzida segundo o princípio de contradição. (…) Quase se tem a sensação desconfortável parecida àquela produzida por um truque.” “Outras vezes, como no teorema de Pitágoras, linhas são traçadas sem se saber ao certo por quê; depois se nota que eram laços estendidos para capturar desprevenida a concordância do leitor, o qual, atônito, tem de admitir o que, em seu foro íntimo, permanece completamente inconcebível, tanto mais que pode estudar a matemática euclidiana inteira sem ganhar uma intelecção propriamente dita das leis das relações espaciais, mas apenas aprende de memória alguns de seus resultados.” “Entretanto, a maneira como tudo isso foi conduzido por Euclides mereceu toda a admiração que os séculos lhe dedicaram, indo tão longe a ponto de seu método de tratamento da matemática ter sido declarado modelo de todas as exposições científicas, segundo o qual se procurou modelar as demais ciências.”

É em geral o método analítico o que desejo para a exposição da matemática, em vez do sintético, usado por Euclides.” “Na Alemanha começa esporadicamente a mudar a exposição da matemática, e o caminho analítico é trilhado mais vezes.”

o princípio de contradição mesmo, que é uma verdade metalógica e fundamento universal de toda demonstração lógica. Quem nega a necessidade intuitivamente exposta das relações de uma proposição expressa espacialmente pode com igual direito negar os axiomas, a conclusão enquanto conseqüência das premissas, sim, pode até mesmo negar o princípio de contradição: pois tudo isso são coisas igualmente indemonstráveis, imediatamente evidentes e conhecidas a priori.”

É esse Hobbes o mesmo que, em seu livro De principiis Geometrarum, caracteriza estranhamente seu modo de pensamento, no todo empírico, negando por completo a matemática propriamente pura, ao afirmar, obstinadamente que o ponto possui extensão e a linha possui largura, e, como nunca podemos exibir-lhe um ponto sem extensão e uma linha sem largura, tampouco podemos fazer-lhe compreender a aprioridade da matemática ou a aprioridade do direito, visto que ele se fecha a qualquer conhecimento não-empírico.”

A dependência do fator tempo em toda contagem é-nos revelada pelo fato de que em todas as línguas ‘multiplicação’ é expressa exatamente por tempo, i.e., por um conceito-de-tempo: sexies, six fois, sex mal [seis vezes].” Vez no dicionário: período igual de tempo, do latim para ‘sucessão’.

o conceito de NADA é essencialmente relativo e sempre se refere a algo determinado, que ele nega. Essa qualidade foi atribuída (especialmente por Kant) apenas ao nihil privativum que, sinalizado com (-) em oposição a (+), podia, de um ponto de vista invertido, tornar-se (+). Ora, em oposição ao nihil privativum foi estabelecido o nihil negativum, o qual em toda relação sempre seria nada, utilizando-se como exemplo a contradição lógica,¹ que se suprime a si mesma.” Belo trecho dessa vez, significativamente elucidativo! A propósito, o matemático curioso com relação à filosofia, porém essencialmente leigo, que, lendo passagens como essa, lançasse a hipótese de que a filosofia continental (até Sch., pelo menos) nada mais é que “discussões excessivamente abstratas de matemáticos entre si” estaria de certa forma correto

¹ Princípio aristotélico (princípio da não-contradição), talvez o mais importante da Primeira Filosofia (ironia das ironias, ele não é um conceito meta-Lógico, i.e., não deveria servir para elaborar metafísica, e sim apenas para discussões práticas): Se A é não-B, e se B é não-A, logo: A não pode ser não-A (auto-evidente); não-A é B; B não pode ser não-B; não-B é A. O que seria o ‘nada negativo’ que Schopenhauer enumera? Aquilo que não existe formalmente: um A = não-A ou B = não-B; ou ainda: um superveniente C que se identificasse com A e B ao mesmo tempo (o que seria chamado, desde Aristóteles, também de absurdo ou impossibilidade). O nada não tem lugar no mundo dos fenômenos. Para transcender esse ‘sistema’, teríamos de imaginar um mundo ou uma filosofia contraditórios, i.e., transgredir esse princípio básico da não-contradição, aceitar e abraçar o absurdo e o paradoxal. Este trecho também nos ajuda a compreender por que Schopenhauer “santifica” seu bem ascético, i.e., dá um status de bem absoluto à negação da Vontade, em que pese dizer que o “bem absoluto” é uma contradição e que só existe o bem relativo. Dentro deste quadro de superação-de- ou de aplicação-literal-e-extrema-de-Aristóteles, o filósofo consegue ser coerente consigo mesmo (ele representa o C que se identifica ao mesmo tempo com o A e o B) – levando a lógica às últimas conseqüências do lado de cá (do mundo das aparências e, paradoxalmente, do mundo cristão, que justamente nega por inteiro este mundo das aparências!).

qualquer nada (…) subsumido em um conceito mais amplo é sempre apenas um nihil privativum. (…) exemplo do não-pensável, necessariamente requerido na lógica para demonstrar as leis do pensamento.” “O universalmente tomado como positivo, o qual denominamos SER, e cuja negação é expressa pelo conceito NADA na sua significação mais geral, é exatamente o mundo como representação

Negação, supressão, viragem da Vontade é também supressão e desaparecimento do mundo, seu espelho. Se não miramos mais a Vontade neste espelho, então perguntamos debalde para que direção ela se virou, e em seguida, já que não há mais onde e quando, lamentamos que ela se perdeu no nada.” Mais fácil falar e especular do que escapar efetivamente do problema do nada negativo ou absoluto, do qual não se escapa. Enquanto houver fenômeno, há Vontade. Sempre.

9.2 A ASTRONOMIA

CÉU, O LABORATÓRIO PERFEITO: “Eis o material inteiro da astronomia que, tanto pela sua simplicidade quanto pela sua segurança, conduz a resultados definitivos e muito interessantes, fazendo jus à grandeza e importância de seus temas. P.ex., se conheço a massa de um planeta e a distância de seu satélite, posso concluir com certeza o período de translação do último conforme a segunda lei de Kepler. O fundamento dessa lei é que, a essa distância, apenas essa velocidade determinada é capaz de manter o satélite orbitando em torno do seu planeta, impedindo que caia nele.”

o movimento aparente dos planetas é conhecido empiricamente. Depois de muitas hipóteses falsas sobre a relação espacial desse movimento (órbita planetária), a hipótese verdadeira foi finalmente encontrada, bem como as leis que o movimento segue (as leis de Kepler). Por fim, também a causa destes (gravitação universal) e a concordância empiricamente conhecida de todos os casos observados com o conjunto inteiro das hipóteses e suas conseqüências (…) forneceram a certeza completa.”

não se deve procurar nenhum primeiro empuxo para a força centrífuga, mas ela, nos planetas, conforme a hipótese de Kant e Laplace, é o resíduo da rotação originária do corpo central, de onde os planetas se separaram e esse corpo se contraiu, e ao qual o movimento é essencial: ele ainda possui rotação e vaga ao mesmo tempo no espaço sem fim, ou translada talvez em torno de um corpo central maior, invisível para nós. Essa visão concorda inteiramente com a conjetura dos astrônomos acerca de um sol central e também com o distanciamento observado de todo o nosso sistema solar, e talvez de toda a galáxia à qual pertence o nosso sol” Toda periferia tem um centro, e o centro mesmo é uma periferia de outro centro maior e no entanto mais ignoto.

9.3 A FÍSICA

Ah, se não se fosse tão estúpido a ponto de se ver quase que paralisado por conta dos grandes fenômenos! Assim como, erradamente, criaram uma alma para o cérebro, deveriam, seguindo o exemplo, ter explicado a digestão por uma alma no estômago, a vegetação por uma alma na planta, a afinidade química por uma alma nos reagentes, aliás, até a queda de uma pedra pela alma da pedra.”

sempre restarão forças originárias; sempre restará, como resíduo insolúvel, um conteúdo do fenômeno que não pode ser remetido a sua forma; sempre restará, portanto, algo não mais explanável por outra coisa senão, e em conformidade com, o princípio de razão.

A altura a que as ciências naturais se alçaram em nosso tempo ridiculariza todos os séculos passados, e este é um píncaro que a humanidade atinge pela primeira vez. Mas não importa quão majestosos sejam os avanços que a física (entendida no amplo sentido dos antigos) nos possa proporcionar, nem o menor dos passos foi dado no caminho de uma metafísica, assim como um avião jamais obterá proporcionalmente mais espaço cúbico (volume) por ser maior longitudinalmente. E não é só: mesmo que o homem viajasse por todos os planetas e estrelas fixas, ainda nem por isso ter-se-ia aproximado um passo dessa metafísica. É justamente o caso contrário: o de que quão maiores forem os avanços na física mais sentiremos a necessidade de uma metafísica.

Somente se nos privarmos à força dessa primária e simples informação [de que tudo tem uma causa] podemos por um breve período nos maravilharmos com o processo de nossas próprias ações corpóreas como um milagre, quer seja, o de que entre o ato da vontade e a ação do corpo não há, realmente, conexão causal, posto que são diretamente idênticos, sua aparente diferença residindo na simples circunstância de que, aqui, o que é um e o mesmo é apreendido por nós como 2 modos diferentes de conhecimento, o externo e o interno [movimento material x intenção].”

Na Alemanha, os ensinamentos de Kant preveniram a continuidade irrestrita das absurdidades da física atomística e puramente mecânica; muito embora no presente mais imediato essas concepções prevaleçam por aqui, isto é conseqüência da frivolidade, opacidade, crueza e tontice reintroduzidas por Hegel em nosso meio.”

O materialismo inevitavelmente se converte em atomismo; como já aconteceu em sua infância nas mãos de Leucipo e Demócrito, e vem acontecendo novamente na sua segunda infância, causada pela idade; com os franceses porque eles nunca chegaram à filosofia kantiana, e com os alemães porque eles a esqueceram. E esse movimento é levado muito além nessa segunda infância. Não só corpos sólidos são ditos como consistindo de átomos, mas até os líquidos, a água, e depois o ar, os gases, não, mesmo a luz, que, dizem as teorias materialistas, consiste em ondulações de um éter completamente hipotético, impassível de prova mesmo pelo dogmatismo empiricista. Segundo eles a luz consistiria de átomos, explicando-se as diferentes cores pela rapidez variável dessas ondulações. Essa é uma hipótese científica que, como com a velha teoria das 7 cores de Newton, começa a partir de uma analogia com a música, inteiramente arbitrária e violentamente levada adiante.”

CRÍTICA AOS NEOMATERIALISTAS OU MATERIALISTAS MECANICISTAS E DETERMINISTAS (Schopenhauer nunca chegou a conhecer o Marxismo): “Diferentes movimentos perpétuos são então atribuídos a todos os átomos, rotações, vibrações, &c., de acordo com a função de cada qual; da mesma forma todo átomo tem sua atmosfera ou éter, ou então algo mais, e tudo que for necessário para dar plausibilidade à teoria é posteriormente acrescentado. As inventividades da filosofia da natureza de Schelling e seus discípulos eram, pelo menos, engenhosas, altivas, ou no mínimo sagazes; mas estes, [refere-se aos materialistas ruins de sua época] pelo contrário, são desajeitados, insípidos, reles e estranhos; há agora a legítima produção de mentes que são, acima de tudo, incapazes de conceber qualquer outra realidade que não a de uma matéria fabulosa, sem-qualidade. Essa matéria é um objeto absoluto, a saber, um objeto sem sujeito. Em segundo lugar, esses neo-materialistas não pensam em nenhuma outra atividade que não seja movimento e impacto: esses dois, e somente esses dois, são-lhes compreensíveis. Que tudo possa ser reduzido a movimento e impacto é sua afirmação a priori; é a coisa-em-si deles.” “Para eles o curso do mundo é como o de um relógio depois que o relojoeiro montou todas as peças e lhe deu corda, isto é, aqueceu-o, estimulou-o, tornou-o frenético. Daí que, deste ponto de vista artificial e incontestável, vemos o universo convertido em mera máquina ou engrenagem, cujo propósito nos é insondável. Mas ainda que, mesmo sem justificativas palpáveis para isso, aliás, no fundo, a despeito de toda o caráter concebível da coisa e de se a imaginar regida perfeitamente por leis físicas, ainda que alguém assumisse a seu bel prazer um primeiro começo, nada seria por isso essencialmente modificado. Pois a primeira condição das coisas, arbitrariamente estabelecida, por óbvio, determinaria de antemão e automaticamente, fixando-os irrevogavelmente – dos mínimos detalhes ao todo do sistema –, todos os estados sucedâneos.” Não deixaria de ser um postulado totalmente correto – tirante que não se aplica, evidentemente, à natureza humana que é a da responsabilidade pela própria existência! Ou seja: se a estética pudesse viver sem a ética e vice-versa, até que estes toscos materialistas poderiam ser sábios; no mundo como ele é, entretanto, são apenas uns parvos.

Se um insight direto dos trabalhos da natureza nos fosse possível, forçosamente reconheceríamos que o espanto e admiração provocados pela teleologia são análogos aos sentimentos experimentados pelo selvagem descrito por Kant em sua explicação do cômico e do riso na Crítica da faculdade do juízo. O selvagem em questão, quando viu espuma jorrar de uma garrafa de cerveja recém-aberta, disse assim: Não é que eu esteja espantado pelo jeito como esta espuma saiu da garrafa; estou espantado que qualquer um consiga colocá-la aí dentro!Não podemos responder como o que existe, existe; apenas confessar que existem e conformarmo-nos.

9.4 A BIOLOGIA

Tampouco a explanação fisiológica da vida vegetativa (functiones naturales, vitales), por mais longe que se vá, pode suprimir a verdade de que toda vida animal a se desenvolver nesses moldes é ela mesma fenômeno da Vontade. De modo geral, como foi elucidado antes, cada explanação etiológica só pode fornecer a posição necessariamente determinada no espaço e no tempo de um fenômeno particular, seu aparecimento necessário conforme uma regra fixa. Mas por essa via a essência íntima do fenômeno permanece sempre infundada, sendo pressuposta por qualquer explanação etiológica, e apenas indicada pelo nome força, lei natural ou, caso se trate de ações, caráter, vontade.”

O cão está para o homem como a taça de vidro está para a taça de metal, e é por isso que o cão é-nos tão querido: dá-nos imenso prazer perceber nele todas essas inclinações e emoções que nós mesmos, em nosso cotidiano, escondemos e disfarçamos tão bem de nossos iguais; e exibidas, o que é mais, de modo tão simples e franco por cada exemplar diante de seu dono.”

a opinião, tão afetada e forçada em nossos dias, de que há vida no que não é organizado, aliás no globo em si mesmo, e de que, também, o sistema planetário inteiro seria um organismo, é inteiramente inadmissível.” Curioso, porém: atende-se ao pré-requisito estabelecido por Schopenhauer para seres organizados da manutenção da forma (circular, cíclica), com mudança constante de material, isto é, sol, cometas, asteróides e planetas não estão quimicamente congelados no tempo e mantêm entre si uma certa homeostase ‘individual’ e ‘sistemática’. Poder-se-ia objetar que o núcleo da terra ou do sol não poderiam se manter com uma simples troca atômica (mudança de material), mas poderá ser que as constantes mudanças na superfície da terra e da lua – para citarmos só dois corpos celestes – não afetam sua existência? Na verdade essa questão não faz sentido justamente por não se tratar de vida – forma-conteúdo são unos na transformação climática que está acontecendo, p.ex..

Para muitos filósofos de baixa qualidade, toda teleologia é ao mesmo tempo uma teologia, e a cada instância de finalidade reconhecida na natureza, em vez de pensar e aprender a compreendê-la, eles prorrompem no seu grito infantilizado, ‘Propósito! Propósito!’, começam a usar os refrões da velha e sempre subsistente filosofia de comadronas (o ápice do pensamento domesticado) e se tornam surdos a qualquer argumento da razão, como, p.ex., o grande Hume já lhes tinha lançado antes mesmo de eles nascerem.” Traduzindo este parágrafo para uma linguagem mais direta e acessível: se é para fazer metafísica de baixa qualidade, o melhor mesmo é seguir em investigações empíricas sobre a natureza, sem tecer nenhuma hipótese maior que as próprias pernas.

Por que o indivíduo existe seria respondido de forma clara; mas por que existe a espécie mesma? Essa é uma pergunta que a natureza, quando considerada de forma meramente objetiva, não pode responder.”

Devo aqui expressar a minha opinião de que não há pele de cor branca natural no homem. Originalmente ele só pode ter tido pele negra ou parda, como nossos ancestrais os hindus. Um homem branco nunca nasceu do útero da Mãe-Natureza; não há o que chamam de ‘raça branca’. Todo homem branco de hoje é resultado do desbotamento gradual da cor, de um clareamento artificial de gerações. (…) Os ciganos, uma raça indiana que migrou à Europa há não mais do que 400 anos, demonstram o estado de transição entre a compleição dos hindus e a nossa. Nos impulsos de procriação, a natureza que fala no homem deseja o retorno dos cabelos negros e dos olhos marrons, que são o fenótipo primitivo.”

10. A MEDICINA

Não está ao nosso alcance ensinar e aprender in abstracto uma Fisionômica, porque as nuances são aqui tão sutis que conceito algum tem flexibilidade para lhes corresponder. Conseqüentemente, o saber abstrato está para elas como uma imagem de mosaico está para um quadro de VAN DER WERF ou DENNER.” Gall e Lavater como imbecis altamente intuitivos que creram poder ensinar algo inócuo e amorfo – sobre formas! – em calhamaços… Sua sensação de que “ninguém houve de semelhante antes de mim” induziu-os ao erro de se crerem gênios, mas tão-só lidavam com algo que não era passível de ser ensinado, e ninguém intuitivo como eles quis ser tão temerário.

Por isso sou da opinião de que a [ciência] fisionômica não pode avançar com segurança a não ser até o estabelecimento de algumas regras muito gerais, como p.ex. estas: na testa e nos olhos pode-se ler o que há de intelectual numa pessoa, já na boca e na metade inferior da face o que há de ético, as manifestações da vontade. Testa e olhos se explicitam reciprocamente: tomados isoladamente são compreensíveis apenas pela metade. O gênio nunca é sem uma testa alta, larga, belamente arqueada, mas a recíproca amiúde não é verdadeira. O espírito pode ser inferido de um semblante espirituoso tanto mais seguramente quanto mais feia for a face, e, de um semblante estúpido pode-se inferir tanto mais seguramente a estupidez quanto mais bela for a face; porque a beleza, enquanto correspondência com o tipo da espécie, já porta em e por si a expressão da clareza espiritual, o contrário ocorrendo com a fealdade, etc.” Varg Vikernes possui uma face estúpida quando jovem; depois, uma expressão austera, que no entanto nos ludibria (feiúra encobridora), posto que ele não é um sábio (confirmação da regra).

A sensibilidade em si mesma é totalmente incapaz de contrair um músculo sequer. Isso só pode ser realizado pelo próprio músculo, e sua capacidade para realizá-lo é chamada irritabilidade, i.e., suscetibilidade ao estímulo.” “a Vontade é o substrato metafísico da irritabilidade do músculo”

Ultimamente, a perspectiva fisiológica tem, finalmente, prevalecido na Patologia. Segundo esta, doenças são em si um processo curativo da natureza, que esta última introduz a fim de remover, superando suas causas, uma desordem que de alguma forma inoculou-se no organismo. Na batalha decisiva, a crise, esse processo regenerador é ou vitorioso, reconquistando a saúde para o organismo, ou derrotado.” “Por outro lado, que a vontade¹ seja ela própria a enfermidade, como afirmou Brandis repetidas vezes em sua obra Über die Anwendung der Kälte, [Sobre o emprego do frio (para a cura das doenças)] que citei na 1ª parte do meu ensaio Sobre a Vontade na Natureza, isso não passa de um grande mal-entendido.”

¹ Entendo que se esteja empregando o termo aqui no sentido mais fisiológico da coisa, i.e., temperamento ou disposição do paciente, daí a tradução pela letra minúscula.

As reflexões de Bichat e as minhas apóiam-se reciprocamente: sua obra é o comentário fisiológico da minha; e a minha é o comentário filosófico da dele. Seria melhor para o leitor isolado de qualquer um de nós que lesse o outro, para melhor entender cada qual.” “Como anatomista e fisiologista ele principia pelo objetivo, i.e., a consciência de outras coisas; eu, como filósofo, principio pelo subjetivo, a auto-consciência.”

um corpo desajeitado e atrapalhado indica pensamentos desajeitados e atrapalhados, e será visto como sinal de estupidez tanto em indivíduos quanto no caráter geral das nações, tanto como a ausência de autocontrole e a vacuidade do olhar. Outro sintoma do estado fisiológico em questão (a falta de inteligência) é o fato corrente de que muitas pessoas, ao dialogarem em movimento, se vêem obrigadas a parar no meio do passeio sempre que a conversação com um outro, que siga caminhando normalmente, comece a estabelecer múltiplas conexões e entrelaçamentos temáticos; o cérebro destes primeiros, tão limitado, assim que se vê premido a juntar pensamentos abstratos de ordem não tão mesquinha, vê-se sem reservas energéticas e tem de usar também o poder de concentração que lhe era necessário a fim de manter os membros em livre movimentação, isto é, a motricidade nervosa do tolo tem de se dedicar à conversa, uma vez que no mundo das pessoas que vivem mergulhadas nas aparências o que há de mais profundo para elas ainda está muito perto da superfície mais elementar, é tudo uma coisa só. [!!]As pessoas que não conhecem o – ou nunca fixaram o olhar no – abismo.

10.1 CONTRIBUIÇÕES À PSIQUIATRIA (FISIOLOGIA DO GÊNIO)

Que veementes sofrimentos espirituais ou terríveis e inesperados eventos com freqüência ocasionam a loucura, explano-o da seguinte maneira. Todo sofrimento desse tipo está sempre limitado, enquanto acontecimento real, ao presente. Nesse sentido, é sempre transitório e, assim, nunca excessivamente grave.” “quando um tal desgosto, um tal saber doloroso, ou pensamento, é tão atormentador que se torna absolutamente insuportável e o indivíduo poderia sucumbir a ele, a natureza assim angustiada recorre à LOUCURA como último meio de salvação da vida.” “Como exemplo considere-se o furioso Ajax, o rei Lear e Ofélia.”

um pulso enérgico e até mesmo, de acordo com Bichat, um pescoço enxuto, são pré-requisito para atividades de ordem superior no cérebro. (…) Mas o oposto do acima também ocorre: desejos veementes, caráter afetado e violento, tudo isso aliado a um baixo intelecto, i.e., cérebro pequeno de má conformação num crânio não obstante largo. Este é um fenômeno tão comum quanto repulsivo: podemos compará-lo à aparência da beterraba.”

A ESTUPIDIFICAÇÃO DO SEU PRINCIPAL SUCESSOR (HEBETUDE RETARDADA): “mediante o esforço repetitivo nosso intelecto se afadiga até a completa estupefação, se torna exausto, como uma pilha voltaica depois de sucessivos choques. Sendo assim, todo labor mental contínuo demanda pausas e descanso; de outra forma a estupidez e a incapacidade seguem, a princípio, é claro, apenas temporariamente; mas se esse descanso é persistentemente negligenciado ao intelecto, ele tornar-se-á excessiva e ininterruptamente cansado, e a conseqüência é uma deterioração permanente, que num homem já velho passa por completa incapacidade, infantilidade, imbecilidade, e finalmente loucura. Esta não deve ser atribuída à idade, em e por si mesma, mas a esforços cerebrais demasiados, tiranicamente longos e incessantes, no caso de sobrevir no fim da vida. Essa é a razão de Swift ter terminado louco, de Kant se ter tornado infantil, de Walter Scott, mas também Wordsworth, Southey e muita minorum gentium [gente pequena, anônimos] acabarem como tolos ineptos. Goethe permaneceu até o fim lúcido, vigoroso e de mente muito ativa, porque ele, que nunca deixou de ser um homem do mundo e um cortesão, nunca transformou suas ocupações em compulsão. O mesmo pode-se dizer positivamente de Wieland e Kuebel, este último vivo até os 91, e também de Voltaire. Tudo que acabei de dizer prova quão subordinado e material, e que mera ferramenta, o intelecto é. É por isso que seu cultivo requer, pela terça parte da vida, sua suspensão no estado do sono, i.e., o repouso do cérebro, do qual o intelecto é mera função, tanto que não existe intelecto sem cérebro apesar de poder existir o contrário, além do estômago necessariamente preceder a digestão, ou o corpo preceder suas impulsões, de modo que em idade avançada não só o corpo como os instintos se debilitam e decaem. A Vontade, por outro lado, como a coisa-em-si, nunca é lerda, é absolutamente incansável, sua atividade é sua essência, nunca deixa de desejar, e quando, durante o sono profundo, abandona o intelecto, e assim não pode agir exteriormente por motivos compreensíveis, é ativa como a força vital, preocupa-se sem cessar com a economia interna do organismo e, enquanto vis naturae medicatrix (vontade natural regeneradora), trata de pôr em ordem as irregularidades que nele vicejavam.”

Supostamente chegamos ao ápice das condições físicas e mentais ao redor do trigésimo aniversário, por conta da dependência que temos da pressão do sangue e do efeito da pulsação sobre o cérebro, época em que também passa a haver a predominância do sistema arterial sobre o venoso, produzindo a maior elasticidade das fibras cerebrais, sendo que ainda por cima nesta etapa não declinamos em relação ao sistema genital despertado na adolescência. Já por volta do 35º ano, uma leve diminuição da energia física do cérebro se torna perceptível, e o sistema venoso voltando a se tornar preponderante, bem como ocorrendo um relativo endurecimento da consistência do tecido cerebral, tudo isso – que é ainda mais notável no sujeito sedentário que não exercita o corpo, no sujeito que não utiliza as faculdades mentais com constância, no sujeito que não aprende com experiências ou não atravessa muitas experiências, no sujeito que não acumula conhecimento, no sujeito que não cultiva uma habilidade de caráter holístico, coisas que como que contrabalançam todas essas perdas – pode ainda decair de modo gradual e pouco acentuado até uma idade muito avançada. Em suma, é o cérebro similar a um instrumento que vai se desgastando aos poucos, e a velocidade do desgaste depende daquele que o utiliza.”

Montaigne diz de si mesmo que sempre foi um dorminhoco. Que passou uma larga parte de sua vida dormindo, e que na velhice ainda dormia de 8 a 9 horas por noite (III, capítulo 13). Descartes, segundo consta, também era um grande dorminhoco (Baillet, Vie de Descartes, 1693, p. 288). Kant se permitia 7 horas de sono somente, mas era tão difícil para ele despertar que acabou ordenando a seu mordomo que o forçasse, contra sua vontade, sem ouvir qualquer objeção sua de manhã; só assim para conseguir ficar de pé (Jachmann, Immanuel Kant, p. 162). Isso se explica pela razão de que quanto mais um homem é desperto, quer seja, quão mais clara e ativa é sua consciência, maior é sua necessidade de sono, tanto em qualidade quanto em quantidade. Naturezas pensantes ou árduos exercitadores de trabalhos cerebrais devem reservar para seu organismo mais tempo para regenerar as energias. Que um exercício muscular continuado também nos deixa sonolentos pode ser explicado pelo fato de que o cérebro, através da medula oblongata, a medula espinhal e os nervos motores, distribui o estímulo aos músculos, gerando sua irritabilidade, e dessa forma, prolongando-se o esforço, exaure sua força. A fadiga observada nos braços e pernas tem, portanto, origem no cérebro; a dor que essas partes ‘sentem’ é em realidade experimentada pelo cérebro, conectado aos nervos motores tanto quanto aos nervos dos sentidos.”

No sonambulismo magnético a consciência é duplicada: 2 correntes de pensamento, cada uma auto-suficiente, mas um tanto diferentes uma da outra, surgem; a consciência desperta nada sabe da sonambúlica. Mas o temperamento e o caráter são idênticos em ambas, eles são invariáveis no indivíduo; ambas as personalidades exprimem as mesmas inclinações e aversões. A função pode até estar duplicada, mas não a natureza essencial.” À luz do que os otimistas da protopsiquiatria e da primeira psiquiatria dinâmica do séc. XIX afirmavam, Sch. se mostra, novamente, pelo menos meio século à frente de seu tempo neste assunto (magnetismo animal). Janet o corrobora por inteiro em seu Automatismo psicológico.

A Vontade em si está presente em todo o organismo, já que este é meramente sua forma visível; o sistema nervoso existe em todas as partes meramente para o propósito de possibilitar o direcionamento da ação adjudicando-se o controle, como se o corpo servisse à Vontade como um espelho, para que esta veja aquilo que executa, assim como nós usamos um espelho para nos barbearmos.”

OS TESTARUDOS: “O cérebro desses seres deve ter uma conformação muito original em relação aos outros. Seu desenvolvimento é, na comparação, descomunal, em magnitude física tanto quanto em características espirituais. O cérebro do gênio é particularmente largo e alto. Na outra mão, sua profundidade será inferior, e o cerebrum preponderará de forma anormal em proporção ao cerebellum(…) Mas nosso conhecimento não é ainda suficiente para determinar as relações das partes com o todo no cérebro com exatidão, embora reconheçamos facilmente aquela forma craniana que indica inteligência elevada e nobreza.² (…) decerto que a proporção quantitativa da matéria branca para a matéria cinzenta tem influência decisiva, o que, lamentavelmente, não podemos especificar mais no momento.³ O estudo post-mortem do corpo de Byron (apud Medwin) demonstrou que em seu caso a matéria branca estava em uma proporção desusadamente superior comparada com a matéria cinza; constatou-se, também, que o cérebro pesava 2,72kg.” O que é matéria cinzenta num mundo de ruído branco? O que é matéria branca num mundo poluído e cinzento?

¹ Essencialmente Schopenhauer postula uma preponderância muito maior dos setores cerebrais ligados à inteligência e emoção que do setor ligado ao trabalho muscular e regulação da postura. Se a anatomia cerebral continua tão simplista quanto em sua época (sem endeusar qualquer neurologia, mas creio que não vem a ser inteiramente o caso), podemos ter certeza de que nenhum gênio no futebol é um gênio no sentido filosófico aqui tratado, e todos possuem cerebelos bem avantajados!

² E essa ignorância das relações entre as partes do nosso sistema nervoso permanecem, 150 anos depois. Ninguém pode afirmar nada nessa área sem correr um grande risco de desmentido.

³ O engraçado é que a matéria cinzenta é popular e pelo visto cientificamente mais associada hoje ao que Sch. atribuía à matéria branca, cf. Wikipédia: “Enquanto a substância cinzenta (composta de neurônios) é primeiramente relacionada com processamento e cognição, a substância branca (composta de axônios mielíticos) modula a distribuição de ações potenciais, agindo como um reléa e coordenando a comunicação entre diferentes regiões cerebrais.” Mais um motivo, ironicamente, para o gênio ter realmente mais matéria branca, como se disse de Byron, e para Sch. estar errado quanto a sua tese da preponderância do intelecto, e não da vontade, no gênio (ver 12.5 para mais detalhes).

a “relé, s.m. Aparelho que retransmite o sinal que recebe, amplificando-o consideravelmente; Aparelho capaz de fazer com que uma energia menor [o cerebellum, invertendo o que Sch. disse, anormalmente maior no gênio] controle outra maior [o cerebrum].”

Mesmo a delicadeza da conformação nervosa no indivíduo não é suficiente para suscitar o fenômeno do gênio se a herança do pai não é adicionada,¹ um temperamento vívido e apaixonado, que se exibe somaticamente como energia transbordante – anormal – provinda do coração, e conseqüentemente da circulação do sangue, especialmente no que toca à irrigação da cabeça.”

¹ Schopenhauer tem a idéia fixa de que o gênio está estritamente associado ao caráter do masculino. Isso interfere com sua misoginia exacerbada, mais explorada num tópico à parte, o nº 13.

A condição descrita acima, i.e., a herança do temperamento paterno, porém num cérebro mal-organizado, dá vivacidade sem presença de espírito, acaloramento sem luz, gera pessoas irritáveis, homens de uma insuportável motricidade e petulância. Que em dois irmãos só um tenha gênio, e esse geralmente o mais velho, o caso de Kant, p.ex., é em primeiro lugar explicado pelo fato de que o pai estava na idade do vigor e da paixão somente à concepção do gênio.” Idiossincrasias schopenhauerianas sem qualquer fundamento.

11. EPISTEMOLOGIA DAS CIÊNCIAS HUMANAS

Quando concebemos uma hipótese, temos olhos de lince para qualquer dado que a confirme, e olhos de míope para qualquer coisa que a contradiga.”

Podemos considerar o ponto em que o entendimento faz a transição da mera sensação sobre a retina à causa dessa sensação como as fronteiras entre o mundo como vontade e o mundo como representação.”

11.1 A HISTÓRIA

As ciências propriamente classificatórias: zoologia, botânica, também a física e a química (na medida em que reduzem todo fazer-efeito inorgânico a poucas forças fundamentais), possuem o maior número de subordinações. A história, ao contrário, propriamente dizendo, não possui subordinação alguma, pois o universal nela consiste apenas na visão panorâmica dos principais períodos, dos quais, porém, não se podem deduzir eventos particulares – os quais estão subordinados só ao tempo e coordenados segundo o conceito. Conseqüentemente, a história, tomada em sentido estrito, é sem dúvida um saber, mas não uma ciência.”

A verdadeira sabedoria não é adquirida medindo-se o mundo ilimitado ou, o que seria mais pertinente, sobrevoando pessoalmente o espaço infinito, mas antes investigando qualquer coisa em particular, procurando conhecer e compreender perfeitamente a sua essência verdadeira e própria.” Quem não entende a ausência-de-fim do momento presente não pode ser historiador.

Também a experiência e a história ensinam a conhecer o homem; contudo, mais freqüentemente OS homens e não O homem”

Agora vemos como também os historiadores antigos seguiam o preceito de Winckelmann de que o retrato deve ser o ideal do indivíduo (…) Já os novos historiadores, diferentemente, salvo raras exceções, apresentam na maioria das vezes apenas ‘um barril de entulhos e inutilidades, e quando muito uma ação principal de Estado’.”

É errado afirmar que as autobiografias são cheias de engodo e dissimulação. A mentira é em toda parte possível, mas talvez em nenhum outro lugar é mais difícil do que justamente na autobiografia.”

Verificamos que as 3 raças de homem que, tanto em traços fisiológicos como lingüísticos, são indubitavelmente independentes em suas origens, quer seja, os caucasianos, os mongóis e o etíopes, encontram-se em casa apenas no Velho Mundo. A América é povoada pela raça mongol misturada e climaticamente modificada, que com toda a probabilidade veio da Ásia.”

A história será mais interessante quão mais especializada for sua narração, mas assim perde em credibilidade, pois adquire ares de romance.”

Ao passo em que a história nos ensina que a cada ocasião algo mais ocorreu, a filosofia tenta convencer o sujeito da constatação única de que todos os tempos e lugares foram, são e serão exatamente os mesmos.”

Histórias construtivas, guiadas por um otimismo e idéia de raça ou povo como fins em si, sempre se consumam num Estado gordo, rico e confortável, com uma constituição bem-regulada, boa justiça e polícia, artes úteis, indústrias integradas ao social e, sobretudo, numa atmosfera de perfeição intelectual. Esse quadro não é ruim para uma ficção: o bom ficcionista ou teleologista sabe que a moral permanece essencialmente inalterável.”

Aquele que leu Heródoto já estudou história o bastante, do ponto de vista filosófico. Tudo que forjará a história dos próximos séculos já está lá: os esforços, ações, sofrimentos, e o destino da raça humana.”

A história deve ser vista como a razão, ou a consciência reflexiva, da raça humana, e ocupa o lugar de uma autoconsciência imediata comum a todos, de modo que só através dela a raça humana vem a ser um todo, vem a ser humanidade.”

Da mesma forma, o que a linguagem é para a razão dos indivíduos, como condição indispensável de seu uso, a escrita é para a razão da coletividade humana; porque só depois da escrita é que sua existência real começa, como a existência de cada um principia com a aquisição da linguagem. Escrever serve para restaurar a unidade da consciência coletiva, que é constantemente interrompida pela morte, e portanto é fragmentária. Assim, o pensamento do antepassado é pensado pelo seu descendente remoto. A escrita é o remédio para a cisão da humanidade e da consciência dessa humanidade em um número infinito de individualidades efêmeras, e é também, portanto, um clamor contra o próprio tempo, que sempre favorece o esquecimento. E não só a escrita: para completar essa memória, devemos prestar atenção nos monumentos de pedra, que em grande parte são mais antigos que aquela. Quem acreditaria, não fossem os grandes monumentos, que houve um tempo em que, a um custo incalculável, alguns poucos indivíduos mobilizaram com seu poder uma multidão de milhares por tantos anos a fim de construir as pirâmides do Egito, monolitos, tumbas rochosas, obeliscos, templos e outras construções que sobreviveram milênios? Comparadas a essa magnitude temporal, quão mesquinha não é a vida do indivíduo, insuficiente em si mesma para ver o início e o fim de uma obra desse vulto? Por gerações sem conta os faraós mantiveram de pé o fim ostensivo que tinham em mente, usando a ignorância da maioria como meio. E que fim era esse? Falar a seus descendentes remotos, conectar-se a eles, estabelecer, a sua maneira, a unidade da consciência da humanidade. Os edifícios dos hindus, dos egípcios, mesmo dos gregos e romanos, foram calculados para durar milhares de anos, porque do alto de sua cultura elevada eles enxergavam um horizonte mais amplo. Já as edificações da Idade Média e dos tempos modernos só tem sua função imediata em vista, e não foram erguidas para durar mais que alguns séculos, no máximo. Em parte, confessemos, isso se deve já ao fato de o homem depois da Antiguidade depositar mais confiança na difusão da escrita para cumprir o papel desse elo histórico de gerações. Desde o nascimento da arte da imprensa, isso ganha uma proeminência extraordinária. Não é dizer que morreu o desejo de, através da arquitetura contemporânea, preservar um legado, falar com a posteridade. É sempre uma desgraça quando um grande monumento é destruído ou desfigurado para servir a fins utilitários vis. Monumentos da escrita têm menos a temer dos elementos, em comparação com os bárbaros.¹ Os egípcios bem quiseram combinar ambas as formas (arquitetura + escritura), pois supriram suas construções com hieróglifos, ou melhor, adicionaram mesmo pinturas em caso de que os hieróglifos não pudessem mais ser decriptados.”

¹ Antecipa brilhantemente o nazismo, a época neo-inquisitorial em que se queimaram pilhas de livros. Ou seja: temos menos a temer de tsunamis e terremotos que do próprio lobo do homem.

A história está para a poesia como a pintura de retratos está para a pintura histórica, pois a história dá o verdadeiro no particular, a poesia no universal.”

11.2 O DIREITO

O conceito de injustiça – sua negação da justiça, conceito originariamente MORAL – torna-se JURÍDICO pela mudança do ponto de partida do lado ativo para o passivo, ou seja, por inversão. Isso, ao lado da doutrina do direito de Kant, a qual, do imperativo categórico, deduz falsamente a fundação do Estado como um dever moral, deu origem aqui e ali, nos novos tempos, ao erro bastante esquisito e grosseiro de que o Estado seria uma instituição para o fomento da moralidade [e não seu contrário!] e que teria se originado graças aos contínuos esforços em promover essa moralidade, sendo, portanto, orientado contra o egoísmo. [quando obviamente estabelece um poder político concentrado onde antes havia de facto uma política e uma governança em alguma medida altruístas]“Mais disparatado ainda é o teorema de que o Estado seria condição da liberdade em sentido moral e, com isso, da própria existência da moralidade.”

Kant faz a afirmação fundamentalmente falsa de que, exteriormente ao Estado, não há direito algum de propriedade. Só que, em conformidade com a nossa dedução recém-feita, há sim propriedade no Estado de natureza, lastreada em direito perfeitamente natural, i.e., moral, o qual não pode ser violado sem injustiça, podendo pois ser defendido sem injustiça. Por outro lado, e isto também é certo, fora do Estado não há DIREITO PENAL. Todo direito de punir é estabelecido exclusivamente pela lei positiva, que, ANTES do delito mesmo, determinou uma punição para ele e cuja ameaça, como contra-motivo, deve sobrepor-se a todo possível motivo que conduz ao delito. Essa lei positiva deve ser vista como reconhecida e sancionada por todos os cidadãos do Estado. Ela, portanto, funda-se sobre um contrato comum, a cujo cumprimento os membros do Estado estão obrigados em todas as circunstâncias. Destarte, deve-se, de um lado, infligir a punição ou, de outro, recebê-la. Destarte, a aceitação de uma punição é algo que pode ser imposto pelo direito. De toda essa cadeia se segue que o imediato OBJETIVO DA PUNIÇÃO num caso particular é CUMPRIR A LEI COMO UM CONTRATO. Por sua vez, o único objetivo da LEI é IMPEDIR o menosprezo dos direitos alheios, pois, para que cada um seja protegido do sofrimento da injustiça, unem-se todos em Estado, renunciando à prática da injustiça e assumindo o fardo da manutenção dele.”

Retaliação do mal, com o mal sem ulterior finalidade, não é moralmente, nem de qualquer outra maneira, justificável, porque inexiste um fundamento da razão para tal, e a jus talionis estabelecida como um princípio independente e último do direito penal carece de sentido. Por conseguinte, a teoria kantiana da punição, concebida como retaliação pela vontade de retaliação, é uma visão totalmente infundada, perversa. No entanto, seus vestígios sempre se fazem presentes nos escritos dos jurisconsultos, na forma de perífrases imponentes, verborragia oca, como aquela de que, pela punição, o delito é expiado ou neutralizado ou suprimido e coisas semelhantes.”

11.3 SOBRE A EVOLUÇÃO E A IMPORTÂNCIA DAS LÍNGUAS: SUMA DEPRECIAÇÃO DO HOMEM ALEMÃO

A necessidade mais imediata de se aprender os idiomas antigos se liga aos arcaicos termini technici, e eles estão cada vez sob maior perigo de negligência mediante o uso de línguas contemporâneas nas investigações eruditas. Se efetivamente esse aprendizado [do latim e do grego] vier a caducar, se o espírito dos antigos, indissociável de suas línguas, desaparecer da educação liberal, toda essa rudeza, insipidez e vulgaridade tomarão posse completa da literatura. As obras dos antigos são a estrela-guia de todo esforço literário ou artístico; se estas obras desaparecem, a literatura e a arte vão junto. Hoje mesmo somos testemunha da miséria e puerilidade de estilo da grande maioria dos escritores – e parte disso se justifica pelo fato de essa geração nunca ter escrito em latim. Uma das maiores utilidades do estudo dos antigos é nos resguardar da verbosidade; os antigos não medem esforços para escrever de modo conciso e calculado. O erro básico dos modernos é a prolixidade, o que os escritores da atualidade começam a tentar disfarçar cortando cada vez mais letras e sílabas e inventando abreviaturas que se tornam lugares-comuns. Sendo assim, é um imperativo empreender o estudo dos antigos por toda a nossa vida, muito embora depois de um tempo as horas dedicados a esses autores possam diminuir bastante. Os antigos sabiam dessa verdade: não se deve escrever como se fala. Os modernos, por outro lado, não têm sequer vergonha de imprimir aulas e congressos que ministram! O estudo dos autores clássicos é muito convenientemente chamado de estudos nas Humanidades, porque através deles o aluno, antes de tudo, torna-se novamente homem, pois ingressa naquele mundo que era ainda livre das absurdidades da idade média e do romantismo, que vieram a penetrar tão fundo na população européia que mesmo na atualidade [meados do século XIX] qualquer recém-nascido já nasce soterrado por esses escombros (preconceitos). Nossa primeira obrigação é nos livrar de todo esse lixo para voltarmos a sermos homens. Jamais pensemos que nossa sabedoria moderna poderá um dia fazer as vezes dessa peculiar iniciação na condição humana; não nascemos, como os gregos e romanos, livres, desacorrentados, filhos diretos da natureza. O que primeiro somos? Filhos e herdeiros da cavernícola era medieval e sua loucura, suas pregações infames, e também da cavalaria, essa coisa meio-brutal, meio-infantil. E apesar de vermos o romantismo e o medievalismo caminhando lentamente para seu esgotamento, é mister notar que o homem moderno não se ergue sobre os próprios pés. Sem a escola dos antigos nossa literatura degenerará em fofoca vulgar e filisteísmo inócuo. Tudo isso me leva ao bem-intencionado conselho de pôr termo de vez a essa mania germanófila tão condenável.”

no lugar de Untersuchung agora se escreve Untersuch; [investigação] pior ainda, no lugar de allmälig, mälig; [gradualmente – as grafias em voga são allmähllich ou mähllich, até mais longas!] em vez de beständig, ständig. [incessante, remanescente, constante, perpétuo]¹ No lugar de beinahe [quase], nahe [perto]. Ora, se um francês começasse a escrever près no lugar de presque, [perto no lugar de quase], ou se um inglês escrevesse most [mais] em vez de almost [quase], seriam objeto de ridículo; mas na Alemanha quem quer que faça esse tipo de supressão passa por original. Nossos químicos já escrevem löslich [solúvel] e unlöslich [insolúvel] no lugar de unauflöslich, [indissolúvel ou irreconciliável/inconciliável] e se os gramáticos não quebrarem suas juntas e articulações eles roubarão da língua uma valiosa palavra. Nós, cadarços, e também conglomerados dos quais o cimento é amolecido, bem como qualquer coisa análoga, são löslich [desatados, afrouxados, quando esta palavra era exclusiva para esta conotação]; mas aquilo que é auflöslich, [dissolúvel]² ao contrário, é tudo que desaparece num líquido, como o sal na água. Auflösen [dissolver, derreter, desintegrar] é o terminus ad hoc, [termo técnico, importado da ciência cosmopolita européia] que diz isso e nada mais, precisando um conceito. Nossos agudos improvisadores da língua, porém (…) por coerência e contigüidade, seriam obrigados a fazer de lösen sinônimo ou substituto de ablösen [aliviar, abrandar, até substituir ou revezar, e guardar], auslösen, [liberar, causar, lançar] einlösen, [resgatar, honrar, redimir]³ etc. Neste andar da carruagem, a língua se tornará de uma uniformidade boçal e estéril. Lembremos, contudo, que empobrecer o idioma em uma só palavra significa, ao mesmo tempo, tornar o pensamento da nação mais pobre em um conceito inteiro. Essa é, apesar de tudo, a tendência dos esforços conjuntos de quase qualquer autor dos últimos 10 ou 20 anos. O que demonstrei com a ajuda de um caso poderia ser corroborado por cem mais, e essa abjeta economia de sílabas se dissemina como uma doença. Os malditos desgraçados contam mesmo as letras, e não hesitam em mutilar uma palavra, ou usar outra num falso sentido, sempre que assim puderem ganhar 2 caracteres. Aquele incapaz de novos pensamentos irá trazer ao menos algumas novas palavras ao mercado, e todo desperdiçador de tinta ainda ousa considerar sua vocação melhorar a língua! Os jornalistas são os mais desavergonhados; os jornais, devido à natureza trivial de seus conteúdos, possuem, logicamente, os maiores públicos; de fato um público que na maioria das vezes lê jornais e apenas jornais. E através dos jornais cria-se a mais nefanda ameaça à língua. Eu recomendaria, portanto, que se submetesse essa classe profissional a uma CENSURA ORTOGRÁFICA, ou que pelo menos pagassem uma multa por cada palavra estrambótica ou mutilada. Afinal, o que é que pode ser mais descabido do que essas mudanças na língua procederem das camadas mais baixas da literatura? A língua, em especial uma língua, relativamente falando, original como a alemã, é a herança mais valiosa de uma nação, sendo ao mesmo tempo uma obra de arte excessivamente complicada, facilmente danificável, e impossível de ser restaurada – um caso clássico de noli me tangere. [não-me-toque, i.e., o princípio daquilo que não deve ser mexido se isso puder ser evitado, sob pena de acabar estragando a coisa] Outras nações já passaram pelo mesmo, demonstrando grande compaixão por seus idiomas, ainda que fossem idiomas ou dialetos muito menos singulares que o alemão. A língua de Dante e de Petrarca difere em ninharias do italiano vigente; Montaigne é bastante legível ainda hoje, assim como Shakespeare, até em suas edições mais remotas. Para o cidadão alemão é melhor ter palavras mais longas em sua boca, uma vez que ele pensa devagar, e as palavras compridas dão-lhe tempo para refletir. Esse estado dominante da economia lingüística dos alemães se exibe em fenômenos ainda mais característicos. Por exemplo: em completa oposição à lógica e à gramática, o alemão usa o imperfeito no lugar do perfeito e do mais-que-perfeito; o verbo auxiliar não sai de seus bolsos; prefere o ablativo ao genitivo; unicamente para omitir uma ou duas partículas lógicas elaboram-se sentenças tão intrincadas que é necessário reler 3 vezes para se entender; é só o papel, e não o tempo do leitor, que os escrevinhadores se importam em poupar. Em nomes próprios, como é a maneira dos hotentotes, [comentário com matiz racista de Schopenhauer, se referindo a um povo africano] não se dignam a indicar o caso pela inflexão do próprio substantivo ou pela desinência do artigo: que o leitor o adivinhe! Mas, ah!, o alemão tem ainda uma predileção toda especial por contrair a vogal dupla e suprimir o h, que é sempre pronunciado, essas letras sagradas para a prosódia [entonação]

¹ A bem da verdade, as formas com prefixos ou afixos, as mais longas, ainda são dicionarizadas. O estrago não foi tão considerável quanto Schopenhauer previa. No português, uma mudança ortográfica vulgarizadora análoga poderia ser: de (fazer uma) investigação, termo “erudito”, para (dar uma) investigada (coloquial).

² Hoje, com efeito, unlöslich possui apenas o significado químico (in)solúvel, mas lösen possui tanto o químico quanto o de desatar um nó (embora haja variados sinônimos, como binden e zubinden), ao passo que auflöslich caiu em completo desuso. Para comparar com uma mudança em português correlata que suprima afixos e morfemas mas mantenha a palavra na mesma ordem simbólica, poderíamos citar indissolúvel e dissolúvel, onde o -dis- é facultativo, e eu já havia sublinhado no texto principal. Curiosamente, na nossa língua a semântica de (dis)solver também guarda relação com o ato de (des)atar, que associamos imediatamente a cadarço ou nó; mas, no caso, usamos o primeiro apenas para operações abstratas (resolver, solucionar um problema; quando muito, podemos desatar um nó górdio, figura de linguagem).

³ Hoje redimir pode ser expresso em alemão tanto com ablösen quanto com einlösen. Digamos que o einlösen é mais pertinente a contextos como honrar ou redimir uma dívida ou – no uso arcaico que se preservou – uma mulher, uma virgem, honrá-la, etc., casando-se com ela, p.ex..

Redigir Literatur no lugar do correto Litteratur é também muito benquisto, pois salva uma letra. Em defesa desse procedimento, o particípio do verbo linere é citado como raiz da palavra. [esse termo saiu de uso] Ocorre que linere significa difamar; por uma estranha coincidência, a nova grafia pode muito bem ser acertada para dar conta da maior parte da impressão de livros dos alemães; assim distingue-se mais facilmente uma rara Litteratur de uma muito prolífica e interminável Literatur.” [!!!] Hoje, Litteratur desapareceu do léxico…

A fim de escrever com concisão, um homem deve melhorar seu estilo e drenar todo falatório e tagarelice, o que dispensará cortes de sílabas e letras em virtude do custo do papel. Mas escrever tantas páginas inúteis, tantos artigos inúteis, tantos livros inúteis, e depois querer compensar o desperdício de matéria e de tempo às custas de sílabas e letras inocentes – isso é que é o superlativo do que na língua inglesa chamam de <being penny wise and pound foolish>: avaro com centavos e ninharias, extremamente perdulário no que realmente importa e é o olho da cara.”

É de se lamentar a ausência de uma Academia Germânica para cuidar da língua contra o pedestrismo literário, especialmente numa era em que mesmo os ignaros das línguas antigas se aventuram a empregar as prensas.”

Toda vez que iniciamos o aprendizado de uma língua nova, temos de repetir todo o processo do zero. Mas se aprendemos uma língua para o uso passivo e não o ativo – isto é, unicamente para ler, mas não para falar, como, p.ex., muitos de nós aprendem o grego – a conexão é unidimensional, pois as concepções ocorrem em nós juntas com as palavras; na outra mão, a palavra nem sempre nos ocorre junto com a concepção. Isso acontece em miniatura quando aprendemos novos vocábulos numa língua que já dominamos, particularmente com nomes de lugares e pessoas.”

12. SCHOPENHAUER E A ESTÉTICA: APERFEIÇOADOR DE KANT

Aquele conhecimento profundo, puro e verdadeiro da essência do mundo se torna um fim em si para o artista, que se detém nele. Eis porque um tal conhecimento não se torna para ele um quietivo da Vontade¹

¹ Seria o desejável. Mas é assim de fato com a classe artística? Ou não seria antes o caso da exceção?

O quanto não sofreu Schopenhauer, que não foi santo nem poeta (músico, pintor…), apenas filósofo sem coroa! Sua norma, a Vontade, também não foi acolhida pelas futuras constituições dos homens…

O que é nobre e sábio raramente consegue fazer sua aparição ou encontra eficácia e eco; mas o absurdo e o perverso no domínio do pensamento, o rasteiro e de mau gosto na esfera da arte, o mau e fraudulento na esfera dos atos, realmente afirmam sua supremacia, obstados apenas por pequenas interrupções. Ao contrário, o insigne de todo tipo não passa, sempre, de uma exceção, um caso entre milhões: por conseguinte, se porventura tiver se anunciado numa obra duradoura, ela permanece subseqüentemente isolada após ter sobrevivido ao rancor de seus contemporâneos, sendo conservada como uma espécie de meteorito vindo de uma outra ordem de coisas, diferente da aqui imperante.”

A boa vontade é, em moralidade, tudo; mas na arte não é nada.”

A filosofia está para a arte como o vinho para as uvas.” A filosofia descobre o cerne da aparência. O contrário também poderia ser afirmado sem que a veritas cedesse em 1 milímetro para o erro. Cristo era mais artista que filósofo. Carpinteiro. O dá-me uma alavanca e um ponto de apoio e moverei o mundo da Estética: Dá-me uvas boas o bastante e meus pés saberão amassá-las numa boa bebida que fermentarei.

Na série de artes expostas por mim, a arquitetura e a música são os dois extremos da escala.”

12.1 ARQUITETURA

a luta entre gravidade e rigidez é propriamente o único tema estético da bela arquitetura.” “A nossa alegria numa semelhante obra seria de súbito bastante diminuída se nos fosse revelado que o material de construção é pedra-pomes, pois assim ela apareceria como uma espécie de construção ilusória. O mesmo efeito seria produzido pela informação de que se trata apenas de um edifício de madeira, quando até então pensávamos ser de pedra, precisamente porque isso doravante muda, altera a relação entre rigidez e gravidade e, com isso, a significação e a necessidade de todas as partes”

Todo o exposto demonstra precisamente que a arquitetura faz efeito não apenas matemática mas também dinamicamente, e que aquilo a falar-nos por ela não é meramente a forma e a simetria, mas antes as forças fundamentais da natureza, as Idéias primeiras, graus mais baixos de objetividade da Vontade.”

Se alguém pudesse trazer um grego antigo para diante de nossas mais celebradas catedrais góticas, o que ele lhe diria? — βάρβαρος!” Aqui a língua portuguesa (senão muitas outras!) dá espaço para um belo trocadilho: barbaroi!, i.e., bárbaros! Que um edifício ou qualquer outra coisa seja bárbaro poder-se-ia entender como elogio. Que livro maravilhoso, a caracterização do herói ficou bárbara! A despeito disso, o grego em questão só quis mesmo depreciar nosso estilo arquitetônico forasteiro e irracional diante do cânone clássico. Isto lá é arte?!

12.2 ESCULTURA

Ele imprime no mármore duro a beleza da forma que a natureza malogrou em milhares de tentativas, coloca-a diante dela e lhe brada: ‘Eis o que querias dizer!’. Para em seguida ouvir a concordância do conhecedor: ‘Era isso mesmo!’. Só assim pôde o gênio grego descobrir o tipo arquetípico da figura humana e estabelecê-lo como cânone da escultura.”

Que Laocoonte, no famoso grupo de esculturas, não grite, é algo manifesto. A estranheza geral e sempre repetida em face disso deve ser atribuída a que, na sua situação, todos nós gritaríamos: e assim também o exige a natureza. Pois, no caso da dor física mais intensa e do súbito aparecimento da maior das angústias corporais, toda reflexão que poderia conduzir a uma resignação silenciosa é subitamente reprimida da consciência e a natureza se alivia pelo grito, exprimindo assim a dor e a angústia, ao mesmo tempo em que invoca alguém salvador e espanta o agressor. Já Winckelmann sentia falta da expressão do grito. No entanto, na medida em que procurava uma justificativa para o artista, transformou, propriamente dizendo, Laocoonte num estóico, o qual considerava inadequado à sua dignidade gritar secundum naturam, e assim acrescentar à própria dor a coerção inútil de evitar a sua manifestação. Em conseqüência, W. vê em Lao. ‘o espírito de um grande homem posto à prova, um mártir procurando suprimir e reter em si mesmo a expressão do sentimento: ele não irrompe em sonoros gritos, como o faz em Virgílio, mas somente emite gemidos lamentosos’ (…) Esta opinião é por sua vez criticada por Lessing (…) no lugar do fundamento psicológico, ele coloca o fundamento puramente estético, ou seja, que a beleza, princípio da arte antiga, não admite a expressão do grito. Outro argumento por ele aduzido, de que um estado completamente passageiro e incapaz de qualquer duração não pode ser exposto numa obra de arte imóvel, tem contra si centenas de exemplos de figuras maravilhosas, captadas em movimentos inteiramente fugidios, dançando, lutando, correndo etc. Goethe mesmo, em seu estudo sobre Lao., que abre os Propileus (p. 8), considera a escolha de um semelhante momento passageiro absolutamente necessária.” “Sobre o palco Laocoonte obrigatoriamente tinha de gritar. Também Sófocles faz Filoctetes gritar: de fato, nos palcos antigos ele efetivamente devia gritar. (…) um grito pintado ou destituído de voz seria ainda mais risível do que música pintada” O grito pode ser desenhado como onda; além disso já existe música pintada, acreditem!

na escultura o drapejado é em certa medida o que na pintura é o escorço: ambos são alusões, mas não simbólicas, e sim tais que, se bem-executadas, compelem imediatamente o entendimento a intuir o aludido, como se ele realmente tivesse sido dado.”

A escultura grega apela à intuição, pelo que é ESTÉTICA. Já a escultura indiana apela ao conceito, pelo que é SIMBÓLICA.”

A escultura moderna, o que quer que realize, ainda é análoga à poesia moderna em latim, e, como esta, é uma filha da imitação, nascida de reminiscências. Se tenta ser original, cai no nonsense, especialmente quando toma o mau caminho de se conformar à natureza [crítica às esculturas realista e naturalista] em vez de às proporções clássicas dos gregos.”

12.3 PINTURA

DA GULA AO PORNÔ: “Frutas pintadas ainda são aceitáveis, visto que, como um desenvolvimento tardio de flores, e pela sua forma e cor, oferecem-se como um belo produto natural, sem que se seja obrigado a pensar na sua comestibilidade. Mas, infelizmente, encontramos com freqüência, pintadas com naturalidade ilusória, iguarias preparadas e servidas, ostras, arenques, lagostas, pães amanteigados, cerveja, vinho, etc.; tudo isso é bastante repreensível. – Na pintura de gênero e na escultura o excitante consiste nas suas figuras nuas, cujo posicionamento, semipanejamento e todo o modo de execução são calculados para despertar a lubricidade do espectador, pelo que a pura consideração estética é de imediato suprimida e a obra se posta contra a finalidade da arte.”

Alguma vez a natureza produziu um homem perfeitamente belo em todas as suas partes? – Opinou-se que o artista tem de estudar conjuntamente as muitas partes belas isoladas distribuídas por muitos homens e delas compor um todo belo. Eis uma opinião disparatada. (…) de onde deve o artista reconhecer que precisamente estas formas isoladas são belas e não as outras? – Também vemos até onde foram (…) os antigos pintores alemães. Considerem-se suas figuras nuas. – Conhecimento algum do belo é possível de maneira puramente a posteriori.”

A PINTURA NÃO NECESSITA SER HISTÓRICO-CRISTÃ: “Indivíduo algum ou ação alguma podem ser sem-significado [o quanto isso não contrasta com o teor do livro 4!] (…) Eis por que nenhum evento da vida humana deve ser excluído da pintura. Em conseqüência, é-se muito injusto com os maravilhosos pintores da escola neerlandesa ao apreciar somente suas habilidades técnicas, desprezando-os no resto, alegando-se que, na maioria das vezes, só expõem objetos da vida cotidiana, enquanto se consideram como significativos, ao contrário, somente os eventos da história universal ou bíblica.” “Até mesmo a fugacidade dos momentos que a arte fixou em tais obras (hoje em dia denominadas pinturas de gênero) desperta uma leve e específica comoção: pois, fixar o mundo fugaz (em constante transformação) em imagens duradouras de eventos particulares a fazerem as vezes do todo é uma realização da arte da pintura pela qual esta parece trazer o tempo mesmo ao repouso, na medida em que eleva o indivíduo à Idéia de sua espécie.” “é em geral uma grande infelicidade que o povo cuja cultura deveria servir de base para a nossa não seja o indiano nem o grego, ou mesmo o romano, mas justamente esse povo judeu; o que foi nefasto em especial para os pintores geniais da Itália, nos séc. XV e XVI, arbitrariamente restritos a uma esfera limitada de temas, na maioria das vezes mesquinharias de todo tipo. Pois o Novo Testamento, em sua parte histórica, é para a pintura tão desfavorável quanto o Antigo, e a história subseqüente dos mártires e Padres da Igreja é um tema mais infeliz ainda.”

TISCHBEIN, pintor filosófico ou o filósofo que pinta. A metade superior de um seu desenho representa mulheres cujos filhos estão sendo raptados, mulheres que, em diferentes grupos e posições, expressam variada e profundamente a dor materna, angústia, desespero; a parte inferior mostra, em agrupamento e ordenação inteiramente iguais, ovelhas, das quais as crias também são retiradas: de forma que a cada cabeça e a cada posição humana da metade superior do desenho corresponde, na metade inferior, um análogo animal, com o que se vê distintamente em que moldes a dor possível na abafada consciência animal se relaciona com o devastador tormento unicamente possível pela distinção do conhecimento, pela claridade de consciência.”

Diante de um quadro, como diante de um príncipe, todos devem aguardar, de pé, o que ele dirá, se é que dirá alguma coisa.”

A escultura parece quadrar melhor como a afirmação, a pintura como a negação da vontade de vida. Esse ponto de vista seria autodemonstrável a partir do fato de a escultura ser a arte dos antigos por excelência, enquanto a pintura tem sido até aqui a arte da era cristã.” Agora nem mesmo a vontade de morrer se manifesta – em suspenso num ecrã nem frio nem quente,diria Marshall McLuhan…

12.4 POESIA E TEATRO

Assim como o químico combina 2 fluidos perfeitamente claros e transparentes e dessa combinação resulta um precipitado sólido, também o poeta, a partir da universalidade transparente e abstrata dos conceitos, sabe combiná-los e obter um precipitado concreto, individual, a representação intuitiva.”

a crítica e a sátira, sem nenhuma condescendência, deveriam açoitar os poetas medíocres (…) Pois, se até mesmo a torpeza de um imbecil deixou irado o brando Deus das musas, a ponto de dilacerar Mársias, não vejo onde a poesia medíocre possa basear sua pretensão à tolerância.”

O puro e simples historiador, que trabalha exclusivamente conforme os dados, assemelha-se a alguém que, sem conhecimento algum da matemática, investiga e mede por traços a proporção das figuras encontradas casualmente; com isso o estabelecimento dessas medidas encontradas empiricamente está todo ele sujeito aos erros das figuras assinaladas. O poeta, ao contrário, assemelha-se ao matemático que constrói aquelas relações a priori, na pura intuição, expressando-as não como a figura efetivamente assinalada as possui, mas como as mesmas são na Idéia e que o desenho deve tornar sensível.”

Embora nas artes apenas o gênio autêntico possa realizar algo de bom, parece que unicamente a poesia lírica constitui uma exceção, pois até homens no todo não tão eminentes podem, às vezes, mediante forte estímulo proveniente do exterior e um entusiasmo momentâneo, elevar suas faculdades espirituais acima de sua medida comum, e assim produzir uma bela canção.” “Reproduzem-se na poesia lírica do genuíno poeta o íntimo da humanidade inteira e tudo o que milhões de homens passados, presentes e futuros sentiram e sentirão nas mesmas situações”

Justamente por isso o jovem se prende tanto ao lado intuitivo e exterior das coisas; justamente por isso se inclina à poesia lírica e, só quando se torna adulto, à dramática. Podemos pensar o ancião no máximo como poeta épico, semelhante a Ossian e Homero, pois narrar pertence ao caráter de quem é idoso.”

O jovem que foi iniciado na poesia antes que na própria realidade passa a desejar desta última o que só a primeira pode dar; essa é a principal fonte do desconforto que oprime o peito dos jovens talentosos.”

ninguém pode prescrever ao poeta o dever de ser nobre e sublime, moralista, pio, cristão, isso ou aquilo, muito menos censurá-lo por ter este e não outro caráter. O poeta é o espelho da humanidade, e traz à consciência dela o que ela sente e pratica.”

Os poetas conduzem seus heróis por milhares de dificuldades e perigos até o fim almejado; porém, assim que este é alcançado, de imediato deixam a cortina cair, pois a única coisa ainda a ser mostrada seria que o fim glorioso no qual o herói esperava encontrar a felicidade foi em realidade um ludibrio, de modo que após atingi-lo não se encontra num estado melhor que o anterior.”

a genialidade propriamente dita só serve para conquistas teóricas, é só para isso que liga o gênio, que, por isso mesmo, não se impacienta na hora de aguardar o tempo certo para lançar suas idéias e para obter o reconhecimento (muitas vezes, póstumo). Quanto à ocasião para meditar e avançar em seu trabalho, o gênio oportunamente escolhe os momentos de repouso, em que nenhuma comoção o atinge, nenhuma onda afeta a superfície lisa do lago que é sua mente, um espelho que reflete perfeitamente a possibilidade da compreensão do mundo.¹ (…) O Torquato Tasso de Goethe é inteiramente redigido deste ponto de vista. (…) em confirmação deste pressuposto, vemos como em todas as eras grandes generais e ministros, os tipos eficientes e práticos, aparecem, sempre que meras condições externas se mostram favoráveis. Grandes poetas e filósofos, por outro lado, só surgem realmente de séculos em séculos.”

¹ Hoje isso seria impraticável no Brasil.

Quão mais corretamente, quão mais estritamente de acordo com as leis da natureza seus personagens são apresentados, maior é sua fama; daí que Shakespeare se encontre no topo.”

repetida, mas variada e distintamente, a pergunta atravessa o pensar como um relâmpago, O que é tudo isso?, ou então, Como tudo isso está configurado? A 1ª questão, se se mantém continuamente presente na cabeça, desenvolve o filósofo; a outra, reiteração após reiteração, nas mesmas condições, forja o artista ou poeta.”

Minha própria experiência de muitos anos me ditou a opinião de que a loucura ocorre proporcionalmente, com mais freqüência, entre os atores. Quão mal eles não empregam sua memória! Diariamente eles têm de aprender um novo texto ou recordar um antigo; mas esses textos não possuem conexão nenhuma entre si, são aliás contraditórios e contrastantes um com o outro, e toda noite o ator se esforça por esquecer dele mesmo por inteiro e por ser uma pessoa bastante diferente. Esse tipo de coisa pavimenta o caminho da loucura.”

as artes plásticas e pictóricas não são indispensáveis: nações inteiras – p.ex. os povos muçulmanos – não as têm, mas nenhum povo é sem música e poesia.

O melhor reconhece a si mesmo como melhor uma vez que ele contempla quão superficial é a visão dos outros, quanto a sua se encontra além daquela, muito além do que os outros são capazes de reproduzir, porque quem não produz, muito menos poderia reproduzir. Se hipoteticamente o poeta superior enxergasse os poetas superficiais tão mal quanto ele mesmo é enxergado por eles, era mister que o poeta superior desesperasse; sendo necessário um homem extraordinário para fazer-lhe justiça, é de lei que os poetas de baixa extração poderão estimá-lo tão pouco quanto ele poderá estimar poetastros. É preciso que ele viva longamente baseado apenas em auto-aprovação antes que o mundo o enxergue e o aprove. Enquanto esse dia não chega, na praça pública ele é despido mesmo do selo de auto-aprovação, porque a sociedade requer modéstia. Mas é tão impossível que aquele que tem mérito – e que sabe quanto ele custa – seja cego ao mérito quanto que um homem de 1,80m não se dê conta de que é mais alto que a multidão.” “Horácio, Lucrécio, Ovídio e praticamente todos os antigos falaram de si com altivez, assim como Dante, Shakespeare, Bacon de Verulam e tantos outros. Que um homem possa ser grandioso sem nisso reparar é uma absurdidade de que só uma mente irremediavelmente incapaz poderia se convencer” “mérito e modéstia nada têm em comum, salvo a primeira letra.”

Se tivéssemos acesso à oficina dos poetas, verificaríamos que o pensamento é posto à frente da rima dez vezes para cada vez que a rima tem a prevalência”

Assim que uma última sílaba recebeu um som equivalente em verso posterior, seu efeito está exaurido; a terceira recorrência da mesma nota seria meramente uma segunda rima que atinge acidentalmente o mesmo som, mas sem sublinhar o efeito; o terceiro verso se conecta aos dois preexistentes, mas não ajuda a elevar ou criar impressão. Isso porque a primeira nota não soa antes de ser repetida, mas quando é de novo repetida não volta a soar: seria um pleonasmo estético que isso acontecesse. Sonetos, terza rima [terceira rima] e oitavas [ottava rima] são muitas vezes penosas e torturantes de se ler graças à redundância do efeito. Não valem o que se sacrifica para obter as rimas. Que o grande gênio poético supere ocasionalmente até a limitação dessas formas, continuando a se mover com sutileza e graça, só prova que um gênio é gênio, mas não é uma carta de recomendação dessas formas em si, porque elas continuam a ser, a despeito dos grandes poetas, difíceis e ineficazes.” “Sendo assim, vejo como prova de bom gosto, e não como evidência de ignorância, que Shakespeare em seus sonetos tenha atribuído rimas diferentes a cada quadra. De qualquer forma, seu efeito acústico não diminui por isso, e o pensamento, em troca, obtém assim muito mais ressonância do que poderia com a preservação e reprise das palavras à la española.”

Quando a poesia romântica transfere suas cenas para a Grécia ou a Roma antigas ela perde a concretude e o detalhe, se torna insuficiente e fragmentária, abstrata, generalista, sem individuação. (…) Só Shakespeare, em suas peças de época, é que está livre desta crítica. Sem hesitar, ele apresentou, sob nomes greco-romanos, ingleses de seu próprio tempo.”

AS TRÊS PRATELEIRAS DOS ANIMADORES DE PERSONAGENS: “Os poetas de maior calibre são como ventríloquos, em que ora o herói, ora a donzela, ora o antagonista são apresentados sucessivamente com as mais variadas cores, todos de forma convincente. Isso se vê em Shakespeare e Goethe. Os poetas de segunda safra transformam o protagonista num alter ego próprio. Esse é o proceder de Byron. Nele e nos seus semelhantes os personagens secundários são insípidos, borrões. Já no poeta medíocre, nenhum personagem escapa dessa sina.”

Somos capazes de detectar a qualidade do todo de uma obra literária lendo não mais do que algumas páginas. (…) Com apenas uma amostra sentimos o ritmo, a flexibilidade e a leveza do autor de gênio, pressentimos com pouco material a que elevação sua mente pode chegar em seu máximo. Mas, na outra mão, também captamos instantaneamente o enfado, a rigidez, a tolice e o pesadume de uma pena. Assim como a língua é a expressão do intelecto de uma nação, o estilo vem [a] ser a expressão mais imediata do intelecto de um autor, mais até que sua fisiognomonia. Deixamos um livro de lado quando percebemos que através de suas páginas tudo que atingimos é uma região mais obscura que a nossa mesma, a menos que nosso objetivo seja unicamente nos instruir de fatos ali relatados; jamais de pensamentos.”

12.5 METAFÍSICA DO GÊNIO

nossa consciência tem dois lados; uma metade é a consciência de nós próprios, que é a Vontade; a outra metade é a consciência das outras coisas, ou seja, primariamente conhecimento, mediante a percepção, do mundo externo, a apreensão dos objetos.” Isso já havia sido dito com outras palavras no livro – o que ocorre é que, neste contexto, que é a Estética e o processo de criação, o artista e sua obra se tornam indistinguíveis (Consciência máxima! Objetividade, se já existiu alguma). Só se voltam a separar no momento da crítica: autor de um lado, obra do outro. A crítica imparcial bem-sucedida é o exercício da subjetividade do logos. Neste ínterim, portanto, não há que se falar em autoconsciência como sinônimo da Vontade.

Só apreendemos o mundo de forma puramente objetiva quando não mais sabemos que a ele pertencemos; e todas as coisas parecem mais e mais belas à medida que delas e somente delas somos conscientes, e quanto menos somos conscientes de nós próprios.” Está correto se se refere puramente ao processo da crítica da arte, com alguns ajustes – Sinal trocado: de forma puramente SUBJETIVA quanto mais somos conscientes de nós próprios (o crítico apreende a obra como algo estranho, sujeito x objeto, esqueceu que a criação do artista, sua objetividade, está em ser o objeto enquanto o objeto é consciência, na fusão dos pólos). Propriamente falando, o artista não julga o que é ou não é o belo, pois se torna provisoriamente o próprio belo. Como pode a beleza argumentar intelectualmente sobre a beleza? Ela apenas é. Narciso não se reconhece ao espelho, está menos consciente de si, pode julgar seu reflexo (o outro) como belo. Narciso é o crítico – quem está desinteressado de si está interessado no outro (a obra). Nele, sujeito e objeto estão divorciados, Narciso não é a imagem de Narciso. O artista é todo consciência-de-si, ele e a obra são cegos à outridade, entendem apenas os reflexos (o espelho que reflete a si próprios), estão fechados em si numa subjetividade infinita – mas como não há outro, apenas mesmidade, identidade, trata-se da OBJETIVIDADE PERFEITA E AUTO-SUFICIENTE DO QUE É IGUAL A SI MESMO. Narciso, o crítico, se afoga porque carece, busca o complemento, a beleza (Narciso não é a beleza, ele é inconsciente de si, seu corpo não está em consideração a não ser como outro, infinitamente separado por um abismo). O reflexo (a obra) não quer nada. Sujeito e objeto aqui são um, o mundo. O exterior e o interior simultâneo. O Ser. Não há logos, só recursividade tautológica. Vênus é. O amor é cego e no entanto não deseja enxergar (interagir com o exterior). O amor é o processo de criação. O amor está na boca do mundo, é discursado pelos loucos da subjetividade irrestrita. Só neste sentido, o amor é a Poesia (subjetividade) e a crítica é a Verdade (objetiva). Homero descreve o mundo; a verdade desmistifica-o. A verdade é a verdade dos homens, discurso, sempre carente da serena objetividade muda e inacessível da beleza.

Goethe compreendeu esta antítese, e por isso sua autobiografia se chama Poesia & Verdade. Poesia é a sua obra, verdade o indivíduo biografado. Por ser uma obra, versando sobre a obra e a crítica, é Poesia, como foram antes seus poemas que não falavam de poemas, mas uma poesia sem objeto, inacabada. Por ser uma crítica, prosando sobre a crítica e a obra, é Verdade, verdade clínica e impessoal de sua vida. Beleza deficitária, crítica consumada. Tentativa de uma síntese impossível a não ser dentro da obra de arte que é o artista enquanto indivíduo. O jeito do belo ver, elogiar, participar – a possibilidade da crítica ser bela e definitiva.

Sch. se contradiz – e muito – em estética! Se o objetivo é o instinto da espécie, é óbvio que o artista terá mais instinto que o plebeu – mas Sch. vê a recepção da obra como algo objetivo, e não o inverso, ao mesmo tempo em que nele o plebeu tem mais instinto, e menos autoconsciência. Sua teoria está de ponta-cabeça.

só o gênio é capaz de um esquecimento completo da própria pessoa e de suas relações; segue-se que a GENIALIDADE nada é senão a OBJETIVIDADE mais perfeita, ou seja, orientação objetiva do espírito, em oposição à subjetiva que vai de par com a própria pessoa, i.e., com a [própria] vontade.” “como diz Goethe, fixar em pensamentos duradouros o que aparece oscilante no fenômeno.” “claro olho cósmico” No entanto, continua confuso e ambivalente. Quando quer, joga a Vontade para o fenômeno, com mediação da IDÉIA. Schopenhauer troca objetividade e subjetividade o tempo todo nas suas definições da genialidade.

excedente de conhecimento livre”

purificado de Vontade, [Mas o abandono da razão é o contrário!] espelho claro da essência do mundoDaí se explica a vivacidade que beira a inquietude,¹ em indivíduos geniais, na medida em que o presente quase nunca lhes basta, já que não preenche a sua consciência. Daí resulta aquela tendência ao desassossego, aquela procura incansável por novos objetos dignos de consideração, o anseio quase nunca satisfeito por seres que lhes sejam semelhantes e que os ombreiem e com os quais possa se comunicar. Já o filho comum da terra, ao contrário, plenamente satisfeito com o presente comum, absorve-se nele e em toda parte encontra o seu igual, possuindo aquele conforto especial na vida cotidiana que é negado ao gênio.”

¹ Aquele que cessa de desejar – que corta o fluxo do tempo, na obra de arte, tornando-se OBJETIVO – torna-se vivaz? Como explicar esse tipo de contradição schopenhaueriana?!

ETNÓGRAFOS DOS MORTOS: “Portanto, a fantasia põe o gênio na condição de, a partir do pouco que chegou a sua apercepção efetiva, construir todo o resto e assim deixar desfilar diante de si quase todas as imagens possíveis da vida. (…) o gênio precisa da fantasia para ver nas coisas não o que a natureza efetivamente formou, mas o que se esforçava para formar, mas que, devido à luta de suas formas entre si, não pôde levar a bom termo.” Uma teoria do gênio correta encaixada no molde errado (sua “Vontade” kantiana).

há grandes espaços intermédios no qual (sic) o indivíduo de gênio, tanto no que diz respeito aos méritos quanto às carências, em muito se aproxima do indivíduo comum.” “o fazer-efeito de um ser supra-humano diferente do próprio indivíduo e que apenas periodicamente se apossa dele. A aversão do gênio em direcionar sua atenção ao conteúdo do princípio de razão mostra-se primeiro em referência ao fundamento de ser, enquanto aversão à matemática, cuja consideração segue as formas mais gerais do fenômeno, espaço e tempo”

a impressão do presente é bastante poderosa sobre o gênio, arrasta-o para o irrefletido, o afeto, a paixão.” “ele julga e narra de maneira extremamente objetiva [subjetiva, sincera] aquilo que diz respeito aos seus próprios interesses, sem ocultar o que seria prudente ocultar (…) inclinam-se a monólogos e podem em geral mostrar muitas fraquezas que de fato os aproximam da loucura.” “todo aquele que conheceu as Idéias eternas nas coisas efêmeras aparece como louco.”

ele vê em toda parte o extremo, e, justamente por isso, o seu agir atinge extremos. Ele não consegue encontrar a justa medida, falta-lhe a fleuma (…) O gênio conhece as Idéias perfeitamente, mas não os indivíduos. Eis por que, como já se observou, um poeta pode conhecer profunda e essencialmente O ser humano, porém de maneira muito ruim OS homens. O gênio, pois, é facilmente enganado e se torna um joguete nas mãos de astutos.”

DE-KANT-AÇÃO: “Que a Idéia se nos apresente mais facilmente a partir da obra de arte do que imediatamente a partir da natureza ou da efetividade, isso se deve ao fato de o artista, que conheceu só a Idéia e não mais a efetividade, também ter reproduzido puramente em sua obra a Idéia, separada da realidade efetiva com todas as suas contingências perturbadoras. O artista nos permite olhar para o mundo mediante os seus olhos. Que ele possua tais olhos a desvelar-lhe o essencial das coisas, independentemente de suas relações, eis aí precisamente o dom do gênio, o que lhe é inato. E, ademais, que ele esteja em condições de também nos emprestar esse dom, como se pusesse em nós os seus olhos, eis aí o adquirido, a técnica da arte.”

(N.T.) “para diferenciar Sch. de Kant, que opera uma ‘transição’ (Übergang) definitiva entre o belo e o sublime no capítulo 23 da Crítica da faculdade de juízo. (…) Como dito linhas antes pelo autor, o sentimento do sublime em sua determinação fundamental (Idéia intuída) é ‘uno’ com o do belo, distinguindo-se deste apenas pelo ‘acréscimo’ do elevar-se do contemplador para além da relação conhecida como desfavorável do objeto com a Vontade. Tanto é que Sch. falará mais adiante do ‘sublime no belo’ (Erhabenen am Schönen). Com isso, o termo gradação funcionou melhor porque indica os graus seqüenciais em que suavemente o belo e o sublime se confundem de acordo com o estado estético em que se está, sem porém distinguirem-se em natureza.”

ANTI-GORE: “se reconheceu desde sempre que o excitante negativo (repugnante) é inadmissível na arte, na qual até mesmo o feio é suportável, desde que não repugnante, e seja posto em lugar adequado

O fato de todos reconhecermos a beleza, caso a vejamos, sendo que no caso do artista autêntico isso ocorre com uma tal clareza que ele a mostra como nunca se vira e, por conseguinte, supera a natureza com sua exposição, tudo isso é apenas possível devido ao fato de que a Vontade – cuja objetivação adequada em seu grau mais elevado deve aqui ser descoberta e julgada – SOMOS NÓS MESMOS.”

A possibilidade de uma tal antecipação a priori do belo no artista, bem como o seu reconhecimento a posteriori no espectador, reside no fato de ambos serem o mesmo em-si da natureza, a Vontade que se objetiva. Pois, como disse Empédocles, apenas pelo igual é o igual reconhecido; apenas a natureza pode entender a si mesma; apenas a natureza pode aprofundar-se em si. E também apenas pelo espírito é o espírito compreendido.”

O CONCEITO é (…) alcançável e apreensível (…) comunicável por palavras sem ulterior determinação, esgotável por inteiro em sua definição.¹ A IDÉIA (…) é absolutamente intuitiva (…) nunca sendo conhecida pelo simples indivíduo enquanto tal (…) [mas pelo] puro sujeito do conhecimento (…) alcançável apenas pelo gênio, em seguida por aquele que (…) está numa disposição genial. (…) a medida do seu próprio valor intelectual.”

¹ Subordinado ao espaço-tempo.

O conceito é a medida do homem;

A Idéia a medida de deus. Deus em Platão como a perfeição humana.

A verdadeira e única fonte de qualquer obra de arte é a Idéia” “Justamente porque a Idéia é e permanece intuitiva, o artista não está consciente in abstracto da intenção e do fim de sua obra” “não pode relatar sua atividade” “Por sua vez, imitadores, maneiristas, imitatores, servum pecus procedem na arte a partir do conceito.” “Na medida em que sugam o seu alimento de obras alheias, assemelham-se a plantas parasitas; também se assemelham aos pólipos, que assumem as cores daquilo de que se apropriam.” “Só o gênio, contrariamente, é comparável a um corpo orgânico que assimila, transforma e produz.” “a elevada formação do gênio jamais prejudica a sua originalidade. (…) tais obras maneiristas encontram com freqüência, e rapidamente, a aprovação sonora dos contemporâneos (…) Contudo, após alguns anos, tais obras já são inapreciáveis, visto que (…) mudaram.”

tenho de naturalmente rejeitar essa e outras semelhantes colocações de Winckelmann sobre a metafísica do belo propriamente dita, embora de resto o respeite muito. Por aí se nota como se pode ter a maior receptividade para o belo da arte, e ter o juízo mais correto sobre as obras artísticas sem no entanto estar em condição de oferecer uma descrição abstrata, propriamente filosófica, de sua essência.”

numa carta (…) ao contrário da conversação, perde-se a medida da impressão que se provocaria sobre outrem. O destinatário de uma carta a perscruta de modo sereno e numa disposição alheia à do remetente, a lê repetidas vezes, em diferentes ocasiões, podendo facilmente desmascarar a intenção secreta. Conhece-se melhor e mais fácil um autor, também como homem, a partir de seu livro, pois todas aquelas condições fazem efeito na escritura de um livro de modo ainda mais vigoroso e constante.”

PODERIA SER AO MESMO TEMPO A CRÍTICA DEFINITIVA E UMA TOLERÂNCIA QUANTO À EXISTÊNCIA DA PSICANÁLISE, ESSA PSICOLOGIA DO MEDÍOCRE COTIDIANO: “As ciências empíricas perseguidas como fim em si e sem qualquer tendência filosófica são como um rosto sem olhos. Elas são, entretanto, uma ocupação válida para homens de boa capacidade que contudo não são homens excelentes. Para as mentes superiores, esse tipo de investigação minuciosa e irrelevante seria mesmo uma perturbação e um incômodo.”

Uma elevada capacidade mental sempre foi olhada como um dom da natureza ou dos deuses; por essa razão essa capacidade foi chamada Gaben [talento em alemão], Begabung [idem], ingenii dotes [mais uma vez o mesmo significado, no latim], dádiva (um homem ‘gifted’ de ‘gift’, presente, prêmio, doação, em inglês [em português diríamos dadivoso, superdotado]), de modo que se via e se vê o portador de tal capacidade como alguém diferente do homem mesmo, alguém que apenas cumpre um destino, graças a um favor emanando de fora ou de cima.” “todas as religiões prometem um prêmio [mas não no sentido de presente, e sim de recompensa, i.e., algo que não vem gratuitamente] após a morte, i.e., na vida eterna, pela sublimidade no campo da vontade durante a vida (a Vontade está associada ao coração), mas nenhuma gratifica, em si, o ser bom da cabeça ou sábio. A virtude, mundanamente entendida, espera sua recompensa nesse mundo mesmo; a prudência outrossim; já o gênio, a genialidade, em lugar algum (nem neste mundo, nem no próximo); o gênio é sua própria recompensa. A vontade é considerada a metade eterna do ser humano, o intelecto a metade perecível e temporal.”

Qualidades brilhantes do espírito conquistam admiração, porém nunca afeição; esta se encontra reservada para a moral, as qualidades do caráter.”

O FUNESTO DESTINO DE LISA SIMPSON: “Nossos anos escolares podem ser comparados àqueles da vida futura, na maioria dos casos, como os dumb shows entre-atos de algumas das tragédias de Shakespeare se comparam à peça mesma: esses espetáculos desempenhados por bobos da côrte apenas com mímica antecipam, para quem prestar atenção, muitos dos diálogos e acontecimentos da peça principal, que nada mais é que nossa vida futura. § Porém, isso não quer dizer que seja possível, por quaisquer meios, prognosticar, da mesma forma, o futuro das capacidades intelectuais do homem pela sua inteligência quando garoto; ao contrário, via de regra os ingenia praecocia [gênios precoces], meninos-prodígios, acabam como uns cabeças-ocas. Já o gênio costuma ser, na infância, lento em suas concepções, e compreende com dificuldade, justamente porque compreende profundamente.”

devido ao fato de que toda ansiedade provém da vontade, e o conhecimento, ao revés, é indolor e sereno para si mesmo, o gênio adquire sobrancelhas desdenhosas e altaneiras, conjugadas com um olhar límpido, perscrutador, parte do rosto que não está subjugada à vontade e seus caprichos, aquela aparência de magnanimidade, de uma serenidade quase sobrenatural que de tempos em tempos deixa-se observar na sua plenitude, e que contrasta poderosamente com a melancolia de todas as demais feições do gênioespecialmente com sua boca, totalmente subordinada à vontade.”

¹ DA SERIEDADE DO SUPERIOR: Chamada pelo normalman de “seriedade”. Mas o que acontece é que o gênio é ansioso em total desproporção com sua vida pessoal comezinha. Sua ansiedade transborda das criações artísticas para a vida pessoal. O estúpido e bobo leva uma vida incontáveis vezes mais serena; é claro que ele se aparvalha diante das menores tontices, que duram pouco, mas talvez não reconheça um perigo real, hegemônico e duradouro. A nova onda fascista veio nos provar isso. Nossa serenidade não é extra-mundana, mas muito, muito profana e imanente. Quando até o que assenta e está na base do próprio cotidiano das massas demonstra fissuras e rachaduras, vivemos do despertar ao adormecer intranqüilos, farejando alguma coisa. Para o normalman, tudo vai bem, ou o que vai mal não deve gerar mais inquietação do que o necessário (geralmente, a autopreservação no seu sentido mais tosco e materialista, a vantagem nos ‘pequenos negócios’). A polarização entre as forças democráticas e reativas e o fascismo opressor, que é vista com bons olhos e sinal de pujança pelo gênio (afinal o fascismo está sendo contrabalançado), desagrada essas pessoinhas sem bússola do real. No fim, não é como Sch. diz, que o gênio tem mais intelecto e menos volição que o normal ou medíocre, mas ele possui mais a ambos; ainda que proporcionalmente possam estar mais injetados do dito intelecto: têm MAIS vontade e muito mais intelecto. A condição do gênio é impassível de intuição ou pressentimento, empatia, pelo normie – os medianos tateiam, deduzem, podem acertar em cheio como podem bater na lua querendo aterrissar em Marte, a margem de erro nessas análises é a mais ampla e dilatada possível, seu método para detectarem os verdadeiros gênios é completamente caótico…

Mas mesmo o homem de grande entendimento e razão, que se pode chamar sem erro de sábio, é ainda muito diferente do gênio, e nesse tocante: que seu intelecto retém uma tendência prática, se preocupa com a escolha dos melhores meios e fins, destarte conserva-se a serviço da vontade, e conseguintemente está ocupado de um modo que é coerente de alto a baixo com sua natureza. A seriedade firme e prática da vida que os romanos denominam gravitas [gravidade, reverência] pressupõe que o intelecto jamais abandone o serviço da vontade a fim de vadiar em recantos distantes que não concernem à vontade. Desta feita, o sábio não admite essa separação entre vontade e intelecto que é a condição do gênio.” Nenhum povo defendeu jamais os gênios. Que os romanos fossem de uma moral pró-genialidade seria paradoxal – mas sim, eles eram bastante graves! Acerca dos erros grifados em verde, creio não precisar me estender muito: Schopenhauer sempre inverte a compreensão da vontade como seria necessário “flagrá-la”: o gênio é aquele que exatamente se funde com a vontade, de modo que nem conduz nem é conduzido, é outra coisa, despersonaliza-se. Não sabe, a rigor, o que é razão e intelecto enquanto é genial. E, o mais importante, o sábio, por uma limitação congênita, sempre separa o que deveria estar unido: o que ele não admite verdadeiramente é a união entre vontade e intelecção. O sábio sem gênio “está ocupado de um modo que é coerente de alto a baixo com sua natureza”: mas sua natureza é a de desrespeitar a sua vontade, sobrevalorizando a razão, espezinhando o sentimento. Não se trata aqui de negar o pathos tipicamente romano; mas este pathos se chama gravitas, não genialidade. Os recantos distantes da vida prática são o habitat insuspeito da Vontade que dirige e é dirigida pelo gênio.

Para o gênio, suas pinturas, poemas ou pensamentos são um fim; para os outros (imitadores ou observadores), um meio. Os últimos só vêem pela frente seus próprios negócios, por isso sabem muito bem como avançá-los, bajulando seus contemporâneos, servindo suas necessidades e atendendo seus humores. Sendo assim, esses outros, os normais e vulgares, vivem em sua maioria nas circunstâncias mais felizes; o primeiro, o gênio, o mais das vezes em condições miseráveis. Ele sacrifica seu bem-estar pessoal a fim de atender seu fim objetivo; e ele não pode agir ao contrário, porque toda sua seriedade e gravidade aí repousam. Os normais, seus opostos extremos, agem ao avesso; portanto, estes últimos são pequenos, mas o gênio é grande. O trabalho do gênio é atemporal, mas seu reconhecimento costuma advir apenas na posteridade: ele vive e morre como comum, em seu próprio tempo. De forma geral, só é um grande homem aquele que, em seu trabalho, prático ou teórico, não procura tirar vantagens para si mesmo, mas persegue tão-somente seu final objetivo (desinteressado).”

Portanto, esse predicado altivo pertence somente ao herói genuíno e ao gênio: contrariamente à natureza humana, estes espécimes nunca buscaram o próprio sucesso, nunca viveram para si mesmos, mas para todos, para a humanidade. E tanto como a matemática das populações obriga que a maioria seja constantemente pequena, jamais podendo aspirar à grandeza, a natureza proíbe a ocorrência contrária: a de alguém que pudesse ser constantemente grande, grande a cada momento, o que é impossível—

Porque todo homem é feito de barro,

E o costume é sempre sua nutriz.”

<Quem quer que tenha nascido com um talento, para um talento, sempre encontra nele a mais bela das existências>, diz Goethe. Quando olhamos para as vidas de grandes homens dos tempos passados, não pensamos <Ó, quão feliz deve ele estar agora, por ser ainda admirado entre nós após tanto tempo!>, mas sim: <Quão feliz deve ele ter sido no imediato fruir de sua mente, cujos traços continuam a ressuscitar ao longo dos séculos!>. Não na fama em si, mas naquilo que ele sabe que atingiu (e que originou sua fama), recai o valor que ele próprio – e portanto a humanidade póstuma – se atribuiu. Este é o íntimo prazer que compensa o sofrimento material desta raça de crianças imortais que existem em todos os tempos.”

A afinidade entre gênio e loucura, tão amiúde observada, depende primariamente daquela separação do intelecto da vontade que é essencial ao gênio, porém contrária à natureza.¹ Mas tal separação em si não indica que o gênio esteja acompanhado de uma menor intensidade de vontade. Ora, o gênio é instantaneamente reconhecido por um caráter apaixonado e veemente; mas a pessoa de excelência prática, o homem de ação, apresenta meramente o tanto de intelecto exigido por uma vontade enérgica, enquanto que a maioria massacrante dos homens carece mesmo disso; já o gênio consiste numa superabundância completamente anormal de intelecto, pelo menos em relação ao que é preciso para o uso da vontade. Baseado nessa discrepância, o homem de obras genuínas é mil vezes mais raro que o homem de ação.² É essa superfluidade anômala de intelecto que torna o gênio preponderante em suas faculdades intelectuais e liberto da vontade.³ Desenraizado daquilo que é sua origem, [a origem do homem nos instintos volitivos] ele pode exercer sua atividade com todo seu vigor e elasticidade; daí nascem todas as criações do gênio.”

¹ A impressão de loucura deriva de ver alguém que age com grandeza sem que o intelecto seja sua força-motriz. Nada mais louco que a Vontade se realizando plenamente em algo tão frágil e passageiro como o mero indivíduo. O intelecto se mantém no caminho da constância. O gênio, o artista, se despersonalizam, sobretudo da ótica do exageradamente sábio. Na próxima frase Schopenhauer parece se dar conta de seu erro primário e remedeia a afirmação.

² Aqui podemos afirmar com segurança: Napoleão foi um homem de ação, não um gênio. O gênio “não se dá bem com o seu presente”, e não se trata de mera circunstância ou azar: quão maior sua genialidade, mais essa desavença é exigida como autêntica medida do seu grau supino de genialidade.

³ Eu encaro como o homem prático aquele que se divorcia da Vontade e cujo comportamento se tornou uma quimera fictícia (tratando o fenomênico como se fosse o real fundamental – só aqui é que haveríamos de falar em loucura). O gênio, o superabundante em intelecto se compararmos com seu estoque de vontade, é aquele, no entanto, que nunca separa os galhos e a copa das suas raízes instintuais: ele é exatamente o que a natureza projeta para a raça superior de homens. É uma pena que, enxergando tão longe, sendo tão sutil durante grande parte de seu percurso, Schopenhauer não perceba algo comparativamente tão simples e seja tão grosseiro em suas conclusões cabais: o gênio só pode estar enraizado o mais profundamente na Vontade e ser a completa afirmação apaixonada do mundo mesmo! O desinteresse e o ascetismo nada têm que ver com o gênio, são duas faces da mesma moeda: do homem prático, que ignora o rizoma da existência, e do homem que ‘desistiu do mundo’, entregue à abstração vazia e ao miscitismo! Ninguém que se opõe a sua natureza e que corta seus vínculos com suas próprias origens (fica sem raiz, sem vínculo, sem origem) pode chegar longe num mundo em que realizar-se é justamente estar no mundo com o máximo ímpeto e densidade!

Árvores muito altas e bonitas não dão frutos; as árvores que dão fruto são pequenas, feias, mutiladas. A rosa do jardim cultivado não dá rosas; a rosa pequena, selvagem, quase sem cheiro, é que dá muitos botões e perpetua. Os edifícios mais bonitos não são os mais úteis; um templo não é uma moradia. Um homem de raros e elevados dons compelido a consumir-se em negócios comezinhos e cotidianos, para os quais os homens mais ordinários seriam muito mais aptos, é como um vaso caríssimo decorado de belíssimas pinturas usado como um recipiente comum de cozinha”

NOSSO TUDO OU NADA EXASPERANTE DE CADA DIA (QUE NUNCA É O ÚLTIMO, A DESPEITO DAS APARÊNCIAS): “O gênio é, acima de tudo, o servo de dois mestres (…) freqüentemente ele conturba a vontade, o que significa que o indivíduo com dom se torna mais ou menos inútil para a vida, isto é, em sua conduta se assemelha a um louco, de acordo com o homem vulgar. Devido a seu conhecimento muito elevado, tenderá a enxergar mais o universal que o particular; mas acontece que a Vontade exige o conhecimento aplicado ao particular. [ERRO CRASO: a Vontade já é esse particular, ela busca o universal, a vontade-para-o-poder, engrandecer-se.] Ocasionalmente, no entanto, assim que uma brecha se oferece, todo esse conhecimento anomalamente excessivo se dirige com todo o ímpeto [veja que o conhecimento não tem ímpeto – isso significa que é a Vontade que se expressa mediante a faculdade da sabedoria] às circunstâncias, [o particular] às misérias da vontade e da vida, [a Vontade se volta para si mesma como num espelho] com a aptidão para apreendê-las assaz vìvidamente, bem até demais, para observar tudo em cores muito nítidas, em cores tão claras que ofuscam, e de uma forma temerariamente exagerada, de onde se constata que o indivíduo genial recai ora num extremo, ora noutro.” A pulga que vira um elefante ou a síndrome de Alice ou de Mario Bros. (encolhe e engrandece várias vezes num só dia).

A SOCIEDADE DOS MEUS MELHORES AMIGOS MORTOS: “A todo o dito resta acrescer que o gênio vive essencialmente só. É demasiado raro encontrar o tipo, ainda mais na companhia dos outros homens, que o acham, e por ele mesmo são considerados, muito diferente(s) e aparte. (…) O gênio não está adaptado a conversações: os vulgares terão tão pouco prazer nele e em sua superioridade opressiva quanto este invulgar terá com os homens. (…) Para que o gênio entabule relações com um igual, via de regra, tem de agir indiretamente, consumindo as obras que os gênios do passado legaram.”

O homem talentoso é aquele que acerta com facilidade o centro do alvo que o franco-atirador normalmente não consegue atingir; o homem de gênio é aquele que acerta centros de alvos que os franco-atiradores não conseguem sequer enxergar. O gênio só é conhecido por vias indiretas, e tarde demais; ainda assim, só crê no gênio quem dá fé e confia nos relatos dos homens, pois que vendo a coisa por si mesmo o homem vulgar nada teria de mais a falar, nada perceberia de extraordinário.”

em muitos estudantes¹ uma tendência puramente intelectual e uma excentricidade sugestiva do gênio é inconfundível. Mas a natureza retoma a sua marcha; [os instintos reacionários voltam a contrabalançar a natureza excessivamente intelectual que ameaça aflorar no indivíduo] eles assumem a forma de crisálida [o desenvolvimento intelectual sofre uma pausa – período de latência] e a antiga inclinação reaparece na idade adulta, transformando-os em filisteus encarnados,² o que nos choca quando os reencontramos mais tarde na vida.”

¹ Significa que por mais que muitos alunos pareçam promissores e realmente exibam o temperamento do gênio, o número efetivo de gênios na idade adulta é mínimo.

² O emprego da expressão “incarnate Philistines” no texto que traduzi soa estranho aqui, pois não combina com o teor da frase. Philistine tem necessariamente uma conotação jocosa, e no entanto Schopenhauer quer se referir aos eruditos sob uma luz de decência! Ou Sch. quer dizer que esse “retorno do intelecto” é muito defasado na maioria dos homens? I.e., surpreendemo-nos de um completo asinino (filisteu) aos 30 ter se tornado finalmente alguém ponderado aos 50? Porém isso não faz nenhum sentido, não é realista! Sendo este o caso, entretanto, deveríamos ler assim o final da frase: …transformando-os, quando não passavam de filisteus encarnados, o que nos choca….

O entendimento, a habilidade técnica e a rotina devem preencher as frestas que a concepção e inspiração do gênio deixou para trás, e deve misturar com estas todo tipo de obra suplementar necessária como cimento das únicas partes real e genuinamente brilhantes. Isso explica por que em todas as obras, excetuando-se apenas as obras-primas perfeitas dos maiores mestres de todos os tempos (como, p.ex., o Hamlet, o Fausto, a ópera de Don Juan), notamos a mescla com qualquer coisa de insípido e enfadonho, que em alguma medida prejudica a fruição do todo. Provas vivas são o Messias [obra musical], Gerusamme liberata [outra composição sonora], mesmo O Paraíso Perdido e a Eneida; e Horácio já havia feito a observação contundente: Quandoque dormitat bonus Homerus [Às vezes até o bom Homero dormita].¹ Mas que assim seja é conseqüência das limitações das capacidades humanas em geral.”

¹ Em inglês o trecho dá azo a um excelente trocadilho: even good Homer sleeps/slips. Dorme (no ponto); desliza, vacila.

12.6 MÚSICA, O PALIATIVO FINAL

uma bela arte permaneceu excluída de nossa consideração e tinha de permanecê-lo, visto que, no encadeamento sistemático de nossa exposição, não havia lugar apropriado para ela. Trata-se da música.” “linguagem universal, cuja distinção ultrapassa até mesmo a do mundo intuitivo” “a alegoria interior com a qual o íntimo mais fundo de nosso ser é trazido à linguagem.”

o ponto de comparação da música com o mundo, a maneira pela qual a primeira está para este como cópia ou repetição, encontra-se profundamente oculto. A música foi praticada em todos os tempos sem se poder dar uma resposta a tal indagação. Ficou-se satisfeito em compreendê-la imediatamente, renunciando-se a uma concepção abstrata dessa compreensão imediata.”

ABSURDIDADE: “a música, visto que ultrapassa as Idéias e também é completamente independente do mundo fenomênico, ignorando-o por inteiro, poderia em certa medida existir ainda que não houvesse mundo [!!!!] – algo que não pode ser dito acerca das demais artes. De fato, a música é uma tão IMEDIATA objetivação e cópia de toda a VONTADE, como o mundo mesmo o é, sim, como as Idéias o são, cuja aparição multifacetada constitui o mundo das coisas particulares.¹ A música, portanto, de modo algum é semelhante às outras artes, ou seja, cópia de Idéias, mas CÓPIA DA VONTADE MESMA, [acaba de se contradizer de novo!] cuja objetidade também são as Idéias. Justamente por isso o efeito da música é tão mais poderoso e penetrante que o das outras artes, já que estas falam apenas de sombras, enquanto aquela fala da essência.”

¹ Se suas Idéias são para significar Vontade, perdem o sentido. Na realidade ressuscitar, malversando, Platão (nestes casos específicos do texto schopenhaueriano) só prejudica a compreensão moderna da Filosofia clássica e desvaloriza o próprio filosofar contemporâneo. Se há diferença, ela é não-concorde ao próprio sistema schopenhaueriano e, mesmo se não fosse, nunca é explicada pelo autor.

O desvio da correção aritmética dos intervalos mediante um temperamento qualquer, ou produzida pelo tipo escolhido de tom, é análogo ao desvio do indivíduo do tipo da espécie. Sim, as dissonâncias impuras que não formam nenhum intervalo determinado são comparáveis aos abortos monstruosos situados entre duas espécies animais, ou entre homem e animal.” Isso seria verdade para a música clássica, mas não para a música do século XX (o sobressair da dissonância).

O ÚLTIMO METAFÍSICO DO TOM: “Somente a MELODIA tem conexão intencional e plenamente significativa do começo ao fim. Ela narra a história da Vontade iluminada pela clareza de consciência, cuja impressão na efetividade é a série de seus atos. Porém, a melodia diz mais: narra a história mais secreta da Vontade, pinta cada agitação, cada esforço, cada movimento seu, tudo o que a razão resume sob o vasto e negativo conceito de sentimento”

A invenção da melodia, a revelação nela de todos os mistérios mais profundos do querer e sentir humanos, é a obra do gênio, cuja atuação aqui, mais do que em qualquer outra atividade, se dá longe de qualquer reflexão e intencionalidade consciente, e poderia chamar-se uma inspiração. Aqui o conceito é infrutífero, como na arte em geral. O compositor manifesta a essência mais íntima do mundo, expressa a sabedoria mais profunda, numa linguagem não-compreensível por sua razão: como um sonâmbulo magnético fornece informações sobre coisas das quais, desperto, não tem conceito algum. No compositor, mais do que em qualquer outro criador, o homem é completamente separado e distinto do artista. Mesmo na explanação dessa arte maravilhosa o conceito mostra a sua indigência e limites.”

Quanto ao número inesgotável de possíveis melodias, corresponde ao inesgotável da natureza na diversidade de seus indivíduos, fisionomias e decursos de vida. A passagem de uma tonalidade para outra completamente diferente, quando a conexão com a anterior é no todo interrompida, compara-se à morte, na medida em que nesta o indivíduo finda. No entanto, a Vontade que nele apareceu existe tanto quanto antes, aparecendo num outro indivíduo, cuja consciência, todavia, não possui ligação alguma com a de seu antecessor.”

A música exprime não esta ou aquela alegria singular e determinada, esta ou aquela aflição, ou dor, ou espanto, ou júbilo, ou regozijo, ou tranqüilidade de ânimo, mas eles MESMOS, i.e., a Alegria, a Aflição, a Dor, o Espanto, o Júbilo, o Regozijo, a Tranqüilidade de Ânimo, em certa medida in abstracto, o essencial deles, sem acessórios, portanto também sem os seus motivos.” “Essa é a origem do canto com palavras e, por fim, da ópera – que justamente por isso nunca devem abandonar a sua posição subordinada para se tornarem a coisa principal, fazendo da música mero meio de sua expressão, o que se constitui num grande equívoco e numa absurdez perversa.” Prelúdio d’O Caso Wagner.

Tão seguramente como a música, longe de ser mero acessório da poesia, é uma arte independente, não só independente mas a mais poderosa de todas as artes, e por conseguinte alcança seus fins inteiramente com seus próprios recursos, tão seguramente quanto isto, é possível dizer que a música não necessita das palavras das letras ou da ação de uma ópera, que são acréscimos opcionais.”

Com respeito à superioridade da música em relação a seus elementos subordinados na forma da atuação dos atores-músicos na ópera e letra da canção, e porque a música está para o libretto e a ação como o universal para o particular, como a regra para o exemplo, seria aconselhável que o libretto fosse escrito para a música e não a música composta para o libretto. No entanto, o método costumeiro (o segundo) existe porque as palavras e ações contidas no libretto conduzem o compositor, de qualquer maneira, às afetações da vontade que estão em seu imo, e despertam nele os sentimentos a ser exprimidos pela composição; agem, portanto, como meios excitantes da imaginação musical.” Atualidade total, na era das trilhas sonoras encomendadas.

Que seja possível a relação entre uma composição e uma exposição intuitiva reside no fato de as duas serem apenas expressões diversas da mesma essência íntima do mundo. Quando uma tal relação de fato está presente [é que] o compositor soube expressar na linguagem universal da música os estímulos da Vontade constitutivos do núcleo de um evento: então a melodia da canção, a música da ópera são plenamente expressivos. A analogia encontrada pelo compositor entre aquelas duas (…) tem de provir do conhecimento imediato da essência do mundo, inconsciente para a sua razão, e não pode (…) ser imitação intermediada por conceitos. Do contrário a música não expressa a essência íntima, a Vontade mesma, mas apenas imita de maneira inadequada o seu fenômeno. Isto o faz toda música imitativa propriamente dita: p.ex., As estações, de Haydn, também muitas passagens de sua Criação, em que fenômenos do mundo intuitivo são imediatamente imitados. Também é o caso de todas as peças de batalha. Tudo isso deve ser por completo rejeitado.”

a seriedade que lhe é essencial, a excluir por completo o risível do seu domínio próprio e imediato, explica-se pelo fato de seu objeto não ser a representação, exclusivamente em relação à qual o engano e o risível são possíveis” “Quão plena de sentido e de significação é a linguagem musical, testemunham-no até mesmo os sinais de repetição, junto com o da capo [do início em italiano], que seriam insuportáveis nas obras escritas com palavras. Na música, entretanto, são bastante apropriados e benéficos, pois, para apreendê-la completamente, tem-se de ouvi-la duas vezes.” Ou 200 ou 2000…

Observe que na música de ópera o pathos transmitido é sempre o mesmo, não importa se o tema teatral é a desavença entre Agamemnon e Aquiles ou numa simples família burguesa. O material suplementar é irrelevante. Como Deus vê apenas o coração dos homens, a música vê e é apenas a vontade e as paixões ocultas por detrás das aparências. Desse modo, até diante das bufonarias da ópera cômica a música verdadeira preserva sua beleza, pureza e sublimidade essenciais. Na música não existe absurdo. A significância séria e profunda de nossa existência paira sobre toda a farsa e a interminável miséria da vida humana.”

Se considerarmos a música puramente instrumental, uma sinfonia de Beethoven nos apresenta a maior das confusões, mas que não deixa de estar baseada na mais perfeita ordem, o mais veemente conflito, que é transformado no instante seguinte na mais bela concórdia. É rerum concordia discors, um quadro perfeito e verdadeiro da natureza do mundo, que flui num labirinto ilimitado de incontáveis formas, que mediante constante destruição executa uma constante reparação.” “como um mundo espiritual sem matéria”¹ “É claro que enquanto ouvimos temos a tendência se representar a música em carne e ossos e prestar-lhe uma roupagem concreta, ver através dos ouvidos cenas da vida e da natureza. Geralmente, porém, isso não é sequer requisitado para a compreensão e fruição da música, consistindo apenas em adição estranha e arbitrária inevitável dada a natureza dos sentidos.”

¹ O verdadeiro sentido de sublimação. Esqueça a psicanálise!

a música nunca nos causa tristeza verdadeira. Mesmo em suas tensões mais melancólicas, ainda é prazerosa, e com muito deleite ouvimos em sua linguagem a história secreta de nossa vontade, com todas as suas emoções e esforços, seus variegados prolongamentos, obstáculos e misérias. Em contraste, quando, na realidade e seus terrores, é a nossa vontade mesma que é afetada e atormentada, não em sua história, mas no momento atual, quando não se trata mais de tons e relações numéricas, nós mesmos somos as cordas tensas e vibrantes que são esticadas, o que é sem dúvida doloroso.”

Em regiões setentrionais, cuja vida está sujeita a condições árduas, especialmente entre os russos, a menor da escala musical prevalece, mesmo na música de igreja. Allegro in minor é característica da música francesa; é como se alguém dançasse com sapato apertado.”

13. A FAMOSA MISOGINIA SCHOPENHAUERIANA

ABSURDO FINALISMO… “A causa eficiente que se demonstra nas configurações animais também é válida para a barba no homem; a finalidade dela é, eu suponho, ocultar os signos patognômicos¹ rapidamente alternantes na expressão humana, que traem qualquer movimento da mente. Esses signos são principalmente visíveis no entorno da boca; desta feita, a natureza, i.e., o organismo humano mesmo – de forma a minimizar suas perdas, escondendo do olho penetrante do adversário essas alterações sutis, cuja percepção seria muito perigosa nos atos de barganha ou em situações-limite – trata de fazer crescer pêlos na região, o que se traduz pelo completo desenvolvimento da barba no homem adulto (outro índice de que homo homini lupus, o homem é o lobo do homem). As mulheres, ao contrário, podem dispensar essa ‘vantagem natural’; pois sua dissimulação e autodominío das feições são inatos.” Menos nas lusitanas…

¹ Normalmente a palavra faria referência a sintomas mórbidos reconhecíveis por um especialista; neste caso, Schopenhauer emprega o prefixo pathos, que é o mesmo de patologia, para designar expressamente os afetos e as emoções, a variabilidade do caráter humano e as expressões faciais que as acompanham, e que acabam por involuntariamente nos trair. Perguntem aos jogadores de pôquer!

Falta de inteligência não prejudica uma mulher aos olhos de um homem. De fato, uma fêmea extraordinariamente bem-dotada mentalmente, ou mesmo uma gênia, provavelmente gerarão repulsa no homem, por serem anomalias.”

CONTRA O SAPIOSSEXUALISMO, HAHAHA! “É uma pretensão vã e absurda quando as mulheres afirmam que estão apaixonadas pelo cérebro de um homem, ou isso é sincero mas não passa de uma mania de uma natureza degenerada.”

Os homens não têm seus instintos sexuais e amorosos determinados pelo caráter da mulher; daí haver tantos Sócrates com esposas iguais Xantipas. Alguns exemplos são Shakespeare, Albrecht Dürer, Byron.

14. RESÍDUOS: AFORISMOS, PASSAGENS DIFÍCEIS DE CLASSIFICAR, CONSOLAÇÕES OU INVECTIVAS CONTRA FILÓSOFOS OU PERSONALIDADES MENORES

é tão reduzido o verdadeiro público de um autêntico filósofo que mesmo os discípulos que o compreendem só aparecem de séculos em séculos.”

todo evento ou obra, sufocados em gérmen, ainda têm a infinitude inteiramente aberta para o seu retorno.”

Apenas a significação interior vale na arte, a exterior vale na história. Ambas são completamente independentes uma da outra, podem aparecer juntas, mas também sozinhas.”

Que é afinal a modéstia senão a fingida humildade por meio da qual, num mundo povoado de inveja, pede-se perdão pelas excelências e méritos próprios àqueles que não os possuem?”

VIOLÊNCIA ou ASTÚCIA, os quais, em termos morais, são em essência a mesma coisa.”

Quem se recusa a mostrar ao andarilho o caminho correto não pratica injustiça; mas quem lhe aponta o caminho errado, pratica-a.”

O gozo da prática da injustiça num indivíduo é sempre menor que a dor ao sofrer a injustiça de outrem” Isso é tão sintético que poderia ter salvado Kant de escrever sua tortuosa Crítica da Razão Prática!

assim como de maneira bastante engenhosa se denominou o historiador um profeta às avessas, o legislador é um moralista às avessas.”

Todo amor puro e verdadeiro é compaixão. Todo amor que não é compaixão é amor-próprio.” “Até mesmo a amizade autêntica é sempre uma mescla de amor-próprio e compaixão” “O CHORO é COMPAIXÃO CONSIGO MESMO ou, a compaixão que retorna ao seu ponto de partida.” “sente-se que quem ainda pode chorar também tem de ser necessariamente capaz de amar”

Embora a idade e a doença tivessem transformado a vida dele num tormento e, através do desamparo, um fardo pesado para o filho, ainda assim a morte [do pai] é chorada intensamente.”

A verdadeira filosofia deve ser sempre idealista; de fato, deve sê-lo se quiser ser tão-só uma filosofia honesta, ainda que falsa.”

Jacobi, em sua doutrina de que a realidade do mundo exterior é assumida com base na fé, é exatamente <o realista transcendental que se faz passar por idealista empírico> tão censurado por Kant em sua Crítica da Razão Pura

Fichte não deve ser mencionado em minha obra: ele não merece um lugar entre os verdadeiros filósofos; entre aqueles eleitos da humanidade que, com honestidade profunda, buscam não coisas pessoais, mas a verdade; aqueles, portanto, que não devem ser confundidos com outros, os que, sob essa pretensão, só se importam com miudezas egocêntricas e a própria carreira. (…) Mas quem quer que nomeie esse tal Fichte ao lado de Kant – e falando sério! – demonstra que não tem a menor noção de quem é Kant e o que ele representa.” Essa espetada é sem disfarces direcionada a Hegel, este nivelador universal!

Materialismo é a filosofia do sujeito que se esquece de levar em consideração a si mesmo.”

Chega a ser comovente como, desprovidos tanto da profundidade dos alemães como da honestidade dos ingleses, os filósofos franceses distorcem e reviram o pobre material da sensação daqui e dali, buscando incrementar sua importância, a fim de elaborar os fenômenos profundamente significativos do mundo da percepção e do pensamento.”

Poderemos nos chamar de civilização somente quando nossos ouvidos puderem viver desprotegidos sem danos, quando não for mais <direito adquirido> de cada um perturbar a paz de consciência e a tranqüilidade de quem caminha na rua através de uma infinidade de sons como assovios, berros, relinchos, marteladas, o estalar de chicotes, latidos, etc., etc. (…) Algo mais sobre este assunto é dito no 13º capítulo do segundo volume do ParergaSim, amigo, eu me lembro muito bem! Quem estiver interessado (são passagens bem divertidas!), basta clicar em https://seclusao.art.blog/2017/05/30/o-pessimismo-de-arthur-schopenhauer/ e digitar Lichtenberg na busca (ctrl + F).

SÓ SEI QUE NADA (ESPERO DE) SEI(TAS): “se pudéssemos com firmeza persuadir 3 homens de que o sol não é a causa da luz do dia, seria de se esperar que logo essa nova convicção se tornaria generalizada.”

Inferir é fácil, julgar é complicado. Falsas inferências são raras, falsos julgamentos se dão o tempo todo.”

Quanto mais um homem é capaz de uma seriedade integral, mais, também, ele pode rir de coração.”

A ironia é objetiva, isto é, direcionada sempre ao outro; mas o humor (o cômico) é subjetivo, i.e., existe primariamente apenas para si mesmo. É por essa razão que as obras-primas da ironia estão entre os antigos, mas as obras-primos do humor se acham entre os modernos.

Falar diretamente dos corpos parece aos filósofos contemporâneos excessivamente vulgar; daí que eles digam <ser>, que juram soar melhor”

GERENTE-GERAL DA FIRMA: “o filósofo deve pesquisar em todos os campos do conhecimento, e inclusive, até certos limites, estar familiarizado em cada um. Segue daí que aquele conhecimento completo que só pode mesmo ser adquirido pelo estudo do detalhe está-lhe necessariamente interdito. (…) o filósofo pode ser comparado ao maestro: deve saber a natureza e o uso de todos os instrumentos da orquestra, sem embargo não seria proveitoso saber tocar todos, nem mesmo um deles como um perito ou virtuoso. O especialista é como Penélope semi-viúva à espera, que cose só para descoser. Tanto faz seus dias, o que importa é Odisseu. Ele irá ligar os pontos e dar utilidade ao trabalho da carne, ao alfinete e ao vestido.

em si mesmas, as matemáticas deixam a mente exatamente onde elas a encontraram (…) mesmo Descartes, muito melhor matemático do que filósofo, considerava a matemática de segunda ordem, ideal para cultivar a atenção e controlar a superexcitação dos nervos”

Se tivermos lido um livro de anedotas, digamos, 50 anedotas, e depois deixamos o livro de lado, imediatamente depois da leitura pode ser que sejamos incapazes de lembrar de cor uma única anedota. (…) O mesmo com qualquer tipo de leitura. Nossa conexão com o que aprendemos lendo depende de nossas linhas de pensamento, no contexto adequado. Aprender a fundo uma língua significa fortalecer essas conexões.”

O PROBLEMA DE DAR AULAS OU FALAR EM UMA CONFERÊNCIA, AINDA MAIS QUANDO NÃO SE É UM ESPECIALISTA: “Ocasiões suscitam pensamentos; pensamentos suscitam ocasiões apenas às vezes. Se nos propomos a fazer algo num momento determinado, isso só pode se dar perfeitamente se 1) ou não pensamos em nada até a chegada deste momento, 2) ou se nesse momento determinado nós somos lembrados do pensamento por algum símbolo, com que está associado, seja uma impressão externa plantada previamente [que tal uma simples anotação?] ou um pensamento que é de novo suscitado de forma natural. [um aluno que através de uma questão recupera nossa memória]

Toda manhã quando despertamos nossa consciência é uma tabula rasa, que, no entanto, logo se enche de novo. (…) até o ponto em que tudo que nos ocupava na véspera (ontem) lá de novo está.”

algumas vezes não podemos mais nos lembrar, de manhãzinha, de uma melodia que na noite passada grudou em nossa cabeça a ponto de nausear-nos.” Mas às vezes é o oposto: acordamos ouvindo distintamente um estribilho que, estamos seguros, não nos havia ocorrido meses a fio!

A consciência é meramente a superfície de nossa mente, da qual, igual a Terra, não conhecemos as profundezas, só mesmo a crosta.”

Nossa auto-consciência tem, não o espaço, mas somente o tempo como forma. Não pensamos em três dimensões, como percebemos o mundo, mas só em uma, isto é, numa linha, sem largura ou profundidade. Essa é a fonte da maior das imperfeições essenciais do nosso intelecto.” Alguém que não dormisse seria alguém cuja linha reta do raciocínio e da consciência se tornou uma forca (uma corda que se torce sobre si mesma e asfixia nossa própria consciência).

após longa e ininterrupta reflexão sobre um mesmo tema nosso raciocínio se torna gradualmente confuso e estúpido, e termina em completo estupor. Desta feita, após um certo intervalo, que, é claro, varia de indivíduo a indivíduo, devemos nos interromper e abandonar nossa meditação ou deliberação antes de resolvê-la, e nos dar certa paz e relaxamento. Mesmo que se trate de um problema crucial e muito pessoal; ou se elimina essa perturbação da mente ainda que temporariamente, por mais opressiva que seja a ansiedade em torno dela, e nos engajamos nalguma distração indiferente e banal, ou…” “Porque quando retomarmos o fio do problema, refletiremos sobre a coisa de uma outra maneira, como se fosse todo um assunto novo. Entraremos no cerne da problemática muito mais rápido e de um outro ponto de vista, desconectado das primeiras impressões de excitação e repulsa que os pensamentos já haviam percorrido, mais distanciados dos fatos. Nossa vontade aprecia tudo de outro ângulo.” “a mesma coisa, por sinal, nos parece diferente pela manhã, à tarde, à noite, ao meio-dia, noutro dia… às vezes muito diferente”

Em geral, ocupações teóricas tornam nossa mente inábil para negócios privados, e vice-versa.”

quando o grau de cultura é mais ou menos o mesmo, a conversação entre um homem de grande intelecto e um homem ordinário é como a jornada de dois homens caminhando lado a lado, um deles cavalgando um cavalo muito fogoso, o outro indo a pé. Logo se torna incômodo para ambos continuar a travar conhecimento. Após certa duração de tempo, impossível mesmo. Porque por um breve intervalo o cavaleiro pode apear de sua montaria e acompanhar o outro na caminhada, se bem que até mesmo a impaciência de seu animal lhe dará muito que fazer!”

Não há meio-termo entre o desejo e a renúncia.”

Entre os modernos, aquele que vive DA filosofia é, via de regra, salvo raríssimas exceções, o extremo oposto daquele que vive PARA a filosofia, a ponto deste ser o antípoda secreto e irreconciliável daquele. (…) E assim com os discípulos dos grandes filósofos: aquele que em vida passou despercebido, em penúria e sem jamais colher os frutos de sua grandeza, após a morte vê-se reabilitado perante a sociedade, o que é o exato oposto dos tais <renomados professores> [seria Hegel a grande exceção?]. Porém, uma vez que o filósofo deixa um legado, as novas gerações se tornam verdadeiros parasitas: herdeiros sem mérito, rebaixam sua filosofia a seu próprio patamar mesquinho e perpetuam o ciclo da gentalha, vivendo DO seu mestre, e não PARA ele. Que Kant tenha podido viver DA e PARA a filosofia dependeu da mais rara eventualidade de que, pela primeira vez desde os imperadores Antonino e Juliano, um filósofo subira ao trono. Só mesmo sob a proteção de um tal monarca a Crítica da Razão Pura poderia ter visto a luz do dia. Mal morreu o Kaiser e Kant, ainda no meio de sua carreira, foi tomado de apreensão. Como um ex-súdito de um governante sucedido por inimigos poderosos, Kant viu-se na posição de modificar, expurgar e espoliar sua obra-prima na 2ª edição, e ainda assim quase perdera o direito de lecionar e de publicar; o que o salvou foi que Campe de Brunswick¹ se tornou seu mecenas, e Kant ganhou o posto de tutor de sua família.”

¹ Nada sei a respeito dessa figura. Até seu nome parece estar transliterado errado.

Sobre si mesmo todos sabem diretamente, sobre todos os demaisindiretamente. Nisso consistindo o problema.” Ou nem mesmo a si diretamente…

O intelecto é de fato um confidente da Vontade, mas um confidente a quem não se conta tudo.” “O intelecto fica cansado; a Vontade, nunca.”

De 10 coisas que nos importunam, 9 seriam incapazes de fazê-lo se as entendêssemos integralmente em suas causas e, destarte, conhecêssemos sua necessidade e verdadeira natureza; mas o faríamos muito mais amiúde se as tomássemos como objeto de reflexão antes de fazermos delas objeto de ira e indignação.”

Aquele sem frieza e presença de espírito só sabe o que deveria ter feito ou dito quando a oportunidade já passou.”

é muito mais fortuito nascer poeta que filósofo.”

Às vezes, por causa de uma interrupção, é inteiramente impossível retomar o fio de meu pensamento de instantes atrás, ou tentar rememorar, p.ex., de que notícia acabei de me inteirar. Acontece que, se o problema em questão tinha de qualquer ângulo o menor e mais distante interesse pessoal, a sensação que nos é deixada é conservada pela Vontade. Mesmo que não lembre o conteúdo, estou perfeitamente consciente do quanto aquilo em que meditava ou de que obtive conhecimento me afetava, agradável ou desagradavelmente, e quase posso dar com a maneira com a qual isso interagia comigo, i.e., se me envergonhava, gerava puramente ansiedade, me irritava ou me deprimia, ou então produzia o oposto dessas afeições. Quer dizer que a mera relação da coisa com minha Vontade é retida na memória mesmo após a coisa em si [sem hífen aqui: a coisa ela mesma, qualquer coisa, conteúdo banal ou de somenos importância metafisicamente falando, i.e., não é o noumeno de Kant!] ter se dissipado, e esse fato se torna a principal pista que nos conduz de volta àquela coisa.”

assim que a mente escapa do disparate da infância, cai nas ciladas de inumeráveis erros, preconceitos e quimeras, algumas vezes até mais absurdos e toscos que os da infância, sendo que agora a mente possui a qualidade de perseverar muito mais nestes erros, até que finalmente a experiência acumulada começa a remover um por um desses preconceitos, sendo que muitos deles desaparecem sem que nos demos conta. Isso demora muitos anos para se suceder, de modo que em muitas legislações adquire-se a chamada maioridade no vigésimo aniversário – mas a maturidade consumada, os anos da discrição, só muito raramente dá as caras antes do quadragésimo aniversário.”

todo esse mundo objetivo, tão vasto e ilimitado em espaço, tão infinito em tempo, tão insondável em sua perfeição, é, na verdade, só determinado movimento ou afeição provinda de uma comparativamente muito escassa matéria cinzenta confinada a um crânio.”

Podemos chamar o instinto de um caráter ou personalidade que é para além de todas as medidas unidimensional e achatado. Vide os insetos: eles são quase que o perfeito exemplo de sonâmbulos naturais (despidos de toda e qualquer individualidade).”

Só na aparência os homens são puxados pelo que vai adiante; na realidade eles são empurrados pelo que vai atrás; não é a vida¹ que os tenta a continuar, mas a necessidade que os impele para a frente.”

¹ Entender como esperança.

nenhum homem de mente sóbria pode sonhar em ser um gênio.”

Decerto que o que um homem adquire em experiência e conhecimento até a idade da puberdade é, tomado como um todo, mais do que tudo que ele futuramente aprenderá, por mais que ele chegue a uma grande erudição; porque aquele conhecimento inicial é o fundamento de todo o conhecimento posterior.”

No geral eu recomendo a todos que queiram se familiarizar com minha filosofia ler cada linha que já escrevi. Eu não sou um escritor volumoso,¹ fabricador de compêndios, não lucro com minha filosofia, meus escritos não almejam à aprovação de um ministro de Estado; em suma, não sou alguém sob a influência de fins materiais.”

¹ Mentira! Estou há anos tentando ler sua obra completa, camarada!!

Juventude sem beleza tem sempre ainda um charme; beleza sem juventude nenhum.”

o sono é um dos irmãos da morte; já o desmaio é seu irmão gêmeo.”

TUDO VAI FICAR BEM: “Mesmo à morte violenta é impossível ser dolorosa, já que até ferimentos graves não são sentidos senão algum tempo depois, amiúde não antes de que a própria vítima observe seus sinais exteriores. Se esses ferimentos levam rapidamente à morte, a consciência se esvai antes da descoberta; se os ferimentos conduzem lentamente à morte, trata-se de desfecho idêntico ao de outras doenças. Todos aqueles que perderam a consciência debaixo d’água, ou asfixiados pela fumaça, ou numa tentativa mal-sucedida de enforcamento, são conhecidos por haverem relatado não sentir a mínima dor.”

Só o homem carrega consigo em conceitos abstratos a certeza de sua morte, embora a mesma só o angustie muito raramente, em momentos particulares, quando uma ocasião a presentifica à fantasia. Contra a voz poderosa da natureza a reflexão pouco pode.” “Ninguém tem uma convicção realmente vívida da certeza da própria morte, pois, do contrário, não poderia haver diferença tão grande entre sua disposição e a do criminoso condenado.” “a consciência interna (…) evita (…) o envenenamento da vida do ser racional pelo pensamento sobre a morte, já que tal consciência é a base daquele ânimo vital que conserva cada vivente e o capacita a continuar vivendo serenamente, como se não existisse morte” “Todavia, nada impede que, quando a morte entre em cena para o indivíduo no particular e na efetividade, ou apenas na fantasia, ele tenha então de encará-la nos olhos, sendo assim assaltado pelo medo” “às vezes enfrentamos a dor mais terrível só para escapar da morte por mais alguns instantes

LA CRÈME DE LA CRÈME DES ‘ESSAYS OF MICHEL DE MONTAIGNE’

Tradução ao inglês de Charles Cotton, editor William Carew Hazlitt, 1877.

Texto integral em http://www.gutenberg.org/files/3600/3600-h/3600-h.htm#link2H_PREF

PREFACE

His Essays, which are at once the most celebrated and the most permanent of his productions, form a magazine out of which such minds as those of Bacon and Shakespeare did not disdain to help themselves; and, indeed, as Hallam observes, the Frenchman’s literary importance largely results from the share which his mind had in influencing other minds, coeval and subsequent.”

He was, without being aware of it, the leader of a new school in letters and morals. His book was different from all others which were at that date in the world. It diverted the ancient currents of thought into new channels. It told its readers, with unexampled frankness, what its writer’s opinion was about men and things, and threw what must have been a strange kind of new light on many matters but darkly understood. Above all, the essayist uncased himself, and made his intellectual and physical organism public property. He took the world into his confidence on all subjects.” “Of all egotists, Montaigne, if not the greatest, was the most fascinating, because, perhaps, he was the least affected and most truthful.”

The text of these volumes is taken from the first edition of Cotton’s version, printed in 3 vols. 8vo, 1685-6, and republished in 1693, 1700, 1711, 1738, and 1743, in the same number of volumes and the same size. In the earliest impression the errors of the press are corrected merely as far as page 240 of the 1st volume, and all the editions follow one another. That of 1685-6 was the only one which the translator lived to see. He died in 1687, leaving behind him an interesting and little-known collection of poems, which appeared posthumously, 8vo, 1689.

It was considered imperative to correct Cotton’s translation by a careful collation with the ‘variorum’ edition of the original, Paris, 1854, 4 vols. 8vo or 12mo, and parallel passages from Florin[ou Florio?]’s earlier undertaking have occasionally been inserted at the foot of the page. A Life of the Author and all his recovered Letters, 16 in number, have also been given; but, as regards the correspondence, it can scarcely be doubted that it is in a purely fragmentary state.”

* * *

ALGUNS EXCERTOS DE CARTAS

they say that a sensible person may take a wife indeed, but that to espouse her is to act like a fool.”

Let us live, my wife, you and I, in the old French method. Now, you may recollect that the late M. de la Boétie, my brother and inseparable companion, gave me, on his death-bed, all his books and papers, which have remained ever since the most precious part of my effects. I do not wish to keep them niggardly to myself alone, nor do I deserve to have the exclusive use of them; so that I have resolved to communicate them to my friends; and because I have none, I believe, more particularly intimate than you, I send you the Consolatory Letter written by Plutarch to his Wife, translated by him into French”

* * *

(Ao rei Henrique IV, que, como, a parecer, todos os reis do período, se encontrava em contínuas campanhas de conquista…)

If there is to be severity and punishment, let it be deferred till success has been assured. A great conqueror of past times boasts that he gave his enemies as great an inducement to love him, as his friends. And here we feel already some effect of the favourable impression produced upon our rebellious towns by the contrast between their rude treatment, and that of those which are loyal to you.”

* * *

FIRST BOOK

CHAPTER I——THAT MEN BY VARIOUS WAYS ARRIVE AT THE SAME END.

The Emperor Conrad III having besieged Guelph, Duke of Bavaria, [In 1140, in Weinsberg, Upper Bavaria.] would not be prevailed (…) to condescend to milder conditions than that the ladies and gentlewomen only who were in the town with the duke might go out without violation of their honour, on foot, and with so much only as they could carry about them. Whereupon they, out of magnanimity of heart, presently contrived to carry out, upon their shoulders, their husbands and children, and the duke himself; a sight at which the emperor was so pleased, that, ravished with the generosity of the action, he wept for joy, and immediately extinguishing in his heart the mortal and capital hatred he had conceived against this duke, he from that time forward treated him and his with all humanity.” Algo parecido com o conto do Barão de Munchhausen!

And yet pity is reputed a vice amongst the Stoics, who will that we succour the afflicted, but not that we should be so affected with their sufferings as to suffer with them.”

Man (in good earnest) is a marvellous vain, fickle, and unstable subject, and on whom it is very hard to form any certain and uniform judgment. For Pompey could pardon the whole city of the Mamertines, though furiously incensed against it, upon the single account of the virtue and magnanimity of one citizen, Zeno, who took the fault of the public wholly upon himself; neither entreated other favour, but alone to undergo the punishment for all. And yet Sylla’s host, having in the city of Perugia manifested the same virtue, obtained nothing by it, either for himself or his fellow-citizens.

And, directly contrary to my first examples, the bravest of all men, and who was reputed so gracious to all those he overcame, Alexander, having, after many great difficulties, forced the city of Gaza, and, entering, found Betis, who commanded there, and of whose valour in the time of this siege he had most marvellous manifest proof, alone, forsaken by all his soldiers, his armour hacked and hewed to pieces, covered all over with blood and wounds, and yet still fighting in the crowd of a number of Macedonians, who were laying on him on all sides, he said to him, nettled at so dear-bought a victory (for, in addition to the other damage, Alexander had two wounds newly received in his own person), <Thou shalt not die, Betis, as thou dost intend; be sure thou shall suffer all the torments that can be inflicted on a captive.> To which menace the other returning no other answer, but only a fierce and disdainful look; <What,> says Alexander, observing his haughty and obstinate silence, <is he too stiff to bend a knee! Is he too proud to utter one suppliant word! Truly, I will conquer this silence; and if I cannot force a word from his mouth, I will, at least, extract a groan from his heart.> And thereupon converting his anger into fury, presently commanded his heels to be bored through [atravessados], causing him, alive, to be dragged, mangled, and dismembered at a cart’s tail.(Quintus Curtius, 4. 6. This act of cruelty has been doubted, notwithstanding the statement of Curtius.)—Was it that the height of courage was so natural and familiar to this conqueror, that because he could not admire, he respected it the less? Or was it that he conceived valour to be a virtue so peculiar to himself, that his pride could not, without envy, endure it in another? Or was it that the natural impetuosity of his fury was incapable of opposition? Certainly, had it been capable of moderation, it is to be believed that in the sack and desolation of Thebes, to see so many valiant men, lost and totally destitute of any further defence, cruelly massacred before his eyes, would have appeased it: where there were above 6,000 put to the sword, of whom not one was seen to fly, or heard to cry out for quarter; but, on the contrary, every one running here and there to seek out and to provoke the victorious enemy to help them to an honourable end. Not one was seen who, however weakened with wounds, did not in his last gasp yet endeavour to revenge himself, and with all the arms of a brave despair, to sweeten his own death in the death of an enemy. Yet did their valour create no pity, and the length of one day was not enough to satiate the thirst of the conqueror’s revenge, but the slaughter continued to the last drop of blood that was capable of being shed, and stopped not till it met with none but unarmed persons, old men, women, and children, of them to carry away to the number of 30,000 slaves.” Discordo dos devaneios morais de Montaigne. Todo essa massacre, toda essa matança, que ele atribui à empáfia alexandrina, poderiam ter sido evitados se esses homens simplesmente se rendessem, o que é nobre, pois que contra o mesmo orgulho invencível que Montaigne tanto ataca no parágrafo.

CHAPTER II——OF SORROW

The Italians have more fitly baptized by this name—(La tristezza)—malignity; for ‘tis a quality always hurtful, always idle and vain; and as being cowardly, mean, and base, it is by the Stoics expressly and particularly forbidden to their sages.”

Quem mais pranteia no enterro é quem menos sofre.

Petrified with her misfortunes.—Ovid, Met., vi. 304.Penso que li isso em algum outro lugar – Virginia Woolf cita, talvez? Agora entendo o contexto: a mãe que, de tanto perder filhos, não podendo expressar externamente sua tristeza, converteu-se súbito em pedra.

oppressed with accidents greater than we are able to bear.”

He who can say how he burns with love, has little fire”

Petrarca, Sonetto 137.

hence that frigidity which by the force of an immoderate ardour seizes him even in the very lap of fruition”

Light griefs can speak: deep sorrows are dumb.”

Seneca, Hippolytus, act ii. scene 3.

Besides the examples of the Roman lady, who died for joy to see her son safe returned from the defeat of Cannae; and of Sophocles (…) who died [laughing, reportedly]” Suspeito quando se fala do obituário de alguém famoso, mas demos crédito quando a pessoa é anônima!

And for a more notable testimony of the imbecility of human nature, it is recorded by the ancients—(Pliny)—that Diodorus the dialectician died upon the spot, out of an extreme passion of shame, for not having been able in his own school, and in the presence of a great auditory, to disengage himself from a nice argument that was propounded to him. I, for my part, am very little subject to these violent passions; I am naturally of a stubborn apprehension, which also, by reasoning, I everyday harden and fortify.”

(…)

CHAPTER IV——THAT THE SOUL EXPENDS ITS PASSIONS UPON FALSE OBJECTS, WHERE THE TRUE ARE WANTING

So it seems that the soul, being transported and discomposed, turns its violence upon itself, if not supplied with something to oppose it, and therefore always requires an object at which to aim, and whereon to act. Plutarch says of those who are delighted with little dogs and monkeys, that the amorous part that is in us, for want of a legitimate object, rather than lie idle, does after that manner forge and create one false and frivolous. And we see that the soul, in its passions, inclines rather to deceive itself, by creating a false and fantastical a subject, even contrary to its own belief, than not to have something to work upon. After this manner brute beasts direct their fury to fall upon the stone or weapon that has hurt them”

And the philosopher Bion said pleasantly of the king, who by handsful pulled his hair off his head for sorrow, <Does this man think that baldness is a remedy for grief?>—(Cicero, Tusc. Quest., iii. 26.)—Who has not seen peevish gamesters chew and swallow the cards, and swallow the dice, in revenge for the loss of their money? Xerxes whipped the sea, and wrote a challenge to Mount Athos; Cyrus employed a whole army several days at work, to revenge himself of the river Gyndas, for the fright it had put him into in passing over it; and Caligula demolished a very beautiful palace for the pleasure his mother had once enjoyed there.”

I remember there was a story current, when I was a boy, that one of our neighbouring kings—(Probably Alfonso XI. of Castile)—having received a blow from the hand of God, swore he would be revenged, and in order to it, made proclamation that for 10 years to come no one should pray to Him, or so much as mention Him throughout his dominions, or, so far as his authority went, believe in Him; by which they meant to paint not so much the folly as the vainglory of the nation of which this tale was told. They are vices that always go together, but in truth such actions as these have in them still more of presumption than want of wit. Augustus Caesar, having been tossed with a tempest at sea, fell to defying Neptune, and in the pomp of the Circensian games, to be revenged, deposed his statue from the place it had amongst the other deities. Wherein he was still less excusable than the former, and less than he was afterwards when, having lost a battle under Quintilius Varus in Germany, in rage and despair he went running his head against the wall, crying out, <O Varus! give me back my legions!> for these exceed all folly, forasmuch as impiety is joined therewith, invading God Himself, or at least Fortune, as if she had ears that were subject to our batteries; like the Thracians, who when it thunders or lightens, fall to shooting against heaven with Titanian vengeance, as if by flights of arrows they intended to bring God to reason.” Fantástico!

CHAPTER V——WHETHER THE GOVERNOR OF A PLACE BESIEGED OUGHT HIMSELF TO GO OUT TO PARLEY

Astúcia: um longo enredo de Tróia ao leão de Zaratustra.

Orgulho ferido, mas nada amputado.

In the kingdom of Ternate, amongst those nations which we so broadly call barbarians, they have a custom never to commence war, till it be first proclaimed; adding withal an ample declaration of what means they have to do it with, with what and how many men, what ammunitions, and what, both offensive and defensive, arms; but also, that being done, if their enemies do not yield and come to an agreement, they conceive it lawful to employ without reproach in their wars any means which may help them to conquer.” So?

The ancient Florentines were so far from seeking to obtain any advantage over their enemies by surprise, that they always gave them a month’s warning before they drew their army into the field, by the continual tolling of a bell they called Martinella.”

Where the lion’s skin is too short, we must eke it out with a bit from that of a fox”

(…)

CHAPTER VII——THAT THE INTENTION IS JUDGE OF OUR ACTIONS

Death discharges us of all our obligations.”

Henry VII, King of England, articled with Don Philip, son to Maximilian the emperor, or (to place him more honourably) father to the Emperor Charles V, that the said Philip should deliver up the Duke of Suffolk of the White Rose, his enemy, who was fled into the Low Countries, into his hands; which Philip accordingly did, but upon condition, nevertheless, that Henry should attempt nothing against the life of the said Duke; but coming to die, the king in his last will commanded his son to put him to death immediately after his decease. (…) Unjust judges, who defer judgment to a time wherein they can have no knowledge of the cause!”

(…)

CHAPTER IX——OF LIARS

above all, old men who retain the memory of things past, and forget how often they have told them, are dangerous company”

It is not without good reason said <that he who has not a good memory should never take upon him the trade of lying.> I know very well that the grammarians distinguish betwixt an untruth and a lie, and say that to tell an untruth is to tell a thing that is false, but that we ourselves believe to be true; and that the definition of the word to lie in Latin, from which our French is taken, is to tell a thing which we know in our conscience to be untrue; and it is of this last sort of liars only that I now speak.”

I see that parents commonly, and with indiscretion enough, correct their children for little innocent faults, and torment them for wanton tricks, that have neither impression nor consequence; whereas, in my opinion, lying only, and, which is of something a lower form, obstinacy, are the faults which are to be severely whipped out of them, both in their infancy and in their progress, otherwise they grow up and increase with them; and after a tongue has once got the knack of lying, ‘tis not to be imagined how impossible it is to reclaim it whence it comes to pass that we see some, who are otherwise very honest men, so subject and enslaved to this vice.”

a dog we know is better company than a man whose language we do not understand.”

CHAPTER X——OF QUICK OR SLOW SPEECH

All graces were never yet given to any one man.”

So we see in the gift of eloquence, wherein some have such a facility and promptness, and that which we call a present wit so easy, that they are ever ready upon all occasions, and never to be surprised; and others more heavy and slow, never venture to utter anything but what they have long premeditated, and taken great care and pains to fit and prepare.”

O PADRE E O ADVOGADO: “If I were worthy to advise, the slow speaker, methinks, should be more proper for the pulpit, and the other for the bar: and that because the employment of the first does naturally allow him all the leisure he can desire to prepare himself, and besides, his career is performed in an even and unintermitted line, without stop or interruption; whereas the pleader’s business and interest compels him to enter the lists upon all occasions, and the unexpected objections and replies of his adverse party jostle him out of his course, and put him, upon the instant, to pump for new and extempore answers and defences.”

But he who remains totally silent, for want of leisure to prepare himself to speak well, and he also whom leisure does noways benefit to better speaking, are equally unhappy.”

I know, experimentally, the disposition of nature so impatient of tedious and elaborate premeditation, that if it do not go frankly and gaily to work, it can perform nothing to purpose.”

I am always worst in my own possession, and when wholly at my own disposition: accident has more title to anything that comes from me than I; occasion, company, and even the very rising and falling of my own voice, extract more from my fancy than I can find, when I sound and employ it by myself. By which means, the things I say are better than those I write, if either were to be preferred, where neither is worth anything.”

when I come to speak, I am already so lost that I know not what I was about to say, and in such cases a stranger often finds it out before me.”

CHAPTER XI——OF PROGNOSTICATIONS

Socrates’ demon might, perhaps, be no other but a certain impulsion of the will, which obtruded itself upon him without the advice or consent of his judgment; and in a soul so enlightened as his was, and so prepared by a continual exercise of wisdom and virtue, ‘tis to be supposed those inclinations of his, though sudden and undigested, were very important and worthy to be followed. Every one finds in himself some image of such agitations, of a prompt, vehement, and fortuitous opinion; and I may well allow them some authority, who attribute so little to our prudence, and who also myself have had some, weak in reason, but violent in persuasion and dissuasion, by which I have suffered myself to be carried away so fortunately, and so much to my own advantage, that they might have been judged to have had something in them of a divine inspiration.”

CHAPTER XII——OF CONSTANCY

there is no supple [flexível] motion of body, nor any movement in the handling of arms, how irregular or ungraceful soever, that we need condemn, if they serve to protect us from the blow that is made against us.”

Neither do the Stoics pretend that the soul of their philosopher need be proof against the first visions and fantasies that surprise him; but, as to a natural subjection, consent that he should tremble at the terrible noise of thunder, or the sudden clatter of some falling ruin, and be affrighted even to paleness and convulsion; and so in other passions, provided his judgment remain sound and entire, and that the seat of his reason suffer no concussion nor alteration, and that he yield no consent to his fright and discomposure.”

CHAPTER XIII——THE CEREMONY OF THE INTERVIEW OF PRINCES

To what end do we avoid the servile attendance of courts, if we bring the same trouble home to our own private houses?”

CHAPTER XV——OF THE PUNISHMENT OF COWARDICE

But as to cowardice, it is certain that the most usual way of chastising it is by ignominy and it is supposed that this practice brought into use by the legislator Charondas; and that, before his time, the laws of Greece punished those with death who fled from a battle; whereas he ordained only that they be for 3 days exposed in the public dressed in woman’s attire, hoping yet for some service from them, having awakened their courage by this open shame:

Suffundere malis hominis sanguinem, quam effundere. //

Rather bring the blood into a man’s cheek than let it out of his body. (Tertullian in his Apologetics.)” Não sei como isso pode infundir coragem, entretanto…

CHAPTER XVI——A PROCEEDING OF SOME AMBASSADORS [O PERIGO DE QUERER-SER-POLÍMATA-TENDO-APENAS-UM-GRANDE-TALENTO-QUE-EXCEDE-TODOS-OS-OUTROS-DE-DILETANTE – PRINCIPALMENTE NO QUE CONCERNE AO MONARCA, PARA NÃO SE TORNAR MAU GOVERNANTE OU MESMO DÉSPOTA]

I observe in my travels this custom, ever to learn something from the information of those with whom I confer (which is the best school of all others), and to put my company upon those subjects they are the best able to speak of:—

Basti al nocchiero ragionar de’ venti,

Al bifolco dei tori; et le sue piaghe

Conti’l guerrier; conti’l pastor gli armenti.

Let the sailor content himself with talking of the winds; the cowherd of his oxen; the soldier of his wounds; the shepherd of his flocks.—An Italian translation of Propertius, ii. i, 43

For it often falls out that, on the contrary, every one will rather choose to be prating of another man’s province than his own, thinking it so much new reputation acquired; witness the jeer Archidamus put upon Pertander, <that he had quitted the glory of being an excellent physician to gain the repute of a very bad poet>.—And do but observe how large and ample Caesar is to make us understand his inventions of building bridges and contriving engines of war,—and how succinct and reserved in comparison, where he speaks of the offices of his profession, his own valour, and military conduct. His exploits sufficiently prove him a great captain, and that he knew well enough; but he would be thought an excellent engineer to boot; a quality something different, and not necessary to be expected in him.”

By this course a man shall never improve himself, nor arrive at any perfection in anything. He must, therefore, make it his business always to put the architect, the painter, the statuary, every mechanic artisan, upon discourse of their own capacities.”

I have, in my time, known men of command checked for having rather obeyed the express words of the king’s letters, than the necessity of the affairs they had in hand. Men of understanding do yet, to this day, condemn the custom of the kings of Persia to give their lieutenants and agents so little rein, that, upon the least arising difficulties, they must fain have recourse to their further commands; this delay, in so vast an extent of dominion, having often very much prejudiced their affairs; and Crassus, writing to a man whose profession it was best to understand those things, and pre-acquainting him to what use this mast was designed, did he not seem to consult his advice, and in a manner invite him to interpose his better judgment?”

CHAPTER XVII——OF FEAR

So much does fear dread even the means of safety.”—Quint. Curt., ii. II.

And the many people who, impatient of the perpetual alarms of fear, have hanged or drowned themselves, or dashed themselves to pieces, give us sufficiently to understand that fear is more importunate and insupportable than death itself.”

CHAPTER XVIII——THAT MEN ARE NOT TO JUDGE OF OUR HAPPINESS TILL AFTER DEATH.

And, in this sense, this good advice of Solon may reasonably be taken; but he, being a philosopher (with which sort of men the favours and disgraces of Fortune stand for nothing, either to the making a man happy or unhappy, and with whom grandeurs and powers are accidents of a quality almost indifferent) I am apt to think that he had some further aim, and that his meaning was, that the very felicity of life itself, which depends upon the tranquillity and contentment of a well-descended spirit, and the resolution and assurance of a well-ordered soul, ought never to be attributed to any man till he has first been seen to play the last, and, doubtless, the hardest act of his part.”

To death do I refer the assay of the fruit of all my studies: we shall then see whether my discourses came only from my mouth or from my heart. I have seen many by their death give a good or an ill repute to their whole life.”

that I may die well—that is, patiently and tranquilly.”

CHAPTER XIX——THAT TO STUDY PHILOSOPY IS TO LEARN TO DIE

The reason of which is, because study and contemplation do in some sort withdraw from us our soul, and employ it separately from the body, which is a kind of apprenticeship and a resemblance of death; or, else, because all the wisdom and reasoning in the world do in the end conclude in this point, to teach us not to fear to die.”

All the opinions of the world agree in this, that pleasure is our end, though we make use of divers means to attain it: they would, otherwise, be rejected at the first motion; for who would give ear to him that should propose affliction and misery for his end?”

Let the philosophers say what they will, the thing at which we all aim, even in virtue is pleasure. (…) This pleasure, for being more gay, more sinewy, more robust and more manly, is only the more seriously voluptuous, and we ought give it the name of pleasure, as that which is more favourable, gentle, and natural, and not that from which we have denominated it.”

The felicity and beatitude that glitters in Virtue, shines throughout all her appurtenances and avenues, even to the first entry and utmost limits. Now, of all the benefits that virtue confers upon us, the contempt of death is one of the greatest, as the means that accommodates human life with a soft and easy tranquillity, and gives us a pure and pleasant taste of living, without which all other pleasure would be extinct.”

Xenophilus the musician, who lived 106 years in a perfect and continual health”

The end of our race is death; ‘tis the necessary object of our aim, which, if it fright us, how is it possible to advance a step without a fit of ague? The remedy the vulgar use is not to think on’t; but from what brutish stupidity can they derive so gross a blindness?”

They affright people with the very mention of death, and many cross themselves, as it were the name of the devil. And because the making a man’s will is in reference to dying, not a man will be persuaded to take a pen in hand to that purpose, till the physician has passed sentence upon and totally given him over, and then betwixt and terror, God knows in how fit a condition of understanding he is to do it.”

Young and old die upon the same terms; no one departs out of life otherwise than if he had but just before entered into it; neither is any man so old and decrepit, who, having heard of Methuselah, does not think he has yet 20 good years to come. Fool that thou art! who has assured unto thee the term of life? Thou dependest upon physicians’ tales: rather consult effects and experience.”

thou wilt find more who have died before than after 35 years of age.” “He ended His life at 33 years. The greatest man, that was no more than a man, Alexander, died also at the same age.”

Aeschylus, threatened with the fall of a house, was to much purpose circumspect to avoid that danger, seeing that he was knocked on the head by a tortoise falling out of an eagle’s talons in the air.” “Ésquilo, com sua vida ameaçada pelo soterramento de uma casa, foi circunspecto o bastante para se prevenir desse perigo, mas não para deixar de ser atingido na cabeça por uma tartaruga que caiu das garras duma águia – e assim ele morreu.”

Se, porém, devo completar os casos com um de meu próprio sangue, meu irmão, Capitão St. Martin, muito jovem ainda, 23 anos, que já havia dado provas de seu valor, jogando um duelo de tênis, recebeu uma bolada um pouco acima da orelha direita; sem nada sentir da gravidade da lesão no momento, ele nem sequer achou prudente interromper a partida. Cinco ou seis horas depois ele faleceu de uma apoplexia causada por essa mesma contusão.”

But ‘tis folly to think of doing anything that way. They go, they come, they gallop and dance, and not a word of death. All this is very fine; but withal, when it comes either to themselves, their wives, their children, or friends, surprising them at unawares and unprepared, then, what torment, what outcries, what madness and despair! Did you ever see anything so subdued, so changed, and so confounded? A man must, therefore, make more early provision for it; and this brutish negligence, could it possibly lodge in the brain of any man of sense (which I think utterly impossible), sells us its merchandise too dear.”

Let him hide beneath iron or brass in his fear, death will pull his head out of his armour.” Propertius

let us converse and be familiar with him, and have nothing so frequent in our thoughts as death. Upon all occasions represent him to our imagination in his every shape; at the stumbling of a horse, at the falling of a tile, at the least prick with a pin, let us presently consider, Well, and what if it had been death itself?

The Egyptians were wont to do after this manner, who in the height of their feasting and mirth, caused a dried skeleton of a man to be brought into the room to serve for a memento to their guests:

Omnem crede diem tibi diluxisse supremum

Grata superveniet, quae non sperabitur, hora.

Think each day when past is thy last; the next day, as unexpected, will be the more welcome.—Hor., Ep., i. 4, 13.”

he who has learned to die has unlearned to serve. There is nothing evil in life for him who rightly comprehends that the privation of life is no evil: to know how to die delivers us from all subjection and constraint.”

In truth, in all things, if nature do not help a little, it is very hard for art and industry to perform anything to purpose. I am in my own nature not melancholic, but meditative; and there is nothing I have more continually entertained myself withal than imaginations of death, even in the most wanton time of my age” “In the company of ladies, and at games, some have perhaps thought me possessed with some jealousy, or the uncertainty of some hope, whilst I was entertaining myself with the remembrance of some one, surprised, a few days before, with a burning fever of which he died, returning from an entertainment like this, with his head full of idle fancies of love and jollity, as mine was then, and that, for aught I knew, the same destiny was attending me.” “Every minute, methinks, I am escaping, and it eternally runs in my mind, that what may be done to-morrow, may be done to-day.” “A friend of mine the other day turning over my tablets, found therein a memorandum of something I would have done after my decease, whereupon I told him, as it was really true, that though I was no more than a league’s distance only from my own house, and merry and well, yet when that thing came into my head, I made haste to write it down there, because I was not certain to live till I came home. As a man that am eternally brooding over my own thoughts, and confine them to my own particular concerns, I am at all hours as well prepared as I am ever like to be, and death, whenever he shall come, can bring nothing along with him I did not expect long before. We should always, as near as we can, be booted and spurred, and ready to go, and, above all things, take care, at that time, to have no business with anyone but one’s self” Montaigne era um hipocondríaco.

Why for so short a life tease ourselves with so many projects?” Hor.

LADRAR O CÃO SABIA: “One man complains, more than of death, that he is thereby prevented of a glorious victory; another, that he must die before he has married his daughter, or educated his children; a third seems only troubled that he must lose the society of his wife; a fourth, the conversation of his son, as the principal comfort and concern of his being. For my part, I am, thanks be to God, at this instant in such a condition, that I am ready to dislodge, whenever it shall please Him, without regret for anything whatsoever. I disengage myself throughout from all worldly relations; my leave is soon taken of all but myself. Never did any one prepare to bid adieu to the world more absolutely and unreservedly, and to shake hands with all manner of interest in it, than I expect to do. The deadest deaths are the best”

We are to discharge ourselves from these vulgar and hurtful humours. To this purpose it was that men first appointed the places of sepulture adjoining the churches, and in the most frequented places of the city, to accustom, says Lycurgus, the common people, women, and children, that they should not be startled at the sight of a corpse, and to the end, that the continual spectacle of bones, graves, and funeral obsequies should put us in mind of our frail condition”

It was formerly the custom to enliven banquets with slaughter, and to combine with the repast the dire spectacle of men contending with the sword, the dying in many cases falling upon the cups, and covering the tables with blood.”Silius Italicus, xi. 51.

If I were a writer of books, I would compile a register, with a comment, of the various deaths of men: he who should teach men to die would at the same time teach them to live.”

The vigour wherein I now am, the cheerfulness and delight wherein I now live, make the contrary estate appear in so great a disproportion to my present condition, that, by imagination, I magnify those inconveniences by one-half, and apprehend them to be much more troublesome than I find them really to be, when they lie the most heavy upon me; I hope to find death the same.”

Caesar, to an old weather-beaten soldier of his guards, who came to ask him leave that he might kill himself, taking notice of his withered body and decrepit motion, pleasantly answered, <Thou fanciest, then, that thou art yet alive.>

Should a man fall into this condition on the sudden, I do not think humanity capable of enduring such a change: but nature, leading us by the hand, an easy and, as it were, an insensible pace, step by step conducts us to that miserable state, and by that means makes it familiar to us, so that we are insensible of the stroke when our youth dies in us, though it be really a harder death than the final dissolution of a languishing body, than the death of old age; forasmuch as the fall is not so great from an uneasy being to none at all, as it is from a sprightly and flourishing being to one that is troublesome and painful.” Esse luto eu já atravessei há muito tempo…

I will keep thee in fetters and chains, in custody of a savage keeper.—A god will when I ask Him, set me free. This god I think is death. Death is the term of all things.” —Hor.

why should we fear to lose a thing, which being lost, cannot be lamented?”

To him that told Socrates, <The 30 tyrants have sentenced thee to death>; <And nature them>, said he.—(CORRECTION: Socrates was not condemned to death by the 30, but by the Athenians. As in Diogenes Laertius, ii.35.)”

to lament that we shall not be alive 100 years hence, is the same folly as to be sorry we were not alive 100 years ago. Death is the beginning of another life. So did we weep, and so much it cost us to enter into this, and so did we put off our former veil in entering into it. Nothing can be a grievance that is but once.”

Long life, and short, are by death made all one; for there is no long, nor short, to things that are no more. Aristotle tells us that there are certain little beasts upon the banks of the river Hypanis, that never live above a day: they which die at 8 of the clock in the morning, die in their youth, and those that die at 5 in the evening, in their decrepitude: which of us would not laugh to see this moment of continuance put into the consideration of weal or woe? The most and the least, of ours, in comparison with eternity, or yet with the duration of mountains, rivers, stars, trees, and even of some animals, is no less ridiculous.”

Your death is a part of the order of the universe, ‘tis a part of the life of the world.”

Shall I exchange for you this beautiful contexture of things? ‘Tis the condition of your creation; death is a part of you, and whilst you endeavour to evade it, you evade yourselves. This very being of yours that you now enjoy is equally divided betwixt life and death. The day of your birth is one day’s advance towards the grave”

The first hour that gave us life took away also an hour.”

Seneca

Why not depart from life as a sated guest from a feast?”

Lucretius

But: “If you have not known how to make the best use of it, if it was unprofitable to you, what need you care to lose it, to what end would you desire longer to keep it?”

Life in itself is neither good nor evil; it is the scene of good or evil as you make it.”

if you have lived a day, you have seen all”

There is no other light, no other shade; this very sun, this moon, these very stars, this very order and disposition of things, is the same your ancestors enjoyed, and that shall also entertain your posterity” Eu gostaria de ver o sol alaranjado ou vermelho de meio-dia: o crepúsculo da civilização ocidental!

Your grandsires saw no other thing; nor will your posterity.”

Manilius

And, come the worst that can come, the distribution and variety of all the acts of my comedy are performed in a year. If you have observed the revolution of my 4 seasons, they comprehend the infancy, the youth, the virility, and the old age of the world: the year has played his part, and knows no other art but to begin again; it will always be the same thing”

We are turning in the same circle, ever therein confined.”

Lucretius

I am not prepared to create for you any new recreations”

Give place to others, as others have given place to you. Equality is the soul of equity. Who can complain of being comprehended in the same destiny, wherein all are involved? Besides, live as long as you can, you shall by that nothing shorten the space you are to be dead; ‘tis all to no purpose; you shall be every whit as long in the condition you so much fear, as if you had died at nurse”

Know you not that, when dead, there can be no other living self to lament you dead, standing on your grave?”

Death is less to be feared than nothing, if there could be anything less than nothing.”

Make use of time while it is present with you. It depends upon your will, and not upon the number of days, to have a sufficient length of life. Is it possible you can imagine never to arrive at the place towards which you are continually going?”

No night has followed day, no day has followed night, in which there has not been heard sobs and sorrowing cries, the companions of death and funerals.”

To what end should you endeavour to draw back, if there be no possibility to evade it? you have seen examples enough of those who have been well pleased to die, as thereby delivered from heavy miseries; but have you ever found any who have been dissatisfied with dying? It must, therefore, needs be very foolish to condemn a thing you have neither experimented in your own person, nor by that of any other. Why dost thou complain of me and of destiny? Do we do thee any wrong? Is it for thee to govern us, or for us to govern thee? Though, peradventure, thy age may not be accomplished, yet thy life is: a man of low stature is as much a man as a giant; neither men nor their lives are measured by the ell. Chiron refused to be immortal, when he was acquainted with the conditions under which he was to enjoy it, by the god of time itself and its duration, his father Saturn. Do but seriously consider how much more insupportable and painful an immortal life would be to man than what I have already given him. If you had not death, you would eternally curse me for having deprived you of it”

It was I that taught Thales, the most eminent of your sages, that to live and to die were indifferent; which made him, very wisely, answer him, ‘Why then he did not die?’ ‘Because,’ said he, ‘it is indifferent.’

Why dost thou fear thy last day? it contributes no more to thy dissolution, than every one of the rest” “Every day travels towards death; the last only arrives at it.”

* * * “These are the good lessons our mother Nature teaches.” * * *

I believe, in truth, that it is those terrible ceremonies and preparations wherewith we set it out, that more terrify us than the thing itself (…) our beds environed with physicians and divines; in sum, nothing but ghostliness and horror round about us; we seem dead and buried already.”

Children are afraid even of those they are best acquainted with, when disguised in a visor; and so ‘tis with us; the visor must be removed as well from things as from persons, that being taken away, we shall find nothing underneath but the very same death that a mean servant or a poor chambermaid died a day or two ago, without any manner of apprehension. Happy is the death that deprives us of leisure for preparing such ceremonials.” Die young!

CHAPTER XX——OF THE FORCE OF IMAGINATION [OU SOBRE HERMAFRODITAS]

A imaginação não precisa de eventos, mas os eventos sempre precisam de imaginação…

A perpetual cough in another tickles my lungs and throat. (…) Simon Thomas was a great physician of his time: I remember, that happening one day at Toulouse to meet him at a rich old fellow’s house, who was troubled with weak lungs, and discoursing with the patient about the method of his cure, he told him, that one thing which would be very conducive to it, was to give me such occasion to be pleased with his company, that I might come often to see him, by which means, and by fixing his eyes upon the freshness of my complexion, and his imagination upon the sprightliness and vigour that glowed in my youth, and possessing all his senses with the flourishing age wherein I then was, his habit of body might, peradventure, be amended; but he forgot to say that mine, at the same time, might be made worse. Gallus Vibius so much bent his mind to find out the essence and motions of madness, that, in the end, he himself went out of his wits, and to such a degree, that he could never after recover his judgment, and might brag that he was become a fool by too much wisdom.”

We start, tremble, turn pale, and blush, as we are variously moved by imagination; and, being a-bed, feel our bodies agitated with its power to that degree, as even sometimes to expiring.”

Although it be no new thing to see horns grown in a night on the forehead of one that had none when he went to bed, notwithstanding, what befell Cippus, King of Italy, is memorable; who having one day been a very delighted spectator of a bullfight, and having all the night dreamed that he had horns on his head, did, by the force of imagination, really cause them to grow there. Passion gave to the son of Croesus the voice which nature had denied him. And Antiochus fell into a fever, inflamed with the beauty of Stratonice, too deeply imprinted in his soul. Pliny pretends to have seen Lucius Cossitius, who from a woman was turned into a man upon her very wedding-day. Pontanus and others report the like metamorphosis to have happened in these latter days in Italy.”

Myself passing by Vitry le François, saw a man the Bishop of Soissons had, in confirmation, called Germain, whom all the inhabitants of the place had known to be a girl till 22 years of age, called Mary. He was, at the time of my being there, very full of beard, old, and not married. He told us, that by straining himself in a leap his male organs came out; and the girls of that place have, to this day, a song, wherein they advise one another not to take too great strides, for fear of being turned into men, as Mary Germain was.” HAHAHAHAHA!

to the end it may not so often relapse into the same thought and violence of desire, it were better, once for all, to give these young wenches the things they long for.”

St. Augustine makes mention of another, who, upon the hearing of any lamentable or doleful cries, would presently fall into a swoon, and be so far out of himself, that it was in vain to call, bawl in his ears, pinch or burn him, till he voluntarily came to himself; and then he would say, that he had heard voices as it were afar off, and did feel when they pinched and burned him; and, to prove that this was no obstinate dissimulation in defiance of his sense of feeling, it was manifest, that all the while he had neither pulse nor breathing.”

I am not satisfied whether those pleasant ligatures—(Les nouements d’aiguillettes, as they were called, knots tied by some one, at a wedding, on a strip of leather, cotton, or silk, and which, especially when passed through the wedding-ring, were supposed to have the magical effect of preventing a consummation of the marriage until they were untied. See Louandre, La Sorcellerie, 1853, p. 73. The same superstition and appliance existed in England. – NT)—with which this age of ours is so occupied, that there is almost no other talk, are not mere voluntary impressions of apprehension and fear; for I know, by experience, in the case of a particular friend of mine, one for whom I can be as responsible as for myself, and a man that cannot possibly fall under any manner of suspicion of insufficiency, and as little of being enchanted, who having heard a companion of his make a relation of an unusual frigidity that surprised him at a very unseasonable time; being afterwards himself engaged upon the same account, the horror of the former story on a sudden so strangely possessed his imagination, that he ran the same fortune the other had done; and from that time forward, the scurvy remembrance of his disaster running in his mind and tyrannising over him, he was subject to relapse into the same misfortune. He found some remedy, however, for this fancy in another fancy, by himself frankly confessing and declaring beforehand to the party with whom he was to have to do, this subjection of his, by which means, the agitation of his soul was, in some sort, appeased; and knowing that, now, some such misbehaviour was expected from him, the restraint upon his faculties grew less. And afterwards, at such times as he was in no such apprehension, when setting about the act (his thoughts being then disengaged and free, and his body in its true and natural estate) he was at leisure to cause the part to be handled and communicated to the knowledge of the other party, he was totally freed from that vexatious infirmity. After a man has once done a woman right, he is never after in danger of misbehaving himself with that person, unless upon the account of some excusable weakness. Neither is this disaster to be feared, but in adventures, where the soul is overextended with desire or respect, and, especially, where the opportunity is of an unforeseen and pressing nature; in those cases, there is no means for a man to defend himself from such a surprise, as shall put him altogether out of sorts. I have known some, who have secured themselves from this mischance, by coming half-sated elsewhere, purposely to abate the ardour of the fury, and others, who, being grown old, find themselves less impotent by being less able; and one, who found an advantage in being assured by a friend of his, that he had a counter-charm of enchantments that would secure him from this disgrace.” Quanto jogo de esconde para falar de impotência sexual, a.k.a. pinto mole! Será que o termo frígido era unissex, pois?

Amasis, King of Egypt, having married Laodice, a very beautiful Greek virgin, though noted for his abilities elsewhere, found himself quite another man with his wife, and could by no means enjoy her; at which he was so enraged, that he threatened to kill her, suspecting her to be a witch. As ‘tis usual in things that consist in fancy, she put him upon devotion, and having accordingly made his vows to Venus, he found himself divinely restored the very first night after his oblations and sacrifices. Now women are to blame to entertain us with that disdainful, coy, and angry countenance, which extinguishes our vigour, as it kindles our desire; which made the daughter-in-law of Pythagoras—(Theano, the lady in question was the wife, not the daughter-in-law of Pythagoras.)— say, <That the woman who goes to bed to a man, must put off her modesty with her petticoat, and put it on again with the same.>

Married people, having all their time before them, ought never to compel or so much as to offer at the feat, if they do not find themselves quite ready”

8=====D “The indocile liberty of this member is very remarkable, [HAHAHAHA] so importunately unruly in its tumidity and impatience, when we do not require it, and so unseasonably disobedient, when we stand most in need of it: so imperiously contesting in authority with the will, and with so much haughty obstinacy denying all solicitation, both of hand and mind. (…) For let any one consider, whether there is any one part of our bodies that does not often refuse to perform its office at the precept of the will, and that does not often exercise its function in defiance of her command.” “The same cause that animates this member, does also, without our knowledge, animate the lungs, pulse, and heart, the sight of a pleasing object imperceptibly diffusing a flame through all our parts, with a feverish motion. Is there nothing but these veins and muscles that swell and flag without the consent, not only of the will, but even of our knowledge also? We do not command our hairs to stand on end, nor our skin to shiver either with fear or desire; the hands often convey themselves to parts to which we do not direct them; the tongue will be interdict, and the voice congealed, when we know not how to help it. When we have nothing to eat, and would willingly forbid it, the appetite does not, for all that, forbear to stir up the parts that are subject to it, no more nor less than the other appetite we were speaking of, and in like manner, as unseasonably leaves us, when it thinks fit. The vessels that serve to discharge the belly have their own proper dilatations and compressions, without and beyond our concurrence, as well as those which are destined to purge the reins; and that which, to justify the prerogative of the will, St. Augustine urges, of having seen a man who could command his rear to discharge as often together as he pleased, Vives, his commentator, yet further fortifies with another example in his time,—of one that could break wind in tune; but these cases do not suppose anymore pure obedience in that part; for is anything commonly more tumultuary or indiscreet? To which let me add, that I myself knew one so rude and ungoverned, as for 40 years together made his master vent with one continued and unintermitted outbursting, and ‘tis like will do so till he die of it.”

A woman fancying she had swallowed a pin in a piece of bread, cried and lamented as though she had an intolerable pain in her throat, where she thought she felt it stick; but an ingenious fellow that was brought to her, seeing no outward tumour nor alteration, supposing it to be only a conceit taken at some crust of bread that had hurt her as it went down, caused her to vomit, and, unseen, threw a crooked pin into the basin, which the woman no sooner saw, but believing she had cast it up, she presently found herself eased of her pain.”

witness dogs, who die of grief for the loss of their masters; and bark and tremble and start in their sleep; so horses will kick and whinny in their sleep.”

When we look at people with sore eyes, our own eyes become sore.

Many things are hurtful to our bodies by transition.”

Ovid

Tortoises and ostriches hatch their eggs with only looking on them, which infers that their eyes have in them some ejaculative virtue. And the eyes of witches are said to be assailant and hurtful”

There was at my house, a little while ago, a cat seen watching a bird upon the top of a tree: these, for some time, mutually fixing their eyes one upon another, the bird at last let herself fall dead into the cat’s claws, either dazzled by the force of its own imagination, or drawn by some attractive power of the cat.”

For my part, I think it less hazardous to write of things past, than present, by how much the writer is only to give an account of things every one knows he must of necessity borrow upon trust.” Não foi o que vimos em vários relatos de médicos e de noivos logo acima!

there is nothing so contrary to my style as a continued narrative; I so often interrupt and cut myself short in my writing for want of breath; I have neither composition nor explanation worth anything, and am ignorant, beyond a child, of the phrases and even the very words proper to express the most common things; and for that reason it is, that I have undertaken to say only what I can say, and have accommodated my subject to my strength.” “Plutarch would say of what he has delivered to us, that it is the work of others: that his examples are all and everywhere exactly true: that they are useful to posterity, and are presented with a lustre that will light us the way to virtue, is his own work. It is not of so dangerous consequence, as in a medicinal drug, whether an old story be so or so.”

CHAPTER XXI——THAT THE PROFIT OF ONE MAN IS THE DAMAGE OF ANOTHER

Demades the Athenian—(Seneca, De Beneficiis, 6:38, whence nearly the whole of this chapter is taken.)—condemned one of his city, whose trade it was to sell the necessaries for funeral ceremonies, upon pretence that he demanded unreasonable profit, and that that profit could not accrue to him, but by the death of a great number of people. A judgment that appears to be ill grounded, forasmuch as no profit whatever can possibly be made but at the expense of another, and that by the same rule he should condemn all gain of what kind soever. The merchant only thrives by the debauchery of youth, the husband man by the dearness of grain, the architect by the ruin of buildings, lawyers and officers of justice by the suits and contentions of men: nay, even the honour and office of divines are derived from our death and vices. A physician takes no pleasure in the health even of his friends, says the ancient Greek comic writer, nor a soldier in the peace of his country, and so of the rest. And, which is yet worse, let every one but dive into his own bosom, and he will find his private wishes spring and his secret hopes grow up at another’s expense. Upon which consideration it comes into my head, that nature does not in this swerve from her general polity; for physicians hold, that the birth, nourishment, and increase of everything is the dissolution and corruption of another”

CHAPTER XXII——OF CUSTOM, AND THAT WE SHOULD NOT EASILY CHANGE A LAW RECEIVED

He seems to me to have had a right and true apprehension of the power of custom, who first invented the story of a country-woman who, having accustomed herself to play with and carry a young calf in her arms, and daily continuing to do so as it grew up, obtained this by custom, that, when grown to be a great ox, she was still able to bear it. For, in truth, custom is a violent and treacherous schoolmistress. She, by little and little, slily and unperceived, slips in the foot of her authority, but having by this gentle and humble beginning, with the benefit of time, fixed and established it, she then unmasks a furious and tyrannic countenance, against which we have no more the courage or the power so much as to lift up our eyes. We see her, at every turn, forcing and violating the rules of nature”

I refer to her Plato’s cave in his Republic, and the physicians, who so often submit the reasons of their art to her authority; as the story of that king, who by custom brought his stomach to that pass, as to live by poison, and the maid that Albertus reports to have lived upon spiders. In that new world of the Indies, there were found great nations, and in very differing climates, who were of the same diet, made provision of them, and fed them for their tables; as also, they did grasshoppers, mice, lizards, and bats; and in a time of scarcity of such delicacies, a toad was sold for 6 crowns, all which they cook, and dish up with several sauces. There were also others found, to whom our diet, and the flesh we eat, were venomous and mortal”

The power of custom is very great: huntsmen will lie out all night in the snow, or suffer themselves to be burned up by the sun on the mountains; boxers, hurt by the caestus [a luva romana, de ferro e couro], never utter a groan.”—Cicero

NOISE – ACQUIRED TASTE: “what philosophers believe of the music of the spheres, that the bodies of those circles being solid and smooth, and coming to touch and rub upon one another, cannot fail of creating a marvellous harmony, the changes and cadences of which cause the revolutions and dances of the stars; but that the hearing sense of all creatures here below, being universally, like that of the Egyptians, deafened, and stupefied with the continual noise, cannot, how great soever, perceive it(This passage is taken from Cicero, Dream of Scipio; see his De Republica, 6:2. The Egyptians were said to be stunned by the noise of the Cataracts.)— Smiths, millers, pewterers, forgemen, and armourers could never be able to live in the perpetual noise of their own trades, did it strike their ears with the same violence that it does ours.” Schopenhauer e Goethe discordam.

I myself lie at home in a tower, where every morning and evening a very great bell rings out the Ave Maria: the noise shakes my very tower, and at first seemed insupportable to me; but I am so used to it, that I hear it without any manner of offence, and often without awaking at it.”

Mothers are mightily pleased to see a child writhe off the neck of a chicken, or to please itself with hurting a dog or a cat; and such wise fathers there are in the world, who look upon it as a notable mark of a martial spirit, when they hear a son miscall, or see him domineer over a poor peasant, or a lackey, that dares not reply, nor turn again; and a great sign of wit, when they see him cheat and overreach his playfellow by some malicious treachery and deceit. Yet these are the true seeds and roots of cruelty, tyranny, and treason; they bud and put out there, and afterwards shoot up vigorously, and grow to prodigious bulk, cultivated by custom. And it is a very dangerous mistake to excuse these vile inclinations upon the tenderness of their age, and the triviality of the subject: first, it is nature that speaks, whose declaration is then more sincere, and inward thoughts more undisguised, as it is more weak and young; secondly, the deformity of cozenage does not consist nor depend upon the difference betwixt crowns and pins; but I rather hold it more just to conclude thus: why should he not cozen in crowns since he does it in pins, than as they do, who say they only play for pins, they would not do it if it were for money?”

I know very well, for what concerns myself, that from having been brought up in my childhood to a plain and straightforward way of dealing, and from having had an aversion to all manner of juggling and foul play in my childish sports and recreations (and, indeed, it is to be noted, that the plays of children are not performed in play, but are to be judged in them as their most serious actions), there is no game so small wherein from my own bosom naturally, and without study or endeavour, I have not an extreme aversion from deceit.”

I saw the other day, at my own house, a little fellow, a native of Nantes, born without arms, who has so well taught his feet to perform the services his hands should have done him, that truly these have half forgotten their natural office; and, indeed, the fellow calls them his hands; with them he cuts anything, charges and discharges a pistol, threads a needle, sews, writes, puts off his hat, combs his head, plays at cards and dice, and all this with as much dexterity as any other could do who had more, and more proper limbs to assist him. The money I gave him—for he gains his living by showing these feats—he took in his foot, as we do in our hand. I have seen another who, being yet a boy, flourished a 2-handed sword, and, if I may so say, handled a halberd with the mere motions of his neck and shoulders for want of hands; tossed them into the air, and caught them again, darted a dagger, and cracked a whip as well as any coachman in France.”

Is it not a shame for a natural philosopher, that is, for an observer and hunter of nature, to seek testimony of the truth from minds prepossessed by custom?”

A French gentleman was always wont to blow his nose with his fingers (a thing very much against our fashion), and he justifying himself for so doing, and he was a man famous for pleasant repartees, he asked me, what privilege this filthy excrement had, that we must carry about us a fine handkerchief to receive it, and, which was more, afterwards to lap it carefully up, and carry it all day about in our pockets, which, he said, could not but be much more nauseous and offensive, than to see it thrown away, as we did all other evacuations. I found that what he said was not altogether without reason, and by being frequently in his company, that slovenly action of his was at last grown familiar to me; which nevertheless we make a face at, when we hear it reported of another country.”

There are peoples, where, his wife and children excepted, no one speaks to the king but through a tube. In one and the same nation, the virgins discover those parts that modesty should persuade them to hide, and the married women carefully cover and conceal them. To which, this custom, in another place, has some relation, where chastity, but in marriage, is of no esteem, for unmarried women may prostitute themselves to as many as they please, and being got with child, may lawfully take physic, in the sight of every one, to destroy their fruit. And, in another place, if a tradesman marry, all of the same condition, who are invited to the wedding, lie with the bride before him; and the greater number of them there is, the greater is her honour, and the opinion of her ability and strength: if an officer marry, ‘tis the same, the same with a labourer, or one of mean condition; but then it belongs to the lord of the place to perform that office; and yet a severe loyalty during marriage is afterward strictly enjoined. There are places where brothels of young men are kept for the pleasure of women; where the wives go to war as well as the husbands, and not only share in the dangers of battle, but, moreover, in the honours of command. Others, where they wear rings not only through their noses, lips, cheeks, and on their toes, but also weighty gimmals of gold thrust through their paps and buttocks; where, in eating, they wipe their fingers upon their thighs, genitories, and the soles of their feet: where children are excluded, and brothers and nephews only inherit; and elsewhere, nephews only, saving in the succession of the prince: where, for the regulation of community in goods and estates, observed in the country, certain sovereign magistrates have committed to them the universal charge and overseeing of the agriculture, and distribution of the fruits, according to the necessity of everyone where they lament the death of children, and feast at the decease of old men: where they lie 10 or 12 in a bed, men and their wives together: where women, whose husbands come to violent ends, may marry again, and others not: where the condition of women is looked upon with such contempt, that they kill all the native females, and buy wives of their neighbours to supply their use; where husbands may repudiate their wives, without showing any cause, but wives cannot part from their husbands, for what cause soever; where husbands may sell their wives in case of sterility; where they boil the bodies of their dead, and afterward pound them to a pulp, which they mix with their wine, and drink it; where the most coveted sepulture is to be eaten by dogs, and elsewhere by birds; where they believe the souls of the blessed live in all manner of liberty, in delightful fields, furnished with all sorts of delicacies, and that it is these souls, repeating the words we utter, which we call Echo; where they fight in the water, and shoot their arrows with the most mortal aim, swimming; where, for a sign of subjection, they lift up their shoulders, and hang down their heads; where they put off their shoes when they enter the king’s palace; where the eunuchs, who take charge of the sacred women, have, moreover, their lips and noses cut off, that they may not be loved; where the priests put out their own eyes, to be better acquainted with their demons, and the better to receive their oracles; where every one makes to himself a deity of what he likes best; the hunter of a lion or a fox, the fisher of some fish; idols of every human action or passion; in which place, the sun, the moon, and the earth are the principal deities, and the form of taking an oath is, to touch the earth, looking up to heaven; where both flesh and fish is eaten raw; where the greatest oath they take is, to swear by the name of some dead person of reputation, laying their hand upon his tomb; where the new-year’s gift the king sends every year to the princes, his vassals, is fire, which being brought, all the old fire is put out, and the neighbouring people are bound to fetch of the new, every one for themselves, upon pain of high treason; where, when the king, to betake himself wholly to devotion, retires from his administration (which often falls out), his next successor is obliged to do the same, and the right of the kingdom devolves to the 3rd in succession: where they vary the form of government, according to the seeming necessity of affairs: depose the king when they think good, substituting certain elders to govern in his stead, and sometimes transferring it into the hands of the commonality: where men and women are both circumcised and also baptized: where the soldier, who in one or several engagements, has been so fortunate as to present 7 of the enemies’ heads to the king, is made noble: where they live in that rare and unsociable opinion of the mortality of the soul: where the women are delivered without pain or fear: where the women wear copper leggings upon both legs, and if a louse [piolho] bite them, are bound in magnanimity to bite them again, and dare not marry, till first they have made their king a tender of their virginity, if he please to accept it: where the ordinary way of salutation is by putting a finger down to the earth, and then pointing it up toward heaven: where men carry burdens upon their heads, and women on their shoulders; where the women make water standing, and the men squatting: where they send their blood in token of friendship, and offer incense to the men they would honour, like gods: where, not only to the 4th, but in any other remote degree, kindred are not permitted to marry: where the children are 4 years at nurse, and often 12; in which place, also, it is accounted mortal to give the child suck the 1st day after it is born: where the correction of the male children is peculiarly designed to the fathers, and to the mothers of the girls; the punishment being to hang them by the heels in the smoke: where they circumcise the women: (DV) where they eat all sorts of herbs, without other scruple than of the badness of the smell: where all things are open the finest houses, furnished in the richest manner, without doors, windows, trunks, or chests to lock, a thief being there punished double what they are in other places: where they crack lice with their teeth like monkeys, and abhor to see them killed with one’s nails: where in all their lives they neither cut their hair nor pare their nails; and, in another place, pare those of the right hand only, letting the left grow for ornament and bravery: where they suffer the hair on the right side to grow as long as it will, and shave the other; and in the neighbouring provinces, some let their hair grow long before, and some behind, shaving close the rest: where parents let out their children, and husbands their wives, to their guests to hire: where a man may get his own mother with child, and fathers make use of their own daughters or sons, without scandal: [fake news] where, at their solemn feasts, they interchangeably lend their children to one another, without any consideration of nearness of blood. In one place, men feed upon human flesh; in another, ‘tis reputed a pious office for a man to kill his father at a certain age; elsewhere, the fathers dispose of their children, whilst yet in their mothers’ wombs, some to be preserved and carefully brought up, and others to be abandoned or made away. Elsewhere the old husbands lend their wives to young men; and in another place they are in common without offence; in one place particularly, the women take it for a mark of honour to have as many gay fringed tassels at the bottom of their garment, as they have lain with several men. Moreover, has not custom made a republic of women separately by themselves? has it not put arms into their hands, and made them raise armies and fight battles? And does she not, by her own precept, instruct the most ignorant vulgar, and make them perfect in things which all the philosophy in the world could never beat into the heads of the wisest men? For we know entire nations, where death was not only despised, but entertained with the greatest triumph; where children of 7 years old suffered themselves to be whipped to death, without changing countenance; where riches were in such contempt, that the meanest citizen would not have deigned to stoop to take up a purse of crowns. And we know regions, very fruitful in all manner of provisions, where, notwithstanding, the most ordinary diet, and that they are most pleased with, is only bread, cresses, [agrião] and water. Did not custom, moreover, work that miracle in Chios that, in 700 years, it was never known that ever maid or wife committed any act to the prejudice of her honour?”

Darius asking certain Greeks what they would take to assume the custom of the Indians, of eating the dead bodies of their fathers (for that was their use, believing they could not give them a better nor more noble sepulture than to bury them in their own bodies), they made answer, that nothing in the world should hire them to do it; but having also tried to persuade the Indians to leave their custom, and, after the Greek manner, to burn the bodies of their fathers, they conceived a still greater horror at the motion. (Herodotus, 3:38)”

testemunhai Crísipo (Sextus Empiricus, Pyyrhon. Hypotyp., 1:14), quem, em tantos de seus escritos, espargiu sua soberana indiferença frente a conjunções incestuosas, não importa quão próximo fosse o grau de parentesco entre os partícipes.”

I shall ask him, what can be more strange than to see a people obliged to obey laws they never understood; bound in all their domestic affairs, as marriages, donations, wills, sales, and purchases, to rules they cannot possibly know, being neither written nor published in their own language, and of which they are of necessity to purchase both the interpretation and the use? Not according to the ingenious opinion of Isocrates,—(Discourse to Nicocles)—who counselled his king to make the traffics and negotiations of his subjects, free, frank, and of profit to them, and their quarrels and disputes burdensome, and laden with heavy impositions and penalties; but, by a prodigious opinion, to make sale of reason itself, and to give to laws a course of merchandise. I think myself obliged to fortune that, as our historians report, it was a Gascon gentleman, a countryman of mine, who first opposed Charlemagne, when he attempted to impose upon us Latin and imperial laws.”

there are double laws, those of honour and those of justice, in many things altogether opposite one to another; the nobles as rigorously condemning a lie taken, as the other do a lie revenged: by the law of arms, he shall be degraded from all nobility and honour who puts up with an affront; and by the civil law, he who vindicates his reputation by revenge incurs a capital punishment: he who applies himself to the law for reparation of an offence done to his honour, disgraces himself; and he who does not, is censured and punished by the law. Yet of these 2 so different things, both of them referring to one head, the one has the charge of peace, the other of war; those have the profit, these the honour; those the wisdom, these the virtue; those the word, these the action; those justice, these valour; those reason, these force; those the long robe, these the short;—divided betwixt them.”

for the most fantastic, in my opinion, that can be imagined, I will instance amongst others, our flat caps, that long tail of velvet that hangs down from our women’s heads, with its party-coloured trappings; and that vain and futile model of a member we cannot in modesty so much as name, which, nevertheless, we make show and parade of in public.” Curiosamente análogo ao trecho narrado por Dolgoruki em O Adolescente

The Ephoros who so rudely cut the 2 strings that Phrynis had added to music never stood to examine whether that addition made better harmony, or that by its means the instrument was more full and complete; it was enough for him to condemn the invention, that it was a novelty, and an alteration of the old fashion. Which also is the meaning of the old rusty sword carried before the magistracy of Marseilles.” Não entendeu o mundo grego.

O QUE AGUARDA JAIR BOLSONARO: “Alas! The wounds were made by my own weapons.

Ovid, Ep. Phyll. Demophoonti, vers. 48.

They who give the first shock to a state, are almost naturally the first overwhelmed in its ruin; the fruits of public commotion are seldom enjoyed by him who was the first motor; he beats and disturbs the water for another’s net.”

CHAPTER XXIII——VARIOUS EVENTS FROM THE SAME COUNSEL

What then, is it possible that I am to live in perpetual anxiety and alarm, and suffer my would-be assassin, meantime, to walk abroad at liberty? Shall he go unpunished, after having conspired against my life, a life that I have hitherto defended in so many civil wars, in so many battles by land and by sea? And after having settled the universal peace of the whole world, shall this man be pardoned, who has conspired not only to murder, but to sacrifice me?” Júlio (ou Augusto?) César

<Why livest thou, if it be for the good of so many that thou shouldst die? must there be no end of thy revenges and cruelties? Is thy life of so great value, that so many mischiefs must be done to preserve it?> His wife Livia, seeing him in this perplexity: <Will you take a woman’s counsel?> said she. <Do as the physicians do, who, when the ordinary recipes will do no good, make trial of the contrary. By severity you have hitherto prevailed nothing; Lepidus has followed Salvidienus; Murena, Lepidus; Caepio, Murena; Egnatius, Caepio. Begin now, and try how sweetness and clemency will succeed. Cinna is convict; forgive him, he will never henceforth have the heart to hurt thee, and it will be an act to thy glory.> Augustus was well pleased that he had met with an advocate of his own humour; wherefore, having thanked his wife, and, in the morning, countermanded his friends he had before summoned to council, he commanded Cinna all alone to be brought to him; who being accordingly come, and a chair by his appointment set him, having ordered all the rest out of the room, he spake to him after this manner: <In the first place, Cinna, I demand of thee patient audience; do not interrupt me in what I am about to say, and I will afterwards give thee time and leisure to answer. Thou knowest, Cinna, that having taken thee prisoner in the enemy’s camp, and thou an enemy, not only so become, but born so, I gave thee thy life, restored to thee all thy goods, and, finally, put thee in so good a posture, by my bounty, of living well and at thy ease, that the victorious envied the conquered. The sacerdotal office which thou madest suit to me for, I conferred upon thee, after having denied it to others, whose fathers have ever borne arms in my service. After so many obligations, thou hast undertaken to kill me.” At which Cinna crying out that he was very far from entertaining any so wicked a thought: <Thou dost not keep thy promise, Cinna, that thou wouldst not interrupt me. Yes, thou hast undertaken to murder me in such a place, on such a day, in such and such company, and in such a manner.> At which words, seeing Cinna astounded and silent, not upon the account of his promise so to be, but interdict with the weight of his conscience: <Why, to what end wouldst thou do it? Is it to be emperor? Believe me, the Republic is in very ill condition, if I am the only man betwixt thee and the empire. Thou art not able so much as to defend thy own house, and but t’other day was baffled in a suit, by the opposed interest of a mere manumitted slave. What, hast thou neither means nor power in any other thing, but only to undertake Caesar? I quit the throne, if there be no other than I to obstruct thy hopes. Canst thou believe that Paulus, that Fabius, that the Cossii and the Servilii, and so many noble Romans, not only so in title, but who by their virtue, honour and their nobility, would suffer or endure thee?> After this, and a great deal more that he said to him (for he was 2 long hours in speaking), <Now go, Cinna, go thy way: I give thee that life as traitor and parricide, which I before gave thee in the quality of an enemy. Let friendship from this time forward begin betwixt us, and let us show whether I have given, or thou hast received thy life with the better faith>; and so departed from him. Some time after, he preferred him to the consular dignity, complaining that he had not the confidence to demand it; had him everafter for his very great friend, and was, at last, made by him sole heir to all his estate. Now, from the time of this accident which befell Augustus in the 40th year of his age, he never had any conspiracy or attempt against him, and so reaped the due reward of this his so generous clemency. But—so vain and futile a thing is human prudence; throughout all our projects, counsels and precautions, Fortune will still be mistress of events. “

The poetic raptures, the flights of fancy, that ravish and transport the author out of himself, why should we not attribute them to his good fortune, since he himself confesses that they exceed his sufficiency and force, and acknowledges them to proceed from something else than himself, and that he has them no more in his power than the orators say they have those extraordinary motions and agitations that sometimes push them beyond their design? It is the same in painting, where touches shall sometimes slip from the hand of the painter, so surpassing both his conception and his art, as to beget his own admiration and astonishment. But Fortune does yet more evidently manifest the share she has in all things of this kind, by the graces and elegances we find in them, not only beyond the intention, but even without the knowledge of the workman: a competent reader often discovers in other men’s writings other perfections than the author himself either intended or perceived, a richer sense and more quaint expression.”

all that our wisdom can do alone is no great matter; the more piercing, quick, and apprehensive it is, the weaker it finds itself, and is by so much more apt to mistrust itself. I am of Sylla’s opinion (<Who freed his great deeds from envy by ever attributing them to his good fortune, and finally by surnaming himself Faustus, the Lucky.>—Plutarch, How far a Man may praise Himself, IX); and when I closely examine the most glorious exploits of war, I perceive, methinks, that those who carry them on make use of counsel and debate only for custom’s sake, and leave the best part of the enterprise to Fortune, and relying upon her aid, transgress, at every turn, the bounds of military conduct and the rules of war.”

You will read in history, of many who have been in such apprehension, that the most part have taken the course to meet and anticipate conspiracies against them by punishment and revenge; but I find very few who have reaped any advantage by this proceeding; witness so many Roman emperors. Whoever finds himself in this danger, ought not to expect much either from his vigilance or power; for how hard a thing is it for a man to secure himself from an enemy, who lies concealed under the countenance of the most assiduous friend we have, and to discover and know the wills and inward thoughts of those who are in our personal service.”

whosoever despises his own life, is always master of that of another man.” Sêneca

And moreover, this continual suspicion, that makes a prince jealous of all the world, must of necessity be a strange torment to him. Therefore it was, that Dion, being advertised that Callippus watched all opportunities to take away his life, had never the heart to inquire more particularly into it, saying, that he had rather die than live in that misery, that he must continually stand upon his guard, not only against his enemies, but his friends also”

Those who preach to princes so circumspect and vigilant a jealousy and distrust, under colour of security, preach to them ruin and dishonour: nothing noble can be performed without danger. Those who preach to princes so circumspect and vigilant a jealousy and distrust, under colour of security, preach to them ruin and dishonour: nothing noble can be performed without danger.”

Courage, the reputation and glory of which men seek with so greedy an appetite, presents itself, when need requires, as magnificently in cuerpo, as in full armour; in a closet, as in a camp; with arms pendant, as with arms raised.” E tudo aquilo foi como se não fôra nada… Quando olhei para trás, em retrospecto, já havia sido corajoso!

Confiança obriga à fidelidade. O que é uma verdade tanto para o senhor quanto para o súdito.

The most mistrustful of our kings—Louis XI—established his affairs principally by voluntarily committing his life and liberty into his enemies’ hands, by that action manifesting that he had absolute confidence in them, to the end they might repose as great an assurance in him.”

Só merece ser temido quem escolhe não temer.

to represent a pretended resolution with a pale and doubtful countenance and trembling limbs, for the service of an important reconciliation, will effect nothing to purpose.”

There is nothing so little to be expected or hoped for from this many-headed monster, in its fury, as humanity and good nature”

I look upon Julius Caesar’s way of winning men to him as the best and finest that can be put in practice. First, he tried by clemency to make himself beloved even by his very enemies, contenting himself, in detected conspiracies, only publicly to declare, that he was pre-acquainted with them; which being done, he took a noble resolution to await without solicitude or fear, whatever might be the event, wholly resigning himself to the protection of the gods and fortune: for, questionless, in this state he was at the time when he was killed.”

A stranger having publicly said, that he could teach Dionysius, the tyrant of Syracuse, an infallible way to find out and discover all the conspiracies his subjects could contrive against him, if he would give him a good sum of money for his pains, Dionysius hearing of it, caused the man to be brought to him, that he might learn an art so necessary to his preservation. The man made answer, that all the art he knew was that he should give him a talent, and afterwards boast that he had obtained a singular secret from him. Dionysius liked the invention, and accordingly caused 600 crowns to be counted out to him. It was not likely he should give so great a sum to a person unknown, but upon the account of some extraordinary discovery, and the belief of this served to keep his enemies in awe. Princes, however, do wisely to publish the informations they receive of all the practices against their lives, to possess men with an opinion they have so good intelligence that nothing can be plotted against them, but they have present notice of it.”

To invite a man’s enemies to come and cut his throat, seems a resolution a little extravagant and odd; and yet I think he did better to take that course, than to live in continual feverish fear of an accident for which there was no cure. But seeing all the remedies a man can apply to such a disease are full of unquietness and uncertainty, ‘tis better with a manly courage to prepare one’s self for the worst that can happen, and to extract some consolation from this, that we are not certain the thing we fear will ever come to pass.”

CHAPTER XXIV——OF PEDANTRY

as plants are suffocated and drowned with too much nourishment, and lamps with too much oil, so with too much study and matter is the active part of the understanding which, being embarrassed, and confounded with a great diversity of things, loses the force and power to disengage itself, and by the pressure of this weight, is bowed, subjected, and doubled up.”

the philosopher is so ignorant of what his neighbour does, that he scarce knows whether he is a man, or some other animal” Plato – Montaigne pensa que isso é uma crítica, mas é um elogio ao filósofo.

For what concerns the philosophers, as I have said, if they were in science, they were yet much greater in action. And, as it is said of the geometrician of Syracuse (Archimedes), who having been disturbed from his contemplation, to put some of his skill in practice for the defence of his country, that he suddenly set on foot dreadful and prodigious engines, that wrought effects beyond all human expectation; himself, notwithstanding, disdaining all his handiwork, and thinking in this he had played the mere mechanic, and violated the dignity of his art, of which these performances of his he accounted but trivial experiments and playthings so they, whenever they have been put upon the proof of action, have been seen to fly to so high a pitch, as made it very well appear, their souls were marvellously elevated, and enriched by the knowledge of things.”

In plain truth, the cares and expense our parents are at in our education point at nothing but to furnish our heads with knowledge; but not a word of judgment and virtue.”

so our pedants go picking knowledge here and there, out of books, and hold it at the tongue’s end, only to spit it out and distribute it abroad. (…) do I not the same thing throughout almost this whole composition? I go here and there, culling out of several books the sentences that best please me, not to keep them (for I have no memory to retain them in), but to transplant them into this; where, to say the truth, they are no more mine than in their first places. (…) We can say, Cicero says thus; these were the manners of Plato; these are the very words of Aristotle: but what do we say ourselves? What do we judge? A parrot would say as much as that.”

I know one, who, when I question him what he knows, he presently calls for a book to show me, and dares not venture to tell me so much, as that he has piles in his posteriors, till first he has consulted his dictionary, what piles and what posteriors are.”

We are in this very like him who, having need of fire, went to a neighbour’s house to fetch it, and finding a very good one there, sat down to warm himself without remembering to carry any with him home.” Plutarch, How a Man should Listen

What good does it do us to have the stomach full of meat, if it do not digest, if it be not incorporated with us, if it does not nourish and support us?” Cicero

Would I fortify myself against the fear of death, it must be at the expense of Seneca: would I extract consolation for myself or my friend, I borrow it from Cicero. I might have found it in myself, had I been trained to make use of my own reason.”

Diogenes the cynic laughed at the grammarians, who set themselves to inquire into the miseries of Ulysses, and were ignorant of their own; at musicians, who were so exact in tuning their instruments, and never tuned their manners; at orators, who made it a study to declare what is justice, but never took care to do it. If the mind be not better disposed, if the judgment be no better settled, I had much rather my scholar had spent his time at tennis, for, at least, his body would by that means be in better exercise and breath. Do but observe him when he comes back from school, after 15 or 16 years that he has been there; there is nothing so unfit for employment; all you shall find he has got is that his Latin and Greek have only made him a greater coxcomb [dândi] than when he went from home.”

These pedants of ours, as Plato says of the Sophists, their cousin-germans, are, of all men, they who most pretend to be useful to mankind, and who not only do not better and improve that which is committed to them, as a carpenter or a mason would do, but make them much worse, and make us pay them for making them worse, to boot.”

you see the husbandman and the cobbler go simply and fairly about their business, speaking only of what they know and understand; whereas these fellows, to make parade and to get opinion, mustering this ridiculous knowledge of theirs, that floats on the superficies of the brain, are perpetually perplexing, and entangling themselves in their own nonsense.”

They are wonderfully well acquainted with Galen, but not at all with the disease of the patient; they have already deafened you with a long ribble-row of laws, but understand nothing of the case in hand; they have the theory of all things, let who will put it in practice.”

O you, of patrician blood, to whom it is permitted to live without eyes in the back of your head, beware of grimaces at you from behind.”

Whosoever shall narrowly pry into and thoroughly sift this sort of people, wherewith the world is so pestered, will, as I have done, find, that for the most part, they neither understand others, nor themselves; and that their memories are full enough, but the judgment totally void and empty; some excepted, whose own nature has of itself formed them into better fashion. As I have observed, for example, in Adrian Turnebus, who having never made other profession than that of mere learning only, and in that, in my opinion, he was the greatest man that has been these thousand years, had nothing at all in him of the pedant, but the wearing of his gown, and a little exterior fashion, that could not be civilised to courtier ways, which in themselves are nothing. I hate our people, who can worse endure an ill-contrived robe than an ill-contrived mind, and take their measure by the leg a man makes, by his behaviour, and so much as the very fashion of his boots, what kind of man he is.”

For it is not for knowledge to enlighten a soul that is dark of itself, nor to make a blind man see. Her business is not to find a man’s eyes, but to guide, govern, and direct them, provided he have sound feet and straight legs to go upon. Knowledge is an excellent drug, but no drug has virtue enough to preserve itself from corruption and decay, if the vessel be tainted and impure wherein it is put to keep.”

Plato’s principal institution in his Republic is to fit his citizens with employments suitable to their nature. Nature can do all, and does all. Cripples are very unfit for exercises of the body, and lame souls for exercises of the mind. Degenerate and vulgar souls are unworthy of philosophy. If we see a shoemaker with his shoes out at the toes, we say, ‘tis no wonder; for, commonly, none go worse shod than they. In like manner, experience often presents us a physician worse physicked, a divine less reformed, and (constantly) a scholar of less sufficiency, than other people.”

Old Aristo of Chios had reason to say that philosophers did their auditors harm, forasmuch as most of the souls of those that heard them were not capable of deriving benefit from instruction, which, if not applied to good, would certainly be applied to ill”

They proceeded effeminate debauchees from the school of Aristippus, cynics from that of Zeno.”

Cicero, De Natura Deor., iii., 31.

It is a thing worthy of very great consideration, that in that excellent and, in truth, for its perfection, prodigious form of civil regimen set down by Lycurgus, though so solicitous of the education of children, as a thing of the greatest concern, and even in the very seat of the Muses, he should make so little mention of learning; as if that generous youth, disdaining all other subjection but that of virtue, ought to be supplied, instead of tutors to read to them arts and sciences, with such masters as should only instruct them in valour, prudence, and justice; an example that Plato has followed in his laws.”

A great boy in our school, having a little short cassock, by force took a longer from another that was not so tall as he, and gave him his own in exchange: whereupon I, being appointed judge of the controversy, gave judgment, that I thought it best each should keep the coat he had, for that they both of them were better fitted with that of one another than with their own: upon which my master told me I had done ill, in that I had only considered the fitness of the garments, whereas I ought to have considered the justice of the thing, which required that no one should have anything forcibly taken from him that is his own.” Ciro, o rei persa

it is nothing strange if, when Antipater demanded of the spartans 50 children for hostages, they made answer, quite contrary to what we should do, that they would rather give him twice as many full-grown men, so much did they value the loss of their country’s education.”

The most potent empire that at this day appears to be in the whole world is that of the Turks, a people equally inured to the estimation of arms and the contempt of letters. I find Rome was more valiant before she grew so learned. The most warlike nations at this time in being are the most rude and ignorant: the Scythians, the Parthians, Tamerlane, serve for sufficient proof of this. When the Goths overran Greece, the only thing that preserved all the libraries from the fire was that some one possessed them with an opinion that they were to leave this kind of furniture entire to the enemy, as being most proper to divert them from the exercise of arms, and to fix them to a lazy and sedentary life. When our King Charles VIII, almost without striking a blow, saw himself possessed of the kingdom of Naples and a considerable part of Tuscany, the nobles about him attributed this unexpected facility of conquest to this, that the princes and nobles of Italy more studied to render themselves ingenious and learned than vigorous and warlike.”

CHAPTER XXV——OF THE EDUCATION OF CHILDREN

I never seriously settled myself to the reading any book of solid learning but Plutarch and Seneca; and there, like the Danaides, I eternally fill, and it as constantly runs out; something of which drops upon this paper, but little or nothing stays with me.” Quem acompanha o blog há algum tempo sabe que Plutarco é um mentiroso patológico, mero criptomitólogo!

many words so dull, so insipid, so void of all wit or common sense, that indeed they were only French words!”

the greatest and most important difficulty of human science is the education of children.” “The symptoms of their inclinations in that tender age are so obscure, and the promises so uncertain and fallacious, that it is very hard to establish any solid judgment or conjecture upon them.” “we often take very great pains, and consume a good part of our time in training up children to things, for which, by their natural constitution, they are totally unfit.”

“‘Tis the custom of pedagogues to be eternally thundering in their pupil’s ears, as they were pouring into a funnel, whilst the business of the pupil is only to repeat what the others have said” “Socrates, and since him Arcesilaus, made first their scholars speak, and then they spoke to them”

Such as, according to our common way of teaching, undertake, with one and the same lesson, and the same measure of direction, to instruct several boys of differing and unequal capacities, are infinitely mistaken; and ‘tis no wonder, if in a whole multitude of scholars, there are not found above two or three who bring away any good account of their time and discipline. Let the master not only examine him about the grammatical construction of the bare words of his lesson, but about the sense and let him judge of the profit he has made, not by the testimony of his memory, but by that of his life.”

I was privately carried at Pisa to see a very honest man, but so great an Aristotelian, that his most usual thesis was: <That the touchstone and square of all solid imagination, and of all truth, was an absolute conformity to Aristotle’s doctrine; and that all besides was nothing but inanity and chimera; for that he had seen all, and said all.>“Who follows another, follows nothing, finds nothing, nay, is inquisitive after nothing.”

and no matter if he forget where he had his learning, provided he know how to apply it to his own use.”

Men that live upon pillage and borrowing expose their purchases and buildings to everyone’s view: but do not proclaim how they came by the money.”

I would that a boy should be sent abroad very young, and first, so as to kill two birds with one stone, into those neighbouring nations whose language is most differing from our own, and to which, if it be not formed betimes, the tongue will grow too stiff to bend.”

when wrestlers counterfeit the philosophers in patience, ‘tis rather strength of nerves than stoutness of heart.”

O trabalho enobrece ou termina de estragar.™

When the vines of my village are nipped with the frost, my parish priest presently concludes, that the indignation of God has gone out against all the human race, and that the cannibals have already got the pip. Who is it that, seeing the havoc of these civil wars of ours, does not cry out, that the machine of the world is near dissolution, and that the day of judgment is at hand; without considering, that many worse things have been seen, and that in the meantime, people are very merry in a thousand other parts of the earth for all this? For my part, considering the licence and impunity that always attend such commotions, I wonder they are so moderate, and that there is no more mischief done. To him who feels the hailstones patter about his ears, the whole hemisphere appears to be in storm and tempest; like the ridiculous Savoyard, who said very gravely, that if that simple king of France could have managed his fortune as he should have done, he might in time have come to have been steward of the household to the duke his master: the fellow could not, in his shallow imagination, conceive that there could be anything greater than a Duke of Savoy. And, in truth, we are all of us, insensibly, in this error, an error of a very great weight and very pernicious consequence. But whoever shall represent to his fancy, as in a picture, that great image of our mother nature, in her full majesty and lustre, whoever in her face shall read so general and so constant a variety, whoever shall observe himself in that figure, and not himself but a whole kingdom, no bigger than the least touch or prick of a pencil in comparison of the whole, that man alone is able to value things according to their true estimate and grandeur.”

So many humours, so many sects, so many judgments, opinions, laws, and customs, teach us to judge aright of our own, and inform our understanding to discover its imperfection and natural infirmity, which is no trivial speculation. So many mutations of states and kingdoms, and so many turns and revolutions of public fortune will make us wise enough to make no great wonder of our own. So many great names, so many famous victories and conquests drowned and swallowed in oblivion, render our hopes ridiculous of eternising our names by the taking of half-a-score of light horse, or a henroost, [galinheiro] which only derives its memory from its ruin.”

“‘Tis a great foolery to teach our children what influence Pisces have, or the sign of angry Leo, or Capricorn, washed by the Hesperian wave.”—Propertius

To what purpose should I trouble myself in searching out the secrets of the stars, having death or slavery continually before my eyes?” Anaximenes to Pythagoras

“‘Tis for such as are puzzled about inquiring whether the future tense of the verb ——— is spelt with a double A, or that hunt after the derivation of the comparatives ——- and ——-, and the superlatives —— and ———, to knit their brows whilst discoursing of their science: but as to philosophical discourses, they always divert and cheer up those that entertain them, and never deject them or make them sad.” Heracleon the Megarean

“‘Tis Baroco and Baralipton—(Two terms of the ancient scholastic logic.)—that render their disciples so dirty and ill-favoured, and not philosophy; they do not so much as know her but by hearsay. What! It is she that calms and appeases the storms and tempests of the soul, and who teaches famine and fevers to laugh and sing; and that, not by certain imaginary epicycles, but by natural and manifest reasons.”

If this pupil shall happen to be of so contrary a disposition, that he had rather hear a tale of a tub than the true narrative of some noble expedition or some wise and learned discourse; who at the beat of drum, that excites the youthful ardour of his companions, leaves that to follow another that calls to a morris [baile campesino] or the bears; who would not wish, and find it more delightful and more excellent, to return all dust and sweat victorious from a battle than from tennis or from a ball, with the prize of those exercises; I see no other remedy, but that he be bound prentice in some good town to learn to make minced pies, though he were the son of a duke; according to Plato’s precept, that children are to be placed out and disposed of, not according to the wealth, qualities, or condition of the father, but according to the faculties and the capacity of their own souls.”

They begin to teach us to live when we have almost done living.”

And how many have I seen in my time totally brutified by an immoderate thirst after knowledge? Carneades was so besotted with it, that he would not find time so much as to comb his head or to pare his nails.”

(*)Hobbes said that if he had been at college as long as other people he should have been as great a blockhead as they. And Bacon, before Hobbes’ time had discussed the futility of university teaching.” (nota do editor, séc. XIX.)

To our little monsieur, a closet, a garden, the table, his bed, solitude, and company, morning and evening, all hours shall be the same, and all places to him a study. Philosophy, who, as the formatrix of judgment and manners, shall be his principal lesson, has that privilege to have a hand in everything.”

As to the rest, this method of education ought to be carried on with a severe sweetness, quite contrary to the practice of our pedants, who, instead of tempting and alluring children to letters by apt and gentle ways, do in truth present nothing before them but rods and ferules, horror and cruelty.” “‘Tis a real house of correction of imprisoned youth. They are made debauched by being punished before they are so. Do but come in when they are about their lesson, and you shall hear nothing but the outcries of boys under execution, with the thundering noise of their pedagogues drunk with fury. A very pretty way this, to tempt these tender and timorous souls to love their book, with a furious countenance, and a rod in hand!”

“‘Tis marvellous to see how solicitous Plato is in his Laws concerning the gaiety and diversion of the youth of his city, and how much and often he enlarges upon the races, sports, songs, leaps, and dances: of which, he says, that antiquity has given the ordering and patronage particularly to the gods themselves, to Apollo, Minerva, and the Muses. He insists long upon, and is very particular in, giving innumerable precepts for exercises; but as to the lettered sciences, says very little, and only seems particularly to recommend poetry upon the account of music.” Misconception on poetry! E eu devo ter perdido essa parte tão ‘despojada’ d’As Leis! No máximo, a ênfase na ‘liberdade do exercício’ deve ser uma concessão à unilateralidade oposta (e também excessiva) d’A República

All singularity in our manners and conditions is to be avoided, as inconsistent with civil society.”

There is a vast difference betwixt forbearing to sin, and not knowing how to sin.”—Seneca

Uma coisa é verdade: deve-se comer pimenta entre os mexicanos, e não se deve ser um grande devasso no Tibete!

A Westfalia ham makes a man drink; drink quenches thirst: ergo a Westfalia ham quenches thirst. Why [what will our boy do?], let him laugh at it; it will be more discretion to do so, than to go about to answer it”

Most of those I converse with, speak the same language I here write; but whether they think the same thoughts I cannot say.”

Not that fine speaking is not a very good and commendable quality; but not so excellent and so necessary as some would make it; and I am scandalised that our whole life should be spent in nothing else. I would first understand my own language, and that of my neighbours, with whom most of my business and conversation lies.”

SOPA CONTRADITÓRIA DE IDÉIAS: “No doubt but Greek and Latin are very great ornaments, and of very great use, but we buy them too dear. (…) I was above 6 years of age before I understood either French or Perigordin, any more than Arabic; and without art, book, grammar, or precept, whipping, or the expense of a tear, I had, by that time, learned to speak as pure Latin as my master himself, for I had no means of mixing it up with any other. If, for example, they were to give me a theme after the college fashion, they gave it to others in French; but to me they were to give it in bad Latin, to turn it into that which was good.”

CHAPTER XXVI——THAT IT IS FOLLY TO MEASURE TRUTH AND ERROR BY OUR OWN CAPACITY

If we give the names of monster and miracle to everything our reason cannot comprehend, how many are continually presented before our eyes?”

CHAPTER XXVII——OF FRIENDSHIP

La Boétie escreveu sua Servidão voluntária antes dos 18 anos.

But he has left nothing behind him, save this treatise only (and that too by chance, for I believe he never saw it after it first went out of his hands), and some observations upon that edict of January (1562, which granted to the Huguenots the public exercise of their religion.) made famous by our civil wars, which also shall elsewhere, peradventure, find a place. These were all I could recover of his remains, I to whom with so affectionate a remembrance, upon his death-bed, he by his last will bequeathed his library and papers, the little book of his works only excepted, which I committed to the press. And this particular obligation I have to this treatise of his, that it was the occasion of my first coming acquainted with him; for it was showed to me long before I had the good fortune to know him; and the first knowledge of his name, proving the first cause and foundation of a friendship, which we afterwards improved and maintained, so long as God was pleased to continue us together, so perfect, inviolate, and entire, that certainly the like is hardly to be found in story, and amongst the men of this age, there is no sign nor trace of any such thing in use”

The father and the son may be of quite contrary humours, and so of brothers: he is my son, he is my brother; but he is passionate, ill-natured, or a fool.”

As the hunter pursues the hare, in cold and heat, to the mountain, to the shore, nor cares for it farther when he sees it taken, and only delights in chasing that which flees from him.”—Aristo of Cuios, x. 7.

O my friends, there is no friend” Aristotle

If two at the same time should call to you for succour, to which of them would you run? Should they require of you contrary offices, how could you serve them both? Should one commit a thing to your silence that it were of importance to the other to know, how would you disengage yourself? A unique and particular friendship dissolves all other obligations whatsoever: the secret I have sworn not to reveal to any other, I may without perjury communicate to him who is not another, but myself. ‘Tis miracle enough certainly, for a man to double himself, and those that talk of tripling, talk they know not of what.”

CHAPTER XXIX——OF MODERATION

Those who say there is never any excess in virtue, forasmuch as it is not virtue when it once becomes excess, only play upon words”

An immoderate zeal, even to that which is good, even though it does not offend, astonishes me, and puts me to study what name to give it.”

The archer that shoots over, misses as much as he that falls short, and ‘tis equally troublesome to my sight, to look up at a great light, and to look down into a dark abyss.”

Marriage is a solemn and religious tie, and therefore the pleasure we extract from it should be a sober and serious delight, and mixed with a certain kind of gravity; it should be a sort of discreet and conscientious pleasure.” “Aelius Verus, the emperor, answered his wife, who reproached him with his love to other women, that he did it upon a conscientious account, forasmuch as marriage was a name of honour and dignity, not of wanton and lascivious desire”

CHAPTER XXX——OF CANNIBALS

I am sorry that Lycurgus and Plato had no knowledge of them; for to my apprehension, what we now see in those nations does not only surpass all the pictures with which the poets have adorned the golden age, and all their inventions in feigning a happy state of man, but, moreover, the fancy and even the wish and desire of philosophy itself; so native and so pure a simplicity, as we by experience see to be in them, could never enter into their imagination, nor could they ever believe that human society could have been maintained with so little artifice and human patchwork. I should tell Plato that it is a nation wherein there is no manner of traffic, no knowledge of letters, no science of numbers, no name of magistrate or political superiority; no use of service, riches or poverty, no contracts, no successions, no dividends, no properties, no employments, but those of leisure, no respect of kindred, but common, no clothing, no agriculture, no metal, no use of corn or wine; the very words that signify lying, treachery, dissimulation, avarice, envy, detraction, pardon, never heard of.

(This is the famous passage which Shakespeare, through Florio’s version, 1603, or ed. 1613, p. 102, has employed in the Tempest, ii. 1.]” PLAGIÁRIO!

As to the rest, they live in a country very pleasant and temperate, so that, as my witnesses inform me, ‘tis rare to hear of a sick person, and they moreover assure me that they never saw any of the natives, either paralytic, bleareyed, toothless, or crooked with age. The situation of their country is along the sea-shore, enclosed on the other side towards the land, with great and high mountains, having about 100 leagues in breadth between. They have great store of fish and flesh, that have no resemblance to those of ours: which they eat without any other cookery, than plain boiling, roasting, and broiling. The first that rode a horse thither, though in several other voyages he had contracted an acquaintance and familiarity with them, put them into so terrible a fright, with his centaur appearance, that they killed him with their arrows before they could come to discover who he was. [HAHAHA] Their buildings are very long, and of capacity to hold 200 or 300 people, made of the barks of tall trees, reared with one end upon the ground, and leaning to and supporting one another at the top, like some of our barns, of which the covering hangs down to the very ground, and serves for the side walls. They have wood so hard, that they cut with it, and make their swords of it, and their grills of it to broil their meat. Their beds are of cotton, hung swinging from the roof, like our seamen’s hammocks, every man his own, for the wives lie apart from their husbands. They rise with the sun, and so soon as they are up, eat for all day, for they have no more meals but that; they do not then drink, as Suidas reports of some other people of the East that never drank at their meals; but drink very often all day after, and sometimes to a rousing pitch. Their drink is made of a certain root, and is of the colour of our claret, and they never drink it but lukewarm. It will not keep above 2 or 3 days; it has a somewhat sharp, brisk taste, is nothing heady, but very comfortable to the stomach; laxative to strangers, but a very pleasant beverage to such as are accustomed to it. They make use, instead of bread, of a certain white compound, like coriander seeds; I have tasted of it; the taste is sweet and a little flat. The whole day is spent in dancing. Their young men go a-hunting after wild beasts with bows and arrows; one part of their women are employed in preparing their drink the while, which is their chief employment. One of their old men, in the morning before they fall to eating, preaches to the whole family, walking from the one end of the house to the other, and several times repeating the same sentence, till he has finished the round, for their houses are at least 100 yards long. Valour towards their enemies and love towards their wives, are the two heads of his discourse, never failing in the close, to put them in mind, that ‘tis their wives who provide them their drink warm and well seasoned. The fashion of their beds, ropes, swords, and of the wooden bracelets they tie about their wrists, when they go to fight, and of the great canes, bored hollow at one end, by the sound of which they keep the cadence of their dances, are to be seen in several places, and amongst others, at my house. They shave all over, and much more neatly than we, without other razor than one of wood or stone. They believe in the immortality of the soul, and that those who have merited well of the gods are lodged in that part of heaven where the sun rises, and the accursed in the west.

They have I know not what kind of priests and prophets, who very rarely present themselves to the people, having their abode in the mountains. At their arrival, there is a great feast, and solemn assembly of many villages: each house, as I have described, makes a village, and they are about a French league distant from one another. This prophet declaims to them in public, exhorting them to virtue and their duty: but all their ethics are comprised in these 2 articles, resolution in war, and affection to their wives. He also prophesies to them events to come, and the issues they are to expect from their enterprises, and prompts them to or diverts them from war: but let him look to’t; for if he fail in his divination, and anything happens otherwise than he has foretold, he is cut into a thousand pieces, if he be caught, and condemned for a false prophet: [HAHAHA] for that reason, if any of them has been mistaken, he is no more heard of.”

They have continual war with the nations that live further within the mainland, beyond their mountains, to which they go naked, and without other arms than their bows and wooden swords, fashioned at one end like the head of our javelins. The obstinacy of their battles is wonderful, and they never end without great effusion of blood: for as to running away, they know not what it is. Every one for a trophy brings home the head of an enemy he has killed, which he fixes over the door of his house. After having a long time treated their prisoners very well, and given them all the regales they can think of, he to whom the prisoner belongs, invites a great assembly of his friends. They being come, he ties a rope to one of the arms of the prisoner, of which, at a distance, out of his reach, he holds the one end himself, and gives to the friend he loves best the other arm to hold after the same manner; which being done, they 2, in the presence of all the assembly, despatch him with their swords. After that, they roast him, eat him amongst them, and send some chops to their absent friends. They do not do this, as some think, for nourishment, as the Scythians anciently did, but as a representation of an extreme revenge; as will appear by this: that having observed the Portuguese, who were in league with their enemies, to inflict another sort of death upon any of them they took prisoners, which was to set them up to the girdle in the earth, to shoot at the remaining part till it was stuck full of arrows, and then to hang them, they thought those people of the other world (as being men who had sown the knowledge of a great many vices amongst their neighbours, and who were much greater masters in all sorts of mischief than they) did not exercise this sort of revenge without a meaning, and that it must needs be more painful than theirs, they began to leave their old way, and to follow this. [Querer imputar o costume da antropofagia aos portugueses é ir longe demais!] I am not sorry that we should here take notice of the barbarous horror of so cruel an action, but that, seeing so clearly into their faults, we should be so blind to our own. I conceive there is more barbarity in eating a man alive, than when he is dead; in tearing a body limb from limb by racks and torments, that is yet in perfect sense; in roasting it by degrees; in causing it to be bitten and worried by dogs and swine (as we have not only read, but lately seen, not amongst inveterate and mortal enemies, but among neighbours and fellow-citizens, and, which is worse, under colour of piety and religion), than to roast and eat him after he is dead.” Surpreendente apologia do canibalismo das Américas. Não esperava essa “mente aberta” do cristão e pudico Montaigne!

Chrysippus and Zeno, the 2 heads of the Stoic sect, were of opinion that there was no hurt in making use of our dead carcasses, in what way soever for our necessity, and in feeding upon them too; as our own ancestors, who being besieged by Caesar in the city Alexia, resolved to sustain the famine of the siege with the bodies of their old men, women, and other persons who were incapable of bearing arms.”

We may then call these people barbarous, in respect to the rules of reason: but not in respect to ourselves, who in all sorts of barbarity exceed them. Their wars are throughout noble and generous, and carry as much excuse and fair pretence, as that human malady is capable of; having with them no other foundation than the sole jealousy of valour. Their disputes are not for the conquest of new lands, for these they already possess are so fruitful by nature, as to supply them without labour or concern, with all things necessary, in such abundance that they have no need to enlarge their borders. And they are, moreover, happy in this, that they only covet so much as their natural necessities require: all beyond that is superfluous to them: men of the same age call one another generally brothers, those who are younger, children; and the old men are fathers to all. These leave to their heirs in common the full possession of goods, without any manner of division, or other title than what nature bestows upon her creatures, in bringing them into the world. If their neighbours pass over the mountains to assault them, and obtain a victory, all the victors gain by it is glory only, and the advantage of having proved themselves the better in valour and virtue: for they never meddle with the goods of the conquered, but presently return into their own country, where they have no want of anything necessary, nor of this greatest of all goods, to know happily how to enjoy their condition and to be content. And those in turn do the same; they demand of their prisoners no other ransom, than acknowledgment that they are overcome: but there is not one found in an age, who will not rather choose to die than make such a confession, or either by word or look recede from the entire grandeur of an invincible courage. There is not a man amongst them who had not rather be killed and eaten, than so much as to open his mouth to entreat he may not. They use them with all liberality and freedom, to the end their lives may be so much the dearer to them; but frequently entertain them with menaces of their approaching death, of the torments they are to suffer, of the preparations making in order to it, of the mangling their limbs, and of the feast that is to be made, where their carcass is to be the only dish. All which they do, to no other end, but only to extort some gentle or submissive word from them, or to frighten them so as to make them run away, to obtain this advantage that they were terrified, and that their constancy was shaken; and indeed, if rightly taken, it is in this point only that a true victory consists”

The Hungarians, a very warlike people, never pretend further than to reduce the enemy to their discretion; for having forced this confession from them, they let them go without injury or ransom, excepting, at the most, to make them engage their word never to bear arms against them again. We have sufficient advantages over our enemies that are borrowed and not truly our own; it is the quality of a porter, and no effect of virtue, to have stronger arms and legs; it is a dead and corporeal quality to set in array; ‘tis a turn of fortune to make our enemy stumble, or to dazzle him with the light of the sun; ‘tis a trick of science and art, and that may happen in a mean base fellow, to be a good fencer. The estimate and value of a man consist in the heart and in the will: there his true honour lies. Valour is stability, not of legs and arms, but of the courage and the soul; it does not lie in the goodness of our horse or our arms but in our own.”

The part that true conquering is to play lies in the encounter, not in the coming off; and the honour of valour consists in fighting, not in subduing.”

Those that paint these people dying after this manner, represent the prisoner spitting in the faces of his executioners and making wry mouths at them. And ‘tis most certain, that to the very last gasp, they never cease to brave and defy them both in word and gesture. In plain truth, these men are very savage in comparison of us; of necessity, they must either be absolutely so or else we are savages; for there is a vast difference betwixt their manners and ours.”

the same jealousy our wives have to hinder and divert us from the friendship and familiarity of other women, those employ to promote their husbands’ desires, and to procure them many spouses; for being above all things solicitous of their husbands’ honour, ‘tis their chiefest care to seek out, and to bring in the most companions they can, forasmuch as it is a testimony of the husband’s virtue. [Só na vontade da poligamia, né, pervertido!] Most of our ladies will cry out, that ‘tis monstrous; whereas in truth it is not so, but a truly matrimonial virtue, and of the highest form. In the Bible, Sarah, with Leah and Rachel, the 2 wives of Jacob, gave the most beautiful of their handmaids to their husbands” Mais um motivo para achar tal postura condenável.

To which it may be added, that their language is soft, of a pleasing accent, and something bordering upon the Greek termination.”

CHAPTER XXXI——THAT A MAN IS SOBERLY TO JUDGE OF THE DIVINE ORDINANCES

In a nation of the Indies, there is this commendable custom, that when anything befalls them amiss in any encounter or battle, they publicly ask pardon of the sun, who is their god, as having committed an unjust action, always imputing their good or evil fortune to the divine justice, and to that submitting their own judgment and reason.”

CHAPTER XXXIII——THAT FORTUNE IS OFTEN-TIMES OBSERVED TO ACT BY THE RULE OF REASON

(*) “The term Fortune, so often employed by Montaigne, and in passages where he might have used Providence, was censured by the doctors who examined his Essays when he was at Rome in 1581. See his Travels

The Duc de Valentinois,—(Caesar Borgia)—having resolved to poison Adrian, Cardinal of Corneto, with whom Pope Alexander VI his father and himself were to sup in the Vatican, he sent before a bottle of poisoned wine, and withal, strict order to the butler to keep it very safe. The Pope being come before his son, and calling for drink, the butler supposing this wine had not been so strictly recommended to his care but only upon the account of its excellency, presented it forthwith to the Pope, and the duke himself coming in presently after, and being confident they had not meddled with his bottle, took also his cup; so that the father died immediately upon the spot,(*) and the son, after having been long tormented with sickness, was reserved to another and a worse fortune.”

(*) “Other historians assign the Pope several days of misery prior to death.”

Constantine, son of Helen, founded the empire of Constantinople, and so many ages after, Constantine, the son of Helen, put an end to it.”

CHAPTER XXXV——OF THE CUSTOM OF WEARING CLOTHES

I was disputing with myself in this shivering season, whether the fashion of going naked in those nations lately discovered is imposed upon them by the hot temperature of the air, as we say of the Indians and Moors, or whether it be the original fashion of mankind. Men of understanding, forasmuch as all things under the sun, as the Holy Writ declares, are subject to the same laws, were wont in such considerations as these, where we are to distinguish the natural laws from those which have been imposed by man’s invention, to have recourse to the general polity of the world, where there can be nothing counterfeit. Now, all other creatures being sufficiently furnished with all things necessary for the support of their being it is not to be imagined that we only are brought into the world in a defective and indigent condition, and in such a state as cannot subsist without external aid.”

of those nations who have no manner of knowledge of clothing, some are situated under the same temperature that we are, and some in much colder climates. And besides, our most tender parts are always exposed to the air, as the eyes, mouth, nose, and ears; and our country labourers, like our ancestors in former times, go with their breasts and bellies open. Had we been born with a necessity upon us of wearing petticoats and breeches, there is no doubt but nature would have fortified those parts she intended should be exposed to the fury of the seasons with a thicker skin, as she has done the finger-ends and the soles of the feet. And why should this seem hard to believe? I observe much greater distance betwixt my habit and that of one of our country boors, than betwixt his and that of a man who has no other covering but his skin. How many men, especially in Turkey, go naked upon the account of devotion? Someone asked a beggar, whom he saw in his shirt in the depth of winter, as brisk and frolic as he who goes muffled up to the ears in furs, how he was able to endure to go so? ‘Why, sir,’ he answered, ‘you go with your face bare: I am all face.’

Herodotus tells us, that in the battles fought betwixt the Egyptians and the Persians, it was observed both by himself and by others, that of those who were left dead upon the field, the heads of the Egyptians were without comparison harder than those of the Persians, by reason that the last had gone with their heads always covered from their infancy, first with biggins, and then with turbans, and the others always shaved and bare. King Agesilaus continued to a decrepit age to wear always the same clothes in winter that he did in summer. Caesar, says Suetonius, marched always at the head of his army, for the most part on foot, with his head bare, whether it was rain or sunshine, and as much is said of Hannibal

and Plato very earnestly advises for the health of the whole body, to give the head and the feet no other clothing than what nature has bestowed. He whom the Poles have elected for their king,—Stephen Bathory—since ours came thence, who is, indeed, one of the greatest princes of this age, never wears any gloves, and in winter or whatever weather can come, never wears other cap abroad than that he wears at home. Whereas I cannot endure to go unbuttoned or untied; my neighbouring labourers would think themselves in chains, if they were so braced.”

Varro is of opinion, that when it was ordained we should be bare in the presence of the gods and before the magistrate, it was so ordered rather upon the score of health, and to inure us to the injuries of weather, than upon the account of reverence”

At the mouth of Lake Maeotis the frosts are so very sharp, that in the very same place where Mithridates’ lieutenant had fought the enemy dryfoot and given them a notable defeat, the summer following he obtained over them a naval victory. The Romans fought at a very great disadvantage, in the engagement they had with the Carthaginians near Piacenza, by reason that they went to the charge with their blood congealed and their limbs numbed with cold, whereas Hannibal had caused great fires to be dispersed quite through his camp to warm his soldiers, and oil to be distributed amongst them, to the end that anointing themselves, they might render their nerves more supple and active, and fortify the pores against the violence of the air and freezing wind, which raged in that season.” Gostaria de confirmar estes relatos futuramente. Bom, pelo menos não vêm de Plutarco, o que já é bom sinal!

But, so far as clothes go, the King of Mexico changed 4 times a day his apparel, and never put it on again, employing that he left off in his continual liberalities and rewards; and neither pot, dish, nor other utensil of his kitchen or table was ever served twice.”

CHAPTER XXXVI——OF CATO THE YOUNGER

These rare forms, that are culled out by the consent of the wisest men of all ages, for the world’s example, I should not stick to augment in honour, as far as my invention would permit, in all the circumstances of favourable interpretation; and we may well believe that the force of our invention is infinitely short of their merit.”

as Plutarch [ihhh…] complains that in his time some attributed the cause of the younger Cato’s death to his fear of Caesar, at which he seems very angry, and with good reason; and by this a man may guess how much more he would have been offended with those who have attributed it to ambition. Senseless people! He would rather have performed a noble, just, and generous action, and to have had ignominy for his reward, than for glory. That man was in truth a pattern that nature chose out to show to what height human virtue and constancy could arrive.”

we have far more poets than judges and interpreters of poetry”

But who is Cato (general romano//Merivale)? Pois é. Parece que até onde cheguei na História Romana do autor, só li sobre Cato the Old.

CHAPTER XXXVII——THAT WE LAUGH AND CRY FOR THE SAME THING

When Pompey’s head was presented to Caesar, the histories tell us that he turned away his face, as from a sad and unpleasing object.”

Who for seeing me onewhile cold and presently very fond towards my wife, believes the one or the other to be counterfeited, is an ass.”

“‘Tis said, that the light of the sun is not one continuous thing, but that he darts new rays so thick one upon another that we cannot perceive the intermission”

We have resolutely pursued the revenge of an injury received, and been sensible of a singular contentment for the victory; but we shall weep notwithstanding. ‘Tis not for the victory, though, that we shall weep: there is nothing altered in that but the soul looks upon things with another eye and represents them to itself with another kind of face; for everything has many faces and several aspects.”

When Timoleon laments the murder he had committed upon so mature and generous deliberation, he does not lament the liberty restored to his country, he does not lament the tyrant; but he laments his brother: one part of his duty is performed; let us give him leave to perform the other.”

CHAPTER XXXVIII——OF SOLITUDE

Let us tell ambition that it is she herself who gives us a taste of solitude; for what does she so much avoid as society? What does she so much seek as elbowroom?”

“‘Tis not that a wise man may not live everywhere content, and be alone in the very crowd of a palace; but if it be left to his own choice, the schoolman will tell you that he should fly the very sight of the crowd”

There is nothing so unsociable and sociable as man, the one by his vice, the other by his nature.”

there is little less trouble in governing a private family than a whole kingdom.”

One telling Socrates that such a one was nothing improved by his travels, he answered: I very well believe it, for he took himself along with him”

If a man do not first discharge both himself and his mind of the burden with which he finds himself oppressed, motion will but make it press the harder and sit the heavier, as the lading of a ship is of less encumbrance when fast and bestowed in a settled posture. You do a sick man more harm than good in removing him from place to place; you fix and establish the disease by motion, as stakes sink deeper and more firmly into the earth by being moved up and down in the place where they are designed to stand.”

Wives, children, and goods must be had, and especially health, by him that can get it; but we are not so to set our hearts upon them that our happiness must have its dependence upon them; we must reserve a backshop, wholly our own and entirely free, wherein to settle our true liberty, our principal solitude and retreat.” “as if without wife, children, goods, train, or attendance, to the end that when it shall so fall out that we must lose any or all of these, it may be no new thing to be without them.”

In our ordinary actions there is not one of a thousand that concerns ourselves. (…) our own affairs do not afford us anxiety enough; let us undertake those of our neighbours and friends, still more to break our brains and torment us” “We have lived enough for others; let us at least live out the small remnant of life for ourselves; let us now call in our thoughts and intentions to ourselves, and to our own ease and repose. ‘Tis no light thing to make a sure retreat; it will be enough for us to do without mixing other enterprises. Since God gives us leisure to order our removal, let us make ready, truss our baggage, take leave betimes of the company, and disentangle ourselves from those violent importunities that engage us elsewhere and separate us from ourselves.” Fala como um tonto que não entende a si mesmo. Não existe essa falsa oposição. Para quem eu escrevo senão para os outros?

CHAPTER XXXIX——A CONSIDERATION UPON CICERO

they both [Cicero and Pliny the younger], in the sight of all the world, solicit the historians of their time not to forget them in their memoirs; and fortune, as if in spite, has made the vanity of those requests live upon record down to this age of ours, while she has long since consigned the histories themselves to oblivion.”

as if a man should commend a king for being a good painter, a good architect, a good marksman, or a good runner at the ring: commendations that add no honour, unless mentioned altogether and in the train of those that are properly applicable to him, namely, justice and the science of governing and conducting his people both in peace and war.” Isso fica muito mal para “Cícero, o Orador”!

Demosthenes’ companions in the embassy to Philip, extolling that prince as handsome, eloquent, and a stout drinker, Demosthenes said that those were commendations more proper for a woman, an advocate, or a sponge, than for a king” Sobre essa embaixada, que buscava salvar Atenas quando ela – e a Grécia inteira – já estavam condenadas, ver o relato do principal oponente de Demóstenes, Ésquines.

Plutarch says, moreover, that to appear so excellent in these less necessary qualities is to produce witness against a man’s self, that he has spent his time and applied his study ill, which ought to have been employed in the acquisition of more necessary and more useful things. So that Philip, king of Macedon, having heard that great Alexander his son sung once at a feast to the wonder of the best musicians there: ‘Art thou not ashamed, said he to him, to sing so well?’ And to the same Philip a musician, with whom he was disputing about some things concerning his art: ‘Heaven forbid, sir, said he, that so great a misfortune should ever befall you as to understand these things better than I.’ A king should be able to answer as Iphicrates did the orator, who pressed upon him in his invective after this manner: ‘And what art thou that thou bravest it at this rate? art thou a man at arms, art thou an archer, art thou a pikeman?’‘I am none of all this; but I know how to command all these.’

And how many stories have I scattered up and down in this book that I only touch upon, which, should anyone more curiously search into, they would find matter enough to produce infinite essays.” Indeed. Not a good thing, though!

But returning to the speaking virtue: I find no great choice betwixt not knowing to speak anything but ill, and not knowing to speak anything but well.”

There is something like this in these 2 other philosophers, for they also promise eternity to the letters they write to their friends; but ‘tis after another manner, and by accommodating themselves, for a good end, to the vanity of another; for they write to them that if the concern of making themselves known to future ages, and the thirst of glory, do yet detain them in the management of public affairs, and make them fear the solitude and retirement to which they would persuade them, let them never trouble themselves more about it, forasmuch as they shall have credit enough with posterity to ensure them that were there nothing else but the letters thus written to them, those letters will render their names as known and famous as their own public actions could do.” Se isso é um elogio, eu não queria ser elogiado…

For to traffic with the wind, as some others have done, and to forge vain names to direct my letters to, in a serious subject, I could never do it but in a dream, being a sworn enemy to all manner of falsification. I should have been more diligent and more confident had I had a judicious and indulgent friend whom to address, than thus to expose myself to the various judgments of a whole people, and I am deceived if I had not succeeded better. I have naturally a humorous and familiar style; but it is a style of my own, not proper for public business, but, like the language I speak, too compact, irregular, abrupt, and singular; and as to letters of ceremony that have no other substance than a fine contexture of courteous words, I am wholly to seek. I have neither faculty nor relish for those tedious tenders of service and affection; I believe little in them from others, and I should not forgive myself should I say to others more than I myself believe.” Freud ganharia tendo-o lido, M.!

The Italians are great printers of letters; I do believe I have at least 100 several volumes of them; of all which those of Annibale Caro seem to me to be the best. If all the paper I have scribbled to the ladies at the time when my hand was really prompted by my passion were now in being, there might, peradventure, be found a page worthy to be communicated to our young inamoratos, that are besotted with that fury.”

CHAPTER XL——THAT THE RELISH FOR GOOD AND EVIL DEPENDS IN GREAT MEASURE UPON THE OPINION WE HAVE OF THEM

And amongst that mean-souled race of men, the buffoons, there have been some who would not leave their fooling at the very moment of death.”

What a world of people do we see in the wars betwixt the Turks and the Greeks rather embrace a cruel death than uncircumcise themselves to admit of baptism? An example of which no sort of religion is incapable.”

Should I here produce a long catalogue of those, of all sexes and conditions and sects, even in the most happy ages, who have either with great constancy looked death in the face, or voluntarily sought it, and sought it not only to avoid the evils of this life, but some purely to avoid the satiety of living, and others for the hope of a better condition elsewhere, I should never have done. Nay, the number is so infinite that in truth I should have a better bargain on’t to reckon up those who have feared it. This one therefore shall serve for all: Pyrrho the philosopher being one day in a boat in a very great tempest, showed to those he saw the most affrighted about him, and encouraged them, by the example of a hog that was there, nothing at all concerned at the storm. Shall we then dare to say that this advantage of reason, of which we so much boast, and upon the account of which we think ourselves masters and emperors over the rest of all creation, was given us for a torment? To what end serves the knowledge of things if it renders us more unmanly? if we thereby lose the tranquillity and repose we should enjoy without it? and if it put us into a worse condition than Pyrrho’s hog? Shall we employ the understanding that was conferred upon us for our greatest good to our own ruin; setting ourselves against the design of nature and the universal order of things, which intend that everyone should make use of the faculties, members, and means he has to his own best advantage?”

Posidonius being extremely tormented with a sharp and painful disease, Pompeius came to visit him, excusing himself that he had taken so unseasonable a time to come to hear him discourse of philosophy. ‘The gods forbid,’ said Posidonius to him, ‘that pain should ever have the power to hinder me from talking,’ and thereupon fell immediately upon a discourse of the contempt of pain: but, in the meantime, his own infirmity was playing his part, and plagued him to purpose; to which he cried out, ‘Thou mayest work thy will, pain, and torment me with all the power thou hast, but thou shalt never make me say that thou art an evil.’

Death has been, or will come: there is nothing of the present in it.”

Étienne de la Boétie, Satires

The delay of death is more painful than death itself.”

Ovid, Ep. Ariadne to Theseus, v. 42.

All ills that carry no other danger along with them but simply the evils themselves, we treat as things of no danger: the toothache or the gout, painful as they are, yet being not reputed mortal, who reckons them in the catalogue of diseases?”

Courage is greedy of danger.”

Seneca, De Providentia, c. 4

As an enemy is made more fierce by our flight, so pain grows proud to see us truckle under her. She will surrender upon much better terms to them who make head against her: a man must oppose and stoutly set himself against her. In retiring and giving ground, we invite and pull upon ourselves the ruin that threatens us.”

We are more sensible of one little touch of a surgeon’s lancet than of 20 wounds with a sword in the heat of fight. The pains of childbearing, said by the physicians and by God himself to be great, and which we pass through with so many ceremonies—there are whole nations that make nothing of them. I set aside the Lacedaemonian women, but what else do you find in the Swiss among our foot-soldiers, if not that, as they trot after their husbands, you see them today carry the child at their necks that they carried yesterday in their bellies?”

CHAPTER XLI——NOT TO COMMUNICATE A MAN’S HONOUR

we lend our goods and stake our lives for the necessity and service of our friends; but to communicate a man’s honour, and to robe another with a man’s own glory, is very rarely seen.”

. . .

VENUS IN FURS – Sacher-Masoch (trans. Fernanda Savage)

He published several historical works, but soon gave up his academic career to devote himself wholly to literature. For a number of years he edited the international review, Auf der Hohe, at Leipzig, but later removed to Paris, for he was always strongly Francophile. His last years he spent at Lindheim in Hesse, Germany, where he died on March 9, 1895. In 1873 he married Aurora von Rumelin, who wrote a number of novels under the pseudonym of Wanda von Dunajew, which it is interesting to note is the name of the heroine of Venus in Furs. Her sensational memoirs which have been the cause of considerable controversy were published in 1906.”

It would be interesting to trace the masochistic tendency as it occurs throughout literature, but no more can be done than just to allude to a few instances. The theme recurs continually in the Confessions of Jean Jacques Rousseau; it explains the character of the chevalier in Prevost’s Manon l’Escault. Scenes of this nature are found in Zola’s Nana, in Thomas Otway’s Venice Preserved, in Albert Juhelle’s Les Pecheurs d’Hommes, in Dostojevski. In disguised and unrecognized form it constitutes the undercurrent of much of the sentimental literature of the present day, though in most cases the authors as well as the readers are unaware of the pathological elements out of which their characters are built.”

One feels that in the hero many subjective elements have been incorporated, which are a disadvantage to the work from the point of view of literature, but on the other hand raise the book beyond the sphere of art, pure and simple, and make it one of those appalling human documents which belong, part to science and part to psychology. It is the confession of a deeply unhappy man who could not master his personal tragedy of existence, and so sought to unburden his soul in writing down the things he felt and experienced.”

Are Americans children that they must be protected from books which any European school-boy can purchase whenever he wishes? However, such seems to be the case, and this translation, which has long been in preparation, consequently appears in a limited edition printed for subscribers only.”

The ultimate result of shielding men from the effects of folly, is to fill the world with fools.” Herbert Spencer

* * *

she was not a casual woman of the half-world, who under this pseudonym wages war against the enemy sex, like Mademoiselle Cleopatra, but the real, true goddess of love.”

Her head was wonderful in spite of the dead stony eyes; it was all I could see of her. She had wrapped her marble-like body in a huge fur, and rolled herself up trembling like a cat.”

Antes de ler sobre o livro, jurava que “in furs” fosse uma metáfora para nua… Como no português “nua em pêlo”…

All of a sudden I understand the Germanic virtue of woman, and German philosophy, and I am no longer surprised that you of the North do not know how to love, haven’t even an idea of what love is.”

-…you always wore a violet-blue velvet jacket edged with squirrel-skin.

– You were really in love with the costume, and awfully docile.

– Can there be any greater cruelty for a lover than the unfaithfulness of the woman he loves?

– Indeed! – she replied. We are faithful as long as we love, but you demand faithfulness of a woman without love, and the giving of herself without enjoyment. Who is cruel there—woman or man? You of the North in general take love too soberly and seriously.

To you nature seems something hostile; you have made devils out of the smiling gods of Greece, and out of me a demon. You can only exorcise and curse me, or slay yourselves in bacchantic madness before my altar.”

Through his passion nature has given man into woman’s hands, and the woman who does not know how to make him her subject, her slave, her toy, and how to betray him with a smile in the end is not wise.”

So it has always been, since the time of Helen and Delilah, down to Catherine the Second and Lola Montez.¹”

¹ A amante de imperadores, Alexandre Dumas e Franz Liszt!

I cannot deny, I said, that nothing will attract a man more than the picture of a beautiful, passionate, cruel, and despotic woman who wantonly changes her favorites without scruple in accordance with her whim—”

The divinity laughed.

You are dreaming, she cried, wake up! and she clasped my arm with her marble-white hand. Do wake up, she repeated raucously with the low register of her voice. I opened my eyes with difficulty.

I saw the hand which shook me, and suddenly it was brown as bronze; the voice was the thick alcoholic voice of my cossack servant who stood before me at his full height of nearly six feet.”

– What is disgraceful?

– To fall asleep in your clothes and with a book besides. He snuffed the candles which had burned down, and picked up the volume which had fallen from my hand, with a book by—he looked at the title page—by Hegel.

The furs of the despot in which Titian’s fair model wrapped herself, probably more for fear of a cold than out of modesty, have become a symbol of the tyranny and cruelty that constitute woman’s essence and her beauty.”

– But Severin, I said placing my hand on his arm, how can you treat a pretty young woman thus?

– Look at the woman, he replied, blinking humorously with his eyes. Had I flattered her, she would have cast the noose around my neck, but now, when I bring her up with the kantchuk, she adores me.

– Nonsense!

– Nonsense, nothing, that is the way you have to break in women.

– Well, if you like it, live like a pasha in your harem, but don’t lay down theories for me—

In the garden, in the tiny wilderness, there is a graceful little meadow on which a couple of deer graze peacefully. On this meadow is a stone statue of Venus, the original of which, I believe, is in Florence.”

I often lie reading under the leafy covering of a young birch when the sun broods over the forest. Often I visit that cold, cruel mistress of mine by night and lie on my knees before her, with the face pressed against the cold pedestal on which her feet rest, and my prayers go up to her.”

I was breakfasting in my honey-suckle arbor, and reading in the Book of Judith. I envied the hero Holofernes because of the regal woman who cut off his head with a sword, and because of his beautiful sanguinary end.”

How ungallant these Jews are, I thought. And their God might choose more becoming expressions when he speaks of the fair sex.”

Thus our acquaintance began.

The divinity asks for my name, and mentions her own.

Her name is Wanda von Dunajew.

And she is actually my Venus.”

The idea of sharing a woman, even if it were an Aspasia, with another revolts us. We are jealous as is our God.”

So you too are one of those who rave about modern women, those miserable hysterical feminine creatures who don’t appreciate a real man in their somnambulistic search for some dream-man and masculine ideal. Amid tears and convulsions they daily outrage their Christian duties; they cheat and are cheated; they always seek again and choose and reject; they are never happy, and never give happiness. They accuse fate instead of calmly confessing that they want to love and live as Helen and Aspasia lived. Nature admits of no permanence in the relation between man and woman.”

All endeavors to introduce permanence in love, the most changeable thing in this changeable human existence, have gone shipwreck in spite of religious ceremonies, vows, and legalities.”

The inventors of the Christian marriage have done well, simultaneously to invent immortality.”

From my cradle onward I was surrounded by replicas of ancient art; at 10 years of age I read Gil Blas, at 12 La Pucelle.¹”

¹ Referência a Joana d’Arc. Novela desconhecida.

I will give you a year’s time to win me, to convince me that we are suited to each other, that we might live together. If you succeed, I will become your wife, and a wife, Severin, who will conscientiously and strictly perform all her duties. During this year we will live as though we were married—”

I studied everything in a jumble without system, without selection: chemistry, alchemy, history, astronomy, philosophy, law, anatomy, and literature; I read Homer, Virgil, Ossian, Schiller, Goethe, Shakespeare, Cervantes, Voltaire, Moliere, the Koran, the Kosmos, Casanova’s Memoirs. I grew more confused each day, more fantastical, more supersensual.”

Give me rather a woman who is honest enough to say to me: I am a Pompadour,¹ a Lucretia Borgia,² and I am ready to adore her.”

¹ Jeanne Antoinette Poisson, Marquise de Pompadour, grande figura da côrte de Luís XV. Patrona e mecenas dos filósofos do Iluminismo, tal qual Voltaire. “Art historian Melissa Hyde argues that the critics of Pompadour were driven by fears over the overturning of social and gender hierarchies that Pompadour’s power and influence, as a woman who was not born into the aristocracy, represented.”

² “Lucrezia Borgia (Italian pronunciation: [luˈkrɛttsja ˈbɔrdʒa]; Valencian: Lucrècia Borja [luˈkrɛsia ˈbɔɾdʒa]; 18 April 1480 – 24 June 1519) was a Spanish-Italian noblewoman of the House of Borgia who was the daughter of Pope Alexander VI and Vannozza dei Cattanei. She reigned as the Governor of Spoleto, a position usually held by cardinals, in her own right. (…) Rumors about her and her family cast Lucrezia as a femme fatale, a role in which she has been portrayed in many artworks, novels and films.”

To suffer and endure cruel torture from then on seemed to me exquisite delight, especially when it was inflicted by a beautiful woman”

I envied King Gunther whom the mighty Brunhilde fettered on the bridal night, and the poor troubadour whom his capricious mistress had sewed in the skins of wolves to have him hunted like game. I envied the Knight Ctirad whom the daring Amazon Scharka¹ craftily ensnared in a forest near Prague, and carried to her castle Divin, where, after having amused herself a while with him, she had him broken on the wheel—”

¹ Personagens lendários: “The Maidens’ War (Czech: Dívčí válka) is a tale in Bohemian tradition about an uprising of women against men. According to legend, it took place sometime in the 8th century. It first appeared in the 12th-century Chronica Boëmorum of Cosmas of Prague, and later in the 14th-century Dalimil’s Chronicle.”

All the sanguinary tyrants that ever occupied a throne; the inquisitors who had the heretics tortured, roasted, and butchered; all the woman whom the pages of history have recorded as lustful, beautiful, and violent women like Libussa,¹ Lucretia Borgia, Agnes of Hungary, Queen MargotIsabeau,³ the Sultana Roxolane, the Russian Czarinas of last century4—all these I saw in furs or in robes bordered with ermine.”

¹ Outra personagem do folclore tcheco, principalmente.

² “Margaret of Valois (14 May 1553 – 27 March 1615) was a French princess of the Valois dynasty who became queen consort of Navarre and later also of France. By her marriage to Henry III of Navarre (later Henry IV of France), she was queen of Navarre and then France at her husband’s 1589 accession to the latter throne. § As Queen of Navarre, Margaret also played a pacifying role in the stormy relations between her husband and the French monarchy. Shuttled back and forth between the two courts, she endeavored to lead a happy conjugal life, but her infertility and the political tensions inherent in the civil conflict led to the end of her marriage. Mistreated by a brother quick to take offence and rejected by a fickle and opportunistic husband, she chose the path of opposition in 1585. She took the side of the Catholic League and was forced to live in Auvergne in an exile which lasted twenty years. In 1599, she consented to a ‘royal divorce’ – i.e. the annulment of the marriage – but only after the payment of a generous compensation. § (…) She was a vector of Neoplatonism, which preached the supremacy of platonic love over physical love. While imprisoned, she took advantage of the time to write her Memoirs. She was the first woman to have done so. (…) After her death the anecdotes and slanders circulated about her created a legend, which was consolidated around the nickname La Reine Margot invented by Alexandre Dumas père, handed down through the centuries the myth of a nymphomaniac and incestuous woman. At the end of the 20th and the beginning of the 21st century, historians have reviewed the extensive chronicles of her life, concluding that many elements of her scandalous reputation stemmed from anti-Valois propaganda and from a factionalism capable of denigrating the participation of women in politics, created by Bourbon dynasty court historians in the 17th century.”

³ “Isabeau of Bavaria (or Isabelle; also Elisabeth of Bavaria-Ingolstadt; c. 1370 – September 1435) was queen of France between 1385 and 1422. She was born into the House of Wittelsbach as the only daughter of Duke Stephen III of Bavaria-Ingolstadt and Taddea Visconti of Milan. At age 15 or 16, Isabeau was sent to the young King Charles VI of France; the couple wed three days after their first meeting. § Isabeau was honored in 1389 with a lavish coronation ceremony and entry into Paris. In 1392, Charles suffered the first attack of what was to become a lifelong and progressive mental illness, resulting in periodic withdrawal from government. The episodes occurred with increasing frequency, leaving a court both divided by political factions and steeped in social extravagances. A 1393 masque for one of Isabeau’s ladies-in-waiting—an event later known as Bal des Ardents—ended in disaster with the King almost burning to death. Although the King demanded Isabeau’s removal from his presence during his illness, he consistently allowed her to act on his behalf. In this way she became regent to the Dauphin of France (heir apparent), and sat on the regency council, allowing far more power than was usual for a medieval queen. § Charles’ illness created a power vacuum that eventually led to the Armagnac–Burgundian Civil War between supporters of his brother, Duke Louis I of Orléans, and the royal dukes of Burgundy. Isabeau shifted allegiances as she chose the most favorable paths for the heir to the throne. When she followed the Armagnacs, the Burgundians accused her of adultery with Louis of Orléans; when she sided with the Burgundians, the Armagnacs removed her from Paris and she was imprisoned. In 1407, John the Fearless, duke of Burgundy, assassinated Orléans, sparking hostilities between the factions. The war ended soon after Isabeau’s eldest son, Charles, had John the Fearless assassinated in 1419—an act that saw him disinherited. Isabeau attended the 1420 signing of the Treaty of Troyes, which decided that the English king should inherit the French crown after the death of her husband, Charles VI. She lived in English-occupied Paris until her death in 1435. § Isabeau was popularly seen as a spendthrift and irresponsible philanderess. In the late 20th and early 21st centuries historians re-examined the extensive chronicles of her lifetime, concluding that many unflattering elements of her reputation were unearned and stemmed from factionalism and propaganda.”

4 “Hurrem Sultan, c. 1502 – 15 April 1558, also known as Roxelana, was the chief consort and wife of the Ottoman sultan Suleiman the Magnificent. She became one of most powerful and influential women in Ottoman history as well as a prominent and controversial figure during the era known as the Sultanate of Women. § Born in Ruthenia (then an eastern region of the Kingdom of Poland, now Ukraine) to a Ruthenian Orthodox priest, Hurrem was captured by Crimean Tatars during a slave raid and eventually taken to Istanbul, the Ottoman capital. She entered the Imperial Harem, rose through the ranks and became the favourite of Sultan Suleiman. Breaking Ottoman tradition, he married Hurrem, making her his legal wife; sultans had previously married only foreign free noble ladies. She was the first imperial consort to receive the title Haseki Sultan. Hurrem remained in the sultan’s court for the rest of her life, having six children with him, including the future sultan, Selim II. She was the grandmother of Murad III.”

Ou seja: literalmente, Severin nutria fetiches por qualquer mulher de de relevância histórica!

– Severin, replied Wanda, I am a frivolous young woman; it is dangerous for you to put yourself so completely in my power. You will end by actually becoming a plaything to me. Who will give warrant that I shall not abuse your insane desire?

– Your own nobility of character.

– Power makes people over-bearing.

– Be it, I cried, tread me underfoot.

You know how to paint pleasure, cruelty, arrogance in glowing colors. What would you say should I try my hand at them, and make you the first object of my experiments. I would be like Dionysius who had the inventor of the iron ox roasted within it in order to see whether his wails and groans really resembled the bellowing of an ox.”

I wanted to numb my desire, my yearning, with the magnificent scenery of the Carpathians.” Listening to Carpathian Forest.

My dream has become truth. How does it make me feel? Am I disappointed in the realization of my dream?

No, I am merely somewhat tired, but her cruelty has enraptured me. Oh, how I love her, adore her! All this cannot express in the remotest way my feeling for her, my complete devotion to her. What happiness to be her slave!”

– Please try to forget the ugly scene of yesterday, she said with quivering voice, I have fulfilled your mad wish, now let us be reasonable and happy and love each other, and in a year I will be your wife.

– My mistress, I exclaimed, and I your slave!

– Not another word of slavery, cruelty, or the whip, interrupted Wanda. I shall not grant you any of those favors, none except wearing my fur-jacket; come and help me into it.

We spent marvellous days together; we visited the mountains and lakes, we read together, and I completed Wanda’s portrait. And how we loved one another, how beautiful her smiling face was!

Then a friend of hers arrived, a divorced woman somewhat older, more experienced, and less scrupulous than Wanda. Her influence is already making itself felt in every direction.

Wanda wrinkles her brows, and displays a certain impatience with me.

Has she ceased loving me?”

For almost a fortnight this unbearable restraint has lain upon us. Her friend lives with her, and we are never alone. A circle of men surrounds the young women. With my seriousness and melancholy I am playing an absurd role as lover. Wanda treats me like a stranger.

To-day, while out walking, she staid behind with me. I saw that this was done intentionally, and I rejoiced. But what did she tell me?”

But the world likewise demands it, Wanda interrupted. Look at this woman. She has a husband and a lover in Lemberg and has found a new admirer here. She deceives all three and yet is honored by all and respected by the world.”

Never feel secure with the woman you love, for there are more dangers in woman’s nature than you imagine. Women are neither as good as their admirers and defenders maintain, nor as bad as their enemies make them out to be. Woman’s character is characterlessness.” “Man even when he is selfish or evil always follows principles, woman never follows anything but impulses.”

Does it rob you of any of your joys, that I have belonged to another before I did to you, that others after you will possess me, and would you enjoy less if another were made happy simultaneously with you?” “I believe, she said, that to hold a man permanently, it is vitally important not to be faithful to him. What honest woman has ever been as devotedly loved as a hetaira?”

Of course, she replied with great seriousness, you cease to be my lover, and consequently I am released from all duties and obligations towards you. You will have to look upon my favors as pure benevolence. You no longer have any rights, and no longer can lay claim to any. There can be no limit to my power over you. Remember, that you won’t be much better than a dog, or some inanimate object. You will be mine, my plaything, which I can break to pieces, whenever I want an hour’s amusement. You are nothing, I am everything. Do you understand? She laughed and kissed me again, and yet a sort of cold shiver ran through me.”

No. I have thought things over. What special value would there be in owning a slave where everyone owns slaves. What I want is to have a slave, I alone, here in our civilized sober, Philistine world, and a slave who submits helplessly to my power solely on account of my beauty and personality, not because of law, of property rights, or compulsions. This attracts me. But at any rate we will go to a country where we are not known and where you can appear before the world as my servant without embarrassment. Perhaps to Italy, to Rome or Naples.”

Well, then I would experience what has occupied my imagination since my childhood, what has always given me the feeling of seductive terror. A foolish apprehension! It will be a wanton game she will play with me, nothing more. She loves me, and she is good, a noble personality, incapable of a breach of faith. But it lies in her hands —if she wants to she can. What a temptation in this doubt, this fear!

Now I understand Manon l’Escault and the poor chevalier, who, even in the pillory, while she was another man’s mistress, still adored her.”

– You will find out immediately the prince’s name, residence, and circumstances, she continued. Do you understand?

– But—

– No argument, obey! exclaimed Wanda, more sternly than I would have thought possible for her, and don’t dare to enter my sight until you can answer my questions.

– How will this end? I asked sadly after a short pause.

She broke into playful laughter.

– Why things haven’t even begun yet.

– You are more heartless than I imagined, I replied, hurt.

– Severin, Wanda began earnestly. I haven’t done anything yet, not the slightest thing, and you are already calling me heartless. What will happen when I begin to carry your dreams to their realization, when I shall lead a gay, free life and have a circle of admirers about me, when I shall actually fulfil your ideal, tread you underfoot and apply the lash?

– You take my dreams too seriously.

– Too seriously? I can’t stop at make-believe, when once I begin, she replied. You know I hate all play-acting and comedy. You have wished it. Was it my idea or yours? Did I persuade you or did you inflame my imagination? I am taking things seriously now.

– Wanda, I replied, caressingly, listen quietly to me. We love each other infinitely, we are very happy, will you sacrifice our entire future to a whim?

– It is no longer a whim, she exclaimed.

– What is it? I asked frightened.

– Something that was probably latent in me, she said quietly and thoughtfully. Perhaps it would never have come to light, if you had not called it to life, and made it grow. Now that it has become a powerful impulse, fills my whole being, now that I enjoy it, now that I cannot and do not want to do otherwise, now you want to back out— you—are you a man?

The odd part of my situation is that I am like the bear in Lily’s park. I can escape and don’t want to; I am ready to endure everything as soon as she threatens to set me free.”

If only she would use the whip again. There is something uncanny in the kindness with which she treats me. I seem like a little captive mouse with which a beautiful cat prettily plays. She is ready at any moment to tear it to pieces, and my heart of a mouse threatens to burst.

What are her intentions? What does she purpose to do with me?”

From now on your name is no longer Severin, but Gregor.”

The most interesting drama of my life had reached a point of development whose denouement it was then impossible to foretell.”

So far everything went well. I sat beside Wanda, and she chatted very graciously and intelligently with me, as with a good friend, concerning Italy, Pisemski’s new novel, and Wagner’s music.

– …Under the early emperors you would have been a martyr, at the time of the Reformation an anabaptist, during the French Revolution one of those inspired Girondists who mounted the guillotine with the marseillaise on their lips. But you are my slave, my—

Life is really amazingly droll, I thought. A short time ago the most beautiful woman, Venus herself, rested against your breast, and now you have an opportunity for studying the Chinese hell. Unlike us, they don’t hurl the damned into flames, but they have devils chasing them out into fields of ice.

Very likely the founders of their religion also slept in unheated rooms.”

Come, Gregor, have your breakfast quickly too, she said, then we will go house-hunting. I don’t want to stay in the hotel any longer than I have to. It is very embarrassing here. If I chat with you for more than a minute, people will immediately say: ‘The fair Russian is having an affair with her servant, you see, the race of Catherines isn’t extinct yet.’

It is only now I understand you, she exclaimed. It really is a joy to have someone so completely in one’s power, and a man at that, who loves you—you do love me?—No—Oh! I’ll tear you to shreds yet, and with each blow my pleasure will grow. Now, twist like a worm, scream, whine! You will find no mercy in me!”

Now, you won’t lay eyes on me for an entire month, Gregor, she said seriously. I want to become a stranger to you, so you will more easily adjust yourself to our new relationship. In the meantime you will work in the garden, and await my orders. Now, off with you, slave!”

However, I shall take a lover, otherwise things will be only half accomplished, and in the end you will yet reproach me with not having treated you cruelly enough, my dear beautiful slave! But to-day you shall be Severin again, the only one I love. I haven’t given away your clothes. They are here in the chest. Go and dress as you used to in the little Carpathian health-resort when our love was so intimate. Forget everything that has happened since; oh, you will forget it easily in my arms; I shall kiss away all your sorrows.”

It is only now that I noticed her noble, almost European cast of countenance and her magnificent statuesque bust, which is as if hewn out of black marble. The black devil observes that she pleases me, and, grinning, shows her teeth. She has hardly left the room, before Wanda leaps up in a rage.

– What, you dare to look at another woman besides me! Perhaps you like her even better than you do me, she is even more demonic!”

I am reading Manon l’Escault to her. She feels the association, she doesn’t say a word, but she smiles from time to time, and finally she shuts up the little book.”

I feel sorry for him, she replies, but I do not love him. I love no one. I used to love you, as ardently, as passionately, as deeply as it was possible for me to love, but now I don’t love even you anymore; my heart is a void, dead, and this makes me sad.”

Wanda looked at me with a curious pleasure. Consider well what you do, she said. I have loved you infinitely and have been despotic towards you so that I might fulfil your dream. Something of my old feeling, a sort of real sympathy for you, still trembles in my breast. When that too has gone who knows whether then I shall give you your liberty; whether I shall not then become really cruel, merciless, even brutal toward; whether I shall not take a diabolical pleasure in tormenting and putting on the rack the man who worships me idolatrously, the while I remain indifferent or love someone else; perhaps, I shall enjoy seeing him die of his love for me. Consider this well.”

The young painter has established his studio in her villa; he is completely in her net. He has just begun a Madonna, a Madonna with red hair and green eyes! Only the idealism of a German would attempt to use this thorough-bred woman as a model for a picture of virginity. The poor fellow really is an almost bigger donkey than I am. Our misfortune is that our Titania has discovered our ass’s ears too soon.”

and she placed one of her feet upon me; her right hand played with the whip. Look at me, she said, with your deep, fanatical look, that’s it.

The painter had turned terribly pale. He devoured the scene with his beautiful dreamy blue eyes; his lips opened, but he remained dumb.

– Well, how do you like the picture?

– Yes, that is how I want to paint you, said the German”

The painter paints slowly, but his passion grows more and more rapidly. I am afraid he will end up by committing suicide. She plays with him and propounds riddles to him which he cannot solve, and he feels his blood congealing in the process, but it amuses her.

During the sitting she nibbles at candies, and rolls the paper-wrappers into little pellets with which she bombards him.

– I am glad you are in such good humor, said the painter, but your face has lost the expression which I need for my picture.

– The expression which you need for your picture, she replied, smiling. Wait a moment.

She rose, and dealt me a blow with the whip. The painter looked at her with stupefaction, and a child-like surprise showed on his face, mingled with disgust and admiration.”

– What? said Wanda, scornfully, perhaps I can help you?

– Yes—cried the German, as if taken with madness, whip me too.

– Oh! With pleasure, she replied, shrugging her shoulders, but if I am to whip you I want to do it in sober earnest.

– Whip me to death, cried the painter.

– Will you let me tie you? she asked, smiling.

– Yes—he moaned—

Wanda left the room for a moment, and returned with ropes.

– Well—are you still brave enough to put yourself into the power of Venus in Furs, the beautiful despot, for better or worse? she began ironically.

They are talking. He has lowered his voice so that I cannot understand a word, and she replies in the same way. What is the meaning of this? Is there an understanding between them?

I suffer frightful torments; my heart seems about to burst.

He kneels down before her, embraces her, and presses his head against her breast, and she—in her heartlessness—laughs—and now I hear her saying aloud:

– Ah! You need another application of the whip.”

The painting is marvelously successful. It is a portrait which as far as the likeness goes couldn’t be better, and at the same time it seems to have an ideal quality. The colors glow, are supernatural; almost diabolical, I would call them.

The painter has put all his sufferings, his adoration, and all his execration into the picture.”

I now understand the masculine Eros, and I marvel at Socrates for having remained virtuous in view of an Alcibiades like this.”

Under his icy glance I am again seized by a mortal fear. I have a presentiment that this man can enchain her, captivate her, subjugate her, and I feel inferior in contrast with his savage masculinity; I am filled with envy, with jealousy.

I feel that I am a queer weakly creature of brains, merely! And what is most humiliating, I want to hate him, but I can’t. Why is that among all the host of servants he has chosen me.

With an inimitably aristocratic nod of the head he calls me over to him, and I—I obey his call—against my own will.

– Take my furs, he quickly commands.

My entire body trembles with resentment, but I obey, abjectly like a slave.”

He is a man who is like a woman; he knows that he is beautiful, and he acts accordingly. He changes his clothes four or five times a day, like a vain courtesan.

In Paris he appeared first in woman’s dress, and the men assailed him with love-letters. An Italian singer, famous equally for his art and his passionate intensity, even invaded his home, and lying on his knees before him threatened to commit suicide if he wouldn’t be his.”

– And what about the lioness?

– When the lion whom she has chosen and with whom she lives is attacked by another, the Greek went on with his narrative, the lioness quietly lies down and watches the battle. Even if her mate is worsted she does not go to his aid. She looks on indifferently as he bleeds to death under his opponent’s claws, and follows the victor, the stronger—that is the female’s nature.

It is humiliating that I want to flee and I can’t. I turn back— whither?—to her, whom I abhor, and yet, at the same time, adore.

Again I pause. I cannot go back. I dare not.”

She has my word of honor and my bond, that I shall remain her slave as long as she desires, until she herself gives me my freedom. But I might kill myself.”

Woman demands that she can look up to a man, but one like you who voluntarily places his neck under her foot, she uses as a welcome plaything, only to toss it aside when she is tired of it.”

Don’t offer any resistance, one who has gone as far as I have gone might easily go still further. I feel a sort of hatred for you, and would find a real joy in seeing him beat you to death; I am still restraining myself, but—”

I am very serious, she gaily continued. I love you, only you, and you—you foolish, little man, didn’t know that everything was only make-believe and play-acting. How hard it often was for me to strike you with the whip, when I would have rather taken your head and covered it with kisses. But now we are through with that, aren’t we? I have played my cruel role better than you expected, and now you will be satisfied with my being a good, little wife who isn’t altogether unattractive. Isn’t that so? We will live like rational people—”

I have a curious feeling when I now hold her in my arms and she lies silently against my breast and lets me kiss her and smiles. I feel like one who has suddenly awakened out of a feverish delirium, or like a shipwrecked man who has for many days battled with waves that momentarily threatened to devour him and finally has found a safe shore.”

– Do you remember the story of the ox of Dionysius? she asked.

– I remember it only vaguely, what about it? [Ele é que havia contado a estória primeiro.]

– A courtier invented a new implement of torture for the Tyrant of Syracuse. It was an iron ox in which those condemned to death were to be shut, and then pushed into a mighty furnace. § As soon as the iron ox began to get hot, and the condemned person began to cry out in his torment, his wails sounded like the bellowing of an ox.

– Very well, then you whip him! she called loudly.

At the same instant the beautiful Greek stuck his head of black curls through the curtains of her four-poster bed. At first I was speechless, petrified. There was a horribly comic element in the situation. I would have laughed aloud, had not my position been at the same time so terribly cruel and humiliating.”

No one will hear you, replied Wanda, and no one will hinder me from abusing your most sacred emotions or playing a frivolous game with you, she continued, repeating with satanic mockery phrases from my letter to her.”

All of a sudden I saw with horrible clarity whither blind passion and lust have led man, ever since Holofernes and Agamemnon—into a blind alley, into the net of woman’s treachery, into misery, slavery, and death.

It was as though I were awakening from a dream.

Blood was already flowing under the whip. I wound like a worm that is trodden on, but he whipped on without mercy, and she continued to laugh without mercy. In the meantime she locked her packed trunk and slipped into her travelling furs, and was still laughing, when she went downstairs on his arm and entered the carriage.

Then everything was silent for a moment.

I listened breathlessly.

The carriage door slammed, the horse began to pull—the rolling of the carriage for a short time—then all was over.”

THE IMPACT OF MONOLINGUAL AND BILINGUAL SUBTITLES ON VISUAL ATTENTION, COGNITIVE LOAD, AND COMPREHENSION – Sixin Liao, Jan-Louis Kruger and Stephen Doherty

Bilingual subtitles, a unique subtitle mode that presents subtitles in two different languages simultaneously, are gaining popularity around the world, especially in Mainland China (Li 2016). This is partly attributed to the belief that bilingual subtitles could deliver the benefits of both intralingual and interlingual subtitles, with intralingual subtitles providing the written forms of spoken words that can facilitate vocabulary learning and interlingual subtitles providing the meaning (translation) of words that can enhance viewers’ comprehension and absorption of the content (García 2017).

There exists however an inherent risk that subtitles, as a written form of spoken dialogue, generate redundant information that may overburden the visual processing channel and deplete people’s limited cognitive resources that could have been used to process other essential information (Zheng et al. 2016). When watching subtitled videos, viewers have to cope with a rich combination of multimodal and multiple-source information: visual images (visual-nonverbal), spoken dialogue (audio-verbal), subtitles (visual-verbal) and background sounds (audio-nonverbal) (Gottlieb 1998). This could place high demands on viewers’ attentional and cognitive resources because processing too much information simultaneously has been shown to exceed the capacity of working memory and result in cognitive overload (Kalyuga et al. 1999).”

Compared with monolingual subtitles, watching videos with bilingual subtitles could be more cognitively demanding due to the concurrent presence of subtitles in two different languages, which, if the audience understands both languages, is likely to generate more redundancy and impose additional cognitive load on working memory. However, due to the scant research in this field, little is currently known about the actual visual and cognitive processing of bilingual subtitles.”

The conceptualisation of cognitive load has been well-established in CLT (Sweller et al. 2011), one of the most influential theoretical frameworks accounting for cognitive processing during learning (Martin 2014). As this study approaches bilingual subtitles for the purpose of enhancing learning, we argue that CLT is a most appropriate theoretical framework for the current study since it has a well-established empirical basis in educational psychology, instructional design, and educational technology.

Three components of cognitive load have been identified in CLT literature, namely intrinsic cognitive load, extraneous cognitive load and germane cognitive load. Intrinsic cognitive load is created by dealing with the inherent complexity of the task (Van Merriënboer and Sweller 2005; Sweller 2010), while extraneous cognitive load is generated by dealing with instructional features that do not contribute to learning. Germane cognitive load, on the other hand, is created when learners are engaged in processing essential information that contributes to learning (Sweller et al. 1998; Sweller 2010).”

Learners have also been shown to be more likely to experience high extraneous cognitive load when they process redundant information that is unnecessary for learning (Kalyuga and Sweller 2005). More specifically, numerous empirical studies on cognitive load effects have found that presenting the same information in different forms (e.g. presenting verbal information in both written and audio forms) would hinder learning and cause the redundancy effect (Mayer et al. 2001; Diao and Sweller 2007). The redundancy effect is very relevant to subtitling in that subtitles transfer auditory information into a written form and thus could produce verbal redundancy, which is likely to induce extraneous cognitive load. However, subtitles in different linguistic formats generate different degrees of redundancy and could exert a differential impact on cognitive load and, as a consequence, on task performance and learning outcomes within educational settings.”

Based on formal linguistic parameters, subtitles can be categorised into three types, namely intralingual subtitles, interlingual subtitles, and bilingual subtitles (Díaz Cintas and Remael 2007). Intralingual subtitles (or same-language subtitles or bimodal subtitles), which are presented in the same language as the spoken dialogue, are primarily used by deaf and hard-of-hearing viewers, but also in language learning and other educational contexts (Doherty 2016; Kruger and Doherty 2016; Doherty and Kruger 2018). Interlingual subtitles (or standard subtitles or L1 subtitles) refer to subtitles that are displayed in a language different from that of the dialogue, normally in the viewers’ native language (Raine 2012). Different from intralingual and interlingual subtitles, which consist of only one language, bilingual subtitles (also known as dual/double subtitles) present subtitles simultaneously in 2 different languages. This category is mostly used in multilingual countries or regions where two or more languages are spoken, such as Finland, Belgium, Israel, Singapore, Malaysia and Hong Kong (Gottlieb 2004; Kuo 2014; Corrizzato 2015). In Mainland China, for example, bilingual subtitles are gaining currency as China’s dominant TV broadcaster is stepping up its effort to present television programs with subtitles in both English and Chinese in order to attract a wider audience. The increasing usage of bilingual subtitles in online videos is attributed to the efforts of amateur subtitlers who translate foreign language videos online on a voluntary basis (Zhang 2013; Hsiao 2014).”

Thus, our research question aims to identify the effects, if any, of bilingual subtitles on viewers’ distribution of visual attention, cognitive load, and comprehension of audiovisual stimuli.”

This also provides support to previous arguments that ‘the number of lines does not play as big a role in the processing of subtitles as previously thought’ (Kruger and Steyn 2014: 105). However, it is worth noting that adding subtitles in a non-native language may cause a different interaction between the language of the subtitles and the language of the soundtrack, which could consequently impact on the attention allocated to subtitles, as the viewer may automatically try to read along with the narration, in what we could call the karaoke effect. This assumption is being investigated in our other studies.”

It is also possible that in the bilingual condition, with two lines of subtitles presented in different languages, subtitles presented on the first line (i.e. L1 subtitles) can grasp viewers’ attention more easily and viewers may feel less motivated to read L2 subtitles once they have gained sufficient information from L1 subtitles. To sanction this assumption, more empirical research is needed to investigate the impact that subtitle positioning in bilingual subtitles has on the distribution of visual attention. Another possibility is that L2 subtitles render more redundancy than L1 subtitles when L2 audio information is available and therefore are less attended to by participants.”

Moreover, the fact that viewers spent time reading subtitles in both languages in spite of their redundancy provides evidence for the automatic subtitle reading behaviour hypothesis as originally proposed by d’Ydewalle et al. (1991).”

we propose that adding bilingual subtitles that contain both L1 and L2 subtitles makes the video easier to understand and allows for more available cognitive resources than not providing viewers with any written text as linguistic support. This finding also supports the growing body of evidence that processing subtitles is cognitively effective and does not cause cognitive overload if optimised spatio-temporally (Kruger, Hefer and Matthew 2013; Lång 2016; Perego et al. 2010).”

INVESTIGATING THE RELATION BETWEEN THE SUBTITLING OF SENSITIVE AUDIOVISUAL MATERIAL AND SUBTITLERS’ PERFORMANCE: An empirical study – Katerina Perdikaki and Nadia Georgiou

This fast-paced consumption, which characterises today’s media culture, is enabled, among others, by the expansion of video streaming services and video-on-demand platforms. In turn, the abundance of audiovisual products and the necessity to make them accessible to all audiences increases the demand for audiovisual translation (AVT) which needs to be prompt, while maintaining all other quality requirements.

In this environment, AVT professionals need to develop a skill-set which goes beyond the acquisition of technological literacy and linguistic aptitude to embrace adaptability, which may be hard to achieve when the audiovisual programme deals with sensitive and/or controversial topics because of the emotional impact inflicted upon the translator.”

To look into this issue, we designed an online questionnaire which was completed by 170 professional and amateur subtitlers.”

Schäffner (1997) examines sensitive texts from the perspective of the reaction they prompt in a reader (or viewer, in the case of audiovisual texts) and argues that any text causing irritation or confusion can be considered sensitive.” Exemplos recentes meus: Infância (Graciliano Ramos), Rayuela (Cortázar)…

It should be noted that the study focuses on negative emotions, as these are assumed to have the most drastic impact on subtitling performance.”

In areas such as public service interpreting (PSI), healthcare interpreting and, more specifically, mental health interpreting, professionals often face emotionally demanding situations and are affected when relaying traumatic experiences (Hsieh and Nicodemus 2015; Doherty et al. 2010). Similar observations can be made when it comes to emotionally-loaded cases involving interpreting, as in the Nuremberg trials, where simultaneous interpreting first appeared, and in the interpreting conducted in Nazi concentration camps during World War II (Tryuk 2016). The fact that interpreters experience distress and anxiety at some point in their careers has been affirmed in related studies (Loutan et al. 1999; Valero-Garcés 2005; Doherty et al. 2010).”

meaning that individuals with higher EI tend to be more creative.” Jussara’s EI or QE: 0.

the emotional potential of audiovisual texts is relatively greater than that of a literary text because of the different layers of information involved.”

In addition, given the tight deadlines governing the subtitling industry (Georgakopoulou 2009), rarely is there the luxury of time to first watch the programme and then translate it. Therefore, subtitlers often need to switch between the different hats of viewer and translator while experiencing the text for the first time, which arguably allows them less time to crystallise the viewing experience and to follow a more clinical approach in subtitling.”

Out of the 16 amateur subtitlers in the sample, only three answered that their performance is affected by their emotions.” Típico.

It is possible that the participants misunderstood the option of humour as referring to a linguistic challenge in subtitling, and not to a potentially emotion-eliciting aspect of the audiovisual text. Taking this into account, the fact that humour was the option with the most responses (80 – 47%) can be interpreted in two ways: either humour is one of the most challenging elements to relay in subtitling, as has been confirmed in the relevant literature (Díaz Cintas and Remael 2007; Chiaro 2010), or humour embedded in sensitive material, e.g. jokes that can be considered obscene, profane, racist or sexist, elicits a more intense emotional reaction.”

This sentiment of desensitisation may also be evident in the fact that 36 participants (21%) chose not to answer this question, making it the question with the lowest response rate in the questionnaire. Another interpretation for the low response rate would be that the participants, as language professionals, are comfortable with such aspects of language and their non-responsiveness to sensitive language is a meditated stance they adopt to demonstrate their professionalism.”

Out of these 133 participants, 24 of them proceeded to report an example where their performance was shown to be affected in one way or another. More specifically, they acknowledged that they sometimes have physical reactions to the material (e.g. crying, feeling nauseated) and, thus, have to take frequent breaks while subtitling, or they avoid looking at the screen, focus solely on the audio, and work quickly through the material. Others defer part of the project to other subtitlers and refuse to take on similar projects in the future. In fact, these participants’ narratives are similar to those that answered that their performance was affected by their emotions.”

The fact that some participants answered that their performance is not affected by their emotions and yet showed evidence of such effect in their free-text responses suggests that some may initially misperceive the extent of the emotional impact experienced when subtitling sensitive material. Alternatively, as it was noted above, a reluctance to admit the impact of emotions on subtitling performance may be connected to the subtitlers’ sense of professionalism and the attitude it entails. Notably, 10 out of the 133 participants that gave a negative response highlighted the subtitler’s responsibility to remain impartial and persevere with the translation, thus demonstrating how norms of the field of translation are often internalised by its agents.”

I don’t linger much on the translation. I don’t think how to render it best. I just want […] to get it over with” !!!

Overall, 16 participants (9%) remark that they tend to take frequent breaks in order to cope with the emotional impact, which results in their being less productive and needing more time to complete the job. This may also cause them to ask for an extension to the deadline, if circumstances allow it, or resort to a last-minute translation, as happens with the subtitlers that delay working on the sensitive material. Six participants (3%), all professional subtitlers, note that they refuse work that they know will have such a strong emotional impact on them. Admittedly, this presupposes an established presence in the subtitling industry and a good rapport with one’s clients, so that there is the professional, and financial, flexibility to turn down work. Indeed, the participants that made this point have more than 10 years of subtitling experience.”

Given that the subtitles co-exist with, and heavily depend on, the visual channel, it is obvious that an obscured image may negatively impact the translation. Furthermore, templates usually contain an abbreviated version of the dialogue, and thus do not correspond to the full onscreen content. As a participant attests, when working through torture scenes, they ‘avoid watching, which makes [their] work prone to error’” Não entendo: como pode trabalhar com isso?

Twelve of these participants reported that they may consciously tone down language that they find too offensive, particularly in regard to racial discrimination and swearing. The participants’ responses indicate that this also occurs when the depicted images are especially emotive (e.g. images of slaughterhouses or active war zones). Therefore, although language in isolation seems to leave many participants emotionally unaffected, perhaps because translators are trained and expected to be able to handle abusive, offensive, and colourful language, coping with images is arguably more challenging.”

Eleven participants (6%) highlighted that their performance improved because they felt an even greater responsibility to convey the intended message to the target viewers. As the participants noted, despite the intense emotional impact they experienced, they persevered in order to do justice to the ST, either to match its high cinematographic quality, in the case of fictional films/TV series, or to raise awareness of the issues involved, in the case of documentaries. One participant points out that they took extra care ‘to convey the speakers’ message to the target audience’ when subtitling a documentary about Ugandan child soldiers, in order to communicate their life stories as accurately as possible. Similarly, another participant notes that the emotions of sadness and helplessness they experienced when working on a documentary about cancer patients helped them produce more natural subtitles because they felt that they were the patients’ voice for the target audience. The same participant highlights that in cases where they are overwhelmed with emotion, their empathy with the depicted characters is strengthened, which, in their opinion, ultimately has a positive effect on their subtitling performance.”

The emotions that the subtitlers in our study experience most commonly are sadness, anger, and disgust, and the topic that emotionally affects them the most is abuse. In terms of imagery, scenes of rape, torture, and animal abuse appear to be particularly sensitive for most participants. In contrast, language usage (e.g. swearing) does not seem to have a significant emotional impact on the majority of the participants.”

Given that an emotional impact can either hinder or enhance subtitling performance, as discussed above, it seems necessary that subtitlers learn how to process and cope with the elicited emotions first so that they can reap the potential benefits of emotional impact.”

Further research can also examine relevant training practices that could benefit subtitlers, either in an institutionalised academic context or in the professional environment.”

DOES THE DUBBING EFFECT APPLY TO VOICE-OVER? A CONCEPTUAL REPLICATION STUDY ON VISUAL ATTENTION AND IMMERSION – Gabriela Flis, Adam Sikorski and Agnieszka Szarkowska

The original study by Romero-Fresco (2016) was replicated by Di Giovanni and Romero-Fresco (2019) on a group of Italian and English viewers watching a fragment of Grand Budapest Hotel (Wes Anderson 2014). While the original study focused on close-ups, Di Giovanni and Romero-Fresco (2019) examined a different language combination (English to Italian dubbing) and different types of shots in the film.”

As opposed to Spain, where the predominant audiovisual translation (AVT) mode is dubbing, and the UK, where the vast majority of audiovisual content is available in the original English version, Poland is generally considered a stronghold of voice-over (VO) (Gottlieb 1998). Casablanca has never been dubbed into Polish and only the voiced-over and subtitled versions exist.” [!!]

Voice-over translation is an audiovisual translation technique in which, unlike in dubbing, actor voices are recorded over the original audio track which can be heard in the background.”

In contrast to dubbing, where every attempt is made to synchronise the translation with the lip movements of the original actors (Chaume 2014), in voice-over there is no requirement for lip synchrony (Sepielak and Matamala 1999). Neither does the translation need to be of the same duration as the original – a requirement known as isochrony (Chaume 2014). In VO, the original soundtrack remains audible but its volume is lowered, and the translation tends to be shorter than the original, typically allowing viewers to hear the beginning and end of the original utterances. The translation is read by one voice talent, usually male.”

Assuming that a lack of synchrony between the characters’ lip movements and the translation may lead to viewers avoiding looking at the mouth, we wondered whether a similar effect may take place when watching Polish VO, where the lack of synchrony between the original utterance and its translation is part and parcel of this AVT mode. Have Polish viewers also developed similar strategies in their process of habituation to VO? Given the fact that all the translated utterances, whether pronounced by female or male actors, are read out by a single male voice talent, we thought that the viewers’ potential avoidance of looking at characters’ mouths may be particularly discernible in scenes with female characters speaking.”

Although film viewing may seem like a passive activity, when watching films viewers are, in fact, busy processing the sequences of images and sounds, understanding the action, and construing the narrative. From previous research we know that viewer gaze behaviour shows certain commonalities (Smith 2013).” “Attentional synchrony, or “the tendency for observers to be looking in the same place at the same time” (Foulsham and Sanderson 2013: 926), is greater when sound is present than during moments of silence (ibid.: 939).”

One might think that perceptual quality would be extremely low in cases of, for example, science-fiction movies or animated short stories; however, this is not the case. In Hall’s experiment, participants who watched Jurassic Park (Steven Spielberg 1993) still perceived dinosaurs as real, even though they had become extinct millions of years ago, because they felt real in the context of the film.”

Even though it might sound similar to transportation, character identification is limited to particular characters depicted in a movie, whereas transportation ‘is a more general experience created by the narrative as a whole’ (Tal-Or and Cohen 2010: 404).”

Experiment 1 reports on the results of the eye-tracking study conducted on VO with Polish viewers, using the same 6-minute excerpt from Casablanca as Romero-Fresco (2016, 2020). We used a mixed study design with the area of the face (eyes/mouth) as an independent within-subject variable, and participants’ immersive tendency and English proficiency as factors. The dependent variables were the percentage of gaze distribution, immersion levels, comprehension and enjoyment. In Experiment 2, we compared our results with those obtained by Romero-Fresco (2016, 2020).”

To the best of our knowledge, no work on the dubbing effect in voiced-over films, and especially Polish VO, has been done before.”

In general, our sample consisted of young adults whose proficiency in English was relatively high, which may be important as they could understand the original English audio in the background of the Polish voiced-over version.”

Our percentages on eyes and mouth did not add up to 100%, as was the case in the original study, because we also took into account other areas on the screen where people looked, including the nose, hat, hair, background, etc.”

when the actors were speaking, participants looked at the eyes twice as much as at the mouth but, when the characters were not speaking, participants looked at the eyes four times more than at the mouth.”

We therefore compared the percentage of gaze distribution on Ilsa’s mouth with that on Rick’s mouth. Indeed, a statistically significant main effect of actors’ gender was found on gaze distribution on the mouth in dialogue scenes, F(1, 17) = 4.516, p = .049, partial eta2 = .21. Contrary to our predictions, [sabia!] however, viewers looked more at Ilsa’s mouth (M = 24.94, SD = 12.36) than Rick’s (M = 17.94, SD = 13.34).

We were also interested in finding out whether gaze distribution was in any way related to the participant’s immersive tendency and English proficiency, but neither of these factors was found to be significant.”

The largest discrepancy between the declarative and the actual time spent was found in the case of Spanish participants looking at the mouth, which may show that the dubbing effect is largely unconscious.

It needs to be noted that asking people to report on a 1-5 scale the time they think they spent on eyes and mouth is problematic for a number of reasons, including the fact that while watching they were unaware of the nature of the experiment and were not focussed on their gaze behaviour and its distribution.”

In answer to our main research question, we found that when watching the voiced-over fragment of Casablanca, Polish viewers did not avoid looking at the characters’ mouths. Our participants spent – proportionally – about 60% of the time looking at the eyes and about 40% at the mouth in scenes with dialogue, while for the English this proportion was about 75% and 25% and for the Spanish 95% and 5%. This means that we did not find what could be potentially called ‘the voice-over effect’.”

Interestingly, the percentage gaze distribution of Polish viewers was closer to that of the English viewers watching the original clip than to the Spanish group watching the dubbed version. Statistically, there were no differences in gaze distribution between Polish and English people in the sense that more time was spent looking at eyes in scenes with no dialogue than in dialogue scenes and, analogically, at mouth in dialogue scenes in comparison with those where the character remained silent. For Spanish, the trend was reversed. Such results make us wonder whether voice-over may in fact provide an experience more similar to the one we may have while watching a film originally recorded in our native language, an aspect that could be investigated in further studies.” A questão não é essa, mas que o áudio original estava presente!

In the presence of noise, where speech is less intelligible, the significance of visual speech information increases. If we consider VO as a sort of ‘noise’, making the perception of the original more difficult by the co-presence of the VO translation, then it may explain why Polish viewers focused so much on the mouth compared to the other two groups.”

Indeed, when directing films starring Ingrid Bergman, Alfred Hitchcock increased the use of close-ups ‘to concentrate expression in the micromovements’ of Bergman’s face. In the scene used in the study, Bergman is also framed in a close-up, placing her face and full mouth in a particularly prominent position, which may explain the larger focus on Ilsa’s face and mouth than on Rick’s.

It has been suggested that the reasons for the scarcity of replication in modern science include the negative perception of replication as research that is unoriginal and lacking in novelty; the unfavourable attitude of some editors and the consequent difficulty in publishing such studies; the potential hostility towards the original researchers and the fact that replications may be associated with controversy (Koole and Lakens 2012; Nosek et al. 2012; Coyne et al. 2016).”

In our study, direct replication was not possible since dubbing is rare in Poland and the clip used in the original study has never been dubbed into Polish. Furthermore, as we were operating with the institutional confines of our university lab, we had to work with a different eye tracker (SMI) than that used in the original study (Tobii).”

Given the departures from the original study, conceptual replications ‘do not constitute an unequivocal test of the validity of prior findings’ (Coyne et al. 2016: 245) and can be used ‘only to confirm […] the original result, not to disconfirm it’ (Nosek et al. 2012: 619). Therefore, the fact that the dubbing effect has not been found in the Polish context does not necessarily disconfirm its existence in a typical dubbing country such as Spain. Last but not least, as stated by Earp and Trafimow (2015: 9), ‘even carefully-designed replications, carried out in good faith by expert investigators, will never be conclusive on their own.’ What is needed is a series of replications, conducted independently of one another by different research teams and labs.

Replicating a study may be in some ways more challenging than conducting an original study from scratch. The replication team needs to make sure that they follow exactly the same protocol as the original team did. Yet, current reporting practices are sometimes insufficient for the replicating team to be able to follow the experimental protocol to the letter. This relates to, for instance, using identical areas of interest, identical pre-processing of eye-tracking data in terms of minimum and maximum fixation duration as cut-off points, or using exactly the same eye-tracking measures, such as fixation time or dwell time.”

Our study has shown that the visual attention distribution of Polish participants was similar to that of English people watching the film in the original, which suggests that for viewers accustomed to VO, watching a voiced-over film may be an experience comparable with watching the original, at least in terms of visual attention distribution. This may come as a surprise, since VO is often considered ‘the worst possible method (which can) in no sense maintain or do justice to the quality of the original version’ (Dries 1995: 6).”

AFTER BABEL: Aspects of Language and Translation – George Steiner, 1975.

Noam Chomsky has been generous in expressing his disagreements in private communication (an exchange of views is included in my earlier book, Extraterritorial: Papers on Literature and the Language Revolution).”

Ningún problema tan consustancial con las letras y con su modesto misterio como el que propone una traducción.”

J.L. BORGES, Las versiones Homéricas, Discusión, 1957

La théorie de Ia traduction n’est donc pas une linguistique appliquée. Elle est un champ nouveau dans Ia théorie et Ia pratique de Ia littérature. Son importance épistémologique consiste dans sa contribution à une pratique théorique de l’homogénéité entre signifiant et signifié propre a cette pratique sociale qu’est l’écriture.”

HENRI MESCHONNIC, Pour la poétique II, 1973

I. UNDERSTANDING AS TRANSLATION

Shakespeare, Cymbeline, Ato II

Is there no way for man to be, but women

Must be half-workers? We are all bastards”

“Não poderia prosseguir a espécie humana sem

a cópula? Por que há de participar a mulher?”

REMÉDIO SECULAR

O chifre tem propriedades terapêuticas. Pois não é que cada cabra macho já nasce com o remédio de seus males autocriado(s)?

Corta teu chifre, queima-o e espalha as cinzas

Para se vingar…

Do chifre e do remédio.

O vengeance, vengeance!

Me of my lawful pleasure she restrain’d(*),

And pray’d me oft forbearance: did it with

A pudency so rosy, the sweet view on’t(*)

Might well have warm’d old Saturn(*); that I thought her

As chaste as unsunn’d snow(*). O, all the devils!

This yellow Iachimo, in an hour, was’t not?

Or less; at first? Perchance he spoke not, but

Like a full-acorn’d boar, a German one,

Cried <O!> and mounted; found no opposition

But what he look’d for should oppose and she

Should from encounter guard. Could I find out

That woman’s part in me–for there’s no motion

That tends to vice in man, but I affirm

It is the woman’s part: be it lying, note it,

The woman’s: flattering, hers; deceiving, hers:

Lust, and rank thoughts, hers, hers: revenges, hers:

Ambitions, coverings, change of prides, disdain,

Nice longing, slanders, mutability;

All faults that name, nay, that hell knows, why, hers

In part, or all: but rather all. For even to vice

They are not constant, but are changing still;

One vice, but of a minute old, for one

Not half so old as that. I’ll write against them,

Detest them, curse them: yet ‘tis greater skill

In a true hate, to pray they have their will:

The very devils cannot plague them better.”

“Ah, vingança, vingança!

Do meu direito natural ela me desposou,

E rogou ilimitadas vezes: Tem misericórdia,

Com uma pudicícia tão rósea-roseta,

Um olhar tão doce inocente

Que derreteria até o velho Tempo;

Até pensei nela casta como

neve tapada. Ah, pelos Diabos!

Juan O Íntegro, esse galinha, num instante

No primeiro encontro? Talvez tenha-

Lhe metido sem sequer trocarem cumprimentos

Como com um leitão alemão,

Montou em cima com um grito;

E a montaria não se rebelou,

E como foi que a porta ele arrombou

do celeiro? poderia eu entender o que se passa

na cabeça da mulher? — porque de homem se tratando

não há o que nos force a comer do fruto proibido,

a não ser uma Eva em nossas vidas, aquela

campeã na arte de mentir na horizontal;

bajular, enganar; ceder à luxúria, cobiçar,

coisa de mulher: ah, e se vingar;

Ambições, dissimulações, véus de orgulho e desdém,

Paciência para esperar o momento de pecar;

escândalo, volubilidade;

Todos os pecados que, só deus sabe, só recaem,

Ou maior parte, nelas: Porque nem no vício

São elas tão constantes, mas é tudo imprevisível;

Um vício, um capricho de um minuto,

logo é trocado, por um bem mais no-viço.

Deteste-as, amaldiçoe-as: qu’importa! se elas são

especialistas nesse tipo de rancor,

sempre se acham com a razão:

nem demônios praguejam como elas!”

COMENTÁRIOS DOS (*)

“Lawful pleasure” pode ter ou não uma conotação sexual. Mas decerto é patriarcal – e não seria menoscabar o problema tratá-la como “mera questão jurídica”?

Pudicícia, rosada, doce… Todo o sintagma é carnal, erótico… Uma rosa, um botão de rosa, é tão inocente… Até ser deflorado… A virgem é pueril, não mente, até enrubescer, e o que seria a rosa que não é pálida? Talvez alguém que se envergonha de si própria, que se percebe, finalmente, complexa, mentirosa… A mesma cor da paixão e do imprevisível. “Roseta” lembra buceta, quem vê cara não vê genital… Pau-dora, origem do mal. A etimologia da palavra não engana os portugueses, só os lúbricos brasucas… Pau-pra-toda-obra. Doce pode ser gosto ou cheiro, para o heterossexual a buceta emana olores eflúvios e é apetitosa, quanto mais inutilizada ela é. A pudica na verdade é uma piranha (inconsciente), é isso que William na boca de Póstumo (nome sugestivo) quer dizer.

O irônico é que se eu estivesse a ver coisas (safadeza) em cada versostrofe, Shakespeare não mexeria (shake) com o leitor e seus sentimentos com tanta freqüência, sem respiro: Zeus, o mulherengo do Olimpo, que destronou o Pai-Tempo, que era outro mulherengo, todos eles vira-e-mexe sacaneados por mulheres… A que vem essa citação aqui? Warm é tão ambíguo quanto o róseo, pode ser enternecer, amolecer, como justamente o oposto excitar, entesar. O fato é que a mulher quebra o deus, preferi o derreter. Curva-o, com suas curvas, e aquele olhar. E olha que ele é o próprio Cronos, que anda com o ponteiro, e já viu de tudo nesse mundéu… Que sensação cruel.

Já que ela é inocente, posso dizer que é uma tapada. Uma neve tapada, recoberta, sem acesso ao Sol (deus Apolo, um pouco de razão na vida de Zeus, digo, do Pai mulherengo). Mas só assim para ser fria e glacial, impiedosa na hora de machucar… De novo aquilo da neve branquinha. A rosácea não!

Iachimo é Giacomo, o James bíblico. Também significa “complementador”, “reparador”, daí o epíteto “íntegro”. Porém, como nesta estória ele vem para galantear a mulher dos outros, é Juan e não James! Amarelo quer dizer literalmente “galinha” em Inglês.

Quanto aos outros quatro quintos, foram muito mais fáceis; se não é Eva o protótipo de tudo o que Póstumo falou, mato-me eu!

* * *

O poder do editor é de Thor!

I am quoting from the Arden edition of the play by J.M. Nasworthy. His version of Posthumus’s speech embodies a sum of personal judgement, textual probability, and scholarly and editorial precedent. It is a recension which seeks to gauge the needs and resources of the educated general reader of the mid-twentieth century. It differs from the Folio in punctuation, line-divisions, spelling, and capitalization. The visual effect is markedly different from that achieved in 1623.” “A first step would deal with the meaning of salient words – with what that meaning may have been in 1611, the probable date of the play. Already this is a difficult step, because current meaning may not have been, or have been only in part, Shakespeare’s. In short how many of Shakespeare’s contemporaries fully understood his text? An individual and a historical context are both germane [pertinentes].”

One might begin with the expressive grouping of stamp’d, coiner, tools, and counterfeit. Several currents of meaning and implication are interwoven. They invoke the sexual and the monetary and the strong, often subterranean links between these two areas of human will.” “The meshing of adulteration with adultery would be characteristic of Shakespeare’s total responsiveness to the field of relevant force and intimation in which words conduct their complex lives.”

Seu destino está selado, e ele é uma carta prestes a ser entregue.

the O.E.D. and Shakespeare glossaries here direct us to Much Ado About Nothing. It soon becomes evident that Claudio’s damnation of women in Act IV, Scene I foreshadows the rage of Posthumus.”

Pudency is so unusual [?] a word that the O.E.D. gives Cymbeline as authority for its undoubted general meaning: <susceptibility to shame>. A <rosy pudency> is one that blushes; but the erotic associations are insistent and part of a certain strain of febrile bawdy [obscenidade] in this play.” Eu não disse?

Shakespeare uses chaste three lines later with the striking image of unsunn’d snow. This touch of unrelenting cold may have been poised in his mind once reference was made to old Saturn, god of sterile winter.” Dessa eu não sabia: Saturno, Deus dos Anéis e também do Inverno Estéril! Aquele que carrega a própria morte circular…

Yellow Iachimo is arresting. The aura of nastiness is distinct.” “Much later, and with American overtones, yellow will come to express both cowardice and mendacity – the <yellow press>.” “Shakespeare at times seems to <hear> inside a word or phrase the history of its future echoes.” [!!!]

– Estou em Constância! – e desligou o telefone o homem, voltando a afundar sua língua nos pêlos pubianos de sua camarada constantina.

The study of Shakespeare’s grammar is itself a wide field. In the late plays, he seems to develop a syntactic shorthand; the normal sentence structure is under intense dramatic stress. Often argument and feeling crowd ahead of ordinary grammatical connections or subordinations. The effects – Coriolanus is especially rich in examples – are theatrical in the valid sense.”

He [Póstumo] is quick to anger and to despair. Perhaps we are to detect in his rhetoric a bent towards excess, towards articulation beyond the facts.”

Posthumus’s philippicis [arenga, diatribe, discurso virulento], at almost every stage, conventional; his vision of corrupt woman is a locus communis. Close parallels to it may be found in Harrington’s translation of Ariosto’s Orlando Furioso (XVII), in Book X of Paradise Lost, in Marston’s Fawn, and in numerous Jacobean satirists and moralists.” “The nausea of Othello, moving from sexual shock to a vision of universal chaos, and the infirm hysteria of Leontes in The Winter’s Tale have a very different pitch [tom].”

We know little of internal history, of the changing proceedings of consciousness in a civilization. How do different cultures and historical epochs use language, how do they conventionalize or enact the manifold possible relations between word and object, between stated meaning and literal performance? What were the semantics of an Elizabethan discourse, and what evidence could we cite towards an answer? The distance between <speech signals> and reality in, say, Biblical Hebrew or Japanese court poetry is not the same as in Jacobean English. But can we, with any confidence, chart these vital differences, or are our readings of Posthumus’s invective, however scrupulous our lexical studies and editorial discriminations, bound to remain creative conjecture?” “No aspect of Elizabethan and European culture is formally irrelevant to the complete context of a Shakespearean passage. Explorations of semantic structure very soon raise the problem of infinite series. Wittgenstein asked where, when, and by what rationally established criterion the process of free yet potentially linked and significant association in psychoanalysis could be said to have a stop. An exercise in <total reading> is also potentially unending. We will want to come back to this odd truism. It touches on the nature of language itself, on the absence of any satisfactory or generally accredited answer to the question <what is language?>”

Indeed at the surface, Jane Austen’s prose is habitually unresistant to close reading; it has a lucid <openness>. Are we not making difficulties for ourselves? I think not, though the generation of obstacles may be one of the elements which keep a <classic> vital.” “No less than Henry James, she uses style to establish and delimit a coherent, powerfully appropriated terrain. What lies outside the code lies outside Jane Austen’s criteria of admissible imaginings or, to be more precise, outside the legitimate bounds of what she regarded as <life in fiction>.” “Entire spheres of human existence – political, social, erotic, subconscious – are absent. At the height of political and industrial revolution, in a decade of formidable philosophic activity, Miss Austen composes novels almost extraterritorial to history. Yet their inference of time and locale is beautifully established. The world of Sense and Sensibility and of Pride and Prejudice is an astute <version of pastoral>, a mid- and late eighteenth-century construct complicated, shifted slightly out of focus by a Regency point of view. No fictional landscape has ever been more strategic, more expressive, in a constant if undeclared mode, of a moral case.”

the <Chinese box> effect of dependent and conditional phrases make for subtle comedy.”

Nature, reason, and understanding are terms both of current speech and of the philosophic vocabulary. Their interrelations, implicit throughout the sentence, argue a particular model of personality and right conduct. The concision of Miss Austen’s treatment, its assumption that the <counters> of abstract meaning are understood and shared between herself, her characters, and her readers, have behind them a considerable weight of classic Christian terminology and a current of Lockeian psychology. By 1813 that conjunction is neither self-evident nor universally held. Jane Austen’s refusal to underline what ought to be commonplace, at a time when it no longer is, makes for a covert, but forceful didacticism. <Defects of education>, <inferior society>, and <frivolous pursuits> pose traps of a different order. (…) Only by steeping oneself in Miss Austen’s novels can one gauge the extent of Lucy Steele’s imperfections.” “How much pre-information do we need to parse accurately the notions of simplicity and of interesting character, and to visualize their relationship to Lucy Steele’s beauty?”

In a usage which the utilitarian and pragmatic vocabularies of Malthus and Ricardo exactly invert, interest can mean <that which excites pathos>, <that which attracts amorous, benevolent sympathies>.”

A remote sky, prolonged to the sea’s brim:

One rock-point standing buffetted alone,

Vexed at its base with a foul beast unknown,(*)

Hell-spurge of geomaunt and teraphim

A knight, and a winged creature bearing him,

Reared at the rock: a woman fettered there,

Leaning into the hollow with loose hair²

And throat let back and heartsick trail of limb.³

The sky is harsh, and the sea shrewd and salt.

Under his lord, the griffin-horse ramps blind

With rigid wings and tail. The spear’s lithe stem4

Thrills in the roaring of those jaws: behind,

The evil length of body chafes at fault.

She does not hear nor see – she knows of them.”

Dante Gabriel Rossetti, Angelica Rescued by the Sea-Monster, rendição escrita de um quadro de Ingres (abaixo)

PEQUENO GLOSSÁRIO DE INGRES-ROSSETTI:

brim: horizonte

buffeted: fincada

chafes at fault: dá um coice no vento; é obrigado a recuar

fettered: presa, atada à

foul: horrenda

geomaunt: – (geomante, esclarecido apenas por Steiner – cfr. abaixo)

griffin-horse: cavalo-quimera, grifo

lithe stem: haste flexível

ramp: galopa, cavalga, esvoaça, se aproxima…

shrewd: agitado, maroto

sky is harsh, the: o tempo está feio/fechado

spurge: –

teraphim: ídolo judeu (herético)

It has a markedly heathen ring and Milton used the word with solemn reprobation in his Prelatical Episcopacy of 1641.”

thrill: vibra

vexed: ameaçada

Linhas especialmente problemáticas assinaladas por números (e sugestões):

Angélica resgatada pelo Monstro Marinho”

¹ Como se fosse uma entidade do inferno, Cérbero montando guarda //

O brotar da geomancia e dos maus presságios //

O aparecimento de maus augúrios e sinais dos deuses

(essas duas versões grifadas só foram rascunhadas após ler os parágrafos abaixo, que definem o termo arcano geomancy, e geomant, raro na língua.)

² Inclinando-se à beira do abismo, os cabelos ao vento

³ Sem voz e com os pungentes braços ao léu //

Sem poder chamar, mas gesticulando em desespero //

A garganta para trás, os braços desconjuntados

4 Com asas e cauda tensas. A haste da seta, n’entanto, já curva

 

 

 

Hell-spurge is odd. Applied to a common genus of plants, the word may, figuratively, stand for any kind of <shoot> or <sprout>. One suspects that the present instance resulted from a tonal-visual overlap with surge [uma erupção infernal e caótica, poderia ser a rendição correta].”

Geomaunt and teraphim make a bizarre pair. The O.E.D. gives Rossetti’s sonnet as reference for <geomant> or <geomaunt>, one skilled in <geomancy>, the art of divining the future by observing terrestrial shapes or the ciphers drawn when handfuls of earth are scattered (geomancy occurs in Büchner’s Wozzeck when the tormented Wozzeck sees a hideous future writ in the shapes of moss and fungi [lama e lodo – o café do reino vegetal]). Rossetti’s source for this occult term may well have been its appearance in Dante:

quando i geomanti lor maggior fortuna

veggiono in oriente, innanzi all’alba,

surger per via che poco le sta bruna . . .

(Purgatorio, XIX. 4-6)

The occurrence of surger so close to geomanti makes it likely that a remembrance of Dante in fact underlies this part of Rossetti’s sonnet and may be more immediate to it than Ingres’ painting.”

Marcadamente, os elementos telúricos do poema rivalizam com a temática marinha do soneto! Outra curiosidade é que o cavaleiro da estória é Roger, que salva a donzela da besta-marinha, mas o título diz o contrário!

MOTIVOS PARA UMA ABSTRAÇÃO

In a way typical of Pre-Raphaelite verse, the linguistic proposition is validated by another medium (music, painting, textile, the decorative arts). Freed from autonomy, Rossetti’s evocative caption can go through its motions. What do these amount to? No firm doctrine of correspondence is operative: the sonnet makes no attempt to simulate the style and visual planes of the picture. It embodies a momentary ricochet: griffin, armoured paladin, the boiling sea, a swooning figure on a phallic rock [a parte que Freud adoraria] trigger a volley of <poetic> gestures.”

(*) “Indeed, the whole of line 3 foreshadows [prenuncia, remete a] the Pre-Raphaelite strain in Yeats.”

ZEITGEIST DA IGNORÂNCIA

To our current way of feeling, Rossetti’s poem is a hollow bauble [baboseira vazia]. In short, at this stage in the history of feeling and verbal perception, it is difficult to <read at all> the Sonnets for Pictures.” “We are, in the main, <word-blind> to Pre-Raphaelite and Decadent verse. This blindness results from a major change in habits of sensibility. Our contemporary sense of the poetic, our often unexamined presumptions about valid or spurious uses of figurative speech have developed from a conscious negation of fin de siècle ideals.” “We have for a time disqualified ourselves from reading comprehensively (a word which has in it the root for <understanding>) not only a good deal of Rossetti, but the poetry and prose of Swinburne, William Morris, Aubrey Beardsley, Ernest Dowson, Lionel Johnson, and Richard Le Gallienne. Dowson’s Cynara poem or Arthur Symons’s Javanese Dancers provide what comes near to being a test-case. Even in the cool light of the late 1960s, the intimation of real poetry is undeniable.” “Much more is involved here than a change of fashion, than the acceptance by journalism and the academy of a canon of English poetry chosen by Pound and Eliot. This canon is already being challenged; the primacy of Donne may be over, Browning and Tennyson are visibly in the ascendant. A design of literature which finds little worth commending between Dryden and Hopkins is obviously myopic. But the problem of how to read the Pre-Raphaelites and the poets of the nineties cuts deeper.”

No tone-values are more difficult to determine than those of a seemingly <neutral> text, of a diction which gives no initial purchase to lexicographer or grammarian.”

When reading any piece of English prose after about 1800 and most verse, the general reader assumes that the words on the page, with a few <difficult> or whimsical exceptions, mean what they would in his own idiom. In the case of <classics> such as Defoe and Swift that assumption may be extended back to the early eighteenth century. It almost reaches Dryden, but it is, of course, a fiction.”

We are growing year by year more introspective and self-conscious: the current philosophy leads us to a close, patient and impartial observation and analysis of our mental processes: we more and more say and write what we actually do think and feel, and not what we intend to think or should desire to feel.” Henry Sidgwick, 1869

VERBO & TEMPO

Language – and this is one of the crucial propositions in certain schools of modern semantics – is the most salient model of Heraclitean flux. It alters at every moment in perceived time. The sum of linguistic events is not only increased but qualified by each new event. If they occur in temporal sequence, no two statements are perfectly identical. Though homologous, they interact. When we think about language, the object of our reflection alters in the process (thus specialized or metalanguages may have considerable influence on the vulgate). In short: so far as we experience and <realize> them in linear progression, time and language are intimately related: they move and the arrow is never in the same place.” “certain cultures speak less than others; some modes of sensibility prize taciturnity and elision, others reward prolixity and semantic ornamentation. Inward discourse has its complex, probably unrecapturable history: both in amount and significant content, the divisions between what we say to ourselves and what we communicate to others have not been the same in all cultures or stages of linguistic development.”

R.B. Lees, The Basis of Glottochronology

the Indo-European paradigm of singular, dual, plural, which may go back to the beginnings of lndo-European linguistic history, survives to this day in the English usage better of two but best of three or more. Yet the English of King Alfred’s day, most of whose features are chronologically far more recent, is practically unintelligible.”

The conservatism, indeed the deliberate retention of the archaic, which marks several epochs in the history of Chinese has often been noted. Post-war Italian, despite the pressure of verismo and the conscious modernism of other media, such as film, has been curiously inert”

Both the French and the Bolshevik revolutions were linguistically conservative, almost academic in their rhetoric. The Second Empire, on the other hand, sees one of the principal movements of stress and exploration in the poetics and habits of sensibility of the French language. At most stages in the history of a language, moreover, innovative and conservative tendencies coexist.”

Some who have thought hardest about the nature of language and about the interactions of speech and society – De Maistre, Karl Kraus, Walter Benjamin, George Orwell – have, consciously or not, argued from a vitalist metaphor. In certain civilizations there come epochs in which syntax stiffens, in which the available resources of live perception and restatement wither. Words seem to go dead under the weight of sanctified usage; the frequency and sclerotic force of clichés, of unexamined similes, of worn tropes increases. Instead of acting as a living membrane, grammar and vocabulary become a barrier to new feeling. A civilization is imprisoned in a linguistic contour which no longer matches, or matches only at certain ritual; arbitrary points, the changing landscape of fact.”

Worn, threadbare, filed down, words have become the carcass of words, phantom words; everyone drearily chews and regurgitates the sound of them between their jaws.” Adamov

The totality of Homer, the capacity of the Iliad and Odyssey to serve as repertoire for most of the principal postures of Western consciousness – we are petulant as Achilles and old as Nestor, our homecomings are those of Odysseus – point to a moment of singular linguistic energy.”

Aeschylus may not only have been the greatest of tragedians but the creator of the genre, the first to locate in dialogue the supreme intensities of human conflict. The grammar of the Prophets in Isaiah enacts a profound metaphysical scandal – the enforcement of the future tense, the extension of language over time. A reverse discovery animates Thucydides; his was the explicit realization that the past is a language construct, that the past tense of the verb is the sole guarantor of history. The formidable gaiety of the Platonic dialogues, the use of the dialectic as a method of intellectual chase, stems from the discovery that words, stringently tested, allowed to clash as in combat or manoeuvre as in a dance, will produce new shapes of understanding. Who was the first man to tell a joke, to strike laughter out of speech (the absence of jokes from Old Testament writings suggests that purely verbal wit may be a fairly late, subversive development)?”

It is difficult to suppose that the Oresteia was composed very long after the dramatist’s first awareness of the paradoxical relations between himself, his personages, and the fact of personal death.”

We have histories of massacre and deception, but none of metaphor. We cannot accurately conceive what it must have been like to be the first to compare the colour of the sea with the dark of wine or to see autumn in a man’s face. Such figures are new mappings of the world, they reorganize our habitation in reality.” “No desolation has gone deeper than Job’s, no dissent from mundanity has been more trenchant than Antigone’s. The fire-light in the domestic hearth at close of day was seen by Horace; Catullus came near to making an inventory of sexual desire. A great part of Western art and literature is a set of variations on definitive themes. Hence the anarchic bitterness of the late-comer and the impeccable logic of Dada when it proclaims that no new impulses of feeling or recognition will arise until language is demolished. <Make all things new> cries the revolutionary, in words as old as the Song of Deborah or the fragments of Heraclitus.”

ethno-linguists tell us, for example, that Tarascan, a Mexican tongue, is inhospitable to new metaphors, whereas Cuna, a Panamanian language, is avid for them. An Attic delight in words, in the play of rhetoric, was noticed and often mocked throughout the Mediterranean world. Qiryat Sepher, the <City of the Letter> in Palestine, and the Syrian Byblos, the <Town of the Book>, are designations with no true parallel anywhere else in the ancient world.”

In numerous cultures blindness is a supreme infirmity and abdication from life; in Greek mythology the poet and the seer are blind so that they may, by the antennae of speech, see further.”

A true reader is a dictionary addict. He knows that English is particularly well served, from Bosworth’s Anglo-Saxon Dictionary, through Kurath and Kuhn’s Middle English Dictionary to the almost incomparable resources of the O.E.D. (both Grimm’s Wörterbuch and the Littré are invaluable but neither French nor German have found their history and specific genius as completely argued and crystallized in a single lexicon).”

Rossetti’s geomaunt will lead to Shipley’s Dictionary of Early English and the reassurance that <the topic is capped with moromancy, foolish divination, a 17th century term that covers them all>. Skeat’s Etymological Dictionary and Principles of English Etymology are an indispensable first step towards grasping the life of words. But each period has its specialized topography. Skeat and Mayhew’s Glossary of Tudor and Stuart Words necessarily accompanies one’s reading of English literature from Skelton to Marvell. No one will get to the heart of the Kipling world, or indeed clear up certain cruces in Gilbert and Sullivan without Sir H. Yule and A. C. Burnell’s Hobson-jobson. Dictionaries of proverbs and place-names are essential. Behind the façade of public discourse extends the complex, shifting terrain of slang and taboo speech. Without such quarries as Champion’s L’Argot ancien and Eric Partridge’s lexica of underworld usage, much of Western literature, from Villon to Genet is only partly legible.

Beyond such major taxonomies lie areas of relevant specialization. A demanding reader of mid-eighteenth-century verse will often find himself referring to the Royal Horticultural Society’s Dictionary of Gardening. The old Drapers’ Dictionary of S. William Beck clears up more than one erotic conundrum in Restoration comedy. Fox-Davies’s Armorial Families and other registers of heraldry are as helpful at the opening of The Merry Wives of Windsor as they are in elucidating passages in the poetry of Sir Walter Scott. A true Shakespeare library is, of itself, very nearly a summation of human enterprise. It would include manuals of falconry and navigation, of law and of medicine, of venery [caça] and the occult. A central image in Hamlet depends on the vocabulary of wool-dyeing [tecedura de lã] (wool greased or enseamed with hog’s lard over the nasty sty [quer dizer que a lã em comento foi banhada com gordura e resinas de intestino de porco]); from The Taming of the Shrew [A Megera Domada] to The Tempest, there is scarcely a Shakespearean play which does not use the extensive glossary of Elizabethan musical terms to make vital statements about human motive or conduct. Several episodes in Jane Austen can only be made out if one has knowledge, not easily come by, of a Regency escritoire and of how letters were sent. Being so physically cumulative in effect, so scenic in structure, the Dickens world draws on a great range of technicality. There is a thesaurus of Victorian legal practice and finance in Bleak House and Dombey and Son. The Admiralty’s Dictionary of Naval Equivalents and a manual of Victorian steam-turbine construction have helped clear up the meaning of one of the most vivid yet hermetic similes in The Wreck of the Deutschland.”

The complete penetrative grasp of a text, the complete discovery and recreative apprehension of its life-forms (prise de conscience), is an act whose realization can be precisely felt but is nearly impossible to paraphrase or systematize.” “To read Shakespeare and Hölderlin is, literally, to prepare to read them. But neither erudition nor industry make up the sum of insight, the intuitive thrust to the centre.” “yet more is needed: just literary perception, congenial intimacy with the author, experience which must have been won by study, and mother wit which he must have brought from his mother’s womb.” Houman

ainda mais (do que erudição e indústria) são necessários: percepção literária na medida, intimidade congênita com o autor, experiência esta ganha também por estudo, mas que em não poucos casos deriva de <inteligência de mãe> que deve haver desde o útero na pessoa.”

Ter crítica de conjectura, que permite emendar um autor que está sendo traduzido, é mais do que se pode esperar do gênero humano, sobretudo em se tratando de Shakespeare” Johnson

Ultimate connoisseurship is a kind of finite mimesis: through it the painting or the literary text is made new – though obviously in that reflected, dependent sense which Plato gave to the concept of <imitation>.”

Every musical realization is a new poiesis. It differs from all other performances of the same composition. Its ontological relationship to the original score and to all previous renditions is twofold: it is at the same time reproductive and innovatory. In what sense does unperformed music exist? But what is the measure of the composer’s verifiable intent after successive performances? There is a strain of femininity [?] in the great interpreter, a submission, made active by intensity of response, to the creative presence.”

Je est un autre

Literature is news that stays news” Ezra Pound

“Só a grande arte sobrevive a uma exaustiva e deliberada reinterpretação.”

Each time Cymheline is staged, Posthumus’s monologue becomes the object of manifold <edition>. An actor can choose to deliver the words of the Folio in what is thought to have been the pronunciation of Elizabethan English. He can adopt a neutral, though in fact basically nineteenth-century solemn register and vibrato (the equivalent of a Victorian prize calf binding). He may by control of caesura and vowel-pitch convey an impression of modernity. His – the producer’s – choice of costume is an act of practical criticism. A Roman Posthumus represents a correction of Elizabethan habits of anachronism or symbolic contemporaneity – themselves a convention of feeling which we may not fully grasp. A Jacobean costume points to the location of the play in a unique corpus: it declares of Cymheline that Shakespeare’s authorship is the dominant fact.”

When we read or hear any language-statement from the past, be it Leviticus or last year’s best-seller, we translate. Reader, actor, editor are translators of language out of time.”

The time-barrier may be more intractable than that of linguistic difference. Any bilingual translator is acquainted with the phenomenon of <false friends> – homonyms such as French hahit and English habit which on occasion might, but almost never do, have the same meaning, or mutually untranslatable cognates such as English home and German Heim.”

What material reality has history outside language, outside our interpretative belief in essentially linguistic records (silence knows no history)? Where worms, fires of London, or totalitarian régimes obliterate such records, our consciousness of past being comes on a blank space. To remember everything is a condition of madness. We remember culturally, as we do individually, by conventions of emphasis, foreshortening, and omission.”

The Middle Ages experienced by Walter Scott were not those mimed by the Pre-Raphaelites. The Augustan paradigm of Rome was, like that of Ben Janson and the Elizabethan Senecans, an active fiction, a <reading into life>. But the two models were very different. From Marsilio Ficino to Freud, the image of Greece, the verbal icon made up of successive translations of Greek literature, history, and philosophy, has oriented certain fundamental movements in Western feeling. But each reading, each translation differs, each is undertaken from a distinctive angle of vision. The Platonism of the Renaissance is not that of Shelley, Hölderlin’s Oedipus is not the Everyman of Freud or the limping [deficiente; muito debilitado] shaman of Lévi-Strauss.”

There is, today, a 1914-19 figura for those in their 70s; to a man of 40, 1914 is the vague forerunner of realities which only gather meaning in the crises of the late 1930s; to the <bomb-generation>, history is an experience that dates to 1945; what lies before is an allegory of antique illusions. In the recent revolts of the very young, a surrealistic syntax, anticipated by Artaud and Jarry, is at work: the past tense is to be excluded from the grammar of politics and private consciousness.”

This metaphysic of the instant, this slamming of the door on the long galleries of historical consciousness, is understandable. It has a fierce innocence. It embodies yet another surge towards Eden, towards that pastoral before time (there could be no autumn before the apple was off the branch, no fall before the Fall) which the eighteenth century sought in the allegedly static cultures of the south Pacific. But it is an innocence as destructive of civilization as it is, by concomitant logic, destructive of literate speech. Without the true fiction of history, without the unbroken animation of a chosen past, we become flat shadows. Literature, whose genius stems from what Éluard [um dos fundadores do surrealismo] called le dur désir de durer, has no chance of life outside constant translation within its own language. Art dies when we lose or ignore the conventions by which it can be read, by which its semantic statement can be carried over into our own idiom”

Languages that extend over a large physical terrain will engender regional modes and dialects. Before the erosive standardizations of radio and television became effective, it was a phonetician’s parlour-trick to locate, often to within a few dozen miles, the place of origin of an American from the border states or a north-country Englishman. The mutual incomprehensibility of diverse branches of Chinese such as Cantonese and Mandarin are notorious. There are dictionaries and grammars of Venetian, Neapolitan, and Bergamasque.”

Different castes, different strata of society use a different idiom. Eighteenth-century Mongolia provides a famous case. The religious language was Tibetan; the language of government was Manchu; merchants spoke Chinese; classical Mongol was the literary idiom; and the vernacular was the Khalka dialect of Mongol.”

Michel Leiris, La Langue secrète des Dogons de Sanga (Soudan Français) (Paris, 1948)

Upper-class English diction, with its sharpened vowels, elisions; and modish slurs, is both a code for mutual recognition – accent is worn like a coat of arms – and an instrument of ironic exclusion. It communicates from above, enmeshing the actual unit of information, often imperative or conventionally benevolent, in a network of superfluous linguistic matter.” “Thackeray and Wodehouse are masters at conveying this dual focus of aristocratic semantics. As analysed by Proust, the discourse of Charlus is a light-beam pin-pointed, obscured, prismatically scattered as by a Japanese fan beating before a speaker’s face in ceremonious motion. To the lower classes, speech is no less a weapon and a vengeance.”

William Labor, Paul Cohen & Clarence Robbins, A Preliminary Study of English, Used by Negro and Puerto Rican Speakers in New York City (New York, 1965)

White and black trade words as do front-line soldiers lobbing back an undetonated grenade.”

Competing ideologies rarely create new terminologies. As Kenneth Burke and George Orwell have shown in regard to the vocabulary of Nazism and Stalinism, they pilfer and decompose the vulgate. In the idiom of fascism and communism, peace, freedom, progress, popular will are as prominent as in the language of representative democracy. But they have their fiercely disparate meanings. The words of the adversary are appropriated and hurled against him. When antithetical meanings are forced upon the same word (Orwell’s Newspeak), when the conceptual reach and valuation of a word can be altered by political decree, language loses credibility. Translation in the ordinary sense becomes impossible. To translate a Stalinist text on peace or on freedom under proletarian dictatorship into a non-Stalinist idiom, using the same time-honoured words, is to produce a polemic gloss, a counter-statement of values. At the moment, the speech of politics, of social dissent, of journalism is full of loud ghost-words, being shouted back and forth, signifying contraries or nothing. It is only in the underground of political humour that these shibboleths [matizes, jargões, lugares-comuns] regain significance. When the entry of foreign tanks into a free city is glossed as <a spontaneous, ardently welcomed defence of popular freedom> (Izvestia, 27 August 1968), the word <freedom> will preserve its common meaning only in the clandestine dictionary of laughter.”

Japanese children employ a separate vocabulary for everything they have and use up to a certain age. More common, indeed universal, is the case in which children carve their own language-world out of the total lexical and syntactic resources of adult society.”

The scatological doggerels of the nursery and the alley-way may have a sociological rather than a psychoanalytic motive. The sexual slang of childhood, so often based on mythical readings of actual sexual reality rather than on any physiological grasp, represents a night-raid on adult territory. The fracture of words, the maltreatment of grammatical norms which, as the Opies have shown, constitute a vital part of the lore, mnemonics, and secret parlance of childhood, have a rebellious aim: by refusing, for a time, to accept the rules of grown-up speech, the child seeks to keep the world open to his own, seemingly unprecedented needs. In the event of autism, the speech-battle between child and master can reach a grim finality. Surrounded by incomprehensible or hostile reality, the autistic child breaks off verbal contact. He seems to choose silence to shield his identity but even more, perhaps, to destroy his imagined enemy. Like murderous Cordelia, children know that silence can destroy another human being. Or like Kafka they remember that several have survived the song of the Sirens, but none their silence.” “Diderot had referred to <l’enfant, ce petit sauvage>, joining under one rubric the nursery and the natives of the South Seas.”

The passage from the transitional into the exploratory model is visible in Lewis Carroll. Alice in Wonderland relates to voyages into the language-world and special logic of the child as Gulliver relates to the travel literature of the Enlightenment.”

Henry James was one of the true pioneers. He made an acute study of the frontier zones in which the speech of children meets that of grown-ups. The Pupil dramatizes the contrasting truth-functions in adult idiom and the syntax of a child. Children, too, have their conventions of falsehood, but they differ from ours. In The Turn of the Screw, whose venue is itself so suggestive of an infected Eden, irreconcilable semantic systems destroy human contact and make it impossible to locate reality. This cruel fable moves on at least four levels of language: there is the provisional key of the narrator (I), initiating all possibilities but stabilizing none, there is the fluency of the governess (II), with its curious gusts of theatrical bravura, and the speech of the servants so avaricious of insight (III). These three modes envelope, qualify, and obscure that of the children (IV). Soon incomplete sentences, filched letters, snatches of overheard but misconstrued speech, produce a nightmare of untranslatability. <I said things,> confesses Miles when pressed to the limit of endurance. That tautology is all his luminous, incomprehensible idiom can yield. The governess seizes upon <an exquisite pathos of contradiction>. Death is the only plain statement left. Both The Awkward Age and What Maisie Knew focus on children at the border, on the brusque revelations and bursts of static which mark the communication between adolescents and those adults whose language-territory they are about to enter.”

But for all their lively truth, children in the novels of James and Dostoevsky remain, in large measure, miniature adults. They exhibit the uncanny percipience of the <aged> infant Christ in Flemish art. Mark Twain’s transcriptions of the secret and public idiom of childhood penetrate much further. A genius for receptive insight animates the rendition of Huck Finn and Tom Sawyer.” “For the first time in Western literature, the linguistic terrain of childhood was mapped without being laid waste. After Mark Twain, child psychology and Piaget could proceed.

Sybil released her foot. <Did you read ‘Little Black Sambo’?> she said.

<It’s very funny you ask me that,> he said. <It so happens I just finished reading it last night.> He reached down and took back Sybil’s hand. <What did you think of it?> he asked her.

<Did the tigers run all around that tree?>

<I thought they’d never stop. I never saw so many tigers.>

<There were only six,> Sybil said.

<Only six!> said the young man. <Do you call that only?>

<Do you like wax?> Sybil asked.

<Do I like what?> asked the young man.

<Wax.>

<Very much. Don’t you?>

Sybil nodded. <Do you like olives?> she asked.

<Olives–yes. Olives and wax. I never go anyplace without ‘em.>

Sybil was silent.

<I like to chew candles,> she said finally.

<Who doesn’t?> said the young man, getting his feet wet.”

J.D. Salinger

Hence the argument of modern anthropology that the incest taboo, which appears to be primal to the organization of communal life, is inseparable from linguistic evolution. We can only prohibit that which we can name. Kinship systems, which are the coding and classification of sex for purposes of social survival, are analogous with syntax. The seminal and the semantic functions (is there, ultimately, an etymological link?) determine the genetic and social structure of human experience. Together they construe the grammar of being.”

AGE OF MASTURBATION

If coition can be schematized as dialogue, masturbation seems to be correlative with the pulse of monologue or of internalized address. There is evidence that the sexual discharge in male onanism is greater than it is in intercourse.”

Ejaculation [expelir com força; falar] is at once a physiological and a linguistic concept. Impotence and speech-blocks [gagueira], premature emission [ejaculação precoce – <gente que interrompe a fala do outro>, cof, cof…] and stuttering, involuntary ejaculation and the word-river of dreams are phenomena whose interrelations seem to lead back to the central knot of our humanity. Semen, excreta, and words are communicative products. They are transmissions from the self inside the skin to reality outside. At the far root, their symbolic significance, the rites, taboos, and fantasies which they evoke, and certain of the social controls on their use, are inextricably interwoven. We know all this but hardly grasp its implications.”

Semen

See, man

Seaman

Zimmerman

In what measure are sexual perversions analogues of incorrect speech? Are there affinities between pathological erotic compulsions and the search, obsessive in certain poets and logicians, for a <private language>, for a linguistic system unique to the needs and perceptions of the user? Might there be elements of homosexuality in the modem theory of language (particularly in the early Wittgenstein), in the concept of communication as an arbitrary mirroring? It may be that the significance of Sade lies in his terrible loquacity, in his forced outpouring of millions of words. In part, the genesis of sadism could be linguistic. The sadist makes an abstraction of the human being he tortures; he verbalizes life to an extreme degree by carrying out on living beings the totality of his articulate fantasies. Did Sade’s uncontrollable fluency, like the garrulousness [tagarelice] often imputed to the old, represent a psycho-physiological surrogate for diminished sexuality (pornography seeking to replace sex by language)?”

The formal duality of men’s and women’s speech has been recorded also in Eskimo languages, in Carib, a South American Indian language, and in Thai. I suspect that such division is a feature of almost all languages at some stage in their evolution and that numerous spoors of sexually determined lexical and syntactical differences are as yet unnoticed. But again, as in the case of Japanese or Cherokee <child-speech>, formal discriminations are easy to locate and describe. The far more important, indeed universal phenomenon, is the differential use by men and women of identical words and grammatical constructs.”

At a rough guess, women’s speech is richer than men’s in those shadings of desire and futurity known in Greek and Sanskrit as optative; women seem to verbalize a wider range of qualified resolve and masked promise. Feminine uses of the subjunctive in European languages give to material facts and relations a characteristic vibrato. I do not say they lie about the obtuse, resistant fabric of the world: they multiply the facets of reality, they strengthen the adjective. To allow it an alternative nominal status, in a way which men often find unnerving. There is a strain of ultimatum, a separatist stance, in the masculine intonation of the first-person pronoun; the <I> of women intimates a more patient bearing, or did until Women’s Liberation. The two language models follow on Robert Graves’ dictum that men do but women are.

In regard to speech habits, the headings of mutual reproach are immemorial. In every known culture, men have accused women of being garrulous, of wasting words with lunatic prodigality. The chattering, ranting, gossipping female, the tattle, the scold, the toothless crone her mouth wind-full of speech, is older than fairy-tales. Juvenal, in his Sixth Satire, makes a nightmare of woman’s verbosity:

The grammarians yield to her; the rhetoricians succumb; the whole crowd is silenced. No lawyer, no auctioneer will get a word in, no, nor any other woman. Her speech pours out in such a torrent that you would think that pots and bells were being banged together. Let no one more blow a trumpet or clash a cymbal: one woman alone will make noise enough to rescue the labouring moon (from eclipse).”

The alleged outpouring of women’s speech, the rank flow of words, may be a symbolic restatement of men’s apprehensive, often ignorant awareness of the menstrual cycle. In masculine satire, the obscure currents and secretions of woman’s physiology are an obsessive theme. Ben Jonson unifies the two motifs of linguistic and sexual incontinence in The Silent Woman. <She is like a conduit-pipe>, says Morose of his spurious bride, <that will gush out with more force when she opens again.> <Conduit-pipe>, with its connotations of ordure and evacuation, is appallingly brutal. So is the whole play. The climax of the play again equates feminine verbosity with lewdness: <O my heart! wilt thou break? wilt thou break? this is worst of all worst worsts that hell could have devised! Marry a whore, and so much noise!>”

The motif of the woman or maiden who says very little, in whom silence is a symbolic counterpart to chasteness and sacrificial grace, lends a unique pathos to the Antigone of Oedipus at Colonus or Euripides’ Alcestis.” “These values crystallize in Coriolanus’ salute to Virgilia: <My gracious silence, hail!> The line is magical in its music and suggestion, but also in its dramatic shrewdness.”

Women know the change in a man’s voice, the crowding of cadence, the heightened fluency triggered off by sexual excitement. They have also heard, perennially, how a man’s speech flattens, how its intonations dull after orgasm. In feminine speech-mythology, man is not only an erotic liar; he is an incorrigible braggart. Women’s lore and secret mock record him as an eternal miles gloriosus, a self-trumpeter who uses language to cover up his sexual or professional fiascos, his infantile needs, his inability to withstand physical pain.”

Taceat mulier in ecclesia is prescriptive in both Judaic and Christian culture.”

Like breathing, the technique is unconscious; like breathing also, it is subject to obstruction and homicidal breakdown. Under stress of hatred, of boredom, of sudden panic, great gaps open. It is as if a man and a woman then heard each other for the first time and knew, with sickening conviction, that they share no common language, that their previous understanding had been based on a trivial pidgin which had left the heart of meaning untouched. Abruptly the wires are down and the nervous pulse under the skin is laid bare in mutual incomprehension. Strindberg is master of such moments of fission. Harold Pinter’s plays locate the pools of silence that follow.”

Like no other playwright, Racine communicates not only the essential beat of women’s diction but makes us feel what there is in the idiom of men which Andromaque, Phèdre, or Iphigénie can only grasp as falsehood or menace. Hence the equivocation, central in his work, on the twofold sense of entendre [em francês, escutar antes que entender]: these virtuosos of statement hear each other perfectly, but do not, cannot apprehend. I do not believe there is a more complete drama in literature, a work more exhaustive of the possibilities of human conflict than Racine’s Bérénice. It is a play about the fatality of the coexistence of man and woman, and it is dominated, necessarily, by speech-terms (parole, dire, mot, entendre). Mozart possessed something of this same rare duality (so different from the characterizing, polarizing drive of Shakespeare). Elvira, Donna Anna, and Zerlina have an intensely shared femininity, but the music exactly defines their individual range or pitch of being. The same delicacy of tone-discrimination is established between the Countess and Susanna in The Marriage of Figaro. In this instance, the discrimination is made even more precise and more dramatically different from that which characterizes male voices by the <bisexual> role of Cherubino. The Count’s page is a graphic example of Lévi-Strauss’ contention that women and words are analogous media of exchange in the grammar of social life. Stendhal was a careful student of Mozart’s operas. That study is borne out in the depth and fairness of his treatment of the speech-worlds of men and women in Fabrice and la Sanseverina in The Charterhouse of Parma. Today, when there is sexual frankness as never before, such fairness is, paradoxically, rarer. It is not as <translators> that women novelists and poets excel, but as declaimers of their own, long-stifled tongue.”

“Não é como tradutoras que as mulheres que são novelistas e poetas sobressaem-se, mas como declamadoras de seu próprio eu, seu próprio sexo, seus discursos longamente interrompidos e abortados.”

The <aside> as it is used in drama is a naïve representation of scission: the speaker communicates to himself (thus to his audience) all that his overt statement to another character leaves unsaid. As we grow intimate with other men or women, we often <hear> in the slightly altered cadence, speed, or intonation of whatever they are saying to us the true movement of articulate but unvoiced intent. Shakespeare’s awareness of this twofold motion is unfailing. Desdemona asks of Othello, in the very first, scarcely realized instant of shaken trust, <Why is your speech so faint?>.”

Having kept the same word-signals bounding and rebounding between them like jugglers’ weights, year after year, from horizon to horizon, Beckett’s vagrants and knit couples understand one another almost osmotically. With intimacy, the external vulgate and the private mass of language grow more and more concordant. Soon the private dimension penetrates and takes over the customary forms of public exchange. The stuffed-animal and baby-speech of adult lovers reflects this take-over. In old age the impulse towards translation wanes and the pointers of reference turn inward. The old listen less or principally to themselves. Their dictionary is, increasingly, one of private remembrance.

The affair at Babel confirmed and externalized the never-ending task of the translator – it did not initiate it.”

Babel caiu e abandonei a comunhão com o cão dentro de mim.

II. LANGUAGE AND GNOSIS

Theories of semantics, constructs of universal and transformational grammar that have nothing of substance to say about the prodigality of the language atlas–more than a thousand different languages are spoken in New Guinea–could well be deceptive. It is here, rather than in the problem of the invention and understanding of melody (though the two issues may be congruent), that I would place what Lévi-Strauss calls le mystère suprême of anthropology.”

why does this unified, though individually unique mammalian species not use one common language? It inhales, for its life processes, one chemical element and dies if deprived of it. It makes do with the same number of teeth and vertebrae. To grasp how notable the situation is, we must make a modest leap of imagination, asking, as it were, from outside. In the light of anatomical and neurophysiological universals, a unitary language solution would be readily understandable. Indeed, if we lived inside one common language-skin, any other situation would appear very odd. It would have the status of a recondite fantasy, like the anaerobic or anti-gravitational creatures in science-fiction.”

Depending on which classification they adopt, ethnographers divide the human species into 4 or 7 races (though the term is, of course, an unsatisfactory shorthand). The comparative anatomy of bone structures and sizes leads to the use of 3 main typologies. The analysis of human blood-types, itself a topic of great intricacy and historical consequence, suggests that there are approximately half a dozen varieties. Such would seem to be the cardinal numbers of salient differentiation within the species though the individual, obviously, is genetically unique.”

We do not speak one language, nor half a dozen, nor twenty or thirty. Four to five thousand languages are thought to be in current use. This figure is almost certainly on the low side. We have, until now, no language atlas which can claim to be anywhere near exhaustive. Furthermore, the four to five thousand living languages are themselves the remnant of a much larger number spoken in the past. Each year so-called rare languages, tongues spoken by isolated or moribund ethnic communities, become extinct. Today entire families of language survive only in the halting remembrance of aged, individual informants (who, by virtue of their singularity are difficult to cross-check) or in the limbo of tape-recordings. Almost at every moment in time, notably in the sphere of American Indian speech, some ancient and rich expression of articulate being is lapsing into irretrievable silence. One can only guess at the extent of lost languages. It seems reasonable to assert that the human species developed and made use of at least twice the number we can record today. A genuine philosophy of language and socio-psychology of verbal acts must grapple with the phenomenon and rationale of the human <invention> and retention of anywhere between five and ten thousand distinct tongues.” “To speak seriously of translation one must first consider the possible meanings of Babel, their inherence in language and mind.”

Despite decades of comparative philological study and taxonomy, no linguist is certain of the language atlas of the Caucasus, stretching from Bzedux in the north-west to Rut’ul and Küri in the Tartar regions of Azerbeidjan.” “Arci, a language with a distinctive phonetic and morphological structure, is spoken by only one village of approximately 850 inhabitants.” “A comparable multiplicity and diversity marks the so-called Palaeosiberian language families. Eroded by Russian during the nineteenth century, Kamtchadal, a language of undeniable resource and antiquity, survives in only 8 hamlets [povoados – ‘hamlet’ seria um vilarejo tão pequeno que sequer possui paróquia] in the maritime province of Koriak.” “For Mexico and Central America alone, current listings reckon 190 distinct tongues.” “Tubatulabal was spoken by something like a thousand Indians at the southern spur of the Sierra Nevada as recently as the 1770s.” “Blank spaces and question marks cover immense tracts of the linguistic geography of the Amazon basin and the savannah. At latest count, ethno-linguists discriminate between 109 families, many with multiple sub-classes. But scores of Indian tongues remain unidentified or resist inclusion in any agreed category.” “Many will dim into oblivion before rudimentary grammars or word-lists can be salvaged. Each takes with it a storehouse of consciousness.” “The language catalogue begins with Aba, an Altaic idiom spoken by Tartars, and ends with Zyriene, a Finno-Ugaritic speech in use between the Urals and the Arctic shore. It conveys an image of man as a language animal of implausible variety and waste. By comparison, the classification of different types of stars, planets, and asteroids runs to a mere handful.”

ME WHITE MAN YOU TROUBLE M’AN MONEY KING WORLD ME OWN: “We have no sound basis [base sonora e base segura, belo trocadilho!] on which to argue that extinct languages failed their speakers, that only the most comprehensive or those with the greatest wealth of grammatical means have endured. On the contrary: a number of dead languages are among the obvious splendours of human intelligence. Many a linguistic mastodon is a more finely articulated, more <advanced> piece of life than its descendants. There appears to be no correlation, moreover, between linguistic wealth and other resources of a community. Idioms of fantastic elaboration and refinement coexist with utterly primitive, economically harsh modes of subsistence. Often, cultures seem to expend on their vocabulary and syntax acquisitive energies and ostentations entirely lacking in their material lives. Linguistic riches seem to act as a compensatory mechanism. Starving bands of Amazonian Indians may lavish on their condition more verb tenses than could Plato.”

With the simple addition of neologisms and borrowed words, any language can be used fairly efficiently anywhere; Eskimo syntax is appropriate to the Sahara. Far from being economic and demonstrably advantageous, the immense number and variety of human idioms, together with the fact of mutual incomprehensibility, is a powerful obstacle to the material and social progress of the species. We will come back to the key question of whether or not linguistic differentiations may provide certain psychic, poetic benefits.

It was before Humboldt that the mystery of many tongues on which a view of translation hinges fascinated the religious and philosophic imagination.”

Arno Borst, Der Turmbau von Babel: Geschichte der Meinungen über Ursprung und Vielfalt der Sprachen und Völker (Stuttgart, 1957-63).

O Cãos de Pã-Dora

Thus Babel was a second Fall, in some regards as desolate as the first. Adam had been driven from the garden; now men were harried, like yelping dogs, out of the single family of man. And they were exiled from the assurance of being able to grasp and communicate reality.”

Had there not been a partial redemption at Pentecost, when the gift of tongues descended on the Apostles? Was not the whole of man’s linguistic history, as certain Kabbalists supposed, a laborious swing of the pendulum between Babel and a return to unison in some messianic moment of restored understanding?” “Jewish gnostics argued that the Hebrew of the Torah was God’s undoubted idiom, though man no longer understood its full, esoteric meaning. Other inquirers, from Paracelsus to the 17th century Pietists, were prepared to view Hebrew as a uniquely privileged language, but itself corrupted by, the Fall and only obscurely revelatory of the Divine presence. Almost all linguistic mythologies, from Brahmin wisdom to Celtic and North African lore, concurred in believing that original speech had shivered into 72 shards, or into a number which was a simple multiple of 72.” “[Nota] The 6×12 component suggests an astronomical or seasonal correlation.” “The name of Esperanto has in it, undisguised, the root for an ancient and compelling hope.”

Gershom Scholem, Major Trends in Jewish Mysticism

Starting with Genesis 11:11 and continuing to Wittgenstein’s Investigations or Noam Chomsky’s earliest, unpublished paper on morphophonemics in Hebrew, Jewish thought has played a pronounced role in linguistic mystique, scholarship, and philosophy.”

the Talmud had said: <the omission or the addition of one letter might mean the destruction of the whole world.>

Elohim, the name of God, unites Mi, the hidden subject, with Eloh, the hidden object.”

in Hebrew, and particularly in Exodus with its 72 designations of the Divine name, magic forces were compacted.”

There was, as Coleridge knew, no deeper dreamer on language, no sensibility more haunted by the alchemy of speech, than Jakob Böhme (1575-1624). Like Nicholas of Cusa long before him, Böhme supposed that the primal tongue had not been Hebrew, but an idiom brushed from men’s lips in the instant of the catastrophe at Babel and now irretrievably dejected among all living speech (Nettesheim had, at one point, argued that Adam’s true vernacular was Aramaic).”

In the visionary musings of Angelus Silesius (Johann Scheffler), Böhme’s intimations are carried to extremes. Angelus Silesius asserts that God has, from the beginning of time, uttered only a single word. In that single utterance all reality is contained. The cosmic Word cannot be found in any known tongue; language after Babel cannot lead back to it. The bruit of human voices, so mysteriously diverse and mutually baffling, shuts out the sound of the Logos. There is no access except silence. Thus, for Silesius, the deaf and dumb are nearest of all living men to the lost vulgate of Eden.

In the climate of the eighteenth century these gnostic reveries faded. But we find them again, changed into model and metaphor, in the work of three modem writers. It is these writers who seem to tell us most of the inward springs of language and translation.”

Walter Benjamin’s Die Aufgabe des Übersetzers dates from 1923. An English translation of this essay, by James Hynd and E.M. Valk, may be found in Delos, A Journal on and of Translation, 2 (1968).”

The relevant proposition is this: if translation is a form, then the condition of translatability must be ontologically necessary to certain works.” W.B.

Translation is both possible and impossible – a dialectical antinomy characteristic of esoteric argument.” “At the <messianic end of their history> (again a Kabbalistic or Hasidic formulation), all separate languages will return to their source of common life. In the interim, translation has a task of profound philosophic, ethical, and magical import.”

Certain of Luther’s versions of the Psalms, Hölderlin’s recasting of Pindar’s Third Pythian Ode, point by their strangeness of evocatory inference to the reality of an Ur-Sprache in which German and Hebrew or German and ancient Greek are somehow fused.”

Marianne Moore’s readings of La Fontaine are thorn-hedges apart from colloquial American English. The translator enriches his tongue by allowing the source language to penetrate and modify it.” “As the Kabbalist seeks the forms of God’s occult design in the groupings of letters and words, so the philosopher of language will seek in translations – in what they omit as much as in their content – the far light of original meaning.”

His loyalties divided between Czech and German, his sensibility drawn as it was, at moments, to Hebrew and to Yiddish, Kafka developed an obsessive awareness of the opaqueness of language. His work can be construed as a continuous parable on the impossibility of genuine human communication, or, as he put it to Max Brod in 1921, on <the impossibility of not writing, the impossibility of writing in German, the impossibility of writing differently. One could almost add a fourth impossibility: the impossibility of writing>.” In the Penal Colony, perhaps the most desperate of his metaphoric reflections on the ultimately inhuman nature of the written word, Kafka makes of the printing press an instrument of torture. The theme of Babel haunted him: there are references to it in almost every one of his major tales. Twice he offered specific commentaries, in a style modelled on that of Hasidic and Talmudic exegesis”

As no generation of men can hope to complete the high edifice, as engineering skills are constantly growing, there is time to spare. More and more energies are diverted to the erection and embellishment of the workers’ housing. Fierce broils occur between different nations assembled on the site. <Added to which was the fact that already the second or third generation recognized the meaninglessness, the futility (die Sinnlosigkeit) of building a Tower unto Heaven – but all had become too involved with each other to quit the city.> Legends and ballads have come down to us telling of a fierce longing for a predestined day on which a gigantic fist will smash the builders’ city with five blows. <That is why the city has a fist in its coat of arms.>” “The Talmud, which is often Kafka’s archetype, refers to the 49 levels of meaning which must be discerned in a revealed text. [?!?!]”

A base de uma torre que chegasse ao céu teria de estar fincada nas profundezas do inferno, como o arquétipo de todas as árvores. O Minotauro-Cérbero alado aguarda na entrada cheio de respostas para nossos próprios enigmas anti-edipianos.

Gnostic and Manichaean speculation (the word has in it an action of mirrors) provide Borges with the crucial trope of a <counter-world>. [O Espelho de Enigmas]” Borges, o Confúcio do novo milênio: somos o sonho de uma lagartixa em sua “metempsicose”-rumo-à-borboleta de um paramundo.

the thrall of time

Borges moves with a cat’s sinewy confidence and foolery between Spanish, ancestral Portuguese, English, French, and German. He has a poets’ grip on the fibre of each. He has rendered a Northumbrian bard’s farewell to Saxon English, <a language of the dawn>. The <harsh and arduous words> of Beowulf were his before he <became a Borges>.”

The Library of Babel dates from 1941. Every element in the fantasia has its sources in the <literalism> of the Kabbala and in gnostic and Rosicrucian images, familiar also to Mallarmé, of the world as a single, immense tome. <The universe (which others call the Library) is composed of an indefinite, perhaps an infinite number of hexagonal galleries.> It is a beehive out of Piranesi [artista plástico italiano do séc. XVIII] but also, as the title indicates, an interior view of the Tower. <The Library is total and . . . its shelves contain all the possible combinations of the 20-odd orthographic symbols (whose number, though vast, is not infinite); that is, everything which can be expressed, in all languages. Everything is there: the minute history of the future, the autobiographies of the archangels, the faithful catalogue of the Library, thousands and thousands of false catalogues, a demonstration of the falsehood of the true catalogue, the Gnostic gospel of Basilides, the commentary on this gospel, the commentary on the commentary of this gospel, the veridical account of your death, a version of each book in all languages, the interpolation of every book in all books.> Any conceivable combination of letters has already been foreseen in the Library and is certain to <encompass some terrible meaning> in one of its secret languages. No act of speech is without meaning: <No one can articulate a syllable which is not full of tenderness and fear, and which is not, in one of those languages, the powerful name of some god.> Inside the burrow or circular ruins men jabber in mutual bewilderment; yet all their myriad words are tautologies making up, in a manner unknown to the speakers, the lost cosmic syllable or Name of God. This is the formally boundless unity that underlies the fragmentation of tongues.”

Arguably, Pierre Menard, Author of the Quixote (1939) is the most acute, most concentrated commentary anyone has offered on the business of translation. What studies of translation there are, including this book, could, in Borges’ style, be termed a commentary on his commentary. This concise fiction has been widely recognized for the device of genius which it obviously is. But – and again one sounds like a pastiche of Borges’s fastidious pedantry – certain details have been missed. Menard’s bibliography is arresting: the monographs on <a poetic vocabulary of concepts> and on <connections or affinities> between the thought of Descartes, Leibniz, and John Wilkins point towards the labours of the 17th century to construe an ars signorum, a universal ideogrammatic language system. Leibniz’s Characteristica universalis, to which Menard addresses himself, is one such design; Bishop Wilkins’s Essay towards a real character and a philosophical language of 1668 another. Both are attempts to reverse the disaster at Babel. Menard’s <work sheets of a monograph on George Boole’s symbolic logic> show his (and Borges’) awareness of the connections between the 17th century pursuit of an inter-lingua for philosophic discourse and the <universalism> of modem symbolic and mathematical logic. Menard’s transposition of the decasyllables of Valéry’s Le Cimetière marin into alexandrines is a powerful, if eccentric, extension of the concept of translation. And pace the suave authority of the memorialist, I incline to believe that <a literal translation of Quevedo’s literal translation> of Saint François de Sales was, indeed, to be found among Menard’s papers.” “(How many readers of Borges have observed that Chapter IX turns on a translation from Arabic into Castilian, that there is a labyrinth in XXXVIII, and that Chapter XXII contains a literalist equivocation, in the purest Kabbalistic vein, on the fact that the word no has the same number of letters as the word ?)” “to become Cervantes by merely fighting Moors, recovering the Catholic faith, and forgetting the history of Europe between 1602 and 1918 was really too facile a métier. Far more interesting was <to go on being Pierre Menard and reach the Quixote through the experiences of Pierre Menard>, i.e. to put oneself so deeply in tune with Cervantes’s being, with his ontological form, as to re-enact, inevitably, the exact sum of his realizations and statements. The arduousness of the game is dizzying. Menard assumes <the mysterious duty> – Bonner,(*) rightly I feel, invokes the notion of <contract> – of recreating deliberately and explicitly what was in Cervantes a spontaneous process. But although Cervantes composed freely, the shape and substance of the Quixote had a local <naturalness> and, indeed, necessity now dissipated. Hence a second fierce difficulty for Menard: to write <the Quixote at the beginning of the 17th century was a reasonable undertaking, necessary and perhaps even unavoidable; at the beginning of the 20th, it is almost impossible. It is not in vain that 300 years have gone by, filled with exceedingly complex events. Amongst them, to mention only one, is the Quixote itself> (Bonner’s <that same Don Quixote> both complicates and flattens Borges’ intimation). In other words, any genuine act of translation is, in one regard at least, a transparent absurdity, an endeavour to go backwards up the escalator of time and to re-enact voluntarily what was a contingent motion of spirit.”

(*) Tradutor anglo-saxônico deste clássico borgeano. Possivelmente, bancar uma missão desabonneradora!

<Repetition> is, as Kierkegaard argued, a notion so puzzling that it puts in doubt causality and the stream of time.”

Qual de nós 2 escreve esta página, eu ou meu tradutor? Pois, se não é o segundo, talvez este trecho sequer exista… Eu certamente nunca vim a escrevê-lo!

Singularidades estão na [MÔ]NA[DA].

Philology is the quintessential historical science, the key to the Scienza nuova, because the study of the evolution of language is the study of the evolution of the human mind itself.”Vico’s opposition to Descartes and to the extensions of Aristotelian logic in Cartesian rationalism made of him the first true <linguistic historicist> or relativist.” “a universal logic of language, on the Aristotelian or Cartesian-mathematical model, is falsely reductionist.”

Hamann throws out suggestions which anticipate the linguistic relativism of Sapir and Whorf.” “Herder was possessed of a sense of place. His Sprachphilosophie marks a translation from the inspired fantastications of Hamann to the development of genuine comparative linguistics in the early 19th century.” “An untranslated language, urges Herder, will retain its vital innocence, it will not suffer the debilitating admixture of alien blood.”

Sir William Jones’ celebrated Third Anniversary Discourse on the Hindus of 1786 had, as Friedrich von Schlegel put it, <first brought light into the knowledge of language through the relationship and derivation he demonstrated of Roman, Greek, Germanic and Persian from Indic; and through this into the ancient history of peoples, where previously everything had been dark and confused>. Schlegel’s own Über die Sprache und Weisheit der Indier of 1808, which contains this tribute to Jones, itself contributed largely to the foundations of modern linguistics. It is with Schlegel that the notion of <comparative grammar> takes on clear definition and currency. Not much read today, Mme. de Staël’s De L’Allemagne (1813) [de quem Nietzsche foi orgulhosamente um detrator] exercised tremendous influence.” “Expanding on suggestions already made by Hamann, she sought to correlate the metaphysical ambience, internal divisions, and lyric bias of the German national spirit with the gnarled weave and <suspensions of action> in German syntax. She saw Napoleonic French as antithetical to German, and found its systematic directness and rhetoric clearly expressive of the virtues and vices of the French nation.”

The play of intelligence, the delicacy of particular notation, the great front of argument which Humboldt exhibits, give his writings on language, incomplete though they are, a unique stature. Humboldt is one of the very short list of writers and thinkers on language–it would include Plato, Vico, Coleridge, Saussure, Roman Jakobson–who have said anything that is new and comprehensive.”

Werther, Don Carlos, Faust are supreme works of the individual imagination, but also intensely pragmatic forms. In them, through them, the hitherto divided provinces and principalities of the German-speaking lands could test a new common identity. Goethe and Schiller’s theatre at Weimar, Wieland’s gathering of German ballads and folk poetry, the historical narratives and plays of Kleist set out to create in the German mind and in the language a shared echo. As Vico had imagined it would, a body of poetry gave a bond of remembrance (partially fictive) to a new national community. As he studied the relations of language and society, Humboldt could witness how a literature, produced largely by men whom he knew personally, was able to give Germany a living past, and how it could project into the future great shadowforms of idealism and ambition.”

To Humboldt and his brother, this intimation of universality was no empty metaphor. The Humboldts were among the last Europeans of whom it may be said with fair confidence that they had direct professional or imaginative notions of very nearly the whole of extant knowledge. Ethnographers, anthropologists, linguists, statesmen, educators, the two brothers were a nerve-centre for humanistic and scientific inquiry. Their active interests, like Leibniz’s, ranged with authority and passionate curiosity from mineralogy to metaphysics, from the study of Amerindian antiquities to modern technology.”

H., Über die Verschiedenheit des menschlichen Sprachbaues und ihren Einfluss auf die geistige Entwicklung des Menschengeschlechts / On the Differentiation of the Structure of Human Language, and its Influence on the Spiritual Evolution of the Human Race (1835 [obra póstuma, editada por Steinthal somente em 1883]) (comparar textos Lorena) [?]

This organic evolutionism goes well beyond and, indeed, against Kant. In so doing, Humboldt arrives at a key notion: language is a <third universe> midway between the phenomenal reality of the <empirical world> and the internalized structures of consciousness. It is this median quality, this material and spiritual simultaneity, that makes of language the defining pivot of man and the determinant of his place in reality.” “Humboldt conjoins the environmentalism of Montesquieu and the nationalism of Herder with an essentially post-Kantian model of human consciousness as the active and diverse shaper of the perceived world.” “It may be that Humboldt derived from Schiller his emphasis on language as being itself the most comprehensive work of art.” “The entelechy, the purposeful flow of speech–we find in Humboldt a kind of romantic Aristotelianism–is the communication of ordered, perceived experience.”

A Linguagem é a unidade primordial.

Mas a unidade primordial não é unitária, que pena!

FALA PRA FORA!: “Man walks erect not because of some ancestral reaching out towards fruit or branch, but because discourse, die Rede, <would not be muffled and made dumb by the ground>.”

Humboldt clearly anticipates both C.K. Ogden’s theory of opposition and the binary structuralism of Lévi-Strauss.”

Even the noblest language is only ein Versuch and will remain ontologically incomplete. On the other hand, no language however primitive will fail to actualize, up to a point, the inner needs of a community. Humboldt is convinced that different tongues provide very different intensities of response to life; he is certain that different languages penetrate to different depths. He takes over Schlegel’s classification of <higher> and <lower> grammars. Inflection is far superior to agglutination. The latter is the more rudimentary mode, a Naturlaut.”

The Greek tone is light, delicate, nuancé. Attic civilization is incomparably inventive of intellectual and plastic forms. These virtues are engendered by and reflected in the precisions and shadings of Greek grammar. Few other languages have cast so finely-woven a net over the currents of life. At the same time, there is that in Greek syntax which helps explain the divisive quality of Greek politics, the excessive trust in rhetoric, the virtuosities of falsehood which sophisticate and corrode the affairs of the polis. Latin offers a grave contrast: the stern, masculine, laconic tenor of Roman culture is exactly correlate with the Latin language, with its sobriety, even paucity, of syntactic invention and Lautformung. The lettering of a Latin inscription is perfectly expressive of the linear, monumental weight of the language.”

The actual history of linguistic relativity leads via the work of Steinthal (the editor of Humboldt’s fragmentary texts) to the anthropology of Franz Boas.”

The first true Germany was that of Luther’s vernacular. Gradually the German language created those modes of shared sensibility from which the nation-state could evolve. When that state entered modem history, a late arrival burdened with myths and surrounded by an alien, partially hostile Europe, it carried with it a sharpened, defensive sense of unique perspective.”

This determination constitutes what Trier, in the early 1930s, called das sprachliche Feld. Thus, in a distinctly Leibnizian way, each tongue or language-monad constructs and operates within a total conceptual field (the imagistic correlation with quantum physics is obvious). This field may be understood as a Gestalt.”

Zwischenwelten: Entremundos

The gauchos of the Argentine know some 200 expressions for the colours of horses’ hides, and such discrimination is obviously vital to their economy. But their normal speech finds room only for 4 plant names.”

Anthropological study of American Indian cultures seemed to bear out Humboldt’s conjectures on linguistic determinism and Trier’s notion of the <semantic field>. The whole approach is summarized by Edward Sapir in an article dated 1929”

Whorf, Language, Thought and Reality (1956): “Whorf was an outsider. He had something of Vico’s philosophic curiosity, but was a chemical engineer with a distinctively modern awareness of scientific detail.”

Paper views acadêmicos

Spatialization, and the space-time matrix in which we locate our lives, are made manifest in and by every element of grammar. There is a distinctive Indo-European time-sense and a corresponding system of verb tenses. Different <semantic fields> exhibit different techniques of numeration, different treatments of nouns denoting physical quantity. They divide the total spectrum of colours, sounds, and scents in very diverse ways. Again, Wittgenstein’s use of <mapping> offers an instructive parallel: different linguistic communities literally inhabit and traverse different landscapes of conscious being.”

Unlike many universalists, Whorf had an obvious linguistic ear. But it is his work on the languages of the Hopis of Arizona that carries the weight of evidence. It is here that the notion of distinct <pattern-systems> of life and consciousness is argued by force of specific example. The key papers on <an American Indian model of the universe> date from circa 1936 to 1939, at which point Whorf extended his analyses to the Shawnee language.”

Hopi is better equipped to deal with wave processes and vibrations than is modern English. <According to the conception of modern physics, the contrast of particle and field of vibrations is more fundamental in the world of nature than such contrasts as space and time, or past, present, and future, which are the sort of contrasts our own language imposes upon us. The Hopi aspect-contrast . . . being obligatory upon their verb forms, practically forces the Hopi to notice and observe vibratory phenomena, and furthermore encourages them to find names for and to classify such phenomena.>” “The <metaphysics underlying our own language, thinking, and modern culture> necessarily imposes a static three-dimensional infinite space, but also a perpetual time-flow. These two <cosmic co-ordinates> could be harmoniously conjoined in the physics of Newton and the physics and psychology of Kant. They confront us with profound internal contradictions in the world of quantum mechanics and four-dimensional relativity. The metaphysical framework which informs Hopi syntax is, according to Whorf, far better suited to the world-picture of modern science. Hopi verb tenses and phrasings articulate the existence of events <in a dynamic state, yet not a state of motion>.” Ou é só o nosso olho que QUER VER quarks numa cultura antiocidental? A terra-natal de Heisenberg.

It is the study of such <cryptotypes> in different languages, urges Whorf, that will lead anthropology and psychology to an understanding of those deep-seated dynamics of meaning, of chosen and significant form, that make up a culture.” “Patently, they elude translation (we shall return to this point). Yet careful, philosophically and poetically disciplined observation does allow the linguist and anthropologist to enter, in some degree at least, into the <pattern-system> of an alien tongue. Particularly if he acts on the principles of ironic self-awareness which underlie a genuine relativist view.”

sânscrito é merda

Lévi-Strauss would fully endorse Whorf’s assertion that <many American Indian and African languages abound in finely wrought, beautifully logical discriminations about causation, action, result, dynamic or energic quality, directness of experience, etc., all matters of the function of thinking, indeed the quintessence of the rational. In this respect they far out-distance the European languages.>” “Whatever may be the future status of Whorf’s theories of language and mind, this text will stand.”

if the Humboldt-Sapir-Whorf hypothesis were right, if languages were monads with essentially discordant mappings of reality, how then could we communicate interlingually? How could we acquire a second tongue or traverse into another language-world by means of translation?”

N.S. Trubetskoy’s Grundzüge der Phonologie published in Prague in 1939. Comparing some 200 phonological systems, Trubetskoy set out those acoustic structures without which there cannot be a language and which all languages exhibit.”

It seems safe enough to assert that all languages on this earth have a vowel system. In fact, the proposition is true only if we take it to include segmented phonemes which occur as syllabic peaks – and even in that case, at least one known tongue, Wishram, poses problems. There is a Bushman dialect called Kung, spoken by a few thousand natives of the Kalahari. It belongs to the Khoisan group of languages, but is made up of a series of clicking and breathing sounds which, so far as is known, occur nowhere else, and which have, until now, defied transcription. Obviously, these sounds lie within the physiological bounds of human possibility. But why should this anomaly have developed at all, or why, if efficacious, should it be found in no other phonological system? A primary nasal consonant <is a phoneme of which the most characteristic allophone is a voiced nasal stop, that is, a sound produced by a complete oral stoppage (e.g. apical, labial), velic opening, and vibration of the vocal cords> (Ferguson).”

the plain statement that every human tongue has at least one primary nasal consonant in its inventory requires modification. Hockett’s Manual of Phonology (1955) reports a complete absence of nasal consonants from Quileute and two neighbouring Salishan languages. Whether such nasals once existed and have, in the course of history, become voiced stops, or whether, through some arresting eccentricity, Salishan speech never included nasal phonemes at all, remains undecided. Such examples can be multiplied.”

The pursuit of such a <fundamental grammar> is itself a fascinating chapter in the history of analytic thought. A considerable distance has been covered since Humboldt’s hope, that a generalized treatment of syntactic forms would be devised to include all languages, <from the rawest> to the most accomplished. The notion that certain fixed syntactic categories – noun, verb, gender – can be found in every tongue, and that all languages share certain primary rules of relation, became well established in 19th-century philology. That <same basic mould> in which all languages are cast came to be understood quite precisely: as a set of grammatical units, of markers which themselves denote nothing but make a difference in composite forms, and of rules of combination.”

No language has been found to lack a first- and second-person singular pronoun. The distinctions between I, thou, and he and the associated network of relations (so vital to kinship terms) exist in every human idiom.”

All speech operates with subject-verb-object combinations. Among these, the sequences verb-object-subject, object-subject-verb, and object-verb-subject are exceedingly rare.”

The most ambitious list of syntactic universals to have been established <on the basis of the empirical linguistic evidence> is that of J.H. Greenberg.” “If a language <has the category of gender, it always has the category of number>. Otherwise, there would be human aggregates trapped in eccentric chaos.” “Compared to the total of languages in current use, the number whose grammar has been formalized and thoroughly examined is absurdly small (Greenberg’s empirical evidence is drawn almost exclusively from 30 languages).”

One would expect all languages with a distinction of gender in the second-person singular to show this distinction in the third person as well. In nearly every known instance, this holds. But not in a very small cluster of tongues spoken in central Nigeria. The Nootka language provides an often-cited example of a grammatical system in which it is very difficult to draw any normal distinction between noun and verb. The alignment of genitive constructions looks like a primal typological marker according to which all languages can be classified into a small number of major groups. Araucanian, an Indian tongue spoken in Chile, and some Daghestan languages of the Caucasus do not fit the scheme. Such anomalies cannot he dismissed as mere curios. A single genuine exception, in any language whether living or dead, can invalidate the whole concept of a grammatical universal.” “Chomskian grammar is emphatically universalist (but what other theory of grammar – structural, stratificational, tagmemic, comparative – has not been so?). No theory of mental life since that of Descartes and the XVII-century grammarians of Port Royal has drawn more explicitly on a generalized and unified picture of innate human capacities, though Chomsky and Descartes mean very different things by <innateness>. Chomsky’s starting-point was the rejection of behaviourism. No simple pattern of stimulus and mimetic response could account for the extreme rapidity and complexity of the way in which human beings acquire language. All human beings. Any language. A child will be able to construct and understand utterances which are new and which are, at the same time, acceptable sentences in his language. At every moment of our lives we formulate and understand a host of sentences different from any that we have heard before. These abilities indicate that there must be fundamental processes at work quite independently of <feedback from the environment>.” “Here, as in the shared axiom that language <makes infinite use of finite means>, Chomskian universalism is congruent with the relativism of Humboldt.” “Chomsky contends that a search for universals at the phonological or ordinary syntactic level is wholly inadequate. The shaping centres of language lie much deeper. In fact, surface analogies of the kind cited by Greenberg may be entirely misleading: it is probable that the deep structures for which universality is claimed are quite distinct from the surface structure of sentences as they actually appear. The geological strata are not reflected in the local landscape.” “In the vocabulary of Wittgenstein, the transition from <surface grammar> to <depth grammar> is a step towards clarity, towards a resolution of those philosophic muddles which spring from a confusion of linguistic planes. Chomskian <deep structures>, on the other hand, are located <far beyond the level of actual or even potential consciousness>. We may think of them as relational patterns or strings of an order of abstraction far greater than even the simplest of grammatical rules. Even this is too concrete a representation.” Hm. É como se ele só tivesse formatado a teoria para não ser jamais validada ou refutada.

…DO SENHOR REITOR: “Vico’s suggestion that all languages contain key anthropomorphic metaphors. One of these, the comparison of the pupil of the eye to a small child (pupilla), has been traced in all Indo-European languages, but also in Swahili, Lapp, Chinese, and Samoan.”

i carries values of smallness in almost every Indo-European and Finno-Ugrian language. But English big and Russian velikij suffice to show that we are not dealing with anything like a universal semantic reflex.”

The white/black dichotomy is of particular interest, as it appears to convey a positive/negative valuation in all cultures, regardless of skin-colour. It is as if all men, since the beginning of speech, had set the light above the dark.” “All languages do subdivide the colour spectrum into continuous segments (though <continuous> begs difficult issues in the neurophysiology and psychology of perception)”

Tese (estudo de caso da Filosofia Grega (a ponta da ponta da ponta do iceberg)): Benveniste, Problèmes de linguistique generale (Paris, 1966)

Réplica: Auberique, Aristote et le language, note annexe sur les catégoeries d’Aristote. À propos d’un article de M. Benveniste, 1965 (avant? comment?)

Tréplica: Derrida, Marges de la philosophie (Paris, 1972)

Few grammarians would hold with Osgood that 11/12 of any language consist of universals and only 1/12 of specific, arbitrary conventions, but the majority would agree that the bulk and organizing principles of the iceberg belong to the subsurface category of universals.”

Translation is, plainly, the acid test. But the uncertainties of relation between formal and substantive universality have an obscuring effect on the relations between translation and universality as such. Only if we bear this in mind can we understand a decisive hiatus or shift in terms of reference in Chomsky’s Aspects of the Theory of Syntax” “Are we not back in a Whorfian hypothesis of autonomous language-monads? Could Hall be right when he polemicizes against the whole notion of <deep structures>, calling them <nothing but a paraphrase of a given construction, concocted ad hoc to enable the grammarian to derive the latter from the former by one kind of manipulation or another>?” “By placing the active nodes of linguistic life so <deep> as to defy all sensory observation and pragmatic depiction, transformational generative grammar may have put the ghost out of all reach of the machine.” Chomsky, O Obscuro – foi o que falei alguns parágrafos acima…

I.A. Richards, “Why Generative Grammar Does Not Help”

No true understanding can arise from synchronic abstraction. Even more than the linguists, and long before them, poets and translators have worked inside the time-shaped skin of human speech and sought to elucidate its deepest springs of being. Men and women who have in fact grown up in a multilingual condition will have something to contribute towards the problem of a universal base and a specific world-image. Translators have left not only a great legacy of empirical evidence, but a good deal of philosophic and psychological reflection on whether or not authentic transfers of meaning between languages can take place.”

Man weiss nicht, von wannen er kommt und braust

Schiller

O homem não sabe de onde eclodiu a língua”

III. WORD AGAINST OBJECT

SÓ SOCANDO CHOMSKY: “the seductive precedent of Euclidean geometry or classic algebraic demonstration, as each proceeds from axiomatic simplicities to high complexity, must not be invoked uncritically. The <elements> of language are not elementary in the mathematical sense. We do not come to them new, from outside, or by postulate. Behind the very concept of the elementary in language lie pragmatic manoeuvres of problematic and changing authority.”

does that <intertraffique of the minde>, for which Samuel Daniel praised John Florio, the great translator, inhibit or augment the faculty of expressive utterance?”

Certain experts in the field of simultaneous translation declare that a native bilingual speaker does not make for an outstanding interpreter. The best man will be one who has consciously gained fluency in his second tongue. The bilingual person does not <see the difficulties>, the frontier between the two languages is not sharp enough in his mind.” “In a genuinely multilingual matrix, the motion of spirit performed in the act of alternate choice – or translation – is parabolic rather than horizontal.”

Speaking to oneself would be the primary function (considered by L.S. Vygotsky in the early 1930s, this profoundly suggestive hypothesis has received little serious examination since).”

For a human being possessed of several native tongues and a sense of personal identity arrived at in the course of multilingual interior speech, the turn outward, the encounter of language with others and the world, would of necessity be very different, metaphysically, psychologically different, from that experienced by the user of a single mother-tongue. But can this difference be formulated and measured? Are there degrees of linguistic monism and of multiplicity or unhousedness that can be accurately described and tested?” “What records there are of a primary at-homeness in two or more languages may be found disseminated in the memoirs of poets, novelists, and refugees. They have never been seriously analysed. (Nabokov’s Speak Memory and the material ironized and inwoven in Ada are of the first importance.)”

Vildomec, Multilingualism (Leiden, 1963)

Dell Hymes (ed.), Pidginization and Creolization of Languages (Cambridge University Press, 1971)

Paul Pimsleur & Terence Quinn (eds.), The Psychology of Second Language Learning (Cambridge University Press, 1971)

Einar Hagen, Language Conflict and Language Planning: The Case of Modem Norwegian (Harvard, 1 966)

Leonard Forster, The Poet’s Tongues: Multilingualism in Literature (Cambridge University Press, 1970)

Language and death may be conceived of as the two areas of meaning or cognitive constants in which grammar and ontology are mutually determinant. The ways in which we try to speak of them, or rather to speak them, are not satisfactory statements of substance, but are the only ways in which we can question, i.e. experience their reality. According to the medieval Kabbalah, God created Adam with the word emeth, meaning truth, writ on his forehead. In that identification lay the vital uniqueness of the human species, its capacity to have speech with the Creator and itself. Erase the initial aleph which, according to certain Kabbalists, contains the entire mystery of God’s hidden Name and of the speech-act whereby He called the universe into being, and what is left is meth, he is dead.” Cf. Gershom Scholem, On the Kabbalah and its Symbolism

Jakobson, Child Language, Aphasia, and Phonological Universals (The Hague, 1968)

Work done with patients who have recovered eyesight after long periods of blindness or first acquire normal vision in mature age does suggest that we only see completely or accurately what we have touched.”

Quantitatively, the 26-letter alphabet is richer than the genetic code with its <3-letter words>. But the lettering analogy may, as Paul Weiss has put it, be <of intriguing pertinence>.”

The Vedantic precept that knowledge shall not, finally, know the knower points to a reasonable negative expectation; consciousness and the elucidation of consciousness as object may prove inseparable.” O preceito vedântico de que o conhecimento não deve (pode), em última instância, conhecer os pontos fulcrais, conhecer-se a si mesmo, pois do contrário frustraria todas as suas expectativas e recairia no pessimismo, de forma que o jogo do conhecimento apenas segue seu ritmo normal, constante e ininterrupto; a consciência e a elucidação da consciência como objetos talvez sejam inseparáveis.

The needed distance for reflexive cognition is lacking. Even, perhaps, at the physiological level.” O distanciamento necessário para fins de cognição reflexiva é falto. Mesmo no nível fisiológico. Fora do que o conhecimento estaria para julgar-se enquanto conhecimento?

Jacques Monod, From Biology to Ethics: “Le langage ne reste enigmatique que pour qui continue de l’interroger, c’est-a-dire d’en parler.”

Drugs, schizophrenic disturbances, exhaustion, hunger, common stress, and many other factors can bend, accelerate, inhibit, or simply blur our feeling and recording of time. The mind has as many chronometries as it has hopes and fears. During states of temporal distortion, linguistic operations may or may not exhibit a normal rhythm.” Cf. R. Wallis, Quatrième dimension de l’esprit (Paris, 1966)

it is a commonplace to insist that much of the distinctive Western apprehension of time as linear sequence and vectorial motion is set out in and organized by the Indo-European verb system.”

Does the past have any existence outside grammar? The notorious logical teaser – <can it be shown that the world was not created an instant ago with a complete programme of memories?> – is, in fact, undecidable. No raw data from the past have absolute intrinsic authority. Their meaning is relational to the present and that relation is realized linguistically. Memory is articulated as a function of the past tense of the verb.” “French knows a passé défini, a passé indéfini, a passé antérieur, a parfait (more properly, prétérit parfait), and an imparfait, to name only the principal modes.¹ No philosophic grammar has until now provided an analysis of the diverse logics, tonal values, semantic properties of past tenses and of the modulations between them to rival that of À La recherche du temps perdu – a title which is itself a pun on grammar. Proust’s minutely discriminated narrative pasts are reconnaissances of the <language-distances> which we postulate and traverse when stating memories. Proust’s control of grammar is so deeply felt, his collation of language with psychological stimuli so vital and examined, that he makes of the verb tense not only a precisely fixed location – at each moment of utterance we know where we were – but an investigation of the essentially linguistic, formally syntactic nature of the past. If the Abbé Sièyes could make of the laconic j’ai vécu a comprehensive reply to those who asked for an account of his life during the French Revolution, the reason is that the setting of the verb in the perfect preterite and the use of it without any prepositional adjunct, define a special <pastness>, an area of recall seemingly vague, yet made exact by inference of ironic judgement.”

¹ Bibliografia sugerida:

Gustave Guillaume, Temps et verbe (Paris, 1929)

______. L’Architectonique du temps dans les langues classiques (Copenhagen, 1946).

The most complete treatment of the whole topic of time in language is to be found in André Jacob, Temps et langage (Paris, 1967). This work includes an extensive bibliography.”

PSICANÁLISE DO PRETÉRITO INTERMINÁVEL IMPERFEITO: “Orpheus walking to the light but with his eyes resolutely turned back. (…) So far as it depends on identifying a <true past> with what are, in fact, word-strings in the past tense, so far as it seeks to exhume reality through grammar, psychoanalysis remains a circular process. Remembrance is always now. In my opinion, Paul Ricoeur’s De L’interpretation (Paris, 1965) will remain the classic statement of the ontological <fictions> in propositions about the past, and of the role of such <fictions> in psychoanalysis.”

Croce’s dictum <all history is contemporary history> points directly at the ontological paradox of the past tense.” TODO HISTORIADOR É UM TRADUTOR: “Looking at an oration by Pericles or an edict by Robespierre, he must determine <the whole range of communications which could have been conventionally performed on the given occasion by the utterance of the given utterance>. This is a handsome ideal, and it sharply illuminates the nature of the historian’s dilemma. But the solution offered is linguistically and philosophically naïve. There can be no determination of all <the functions words can serve> at any given time; <the whole range of communications that could have been conventionally performed> can never be registered or analysed. The determination of the dimensions of pertinent context (what are all the factors that may have genuine bearing on the meanings of this statement?) is very nearly as subjective, as bordered by undecidability in the case of the historical document as in that of the poetic or dramatic passage.”

In Warheit und Methode (Tübingen, 1960), pp. 370-83, H.-G. Gadamer argues the problematic status of all historical documentation at a level which is, philosophically, a good deal deeper than that touched on by Skinner. His conclusion is lapidary, <Der Begriff des ursprünglichen Lesers steckt voller undurschauten Idealisierung> (p. 373). Oddly enough, Gadamer does not point out how drastically Heidegger – who is so clearly the source of the current hermeneutic movement – commits errors of arbitrary recreation in his definitions of the supposedly <true, authentic> meaning of key terms in early Greek philosophyCf. in particular Heidegger’s Einführung in die Metaphysik of 1935 and 1953. See Richard E. Palmer, Hermeneutics (Evanston, Illinois, 1969) for an admirable introduction to the literature.”

¹ Tem certeza que o próprio Heidegger levou essas etimologias a sério?

scholars of Sanskrit suggest that the development of a grammatical system of futurity may have coincided with an interest in recursive series of very large numbers”

Stalinism has shown how a political system can outlaw the past, how it can determine exactly what memories are to be allowed to the living and what dose of oblivion to the dead. One can imagine a comparable prohibition of the future, the point being that tenses beyond the futur prochain necessarily entail the possibility of social change. What would existence be like in a total (totalitarian) present, in an idiom which limited projective utterances to the horizon of Monday next?” “The fact that young children begin by using verbs unmarked by tense may or may not tell us something regarding the genesis of language itself. Clearly, we have no history of the future tense.”

Mary R. Haas, The Prehistory of Languages (The Hague, 1969)

Richard M. Gale (ed.), The Philosophy of Time (London, 1968)

What then is time? If no one asks me, I know. If I want to explain it to a questioner, I do not know.” Augustine

CONCEPÇÕES CRISTÃS DO TEMPO: “The account of Aquinas’ and Ockham’s thought in Étienne Gilson, La Philosophie au Moyen Age (3rd ed., Paris, 1947) remains indispensable.”

McTaggart’s celebrated proof that time is unreal first appeared in 1908; Bergson’s Évolution créatrice a year later. Refutations of McTaggart and critiques of Bergson are at the source of the development of modem <tense-logic>. The questions asked are old.” “For an examination of McTaggart’s <proof> cf. G. Schlesinger, The Structure of McTaggart’s Argument (Review of Metaphysics, XXIV, 1971). The best history of <tense-logic> and the most thorough investigation of the issues involved are to be found in the two books by A.N. Prior, Past, Present, and Future (Oxford, 1967), and Papers on Time and Tense (Oxford, 1968).”

The relation of the genuine prophet (nabi) to the future is, in the classic period of Hebrew feeling, unique and complex. It is one of <evitable> certitude. In as much as he merely transmits the word of God, the prophet cannot err. His uses of the future of the verb are tautological. The future is entirely present to him in the literal presentness of his speech-act. But at the same moment, and this is decisive, his enunciation of the future makes that future alterable. If man repents and changes his conduct, God can bend the arc of time out of foreseen shape. There is no immutability except His being. The force, the axiomatic certainty of the prophet’s prediction lies precisely in the possibility that the prediction will go unfulfilled. From Amos to Isaiah, the true prophet does not announce an immutable decree. (…) It is from the inspired duplicity of the prophet’s task that the tale of Jonah derives its intellectual comedy.”

C.A. Skinner, Prophecy and Religion (London, 1922) (não é o psicólogo!!)

After the disaster at Megiddo in 609 BC, God’s will, says Buber [The Prophetic Fate], becomes an enigma. Jeremiah is a bachun (watch-tower) who seeks to resolve that enigma through moral perception.”

In ancient Judaism man’s freedom is inherent in a complex logical-grammatical category of reversibility.”

The oracle, at least during the early stages of Greek history, is never mistaken (during the Persian wars Delphi will prove to be erroneous and untrustworthy). Oracular uses of the future tense are severely deterministic. As in the grammar of malediction, the words cannot be called back or the fatality undone. But more often than not the phraseology of oracular pronouncements is susceptible of contrary interpretations. The language of the pythoness is forked as are the roads from Daulis. Frequently the questioner misreads the gnomic answer. Indeed the entire stance of those who consult the oracle is that of the unraveller [decifrador]. Such confrontation between deceptive message and code-breaker is characteristic of many aspects of Greek intellectual life.”

More vividly than any other cultural forms, Greek tragedy, Thucydidean history embody a coexistence, a dialectical reciprocity between that which is wholly foreseen and yet shatters the mind.”

Cicero’s version, in the De Divinatione and De Fato already lacks the tense paradoxality of the Greek source. Probably Yeats comes nearest, in Lapis Lazuli:

They know that Hamlet and Lear are gay;

Gaiety transfiguring all that dread.”

Evidence suggests that there was a relatively brief spell during which Christ’s coming was regarded as imminent, as an event occurring in time but bringing time to a stop. As normal sunrise persisted, this anticipation shifted to a millenary calendar, to the numerological and cryptographic search for the true date of His return. Very gradually this sense of speculative but exact futurity altered, at least within orthodox teaching, to a preterite. The Redeemer’s coming had happened already; that <pastness> being replicated and made present in each true sacrament. Even the most lucid of modern Christologists can do little more than state the paradox: <So it seems we must say that for the early Church the coming of Christ was both present and future, both at once.> [Dodd, The Coming of Christ (Cambridge, 1951)] Such coterminous duality could fit no available syntax. The event, formidably concrete as it was held to have been, <lies outside our system of time-reckoning>. The mystery of the transubstantiative rite, enacted in each mass, has its own tense-logic. It literally bodies forth, says Dodd, a <coming of Christ which is past, present and future all in one>.”

The paniques de l’an mille, analysed by Henri Focillon, the Adamite visionaries of the late Middle Ages, the men of the Fifth Monarchy in 17th-century England, the <doom churches> now proliferating in southern California, produce a similar idiom.”

Carnot’s Réflexions sur Ia puissance motrice du feu et les moyens propres à Ia developper (1824): “I can recall the queer inner blow I experienced when learning, as a boy, that in the future the thermodynamics of the sun would inevitably consume neighbouring planets and the works of Shakespeare, Newton, and Beethoven with them.”

C. von Orelli’s Die hebräischen Synonyma der Zeit und Ewigkeit genetisch und sprachvergleichend dargestellt of 1871 marks the beginning of methodical attempts to relate grammatical possibilities and constraints to the development of such primary ontological concepts as time and eternity. It had long been established that the Indo-Germanic framework of three-fold temporality – past, present, future – has no counterpart in Semitic conventions of tense. The Hebrew verb views action as incomplete or perfected. Even archaic Greek has definite and subtly discriminatory verb forms with which to express the linear flow of time from past to future. No such modes developed in Hebrew. In Indo-European tongues <the future is preponderantly thought to lie before us, while in Hebrew future events are always expressed as coming after us>.”

There can be spasms of despair in the individual and in the community, solicitations of <neverness> and of that last great repose which haunted Freud in Beyond the Pleasure Principle. Suicide is a recurrent option, as are resolutions of communal extinction, by sacrificial violence or a refusal to bear children. But these nihilistic temptations remain fitful and, statistically considered, rare. The language fabric we inhabit, the conventions of forwardness so deeply entrenched in our syntax, make for a constant, sometimes involuntary, resilience.”

Very probably, the self-perpetuation of animals takes place in the matrix of a constant present. Like the replication of molecular organisms, the generation and nurture of offspring does not, of itself, instance a concept of the future. The drive of human expectations or, as Bloch calls it, das Prinzip Hoffnung, relates to those probabilistic, partly Utopian reflexes which every human being displays each time he expresses hope, desire, even fear. We move forward in the slipstream of the statements we make about tomorrow morning, about the millennium.”

an animal not yet determined, not yet wholly posited”

ein noch nicht festgestelltes Tier” Nietzsche

it is only through language and music that man can make free of time, and overcome the presentness of his own death.”

The paradoxical possibility of the existence of private language has widely exercised modem logic and linguistic philosophy. It may be that a muddle [confusão] between <idiolect> and <privacy> has frustrated the whole debate. It may be also that only a close reading of actual cases of translation, particularly of poetry, will isolate and make concrete the elements of privacy within public utterance.” “the material leaves one with the sense of an impasse, with the suspicion that a subject of intense interest to philosophy at large and to the theory of language has been unduly narrowed and, perhaps, muddled. In part, this is a matter of mandarin idiom, of the strong inclination of logicians to deal more with each other’s previous papers and animadversions than with the intrinsic question. But it may well be that the trouble lies with Wittgenstein’s own handling of the private-language argument.” “Wittgenstein’s case conceals a reductio ad absurdum, for it can be made to demonstrate that no language at all is possible.”

To use language <in isolation> is like playing a game of solitaire. The names of the cards and the rules of manipulation are publicly given and the latter enable the player to play without the participation of other players. So, in a very important sense, even in a game of solitaire others participate, namely those who had made up the rules of the game.” Gershon Weiler

Cryptography provides a crude model. The practice of encoding information in hidden characters, which can be transmitted either orally or in writing, is probably as ancient as human communication itself, and certainly older than the coded hieroglyphics incised in circa 1900 BC in a nobleman’s tomb at Menet Khufu. It seems to be an inference from the private-language argument that all codes are based on a known public speech-system and can, therefore, be broken (i.e. understood, learned by at least one person beyond the original encoder). I am not certain whether there is a logical proof of this contention, or indeed whether there can be. But factually this appears to be the case. If certain texts – the Indus Valley script, the pictographs found on Easter Island, Mayan glyphs – have, until now, remained undeciphered, the reasons are contingent. They lie in human error or the lack of a critical mass of samples. Yet even here there are suggestive border-cases, puzzles which make of contingency a complex matter of degree. The so-called Voynich manuscript first turned up in Prague in 1666 (a date [and site!] with emphatic apocalyptic-numerological overtones). Its 204 pages comprise a putative code of 29 symbols recurring in what appear to be ordered <syllabic> units. The text gives every semblance of common non-alphabetic substitution. It has, up to the present time, resisted every technique of crypto-analysis including computer-simulation. We do not even know whether we are dealing with, as was formerly held, a 13th – or, as now seems probable, a late-16th – or 17th-century device.” “Cf. David Kahn, The Codebreakers (London, 1966) for a detailed discussion of the Voynich manuscript.”

But could there be any proof of nullity of meaning now that the original contriver is long dead? Would the absence of any such proof be evidence, however tenuous, towards the privacy of the <language> in question? And what of the <one-time pad> codes instituted by the German diplomatic service in the early 1920s? By its use of random non-repeating keys, this system makes of every message a unique, non-repeatable event. Does this undecipherable singularity throw any light on the logical paradigm of a language spoken only once, of a diary, in Wittgenstein’s model, whose rules of notation would apply only in and for the moment at which they were set down? It is the bizarre extremity of such cases which may help to point up, to elicit some of the untested assumptions in the private-language debate.”

As it happens, there is as yet no strong evidence in anthropology to demonstrate either a single and diffusive or a multiple origin of human speech. The transformational-generative postulate of innateness remains highly controversial and is thought by many to be the weakest aspect of the new linguistics. (…) So long as Chomsky does not specify what kind of innate mechanism he is adducing, it is difficult to imagine what would constitute evidence for or against the innateness of deep structures and transformational procedures.”

To a literate member of Western culture in the mid-20th century, the capital letter K is nearly an ideogram, invoking the presence of Kafka or of his eponymous doubles.”

Contrary to what logicians have asserted, numerals do not necessarily satisfy the condition of an identity and universality of associative content.”

At one pole we find a <pathology of Babel>, autistic strategies which attach hermetic meanings to certain sounds or which deliberately invert the lexical, habitual usage of words. At the other extreme, we encounter the currency of banal idiom, the colloquial shorthand of daily chatter from which constant exchange has all but eroded any particular substance. Every conceivable modulation exists between these two extremes. Even the sanest among us will have recourse, as does the deranged solipsist, to words and numerals, to phrases or sound-clusters, whose resonance and talismanic invocation are deeply personal. The cornered child will loose such signals on a deaf world. Families have their own thesaurus often irritatingly opaque to the newest member or outsider. So do priesthoods, guilds, professions, mysteries.”

There is no dictionary that lists even a fraction of the historical, figurative, dialectic, argotic, technical planes of significance in such simple words as, say, chaussée or faubourg; nor could there be, as these planes are perpetually interactive and changing. Where experience is monotonized, on the other hand, the associative content grows progressively more transparent. There is, currently, a stylistic and emotional esperanto of airport lounges, a vulgate identically inexpressive from Archangel to Tierra del Fuego.”

Harold Pinter and Peter Handke have strung together inert clichés, tags of commercial, journalistic idiom, to produce discourse which would show no indeterminacy, no roughage of personal reference. These satiric exercises have a direct bearing on the theory of language. The ego, with its urgent but vulnerable claims to self-definition, withers among hollow, blank phrases. Dead speech creates a vacuum in the psyche.” Comerciais de carro e desodorante que dão ânsia de vômito…

The enrichments of intimacy, of evocative excitement, that came from the use of taboo words, the sense of a uniquely shared access to a new and secret place, were real. Being, today, so loud and public, the diction of eros is stale; the explorations past silence are fewer.”

Under stress of radio and television, it may be that even our dreams will be standardized and made synchronic with those of our neighbours.”

It is almost intolerable that needs, affections, hatreds, introspections which we feel to be overwhelmingly our own, which shape our awareness of identity and the world, should have to be voiced – even and most absurdly when we speak to ourselves – in the vulgate. Intimate, unprecedented as is our thirst, the cup has long been on other lips. One can only conjecture as to the blow which this discovery must be to the child’s psyche. What abandonments of autonomous, radical vision occur when the maturing sensibility apprehends that the deepest instrumentalities of personal being are cast in a ready public mould? The secret jargon of the adolescent coterie, the conspirator’s password, the nonsense-diction of lovers, teddy-bear talk are fitful, short-lived ripostes to the binding commonness and sclerosis of speech. In some individuals the original outrage persists, the shock of finding that words are stale and promiscuous (they belong to everyone) yet wholly empowered to speak for us either in the inexpressible newness of love or in the privacies of terror. It may be that the poet and philosopher are those in whom such outrage remains most acute and precisely remembered; witness Sartre’s study of himself in Les Mots and his analysis of Flaubert’s <infantile> refusal to enter the matrix of authorized speech [?]. <O Wort, du Wort das mir fehlt!> cries Moses at the enigmatic climax of Schönberg’s Moses und Aron. No word is adequate to speak the present absence of God. None to articulate a child’s discovery of his own unreplicable self. None to persuade the beloved that there has been neither longing nor trust like this in any other time or place and that reality has been made new. Those seas in our personal existence into which we are <the first that ever burst> are never silent, but loud with commonplaces.”

The concept of <the lacking word> marks modern literature. The principal division in the history of Western literature occurs between the early 1870s and the turn of the century. It divides a literature essentially housed in language from one for which language has become a prison. Compared to this division all preceding historical and stylistic rubrics or movements – Hellenism, the medieval, the Baroque, Neo-classicism, Romanticism – are only subgroups or variants. From the beginnings of Western literature until Rimbaud and Mallarmé (Hölderlin and Nerval are decisive but isolated forerunners), poetry and prose were in organic accord with language. Vocabulary and grammar could be expanded, distorted, driven to the limits of comprehension. There are deliberate obscurities and subversions of the logic of common discourse throughout Western poetry, in Pindar, in the medieval lyric, in European amorous and philosophic verse of the 16th and 17th centuries. But even where it is most explicit, the act of invention, of individuation in Dante’s stile nuovo, in the semantic cosmography of Rabelais, moves with the grain of speech. The métier of Shakespeare lies in a realization, a bodying forth more exhaustive than any other writer’s, more delicately manifold and internally ordered, of the potentialities of public word and syntax. Shakespeare’s stance in language is a calm tenancy, an at-homeness in a sphere of expressive, executive means whose roots, traditional strengths, tonalities, as yet unexploited riches, he recognized as a man’s hand will recognize the struts and cornices, the worn places and the new in his father’s house. Where he widens and grafts, achieving reaches and interactions of language unmatched before him, Shakespeare works from within. The process is one of generation from a centre at once conventional (popular, historically based, current) and susceptible of augmented life. Hence the normative poise, [porte] the enfolding coherence which mark a Shakespearean text even at the limits of pathos or compactness. Violent, idiosyncratic as it may be, the statement is made from inside the transcendent generality of common speech. A classic literacy is defined by this <housedness> in language, by the assumption that, used with requisite penetration and suppleness, available words and grammar will do the job. There is nothing in the Garden or, indeed, in himself, that Adam cannot name. The concord between poetry and the common tongue dates back at least to the formulaic elements in Homer. It is because it is so firmly grounded in daily and communal speech, taught Milman Parry, that a Homeric simile retains its force. So far as the Western tradition goes, an underlying classicism, a pact negotiated between word and world, lasts until the second half of the 19th century. There it breaks down abruptly. Goethe and Victor Hugo were probably the last major poets to find that language was sufficient to their needs. The causes of this breakdown lie outside the scope of the argument. They are obviously multiple and complex. One would want to include consideration of the phenomenology of alienation as it emerges in the industrial revolution. The <discovery> of the unconscious and subconscious strata of the individual personality may have eroded the generalized authority of syntax. Conflicts between artist and middle class make the writer scornful of the prevailing idiom (this will be the theme of Mallarmé’s homage to Poe). <Entropy> effects could be important: the major European tongues, which are themselves offshoots from an Indo-European and Latin past, tire. Language bends under the sheer weight of the literature which it has produced. Where is the Italian poet to go after Dante, what untapped sources of life remain in English blank verse after Shakespeare? In 1902, Edmund Gosse will say of the Shakespearean tradition: <It haunts us, it oppresses us, it destroys us.> But the whole question of the aetiology and timing of the language-crisis in Western culture remains extremely involved and only partly understood. I have tried to deal with certain political and linguistic aspects of the problem in Language and Silence (1967) and Extraterritorial (1971).”

The poet no longer has or aspires to native tenure in the house of words. Established language is the enemy.” “Because it has become calcified, impermeable to new life, the public crust of language must be riven.”

Mallarmé, Un Coup de dés jamais n’abolira le hazard

The whole question of <difficulty> is more startling, nearer the heart of a theory of language, than is ordinarily realized. What is meant by saying that a linguistic proposition, a speech-act – verse or prose, oral or written – is <difficult>? Assuming the relevant language is known and the message plainly heard or transcribed, how can it be? Where does its <difficulty> lie? As Mauthner’s critique shows exhaustively, it is merely an evasion to affirm that the <thought> or <sentiment> in, behind the words is difficult.”

Raise me this beggar and deject that lord,

The senator shall bear contempt hereditary,

The beggar native honour” Shak.

It remains the case that our own sensibilities, our capacity to hear the full tonal range of speech fall drastically short of Shakespeare’s. As we re-read, we take in what we were too obtuse to grasp before. But such insufficiency is contingent. It is not a <difficulty> logically inherent in the text.” um onanista consciente “in the <complete library> all answers may be found” “This is still true of Ulysses, which is in this cardinal respect a classic work, no less responsible to a public grid and tradition than were the works of Milton and of Goethe. The fissure opens with Finnegans Wake.”

No <difficulty> in Browning’s Sordello, reputedly the most obscure of romantic poems, is of the same nature, of the same semantic purpose and meaning, as are the difficulties in Mallarmé’s”

semen-ouvintes

c’est

main

you are

or

20?

vingts

to: Wendy

[m]od[orra] (((móveis parados em Monte Mordor)))

forte Odor

sou forte

ou sinto dor?

douro

ou não sou flor?

mandioca, ora, oder?

odre de vidro?

cheio?

cavidade oca?

meio?

chora

maca-cheira

forte

som de (((soun-d)) sec

enxofree

the energies of concealment are of an entirely new species.” “They pivot inward and we follow as best we may. The process is, as Mallarmé, Khlebnikov, and Stefan George taught, one of calculated failure”

P. 181: o tal do Mallarmé que parece até comigo… interpretações

Une damme elle s’abolit

dans le douceur du jus supreme (awh!)

communes blasphemes

elle sent

éther

en elle-même

au lit.

de repos

le blanc flotte dehors du pennis

la vie très belle, qui-t-on blâme?

Il ne s’en veillit pas

Au creux est né un musicien

silence! bruit!! silence!

vuide

ui ui ui

ouais ouiais ouais

Houaiss

au-man-aqui

ao-homme-ici-

bàs, tché!

tresser track

tréc, bric-à-brac

honnoré de bâl

au rap, nê!

Paul Celan, almost certainly the major European poet of the period after 1945:

Das Gedunkelte Splitterecho,

himstrom—-

hin,

die Buhne über der Windung,

auf die es zu stehn kommt,

soviel Unverfenstertes dort,

sieh nur,

die Schütte

müssiger Andacht,

einen Kolbenschlag von

den Gebetssilos weg,

einen und keinen.”

These subversions of linearity, of the logic of time and of cause so far as they are mirrored in grammar, of a significance which can, finally, be agreed upon and held steady, are far more than a poetic strategy. They embody a revolt of literature against language – comparable with, but perhaps more radical than any which has taken place in abstract art, in atonal and aleatory music. When literature seeks to break its public linguistic mould and become idiolect, when it seeks untranslatability, we have entered a new world of feeling.”

REPRESENTAÇÃO SYMBOHLIKA DO GOVERN0 BOLSONARO (ver 20/03/2019 Seclusão)

peeling grammatical

pissing

phishing

auto_phy

shy

psyauto

chology

cholostomyanus

u@fool

cleansing racial chants

white blues of t[h]orpor

For the writer after Mallarmé language does violence to meaning, flattening, destroying it, as a living thing from the deeps is destroyed when drawn to the daylight and low pressures of the sea surface. But hermeticism, as it develops from Mallarmé to Celan, is not the most drastic of moves counter to language in modern literature. Two other alternatives emerge. Paralysed by the vacuum of words, by the chasm which has opened between individual perception and the frozen generalities of speech, the writer falls silent. The tactic of silence derives from Hölderlin or, more accurately, from the myth and treatment of Hölderlin in subsequent literature (Heidegger’s commentaries of 1936-44 are a representative instance).”

PROFISSÃO: … (niilista)

the poet’s personal collapse into mental apathy and muteness, could be read as exemplifying the limits of language, the necessary defeat of language by the privacy and radiance of the inexpressible.”

Vertigo assails him at the thought of the abyss which separates the complexity of human phenomena from the banal abstraction of words. Haunted by microscopic lucidity – he has come to experience reality as a mosaic of integral structures – Lord Chandos [Hofmannsthal] discovers that speech is a myopic shorthand. Looking at the most ordinary object with obsessive notice, Chandos finds himself entering into its intricate, autonomous specificity”

Es ist mir dann, als geriete ich seiher in Gärung, würfe Blasen auf, wallte und funkelte. Und das Ganze ist eine Art fieberisches Denken, aber Denken in einem Material, das unmittelbarer, flüssiger, glühender ist als Worte. Es sind gleichfalls Wirbel, aber solche, aber solche, die nicht wie die Wirbel der Sprache ins Bodenlose zu führen scheinen, sondern irgenwie in mich selber und in den tiefsten Schoss des Friedens.”

A good deal of what is representative in modern literature, from Kafka to Pinter, seems to work deliberately at the edge of quietness.”

It is as if, through becoming involved in literature, I had used up all possible symbols without really penetrating their meaning. They no longer have any vital significance for me. Words have killed images or are concealing them. A civilization of words is a civilization distraught. Words create confusion. Words are not the word (les mots ne sont pas la parole) . . . The fact is that words say nothing, if I may put it that way . . . There are no words for the deepest experience. The more I try to explain myself, the less I understand myself. Of course, not everything is unsayable in words, only the living truth.” Ionesco

the Russian <Kubofuturist>, Alexei Krucenyx, in his Declaration of the Word As Such (1913): <The worn-out, violated word ‘lily’ is devoid of all expression. Therefore I call the lily éuy…>”

Considering the innocent finality of Hebrew poetry and of Greek literature, the paradox of freshness combined with ripeness of form, thinkers such as Winckelmann, Herder, Schiller, and Marx argued that Antiquity and the Greek genius in particular had been uniquely fortunate. The Homeric singer, Pindar, the Attic tragedians had been, literally, the first to find shaped expression for primary human impulses of love and hatred, of civic and religious feeling. To them metaphor and simile had been novel, perhaps bewildering suppositions. That a brave man should be like a lion or dawn wear a mantle of the colour of flame were not stale ornaments of speech but provisional, idiosyncratic mappings of reality. No Western idiom after the Psalms and Homer has found the world so new. Presumably, the theory is spurious. (…) No techniques of anthropological or historical reconstruction will give us any insight into the conditions of consciousness and social response which may have generated the beginnings of metaphor and the origins of symbolic reference.”

The best analyses of the language of nonsense with special reference to English may be found in Emile Cammaerts, The Poetry of Nonsense (London, 1925), and Elizabeth Sewell, The Field of Nonsense (London, 1952).” “The grammar of nonsense consists primarily of pseudo-series or alignments of discrete units which imitate and intermingle with arithmetic progressions (in Lewis Carroll these are usually familiar rows and factorizations of whole numbers).” Muito que pensar (ou nem tanto): Platão, Pitágoras, Aristóteles, o Um… No fim, eu sou mais matemático do que sempre me cogito. A régua é a medida do homem. artes-anal. Picotear a lengua a nada lleva. Masturbação pura e simples travestida de vã-guarda. Parallax scrolling. Fausse sortie.

Um janota filosofando sobre o absurdo não consegue mais irreverência que um excêntrico mr. Kant.

PARECE QUE SUPERESTIMAMOS SHERLOCK HOLMES AQUI! “Bilingual and multilingual poetry, i.e. a text in which lines or stanzas in different languages alternate, goes back at least to the Middle Ages and to contrapunctal uses of Latin and the vulgate.”

there are combinations of Provençal, Italian, French, Catalan, and Galician-Portuguese in troubadour verse.”

Aime criaient-ils aime gravité

de très hautes branches tout bas pesait là

Terre aime criaient-ils dans le haut

(Cosí, mia sfera, cosí in me, sospesa, sogni: soffiavi, tenera,

[un cielo: e in me cerco i tuoi poli, se la

tua lingua è la mia ruota, Terra del Fuoco, Terra di Roubaud)

Naranja, poma, seno esfera al fin resuelta

en vacuidad de estupa. Tierra disuelta.

Ceres, Persephone, Eve, sphere

earth, bitter our apple, who at the last will hear

that love-cry?”

A good measure of the prose in Finnegans Wake is polyglot. Consider the famous riverrounding sentence on page one: ‘Sir Tristram, violer d’amores, fr’over the short sea, has passencore rearrived from North Armorica . . . .’ Not only is there the emphatic obtrusion of French in triste, violer, pas encore and Armoric (ancient Brittany), but Italian is present in viola d’amore and, if Joyce is to be believed, in the tag from Vico, ricorsi storici, which lodges partly as an anagram, partly as a translation, in ‘passencore rearrived’.”

Or take a characteristic example from Book II: ‘in deesperation of deispiration at the diasporation of his diesparation’. In this peal a change is rung on four and, possibly, five languages: English ‘despair’, French ‘déesse’, Latin dies (perhaps the whole phrase Dies irae is inwoven), Greek diaspora, and Old French or Old Scottish dais or deis meaning a stately room and, later, a canopied platform for solemn show.”

Thus ‘seim’ in ‘the seim anew’ near the dose of ‘Anna Livia Plurabelle’ contains English ‘same’ and the river Seine in a deft welding not only of two tongues but of the dialectical poles of identity and flux.”

PROFESSORES UNIVERSITÁRIOS, UNI-VOS! BUT NOT ESPERANTO, POUR THOMAS: “But even in Finnegan’s Wake, the multilingual combinations are intended towards a richer, more cunning public medium. They do not aim at creating a new language. Such invention may well be the most paradoxical, revolutionary step of which the human intellect is capable.”

FIE! FAIRY, FAIL! PHANTOM PHANTASY — ANTHEM

in-me-she-ate (initiate)

inseminate

ins eminate

eminent enemy is

insert mine ache

sem mim, hate

neither,

nay, name ‘h’

n’ hey!

This is not the place to go into the extensive, intricate literary aspects of Dada.¹ But it now seems probable that the entire modernist current, right to the present day, to minimalist art and the happening, to the <freak-out> and aleatory music [Jazz? Bebop?], is a footnote, often mediocre and second-hand, to Dada. The verbal, theatrical, and artistic experiments conducted first in Zurich in 1915-7 and then extended to Cologne, Munich, Paris, Berlin, Hannover, and New York, constitute one of the few undoubted revolutions or fundamental <cuts> in the history of the imagination.”

¹ “The field has reached an extension and complexity such that there is nearly need for a <bibliography of bibliographies>.”

Hans Richter, Dada-Kunst und Antikunst. Der Beitrag Dadas zur Kunst des 20. Jahrhunderts (Cologne, 1964);

Herbert S. Gershman, A Bibliography of the Surrealist Revolution in France (University of Michigan Press, 1969);

G. E. Steinke, The Life and Work of H. Ball, founder of Dadaism (The Hague, 1967).

Ball’s autobiographical novel Flametti oder vom Dandysmus der Armen;

Otto Flak’s roman à clef [“baseado em fatos reais”], Nein und Ja. Roman des Jahres 1917.

The slapstick and formal inventions of Hugo Ball, Hans Arp, Tristan Tzara, Richard Huelsenbeck, Max Ernst, Kurt Schwitters, Francis Picabia, and Marcel Duchamp have a zestful integrity, an ascetic logic notoriously absent from a good many of the profitable rebellions that followed. Many instigations, themselves fascinating, lie behind the Dada language-routines as they erupt at the Cabaret Voltaire in 1915. It seems likely that Ball chose the name of the cabaret in order to relate Dada to the Café Voltaire in Paris at which Mallarmé and the Symbolists met during the late 1880s and 1890s.” “The notion of automatic writing, of the generation of word groups freed from the constraints of will and public meaning, dates back at least to 1896 and Gertrude Stein’s experiments at Harvard. These trials, in turn, were taken up by Italian Futurism and are echoed in Marinetti’s call for parole in libertà.”

As Dada sprang up, <madness and death were competing . . . Those people not immediately involved in the hideous insanity of world war behaved as if they did not understand what was happening all around them . . . Dada sought to rouse them from their piteous stupor.> [Arp]”

Ball, Die Flucht aus der Zeit

Não “o fluxo do tempo”, mas um vôo ou salto para fora do tempo

nãotaxe

The result is a disturbing sensation of possible events and densities (Heidegger’s Dichtung) just below the visual surface. No signals, or very few apart from the title, are allowed to emerge and evoke a familiar tonal context.”

the very definition and perception of speech-pathology are themselves a social and historical convention. Different periods, different societies draw different lines between permissible and <private> linguistic forms. Cf. also B. Grassi, ‘Un contributo allo studio della poesía schizofrenica’ (Rassegna neuropsichiatrica, XV, 1961), David V. Forrest, Poiesis and the Language of Schizophrenia (Psychiatry, XXVIII, 1965), and S. Piro, Il linguaggio schizofrenico (Milan, 1967).”

The self-defeating paradox in private language, be it the trobar clus of the Provençal poet or the lettrisme of Isou, lies in the simple fact that privacy diminishes with every unit of communication.”

a dictionary is an inventory of consensual, therefore eroded and often <sub-significant> usages”

L. Couturat and L. Leau, Histoire de Ia langue universelle (Paris, 1903), with its investigation of 56 artificial languages, remains the standard work.” “Pansophia can be achieved only by means of panglottia.”

These 3 goals are already implicit in Bacon’s plea, in The Advancement of Learning (1605), for the establishment of a hierarchy of <real characters> capable of giving precise expression to fundamental <things and notions>. Some 20 years later Descartes, in his correspondence with Mersenne, welcomed the project but doubted whether it could be executed before the elaboration of a complete analytic logic and <true philosophy>.”

Urquhart’s interlingua contains 11 genders and 10 cases besides the nominative. Yet the entire edifice is built on <but 250 prime radices upon which all the rest are branches>. Its alphabet counts 10 vowels, which also serve as digits, and 25 consonants; together these articulate all sounds of which the vocal organs of man are capable. This alphabet is a powerful means of arithmetical logic: <What rational Logarithms do by writing, this language doth by heart; and by adding of letters, shall multiply numbers; which is a most exquisite secret.> The number of syllables in a word, moreover, is proportionate to the number of its significations. Urquhart kept his <exquisite secret> but the anticipation of his claim on modem symbolic logic and computer languages is striking.”

L. Couturat’s treatment of Leibnizian linguistics in La Logique de Leibniz (Paris, 1901) remains authoritative.”

Few of these confections have shown much vitality. Only Esperanto continues to lead a somewhat Utopian, vestigial existence.”

There are numerous treatments of the logical and linguistic aspects of computer languages. Several important papers are gathered in T.B. Steel (ed.), Formal Languages and Description Languages for Computer Programming (Amsterdam, 1961), and in M. Minsky (ed.), Semantic Information Processing (M.I.T. Press, 1968). Cf. also B. Higman, A Comparative Study of Programming Languages (London and New York, 1967).”

The history of <the linguistic turn> is itself a broad subject. Even if we consider only the argument on <truth>, we can make out at least 4 main stages. There is the early work of [Marianne?] Moore and Russell [the mad chap], then of Russell and Whitehead, with its explicit background in the logistics of Boole, Peano, and Frege. There are the attempts to establish semantic definitions of <truth> made by Tarski, by Carnap, and by the Logical Positivists during the 1930s, attempts carried forward, in a highly personal vein, by Wittgenstein. A 3rd focus is provided by <Oxford philosophy> and, most notably, by the 1950 debate on <truth> between Austin and P.F. Strawson and the extensive literature to which this exchange gave rise.”

linguistic analysis may do so thorough a job of exorcism that we might <come to see philosophy as a cultural disease which has been cured>.”

This distinction, with its scarcely concealed inference of vacuity in the other camp, applies to Husserl, to Heidegger, to Sartre, to Ernst Bloch. Consequently, there is historical and psychological justification for setting <linguistic philosophy> apart from <philosophy of language> (Sprachphilosophie). This separation is damaging. It is doubtful whether Austin’s well-known prognostication can be realized so long as the gap remains: <Is it not possible that the next century may see the birth, through the joint labours of philosophers, grammarians and numerous other students of language, of a true and comprehensive science of language?>”

J. Ayer, Foundations of Empirical Knowledge (London, 1963)

Schiller’s best-known paper: Must Philosophers Disagree?’, published in the Proceedings of the Aristotelian Society for 1933. (…) There is the linguistic empiricism or materialism of the Marxists with its stress on <what is out there>. But no less than in other branches of recent philosophic investigation, it is the analytic positions which have been the most influential and actively pursued. The matter of truth has been one of the relations between <words and words> more often than between <words and things>.”

WHO’S AUSTIN? “Wittgenstein belongs to the history of hermetic and aphoristic practices in German literature as do Hölderlin and Lichtenberg. The finesse of Austin’s acoustical sense for speech, his ability to spot the almost surrealistic turns of unguarded oddity in common diction were such that he would have been, had he so purposed, an acute philologist or literary critic.”

Meu nulo e autêntico dia se encontra no meio-termo fractional infinitesimal entre o zero sociológico e o um platônico.

Hume’s admonition in the first Book of the Treatise¹ inhibits him: all hypothetical arguments or <reasonings upon a supposition> are radically infirmed by the absence of any <belief of real existence>. Thus they are <chimerical and without foundation>. The entire terrain is a muddle.”

¹ Em breve no Seclusão. Reportar-se também a minha análise de Hume-Kant: https://seclusao.art.blog/2021/05/13/historia-das-ideias-introducao-a-epistemologia-hume-kantiana/.

Bloch is a messianic Marxist; he finds the best rudiments of futurity in dialectical materialism and the Hegelian-Marxist vision of social progress. But his semantics of rational apocalypse have general philosophic and linguistic application. More than any other philosopher, Bloch has insisted that <reasonings upon a supposition> are not, as Hume in his exercise of systematic doubt ruled, <chimerical and without foundation>.”

CONTINENTE VS. VERBUM: “The ontological and the linguistic-analytical approaches would coexist in mutual respect and be seen as ultimately collaborative. But we are still a long way from this consolidation of insight.”

In the Hippias minor Socrates enforces an opinion which is exactly antithetical to that of Augustine. <The false are powerful and prudent and knowing and wise in those things about which they are false.> The dialogue fits only awkwardly in the canon and its purpose may have been purely <demonstrative> or ironically a contrario.” Or you may be slow to understand.

<For I hate him like the gates of death who thinks one thing and says another>, declares Achilles in Book IX of the Iliad. Opposed to him stands Odysseus, <master deceiver among mortals>. In the balance of the myth it is Odysseus who prevails; neither intellect nor creation attenuate Achilles’ raucous simplicity.”

The shallow cascade of mendacity which attends my refusal of a boring dinner engagement is not the same thing as the un-saying of history and lives in a Stalinist encyclopedia.”

French allows alterité, a term derived from the Scholastic discrimination between essence and alien, between the tautological integrity of God and the shivered fragments of perceived reality. Perhaps <alternity> will do: to define the <other than the case>, the counter-factual propositions, images, shapes of will and evasion with which we charge our mental being and by means of which we build the changing, largely fictive milieu of our somatic and our social existence.”

MAN’S GENIUS LIES UNTOUCHED.

Swift’s emblem remains one of elemental centaurs, of an instinctual ethic across the borders from man. It may be that the rubric of camouflage extends to silence, to a withholding of response. At a higher level of evolution, in the primate stage perhaps, the animal will refuse an answer (there is something less than human in Cordelia’s loving reticence).”

Folk tales and mythology retain a blurred memory of the evolutionary advantage of mask and misdirection. Loki, Odysseus are very late, literary concentrates of the widely diffused motif of the liar”

There is a myth of hand-to-hand encounter – a duel, a wrestling bout, a trial by conundrum whose stake is the loser’s life – which we come across in almost every known language and body of legend.”

To falsify or withhold one’s real name – the riddle set for Turandot and for countless other personages in fairy-tales and sagas – is to guard one’s life, one’s karma or essence of being, from pillage or alien procurement.”

There is only one world, and that world is false, cruel, contradictory, misleading, senseless… We need lies to vanquish this reality, this <truth>, we need lies in order to live… That lying is a necessity of life is itself a part of the terrifying and problematic character of existence.”

It is our syntax, not the physiology of the body or the thermodynamics of the planetary system, which is full of tomorrows. Indeed, this may be the only area of <free will>, of assertion outside direct neurochemical causation or programming. We speak, we dream ourselves free of the organic trap.”

Gordon W. Hewes, “An Explicit Formulation of the Relationship Between Tool-Usings, Tool-Making, and the Emergence of Language” (in: Visible Language, VII, 1973)

The symbolic affinities between words and fire, between the live twist of flame and the darting tongue, are immemorially archaic and firmly entrenched in the subconscious.”

Über Wahrheit und Lüge im aussermoralischen Sinne

The craft of the translator is, as we shall see, deeply ambivalent: it is exercised in a radical tension between impulses to facsimile and impulses to appropriate recreation. In a very specific way, the translator <re-experiences> the evolution of language itself, the ambivalence of the relations between language and world, between <languages> and <worlds>. In every translation the creative, possibly fictive nature of these relations is tested. Thus translation is no specialized, secondary activity at the <interface> between languages. It is the constant, necessary exemplification of the dialectical, at once welding and divisive nature of speech.”

IV. THE CLAIMS OF THEORY

THE literature on the theory, practice, and history of translation is large. It can be divided into four periods, though the lines of division are in no sense absolute. The first period would extend from Cicero’s famous precept not to translate verbum pro verbo, in his Libellus de optimo genere oratorum of 46 BC and Horace’s reiteration of this formula in the Ars poetica some 20 years later, to Hölderlin’s enigmatic commentary on his own translations from Sophocles (1804). This is the long period in which seminal analyses and pronouncements stem directly from the enterprise of the translator. It includes the observations and polemics of Saint Jerome, Luther’s magisterial Sendbrief vom Dolmetschen of 1530, the arguments of Du Bellay, Montaigne, and Chapman, Jacques Amyot to the readers of his Plutarch translation, Ben Jonson on imitation, Dryden’s elaborations on Horace, Quintilian and Jonson, Pope on Homer, Rochefort on the Iliad. Florio’s theory of translation arises directly from his efforts to render Montaigne; Cowley’s general views are closely derived from the nearly intractable job of finding an English transposition for the Odes of Pindar. There are major theoretic texts in this first phase: Leonardo Bruni’s De interpretatione recta of c. 1420, for example, and Pierre Daniel Huet’s De optimo genere interpretandi, published in Paris in 1680 (after an earlier, less developed version of 1661). Huet’s treatise is, in fact, one of the fullest, most sensible accounts ever given of the nature and problems of translation. Nevertheless, the main characteristic of this first period is that of immediate empirical focus. This epoch of primary statement and technical notation may be said to end with Alexander Fraser Tytler’s (Lord Woodhouselee) Essay on the Principles of Translation issued in London in 1792, and with Friedrich Schleiermacher’s decisive essay Über die verschiedenen Methoden des Übersetzens of 1813.

2nd period:

It gives the subject of translation a frankly philosophic aspect.”

We owe to it many of the most telling reports on the activity of the translator and on relations between languages. These include texts by Goethe, Schopenhauer, Matthew Arnold, Paul Valéry, Ezra Pound, I.A. Richards, Benedetto Croce, Walter Benjamin, and Ortega y Gasset. This age of philosophic-poetic theory and definition – there is now a historiography of translation – extends to Valery Larbaud’s inspired but unsystematic Sous l’invocation de Saint Jerome of 1946.”

3rd period:

The first papers on machine translation circulate at the close of the 1940s. Russian and Czech scholars and critics, heirs to the Formalist movement, apply linguistic theory and statistics to translation. Attempts are made, notably in Quine’s Word and Object (1960), to map the relations between formal logic and models of linguistic transfer. Structural linguistics and information theory are introduced into the discussion of interlingual exchange. Professional translators constitute international bodies and journals concerned mainly or frequently with matters of translation proliferate. It is a period of intense, often collaborative exploration of which Andrei Fedorov’s lntroduction to the Theory of Translation (Vvednie v toriju perevoda, Moscow, 1953) is representative.”

In many ways we are still in this third phase. The approaches illustrated in these two books – logical, contrastive, literary, semantic, comparative – are still being developed. Yet certain differences in emphasis have occurred since the early 1960s. The <discovery> of Walter Benjamin’s paper Die Aufgabe des Übersetzers, originally published in 1923, together with the influence of Heidegger and Hans-Georg Gadamer, has caused a reversion to hermeneutic, almost metaphysical inquiries into translation and interpretation. Much of the confidence in the scope of mechanical translation, which marked the 1950s and early 60s, has ebbed. The developments of transformational generative grammars has brought the argument between <universalist> and <relativist> positions back into the forefront of linguistic thought. As we have seen, translation offers a critical ground on which to test the issues. Even more than in the 1950s, the study of the theory and practice of translation has become a point of contact between established and newly evolving disciplines. It provides a synapse for work in psychology, anthropology, sociology, and such intermediary fields as ethno- and socio-linguistics.”

<If there is no interpreter present, let the alien speaker be silent.>

<Translation would be blasphemy> (II Corinthians 12:4). An even more definite taboo can be found in Judaism.”

Traduced into French, said Heine, his German poems were <moonlight stuffed with straw>.”

nulla cosa per legame musaico armonizzata si può de la sua loquela in altra transmutare, senza rompere tutta sua dolcezza e armonia” Dante

To read Plato or Kant, to grasp Descartes or Schopenhauer, is to undertake an elaborate, finally <undecidable> task of semantic reconstruction.” Fiz meus 50% – tá bom né?

As early as the Cratylus and the Parmenides, we are made to feel the tension between aspirations to universality, to a critical fulcrum independent of temporal, geographic conditions, and the relativistic particularities of a given idiom.”

Strictly considered, no statement is completely repeatable (time has passed). To translate is to compound unrepeatability at second and third hand. L’intraducibilità is the life of speech.” Croce, Estetica, 1926

The exuberance of Rabelais, Montaigne, and, to a lesser extent, Shakespeare found in the classic precedent a ballast [lastro], a supple but steadying recourse to scale and order. But <ballast> is too static an image.”

The <untranslatability> of Aristophanes in the latter half of the 19th century was far more than a matter of prudery. The plays seemed <unreadable> at many levels of linguistic purpose and scenic event. Less than 100 years later, the elements of taste, humour, social tone, and formal expectation which make up the reflecting surface, had moved into focus.” “The argument against translatability is, therefore, often no more than an argument based on local, temporary myopia.”

Giacchè tradurre, in verità, è Ia condizione d’ogni pensare e d’ogni apprendere.” Gentile

The Dolmetscher [diplomata] is the <interpreter>, using the English word in its lower range of reference. He is the intermediary who translates commercial documents, the traveller’s questions, the exchanges of diplomats and hoteliers. He is trained in Dolmetscherschulen whose linguistic demands may be rigorous, but which are not concerned with <high> translation.”

The same ambiguity affects English interpreter and Italian interprete: he is the helpful personage in the bank, business office, or travel bureau, but he is also the exegetist and recreative performer. Truchement is a complicated word with tonalities inclusive of different ranges and problems of translation. It derives from Arabic tardjeman (Catalan torismani) and originally designates those who translated between Moor and Spaniard. Its use in Pascal’s Provinciales, XV, suggests a negative feeling: the truchement is a go-between, whose rendering may not be disinterestedly accurate. But the term also signifies a more general action of replacement, almost of metaphor: the eyes can be the truchement, translating, substituting for the silent meanings of the heart.”

When it is analysing complex structures, thought seems to favour triads. This is true of myths of golden, silver and iron ages, of Hegelian logic, of Comte’s patterns of history, of the physics of quarks.”

According to the modem view, the category of imitatio can legitimately include Pound’s relations to Propertius and even those of Joyce to Homer.”

Right translation is <a kind of drawing after the life>. Ideally it will not pre-empt the authority of the original but show us what the original would have been like had it been conceived in our own speech.”

Goethe’s involvement in translation was lifelong. His translations of Cellini’s autobiography, of Calderón, of Diderot’s Neveu de Rameau are among the most influential in the course of European literature. He translated from Latin and Greek, from Spanish, Italian, English, French and Middle High German, from Persian and the south Slavic languages. Remarks on the philosophy and technique of translation abound throughout his work, and a number of Goethe’s poems are themselves a commentary on or metaphoric treatment of the theme of translation. Deeply persuaded, as he was, of the continuity of life-forms, of the harmonious, though often hidden interweaving and cross-reference in all morphological reality, Goethe saw in the transfer of meaning and music between languages a characteristic aspect of universality. His best-known theoretical statement occurs in the section on translation in the lengthy prose addenda to the West-Östlicher Divan (1819).” “Fritz Strich’s well-known Goethe und die Weltliteratur (Bern, 1946) deals with the general theme of Goethe’s relations to other literatures. But, so far as I am aware, we have not had until now a full-scale study of Goethe’s translations and of their influence on his own writings and philosophy of form.”

Can he really have meant to say that Luther’s immensely conscious, often magisterially violent reading is an instance of humble style, imperceptibly insinuating a foreign spirit and body of knowledge into German?”

He knew that Wieland’s imitations of Cervantes and Richardson, and his translations of Cicero, Horace, and Shakespeare had been instrumental in the coming of age of German literature.”

Only the third class of translators can accomplish so much. Goethe’s example here is Johann Heinrich Voss whose versions of the Odyssey (1781) and Iliad (1793) Goethe rightly considered to be one of the glories of European translation and a principal instrument in the creation of German Hellenism.”

Now the dominant current is German. As has been often said by German poets and scholars, translation was the <inmost destiny> (innerstes Schicksal) of the German language itself. The evolution of modem German is inseparable from the Luther Bible, from Voss’ Homer, from the successive versions of Shakespeare by Wieland, Schlegel, and Tieck.”

After observing querulously in chapter 35 of the Parerga und Paralipomena, that no amount of labour or genius would convert être debout into stehen, Schopenhauer concluded that no less was needed than a <transference of soul>.”

No translator has recorded with more scruple his inner life between languages or has brought a more intelligent intensity to the problem of <letter> versus <spirit> than did Stephen MacKenna. MacKenna gave his uncertain physical and mental health to the translation of Plotinus’ Enneades. The 5 tall volumes appeared between 1917 and 1930. This solitary, prodigious, grimly unremunerative labour constitutes one of the masterpieces of modem English prose and formal sensibility.” “In a monumental letter of 15 October 1926 MacKenna comes as close as he can to defining the proper modernity of a good translation from the classics.

Whenever I look again into Plotinus I feel always the old trembling fevered longing: it seems to me that I must be born for him, and that somehow someday I must have nobly translated him: my heart, untravelled, still to Plotinus turns and drags at each remove a lengthening chain.”

At best, wrote Huet, translation can, through cumulative self-correction, come ever nearer to the demands of the original, every tangent more closely drawn. But there can never be a total circumscription. From the perception of unending inadequacy stems a particular sadness. It haunts the history and theory of translation.”

List Saint Jerome, Luther, Dryden, Hölderlin, Novalis, Schleiermacher, Nietzsche, Ezra Pound, Valéry, MacKenna, Franz Rosenzweig, Walter Benjamin, Quine – and you have very nearly the sum total of those who have said anything fundamental or new about translation.”

There is no treatise on translation comparable in definition or influence to Aristotle’s Poetics or Longinus On the sublime. It is only very recently (with the foundation of the International Federation of Translators in Paris in 1953) that translators have fully asserted their professional identity, that they have claimed a worldwide corporate dignity. Until then Valery Larbaud’s description of the translator as the beggar at the church door was largely accurate”

Though the Index translationum issued annually by UNESCO shows a dramatic increase in the number and quality of books translated, though translation is probably the single most telling instrument in the battle for knowledge and woken consciousness in the underdeveloped world, the translator himself is often a ghostly presence. He makes his unnoticed entrance on the reverse of the title-page. Who picks out his name or looks with informed gratitude at his labour?”

Who can identify the principal translators of Bacon, Descartes, Locke, Kant, Rousseau, or Marx? Who made Machiavelli or Nietzsche accessible to those who had no Italian or German?”

We speak of the <immense influence> of Werther, of the ways in which the European awareness of the past was reshaped by the Waverley novels. What do we remember of those who translated Goethe and Scott, who were in fact the responsible agents of influence? Histories of the novel and of society tell us of the impact on Europe of Fenimore Cooper and Dickens. They do not mention Auguste-Jean-Baptiste Defaucompret through whose translations that impact is made.”

It remains a piece of pedantic lore that Byronism, certainly in France, Russia, and the Mediterranean is mainly the consequence of the translations of Amédée Pichot.”

It is the translations into French, English, and German by Motteux, Smollett, and Tieck respectively of Cervantes which constitute the life at large, the intensity in the literate imagination, of Don Quixote.”

his role in making Dostoevsky or Proust available to us is underlined because it is felt that the work needs re-doing.”

In what ways does the development of crucial philosophic, scientific, or psychological terms depend on successive translations of their initial or non-native statement? To what degree is the evolution of western Platonism, of the image of <the social contract>, of the Hegelian dialectic in the communist movements, a result of selective, variant, or thoroughly mistaken translations? Koyré’s investigations of the history of the translations of Copernicus, Galileo, and Pascal, Gadamer’s inquiries into the theoretic and practical translatability of key terms in Kant and Hegel, J.G.A. Pocock’s study of the inheritance of the vocabulary of politics from the Florentine Renaissance to Locke and Burke, are pioneering efforts. There is until now only a rudimentary understanding of the language-aspects of intellectual history and of the study of comparative institutions. Yet they are absolutely central. Without a grasp of the nature of translation there can be no account of the current in the circuit.”

Schools for translators, such as are believed to have flourished in Alexandria in the 2nd century A.D. or in Baghdad, under the leadership of Hunain ibn Ishaq, during the 9th century, would be worth analysing and comparing.”

We collate and judge this or that Arabic version of Aristotle or Galen. We contrast Roy Campbell’s reading into English of a Baudelaire sonnet with the readings proposed by Robert Lowell and Richard Wilbur. We set Stefan George’s Shakespeare next to Karl Kraus’. We follow the transformation of Racine’s alexandrines into the hexameters of Schiller’s Phädra. We wonder at the recasting of Lenin on empirio-criticism into Urdu and Samoyed.”

To use a very rough analogy, the discipline of translation may be subject only to a Linnaean, not to a Mendelian type of formalization.”

How many false starts, what arcs of association, what doodles of the brain and of the hand underlie Chesterton’s uncannily evocative version of Du Bellay’s Heureux qui comme Ulysse or Goethe’s rendition, which is a masterpiece, of Manzoni’s Il Cinque maggio?”

The Valery Larbaud archive in Vichy contains a wealth of material, as yet unexploited, on the work in progress which led to the remarkable French translations of Moby Dick and Ulysses.” “It is doubtful whether Michel Butor will destroy the work-sheets of his current attempt to find a French mirroring for Finnegans Wake or whether Anthony Burgess’ efforts to do the same in Italian will not survive – notes, drafts, uncorrected proofs, final galleys and all – in the strong-room of some American university. The unformed fascinates us.

Because explication is additive, because it does not merely restate the original unit but must create for it an illustrative context, a field of actualized and perceptible ramification, translations are inflationary. There can be no reasonable presumption of co-extension between the source text and the translation. In its natural form, the translation exceeds the original or, as Quine puts it: <From the point of view of a theory of translational meaning the most notable thing about the analytical hypotheses is that they exceed anything implicit in any native’s dispositions to speech behavior.>

The conceptual claims, the idiom of Husserl, Merleau-Ponty and Emmanuel Levinas force on anyone concerned with the nature of translation a fuller awareness of, a more responsible discomfort at, notions of identity and otherness, of intentionality and signification. When Levinas writes that <le langage est le dépassement incessant de la Sinngebung par la signification> (significance constantly transcends designation), he comes near to equating all speech-acts with translation in the way indicated at the outset of this study.”

The totality of Geometries comprehends, is perfectly homologous with, the study of the properties and relations of all magnitudes in all conceivable spaces. This is the first sort of relation. A particular geometry, projective geometry for example, derives rigorously from, is a part of, the larger science. This is the second sort. But it is possible neither to have a <theory of projective geometry> nor a <theory of geometrical meaning> without a <theory of Geometry or Geometries> to begin with.” “On the crucial issues – crucial, that is, in regard to a systematic understanding of the nature of translation – linguistics is still in a roughly hypothetical stage. We have some measurements, some scintillating tricks of the trade and far-ranging guesses. But no Euclidean Elements.”

Only tautologies are coextensive with their own restatement. Pure tautologies are, one suspects, extremely rare in natural language. Occurring at successive moments in time, even repetition guarantees no logically neutral equivalence. Thus language generates – grammar permitting, one would want to say <language is> a surplus of meaning (meaning is the surplus-value of the labour performed by language).”

In an estimated 97% of human adults language is controlled by the left hemisphere of the brain. The difference shows up in the anatomy of the upper surface of the temporal lobe (in 65% of cases studied, the planum temporale on the left side of the brain was 1/3 longer than on the right).” Cf. Norman Geschwind & Walter Levitsky, ‘Human Brain: Left-Right Asymmetries in Temporal Speech Regions’ (1968).

E.H. Lenneberg, Biological Foundations of Language

Again a curious asymmetry or <slippage> turns up: the human ear is most sensitive to sounds whose pitch corresponds to a frequency of about 3,000 cycles per second, whereas the ordinary speaking voice of men, women and children is at least two octaves lower in the scale. This may mean that call-systems and language coexisted, at least for a long time, on neighbouring frequencies.”

Virtually everything we know of the organization of the functions of language in the human brain derives from pathology. It has been recorded under abnormal conditions, during brain surgery, through electrical stimulation of exposed parts of the brain, by observing the more or less controlled effects of drugs on cerebral functions. Almost the entirety of our picture of how language <is located in> and produced by the brain is an extrapolation from the evidence of speech disorders followed by the study of dead tissue. This evidence, which dates back to Paul Broca’s famous papers of the 1860s, is voluminous. We know a good deal about specific cerebral dominance, i.e. the unilateral control of certain speech functions by particular areas of the cortex. Damage to Broca’s area (the third frontal gyrus on the left side) produces a characteristic aphasia. Articulation becomes slurred and elliptic; connectives and word endings drop away. Damage to the Wernicke area, also in the left hemisphere but outside and to the rear of Broca’s area, causes a totally different aphasia. Speech can remain very quick and grammatical, but it lacks content. The patient substitutes meaningless words and phrases for those he would normally articulate. Incorrect sounds slip into otherwise correct words.”

There is a sense in which a great poet or punster is a human being able to induce and select from a Wernicke aphasia. The Sinbad the sailor sequence from Joyce’s Ulysses gives a fair illustration. But with a crucial difference: though aural reception of non-verbal sounds and of music may remain perfectly normal, a lesion in the Wernicke area will cut down severely on understanding.”

But it is by no means clear that a neurophysiological scheme and the deepening analysis and treatment of pathological states will lead to an understanding of the production of human speech. (…) A phenomenon can be mapped, but the map can be of the surface. To say, as do the textbooks, that the third frontal gyrus <transforms> an auditory input into a visual-verbal output or feedback, is to substitute one vocabulary of images for another.”

The gap is not only one of utterly different orders of complexity. It seems rather as if the concept of a neurochemical <explanation> of human speech and consciousness – the two are very nearly inseparable – were itself deceptive. The accumulation of physiological data and therapeutic practice could be leading towards a different, not necessarily relevant, sort of knowledge. There is nothing occult about this divergence. I have stressed throughout that the questions we ask of language and the answers we receive in (from) language are unalterably linguistic.” “We know no exit from the skin of our skin.”

These points cannot be proved.” Foda-se, viado!

It is conceivable that we have misread the Babel myth. The tower did not mark the end of a blessed monism, of a universal language situation. The bewildering prodigality of tongues had long existed, and had materially complicated the enterprise of men. In trying to build the tower, the nations stumbled on the great secret: that true understanding is possible only when there is silence. They built silently, and there lay the danger to God.”

The polyglot situation and the requirements which follow from it depend totally on the fact that the human mind has the capacity to learn and to house more than one tongue. There is nothing obvious, nothing organically necessitated about this capacity. It is a startling and complex attribute. We know nothing of its historical origins, though these are presumably coincident with the beginnings of the division of labour and of trade between communities. We do not know whether it has limits. There are reliable records of polyglots with some measure of fluency in anywhere up to 25 languages. Is there any boundary other than the time span of individual lives?” “Não conhecemos o limite da cognição para o poliglotismo. Há registros concisos de indivíduos que falam mais ou menos fluentemente até 25 línguas diferentes. Há mesmo algum limite (a não ser o tempo de vida do ser humano)?” Gostaria de ter sido a criança-cobaia perfeita de um centro de pesquisa e não ter uma ‘língua-mãe’, mas de ter duas dúzias…

The most detailed study remains that of W. Leopold, Speech. Development of a Bilingual Child: a Linguist’s Record (Northwestern University Press, 1939-47).” “Neither the Chomskyan model of competence/performance, nor socio-linguistic surveys of multilingual children or communities tell us what is meant by <learning a language> or by <learning two or more languages>, at the crucial level of the central nervous system.”

RUNNING IN CIRCLES AD AETERNUM: “If the change is focused and sustained, as occurs during the reception and internalization of <experience-information>, corresponding alterations take place in the properties of these neurones. There are experimental grounds for believing that their configurations and patterns of assembly change.” E aí estão as bobas conjeturas de Fraude no Projeto, uns 70 anos depois… Nem UM passo à frente!

Over the next years there may be a spectacular progress of insight into the biochemistry of the central nervous system.” Sábio uso do itálico, Steiner!

refinements in microbiology may lead to correlations between specific classes of information and specific changes in protein synthesis and neuronal assembly.” “On present evidence, however, it is impossible to go beyond rudimentary idealizations. The neurochemistry of language-acquisition, the understanding of the changes in RNA which may accompany the storage of a language in the memory centres and synoptic terminals of the cortex, necessitate models of a complexity, of a multi-dimensionality beyond anything we can now conceive of.”

It is on this point that Marxist critiques of Chomskyan linguistics as an <empty mentalism> no less naïvely-deterministic than the theories of Skinner have been most telling. [A grande ironia é que Chomsky é um marxista!]” Cf. Rossi-Landi, ldeologies of Linguistic Relativity (The Hague, 1973), Il linguaggio come lavoro e come mercato (Milan, 1968).

The sensation of a <near-miss> can be tactile. The sought word or phrase is a <micromillimeter away from> the scanner; it is poised obstinately at the edge of retrieval.” “The <muscles> of attention ache.” “a calming click which accompanies the instant of recall.”

Homonyms, paronomasia, acoustic and semantic cognates, synecdochic sets, analogies, associative strings proliferate, undulating at extreme speed, sometimes with incongruous but pointed logic, across the surfaces of consciousness. The acrostic or cross-word yields faster than our pencil can follow.” Para horror de Breton.

For the polyglot this impression is reinforced. He <switches> from one language to another with a motion that can have a lateral and for a vertical feel.” “A mixed, contingent usage of two languages can create interference effects, the phrase being sought in one idiom being <crowded out> or momentarily screened by a phrase in the other.”

Very recent work with bilingual schizophrenics (<schizophrenia> being itself an unsatisfactory, catch-all term) may provide a similar clue. Patients who hear <voices> or report hallucinations will locate these phenomena in only one of their two languages. Questioned in the other or <safe> tongue, their answers and introspective testimony reveal no pathological interference.”

When I have spent a few days in a country in which one of my <first> languages is native, I not only find myself re-entering that language with a strong sensation of recollected fluency and central logic, but soon have my dreams in it. In a short time-interval the language which I have been speaking in another country takes on a tangible shell of strangeness.” Acho que nunca sonhei em inglês ou espanhol, que vergonha! Mas já sonhei com muitos trocadilhos absolutamente geniais que são impossíveis de lembrar quando acordo – tudo de que lembro é que eram geniais!

This susceptibility of linguistic <placing> to the influence of the surrounding social, psychological, and acoustical milieu is, by itself, sufficient to refute the more extreme theories of transformational-generative innateness. The external world <reaches in> at every instant to touch and regroup the layers of our speech.”

SOMOS MICHELANGELOS: “When we learn a new language, it may be that these modes of evocative congruence are the most helpful. Often, as we shall see, great translation moves by touch, finding the matching shape, the corresponding rugosity even before it looks for counterpart of meaning.”

But no topologies of n-dimensional spaces, no mathematical theories of knots, rings, lattices, or closed and open curvatures, no algebra of matrices can until now authorize even the most preliminary model of the <language-spaces> in the central nervous system.”

We know next to nothing of the organization and storage of different languages when they coexist in the same mind. How then can there be, in any rigorous sense of the term, a <theory of translation>?

In view of the claims put forward by linguistics since the late 1950s I have, in the foregoing chapters, tried to show that the study of language is not now a science. In closing the abstract portion of this work, I am tempted to go further. Very likely, it never will be a science. Language is, at vital points of usage and understanding, idiolectic.”

An error, a misreading initiates the modern history of our subject. Romance languages derive their terms for <translation> from traducere because Leonardo Bruni misinterpreted a sentence in the Noctes of Aulus Gellius in which the Latin actually signifies <to introduce, to lead into>.”

Like mutations in the improvement of the species, major acts of translation seem to have a chance necessity. The logic comes after the fact. What we are dealing with is not a science, but an exact art.”

V. THE HERMENEUTIC MOTION

Nonsense rhymes, poésie concrète, glossolalia are untranslatable because they are lexically non-communicative or deliberately insignificant.” Yea, shan’t try mine!

<This means nothing>, asserts the exasperated child in front of his Latin reader or the beginner at Berlitz.”

The postulate that all cognition is aggressive, that every proposition is an inroad on the world, is, of course, Hegelian. It is Heidegger’s contribution to have shown that understanding, recognition, interpretation are a compacted, unavoidable mode of attack.” “Comprehension, as its etymology shows, <comprehends> not only cognitively but by encirclement and ingestion.”

Ortega y Gasset speaks of the sadness of the translator after failure. There is also a sadness after success, the Augustinian tristitia which follows on the cognate acts of erotic and of intellectual possession.”

Certain texts or genres have been exhausted by translation. Far more interestingly, others have been negated by transfiguration, by an act of appropriative penetration and transfer in excess of the original, more ordered, more aesthetically pleasing. There are originals we no longer turn to because the translation is of a higher magnitude (the sonnets of Louise Labé after Rilke’s Umdichtung).”

Translation does not take place in flat Earth.

Though they deny it, phrase-books and primers are full of immediate deeps. Literally: J’aime la natation (from Collins French Phrase Book, 1962). Word-for-word: <I love natation>, which is mildly lunatic though, predictably, Sir Thomas Browne used the word in 1646. <I like to go swimming> (omitting the nasty problem of differential strengths in aimer and like). <Swimming> turns up in Beowulf; the root is Indo-European swem, meaning to be in general motion, in a sense still functional in Welsh and Lithuanian. Nager is very different: through Old French and Provençal there is a clear link to navigare, to what is <nautical> in the governance and progress of a ship. The phrase-book offers: je veux aller à la piscine. <Swimming-pool> is not wholly piscine. The latter is a Roman fish-pond; like nager it encodes the disciplined artifice, the interposition before spontaneous motion, of the classical order. <I want to go…> / je veux aller . . . . <Want> is ultimately Old Norse for <lack>, <need>, the felt register of deprivations. The sense <to desire> comes only 5th among the rubrics which follow on the word in the OED (Old English Dictionary). Vouloir is of that great family of words, derived from the Sanskrit root var, signifying volition, focused intent, the advance of <will> (its cognate). The phrase-book is uneasily aware of the profound difference. <I want should not be translated by je veux. In French this is a very strong form, and when used to express a wish creates the unfortunate impression of giving a blunt and peremptory order rather than of making a polite request.> But the matter is not basically one of differing forces of demand. <Want> as Shakespeare almost invariably adumbrates, speaks out of concavity, out of absence and need. In French this zone of meaning would be circumscribed by besoin, manque, and carence. But j’ai besoin d’aller nager is instantaneously off-pitch or obscurely therapeutic.”

<It looks like rain> / le temps est à Ia pluie. No attempt here at bare literalism or point-to-point carry. <Rain> has no established cognates outside the Teutonic. The grammar of the phrase is elusive and infers futurity. <It> stands for an aggregate of sensory contexts, ranging from the indefinably atmospheric to the broadest markers of cloud, scent, or abrupt silence in the foliage. <It> is also purely syntactical, an ambiguous but indispensable member of the verb-phrase.” “Leaving aside a cosmogony – it is no Iess – in which <time> is homologous with <weather>, there is the grammar of être à Ia pluie. Here also there is contraction: the idiom elides intervening steps of conjecture: <the weather is such that it leads to the inference that . . .>. A highly-compacted argument about contiguity inheres in est à, almost as if we were saying <the hands of the clock are at . . .>. But the odd turn of <possession>, of time/weather being assigned to, being owned by the rain (i.e. ceci est à moi) is there, vestigially at least. It is abetted by the fact that pluie is not only or principally <rain> but pluvia. The Latin has a figurative weight which accords with possession.” “To know whether it will rain, we listen to the weather <forecast>; the Frenchman listens to the bulletin météorologique. Bulletins are in essence retrospective; there may be apologia and falsehood in them – the Napoleonic usage – but no augury.” “<Rain on the city>, <rain in the city>, <rain down on>: each is false. But why?”

Das Kind ist unter die Räder gekommen. Though it signifies violent, presumably sudden mishap and aims at instant communication, the German phrase encodes a fairly elaborate gesture of fatality. <The child has been run over>, which is the equivalent offered by the <teach yourself> manual, hardly reflects the cautionary dispassion of the original. In the German phrasing the wheels have a palpable right of way; somehow the child has interrupted their licit progress. The grammatical effect is undeniably apologetic and even accusing: the syntactic neutrality of das Rad together with the near-passivity of the verb form edges the onus of guilt towards the child. The wheels have not culpably <gone over it>; it is the child which has <come to be under them>. <Undergo> would be inadmissible as translation, but it in fact conveys the accusatory hint. L’enfant s’est fait écraser is even stronger in implicit blame. Any attempt at giving a naïve equivalence in English would generate a sense of volition: <the child has had itself run over>. The French idiom intends nothing so crass. But the nuance of indictment is there and more, perhaps, than a nuance. It results from the fact that se faire plus an infinitive can function as a kind of passive without losing altogether the substratum of purposeful action.”

Notoriously, the absence of the article in Russian can lead to pluralities and ambiguities which English misses or renders by expansive paraphrase. But the problem may arise as dramatically with regard to French. Genesis 1:3 is a well-known instance. Fiat lux. Et facta est lux has a memorable sequentiality. The phonetic and grammatical exterior proclaim a phenomenon at once stunning and perfectly self-evident (Haydn’s setting of the words in the Creation precisely communicates the effect of supremely astounding platitude). Italian Sia luce. E fu luce uses 5 words as against 6 and is, in that sense, even more lapidary. But the initial sibilant, the soft c and the stress on gender in luce (where Latin lux was, at least for part of its history, masculine), feminizes and musicalizes the imperiousness of the Vulgate. Es werde Licht. Und es ward Licht is perfectly concordant with the Latin except in one detail. The semantically elusive Es has to be there. Werde Licht would misrepresent the whole tenor and significance of the Creator’s illocution. The Es preserves the mystery of creation without previous substance. <Let there be light: and there was light> in the Authorized Version, or <Let there be light, and there was light> in the New English Bible, expand on the Latin. There are now 8 words in the place of 6. And the punctuation is lightened. The purpose, presumably, is to give a sense of instant consequence. But the omission of the full-stop together with lower-case <and> sacrifice the Latin pedal point. In the original the note of cosmic command is fully held while the division into 2 short sentences makes for a dynamic surge. This is exactly what is called for: an instant of pent breath above a groundswell of complete certitude. The French version is also 8 words long and opts for a punctuation precisely medial between the 2 English variants. Que Ia lumière soit; et Ia lumière fut. But much has altered. Latin, Italian, German, and English preserve the characteristically Hebraic repetition of the cardinal word <light> at the climax of the sentence(s). In each of the 4 cases the word-order is powerfully imitative of the action expressed.”

purely acoustically this is counter-productive, in so far as soit is more sonorous, more evocative of accomplished harmony than is fut with its clipped vowel-sound” “Es werde das Licht. Und es

ward das Licht is possible in a way the English is not. It is weaker, more oddly specific and inferential of some Plotinian discrimination between effulgences, but just possible. Indeed, in the German Bible the article comes with the third designation: Und Gott sah, dass das Licht gut war.” “<There was light there> differs from <there was a light there> in uncommitted generality and scale”

Être, ou ne pas être, c’est là Ia question

These are the crucial parameters throughout the early history of automatic translation. The translation machine attempts to maximize the coincidence between a word-for-word interlinear and the reconstitution of actual meaning. It hopes, as it were, to locate <rows of words> of which the mere superscription with a lexical equivalent will make adequate sense. The machine is no more than a dictionary <which consults itself> at very high speed. In its primitive versions, the automatic translator offers one lexical counterpart for every word or idiom in the original. More sophisticated mechanisms can suggest a number of possible definitions from which the human reader of the print-out will select the most apposite. This procedure is not in any complete hermeneutic sense an act of translation. The machine’s evaluation of context is wholly statistical: how many times has the given word appeared before in this particular text or body of similar texts, and do the words which immediately precede or follow it match a prepared unit in the programme? But it would be wrong to underestimate either the interest or potential utility of machine-literalism. Statistical bracketings and memory-bound recognitions of the kind employed by the machine are very obviously a part of the interpretative performance in the human brain, certainly at the level of routine understanding. A large mass of scientific literature, moreover, is susceptible to more or less automatic lexical transfer. <A monolingual reader, expert in the subject matter of the text being translated, should find it possible, in most instances, to extract the essential content of the original from this crude translation, often more accurately than a bilingual layman.> (Oettinger)”

By comparing Garvin’s treatment with Y. Bar-Hillel’s ‘Can Translation be Mechanized?’ (Journal of Symholic Logic, XX, I955), one obtains a general view of the changing climate in the field.”

But [all] this is not what translators of poetry, philosophy, or Scripture have meant when they claimed to be literalists.”

nec semper feriet quodcunque minabitur arcus.

verum ubi plura intent in carmine non ego paucis

offendar maculis, quas aut incuria fudit

aut humana parum cavit natura, quid ergo est?

ut scriptor si peccat idem librarius usque,

quamvis est monitus, venia caret; ut citharoedus

ridetur chorda qui semper oberrat eadem:

sic mihi qui multum fit Choerilus ille,

quem bis terve bonum cum risu miror; at idem

indignor quandoque bonus dormitat Homerus?”

Horácio, Ars poetica

Not alwayes doth the loosed bow hit that (A)

Which it doth threaten: Therefore, where I see (B)

Much in a Poem shine, I will not be (B)

Offended with a few spots, which negligence (C)

Hath shed, or humane frailty not kept thence. (C)

How then? why, as a Scrivener, if h’ offend (D)

Still in the same, and warned, will not mend, (D)

Deserves no pardon; or who’d play and sing (E)

Is laught at, that still jarreth in one string: (E)

So he that flaggeth much, becomes to me (B)

A Choerilus, in whom if l but see (B)

Twice, or thrice good, I wonder: but am more (F)

Angry, if once I heare good Homer snore.” (F)

tradução de Ben Jonson

Whoever thinks a faultless piece to see, (A)

Thinks what ne’er was, nor is, nor e’er shall be. (B)

In every work regard the writer’s end, (C)

Since none can compass more than they intend; (C)

And, if the means be just, the conduct true, (D)

Applause; in spite of trivial faults is due.” (D)

tradução de Pope

Where frequent beauties strike the reader’s view, (A)

We must not quarrel for a blot or two, (B)

But pardon equally to books or men, (C)

The slips of human nature, and the pen.” (C)

tradução de Byron

Ben Jonson’s is, obviously, a translation in a sense in which Pope’s and Byron’s imitative commentaries are not.”

According to the hermeneutic model I have put forward, Nabokov’s ‘Pushkin’ represents a case of ‘over-compensation’, of ‘restitution in excess’. It is a ‘Midrashic’ reanimation and exploration of the original text so massive and ingenious as to become, consciously or not, its rival. Such ‘rival servitude’ is probably central to Nabokov’s attitude to the Russian language which he, in part, deserted, and to his own eminent but also ambivalent location in the Russian literary tradition. But all this, though it may be fascinating in itself and instructive for the student of translation, does not refute Alexander Gerschenkron’s judgement: <Nabokov’s translation can and indeed should be studied, but despite all the cleverness and occasional brilliance it cannot be read> (‘A magnificent Monument?’, Modem Philology, LXIII, 1966, p. 340). ‘Nabokovians’ tend never to refer to this decisive article in which Gerschenkron, himself a virtuoso of Russian, meets the master on his own ground of literal exactitude.”

Texts concocted of unexamined lexical transfers, of grammatical hybrids which belong neither to the source nor to the target language are the inter-zone or rather limbo in which the rushed, underpaid hack translator works. For a representative sottisier of examples as between French and German, cf. Walter Widmer, Fug and (sic) Unfug des Übersetzens, pp. 57-70. At a slightly more elevated plane, we find the codified strangeness of most translations from the Persian, the Chinese, or the Japanese haiku.”

Chateaubriand’s prefatory Remarques to his translation of Paradise Lost (1836) are of the most vivid formal and pragmatic interest.”

What I have undertaken is a literal translation in the strongest sense of the term, a translation which a child and a poet will be able to follow line by line, word for word, as if they had an open dictionary in front of them.”

he has been compelled to use ablative absolutes without the auxiliary verb they require in French; he has resorted to archaicisms and formed new words, particularly negatives such as inadoré or inabstinence. Coming to <many a row of starry lamps . . ./ Yielded light / As from a sky>, Chateaubriand has written Plusieurs rangs de lampes etoilées . . . émanent Ia lumière comme un firmament.”

Or je sais qu’émaner en français n’est pas un verb actif; un firmament n’émane pas de Ia lumière, Ia lumière émane d’un firmament: mais traduisez ainsi, que devient l’image? Du moins le lecteur pénètre ici dans le génie de Ia langue anglaise; il apprend Ia difference qui existe entre les régimes des verbes dans cette langue et dans Ia nôtre.”

Chateaubriand not only matches Milton’s Latinity in circonférence, in orbe, in verre optique but goes, as it were, <behind> Milton to a point of common origin in marne – a modernization of Old French or Breton-Celtic marle from which Milton’s <burning marle> directly derives. In trempe éthérée the dislocation is subtle: the phrase is, in French, difficult to conceptualize and nearly an oxymoron; surprisingly, moreover, trempe is of Walloon origin (Littré gives treinp)”

In translations, as in word-play, false etymologies can take on a momentary truth.”

For this voice of all voices was beyond any speech whatsoever, more compelling than any, even more compelling than music, than any poem; this was the heart’s beat, and must be in its single beat, since only thus was it able to embrace the perceived unity of existence in the instant of the heart’s beat, the eye’s glance; this, the very voice of the incomprehensible which expresses the incomprehensible, was in itself incomprehensible, unattainable through human speech, unattainable through earthly symbols, the arch-image of all voices and all symbols, thanks to a most incredible immediacy, and it was only able to fulfil its inconceivably sublime mission, only empowered to do so, when it passed beyond all things earthly, yet this would become impossible for it, aye, inconceivable, did it not resemble the earthly voice; and even should it cease to have anything in common with the earthly voice, the earthly word, the earthly language, having almost ceased to symbolize them, it could serve to disclose the arch-image to whose unearthly immediacy it pointed, only when it reflected it in an earthly immediacy: image strung to image, every chain of images led into the terrestrial, to an earthly immediacy, to an early happening, yet despite this – in obedience to a supreme human compulsion – must be led further and further, must find a higher expression of earthly immediacy in the beyond, must lift the earthly happening over and beyond its this-sidedness to a still higher symbol; and even though the symbolic chain threatened to be severed at the boundary, to fall apart on the border of the celestial, evaporating on the resistance offered by the unattainable, forever discontinued, forever severed, the danger is warded off, warded off again and again…”

Taken <straight>, this bit of prose suggests Gertrude Stein seeking to transcribe and perhaps parody Kant.”

we come close to the poets’ dream of an absolute idiolect.”

There is from the bilingual weave of The Death of Virgil (1945) no necessary return to either English or any German text except Broch’s own.”

Reference to meaning or language <beyond speech> can be a heuristic device as at the end of Wittgenstein’s Tractatus. It can be a conceit, often irritating, in epistemology or mysticism.”

If we are to allow that this invocation of transcendence is more than a rhetorical turn and tactic of sublimity, the writer must give hostages. His accomplished work must be of a stature to justify the presumption that he has in fact mastered the available language and executive forms and that he has already extended both to the utmost of intelligibility.”

The silences, the insanities, the suicides of a number of great writers are rigorous affirmations of an experience of the boundaries of language. In Hölderlin there can be no doubt either as to the preceding mastery or the totality of the transcendent risk. And it is precisely via Hölderlin’s translations that the case for <the word beyond speech> is put most visibly.

In modem hermeneutics the poetry, letters, and translations of Hölderlin occupy a privileged place. Heidegger’s ontology of language is partly based on them, and it is from Hölderlin that Walter Benjamin deduces much of his theory of <the logos> and of translation.”

Allemann’s Hölderlin und Heidegger (Zürich and Freiburg, 1954) explores the relationship between the ontologist and the poet but tends to reconstrue Hölderlin in Heideggerian terms. Walter Benjamin’s ‘Zwei Gedichte von Friedrich Hölderlin’ dates back to 1914-5 (but was first published in 1955). Benjamin’s essay on ‘The Task of the Translator’ reaches its visionary apex with specific reference to Hölderlin’s versions of Pindar and of Sophocles [ver mais acima sobre essas traduções de autores antigos de Höld.].”

The pioneering work was Norbert von Hellingrath’s Pindarübertragungen von Hölderlin (Jena, 1911), followed by Günther Zuntz’s dissertation Über Hölderlins Pindar-Übersetzung (Marburg, 1928). Two basic works came next: Lothar Kempter’s Hölderlin und die Mythologie (Zürich and Leipzig, 1929) and Friedrich Beissner’s Hölderlins Übersetzungen aus dem Grieschischen (Stuttgart, 1933). Pierre Bertaux’s Hölderlin. Essai de biographie intérieure (Paris, 1936) brilliantly placed the translations in the context of the poet’s work as a whole. Since then detailed treatments have proliferated. I have drawn on the following: Meta Corsen, ‘Die Tragödie als Begegnung zwischen Gott und Mensch, Hölderlin’s Sophoklesdeutung’ (Hölderlin-Jahrbuch, 1948-9); Hans Frey, ‘Dichtung, Denken und Sprache bei Hölderlin’ (Dissertation, Zürich, 1951); Wolfgang Schadewaldt, ‘Hölderlin’s Übersetzung des Sophokles’ (Hellas und Hesperien, Zürich and Stuttgart, 1960); Karl Reinhardt, ‘Hölderlin und Sophokles’ in: J.C.B. Mohr (ed.), Hölderlin, Beiträge zu seinem Verständnis in unsern Jahrhundert (Tübingen, 1961); M.B. Benn, Hölderlin and Pindar (The Hague, 1962); Jean Beaufret’s admirable Preface to Hölderlin, Remarques sur Oedipe/Remarques sur Antigone (Paris, 1965); Rolf Zubberbühler, Hölderlins Erneuerung der Sprache aus ihren etymologischen Ursprüngen (Berlin, 1969). The translations themselves have been assembled in Volume V of the Grosse Stuttgarter Ausgabe but textual problems remain. Little in the literature, moreover, looks closely at Hölderlin’s translations from the Latin.”

[Reading Hölderlin is difficult mainly] due to historical-and psychological complications, to the difficulty which German sensibility, since Goethe and Schiller, has experienced in coping with Hölderlin’s idiosyncratic radicalism and collapse of reason. Hölderlin’s translations are unquestionably of the first importance. They represent the most violent, deliberately extreme act of hermeneutic penetration and appropriation of which we have knowledge.”

Again we see that literalism is not, as in traditional models of translation, the naïve, facile mode but, on the contrary, the ultimate.”

Hölderlin uses the figura etymologica (the reinterpretation of the meaning of words according to their supposed etymology) as does Heidegger:¹ he is seeking to <break open> modem terms in order to elicit their root-significance. He draws on Luther’s idiom and on the vocabulary of the Pietist movement. He enlists Swabian forms and reverts to the Old High German or Middle High German meanings and connotations of words. Hölderlin was not alone in so doing. His etymologizing is part of an anti-Enlightenment tactic of linguistic nationalism and numinous historicism. Herder and Klopstock were direct, influential forerunners. But Hölderlin pressed further.” “Hölderlin’s view was, in a sense, the reverse of the Aristotelian assertion that <names are of a finite number whereas objects are infinite>.”

¹ Aqueles que chamaram Heidegger de mau etimologista e arbitrário/falsificador seriam os ‘positivistas’ do séc. XX?!

das schwere Wort wird zum magischen Träger des Tiefsinns” Zuberbühler

A palavra complicada se torna o suporte mágico das profundezas”

As if in express defiance of Cowley’s famous warning that <if a man should undertake to translate Pindar word for word, it would be thought that one mad man had translated another>, Hölderlin strove for utmost literalism.”

THE GREAT YGGDRASIL: “Paradoxically unimpeded by frequent misunderstandings of the original Greek, these experiments in total penetration and similitude lead both to Hölderlin’s crowning poems and to his appropriations of Sophocles. Hölderlin seemed to derive from his work on Pindar the (reckless) confidence that he could pierce to the core of meaning in ancient Greek, that he could break through the barriers of linguistic, psychological remoteness to a <pre-logic> or universality of inspiration. He made of the act of understanding and restatement an archaeology of intuition. He went deeper than any philologist, grammarian, or rival translator in his obsessive search for universal roots of the poetic and of language (again, as with the speech-mystics of the 17th century and the Pietists, the borrowed image of the <root of words> is being used literally).”

HEGEL TRADUTOR DE TRAGÉDIAS? “The extent and quality of Hölderlin’s knowledge of Greek are still problematic, as are the probably crucial relations of his own treatment of Sophocles to that of Hegel. The whole topic of the role of Oedipus and Antigone, especially the latter, in the growth of German idealism, and in the works of Hegel, Kierkegaard, and Schopenhauer, demands thorough analysis. It may emerge that Hölderlin’s appropriations were somewhat less eccentric than it would seem. Hegel also was planning a translation of Sophocles and Kierkegaard’s <reconstruction> of Antigone in Either/Or is more extravagant than anything in Hölderlin.” “To Hölderlin’s contemporaries, Ödipus der Tyrann and Antigone seemed either wildly misconceived or farcical. The small circle which took note of them at all inclined to see in these versions symptoms of the mental disorder which soon enveloped the poet in silence. [Como acontece com toda formiga que tenta interpreter um dos grandes!] Modern commentators, on the contrary, have judged Hölderlin’s text to be not only the ultimate in reconstitutive understanding of Sophocles but an unequalled penetration of the meaning of Greek tragedy as a whole.” “These drastic differences of opinion reflect the enigmatic nature of Hölderlin’s enterprise.”

ihren Kunstfehler, wo er vorkommt, verbessern” H.

Onde outro artista errou, melhore-o.”

IN ANCIENT TIMES: “Speech did not stand for or describe the fact: it was the fact.”

Schiller’s mirth when he and Goethe listened to a reading of the choruses in Hölderlin’s Antigone, his urbane assurance that his sometime disciple had been deranged when writing them, are well known.”

Connectives, the inherent causal bias in idiomatic sentence-structures, create a deceptive surface and façade of logic.”

Only by challenging the autonomy of the divine, by invading the <space of the gods>, can man accomplish his own transcendent potential and simultaneously force the gods to observe and fulfil their own ambiguous contiguities to the mor[t!]al order.” “Antigone’s invocation of <my Zeus> in Hölderlin’s celebrated but debatable reading of line 450 is simultaneously an act of arbitrary appropriation, an incursion into the <absent> realm of divine justice, and a desperate affirmation of the relevance of that realm to the survival of mankind and society.” “We find ourselves here at the far limits of any rational theory or practice of linguistic exchange. Hölderlin’s is the most exalted, enigmatic stance in the literature of translation. It merits constant attention and respect by virtue of the psychological risks implied and because it produced passages of an intensity of understanding and <re-saying> such as to make commentary impertinent.” “Paradoxically, therefore, the most exalted vision we know of the nature of translation derives precisely from that programme of literalism, of word-for-word metaphrase which traditional theory has regarded as most puerile.”

Though writing today, the translator aims to translate Spenser into 16th-century Castilian, he produces a version of Marivaux in 18th-century Russian, he renders Pepys’ journals into 17th-century Japanese. This synchronicity has the charm of utter logic. It is (probably) absurd, but for reasons which are not trivial.” “he can translate Werther into a Dutch or a Bengali of the 1770s.” “The translator may choose the right word and grammatical turn, but he knows its later history; inevitably, the spectrum of connotations is that of his own age and locale.”

Leopardi intended to translate Herodotus into medieval Italian. Paul-Louis Courier’s experiments at reproducing Herodotus and Longus in Renaissance French are a case of ambiguous but highly suggestive <arbitrary contemporaneity>”

Littré, Hisroire de Ia langue française, 1863

Littré translated one book of the Iliad into 13th-century French. (…) L’Enfer mis en vieux langage

François appeared in 1879·”

Peu sont li jor que li destins vous file,

Li jor qu’avez encor de remanent;

Ne les niez à suivre sans doutance

Le haut soleil dans Ie monde sans gent.

Gardez queus vostre geste et semance;

Fait vous ne fustes por vivre com Ia beste,

Mais bien por suivre vertu et conoissance.

Mi compagnon, par ma corte requeste,

Devinrent si ardent à ce chemin,

Que parti fussent maugré mien com en feste.

Ore, tornant nostre arriere au matin,

0 rains hastames Ie vol plein de folie,

Aiant Ie bort sempre à senestre enclin.

Jà à mes ieus monstroit Ia nuit serie

Le pole austral; et li nostre ert tant bas,

Que fors Ia mer il ne se Ievoit mie.

By a Borges effect, it is Dante who appears to be translating Littré whose Enfer is older than the Inferno and related to the chanson de geste rather than the Virgilian epic.”

why had 13th-century German literature and civilization, poised as they were between the Teutonic north and the Mediterranean, in vital contact both with the pagan marches to the east and with Gallic Latinity, not produced a Comedia divina (the archaic spelling is Borchardt’s)? This hypothetical question engaged Borchardt, a somewhat enigmatic scholar-poet inclined to a pan-European mystique, from 1904 to ‘30.” “Dante’s absence from the history of the German language and of German sensibility in the period 1300-500 destroyed deep logical and material affinities between German feudalism and the <classical> Christendom of the Provence and of Tuscany. Far from being a sovereign renewal of German, the idiom of Luther was in many respects a defeat. Unlike medieval German, Luther’s Neuhochdeutsch was often helpless before the concreteness and sensuous force of the Biblical original. After Luther, argues Borchardt, came Opitz and Gottscheid and with them a palsied neo-classicism and bureaucratic academicism alien to fundamental strains in the German genius.”

der genuine Archaismus greift in die Geschichte narchträglich ein, zwingt sie für die ganze Dauer des Kunstwerks nach seinem Willen um, wirft vom Vergangenen weg was ihm nicht past, und surrogiert ihr schöpferisch aus seinem Gegenwartsgefühl was es braucht; wie sein Ausgang nicht die Sehnsucht nach der Vergangenheit, sondern das resolute Bewustsein ihres unangefochtenen Besitzes ist, so wird sein Ziel nicht ihre Illusion, sondern im Goethischen Sinne des Wortes die Travestie.”

Though it was noticed by Hesse, Curtius, Vossler and Hofmannsthal, Dante Deutsch has remained largely ignored.”

There are admirable nuances: untergang for occidente (with the premonitory touch of disaster), auferschliessung with its delicate suggestion of the image of outward motion latent in esperienza, mannheit for virtute – an equivalence which restores the force of etymology – toll zu fliegen in which Borchardt simulates both the phonetic and semantic relations of the original, tief in meres grunde liegen which exactly mirrors the quiet menace of del marin suolo. Through these precisions, the translator renders the principal intent of Dante’s text, the inference of catastrophe in the midst of the bracing thrust of Ulysses’ summons. For all its abruptness (Borchardt valued Schroffheit), this version produces a more immediate fluency of rhyme and linked motion than perhaps any other. (…) And notice how gier, although subterraneously as it were, gives an effect, both tactile and tonal, which exactly matches acuti at the corresponding point in Dante’s verse.”

The translator of a foreign classic, of the <classics> properly speaking, of scriptural and liturgical writings, of historians in other languages, of philosophic works, avoids the current idiom (or certainly did so until the modernist school).” “the translator combines, more or less knowingly, turns taken from the past history of the language, from the repertoire of its own masters, from preceding translators or from antique conventions which modern parlance inherits and uses still for ceremony.”

So the Wooers spake; but Odysseus, that many a rede did know,

When the great bow he had handled, and eyed it about and along,

Then straight, as a man well learned in the lyre and the song,

On a new pin lightly stretcheth the cord, and maketh fast

From side to side the sheep-gut well-twined and overcast:

So the mighty bow he bended with no whit of laboring. . . .”

But what is more retrograde than T.E. Shaw’s’ 1932 version of Homer, what could be more ‘literary’ in the trivial sense?”

Telemachus, the guest sitting in your hall does you no disgrace. My aim went true and my drawing the bow was no long struggle. See, my strength stands unimpaired to disprove the suitor’s slandering. In this very hour, while daylight lasts, is the Achaeans’ supper to be contrived: and after it we must make them a different play, with the dancing and music that garnish any feast.”

This to translate a poet who, as Matthew Arnold had urged, is neither <quaint> nor <garrulous> but always <rapid>, <plain> and <direct> in word and thought.”

Philosophic translation should seek to fix meaning uniquely and to render logical sequence transparent. To produce a <dated> version of a philosophic original is gratuitous unless the time-distance chosen specifically elucidates and makes unmistakable the sense, the technical status of the text.” Ex: a poesia de Platão ainda não pode ser transcrita como uma conversa de gírias de agora…

Readings of the Timaeus as an analogue to the Pentateuch, hermetically transmited via a <Mosaic-Orphic> tradition, or as a prefiguration of Trinitarian and Christological motifs, are at least as old as the Middle Ages. Jowett’s stated purpose when he published his translation of the Dialogues in 1871 was to achieve greatest possible clarity consonant with the exact meaning of the Greek.” “Jowett’s <Christianization> of the dialogue, moreover, misses a central aspect of Plato’s teaching on creation. The <demiurgus> (Thomas Taylor’s translation of 1804) operates on materials which pre-exist. Plato’s cosmic builder is resolutely conceived in the image of a human craftsman, not of an omnipotent Deity in the Judaic-Christian vein.”

The translator labours to secure a natural habitat for the alien presence which he has imported into his own tongue and cultural setting. By archaicizing his style he produces a déjà-vu. (…) It had been there <all along> awaiting reprise.” “Archaicism internalizes. It creates an illusion of remembrance which helps to embody the foreign work into the national repertoire. In the history of the art very probably the most successful domestication is the King James Bible.” “Only one set of working papers has until now turned up, and although it is among the most fascinating primary sources in the entire history of translation, it is also brief. Cf. Ward Allen (ed.), Translating for King James: Notes Made by a Translator of King James’s Bible. Allen’s discovery in 1964 of the notes taken by John Bois during the final revision of Romans through Revelation at Stationers’ Hall in London in 1610-11 is not only of extreme interest in itself, but holds out the possibility that further material may come to light.”

Tyndale, the greatest of English Bible translators”

By choosing or achieving almost fortuitously a dating some 2 or 3 generations earlier than their own, the translators of the Authorized Version made of a foreign, many-layered original a life-form so utterly appropriated, so vividly out of an English rather than out of a Hebraic, Hellenic or Ciceronian past, that the Bible became a new pivot of English self-consciousness.”

David Daiches, The King James Version of the English Bible: An Account of the Development and Sources of the English Bible of 1611 with Special Reference to the Hebrew Tradition, 1941.

Bowra, Primitive Song, 1963

The assumption that speech habits and the conventions of concordance between word and object have not altered <across the time distance of 10 or 20 centuries> is one that causes increasing discomfort.” “Nothing in Quine’s famous model of stimulation and stimulus meaning logically or materially excludes the notion of a tribe which would have agreed among its members to deceive the linguist-explorer. Schoolboy coteries, fraternal lodges, craft guilds proceed in just this manner.”

The difficulties of translating Chinese into a Western language are notorious. Chinese is composed mainly of monosyllabic units with a wide range of diverse meanings. The grammar lacks clear tense distinctions. The characters are logographic but many contain pictorial rudiments or suggestions. The relations between propositions are paratactic rather than syntactic and punctuation marks represent breathing pauses far more than they do logical or grammatical segmentations. In older Chinese literature it is almost impossible to demarcate prose from verse”

The novice, i.e. almost everyone, will find invaluable pointers in Arthur Waley, ‘Notes on Chinese Prosody’ (Journal of the Royal Asiatic Society, April 1918); I.A. Richards, Mencius on the Mind, Experiments in Multiple Definition (London, 1932); Arthur Waley, Introduction to Chinese Painting (London, 1933); Arthur Waley, The Way and its Power: A Study of the Tao Te Ching and its Place in Chinese Thought (London, 1934); Robert Payne, The White Pony, An Anthology of Chinese Poetry from the Earliest Times to the Present Day, Newly Translated (New York, 1947); Roy Earl Teele, Through a Glass Darkly: A Study of English Translations of Chinese Poetry (Ann Arbor, 1949); James J.Y. Liu, The Art of Chinese Poetry (Chicago, 1962).”

The oddity lies in the fact that so many of the best-known translators have no Chinese. Bishop Percy, whose translations appeared in 1761, worked from an earlier English manuscript and from the Portuguese. [!!] Stuart Merrill, Helen Waddell, Amy Lowell, Witter Bynner, Kenneth Rexroth have used prose trots, previous translations, French versions, the word-by-word aid of sinologists, to arrive at their results. Paradoxically, scandalously perhaps, these constitute an ensemble of peculiar coherence and they are, in one or two cases, superior in depth of recapture to translations based on actual knowledge of the original. The notorious challenge is, of course, that of Cathay (1915). This collection is, one feels, not only the best inspired work in Pound’s uneven canon, but the achievement which comes nearest to justifying the whole ‘imagist’ programme. (…) Waley’s translations into vers libre derive from the immediate precedent of Pound.”

Wai-lim Yip, Ezra Pound’s ‘Cathay’, 1969

Chinoiserie in European art, furniture and letters, in European philosophical-political allegory from Leibniz to Kafka and Brecht, is a product of cumulative impressions stylized and selected.” “Each translation in turn appears to corroborate what is fundamentally a Western ‘invention of China’. Pound can imitate and persuade with utmost economy not because he or his reader knows so much but because both concur in knowing so little.”

Judith Gautier’s Le Départ d’un ami in: Le Livre de Jade (1867) differs from Pound’s Taking Leave of a Friend in verbal detail, but the conventions of melancholy and cool space are precisely analogous”

The converse is true when Chinese artists sketch European or American cities and landscapes. These emerge delicately, characteristically uniform. New York shimmers on vague waters, like a vertical Venice.”

All English versions of the Arabian Nights, even Edward Powys Mathers’ which is taken entirely from the French of J.C. Mardrus, display the same rose-water tint. French, German, Italian, English renditions of Japanese haiku are intimately related and come out in hushed monotone.”

Whatever the archaeologists may tell us, we have come to envision antique statuary as pure white marble; and time’s erosion, having worn away the original loud colours, affirms our misprision.”

English ‘differs from’ French as it does not from German or from Portuguese. The German- or Portuguese-speaker experiences this difference in regard to his own language and, with complexly variable modulations, in regard to languages of which he will have a less certain grasp. Each ‘differing from’ is diacritical in a generalized formal, historical sense but also inexhaustibly specific.”

Chinese or Swahili are ‘immensely’ different from French. But this immensity is deceptively categorical and thin. It is a mainly inert ‘in-difference’ across an all but vacuous space. A ‘close distance’, on the other hand, as between French and English, is wholly energized by interactive differentiation.”

Modern French lacks that plaisante plasticité still shown by the language of Ronsard and Montaigne who are Shakespeare’s counterparts.” “Possibilities of verbal prodigality, of grammatical exuberance, of metaphoric licence present in 15th– and 16th-century speech and writing were suppressed or relegated to the argotic and eccentric by the centralizing neo-classicism of 17th-century reform.” “French can muster pomp and ceremony even in excess of English; but its altitudes are characteristically abstract and of a dry, generalized grandeur peculiarly grounded in elision.” “Voltaire’s change of front, the extremism of the Romantics, the to and fro of Gide point to a shared awareness of the ‘Shakespearean gap’ in French. French literature provides no figure as immediately universal (a fact aggravated by all but fitful Anglo-Saxon immunity to Racine).”

The modal completeness of French literature (major performances in every genre), the continuous strength but also originality of French literary movements and periods from the 13th century to today suggest, diacritically, that a Shakespeare in the history of one’s language and letters can be an ambiguous providence. (…) It may fatally debilitate, again by virtue of complete exploitation, the genre in which it is realized (the subsequent course of English verse drama).” “Conversely, if there is no Proust in the English novel, I mean no novelist who has made prose fiction inclusive of the uttermost of philosophic intelligence and, at the same time, of unbounded social, sexual, aesthetic exploration, Shakespeare’s central inherence in the language, in the very notion of English literature may, at some level, be a contributory cause. Certain reaches and deeps have never again been worth simulating.”

Horn-Monval, Les Traductions françaises de Shakespeare, 1963;

Brunel, Claudel et Shakespeare, 1971.

Cleopatra’s lament over Antony (IV. XV. 63ff.) is quintessential of Shakespeare’s late supremely-charged economy:

The crown o’th’earth doth melt. My lord!

O, withered is the garland of the war,

The soldier’s pole is fall’n: young boys and girls

Are level now with men: the odds is gone,

And there is nothing left remarkable

Beneath the visiting moon.

This successive propositions display Cleopatra’s bounding pace, her impatience with contingency. But a subtle closeness meshes each motion. If ‘crown’ sustains the imperial theme and relates obviously to ‘the garland of the war’, it also announces the spatial, cosmological image which connects ‘earth’ to ‘pole’ (the word may, as in Hamlet and Othello, stand for ‘lode-star’) and joins both to the visitations of the moon. More plainly, ‘pole’ conveys the picture both of Antony’s spear or baton of command and of the wreathed maypole with its ancient connotations of centrality – the world’s ritual axis – and of celebration. The festival theme is operative in ‘crown’ and ‘garland’ but also in the reference to ‘young boys and girls’. Such, however, is the compaction of the passage, that this reference to the immature and to ‘boys’ in particular immediately evokes Antony and Cleopatra’s scorn for the ‘boy’ Caesar. ‘Odds’ can signify both ‘advantage’ and ‘peculiar distinction’. With Antony’s eclipse the world literally declines into flat inertia and the cold of a lunar phase. Charmian’s instant rejoinder – <O, quietness, lady!> – is concisely twofold: it begs calm of the distraught queen but also proclaims the lifeless state of being.”

The alexandrine, native to, all but inseparable from, the French conception of heroic, lyrically elevated theatre, is inapposite to English blank verse. (…) But a French prose translation of Shakespeare also embodies the whole mechanism of dialectical differentiation and self-definition. (…) The ‘Shakespearean absence’ in French tragic drama is, from one point of view, related to the absence of prose. (…) Molière’s Don Juan gives a glimpse, but no more, of what might have been.”

« La couronne de l’univers se dénoue. Seigneur! La guirlande du combat se fane et l’étendard est abattu. À présent, les enfants et les hommes se valent. Tout s’égalise, et la lune en visitant la terre ne saura plus quoi regarder.

Though the difference in word-count is insignificant (40 as against 44), Gide’s reading, especially through its taut cadence, is meant to exemplify criteria of extreme concision. It is stringently alert to the expansionist latitude prevalent in literary translation.” “La couronne de l’univers se dénoue eliminates the topographical concreteness, the intimations at once material and emblematic, in ‘the crown of the earth melting’. Dénoue points clearly to a laurel wreath.” “Yet (…) guirlande du combat has no natural meaning in French, it only translates and it less than translates, combat being diminutive of ‘war’. Les enfans drastically (needlessly?) curtails ‘young boys and girls’, suppressing the sarcastic swerve towards Caesar. (…) He personifies the moon: it is ‘she’ – the feminine being, at this point so emphatic and symbolically laden in French – who will find nothing to look upon. (…) The whole distribution of feelings is altered. Charmian’s <Du calme, Madame!> not only trivializes; it omits the deadening fall towards extinction which is the cumulative sense and effect of Cleopatra’s lament.”

It would be unrealistic and a trivialization of the density of Shakespeare’s method to neglect the cumulative erotic of successive touches. The allusion to physical failure, the sense of a cadence from radiant virility to impotence, are graphic in ‘melting’ and ‘withering’. There is almost a direct sexual rhetoric in ‘The soldier’s pole is fall’n’. The ‘levelling’ of boys and girls with men, which follows at once, enforces the motif of erotic pathos, of a world in which there is no longer to be found the critical difference between man and boy. One asks also, though only conjecturally, whether there is not a pertinent hint of feminine sexuality in the ‘visiting moon’.”

The dramaturgy of Racine may fairly be termed discourse without body. It accomplishes extreme intensities of transubstantiation and ‘bodies forth’ a last violence of thought and feeling. But it is at no stage somatic.”

It would be a vulgar simplification to say that good French enacts, bears the imprint of, a Cartesian mind-body dualism. But in no other European tongue is this dualism so na[t]ive.”

[Conversely] Robert Lowell makes Jacobean melodrama of Phèdre. The hermeneutic of the translator’s (partial) return to his own native tongue is one of vulnerability.”

« Emma maigrit, ses joues pâlirent, sa figure s’allongea. Avec ses bandeaux noirs, ses grands yeux, son nez droit, sa démarche d’oiseau et toujours silencieuse maintenant, ne semblait-elle pas traverser l’existence en y touchant à peine, et porter au front la vague empreinte de quelque prédestination sublime? Elle était si triste et si calme, si douce à la fois et si réservée, que l’on se sentait près d’elle pris par un charme glacial, comme l’on frissonne dans les églises sous le parfum des fleurs mêlé au froid des marbres. Les autres même n’échappaient point à cette séduction. »

« Flaubert uses the economy of a certain syntactic duplicity to achieve a maximal richness of suggestion and correlation. »

Unfortunately, the metrics of prose and notations for stress patterns in prose remain rudimentary.” Itáli cus meus cul d’miel

Each time we return to a significant passage in Madame Bovary or in any other major text, we learn to hear more of its contained possibilities, more of the pulse of relation which gives it <internality>. Where language is fully used meaning is content beyond paraphrase.

Marx’s daughter, Eleanor Marx Aveling, published her translation in 1886. It was for a long time the sole English version and was taken up in the Everyman’s Library.” “Here, as in Ibsen’s Doll’s House, which the Aveling helped introduce to a circle of London readers, was a revolutionary exposure of the falsity of marriage and of family relations in a repressive capitalist system. The book had been prosecuted for obscenity in the courts of Napoleon III. Eleanor Marx saw in this prosecution a nakedly political attempt to silence an artist who, by sheer honesty of vision, had laid bare the cant [papo-furado] and corruption of life in the Second Empire.” “The translator has identified herself with Emma (there was, of course, to be a tragic concurrence in real life). All semantic options are decided in the heroine’s favour.” “Gerard Hopkins’s translation of 1948 is, linguistically, better informed.”

He has been here before he came. He has chosen his source-text not arbitrarily but because he is kindred to it. The magnetism can be one of genre, tone, biographical fantasy, conceptual framework.”

Once the translator has entered into the original, the frontier of language passed, once he has certified his sense of belonging, why go on with the translation? He is now, apparently, the man who needs it least. Not only can he hear and read the original for himself, but the more unforced his immersion the sharper will be his realization of a uniquely rooted meaning, of the organic autonomy of the saying and the said. So why a translation, why the circumvention which is the way home (the third movement in the hermeneutic)? Undoubtedly translation contains a paradox of altruism – a word on which there are stresses both of ‘otherness’ and of ‘alteration’. The translator performs for others, at the price of dispersal and relative devaluation, a task no longer necessary or immediate to himself. But there is also a proprietary impulse. It is only when he ‘brings home’ the simulacrum of the original, when he re-crosses the divide of language and community, that he feels himself in authentic possession of his source. Safely back he can, as an individual, discard his own translation. The original is now peculiarly his. Appropriation through understanding and metamorphic re-saying shades, psychologically as well as morally, into expropriation. This is the dilemma which I have defined as the cause of the fourth, closing movement in the hermeneutic of translation. After completing his work, the genuine translator is en fausse situation. He is in part a stranger to his own artifact which is now radically superfluous, and in part a stranger to the original which his translation has, in varying degrees, adulterated, diminished, exploited, or betrayed through improvement. (…) The need for compensation and restoration is obsessive in the distances, at once resistant and magnetic, of Hobbes to Thucydides, of Hölderlin to Sophocles, of MacKenna to Plotinus, of Celan to Shakespeare, of Nabokov to Pushkin.”

Albert Cohn’s Shakespeare in Germany in the 16th and 17th Centuries (1965), and Rudolf Genée’s Geschichte der Shakespeareschen Dramen in Deutschland (1871) remain useful. Roy Pascal’s Shakespeare in Germany (1937) is a good introduction to the main trends for the period 1740-1815. Joseph Gregor, Shakespeare, Der Aufbau eines Zeitalters (1935) is interesting because of its untroubled assumption of a central authority, textual, theatrical, psychological in the German-Austrian interpretation of Shakespeare. (…) Friedrich Gundolf, Shakespeare und der Deutsche Geist (1927).”

Die Shakespearomanie, As Grabbe termed it in 1827, could reach grotesque extremes: I have mentioned before the claims made, in the 1880s, that Shakespeare himself was of <Flemish-Teutonic> descent. (…) The 19th-century German pedagogues saw in Sh. a tragedian of middle-class morality, a more inspired version of Diderot and Lessing. Goethe, in his revealingly-entitled essay Shakespeare und kein Ende, came to the conclusion that Shakespeare is, above all, a poet to be read; staged, his plays are full of weakness and crudity. Goethe’s productions of Sh. in Weimar – notoriously the Romeo and Juliet of 1811 – drastically amended the infirm original. German philosophic readings of Sh., German schools of dramaturgy, made of their idol a Platonist and a radical materialist, a universal humanist and a bellicose nationalist, a bourgeois moralist and an advocate of pandemic sensuality, a symbolist so arcane as to have defied all previous unriddling and a naturalist in the manner of Hauptmann or Wedekind.” Conforme lido em Nietzsche’s Wayward Disciple, a peculiaridade da Literatura alemã é que ela parece ter saltado do Romantismo direto para o Naturalismo, pulando ou assimilando apenas ‘pelas beiradas’ o Realismo europeu (inglês-francês).

Shakespeare, como nenhum outro, foi o Criador do sentido da vida humana.” Gundolf

“Uma comparação parecida já havia sido estabelecida por Friedrich Schlegel em sua História da Literatura Antiga e Moderna (1812).”

The English text has not been translated into the German language, says Gundolf, it has become that language.”

O Soneto 87 do maior de todos – linhas traduzidas e intentadas:

SONHO 69 INC.: FENOMENOLOGIA DE BAUNILHA DE VERÃO

Até mais ver você é muit’area para minha pá,

E tá na cara que sabe o quanto vale

Seu preço é sua liberdade:

Tão alto que por mais que frenétiqueueinvista sei que não vou

Poder comprar todas as ações, estou no fim da fila!

Seu monopólio só compraria um trilionárioinfinitoinconcebível.

Porque como firmar, pactuar, assegurar-me, apossar-me

de você, Minha grandEmpresa, a maior transação,

Se dependo do livre-arbítrio de quem Pode mais?

Quem sou eu?

Perto dessa vertigem descomunal de cataratas de valor e valia e estima

O meu dom é ter carência e só possuir minhas mãos e mais nada

Minha Sociedade Identificada, Limitada, Nenhum Direito Reservado,

Meu escritório abandonado, micromundo autônomo se’Incentivo do ’stado

das coisas comélas são, parece que já sint’aquela dor

de quem só trabalh’em vão.

Es

tou

es

gotado.

Eis

que você se

deu – cedeu!, não reconhecendo seu valor,

Caiu em minhas mãos.

Ou eu a quem você o deu – o valor –,

Enganada, por não ser sujeito, Desse jeito,

Acaba que

seu dom é a exuberância do seu cativeiro inestimável,

Posto que quando está cativa volta a ser despreocupada perdulária,

Sem constrições ou amarras: Podes tudo novamente! Na minha mente!

A razão disso tudo é que com razão eu o novo dono devolvi

a quem merece (o valor no valor se multiplica): não ignoro sua riqueza incalculável!

Imensurável por qualquer Auditoria.

O que sou, o que sou de capital nesta História?!

Sou o imaterial, o ideal, tipo feudal, não-comercial, antiquaria, mitologia,

quimera, utopia, bruxaria!

Para ser mais claro que diáfano, sou fofas nuvens brancas sobre uma coroa doiro:

Sonho perfeito dum rei – Não! Tu és o sonho, eu sou o Rei que nada fez,

Só nasceu com sorte – Meu sonho lúcido preferido és Tu,

Consorte!

Porque tu és, e minha razão de ser é ser quem te sonhassim

O sonho é a vida vivida por um sujeito, predicado, cheia de seguimentos

Cheia de nuvens e fofuras cotadas em Libras esterlinas e muita sanha.

Eu (não sou o) sonho mas eu-sonho! Somos +2!

O bei!et0

&

ligação entre sonhador e sonhado

E diferente do inconsciente,

Saiba que a coisa que muita coisa ignora não vai

desaparecer quando

como e porque:

Eu não vou acordar!

The Italian language, furthermore, is intimately Latin in its phonetics, derivations, syntactic structure and matrix of historical, cultural reference.”

“‘Aiuto, Galatea, ti prego, aiuto, o padre, o madre,

nel vostro regno accogliete il figlio prossimo alla morte.’

E il Ciclope l’insegue, e staccato un pezzo di monte

lo lancia sul fuggiasco. Solo un estremo

della rupe lo colse, ma fu per lui la morte.

E perché Aci riprendesse la forza dell’avo

feci quello che potevo ottenere del fato.

Dalla rupe scorreva sangue vivo, ma ecco, quel rosso

comincia a svanire come colore di fiume

che torbido di pioggia schiarisce a poco a poco.”

Metamorfoses, XIII. 880-90

sangue vivo bypasses the suggestion of rubro which is nakedly Latin; obruit would evoke rovinare if Quasimodo had not put ma fu per lui la morte which looks antique and monumental but in fact is not, being vaguely operatic.”

Kierkegaard, Ibsen, Strindberg, Kazantzakis have been given their impact by translation. Translation can illuminate, compelling the original, as it were, into reluctant clarity (witness Jean Hyppolite’s translation of Hegel’s Phenomenologie).” “Faulkner returned to American awareness after he had been translated and critically acclaimed in France.”

his own sensibility and that of the author whom he is translating are discordant. Where there is difficulty the bad translator elides or paraphrases. Where there is elevation he inflates. Where his author offends he smoothes. 90% of all translation since Babel is inadequate and will remain so.”

Only Rabelais has ever matched the scope, the implacable sanity of Homer’s tragi-comic view of life. Even Niobe fell to her food after all her children had been done to death. If the translator misses or attenuates this mystery of common sense, he will have failed Homer.”

Hobbes’ Iliad of 1676 is the pastime of a very old man embittered by what he took to be the inadequate reception of his philosophical-political life-work.” “Hobbes felt that the essence of Homeric verse was one of speed. Hence his choice of decasyllabic lines often bone-spare. But Hobbes was no poet and the result is almost ludicrously thin”

Now you and I must remember our supper.

For even Niobe, she of the lovely tresses, remembered

to eat, whose twelve children were destroyed in her palace…”

Parry’s Homer

None of the translations I have quoted (and there are, at a very rough count, more than 200 complete or selected English renditions of the Iliad and Odyssey from 1581 to the present) is adequate to the original.”

Too often, the translator feeds on the original for his own increase. Endowed with linguistic and prosodic talents, but unable to produce an independent, free life-form, the translator (Pound, Lowell, Logue, even Pasternak) will heighten, overcrowd, or excessively dramatize the text which he is translating to make it almost his trophy.”

Implausible as the notion will seem in a context of Anglo-Saxon values, it can, I am persuaded, be reasonably maintained that Schlegel and Tieck have improved on numerous stretches of foolery, bawdy, and verbal farce in Shakespeare’s comedies (see their versions of The Two Gentlemen of Verona, As You Like It, and The Merry Wives of Windsor).”

Although it mimes the sound of the original (You are – Es rare), the -quette in Poussiquette has overtones of coquetterie, of diminutive elegance much beyond the back-yard ecstasies in Lear. And rare is, by definition, more choice than beautiful.”

To name a <short list> of supreme translations would be absurd. There are too many variables in historical circumstance and local purpose. One has competence in far too few languages, literatures, and disciplines.”

VI. TOPOLOGIES OF CULTURE

To study the status of meaning is to study the substance and limits of translation.”

The composer who sets a text to music is engaged in the same sequence of intuitive and technical motions which obtain in translation proper.” “The debate as to whether literalism or recreation should be. The dominant aim of translation is exactly paralleled by the controversy, prominent throughout the 19th century, as to whether the word or the musical design should be uppermost in the Lied or in opera.”

The musical case is precisely comparable. When Zeiter, Schubert, Schumann, and Wolf set the identical Goethe poem to music, when Debussy, Fauré, and Reynaldo Hahn compose music to the same lyrics by Verlaine, when both Berlioz and Duparc write music to Gautier’s Au cimetière, the contrastive aspects, the problems of mutual awareness and critique are exactly those posed by multiple translation.”

is Schubert right, in setting Schmidt von Lübeck’s Der Wanderer, when he concentrates the whole meaning of the song on the word nicht in the last line, making the word come on a poignant appoggiatura over a strange chord of the 6th?”

What brand of Platonism is expressed in Satie’s musical setting of passages from the Symposium and the Phaedo (the analogy with certain of Jowett’s edulcorations is striking [ver acima])?”

In all his 6 settings of Heine, Schubert misconstrues the poet’s covert but mordant irony. Often the musician will tamper with the words, altering, omitting or <improving> on the poem to suit his personal gloss or formal programme (the translator too adds or elides to his own advantage). Mozart tacks on an extra verse to Goethe’s Veilchen; wishing to obtain a rise of a full octave on the word, Schubert elides the e in Vögelein in Goethe’s Über allen Gipfeln; in Schumann’s opus 90, the composer alters Lenau’s text, changing words, leaving out several, inserting some of his own (being the most verbally-perceptive of songwriters, Hugo Wolf almost never modifies the lyric).”

Jack M. Stein, Poem and Music in the German Lied from Gluck to Hugo Wolf, 1971. Prof. Stein’s book is one of the very few extended treatments of the interaction of poetry and musical setting. John Hollander’s The Untuning of the Sky: Ideas of Music in English Poetry 1500-1700, 1961 remains invaluable, but deals only marginally with the actual musical treatment of literary texts.”

Patrick Smith, The Tenth Muse: A Historical Study of the Opera Libretto, 1970

« Goethe est un piège pour les musiciens; et la musique un piège pour Goethe » André Suarès

All too often there is cause for Nerval’s dictum that only the poet himself can set his own song”

The work of Panofsky, of F. Saxl, of Edgar Wind, of E.H. Gombrich and many others has taught us how much of what the painter sees before him is previous painting.”

Leishman’s long prefatory essay to Translating Horace, 1956 is a masterly introduction to the whole problem of the authority and transmission of classic forms in Western literature and feeling.”

Seneca makes a change in the relations (topology) of the agents: Phaedra repents and slays herself, falling on Hippolytus’ body. But this is only a minor variant on a set theme.”

Euripides does not describe the sea-bull. The dramatic pace and the indirection of confident art allow him to allude to a spectacle <more hideous than eyes can bear>. Seneca lingers on horror:

longum rubenti spargitur fuco latus.

tum pone tergus ultima in monstrum coit

facies, et urgens bellua immensam trahit

squamosa partem…

(His immense flanks are spotted with reddish slime. The extremity of his body is made up of a scaly tail which the monster drags behind him in writhing coils…)”

It was thus that the horses of the sun, realizing the

absence of their accustomed driver, incensed that a

false hand should be guiding the chariot of day,

hurled Phaethon down from the heights of heaven.”

On dit qu’on a vu même, en ce desordre affreux,

Un dieu qui d’aiguillons pressait leur flanc poudreux.”

How are our readings of Euripides now lit or obscured by our knowledge of Seneca and, particularly, of Racine?”

Horace’s Ode in praise of Lollius (IV. 9) is one of the templates for Western poetry and our image of the poet. Horace affirms that public achievement and heroism survive only through the poet’s commemoration. Eros and even the trivial joys sung by Anacreon achieve permanence in verse. This claim has been a talisman for the writer. No reprise has matched Horace’s compressed grandeur.”

Many heroes lived before Agamemnon, but all unwept…”

Vain was the Chief’s, the Sage’s pride!

They had no Poet, and they died.

In vain they schem’d, in vain they bled!

They had no Poet, and are dead.”

Pope

How is Orpheus’ return from the underworld, which is used emblematically throughout the whole tradition of elegy and celebration, to be reconciled to the Christian interpretation of death? In his remarkable study of Orpheus in the Middle Ages (Harvard University Press, 1970), John Block Friedman has shown how late-antique thought, Neoplatonism, and Christian iconography lead to the gradual evolution of an <Orpheus-Christus figure>. From the 12th century on this syncretic conception influences art and literature.”

The tension in Thomas Carew’s Elegy on the Death of Dr. Donne (1640) stems from a need to accord pagan with Christian counters. The need was the more acute because of Donne’s ecclesiastical status and the notorious distance between Donne’s profane and sacred poetry. The death of the Dean of St. Paul’s has left poetry <widdowed>.”

Como esse último capítulo é cansativo! O autor já esgotou completamente a originalidade do discurso, uugggh!

The poet’s limbs lay scattered far and wide. But, Oh Hebrus, you received his head and his lyre, and (oh miracle!) while they floated in mid-stream, the lyre sounded desolate notes, the lifeless tongue murmured mournfully, and the river-banks replied sorrowingly.”

Metamorphoses XI

Time that is intolerant

Of the brave and innocent,

And indifferent in a week

To a beautiful physique,

Worships language and forgives

Everyone by whom it lives;

Pardons cowardice, conceit,

Lays its honours at their feet.”

Auden

The poet in front of the blank page, the painter before the vacant canvas, the sculptor facing the native stone, the thinker in the felt but undeclared proximity of the unthought, are very nearly a cliché for solitude.”

there can be no doubt that Anna Karenina embodies Tolstoy’s close experience and partial denial of the presentation and moral judgement of adultery in Madame Bovary. Such cases are less rare than might appear.”

The self-consciousness of men and women, so far as it is externalized in scenes of ideal or of drastic occurrence, was imprinted by Rousseau’s narrative (La nouvelle Héloïse, 1761).” “The geography of the hook, its scenario of lake, orchard, and alp, constituted a new, yet seemingly definitive, landscape of private sentiment. The diverse aspects of this landscape, its colorations, seasonal attributes, meteorologies acted as graphic objectifications of and incitements to social, philosophic, and erotic modes.” “Werther (1774) has its independent genius but belongs to the family.” “The lovers part; but there is between them a contract of desolation. They are dead to their own future. Subsidiary to these main motifs is that of the children of the beloved, or of her younger brothers or sisters. The lover’s relation to these – didactic, fraternal, conspiratorial – is one of pathos and duplicity.” “L’Éducation sentimentale, in its definitive version, appears in 1869. The title itself conveys Flaubert’s express realization of the central motif in Rousseau.” “Flaubert seems to have felt, as did other 19th-century readers, that, for all its splendour, Le Lys dans la vallé had vulgarized the psychological fineness of the material, that Balzac had, characteristically, injected a dose of melodrama (Lady Dudley and her fierce steeds) into an ambiguous tragedy of private feeling. Hence Flaubert’s special alertness to Volupté (Saint-Beuve).” “Sainte-Beuve died on 13 October 1869. The following day Flaubert wrote to his niece: <In part I had written L’Éducation sentimentale for Sainte-Beuve. He will have died without knowing a line of it!>.” “The <abler soul> of the great precedent, the proximity of the rival version, the existence, at once burdensome and liberating, of a public tradition, releases the writer from the trap of solipsism.”

This is the agony of our human existence, that we can only feel things in conventional feeling patterns. Because when these feeling-patterns become inadequate, when they will no longer body forth the workings of the yeasty soul, then we are in torture.” Lawrence

CHINA CHINA CHINA, I SCREAM AND I PRAY: “Our Western feeling-patterns, as they have come down to us through thematic development, are <ours>, taking this possessive to delimit the Graeco-Latin and Hebraic circumference.” Reject tradition, embrace Übertradiktion!

Yielding to intuitive conviction, and in patent rebuke to his own construct of history, Marx proclaimed that Greek art and literature would never be surpassed. They had sprung from a concordance, by definition unrepeatable, between <the childhood of the race> and the highest levels of technical craft.”

The novelty of content and of empirical consequence in the natural sciences and technology have obscured the determinist constancy of tradition.”

Chomsky’s emphasis on the innovative character of human speech, on the ability of native speakers to formulate and interpret correctly a limitless number of previously unspoken, unheard sentences, served as a dramatic rebuttal to naïve behaviourism. It demonstrated the inadequacy of the stimulus-response paradigm in its Pavlovian vein. Chomsky’s observation, moreover, has had notable consequences for education and speech-therapy. But looked at from a semantic point of view, the axiom of unbounded innovation is shallow.”

Had we only Picasso’s sculptures, graphics, and paintings, we could reconstruct a fair portion of the development of the arts from the Minoan to Cézanne.”

The apparent iconoclasts have turned out to be more or less anguished custodians racing through the museum of civilization, seeking order and sanctuary for its treasures, before closing time.”

Long persuaded of the privileged dynamism of Western ways, of the presumably unique factor of iconoclasm and futurism operative in Western science and technology, we are now experiencing a subtle counter-current, a new understanding of our confinement within ancient bounds of mental habit.”

The flowering of a sub- and semi-literacy in mass education, in the mass media, very obviously challenges the concept of cultural canons. The discipline of referential recognition, of citation, of a shared symbolic and syntactic code which marked traditional literacy are, increasingly, the prerogative or burden of an elite. This was always more or less the case; but the elite is no longer in an economic or political position to enforce its ideals on the community at large (even if it had the psychological impulse to do so).”

The outward gains of barbarism which threaten to trivialize our schools, which demean the level of discourse in our politics, which cheapen the human word, are so strident as to make deeper currents almost impalpable.”


“A large part of the impulse behind the spread of English across the globe is obviously political and economic. In the aftermath of the Second World War, and building on earlier colonial-imperial foundations, English acted as the vulgate of American power and of Anglo-American technology and finance. But the causes of universality are also linguistic.
There is ample evidence that English is regarded by native speakers of other languages whether in Asia, Africa or Latin America, as easier to acquire than any other second language. It is widely felt that some degree of competence can be achieved through mastery of fewer and simpler phonetic, lexical, and grammatical units than would be the case in North Chinese, Russian, Spanish, German, or French (the natural rivals to world status).”

The bitter struggles between Walloons and Flemings, the language riots which plague India, the resurgence of linguistic autonomy in Wales and Brittany point to deep instincts of preservation. Norway now has 2 standard languages where it had only one at the tum of the century.”

Has there been an <English English> author of absolutely the first rank after D.H. Lawrence and J.C. Powys? The representative masters of literature in the English language, since James, Shaw, Eliot, Joyce, and Pound have been mainly Irish or American. Currently, West Indian English, the English of the best American poets and novelists, the speech of West African drama demonstrate what can be called an Elizabethan capacity for ingestion, for the enlistment of both popular and technical forms.”

One need only converse with Japanese colleagues and students, whose technical proficiency in English humbles one, to realize how profound are the effects of dislocation. (…) Only time and native ground can provide a language with the interdependence of formal and semantic components which <translates> culture into active life.”

NEO-BABEL: “More subtly, the modulation of English into an ‘Esperanto’ of world-commerce, technology, and tourism, is having debilitating effects on English proper. To use current jargon, ubiquity is causing a negative feedback. Again, it is too soon to judge of the dialectical balance”

AFTERWORD

In recent papers, Chomsky himself has been modifying his standard theory. He now allows that rules of semantic interpretation must operate on surface structures as well as deep structures. He is also prepared to shift key morphological phenomena from the grammatical model, whose power may have been exaggerated, to the lexicon. Developed further, both these modifications would bring transformational generative grammars nearer to sociolinguistic and contrastive approaches.” Meio-século atrás e ele não parece ter completado essa transição a contento!

By divorcing itself from that intimate collaboration with poetics which animates the work of Roman Jakobson, of the Moscow and Prague language-circles, and of I.A. Richards, formal linguistics has taken an abstract, often trivialized view of the relations between language and mind, between language and social process, between word and culture.”

When I began this book the question of Babel, and the history of that question in religious, philosophic, and anthropological thought were hardly respectable among ‘scientific’ linguists. Now, only 4 years later…”

For the most recent attempt to apply formal logic to vagueness, context dependence, metaphor, and polysemy in natural language, cf. M.J. Cresswell, Logics and Language (London, 1973). Nothing in this acute treatment seems to overcome Wittgenstein’s admonition against the derivation of systematic logic from ordinary language or Tarski’s theorem that <there can be no general criterion of truth for sufficiently rich languages> – all natural languages being <sufficiently rich>.”

« J’ai connu un fou qui croyait que Ia fin du monde était arrivée. II faisait de Ia peinture. Je l’aimais bien. » Beckett

The Kabbalah, in which the problem of Babel and of the nature of language is so insistently examined, knows of a day of redemption on which translation will no longer be necessary. All human tongues will have re-entered the translucent immediacy of that primal, lost speech shared by God and Adam. We have seen the continuation of this vision in theories of linguistic monogenesis and universal grammar. But the Kabbalah also knows of a more esoteric possibility. It records the conjecture, no doubt heretical, that there shall come a day when translation is not only unnecessary but inconceivable. Words will rebel against man. They will shake off the servitude of meaning. They will <become only themselves, and as dead stones in our mouths>. In either case, men and women will have been freed forever from the burden and the splendour of the ruin at Babel.”

SELECTED BIBLIOGRAPHY

(Além das dezenas de obras já destacadas dentro dos capítulos regulares!)

1881

Giles, ‘The New Testament in Chinese’, In: The China Review, X

1920

Ezra Pound, ‘Translators of Greek: Early Translators of Homer’, reprinted in Literary Essays of Ezra Pound

1928

Albert Dubeux, Les Traductions françaises de Shakespeare (homônimo de outro livro citado acima!)

1929

Marcel Granet, Fêtes et chansons anciennes de la Chine

1934

André Thérive, Anthologie non-classique des anciens poètes grecs

1935

Georges Bonneau, Anthologie de la poésie japonnaise

1954

Olaf Blixen, La traducción literaria y sus problemas

1957

Cary, ‘Théories soviétiques de la traduction’, Babel, III

1963

Alfred Malblanc, Stylistique comparée du français et de l’allemand

1969

Orlinsky, Notes on the New Translation of the Torah

Zemb, Les structures logiques de la proposition allemande

1971

Leisi, Der Wortinhalt. Seine Struktur im Deutschen und Englishschen (4th edition, revised)

First issued in Paris in 1932 and taken over by UNESCO in 1947, the annual Index Translationum is an indispensable guide to trends and areas of concentration in world translation.”

* * *

PRECISO ORGANIZAR UM MAPA DE PRIORIDADES DE PRÓXIMAS LEITURAS! Primeiro, neste documento só já seria um ganho e tanto – e depois no blog inteiro!…

THE DUBBING EFFECT: AN EYE-TRACKING STUDY ON HOW VIEWERS MAKE DUBBING WORK – Pablo Romero-Fresco

Despite being, perhaps along with voiceover, the most criticised (and even vilified) audiovisual translation (AVT) mode, there is little doubt that, generally speaking and from different viewpoints, dubbing works. It is still the preferred form of access to foreign-language audiovisual content for millions of viewers in countries such as Spain, Italy, France and Germany and the preferred choice to translate cartoons and children’s films in subtitling countries (Chaume 2013). Its success is not only commercial, as recent research shows that dubbing is also a very effective translation mode from a cognitive point of view (Wissmath et al. 2009; Perego et al. 2016). Despite the artifice involved in replacing the original actors’ voices for other voices in another language, it seems that (habituated) dubbing viewers still manage to suspend disbelief and become immersed in the fiction of film (Palencia 2002).”

How do we watch a dubbed film? How do we manage to suspend disbelief without being distracted by its artificial nature and by the mismatch between audio and visual elements? In short, what cognitive mechanisms do we activate to make dubbing work?

The aim of this paper is to answer these questions by analysing, with the help of eye-tracking technology, the viewing patterns of spectators watching dubbed and original films. This analysis is complemented by a discussion of other aspects that may be relevant to the perception and overall reception of dubbing, including cultural arguments concerning habituation, psychological and cognitive notions of suspension of disbelief and perceptual phenomena such as the McGurk effect (McGurk and MacDonald 1976).”

When they are first exposed to film, children normally have no knowledge of the artifice involved in cinematic fiction, which means that they go straight from wonder into habituation and automatism. By the time they learn about the prefabricated nature of cinema, film viewing has already settled as an unconscious experience whose enjoyment requires not questioning the reality of what they are seeing, that is, suspending disbelief. Crucially, dubbing audiences are exposed to both original and dubbed films from an early age. They are astounded by the magic of cinema (wonder), regardless of whether or not it is dubbed. The artifice of dubbing (the mismatch between audio and visuals, the almost inevitable lack of total synchrony, even in high-quality dubbing, etc.) is overlooked along with the artifice of cinematic fiction, as they go from wonder to habituation and unconscious automatism. By the time dubbing audiences learn about dubbing (just as when they learn about film), they have already internalised how to watch it without questioning it. In other words, getting used to dubbing, when it happens at an early age, is simply part of the (unconscious) process of getting used to film.”

Even if a particular audience is used to dubbing, there is a tolerance threshold that must be respected with regard to at least two of the key dubbing constraints: synchrony and the naturalness of the dialogue. According to Rowe (1960: 117), this tolerance threshold may vary across countries:

American and English audiences are the least tolerant, followed closely by the Germans. […] The French, staunch defenders of their belle langue and accustomed to the dubbing process since those early days when rudimentary techniques made synchronization a somewhat haphazard achievement, are far more annoyed by slipshod dialogue than imperfect labial illusions. To the Italians, the play’s the thing and techniques take the hindmost, as artistically they should.”

The notion of suspension of disbelief was originally coined in 1817 by the poet and philosopher Samuel Taylor Coleridge (in Parrish 1985: 106), who suggested that if a writer could provide a fantastic tale with a ‘human interest and a semblance of truth’, the reader would suspend judgement concerning the plausibility of the narrative. This term has since been used for film (Allison et al. 2013) and AVT (Bucaria 2008). Pedersen (2011: 22) applies it to subtitling, calling it a ‘contract of illusion’ or tacit agreement between the subtitler and the viewers where the latter agree to believe ‘that the subtitles are the dialogue, that what you read is actually what people say.’”

The McGurk effect (1976) is generally regarded as one of the most powerful perceptual phenomena demonstrating the interaction between hearing and vision in speech perception. It is described by Smith et al. (2013) as ‘an auditory illusion that occurs when the perception of a phoneme’s auditory identity is changed by a concurrently played video of a mouth articulating a different phoneme.’ A typical example would involve the audio of a given phoneme (such as /ba/) dubbed over a speaker whose mouth is visually articulating another phoneme (such as /ga/). Most subjects will report hearing /da/ even though the only sound that is heard is /ba/. Discovered by Harry McGurk and John MacDonald in 1976, this phenomenon shows that speech perception is multimodal and that vision can often be more important than audio in the perception of sounds. From a neurological standpoint, the McGurk effect shows that information from the visual cortex instructs the auditory cortex which phoneme to ‘hear’ before an auditory stimulus is received (Smith et al. 2013). This is generally regarded as a robust effect, i.e. knowledge about it does not seem to eliminate its illusion. The effect has been shown to apply under very different conditions, including different viewers’ profiles (Rouger et al. 2008), audiovisual cross-dressing (combination of female faces and male voices) (Green et al. 1991), cross-cultural comparisons (Rosenblum 2010) and even speakers standing on their heads (Green 1994).”

Could it be that dubbing viewers are amongst the few individuals who have managed to switch off the McGurk effect so as not to be distracted by the asynchronous combination of sound and image? Have they found a way to avoid being put off by the mismatch between lips and audio or do they simply not look at the lips? Should the latter be true, is this an unconscious mechanism and can the above-mentioned early-acquired habit of viewing dubbed films and the ability to suspend disbelief account for this?”

Early studies (Buswell 1935; Yarbus 1965/1967) and also more recent research on face processing and the perception of gaze (Langton et al. 2000; Birmingham and Kingstone 2009) have shown that we tend to focus on faces and, more specifically, on eyes, when looking at other human beings. This may be partly explained by the visual saliency and social importance of eyes (Senju and Hasegawa 2005; Senju et al. 2005). However, most of this research has focused on static images, rather than dynamic viewing. Recent research performed on dynamic face viewing suggests that this attention bias may be task-dependent and not exclusive to the eyes (Gosselin and Schyns 2001). Buchan et al. (2007) found that their participants’ gaze was directed to the eyes when asked to perform emotion judgements and to the mouth when asked to recognise speech. In a recent study aiming to identify what controls gaze allocation during face perception, Võ et al. (2012: 12) concluded that there is no such thing as a general bias to look at someone’s eyes and that, at least during dynamic face viewing, ‘gaze follows function’. In other words, we seem to adjust our gaze allocation dynamically ‘for the purpose of seeking information on an event-to-event basis’ (ibid.: 11). In their study, conducted with 88 participants watching videos with close-ups of different people speaking, the mouth attracted as much as 34% of the gaze allocation. This is in line with the findings obtained by Foulsham and Sanderson (2013), who found a distribution of 71% on the eyes and 29% on the mouth in dynamic face viewing with speaking faces. The percentage of time fixating the mouth has been shown to increase when there is background noise (Buchan et al. 2012), low linguistic competence (Robinson et al. 2015) or poorly synched lips (Smith et al. 2013), which is not too dissimilar to what happens in dubbing.

In contrast with the intense scholarly activity devoted to the analysis of static and dynamic face viewing, the application of eye tracking to dubbing is still in its infancy. Vilaró and Smith (2011) compared the gaze behaviour of viewers watching an animated film in the original English audio condition, a Spanish language version with English subtitles, an English language version with Spanish subtitles and a final version dubbed into Spanish without subtitles. The participants were English speakers who did not know Spanish. The results of the study show evidence of subtitle reading in all conditions (even when they were in Spanish and therefore unhelpful for the participants) and a great deal of similarity in the exploration of peripheral objects.”

Their results confirm the cognitive efficiency and positive reception of both AVT modalities but also that complex audiovisual material may require extra effort from the viewers so as to accelerate their reading process. To our knowledge, no research has yet analysed and compared how viewers watch faces in original and dubbed films. This is the aim of the experiment presented in this article, whose findings, along with the above-included discussions on habituation, suspension of disbelief and engagement, intend to provide a picture of how viewers make dubbing work.”

However, excessive focus on the characters’ mouths may also put off dubbing viewers, making it difficult for them to suspend disbelief and engage with the film. As a result, the hypothesis for this experiment is that given our tendency to (a) lip read and be confused by asynchrony as per the McGurk effect and (b) look at both eyes and mouth in moving faces, we have adopted an unconscious strategy not to look at mouths in dubbing (because there is no useful information to obtained from there) in an attempt, aided by an early acquired and subconsciously internalised dubbing viewing habit, to suspend disbelief and be engaged with the dubbed fiction.”

The first stimulus video was the 6-minute final scene (from 1:36:00 to 1:42:29) of Casablanca (Michael Curtiz, 1942) dubbed into Spanish, of which 2 minutes (from 1:36:12 to 1:38:12) were closely analysed to detect eye movements in close-ups. A second stimulus video consisted of the original English version of the same excerpt, which was used with the control group of native English participants. Finally, the third stimulus video, used to analyse native Spanish viewers’ eye movements when watching an original film in Spanish, was a 6-minute scene (from 0:29:15 to 0:35:23) from Todo sobre mi madre (Pedro Almodóvar, 1999), of which 2 minutes (from 0:30:01 to 0:32:01) were closely analysed to detect eye movements in close-ups. Drawing on Perego et al. (2016), the videos were compared regarding their audiovisual complexity. Despite the significant difference in production year (1942 and 1999) and format (black and white vs. colour), the videos proved to be remarkably comparable regarding duration, speech rate (measured in words per minute), type-token ratio (degree of lexical variation), lexical density, syntactical complexity and number of close-ups”

Participant’s eye movements were recorded using the standalone Tobii T120 eye tracker (Tobii Technology AB, Stockholm, Sweden) integrated in a 17-inch monitor with a 1024×768 resolution that allowed the maximisation of the stimulus display to cover the entire screen. Both the eye-tracking server and the client display application ran on Windows PCs connected via 1GB Ethernet. This eye tracker, which operates at a sampling rate of 60Hz with an accuracy of 0.5°, is unobtrusive, as it allows for a large degree of head movement and ensures natural behaviour, which is important in order to obtain ecologically valid results. During the recording time, the Tobii T120 eye tracker collects raw gaze movement data every 16.6 ms, using a filter to parse the coordinates of the movements into fixations and saccades. For the analysis, two areas of interest were drawn on those shots of the videos that featured close-ups, one covering the characters’ eyes and the other covering their mouths. When using the eye-tracking data to test the above-mentioned hypotheses, the focus was placed on 3 types of measurements that are relevant to gain knowledge of visual attention distribution: number of fixations, mean fixation duration and percentage amount of time spent on the defined areas of interest. A distinction was made between close-ups with dialogue and silent close-ups in order to ascertain whether the presence of dialogue has any impact on the viewers’ eye movements.”

This study involved 42 participants (31 female and 11 male), mostly postgraduate students and young professionals. None of them received course credits or payment for participation. Of those 42 participants, 18 were native English and 24 were native Spanish. All of them had normal or corrected-to-normal vision. A total of 31 participants reported that they did not wear corrective lenses of any sort, seven reported that they wore contacts, and four reported that they wore glasses. Due to poor calibration and other data collection issues, the data from seven participants were discarded from the final analysis, bringing the total down to 35 (15 native English and 20 native Spanish) and dropping the number of males and females to 8 and 27, respectively. The ages of participants ranged from 25 to 60 (M = 28.00; SD = 8.55).”

Participants sat in front of the eye tracker at a distance of 60-70 cm, the eye tracker camera’s focal length. Calibration was performed once for each participant before viewing the first video and required following nine dot targets displayed sequentially on the screen, each shrinking in diameter from 30 to 2 pixels.”

Spanish participants watching Casablanca spent a significantly greater percentage of time looking at eyes than English participants watching Casablanca and that the same group of Spanish participants watching Todo sobre mi madre.”

No effects were observed regarding gender or age. Comprehension was on average very high (5/5 for Casablanca in English, 4.9/5 for Casablanca in Spanish and 4.6/5 for Todo sobre mi madre) and the sense of presence may be regarded medium-high (3.6/5 for Casablanca in English, 3.7/5 for Casablanca in Spanish and 3.8/5 for Todo sobre mi madre).”

the viewing patterns of the Spanish participants watching Casablanca dubbed into Spanish are significantly different: 95% on eyes and 5% on mouths. This extreme focus on the eyes/negative mouth bias is unlike anything found so far in the literature and very different to the way in which the Spanish participants view faces in the original Spanish film used in the experiment, where, after watching the dubbed clip, they show the same distribution (76% vs 24%) found in the literature and in the English group watching the original version of Casablanca.”

these results, which have subsequently been supported by those obtained in Di Giovanni and Romero (2018) with Italian participants, point to the potential existence of a dubbing effect, an unconscious eye movement strategy performed by dubbing viewers to avoid looking at mouths in dubbing, which prevails over the natural way in which they watch original films and real-life scenes, and which arguably allows them to suspend disbelief and be transported into the fictional world. Although not conscious, this mechanism seems to be activated only with dubbed films and is then turned off when watching an original film, where the viewing pattern is aligned with eye movements in real life.”

NOTAS

It is worth noting that eye tracking can only detect the central vision obtained by the fovea (Slaghuis and Thompson 2003). Foveal vision allows us to obtain detailed information typically within six degrees of our field vision, that is, spanning five words in a row when reading printed text at ordinary size at about 50 centimeters from the eyes. Parafoveal or peripheral vision, which can span up to 120 degrees, is thus not detected by eye trackers.” Ora, amigo, isso muda toda a conclusão do estudo! É óbvio que as pessoas simplesmente olham para a face inteira das pessoas na tela!

However, even though peripheral vision can be used to differentiate movement from stillness and even certain types of rhythms and contrast, it cannot help to distinguish colours, shapes or details (Wästlund et al. 2017).” HMM… O que você está dizendo é que NÃO existe visão periférica? Como conseguimos assistir em 16:9 gigantes?

THE TRACHINIAE

Tradução de R.C. Jebb

“DEIANEIRA

There is a saying among men, put forth of old, that thou canst not rightly judge whether a mortal’s lot is good or evil, ere he die. But I, even before I have passed to the world of death, know well that my life is sorrowful and bitter (…) But finally the Zeus of battles ordained well, – if well indeed it be: for since I have been joined to Heracles as his chosen bride, fear after fear hath haunted me on his account; one night brings a trouble, and the next night, in turn, drives it out. And then children were born to us; whom he has seen only as the husbandman sees his distant field, which he visits at seedtime, and once again at harvest. Such was the life that kept him journeying to and fro, in the service of a certain master.

But now, when he hath risen above those trials, – now it is that my anguish is sorest. Ever since he slew the valiant Iphitus, we have been dwelling here in Trachis, exiles from our home, and the guests of stranger; but where he is, no one knows; I only know that he is gone, and hath pierced my heart with cruel pangs for him. I am almost sure that some evil hath befallen him; it is no short space that hath passed, but ten long months, and then five more, – and still no message from him.”

“NURSE

(…)

why, when thou art so rich in sons, dost thou send no one of them to seek thy lord; – Hyllus, before all, who might well go on that errand, if he cared that there should be tidings of his father’s welfare?”

“this woman is a slave, but hath spoken in the spirit of the free.”

“HYLLUS

Last year, they say, through all the months, he toiled as bondman to Lydian woman.”

“Thou dost not well, I say, to kill fair hope by fretting; remember that the son of Cronus himself, the all-disposing king, hath not appointed a painless lot for mortals. Sorrow and joy come round to all, as the Bear moves in his circling paths.”

“Yes, the tender plant grows in those sheltered regions of its own! and the Sun-god’s heat vexes it not, nor rain, nor any wind; but it rejoices in its sweet, untroubled being, til such time as the maiden is called a wife, and finds her portion of anxious thoughts in the night, brooding on danger to husband or to children. Such an one could understand the burden of my cares; she could judge them by her own. (…) He had always departed as if to conquer, not to die. But now, as if he were a doomed man, he told me what portion of his substance I was to take for my dower, and how he would have his sons share their father’s land amongst them. And he fixed the time; saying that, when a year and three months should have passed since he had left the country, then he was fated to die; or, if he should have survived that term, to live thenceforth an untroubled life.

Such, he said, was the doom ordained by the gods to be accomplished in the toils of Heracles; as the ancient oak at Dodona had spoken of yore, by the mouth of the two Peleiades.”

“MESSENGER

Queen Deianeira, I shall be the first of messengers to free thee from fear. Know that Alcmena’s son lives and triumphs, and from battle brings the first-fruits to the gods of this land.”

“So he passed a whole year, as he himself avows, in thraldom to Omphale the barbarian. And so stung was he by that reproach, he bound himself by a solemn oath that he would one day enslave, with wife and child, the man who had brought that calamity upon him. (…) So those men, who waxed so proud with bitter speech, are themselves in the mansions of the dead, all of them, and their city is enslaved; while the women whom thou beholdest, fallen from happiness to misery, come here to thee; for such was thy lord’s command, which I, his faithful servant, perform. He himself, thou mayest be sure, – so soon as he shall have offered holy sacrifice for his victory to Zeus from whom he sprang, – will be with thee.”

“A strange pity hath come over me, friends, at the sight of these ill-fated exiles, homeless and fatherless in a foreign land; once the daughters, perchance, of free-born sires, but now doomed to the life of slaves.”

“MESSENGER

I heard this man declare, before many witnesses, that for this maiden’s sake Heracles overthrew Eurytus and the proud towers of Oechalia; Love, alone of the gods, wrought on him to do those deeds of arms, – not the toilsome servitude to Omphale in Lydia, nor the death to which Iphitus was hurled. But now the herald has thrust Love out of sight, and tells different tale.

Well, when he could not persuade her sire [pai, dono] to give him the maiden for his paramour [amante], he devised some petty [insignificante] complaint as a pretext, and made war upon her land, – that in which, as he said, this Eurytus bore sway, – and slew the prince her father, and sacked her city. And now, as thou seest, he comes sending her to this house not in careless fashion, lady, nor like slave: – no, dream not of that, – it is not likely, if his heart is kindled with desire.”

“Hapless that I am!”

“MESSENGER

Nay, illustrious by name as by birth; she is the daughter of Eurytus, and was once called Iole

“for Love rules the gods as he will, and me; and why not another woman, such as I am? So I am mad indeed, if I blame my husband, because that distemper hath seized him; or this woman, his partner in a thing which is no shame to them, and no wrong to me. Impossible! No; if he taught thee to speak falsely, ‘tis not a noble lesson that thou art learning; or if thou art thine own teacher in this, thou wilt be found cruel when it is thy wish to prove kind. Nay, tell me the whole truth. To a free-born man, the name of liar cleaves as a deadly brand. If thy hope is to escape detection, that, too, is vain; there are many to whom thou hast spoken, who will tell me.

(…) Hath not Heracles wedded others ere now, – ay, more than living man, – and no one of them hath bad harsh word or taunt from me; nor shall this girl, though her whole being should be absorbed in her passion; for indeed I felt a profound pity when I beheld her, because her beauty hath wrecked her life, and she, hapless one, all innocent, hath brought her fatherland to ruin and to bondage. Well, those things must go with wind and stream.”

“And now we twain are to share the same marriage-bed, the same embrace. Such is the reward that Heracles hath sent me, – he whom I called true and loyal, – for guarding his home through all that weary time. I have no thought of anger against him, often as he is vexed with this distemper. But then to live with her, sharing the same union – what woman could endure it? For I see that the flower of her age is blossoming, while mine is fading; and the eyes of men love to cull the bloom of youth, but they turn aside from the old. (…) <If thou gatherest with thy hands the blood clotted round my wound, at the place where the Hydra, Lerna’s monstrous growth, hath tinged the arrow with black gall, – this shall be to thee a charm for the soul of Heracles, so that he shall never look upon any woman to love her more than thee.>

“thou shouldest take for me this long robe, woven by mine own hand, a gift to mine absent lord.

(…)

For thus had I vowed, – that if I should ever see or hear that he had come safely home, I would duly clothe him in this robe, and so present him to the gods, newly radiant at their altar in new garb.”

“DEIANEIRA

Friends, how I fear that I may have gone too far in all that I have been doing just now!

LEADER

What hath happened, Deianeira, daughter of Oeneus?

DEIANEIRA

I know not; but feel a misgiving that I shall presently be found to have wrought a great mischief, the issue of a fair hope.

LEADER

It is nothing, surely, that concerns thy gift to Heracles?

DEIANEIRA

Yea, even so. And henceforth I would say to all, act not with zeal, if ye act without light.”

“I neglected no part of the precepts which the savage Centaur gave me, when the bitter barb was rankling in his side: they were in my memory, like the graven words which no hand may wash from a tablet of bronze. Now these were his orders, and I obeyed them: – to keep this unguent in secret place, always remote from fire and from the sun’s warm ray, until I should apply it, newly spread, where I wished. So had I done. And now, when the moment for action had come, I performed the anointing privily in the house, with a tuft of soft wool which I had plucked from a sheep of our home-flock; then I folded up my gift, and laid it, unvisited by sunlight, within its casket, as ye saw.

But as I was going back into the house, I beheld a thing too wondrous for words, and passing the wit of man to understand. I happened to have thrown the shred of wool, with which I bad been preparing the robe, into the full blaze of the sunshine. As it grew warm, it shrivelled all away, and quickly crumbled to powder on the ground, like nothing so much as the dust shed from a saw’s teeth where men work timber. In such a state it lies as it fell. And from the earth, where it was strewn, clots of foam seethed up, as when the rich juice of the blue fruit from the vine of Bacchus is poured upon the ground.

(…) Why or wherefore should the monster, in his death-throes, have shown good will to me, on whose account he was dying? Impossible! No, he was cajoling me, in order to slay the man who had smitten him: and I gain the knowledge of this too late, when it avails no more. Yes, I alone – unless my foreboding prove false – I, wretched one, must destroy him! For I know that the arrow which made the wound did scathe even to the god Cheiron; and it kills all beasts that it touches. And since ‘tis this same black venom in the blood that hath passed out through the wound of Nessus, must it not kill my lord also? I ween [suponho] it must.

Howbeit, I am resolved that, if he is to fall, at the same time I also shall be swept from life; for no woman could bear to live with an evil name, if she rejoices that her nature is not evil.”

“HYLLUS

O mother, would that one of three things had befallen thee! Would that thou wert dead, – or, if living, no mother of mine, – or that some new and better spirit had passed into thy bosom.

DEIANEIRA

Ah, my son, what cause have I given thee to abhor me?

HYLLUS

I tell thee that thy husband – yea, my sire – hath been done to death by thee this day.

DEIANEIRA

Oh, what word hath passed thy lips, my child!

HYLLUS

A word that shall not fail of fulfilment; for who may undo that which hath come to pass?

DEIANEIRA

What saidst thou, my son? Who is thy warranty for charging me with a deed so terrible?

HYLLUS

I have seen my father’s grievous fate with mine own eyes; I speak not from hearsay.”

“At first, hapless one, he prayed with serene soul, rejoicing in his comely garb. But when the blood-fed flame began to blaze from the holy offerings and from the resinous pine, a sweat broke forth upon his flesh, and the tunic clung to his sides, at every joint, close-glued, as if by a craftsman’s hand; there came a biting pain that racked his bones; and then the venom, as of some deadly, cruel viper, began to devour him.”

“But when he was spent with oft throwing himself on the ground in his anguish, and oft making loud lament, – cursing his fatal marriage with thee, the vile one, and his alliance with Oeneus, – saying how he had found in it the ruin of his life, – then from out of the shrouding altar-smoke, he lifted up his wildly-rolling eyes, and saw me in the great crowd, weeping. He turned his gaze on me, and called me: <O son, draw near; do not fly from my trouble, even though thou must share my death. Come, bear me forth, and set me, if thou canst, in a place where no man shall see me; or, if thy pity forbids that, at least convey me with all speed out of this land, and let me not die where I am>.”

“May avenging justice and the Erinys visit thee for them! Yes, if it be right, that is my prayer: and right it is, – for I have seen thee trample on the right, by slaying the noblest man in all the world, whose like thou shalt see nevermore!” “Why should the name of mother bring her a semblance of respect, when she is all unlike a mother in her deeds?”

“how can he look upon tomorrow’s sun, – when that appalling Hydra-shape holds him in its grip, and those murderous goads, prepared by the wily words of black-haired Nessus, have started into fury, vexing him with tumultuous pain? (…) alas, a plague is upon him more piteous than any suffering that foemen ever brought upon that glorious hero. (…) But the Cyprian goddess, ministering in silence, hath been plainly proved the doer of these deeds.”

“At that sight, her son uttered a great cry; for he knew, alas, that in his anger he had driven her to that deed; and he had learned, too late, from the servants in the house that she had acted without knowledge, by the prompting of the Centaur. And now the youth, in his misery, bewailed her with all passionate lament; he knelt, and showered kisses on her lips; he threw himself at her side upon the ground, bitterly crying that he had rashly smitten her with a slander,- weeping that he must now live bereaved of both alike”

“HERACLES (awaking)

O Zeus, to what land have I come? Who are these among whom I lie, tortured with unending agonies? Wretched, wretched that I am! Oh, that dire pest is gnawing me once more! (…) Where is the charmer, where is the cunning healer, save Zeus alone, that shall lull this plague to rest?”

“I wore out my troublous days in ridding Greece of pests, on the deep and in all forests; and now, when I am stricken, will no man succour me with merciful fire of sword?

Oh, will no one come and sever the head, at one fierce stroke, from this wretched body? Woe, woe is me!

Not the warrior on the battle-field, not the Giants’ earth-born host, nor the might of savage beasts, hath ever done unto me thus, – not Hellas, nor the land of the alien, nor any land to which I have come as a deliverer: no, a woman, a weak woman, born not to the strength of man, all alone hath vanquished me, without stroke of sword.

Son, show thyself my son indeed, and do not honour a mother’s name above a sire’s: bring forth the woman that bare thee, and give her with thine own hands into my hand, that I may know of a truth which sight grieves thee most, – my tortured frame, or hers, when she suffers her righteous doom!

Go, my son, shrink not – and show thy pity for me, whom many might deem pitiful, – for me, moaning and weeping like a girl; – and the man lives not who can say that he ever saw me do thus before; no, without complaining I still went whither mine evil fortune led. But now, alas, the strong man hath been found a woman. Approach, stand near thy sire, and see what a fate it is that hath brought me to this pass; for I will lift the veil. Behold! Look, all of you, on this miserable body; see how wretched, how piteous is my plight!

Ah, woe is me!”

“Ah, hapless Greece, what mourning do I forsee for her, if she must lose this man”

“Say what thou wilt, and cease; in this my pain I understand nought of all thy riddling words.”

“HERACLES

Well, thou knowest the summit of Oeta, sacred to Zeus?

HYLLUS

Ay; I have often stood at his altar on that height.

HERACLES

Thither, then, thou must carry me up with thine own hands, aided by what friends thou wilt; thou shalt lop many a branch from the deep-rooted oak, and hew many a faggot also from the sturdy stock of the wild-olive; thou shalt lay my body thereupon, and kindle it with flaming pine-torch.

And let no tear of mourning be seen there; no, do this without lament and without weeping, if thou art indeed my son. But if thou do it not, even from the world below my curse and my wrath shall wait on thee for ever.

HYLLUS

Alas, my father, what hast thou spoken? How hast thou dealt with me!

HERACLES

I have spoken that which thou must perform; if thou wilt not, then get thee some other sire, and be called my son no more!

HYLLUS

Woe, woe is me! What a deed dost thou require of me, my father, – that I should become thy murderer, guilty of thy blood!

HERACLES

Not so, in truth, but healer of my sufferings, sole physician of my pain!

HYLLUS

And how, by enkindling thy body, shall I heal it?

HERACLES

Nay, if that thought dismay thee, at least perform the rest.

HYLLUS

The service of carrying thee shall not be refused.

HERACLES

And the heaping of the pyre, as I have bidden?

HYLLUS

Yea, save that I will not touch it with mine own hand. All else will I do, and thou shalt have no hindrance on my part.

HERACLES

Well, so much shall be enough. – But add one small boon [bênção] to thy large benefits.

HYLLUS

Be the boon never so large, it shall be granted.

HERACLES

Knowest thou, then, the girl whose sire was Eurytus?

HYLLUS

It is of Iole that thou speakest, if I mistake not.

HERACLES

Even so. This, in brief, is the charge that I give thee, my son. When am dead, if thou wouldest show a pious remembrance of thine oath unto thy father, disobey me not, but take this woman to be thy wife. Let no other espouse her who hath lain at my side, but do thou, O my son, make that marriage-bond thine own. Consent: after loyalty in great matters, to rebel in less is to cancel the grace that had been won.

HYLLUS

Ah me, it is not well to be angry with a sick man: but who could bear to see him in such a mind?

HERACLES

Thy words show no desire to do my bidding.

HYLLUS

What! When she alone is to blame for my mother’s death, and for thy present plight besides? Lives there the man who would make such choice, unless he were maddened by avenging fiends? Better were it, father, that I too should die, rather than live united to the worst of our foes!

HERACLES

He will render no reverence, it seems, to my dying prayer. – Nay, be sure that the curse of the gods will attend thee for disobedience to my voice.

HYLLUS

Ah, thou wilt soon show, methinks, how distempered thou art!

HERACLES

Yea, for thou art breaking the slumber of my plague.

HYLLUS

Hapless that I am! What perplexities surround me!

HERACLES

Yea, since thou deignest not to hear thy sire.

HYLLUS

But must I learn, then, to be impious, my father?

HERACLES

Tis not impiety, if thou shalt gladden my heart.

HYLLUS

Dost thou command me, then, to do this deed, as a clear duty?

HERACLES

I command thee, – the gods bear me witness!

HYLLUS

Then will I do it, and refuse not, – calling upon the gods to witness thy deed. I can never be condemned for loyalty to thee, my father.

“mark the great cruelty of the gods in the deeds that are being done. They beget children, they are hailed as fathers, and yet they can look upon such sufferings.”

TRADUCCIÓN Y REPRESENTACIÓN – Tomás Albaladejo (Universidad Autónoma de Madrid)

Emilio Betti señala las siguientes formas de interpretación en función reproductiva o representativa: la interpretación dramática, la interpretación musical y «aquella que se lleva a cabo en orden a la dicción o a la traducción de un texto en otra lengua diferente de la original» (1975: 55). La función reproductiva o representativa, en la medida en que es re-producción, hace de la interpretación una producción de un objeto o de una realidad que son distintos del objeto de interpretación, pero que existen a partir de este, de cuya interpretación son resultado (Albaladejo, 1998). Se trata de la producción de un objeto que sustituye al objeto de la interpretación y lo representa. El hecho de que Betti ponga juntas en la función reproductiva o representativa la traducción, la representación teatral y la ejecución de obras musicales es muy significativo y ofrece un gran interés, pues estas 3 formas tienen, junto a sus diferencias, muchos aspectos en común, los cuales nos permiten entenderlas mejor y situarlas en el conjunto de las formas y procesos de comunicación. La interpretación de una obra musical es representación porque los sonidos reales sustituyen a la partitura, el resultado de la ejecución está en lugar de la codificación de la obra en las grafías del lenguaje musical. La representación teatral es representación en la medida en que sustituye a la versión escrita de la obra teatral, en lugar de la cual se proyecta comunicativamente hacia los espectadores (más exactamente, espectadores-oyentes) que son los receptores de la obra en su representación.”

sin una interpretación cuya finalidad sea la comprensión, por medio del acceso que proporciona la lectura, del texto de la obra teatral que va a ser representada, de la partitura musical de la obra que va a ser ejecutada o del texto que va a ser traducido, no es posible llevar a cabo la interpretación en función reproductiva o representativa, no es posible construir la representación teatral, ni llevar a cabo la ejecución de una pieza musical, ni traducir un texto.”

Todo ator compreende quem incorpora? Não seria o inconsciente favorável neste instante? O próprio Hamlet shakespeariano, será que entende o Hamlet-em-si? Ninguém poderia ser Cristo nos cinemas!

Tradutor discreto: paradoxo. Somos todos demiurgos!

También en la traducción es importante lo que podemos considerar tentativa, prueba o ensayo, que consiste en interpretar escribiendo, en ensayar una posible traducción como escritura provisional sujeta a modificaciones derivadas de una progresiva comprensión del texto original.” Vide o Zend-Avesta e meus esforços com o aforismo de Goethe em Kant III.


Sófocles nunca foi encenado para nós. Bach nunca foi ouvido. Deus nunca disse um “Ai!” ou “Faça-se!”.

O que eu disse ontem já não consigo traduzir! Foi uma inspiração leviana…

antissemi(ó)tico

Quem sabe faz ao vivo e em estúdio.

O Mundo como Vício & Delegação


La representación es la sustitución coherente de una realidad por otra que ocupa su lugar y actúa en función de la finalidad de la realidad sustituida.”

La representación política se produce según las leyes que regulan los procesos electorales y es resultado de la realización de estos (Fisichella, 1984; Garrorena, 1991; García Guitián, 2001), pero siempre cristaliza en el lenguaje, como la representación literaria, en la que en gran medida el lenguaje hace posible la existencia del mundo representado (Auerbach, 1979; Ricoeur, 1983-1984-1985).”

En la representación política desempeña una función fundamental la polifonía, como categoria teórico-literaria y crítico-literaria, tal como la planteó Mijail Bajtin (1968: 9-63; Albaladejo, 2000). Esta representación, en la que la comunicación lingüística, modulada por la Retórica, desempeña un papel fundamental, es una representación que podemos considerar de primer grado, siendo de segundo grado cuando otros discursos y la comunicación misma forman parte del referente de las expresiones lingüísticas que se producen en la comunicación política. La representación literaria también es, en principio, de primer grado, si bien es de segundo grado en los casos en los que la literatura trata de la literatura.

Por su parte la traducción es siempre representación de segundo grado, pues en ella se representa en otra lengua una expresión que, ya en la lengua original, es representación de primer grado (pudiendo serlo también de segundo grado en la propia lengua original si trata de discursos, de obras literarias o de comunicación en general).

Pero la traducción puede también llevarse a cabo como una representación errónea, no siendo entonces una traducción adecuada comunicativamente. Es lo que ha sucedido, además de en otras situaciones comunicativas, en determinadas situaciones de conflicto como las que se produjeron en la conquista de México por Hernán Cortés o en el periodo inmediatamente posterior a la guerra de Kosovo de 1999, en las que quienes tenían la función de traducir oralmente, los intérpretes, con frecuencia intervenían en la traducción, guiados por intereses de grupo o por miedo, en detrimento de una adecuada representación de las expresiones que tenían que traducir (Albaladejo, 2001, 2004).”

Un libro, es decir, una actuación discursiva impresa, es también un elemento de la comunicación discursiva.” (Voloshinov, El marxismo y la filosofía del lenguaje, 1992: 132-133)

La presencia del diálogo en la literatura (Bobes, 1992) es evidente en el texto dramático y en el texto épico-narrativo, e incluso en el texto lírico (García Berrio, 1978-1980), en los que constituye la estructura sintáctica pragmática (Albaladejo, 1984). Pero, además de esta instauración del diálogo en el interior del texto, las obras literarias se encuentran situadas en el ámbito del diálogo en la medida en que las propias obras forman parte de una relación dialogística entre ellas y con los receptores, relación que es esencial en la propia constitución de la literatura.”

el componente dialéctico de la Retórica” Platão infartaria

Piénsese en la interesante relación que hay entre la primera parte del Quijote de Cervantes, de 1605, el Quijote apócrifo, de 1614, y la segunda parte del Quijote de Cervantes, de 1615 (Martín Jiménez, 2005).”

El traductor literario es transductor, como es intérprete en función reproductiva o representativa, del mismo modo que experimenta un conocimiento equiparable al segundo conocimiento de la obra, que es el del crítico.”


IDÉIAS MONO

/Indistintabilidade hodierna crítico-produtor

/O Mito do Discurso Literário Universal ou Limpo, isto é, da tradução considerada atemporal, cânone da Modernidade (como se uma obra coloquial fosse mais fugidia e perecível que Platão, por exemplo – ou como se Platão não falasse como alguém que falaria hoje através de gírias para ser compreendido, mas como um manual ou livro didático já pré-fabricado)

/Historiografia comparativa das traduções do autor Fulano de Tal /escopo geográfico limitado /Ao longo dos séculos, como mutou a forma de “ler-se-lo” – sugestão Dom Quixote em português.


La complejidad del acto de traducción literaria, que se compone de un acto de recepción y de un acto de producción, va más allá de la yuxtaposición o suma de estos dos actos. Supone el establecimiento de una relación dialéctica por parte del traductor con la obra original y con el texto traducción que construye a partir de aquel, pero también entra en diálogo con otras obras del autor de la que traduce, con otras obras de la literatura a la que dicha obra pertenece” …con la vida de mi madre.

Lo que el traductor intenta es construir una representación como traducción en la lengua de llegada que sea lo más coherente posible con la obra original, para lo cual ha de tener en cuenta el contexto de producción que forman las obras del mismo autor y las de otros autores, así como el contexto de recepción, tanto el constituido por la literatura traducida como por la literatura original creada en la lengua de llegada.”

O MERCADOR:Umberto Eco ha explicado la traducción como negociación, en la medida en que se basa en procesos de negociación en los que, con el fin de obtener lo que se desea, es necesario renunciar a algo (2003: 17 y ss., 83 y ss.). Esta negociación no puede hacerse sin un diálogo entre el traductor y las distintas posibilidades de traducción y, en definitiva, de representación del texto original en una lengua distinta como texto traducción.” Exposição de múltiplas alternativas…?

En esta traslación de unas literaturas a otras ofrece un interés especial la función de las traducciones en la formación de algunas literaturas (García Yebra, 1989: 291-320). Así, la traducción de la Odisea al latín por Livio Andronico es decisiva para la literatura latina (Ortega Carmona, 2005: 7-15). Entran de este modo en el ámbito literário de una determinada lengua obras que son claves en otra literatura y que contribuyen a la formación o consolidación de la literatura de la lengua de llegada.

Las grandes obras de la literatura universal, obras que han sido traducidas a numerosas lenguas, suelen tener más lectores en sus traducciones que en sus versiones originales. Las representaciones que son las traducciones tienen así un mayor alcance que la obra original, cuya interpretación está ceñida a la lengua en la que está escrita y, por tanto, no es posible para quienes no la conocen. La traducción potencia de esta manera la traslación de la obra a más amplios conjuntos de receptores. «La vida del original —escribe Walter Benjamin (1994:287)— alcanza en ellas [las traducciones] su expansión póstuma más vasta y siempre renovada».” Quem será que vai me traduzir? Em qual idioma farei mais sucesso?

No carece de interés la explicación de Ortega y Gasset de que «la traducción es un género literario aparte, distinto de los demás, con sus normas y finalidades propias» (1964: 449). La traducción literaria requiere la competencia literaria (Aguiar e Silva, 1977; García Berrio, 1979; Albaladejo, 1992) del traductor, como receptor y como productor, pero también requiere, en la proyección comunicativa, la competencia literaria como receptor del lector de la traducción. Para una adecuada representación al traducir es necesario que en el texto traducción se reproduzcan, en la medida en que sea posible, los rasgos de especificidad literaria del texto original. Se trata de conseguir, como en toda representación, que en la proyección comunicativa, los efectos, muchos de ellos de carácter retórico (Arduini, 1996, 2000; Chico Rico, 2001), de lo representado, texto original, se consigan con lo representante, es decir, con el texto traducción.

La semejanza y la diferencia (Arduini y Hodgson, 2004) son dos criterios que hay que tener en cuenta en la traducción, pues el texto traducción es necesariamente distinto del texto original, del que se diferencia en la lengua y en otros aspectos; traducir es, como Umberto Eco explica, decir casi la misma cosa, pero no exactamente la misma cosa (2003). La adecuación representativa de la traducción se asienta sobre una tensión entre la proximidad al texto original y la necesidad de que la traducción sea comprensible y aceptable, aun sacrificando dicha proximidad. Para Helena Beristáin, «El traduttore, pues, no puede evitar ser traditore, pero puede elegir, en cada texto, aquello que es menos grave traicionar» (2000: 140).Tradutor traidor trator condutor com toda dor

la traducción de un texto se relaciona con otras representaciones de este, como pueden ser su puesta en escena, en el caso de un texto teatral, su transformación en un discurso pictórico o musical. La interdiscursividad, aunque no solo se da en el ámbito de la representación, ya que se extiende a todas las relaciones posibles entre los discursos de distintas clases, encuentra en la traducción un ámbito en el que es potenciada sobre la base de la representación como vínculo de semejanza y diferencia entre distintas traducciones y entre distintas formas de representación.” “El análisis y la explicación de las relaciones, semejanzas y diferencias entre la traducción científica y la traducción literaria, así como entre las distintas clases de traducción (García Yebra, 1989: 39-53) es un ejemplo de atención a la interdiscursividad de la traducción.”

Traducir textos de distintas clases, como textos literarios y textos no literarios, textos científicos y textos jurídicos, textos religiosos y textos filosóficos, etc. permite extraer de cada uno de los procesos específicos de traducción aquellos elementos y estrategias que pueden ser adoptados, en su caso, complementaria y contrastivamente en la traducción de textos de otras clases.”

ELECTRA – Sófocles

“Ah! Electra, filha da mais pérfida mulher!…

Por que lamentas sempre quem há tanto tempo

foi envolvido em trama horrível pela própria esposa?

Por que ainda choras Agamemnon,

vítima de criminosas mãos?

Morra quem mata, eu posso assim falar!”


“Amigas cujo amor responde ao meu em tudo,

abandonai-me ao desespero! É uma súplica!…”


“- Dize! Por que te enamoraste da desgraça?

– É insensível

quem esquece a morte trágica de um pai!

Não! Mais caro ao meu sofrido coração

É o pássaro aflito, mensageiro de Zeus

que chora os filhos incessantemente.

Ah! Muito sofredora Níobe!

És para mim igual aos deuses

tu, que, petrificada, choras para todo o sempre!”


“Não te debatas contra teus inimigos, nem os esqueças:

o tempo é um deus conciliador.”


“como qualquer estranha sem direitos,

sou serva no palácio de meu pai,

vestida nesta roupa degradante,

de pé, em frente à mesa, sem convivas.”


Meu pai previu os golpes impiedosos

desferidos pelas mãos daqueles dois,

que aniquilaram minha vida!…

“Puna-os em paga com pesadas penas

o grande Zeus Olímpico!

jamais desfrutem de alegrias

depois de cometer crime tão grande!”


“Se quem é morto criminosamente

jaz desfeito em pó e nada

e não há punição para quem mata,

então a dignidade e reverência

não mais existirão entre os mortais!”


“Em vez de mãe tenho terrível inimiga;

neste palácio em que devia ser senhora

fazem-me escrava dos verdugos de meu pai.

Podeis imaginar a minha vida aqui

vendo no trono de meu pai finado, Egisto,

envolto nas vestes reais de sua vítima,

propiciando as oferendas consagradas

exatamente no lugar do crime horrível;

ainda mais, tendo de ver o escárnio máximo:

no leito régio o miserável criminoso

com sua torpe cúmplice – com minha mãe

(se é mãe quem compartilha o leito com tal homem!)

Ela, sem recear as Fúrias vingadoras

e como se seu crime fosse nobre feito

festeja o dia do assassínio de meu pai,

da morte degradante, com danças e cantos

e sacrifícios aos deuses libertadores!”


“muito natural haver hesitação antes de graves e grandes resoluções.”


“Teu ódio, esse vive apenas em palavras;

de fato, segues os algozes de teu pai;

eu, todavia, não me curvarei a eles

embora me prometam todos os presentes

que agora ostentas com tamanha vaidade;

prossegue tua mesa cada vez mais farta

e sejam os teus dias superabundantes;

a mim porém me satisfaz só o bastante

para viver em paz com minha consciência.

Teus privilégios não os pretendi jamais

nem os desejarias se foras sensata.

Não queres o teu nome unir ao de teu pai;

preferes associá-lo ao dessa mãe perversa

para maior realce de baixeza tua,

traindo o pai vilmente morto e teus amigos!”


CRISÔTEMIS

(…)

lançada viva em escuríssima caverna

longe daqui, irás cantar teus males nela.

Reflete agora e não me culpes se mais tarde

vieres a sofrer; é tempo de pensar.”


ELECTRA

Deuses de meus avós! Enfim estais comigo!”


“se nada resultar dessa visão noturna

então nos sonhos tenebrosos não há vaticínios

nem há mensagens para nós, mortais!”


“Teu pai, pretextas sempre, foi morto por mim;

sim, fui eu mesma, não irei negar agora;

mas não fui eu sozinha; estava com a justiça,

que acatarias se não fosse imprudente.

Pois esse pai, por quem ainda e sempre choras,

foi entre os gregos todos o único que ousou

sacrificar aos deuses a filha inocente,

sem meditar no muito que sofri ao tê-la!

Por que, a quem teu pai tirânico imolou-a!

Dirás que pelos gregos. Poderia ele assassiná-la? Mas se foi por Menelau,

por seu irmão, mereceria ou não castigo?

dois filhos tinha Menelau, que com razão

de preferência à minha filha deveriam

ter sido as vítimas do sacrifício bárbaro

se foi Helena a causadora da contenda.”


“Meu pai, segundo contam, passava um dia

num bosque consagrado à deusa imaculada

quando, assustada por seus passos, irrompeu

malhada corça, rara, com alongados chifres;

ferindo-a, pronunciou meu pai naquele dia

não sei que malditas palavras de vanglória;

irada, Ártemis deteve a armada grega

e estipulou como resgate necessário

da corça morta por meu pai no bosque sacro

que ele sacrificasse ali a própria filha.

Foi condição imposta pela deusa casta

para tornar a expedição realizável,

tanto na ida como no retorno à Grécia.

Depois de muito relutar, desesperado,

meu pai sacrificou-a, não por Menelau.

mas vou pensar um momento como tu:

se para bem de seu irmão ele a imolou,

disso nasceu o teu direito de matá-lo?

Não viste que, criando semelhante lei,

abrias caminho para o teu castigo?

Se cada morte fosse reprimida sempre

com outra morte, morrerias por vingança.

Não me convencem tão hipócritas desculpas,

pois crime mais infame segues praticando:

convives como esposa com um celerado

que te ajudou a trucidar meu nobre pai;

tens filhos dele, e quanto aos teus primeiros filhos

– honrada prole de união abençoada –

tu os expulsas da mansão que lhes pertence!

Reputas dignas de elogios tais ações?

Vingas também a filha agindo dessa forma?

Se pensas assim, perdeste todo o decoro!

Podes amar um inimigo por vingança?”


“Se for para meu bem, Apolo, concretiza

a singular visão que tive em meu sonho dúbio.

Mas se o inverso for verdade e prenunciar

desastres iminentes, fazei-os recair

inteiramente sobre nossos inimigos!¹

E se algum deles pensa mesmo em usurpar

o meu poder presente, não lhes dê apoio!

Peço-te a graça, deus, de sempre ser senhora

do cetro dos átridas² e de seus domínios

vivendo bem com meus amigos atuais

e com meus filhos que não sintam pela mãe

nem desamor nem rancorosa prevenção.”

¹ Nunca sabemos se os sonhos são nossos desejos manifestos ou seus opostos completos.

² Linhagem de Agamemnon e Menelau; em última instância, de Zeus.


“Findou a descrição fiel, triste de ouvir

(se pode haver tristezas apenas em palavras)

mas o desastre foi muito triste.”


CLITEMNESTRA

Há um poder estranho na maternidade!…

As mães jamais conseguem odiar os filhos,

nem quando maltratadas pelos mais perversos!…”


ELECTRA

Mas morrer assim,

arrastado por corcéis desenfreados,

emaranhado nas rédeas retesadas?

CORO

Descomunal desgraça!”


“Em que nos aproveitará morrer agora

se só depois de mortas nos aplaudirão?

Pior que a morte é desejar fugir do mundo,

da vida insuportável, e ter de viver!

Imploro, irmã, antes que seja exterminada

a nossa raça inteira: não odeies tanto!”


“Que lástima falar tão bem e agir tão mal!…”


ORESTES

Se te comove a sina do coitado Orestes,

encontrarás os restos dele nesta urna.”


ELECTRA

Quão diferente das sentidas esperanças

com que te vi partir regressas nesta urna!

Que recebo nas mãos neste momento? Nada!

E quando foste, irmão, estavas tão formoso…

Ah! Quem me dera ter morrido antes de ver-te

seguir para remotas regiões… Livrei-te

com estas minhas mãos e te salvei da morte;

mas para quê? Naquele dia morrerias

e jazerias no sepulcro de teu pai!

Quis o destino que, longe do lar, da pátria,

longe de mim, morresses desgraçadamente!

E minhas mãos não compuseram teu cadáver,

nem recolheram piedosas tuas cinzas;

trazido por estranhas mãos, vens reduzido

a um punhado de cinzas e nada mais!

Ah! Infeliz de mim por meus cuidados vãos,

motivos de freqüentes e doces fadigas!

Jamais a tua mãe te amou como eu amei

e com desvelo igual ninguém cuidou de ti;

(chamavas-me de irmã querida tantas vezes!…)

Levaste quando foste as nossas esperanças;

meu pai morreu; morreste, irmão; morro contigo!

Mas os inimigos riem! Aquela mãe,

que nada tem de mãe, quase perdeu o senso,

tão satisfeita está com tua morte, Orestes!

E pretendias castigá-la em teu regresso!…

Mas esse trágico destino teu e meu

destruiu tudo e chegam-me de volta agora

apenas estas cinzas e desilusões

em vez de tua esperadíssima presença!…”


“Orestes! Leva-me depressa desta vida,

a mim, que nada sou, para teu nada,

onde possa ficar contigo para sempre!

Enquanto vivos, foi igual a nossa sorte;

compartilhemos hoje a mesma sepultura

pois só depois da morte cessa o sofrimento!”


ORESTES

Porque somente a mim me tocam tuas mágoas.

ELECTRA

Serás alguém de nossa raça, porventura?

ORESTES (apontando as mulheres do Coro)

Responderia, se elas fossem gente amiga.

ELECTRA

Mas são amigas, sim, todas devotadas!

ORESTES

Responderei, então, mas põe de lado a urna.

ELECTRA (apertando a urna contra o peito)

Não! Pelos deuses, forasteiro! Isso não!

ORESTES

Confia em mim, senhora, e tudo andará bem.

ELECTRA

Peço-te! Não me separes do que mais quero!…

ORESTES

Não deves insistir em tê-la junto a ti.

ELECTRA (dirigindo-se à urna)

Serei ainda mais desventurada, Orestes,

se não me permitirem sepultar-te as cinzas!

ORESTES

Evita maus agouros e não chores mais!

ELECTRA

Devo cessar de lamentar meu irmão morto?

ORESTES

Não uses tais palavras a respeito dele!

ELECTRA

Julgas-me então indigna de falar do morto?

ORESTES

Indigna de ninguém! Mas isto não é nada!

ELECTRA

É muito, se contém as cinzas de um irmão!

ORESTES

Mas não contém; foi tudo puro fingimento!

(Orestes tira gentilmente a urna das mãos de Electra.)

ELECTRA

E o túmulo de Orestes, infeliz, onde é?

ORESTES

Em parte alguma, pois os vivos não tem túmulo!

ELECTRA

Que dizes, menino?

ORESTES

Estou falando a verdade.

ELECTRA

Então ele vive?

ORESTES

Não te pareço vivo?

ELECTRA

És ele?

ORESTES

Sou. Observa bem este sinete,

outrora de meu pai, e dize se não sou!

ELECTRA

Bendito dia!

ORESTES

Mais ainda para mim!

ELECTRA

É esta a tua voz?

ORESTES

Só esta escutarás.

ELECTRA (abraçando Orestes)

Tenho-te nos braços?

ORESTES

E terás para sempre!”


“Não! Por Ártemis sempre virgem!

Não podemos ter receios

de mulheres indolentes,

sempre encerradas em casa,

um peso inútil no chão!”


ELECTRA

Mas como trocar a voz pelo silêncio,

se voltaste?

Como calar agora que te vejo,

quando já nem pensava, nem esperava?

ORESTES

Já me tens; só agora os deuses permitiram?”


“Ouvi uma voz, amigas,

que julgava calada para sempre;

como conter em silêncio tantas emoções

sem gritar minha alegria;

sofri demais

mas hoje tenho-te comigo!

Sinto a claridade

de tua presença querida

que sempre guardei na memória

mesmo no máximo desespero.”


“Não devo estar alegre se num mesmo dia

primeiro regressaste morto e depois vivo?

Tanta perplexidade tudo isso causa

que se visse voltar meu pai ressuscitado

não descreria nem assim de meus sentidos:

tua vinda não foi menos milagrosa.”


“Agora ponde fim a essas longas falas,

aos repetidos gritos de contentamento,

e entrai”


“as coisas do passado

são tantas que seguidos dias, muitas noites

consumirei para contá-las todas.”


CORO

Vede a morte avançando fatal

e sedenta de sangue!

Acabam de transpor as portas desta casa

as Fúrias, caminhantes lentas,

perseguidoras certas da sobra culpa.

Tornar-se-á realidade logo

a nítida visão latente em meu espírito.

O núncio das soturnas potestades

insinuou-se no antiquíssimo palácio de

de seus antepassados

com a morte cortante nas mãos!

Hermes, o filho de Maia,

dissimulou nas sombras a cilada

e mostra o rumo;

aproxima-se o fim!”


CLITEMNESTRA

Meu filho! Meu filho! Matas quem te deu vida?”


“CLITEMNESTRA

Estou ferida!…

ELECTRA

Fere mais, Orestes! Fere!

CLITEMNESTRA

Ai! É a morte!…

ELECTRA

Assim pereça o teu Egisto!

CORO

As maldições estão agindo!

Os enterrados vivem!

O sangue corre pelo sangue derramado,

sugado dos verdugos pelas vítimas!”


“EGISTO

É muito tarde!… Decifrei o enigma!

ORESTES

A solução demorou; não és bom profeta…”


“Se um mortal é envolvido

na trama do destino, que proveito há

em conservar a vida, por mais um momento?

Não! Deves matá-lo já! E atira o cadáver

distante de meus olhos, bem longe aos abutres,

coveiros dos malvados dessa qualidade!

Assim há de pagar os males que me fez!”


“CORO

Bravos filhos de Agamemnon!

Quantos males suportastes

por amor da liberdade!”

A DAMA DAS CAMÉLIAS – Dumas Filho

Trad. Sampaio Marinho, 1988. Biblioteca de Ouro da Literatura Universal.

18/03/16 a 23/04/16


Não tendo chegado ainda à idade em que se inventa, contento-me em narrar.”

a velhice, essa primeira morte das cortesãs.”

Esse arrependimento eterno, não do mau caminho seguido, mas dos cálculos mal feitos e do dinheiro mal utilizado, é uma das coisas mais confrangedoras.”

Eu era então muito novo e predisposto a aceitar a moral fácil do meu tempo.”

No meio dos desregramentos programados pela mãe, pareceu à pecadora que Deus lhe permitia a felicidade (…) Luísa correu a anunciar à mãe essa novidade que a tornava tão feliz.” “Luísa morreu em conseqüência do aborto a que se sujeitara.”

no seu mundo não há amigos se não houver saúde.”

São sóis que se põem como nasceram, sem brilho. A sua morte, quando morrem novas, é sabida por todos os amantes ao mesmo tempo, dado que em Paris quase todos os amantes de uma meretriz conhecida vivem em intimidade.”

Atualmente, aos 25 anos, as lágrimas são uma coisa tão rara que não se pode concedê-las à primeira que aparece.”

Não passava em círculo à entrada dos Campos Elíseos, como fazem e faziam todas as suas colegas.”

Sempre que se representava uma peça nova, podia-se ter a certeza de a ver com 3 coisas que nunca a abandonavam e que ocupavam sempre a frente do seu camarote do rés-do-chão: o binóculo, um saco de bombons e um ramo de camélias [também chamadas rosas-do-Japão].”

Durante 25 dias do mês, as camélias eram brancas, e durante 5 eram vermelhas.”

amantes e amante estavam contentes consigo mesmos.”

a jovem estava no terceiro grau da tísica”

Atribuiu-se à libertinagem, freqüente nos velhos ricos, este entendimento entre o idoso duque e a jovem mulher. Supõe-se tudo, exceto a verdade.” outra relação para além das relações de coração ter-se-ia parecido um incesto”

uma vez de regresso a Paris, parecera a essa meretriz habituada à vida dissipada, aos bailes, mesmo às orgias, que a solidão, perturbada apenas pelas visitas periódicas do duque, a faria morrer de tédio, e os ardentes bafos da sua vida anterior passavam-lhe ao mesmo tempo pela cabeça e pelo coração.”

a doença, adormecida mas não vencida, continuava a despertar nela esses febris desejos que são quase sempre o resultado das afecções pulmonares.”

Como tinham razão os antigos que inventaram um único deus para os comerciantes e os ladrões!”

Manon Lescaut é uma comovedora história de que conheço todos os pormenores” Prévost

Hugo fez Marion Delorme, Musset fez Bernerette, Alexandre Dumas [!] fez Fernande, os pensadores e os poetas de todos os tempos levaram à cortesã a oferenda da sua misericórdia e, por vezes, um grande homem reabilitou-as com o seu amor e até com o seu nome.” Urachismo ou Surfistinhismo? Nem putas nosso tempo faz direito.

este mundo, que se faz duro para que o julguemos forte”

É à minha geração que me dirijo, àqueles para quem as teorias de M. de Voltaire já não existem, felizmente (…) A ciência do bem e do mal está definitivamente adquirida; a fé reconstrói-se (…) sejamos bons, sejamos jovens, sejamos sinceros! O mal não passa de uma vaidade”

o olho é apenas um ponto e abarca léguas.”

Oh! daria 10 anos da minha vida para poder chorar uma hora aos seus pés!”

É sempre difícil consolar uma dor que não se conhece”

a dor exagera as sensações.”

– Conheceu uma tal Margarida Gautier?

– A Dama das Camélias?

– Precisamente.

– Muito!

Estes <Muito!> eram por vezes acompanhados de sorrisos incapazes de suscitarem dúvidas quanto ao seu significado.”

Sempre os mesmos pormenores gerais.”

Não se lhes deve exigir mais do que podem dar.”

Estava-se em abril, fazia bom tempo, os túmulos já não deviam ter o aspecto doloroso e desolado que lhes dá o inverno”

é impossível orientar-se, sem guia, nessa cidade dos mortos que tem as suas ruas como a cidade dos vivos.”

um amigo da morta, sem dúvida, pois parece que ela era uma leviana.”

escrevem nos seus túmulos lágrimas que nunca verteram” “É a minha morta preferida.” “somos obrigados a amar os mortos, porque estamos tão ocupados que quase não temos tempo para amar outra coisa.”

<Que fazer para voltar a vê-la?> Só mudando-a de sepultura” “morto de fadiga, lhe era impossível sair.”

depois de ter visto, verei.”

Tenho que ver o que Deus fez dessa criatura que amei tanto e talvez a repulsa do espetáculo substitua o desespero da recordação.”

As suas velas tinham ardido até o fim”

De onde vem o doloroso prazer que experimentamos nesta espécie de espetáculos? Quando chegamos à sepultura o jardineiro tinha retirado todos os vasos de flores, a grade de ferro tinha sido arrancada e dois homens cavavam a terra.”

um ligeiro tremor das faces e dos lábios provavam que estava à beira de uma violenta crise nervosa.”


crisis & rise of the capital


Quanto a mim, só posso dizer uma coisa: lamentava estar ali” A umidade da terra tinha enferrujado os parafusos e não foi sem esforços que a urna se abriu. Um cheiro infeto espalhou-se, apesar das plantas aromáticas que a inundavam.” a lembrança dessa cena surge-me ainda na sua majestosa realidade.” Os olhos eram apenas dois buracos, os lábios tinham desaparecido e os dentes brancos cerravam-se uns contra os outros.” Armando estava cor de púrpura, delirava e tartamudeava palavras incoerentes, através das quais só o nome de Margarida se ouvia distintamente.”

Felizmente, a doença física matará a doença moral”

eu, que gostaria de sofrer por aquela mulher, receava que ela me aceitasse demasiado depressa e me desse demasiado prontamente um amor que eu gostaria de pagar com uma longa espera ou um grande sacrifício. Nós, homens, somos assim; e ainda bem que a imaginação deixa esta poesia aos sentidos e os desejos do corpo fazem esta concessão aos sonhos da alma.”

Estudava previamente as frases que lhe dirigiria.

Sublime ingenuidade do amor!”

Não julgue que é uma duquesa, é simplesmente uma mulher amantizada, o mais amantizada possível, meu caro; portanto, não se acanhe e diga tudo o que lhe vier à cabeça.”

Quando entrei na frisa [camarote], Margarida ria às gargalhadas. Gostaria que ela estivesse triste.”

durante 5 minutos amei-a como nunca se amou uma mulher.”

Por muito pouco que se tenha vivido com mulheres do gênero de Margarida, sabe-se o prazer que elas experimentam em se mostrarem espirituosas sem razão e arreliarem as pessoas que vêem pela primeira vez. É, sem dúvida, um desforço das humilhações que são muitas vezes obrigadas a suportar por parte daqueles que vêem todos os dias.”

Mal fechei a porta, ouvi uma terceira gargalhada. Gostaria que alguém me tivesse acotovelado nesse momento.”

Riu-se e garantiu-me que nunca vira nada tão engraçado como você. Mas não se considere derrotado; simplesmente, não dê a essas mulheres a honra de as tomar a sério. Não sabem o que é a elegância e a delicadeza; são como os cães a que se deita perfume, acham que cheira mal e vão rebolar-se no ribeiro.”

– O pobre rapaz está apaixonado por si.

– Se tivesse de ouvir todos os que estão apaixonados por mim, nem tempo teria para jantar.”

Via-se que ainda estava na virgindade do vício. (…) como esses frascos do Oriente que, por muito bem rolhados que estejam, deixam escapar o perfume da essência que encerram.”

Mas os que haviam amado Margarida não tinham conta e os que ela amara não se contavam ainda.”

Está louco – respondia-lha Margarida. – Não quero nada consigo. Não é 2 anos depois de se conhecer uma mulher como eu que se lhe pede para ser sua amante. Nós ou nos entregamos imediatamente ou nunca. Vão, meus senhores, para a mesa.”

Gastão divertia-se francamente; era um rapaz cheio de coração, mas cujo espírito fôra um tanto pervertido pelos primeiros hábitos.”

tratar-se é para as mulheres de sociedade, que têm uma família e amigos; mas nós, assim que deixamos de alimentar a vaidade ou o prazer dos nossos amantes, somos abandonadas e as longas noites sucedem-se aos longos dias.”

Pensa desse modo esta noite, porque o vinho lhe dá para a tristeza, mas não teria a paciência de que se gaba.”

Faz-se sempre cerimônia com uma mulher; pelo menos, é a minha opinião.”

uma mulher que escarra sangue e gasta 100 mil francos por ano está bem para um velho ricaço como o duque, mas é enfadonha para um jovem como você.”

– Porque a sua alegria faz-me demasiado mal.

– Nesse caso, serei triste.”

Eu bem sabia que iria zangar-se. Os homens têm a mania de quererem saber o que irá magoá-los.”

Admitindo que venha a ser sua amante, é preciso que saiba que tive outros amantes além de si. Se já começa a fazer-me cenas de ciúme, que será depois, se o depois vier a existir? Nunca vi um homem como você.”

– E quando voltarei a vê-la?

– Quando essa camélia mudar de cor.”

saímos daquele quarto, ela cantando, eu meio louco.”

Por muito pouco que tenha de vida, viverei mais que o seu amor por mim.”

Os homens, em vez de se mostrarem satisfeitos por se lhes conceder durante muito tempo o que só esperavam obter uma vez, exigem da amante contas do presente, do passado e do futuro. À medida que se habituam a ela, pretendem dominá-la e tornam-se tanto mais exigentes quanto mais se lhes dá o que querem.”

nem sempre se pode aplicar os tratados no dia em que são assinados.”

quanto mais se aproximava o momento em que já não teria necessidade de esperar, mais duvidava.”

Foi-me impossível ficar em casa. O quarto parecia-me demasiado pequeno para conter a minha felicidade; tinha necessidade de toda a natureza para me expandir. § Saí.”

Gostava, sem as conhecer, de todas as pessoas que encontrava. § Como o amor nos torna bons!”

Se aquelas que iniciam a nossa vergonhosa profissão soubessem o que é, prefeririam ser criadas de quarto. Mas não: a vaidade de terem vestidos, carruagens, diamantes, arrastam-nas; acredita-se no que se ouve, porquanto a prostituição tem a sua fé, e gasta-se pouco a pouco o coração, o corpo, a beleza, é-se temida como um animal selvagem, desprezada como um pária, rodeada de pessoas que exigem sempre mais do que aquilo que dão e um dia morre-se como um cão, depois de ter perdido os outros e se ter perdido a si mesma.”

Pareceu-me que a cidade adormecida me pertencia; procurava na memória os nomes daqueles cuja felicidade tinha invejado até então; e não me recordava de nenhum sem me considerar mais feliz do que ele.”

Ser amado por uma rapariga casta, ser o primeiro a despertar nela esse estranho mistério do amor, é, sem dúvida, uma grande ventura, mas é a coisa mais simples do mundo. Conquistar um coração que não está habituado aos ataques é entrar numa cidade aberta e sem guarnição. A educação, o sentimento dos deveres e a família são sentinelas muito fortes, mas não há sentinelas, por muito vigilantes que sejam, que não iluda uma rapariga de 16 anos, a quem, pela voz do homem que ama, a natureza dá os primeiros conselhos de amor que são tanto mais ardentes quanto mais puros parecem.” a falta de [des]confiança[?] a deixa sem força, e fazer-se amar por ela é um trunfo que qualquer homem de 25 anos conseguirá quando quiser. (…) Os conventos não têm muros, suficientemente altos, as mães fechaduras suficientemente sólidas, a religião obrigações suficientemente contínuas para fechar todas essas encantadoras aves na sua gaiola.”

quando Deus permite o amor a uma cortesã, esse amor, que inicialmente parece um perdão, torna-se sempre para ela um castigo.”

Não fazes por amor mais do que fizeste por dinheiro. § Então elas não sabem que provas dar. Uma criança, conta a fábula, depois de se ter divertido durante muito tempo num campo a gritar: Socorro!, para fazer acorrer os trabalhadores, um belo dia foi devorada por um urso, sem que aqueles que tinha enganado tantas vezes acreditassem então nos gritos reais que soltava. O mesmo acontece com essas infelizes mulheres, quando ninguém acredita nelas e são, no meio dos seus remorsos, devoradas pelo amor.”

quando cada um deles seguiu o seu destino numa ordem diferente, a lógica do acaso põe-nos um em frente do outro. Essa mulher torna-se amante desse homem e ama-o. Como? Por quê? As suas existências tornam-se uma só; a intimidade que passa a existir parece-lhes ter existido sempre e tudo o que ficou para trás se apaga da memória dos dois amantes. Confessemos que é curioso.”

Amava-me o bastante para acreditar que quanto mais bela eu a achasse, mais feliz me sentiria?”

Censura-se aqueles que se arruínam por atrizes e mulheres amantizadas; o que me espanta é que não façam por elas 20 vezes mais loucuras.”

– Continua a amar-me? – inquiriu.

– Ainda o pergunta!

– Tem pensado em mim?

– Todo o dia.”

Não é com os seus 7 ou 8.000 francos de pensão que manterá o luxo dessa mulher; não chegariam para a conservação da sua carruagem.”

Gosta de si, você gosta dela, não se preocupe com o resto.”

Ah!, meu caro, como é retrógrado!”

com 500 mil francos por ano, não pode dar a uma mulher mais que 40 ou 50 mil francos, ao longo do ano, e já é muito.” “Quando cometem a veleidade de pagar tudo, arruínam-se como tolos e vão se deixar matar em África, depois de terem deixado 100 mil francos de dívida em Paris.”

nem família nem ambição, esses segundos e últimos amores do homem.”

Como se vê que a vida deve ser curta pela rapidez das sensações!”

Sem querer, olhei para a cama, não estava desfeita”

o que neles era naturalidade, em mim era esforço e o meu riso nervoso estava muito próximo das lágrimas.”

Tudo o que sei é que com essa melodia as recordações voltaram e, aproximando-me dela, tomei-lhe a cabeça entre as mãos e beijei-a.”

note que ainda estamos no segundo dia e já tenho de lhe perdoar. Cumpre mal as suas promessas de obediência cega.”


PROJETOS

Projetos de viagens não-realizadas

Sonhos não-consumados

Talvez seja melhor assim

Nisso consiste

Coração que bate

bate já bateu

E pés no chão.


E eis que você assume ares importantes e diz grandes frases. Criança três vezes criança.”

os outros nunca me amaram a não ser por eles.”

Não há homem que não tenha sido enganado pelo menos uma vez e não saiba o que se sofre.” “Só um homem que já não ama a amante a deixa sem lhe escrever.” “O meu amor-próprio veio então ao de cima.” “Como vê, não fui capaz de acabar a carta sem uma impertinente ironia” o que Flavius nunca poderão compreender!

o meu criado chamava-se José, como todos os criados.”

As respostas impacientemente esperadas chegam sempre quando não se está em casa.”

Decididamente, Margarida não era como todas as mulheres, pois são muito poucas as que, ao receberem uma carta como a que eu havia escrito, não respondem qualquer coisa.”

– Mas por que havia eu de ir onde vai Margarida?

– Porque é seu amante, pois então!”

fazia de Otelo, espiava-a e julgava puni-la deixando de a ver.”

cartas como essa pensam-se, não se escrevem.”

devia amar-me um pouco menos ou compreender-me um pouco melhor.”

amei-te imediatamente tanto como ao meu cão.”

Era ciúme, é certo, mas ciúme irônico e impertinente.”

O que amava em ti não era o homem que eras, mas aquele que devias ser.”

A minha vida, geralmente tão calma, revestiu-se de repente de uma aparência de rumor e desordem.”

Vim para Paris, estudei direito, formei-me e, como muitos jovens, meti o diploma no bolso e entreguei-me à vida descuidada de Paris”

desde que as casas de jogo foram destruídas, joga-se por toda a parte.”

Por muito que se ame uma mulher, por muita confiança que se tenha nela, por muita certeza quanto ao futuro que nos dê o seu passado, é-se sempre mais ou menos ciumento. Se já esteve apaixonado, apaixonado a sério, deve ter sentido essa necessidade de isolar no mundo o ser no qual desejaria viver por inteiro.”

O pobre velho vê-se metido entre a espada e a parede.”

Ai de nós! Tínhamos pressa em ser felizes, como se adivinhássemos que não o podíamos ser durante muito tempo.”

Havia dias em que corria pelo jardim como uma rapariga de 10 anos, atrás de uma borboleta ou de uma libélula.”

Seria difícil dar-lhe pormenores da nossa vida. Compunha-se de uma série de criancices fascinantes para nós, mas insignificantes para quem as ouvisse contar. Você sabe o que é amar uma mulher, sabe como os dias passam depressa e com que amorosa negligência nos deixamos transportar ao dia seguinte.” “Todo o ser que não é a mulher amada parece um ser inútil na criação. Lamenta-se ter já lançado parcelas do coração a outras mulheres e não entrevê a possibilidade de vir a apertar outra mão que não seja a que já se aperta.” “Descobre-se todos os dias na amante um encanto novo, uma volúpia desconhecida.”

A existência não é mais do que a satisfação repetida de um desejo contínuo”

Quem ama tem prisão de ventre e a bexiga grande, não sente fome, sede, sono ou cansaço. Não há ressaca ou doença, tosse ou espirro, medo ou ânsia. Só êxtase e saudade profunda quando se vira de costas na cama por 5 segundos.

Pensa que, agora, que gozei uma nova vida, morreria se voltasse à outra.”

esse tempo de tempestade faz-me mal aos nervos; não digo o que quero dizer.”

Julga-se que basta amar-se e ir viver para o campo uma vida pastoral e vaporosa? Não, meu amigo, não. Ao lado da vida ideal há a vida material e as resoluções mais castas são mantidas em terra por fios ridículos”

as mulheres amantizadas prevêem sempre que serão amadas, nunca que amarão, de outro modo poriam dinheiro de lado e aos 30 anos poderiam dar-se ao luxo de ter um amante em troca de nada.”

Numa ligação como a nossa, se a mulher tem ainda um pouco de dignidade, deve impor-se todos os sacrifícios possíveis, em vez de pedir dinheiro ao amante e dar um aspecto venal ao seu amor.”

amo-te mais suntuosa do que simples.”

Caro senhor, conheço a vida melhor do que você. Só há sentimentos inteiramente puros nas mulheres inteiramente castas.” “Seria inútil o mundo envelhecer, se não se corrigisse.” Já eu digo: seria inútil o mundo envelhecer, se não continuasse a errar. Pois a trama deve continuar…

Achas honroso para ti viver maritalmente com uma mulher que toda a gente possuiu?” “Pensa, Armando, e não digas mais tolices. Deixa essa mulher, é o teu pai quem to suplica.” “Tens 24 anos, pensa no futuro. Não podes amar sempre essa mulher, que também não te amará sempre.” “Parte, vai passar 1 mês ou 2 junto da tua irmã.” “Sentia que o meu pai tinha razão em relação a todas as mulheres, mas estava convencido de que não tinha razão quanto a Margarida.” “O verdadeiro amor torna-nos sempre melhores, qualquer que seja a mulher que o inspira.” “Pois bem, é para impedir a tua ruína a favor de uma cortesã que estou em Paris.” “Ele sabe perfeitamente que tu tens de ter uma amante e deveria sentir-se feliz por ser eu, visto que te amo e não ambiciono mais do que a tua situação permite.”

Como é bom deixar-se persuadir por uma voz que se ama!”

alegando tudo o que uma mulher pode alegar quando não quer responder a verdade.”

Acabou por adormecer nos meus braços, mas era um desses sonos que quebram o corpo em vez de o repousarem”

fui imediatamente pedir a Prudência que fosse visitar Margarida, esperando que a sua verborréia e alegria a distraíssem.”

Oh!, jovens!, até quando sacrificareis as afeições sinceras às afeições duvidosas?”

O futuro aparecia-me tal como há muito me esforçava para vê-lo. § Queria mais ao meu pai do que jamais lhe tinha querido.”

Teria eu caído numa esparrela? Margarida enganava-me?”

Ó vaidade do homem!, como assumes todas as formas!”

procurei um livro, porque não ousava pensar.”

olhei em redor, espantado por ver que a vida dos outros continuava sem se preocupar com a minha infelicidade.”

Se ela tivesse entrado nessa altura, as minhas resoluções de vingança teriam desaparecido e ter-me-ia lançado a seus pés.”

Oh!, como o homem é pequeno e vil quando uma das suas mesquinhas paixões é ferida!”

Margarida era uma mulher amantizada como Olímpia e, no entanto, nunca teria ousado dizer-lhe, a primeira vez que a vira, o que acabava de dizer a essa mulher.” “Então, as cartas anônimas sucederam-se às impertinências diretas e não havia coisas vergonhosas que eu não incitasse a minha amante a contar e que eu próprio não contasse a respeito de Margarida” “A calma sem desdém, a dignidade sem desprezo com que Margarida respondia a todos os meus ataques e que aos meus próprios olhos a mostravam superior a mim irritavam-me ainda mais contra ela.”

O dia encontrou-nos acordados.”

Já nada me retinha em Paris, nem ódio nem amor.”

Tinha o direito de fazer o que fez, Armando: nunca me pagaram tão caro as minhas noites!”

para que matar-se quando se está quase a morrer?”

os velhos não são pacientes, sem dúvida porque se apercebem de que não são eternos.”

Os homens que compram o amor examinam a mercadoria antes de tomarem posse dela. Havia em Paris mulheres mais saudáveis, mais gordas do que eu”

Só os homens têm força para não perdoar.”

O delírio e a tosse dividiam entre si o resto da minha pobre existência.”

Quantos felizes que não sabem o que são!” “Como o aspecto da vida e da felicidade dos outros faz desejar viver aqueles que, na véspera, na solidão da sua alma e na sombra do seu quarto de doentes, desejavam morrer depressa!”

Em suma, não se pode ser sempre infeliz.”

Dir-se-ia até que gozava secretamente com a destruição que a doença fizera em mim. Parecia estar orgulhoso de estar de pé, quando eu, ainda nova, era esmagada pelo sofrimento.” “Prudência, a quem já não posso dar tanto dinheiro como antigamente, começa a pretextar assuntos para se afastar.”

Não sou apóstolo do vício, mas far-me-ei eco da infelicidade nobre onde quer que a ouça suplicar.”


GLOSSÁRIO:

carrejão: moço de fretes [caminhoneiro?]

botoeira: a casa do botão na camisa

A TRILOGIA TEBANA

Édipo Rei – Édipo em Colono – Antígona

Sófocles

Trad. direta do grego de Mário da Gama Kury

ÉDIPO REI

Tebas, de fato, como podes ver tu mesmo,

hoje se encontra totalmente transtornada

e nem consegue erguer do abismo ingente de ondas

sanguinolentas a desalentada fronte;

ela se extingue nos germes antes fecundos

da terra, morre nos rebanhos antes múltiplos

e nos abortos das mulheres, tudo estéril.

A divindade portadora do flagelo

da febre flamejante¹ ataca esta cidade;

é a pavorosa peste que dizima a gente

e a terra de Cadmo antigo, e o Hades lúgubre

transborda de nossos gemidos e soluços.

¹ Ares”


Jamais pensemos nós que sob o reino teu

fomos primeiro salvos e depois perdidos!

Não! Salva Tebas hoje para todo o sempre!

Com bons augúrios deste-nos, na vez primeira,

ventura até há pouco tempo desfrutada.

Mostra-te agora igual ao Édipo de outrora!

Se tens de ser o governante desta terra,

que é tua, é preferível ser senhor de homens

que de um deserto; nem as naus, nem baluartes

são coisa alguma se vazios, sem ninguém.”


Meu pensamento errou por rumos tortuosos.

Veio-me à mente apenas uma solução,

que logo pus em prática: mandei Creonte,

filho de Meneceu, irmão de minha esposa,

ao santuário pítico do augusto Febo¹

para indagar do deus o que me cumpre agora

fazer para salvar de novo esta cidade.

E quando conto os muitos dias transcorridos

desde a partida dele, sinto-me inquieto

com essa demora estranha, demasiado longa.

¹ Nome antigo de Delfos, cidade em que ficava o famoso templo e oráculo de Apolo, Pito. Febo era um dos epítetos de Apolo (Phoibos = luminoso).”


Onde os culpados estarão? Onde acharemos

algum vestígio desse crime muito antigo?”


Tebas perece com seus habitantes

e sem cuidados, sem serem chorados,

ficam no chão, aos montes, os cadáveres,

expostos, provocando novas mortes.

Esposas, mães com seus cabelos brancos,

choram junto aos altares, nos degraus

onde gemendo imploram compungidas

o fim de tão amargas provações.”


ordeno a quem souber aqui quem matou Laio,

filho de Lábdaco, que me revele tudo;

ainda que receie represálias, fale!

Quem se denunciar não deverá ter medo;

não correrá outro perigo além do exílio;

a vida lhe será poupada. Se alguém sabe

que o matador não é tebano, é de outras terras,

conte-me logo, pois à minha gratidão

virá juntar-se generosa recompensa.

Mas se ao contrário, cidadãos, nada disserdes

e se qualquer de vós quiser inocentar-se

por medo ou para proteger algum amigo

da imputação de assassinato, eis minhas ordens:

proíbo terminantemente aos habitantes

deste país onde detenho o mando e o trono

que acolham o assassino, sem levar em conta

o seu prestígio, ou lhe dirijam a palavra

ou lhe permitam irmanar-se às suas preces

ou sacrifícios e homenagens aos bons deuses

ou que partilhem com tal homem a água sacra!”


O criminoso ignoto, seja ele um só

ou acumpliciado, peço agora aos deuses

que viva na desgraça e miseravelmente!

E se ele convive comigo sem que eu saiba,

invoco para mim também os mesmos males

que minhas maldições acabam de atrair

inapelavelmente para o celerado!”


Considerando que hoje tenho em minhas mãos

o mando anteriormente atribuído a Laio

e que são hoje meus seu leito e a mulher

que deveria ter-lhe propiciado filhos,

e finalmente que se suas esperanças

por desventura não houvessem sido vãs,

crianças concebidas por uma só mãe

teriam estreitado laços entre nós

(mas a desgraça lhe caiu sobre a cabeça),

por todos esses ponderáveis fundamentos

hei de lutar por ele como por meu pai¹

e tomarei as providências necessárias

à descoberta do assassino do labdácida,²

progênie do rei Polidoro, descendente

de Cadmo e Agenor, os grandes reis de antanho.³

¹ [Uma das múltiplas referências tragicamente irônicas cunhadas por Sófocles ao longo da peça. Veremos que a “insídia” não desaparece na tradução, em muitos desses momentos, o que beira o cômico e o devasso.]

² Laio e qualquer um de sua progênie, já que o avô biológico de Édipo se chama Lábdaco.

³ Reis ancestrais de Tebas.”


a ação mais nobre de um homem é ser útil aos seus semelhantes até o limite máximo de suas forças.”


TIRÉSIAS

Pobre de mim! Como é terrível a sapiência

quando quem sabe não consegue aproveitá-la!”


TIRÉSIAS

O que tiver de vir virá, embora eu cale.

ÉDIPO

Mas tens de revelar-me agora o que há de vir!”

TIRÉSIAS

Sou livre; trago em mim a impávida verdade!

ÉDIPO

De quem a recebeste? Foi de tua arte?”


Apenas quero declarar que, sem saber,

manténs as relações mais torpes e sacrílegas

com a criatura que devias venerar,

alheio à sordidez de tua própria vida!”


Tua existência é uma noite interminável.

Jamais conseguirás fazer-me mal, Tirésias

nem aos demais que podem contemplar a luz!”


Pois dize! Quando foste um vate fidedigno?

Por que silenciaste diante dos tebanos

ansiosos por palavras esclarecedoras

na época em que a Esfinge lhes propunha enigmas?¹

E não seria de esperar que um forasteiro

viesse interpretar os versos tenebrosos;

o dom profético te credenciaria,

mas não o possuías, como todos viram,

nem por inspiração das aves, nem dos deuses.

Pois eu cheguei, sem nada conhecer, eu, Édipo,²

e impus silêncio à Esfinge; veio a solução

de minha mente e não das aves agoureiras.

E tentas derrubar-me, exatamente a mim,

na ânsia de chegar ao trono com Creonte!

Creio que a purificação desta cidade

há de custar-vos caro, a ti e ao teu comparsa!

¹ <A cadela lhes dizia versos>, no original.

² Ironicamente, Édipo faz alusão inconsciente ao fato de que ignorava, até aqui, sua verdadeira origem.”


Pois ouve: os olhos teus são bons e todavia

não vês os males todos que te envolvem,

nem onde moras, nem com que mulher te deitas.

Sabes de quem nasceste? És odioso aos teus,

aos mortos como aos vivos, e o açoite duplo

da maldição de tua mãe e de teu pai

há de expulsar-te um dia em vergonhosa fuga

de nossa terra, a ti, que agora tudo vês

mas brevemente enxergarás somente sombras!

E todos os lugares hão de ouvir bem cedo

os teus lamentos; logo o Citéron inteiro¹

responderá aos teus gemidos dolorosos

quando afinal compreenderes em que núpcias

vivias dentro desta casa, onde encontraste

após viagem tão feliz um porto horrível.

Também ignoras muitas outras desventuras

que te reduzirão a justas proporções

e te farão igual aos filhos que geraste.

Sentir-te-ás um dia tão aniquilado

como jamais homem algum foi neste mundo!

¹ Citerão: Montanhas no centro da Grécia, que serviam de divisa entre Atenas e Tebas.”


Consideras-me louco mas para teus pais,

que te puseram neste mundo, fui sensato.”


TIRÉSIAS

Verás num mesmo dia teu princípio e fim.

ÉDIPO

Falaste vagamente e recorrendo a enigmas.

TIRÉSIAS

Não és tão hábil para decifrar enigmas?

ÉDIPO

Insultas-me no que me fez mais venturoso.

TIRÉSIAS

Dessa ventura te há de vir a perdição.”


ele, que agora vê demais, ficará cego;

ele, que agora é rico, pedirá esmolas

e arrastará seus passos em terras de exílio,

tateando o chão à sua frente com um bordão.

Dentro de pouco tempo saberão que ele

ao mesmo tempo é irmão e pai dos muitos filhos

com quem vive, filho e consorte da mulher

de quem nasceu; e que ele fecundou a esposa

do próprio pai depois de havê-lo assassinado!”


A ordem dos pecados não altera o infortúnio.


CORO

(…)

Seguindo a trilha adversa que o isola

dos homens o infeliz tenta escapar

aos rígidos oráculos oriundos

do âmago da terra,¹ mas em vão:

eles, eternamente vivos, cercam-no.

Terríveis, sim, terríveis são as dúvidas

que o adivinho pôs em minha mente;

não creio, não descreio, estou atônito.

Adeja o meu espírito indeciso,

perplexo entre o passado e o presente.

(…)

Apolo e Zeus têm olhos para tudo.

Eles conhecem as ações dos homens

mas um mortal, um simples adivinho,

não pode convencer-me; é inaceitável,

embora no saber um homem possa

ultrapassar os outros muitas vezes.

Jamais, antes de ver ratificada

a fala do adivinho, darei crédito

à acusação lançada contra Édipo;

sim, foi aos olhos dos tebanos todos

que outrora a Esfinge veio contra ele

e todos viram que Édipo era sábio

e houve razões para que fosse amado

por nosso povo. Diante desses fatos

jamais o acusarei de qualquer crime.

¹ Centro do mundo”


CORIFEU

Talvez aquela injúria tenha tido origem

mais no arrebatamento que na reflexão.”


ÉDIPO

És hábil em palavras; sinto-me inclinado

a ouvir-te, embora sejas inimigo pérfido.”


CREONTE

(…)

crês que jamais homem algum preferiria

o trono e seus perigos a tranqüilo sono

tendo poder idêntico sem arriscar-se?

Pois quanto a mim ambiciono muito menos

a condição de rei que o mando nela implícito;

pensam assim todos os homens comedidos

em seus desejos. Sem me expor, obtenho agora

tudo de ti; ou não? Porém se eu fosse rei

teria de ceder a muitas injunções.

Por que motivo, então, me tentaria o trono

mais que essa onipotência livre de percalços?

Não sou ainda cego, a ponto de almejar

mais que a influência e o proveito conseqüente.

Já sou por todos festejado, já me acolhem

todos solícitos, e todos que precisam

de ti primeiro me procuram; todos eles

conseguem tudo por interferência minha.

Como haveria eu, então, de desprezar

o que já tenho para obter o que insinuas?

Seria tolo esse procedimento pérfido.”


desprezar um amigo fidedigno, em minha opinião é o mesmo que menosprezar a própria vida, o bem mais precioso.”


só com o tempo se revela o homem justo; mas basta um dia para descobrir o pérfido.”


CREONTE

E que pretendes? Exilar-me desta terra?

ÉDIPO

Desejo a tua morte, e não o teu exílio.

CREONTE

Serias justo se provasses minha culpa.

ÉDIPO

Comportas-te como se não devesses nunca

ceder e obedecer ao detentor do mando.

CREONTE

A retidão faz falta em tuas decisões.

(…)

ÉDIPO

Mas deves-me da mesma forma obediência!

CREONTE

Se mandas mal, não devo.”


Vejo que cedes contrafeito

mas te censurarás mais tarde,

quando essa cólera passar.

Temperamentos como o teu

atraem sempre sofrimentos.”


Seu porta-voz foi um malévolo adivinho;

de sua própria boca nada nós ouvimos.”


(…) Não direi que Febo,

mas um de seus intérpretes, há muito tempo

comunicou a Laio, por meio de oráculos,

que um filho meu e dele o assassinaria;

pois apesar desses oráculos notórios

todos afirmam que assaltantes de outras terras

mataram Laio há anos numa encruzilhada.

Vivia nosso filho seu terceiro dia

quando rei Laio lhe amarrou os tornozelos

e o pôs em mãos de estranhos, que o lançaram logo

em precipícios da montanha inacessível.

Naquele tempo Apolo não realizou

as predições: o filho único de Laio

não se tornou o matador do próprio pai;

não se concretizaram as apreensões do rei

que tanto receava terminar seus dias

golpeado pelo ser que lhe devia a vida.

Falharam os oráculos; o próprio deus

evidencia seus desígnios quando quer,

sem recorrer a intérpretes, somente ele.


Meu pai é Pôlibo, coríntio, minha mãe,

Mérope, dórica.¹ Todos consideravam-me

o cidadão mais importante de Corinto.

Verificou-se um dia um fato inesperado,

motivo de surpresa enorme para mim

embora no momento não me preocupasse,

dadas as circunstâncias e os participantes.

Foi numa festa; um homem que bebeu demais

embriagou-se e logo, sem qualquer motivo,

pôs-se a insultar-me e me lançou o vitupério

de ser filho adotivo. Depois revoltei-me;

a custo me contive até findar o dia.

¹ Pais apenas adotivos, como veremos.”


Sem o conhecimento de meus pais, um dia

fui ao oráculo de Delfos mas Apolo

não se dignou de desfazer as minhas dúvidas;

anunciou-me claramente, todavia,

maiores infortúnios, trágicos, terríveis;

eu me uniria um dia à minha própria mãe

e mostraria aos homens descendência impura

depois de assassinar o pai que me deu vida.

Diante dessas predições deixei Corinto

guiando-me pelas estrelas, à procura

de pouso bem distante, onde me exilaria

e onde jamais se tornariam realidade

– assim pensava eu – aquelas sordidezas

prognosticadas pelo oráculo funesto.

Cheguei um dia em minha marcha ao tal lugar

onde, segundo dizes, o rei pereceu.

E a ti, mulher, direi toda a verdade agora.

Seguia despreocupado a minha rota;

quando me aproximei da encruzilhada tríplice

vi um arauto à frente de um vistoso carro

correndo em minha direção, em rumo inverso;

no carro viajava um homem já maduro

com a compleição do que me descreveste há pouco.

O arauto e o próprio passageiro me empurraram

com violência para fora do caminho.

Eu, encolerizado, devolvi o golpe

do arauto; o passageiro, ao ver-me reagir

aproveitou o momento em que me aproximei

do carro e me atingiu com um dúplice aguilhão,

de cima para baixo, em cheio na cabeça.

Como era de esperar, custou-lhe caro o feito:

no mesmo instante, valendo-me de meu bordão

com esta minha mão feri-o gravemente.

Pendendo para o outro lado, ele caiu.

E creio que também matei seus guardas todos.

Se o viajante morto era de fato Laio,

quem é mais infeliz que eu neste momento?

(…)

E o que é pior, fui eu, não foi outro qualquer,

quem pronunciou as maldições contra mim mesmo.

Também maculo a esposa do finado rei

ao estreitá-la nestes braços que o mataram!

Não sou um miserável monstro de impureza?

E terei de exilar-me e em minha vida errante

não poderei jamais voltar a ver os meus

nem pôr de novo os pés no chão de minha pátria,

pois se o fizesse os fados me compeliriam

a unir-me à minha mãe e matar o rei Pôlibo,

meu pai, a quem eu devo a vida e tudo mais!”


CORO

(…)

Não mais irei ao centro sacrossanto

do mundo¹ reverenciar Apolo,

nem ao muito falado templo de Abas,²

nem ao de Olímpia,³ se essas predições,

não forem confirmadas pelos fatos,

de tal forma que se possa citá-las

como um exemplo para os homens todos.

Deus todo-poderoso, se mereces

teu santo nome, soberano Zeus,

demonstra que em tua glória imortal

não és indiferente a tudo isso!

Desprezam os oráculos ditados

a Laio, como se nada valessem;

Apolo agora não é adorado

com o esplendor antigo em parte alguma;

a reverência aos deuses já se extingue.

¹ Umbigo do mundo

² Outro templo com oráculo nas proximidades

³ Terceiro templo divinatório, desta vez representando o próprio Zeus, sem intermediários.”


CORIFEU

Vês o palácio dele; o rei está lá dentro;

à tua frente está sua mulher e mãe…¹

dos filhos dele. Eis a resposta, forasteiro.

¹ Se a frase terminasse aí, o conteúdo teria sido dito antes da hora.”


MENSAGEIRO

Os habitantes todos de Corinto querem

fazer de Édipo seu rei, segundo afirmam.

JOCASTA

O quê? Já não detém o mando o velho Pôlibo?

MENSAGEIRO

Não mais; a morte acaba de levá-lo ao túmulo.

JOCASTA

Estou ouvindo bem? Rei Pôlibo morreu?

MENSAGEIRO

Quero também morrer se não digo a verdade!”


Por quê, mulher, devemos dar tanta atenção

ao fogo divinal da profetisa pítica

ou, mais ainda, aos pios das etéreas aves?¹

Segundo antigas predições eu deveria

matar meu próprio pai; agora ele repousa

debaixo da pesada terra e quanto a mim

não pus as mãos ultimamente em qualquer arma.

Ironicamente.

(Ele foi vítima, talvez, da grande mágoa

que minha ausência lhe causou; somente assim

eu poderia motivar a sua morte …)

De qualquer forma Pôlibo pertence agora

ao reino de Hades e também levou com ele

as tristes profecias. Não, esses oráculos

carecem todos de qualquer significado.

¹ Revelação dos pássaros: o vôo e o canto dos pássaros eram sinais a que os adivinhos recorriam para seus vaticínios.”


O medo em tempo algum é proveitoso ao homem.

O acaso cego é seu senhor inevitável

e ele não tem sequer pressentimento claro

de coisa alguma; é mais sensato abandonarmo-nos

até onde podemos à fortuna instável.

Não deve amedrontrar-te, então, o pensamento

dessa união com tua mãe; muitos mortais

em sonhos já subiram ao leito materno.

Vive melhor quem não se prende a tais receios.”


MENSAGEIRO

Desamarrei teus tornozelos traspassados…

ÉDIPO

Segue-me esse defeito horrível desde a infância.

MENSAGEIRO

Teu próprio nome te relembra esse infortúnio.¹

¹ O nome do herói significaria <pés inchados>.”


ÉDIPO

Mesmo se for provado que sou descendente

de tripla geração de escravos, nem por isso,

mulher, irás sofrer qualquer humilhação.

JOCASTA

Nada me importa! Escuta-me! Por favor: pára!

ÉDIPO

Malgrado teu, decifrarei esse mistério.

JOCASTA

Move-me apenas, Édipo, teu interesse,

e dou-te o mais conveniente dos conselhos!

ÉDIPO

Admito, mas esse conselho me desgosta.

JOCASTA

Ah! Infeliz! Nunca, jamais saibas quem és!”


Fusão do torna-te quem tu és com o conhece-te a ti mesmo.


Irrompa o que tiver de vir, mas minha origem,

humilde como for, insisto em conhecê-la!

Ela, vaidosa como são sempre as mulheres,

talvez tenha vergonha de minha ascendência

obscura, mas eu sinto orgulho de ser filho

da Sorte benfazeja e isso não me ofende.

Eis minha mãe; nesta existência já provei¹

o anonimato e agora vivo em culminâncias.

Eis minha origem, nada poderá mudá-la.

Não há razões para deixar de esclarecê-la.

¹ Édipo quisera dizer que era filho da Sorte, mas acaba também dizendo, nas entrelinhas, que já provou o gosto da própria mãe na cama.”


Ai de mim! Ai de mim! As dúvidas desfazem-se!

Ah! Luz do sol. Queiram os deuses que esta seja

a derradeira vez que te contemplo! Hoje

tornou-se claro a todos que eu não poderia

nascer de quem nasci, nem viver com quem vivo

e, mais ainda, assassinei quem não devia!”


CORO

Lento e triste.

Vossa existência, frágeis mortais,

é aos meus olhos menos que nada.

Felicidade só conheceis

imaginada; vossa ilusão

logo é seguida pela desdita.

Com teu destino por paradigma,

desventurado, mísero Édipo,

julgo impossível que nesta vida

qualquer dos homens seja feliz!”


os sofrimentos são inda maiores quando autor e vítima são uma só pessoa.”


(…) Lamentava-se

no leito mesmo onde ela havia dado à luz

– dizia a infeliz – em dupla geração

aquele esposo tido de seu próprio esposo

e os outros filhos tidos de seu próprio filho!”


O sangue que descia em jatos de seus olhos

molhava toda a sua face, até a barba;

não eram simples gotas, mas uma torrente,

sanguinolenta chuva em jorros incessantes.”


Vereis um espetáculo que excitaria

piedade até num inimigo sem entranhas!”


Que divindade consumou agora

teu trágico destino inelutável,

prostrando-te com males que ultrapassam

a intensidade máxima da dor?”


Ah! Destino!… Em que negros abismos me lanças?”


CORIFEU

Terríveis atos praticaste! Como ousaste

cegar teus próprios olhos? Qual das divindades

deu-te coragem para ir a tais extremos?

ÉDIPO

Foi Apolo! Foi sim, meu amigo!

Foi Apolo o autor de meus males,

de meus males terríveis; foi ele!

Mas fui eu quem vazou os meus olhos.

Mais ninguém. Fui eu mesmo, o infeliz!

Para que serviriam meus olhos

quando nada me resta de bom

para ver? Para que serviriam?”


Se eu tivesse morrido mais cedo

não seria o motivo odioso

de aflição para meus companheiros

e também para mim nesta hora!”


(…) Como encararia

meu pai no outro mundo, ou minha mãe, infeliz,

depois de contra ambos perpetrar tais crimes

que nem se me enforcassem eu os pagaria?

Teria eu algum prazer vendo o semblante

dos pobres filhos meus, nascidos como foram?

Não, certamente já não poderia vê-los,

nem a minha cidade, nem seus baluartes,

nem as imagens sacrossantas de seus deuses,

eu, o mais infeliz entre os desventurados!

Após haver vivido em Tebas a existência

mais gloriosa e bela eu mesmo me proibi

de continuar a usufruí-la ao ordenar

que todos repelissem o maldito ser,

impuro para os deuses, da raça de Laio.

Depois de ter conhecimento dessa mácula

que pesa sobre mim, eu poderia ver

meu povo sem baixar os olhos? Não! E mais:

se houvesse ainda um meio de impedir os sons

de me chegarem aos ouvidos eu teria

privado meu sofrido corpo da audição

a fim de nada mais ouvir e nada ver,

pois é um alívio ter o espírito insensível

à causa de tão grandes males, meus amigos.”


matai-me ou atirai-me ao mar em um lugar

onde jamais seja possível encontrar-me!

Aproximai-vos e não tenhais nojo, amigos,

de pôr as vossas mãos em mim, um miserável.

Crede-me! Nada receeis! Meu infortúnio

é tanto que somente eu, e mais ninguém,

serei capaz de suportá-lo nesta vida!”


CREONTE

(…)

Mas vós, homens de Tebas, se não respeitais

as gerações dos homens, reverenciai

ao menos esta luz do sol, nutriz de tudo.”


Jamais permitas, quanto a mim, que eu inda habite

a terra de meus ancestrais; deixa-me antes

viver lá nas montanhas, lá no Citéron,

a pátria triste que meus pais me destinaram

para imutável túmulo quando nasci;

assim eu morrerei onde eles desejaram.

Há uma coisa, aliás, que tenho como certa:

não chegarei ao fim da vida por doença

nem males semelhantes, pois se me salvei

da morte foi para desgraças horrorosas.

Mas siga então seu curso meu destino trágico,

qualquer que seja ele. Quanto aos filhos meus

varões, não devem preocupar-te, pois são homens;

onde estiverem não carecerão jamais

de nada para subsistir; mas minhas filhas

tão infelizes, dignas de tanta piedade,

que partilharam de minha abundante mesa,

e cujas mãos eu dirigi aos pratos próprios,

zela por elas, peço-te por tudo, e deixa-me

tocá-las uma vez ainda com estas mãos

e deplorar a sua desventura enorme!”


Entram ANTÍGONA e ISMENE, ainda crianças, trazidas por uma criada.”


Minhas crianças, onde estais? Vinde até mim!

Vinde até minhas mãos… fraternas. Foram elas

– estas mãos – que privaram meus olhos da luz,

olhos outrora brilhantes de vosso pai!

Eu nada via então, desconhecia tudo,

minhas pobres crianças, e vos engendrei

no ventre de onde eu mesmo antes saíra! Choro!

Choro por vós, pois já não posso contemplar-vos,

pensando nas inumeráveis amarguras

que ides suportar ao longo desta vida.

A que assembléias dos tebanos, a que festas

ireis sem regressar ao lar antes da hora,

chorando lágrimas sem conta? E quando houverdes

chegado à idade florescente do himeneu,

quem, minhas filhas, quem terá a ousadia

de carregar convosco todas as torpezas

que serão sempre a maldição de minha raça

e da que nascerá de vós? Que falta agora

à vossa desventura? Vosso pai matou

seu próprio pai e desposou a própria mãe,

de quem ele nasceu, e vos gerou depois

nas entranhas onde há mais tempo foi gerado!

Eis as injúrias que sempre tereis de ouvir!

E quem vos há de desposar? Quem, minhas filhas?

Ninguém! Ninguém, crianças, e definhareis

estéreis e na solidão! (…)”


Tudo é bom quando é feito na hora oportuna.”


CORIFEU

Vede bem, habitantes de Tebas, meus concidadãos!

Este é Édipo, decifrador dos enigmas famosos;

ele foi um senhor poderoso e por certo o invejastes

em seus dias passados de prosperidade invulgar.

Em que abismos de imensa desdita ele agora caiu!

Sendo assim, até o dia fatal de cerrarmos os olhos

não devemos dizer que um mortal foi feliz de verdade

antes dele cruzar as fronteiras da vida inconstante

sem jamais ter provado o sabor de qualquer sofrimento!

FIM”


Notas (quando não-incluídas nos fragmentos acima):

Cadmo: fundador de Tebas, cidade principal da Beócia, região do sudeste da Grécia.”

Diante da situação calamitosa criada pelos enigmas da Esfinge, Creonte, que em conseqüência da morte de Laio detinha o poder em Tebas, teria prometido o trono e sua irmã Jocasta (viúva de Laio) em casamento a quem livrasse a região do monstro, decifrando-lhe os enigmas.”

Embora o deus dos oráculos fosse Apolo, atribuía-se a Zeus, o deus maior da mitologia grega, a inspiração, em última instância, da comunicação entre os deuses e os mortais.”

Leito imenso de Anfitrite: o atual Oceano Atlântico”


ÉDIPO EM COLONO

O chão que pisas é chamado umbral de bronze

destas paragens, sustentáculo de Atenas.

Os campos próximos pretendem que Colono,

o deus eqüestre cuja estátua vês ali,

foi seu primeiro dono, e todos nós daqui

usamos juntos o nome tirado dele.

São coisas, estrangeiro, que não mereceram

entrar na história; vem-se aqui para aprendê-las.” 


(…) Prosseguindo,

o deus me descreveu sinais reveladores

dos eventos futuros, como terremotos,

relâmpagos vindos de Zeus, talvez trovões.

Percebo agora que em minha longa jornada

me conduziu seguramente a este bosque

uma premonição qualquer que me mandastes;

se assim não fosse, jamais nos encontraríamos,

vós, a quem não é lícito ofertar o vinho,

e eu, que não o tenho para oferecer-vos;

sem vós jamais me sentaria nesta pedra

santificada que nunca ninguém talhou.

Então, deusas, de acordo com as ordens de Apolo

dai-me afinal um meio de findar a vida,

se não me achais indigno dessa vossa graça,

eu, escravo para sempre das desditas

mais lamentáveis reservadas aos mortais!

Ouvi-me, doces filhas das primevas Sombras!”


enxergo graças às vozes, como diz certo provérbio.”


CORO

Ah! Esses olhos!… Já nasceste cego?

Viveste muito, é obvio; tua vida

foi dura, mas se depender de mim

não a sobrecarregarás ainda

com novas desventuras, ancião.

Foste longe, longe demais! Evita,

andando sobre a relva deste bosque

mudo, chegar inadvertidamente

até a grande taça cuja água

é misturada ao mel nas libações!

Cuidado, estrangeiro infeliz! Afasta-te

daí! Há entre nós um amplo espaço.

Estás me ouvindo, andarilho inditoso?

Se tens algo a dizer-nos em conversa,

afasta-te do sítio proibido;

quando estiveres em lugar aberto

a todos, fala! Até então, cuidado!”


CORO

O destino jamais puniu alguém

por castigar o seu provocador;

o embuste que recebe a sua réplica

em outros embustes traz decepções

ao seu autor, e não sucesso; ergue-te,

parte, afasta-te de minha cidade!

Não sejas causa de males maiores!”


ÉDIPO

Que bem, então, resulta da reputação

e glória, se tudo termina em vãs palavras?

Disseram-nos que Atenas era uma cidade

temente aos deuses mais que todas, a única

pronta a salvar um forasteiro ameaçado,

a única também capaz de protegê-lo.

Onde estará agora esta disposição

quando se trata de mim, se pouco depois

de me haverdes persuadido a abandonar

o assento me expulsais assim, apavorados

apenas por ouvir meu nome? Não agistes

por causa de minha pessoa e de meus atos.

Se eu pudesse falar agora de meu pai

e minha mãe, perceberíeis que meus atos

foram de fato muito mais sofridos

que cometidos, e apenas por causa deles

me escorraçais agora cheios de terror

para longe de vós (sei disso muito bem).

Seria eu, então, um criminoso nato,

eu, que somente reagi a uma ofensa?

Ainda que tivesse agido a sangue-frio

não poderíeis chamar-me de criminoso.

Mas, no meu caso, cheguei até onde fui

sem perceber; meus agressores, ao contrário,

queriam destruir-me conscientemente.

Logo, estrangeiros, suplico-vos pelos deuses:

já que me compelistes a deixar o assento,

valei-me, e se de fato venerais os deuses,

não vos priveis daquilo a que eles têm direito;

considerai, antes de agir, que se eles olham

para as pessoas piedosas, também vêem

as ímpias, e como sabemos muito bem,

mais de um mortal sacrilégio ficou impune.

Iluminados pelos deuses, evitai

obscurecer a fama brilhante de Atenas,

compactuando com procedimentos ímpios.

Fui acolhido por vós como um suplicante;

fizestes-me promessas; defendei-me, então,

auxiliai-me e não me deixeis só porque

minha aparência horrível vos afeta os olhos.

Chego como homem predestinado e devoto,

trazendo bênçãos para os cidadãos daqui.

Quando vosso senhor – o rei – aparecer,

falar-lhe-ei e ficareis a par de tudo.

Antes, não vos equipareis a criminosos.”


A caminhada é longa, mas as novidades dos viajantes vencem todas as distâncias.”


ÉDIPO

Por sua índole e seu modo de portar-se

vivem os dois como se estivessem no Egito,

onde os maridos ficam sentados em casa,

tecendo, enquanto as mulheres vão para a rua

na luta para conseguir os alimentos.

Convosco, minhas filhas, acontece o mesmo:

enquanto aqueles que deviam trabalhar

ocupam-se de questiúnculas domésticas

como se fossem moças, vós, em seu lugar,

tratais sem trégua dos males de vosso pai.

Uma, ainda criança, sentindo seus membros

mais firmes, decidiu guiar um ancião

em suas longas caminhadas, sempre errante,

descalça, percorrendo os bosques perigosos,

faminta, atormentada repetidamente

pelas águas das chuvas, pelo sol ardente,

já esquecida do conforto de seu lar,

cuidando apenas de dar alimento ao pai.

E tu, Ismene, vieste em dias passados,

sem que os cadmeus soubessem, trazer ao teu pai

todas as manifestações o[ra]culares

pertinentes a mim; tornaste-te além disso

fiel observadora em Tebas desde o dia

em que fui expulso de minha terra. Agora,

Ismene, que notícias tens para me dar

nesta nova missão que te afastou do lar?

Não vens por razões fúteis – disto estou seguro -;

deves trazer-me novidades alarmantes.”


Estou aqui para informar-te das desditas

que afligem teus desventurados filhos.

Antes quiseram fazer de Creonte o rei,

na expectativa de livrar sua cidade

da mácula, mas veio-lhes depois à mente

a tara antiga que segue a raça maldita.

Agora, pobre pai, por causa de algum deus

e de desígnios criminosos teus dois filhos

três vezes arrogantes estão separados

por uma desavença súbita e funesta:

cada um deles tenta obter de qualquer modo

o cetro e o poder real para si mesmo.

O mais novo; menos dotado de direito

pela idade, privou do trono o primogênito,

Polinices, e o expulsou de sua pátria.

Este, se acreditarmos em fortes rumores,

foi para Argos rodeada de colinas,

e lá, como exilado, conseguiu formar

uma aliança nova graças aos amigos,

que lhe proporcionará muitos soldados;

ele imagina que dentro de pouco tempo

Argos conquistará gloriosamente Tebas

ou esta será celebrada até nos céus.

Não se trata somente de palavras, pai,

mas de fatos terríveis. Não sei, entretanto,

quando os deuses enfim terão pena de ti

levando em consideração teus sofrimentos.”


ÉDIPO

Hoje, que nada sou, volto então a ser homem?

ISMENE

Agora exaltam-te os deuses que te puniram.”


(…) naquele dia infausto, no momento

em que minha alma ainda fervia e certamente

teria sido mais suave para mim

morrer apedrejado, ninguém avançou

para ajudar-me, a mim, que só queria a morte.

Depois, quando amadureceu a minha dor

e percebi que a minha ira me levara

longe demais punindo-me por velhos erros,

Tebas baniu-me, dessa vez com violência

– muito mais tarde! – e meus dois filhos, que podiam

ter me ajudado – filhos ajudando o pai –

nada fizeram; então, por não terem dito

uma simples palavra, passei a viver

errante por terras estranhas (…)”


CORO

Sofreste!

ÉDIPO

Sim, males inolvidáveis!

CORO

Pecaste!

ÉDIPO

Não! Eu não pequei!

CORO

Mas, como?

ÉDIPO

Minha cidade ofereceu-me um prêmio

por meus serviços, que eu preferiria

em tempo algum ter recebido dela.”


De fato, a tua sina deve ser terrível,

e não lhe ficarei indiferente, eu que

cresci no exílio, um desterrado como tu,

e que arrisquei como ninguém a minha vida

lutando muitas vezes em terras estranhas.¹

Por isso, a nenhum forasteiro igual a ti

eu hoje poderia recusar ajuda.

Sei muito bem, ancião, que sou apenas homem

e que não me pertence o dia de amanhã,

da mesma forma que não és senhor do teu.

¹ Teseu, como Édipo, passou sua infância longe da pátria; somente ao chegar à adolescência soube, por intermédio de sua mãe, que era filho de Egeu e voltou a Atenas, depois de uma viagem acidentada durante a qual enfrentou e matou vários bandidos perigosos.”


TESEU

Falas apenas do final de tua vida;

esqueces-te do tempo que ainda te resta,

ou não dás o menor valor a todo ele?

ÉDIPO

Em minha opinião o fim abrange tudo.”


ÉDIPO

Aconteceu comigo que meus próprios filhos

me expulsaram da pátria, e como parricida

nunca, jamais poderei regressar a ela.

TESEU

Por que, então, te mandariam procurar

se desejassem que ficasses longe deles?

ÉDIPO

A voz dos próprios deuses¹ os compele a isso.

¹ Os oráculos”


ÉDIPO

Filho caríssimo de Egeu: somente os deuses

fogem aos males da velhice e aos da morte;

o tempo onipotente abate tudo mais;

decai a força da terra, decai o corpo;

a lealdade finda e floresce a perfídia

e tanto entre os amigos quanto entre as cidades

não prevalece para sempre o mesmo ânimo;

agora para uns, amanhã para outros,

cede a doçura seu lugar ao amargor

e depois volta a transformar-se em amizade.

Com Tebas acontece o mesmo. Atualmente

tudo está bem por lá em relação a ti,

porém durante a sucessão interminável

das noites e dos dias que o tempo infinito

vai produzindo, podem eclodir de súbito

lutas armadas capazes de destruir

as boas relações que hoje vos aproximam.

Assim, meu gélido cadáver em seu sono,

oculto sob a terra, um dia beberá

seu sangue quente, se Zeus ainda for Zeus

e se Apolo, filho de Zeus, diz a verdade.

Mas, já que não é agradável retomar

assuntos interditos, deixa-me parar

no ponto de partida. Apega-te somente

à tua lealdade e nunca poderás

queixar-te de que Édipo foi para ti

um simples habitante inútil desta terra

– se os deuses não quiseram apenas mentir.”


ÉDIPO

Se de teu lado prometes auxiliar-me.

TESEU

Confia quanto a mim; não te abandonarei.

ÉDIPO

Não quero sequer que jures, como um vilão.

TESEU

Por mim, jurar não valerá mais que falar.”


Infladas pela cólera as ameaças com freqüência se propagam como palavras vãs, mas logo que o espírito retoma o seu domínio elas desaparecem.”


Aqui o rouxinol, constante hóspede,

entoa sempre o canto harmonioso

no fundo destes vales muito verdes;

seu ninho é feito na hera sombria,

inviolável ramagem do deus,

compacta proteção ao mesmo tempo

contra o calor do sol e contra o vento

de todas as tempestades”


CREONTE

(…)

Deixa-te convencer, Édipo desditoso:

retorna a Tebas. O povo cadmeu unânime

te chama justamente, e mais que todos eu;

e isso é muito natural, pois só se eu fosse

a mais ignóbil de todas as criaturas

não me comoveria com tua desgraça,

vendo-te aqui na deplorável condição

de um estrangeiro permanentemente errante,

um mendigo amparado apenas pela filha

que nunca imaginei ver reduzida assim

a tais extremos de penúria – infortunada! -,

guiando-te e proporcionando-te alimento,

levando a vida de pedinte nessa idade,

sem conhecer o casamento é à mercê

em seu caminho de qualquer estuprador.

É lamentável este ultraje que te atinge,

e a mim também, e a toda a nossa nobre raça!

Mas, já que é de todo impossível disfarçar

essa evidência, livra-nos os olhos, Édipo,

desse espetáculo definitivamente!

Peço-te pelos deuses de teus ancestrais:

confia em mim, consente em regressar agora

à tua pátria, à casa que foi de teus pais,

dizendo adeus a esta terra acolhedora.

Ela é digna de ti, mas tua própria terra

tem mais direito à tua consideração,

pois em tempos passados ela te nutriu.”


(…) No passado,

quando, fora de mim por causa das desgraças

que sem querer eu mesmo me causei, ansiava

por me ver exilado, não te dispuseste

a conceder-me o benefício desejado;

contrariando-me reiteradamente,

logo que viste o fim de minhas aflições

e que já me agradava estar em minha casa,

então quiseste repelir-me e me expulsaste.

Não tinhas interesse algum naquela época

pelos laços de parentesco de que falas…

Agora, em face da acolhida generosa

que esta cidade e todos os seus habitantes

me dispensaram, tentas tirar-me daqui,

dissimulando tuas intenções brutais

com palavras cobertas de suavidade.

Mas, que prazer é este de amar as pessoas

contra a sua vontade? De certa maneira

é como se implorasses que te dessem algo,

mas nada conseguisses e não te ajudassem,

e só quando teu coração já estivesse

cansado de tanto querer e desistisses

alguém se dispusesse a te satisfazer,

pois a conquista já não seria conquista.

Não te pareceria vão esse prazer?

Estás me oferecendo exatamente isso:

bens em palavras, males na realidade.

Quero, entretanto, dirigir-me aos circunstantes

para mostrar-lhes quão grande é tua maldade.

Não vens buscar-me para me reconduzir

à minha casa, e sim para me abandonar

nas imediações das fronteiras de Tebas,

salvando assim tua cidade dos perigos

que lhe sobreviriam vindos desta terra.

Teu destino, entretanto, não é este; é ver

meu nume [gênio] vingador fixar-se para sempre

neste lugar, e o destino de meus dois filhos

é conseguir de minha terra o necessário

para morrerem. Dize, então: não são melhores

que as tuas próprias as minhas informações

a respeito de Tebas? Com certeza são,

e muito, pois saíram de bocas verazes,

de Febo e – quem sabe? – do próprio Zeus, seu pai.

E hoje chegas aqui, com a boca mentirosa

e com a língua afiada, mas tuas palavras

hão de trazer-te mais males que benefícios.”


Entras num território submisso à justiça,

onde nada se faz contrariando a lei,

e menosprezas os seus chefes e te atreves

a tirar dele à força aquilo que te apraz.

Ages como se achasses que minha cidade

fosse deserta de homens ou fosse habitada

apenas por escravos, e eu nada valesse.

Tebas não te criou para fazer o mal,

pois não costuma preparar seus cidadãos

para serem vilões. Sem dúvida, Creonte,

ela não te elogiaria se soubesse

que roubas os meus bens e até os bens dos deuses

tentando retirar daqui violentamente

esses seus suplicantes¹ tão desventurados.

Eu, ao contrário, não me atreveria nunca

a penetrar em tua terra, embora tendo

razões melhores, sem obter a permissão

dos detentores do poder, quaisquer que fossem;

não ousaria arrebatar ninguém de lá

e saberia como deve comportar-se

um estrangeiro em relação aos cidadãos.

Tu, entretanto, desonras a tua cidade,

que não merece essa desconsideração;

os anos que viveste fizeram de ti

ao mesmo tempo um ancião e um insensato.

¹ Édipo e suas filhas”


(…) Nunca imaginei

que Atenas iria acolher um parricida

com sua mácula, um homem cujo himeneu

se revelou incestuoso. Mais ainda:

eu soube que o sábio Conselho com assento

no topo da colina de Ares proibiu

a estada de andarilhos desse tipo aqui.

Por haver confiado em tais informações

tentei apoderar-me agora desta presa.

E nem assim teria feito a tentativa

se ele não tivesse lançado imprecações

amargas contra mim e toda a minha raça.

Diante desse tratamento insultuoso,

considerei-me no dever de revidar.

A cólera não envelhece e só a morte

a doma; apenas os defuntos não a sentem.


Teus lábios lançam contra mim assassinatos,

núpcias, desgraças, tudo que tenho sofrido

– ah! infeliz de mim! – sem qualquer culpa minha,

para a satisfação dos deuses, ressentidos

– quem sabe? – há muito tempo com meus ancestrais”


Fica sabendo: quem prendia será preso e o destino já tem nas mãos o caçador. Tesouro obtido pela astúcia desonesta não se conserva”


Quero augurar vitória no confronto

e gostaria de ser uma pomba

mais rápida que o próprio vento, oculta

nas alturas de uma nuvem etérea

para ver com meus olhos o combate.”


Depois, contai-me os fatos, mas concisamente

(poucas palavras condizem com vossa idade).”


(…) Peço-te, rei,

que me estendas agora a tua mão direita;

quero apertá-la, e se for lícito desejo

beijar-te a fronte… Mas me excedo na ousadia!

Como, sendo o infeliz que sou, posso atrever-me

a impor-te o contacto com um homem cujo corpo

abriga a mácula de todos os pecados?

Não vou tocar-te, nem permito que me toques,

Somente quem passou por provações iguais

pode participar das minhas (…)”


Estranhamente autobiográfico:

Que risco pode haver em ouvi-lo falar?

Planos perversos se revelam na linguagem.

Tu o geraste; logo, ainda que ele fosse

fazer-te as mais impiedosas vilanias

não terias direito de retaliar

tratando-o com maldade. Numerosos pais

já puseram no mundo filhos celerados

e sentiram por eles a mais forte cólera,

mas as ponderações suaves dos amigos

como se fossem sortilégios contiveram

os ímpetos iniciais de sua índole.

Não olhes tuas desventuras atuais,

e sim as do tempo passado, cuja culpa

coube ao teu pai e à tua mãe; se meditares,

verás – tenho certeza – que maus sentimentos

só podem conduzir a resultados maus.


CORO

Quem não se satisfaz com um quinhão

normal de vida e deseja um maior,

parece-me em verdade um insensato.

Dias sem número nunca reservam

a ninguém nada mais que dissabores

mais próximos da dor que da alegria.

Quanto aos prazeres, não os discernimos

e nossa vista os buscará em vão

logo que para nossa desventura

chegamos ao limite prefixado.

E desde então o nosso alívio único

será aquele que dará a todos

o mesmo fim, na hora de chegar

de súbito o destino procedente

do tenebroso reino onde não há

cantos nem liras, onde não há danças

– ou seja, a Morte, epílogo de tudo.

Melhor seria não haver nascido;

como segunda escolha bom seria

voltar logo depois de ver a luz

à mesma região de onde se veio.¹

Desde o momento em que nos abandona

a juventude, levando consigo

a inconsciência fácil dessa idade,

que dor não nos atinge de algum modo?

Que sofrimentos nos serão poupados?

Rixas, rivalidades, mortandade,

lutas, inveja, e como mal dos males

a velhice execrável, impotente,

insociável, inimiga, enfim,

na qual se juntam todas as desditas.²

Não é apenas meu esse destino.

Vede este infortunado semelhante

a um promontório defrontando o norte,

açoitado em todas as direções

por altas ondas e duras tormentas.

Este infeliz também é flagelado

sem tréguas por desventuras horríveis,

como se fossem vagalhões, uns vindos

lá do Poente, outros lá do Levante,

outros lá de onde o sol lança seus raios

ao meio-dia, outros do alto Ripeu

sempre coberto pela noite escura.³

¹ [Legítima primeira aparição da nostalgia do útero, da vontade de voltar a ser um feto, tão alardeada por Fraud? Mas quem viveu então melhor que Édipo, que <voltou ao útero> já na idade adulta? E se ele concebesse em Ismene e Antígona, como o velho ermitão do Gênese? Porém, o Não-Ser como primazia data de muito antes de Cristo.] Sófocles repete aqui, quase literalmente, conceitos pessimistas contidos nos versos 425/428 do poema de Teógnis (poeta moralista do século VI a.C.). Heródoto (1,31) atribui conceitos semelhantes a Croisos (Creso), rei da Lídia de 560 a 546 a.C.”

² Édipo é, com efeito, um velho que viveu muito mais do que deveria, de acordo com o testemunho de todos os helenos contemporâneos a ele e dele mesmo; pois vários anos servem de intervalo entre as calamidades da peça ÉDIPO REI e das conclusões mormente satisfatórias de ÉDIPO EM COLONO, onde temos uma espécie de redenção do Herói nas Luzes.

³ Ripeu: montanha lendária, seria o “Oiapoque europeu”, ou seja, limite setentrional do mundo antigo conhecido.”


Mas junto a Zeus e partilhando o mesmo trono,

senta-se a Piedade, atenta aos nossos atos.

Que venha ela, então, ficar perto de ti.

Não é possível corrigir faltas passadas,

Mas tampouco podemos torná-las mais graves.”


O último sou eu, teu filho – ou, se não teu,

gerado pelo mais cruel destino – eu”


Perverso, que quando tiveste o cetro e o trono

usufruídos hoje por teu próprio irmão

em Tebas, expulsaste, tu mesmo, teu pai

e o transformaste simplesmente num apátrida

coberto por estes andrajos cujo aspecto

te leva às lágrimas, porém somente agora

que vives nessa angústia semelhante à minha!

Já não é hora de chorar; cumpre-me apenas,

enquanto estiver entre os vivos, suportar

meus males, ciente de que és o meu verdugo.

É tua a culpa se vivo nesta miséria,

pois me expulsaste, e se levo uma vida errante

de mendigo pedindo o pão de cada dia,

tu és a causa. E se eu não tivesse gerado

estas meninas a quem devo o meu sustento,

e dependesse só de ti para viver,

já estaria morto. Devo-lhes a vida

e minha nutrição, pois elas se comportam

como se fossem homens em vez de mulheres

para ajudar-me em minha existência penosa.

Etéocles e tu nasceram de outro pai,

e não de mim. Por isso os olhos do destino

fixam-se em ti, não tanto agora, mas depois,

se os contingentes de que falas já avançam

em direção a Tebas. Ouve bem: jamais

poderá conquistá-la; antes morrerás

sangrentamente e teu irmão cairá contigo.

É esta a maldição que vos lancei há tempo

e reitero agora para a vossa ruína,

pois só assim achareis justa a reverência

em relação a quem vos deu a existência

e injusto o menosprezo por vosso pai cego

que vos gerou assim (…)

Queiram eles também que nunca mais regresses

a Argos rodeada de muitas colinas,

e que, ferido pela mão de teu irmão

usurpador, morras e ao mesmo tempo o mates!


Não posso anunciar a todos os amigos

este insucesso, nem fazê-los recuar,

e só me resta agora marchar em silêncio

para enfrentar o meu destino inelutável!

Ah! Filhas dele! Ah! Minhas queridas irmãs!

Ao menos vós, que ouvistes as imprecações

impiedosas deste pai, não me afronteis.

Em nome de todos os deuses vos suplico:

se um dia sua maldição se consumar

e se tiverdes meios de voltar a Tebas,

dai-me uma sepultura e oferendas fúnebres!¹

¹ Tema da terceira peça do ciclo”


Agora vou mostrar-te sem guia nenhum

o pedaço de terra onde devo morrer.

Em tempo algum, porém, poderás revelar

a qualquer outro homem o lugar oculto,

nem mesmo a região onde ele se situa,

se queres que eu te envie no futuro ajuda

igual à de escudos e lanças incontáveis

mandados por vizinhos para socorrer-te.

Conhecerás mais tarde o mistério sagrado

lá no local, só tu, pois nem eu mesmo posso

transmiti-lo a nenhum de teus concidadãos,

nem às minhas próprias crianças, apesar

do meu amor por elas. Terás de guardá-lo

por toda a vida, e na hora de tua morte

confia-o somente ao súdito mais digno,

para que por seu turno ele o revele um dia

a um sucessor fiel e assim se faça sempre.

Desta maneira manterás a tua pátria

ao abrigo das incursões devastadoras

dos soldados de Tebas.¹ Cidades sem número,

apesar de bem-governadas, muita vezes

adotam a arrogância em relação a outras,

porém o olhar dos deuses, embora demore,

descobrirá aquelas que, contrariando

a divina vontade, agem com violência.

(…)

Avançai por aqui, assim! É por aqui

que me conduzem Hermes, guia dos finados,

e a deusa dos infernos. Ah! Luz que meus

olhos não podem ver! Há muito tempo foste minha

e pela derradeira vez meu pobre corpo

está sentindo-te presente.”


MENSAGEIRO

(…) Quando seus passos o levaram

à frente do escarpado umbral onde se vêem

os primeiros degraus de bronze de uma escada

que leva às raízes recônditas da terra,¹

ele parou diante de uma das estradas

que partem do local, perto de uma cratera

onde se guardam para sempre os juramentos

de lealdade outrora feitos por Teseu

e por Peirítoo. Ali, a igual distância

da cratera profunda, da rocha Torícia,

de uma pereira oca e da tumba de pedra,

afinal Édipo sentou-se. Lá tirou

seus míseros andrajos e elevando a voz

pediu às suas filhas que fossem buscar

água corrente onde a encontrassem, pois queria

lavar-se e fazer libações. (…)

¹ Uma fenda na rocha, que segundo a lenda era a entrada para o mundo dos mortos. Teseu e Peirítoo teriam descido aos infernos por essa fenda, quando os dois foram ao Hades numa tentativa para raptar Perséfone. Esses detalhes topográficos, da mesma forma que os mencionados em seguida, eram familiares aos atenienses da época de Sófocles. ”


olhamos para trás e notamos que Édipo

já não estava lá; vimos somente o rei

com as mãos no rosto para proteger os olhos

diante de alguma visão insuportável.

Pouco depois – quase no mesmo instante – vimo-lo

fazendo preces e adorando juntamente

a terra e o divino Olimpo com seus gestos.

Mas nenhum dos mortais, salvo o próprio Teseu,

pode dizer como Édipo chegou ao fim.

(…)

O homem desapareceu sem lamentar-se

e sem as dores oriundas de doenças,

por um milagre inusitado entre os mortais.

E se pareço estar falando loucamente,

Não posso reprovar quem me chamar de louco.


Disso já muito se viu sobre a Terra…


ANTÍGONA

(…) Quanto a nós,

uma noite mortal escureceu

nossa visão. Ah! Como poderemos

agora, errantes em terra distante,

ou sobre as vagas do oceano, obter

o pão do qual depende a nossa vida?”


De certo modo antigas desventuras

podem ter sido prazeres perdidos;

as coisas menos doces eram doces

enquanto o tinha aqui entre meus braços!”


Cessai vossas lamentações, meninas!

Quando contamos com a benevolência

dos deuses infernais, por que gemer?

Provocaríamos a sua cólera.”


ANTÍGONA ou PRIMEIRO LIBELO FEMINISTA

ISMENE

Pobre de mim! Pensa primeiro em nosso pai,¹

em seu destino, abominado e desonrado,

cegando os próprios olhos com as frementes mãos

ao descobrir os seus pecados monstruosos;

também, valendo-se de um laço retorcido,

matou-se a mãe e esposa dele – era uma só –

e, num terceiro golpe, nossos dois irmãos

num mesmo dia entremataram-se (coitados!),

fraternas mãos em ato de extinção recíproca.

Agora que restamos eu e tu, sozinhas,

pensa na morte inda pior que nos aguarda

se contra a lei desacatarmos a vontade

do rei e a sua força. E não nos esqueçamos

de que somos mulheres e, por conseguinte,

não poderemos enfrentar, só nós, os homens.

Enfim, somos mandadas por mais poderosos

e só nos resta obedecer a essas ordens

e até a outras inda mais desoladoras.

Peço indulgência aos nossos mortos enterrados

mas obedeço, constrangida, aos governantes;

ter pretensões ao impossível é loucura.

ANTÍGONA

(…)

e santo é o meu delito, pois terei de amar

aos mortos muito, muito tempo mais que aos vivos.

Eu jazerei eternamente sob a terra

e tu, se queres, foge à lei mais cara aos deuses.”


(…) Se calares,

se não contares minhas intenções a todos,

meu ódio contra ti será maior ainda!”


ISMENE

Se houvesse meios … Mas desejas o impossível.

ANTÍGONA

Quando sentir faltar-me a força, pararei.

ISMENE

Mas o impossível não se deve nem tentar.”


o estrondo de Ares oponente invicto

dos inimigos do dragão tebano.¹

¹ Dragão tebano: alusão à suposta origem dos primeiros habitantes de Tebas, que teriam nascido dos dentes de um dragão morto por Cadmo, fundador da cidade, ao chegar ao local onde ela se situaria. Dos dentes semeados teriam nascido soldados inteiramente armados, os primeiros tebanos.”


Nas sete portas, enfrentando os nossos,

seus sete chefes foram derrotados,

deixando as armas de maciço bronze

como tributo a Zeus – árbitro único

da decisão de todas as batalhas –”


Não é possível conhecer perfeitamente

um homem e o que vai no fundo de sua alma,

seus sentimentos e seus pensamentos mesmos,

antes de o vermos no exercício do poder,

senhor das leis. Se alguém, sendo o supremo guia

do Estado, não se inclina pelas decisões

melhores e, ao contrário, por algum receio

mantém cerrados os seus lábios, considero-o

e sempre o considerarei a mais ignóbil

das criaturas; e se qualquer um tiver

mais consideração por um de seus amigos

que pela pátria, esse homem eu desprezarei.”


fique insepulto o seu cadáver e o devorem

cães e aves carniceiras em nojenta cena.

São estes os meus sentimentos e jamais

concederei aos homens vis maiores honras

que as merecidas tão-somente pelos justos.”


Sede implacável com quem não bebe água!


E estou aqui, contra teu gosto e contra o meu,

pois ninguém aprecia quem dá más notícias.”


Se a Zeus ainda agrada a minha reverência,

escuta e dize aos outros guardas: juro agora

que se não descobrirdes o real autor

desse sepultamento e não o conduzirdes

à frente de meus olhos, simplesmente a morte

não há de ser pena bastante para vós;

sereis dependurados todos, inda vivos,

até que alguém confesse o crime!”


Ah! é terrível quando, embora preparado

para ser bom juiz, um homem julga mal!…”


É bom livrarmo-nos de males mas é triste

lançar amigos nossos na infelicidade.

Mas, isso tudo para mim neste momento

importa menos do que a minha salvação.”


(…) e não me pareceu

que tuas determinações tivessem força

para impor aos mortais até a obrigação

de transgredir normas divinas, não escritas,

inevitáveis; não é de hoje, não é de ontem,

é desde os tempos mais remotos que elas vigem,

sem que ninguém possa dizer quando surgiram.

E não seria por temer homem algum,

nem o mais arrogante, que me arriscaria

a ser punida pelos deuses por violá-las.

Eu já sabia que teria de morrer

(e como não?) antes até de o proclamares,

mas, se me leva a morte prematuramente,

digo que para mim só há vantagem nisso.”


Pois homem não serei – ela será o homem! –

se esta vitória lhe couber sem punição!

(…)

nem ela nem a irmã conseguirão livrar-se

do mais atroz destino, pois acuso a outra

de cúmplice na trama desse funeral.”


(…) Muitas vezes

o íntimo de quem não age retamente,

na sombra, indica a traição antes do feito.”


CREONTE

Nem morto um inimigo passa a ser amigo.

ANTÍGONA

Nasci para compartilhar amor, não ódio.

CREONTE

Se tens de amar, então vai para o outro mundo,

ama os de lá. Não me governará jamais

mulher alguma enquanto eu conservar a vida!”


CREONTE

Afirmo que uma destas moças neste instante

nos revelou sua demência; a outra é insana,

sabidamente, desde o dia em que nasceu.

ISMENE

É, rei, mas a razão inata em todos nós

está sujeita a mutações nos infelizes.

CREONTE

Isto se deu com a tua, quando preferiste

ser má em companhia de pessoas más.

ISMENE

Sem ela, que prazer teria eu na vida?

CREONTE

Não digas <ela>; não existe mais.

ISMENE

Irás matar, então, a noiva de teu filho?

CREONTE

Ele pode lavrar outras terras mais férteis.

ISMENE

Isso não foi o que ele e ela pactuaram.

CREONTE

Detesto, para os filhos meus, mulheres más.”


mesmo as pessoas corajosas tentam fugir se ameaçadas pela morte.”


CORO

(…)

as gerações mais novas não resgatam

as gerações passadas. Um dos deuses

agarra-se insaciável a elas todas

e as aniquila; não há salvação.

O pálido lampejo de esperança

que sobre o último rebento de Édipo

surgira, esvai-se agora na poeira

dos deuses infernais, ensangüentada

pelo arrebatamento das palavras

e por corações cheios de furor.

Que orgulho humano, Zeus, será capaz

de opor limites ao poder só teu,

que nem o Sono precursor do fim

de todos vence, nem o perpassar

infatigável do tempo divino?¹

Governas o fulgor maravilhoso

do Olimpo como soberano único,

imune ao tempo que envelhece tudo.

E no porvir, tal como no passado

a lei para os mortais será mantida:

nada haverá de realmente grande

em suas vidas sem desgraças juntas.

É um conforto para muitos homens

a instável esperança; para outros

é uma ilusão de seus desejos frívolos

insinuando-se junto aos ingênuos

até que aos pés lhes chegue o fogo ardente.

Pois com sabedoria alguém falou

as célebres palavras: <cedo ou tarde,

o mal parecerá um bem àquele

que os deuses resolveram desgraçar>.

¹ No original: divinos meses.”


Desejam para isso os homens em seus lares

crianças obedientes que eles engendraram

para mais tarde devolver aos inimigos

dos pais o mal que lhes fizeram, e também

honrar, como seus pais honraram, os amigos.

Mas, de quem teve apenas filhos imprestáveis,

só poderíamos dizer que semeou

muitos motivos de aflição para si mesmo

e muitas gargalhadas para os inimigos.

Jamais deves perder o senso, filho meu,

pela volúpia de prazeres, por mulheres,

ciente de que tal satisfação esfria

quando a mulher com quem convives é perversa.

Existirá, então, ferida mais pungente

que uma esposa má? Deves repudiá-la

como inimiga; deixa a moça desposar

alguém lá no outro mundo. (…)

Mas a anarquia é o mal pior;

é perdição para a cidade e faz desertos

onde existiam lares; ela é causadora

de defecções entre as fileiras aliadas,

levando-as à derrota. A submissão, porém,

é a salvação da maioria bem-mandada.

Devemos apoiar, portanto, a boa ordem,

não permitindo que nos vença uma mulher.

Se fosse inevitável, mal menor seria

cair vencido por um homem, escapando

à triste fama de mais fraco que as mulheres!


HÊMON

(…)

o teu cenho inspirador de medo impede

os homens simples de pronunciar palavras

que firam teus ouvidos. Eu, porém, na sombra,

ouço o murmúrio, escuto as queixas da cidade

por causa dessa moça: <Nenhuma mulher>,

comentam, <mereceu jamais menos que ela

<essa condenação – nenhuma, em tempo algum,

<terá por feitos tão gloriosos quanto os dela

<sofrido morte mais ignóbil; ela que,

<quando em sangrento embate seu irmão morreu

<não o deixou sem sepultura, para pasto

<de carniceiros cães ou aves de rapina,

<não merece, ao contrário, um áureo galardão?>

Este é o rumor obscuro ouvido pelas ruas.

Com relação a mim, meu pai, nenhum dos bens

é mais precioso que tua satisfação.

(…)

Não tenhas, pois, um sentimento só, nem penses

que só tua palavra e mais nenhuma outra

é certa, pois se um homem julga que só ele

é ponderado e sem rival no pensamento

e nas palavras, em seu íntimo é um fútil.

Não há vergonha alguma, mesmo sendo sábio,

em aprender cada vez mais, sem presunções.

Não vês, ao lado das torrentes engrossadas

pelas tormentas, como as árvores flexíveis

salvam-se inteiras, e as que não podem dobrar-se

são arrancadas com a raiz? Da mesma forma,

aquele que mantém as cordas do velame

Sempre esticadas, sem às vezes afrouxá-las,

faz emborcar a nau e finaliza a viagem

com a quilha para cima.”


CREONTE

Posso, na minha idade, receber lições

de sensatez de alguém da natureza dele?

HÊMON

Se houver razões. Sou jovem? Olha mais, então,

para os meus atos que para os meus poucos anos.

(…)

CREONTE

Discutes com teu pai, pior das criaturas?

HÊMON

Porque agindo assim ofendes a justiça.

CREONTE

Ofendo-a por impor respeito ao meu poder?

HÊMON

Tu mesmo o desrespeitas ultrajando os deuses.

CREONTE

Caráter sórdido, submisso a uma mulher!

HÊMON

Não me verás submisso diante de baixezas!

CREONTE

A tua fala toda, ao menos, é por ela!

HÊMON

Por ti, por mim e pelos deuses dos finados!

CREONTE

Jamais te casarás com ela ainda viva!

HÊMON

Pois ela morrerá levando alguém na morte!

CREONTE

O atrevimento leva-te a tais ameaças?

HÊMON

É atrevimento refutar idéias vãs?

CREONTE

Chorando aprenderás que vão é o teu saber!

HÊMON

Queres falar apenas, sem ouvir respostas?

CREONTE

Não tagareles tanto, escravo de mulher!

HÊMON

Não fosses tu meu pai, dir-te-ia um insensato!

CREONTE

Isto é verdade? Pelos céus, fica sabendo:

essas censuras torpes não te alegrarão!”


O apedrejamento é um ato puro, pois não se maculam as mãos tocando-se no criminoso:

Acaso não sabeis que hinos e lamúrias

na hora de morrer jamais acabariam

se houvesse o mínimo proveito em entoá-los?

Ides, ou não, levá-la imediatamente?

E quando a houverdes encerrado, como eu disse,

em sua cavernosa sepultura, só,

abandonada para, se quiser, morrer

ou enterrar-se ainda viva em tal abrigo,

estarão puras nossas mãos: não tocarão

nesta donzela. Mas há uma coisa certa:

ela será privada para todo o sempre

da convivência com habitantes deste mundo.”


Nossos altares todos e o fogo sagrado

estão poluídos por carniça do cadáver

do desditoso filho de Édipo, espalhada

pelas aves e pelos cães; por isso os deuses

já não escutam nossas preces nem aceitam

os nossos sacrifícios, nem sequer as chamas

das coxas; nem os pássaros dão sinais claros

com seus gritos estrídulos, pois já provaram

gordura e sangue de homem podre. Pensa, então,

em tudo isso, filho. Os homens todos erram

mas quem comete um erro não é insensato,

nem sofre pelo mal que fez, se o remedia

em vez de preferir mostrar-se inabalável;

de fato, a intransigência leva à estupidez.

Cede ao defunto, então! Não firas um cadáver!

Matar de novo um morto é prova de coragem?”


negociai, se for vossa vontade,

o electro lá de Sardes¹ ou da Índia o ouro,

mas aquele cadáver não enterrareis;

nem se quiserem as próprias águias de Zeus

levar pedaços de carniça até seu trono,

nem mesmo por temor de tal profanação

concordaria eu com o funeral, pois sei

que homem nenhum consegue profanar os deuses.

Mostram sua vileza os homens mais astutos,

velho Tirésias, ao tentar dissimular

pensamentos indignos com belas palavras,

preocupados tão-somente com mais lucros.

¹ Suntuosa capital da Lídia”


Ceder é duro, mas só por intransigência deixar que a cólera me arruíne, é também duro.”


1º MENSAGEIRO

Hêmon morreu; matou-o mão ligada a ele.

CORIFEU

A mão paterna? Ou terá sido a dele mesmo?

1º MENSAGEIRO

Foi ele, em fúria contra o crime de seu pai.

CORIFEU

Ah! Adivinho! Era verdade o que dizias!

1º MENSAGEIRO

Isso é passado. Cumpre-nos pensar no resto.

CORIFEU

Mas, vejo aproximar-se a infeliz Eurídice,

esposa de Creonte; ela vem do palácio

para saber do filho, ou, talvez, por acaso.”


vimos pendente a moça, estrangulada em laço

improvisado com seu próprio véu de linho;

Hêmon, cingindo-a num desesperado abraço

estreitamente, lamentava a prometida

que vinha de perder, levada pela morte,

e os atos de seu pai, e as malsinadas núpcias.

Quando este o viu, entre gemidos horrorosos

aproximou-se dele e com a voz compungida

chamou-o: <Ah! Infeliz! Que estás fazendo aí?

<Que idéia te ocorreu? Qual a calamidade

<que assim te faz perder o senso? Sai, meu filho!

<Eu te suplico! Imploro!> O moço, todavia,

olhando-o com expressão feroz, sem responder

cuspiu-lhe em pleno rosto e o atacou sacando

a espada de dois gumes; mas o pai desviou-se

e recuou, fazendo-o errar o golpe; então,

com raiva de si mesmo, o desditoso filho

com todo o peso de seu corpo se deitou

sobre a aguçada espada que lhe traspassou

o próprio flanco; no momento derradeiro

de lucidez, inda enlaçou a virgem morta

num languescente abraço, e em golfadas súbitas

lançou em suas faces lívidas um jato

impetuoso e rubro de abundante sangue.

E jazem lado a lado agora morto e morta,

cumprindo os ritos nupciais – ah! infelizes! –

não nesta vida, mas lá na mansão da Morte,

mostrando aos homens que, dos defeitos humanos,

a irreflexão é incontestavelmente o máximo.”


Não sei… Silêncios excessivos me parecem

tão graves quanto o exagerado, inútil pranto.”


É o fim sangrento de minha mulher,

caída nesta sucessão de mortes?”


Levai-me imediatamente, escravos,

para bem longe, pois não sou mais nada!”


A desmedida empáfia nas palavras

reverte em desmedidos golpes

contra os soberbos que, já na velhice,

aprendem afinal prudência.

FIM”


Notas (quando não-incluídas nos fragmentos acima):

Destaca-se em todas as tragédias de Sófocles a extrema religiosidade do autor, e seu respeito irrestrito às crenças tradicionais, inclusive aos oráculos.” Dá para perceber.

* * *

PREFÁCIO

Sófocles nasceu no ano de 496 a.C. em Colono, um subúrbio de Atenas.

Em 468, portanto aos 28 anos de idade, obteve sua primeira vitória num concurso trágico em que venceu Ésquilo, o mais velho dos três grandes tragediógrafos da Grécia clássica.

Durante sua longa vida Sófocles presenciou a expansão do império ateniense, seu apogeu com Péricles e finalmente sua decadência após a derrota na Sicília durante a Guerra do Peloponeso.

(…)

Sófocles compôs aproximadamente 123 peças teatrais e obteve 24 vitórias nos concursos trágicos; isto significa que 76 de suas obras foram premiadas; nos outros concursos de que participou obteve o segundo lugar, feitos jamais igualados na história literária de Atenas.

Desta vasta produção chegaram até nossos dias 7 tragédias completas (Aias, Antígona, Édipo Rei, Traquínias, Electra, Filoctetes¹ e Édipo em Colono), um drama satírico incompleto (Os Sabujos) e numerosos fragmentos de peças perdidas, conservados em obras de autores posteriores (páginas 131 a 360 dos Tragicorum Graecorum Fragmenta editados por Nauck).

¹ [Em vermelho as que ainda não li. (2023)]

½ MALDIÇÃO: “Laio (Laios), filho de Lábdaco (Lábdacos) nutrira em sua juventude uma paixão mórbida por Crísipo (Crísipos), filho de Pélops, inaugurando assim, segundo alguns autores gregos, os amores homossexuais. Laio raptou Crísipo e foi amaldiçoado por Pélops, que desejou a Laio o castigo de morrer sem deixar descendentes.”

O autor, com seu senso estético extraordinário, deve ter intuído que somente um tratamento artístico adequado evitaria que a peça descambasse para o escabroso.”

De fato, o Édipo em Colono é uma peça prolixa (o mais longo de todos os dramas gregos conservados) e às vezes até repetitiva, mas, embora lhe faltem a severidade e a concentração do Édipo Rei e mesmo da Antígona, ainda assim não desmerece a genialidade de Sófocles. Com efeito, no Édipo em Colono o poeta usa mais os meios externos para produzir piedade e temor, e recorre mais obviamente a efeitos visuais e auditivos, passando a ser, em linguagem moderna, mais melodramático e menos trágico.”

O tema principal da Antígona é um choque do direito natural, defendido pela heroína, com o direito positivo, representado por Creonte. Ao longo da peça, porém, surgem ainda os temas do amor, que leva Hêmon (filho de Creonte) ao suicídio; do orgulho, que leva Creonte ao desespero; do protesto dos jovens contra a prepotência dos pais.” O tema principal é a tirania despótica e o vislumbre do papel social cada vez mais relevante da mulher.

CRÍTON OU DO DEVER

Tradução de “PLATÓN. Obras Completas (trad. espanhola do grego de Patricio de Azcárate, 1875), Ed. Epicureum (digital)”.

“Durante o longo tempo que aqui estou, me admirei de te ver dormir um sono tão tranqüilo, e não quis despertar-te, de propósito, para que gozasses de tão belos momentos. Na verdade, Sócrates, desde que te conheço me encantei de teu caráter, mas jamais tanto como na presente desgraça, que suportas com tanta doçura e tranqüilidade.”

“amanhã, Sócrates, terás de deixar de existir.”

“Oxalá, Críton, o povo fosse capaz de cometer os maiores males, porque desta maneira seria também capaz de fazer os maiores bens.”

“No entanto, não canso de dizer publicamente que é permitido a cada um em particular, depois de ter examinado as leis e os costumes da república, se não estiver satisfeito, retirar-se até onde queira com todos os seus bens. (…) Jamais houve espetáculo que te tenha obrigado a sair desta cidade, salvo uma vez quando foste a Corinto para ver os jogos [de Netuno]; jamais saíste a não ser para expedições militares; jamais empreendeste viagens, como é costume entre os cidadãos; jamais tiveste a curiosidade de visitar outras cidades, nem de conhecer outras leis; tão apaixonado foste por esta cidade, e tão decidido a viver segundo nossas máximas, que aqui tiveste filhos, testemunho patente de que vivias comprazido nela. (…) Tu não preferiste nem a Lacedemônia [Esparta], nem Creta, cujas leis foram constantemente um objeto de louvor em tua boca, nem tampouco deste esta preferência a nenhuma das outras cidades da Grécia ou dos países estrangeiros. (…) Se te retiras a alguma cidade vizinha, a Tebas ou Mégara, como são cidades muito bem-governadas, serás visto ali como um inimigo (…) Terias necessidade de sair imediatamente dessas cidades cultas, e irias a Tessália à casa dos amigos de Críton, a Tessália onde reina mais a libertinagem que a ordem¹ (…) Porém se morres, morrerás vítima da injustiça, não das leis, senão dos homens; em compensação, se sais daqui vergonhosamente, devolvendo injustiça com injustiça, mal por mal, faltarás ao pacto que te liga a mim, prejudicarás uma porção de gentes que não deviam esperá-lo de ti; te prejudicarás a ti mesmo, a mim, a teus amigos, à tua pátria. Eu serei teu inimigo enquanto viver, e quando tiveres morrido, nossas irmãs, as leis que regem nos infernos, não te receberão indubitavelmente com muito prestígio, sabendo que fizeste todos os esforços possíveis para arruinar-me” Por este longo trecho inteiro quem discorre é Sócrates, como que simulando o ponto de vista de seu interlocutor, ou seja, comentando a própria vida em terceira pessoa. E, acerca do conteúdo, Cristo leu Platão, não tenhais dúvida!

¹ “A Tessália era um país onde reinavam a licença e a corrupção, daí que Xenofonte observe que ali foi onde [o tirano] Crítias se perdeu.”

KANTLESVANIA III: A CRÍTICA DA ÚLTIMA CRÍTICA (IMMANUEL & RAFAEL)

KANT’S CRITIQUE OF JUDGEMENT – A CRÍTICA DA FACULDADE DE JULGAR de KANT (tradução do Inglês de trechos selecionados)

27/06/2017 – 03/11/2017

DICIONÁRIO DE TERMOS RECORRENTES DO KANTISMO NO ALEMÃO:(*)

Anschauung: intuição (imediata)

Begehr: desejo

Bestimmen: determinação (no sentido da determinabilidade, a possibilidade de definir e precisar, fazer a abstração ou conceituação -mediação- de algo, etc.)

darstellen: apresentar

Gebiet: reino

Gegenstand: coisa, objeto = ZEUG, DING, SACHE

Geniessen: prazer

Geschmack: gosto

Gesetzmässigkeit: conformidade à regra (ou à média)

Gewalt: autoridade

Glaube: fé

Grundratz: princípio fundamental, tópico frasal

Hang: inclinação = NEIGUNG

Leidenschaft: paixão

Lust: prazer, vontade

Reiz: charme

Rührung: emoção

Schein: ilusão

Schranke: limite (Schrank é armário – Em que guarda-roupa guarda seus limites, sr. guarda? – Aguardo uma resposta que (a)guarde na memória.)

Schwärmerei: fanatismo (Schwärm: de massa | Erei: artifício)

Seele: alma (//Neon Genesis Evangelion)

überreden: persuadir (Da raiz über, sobre + reden, conversar, i.e., sobrepassar na/pela conversa.)

überzeugen: convencer

Unlust: dor, desprazer

Verbindung: combinação

Vernünftelei: sofismaria, sofistaria, sutileza ilusória, chicana (Da raiz Vernunft, bom senso)

Zufriedenheit: contentamento, felicidade

Zweck|mässig|keit: propositividade (literalmente: a propriedade daquilo que é um meio, mässig, para um fim, Zweck)

(*) Sobre o nome próprio do autor, uma curiosidade: Immanuel: Emanuel, Deus-conosco


DICIONÁRIO DO LATIM

parerga: ornamento


PREFÁCIO DE J.H. BERNARD (tradutor inglês) (1892)

<Acima de tudo,> dizia Schopenhauer, <meus caros jovens perseguidores da verdade, não deixem que nossos professores lhes digam o que está contido na Crítica da Razão Pura>”

Possivelmente a razão de seu negligenciamento comparativo repousa em seu estilo repulsivo. Kant nunca cuidou do estilo, e em seus anos finais foi se vendo seduzido mais e mais por essas tecnicalidades e distinções refinadas que afastam tantos da Filosofia Crítica mesmo em suas seções primárias.” “O pegajoso pecado da supra-tecnicalidade de Kant é especialmente conspícuo nesse tratado.” “Argumentos são repetidos de novo e de novo até o cansaço; e quando a atenção do leitor já sucumbiu, e ele passa os olhos contrariado até o fim da página, algum ponto importante é introduzido sem ênfase alguma, como se o autor estivesse realmente ansioso para reter o significado apenas para si, custasse o que custasse. Um livro escrito assim raramente atrai a atenção de um círculo abrangente de leitores. Ainda assim, não só Goethe o enaltecia, como ele recebeu atenção em grande medida na França e na Alemanha logo na primeira edição. Publicado originalmente em Berlim em 1790, uma segunda edição foi lançada em 1793; e uma tradução francesa foi providenciada por Imhoff em 1796. Outras versões francesas são a de Keratry & Weyland em 1823 e a de Barni em 1846. (…) A existência dessas versões francesas, quando contrastada com a ausência até há bem pouco tempo de qualquer esforço sistemático para trazer a Crítica do Juízo para o Inglês, talvez seja explicada pelo vivo interesse presente no continente em Filosofia da Arte, no começo do século XIX; paralelamente, o estudo científico da questão recebeu pouca atenção na Inglaterra durante o mesmo período.”

Conhecimento [Knowledge], sentimento, desejo, são estes os três modos definitivos da consciência, dos quais o segundo não foi ainda descrito. E quando os comparamos com a divisão tríplice e ancestral da lógica aristotélica, notamos um paralelismo significativo. O Entendimento [Understanding] é a faculdade par excellence do conhecimento, e a Razão a faculdade do desejo (esse tema é desenvolvido nas duas primeiras Críticas kantianas).” “É um curioso paralelo literário que Santo Agostinho insinue (Confissões iv. 15) que ele escrevera um livro, De Pulchro et Apto [Do Belo e de sua Adequação], no qual combinava essas categorias aparentemente distintas.” “Ele cita o Tratado sobre o Sublime e o Belo, de Burke, favoravelmente; livro acessível a ele em tradução alemã; mas toma o cuidado de assinalar que é como psicologia, e não filosofia, que o trabalho de Burke tem valor. Ele provavelmente leu, em acréscimo, a Investigação de Hutcheson, que também ganhou tradução para o alemão; este autor dominava as opiniões de Hume. De outros escritores no Belo, ele só nomeia Batteux e Lessing.” “Ao que parece, não obstante, ele não chegou a conhecer o livro-texto na matéria, a Poética de Aristóteles, cujos princípios Lessing declarou tão exatos como os de Euclides.”

A análise do Sublime que segue à do Belo é interessante e profunda; com efeito, Schopenhauer a via como a melhor parte da Crítica do Juízo Estético.” Viagens [Voyages dans les Alpes] de De Saussure, o poema Os Alpes [Die Alpen] de Haller e esse trabalho de Kant demarcam o começo de uma nova época na forma de entender o sublime e o terrível na natureza.” “De fato, quando Kant fala em Pintura ou Música não é muito proveitoso” “A Arte difere da Ciência pela ausência de conceitos definidos na cabeça do artista. O grande artista raramente pode comunicar seus métodos; não pode nem mesmo formulá-los para si mesmo. Poeta nascitur, non fit [os poetas nascem, não se fazem]; e o mesmo é verdadeiro para todas as formas de belas-artes. O gênio, em síntese, a faculdade de apresentar Idéias estéticas; uma Idéia estética sendo uma intuição da Imaginação, à qual não se adéqua qualquer conceito.” Este parágrafo poderia ter poupado Kant de escrever cerca de 150 páginas…

A distinção entre a <Técnica> da natureza ou a operação propositiva, e o Mecanismo da natureza é fundamental para a explicação da lei natural. A linguagem da biologia mostra eloqüentemente a impossibilidade de eliminar pelo menos a idéia de propósito de nossas investigações acerca dos fenômenos da vida, crescimento e reprodução.” “Uma doutrina, como a de Epicuro, em que todo fenômeno natural é tratado como o resultado de um deslizar cego de átomos segundo leis puramente mecânicas, não explica mesmo nada” Super-estilização de Epicuro.

SOLIPSISMUS NEVER ENDS: “a forma mais razoável de explicar o comportamento dos outros homens ser tão similar ao nosso mesmo é supor que eles têm mentes como as nossas, que eles são dotados de uma faculdade ativa e espontaneamente energizante, que é o assento de sua personalidade. Porém, é instrutivo observar que nem por princípios kantianos nem por quaisquer outros podemos demonstrar essa explicação” “Ora, é aparente que, como foi demarcado, até mesmo quando inferimos a existência de outra mente finita a partir de determinadas operações, estamos fazendo uma inferência sobre algo que é tão misterioso e incógnito (um x) quanto algo pode ser. A mente não é algo que esteja sob o império das leis e das condições do mundo dos sentidos; ela está <no mundo mas não é do mundo.>¹ Logo, inferir a existência da mente de qualquer indivíduo exceto eu mesmo é um tipo de inferência bem diferente de, por exemplo, assumir a presença de eletromagnetismo num determinado campo.” “Kant, entretanto, na Crítica do Juízo, está, tristemente, agrilhoado pelas correntes que ele mesmo forjara, e resvala freqüentemente nessas mesmas restrições auto-impostas. Ele expõe, várias vezes, pontos de vista mais elevados que os da Crítica da Razão Pura, da qual pode-se perfeitamente contemplar os fenômenos da vida e da mente, sem contradição.” <K. me parece,> diz Goethe, <ter costurado um certo elemento de ironia em seu método. Isso porque, enquanto em alguns momentos ele parecia inclinado a limitar nossas faculdades do entendimento aos limites mais estreitos, noutros ele apontava, como que num aceno disfarçado, para além dos limites que ele mesmo havia configurado.>”²

¹ Heidegger in a nutshell.

² O “erro” (muito forçadamente assim denomino: em verdade, característica) de todo grande filósofo (vd. Platão &al.)

Wer Gott nich fühlt in sich und allen Lebenskreisen,

Dem werdet Ihr Ihn nicht beweisen mit Beweisen

RASCUNHO DO PROCESSO DE TRADUÇÃO DOS VERSOS GOETHIANOS NO ORIGINAL:

I

Aquilo que Deus não sente em Si e em todo o ciclo vital,

Não Lhe será provado com Provas.

II

Aquilo que Deus não sente em Si e em todo o ciclo vital, ser-Lhe-á impossível provar.

III

O que Deus não pode provar nem em si nem no ciclo da vida como um todo, ninguém o pode.


IV (2022)

O que se sente é impassível de conceituar.


Doktor Schmerz

Padre Pain

Pe. Sar

What would you understand by “[square brackets]”?


LIVRO P.D.

A Filosofia é corretamente dividida em 2 partes, bem distintas em seus princípios; a parte teorética ou Filosofia Natural, e a parte prática ou Filosofia Moral (pois este é o nome concedido à legislação prática da Razão em consonância com o conceito de liberdade).”

a descoberta de que duas ou mais leis da natureza heterogêneas podem ser combinadas sob um princípio compreendendo a ambas, é terreno do mais marcado prazer, mesmo de uma admiração, que não cessa, muito embora nos familiarizemos com seus objetos. Não mais encontramos este prazer, é verdade, na compreensibilidade da natureza e na unidade de suas divisões em gêneros e espécies, mediante as quais são possíveis todos os conceitos empíricos, que [por sua vez] nos permitem conhecer as leis particulares [dos gêneros e espécies]. Mas este prazer decerto esteve aí há um tempo, e é somente porque a experiência mais comum seria impossível sem ele que ele passa a ser gradualmente confundido com a mera cognição e não chama mais a atenção para si.” Síndrome de Hawking (não saber a hora de parar)

Na outra mão, uma representação da natureza que nos dissesse de antemão que na menor investigação para além da experiência mais comum deparar-nos-íamos com uma heterogeneidade em suas leis, desagradaria de todo. [Essa heterogeneidade] faria a união de suas leis particulares sob leis empíricas universais coisa impossível para nosso Entendimento. Tal possibilidade contradiria o princípio da especificação subjetivo-propositiva da natureza em seus gêneros, e também [contradiria o princípio d]o nosso Juízo Reflexivo com respeito a semelhante princípio.” Assinado: o homem partícula-e-luz onda-e-matéria relação-e-Ding-an-sich

se nos dissessem que um conhecimento mais abrangente e profundo da natureza derivado da observação necessariamente conduz, por fim, a uma variedade de leis, que nenhum Entendimento humano poderia reduzir a um princípio, devíamos aquiescer de uma vez por todas.” Foi de fato o que aconteceu na história das idéias. Lide com isso!

aquiescer? aqui é ser! e aí?!

dizem que a fome é o melhor tempero”

o modelo mais elevado, o arquétipo do gosto, é uma mera Idéia, que cada um deve produzir dentro de si mesmo” “O único ser que possui o propósito de sua existência em si mesmo é o homem, que pode determinar seus propósitos pela Razão” Não, nem mesmo ele! “é só a humanidade em pessoa, como uma inteligência, que é suscetível do Ideal da perfeição.”

Todo mundo já viu mil homens totalmente crescidos. Agora caso se deseje ajuizar do seu tamanho típico, estimando-o por meio de comparações, a Imaginação (como eu penso) permite que um grande número de imagens (talvez mesmo todas as mil) recaia numa só. Se me é permitido aqui aderir à analogia da apresentação ótica, é no espaço onde a maioria dessas imagens de homens é combinada e dentro dos contornos, onde o lugar é iluminado com as cores mais vívidas, que o tamanho médio é cognoscível.” “(Podemos chegar à mesma coisa mecanicamente, ao somar todas as mil magnitudes, alturas, larguras, e grossuras, e dividir a soma por mil. Mas a Imaginação o faz via um efeito dinâmico, que advém das várias impressões de tais figuras no órgão do sentido interno.) Se, da mesma forma, procuramos para o homem médio a cabeça média, para essa cabeça o nariz médio, etc., essa imagem está na base da Idéia normal do país onde a comparação é instituída. Logo, necessariamente, sob estas condições empíricas, um negro deve ter uma Idéia normal da beleza da figura humana diferente da de um homem branco, um mandarim uma Idéia diferente de um europeu, etc. E o mesmo se aplica ao modelo de beleza de um cavalo ou cachorro (de tal raça).” “É a imagem de toda a raça, que flutua entre as mais variadas e díspares intuições dos indivíduos, que a natureza toma como arquétipo em suas produções congêneres, [imagem] que nunca dá a impressão de ser consumada por inteiro em qualquer caso particular.”

doriforo

o celebrado Doryphorus de Policleto”

[Nota do tradutor inglês] Policleto de Argos tornou-se conhecido por volta de 430 a.C. Sua estátua do Spearbearer [Doríforo] foi consagrada posteriormente como o Cânon; a razão é que nela o artista teria encorpado a representação perfeita do ideal da figura humana.”

A expressão visível das Idéias morais que governam os homens desde dentro só pode, de fato, ser retirada da experiência; mas para estabelecer sua conexão com tudo que nossa Razão congrega ao moralmente bom na Idéia da mais elevada propositividade, – bondade de coração, pureza, força, paz, etc., – visível como se estivesse corporalmente manifestado (como o efeito daquilo que é interior), requer-se uma união de Idéias da Razão puras com um grande poder imaginativo, também naquele que deseja ajuizá-la, mas principalmente naquele que deseja apresentá-la.”

sensus communis”

Cognições e juízos devem, juntos com a convicção que os acompanha, admitir a comunicabilidade universal; pois do contrário não haveria harmonia entre ambos e o Objeto, e eles seriam, coletivamente, mero jogo subjetivo dos poderes representativos, exatamente como o ceticismo interpretaria.” Bingo

se no juízo do gosto a Imaginação deve ser considerada em sua liberdade, ela não é, primeiramente, entendida como reprodutora, enquanto objeto das leis de associação, mas como produtora e espontânea (enquanto autora de formas arbitrárias de intuições possíveis).”

Toda regularidade rígida (como a que se aproxima ao máximo da regularidade matemática) tem algo de repugnante ao gosto; nosso entretenimento em sua contemplação quase não dura, aliás, pelo contrário, desde que ele não aspira explicitamente à cognição ou a um propósito prático definido, se converte em cansaço.”

o cantar dos pássaros, que não subscrevemos a nenhuma regra, aparenta mais liberdade, e conseqüentemente mais gosto, que uma composição de um ser humano produzida de acordo com todas as regras da Música; nos cansamos muito rapidamente dessas últimas, no caso de repetição freqüente e extensiva. Aqui, entretanto, nós provavelmente confundimos nossa participação na alegria de uma criaturinha que amamos com a beleza de sua canção; porque se ela fosse repetida ipsis literis pelo homem (como se consegue fazer, efetivamente, com as notas do rouxinol) soaria um tanto despida de gosto para nossos ouvidos.”

O Belo na natureza está conectado à forma do objeto, que consiste em ter limites. O Sublime, na contra-mão, é achado num objeto sem forma, contanto que nele ou em virtude dele a ilimitabilidade esteja representada, e ainda assim sua totalidade esteja presente ao pensamento.” “percebemos então que exprimimo-nos incorretamente se chamamos sublime qualquer objeto da natureza, não obstante possamos, com acerto, designar belos muitos objetos da natureza.” “o imenso oceano, agitado pela tempestade, não pode ser chamado de sublime.” “Pelo princípio da propositividade o nosso conceito da natureza é estendido, e se o passa a ver não mais como mero mecanismo, mas como arte.” “a natureza excita as Idéias do sublime em seu caos ou em suas desordem e desolação mais irregulares e selvagens, desde que tamanho e grandeza sejam percebidos.” “o sublime é aquilo em comparação com o quê tudo o mais é pequeno.” “Dado que existe em nossa Imaginação um anseio pelo progresso infinito, e em nossa Razão uma exigência pela totalidade absoluta, enxergada como uma Idéia real, essa inadequação para essa Idéia em nossa faculdade para estimar a magnitude das coisas dos sentidos excita em nós o sentimento de uma faculdade suprassensível.” “Podemos chegar, via conceitos definidos, à grandeza de alguma coisa somente recorrendo a números, dos quais a unidade é a medida (em todos os eventos descritos por séries de números que progridem ao infinito); toda estimação lógica de magnitude que conhecemos é matemática.” “Sobre a estimativa matemática da magnitude, não há, com efeito, um máximo (uma vez que o poder dos números se estende ao infinito); porém, para sua estimativa estética sempre há um máximo, e dele posso dizer que se ele é ajuizado como a medida absoluta diante da qual não é possível subjetivamente outra maior (para o objeto ajuizado), esse máximo traz consigo a Idéia do sublime e produz aquela emoção que nenhuma estimação de sua magnitude através de números pode produzir”

[para apreciá-las corretamente] devemos nos guardar de chegar perto demais das Pirâmides assim como devemos nos guardar de nos afastar demais delas” “Não devemos exibir o sublime em produtos de arte (p.ex., prédios, pilares, etc.) em que o propósito humano determina a forma bem como o tamanho.” “Um objeto é monstruoso se pelo seu tamanho ele destrói o propósito que constitui seu conceito. Mas a mera apresentação de um conceito grande demais para qualquer apresentação é chamada colossal (tangendo ao relativamente monstruoso)”

na estimativa da magnitude pelo Entendimento (Aritmética) só chegamos a algum lugar caso levemos a compreensão das unidades no máximo até o número 10 (em se falando da escala decimal) ou até o 4 (em se falando da escala quaternária); a produção de magnitude que vai além procede por combinação ou, se o quantum é dado na intuição, por apreensão

a capacidade crua de pensar esse infinito sem contradição requer, na mente humana, uma faculdade suprassensível em si. É só através dessa faculdade e sua Idéia de um noumenon, – que não admite intuição, mas que ainda assim serve de substrato à intuição do mundo, como mero fenômeno, – que o infinito do mundo dos sentidos, na estimativa intelectual pura da magnitude, pode ser completamente compreendido sob um conceito, embora na estimativa matemática da magnitude mediante conceitos de números ele jamais possa ser completamente pensado.”

O transcendente (rumo ao qual a Imaginação é impelida em sua apreensão da intuição) é para a Imaginação como que um abismo em que ela teme se perder; mas para a Idéia racional do suprassensível não se trata do transcendente, mas de um esforço da Imaginação conforme a lei; logo, há aqui tanta atração quanto havia de repulsa pela mera Sensibilidade.”

A mensuração de um espaço (visto como apreensão) é ao mesmo tempo sua descrição, e portanto um movimento objetivo no ato da Imaginação e um progresso. Na outra mão, a compreensão do múltiplo na unidade, – não do pensamento mas da intuição, – e conseqüentemente do sucessivamente apreendido numa só olhada, é um regresso, que aniquila a condição do tempo nesse progresso da Imaginação e torna a coexistência intuível. Por conseguinte (já que a série temporal é uma condição da coerência interna de uma intuição), ela é um movimento subjetivo da Imaginação, mediante o qual faz-se uma violência à coerência interna; quão maior for o quantum do que a Imaginação compreende numa só intuição, mais noticiável ela deve ser [O HOMEM INTUITIVO OU ESPAÇO ZERO]. Assim, o esforço para receber, numa única intuição, medidas para magnitudes que requeiram um tempo apreciável de apreensão é um tipo de representação que, considerada subjetivamente, é contrária ao propósito [operação sintética – pensar nos números abstrusos de eras e de dimensões no Budismo]

a natureza pode ser encarada pelo Juízo estético como força, e conseqüentemente como dinamicamente sublime, somente enquanto for considerada um objeto de temor.” “Aquele que teme não pode formar um juízo sobre o Sublime na natureza; igualmente, quem é seduzido pela inclinação e apetite não pode formar um juízo do Belo.”

O que é, inclusive para o selvagem, objeto da maior admiração? Um homem que nada teme, não treme diante de nada, não recua perante o perigo, preferindo enfrentá-lo vigorosamente, com a máxima deliberação. Mesmo no estado civilizado mais alto essa veneração peculiar pelo soldado permanece, embora apenas sob a condição de que ele exiba todas as virtudes da paz, gentileza, compaixão, e mesmo uma saudável precaução consigo próprio; porque mesmo através desta reconhece-se a mente de alguém que não se curva aos perigos.” “A própria guerra possui algo de sublime em si, e dá à disposição das pessoas que a conduzem um aspecto especialmente sublime” “uma paz prolongada traz à tona um espírito de comércio predominante, e junto consigo o egoísmo vil, a covardia, a efeminação, além de minar a disposição das pessoas.”

Geralmente, na religião, a prostração, a adoração de cabeça baixa, com voz e modos contritos e ansiosos, são os únicos comportamentos aceitáveis em presença da divindade” “Assim, a religião se distingue essencialmente da superstição. A última empresta à mente não a reverência pelo Sublime, mas o temor e a apreensão do Ser todo-poderoso a quem o homem amedrontado sente-se sujeito, sem por isso O dotar de grande estima. Disso nada pode resultar além da busca por obsequiar e bajular”

Quanto ao sentimento de prazer, um objeto pode ser classificado como prazeroso, ou belo, ou sublime, ou bom (absolutamente), (jucundum, pulchrum, sublime, honestum).”

solidões na penumbra profunda que dispõem a meditações melancólicas – tal, na segurança em que sabemos nos encontrar, não é medo de fato, mas só um ensaio de sentir medo com o auxílio da Imaginação”

Se chamamos a vista do firmamento reluzente de sublime, não devemos situar na base de nosso juízo conceitos de mundos habitados por seres racionais, e olhar os pontos brilhantes, com os quais vemos preenchido o espaço acima de nós, como seus sóis que se movem em círculos propositivamente fixados com referência a eles; devemos, do contrário, olhar tal espaço apenas como o vemos, como um umbral distante que tudo envolve. Só sob essa representação podemos alcançar essa sublimidade que um juízo estético puro delimita a esse objeto.”

Mas (o que parece estranho) a ausência de afecção (apatheia, phlegma in significatu bono) numa mente que segue vigorosamente seus princípios inalteráveis é sublime” “Toda afecção do tipo ESTRÊNUO (p.ex. que excita a consciência de nossos poderes a superar todo obstáculo – animi strenui) é esteticamente sublime, e.g. ira, mesmo desespero (i.e. o desespero da indignação, não o da fraqueza de espírito).”

essa falsa modéstia que fixa a única maneira de agradar ao Ser Supremo em auto-depreciações, em lastimosos queixumes hipócritas e em estados mentais meramente passivos – tudo isso em nada é compatível com qualquer quadro mental passível de ser contado como belo, muito menos como sublime.”

Muitos homens acreditam-se edificados após um sermão, quando na verdade não há edificação alguma (nenhum sistema de boas máximas); ou aperfeiçoados por uma tragédia, quando na realidade estão apenas agradecidos com o fim de seu ennui.”

Indignação na forma de fúria é uma afecção, porém sob a forma de ódio (vingança) é uma paixão. A última não pode jamais ser chamada de sublime; porque enquanto na afecção a liberdade da mente é prejudicada, na paixão ela é abolida. Para um desenvolvimento completo, ver Metaphysical Elements of Ethics [Metafísica dos Costumes, aparentemente, o que vem a ser uma péssima tradução oficial!], §XVI” Ver se Fundamentação da Metafísica dos Costumes é um prelúdio (outro livro completamente distinto) ou apenas uma tradução alternativa – R: Fundamentação/Introdução e a Metafísica dos C. em si são realmente dois livros diferentes, assim como no caso dos Prolegômenos e da Crítica da Razão Prática p.d..

Quiçá não haja passagem mais sublime na Lei Judaica que o comando, Tu não deves forjar para ti imagens de ídolos, seja à semelhança de qualquer coisa que exista no céu ou sobre a terra ou debaixo da terra, etc. Esse comando sozinho pode explicar o entusiasmo que os judeus sentiam pela sua religião em seu período moral, quando se comparavam a outros povos; ou explicar o orgulho que o Maometismo inspira.” “onde os sentidos não vêem mais nada diante de si, e a inegável e indelével Idéia de moralidade permanece, seria preferível moderar o ímpeto de uma Imaginação sem-limites, a fim de refrear seu entusiasmo, por medo da impotência dessas Idéias, a caçar fomento para elas em imagens e rituais infantis.”

o fanatismo, que é uma ilusão de que podemos nos condicionar a ver algo além de todos os limites da sensibilidade “o entusiasmo é comparável à loucura, o fanatismo é comparável à monomania [monovânia]” “No entusiasmo, visto como uma afecção, a Imaginação não tem rédeas; no fanatismo, visto como uma paixão inveterada e arraigada, não tem regras.”

a separação de toda a sociedade é olhada como sublime, se repousa em Idéias que ultrapassem todo o interesse sensível. Ser auto-suficiente, e conseqüentemente não necessitar da sociedade, sem ao mesmo tempo ser insociável, i.e. sem estar fugindo dela, é algo que tange o sublime; como é qualquer dispensa de necessidades. Porém, fugir dos homens por misantropia, porque pensamos mal deles, ou por antropofobia (timidez), porque tememo-los tais quais inimigos, é em parte odioso, em parte desprezível. Há com efeito uma misantropia (impropriamente assim chamada), para a qual a tendência aparece com a idade em muitos homens corretos; homens filantrópicos o bastante enquanto dotados de boa-fé, mas que através da longa e triste experiência perderam a satisfação para com os outros homens. Evidência disso é fornecida pela propensão à solidão, o desejo fantástico por uma habitação campestre remota, ou (no caso dos jovens) pelo sonho bucólico de passar a vida inteira com uma pequena família nalguma ilha desconhecida do resto do mundo; [haha!] um sonho do qual muitos contadores de estórias ou escritores de Robinsonadas sabem se utilizar bem. A falsidade, a ingratidão, a injustiça, a criancice dos propósitos considerados por nós mesmos como importantes e grandiosos, na busca pelas quais os homens se infligem mutuamente todos os males imagináveis, são tão contraditórias à Idéia do que o homem seria se pudesse escolher, e conflitam de tal forma com nosso intenso desejo de ver a raça em melhor estado, que, a fim de que evitemos odiar a espécie (pois é o que resta ao não podermos de forma alguma amá-la), a renúncia de todos os prazeres sociais parece até um sacrifício pequeno a se fazer.”

até a depressão (não a tristeza do desânimo) pode ser considerada uma afecção robusta, se está ancorada em Idéias morais. Mas se se escora na simpatia e, como tal, é amigável, ela pertence meramente às afecções lânguidas.”

Epicuro defendia que toda gratificação ou pesar poderiam ser, em última instância, corporais, fossem advindos de representações da Imaginação ou do Entendimento; a vida sem a sensação de órgãos físicos seria meramente uma consciência da existência, sem qualquer sentimento de bem-estar ou seu contrário”

Um cheiro que um homem aprecia dá dores de cabeça a um outro.”

Um jovem poeta não se permite ser dissuadido em sua convicção de que seu poema é belo, de acordo com o julgamento do público ou de seus amigos; e se ele dá ouvido a eles, ele o faz não porque agora ele pense diferente, mas porque, embora (com referência a si mesmo) todo o público tenha falso gosto, em sua ânsia por aplauso ele vê razões para se acomodar ao erro comum (ainda que contra o seu juízo). É só mais tarde, quando seu juízo já foi afiado pela experiência, que ele voluntariamente abdica de seus primeiros ajuizamentos (…) O gosto exercitado ao máximo exige autonomia. Fazer dos juízos alheios os parâmetros sólidos de seu próprio juízo seria heteronomia.

Que nós, e acertadamente, recomendemos as obras dos antigos como modelos e chamemos seus autores <clássicos>, constituindo assim dentre os escritores uma casta de privilegiados que fornecem as leis e constituem exemplos <vivos>, isso parece indicar fontes a posteriori do gosto, e contradizer a autonomia do gosto em toda matéria. Mas ainda estamos autorizados a dizer que os velhos matemáticos, – que são considerados até o dia de hoje como modelos satisfatórios impassíveis de ser descartados dadas a profundidade e a elegância supremas de seus métodos sintéticos, – provam que nossa Razão é somente imitativa, e que não temos a faculdade de produzir, a partir dela em combinação com a intuição, provas rígidas mediante a construção de conceitos”

“Não há portanto nenhum fundamento empírico que poderia forçar um juízo do gosto para quem quer que seja.”

É fácil ver que juízos do gosto são sintéticos, porque eles vão além do conceito e mesmo além da intuição do Objeto, e acrescem a essa intuição como predicado algo que não é uma cognição, ex. um sentimento de prazer (ou dor).”

como são possíveis os juízos sintéticos a priori?”

É um juízo empírico dizer que percebo e ajuízo um objeto com prazer. Mas é um juízo a priori dizer que eu o considero belo”

o maior preconceito de todos é representar a natureza como insujeitável às regras que o Entendimento situa em sua base por meio de sua própria lei essencial, i.e., [o maior preconceito] é a superstição. A libertação da superstição é chamada iluminação

sem dúvida, no começo, só aquelas coisas que atraíam os sentidos, e.g. as cores para tingir a pele (roucou [urucum] entre os caribenhos e cinnabar [cinabre] entre os iroqueses), flores, conchas de mexilhão, lindas penas, etc., – porém, com o tempo, as mais belas formas também (e.g. nas suas canoas, nas roupas, etc.), que não trazem consigo nenhuma gratificação, ou satisfação de usufruto – eram importantes na sociedade, e eram combinadas com grande interesse. Até que, por fim, a civilização, tendo atingido seu ápice, praticamente faz disso o principal em termos de inclinações refinadas; e as sensações são entendidas como valorosas enquanto universalmente comunicáveis.”

Se um homem que tem gosto o suficiente para ajuizar sobre os produtos das Belas-Artes com máximos refinamento e acurácia deixa de bom grado os aposentos onde estão sendo expostas belezas que excitam a vaidade ou qualquer frivolidade social, e se dirige, ao invés, para o belo na Natureza a fim de encontrar, como se deve, contentamento para seu espírito numa linha de raciocínio que ele jamais poderá levar a seu término, encararemos sua escolha com veneração, e atribuir-lhe-emos uma bela alma, o que aliás nenhum connoisseur ou diletante em Arte poderá reivindicar baseado em seu interesse por objetos artísticos.” “Desta feita, se a beleza na Natureza interessa a um homem imediatamente, temos razões para atribuir-lhe, no mínimo, os pressupostos para uma boa disposição moral.”

A canção dos pássaros transporta satisfação e contentamento com a existência.”

na poesia deve haver exatidão e riqueza de linguagem, e ainda prosódia e métrica.”

Não há Ciência do Belo, só uma Crítica; e não há algo como uma Ciência bela, só bela Arte.”

[Nota do tradutor inglês – ref. p. 39 de Wallace’s Kant] Kant costumava dizer que a conversação na mesa de jantar deveria sempre atravessar esses 3 estágios – narrativa, discussão, e pilhéria; e, um tanto formal, como em tudo o mais, diz-se que ele sempre coordenava de maneira análoga e à risca os seus jantares.”

…(…e, em grandes festins, a administração da música é algo magnífico. Refere-se que o objetivo deve ser dispor à alegria o espírito dos convivas, o som tomado como mero <barulho agradável>, sem a menor atenção para a composição; e que favoreça a conversação de cada qual com seu vizinho.) A essa classe pertencem todos os divertimentos que não trazem consigo qualquer interesse além do de fazer o tempo passar imperceptivelmente.” Péssimo uso da música. Mas belo uso da música ruim, se me permitem a contemporização!

O gênio é a disposição mental inata (ingenium) mediante a qual a Natureza dá a regra da Arte.” “(1) (…) originalidade deve ser sua primeira propriedade. (2) Mas, desde o momento em que ela pode também produzir nonsense original, seus produtos devem ainda ser modelos, i.e. exemplares (…) (É provável que a palavra gênio seja derivada de genius, aquele peculiar anjo-da-guarda dado a um homem ao nascer, de cuja sugestão essas Idéias originais procedem.)

Já que o aprendizado não é mais do que imitação, significa que a maior habilidade e educabilidade (capacidade) enquanto educabilidade, não podem ser de nenhum proveito para o gênio. Ainda que um homem pense ou invente por si mesmo, e não tire apenas do que outros lhe ensinaram, mesmo que ele descubra muitas coisas em arte e em ciência, esse não é o terreno adequado para se chamar um tal (talvez grande) cérebro de gênio” “Podemos aprender prontamente tudo o que Newton estabeleceu em seu trabalho imortal sobre os Princípios da Filosofia Natural, por maior que fosse a mentalidade necessária para descobrir tudo isso; o que não podemos aprender é a escrever poesia espirituosa, não importa quão manifestos se apresentem os preceitos da arte e quão excelsos e supremos sejam seus modelos.” “Um Homero ou um Wieland [1733-1813] não podem mostrar como suas Idéias, tão ricas em imaginação e, sem detrimento nenhum disso, igualmente repletas de pensamento e lógica, aparecem concatenadas em seu pensamento, simplesmente porque eles mesmos não sabem e portanto não podem ensinar.” “A arte pára num determinado ponto; um limite é estabelecido para ela além do qual não pode ir, que aliás foi atingido presumivelmente muito tempo atrás e não pode mais ser estendido. Nunca é demais lembrar que talento artístico não pode ser comunicado; é compartilhado a cada artista imediatamente pela mão da natureza; e então morre com ele, até a natureza beneficiar alguém da mesma maneira”

As Idéias do artista excitam como as Idéias em seus pupilos se a natureza os tiver dotado com uma proporção correlata de poderes mentais. Daí que modelos de belas-artes sejam o único meio de transmitir essas Idéias à posteridade. Isso não pode ser feito via meras descrições, menos ainda no caso das artes da fala, e nesta última modelos clássicos só podem ser fornecidos em línguas antigas e mortas, preservadas hoje somente enquanto <linguagens cultivadas>.” Uma música ou um retrato podem ser descritos ainda muito melhor (embora parcamente, em relação à música ou ao retrato propriamente ditos, de uma outra ordem ou patamar) que um escritor e seus escritos. A crítica literária de um gênio que não é realizada por outro gênio é apenas detrito, posto que nenhum proveito se tira de uma análise metalingüística mirrada (o verbo ruim ou medíocre não dá conta do verbo excelente).

mentalidades estreitas acreditam que não podem se mostrar melhor como gênios inteiramente desenvolvidos do que quando se libertam das restrições de todas as regras; acreditam, com efeito, que alguém poderia proporcionar um espetáculo mais grandioso nas costas de um cavalo selvagem do que nas costas de um animal treinado.”

é bem ridículo a um homem falar e decidir como um gênio em coisas que requerem a mais cuidadosa investigação por parte da Razão. Não se sabe, aliás, de quem rir mais, se do impostor que espalha essa fumaça em torno de si a ponto de não podermos fazer dele um claro juízo e conseqüentemente usar de nossa imaginação mais adequadamente, ou do público que ingenuamente imagina que sua inabilidade para aperceber-se claramente e compreender a obra diante de si emana de novas verdades concorrendo de forma tão abundante que detalhes (definições propriamente calculadas e a examinação acurada de proposições fundamentais) não pareçam mais que insignificâncias.”

se dizemos <essa é uma mulher bonita>, não pensamos nada além disso: a natureza representa em sua figura os propósitos visados na forma de uma silhueta feminina.”

As Fúrias, doenças, as devastações da guerra, etc., podem, mesmo contempladas como calamidades, ser descritas como muito belas, e mesmo representadas numa imagem. Só há um tipo de feiúra que não pode ser representada de acordo com a natureza, sem destruir toda satisfação estética e em conseqüência a beleza artificial; i.e. aquela que excita o desgosto.”

A arte da escultura, dado que em seus produtos a arte é praticamente intercambiável com a natureza, exclui de suas criações a representação imediata de objetos feios; e.g. ela representa a morte por um gênio bonito, o espírito bélico por Marte, e permite que todas essas coisas sejam representadas somente por uma alegoria ou atributo que contenha um efeito agradável

desejamos que apontamentos formais, um tratado moral, mesmo um sermão, tenham também essa forma da bela-arte, sem que a isso o autor tenha almejado: mas nem por isso chamamos essas coisas de obras das belas-artes. (…) e em alguns trabalhos pretendentes do título de arte achamos o gênio sem o gosto, enquanto em outros achamos o gosto sem o gênio.”

Um poema pode ser muito ordenado e elegante, mas sem espírito. Uma história pode ser exata e bem-arranjada, sem espírito. (…) até de uma mulher dizemos que ela é bonita, que tem uma conversa agradável, é cortês, mas sem espírito. O que, então, queremos dizer com espírito?”

por uma Idéia estética entendo aquela representação da Imaginação que ocasiona bastantes pensamentos, sem, entretanto, qualquer pensamento definido, i.e. qualquer conceito“Devemos chamar tais representações da Imaginação Idéias, em parte porque ao menos se esforçam atrás de algo que reside além das fronteiras da experiência, e procuram, portanto, se aproximar de uma apresentação de conceitos da Razão (Idéias intelectuais), dando assim à última uma aparência de realidade objetiva

ir além dos limites da experiência (…) é, propriamente falando, na arte do poeta, que a faculdade das Idéias estéticas pode manifestar-se em toda sua dimensão. Mas essa faculdade, considerada em si mesma, é propriamente apenas um talento (da Imaginação).” “um movimento, ocasionado por uma representação, que ruma a mais pensamento do que pode ser captado pela representação ou traduzido.” “A águia de Júpiter com o relâmpago nas garras é um atributo do poderoso rei dos céus, bem como o pavão o é da magnânima rainha. Eles não representam, como atributos lógicos, o que reside em nossos conceitos da sublimidade e majestade da criação, mas algo diferente, que dá ocasião para a Imaginação se espraiar por sobre um número de representações afiliadas, que despertam mais pensamento do que pode ser exprimido num conceito determinado por palavras.”

Eu sou tudo que é, e tudo que foi e tudo que será, e nenhum mortal descobriu meu véu.”

Famosa inscrição no Templo de Ísis (Mãe-Natureza)

O que chamamos espírito: expressar o elemento inefável no estado mental implicado por uma determinada representação e fazer dele universalmente comunicável – não importa se a expressão for falada ou pintada ou esculpida – isso requer uma faculdade de agarrar a Imaginação em seu rápido e transitório jogo e de unificá-la num conceito (que é por isso mesmo original e revela uma nova regra que não teria podido ser inferida por quaisquer princípios ou exemplos precedentes)”

Uma certa audácia na expressão – e em geral um abandono e tanto das regras comuns – é-lhe bem-vinda, mas não deve ser imitada (…) [caso contrário] a carreira inimitável do seu espírito sofreria de uma precaução super-ansiosa. O Maneirismo é outro tipo de macaqueamento, viz. da mera peculiaridade (originalidade) em geral; pela qual um homem se separa tanto quanto possível de imitadores, sem no entanto possuir o talento para ser ao mesmo tempo exemplar

Abundância e originalidade de Idéias são menos necessárias à beleza que o acordo entre a Imaginação em sua liberdade e a conformidade à lei do Entendimento. Porque toda a abundância do mundo só produz, mergulhada na liberdade sem-lei, o puro nonsense.”

O gosto, como o Juízo no geral, é a disciplina (ou treinamento) do Gênio; ele prende suas asas firmemente, e o torna cultivado e polido; mas, ao mesmo tempo, dá-lhe um norte sobre aonde e quão longe poderá chegar, se é que pretende permanecer propositivo. E ao passo que o gosto traz clareza e ordem à multitude dos seus pensamentos, faz também das Idéias mais suscetíveis de ser permanente e universalmente ratificadas, passíveis de ser seguidas por outros, e cabíveis em uma cultura que visa ao progresso constante.”

Para as belas-artes, portanto, Imaginação, Entendimento, Espírito e Gosto são requisitos. [Nota (do próprio K.):] As três primeiras faculdades são reunidas em primeira instância pela quarta. Hume nos dá a entender, em sua História da Inglaterra, que embora os ingleses não sejam inferiores em suas produções a nenhum povo da Terra muito patentemente pelo que demonstram em imaginação, entendimento e espírito, enquanto considerados em separado, são, sim, inferiores aos vizinhos franceses no que se refere à união harmônica dessas propriedades. [Nota do tradutor inglês] Nas suas Observações sobre o Belo e o Sublime, §iv, Kant diz que os ingleses têm o mais agudo sentido do sublime, já os franceses do belo.”

Existem, assim, apenas três tipos de belas-artes; as da fala, as artes formativas, e a arte do jogo das sensações (como impressões sensíveis externas).” “(1) As artes da FALA são a retórica e a poesia. A Retórica é a arte de conduzir um assunto sério do Entendimento como se ele fosse mera brincadeira da Imaginação; a poesia, a arte de conduzir um livre jogo da Imaginação como se se tratara de um negócio sério do Entendimento.”

o orador, em geral, dá menos, o poeta mais, do que promete. § (2) As artes FORMATIVAS, ou aquelas mediante as quais expressão é achada para as Idéias na intuição sensível (não por representações da mera Imaginação despertadas por palavras), são ou artes da verdade sensível ou da ilusão sensível. A primeira é chamada Plástica, a última Pintura. Ambas expressam Idéias por figuras no espaço; a primeira faz figuras cognoscíveis por dois sentidos, a vista e o toque (embora pelo último não tão amplamente quando refere o belo); a última só por um, o primeiro dos dois.” “À Plástica, o primeiro tipo de bela-arte formativa, pertencem a Escultura e a Arquitetura.”

[Nota] Que a jardinagem de paisagem possa ser considerada como uma espécie de arte da pintura, em que pese apresente suas formas corporalmente, soa estranho. Mas como essa arte toma suas formas da própria natureza (árvores, arbustos, gramíneas, e flores da floresta e do campo – pelo menos à primeira instância), ela não pode ser Plástica; além do mais, como ela não possui conceito do objeto e seu propósito (como na Arquitetura) condicionando seus arranjos, mas só envolve o livre jogo da Imaginação na contemplação, ela concorda com a pintura meramente estética, já que esta última não possui temática definida (harmoniza o céu, a terra, e a água, entretendo-nos com auxílio da luz e da sombra somente). – Em geral o leitor deve encarar essa classificação como uma mera tentativa de combinar as belas-artes sob um mesmo princípio, viz. aquele da expressão das Idéias estéticas (de acordo com a analogia da fala), e não como uma análise definitiva.” Jardinagem, pfff!

evocamos casos (embora raros) de homens que com a melhor vista do mundo não conseguem distinguir as cores, e que com a audição mais afinada não conseguem distinguir tons”

A retórica pode ser combinada com uma representação pictórica de seus sujeitos e objetos em uma peça de teatro; a poesia pode ser combinada com a música numa canção, e essa, mais uma vez, com uma representação pictórica (teatral) no que vem a ser uma ópera; o jogo de sensações na música pode ser combinado com o jogo de figuras na dança, e por aí vai. Mesmo a representação do sublime, enquanto pertença à bela-arte, pode combinar com a beleza numa tragédia em verso, num poema didático, num oratorio; e nessas combinações a bela-arte é ainda mais artística.”

O elemento essencial não é o problema da sensação (charme ou emoção), que só tem a ver com o prazer; isso não deixa nada para a Idéia, e torna o espírito tosco, o objeto gradualmente repulsivo, e a mente, no que respeita a sua consciência de uma disposição que conflita com o propósito no julgamento da Razão, descontente consigo mesma e perversa.” “distrações, das que estamos mais necessitados conforme mais delas usufruímos a fim de dispersar o descontentamento da mente consigo; isso nos torna cada vez mais inúteis e cada vez mais descontentes. As belezas naturais são geralmente de grande auxílio desse ponto de vista, se nos habituamos desde cedo a observá-las e admirá-las.”

De todas as artes a poesia (que deve sua origem quase inteiramente ao gênio e que será a menos guiada por preceitos ou exemplos) mantém o primeiro posto.” A poesia fortalece a mente ao fazê-la sentir a própria faculdade – livre, espontânea e independente de determinações naturais – de considerar e julgar a natureza como um fenômeno em acordo com aspectos que ela não representa por meio da experiência nem pelos Sentidos nem o Entendimento, e por conseguinte, [a poesia também faz a mente sentir, paradoxalmente, a faculdade, antitética à primeira,] de usar [a própria poesia] em proveito do, e numa espécie de esquema objetivando ao, suprassensível.”

A retórica, desde que significa justamente a arte da persuasão, i.e. enganar por meio de uma bela apresentação (ars oratoria), e não mera elegância de palavras (eloqüência e estilo), é uma Dialética, que toma emprestado da poesia apenas o suficiente para conquistar as mentes para o lado do orador antes de que formem por si sós um julgamento, e [apenas o suficiente] para privá-los de sua liberdade”

Na poesia tudo procede com honestidade e candor.”

[Nota] A arte retórica só alcançou seu ápice, tanto em Atenas como em Roma, quando o Estado galopava rumo à ruína e o verdadeiro sentimento patriótico já havia sumido. O homem que, de posse de clarividência e intuição das coisas, tem em seu poder uma riqueza cristalina da fala, e que, com uma frutífera Imaginação capaz de representar suas Idéias, une uma simpatia vivaz ao que é verdadeiramente bom, é o vir bonus discendi peritus, o orador sem arte mas muito marcante, como Cícero declama; apesar de que ele nem sempre se mantém fiel a esse ideal.”

No charme e no movimento mental produzido pela Música, a Matemática certamente não desempenha o menor dos papéis”

impressões transitórias (…) se elas são relembradas involuntariamente pela Imaginação, são mais cansativas que prazerosas. Ademais, a Música é acompanhada por certa necessidade de urbanidade, [anacrônico] provinda do fato de que, muito devido ao caráter de seus instrumentos, ela estende suas influências para além do que é desejado (na vizinhança), [haha!] e chega a ser intrusiva, violentando a liberdade de outros que não lhe são afeitos. As Artes que prazem aos olhos não são assim; neste caso, necessitaríamos apenas virar os olhos, se nossa intenção é evitar sermos impressionados. O caso da música é quase como o do prazer derivado de um cheiro que se espalha inconfundivelmente. O homem que tira seu cachecol perfumado de dentro do bolso atrai a atenção de todos ao seu redor, mesmo contra sua vontade, e ele os força a todos, se é que se pretende respirar, [!] a apreciar aquele aroma; este hábito, portanto, já caiu fora de moda. [Nota] Aqueles que preceituam o canto de canções espirituais em orações familiares não consideram que infligem um grande sofrimento ao público por meio dessas barulhentas (e, portanto, em geral farisaicas) devoções; assim eles forçam os vizinhos ou a cantar junto com eles ou a abandonar suas meditações. [Nota do tradutor inglês] Kant sofria pessoalmente desse tipo de problemas, o que deve explicar a acrimônia dessa nota. Durante um período, ele foi incomodado pelos exercícios devocionais dos prisioneiros do presídio adjacente a sua casa. Em uma carta ao burgomestre [espécie de prefeito] <ele sugeriu a vantagem de se fechar as janelas do local durante essas cantorias de hinos, e adicionou que os guardas da prisão provavelmente estariam inclinados a aceitar cânticos menos sonoros e perturbadores-da-vizinhança como evidência do espírito penitente de seus prisioneiros> (p. 42 da biografia de Kant por Wallace).”

Em tudo que excita a ponto de provocar uma vívida risada convulsiva, deve haver algo de absurdo (no qual o Entendimento, em conseqüência, não pode achar satisfação). A gargalhada é uma afecção advinda da súbita transformação de uma expectativa forçada em nada.“Suponha que se narre a seguinte estória: Um indiano, à mesa dum inglês no Surat, quando viu uma garrafa de cerveja sendo aberta e toda a cerveja virando espuma e transbordando, testificou seu grande espanto com muitas exclamações. Quando o inglês lhe perguntou, <O que tem nisso pra espantá-lo tanto?> ele respondeu, <Não me espanta a espuma sair desse jeito, só me pergunto como ela foi parar aí.>” “O herdeiro de um parente rico queria organizar um funeral imponente, mas lamentou não ter podido executá-lo: <É que quanto mais dinheiro eu dava as minhas carpideiras [mulheres pagas para chorar em enterros de desconhecidos, prática usual na Europa], mais felizes elas pareciam!>.[*] Quando ouvimos essa estória rimos alto, e a razão é que uma expectativa é subitamente transformada em coisa alguma.

[*] [Nota do Tradutor Inglês] A piada foi tirada da peça de Steele, The Funeral of Grief à la mode, pois há coincidência, palavra por palavra. Esta peça foi publicada em 1702.”

[Esse efeito de comicidade decorre de que] nós tratamos nosso próprio erro no caso de um objeto alhures indiferente para nós, ou, na verdade, [no caso de] uma Idéia cujo fio seguimos, como tratamos uma bola que rebatemos de lá para cá por um tempo, embora nossa única intenção séria [desde o início] fosse agarrá-la e segurá-la firme.” “o chiste deve conter algo que seja capaz de enganar por um curto espaço de tempo. Então, quando a ilusão é dissipada, a mente se volta para refazer o percurso, e através de uma rápida alternação entre tensão e relaxação ela ricocheteia e é posta em estado de oscilação.” “Em conexão com isso os pulmões expelem o ar em rápidos e sucessivos intervalos, movimento esse benéfico à saúde; o que por si só, e não o que o precede na mente, é a causa da satisfação num pensamento que no fundo não representa nada.Voltaire disse que os céus nos enviaram duas coisas para contrabalançar as muitas misérias da vida, a esperança e o sono. Ele poderia ter adicionado a risada, se apenas os meios de excitá-la no homem não fossem tão facilmente acessíveis [quanto aos homens imoderados], e [se] a esperteza requerida ou a originalidade de humor não fossem tão raras

a ingenuidade, que é a irrupção da sinceridade originalmente natural à humanidade em oposição à arte da dissimulação, que se tornou uma segunda natureza. Rimos da simplicidade que não entende como mascarar; [O Idiota de Dosto.] e ainda assim nos cativa a simplicidade da natureza que frustra essa arte.” “o velhaco em nós é descoberto” “Uma arte que tivesse que ser ingênua seria uma contradição; mas a representação da ingenuidade num personagem fictício é bem possível, e é uma bela, conquanto rara, arte. Naïveté não pode ser confundida com a simplicidade da franqueza, pois aquela só não estraga artificialmente a natureza porque não entende a arte da interação social.” Cristo era ingênuo?

Quem está involuntariamente sujeito a essas mutações é chamado de homem de humores [ou temperamental] (launisch); mas quem pode assumi-las voluntária e propositalmente (numa representação pública, por meio de um vívido contraste que logo exorta ao riso) – este alguém e seu jeito de se expressar são chamados cômicos (launigt). Esses modos, no entanto, pertencem mais às artes do divertimento que à bela-arte.”

O primeiro lugar-comum do gosto está contido na proposição, que toda pessoa desprovida de gosto propõe para se eximir da culpa: cada um tem o seu próprio gosto. Isso é tanto quanto dizer que o campo de determinação desse julgamento é meramente subjetivo (gratificação ou desagrado), e que o julgamento não tem direito ao necessário assentimento dos outros.” não há discussão em termos de gosto. Isso é o mesmo que dizer que o campo determinante de um julgamento do gosto pode de fato ser objetivo, mas que não pode ser reduzido a conceitos definidos, e que por conseguinte, sobre o juízo em si nada pode ser decidido mediante provas, em que pese muito poder ser corretamente contestado[, o que seria absurdo]. Porque contestar (discordar) e disputar (controvérsia) são sem dúvida o mesmo neste contexto, uma vez que por meio da mútua oposição de julgamentos o que ambos intentam é produzir um consenso” “Vemos claramente que entre esses dois lugares-comuns há uma proposição faltando, embora ela nunca tenha passado a provérbio, familiar a todo mundo, viz. pode haver uma discordância sobre o gosto (embora não possa haver uma controvérsia). (…) onde quer que discordar é permissível, deve haver uma esperança de mútua reconciliação.”

Daí emerge com respeito ao princípio do gosto a seguinte Antinomia:

  1. Tese. O julgamento do gosto não está fundado em conceitos; doutra forma, admitiria a controvérsia (seria determinável por provas).

  2. Antítese. O julgamento do gosto está fundado em conceitos; pois, doutra maneira, sem embargo sua diversidade, não poderíamos discordar sobre ele (não poderíamos exigir para nosso julgamento o necessário assentimento dos outros).

A solução da antinomia do Gosto

(…)

O julgamento do gosto deve se referir a algum conceito; doutro modo não poderia fazer absolutamente nenhuma exigência no sentido de ser necessariamente válido para todo e cada um. Mas ele não é passível de ser provado por um conceito; porque um conceito deve ser ou determinável ou indeterminado e indeterminável em si mesmo. Os conceitos do Entendimento são da primeira espécie; são determináveis mediante predicados da intuição sensível que podem corresponder a eles. Mas o conceito racional transcendental do suprassensível, que descansa na base de toda intuição sensível, é do último tipo, e portanto não pode ser teoreticamente mais bem-determinado.

(…)

Vemos então que a remoção da antinomia do Juízo estético toma uma forma similar à perseguida pela Crítica na solução das antinomias da Razão teorética pura. Destarte, e em compasso com a Crítica da Razão prática, as antinomias nos forçam contra nossa vontade a observar além do sensível e a procurar no suprassensível o ponto de união para todas as nossas faculdades a prioriVendeu muito bem o seu peixe (todas as etapas ou grandes vertentes de sua filosofia)!

VEREDICTO: Filosofia inútil. Não existe filosofia que não seja do supremo. Não existe síntese filosófica em filosofias autênticas. O Kantismo acaba a obra – é simplesmente filisteísmo. O pós-kantismo, necessário e inevitável, é um recomeço do zero para uma nova elite que ainda apalpa às escuras até os nossos dias. Novos tempos exigem novas filosofias, tão perenes quanto as antigas. Uma dica? O egoísmo é a pedra fundamental do novo estilo.

O estado fluido é, ao que indicam as aparências, mais velho que o estado sólido, e tanto os corpos das plantas quanto os dos animais são compostos de matéria nutritiva fluida, uma vez que os sólidos se formam no estado de repouso.”

somos nós que recebemos a natureza com benevolência, não a natureza que se nos é benevolente.” Ainda assim, disseste que contemplar a natureza era sempre bom.

Se os conceitos são empíricos, as intuições são chamadas de exemplos. Se eles são conceitos puros do Entendimento, as intuições são chamadas schemata.” “As palavras campo (suporte, base)[*], depender (ser suportado por algo)[*], fluir de (algo) (em vez de seguir ou derivar)[*], substância (como Locke a expressa, o suporte ou a base de acidentes)[*], e incontáveis outras, não são esquemáticas mas hipotiposes [descrições] simbólicas e expressões para conceitos, não via uma intuição direta, mas somente por analogia com ela, i.e. pela transferência da reflexão sobre um objeto da intuição para um conceito consideravelmente diferente ao qual uma intuição nunca pode corresponder diretamente.

[*] [Como as palavras aqui grifadas e entre parênteses são, respectivamente, derivadas de uma tradução direta do Alemão para o Inglês e de uma tradução indireta do Alemão para o Português, passando pelo Inglês, decidi expor os sinônimos teutônicos, a fim de evitar qualquer desvio semântico acentuado da matéria:]

campo – Hintergrund, Basis, Grundlage, Fundament

depender – sich tragen, sich stützen, sich heben, auf verlassen, auf hofen, von abhängen

fluir de algo – fliessen, strömen, folgen, hinterher gehen, nachkommen, von etwas kommen, resultieren, abstammen

substância – Substanz, Wesen

É um verdadeiro prazer ver o zelo com que os geômetras antigos investigavam as propriedades das linhas dessa classe, sem se permitir sair do tema devido a questionamentos de mentes estreitas, como para quê serviria esse conhecimento. Significa que eles descobriam as propriedades da parábola sem conhecer a lei da gravitação, que lhes teria sugerido sua aplicação à trajetória dos corpos pesados (porquanto a trajetória de um corpo pesado pode ser percebida como paralela à curva de uma parábola). De novo, eles determinavam as propriedades de uma elipse sem suspeitar do peso possuído pelos corpos celestes, e sem a compreensão da lei da força aplicada a distâncias diferentes do ponto de atração, que ajudam a descrever, juntos, a mesma curva sem restrições de movimentação. Enquanto que eles inconscientemente trabalhavam pela ciência do amanhã, compraziam-se com a propositividade no ser (essencial) das coisas que eles já eram capazes de apresentar completamente a priori em sua necessidade.” “Não à toa, Platão banira de sua escola os homens ignorantes em geometria, posto que ele pensava poder derivar da intuição pura, que radica no espírito humano, aquilo que Anaxágoras concebeu apenas através de objetos empíricos e suas combinações propositivas.” O conhecimento sintético a priori desemboca necessariamente na metempsicose (embora por razões cronológicas também possam dizer o contrário). Já se sabe o que sempre foi sabido.

As múltiplas regras cuja unidade (derivada de um princípio) excita a admiração, são todas sintéticas e não dependem do conceito do Objeto, e.g. de um círculo; mas requerem esse Objeto para serem dadas em intuição.”

a unificação da forma da intuição sensível (espaço) – com a faculdade dos conceitos (o Entendimento) – é inexplicável para nós”

o propósito da (existência da) natureza deve ser ele mesmo procurado além da natureza.”

nós não vemos por que seja necessário que o homem exista”

tudo no Mundo é de alguma forma bom para alguma coisa; nada é vão nele.”

Durante o sono a Imaginação se mostra mais ativa quando o estômago está sobrecarregado, caso em que essa excitação é mais necessária.”

Nos aventuramos a julgar as coisas como pertencendo a um sistema de propósitos, que nem por isso (seja em si mesmas ou em suas relações propositivas) necessitam que busquemos para elas qualquer princípio de sua possibilidade além do mecanismo das causas que atuam cegamente.”

Mas por que é que a Teleologia não forma parte, usualmente, da ciência natural teorética, embora seja considerada como uma propedêutica ou transição para a Teologia? Isso se dá a fim de restringir o estudo da natureza, mecanicamente considerado, àquilo que possamos submeter à observação ou [a fim de que possamos] experimentar que somos capazes de produzi-la [a Teleologia] por nossa conta assim como a natureza o faz, ou pelo menos por leis similares.”

O sistema de causalidade que é atribuído a Epicuro ou Demócrito é, tomado literalmente, tão claramente absurdo que nem deveria nos deter. Em oposição a ele se encontra o sistema de fatalidade, do qual Spinoza é considerado o autor, não obstante ser [um sistema] muito mais antigo de acordo com todas as aparências. (…) o Fatalismo da propositividade é ao mesmo tempo um Idealismo.

O Realismo da propositividade da natureza é ou físico ou hiperfísico. O primeiro baseia os propósitos na natureza, pela analogia de uma faculdade agindo com volição, sobre a vida da matéria (a própria ou a vida de um princípio inato nela, uma alma-mundo) e é chamado Hilozoísmo. O último (…) é o Teísmo.

A Teleologia encontra a consumação de suas investigações apenas na Teologia.”

Se quiséssemos estabelecer dogmaticamente, em termos teleológicos, a proposição acima estaríamos confrontados com dificuldades das quais não poderíamos nos desembaraçar.” “Se expressássemos essa proposição dogmaticamente como objetivamente válida, esta seria: <Há um Deus.> Mas para nós homens só é permissível a fórmula limitada: <Não podemos pensar e fazer compreensível a propositividade que forçosamente se situa no profundo de nossa cognição da possibilidade interna de várias coisas naturais senão representando-a – e o mundo em geral – como um produto de uma causa inteligente (, um Deus).>

Se essa proposição, baseada inevitavelmente em uma máxima necessária do nosso Juízo, é completamente satisfatória de todo ponto de vista humano tanto para o uso especulativo quanto para o uso prático da nossa Razão, então eu gostaria de saber o que perderíamos ao não poder prová-la como válida também para seres mais elevados, de um ponto de vista objetivo (o que infelizmente paira além de nossas faculdades). É de fato absolutamente certo que não somos capazes de cognoscer, quanto mais explicar, seres organizados e sua possibilidade interna, de acordo com meros princípios mecânicos da natureza; e nós podemos afirmar categoricamente que é igualmente certo que seria absurdo para os homens efetuar qualquer tentativa ou ter qualquer esperança de que um novo Newton despertaria no futuro, que lograsse tornar compreensível dentre nós a produção de uma lâmina de grama segundo leis naturais que não seguem de uma volição.” “Não podemos, sendo assim, julgar objetivamente, nem positiva nem negativamente, coisas concernindo a proposição: <Subsistiria como base do que poderíamos chamar, com razão, de ‘propósitos naturais’ um Ser capaz de agir segundo motivos, sendo Ele a causa do mundo (e conseqüentemente seu autor)?>

onde não chega o Entendimento, a Razão é transcendente, e se mostra em Idéias primordialmente estabelecidas”

podemos sempre ter uma coisa em nossos pensamentos não obstante não seja (realmente) nada, ou podemos representar uma coisa como dada não obstante não tenhamos dela conceito.”

O conceito de um Ser absolutamente necessário é sem dúvida uma Idéia indispensável da Razão, mas ainda assim ela é um conceito problemático inatingível pelo Entendimento humano.”

O ato moralmente absolutamente necessário é tido como fisicamente absolutamente contingente, já que aquilo que deve necessariamente acontecer freqüentemente não acontece.”

O particular, enquanto tal, contém algo contingente com respeito ao universal, enquanto a Razão, por outro lado, requer unidade e conformidade à lei na combinação de leis particulares da natureza. Essa conformidade do contingente à lei é denominada propositividade (…) O conceito de propositividade da natureza em seus produtos é necessário ao Juízo humano com relação à natureza, mas não tem a ver com a determinação de Objetos. É, portanto, um princípio subjetivo da Razão para o Juízo, que como regulador (não-constitutivo) é tão necessariamente válido para nosso Juízo humano como o seria um princípio objetivo.

o conceito de uma causalidade da natureza como a de um ser agindo de acordo com propósitos parece tornar a Idéia de um propósito natural em um princípio constitutivo, cuja Idéia tem algo diferente de todas as outras Idéias.”

a Idéia de um possível Entendimento diferente do humano deve ser fundamental aqui. (Assim como na Crítica da Razão Pura nós devemos ter em nossos pensamentos outra possível (espécie de) intuição, se for para a nossa ser tida como uma espécie particular para a qual objetos são válidos somente como fenômenos.) (…) Não negamos que um Entendimento, diferente do (i.e. mais elevado que o) humano, pode achar o campo da possibilidade de tais produtos da natureza no mecanismo da natureza, i.e. em uma combinação casual para a qual um Entendimento não é explicitamente assumido como causa.

Mas devemos agora nos ater à relação do nosso Entendimento para com o Juízo; viz. nós buscamos uma determinada contingência na constituição do nosso Entendimento, a qual podemos adscrever como uma peculiaridade distinguindo [o nosso Entendimento] de outros Entendimentos possíveis.” Malandrããããão!

podemos pensar um Entendimento intuitivo (negativamente, meramente como não-discursivo), que não procede do universal ao particular, e assim ao indivíduo (mediante conceitos).” A contorção salvacionista só aumenta! “De fato nosso Entendimento tem a propriedade de proceder do analítico-universal (conceitos) [em direção] ao particular (a intuição empírica dada). (…) Podemos entretanto conceber um Entendimento que, sendo, não como o nosso, [que é] discursivo, mas intuitivo, procede do sintético-universal ao particular”

Segundo a constituição de nosso Entendimento um todo real da natureza é tido apenas como o efeito dos poderes propositivos concorrentes das partes. Suponha então que nós não desejemos representar a possibilidade do todo como dependente daquela das partes (seguindo a forma do nosso Entendimento discursivo), mas sim de acordo com o padrão do Entendimento intuitivo (original) com o fito de representar a possibilidade das partes (segundo suas constituição e combinação) como dependente daquela do todo.”

Não é aqui requisito em absoluto provar que tal intellectus archetypus é possível, mas somente conceber sua Idéia, em contraste com nosso Entendimento discursivo que tem a necessidade de imagens (intellectus ectypus)”

Nenhuma Razão humana, em absoluto (de fato nenhuma Razão finita como a nossa em qualidade, não importa o quanto ela possa ultrapassá-la em grau), pode ambicionar a entender a produção de qualquer mísera lâmina de grama mediante causas meramente mecânicas.” o princípio comum às derivações mecânica e teleológica é o suprassensível, que devemos pôr na base da natureza, tida como fenômeno.”

onde propósitos são pensados como campos da possibilidade de determinadas coisas, devemos assumir ainda meios, cuja lei de funcionamento não requer para si mesmos nada que pressuponha um propósito, – uma lei mecânica – [l]e[i] [que] pode ser ainda assim uma causa subordinada de efeitos intencionais.”

Qual é o lugar próprio à Teleologia? Pertence à ciência natural (propriamente dita) ou à Teologia? Uma das duas deve ser; pois nenhuma ciência pertence à transição de uma à outra, uma vez que essa transição demarca apenas a articulação ou organização do sistema, e não um lugar nele.” A Teleologia, como ciência, não pertence a nenhuma Doutrina, apenas ao CriticismoO lado laico do determinismo. “sua Metodologia tem influência ao menos negativa sobre o procedimento em Ciência Natural teorética, e também sobre a relação que esta pode ter em Metafísica com a Teologia como a sua propedêutica.” “É portanto racional, até meritório, perseguir o mecanismo natural, atinente à explanação dos produtos naturais, tanto quanto se pode fazer com probabilidade; e se nós abdicamos desse esforço não é por ser impossível em si mesmo deparar-se nesse percurso com a propositividade da natureza, mas porque é impossível para nós enquanto homens.” Haha.

Essa analogia das formas, que com todas as suas diferenças parecem ter sido produzidas segundo um tipo original em comum, reforça nossas suspeitas de um relacionamento vigente entre elas em sua produção via um parente coincidente, através da aproximação gradual de um genus animal com outro – daqueles em que o princípio dos propósitos parece estar mais bem-autenticado, i.e. do homem, até o pólipo, e mais uma vez desse até as algas e líquens, e finalmente até os estágios mais inferiores da natureza noticiáveis por nós, viz. até a matéria crua.”

O arqueologista da natureza pode supor o seio da mãe-terra, quando ela se transmitiu de seu estado caótico (como um grande animal) para dar a luz no começo a criaturas de forma menos propositiva, que por sua vez deram a luz a outras que se formaram com maior adaptação a seus lugares de nascimento e em suas relações entre si; até que esse útero, se tornando torpe e ossificado, limitou seus partos a espécies definidas não mais modificáveis,[*] e a pluralidade permaneceu como era ao fim da operação desse poder formativo frutífero. – Apenas que ele deve, ainda, no fim, prescrever a essa mãe-universal uma organização propositiva com referência a todas essas criaturas; [mera conjetura otimista, já que estamos entre o começo e o fim] doutra forma, não seria possível pensar a possibilidade da forma propositiva dos produtos dos reinos animal e vegetal. [Porque até aqui a fauna se nutriu da flora, que veio primeiro, não quer isso dizer que a fauna serve de meio para um propósito mais alto de outra coisa (que neste caso seria o homem, arbitrariamente retirado da classificação fauna. Como, igualmente, é questionável que a flora seja realmente um meio para propósitos mais altos, embora seja um meio de sobrevivência animal, se se entende que não há acréscimo de valor absoluto entre tão-só a existência de plantas e a existência de plantas em conjunto com os animais. Posto que o homem está destruindo a Terra, poderíamos muito bem raciocinar que a pedra é o melhor estado, se seguíssemos por estas veredas, e que nosso propósito último é o retorno ao minério.] [Nota] (…) de acordo com a experiência, toda geração que conhecemos é generatio homonyma. Isso não é meramente ser [generatio] univoca em contraste com a geração que advém de material desorganizado [aqui Kant ainda faz concessões aos <crentes> da teoria da geração espontânea da vida, ou à tese dos esporos no ar, pelo menos, cfr. extensa discussão em Schopenhauer], mas na organização o produzido é análogo ao produtor; e generatio heteronyma, [pelo menos] tanto quanto nosso conhecimento empírico da natureza permite dizer, não existe.

[*] Uma explicação assaz plausível para a ausência de novas variações de espécies observáveis no tempo da cultura, ou o “congelamento evolucionário aparente”. Mas significaria que já houve tudo que devia haver, daí sua absurdidade congênita.

Mesmo no que concerne à variação a que determinados indivíduos de gêneros organizados estão acidentalmente sujeitos, se nós concluímos que o caráter de tal forma modificado é hereditário e subsumido no poder gerador, não podemos ajuizar pertinentemente a variação como sendo mais do que um desenvolvimento ocasional de capacidades propositivas originalmente presentes na espécie com o desígnio da preservação da raça.”

Que a matéria crua tem de ter originariamente se formado segundo leis mecânicas, que a vida tenha desabrochado da natureza do que é inanimado, que a matéria tenha podido se dispor sob a forma de uma propositividade auto-sustentável – isso Herr Hofr. Blumenbach[*] declara, com acerto, ser contraditório à Razão.” Do ponto de vista racional, Deus deveria estar, sem contraditório, universalmente visível, intuível e passível de prova, como o causador de tudo: uma vez que não temos essa certeza, a fenomenologia é irracional e não temos de achar falta ou defeito nisso, afinal não somos teólogos.

[*] Johann Friedrich B., naturalista alemão (1752-1840). Acreditava na existência de 5 raças antropológicas. Seu “On the natural variety of mankind” influenciou os craniologistas posteriores. Um dos primeiros a proliferar na diferenciação entre chimpanzés e orangotangos (até então, cientistas não sabiam diferenciar corretamente os primatas – gorilas foram descobertos apenas mais tarde pelos europeus). Outros trabalhos de renome: Handbook of comparative anatomy; Handbook of natural history; On the Formative Drive and the Operation of Generation.

O conceito de felicidade não é um que o homem derive por abstração de seus instintos e que deduza assim de sua natureza animal; é uma mera Idéia de um estado, que ele almeja tornar adequado à Idéia sob condições meramente empíricas (o que é impossível).” “Não é a sua natureza repousar e se contentar com a possessão e o usufruto de qualquer coisa que seja. Por outro lado, também, algo falta aí. A natureza não o selecionou [ao homem] como seu favorito e o cumulou de bens acima de todos os animais. Nas suas operações destrutivas, aliás, – pragas, fome, enchentes, nevascas, ataques de outros animais pequenos ou grandes, etc., – nisso tudo, ela o perdoou tão pouco como a qualquer outro animal. Pior ainda, a inconsistência de suas próprias disposições naturais o dirige a tormentos auto-infligidos, e ainda reduz seus congêneres à miséria, pela opressão do senhor, o barbarismo da guerra, e assim por diante; ele, em si, tanto quanto só dele depende, trabalha pela destruição de sua própria raça; a ponto de que, mesmo com a natureza externa mais beneficente, seus propósitos, se fossem dirigidos à felicidade de nossa espécie, não seriam atingidos num sistema terreno, porque nossa natureza não é suscetível disso.”

A produção da aptidão de um ser racional para propósitos arbitrários em geral (conseqüentemente em sua liberdade) é cultura. Sendo assim, somente a cultura pode ser o propósito definitivo que temos o direito de subscrever à natureza com respeito à raça humana”

um todo cosmopolitano, i.e. um sistema de todos os Estados que estão em perigo de agir injuriosamente uns para com os outros. Falhando esse propósito, e com os obstáculos que a ambição, a luxúria da dominação, a avarícia, especialmente naqueles que possuem a autoridade em suas mãos, opõem à possibilidade mesma de um esquema parelho, decorre inevitavelmente a guerra (pela qual às vezes Estados se subdividem e se apequenam e multiplicam, às vezes um Estado anexa menores e luta para formar um todo maior). Embora a guerra seja uma empresa indesejada pelos homens (instigados por suas paixões indomadas), ela vem a ser (talvez) uma empresa profundamente oculta porém desejada, de suprema sabedoria, tendo em vista que prepara, se é que não estabelece, a conformidade às leisDizem que toda essa (conhecida) visão de Direito Internacional de Kant é vista mais detidamente no ensaio Zum ewigen Frieden [À Paz Perpétua] (1795). PS 2022: Ensaio parco, fetichista. Uma decepção, tendo em vista a qualidade da (inconclusiva) exposição nesta Crítica.

[Nota do tradutor inglês] Cf. Teoria Filosófica da Religião [a tradução mais famosa para português consta como <A Religião nos Limites da Simples Razão>], Parte i., Sobre o princípio mau na Natureza Humana, III., onde Kant observa que, em que pese a guerra <não ser tão incuravelmente má como a morte de uma monarquia universal … ainda assim, como um antigo observou, ela mais envilece do que mata.>)” Se Kant ressuscitasse hoje, morreria de infarto em segundos por sua Alemanha e por sua Rússia…

Não podemos lutar contra a preponderância do mal, que nos contamina graças ao refinamento do gosto levado à idealização, e até graças à luxúria da ciência que alimenta vaidades, mediante o número insaciável de inclinações que pode despertar.”

por que as coisas do mundo (seres organizados) possuem essa ou aquela forma? por que elas são colocadas pela natureza nessa ou naquela relação umas com as outras? Mas assim que um Entendimento que deve ser tido como a causa da possibilidade de tais formas como encontramos de fato nas coisas é pensado, deve ser questionado em termos objetivos: Quem poderia ter determinado esse Entendimento produtivo a uma operação dessa categoria? Esse ser é, pois, o propósito final em referência ao qual tais coisas lá estão.”

No mundo, apenas uma categoria de seres tem causalidade teleológica, i.e. (…) o homem, mas o homem considerado como noumenon; o único ser natural em que podemos reconhecer, por parte de sua constituição peculiar, uma faculdade suprassensível (a liberdade) e também a lei da causalidade, juntas com seu Objeto, que essa faculdade se pode propor como o mais elevado propósito (o maior bem no mundo).

Porém, do homem como ser moral não mais se pode perguntar: por que (quem in finem) ele existe?”

Porque os dados, e portanto os princípios, para determinar esse conceito de uma Causa Inteligente do Mundo (como mais elevado artista) são meramente empíricos, não nos é permitido inferir qualquer de suas propriedades além daquelas que a experiência revela em seus efeitos.”

Se reduzirmos o conceito de uma Deidade ao de um ser inteligente pensado por nós, o qual pode ser um ou mais, o qual possui muitas e grandiosas propriedades, porém não todas as propriedades que são um requisito para a fundação de uma natureza em harmonia com o mais grandioso propósito possível; (…) onde tenhamos margem para assumir bastante perfeição (e o que é bastante para nós?); (…) então[, nessas condições de insuficiência da perfectibilidade para que se equiparasse a um Deus kantiano,] a Teleologia física pode exigir convincentemente a distinção de ser a base da Teologia.”

propriamente falando, uma Idéia de um Ser Supremo que repousa sobre um uso consideravelmente diferente da Razão (o uso prático), repousa em nós fundamentalmente a priori

Não se pode culpar os antigos em demasia, se eles pensavam seus deuses diferindo de tal forma um do outro tanto em suas faculdades quanto em seus desígnios e volições, e ainda assim, pensavam todos eles, não excetuando nem o Supremo Um, como seres sempre limitados, segundo o modelo humano. Porque se eles consideravam o arranjo e o curso das coisas na natureza, eles certamente encontravam margem o suficiente para assumir algo mais do que o mecani[ci]smo como sua causa, e para conjeturar, por trás do maquinário dos desígnios deste mundo, propósitos de determinadas causas mais elevadas, que eles não imaginavam mais do que superhumanos. Mas porque eles se defrontaram, no caminho, com o bem e o mal, o propositivo e o absurdo, misturados (ao menos aonde alcança nosso insight), e não podiam permitir-se assumir aqueles propósitos sábios e benevolentes que por eles não foram provados,[*] nem no mais recôndito, graças à Idéia arbitrária de um Autor original supremamente perfeito, seu juízo sobre a Causa Suprema do Mundo dificilmente poderia ser diferente do que foi, não enquanto eles prosseguissem consistentemente seguindo as máximas do uso da Razão meramente teorético.”

[*] Piadisticamente, poderia aqui dizer: se nem Cristo agradou todo mundo, se era impossível agradar gregos e troianos, quem seriam Homero, os pré-socráticos, ou mesmo os sofistas, Sócrates e o seu noumenon, Platão, Aristóteles, os estóicos e os epicuristas, para “nos provar” alguma coisa? Sendo, aliás, mais exigente, quem eram estes grandes homens para provar alguma coisa ao seu próprio povo?

Qual é a utilidade, alguém pode muito bem resmungar, de colocar na base de todos esses arranjos um grande Entendimento incomensurável para nós, e supô-lo governando o mundo de acordo com uma volição, se a natureza não revela e não pode revelar-nos nada a respeito do propósito final?”

como e com que direito eu ousaria estender a meu bel prazer meu muito limitado conceito desse Entendimento original (que eu posso fundar no meu limitado conhecimento do mundo) do Poder desse Ser original de consumar suas Idéias, [o conceito] de sua Vontade para fazê-lo, e integrá-lo [todo esse raciocínio em cadeia] na Idéia de um Ser Onisciente, Infinito? Se é que isso deve ser feito teoreticamente, isso supõe a onisciência em mim, de modo que eu pudesse visualizar os propósitos da natureza em todas as suas associações, e, em acréscimo, [de modo que eu detivesse] o poder de conceber todos os planos possíveis, em comparação com os quais o plano presente seria ajuizado em termos (suficientes) como o melhor.”

A Físico-Teologia é uma Teleologia física malcompreendida, aproveitável somente como uma preparação (propedêutica) para a Teologia”

Sem a raça humana a criação inteira seria um lixo (…) o homem não está ali meramente para que haja alguém para contemplar o mundo. Porque se a contemplação do mundo apenas possibilitasse uma representação das coisas sem qualquer propósito final, nenhum valor seria por isso acrescentado ao seu ser[-no-mundo] (pelo mero fato de que o mundo se tornara conhecido [para si]); devemos pressupor para ele um propósito final, [o nós é que não cabe ao homem europeu] em referência ao qual sua contemplação, por si própria, teria um sentido. Novamente, não é em referência ao sentimento de prazer, ou à soma dos prazeres, que nós pensamos como dado um propósito final da criação; i.e. não estimamos esse valor absoluto segundo o bem-estar ou a felicidade (quer corporal quer mental) (…) O fato de que o homem, se ele existe, assume-o [o atingimento da felicidade] como seu propósito final não nos brinda com um conceito que explique por que em geral ele deveria existir, nem qualquer conceito que justifique nosso direito de buscar uma vida prazenteira e feliz. (…) Permanece portanto apenas a faculdade do desejo; não é isso, todavia, que faz do homem dependente da natureza (mediante impulsos sensíveis), nem [é isso] que justifica seu ser com base no cômputo dos prazeres. Somente mediante o valor que o homem pode atribuir a si próprio, e que consiste no que ele faz, em como e segundo que princípios ele age, e isso tudo não enquanto mero elo na corrente da natureza, [meio para fins alheios e desconhecidos] mas enquanto ser dotado de liberdade em sua faculdade de desejar – i.e. a vontade de fazer o bem – é que o homem pode ser considerado portador de um sentido absoluto.” Se está muito difícil de PENETRAR NESTE (PÂN)TANO [SIN]TÁTICO-SE(MÂN)TICO: Somente sendo um ser auto-avaliador, temporal e de carne é que alcançamos a imortalidade e que possuímos alma.

O MORALIZADOR RAIZ: “só como ser moral o homem pode ser o propósito final da criação” se a criação não é para ser sem um propósito final sequer, ele, que como homem a ela pertence, deve, num mundo regido pela lei moral, desde que ele é um homem mau, sacrificar seu propósito subjetivo (a felicidade). Essa é a única condição sob a qual sua existência pode concordar com o propósito último.”

Assim, a Teleologia moral suplanta as deficiências da Teleologia física, e estabelece por primeira vez uma Teologia; porque a última, se não tomasse emprestado da primeira, não seria consistente, e seria no máximo uma Demonologia, incapaz de qualquer conceito definido.”

Suponha o caso de um homem no momento em que sua mente está disposta a uma sensação moral. Se, circundado pelas belezas da natureza, ele se encontra num estado sereno de contentamento com seu ser, ele sente uma carência, nomeadamente, a de agradecer a um ser ou outro pelo seu presente estado.” “É vão caçar motivos para esses sentimentos, porque eles estão imediatamente conectados com o mais puro sentido moral”

embora o medo produza deuses (demônios) em primeiro lugar, é a Razão mediante seus princípios morais que pode produzir primeiramente o conceito de Deus

(e todo mundo concorda) se o mundo consistisse apenas de seres inanimados, ou mesmo em parte viventes mas irracionais, sua existência não faria sentido porque não haveria ser algum que fizesse idéia do que sentido é.”

O subjetivo, o bem físico mais elevado possível no mundo, destinado a se consumar enquanto propósito final inerente a nós, é a felicidade” A Razão toma por propósito final o progresso da felicidade em harmonia com a moralidade.”

EXPLICAÇÃO DO FASCISMO ANTES DA LETRA: Suponha então que, parte devido à fraqueza de todos os argumentos especulativos tão laureados, e parte devido às várias irregularidades na natureza e no mundo dos sentidos que surgem diante de si, um homem seja persuadido da proposição Deus não existe; ele seria no entanto desprezível a seus próprios olhos se por causa disso ele imaginasse as leis de conduta vazias, inválidas ou facultativas, e desejasse simplesmente transgredi-las com veemência. Tal homem, ainda que pudesse ser posteriormente convencido daquilo de que duvidou lá atrás, seria eternamente desprezível por ter essa disposição de caráter, mesmo que cumpra suas obrigações no que diz respeito aos efeitos (externos) tão diligentemente quanto se possa querer, afinal (ele estaria agindo) derivado do medo ou esperando recompensas, sem sentimento ou reverência”

Podemos supor então o caso de um homem justo (e.g. Spinoza), que tem para si convictamente que Deus não existe, e inclusive (visto que com respeito ao Objeto da moralidade uma conseqüência similar resulta) nenhuma vida após a morte; como ele irá avaliar sua própria destinação propositiva inerente, mediante a lei moral, que ele reverencia na prática? Ele não deseja nenhuma vantagem para si por segui-la, nem nesse nem em outro mundo; ele quer, do contrário, estabelecer desinteressadamente o bem que essa lei sagrada almeja com toda sua força. Mas seu esforço é limitado; e da natureza, embora ele possa esperar aqui e ali harmonias contingentes, ele nunca poderá esperar uma harmonia regular concordando segundo regras constantes (tais como suas máximas internas são e devem ser), contendo o propósito que o faça se sentir obrigado a cumpri-las.” Tagarelice sabor groselha. De modo que ao cabo esse bem era muito mesquinho…

BELAS (A DESPEITO DE NÃO-INSTRUTIVAS) PALAVRAS:Seguirá assim até que um grande túmulo engula todos eles juntos (honestos ou não, não faz diferença), e os jogue de volta – aqueles que foram capazes de acreditar no propósito final da criação – no abismo do caos sem-sentido da matéria de onde eles foram criados.–”

DEMONOLOGIA (uma maneira antropológica de representar o Ser mais elevado). (…) Teurgia (uma crença fanática de que podemos sentir e interagir com outros seres suprassensíveis)” “A Psicologia, por sua vez, é uma mera antropologia dos sentidos internos, i.e. o conhecimento de nosso ser pensante na vida; e, como cognição teorética, permanece meramente empírica. [sobejamente atual] Na outra mão, a Psicologia racional, tanto quanto permanecer concentrada em questões como nossa existência eterna, não é uma ciência teorética, mas repousa sobre uma única conclusão de Teleologia moral”

Assumir (a existência de) habitantes racionais de outros planetas é coisa da opinião; uma vez que, se pudéssemos nos aproximar deles, o que em si é possível, nós deveríamos decidir com a ajuda da experiência se eles existiram ou não; mas como nunca chegaremos próximos o suficiente, isso permanecerá na região da opinião. Agora, sustentar a opinião de que no universo material haja espíritos racionais sem corpos (viz. se desconsiderarmos, como indignos de crédito, determinados fenômenos que foram publicados como verdadeiros[*]) deve ser chamado de ficção poética.”

GHOST WRITINGS

[*] [Nota do tradutor inglês] As especulações de Swedenborg parecem ter exercido uma inegável e estranha influência sobre Kant em todos os momentos de sua vida intelectual. Ele diz, a respeito de dois casos reportados de clarividência de Swedenborg, que ele não saberia como refutá-los (Rosenkranz vii. 5); mas, em sua Antropologia §§ 35, 37, ele ataca o swedenborgianismo (https://pt.wikipedia.org/wiki/Swedenborgianismo) como tolice. Num ensaio precoce, Sonhos de um Visionário explicados por Sonhos da Metafísica, ele professa seu ceticismo quanto ao valor de informações que a <pesquisa física> poderia conter sobre o mundo espiritual, embora tome cuidado para não ser dogmático no assunto <fantasmas>. Na Crítica da Razão Pura (ao discutir os Postulados do Pensamento Empírico) ele dá, como um exemplo de conceito inconsistente com os cânones da possibilidade, <um poder de estar em comunhão de pensamento com outros homens, ainda [que estes sejam] os mais distantes [fora até do plano material]>.”

Deus, liberdade, e imortalidade, são os problemas para cujas soluções todos os equipamentos da Metafísica se dirigem, como seu propósito único e supremo.”

uma Teosofia (pois disso devemos chamar a cognição teorética da natureza divina e sua existência, que bastariam de uma vez por todas para explicar a constituição do mundo e para determinar as leis morais). Da mesma forma que a Psicologia nos permitiu atingir a cognição da imortalidade da alma ela faria da Pneumatologia possível, e que seria igualmente bem-vinda à Razão especulativa.”

FURTHER READING:

Batteux, As Belas-Artes Reduzidas a um Mesmo Princípio

Blumenbach, Handbook of Comparative Anatomy

B., Handbook of Natural History

B., On The Formative Drive and the Operation of Generation

B., On The Natural Variety of Mankind

Burke, Tratado sobre o Sublime e o Belo

De Saussure, Viagens

Haller, Os Alpes

Hume, História da Inglaterra

Hutcheson, Investigação

Laplace, A Philosophical Essay on Probabilities

L., Exposition du système du monde

L., Mécanique Céleste

In 1819, L. published a popular account of his work on probability. This book bears the same relation to the Théorie des probabilités that the Système du monde does to the Méchanique [sic] céleste.”

Lessing Laocoonte, ou Sobre as Fronteiras da Pintura e da Poesia

Newton, Princípios da Filosofia Natural (título aproximado)

Agostinho, De Pulchro et Apto

Steele, The Funeral of Grief à la mode

Wallace, William, Kant